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AMÉRICA

América es el nombre de un continente que se ubica en el hemisferio


occidental de la Tierra. Sus límites están formados por los
océanos Pacífico (oeste), Atlántico (este) y Ártico (norte) y por las
islas Diego Ramírez (sur).
Poco más del 30% de la superficie emergida del planeta corresponde a
América, donde habita el 12% de la humanidad. La superficie del
continente es de 43.316.000 kilómetros cuadrados. Por su
inmensidad, es habitual que América sea dividida en América del
Sur, América Central y América del Norte.

A nivel geográfico, podemos destacar que las tres citadas divisiones de


América cuentan con distintas zonas de valor como son las siguientes:
-En el caso de América del Norte, nos topamos con la Gran Cuenca, los
Grandes Lagos, la Sierra Madre Oriental, Mesoamérica, el Ártico
Canadiense, las Grandes Llanuras, la Sierra Madre Occidental y la Sierra
Madre del Sur.
-En América Central, por otro lado, destacan la Cordillera Central, la
Placa del Caribe y el Caribe Estadounidense.
-En América del Sur, por su parte, están el Caribe Sudamericano, los
Llanos del Orinoco, los Andes, el Gran Chaco, la Pampa, la Patagonia, la
Cuenca del Plata, las Islas del Atlántico Sur, la Llanura del Amazonas o el
Cono Sur, entre otras zonas geográficas.

El nombre de América es un homenaje a Américo Vespucio, un


cosmógrafo y navegante florentino. Vespucio fue una de las primeras
personas en sugerir que la tierra americana correspondía a un nuevo
continente y no al continente asiático, como creían Cristóbal Colón y
otros exploradores. Por eso cuando, en 1492, Colón llegó a América,
pensaba que estaba arribando a las Indias. En honor a Vespucio, el
geógrafo y humanista Mathias Ringmann dio el nombre
de América al continente en el planisferio “Universalis
Cosmographia”, cuyo dibujo fue obra del cartógrafo Martín
Waldseemüller.
Es importante destacar que América es un territorio poblado desde varios
milenios antes de Cristo. La llegada de Colón y de otros navegantes dio
comienzo a la conquista europea de las tierras donde habitaban los
llamados pueblos precolombinos, como aztecas, mayas e incas.
En la actualidad, Estados Unidos es el país más poblado de América,
seguido por Brasil, México, Colombia y Argentina. Otros países de
importante desarrollo demográfico en el continente
son Perú, Venezuela, Chile, Ecuador y Guatemala.
El idioma más hablado de América es el castellano. Millones de
americanos también
hablan inglés, francés, portugués, quechua, aimara y guaraní,
entre otras lenguas.
Otros datos de interés respecto a América son los siguientes:
-Sus ríos más importantes, en cuanto a longitud, son el Amazonas, que
posee 6.968 kilómetros y que atraviesa Perú, Colombia y Brasil; el
Mississipi-Misouri, que tiene 6.019 kilómetros y se halla en Estados
Unidos; y el Mackenzie. Este se ubica en Canadá y cuenta con 4.420
kilómetros.
-En lo que respecta a sus picos más altos se encuentran el argentino
Monte Aconcagua, con 6.961 metros; y Ojos del Salado, que posee 6.893
metros de altura y que se ubica en territorio de Argentina y Chile.
-Entre las zonas más interesantes y reconocidas a nivel mundial de este
continente están la selva amazónica, la reserva paleontológica argentina
de Valle de la Luna o la Estepa Patagónica, entre otras.

Qué es América:
Como América se denomina el segundo continente más extenso del mundo.
Está situado en el hemisferio occidental del planeta y ocupa, de norte a sur,
desde el océano glacial Ártico hasta el cabo de Hornos; se encuentra
delimitado por el océano Atlántico por el este y el Pacífico por el oeste. Cuenta
con una superficie aproximada de 40 millones de kilómetros cuadrados, lo que
constituye 30,2% de la superficie emergida de la corteza terrestre, y una
población de casi mil millones de habitantes, es decir, 12% de la población
mundial.
El origen del topónimo América se atribuye al cosmógrafo Américo
Vespucio, quien fue el primero en percatarse de que las tierras pertenecientes
al continente americano no formaban parte de las Indias Occidentales, como se
creyó en un principio, sino que constituían un continente diferente. Como tal, el
nombre se utilizó por primera vez en en el tratado Cosmographiae Introductio,
de Mathias Ringmann, para acompañar al planisferio mural Universalis
Cosmographia, autoría del cartógrafo alemán Martin Waldseemüller.
Como tal, América fue poblada, según la teoría más aceptada al día de hoy,
aproximadamente hace 40 mil años, a partir de emigraciones provenientes de
Asia y el Pacífico. Las civilizaciones aborígenes, en este sentido, se
esparcieron por toda la masa continental y desarrollaron sus culturas y lenguas
durante siglos. Toda esta etapa civilizatoria previa a la llegada del hombre
europeo se suele denominar como América precolombina o América
prehispánica, es decir, antes de la llegada de Colón y de los españoles.
Vea también Prehispánico.

En la historia oficial del continente americano se verifica, tradicionalmente, el


año de 1492 como el momento en que América y Europa empiezan a registrar
un contacto significativo de mutuo encuentro y descubrimiento. No obstante,
existen indicios de que ya desde siglos antes hubo asentamientos vikingos en
la parte norte del continente.
Vea también 12 de octubre.

La división del continente americano siempre ha sido problemática. Por un


lado, encontramos la que separa el continente por subregiones geográficas,
donde se distinguen: América del Sur (del istmo de Panamá hacia el
sur), América Central (desde el istmo de Panamá hasta México), las
Antillas (Antillas mayores, menores e islas Bahamas) y América del
Norte (desde México hasta Canadá).
Por otro lado, atendiendo a las diferencias culturales y lingüísticas, se han
intentado establecer otras divisiones. La más popular es la que distingue a
la América Latina, conformada por el conjunto de países de lenguas y culturas
latinas, como la española, la portuguesa y la francesa, y la América
anglosajona, constituida por naciones de herencia británica. No obstante, se
puede también diferenciar entre las tradiciones culturales latinas y hacer una
distinción más: la América hispana, la América portuguesa y la América
francófona. Finalmente, para evitar todo tipo de polémica, hay quien opta por
designar al continente simplemente como las Américas.

América es el nombre que ostenta uno de los cinco continentes que


compone el planeta tierra y que en materia de superficie se destaca por
ser el segundo más extenso, después del continente asiático.
Uno de los continentes que compone la tierra y el segundo más
extenso
Por caso y dada su ubicación, América, o el continente americano,
como también se lo denomina, ocupa casi todo el hemisferio
occidental del planeta, disponiendo de una superficie que
supera los 42 millones de kilómetros cuadrados.
Para ser más precisos respecto de su ubicación la misma se extiende,
en el norte, desde el Océano Glacial Ártico hasta el Cabo de
Hornos ubicado en el sur.
Las costas del lado oeste se encuentran bañadas por el Océano
Pacífico mientras que las correspondientes al este por el Océano
Atlántico.
Cabe destacarse como característica única y relevante, que América,
es el único de los continentes que comprende desde el polo
norte al polo opuesto, el sur.
Países que lo integran, clima, geografía, y diferencias culturales y
sociales entre la América del Norte y Latinoamérica
En tanto, tal situación lo hace muy variado en materia de climas y
también en lo que respecta a culturas e idiomas.

Habitualmente, en los tratados, mapas y libros de geografía nos


encontramos con la división de este continente en las siguientes
regiones: América del Norte o Norteamérica, América del Sur,
América Central y las Antillas.
En cuanto a la división política, América, está integrada por 35
países nacionales y soberanos (Venezuela, Uruguay, Trinidad y
Tobago, Surinam, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas, San
Cristóbal y Nieves, República Dominica, Perú, Paraguay, Panamá,
Nicaragua, México, Jamaica, Honduras, Haití, Guyana, Guatemala,
Granada, Estados Unidos, El Salvador, Ecuador, Dominica, Cuba,
Costa Rica, Colombia, Chile, Canadá, Bolivia, Brasil, Belice, Barbados,
Bahamas, Argentina, Antigua y Barbuda), por un estado libre pero
asociado a los Estados Unidos, tal es el caso de Puerto Rico, y por
veinticuatro países dependientes de otros estados.
En materia cultural e histórica este continente se divide en América
Latina o Latinoamérica, y en la América Anglosajona, para muchos
también llamada como América del Norte.
En el primero se asientan los pueblos que disponen de una herencia,
una ascendencia española y portuguesa, siendo el idioma español el
lenguaje por excelencia que se habla en los países que la componen,
en tanto, lo mismo ocurre con los usos, costumbres y tradiciones,
ya que persisten aquellas heredadas por parte de los colonizadores
portugueses y españoles.
Mientras que en la América Anglosajona viven aquellos pueblos que
supieron ser conquistados por los ingleses y por tanto el idioma inglés
es el que se utiliza extendidamente para la comunicación, y esto
también implica que muchas de sus tradiciones están asociadas a los
ingleses.
En materia climática y geográfica hay unas características bien
definidas y se mantienen casi calcadas en toda su extensión.

La costa del océano pacifico se encuentran atravesadas desde el


norte al sur por una cadena de montañas que corren paralelas al
océano Pacífico, en tanto, las mesetas proliferan en las costas del
océano Atlántico.

Justamente los océanos que circundan a este continente son una vía
de comunicación con otros continentes, el Atlántico comunica con
Europa y África, el Pacifico con Asia y Australia; y el otro océano que
lo recorre, el Ártico, que casi todo el año permanece congelado por
el clima extremo, no dispone de importancia como vía de
comunicación por tal cuestión climática.
El centro del continente se caracteriza por la presencia de llanuras.

El clima, algo tan relevante para la vida humana, de la vegetación y


la fauna, en casi toda América del Norte es bien frío y hay una zona
más templada, mientras que en América del Sur prevalece el clima
templado.

El navegante español Colón descubre América en 1492


El descubrimiento de América, tal como se denomina al momento
histórico en el cual el continente pasó a ser una realidad para Europa,
marcó de algún modo el nacimiento de América.

Cristóbal Colón, un navegante español que tenía la misión de


encontrar una ruta a través de la cual llegar más sencilla y
directamente a las Indias, fue el primer europeo en llegar a estas
tierras y por tanto se lo designa como su descubridor.
Tal evento se produjo hacia final del siglo XV, en el año 1492.
Ahora bien, la denominación de América proviene de haberle hecho el
honor a otro navegante de aquellos años, Américo Vespucio, quien
fue el primero en identificar a América como un nuevo continente.
Colón creía haber llegado a las Indias orientales.

¿Cuál es el origen del nombre de


América?
El nombre de cada uno de los continentes tiene un origen concreto. Europa
recuerda a una ninfa de la que se enamoró el dios Zeus. Oceanía proviene del
dios Océano, quien tuvo una hija de nombre Asia, madre de las fuentes y los
ríos. La Antártida viene de la palabra griega antartikos, opuesta a artikos,
origen del Ártico. ¿Sabes cuál es el origen del nombre de América?
América recibe su nombre de Americo Vespucio, el primer navegante que
se dio cuenta de que las tierras que había descubierto Cristóbal Colón no
pertenecían a las Indias. Cuando en 1492 Cristóbal Colón llegó a América en
realidad pensaba que estaba en las Indias, lugar al que trataba de llegar
explorando nuevas rutas marítimas. A pesar de que realizó múltiples viajes,
Colón murió en 1506 convencido de que las tierras que exploraba pertenecían
a Asia y no a un nuevo continente.

Americo Vespucio era un navegante italiano que trabajaba en España para la


poderosa familia italiana de los Medici. Entre 1497 y 1503 realizó varios viajes
siguiendo las rutas de Colón. En su segunda expedición, con la orden de
encontrar la manera de bordear las islas descubiertas para llegar a las Indias,
Americo Vespucio se dio cuenta de que en realidad lo que tenía ante sí era
un nuevo continente y no unas islas de la costa asiática. Tras este viaje hizo
dos más y en 1504 y 1505 se publicaron las cartas en las que Americo
Vespucio explicaba con detalle su hallazgo.
En 1507 el cosmógrafo alemán Martin Waldseemüller decidió bautizar al Nuevo
Continente con el nombre de América en honor a Americo Vespucio. Años
más tarde Waldseemüller supo quién había sido el verdadero descubridor de
América y trató de cambiar el nombre, sin éxito. En homenaje a Cristóbal
Colón se llamó Colombia a una gran extensión de las tierras que él mismo
había descubierto.

Origen de america
Hay varios retos que implican y especulan sobre el origen verdadero del nombre del continente americano. De
acuerdo a los relatos históricos, el nombre de América viene de un homenaje a un italiano llamado Américo
Vespucio, un explorador que vivió entre 1454 y 1512. Por lo tanto, el tributo ya no era dado a Cristóbal Colón,
que fue realmente el ‘descubridor’ de estas tierras. Cuando Colón llegó a América, específicamente la sección
geográfica en la que es hoy América Central, pensó que había llegado a las Indias y no que se trataba de un
nuevo lugar geográfico. Así que muchos historiadores han dieron el mérito del descubrimiento finalmente a
Américo Vespucio, por ser el primer navegador en apoyar y promover – sobre la base de las descripciones
realizadas durante el viaje – que las tierras que Colón había descubierto pertenecían a un nuevo continente. Las
declaraciones de Vespucio cobraron crédito en Europa, y fue reconocido, sin embargo en el año 1512 tras su
muerte, sin imaginar que su nombre fue dado al continente.

Fuente original: Escuelapedia.com

¿Cuál es el origen del nombre de


cada país de América Latina?
Algunos surgen de los nombres de sus pueblos originarios, otros fueron
rebautizados tras la llegada de los españoles y portugueses, y otros
tantos recuerdan a aquellos que lucharon por la independencia de la
región.

En BBC Mundo nos preguntamos cuál es el origen de los nombres de los


países de América Latina.

Aquí te mostramos un resumen de las respuestas que encontramos. ¿Tienes


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ARGENTINA
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionBuenos Aires se formó a
orillas del Río de la Plata, que luego dio origen al nombre de Argentina.

El nombre del país significa plata y proviene de la palabra del Latín "argentum"
y la española "argénteo".

"Por el año 1554, aparece por primera vez en una pieza cartográfica la
denominación de Terra Argentea", explica el Ministerio de Defensa de
Argentina en su página web.

Y es que el país toma el nombre de su ubicación geográfica a orillas del Río de


la Plata, famoso entre los exploradores del siglo XVI como vía de tránsito en el
Virreinato del Perú.

BELICE
Una teoría sostiene que el país toma el nombre del río Belice que se encuentra
en ese territorio y que derivaría de la palabra maya Balis, que significa
"fangoso" o "regado".

Otra versión argumenta que Belice es una mala pronunciación del español del
nombre Peter Wallace, un aventurero escocés que se habría establecido en
estas tierras, según explica el Diccionario Oxford de Topónimos del Mundo.

 Los mejores y peores países de América Latina para hacer negocios

BOLIVIA
Tal vez la denominación de este país sea una de las más predecibles de la
lista.

Responde a una derivación del nombre del militar y político Simón Bolivar, uno
de los padres de la independencia de Sudamérica en el siglo XIX.
BRASIL
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionBrasil le debe su nombre a
un árbol.

El nombre del país surge de un árbol que es de un color rojo intenso casi
similar al de las brasas encendidas.

Los portugueses que llegaron a esas tierras lo llamaron Pau Brasil. Es muy
común hallar esta especie en este territorio de América del Sur y los
aborígenes lo utilizaban por su tinte.

CHILE
Existen muchas teorías de por qué el país adquiere ese nombre.

Algunos historiadores sostienen que el nombre deriva de la palabra chilli del


idioma aborigen quechua o aimará, que significa confín, porque era el fin del
imperio para los Incas.

Otro dicen que las tierras de chilli o tchili para los Incas eran "frío" o "nieve".

Y por último, otros estudiosos argumentan que el nombre del país proviene
de trih o chil, que los aborígenes utilizaban para referirse a un pájaro con
manchas amarillas en sus alas, según explicaba el diario chileno La Nación.

 ¿Cuáles son los países de América Latina que mejor y peor les pagan a las mujeres?

COLOMBIA
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionEl nombre del país de
Colombia solo tiene 153 años.

Su denominación surge como homenaje al explorador y navegante Cristóbal


Colón, que encabezó la primera expedición española que llegó a América en
1492.

El país responde a este nombre desde hace 153 años. Anteriormente fue
llamado Nueva Granada y Gran Colombia. Todos estos cambios también
estuvieron acompañados de modificaciones en la extensión de su territorio a
través de los años.

COSTA RICA
Cristóbal Colón habría sido quien dio nombre a este país al llegar a estas
tierras en su cuarto viaje y tras creer que allí encontraría grandes cantidades de
oro, según explica el Diccionario Oxford.

Sin embargo, el investigador costarricense Dionisio Cabal sostiene la hipótesis


de que el nombre Costa Rica en realidad se escribe Costarrica y proviene de
los aborígenes Huetar que habitaban esta zona de América Central. Y su
significado apuntaría a cómo estos indígenas llamaban a su pueblo o a un
asentamiento dentro de su comunidad.

CUBA
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionEl nombre Cuba proviene
del idioma de los primeros habitantes de la isla.

Muchas teorías aparecen en torno al origen y significado del nombre de esta


isla del Caribe.

Algunas sostienen que proviene de la palabra Ciba que entre los aborígenes
taínos que habitaban estas tierras significa "piedra, montaña, cueva".

Otra es que proviene de la palabra taína cohiba, a la que supuestamente los


nativos se referían cuando nombraban a este territorio.

Una tercera es que responde a la palabra árabe coba, que significa mezquita
con cúpula y haría referencia a la forma de las montañas que se ven desde la
Bahía de Bariay, donde Cristóbal Colón desembarcó.

Y una cuarta (aunque pueden haber más) es que como Cuba está ubicada en
el centro del Caribe, su nombre podría ser una derivación del
taíno Cubanacan que significa "lugar del centro", según el Diccionario Oxford.

 4 de los sectores económicos de América Latina que más usan paraísos fiscales

ECUADOR
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionLa línea del Ecuador marca
la división entre el hemisferio norte y sur.

Este es otro de los pocos ejemplos que encontramos en la región en el que no


hay dudas de por qué se llama así.

El nombre responde claramente a la ubicación geográfica del país, en la


famosa línea imaginaria del ecuador que divide la tierra en hemisferio norte y
sur. Esa denominación la adquirió en 1830 tras la separación del territorio de la
Gran Colombia.
EL SALVADOR
El país toma el nombre de El Salvador por una fortaleza española que estaba
situada en donde hoy se ubica la capital, San Salvador, según el diccionario
Oxford. Si bien la fecha no está registrada, la primera evidencia de su nombre
se encuentra en el Archivo de Guatemala, y data del año 1525, explicó el
gobierno de El Salvador el año pasado al cumplirse 100 años del nombre oficial
de "República de El Salvador", publicó el diario elsalvador.com

GUATEMALA
Documentos sostienen que el nombre de Guatemala ya aparecía con esa
grafía en el año 1524, según una investigación del diario Prensa Libre de
Guatemala.

Deriva de la palabra Quauhtemallan del idioma náhualt y es el nombre con que


los indígenas llamaban al territorio cakchique. Entre los varios significados que
responden al vocablo están: "lugar arbolado, acumulación de madera o también
tierra de águilas", explicael Diccionario Oxford.

HAITI
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionEl grupo aborigen Tainos
también dio origen al nombre Haití.

Haití deriva del idioma arahuaca, que era la lengua de los habitantes primitivos
del lugar y que significa "tierra de montañas".

Ese era el nombre que los taínos le dieron a la parte oeste de la isla que
comparte con República Dominicana.

 Los mejores y peores aeropuertos de América Latina

HONDURAS
Al igual que en Nicaragua, Cristóbal Colón también llegó a las cosas de
Honduras en su cuarto viaje a principios del 1500. Si bien no está claro quién
bautizó a estas tierras, el historiador chileno Robustiano Vera sostuvo que los
navegantes describían sus aguas costeras como "honduras o fondos".

Mientras, para el geógrafo francés Elisée Reclus el nombre de Honduras lo


designó otro expedicionario: Bartolomé de las Casas, que habló de la tierra de
"Hondure" y que tenía origen aborigen, según describe el diario La Tribuna.

JAMAICA
Su nombre proviene también del idioma taíno y responde a la
palabra Xaymaca o Yamaya, aunque con las traducciones al español y con el
paso de los años terminó en Jamaica. Su significado es "tierra de bosques y
agua".

MÉXICO
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage caption¿Sabías que México
proviene de Metztlixihtlico?

México es la traducción y simplificación al español de Metztlixihtlico, el nombre


con el que los aztecas denominaban a su capital. Significa "en el centro de la
luna" o ya que mētztli responde a luna, xictli a centro y co a lugar.

Algunas teorías sostienen que el verdadero significado de México es "el


ombligo de la luna".

 ¿Cuáles son los 6 países más desiguales de América Latina?

NICARAGUA
El nombre de Nicaragua proviene de lengua aborigen, aunque hay discordancia
en torno a su significado.

Algunos sostienen que es una derivación del nombre de un jefe indígena


llamado Nicarao más la palabra agua. Otros afirman que el grupo de los
nahaos denominaron a esta zona Nicanahuac, que significaba "hasta aquí
llegaron los nahoas" y con el paso del tiempo la palabra evolucionó en
Nicaragua, ante la dificultad de los españoles para pronunciarla, según destaca
el diario Hoy de Nicaragua.

PANAMÁ
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionLa ciudad de Panamá dio
nombre al país.

Este es otro caso cuyo nombre tiene varias interpretaciones.

Se sabe que el país recibe esta denominación nombre por la ciudad de


Panamá, capital del país. El origen de la palabra provendría de los pueblos
originarios de esa zona. Su significado es "abundancia de peces y mariposas".
Otros investigadores dicen que en realidad responde al nombre de un árbol
llamado panamá que utilizaban los aborígenes para hacer reuniones.

Una tercera teoría sostiene que Panamá, surge de la frase panna mai de la
lengua indígena cuna y que significaba "más allá".
PARAGUAY
Hay dos versiones en torno al significado del nombre. Si bien la denominación
también proviene del guaraní, como tantos otros nombres de países de la
región, las traducciones a veces no coinciden.

Algunos dicen que Para refiere a "mar", que Gua, "originario de" e y a "agua". O
sea: "agua que viene del mar". Sin embargo, el investigador paraguayo Jorge
Rubiani señala que el nombre proviene de Paragua, y era el de un cacique que
pactó con los españoles. El significado: "corona de plumas".

 ¿En qué países de América Latina es más caro y más barato ir al cine?

PERÚ
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage captionEl nombre de Perú es mucho
más antiguo a la llegada de los españoles.

El nombre de este país parece ser anterior a la llegada de los españoles a


estas tierras.

Para el Diccionario Oxford, proviene de Birú o Perú, que en guaraní significa


"río". Pero según el historiador Raúl Porras Barrenechea Birú era el nombre en
realidad de un cacique del sur de Panamá y que, por lo tanto, todas esas
tierras recibían ese nombre.

Otras teorías sostienen que Perú surge de la palabra Viru, que es una palabra
Quechua.

PUERTO RICO
Los aborígenes taínos que habitaban esta isla la llamaban Boriquén o
Borinquen, que significa "Tierra del Altísimo o del Gran Señor". Y de ahí
también surge el gentilicio "boricua".

Cristóbal Colón la rebautizó San Juan Bautista. Pero el actual nombre


respondería a las riquezas que partían del puerto de San Juan (capital actual
de la isla) hacia España.

REPÚBLICA DOMINICANA
Primero se llamó Santo Domingo (nombre actual de su capital). Y luego se la
denominó República Dominicana.
Una teoría sostiene que toma el nombre de la orden religiosa de los Padres
Dominicos que se estableció en el lugar para evangelizar, explicó la
historiadora Celsa Albert Batista.

Otra teoría es que Cristóbal Colón llegó a esta isla un día domingo y por ello el
nombre, aunque el navegante denominó a toda la isla (territorio compartido
entre República Dominicana y Haití) La Española.

 Los 3 países de América Latina en la "lista negra" de la piratería (y uno que logró salir)

URUGUAY
Derechos de autor de la imagenAFPImage captionLos guaraníes dieron origen al
nombre de Uruguay.

Se conoce que la palabra proviene de la lengua aborigen guaraní, aunque


existen varias versiones en torno a su significado.

Según el Diccionario Oxford de Topónimos del Mundo, el nombre del país pudo
haber derivado de uruguä, que para los guaraníes significaba una especie de
"mejillón o caracol".

También señala que podría provenir de Uru, un tipo de ave que habitaba la
zona del río; Gua, que significa "que viene de" e y que representa "agua".

Otra de las teorías que los uruguayos aprenden en la escuela es que el nombre
del país significa "río de los pájaros pintados".

VENEZUELA
Es la "pequeña Venecia", ante su parecido con la ciudad italiana, según la
definieron los exploradores españoles Alonso de Ojeda y Amerigo Vespucci al
observar que las viviendas de los pueblos nativos en las costas de Maracaibo
estaban construidas sobre pilotes de madera.

Sin embargo, documentos sostienen que los primeros navegantes que llegaron
a estas tierras hicieron contacto con los aborígenes que vivían en una pequeña
isla llamada Veneci-uela, según señala un artículo del diario venezolano, El
Nacional.
DEFINICIÓN DE LATINOAMÉRICA
Latinoamérica (o América Latina) es un concepto que refiere a un
cierto conjunto de países que se encuentran en el continente
americano. La delimitación de ese conjunto puede variar ya que existen
diferentes criterios para la conformación del grupo.
Por lo general, Latinoamérica se refiere a los países americanos
cuyos habitantes hablan en español o en portugués. De esta
manera, quedan afuera del grupo naciones como Jamaica o Bahamas.
En ciertos ámbitos, en cambio, la idea de Latinoamérica suele asociarse
al conjunto de países americanos situados al sur de los Estados
Unidos. Por eso, con mayor precisión, se habla de Latinoamérica y el
Caribe como una unidad. Así entran en el grupo naciones
como Guyana, Surinam y Belice. Además de todas estas características
también tendríamos que subrayar otros datos de interés acerca de
América Latina:
• La esperanza de vida de sus habitantes oscila entre los 70 y los 80 años
de edad.
• Las ciudades más importantes que posee, desde un punto de vista
poblacional, son Ciudad de México, Buenos Aires, Bogotá, Río de Janeiro,
Sao Paulo, Santiago, Caracas, Lima o Guadalajara.
• Teniendo en cuenta los acontecimientos históricos a los que ha tenido
que hacer frente Latinoamérica, tales como el colonialismo, tendríamos
que subrayar que su población se puede clasificar en cuatro grandes
grupos en cuanto a etnias se refiere: mestizos, afroamericanos, indígenas
y criollos.
• Además del castellano, el francés o el portugués, los habitantes de
América Latina también hablan otra serie de idiomas o lenguas como son
el guaraní, el quechua, el maya o el aymara.
• Desde un punto de vista religioso, la doctrina que más fieles tiene en
esta parte del globo terráqueo es el cristianismo católico. En este sentido
hay que destacar que precisamente el actual Papa Francisco ha sido el
primer Sumo Pontífice que es originario de Latinoamérica, en concreto es
de Argentina.
• No menos importante es hacer referencia a la educación en esta zona. Al
respecto, podríamos subrayar que los países más avanzados en la materia,
que cuentan con los sistemas educativos mejores y más cualificados son
México y Brasil. A la zaga le siguen Chile y Colombia.
• Brasil, Chile y Argentina son, por su parte, los países de Latinoamérica
más avanzados en materia de salud.

En general, los países latinoamericanos comparten características


culturales y sociales ya que han sido territorios coloniales de las mismas
naciones europeas (España, Portugal y Francia). De todas formas,
además de las diferencias de idioma, también pueden mencionarse
múltiples variaciones políticas, ambientales y de otro tipo.
Puede decirse que Brasil es la principal economía de Latinoamérica,
seguido por México y Argentina, en ese orden. En términos de
población, Brasil lidera el listado y detrás
aparecen México y Colombia. Ciudad de México, San
Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro y Lima son, por otra parte, las
ciudades más pobladas de Latinoamérica.
Por todas las características mencionadas, es difícil hablar de América
Latina como una unidad. Incluso en la cultura muestra una rica
diversidad, ya que combina, según el territorio, elementos de las culturas
nativas (inca, maya, etc.) con influencias europeas y africanas

Latinoamérica (también llamada alternativamente América Latina)


es una subregión dentro del continente americano que incluye todos
aquellos países que han sido conquistados y colonizados por los
países ibéricos de España y Portugal. Así, el territorio conocido
como Latinoamérica (por el habla de idiomas derivados del latín)
ocupa desde México hasta el polo sur, cubriendo todos los países de
América Central y casi todos los de América del Sur a excepción de
los pequeños territorios donde se habla inglés, francés u holandés.

Latinoamérica (también llamada alternativamente América


Latina) es una subregión dentro del continente americano que
incluye todos aquellos países que han sido conquistados y
colonizados por los países ibéricos de España y Portugal. Así,
el territorio conocido como Latinoamérica (por el habla de
idiomas derivados del latín) ocupa desde México hasta el polo
sur, cubriendo todos los países de América Central y casi
todos los de América del Sur a excepción de los pequeños
territorios donde se habla inglés, francés u holandés.
Debido a su extensión a lo largo de casi todo el planeta en sentido
norte-sur, Latinoamérica posee una gran diversidad de climas y
biomas, así como también un importante caudal de recursos
naturales que la han hecho históricamente una de las regiones más
codiciadas y explotadas: metales preciosos, climas y tierras aptos
para todo tipo de agricultura y ganadería, petróleo, gas y otros son
algunos de los recursos que se encuentran en este subcontinente y
que, paradójicamente, han servido más a la riqueza de las grandes
potencias y al desamparo de los propios latinoamericanos.

En Latinoamérica encontramos una mayoría de países que hablan


idioma español como resultado de la gran extensión antes dominada
por España y Brasil, único territorio de América Latina en el que se
habla portugués. A pesar de compartir un mismo idioma, los
territorios previeamente dominados por España han desarrollado
diferentes tipos de lenguaje que mezclan y combinan de manera
particular tradiciones nativas así como también el lexico que los
inmigrantes europeos fueron trayendo a lo largo de la historia.

En este sentido, es muy importante señalar que América Latina es


una de las regiones más ricas en términos culturales y sociales
debido tanto a la presencia de las culturas precolombinas como a las
transformaciones acaecidas luego de la conquista y dominación
europea. Así, cada región de Latinoamérica posee un espíritu propio,
tradiciones, costumbres, formas de pensar distintas. Incluso esto
se hace muy visible entre diferentes regiones de un mismo país que
no están más que conectadas entre sí por fronteras artificialmente
armadas. Socialmente, Latinoamérica se compone en gran parte de
la herencia de las sociedades nativas como de las europeas que
dejaron su marca y a esto debemos sumar la importante presencia en
regiones como el Caribe, Brasil y Venezuela de factores africanos
debido a la esclavitud.

Latinoamérica, también conocida como américa latina es una


palabra que hace alusión a aquel conjunto de países que están
ubicados en el continente, que poseen la particularidad de poseer
como lengua materna el español, el portugués o el francés. Es
decir que su acepción se emplea para describir los países y naciones
que hablan la lengua española y la portuguesa; que cabe destacar no
incluye aquellos países de origen y cultura anglosajones. La palabra
se usó por primera vez en 1856 en una conferencia en Paris del
escritor, filósofo y político chileno Francisco Bilbao, para luego
ser utilizada nuevamente por otro escritor, pero en su poema Las dos
Américas, este hombre era de origen colombiano llamado José María
Torres Caicedo.
El vocablo Latinoamérica abarca una serie de concepciones
territoriales, geográficas, culturales y lingüísticas. Cuando se
habla de américa latina se hace referencia a ese grupo de países
entrelazados por la historia de la conquista y el idioma, pero además
de un continente marcado por la variedad y pluralidad de sus
tradiciones, costumbres, política, gastronomía, economía, cultura
y sobre todo por sus pueblos.

El territorio que engloba Latinoamérica es de más de 20 millones de


kilómetros cuadrados de superficie, que equivale alrededor del
13.5% de la superficie manifestada del planeta tierra. Gracias a su
extensión Latinoamérica posee un gran diversidad biológica y
geográfica; se habla de que podemos conseguir casi todos los tipos
de climas del mundo, además que existe una abundante variedad de
especies de animales y vegetales. Es importante decir que también
pueden encontrarse con algunos de los ríos más extensos e
importantes junto con una serie de recursos minerales tales
como petróleo, plata, cobre y litio.
En cuanto a su historia, sus inicios se remontan al desarrollo de los
pueblos amerindios durante la llamada época precolombina. Los
inicios del proceso de colonización del continente fueron a partir de
alrededor de 1492 fecha del descubrimiento del continente americano
por los españoles, mediante las expediciones españolas hacia
América. Y es en el siglo XIX cuando se emanciparon de sus
metrópolis antiguas, es decir de Francia, España y Portugal, para
luego independizarse.

Las expresiones Latinoamérica y América Latina, a pesar de ser comúnmente aceptados


por la población de los países a los que se refiere, tienen sus detractores, en especial
entre los grupos hispanistas, indigenistas y antirracistas: los primeros por dar prioridad a la
influencia española y los dos últimos por considerar que se trata de un
término eurocentrista impuesto por los colonizadores, ya que jamás podrían considerarse
de origen latino ni los indígenas, ni los afroamericanos, decisivos cuantitativa y
cualitativamente en la composición de la población.18 Incluso en muchos casos los
indígenas no hablan idiomas europeos. Como concesión ante estas críticas, en la
actualidad se utilizan otras palabras como Hemisferio, Hemisferio Occidental o las
Américas, en plural. También se cuestiona el uso del término «hemisferio», pues puede
referirse a cualquier parte del mundo y también porque, como sucede con «hemisferio
occidental», implica una disolución de la propia identidad
americana.[cita requerida] Adicionalmente, las naciones y pueblos no latinos del Caribe
consideran que la expresión «América Latina» no los abarca, porque no hablan una lengua
romance.[cita requerida] De hecho, incluso autores brasileños como Nélida Piñón dudan de que
el nombre abarque a su país, por no ser hispano.19
El uso mismo del nombre «América» ha sido históricamente controvertido. A principios del
siglo XIX, el líder independentista Simón Bolívar quiso llamar a toda la región «Colombia»,
en honor a Cristóbal Colón.20 Según el parecer del Libertador, Colón tenía más mérito
que Américo Vespucio para dar nombre al continente («América» se hizo popular en
Europa por las cartas geográficas de Mercator, primeros planos de América que salían de
España hacia el resto de Europa). Antiguamente, se utilizaba el término «Indias
Occidentales» para nombrar al continente. El subcontinente sur también era llamado
«América Meridional» o «América del Mediodía». En cuanto al subcontinente norte,
la Nueva España era también conocida como la «América Septentrional», México se
declaró independiente con ese nombre durante el Congreso de Anáhuac en 1813.
El término latinoamericano también es criticado en cuanto a que, según muchos
estudiosos, parece integrar de manera forzada a las colonias francesas que en poco se
parecen histórica y culturalmente al resto de las regiones latinoamericanas, debido a la
política de Napoleón III durante la intervención francesa en México (1862-1867), que
según él justificaba el establecimiento de un "Imperio Latinoamericano" bajo la influencia
francesa.21 El escritor mexicano Carlos Fuentes, por su parte, acuñó la variante "Indo-Afro-
Ibero América" en su libro Valiente mundo nuevo (1990). Sin embargo, apuntar
contemporáneamente a la península Ibérica (España y Portugal) como único integrador de
la población de estos países americanos excluye a la gran población
de inmigrantes originarios de otros países y continentes, como Europa (en
particular Italia y Alemania), África y Asia (Armenia, Líbano, Oriente
Medio, China, India, Japón). Una vez obtenida la independencia de España y Portugal
durante el siglo XIX, nuevos grupos de inmigrantes pasaron a conformar la población de
muchos de estos países y se mezclaron con los grupos de población existentes en las
diferentes regiones de América. Además, hoy existe un gran número de inmigrantes en la
población procedentes tanto de Canadá como de los Estados Unidos u otros países de
América.
Va cobrando fuerza en ámbitos internacionales una nueva postura teórica sobre la
«América Latina», que se vincula más a aspectos antropológicos y sociológicos que
al lingüístico, y parte del concepto «horizonte cultural».20 Se entiende por este último al
espacio geográfico y temporal en el que prevalecen pautas culturales comunes, las cuales
pueden incluir la utilización de una lengua determinada. En este sentido, los partidarios de
esta postura entienden que países del Caribe, Centro y Sudamérica como Jamaica,
Surinam, Barbados o Belice son parte de América Latina, ya que las pautas culturales de
la población de los mismos poseen similitudes con otros países latinoamericanos,
diferenciándose de las prácticas de las naciones de América Anglosajona, a la que ven
como otro horizonte cultural. Asimismo, la región francófona de Canadá (pese a que el
francés es una lengua latina) la incluirían en la América Anglosajona, por los mismos
motivos anteriormente expuestos. Entre los partidarios de esta postura encontramos a
reconocidos estudiosos, como Miguel Rojas Mix, Ricardo Méndez, Pedro Cunill Grau, John
Cole, Rodolfo Bertoncello, Diego M. Ríos y Andrea Salleras.

Historia
Artículo principal: Historia de América Latina

La idea de «América Latina» apareció en el siglo XIX y presupone que la región debe
definirse a partir de categorías europeas, en particular "lo latino". Por lo tanto, en rigor, no
puede haber una historia de América Latina anterior al 12 de octubre de 1492.
Adicionalmente y debido a la naturaleza étnico-geográfica de la noción, tanto las culturas
indígenas como afroamericanas no están incluidas en el concepto. Finalmente, desde
1492 hasta el presente, la presencia latina en el continente ha ido cambiando
geográficamente y continúa cambiando, de modo tal que territorios que hace unos siglos
pertenecían a América Latina, hoy ya no pertenecen y viceversa.

¿Cuál es el origen del nombre de las


capitales de América Latina?

Muchas llevan el nombre de santos de la iglesia católica, otras son


derivaciones de palabras de pueblos originarios y para otras existen
tantas teorías que es difícil saber con exactitud cuál es su origen.

Lo cierto es que en su mayoría, las capitales de los países de América Latina


nacieron mucho antes de que estos declararan su independencia, por lo que
están cargadas de historias y acontecimientos acumulados a lo largo de siglos.
 ¿Cuál es el origen del nombre de cada país de América Latina?

En BBC Mundo buscamos respuestas al significado del nombre de esas


ciudades, pero también queremos preguntarte si puedes y quieres aportar
alguna otra teoría sobre el origen de los mismos.
¿Te animas? Puedes hacerlo a través de nuestra página de Facebook haciendo
clic aquí.

ASUNCIÓN
Asunción es el nombre oficial de la capital de Paraguay.
Pero cuando fue fundada, en 1537, recibió el nombre de "La Muy Noble y Leal
Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción". En 1541 fue la creación
del Cabildo, porque hasta ese entonces solo había un gobierno militar, señala
el diario ABC de Paraguay.

La ciudad fue bautizada por Domingo Martínez de Irala, un conquistador y


explorador español que luego se convirtió en gobernador general de la
localidad.
Y claramente, Asunción es un de los ejemplos de ciudades de América Latina
que deben su nombre a la iglesia católica, cuya religión el imperio español
impuso durante sus conquistas.

A Asunción también se la conoce como la "Madre de las Ciudades" porque,


durante la conquista española, desde allí partieron varias expediciones hacia
diferentes puntos del cono sur para fundar otras ciudades.

BELMOPÁN
Belmopán es la capital de Belice, el país centroamericano que es uno de varios
territorios de América Latina y el Caribe que tienen a Isabel II como reina.
 Los países y territorios de América en los que aún reina Isabel II
La capital beliceña es una de las más jóvenes de América Latina, ya que su
fundación se produjo en 1970.

Su nombre surge de la combinación de la denominación de dos ríos del


territorio: el Belice y el Mopán.

El nombre de este último hace referencia a el grupo indígena que habitaba esa
región.

BOGOTÁ
También llamada Santa Fe de Bogotá, Distrito Capital y Bogotá DC, es la
capital de Colombia.
Y Bogotá es otro ejemplo de ciudad latinoamericana que recibió numerosos
nombres antes y después de su fundación en 1538.
"Bogotá, Facatá o incluso Mueketá, que significarían algo así como fin del valle,
remate de sierra o extremidad del campo, era un poblado indígena", explica la
Secretaría General de Colombia en su sitio web.

Esas palabras tienen origen en el vocablo 'Bacatá', propio del idioma 'chibcha'
hablado por el pueblo indígena muisca, habitante de estas tierras en el norte de
América del Sur.
Para los muiscas, 'Bacatá' era el sitio más importante de su civilización.
 Cuáles son los países de América Latina que más dependen de las remesas y cómo pueden
verse afectadas por los cambios migratorios impulsados por Donald Trump en Estados
Unidos
En 1538, se estableció ahí un asentamiento militar que fue denominado
Nuestra Señora de la Esperanza y en 1540, la corona española bautizó a la
ciudad como Santafé.

Recién en 1819, después de la independencia, la ciudad volvió a tener el


nombre indígena Bogotá, como se la denominaba antes de la llegada de los
españoles.

BRASILIA
Como su nombre lo indica, la capital de Brasil responde al nombre del país.
Brasilia se convirtió oficialmente en la capital brasileña en 1960 luego de que se
planeara su construcción con la intención de crear una capital en el centro del
país.

Hasta este entonces, Brasil había contado con dos ciudades capitales:
Salvador de Bahía y Río de Janeiro, ambas en la costa del país.
El nombre de Brasilia fue sugerido muchos años antes, en 1821, por José
Bonifácio de Andrada e Silva, un naturista y político brasileño conocido como el
"Patriarca de la Independencia".

BUENOS AIRES
Podría ser que los conquistadores españoles que llegaron a la capital Argentina
por primera vez hayan bautizado a estas tierras con el nombre de Buenos Aires
por su aire limpio y puro.
Pero la historia es otra. La Ciudad de Buenos Aires, Ciudad autónoma de
Buenos Aires o Capital Federal, como se la conoce actualmente, recibe su
denominación por una devoción católica.
El nombre que se decidió en su primera fundación en 1536 fue Real de Nuestra
Señora Santa María del Buen Ayre.

El conquistador español Pedro de Mendoza dio ese nombre a la ciudad en


honor a la patrona católica de los navegantes sevillanos, Nuestra Señora del
Buen Ayre, también del Buen Aire o la virgen Bonaira.
 Las 6 economías que crecerán más y menos en América Latina en 2018
En la segunda fundación de la ciudad, en 1580, otro español explorador, Juan
de Garay, la rebautizó como Ciudad de la Trinidad. Y, curiosamente, ese fue su
nombre oficial hasta hace unos escasos 22 años.
"Nunca nadie se preocupó por cambiarle el nombre, hasta que en 1996 se le dio
oficialmente el nombre actual: Ciudad Autónoma de Buenos Aires", le cuenta a
BBC Mundo, Diego Zigiotto, periodista y autor de "Las mil y una curiosidades
de Buenos Aires".

Pese a la variedad en los nombres, muchos coloquialmente llaman a la ciudad


"baires" o CABA, por la abreviatura de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
CARACAS
El nombre oficial de la capital de Venezuela es en realidad Santiago de León de
Caracas.

La ciudad fue fundada en 1567 en manos del conquistador español Diego de


Losada.

Existen varias teorías del por qué la capital venezolana lleva ese nombre.

No se discute que Santiago es por el apóstol de la iglesia católica y León un


homenaje al gobernador de la provincia en ese momento, Pedro Ponce de
León y Riquelme.
Pero de Caracas se dice que fue en honor a las tribus indígenas que habitaban
esas tierras,llamadas "El valle de los Caracas".

Otra hipótesis es que el nombre Caracas deriva de una hierba o flor común en
los campos del territorio que los nativos llamaban caraca.

GUATEMALA
Tanto el país centroamericano como su capital comparten nombre, aunque la
ciudad oficialmente se llama Nueva Guatemala de la Asunción desde su
fundación por parte de los españoles en 1776.
Guatemala deriva de la palabra náhuatlQuauhtemallan.

Entre los varios significados de la palabra están "lugar arbolado, acumulación


de madera o también tierra de águilas", explica el Diccionario Oxford.
 ¿Qué países de América Latina se volvieron más ricos y pobres en 2017?

LA HABANA
La actual capital de Cuba fue fundada en 1519 con el nombre de Villa de San
Cristóbal de La Habana.
San Cristóbal, por el santo elegido como patrón de la ciudad, y Habanaporque
así se llamaban los primeros asentamientos, según una publicación del portal
EcuRed.

Hay muchas teorías sobre el origen del nombre Habana.


Pero la más conocida es que La Habana deriva de un cacique taíno
llamado Habaguanex.
 ¿Qué países de América Latina ofrecen los trabajos de mejor calidad?

LIMA
La capital de la República del Perú es Lima, fue fundada en 1535.
Una de las teorías sobre el origen del nombre de la ciudad es que proviene de
la palabra quechua Limaq.
Aunque, según destaca el lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino en el sitio web de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, la palabra Limaq es a su vez una
derivación de Rimaq"que refleja el fonetismo propio de la variedad quechua
hablada en la costa centro-sureña peruana".
Y su significado es "el que habla" o "aquel que tiene la capacidad de hablar".
Según el texto, sin embargo, el nombre no se refiere a los habitantes de la
ciudad, sino al río Rímac que se lo conoce como "el río hablador", porque al
arrastrar piedras en su cauce genera un sonido similar a un balbuceo.

*Uno de nuestros lectores, Rodrigo Jesús Garcia Cisneros, nos aclara que el
fundador de la ciudad Francisco Pizarro le puso el nombre de "Ciudad de los
Reyes" y que también se la llamaba la "tres veces coronada villa".
 Los países de América Latina que mejor y peor evalúan al Papa (y cómo Chile se convirtió
en el que más lo rechaza)

 MANAGUA
 Managua es la capital Nicaragua desde 1852.
 Según algunas teorías, el nombre de la ciudad se origina en el idioma
náhuatl 'Mana-huac-c', que significa "donde hay agua". Y esto sería así
porque la capital incluye el Lago Xolotlán
 Otra teoría sostiene que el origen de Managua es antillano y que "ma"
significa grande, "ana", flor y "guá", ésta que es.
 Por lo tanto, Managua quiere decir "esta gran flor", según opina el
ingeniero nicaragüense, Alfonso Valle, en un ensayo publicado en el sitio
web de la alcaldía de la capital nicaragüense.
 *El lector de BBC Mundo Alvaro Jose Rivera nos envió un comentario
recordándonos que antiguamente León era la capital de Nicaragua y lo
fue hasta 1824.
 MÉXICO
 La Ciudad de México, capital de México, no siempre fue denominada
así.
 Ese nombre lo instauró el conquistador español Hernán Cortés que
reemplazó la denominación original de México-Tenochtitlán en 1535.
 La capital mantuvo ese nombre hasta 1970 cuando se lo cambió
a Distrito Federal. Pero en 2016 volvió al original Ciudad de México.
 México es la traducción y simplificación al español de Metztlixihtlico, el
nombre con el que los aztecas denominaban a su capital.
 Significa "en el centro de la luna" o ya que mētztli responde a luna, xictli a
centro y co a lugar.
 Algunas teorías sostienen que el verdadero significado de México es "el
ombligo de la luna".
 MONTEVIDEO
 Uruguay tiene como capital a Montevideo que fue fundada en 1726.
 Y existen múltiples teorías sobre el origen de su nombre.
Algunos dicen que la palabra apareció primero en mapas españoles como
"Monte VI D. E-O", que significaría "el sexto monte de Este a Oeste".
Esto porque así se le veía al navegar por la costa del Río de la Plata, señala la
periodista de BBC Mundo Ana País en su artículo "El Montevideo de
Minnesota: la extraña experiencia de visitar el puedo en Estados Unidos que se
llama como la capital de Uruguay".
 El Montevideo de Minnesota: la extraña experiencia de visitar el pueblo en Estados Unidos
que se llama como la capital de Uruguay

Otros opinan que surge de la inscripción "Vidi" que dejó el explorador italiano
Américo Vespucio cuando descubrió ese mismo monte en 1501.
Y otros sostienen que, al ver el cerro, un vigía que navegaba junto al
explorador portugués Fernando de Magallanes gritó: "Monte vide eu", lo que se
traduce como: "He visto un monte", en una mezcla de latín, gallego y
portugués.
 ¿Por qué los uruguayos son sólo 3 millones desde hace más de 30 años?

PANAMÁ
País y capital comparten el nombre y su significado tiene varias
interpretaciones.

La palabra Panamá procedería de los pueblos originarios de esa zona de


Centroamérica.
Y según algunas teorías su significado es "abundancia de peces y mariposas".

Otros investigadores dicen que en realidad responde al nombre de un árbol


llamado panamá que utilizaban los aborígenes para hacer reuniones.
Una tercera teoría sostiene que Panamá, surge de la frase panna mai de la
lengua indígena cuna y que significaba "más allá".

La ciudad fue fundada en 1519 con el nombre de Nuestra Señora de la


Asunción de Panamá.
 Los 10 países de América Latina donde las personas están más endeudadas

PUERTO PRÍNCIPE
Es la capital del país caribeño Haití.
Se cree que la ciudad recibe el nombre de un barco 'Le Prince' cuyo capitán era
Saint-André y que llegó a esas tierras en 1706.

Pero no fue hasta 1749 que la ciudad recibió el nombre de Puerto Príncipe con
su fundación en manos de franceses.

QUITO
Aunque todos conocen a la capital de Ecuador simplemente como Quito, su
nombre oficial es San Francisco de Quito.
No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen del nombre de la capital "porque la
mayoría de las teorías se acercan más a una leyenda", señala un artículo del
diario ecuatoriano El Telégrafo.
La teoría más aceptada en torno al nombre es que Quito proviene de la lengua
chibcha, de los aborígenes Quitu-Cara, habitantes originarios de la zona
Pichincha en Ecuador.
La palabra quitu significa lugar o espacio en el centro del mundo.

La fundación de la ciudad fue el 6 de diciembre de 1534 a manos del


conquistador español Sebastián de Belalcázar y recibió el nombre de San
Francisco de Quito en honor al santo y patrono de la ciudad.
Sin embargo, algunos historiadores ecuatorianos sostienen que la fundación de
Quito sucedió en agosto de ese año por otro conquistador, Diego de Almagro,
que bautizó una villa con el nombre de Santiago de Quito en la actual
Cajabamba, y no donde se encuentra la ciudad en la actualidad, según un
destaca un artículo del diario El Comercio.

SAN SALVADOR
Es la capital del país centroamericano El Salvador. Y su nombre también tiene
una conexión fuertemente católica.
La denominación de la capital responde a la festividad del Santísimo
Salvador creada en 1457 por la Iglesia Católica Apostólica Romana para
celebrar la victoria de los ejércitos cristianos sobre las fuerzas del conquistador
turco otomano Mehmed II en 1456.

En 1525, Pedro de Alvarado, conquistador español, ordenó que en esas tierras


se funde una villa con el nombre de San Salvador para controlar a los
habitantes del lugar.

Pero no funcionó. Por lo que hubo una refundación en 1528.

SAN JOSÉ
San José es la capital del país centroamericano Costa Rica y la ciudad
mantiene ese nombre desde 1813.
Pero la ciudad antes era conocida como La Boca del Monte o Villa Nueva de San
José.

La fecha de fundación de la ciudad fue ampliamente debatida.


Pero oficialmente, la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica acordó,
en 1951, decretar la fundación en 1737, porque en ese año se nombró la primera
autoridad, según destaca el diario La Nación de Costa Rica.

El nombre de San José responde al santo católico porque fue designado como
patrono de la ciudad en 1737.

*El lector Mairon Emmanuel Loaiza Monge nos recuerda que antes de que San
José fuese la capital del apís, la ciudad de Cartago cumplía ese rol.
SAN JUAN
San Juan es la capital de la isla caribeña de Puerto Rico.

Pero el nombre de ambos sufrió modificaciones en el tiempo.

Cuando los exploradores españoles llegaron a la isla en 1493, el navegante


Cristóbal Colon la bautizó San Juan Bautista, en honor al santo católico.

Más tarde, el conquistador español Juan Ponce de León nombró a la bahía en


la cual se ubica la ciudad, Puerto Rico.
Pero el paso del tiempo hizo que los nombres se invirtieran y la ciudad terminó
llamándose San Juan.

*Según nos recuerda la lectora de BBC Mundo Nicky Eleida Rosario Texidor, la
capital de Puerto Rico no siempre fue San Juan, "originalmente la capital de
Puerto Rico era Caparra".

SANTIAGO
Es la capital del país sudamericano Chile. Y se la conoce también como
Santiago de Chile.
En la fundación de la ciudad en 1541, Pedro de Valdivia, un militar y
conquistador español la bautiza como Santiago del Nuevo Extremo.

Es que Valdivia era oriundo de Extremadura, España, y Santiago en honor al


apóstol que también es patrono de España.

SANTO DOMINGO
Santo Domingo es el nombre oficial de la capital de República Dominicana,
país caribeño que junto a Haití ocupan la isla La Española.
Su fundación en 1498 estuvo en manos de Bartolomeo Colón, hermano de
Cristóbal Colón. Y se trató del primer asentamiento europeo en América.

Una teoría dice que debe su nombre al fundador de la orden católica conocida
como "dominicos" o "dominicanos" que llegaron a América para evangelizar,
según el diario Libre de República Dominicana.
Otra a que es en honor el padre de los Colón, quien se llamaba Dominico.

Y entre 1936 y 1961, durante el gobierno de facto de Rafael Leónidas Trujillo


Molina, Santo Domingo cambió su nombre a "Ciudad Trujillo".

SUCRE
Sucre es la capital histórica y constitucional de Bolivia. Aunque la ciudad de La
Paz es la sede del Poder Ejecutivo y Legislativo.
Sucre recibe ese nombre en 1839 en honor al revolucionario venezolano
Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien fue clave para la
independencia de América.

Sucre no siempre fue el nombre que se le designó a la capital boliviana.


También se llamó oficialmente en el pasado Choquechaca, La Plata,
Chuquisaca, La Ilustre y Heroica Sucre.

La ciudad también tuvo sobrenombres como "La ciudad blanca", "La vieja" y
"La culta".

TEGUCIGALPA
Tegucigalpa es la capital del país centroamericano Honduras.

La mayor parte de las teorías sugieren que el nombre de la ciudad deriva del
idioma náhuatl, pero numerosos historiadores, investigadores y escritores
ofrecen diferentes explicaciones sobre su significado.
Según detalla el diario La Tribuna de Honduras, las diferentes interpretaciones
que existen en torno a la palabra apuntan a descripciones de lugares y personales
especiales como "Señor en los palacios reales", "Lugar de residencia de los
Nobles", "Lugar de las Piedras Pintadas", etc.

La fundación española de la ciudad se produjo en 1578.


El origen histórico de algunos países de Latinoamérica
0
ESCRITO POR PATRICIA SOTO RISCO EL 11 SEPTIEMBRE, 2017HISTORIA

Aunque el continente de América fue descubierto por Cristobal Colón, éste no lleva su nombre. La
nomenclatura de América viene por el controvertido y polémico Américo Vespucio (Amerigo
Vespucci, su nombre en italiano) un navegante, comerciante y cosmógrafo italiano que escribió varias
crónicas acerca de sus viajes por el continente. La controversia se le asocia debido a la acusación de
apoderarse de un descubrimiento que no fue realizado por el mismo. En realidad el encargado de poner el
nombre al mapa Universalis Cosmographia fue el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller y lo
aplicó a lo que hoy es Sudamérica.

Cultura de América Latina


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La cultura de América Latina comprende las expresiones formales e informales de los
pueblos de América Latina, incluye tanto las expresiones culturales refinadas como
literatura y arte, y los elementos de la cultura moderna y popular como la música, el arte
folclórico y la danza. También elementos religiosos y sus costumbres. Las definiciones que
constituyen a América Latina son variadas. Desde un punto de vista cultural, América
Latina comprende aquellas partes del continente americano en las que prevalecen las
influencias españolas, francesas o portuguesas:México, las Antillas, la mayoría de América
Central y Suramérica. También existe una importante presencia cultural latinoamericana
en los Estados Unidos (en California y el Sur Oeste, y en ciudades tales como Nueva
York y Miami). La riqueza de la cultura latinoamericana es el producto de numerosas
influencias, incluidas:

 Culturas precolombinas, particularmente importante en países como


México, Guatemala, Ecuador, Perú, Bolivia y Honduras.
 Cultura colonial europea, a causa de la historia de colonización de la región
por España, Portugal, y Francia. La influencia europea es especialmente importante en
los estamentos más elevados de la cultura: la literatura, la pintura, y la música. Esta
historia imperial dejó una marca indeleble de su influencia en muchos idiomas, que se
hablan en América Central (incluido el Caribe), y América del Sur y Norte
(México, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y numerosas partes de Estados Unidos).
 La inmigración de los siglos XIX y XX (desde Italia, Alemania y Este de Europa)
transformó especialmente algunos países tales como Argentina, Uruguay, Brasil
(particularmente las zonas del sureste y el sur), Chile y Venezuela.
 La inmigración de chinos, coreanos y japoneses influyó sobre la cultura de
Brasil, Cuba, Guatemala, México, Panamá, Perú y República Dominicana.
 La introducción de esclavos desde África, influyó sobre la danza y religión,
especialmente en países como Brasil, Cuba, Colombia, Panamá, Perú, República
Dominicana y Venezuela.

¿Qué es la cultura latinoamericana?


Como su nombre lo indica, la cultura latinoamericana es el conjunto de
ideologías, imaginarios, tradiciones, creencias y relaciones que componen la
compleja visión del mundo que caracteriza al pueblo latinoamericano. En dicho
concepto se incluyen las manifestaciones culturales formales, identificadas con
la cultura letrada y oficial, y las informales, identificadas con la popular.

La cultura latinoamericana se considera parte de las que componen el


hemisferio occidental del mundo, y se circunscribe a los países que componen
el subcontinente latinoamericano, es decir, aquellos de habla española o
portuguesa, de religión oficial católica, antiguas colonias europeas, y que son
fruto en mayor o menor grado del sincretismo entre las culturas blanca
europea, indígena nativa y negra africana.

En algunas oportunidades la América Latina ha sido referida como el “Lejano


Occidente”, para señalar su incorporación a medias a la cultura occidental,
problematizada no sólo por sus desigualdades sociales y fracaso del proyecto
republicano moderno, sino porque en la cultura latinoamericana conviven
elementos precolombinos y africanos que no responden a la tradición
hegemónica occidental.

Ver también: América Latina.

Características de la cultura
latinoamericana

1.Origen del nombre


El término “latinoamericano” o “América Latina” fue introducido en 1836 por el
político francés Michel Chevalier para distinguirla de la América anglosajona
compuesta por los Estados Unidos y Canadá.

La adopción de dicho término por parte de los habitantes del continente


respondió, a partir de 1850, al desplazamiento del término “hispanoamericano”
entonces en boga, debido a las connotaciones colonialistas que éste tenía.

Contemporáneamente se ha instalado el uso del término “latino” para referir a


los latinoamericanos, si bien este gentilicio refirió originalmente a los habitantes
del Latinum, región del Imperio Romano.

2.Países latinoamericanos
Los países que componen el continente latinoamericano van
desde Norteamérica hasta Suramérica, y son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Puerto Rico, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Uruguay, Venezuela.

Se debate la pertenencia de otros países francófonos o anglófonos de la región


como Haití, Trinidad y Tobago, Guyana francesa e inglesa o Belice, pero
tradicionalmente no se las considera parte de este conjunto cultural.

3.
Antecedentes precolombinos
La historia de la región data de hace miles de años, ya que en su región se
hallan dos cunas civilizatorias como la región incaica o la mesoamericana.

Ambas habrían sido fuente de civilizaciones robustas y de imperios expansivos


cuyas relaciones con las etnias circundantes fueron más o menos imperiales, y
que dejaron abundante evidencia arqueológica y antropológica a su paso, como
fueron los Incas, Mayas o Aztecas, por citar las más conocidas.

Las que sobrevivieron hasta la llegada de los colonizadores españoles


encontraron su fin en la sangrienta guerra de Conquista de América.

4.Etapa colonial
A la conquista por parte de los Imperios español y portugués del continente
americano siguió una etapa colonial de más de tres siglos, durante los cuales se
implantó una sociedad de castas raciales, es decir, segregada en base a tres
grupos: blancos europeos, indígenas nativos y negros esclavos.

A pesar de las condiciones de sometimiento que la caracterizaron respecto a las


razas negra e india, la etapa colonial latinoamericana vivió un proceso mestizaje
y de sincretismo cultural profundo y prolongado, que dio como resultado el
“crisol de razas” que es hoy la América Latina.

5.La gesta de independencia


La cultura latinoamericana se encuentra fuertemente arraigada en torno a su
gesta independentista, en la que se dio cruenta guerra a las fuerzas leales a la
corona europea y se fragmentó el conjunto de la sociedad colonial en un
número importante de jóvenes repúblicas independientes.

En dicha gesta destacó el pensamiento ilustrado de héroes fundadores como


Simón Bolívar (Caracas, 1783-1830) y José de San Martín (1778-1850). De
dicho proyecto emancipador nace también la idea de la Patria Grande, la unión
latinoamericana y la hermandad entre los pueblos del continente, largamente
asumida por los movimientos de corte izquierdista y revolucionario.

6.La herencia indígena


En la cultura latinoamericana tiene presencia el elemento aborigen, en mayor
medida en pueblos de larga herencia precolombina como México, Perú o
Bolivia, que en otros más racialmente homogéneos como Argentina o Uruguay,
o en el Caribe predominantemente africanodescendiente.

Dicha presencia sobrevive en la gastronomía (sobre todo la vinculada al maíz y


a la mandioca), en las lenguas indígenas supervivientes (como el náhuatl o el
quechua), así como en danzas, instrumentos tradicionales e incluso en
comunidades indígenas supervivientes, más o menos integradas a la vida
Occidental republicana.

7.Diversidad
La principal característica de la cultura latinoamericana como un todo es su
amplia diversidad, que asimila y a la vez distingue a un ciudadano
latinoamericano de Guatemala de uno de Venezuela y de otro de Chile.
Esta diversidad se da en prácticamente todos los ámbitos: el lingüístico, el
gastronómico, el racial, el folclórico, etc. Sin embargo, las bases heredadas de
la colonia les proveen de unidad en medio de la diferencia, lo cual hace de la
América Latina uno de los continentes más ricos culturalmente del mundo.

América Latina tiene una amplia diversidad gastronómica.

8.Lenguas
La lengua predominante de la cultura latinoamericana es la española, con una
importante variedad de acentos y variantes dialectales, agrupadas
principalmente en torno a cinco regiones principales: la caribeña, la andina, la
rioplatense, la araucana y la centroamericana.

La excepción a esto lo constituye Brasil, país de habla portuguesa, y las


numerosas lenguas aborígenes sobrevivientes, muy minoritarias en cantidad de
hablantes y en importancia o representatividad del conjunto latinoamericano.
Entre éstas figuran el quechua, el aimara, el wayúu, el náhuatl, el pemón, el
yanomami y muchas más.

9.Religión
La religión predominante en la cultura latinoamericana es la católica, herencia
de la colonia europea en todos sus países. Sin embargo, este catolicismo difiere
de la variante peninsular en su carácter sincrético, que convivió de manera más
o menos velada con tradiciones y deidades africanas y aborígenes, dándoles
cabida bajo el credo cristiano.

Por ejemplo, celebraciones de santos católicos como San Juan o Santa Bárbara
se llevan a cabo mediante tambores y ritos claramente negroides, en especial
en el Caribe.

Únicamente en aquellos países de importante presencia aborigen, como lo es el


Estado Plurinacional de Bolivia, o la nación mexicana, sobreviven prácticas y
deidades precolombinas, como es el culto a la pachamama o Madre Tierra.

También tiene presencia la santería de origen africano, particularmente en la


región caribeña, conocida por los sacrificios animales y su devoción por las
deidades yorubas.

La religión evangélica, en las últimas décadas, ha afianzado su presencia en el


continente latinoamericano y representa un movimiento religioso en franco
crecimiento. Otras religiones como la islámica o la judaica se dan en márgenes
muy minoritarios.

La religión predominante en la cultura latinoamericana es la católica.

10. Literatura latinoamericana


La literatura latinoamericana es quizá una de las artes de la región con mayor
éxito en el mundo entero, con énfasis destacado en la producción poética de
México, Argentina, Cuba, Chile, Colombia y Brasil. Autores de estas latitudes
han ganado su lugar en las letras mundiales con seis premios Nobel de
Literatura:

 Gabriela Mistral (Chile, otorgado en 1945).


 Miguel Ángel Asturias (Guatemala, otorgado en 1967).
 Pablo Neruda (Chile, otorgado en 1971).
 Gabriel García Márquez (Colombia, otorgado en 1982).
 Octavio Paz (México, otorgado en 1990).
 Mario Vargas Llosa (Perú, otorgado en 2010).

La cultura de América Latina se


toma el mundo
Publicado: - Sep 27, 2018

En los últimos años América Latina se ha puesto de moda y


LatinAmerican Post lo celebra

El descubrimiento de América le abrió un mundo nuevo a Europa. Por esto


mismo, desde la colonia, ha estado presente en la literatura y el arte
europeo y más tarde estaría en el norteamericano. Sin embargo, hemos
sido siempre narrados a través de la mirada del otro. Ahora, dos siglos
después de la independencia de la mayoría de países que la
componen, América Latina se representa a sí misma en el arte y la
literatura desde su propia mirada.
Según el portal The Iris sobre el término “latino”, “América Latina tiene
una historia rica y diversa de culturas indígenas, colonización europea,
esclavitud africana y migración global que hace que sea complejo y difícil
de describir a su gente en una sola categoría étnica o identitaria”.
Es por esta complejidad de lo latinoamericano que celebramos que
ahora las representaciones de América Latina se presenten desde
distintas miradas y perspectivas del continente. Sin embargo,
consideramos que la influencia latina en el mundo sobrepasa la presencia
de personajes latinos en las películas y se toma, más bien, el estilo de vida
y lenguaje en otros países. Acá argumentamos por qué.
Según el portal The Iris, “América Latina es hogar de cientos de lenguas
indígenas; antes de la conquista europea, se estima que había hasta 1,750”.
Lo que muchos no saben es que muchos términos del español moderno
vienen de lenguas nativas de América Latina. Dado que algunas frutas y
plantas fueron descubiertas con la conquista, las palabras que le dan
nombre son también de aquella época.
Aguacate, por ejemplo, viene de la palabra Náhuatl “auacatl”. La
palabra Chocolate tiene su raíz en “xocóatl”. Estas palabras tienen a su vez
traducciones del español a otros idiomas (“avocado” y “chocolate” en
inglés y “avocat” y “chocolat’ en francés). De esta manera, las lenguas
indígenas han influenciado indirectamente a casi todas las lenguas que
toman palabras del español.
Además de estos vocablos, la influencia lingüística de América Latina va
más allá de la colonia y sigue dándose hoy en día. Debido a la migración de
latinoamericanos a distintos lugares del planeta, se han acuñado distintos
términos en otras lenguas para referirse a América Latina y su influencia.
Así, en el día a día hemos empezado a usar palabras nuevas
como latina, chicana, boricua, bicho o la palabra inglesa “blaxican” para
referirnos a latinoamericanos provenientes de unos y otros países.
Además de influenciar otras lenguas y promover la invención de
palabras nuevas para referirse a lo latinoamericano, este continente
está presente en la literatura. América Latina se ha llevado ya seis
premios Nobel de literatura entre los que se puede ver la diversidad de
países: Chile, Guatemala, Colombia, México y Perú.
Según la revista The Conversation, “la literatura hispana ha influenciado
la escritura en inglés durante siglos”. Agregado a esto, hoy están en
pleno auge las casas editoriales latinoamericanas que llevan a nuestros
autores a los lectores internacionales, logrando con esto que la literatura y
los modismos con los que escriben influencien la lectura y la producción
literaria de otros países.
Lea también: Premio de Literatura Alternativo: un galardón que le
apunta a la igualdad y la democracia
Creemos que América Latina es una potencial cultural a nivel global
porque pueden verse los cambios que ocasiona nuestra cultura en el
estilo de vida de los habitantes por fuera de nuestro
continente. Nuestras formas de relacionarnos en unos y otros contextos son
distintas de las del resto del planeta. La forma en la que expresamos cariño,
en la que debatimos, en la que conversamos, etc. hacen parte de nuestra
cultura.
Según cifras del CEPAL, cerca de 30 millones de latinoamericanos viven
fuera de su país de nacimiento. De acuerdo con esto, es apenas natural que
los otros continentes estén cambiando y adaptándose a nuestra cultura. En
Estados Unidos, por ejemplo, existen protocolos para relacionarse con
latinos en el contexto laboral.
Todos estos tienen en cuenta, claro, que somos todos diferentes y que
pueden existir diferencias culturales entre los 21 países que componen
América Latina. En los mencionados protocolos puede verse cómo otros
países están explorando nuevas formas de relacionarse gracias a la llegada
de latinos a su vida: desde la distancia interpersonal hasta el contacto visual
y el flujo de la comunicación.
En otros contextos como la fiesta, el cortejo y las amistades, América
Latina también ha sido un tema. Ahora, por ejemplo, vemos cómo todo el
mundo baila al son de música latinoamericana. Ritmos caribeños como
la salsa, el boogaloo y el reguetón suenan en casas y discotecas de todo el
mundo. Un ejemplo de esto es el colombiano J Balvin, el segundo
artista más escuchado del mundo en Spotify. Así, el mundo baila al son
de la voz de artistas latinoamericanos. En este sentido, consideramos que
América Latina es una potencia cultural porque podemos llevar nuevas
formas de relacionarnos y de divertirnos a otros continentes.
Lea también: ¡El Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el
Caribe está aquí!
Como si fuera poco, los temas que tratan de América Latina se han tomado
también los museos, pantallas y páginas de infinitas producciones
culturales. Un ejemplo de esto son las producciones cinematográficas
que giran alrededor de la cultura latinoamericana como la
película Coco, que llevó al cine la relación que tienen los mexicanos con la
muerte y con la celebración del Día de Muertos; o Roma, que se ha tomado
en las últimas semanas los festivales de cine europeos y narra la historia de
México durante 1970. De esta manera, la comunidad latinoamericana está
cada vez más representada en la alta cultura pero también en la cultura
popular, para que así niños y adultos puedan ver a América Latina en sus
pantallas.
Por todo esto, opinamos que América Latina es una potencia cultural
en el mundo. Sembramos una curiosidad por lo diferente y llevamos a
otros continentes nuevas formas de expresarse y de relacionarse con otros.
Esto lo hacemos con nuestro baile, nuestra lengua y nuestra forma de ver el
mundo.

La identidad cultural de América


En el continente americano existe una gran diversidad cultural, ya sea
por las culturas propias de los pueblos originarios, las culturas europeas
que conquistaron el continente a partir del siglo XVI y su consiguiente
proceso de mestizaje, o por los procesos migratorios posteriores a las
independencias, América cuenta con gran cantidad de denominaciones
que definen esa diversidad cultural.

América Latina

Es el conjunto de países americanos, cuyo origen se relaciona con la


conquista y colonización de los reinos de España y Portugal. La
denominación «Latina» hace referencia al origen de los idiomas, tanto el
español como el portugués. Es decir, todos los países en los que se
habla español o portugués forman parte de América Latina. Esto también
incluye otras realidades, en las cuales se incluyeron idiomas de los
pueblos originarios, como en el Paraguay el guaraní, en el Perú el
quechua y otros tantos ejemplos. Por el proceso de mestizaje entre
europeos y pueblos originarios se pudieron mantener algunas lenguas
nativas en el continente.

Un caso particular es el de México, ya que desde el punto de vista


cultural forma parte de América Latina —se habla español, en algunas
comunidades el náhuatl y otras lenguas criollas—, pero desde el punto
de vista geográfico México se encuentra en América del Norte. Este dato
es significativo porque podemos afirmar con él que la geografía no es
totalmente determinante en el desarrollo de los pueblos, sino que es
fundamental el componente humano.

Al mismo tiempo, América Latina contempla otras definiciones:


Iberoamérica —conjunto de países en los que se habla español y
portugués— e Hispanoamérica para aquellos países de lengua española.

América anglosajona

Otros países europeos centraron su interés en el llamado «Nuevo


continente», en especial conquistadores bajo las órdenes de Inglaterra y
Francia. Geográficamente se instalaron en América del Norte y el Caribe,
y con un proceso de ocupación territorial —casi sin mestizaje— formaron
una realidad cultural a la que se conoce con el nombre de América
anglosajona.

Los pueblos originarios

La evolución de los derechos humanos y la férrea resistencia cultural de


aquellos grupos que no llegaron a ser dominados por los conquistadores
europeos conforman en la actualidad una realidad cultural que no debe
dejarse de lado: los pueblos originarios de América. Habitaban el
continente antes de la llegada de los europeos y pudieron conservar, en
la medida de las posibilidades, sus características culturales. Hoy se
encuentra distribuida por todo el continente una gran diversidad de
pueblos con un componente en común: fueron los primeros.

Actividades

1. Localiza en un mapa de América las siguientes denominaciones


culturales:

- Iberoamérica

- Hispanoamérica

- América anglosajona

Cultura latinoamericana: algunos elementos para la discusión


Mladen Yopo / Claudio Santis
AVANCES Nº 37
Agosto 2000

El concepto de cultura y/o espacio cultural latinoamericano, es decir, de imaginarios y


espacios identitarios comunes regionales, ha sido una vieja aspiración-discusión que
se ha dado desde los tiempos de la Independencia. A pesar de los múltiples esfuerzos
hechos por definir y construir esta realidad mediante iniciativas federativas de
cooperación e integración, ésta aún no encuentra un anclaje taxativo a partir de la
evolución histórica regional y de los elementos que la han moldeado y condicionan en
la actualidad.

Evolución histórica
Una apretada síntesis de los elementos condicionantes y potenciadores de la cultura
latinoamericana y sus espacios, podría resumirse en lo siguiente:

• La consagración de los pueblos, culturas, naciones y Estados-naciones en América


Latina (no diferente a la del resto del mundo) ha sido en general por oposición e
imposición (violenta y/o pacífica) de una cultura sobre la otra, más que por
colaboración y fusión.
• La asimetría (el poder desigual) del contacto entre culturas en estos procesos, ha
terminado produciendo la aniquilación de algunas de las culturas (incluso
civilizaciones) o la degeneración y/o “ghettización” de la mayoría de las que aún
subsisten en relación a la cultura dominante.

• Esta situación de imposición y oposición explica el actual estado desmedrado de las


culturas originarias con relación a la cultura dominante (por cierto), con grados
diferenciados en la región), a la vez de expresar la reciprocidad (influencia) tangencial
y mínima de las culturas locales en el ethos cultural vigente. La imposición y oposición,
en este sentido, impidieron lo que se denomina el “melting” cultural más propio de una
democracia que resalta consensos, reconocimientos, tolerancia y diversidad.

• Las coincidencias culturales latinoamericanas (o como las denominó Donald Brown


“universales humanos” o “universales culturales”) se produjeron propiamente tal
durante el período conquista-colonia y luego en la oposición de los imperios coloniales
(independencia). Si bien antes existieron intercambios y usos comunes entre las
culturas locales, estos fueron parciales en espacio, tiempo y/o en su profundidad
lingüística y simbólica.

• Los universales culturales reconocidos durante estos procesos por los países de la
región, se pusieron en “tela de juicio” a partir de las disputas territoriales que se dieron
en la operacionalización y consagración de los Estados-naciones postindependencia.
La segurización fronteriza (uno de los fundamentos del Estado) y la reafirmación de los
espacios propios, se realizó mediante la oposición de la fuerza y de la socialización
nacional (identidad diferenciada frente al resto).

• La evolución de los propios espacios simbólicos de los países y su relación con las
especificidades de lo local, generaron segundos niveles de interpretación perceptiva y
valórica de los reconocimientos comunes que se dieron durante el período colonial y
de formación de los Estados-naciones. En relación a ello, cabe mencionar los
elementos que se fundieron con las culturas originarias a partir de procesos como la
conquista (con el traslado de esclavos africanos por ejemplo) y las posteriores
migraciones europeas, situación que produjo realidades diferenciadas a nivel regional
(mezclas raciales, lenguas, dialectos, consagraciones religiosas, usos, etc.).

• En más de un país de la región los Estados no fueron capaces de homogenizar lo


local (las nacionalidades) en torno a una cultura y una identidad común, más allá de
que existiera una cultura dominante, lo que generó identidades diferenciadas incluso al
interior del propio Estado-nación.

• Dado el rol periférico que ha jugado América Latina en el concierto mundial, este
proceso de evolución cultural continuó permeado por factores externos provenientes
de los polos de poder internacional. Primero, desde Europa en la llamada “era de los
imperios compartidos”, luego de EE.UU. durante la mayor parte del siglo XX y, por
último, por el eje de disputa de las potencias emergentes al finalizar la II Guerra
Mundial e instaurarse el período de Guerra Fría (léase EE.UU. y URSS).
• Los ejes ideológicos de la confrontación sistémica de este período, incidieron
fuertemente en la vida política, económica y social y, por lo mismo, en la cultura e
identidad nacional de los países en cuanto a la pertenencia y reconocimiento de estos
modelos, situación que cruzó, transformando y/o mediatizando, los imaginarios
comunes.

De vuelta en la región
Los procesos de pacificación de Centroamérica con la constitución del Grupo de
Contadora y del Grupo de Apoyo a principio de los ochenta, el retorno a la democracia
en Latinoamérica después de décadas de dictaduras militares y el fin de la
confrontación sistémica con el derrumbe del Muro de Berlín y la desintegración de la
Unión Soviética, entre oros aspectos, recentraron la mirada de los Estados-naciones
latinoamericanos, revalorizando las peculiaridades de sus procesos políticos y
sociales.

En este nuevo contexto, la lucha por el afianzamiento y gobernabilidad democrática, y


la consecuente necesidad de desarrollo económico y social, plasmaron nuevas
miradas y predisposiciones del liderazgo latinoamericano. Esto permitió que se
desarrollara un nuevo escenario regional definido por las siguientes características:

• Los llamados consensos latinoamericanos en los ámbitos político y económico


(homogenización de metas y formas de organización) a partir de conceptos como
democracia y economía de mercado, sentaron nuevas predisposiciones y, por lo
mismo, un eje positivo en las relaciones regionales. Esto se tradujo en la resolución
pacífica de viejas controversias, a la vez de un nuevo impulso en el contacto y
cooperación regional en a perspectiva de generar un espacio ampliado.

• Este proceso de “re-mirar” la región, se vio fortalecido por las tendencias


contradictorias que ha demostrado el nuevo escenario internacional en conformación,
donde la esperanza se ha mezclado con acciones de cooperación y conflicto frente a
los antiguos y nuevos problemas y dilemas de la agenda mundial. Ello hizo que los
países latinoamericanos desarrollaran estrategias políticas más federativas como las
del “regionalismo abierto”; es decir, privilegiar y potenciar la integración y cooperación
regional como palanca para salir al mundo, y defender intereses y soportar los
vaivenes e influencias del poder y mercado global.

Globalización cultural
Este proceso de retorno a la región, por otro lado, ha estado cruzado y condicionado
inevitablemente por el proceso de globalización (contracción de las esferas de lo local,
nacional e internacional) en marcha, donde las nuevas interacciones no sólo han
cambiado la forma de pensar, sino, también los objetivos pensados.

La revolución del conocimiento y de la información, y los procesos aplicativos que la


han rodeado, han operacionalizado un modelo global de modernidad que define
esquemas de comportamiento y valores (cultura) a través de los productos, técnicas,
métodos y nuevas prácticas de organización que proponen. Ello ha terminado
permeando y transformando las culturas nacionales en su sentido más integral
(valores, símbolos, relatos, mitos, héroes, ritos, etc.), mediante una dinámica que
tiende hacia la homogenización de espacios (por ejemplo, estudios realizados por
grandes agencias publicitarias de alcance global, han determinado la existencia y los
componentes del espacio común del adolescente a nivel mundial).

La “babelización” de la cultura que propone este proceso, en todo caso, está siendo
asumida desde las particularidades a partir de lo que Jean Daniel de Le Nouvel
Observateur caracterizó como ”el conflicto entre el conservadurismo y el progreso, el
vagabundeo y el arraigo, la mundialización y los particularismos, el individuo y la
comunidad; en resumen, entre la tradición y la modernidad” . Es decir, en la región hay
una confrontación-mutación en marcha que pone en tela de juicio los anclajes de la
identidad tradicional en la búsqueda de una síntesis y/o reinterpretación con la cultura
global dominante a partir de intereses y necesidades específicas.
Particular importancia de la globalización y del estilo de modernidad que propone, ha
sido la fragmentación cada vez mayor de la sociedad a pesar de su tendencia
homogeneizadora. Alain Touraine expresó al respecto que ”la sociedad posmoderna
llevó al límite la ruptura con todas las representaciones de la vida social. Ya no se
podrá hablar de sociedad, sino solamente de expresiones y estilos particulares”. En
este sentido, es difícil halar de una identidad pura en las sociedades latinoamericanas
y, por lo mismo, habría que señalar distintos “niveles de identidad” como lo expresa
Eric Hosbawn. Al respecto, conviene observar que según un estudio de la Oficina
Norteamericana de Censos, la población hispana en EE.UU. ascenderá a los 100
millones en el año 2050, lo que nos da una pista de las mutaciones en marcha.
El esquema de “universos abiertos” dentro de la lógica de la integración requiere de
una revisión en su evaluación y criticismo respecto del proceso de globalización ya
que abre escenarios complejos y peculiares, fragmentaciones simbólicas, etc., que van
más allá de la simple reducción al acento sobre los acuerdos comerciales y políticas
de intercambio. Entre estos factores puede señalarse el desarrollo informático y
comunicativo de las sociedades entre sí, que se han beneficiado por el proceso de
integración tecnológica, entre otros.
Algunas observaciones
Podemos observar, por otra parte, que las características, la dinámica y complejidad
creciente que han adquirido las relaciones regionales en el último tiempo (espacios
donde se han establecido intercambios culturales múltiples), y que contemplan actores
diversos, niveles diferenciados, con permanencia e influencia desigual, encontramos
un sinnúmero de espacios culturales latinoamericanos que no se agotan o expresan
necesariamente en actores tradicionales, en temáticas clásicas o espacios geográficos
claramente definidos a partir de la diversificación de intereses y metas. Ello, a pesar de
que proximidad y tradición histórico-cultural constituyen variables significativas y
potenciadoras de los espacios culturales.

Esto se observa en el proceso de interdependencia compleja que ha impulsado


enormemente las relaciones de actores no gubernamentales (ONG, fundaciones,
asociaciones gremiales, conglomerados económicos, etc.), en las relaciones
internacionales (algunos de los cuales tienen más poder que muchos Estados) y, por
lo mismo, los ha convertido en actores de indudable peso en la modelación de
realidades.
Los procesos de transnacionalización e internacionalización, operacionalizados por la
revolución de las comunicaciones, han creado complejas redes de intercambio,
cooperación y asociatividad entre diversos actores de a sociedad civil. En este ámbito,
por ejemplo, encontramos distintas redes estructuradas por áreas, rubros y niveles
como empresariales, laborales, académicas, políticas, religiosas, étnicas, culturales,
ambientales, del poder local, de consumidores, etc., y que van generando dinámicas
propias que terminan incidiendo en el comportamiento social.

A pesar de ello, el paradigma tradicional de las relaciones entre Estados (modelo del
Estado céntrico) sigue siendo preponderante en las relaciones domésticas e
internacionales y en la operacionalización de las relaciones de otros actores. En este
sentido, el Estado con sus capacidades de adhesión-socialización y operacionalización
social, sigue siendo el principal actor (cuasi hegemónico) en la formulación y
viabilización de las relaciones internas y externas de los países y, por lo mismo, en la
cimentación de espacios culturales. Sus decisiones y políticas condicionan los
caminos sociales y del individuo, la percepción y el simbolismo de la realidad que ellos
tienen, operacionalizando o limitando los espacios y formas de contacto.

Por lo mismo, relevante ha sido la formulación y formalización (institucionalización) de


los contactos sostenidos por los Estados de la región en el último siglo (en especial en
las últimas décadas) para la solidificación de un imaginario común. Estos procesos de
integración económica y de cooperación política, se han constituido en espacios
dinámicos y complejos de contacto (redes de diálogo) entre los países y actores
nacionales diversos y, por lo mismo, en potenciales espacios culturales al consensuar
y/u homogenizar criterios y metas, verificar e desarrollo de los acuerdos y prestar
apoyo al desarrollo de ellos.

El desarrollo de la relación intrarregional, producto, entre otros, de la necesidad de


defenderse de las asimetrías y dificultades que han caracterizado el escenario político
y económico mundial, del afianzamiento de una tendencia que encuentra en la
vecindad y similitudes en los orígenes, situaciones y perspectivas, el punto de partida
para desarrollar proyectos comunes en diferentes planos, y, por último, del impulso
que le han dado a los contactos a la revolución de las comunicaciones sus vías y el
transporte, especialmente de los actores no gubernamentales, han potenciado el
proceso de interacción de las relaciones hemisféricas y mundiales de la región.

Este proceso ha repercutido fuerte y positivamente en las acciones que se dan al


interior de organismos hemisféricos como la OEA. Este, que fue utilizado como
instrumento político por Estados Unidos durante parte de la Guerra Fría (por ejemplo,
parta aislar a Cuba a través de su expulsión en 1962), hoy ha encontrado renovados
bríos en su tarea de forjar contacto, discusión y cooperación entre los actores
gubernamentales y sociales, situación que ha redundado en el reforzamiento de los
denominadores y espacios comunes de la región y del hemisferio.
La existencia y repotenciación de antiguos esquemas (instituciones) de cooperación e
integraciones regionales y subregionales; su ampliación hacia esquemas de relaciones
más complejas que den cuenta de los actuales desafíos y tendencias; y la formación y
operacionalización de marcos de relaciones flexibles coordinación, cooperación e
integración, todo ello en el contexto de nuevas predisposiciones, han sido procesos
que han dinamizado la relación entre los Estados, las sociedades y los individuos en
base a conceptos universales que estuvieron anquilosados y/o mediatizados en el
devenir regional como democracia , derechos humanos, desarrollo, economía de
mercado, etc.

Ello, unido a la “homogenización de intereses” que guían los sentidos y políticas


regionales, por otro lado, han generado un efecto positivo sobre los patrones culturales
y de identidad al establecer las relaciones intrarregionales sobre ejes positivos,
dinámicos y de amplia base tanto regionales, subrregionales como bilaterales.

Este efecto sobre los patrones culturales y de identidad, quizás no tenga un sentido
tan puro como fueron concebidos originalmente por Bolívar u otros próceres de la
integración, o por declaraciones oficiales de Cartagena de Indias de los ministros de
Cultura y responsables de las Políticas Culturales (IX Cumbre). Sin embargo, sienta un
marco más expedito, comprensivo, tolerante y participativo que dé cuenta de los
universales culturales latinoamericanos y de los niveles diversos de identidad que
conviven en la región, en vistas a un denominador común multicultural.
Comentario final
A modo de resumen, podemos señalar que no existe una taxonomía excluyente o una
identificación cultural que no está inserta en la dinámica de las paradojas de la
globalización como proceso estrictamente confuso y diluyente de los márgenes de
interacción. Es por eso que en América Latina no se puede hablar de una cultura única
o espacio cultural único, a pesar de los “universales culturales” forjados en su devenir
histórico, ya que no se ha logrado una síntesis cultural a través de la asimilación, el
“melting top” o la multiculturalidad, entre otros, que dé sentido a la identidad regional
pura. En este sentido, la región está compuesta por “identidades múltiples y
combinadas” y, por lo mismo, por ejes culturales diversos que nos asimilan y nos
diferencian entre sí y frente a las otras regiones del mundo.

Esta realidad, sin embargo, tiende a cambiar con los procesos que se desatan en la
década de los 80 al finalizar lo que Hosbawn llama “el siglo corto”. Los procesos de
pacificación de América Central, el fin de la Guerra Fría, la consolidación de la
democracia (no sólo vista en la consolidación de instituciones, sino que también como
ampliación de los reconocimientos) y el mercado en América Latina, y el proceso de
globalización en marcha, impusieron en la región una nueva mirada y valorización de
sí misma.

Este consenso en los proyectos de desarrollo e institucionalización nacional, unido a la


necesidad de operacionalizarlos en un escenario internacional contradictorio y un
escenario doméstico inestable (de problemas de ingobernabilidad como la denomina
Huntington), revitalizar los procesos de concertación, cooperación e integración
regional consagrándolos en acuerdos de diverso tipo y alcance. Es por eso que la
voluntad de los gobiernos y Estados de región, a través de la socialización y
operacionalización, por lo tanto, se han convertido en un “motor” dinámico y complejo
de los contactos e intercambios regionales diversos.

La imbricación creciente de los Estados y de las sociedades (espacios donde se


establecen intercambios culturales), a partir de un universal común pero con intereses
fragmentados, ha generado una serie de espacios de contacto que expresan la
diversidad de niveles, actores y sentidos al interior de las propias sociedades
latinoamericanas.

En América Latina encontramos, de esta manera, múltiples intercambios que inciden


en las creencias, los valores, los símbolos, el idioma, las conductas y los usos de los
procesos más locales o domésticos, y que van más allá de la concepción más
tradicional del intercambio cultural graficado en la educación, las artes y el folclor.
Estos intercambios, con el proceso de globalización y de revolución tecnológica,
traspasan la esfera regional e influyen los procesos de cooperación-consensos y de
conflictos que se dan al interior de las sociedades.
Ello, por tanto, nos llevaría a la constatación de la existencia de un marco universal
latinoamericano compuesto por tradiciones, patrimonios y consenso político y
económico más recientes (hoy rubricados por los proceso de cooperación,
complementación e integración), condicionado, permeado y fragmentado por la
globalización y los particularismos en un desarrollo dialéctico.

EL SISTEMA POLITICO
LATINOAMERICANO_*
INTRODUCCION
América Latina se ha caracterizado por tener continuos cambios de gobierno, la inestabilidad de los
mismos, y la tendencia a conservar determinadas pautas de mando político por un lado, frente a la
intención frecuentemente fallida de cambio de signo –ideología- en el gobierno por el otro, lo que ha sido
la constante noticia y comentario desde la década de los '30 en todos los Estados latinoamericanos.
Se ha escrito mucho sobre la problemática latinoamericana, y sobre sus aspectos históricos, especialmente
en relación con Estados Unidos, y sobre las políticas que este país ha ido aplicando históricamente en sus
sucesivos períodos de gobierno, hacia América Latina. Sin embargo, es mi opinión, que no se ha hecho un
estudio profundo sobre el sistema político latinoamericano. Al menos sobre la existencia de un sistema
político específico en América Latina que la caracterice desde ese punto de vista.
Es cierto que existe una “geografía” llamada América Latina; lo que no necesariamente coincide con la
existencia de un sistema político que abarque esa región.
Pero lo más peculiar es que, lo que era considerado como la “verdad” en la América Latina de los ´40,
los ´50, los ´60, incluso hasta los ´80; luego de la caída del Muro de Berlín en 1989 y la desintegración de
la URSS en 1991 que permitió la expansión planetaria del capitalismo, paso a ser lo errado, lo
equivocado, la mentira, y la “verdad” empezó a ser exactamente lo opuesto. Se ha dado un “antes y un
después” en América Latina con un corte, que se ubica en 1989.
Durante décadas, especialmente luego de la segunda guerra mundial, el intervensionismo del Estado, el
proteccionismo, las actitudes nacionalistas y nacionalizantes, el crecimiento de las leyes sociales y
laborales, ha sido la verdad y todo lo opuesto considerado como “traición a la patria”. Sólo los sectores
liberales que podían acceder al gobierno mediante golpes de Estado, penaban y promovían lo contrario,
incluyendo las propuestas y consejos de los diferentes gobierno norteamericanos hacia América Latina.
Hoy, y se puede decir, desde el “Consenso de Washington” de 1989, la tendencia es al achicamiento del
Estado y su rol, las privatizaciones y la total apertura de las economías, la total desregulación de la
economía y de las leyes sociales y laborales. Hoy la gente trabaja más de 12 horas y no es ilegal exigirle
que lo haga o echarla y reemplazarla por otra.
América Latina, particularmente su sistema político, ha sido estudiada fundamentalmente por
norteamericanos o europeos, y muy poco, casi nada, por los propios latinoamericanos. Hay un manifiesto
desinterés por parte de los latinoamericanos a estudiar su propia región. Es más, no se puede decir que
América Latina constituya una región –salvo geográficamente- desde el punto de vista político o
económico, más allá de los emprendimientos -hasta ahora siempre fallidos- integrativos. No existe la más
mínima coordinación de políticas entre los diferentes Estados de la región. No existe un “Consenso
Latinoamericano”, al estilo del Consenso de Washington para resolver las problemáticas de la región,
siguiendo pautas y criterios propios.
La base de este proyecto, se hizo a partir del estudio hermenéutico de un trabajo realizado por Charles W.
Anderson (1). La idea principal ha sido estudiar las características centrales del comportamiento del
sistema político latinoamericano, y aportar algunas ideas, en base a criterios propios y lectura de trabajos
adicionales, con el propósito de elaborar e implementar algunos nuevos aportes.

CARACTERISTICAS DEL SISTEMA POLITICO LATINOAMERICANO

1) elecciones;
2) revolución, tanto real como típica;
3) golpe de Estado;
4) manifestaciones de todo tipo;
5) violencia.
EL PENDULO POLITICO EN EL SISTEMA LATINOAMERICANO
INTEGRACION DE LAS ECONOMIAS AL MUNDO Y EL DESARROLLO
CRITERIOS DE DESARROLLO IMPERANTES
a) convencional;
b) reformista; y
c) revolucionario
CARACTERISTICAS HISTORICAS DE LAS ECONOMIAS
LATINOAMERICANAS

PARAMETROS DE LOS CRITERIOS DOMINANTES

a) según el criterio convencional


b) según el criterio reformista
c) según el criterio revolucionario
UNIVERSO DE ANALISIS

CASOS DE ESTUDIO

I. PREDOMINIO DEL CRITERIO CONVENCIONAL


a) dominio del criterio convencional con gobiernos civiles
b) Alternación del criterio convencional con gobiernos civiles y militares.
c) Dominio del criterio convencional con gobiernos militares

II. ALTERNANCIA DE CRITERIOS CONVENCIONALES Y REFORMISTAS.


a) Alternación de criterios convencionales y reformistas sin discontinuidad radical.
b) Alternación de criterios convencionales y reformistas con discontinuidad radical
MARCO GENERATRIZ
CARACTERISTICAS DE ORIGEN
DE LOS CRITERIOS EN AMERICA LATINA
La Revolución Mexicana
La Reforma Uruguaya (El Batllismo)
El Aprismo
La Democracia Cristiana
El esquema revolucionario en América Latina
Las Estrategias de Desarrollo
LOS PERIODOS HISTORICOS CONSIDERADOS

a) La crisis o depresión de los años ´30;


b) el periodo de post-guerra a partir del 45; y
c) la Alianza para el Progreso que se inicia a partir de los '60.

MARCO METODOLOGICO

Estrategia Convencional
Estrategia Reformista
Estrategia Revolucionaria
PARADIGMA DE RELACIONAMIENTO
INTERNACIONAL DE AMERICA LATINA
ETAPA POST SEGUNDA GUERRA MUNDIAL HASTA REYKJAVIK (1985)
ETAPA REYKJAVIK (1985) EN ADELANTE
CONTEXTO LATINOAMERICANO POST REYKJAVIK

LA FORMA DE LOS REGIMENES Y SUS ORIENTACIONES

En cuanto a la forma y el estilo


En cuanto a la orientación
Liberales
Conservadores
Modernizantes
La transición
El nacimiento de un nacionalismo latinoamericano
Características del proceso
Populismo
1) Incapacidad para definir con coherencia el objetivo, las condiciones básicas y las limitaciones
que se le pueden presentar como contendiente.
2) Una incapacidad para llevar su política económica a la práctica.
3) Incapacidad política para atraer a suficientes sectores de la élite y la subélite, o bien para
hacerles frente y someterlas.
Comportamientos alternativos del reformismo y el populismo
Variantes políticas dentro de las orientaciones
Statuquistas
Progresistas
Reaccionario
Prosperitario
Desarrollistas
Oligárquico
Transformador
Elementos para el análisis
Participación política
Uso del podar coercitivo
Orientación del desarrollo
Reforma social
Reforma agraria
Política económica
Orientación de la inversión
Sector prioritario para el desarrollo
Instrumentos para al desarrollo
Planificación del desarrollo
Permisividad al funcionamiento del criterio
PARTE I
______________________________
I. SISTEMA DE VALORES
II. PARTICIPACION POLITICA
III. CONTENDIENTES POR EL PODER
IV. PODER COERCITIVO
V. ORIENTACION DEL DESARROLLO
VI. REFORMA SOCIAL
VII. REFORMA AGRARIA

PARTE II
______________________________
VIII. POLITICA ECONOMICA
IX. ORIENTACION DE LA INVERSION
X. SECTOR PRIORITARIO PARA DINAMIZAR EL DESARROLLO
XI. INVERSION EXTRANJERA
XII. INSTRUMENTOS PARA EL DESARROLLO
XIII. PLANIFICACION DEL DESARROLLO
XIV. PERMISIVIDAD DE LA ELITE LOCAL AL FUNCIONAMIENTO DEL
CRITERIO
XV. PERMISIVIDAD INTERNACIONAL AL FUNCIONAMIENTO DEL
CRITERIO
XVI. LOGRO DE OBJETIVOS DE DESARROLLO
El Estado en América Latina: un análisis desde las
políticas públicas
Gonzalo Delamaza Escobar 1

Leonel Flores 2

1
CEDER - Universidad de Los Lagos, Santiago, Chile. Email:
gonzalo.delamaza@ulagos.cl
2
CEDUA, El Colegio de México, A.C, Ciudad de México, México. Email:
hemaus@outlook.com

El contexto en América Latina

Los estados latinoamericanos han tenido distintas dinámicas políticas, algunos han
logrado mantener su estabilidad y la orientación de las políticas por largos periodos,
otros han cambiado frecuentemente el tipo de políticas, sobre todo cuando cambian
los gobiernos. Distintos proyectos de reformulación de la institucionalidad estatal en
la región se han concretado también en reorientación de algunas de sus políticas
(como las políticas con enfoque de derechos, por ejemplo), mientras que, por el
contrario, ciertas políticas muestran aspectos de continuidad a pesar de las
transformaciones políticas en el control del estado (como ocurre con las políticas
que favorecen el extractivismo y el neoextractivismo).

Por otra parte, algunos países logran poner en marcha las políticas, en función de
los marcos normativos, de los planes de desarrollo o de los programas públicos, en
tanto que otros, o bien carecen realmente de dichos instrumentos de orientación
estatal de las políticas, como ocurre con los países donde predomina aun un
enfoque neoliberal que confía al mercado y su apertura esta tarea; o bien tienen
problemas para activar las instituciones y poner en marcha las políticas, lo que se
traduce en una implementación deficiente (Lora, Eduardo (Ed), 2006; Stein, Ernesto et al. [coords.],
2006
). Algunos países se esfuerzan por poner en el centro de las políticas el interés
público, mientras otros aprovechan la ambigüedad de los marcos de la acción
pública para beneficiar a sectores específicos (Lora, Eduardo (Ed), 2006; Barba Solano,
2009
), o simplemente descansan excesiva y acríticamente sobre las “alianzas
público-privadas” renunciando a funciones que les son propias (Cunill, 2016).

Por último, la participación de la sociedad en la configuración y el desarrollo de las


políticas públicas, a través de la innovación democrática y la institucionalización de
la participación, se han hecho carne en algunas áreas de política y han avanzado en
algunos países, incrementando la intensidad de la acción pública ( Cabrero, 2005),
mientras en otros todavía es un desafío débilmente abordado.

El análisis y la comprensión de las políticas nos aproximan a las causas de las


desviaciones de la acción pública de los gobiernos, de los efectos no deseados de
las políticas o las capacidades de los distintos gobiernos para diseñar e implementar
las políticas que atienden las problemáticas comunes de la región. También nos
aproxima a las políticas que han sido exitosas y han cumplido con sus objetivos,
porque esto permitirá a otros países aprender de la experiencia.

La acción de las políticas públicas

La finalidad de este número es analizar las políticas públicas que se han diseñado e
implementado en los estados latinoamericanos para interpretar y comprender la
forma de reaccionar frente los problemas públicos. El análisis de las políticas nos
aproxima a su origen, es decir, explica cuáles son los procesos económicos,
políticos, sociales o administrativos que hicieron emergen determinados problemas
como problemas públicos, que demandaron la toma de decisiones( Jobert, 2004). Se
conocen a los distintos actores (legislativo, ejecutivo, sector social, sector
empresarial, tecnocracia nacional e internacional, etc.) que incidieron en las
diversas etapas para el diseño e implementación de políticas. La puesta en marcha
de una política devela la forma de funcionamiento del sistema de instituciones y
organizaciones públicas(Roth Deubel, 2006). El análisis se completa con los estudios sobre
los efectos de las políticas públicas en la sociedad, determinando el impacto que
tuvo la acción pública para modificar una situación definida previamente como
problemática.

Las políticas públicas transparentan la acción del Estado, pues dan cuenta de los
intereses, la agenda y la forma en que se diseñan e implementa la acción pública.
El análisis de las instituciones juega un papel importante, pues son las instancias
encargadas de poner en marcha cualquier acción diseñada en el marco jurídico, los
planes de desarrollo o incluso en otras instancias gubernamentales ( Bolívar Espinoza &
Flores Vega, 2014
). La finalidad es caracterizar a los estados latinoamericanos, analizar
comparativamente para dar cuenta de la forma de actuar de uno o más estados
ante las problemáticas que son propias de la región.

El análisis de las políticas públicas tienen una perspectiva eminentemente


pragmática de vocación empírica que permite comprender interpretando, el sentido
del Estado en funcionamiento, en tanto acción política para explicarlo causalmente.
El análisis de los actores, desde la sociología de la acción pública se ha centrado en
sus intercambios y el sentido de sus acciones. Pero también, el sentido de las
instituciones, de las normas y los procedimientos que gobiernan el conjunto de
interacciones (Lascoumes & Le Galès, 2014).

En este marco, el número 48 de la revista POLIS, Revista Latinoamericana, convocó


a investigadores(as) a escribir sobre el análisis de las políticas, programas o cursos
de acción que permitan caracterizar o comparar a los estados latinoamericanos, con
el propósito de comprender los cambios y las permanencias a partir de las políticas
económicas, sociales, culturales, entre otras, adoptadas en los últimos años. La
convocatoria estuvo abierta a los enfoques disciplinares e interdisciplinares en
diversos temas que fomenten la reflexión sobre los alcances y los desafíos que
tienen cotidianamente los estados latinoamericanos, tales como la violencia, la
pobreza, los derechos humanos, la equidad de género, por mencionar algunos.

La sección “lente de aproximación” se abre con el trabajo de Tamara Beltramino y


Carolina Filippon, “Los riegos en el tamiz de la agenda pública local”, donde
analizan los vínculos entre la problematización pública de inundaciones urbanas y la
transformación en las políticas públicas de gestión de riesgo de alcance local en la
ciudad de Santa Fe (Santa Fe, Argentina). Explica cómo en el transcurso del
período analizado (2003-2011) tanto las inundaciones como las formas de
gestionarlas desde el Estado han adquirido relevancia para en la agenda pública. La
agenda pública de cada uno de los dos gobiernos municipales estudiados opera en
la definición del objeto y en los modos a partir de los cuales se gobiernan los
riesgos, diferenciándose dos etapas en la jerarquización de las inundaciones como
tema público relevante. Como la gestión de desastres excede lo local/municipal se
aprecia la importancia de las diferentes escalas de organización y acción del Estado.
Para responder a la problematización pública de un fenómeno éste no sólo debe
reorientarse hacia su interior, sino que se ve compelido también a repensar sus
vínculos y competencias con otras escalas, atendiendo a la delimitación de
competencias y funciones atribuidas por el marco legal a cada nivel de gobierno.
Como el Estado, por múltiples razones, realiza una selección social de los riesgos
sobre los cuales intervenir, estas intervenciones, lejos están de ser neutras. Al
contrario, producen consecuencias para el arco de actores que se movilizan y
disputan en torno a los riesgos, no sólo por las amenazas sino también por las
oportunidades que éstas éstos generan.

Edson Caetano y Eva Freire do Nascimento en “Políticas Públicas e Juventudes:


algumas particularidades do caso brasileiro” discuten los efectos de las
políticas de ajuste económico en las políticas de juventud actuales, señalando la
violación de derechos de la juventud que fueron conquistados históricamente. Los
autores analizan las políticas en otros países para entender su efecto en el caso
brasileño, desde la década de 1980 hasta la actualidad, demuestran una coyuntura
marcada, por una expectativa de garantía de derechos y de forma antagónica, por
el proyecto de contra-reforma neoliberal. Se trata de un estudio que se fundamenta
en el materialismo histórico como postura / concepción de mundo y método de
aprehensión de la realidad. Las políticas de orientación neoliberal, donde se impulsa
la reducción del papel social del Estado, el desmonte de las políticas públicas y la
contraposición constante socavan los derechos sociales de la juventud, al mismo
tiempo generan efectos negativos para la definición de un proyecto de
transformación social y desarrollo en Brasil.

Por su parte Leonel Flores “Una propuesta de análisis de los estados


latinoamericanos desde las políticas públicas” Para ello se enfocan en el
Estado asumiendo que la acción de este se expresa siempre a través de las políticas
públicas que lleva a cabo. A través de un análisis de las etapas que ha seguido el
análisis social del Estado en la región se postula las ventajas de un enfoque como el
propuesto. Es decir que la “acción del Estado” sólo se puede dar a través de
“políticas públicas”; y, estas necesariamente deben ser gubernamentales. Tanto las
políticas públicas de origen privado como las internacionales, deben vincularse
necesariamente a las políticas gubernamentales. No es imposible imaginar que
haya políticas predominantemente gubernamentales, en su origen, que adquieran
el carácter público. Muchas de ellas jalonan los procesos democratizadores en todos
los países de institucionalización reciente. Cuando las políticas gubernamentales se
centran en las reformas constitucionales o abrogan la Constitución quiere decir que
involucran el cambio en la naturaleza del ejercicio del poder.

Nora Gray, Cynthia Basualto y Vicente Sisto, estudian una “Política pública sobre
capacitación y empleo en Chile: Inclusión/exclusión de una fuerza laboral
que envejece”.A través de un estudio exploratorio de carácter evaluativo, analizan
la oferta de los programas vigentes del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo
(SENCE) en Chile, respecto a si promueven o no la inclusión de trabajadores
adultos mayores. Se caracterizan los programas de esta entidad considerando
antigüedad, focalización, presupuesto, población objetivo, rango etario, periodo de
gobierno. El análisis es de tipo clasificatorio respecto de su grado de inclusión de
los/as adultos/as mayores. De los trece programas analizados solamente cinco son
realmente inclusivos. El trabajo aborda un tema clave desde el punto de vista de la
integración de la fuerza laboral que está envejeciendo en Chile. Las oportunidades
de capacitación para este grupo, aunque existen, son insuficientes, considerando
que para las personas mayores que decidan mantenerse en el mercado laboral o se
vean obligados por razones económicas, la exclusión laboral y la discriminación se
pueden evitar si están suficientemente capacitados y actualizados en
conocimientos.

El trabajo de Damien Larrouqué “Institucionalizar las políticas de inclusión


digital: los programas de Argentina, Perú y Uruguay en perspectiva
comparada” compara las políticas de inclusión digital en Uruguay, Argentina y
Perú. El autor las razones de la institucionalización de los programas de inclusión
digital, comparando las modalidades de gestión e implementación de los planes
Ceibal (Uruguay) y Conectar Igualdad (Argentina), todavía vigentes, con el
proyecto Una Computadora por niño de Perú, abandonado a principio de los años
2010. El análisis demuestra que la implementación y la estructura institucional son
determinante; los países que innovaron en materia administrativa, favoreciendo la
participación de la sociedad civil y buscaron mayor cooperación interinstitucional,
lograron mantener sus políticas públicas. El trabajo señala que el rol del Presidente
o poder ejecutivo es importante, no sólo en el diseño de la política, sino en la
adopción y seguimiento de cada una de las etapas de las políticas de inclusión
digital.

David Luján en su artículo “Pensar y actuar el estado. Interacciones sociales,


clientelismo político y apoyos estatales a las organizaciones vecinales en
una comuna chilena”utiliza un enfoque de antropología del estado para estudiar
las relaciones clientelares mediante las cuales el estado actúa y se legitima en el
caso de los fondos concursables que pone a disposición de las organizaciones
vecinales de diverso tipo (un dispositivo “técnico” de amplia utilización) en un
municipio popular urbano de Chile. Para ello examina los discursos tanto de
responsables municipales como de actores políticos locales, por un lado, como de
los propios dirigentes vecinales que hacen uso de este instrumento. El autor
enfatiza a partir del análisis sobre sobre los resultados heterogéneos y
contradictorios de las políticas públicas y los aportes de la antropología del estado
para pensar las relaciones clientelares y su lazo con la personalización de la política
en el contexto chileno. Por un lado la autonomía de estos instrumentos respecto del
modelo burocrático tradicional de acción estatal es reapropiada por los actores
locales, para los que la idea de esfuerzo se compagina la de necesidad de
asistencia, que legitima el lazo sociopolítico y estructuralmente crea la expectativa
de un estado que asista y solucione problemas. A su vez los actores políticos se
reapropian de esta expectativa y la alimentan para capitalizarse con la población
local. La descentralización, así, da lugar no solo a una economía de costos y la
desresponsabilización de las políticas de apoyo a las organizaciones vecinales sino
también a la creación de nichos de poder sostenidos sobre las necesidades sociales
que los proyectos vecinales encarnan.

Y finalmente en esta sección, Hilarión Vegas en “Políticas públicas y


gobernanza: Articulación para una gestión pública local autónoma” expone
espacios de convergencia entre las políticas públicas y la gobernanza con
instrumentos metodológicos, como la entrevista en profundidad y el método Delphi.
Los informantes están conformados por alcaldes (actores sociales) e investigadores
(expertos) cuyo aporte representa una significativa experiencia para las ciencias
sociales. Con lo anterior, revela que la gestión pública representa la estructura
básica para diseñar e implementar toda política pública. En este contexto, la
gobernanza acerca a los ciudadanos mecanismos para solucionar de sus problemas
cotidianos y fomenta el desarrollo de los espacios sociales a los que pertenece. La
investigación demostró un proceso de saturación y vinculación teórica a partir de la
revisión bibliográfica (descriptores semánticos), los aportes recibidos por parte de
los entrevistados (alcaldes) y encuestados (investigadores) mediante el método
Delphi, así como la interpretación dada por quien valora estos resultados.

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