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Tecnociencia y Poder

Zapata Chumbes, Sebastián Eduardo

COMENTARIO

Hoy en día, tener conocimiento y manejar muy bien lo que es el mundo de la tecnología y de la
ciencia nos puede dar muy buenos beneficios y traer cosas positivas (claro depende que tipo de
aplicación se hace) y en sí un poder que se puede desempeñar y aplicar en muchos campos desde
lo informático hasta lo político, que en la actualidad se le dá un uso muy versátil y como un
ejemplo clave están las telecomunicaciones, internet, etc. Pues básicamente la tecnociencia trata
de modificar, transformar, generar y edificar el mundo, el entorno de las personas, lo más normal
a lo más extraordinario que facilite cualquier cosa que nosotros, los humanos necesitemos. Aquí
donde se las puede facilitar las aplicaciones teniendo en cuenta lo científico y tecnológico que
existe entra el juego un nuevo tipo de tecnociencia que abarca y podría servir mucho en los días
que transcurren como a un futuro de facilidades y esta es, las TICs. Un debido uso de estas es de
gran ayudar como recibir información a mayor velocidad, capacidad y distribución permiten que
usuarios de distintas partes del planeta. Esto, no cabe duda, ha revolucionado la vida cotidiana.
Pero no todo es positivo con las TICs. Entre otras cosas, han fomentado una dispersión de la
información, desprovista de sistemas de catalogación y legitimación del conocimiento, lo cual se
traduce en mayor grado de desorden de contenido, fomentando la ignorancia y la
irresponsabilidad en el gran público, incapaz de discernir si las fuentes son confiables o no.
Para esta reflexión se entiende tecnociencia como la articulación entre ciencia y tecnología, bajo
un modelo industrial o empresarial, orientada a la eficiencia y cuya producción se convierte en
una fuente de poder y riqueza.
Ciencia y Tecnología
Zapata Chumbes, Sebastián Eduardo

COMENTARIO

La ciencia y la tecnología parecen la misma cosa y casi siempre los relacionan con “avances”.
Las ciencias y las tecnologías se diferencian en su objetivo final, que es clara y contundentemente
diferente. Las ciencias buscan comprender el universo y su funcionamiento, son descriptivas en
el sentido de que contemplan los fenómenos existentes e intentan explicar sus mecanismos; todas
sus intervenciones (experimentos) tienen por objeto ayudar al entendimiento y por resultado final
de las ciencias son las teorías que explican qué hay ahí fuera y de qué manera funciona. Las
tecnologías emplean el conocimiento del universo generado por las ciencias para mejorar sus
técnicas, mientras que la ciencia precisa echar mano de la tecnología más avanzada para poder
llevar a cabo sus experimentos. En síntesis, la ciencia y la tecnología son prácticas distintas, pero
tienen una relación muy estrecha. El parecido entre ambas no está en sus objetos de estudio ni sus
productos –indudablemente distintos–, sino en sus métodos, pues la ciencia y la tecnología usan
criterios racionales para la elaboración y evaluación de sus resultados. Esto significa que la
tecnología no es solo ciencia aplicada, aunque haya y primen componentes científicos en las
prácticas tecnológicas. También es cierto que en la actualidad la investigación científica sólo es
posible con la ayuda de sofisticados artefactos y sistemas tecnológicos los cuales realizan tareas
tales como medir variables indirectas, hacer cálculos complejos o procesar millones de datos, que
son requisitos para el estudio de punta de los fenómenos naturales.

Hasta cierto punto, la ciencia y la tecnología se han convertido en “tecnociencia” pero este
término puede ocultar las diferencias significativas que tienen estas prácticas culturales.

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