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La filosofía moral La felicidad perfecta

de la descripción de la magnanimidad , que de bería ser una especie través de la "prudencia" y de la virtud ética; en realidad el o bjetivo
de coronación de la virtud , pe ro que , en cambio, resulta una pesada se vuelve recto gracias a la virtud , mient ras q ue los medios se con-
hipoteca que el gusto de la época carga sobre la doctrina aristotélica. vierten en rectos gracias a la "prudencia">".
Está claro , pues, que las virtudes éticas y la virtud di anoé t íca de
la «prudencia.. est án vinculadas ent re sí en un doble aspec to ; en
5. LAs VIRTUDES " D1ANO~nCA S " realidad, dice Aristóteles, «a) no es posible ser virtuoso sin poseer la
"prudencia" , ni b) ser "prudentes" sin te ner la virt ud ética »",
Según Aristó teles, por e ncima de las virtudes éticas, se encue n- rLa o tra virtud dianoéti ca , la más elevada , es, como ya se ha
Iran otras virtudes que , como ya hemos señalado, so n características dicho , la sabiduría (sophia) . Ésta está form ada por la aprehensión
de la parte más elevada del alma. es decir, del alma racional, que intuitiva de los principios mediant e el intelecto, o po r el conoci-
por tanto reciben el nombre de virtudes dianoéticas, es decir, virtu- mien to discursivo de las consecuencias que se derivan de tales prin -
des de la razón .ty, puesto que son dos las part es o funcio nes de l cipios. La sabid uría es una virtud más elevada que la «prudencia»,
alma racional, una la que conoce las cosas contingente s y variables, porque , mientras ésta se refiere al hombre , y por tanto a cuanto hay
la otra la que con oce las cosas necesarias e inmut ables, es natura l de mudable en éste , la sabid uría considera lo que está po r encima
que haya una perfec ción o virtud de la primera función y una perfec- del hombre ; éste es el mej or de los seres vivientes, dice Ar istó teles,
ción o virtud de la segunda función del alma racional. Estas dos pero «hay otras cosas mucho más divina s, como , par a limitarnos a
partes del alma racional so n básicamente la raz ón práctica y la razón las más visibles, los astro s de los que se compone el universo. POr lo
teor ét íca. y las respec tivas «virtudes» son las form as perfectas con las que hemos dicho está claro que la sabiduría es al mismo tiempo
que se aprehende la verd ad práctica y la teorética] ciencia y ente ndimiento de las cosas más excelsas por naturaleza»".
La virtud típica de la razón práctica es la phronesis, usualmente
traducida po r «prudencia .. mientras que la virtud especifica de la
razón teor ética es la ..sa biduría.. (sophia) . 6. lA. FELlCl DAD PERFECTA
La ..prud encia .. consiste en saber dirigir correctamente la vida
del hombre , es dec ir, el saber deliber ar en to rno a lo q ue es bueno o Puesto que , como ya hemos visto al comienzo, la e/icidad es una
malo para el hombre. Es , dice Aristóteles, «una disposición prácti- actividad conforme a la virtud, ahora está claro en qué -consiste
ca , acompañada de la razón veraz , respecto a lo que es bueno y malo aqué lla .' En primer lugar, co nsiste en la actividad del inteleCi"OCO;"
para el hom brelt', -Para comprender con exactitud la doctrina ari sto- forme a su virtud; en realidad , el intelecto es lo más elevado que hay
télica , hay que seña lar que la phronesis o prud encia ayuda a delibe- en nosotros y su actividad es una actividad perfecta y autosuficiente ,
rar correctamente acerca de los verdade ros fines del hombre , en e l tiene en sí su propio fin, ya qu e tiende a conocer por sí mismo: En la
sentido que señala los medios idóneos para alcanzar los fines verda- actividad de la cor uem placi án intelectual el hombre alcanza el vé rtice
der os; es decir, nos ayuda a determinar y a conseguir las cosas que de sus posibilidades y actua liza cuanto de más elevado hay en ég
conducen a tales fines , sin indicar ni concretar cuáles son los fines Escribe A ristóteles:
mismos. Los verd aderos fines y el ver dadero obj etivo so n apre hen-
didos por la virtud que dirige correcta mente los actos de la volunt ad . J (...) si la actividad del intelecto , a l se r conte mplativa . parece sobres a lir po r su
Dice exactamente Ari stóteles: «(...) la obra humana se realiza a
17, t;,h. Nie. Z 12. 1144" 6-9.
IN . E'h . Ni<. Z 13. 1144h 31·)3.
19. f:lh, Nic Z 7. 1141. 34-1141h 2.

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V. La filosoñ a moral

di gnidad y por no conside ra r ningún e rre fin fue ra de si misma 'i po r lene~ un p l.acef 7 . P SICOl.OG( A DEL ACTO MORAL
propio perfecto (que au menla la actividad) y po r ser autoseñcieme, fácil e Inlnle-
rrumpida , ya q ue es pos ible al hom bre y parece q ue en tal actividad se encu~n.l ran Sócrates había red ucido las virtudes a la ciencia y al conocimie n-
(Odas las cualidades q ue se atribuyen al hom bre feliz; por ta mo , ésta será la felicidad
pe rfect a del hombre . si d ura tod a la vida . Ahora bien , por k> que respect a a , la
to , habiendo negado q ue el hombre pud iera querer y hacer vo lunta-
felicidad , no puede haber nad a inco mplet o . Pero una vida as¡ será. sin duda. scpenoe riam ente el mal. Platón compartió en gra n pa rte esta concepción , y,
a la natu raleza del hombre ; e n realidad , no le corresponde vivir de esta mane ra en al reconocer en el espírit u hum an o fuerzas irr acionales, o sea el
cuanto ho mb re , pero si ~n cuonlo hay ~n ji algo divino; y e n la medida e n qu e esto alma concupiscible y el al ma irascible capaces de oponers e al alma
supe ra la estructura compuest a de l hombre, e n esa misma medida su aclividad se rac iona l, creyó siempre que la virt ud hum ana co nsistía en el domi -
eleva po r enci ma de la que es conforme a las o tras virtudes . Si, pues. e n lelación ron
nio de la razón y en el so met imiento a ésta de ta les fuerzas irracion a-
la naturaleza del ho mbre el inld ecto es algo divino . ta mbié n la vida confo rme a él
se rá d ivina e n com paración con la vida humana. No es necesario . sin e mbargo, hacer les en virt ud de la fue rza qu e posee la razó n misma , de manera q ue
caso a qui enes aco nsejan que. oomo somos ho mbres . hemos de preocupamos de para él la virtud, en último aná lisis, no e ra sino razón . .A ristóte les
cosas humanas y. po r ser mort ales. nos hemos de inte resar por I<lS cosa s mo rtales , trata de supe rar esta interpretación «intelectualista» del hecho mo-
sino que es pre ciso hacerse inmor tales e n la medida de lo po sible y e mpeñ a rse e n Vivir ral. Precisamente , basado en su realismo . se había dado cue nta per-
seg ún la parte más elevad a de cuantas ha y en no sotros; pues, a un cua ndo ésta es
pequ e ña si se tiene en cuenta la e xtensión. so bresale con mucho por e ncima de to das
fecta me nte de que una cosa es conoce r el bien y otra actuarlo y
las demás po r su pot encia y valor" .
realizarte. convirtiéndolo, por decirlo así. en substancia de las pro -
pias acciones , y po r ello trató de determina r de forma más concreta
cuáles eran los comp lejos procesos psíqu icos que presupone el acto

e Ap arece en segundo lugar la vida conforme a las virtudes éticas.


Éstas se refie ren a la estruc tura compues ta del hom bre y, en cua nto
tales, no pued en sino proporcionar una felicidad human a .
moral.
En prim er lugar , el Es tagirita ex plica q ué se entie nde po r «accio-
nes involuntarias» y «acciones voluntarias». So n involuntarias las
Por el contrario, la felicid ad de la vida contemplat iva co nduce de acciones que se rea lizan a la fuerza. o bien por ignorancia de las
alguna form a más allá de lo puramente hum ano; nos pone, por circunstancias; son , por co nsiguie nte . voluntarias, aque llas «en
decirlo así. en contacto con la divinidad , y esta vida só lo pued e ser las qu e el principio reside e n el qu e actúa si conoce las circunstan-
co ntem plativ!] Escribe textualmen te Aristóteles: cias particulares en las cuales se de sarrolla la acci ón»" .
Pero , si todo parece lógico hasta este p unt o , cambia de improvi-
(...) po r tanto la acti vidad del dios , qu e sobresale por su felicidad, 5eri co nte m- so la perspectiva , ya qu e A ristóteles incluye ade más entre las accio-
plativa. Asf, pues. e ntr e las actividades humanas. la que más se me janza gua rda ron nes voluntarias las inspirad as po r la impetuosidad, JXlr la ira y po r el
ésra se rá la q ue es más capaz de hace rnos felices. Pru e ba de ello es asimismo el hecho deseo . y po r tanto llama tam bién voluntarias a las accio nes de los
de que los de más seres vivienles no participa n de la felicidad , po rque eslá n tot almen-
niños (e incluso a las de los otro s animales, en cua nto tien en su
le privados de esta activida d. E n ca mbio , para los diosa IOdu la v¡du ~s [etiz, y pa ra
1m hombra fo es tI1 cuañto hay <'n ellos una acril'idad PtJreciJD a aquél/u; pero ,,¡nRuno orige n en ellos y por tanto dependen de los mismos) . Está claro ,
d~ los d~más .~ra yil'imles es f~liz. poroue no panU::ipa en moJo alguno tk id etpecu- pues, que «vo luntarias». en este sentido , son las acciones simple-
[ación. La espe culación y la felicidad aba rcan la misma exte nsió n. y e n aque llos en mente espontáneas qu e tienen su ori gen en los suje tos qu e las reali-
los que 5C e ncue ntra mayor espec ulació n hay tambi én mayor felicidad; y esto no se zan, y no coinciden con aque llas a las qu e nosotros, los modernos,
debe al azar, sino al poder de la especulación; pue s ésta tiene valo r por s( misma . A sí
damos el mismo nom bre.
la [elicidad es una especie de eSIJl'Culllción l ' .
Pero el Estagirita pr osigue en su aná lisis mo stran do que los actos
20. !i lh, Nit:. K 1. 1117b l'i-1l1Ra 1,
1 1 ¡':lit, Nic. K ~ . 1l1llb 2 1·32. 22. f :,h. Ni<:. r l. [tl ls 22-24,

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V. La filosofía moral Psicología del acto moral

hum anos, además de ser ..voluntarios.. en el sentido ya explicado , hace autores de nuestras accio nes, o sea responsables, no es sin más
está n determin ados por una ..elección.. [p roaí resis}, y precisa que lo q ue nos hace verd aderamente buenos, ya que solamente puede n
ésta parece ser ..una_cosa esencialmente propia de la virtud y más ser buenos los fines que nos propon emos, mient ras que la elección
apt a que las acciones par a juzgar las costumbres- " . En realidad , los (al igual que la delibcr ació n) sólo considera los medios. Por consi-
niños o los animales no eligen , sino sólo el hombre que razona y guiente, el primer principio del que depende nuestra moralidad con-
reflexiona. La ..elecci ón» implica efectivament e siempre razona- siste más bien en la volición del fin.
miento y reflexió n y, precisamente , el tipo de razonamiento y de ¿Q ué es la volición del fin? Una de estas dos cosas : a) o la
reflexió n que se refier e a las cosas y a las acciones que dependen de tendencia infalible hacia el bien , hacia lo que ve rdade ramente es
nosotros y que correspo nden al orden de las cosas realizables. Aris- bien, b) o la tendencia hacia lo que nos parece bueno. a) En el
tótcles llama «delibe ración.. a este tipo de razonamiento y de refle- primer caso , es evide nte que la e lección equivocada no es volunta-
xión. La diferencia e ntre la ..deliberaci ón» y la ..elección.. estriba en ria . sino que , como decía Sócrates , co nstituye una forma de igno-
esto: la primera estab lece cuáles y cuánt as son las dife rentes accío- rancia . un error o una eq uivocación; b) En el segundo caso , sería
nes y medios que es necesario poner en acto para alcanzar ciertos preciso concluir q ue «lo qu e se quiere , no se quiere por su naruralc-
fines; establece , por tanto, toda la serie de cosas que hay que reali- za , sino conforme a lo que le parece a cada uno ; y, puesto qu e a
zar para llegar al fin, entre las que se encuentran las más remotas y linos les par ece una cosa y a otros otra , si fuese así, lo que se qu ier e
las próximas e inmediatas; la elección actúa sobre estas últimas des- se referiría al mismo tie mpo a cosas contrari ase": lo que significaría
cartándolas, si son irrealizables, pero pon iéndolas en acto si las con- que ninguno podr ía ser llamado ya bueno o malo, o, lo que es igual,
sidera realizables. Por ello escribe Ar istó teles: «El obje to de la deli- tod os serían buenos. p recisamente porq ue todos harían lo que les
be ración y de la elección so n la misma cosa , exce pto el hecho dc q ue pareciese bie n . A ristóteles cree poder salir del dilema de la manera
lo que se elige ha sido ya deter minado . En realidad , es objeto de la siguiente:
elección lo q ue se ha juzgado ya con la deliberación . Todo el mundo (.. .) es necesario de cir que. e n 5C ntido a bsoluto y según la ve rd ad . el o bje to de 111
deja de indagar cómo debe rá actuar, una vez ha reconducido a sí volunta d es e l bien. pe ro par a cada uno de nosotros el ob jeto de la vol untad es lo que
no s pa rece bie n: para el que es virt uo so.Jo que es verdaderame nte bueno , pa ra el que
mismo el principio de la acción, y lo ha situado en la parte que
es vkioso . aquel lo q ue le sa je al paso ; romo tambi én pa ra los cuerpos, para los que
manda: ésta es la que decide en realidad. " . est án bie n dispues tos son sa nü la... cosas que son verda dera mente tates. en ca mbio
Muchos estudiosos han creído descubri r aquí lo que llamamos para los e nfe rmos lo son las dem ás cosas; y esto mismo pued e decirse de las cosas
..volunt ad», ya que la elección consiste en un apet ito o deseo deíibe- amargas, de las d ulces. de Lascalie ntes. de las pesa d as y así sucesivame nte. Quien es
rada; y, por tanto, no es sólo deseo ni ape tito, ni sólo razón. Sin virt uoso juzga rectamen te de lud as las cosas y e n cada una de e llas se le a parece 10
verdade ro. En re a lid ad las cosa... co nfo rme s a cada d isposición son bellas y agra da -
embargo, apenas tratamos de profu ndizar mejor la posició n aristo-
Itles. y q uizás el ho mb re vin uoMl d ifie re de los demás sobre lodo po rque ve la ver dad
télica , ésta se manifiesta extremada mente ambigua y fugaz. El Esta- e n tod as las cos as. siendo ~ I e l cano n y la medi d a de ellas. E n la ma yo r parl e de los
girita niega expresa mente que la «elección» pueda identificarse con hombres. e n ca mbio. pa re ce surgir e l e nga ñe a tra v és de l placer que pa rece
la «voluntad» (bou/esis) , porque la voluntad sólo conside ra los fines, bueno , a un no siéndolo. Por ello escogen co mo bien lo q ue es agrad able , y huye n
mientras que la elección (a l igual que la deliberación) , se refiere a corno d el mal de aquel lo qu e es do lu roso "'.
los medios. Ah ora bien, si es cierto que la elecció n es lo que nos
Pero , si las cosas so n así, nos movemos en un círculo; para llegar
H ser bueno debo querer los fines buenos, pero sólo puedo reco no-
23, E/h , Nic. r 2, 111lb 3. (no< . p. rta nm. do: Plobe . ,,;ri'.Ni,homoq".o. 1.alorz.a .lIori J 9 ~ 7 . on lo ¡nlt rpro ta-
ci<\n del '~rmiTKJ """"¡... "' ~ q" o. on "U,,.,,,. op inión. "" 01 opor tu"" I, . du cir «l m<l p ,,,pJ# IO. sino quo es
n~ jnr in"'Pr.'n ,1o c""", .t......i<l ~ . ", ,,,.blo mll<OO mio cloro ~ m b • • c.n<onortci. <nn el nr i ~ ¡nll gri .~ o ) 2.\ . F.'h. Ni e. r 4. I ll3D 20•.
24. E,h. No<:. r l. 1113d 2·1 (n '" bttl ,,,, ol'"l1..Jo .., po". do lo t...<Iucci<1n de f l<bc) . 2ft, E,~ . Nie. r •. I l t 3D ! J· l l l l b 2.

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V. La fllosoña moral
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cerlos si soy bueno . La verdad es que A ristó teles ha comprendido
per fecta mente que somos responsables de nuestras acciones, causa
de nuestros mismos hábitos morales y causa de la maner a como se
nos apa recen mora lmente las cosas, pero no ha sabido decir por qué
sucede así y a qué prin cipio presente en nosotros se debe todo esto.
No ha pod ido deter minar correctamente la verdader a naturaleza de
la voluntad y del libre albedrío; así se explica que , a pesar de censu- CA PfTU LO VI
rar a Sócrat es, vuelva a asumir alguna s veces posiciones soc rát icas,
al afirmar, por ejemplo, que el incontine nte se equivoca porque , en LA DOcrRINA DEL ESTADO
el mo mento de cometer la acción de incon tinencia. no goza de cono- (A nálisis de la Poli/iea)
cimiento perfect o , y al asegurar que el conocimiento es un factor
determin ante de la acción moral. Y se explica asimismo q ue Aristó-
teles llegue incluso a decir que , una vez que los hombres se vuelven 1. CoNCEPTO DE ESTADO
viciosos, ya no pueden dejar de serlo, aun cuando e n un primer
momento hubiera sido posible no caer en ta l estado". Hemos visto en las páginas ante rio res que , según el Estagirita,
Sin embargo , es justo reconocer que Ar istóteles, sin alcanzar un aun cuando el bien pa rticul ar del individuo y el bien del Esta do
éxito completo, entrevió , mejor que ninguno de sus pred ecesores, t~enen la misma natur aleza (ya que ambos consiste n en la virtud) ,
que en nosotros hay algo de lo que de pende el ser buenos o malos, SIR embargo , el segundo es más impo rtante , más bello, más perfecto
qu e no se trata de un mero deseo irracional, ni tamp oco de la razón y más divino . La razón de es to estriba en la naturaleza misma del
pu ra ; pero esta realidad desconocida escapó a su control y el filósofo hombr e, que po ne claram en te de manifiesto la incapacidad abso luta
no consiguió determinarla. Por lo demá s, debemos reconocer ob je- de éste para vivir aisladame nte, así como su necesidad de mantener
tivamente que ningún griego co nseguirá hacerlo y que el ho mbre re lacio nes con sus semeja ntes en todos los momentos de la existe n-
occidental sólo llegará a entender qué son la voluntad y el libre cia para ser él mismo.
albedrío gracias al cristianismo . En primer lugar, la na turaleza ha d ividido a los ho mbres en
varones y mujeres, que se unen a fin de form ar la primera comuni-
dad , es decir la familia, para la procreación y para la satisfacción de
las necesidades elementales (para A ristóteles en el núcleo familiar
queda ría incluido asimismo el esclavo q ue, como veremos, seria
esclavo por naturaleza).
Pero, puesto que las familias no se bastan a sí mismas, ha nacido
~l municipio , que es una comunidad más amplia, destinada a gara n-
tizar de forma orgánica y siste mática las necesidades de la vida .
Pero , si la familia y el mun icipio son suficientes pa ra satisfacer
las necesidades de la vida e n general, no bastan par a garantizar las
condicio nes de una vida perfecta , es decir, de la vida moral. Esta
forma de vida , a la que pod emos llamar espiritual, sólo puede ser
27. w_ F.sII. N o:. r ~. 1M";"'. garantizada por las leyes, po r las magistratu ras y, en general, por la

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