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Perfiles Educativos

ISSN: 0185-2698
perfiles@unam.mx
Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación
México

Castorina, José Antonio


La ideología de las teorías psicológicas en la educación especial
Perfiles Educativos, vol. XXII, núm. 90, 2000, pp. 77-91
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13209005

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La ideología
de las teorías psicológicas
en la educación especial
JOSÉ ANTONIO CASTORINA*

Este artículo examina los aspectos ideológicos involucrados en las teorías


psicológicas cuando se aplican a la educación especial, en particular en el caso
de los niños sordos. En primer lugar, se considera la problemática de la diversidad
de interpretaciones de la ideología. Luego se analizan dos perspectivas, una negativa,
que incluye la falsa conciencia y la violencia simbólica; otra positiva en los términos
de utopía. En todos los casos, se estudia el modo en que las teorías psicológicas
de la inteligencia o el aprendizaje vehiculan los significados sociales.

This article deals with the ideological aspects which are involved
in the psychological theories when those are applied to special education,
particularly in the case of deaf children. In the first place, the author takes
into consideration the problem that represents the diversity of interpretations
about ideolog y Two perspectives are analysed: on one hand, a negative
perspective that includes the false consciousness and the symbolic violence;
on the other hand, a positive one in terms of Utopia. In both cases,
the author analyses the ways in which the psychological theories
about intelligence or learning convey social meanings.

Educación especial / Ideologías / Cognición / Psicología del aprendizaje / Utopía


Special education / Ideologies / Cognition / Learning psychology / Utopia

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La ideología de las teorías psicológicas en la educación especial José Antonio Castorina (2000), vol. XXII, núms. 89-90, pp. 77-91

INTRODUCCIÓN cativo (Bernstein, 2000). Los problemas



que plantean aquellos rasgos del conoci-


En la psicología contemporánea conviven miento psicológico y su recontextuación



diversas teorías acerca de los procesos cog- pedagógica permiten definir un campo de



nitivos. Así, hay versiones psicométricas de estudio “ideológico-cultural”, inseparable


la inteligencia, otras que la explican por la del análisis epistemológico. Una teoría psi-



“arquitectura computacional de la mente”; cológica plantea cuestiones metateóricas



incluso hay concepciones que se basan en referidas a su organización epistémica, al


un desarrollo por etapas “madurativas”, y modo de producir y evaluar su conocimien-



también se pueden mencionar variantes del to, y al mismo tiempo vehicula significacio-



enfoque constructivista. Se ha considerado nes “no dichas” o imaginarias respecto a sus


el aprendizaje como un proceso derivado de consecuencias sociales o a las demandas


la actividad individual; algunos lo han re- sociales que la han originado. Las críticas

ducido al impacto de estímulos externos, ○


epistemológica e ideológica tienen cada una


mientras otros lo explican por la interiori- su especificidad relativa e irreductible, pero

zación de la cultura. Cualquiera de estas se requiere de una visión articulada entre


teorías psicológicas puede ser evaluada se- ellas para comprender en un sentido abar-

gún el éxito en dar cuenta de sus objetos cativo a las teorías.



de conocimiento, por ejemplo si satisfacen Ahora bien, todo intento por situarse en

los criterios de validación empírica que la crítica ideológica enfrenta una primera

ellas mismas han instituido o si evitan pro- dificultad. No disponemos de una definición

blemas de consistencia conceptual. Incluso, satisfactoria del término “ideología”, sino de


es posible evaluar hasta dónde son pertinen- una diversidad de caracterizaciones: algunas

tes epistemológicamente sus “aplicaciones” se refieren a las representaciones que son


a los campos de la educación y la evalua- propias de un grupo social; otras a las ideas

ción psicológica. falsas de los actores sociales que tienden a



Estos sistemas con pretensiones de cien- justificar un orden político; todavía en otras

tificidad se han producido en determinadas hay preocupación por la falsa conciencia o



condiciones sociales y promueven directa o autoengaño en los pensadores acerca de la



indirectamente a ciertas prácticas, cuyo sig- base social de las ideas que producen; has-

nificado social es por lo general ignorado o ta se puede mencionar la ideología como el



distorsionado en el discurso de los psicólo- proceso de convertir a la vida histórico-so-



gos (Castorina, 1995). También se han iden- cial en una realidad natural; finalmente se

tificado las concepciones del mundo que la puede identificar con las utopías formu-

parecen enmarcar y fijar límites a la inves- ladas por los pensadores y dirigidas a mo-

tigación psicológica sobre su objeto de es- dificar la realidad social. Cualquiera de es-

tudio (Overton, 1998). Más aún, con fre- tas versiones se ha formulado de acuerdo

cuencia las teorías psicológicas son con diferentes líneas argumentales, subra-

reapropiadas por el discurso pedagógico que yando rasgos que se han considerado rele-

las transforma según sus propios fines y los vantes para su definición (Thompson, 1985;

convierte en legitimadores de un orden edu- Eagleton, 1997). Sin embargo, no podría


asegurarse que tales líneas conceptuales son



entre sí consistentes, ni tenemos al momen-


* Instituto de Investigaciones Psicológicas, Facultad de Psi-


cología, Universidad de Buenos Aires. ctono@netizen.com.ar to los medios teóricos suficientes para for-

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mular una versión de conjunto aceptable. A flexión preliminar acerca de las cuestiones,



nuestro entender, cada línea argumental desde el punto de vista de las teorías de la


tomada separadamente de las otras proba- ideología.



blemente pierda mucho de su valor inter-



pretativo. Aquí vamos a reunir o articular LOS EFECTOS DEL


sin demasiado rigor conceptual varias de las “DESCONOCIMIENTO” EN LAS



caracterizaciones antes mencionadas. Por un PSICOLOGÍAS DEL CONOCIMIENTO



lado, quisiéramos enfatizar los aspectos “ne-


gativos” del término, tales como la falsa El enfoque clásico de la ideología como fal-



conciencia o la naturalización que hacen los sa conciencia fue formulado por Marx y



pensadores de las condiciones sociales de sus Engels (1970) en La ideología alemana, a


ideas, justificando así la dominación social. propósito de los filósofos neohegelianos que


Por el otro, daremos relevancia a los sesgos concebían la superación de los conflictos de

más “positivos” de la interpretación de la ○


la sociedad alemana de su tiempo por una


ideología, en cuanto representaciones que vía puramente intelectual, ofreciendo su

orientan la acción de los agentes sociales, y resolución en los términos de una liberación

especialmente a la versión originada en la espiritual. De tal modo, estos pensadores



Escuela de Frankfurt, atenta a la relevancia encubrían y disimulaban las contradicciones



de los “proyectos” que desbordan la reali- específicas que no residían en el plano de


dad y permiten cuestionarla. las ideas, sino en la organización histórica



El propósito de este artículo es primero de la propia sociedad. En esta perspectiva



explorar el enfoque negativo de la ideolo- se ve a la ideología como una producción


gía como una herramienta para el análisis de cuyo resultado es una conciencia de lo que

la interpretación psicológica que naturaliza afirma, pero una falsa conciencia con res-

la inteligencia o promueve procedimientos pecto de las fuerzas que la impulsan.



conductistas de aprendizaje, particularmen- Los teóricos del socialismo plantearon



te respecto a los niños sordos.** Es también que las ideas están inseparablemente vincu-

importante examinar cómo ciertas prácticas ladas a las prácticas sociales, por lo que no

psicológicas y educacionales han contribui- se las puede aislar de estas últimas. Lo que

do a conformar la adhesión infantil a una reprochaban a los pensadores neohegelianos


identidad deficitaria. Por último, vamos a era su creencia en que el nivel de estudio

discutir la compatibilidad o incompatibili- del mundo religioso o filosófico podía neu-



dad de las teorías e interpretaciones psico- tralmente dar cuenta del drama histórico, al

lógicas con los proyectos sociales más o margen de las prácticas sociales que gene-

menos utópicos de otra identidad para los raban en buena medida las formas de la fe

niños en la educación especial. Es preciso o las especulaciones filosóficas. Se podría


aclarar que en este artículo no se asume extender quizá el reproche a las conceptua-

la visión de la comunidad sorda ni la expe- ciones de los psicólogos que caracterizan a


riencia de los especialistas que trabajan los fenómenos de la inteligencia o el apren-



con ella. Se trata solamente de una re- dizaje independientemente de las condicio-

nes sociales que los hacen posibles.


** En este artículo se particulariza en los niños sordos, pero Además, Marx y Engels explicaron dicho

los argumentos sostenidos aquí son igualmente aplicables


aislamiento por la función que cumple la

para niños con otro tipo de necesidades especiales sujetas


interpretaciones psicológicas semejantes. falsa conciencia social al sostener un deter-



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minado sistema de dominación. Particular- teriales de la sociedad burguesa, las rela-



mente, las diferencias de clase se conservan ciones humanas aparecen mistificadas


por el desconocimiento de los mecanismos como relaciones entre cosas, lo que tiene



de formación de las ideas. De lo anterior se consecuencias de carácter ideológico. Se



infiere el rechazo a que los productos con- produce una reificación o cosificación de la


cientes pudieran ser disueltos únicamente vida social que congela su historia y pre-



por la crítica espiritual, sin exponer y mo- senta los procesos sociales como inevita-



dificar las prácticas sociales subyacentes. bles e inalterables. En otros términos, el


Esto lleva a pensar respecto de las teorías predominio de entidades inanimadas sobre



psicológicas en que por lo menos hay que la vida social le da un aire espúreo de na-



tomar distancia y examinarlas críticamente turalidad e inevitabilidad. En este sentido,


desde el punto de vista de las ciencias so- y con bastante libertad interpretativa res-


ciales. Así, se podrá explicar el sentido de pecto a la versión original de la reificación,

algunas de sus afirmaciones básicas. ○


trataremos de identificar formas de desco-


Buena parte de los estudios situados en nocimiento de los procesos sociales com-

la perspectiva “negativa” de la ideología tra- prometidos en los procesos intelectuales y


taron de distinguir entre los mecanismos de aprendizaje concebidos por los psicó-

sociales y sus representaciones, a fin de es- logos. En otras palabras, ellos piensan

tablecer cómo éstas ponían obstáculos a la como “ideólogos” cuando al indagar en los

comprensión del sistema de dominación procesos mentales éstos se les “aparecen”



social. En la Ideología alemana, Marx y En- desprendidos de los contextos sociocultu-



gels (1970) concibieron agudamente que los rales. Tales concepciones encubren un

agentes humanos se engañan respecto del componente central de la actividad inte-



significado social de sus actos y nosotros lectual al dejar en las sombras las prácti-

extendemos esta tesis al sentido que los cas sociales en las que ésta se constituye.

psicólogos dan a sus producciones teóricas Así, por ejemplo, en ciertas corrientes psi-

y a sus actos de intervención. Sin embargo, cológicas se convierte a la vida psíquica en


a veces se ha entendido que dicho engaño un proceso puramente natural, explicable



implicaba que se puede hacer algo social- sólo por causas biológicas internas al or-

mente al margen de nuestra interpretación, ganismo. Esto último lleva al enfoque clí-

como si hubiera modos de actuar “objeti- nico-médico de las dificultades, a la con-



vos” sin el sentido que les otorga el propio cepción de enfermedad o anormalidad y

actor social. Es preciso subrayar que para por consiguiente a la exclusión o reclusión

un marxismo antiobjetivista al que nos ad- de los niños. Estamos ante un modo de co-

herimos, no están primero los actos socia- sificar la vida psíquica, de interpretarla por

les y luego, secundariamente, los productos fuera de la actividad social. En la Ideolo-


conscientes que los deforman, ya que por el gía alemana ya se adelantaba la tesis según

contrario ambos son inseparables (Williams, la cual al concebir las formas de concien-

1977). cia como autónomas de las condiciones



Un enfoque “negativo” de la ideología sociales se las desvincula de la historia, lo



algo diferente se puede encontrar en el que equivale a naturalizarlas.


análisis de Marx del “fetichismo de la mer- Pasemos ahora a examinar ciertas concep-

cancía”, en el primer volumen de El capi- ciones de los procesos cognitivos utilizadas



tal (1969). En virtud de las prácticas ma- para examinar las dificultades de los niños

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en la educación especial y el modo de in- 1987). Lo más importante, se ha demos-



tervención implantado para lograr su even- trado que buena parte de los fracasos de


tual “corrección”. los niños en resolver las tareas se debe a



En primer lugar, uno de los criterios la traba cultural del instrumento conside-



principales que ha permitido a los psicólo- rado “neutral”. Es decir, lo que se evalúa


gos dividir a los niños en “deficientes” y “no en los niños de sectores populares o de



deficientes” ha sido su rendimiento intelec- minorías étnicas es su grado de familiari-



tual. Ahora bien, éstos han sido evaluados dad con una cultura que no es la suya.


—y aún lo son en el medio escolar— por Esta conclusión llevó a la prohibición de



los tests de coeficiente intelectual ( CI ) utilizar los tests de CI en grupos étnicos



que son una forma, entre otras, de opera- minoritarios en Inglaterra (Lunt, 1994).


cionalizar el constructo “inteligencia”. Cual- La creencia de los psicólogos en aptitu-


quier modelo de evaluación psicométrica des intelectuales fijas e inmodificables en

utilizado por los psicólogos escolares pre- ○


los individuos es un marco interpretativo


supone la existencia en el individuo de ca- más amplio que las hipótesis verificables y

racterísticas cognitivas fijas y mensurables. ha orientado los estudios psicométricos. Se


Básicamente utilizan el concepto de “apti- trata de una “metanarrativa” que separa ta-

tud” cognitiva y una de las premisas del jantemente los procesos mentales endógenos

abordaje psicométrico tradicional es “que de los sociales, las aptitudes naturales de las

el rendimiento en los tests de CI está am- adquisiciones debidas a la influencia de la



pliamente determinado por factores gené- cultura. Esta desvinculación de los compo-

ticos” (Feuerstein, 1979, p. 4). El origen nentes de la experiencia cognitiva en la psi-


biológico de la aptitud intelectual la con- cología del siglo XX, ya advertida por Vigots-

vierte en un atributo humano estable para ky (1991), es una herencia filosófica del

toda la vida, que es apenas modificable por dualismo cartesiano entre la mente y el

la acción pedagógica. cuerpo, así como de su contracara reduccio-



Tales instrumentos pueden ser cues- nista que convirtió los fenómenos psíquicos

tionados desde un punto de vista meto- en un epifenómeno de los procesos biológi-



dológico y aún epistemológico. Así, se ha cos. Ahora bien, estos presupuestos onto-

señalado el empirismo vigente en la “ope- lógicos pueden ser considerados como un


racionalización” reductiva del constructo efecto ideológico de la división entre natu-



“inteligencia” en términos de las “perfor- raleza e historia, de una dislocación en la



mancias” o rendimientos, al que en ocasio- sociedad en determinadas condiciones his-


nes se añade una explicación genética; que tóricas, postulada en la Ideología alemana.

tal procedimiento se limita a los “resulta- En El capital (libro I, cap. II), la ideo-

dos”, sin considerar los procesos intelec- logía no se concibe como una pura ficción

tuales; que apunta más a lo interindividual intelectual de los individuos y se aproxima



que a los rasgos cognitivos propiamente a un efecto estructural del capitalismo. Por

individuales; o que el modo estandarizado ello el “fetichismo” de la mercancía no es



de proponer las tareas no considera las ex- irreal, sino que expresa una inversión que

pectativas del niño respecto a la situación caracteriza objetivamente a la propia socie-


de prueba; finalmente, que las propias pre- dad (Eagleton, 1997). El cisma entre ideas

tensiones de confiabilidad y validez de los y sociedad podría provocar la reificación de



tests no se han justificado (Solity y Bull, la vida psíquica, ocultando a los ojos de los

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psicólogos sus relaciones constitutivas con mejoran notablemente su perfil intelectual



las prácticas sociales. En cuanto agentes comparado con niños que no lo habían ad-


sociales, ellos se representan los fenómenos quirido (Skliar, 1997b).



psicológicos asociados a la vida social regi- Cuando el modelo médico-organicista de



da por relaciones mercantiles, como natu- la sordera atribuye las dificultades mencio-


rales. Brevemente, es plausible que si la nadas sólo al déficit auditivo o al “interior”



sociedad se percibe dominada por entidades del organismo, está naturalizando los pro-



no humanas, así como “dada” e inmodifica- cesos cognitivos. La reducción de las difi-


ble, entonces también las aptitudes intelec- cultades intelectuales a las deficiencias bio-



tuales adquieren la naturalidad e inevitabi- lógicas expresa la separación tajante entre



lidad de las relaciones entre cosas. los procesos naturales y las interacciones


Se puede interpretar desde este punto sociales; es su “fetichización”. Simultánea-


de vista a la concepción de la inteligencia mente, ésta tiene un efecto ideológico es-

y a la evaluación psicológica de los rendi- ○


pecífico: el ocultamiento de las condiciones


mientos cognitivos en los niños sordos. En sociales del rendimiento intelectual del niño

primer lugar, los psicólogos han creído encon- sordo deja en las sombras la intervención de

trar una relación directa entre la deficiencia la cultura y las interacciones sociales en su

auditiva y las dificultades lingüísticas, socia- desarrollo. Cada vez que identificamos en

les e intelectuales de los niños sordos. “Los una teorización psicológica zonas de cosifi-

libros de psicología de la sordera definen cación de la vida psicológica, y que por eso

a los sordos como lingüísticamente pobres, mismo hay un ocultamiento de significados



intelectualmente primitivos y concretos, sociales, estamos en condiciones de hablar


socialmente aislados y psicológicamente in- de un registro ideológico.



maduros y agresivos” (Skliar, 1997b, p. 77). La creencia de que las desventajas en


Es decir, el carácter natural del déficit de- estos niños derivaban únicamente de las li-

termina las dificultades observadas en las mitaciones inherentes a su competencia cog-



áreas mencionadas. En cuanto al rendimien- nitiva o a las aptitudes naturales que sub-

to intelectual y las capacidades cognitivas, yacen a sus rendimientos, es notablemente



se puede hablar de una confusión con cep- insistente en los profesionales. Inclusive es

tual entre la deficiencia biológica de una una creencia del sentido común que atra-

lesión y la discapacidad, asociadas a las me- viesa en parte la cultura escolar (Castorina

didas sociales que diferencian el acceso para y Kaplan,1997). En todos los casos parece

los sujetos con déficits a los lugares donde evidente que siempre el rendimiento de los

se transmite el capital cultural (Skliar, niños sordos estará por debajo de los oyen-

1997a). Además, el intento de explicar las tes. Opera aquí una concepción de conjun-

dificultades de acceso al pensamiento abs- to según la cual los límites “naturales” para

tracto en los niños sordos, al margen de la la inteligencia del niño sordo no podrán ser

experiencia educativa o de sus interacciones superados, situándose ilusoriamente a la


comunicativas, ha fracasado. Desde el punto sordera en un ámbito de rasgos ya “dados”



de vista metodológico, la tesis de que siem- en su naturaleza.



pre el rendimiento intelectual de los niños Por su parte, la descripción de las eta-

sordos se mantiene bajo, es insostenible. Se pas de la inteligencia ha sido enfocada con



ha mostrado que si ellos aprenden tempra- frecuencia en una perspectiva maduracionis-



namente el lenguaje de señas, por ejemplo, ta, sea explícitamente o como resultado de

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lecturas incorrectas de la propia psicología homogénea y visible de estímulos definidos



genética. Así por ejemplo, es un clásico en por el enseñante. La propia sociedad es ca-


la evaluación psicológica la calificación de racterizada naturalísticamente como el me-



“inmaduros” para los niños de sectores po- dio exterior al que los niños deben adaptar-



pulares o con problemas de aprendizaje que se, velándose su heterogeneidad o la


no han alcanzado el nivel operatorio del significación social e histórica de los obje-



pensamiento. Se ignoran los rasgos esencia- tos de conocimiento. En realidad, no hay



les del método de interrogación clínica que objetos sociales de conocimiento sino un


atiende a la diversidad de las situaciones, al mundo social “fisicalizado” que impacta



modo en que cada niño da sentido a su sobre el sujeto. Finalmente, cabe señalar



entorno cultural y a los objetos que se le que la enseñanza, mediante la precisión tec-


proponen. Los niños son interrogados al nológica de los procedimientos con su exi-


margen de los contextos en que los objetos gencia de rendimientos y adecuación en las

les son significativos. Por este camino se ○


respuestas, llega a disimular aquellos signi-


borran las diversidades en la formación de ficados sociales, imponiendo sin embargo

la inteligencia originadas en las prácticas otros fines sociales (Castorina, 1995).


socioculturales de que participan los niños Es sabido que los programas de enseñan-

y se llegan a legitimar como “naturales” las za desarrollados en el oralismo involucran



diferencias entre los que pueden y los que una psicología conductista para el apren-

no pueden. dizaje del lenguaje oral y para la compen-



En cuanto al aprendizaje, los efectos de sación programada de un sujeto natural-



desconocimiento se pueden encontrar en la mente “deficitario” en su inteligencia. El


mayoría de las teorías del aprendizaje, pero proceso de enseñanza se basa en el condi-

aquí nos vamos a limitar al enfoque conduc- cionamiento de una respuesta “operante”

tista, dada su vigencia en la educación es- sobre el medio ambiente, de forma que si

pecial. Si bien el neoconductismo modificó se ofrece al sujeto un estímulo reforzador,



significativamente al conductismo clásico, aumenta las probabilidades de la ocurren-


subsistió el núcleo duro del programa ori- cia de tal respuesta. Gracias a este tipo de

ginal: los estímulos controlan las respues- aprendizaje “de afuera para adentro”, el

tas, quedando limitado el aprendizaje a una sujeto sordo es colocado en el lugar de las

sustitución de respuestas. Por una parte, se respuestas a los estímulos reforzadores del

valoran las respuestas en cuanto adecuadas oyente (Skliar, 1997b). En síntesis, el en-

a los estímulos, considerando al sujeto foque psicológico de la sordera es una su-


como una “caja negra”, o se introducen al- matoria de dos enfoques unilaterales: al

gunos mecanismos que funcionan bajo la poder del déficit auditivo original o la

impronta de los estímulos. De este modo, aptitud intelectual que le está asociada

el sujeto es esencialmente pasivo y no se naturalmente se le añade una intervención



puede encontrar allí una historia de cono- operante controlada desde el programador.

cimientos, salvo como registro. Especial- No hay protagonismo del sujeto sordo, en

mente, cualquier sociogénesis del sujeto de un caso porque las aptitudes le definen un

aprendizaje queda obturada porque está cierto destino mental y en el otro porque

negada su constitución activa respecto del él no domina el programa de enseñanza



contexto cultural. Por otra parte, el medio que pretende corregir parcialmente dicho

reforzador de las respuestas es una serie destino.



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En lo que concierne al campo de las profesionales involucrados. Además, la do-



prácticas psicoeducativas orientadas por las minación de los sujetos llega a ser eficaz si


teorías psicológicas, hay aún otro modo de logra su reconocimiento, su confianza y su



concebir la mistificación y el disimulo de su fe en los depositarios del poder simbólico.



impacto sobre los sujetos. En La reproducción (1977), Pierre Bour-


dieu concebía al sistema educacional como



LA VIOLENCIA “SIMBÓLICA” una agencia institucionalizada para el ejer-



cicio de la violencia simbólica, mediante la


Cuando los niños dicen “y” en lugar de “ll” imposición de “un arbitrario cultural” tal



al pronunciar la palabra “llueve”, ha sido como un uso lingüístico o aun una interpre-



frecuente en el Río de la Plata que los maes- tación o práctica psicológica. Estas formas


tros rechacen este acto lingüístico (Ferrei- de la cultura son arbitrarias en el sentido


ro y Teberosky, 1979). Más aún, convencen de que no se pueden deducir de un princi-

a los alumnos de que éste es un desvío de ○


pio universal biológico o físico. Por otra


la única forma de pronunciación admitida, parte, ellas se insertan en las relaciones de

propia de un lenguaje “correcto” en el que poder entre clases sociales o entre grupos

debe haber una relación unívoca entre so- sociales, permitiendo su legitimación. Es

nido y grafema. Se puede hablar aquí de la crucial, por tanto, que dicha arbitrariedad

imposición de un dialecto sobre otro, una sea desconocida como tal por los sujetos

forma de asegurarse su poder sobre el cuer- que sufren la acción impositiva al momento

po social. De modo similar, cuando los en que ésta sea reconocida como legítima.

maestros y los psicólogos logran que los Justamente, el esfuerzo de los hablantes

niños con bajos rendimientos intelectuales por corregir su pronunciación a fin de ade-

adquieran conciencia de “sus límites”, están cuarlo a las exigencias del modo de hablar

produciendo un acto de imposición de una presupone su reconocimiento de la legitimi-



mirada sobre sí mismos. Más aún, esta vio- dad del uso lingüístico (la pronunciación

lencia es por lo general invisible porque “correcta”) y un desconocimiento de que este


aquel acto se transmuta en una relación último es impuesto como dominante (ya que

desinteresada entre profesionales y niños, cualquier modo de hablar es relativo a cierta



casi siempre involuntaria en sus efectos, comunidad).


plena de intenciones loables. Según nuestra hipótesis (Castorina,



A este respecto, cabe evocar los térmi- 1995), la implantación de las teorías psi-

nos con que Bourdieu (1980) se refiere a la cológicas en las operaciones de diagnósti-

violencia invisible en la sociedad Kabila, co y evaluación de las producciones lin-



ejercitada allí a través “de la suavidad, la güísticas e intelectuales funciona como



confianza, la lealtad personal, la hospitali- “bisagra” para el ejercicio de la violencia


dad, la donación, el reconocimiento, la pie- simbólica. Es decir, la práctica psicométri-



dad, todas virtudes que son honradas por la ca y las versiones maduracionistas de la

ética del honor” (p. 219). Probablemente inteligencia contribuyen con la autoridad

una reconstrucción de la historia del modo del profesional y del saber médico-psico-

en que fueron llevados muchos niños y adul- lógico a que los sujetos (particularmente

tos sordos a aceptar su identidad deficita- en la educación especial) se adhieran a una



ria podría revelar los rasgos de lealtad, es- identidad deficitaria. Tal aceptación no

fuerzo, e intención honrada por parte de los proviene de una decisión adoptada volun-

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tariamente por cada niño, sino que resul- ciones programadas, evitándoles cualquier



ta de la transmisión de un “arbitrario” cul- actividad estructurante.


tural en la escuela: por ejemplo que ellos Recientemente, Bourdieu (1999) perfiló



no son capaces de aprender como los otros. su enfoque de la violencia simbólica al si-



Más aún, el propio fracaso escolar del niño tuarla en las coerciones que se encarnan en


sordo parece derivar, al menos en parte, del los cuerpos de los dominados. Un hablan-



ajuste de sus “límites” para pensar y ha- te, una mujer o un niño con dificultades



blar lo transmitido por maestros y psicó- cognitivas o lingüísticas aceptan como “na-


logos (Thoma, 1998). tural” la dominación simbólica de un sexo,



En el caso de los dispositivos conductis- de una forma cultural, del uso lingüístico.



tas de aprendizaje, lo anterior resulta evi- Incluso ellos llegan a aceptar como innatos


dente. Volviendo al ejemplo de la letra “ll”, los rasgos típicos de las oposiciones entre


la imposición de “cómo se debe hablar” se blanco/negro, masculino/femenino, oyente/

cumple en buena medida mediante una con- ○


no oyente, con cierto grado de complici-


cepción de aprendizaje, sea la propia de la dad. Pero estos sujetos no han podido evi-

psicología o la del sentido común de los tar tal adhesión porque la dominación se

docentes. Esto se lee en las prácticas de ejerce efectivamente sobre las disposiciones

enseñanza que eliminan la actividad de los o habitus, es decir los esquemas y modos

alumnos o no toman en cuenta su propio de clasificación que dan sentido al mundo


dialecto, ya que para imponer semejante social. Lo importante para subrayar aquí es

arbitrario social se precisa una transmisión que la dominación no impacta sobre la con-

que mantenga la pasividad del alumno. En ciencia, sino sobre la oscuridad de los ha-

este sentido, cualquier tipo de conductismo bitus encarnados en los cuerpos, al margen

facilita, apoyado en la autoridad del docen- de una conciencia intelectual e independien-


te, la adaptación de las respuestas infanti- temente de cualquier coerción física. Por

les al dialecto oficial. ello, la aceptación tácita de la dominación



Al considerar la educación de los niños adquiere a veces formas visibles en la emo-


sordos, sugerimos que el aprendizaje orien- ción corporal de la turbación, la vergüenza,



tado por el conductismo operante facilita el sonrojo, “otras tantas maneras de some-

la violencia simbólica. Bajo el supuesto de terse a pesar de uno mismo y contra lo que

que todas las dificultades están ya dadas le pide el cuerpo, al juicio dominante”

biológicamente y de lo que se trata es de (Bourdieu, 1999, p. 224).



reparar y corregir un déficit, el método ade- La reelaboración de la noción de violen-


cuado es una intervención externa y plani- cia simbólica condujo a este autor al aban-

ficada que coloque las cosas en su lugar, dono de la noción de ideología en cuanto

acercando al niño al modelo oyentista. Por “falsa conciencia”. Es decir, la consideró


otra parte, la práctica educativa tiende a demasiado comprometida con un enfoque



presentar al oralismo como el único recur- fuertemente representacional de los saberes,


so aceptable, confundiendo el lenguaje con que separa tajantemente a éstos de las prác-

la lengua oral. Para imponer el arbitrario ticas “corporales” con el mundo. Por el con-

cultural de una única lengua legítima y de trario, la violencia simbólica no se dirige


que sólo su apropiación permite avanzar a especialmente a las representaciones o



los niños en su desarrollo conceptual, se les creencias modificables intelectualmente,



enseña al modo impositivo de las estimula- sino a aquellas creencias tácitas de la vida

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práctica. Éstas encarnan prácticamente en reglas), ni siquiera las prácticas sociales



el cuerpo y son el fruto de un adiestramiento no discursivas que subyacen al intercam-


social. En su opinión, sostener la “falsa bio lingüístico. En semejante perspectiva,



conciencia” implica una tesis según la cual cualquier concepción que dé relevancia a



su liberación es posible por la toma de con- los procesos biológicos es vista con des-


ciencia de las representaciones equivocadas. confianza, ya que lleva a mistificar la di-



Al situar los habitus en la vida corporal, versidad cultural en nombre del universa-



Bourdieu abre una vía de análisis que pue- lismo naturalista. Es preciso reconocer que


de hacer comprensible los efectos casi má- más allá de sus virtudes críticas, el pensa-



gicos y tan perdurables del poder simbólico miento posmoderno disimula los rasgos ma-



en la constitución de la subjetividad, en teriales que también son parte central de


nuestro caso la identidad deficitaria en la los seres humanos. Una visión culturalista


educación especial. de los fenómenos psíquicos y sociales ocul-

Hasta aquí hemos utilizado, para exami- ○


ta los aspectos naturales o materiales que


nar las zonas de ideologización (en sentido les son esenciales, tales como los procesos

negativo), las teorías psicológicas en la ver- cerebrales, neurofisiológicos o la misma


sión de la falsa conciencia, así como la no- corporalidad. La importancia de lo dicho



ción del fetichismo de las relaciones socia- salta a la vista por ejemplo en los estudios

les o de la violencia simbólica. Todas las de las lesiones neurológicas y sus conse-

versiones mostraban una naturalización de cuencias en la educación, puestas de relie-



los procesos mentales, por la cosificación o ve por la investigación científica. Una cosa

deshistorización de las relaciones sociales y es rechazar la cosificación que naturaliza


de los procesos psicológicos, así como por los procesos psicológicos y otra muy dis-

la separación tajante de los procesos inter- tinta es eliminar o subestimar el compo-


nos de base innata respecto de la sociedad. nente biológico de la vida psíquica. El cul-

La pregunta que surge de inmediato es: ¿la turalismo, al falsear el hecho de que los

naturalización es la única forma de ideolo- seres humanos están exactamente “entre”


gizar las relaciones de la inteligencia o el la naturaleza y la cultura, es una ideología



aprendizaje con la sociedad, o el único tan reductiva como el economicismo o el



modo en que se puede imponer el poder naturalismo (Eagleton, 1998).


simbólico? La respuesta es negativa (Eagle- Por otra parte, dicho desconocimiento



ton, 1997; 1998) porque su aparente antí- impide entender el modus operandi de los

tesis, el culturalismo, también tiene efectos dispositivos de dominación. Hoy es casi


de desconocimiento. obvio considerar que la opresión de géne-



El pensamiento posmoderno ha defen- ro es una producción sociocultural de cabo



dido tenazmente la diversidad cultural, a rabo, pero las mujeres son explotadas en

privilegiando la pluralidad de los sistemas cuanto mujeres, lo que involucra el cuer-



discursivos y su modificación histórica po vivido en su relación con el mundo o


como organizadores de la vida social. In- el cuerpo natural tratado por la biología.

cluso la vida psíquica ha sido interpretada En el caso de la sordera, hemos visto los

discursivamente, como parte del diálogo efectos de la violencia simbólica sobre los

social (Edwards, 1997). De este modo, cuerpos, o el modo en que la identidad de-

nada queda por fuera de la cultura (el sis- ficitaria se impone a partir de una inter-

tema de las prácticas discursivas con sus pretación de las lesiones orgánicas.

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LA IDEOLOGÍA COMO UTOPÍA Vamos a considerar “ideológicas” a las



ideas y los valores racionales que logran con-


Si retornamos a una indagación citada en vocar a los individuos en cuanto objetivos



parágrafos anteriores (Ferreiro y Teberosky, que alcanzar en la transformación de la so-



1979), podemos ver que el mismo sujeto ciedad. Se podría decir, un conjunto de


que aceptaba la violencia simbólica (una valores como la igualdad, la justicia o la



niña decía “hablo como argentina, no como libertad propuestos más allá de lo vivido



correntina”) también daba muestras de re- actualmente por ellos. Según Adorno (1962)


chazar la pretensión de evitar que cada gru- o Adorno y Horckheimer (1969), la ideolo-



po hablara su dialecto (la niña decía “no hay gía surge desde el momento en que la socie-



derecho de impedir hablar a la gente como dad mercantil no corresponde con su propio


la gente habla”). También se ha menciona- concepto, en que la igualdad o la libertad no


do en reiteradas oportunidades que ciertas se cumplen en la realidad social, que sin

prácticas educativas han impuesto de modo ○


embargo requiere ser legitimada. Por eso la


selectivo ciertos trozos de conocimiento ideología está constituida por los contenidos

escolar, al excluir los saberes cotidianos de que despiertan aquella adhesión.


los que son portadores los niños de secto- En los momentos históricos en que los

res populares. Aun en tal situación los ni- sostenedores de un estado de cosas exigen

ños encuentran modos de oponerse, intere- su aceptación hay un orden de la sociedad


sándose en cuestiones que pueden resolver que podría no ser aceptable para gran parte

con los instrumentos adquiridos en su his- de sus integrantes. Únicamente entonces se



toria o burlándose del monopolio escolar produce la falsedad de la ideología. Es de-


(Rockwell, 1982). Por otra parte, la iden- cir, cuando se tiende a identificar los valo-

tidad deficitaria no se impone sin resisten- res con la realidad o cuando se cree que la

cia en la comunidad sorda, que ha logrado sociedad realiza efectivamente los valores.

cuestionar la enseñanza oralista e incluso los En palabras de Adorno y Horkheimer: “se



ideales del sentido común a su respecto y convierten en no verdaderos sólo en relación


ha defendido el derecho a la adquisición de que se colocan respecto de la realidad mis-



la lengua de señales como primera lengua ma. Pueden ser “verdaderos en sí”, como las

(Lunardi, 1998). ideas de justicia, humanidad y libertad, pero


Lo dicho pone de relieve una limitación no son verdaderas en cuanto tienen la pre-

central de los análisis de la ideología en tensión de estar ya realizadas” (1969, p.



sentido negativo: no permiten pensar la re- 200). Es decir que en determinadas condi-

sistencia a la imposición simbólica ni la ela- ciones históricas los individuos creen que

boración de proyectos destinados a modifi- aquellas ideas están vigentes en el mundo



car la realidad educativa y social. Es decir, social. De este modo se oculta el exceso de

no logran atrapar el carácter activo de los significación respecto de toda realidad so-

proyectos de cambio. Por esta razón, trata- cial, que es la nota esencial de toda ideolo-

remos en lo que sigue de exponer una in- gía. Justamente, es a causa de este plus de

terpretación de la ideología que ofrece ras- significado y de autonomía relativa con res-

gos de positividad al dar cuenta de la pecto a su base social que los pensadores

resistencia de los sujetos de la educación pueden negar dicha base. Este contenido

especial y permitir asociar a las teorías psi- trascendente es una idea regulativa de lo

cológicas con los proyectos de renovación. existente, una “utopía” no realizada pero

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que permite cuestionar la realidad social: gún interés por su legitimación. En la edu-



aquello que no es pero debería serlo. cación vinculada con esta posición sólo hay


Las notas que acabamos de mostrar bas- lugar para decisiones técnicas con respecto



tan para mostrar la diferencia entre la ver- a fines ya decididos. El conductismo parti-



sión “negativa” y la versión “positiva” de la cipa plenamente, entonces, de la concien-


ideología. Para la primera se podía salir de cia tecnocrática centrada en la adecuación



lo ideológico, aunque sea parcialmente, es- de los medios a los fines, claramente hege-



clareciendo las condiciones de producción mónica en la cultura contemporánea (Ha-


de las ideas o tomando conciencia de la ilu- bermas, 1984).



sión; para la segunda no hay que salir de lo ¿Cuál es la relación entre esta concien-



“ideológico”, sino afirmar con fuerza las ilu- cia tecnocrática y la utopía de que hemos


siones prospectivas. Es decir, insistir en los hablado? La base positivista del conduc-


contrastes entre los valores que se defien- tismo ha eliminado toda problemática de

den y la realidad social, con el fin de trans- ○


valores en el conocimiento psicológico y


formarla (García, 1985). educativo, toda búsqueda de prácticas sig-

Ahora bien, si adoptamos la versión po- nificativas en una comunicación crítica. Por

sitiva se modifica nuestro análisis de la con- tanto, es difícil que dicha corriente psico-

notación ideológica de las teorías psicoló- lógica promueva una “ilusión” de vida edu-

gicas involucradas en el diagnóstico, cativa mejor que se pueda contraponer a la


tratamiento y orientación educativa de los realidad educativa. Simplemente, su discur-



niños con problemas. No se trata ahora de so y su práctica tienden a confirmar dicha



buscar las zonas de “mistificación o desco- realidad, identificándola con los resultados

nocimiento” de los significados sociales en de las técnicas propuestas. En este sentido,



las teorías o sus instrumentaciones. La cues- todo proyecto de defensa de los valores de

tión es si tales teorías se pueden relacionar la diferencia cultural y de otra identidad



con proyectos cuestionadores o legitimado- para los grupos de niños sordos, por ejem-

res de una realidad educativa. Damos por plo, son impensables desde una psicología

supuesto que las utopías de transformación conductista de la enseñanza de la lengua



educativa no se fundamentan en las ciencias oral. Consideraciones parecidas, aunque con



sociales ni tampoco en la psicología, y que otros argumentos, se pueden formular res-


estas disciplinas no son utopías. Sin embar- pecto al cognitivismo basado en la metáfo-

go, hay afirmaciones en las teorías educati- ra de la computadora, si nos atenemos a la



vas y psicológicas que se oponen al cuestio- crítica de Bruner (1991).


namiento de la situación educativa, mientras La comunidad sorda afirma un conjunto



que otras teorías son compatibles con uto- de valores y derechos, una contracultura

pías críticas de ese estado de cosas. apoyada en la búsqueda de su diferencia


El caso del conductismo resulta una vez respecto a los otros individuos (en oposi-

más ejemplar. La teoría y la técnica con- ción a la deficiencia), la defensa de su pro-


ductista dependen de la razón instrumental: pia identidad como grupo sociocultural, el



el psicólogo se ocupa de las relaciones en- derecho a la adopción del lenguaje de señas

tre hechos del comportamiento y los estí- (un bilingüismo en oposición a la unicidad

mulos, tratando de controlar las conductas impuesta por el oyentismo), o el derecho a



de los sujetos. Estos conocimientos y prác- un modo específico de socialización. Ahora



ticas se suponen “libres de valores”, sin nin- bien, la interpretación socioantropológica



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de la sordera es una concepción científica cualquier lengua. Por tanto, la investigación



asociada con un proyecto de vida y con un científica apoya la crítica a la imposición


modelo de educación que son la negación oralista vigente en muchos medios educati-



de la realidad educativa existente (Skliar, vos y la defensa del derecho al bilingüismo.



1997b). La psicología sociohistórica sumi- El enfoque constructivista es también


nistra por su parte una de las bases psico- compatible con ciertos proyectos educati-



lógicas del enfoque socioantropológico y es vos, una vez que se abandonan las versio-



también consistente con los valores socia- nes “recontextuadas” de la psicología ge-


les mencionados. El programa de investiga- nética impulsadas por los programas



ción de Vigotsky (1993) incluye la hipóte- educativos vigentes (Bernstein, 2000). Te-



sis de la zona de desarrollo próximo, una nemos, por ejemplo, la descripción de las


especificación de la tesis del predominio de “edades madurativas de la inteligencia” o


las relaciones interpsicológicas sobre las in- una interpretación individualista y abstrac-

trapsicológicas. Las dificultades que expe- ○


ta del proceso de constitución de los sa-


rimentan los niños sordos en su comunica- beres. Hay por lo menos dos postulados de

ción con oyentes infantiles y adultos se esta corriente de pensamiento que son par-

explican en esta perspectiva por un tipo de ticularmente significativos en cuanto a la



vínculo autoritario con “los que saben más”. educación especial.



La identidad no deficitaria de los niños sor- Por una parte, está el reconocimiento bá-

dos depende de las relaciones contextuales sico de que los niños conocen el mundo al

específicas con aquellos que manejan el sis- reorganizar activamente sus ideas previas,

tema de señas. De este modo, se da pie para con los ritmos propios de sus historias per-

entender la apertura hacia otras formas de sonales de conocimiento, vinculadas a los



vinculación o a otros formatos interactivos mundos culturales a los que pertenecen.


no autoritarios. En general, la constitución ¿Qué utopía educativa es compatible con



de la subjetividad por los mediadores cul- este postulado epistemológico? Sin duda un

turales justifica la crítica a la educación proyecto que sostiene el respeto por las di-

existente de la remediación de carencias ferencias culturales, entre las que se inclu-



puramente biológicas. ye la identidad sociocultural de los niños



Finalmente, cabe destacar —siguiendo a sordos. En el mundo de la globalización ca-


Skliar (1997b)— que la apropiación inicial pitalista la educación tiende a eliminar las

de la lengua oral es cuestionable de acuer- diferencias culturales para imponer la efica-



do con ciertos resultados de la investigación cia y la razón instrumental, cada individuo


en la psicología cultural. Así, Bruner (1983) debe poder ser intercambiable con otro, sin

ha mostrado que los niños aprenden prime- importar los saberes previos de cada cultu-

ro en su desarrollo las relaciones pragmáti- ra. Aquella aspiración compartida es la ne-


cas de una lengua y más tarde las formas de gación de la realidad educativa existente

organización gramatical o sus estructuras (Castorina, 1997).


superficiales. Esto es, ellos adquieren pro- Por la otra parte, el postulado central

cedimientos más o menos rutinarios de co- del constructivismo afirma: “no se crea por-

municación previamente a las estructuras que se comprende, sino que se comprende


propiamente gramaticales. En este sentido, porque se crea” (García, 1996). Esto es:

la imposición de estas formas de la lengua para comprender el mundo hay que trans-

oral modifica el orden de adquisición de formarlo y ello quiere decir que primero los

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niños deben crear los instrumentos intelec- El alma de cualquier estudio de los aspec-



tuales idóneos para interpretarlo. Si la crea- tos ideológicos de una teoría es el análisis


ción cognoscitiva precede a su comprensión concreto de las situaciones concretas en las



del mundo social y natural, entonces ellos que esta última parece dar cuenta de los fe-



mismos son capaces de formularse algo pa- nómenos de su campo. Por el momento, no


recido a las utopías, ya que pueden ir más hemos pasado de una formulación programá-



allá de lo dado, de su actualidad, están en tica. Hay mucho por hacer para interpretar



condiciones de inventar “los posibles” que el sentido social de la intervención psicoló-


aún no son. En otras palabras, la tesis cons- gica en la vida de los niños con dificultades



tructivista de que todos los niños —admi- de origen neurológico. Como mínimo, pode-



tidas sus diferencias— pueden pensar en un mos invocar una exigencia crítica para la psi-


mundo que todavía no es, les da esperanza cología del conocimiento y del lenguaje.


a los docentes. Es decir, que éstos pueden Cualquiera que sea la corriente o programa

ayudar a los niños a imaginar la justicia para ○


de investigación, se debe intentar acceder a


un mundo que es profundamente injusto, las condiciones sociales de la producción de

nos sitúa en un proyecto educativo que per- sus postulados o hipótesis. De lo contrario,

mite cuestionar la realidad social. los psicólogos no podrán evitar jugar a las

cartas del saber sin a su vez conocer de dón-



CONCLUSIONES de provienen las reglas principales del juego,


ni podrán esclarecer las relaciones entre sus



En numerosos trabajos sobre la educación teorías e instrumentos y el futuro de los ni-



especial se mencionan sus componentes ños. Esta tarea inacabada e inacabable no


ideológicos de naturaleza discriminatoria y puede cumplirse solamente desde el interior



anacrónica, o se habla de la ideología clíni- de la psicología, con sus instrumentos meto-


ca dominante o del oralismo como ideolo- dológicos; es indispensable situarse en una



gía dominante. El propósito de este artícu- actividad crítica de las condiciones en que se

lo ha sido introducir algunas distinciones producen las ideas, en el espíritu del pensa-

conceptuales respecto a la caracterización miento de Marx o de los pensadores de la



de la noción de ideología para examinar su escuela de Frankfurt.



eventual fertilidad en el estudio de las rela- Por último, los análisis anteriores pue-

ciones entre teorías psicológicas y sus con- den ser de interés para los educadores que

diciones sociales. Particularmente, hemos se desempeñan en el campo de la educa-



considerado los diversos enfoques reunidos ción especial. En particular, se debe subra-

según rasgos preferentemente “negativos” o yar la necesidad de una revisión crítica de



“positivos” y su contribución a la elucida- las versiones ideológicas, tanto “negativas”



ción de tales problemas cuando las teorías como “positivas”, de las teorías psicológi-

psicológicas se utilizan en la educación es- cas. El reconocimiento de los significados



pecial. Aunque no estemos en condiciones sociales que vehiculan dichas teorías y de


de formular una versión de conjunto de la su impacto en la educación de los niños



noción de ideología, al menos para nuestro propone un desafío a los docentes. Es de-

propósito actual cada enfoque parece atra- seable que no las asuman sólo porque se

par un aspecto relevante del modo en que presentan con pretensiones de “cientifici-

las teorías psicológicas se vinculan con la dad” o porque cuentan con el aval de la

sociedad. investigación “empírica”.



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