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36.

LA INTERPRETACIÓN HEIDEGGERIANA DE LA JUSTICIA EN NIETZSCHE

En el pensar de Nietzsche el carácter fundamental del ente es la voluntad de poder, de esta viene
toda la interpretación del mundo en la medida en que su cualidad es ser posiciones de valor.

Si miramos lo que paso en la historia de Europa, esta nos muestra que su característica principal se
halla en el Nihilismo y esta conlleva a una transvaloración de los todos los valores.

Esta nueva posición de los valores, se halla tácita en lo que se llama voluntad de poder y esta a su
vez hace obligatoria su explicación desde una nueva justicia.

¿Alguno sabe que significa la justicia?

Claro, podríamos entenderla simplemente en el marco de un término jurídico o uno quizá moral…
pero, si la entendiésemos de esta forma estaríamos tachando como falso el significado que se le da
en la filosofía de Nietzsche.

JUSTICIA (NIETZSCHE)

Esta palabra es el nombre metafísico que se refiere a la esencia de la verdad.

La traducción de la palabra justo al alemán es das Gerecht, hace alusión a lo derecho, lo recto en
otras palabras; lo que a uno le conviene más, es como trazar un camino e irse por él.

Entonces, ¿qué es justicia para Nietzsche? Para Nietzsche la justicia es aquello que hace posible y
necesaria la verdad en el sentido de tener algo por verdadero.

Para Heidegger, Nietzsche tiene un gran saber acerca de la justicia, pero dice que muy
ocasionalmente habla de esta.

Heidegger escribe:

“Justicia es la esencia de la verdad, entendiendo esencia de modo metafísico como fundamento de


posibilidad. En todos los casos en que Nietzsche trata de comprender la esencia de la verdad en los
últimos años de su pensar, después de la publicación así habló Zaratustra, la piensa (la esencia de la
verdad) desde el fundamento de su posibilidad: desde la justicia.”

Esencia de la verdad = fundamento de la posibilidad de verdad = Justicia

La filosofía que plantea Nietzsche va encaminada a la educación de los hombres, quienes serán los
encargados de transmitir una nueva justicia, una nueva esencia de la verdad que será idónea para
impulsar la transvaloración: sólo ellos son los nuevos hombres veraces (aristocracia griega, son
aquellos cuya palabra es la verdad) de una nueva verdad.

Entonces el aritocrasticismo griego es la fuente de la verdad.

Entendiendo que para Nietzsche la aristocracia no es una clase social, es una clase espiritual o un
elemento filosófico espiritual.

Los cinco títulos fundamentales de la metafísica de Nietzsche son:

 La voluntad de poder.- nombra al ser del ente en cuanto tal. (la esencia del ente)
 El nihilismo. Nombra la historia de la verdad del ente
 El eterno retorno de lo mismo. Alude al modo en que el ente es en su totalidad (la existencia
del ente)
 El superhombre. Nombra a aquella humanidad que es exigida por esa totalidad
 La justicia. La esencia de la verdad del ente como voluntad de poder
Sin embargo, para entender el pensamiento de Nietzsche hay que pensar todas las
expresiones anteriores en conjunto.

La ontología Heideggeriana piensa la metafísica de Nietzsche desde la experiencia básica


del ser y el tiempo. En este sentido la interpretación heideggeriana busca re-pensar la
filosofía de Nietzsche desde los rasgos fundamentales de la historia de la metafísica.

Heidegger se traza dos metas


1. Una meta de corto plazo: que es intentar conocer la unidad interna de las doctrinas
filosóficas fundamentales en la metafísica de Nietzsche.
2. Una meta de largo plazo: que se basa en pensar el conflicto de la confrontación del
poder del ente con la verdad del ser.

*La voluntad del ser, es la esencia más íntima del ser, es el carácter fundamental del
ente en cuanto tal.

“la voluntad prefiere querer la nada que no querer” “querer la nada” significa: querer
el empequeñecimiento, la negación, la devastación.

El crecimiento del poder es la vida, en consecuencia, la conservación de la vida es una


DECLINACIÓN, Nietzsche ha hecho un esfuerzo en su pensar filosófico para superar este
declinar e impulsar la existencia hacia una nueva transvaloración de todos los valores.

Hay que vencerse a sí mismo, hay que vencer la decadencia, esta que caracteriza a los
tiempos modernos.

Como hemos visto, el análisis se desplaza del ideal al cuerpo y ve en toda manifestación
de la cultura moderna una enfermedad.

Nietzsche no quiso refutar ningún pensador demostrando sus errores porque él no


quería irse por el ideal sino por la curación. Por ejemplo denominó al platonismo como
una enfermedad y como toda enfermedad se presenta síntomas, en este caso eran la
brutalidad, la superficialidad, la inocencia y la artificialidad que convierte a la vida
misma en mera representación.

En la época moderna se disuelve el ser, se ha renunciado a lo más elevado para diluirse


en la nada, este disolverse es solo atractivo para los seres débiles y exhaustos.

Ejemplo: la música contemporánea se encuentra disfrazada de unos principios a los que


Nietzsche denomina: degeneración, donde se desenvuelve el caos que permite adivinar
pero no pensar.
El valor es el carácter del punto de vista del ver que ejerce el poder y calcula la voluntad
de poder.

El reino donde se permite medir tiene sentido la palabra conocimiento, por el contrario
todas nuestras sensaciones de valor consisten en cualidades, es decir en nuestras
verdades de perspectivas referentes a nosotros, que no pueden ser conocidas en
absoluto.

A las figuras de voluntad de poder, trátese de la ciencia, el arte, la política, la religión,


etc., Nietzsche las llama “formaciones de dominio”, estas crean las condiciones bajo las
cuales el mundo, que es caos y nunca organización, se ordena como voluntad de poder.

La metafísica de Nietzsche es una metafísica de los valores. La voluntad de poder se


expone como la subjetividad referente a la verdad del ente.

¿De qué forma la esencia de la verdad del ente en cuanto tal es cumplida y preservada
través de una nueva justicia?

Nietzsche entiende por verdadero lo consistente y además esto tiene un valor.

*Lo verdadero es por tanto lo no adecuado al ente en el sentido de lo que deviene y es


por tanto lo falso en el sentido de la adecuación de representar la cosa.

Nietzsche piensa la verdad en este sentido:” la verdad es el error, sin en que no puede
vivir ningún ser viviente de determinada especie. El valor para vivir es lo que decide en
último término” la verdad es un valor necesario para la voluntad de poder, es la
condición de su conservación. La esencia de acrecentamiento de poder se cumple.

Con la metafísica de la voluntad de poder la nueva libertad comienza a elevar su esencia


a ley de una nueva legalidad: la época se eleva por primera vez al dominio completo de
su esencia. Hasta Hegel la metafísica moderna sigue siendo interpretación del ente en
cuanto tal- ontología-cutos logos se expresa de modo cristiano teológico como razón
creadora fundada en el espíritu absoluto. Por esta razón a ontología Heideggeriana
caracteriza la filosofía moderna como onto-teología donde el cristianismo sigue siendo
un fenómeno histórico.

El giro de dios al mundo en la forma de voluntad de poder llevada a cabo por la nueva
libertad exige como fundamento una nueva justicia.

El concepto de justicia de Nietzsche es interpretado por la ontología heideggeriana


como un representar a partir de estimaciones de valor. La justicia representa para
Nietzsche el modo de pensar en el sentido de la voluntad de poder que es la única capaz
de poner valores.

El pensar bajo la forma de justicia no es una consecuencia de las estimaciones de valor:


es el llevar a cabo la estimación misma.

Tres determinaciones expresivas determinan el pensar como justicia:


1. El modo de pensar es constructivo: levanta aquello que aún no está ahí delante
pero quizás no llegue a estar nunca
2. El levantar conquista la altura capaz de asegurar la claridad de las condiciones en
las cuales se encuentra la posibilidad de ordenar.
3. Desde la altura que señala la dirección hacia lo recto, el obedecer se transforma en
querer.

El pensar constructivo es al mismo tiempo eliminador: fija y mantiene firme lo que


puede sostener y rechaza todo aquello que implique riesgo. Asegura de este modo el
fundamento de la construcción.

Justicia: esencia de la voluntad de poder, supremo representante de la vida misma,


donde la vida significa ser y voluntad de poder.

De este modo, la esencia del ser se determina como subjetividad que es


representación, requiere al representante que hace aparecer al ente en su ser: la
presencia. La voluntad de poder es, representación que pone valores.

La justicia es por consiguiente, un ir más allá poniendo puntos de vista que superan las
perspectivas habidas hasta el momento. Nietzsche dice que la justicia tiene un “un
horizonte de ventaja más amplio” la justicia mira más allá hacia aquella humanidad que
debe ser moldeada para alcanzar el estadio del superhombre: instaurar el dominio
incondicionado sobre la tierra.

CONCLUSIÓN En la interpretación heideggeriana, Nietzsche tiene una comprensión


tardía de la justicia: en la segunda consideración intempestiva pone a la justicia en el
lugar de la rechazada objetividad de las llamadas ciencias históricas, sin comprender
metafísicamente, sin embargo la esencia de la objetividad a partir de la subjetividad y
sin saber aún el carácter fundamental de la justicia en el contexto de la voluntad de
poder.

37. NIHILISMO E HISTORIA DEL SER

En el pensamiento de Nietzsche ya hay una respuesta por la pregunta del ser, dado que para él, el
ser es un valor, ser significa lo consistente, el ente en cuanto tal. Pero no se piensa al ser en su
verdad.

El propósito que se plantea la ontología de Heidegger es pensar si en el Nihilismo el no pensar al ser


en su verdad queda o no superado.

El NIHILISMO es experimentado como la historia de la desvalorización de todos los valores validos


hasta el momento y su superación es pensada como el contra movimiento que adopta la figura de
la transvaloración de estos valores.

En el nihilismo se piensa el nihil la nada respecto a la circunstancia de que algo sucede con el ente
en cuanto tal.
El ente en cuanto tal es: el ente es el ente en tanto voluntad de poder en el modo del eterno retorno
del mismo. En cuanto el ente es de tal modo, no es nada. De ahí la ontología heideggeriana hace
una observación sugestiva: el nihilismo, que es la expresión de la nada del ente, queda excluido de
los fundamentos de la metafísica de Nietzsche y da la impresión de haber sido superado.

El nihilismo acabado excluye la posibilidad de pensar en su esencia porque es la historia en la que


del ser ya no hay nada Nietzsche quería superar al nihilismo, sin embargo no es posible superar el
nihilismo mientras no sea posible pensar en su esencia. De ahí la pregunta heideggeriana:

¿En qué se funda la manifestación del nihilismo propio que concierne de modo inmediato a los
contemporáneos, es decir, a su acabamiento? La tesis Heideggeriana dice que la metafísica es en
cuanto tal el nihilismo propio. Entonces ¿cómo podría la metafísica misma pensar en su esencia?
Desde este enfoque las representaciones metafísicas de la metafísica permanecen necesariamente
por detrás de su esencia: la metafísica de la metafísica no alcanza nunca su esencia.

La pregunta de la metafísica es ¿Qué es el ente? La pregunta de la metafísica debe ser pensada


como pregunta y no como respuesta. La pregunta de la metafísica piensa el ente al mismo tiempo
desde la esencia y la existencia, así el ente está determinado en cuanto tal: en lo que es y cuanto es.
La metafísica piensa al ente respecto al ser. La metafísica piensa desde el ser pero no piensa en él.

El texto nos dice que la metafísica en sí es teología al igual que la ontología de Nietzsche; esto se da
porque la ontología del ente en cuanto tal, piensa la esencia como voluntad de poder y la existencia
como eterno retorno de lo mismo. Esta teología es negativa y es de un tipo particular: “Dios ha
muerto” no es una frase de ateísmo, sino de la onto-teología de la metafísica en la cual el nihilismo
propio llega a su acabamiento.

Como se dice que el permanece impensado, la metafísica es la historia en la que del ser mismo no
hay nada: la metafísica es nihilismo propio. El pensar de la metafísica omite algo: sólo tiene
conocimiento del ser para conocer a partir de él al ente en cuanto tal. El ser se queda en la visión
de los conceptos y sin embargo permanece impensado.

La conclusión heideggeriana: la metafísica rechaza el ser como lo que propiamente hay que pensar.
En la metafísica el ser mismo permanece fuera. El permanecer fuera del ser en cuanto tal es el ser
mismo: este permanecer es la nada en cuanto ser mismo.

Para Heidegger el ahí, se denomina “el ser ahí” que es la esencia del hombre, aquello a lo que
pertenece, pero no lo que crea y ejerce como si fuera hecho por él. El permanecer fuera del ser se
expresa en el pensar metafísico en términos de valor: la nada del ser queda sellada en la forma de
la superación del nihilismo. De ahí que la ontología Heideggeriana interprete la superación del
nihilismo llevada a cabo por Nietzsche como su acabamiento.

En el pensar en términos de valor se pone de manifiesto de manera más clara el permanecer fuera
del ser. No obstante, en la medida en que la metafísica permanece fuera del ser, este permanecer
fuera no es admitido como lo propio del nihilismo.

La esencia del nihilismo es caracterizada como la unidad originaria de lo que es propio y de lo que
es impropio: lo impropio lleva a su acabamiento a lo propio
En la interpretación heideggeriana del nihilismo, este no contiene nada negativo en el modo de algo
destructivo en las convicciones humanas. La pregunta que surge no se limita a preguntar por la
conexión causal de estos fenómenos destructivos sino de donde surgen según su esencia. El deja
fuera del ser en la forma de la metafísica es la obra del pensar humano. Para poder superar ese
dejar fuera es necesario pensar desde el ser el encuentro del ser en su permanecer fuera. Pensar el
encuentro del ser en su permanecer fuera significa entonces penetrar esa promesa que es el ser
mismo en cuanto permanece fuera. En la medida en que en él mismo no hay nada.

La superación de la metafísica significa: abandono de la interpretación metafísica de la metafísica


en la cual su propia esencia queda sustraída. El pensar Heideggeriano abandona “la metafísica de la
metafísica”

Conclusiones

A diferencia de Platón con un idealismo de lo bueno, lo bello y la verdad Nietzsche lo que va a hacer
es una transvaloración de los valores una transmutación de los valores, va a eliminar el mundo
suprasensible y basa su filosofía en lo que podríamos llamar la materialidad de la vida, en este
sentido se encuentra relacionado con Marx y la materialidad de la vida.

La vida es el concepto esencial en la filosofía de Nietzsche, esta vida tiene sus características que
son las siguientes:

1. La vida es devenir.
2. La vida deviene por que la voluntad de poder es el eje dinámico de la vida
3. El devenir de la vida es el devenir de la voluntad de poder

La voluntad de poder se encarna en un tipo de hombre que Nietzsche va describir obsesiva y


minuciosamente, un tipo especial de hombre que Nietzsche llama el super hombre.

Nietzsche va a definir al hombre como una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre y
bajo esa cuerda lo que hay es un abismo. El hombre esta en medio del superhombre y la bestia,
el hombre es un camino un devenir hacia aquello que el hombre debe ser, lo que el hombre
debe ser es el superhombre.

En principio Nietzsche le atribuyó a Dios el MAL, EN TANTO dios es el creador del ángel caído
Dios es el creador del mal.

Nietzsche odia al cristianismo, se pone totalmente en contra de los valores cristianos: la


compasión, la blandura, Nietzsche cree en la posibilidad de instaurar otros valores basados en
otros principios.

Si para platón los valores estaban en el mundo suprasensible Nietzsche no va a buscar esos
valores allí sino en el mundo sensible, en el mundo de los guerreros

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