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En todos los gobiernos observamos que se trata de luchar contra la corrupción y los
candidatos asumen esa bandera; sin embargo, el flagelo parece no retroceder. Ante esto
surge la pregunta: ¿La corrupción tiene relación con los conflictos sociales,
desigualdades y la inestabilidad política actual? En nuestra opinión, La corrupción es un
problema social que impide el despegue y desarrollo del Perú como país de primer
mundo.
La corrupción es un grave problema que enfrenta el Perú desde los inicios de la Colonia
y se ha mantenido durante todo el régimen republicano, sobre todo en la esfera
política e institucional. Al respecto, Quiroz (2013) afirma que
Quiroz también determinó que, después de ciclos de muy alta corrupción, lapsos de
unos 10 años en los que el dinero desviado a la corrupción oscilaba entre 4% y 7% del
PBI, se daba una reacción ciudadana de rechazo, aunque pasajera.
“Al pasar u olvidarse esa reacción, según el principio de ‘borrón y cuenta nueva’, se
vuelven a presentar los incentivos altos y las inhibiciones laxas que generan un nuevo
ciclo de creciente corrupción”, señalaba Quiroz en el texto que escribió para el libro “El
pacto infame, estudios sobre la corrupción en el Perú”.
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Maltrato infantil.
La violencia es un tema diario del cual todos estamos familiarizados, cada mañana las noticias
se encargan de actualizarnos de todos los sucesos violentos que vive nuestro país, con relación
a lo político, económico y social. Pero en este caso nos enfocaremos en la violencia que afecta
a los más vulnerables e indefensos, al eslabón más débil dentro del núcleo familiar; si los niños.
En primer lugar, debemos tener en claro que la violencia consiste en hacer el uso de la fuerza
para alcanzar un propósito, dominar a alguien o imponer. Según lo referido nos hacemos la
siguiente pregunta ¿será que existen personas que involucran niños usando la fuerza para
alcanzar sus propósitos o que tal vez les imponen cosas que van en contra de su integridad?
Lamentablemente la respuesta es sí, esta realidad se ha convertido en un problema psicosocial
que requiere inmediata intervención. La violencia o maltrato infantil incluye todo tipo de
agresión física, psicológica, desatención, abuso sexual, negligencia, explotación comercial o
cualquier acto que atente contra la salud y el desarrollo integral del niño. Al respecto, la O.M.S.
(S.F.) afirma que
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores
de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual,
desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar
un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el
contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia
de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.
Es decir, el maltrato infantil es el reflejo de una sociedad que ha establecido una relación
autoritaria con los niños. Y es causa de sufrimiento para los niños y las familias que trae consigo
consecuencias a largo plazo que se relacionan al estrés y se asocia a trastornos del desarrollo
cerebral temprano, además de afectar la autoestima y generar inseguridad, los adultos que han
sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y
mentales. Y tienden a reproducir lo vivido. A continuación, daremos a conocer algunos
indicadores del maltrato:
Abuso sexual; esta modalidad es una de las más delicadas y presenta los siguientes indicadores:
podemos encontrarnos con embarazos no deseados, con enfermedades de transmisión sexual,
bajo rendimiento escolar, depresión, preocupados por temas sexuales, aseo constante de los
genitales, miedo a la soledad o quedarse en alguien en especial, incapacidad de sostener la
mirada entre otros.