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Indice:
Sinopsis
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Epilogo
Próximo Libro
Sobre la Autora
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El presente documento tiene como finalidad impulsar la lectura hacia aquellas
regiones de habla hispana en las cuales son escasas o nulas las publicaciones, cabe
destacar que dicho documento fue elaborado sin fines de lucro, así que se le
agradece a todas las colaboradoras que aportaron su esfuerzo, dedicación y
admiración para con el libro original para sacar adelante este proyecto.
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Sinopsis
Traducido por Edel
saac y Stacy Montgomery están casados hace diez años. Tienen un lindo bebé, el
negocio de construcción de Isaac esta prosperando, y a Stacy le gusta ser ama de
casa, revisando sensuales romances para su blog. Con una familia muy grande, y
con todos los privilegios que tienen, Stacy es la primera en admitir que están
bendecidos más allá de la medida.
Esta novela de la serie With Me In Seattle nos muestra un vislumbre del hermano de
Jules, Isaac, que vive con su esposa Stacy, introduciendo a algunos nuevos personajes,
y recordándonos el significado de reconectar con la persona que más amas, incluso si
ellos nunca te han abandonado.
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Capítulo 1
Traducido por Sttefanye
Corregido por francatemartu
stoy muy feliz de que no hayas tenido juego hoy, y te reunieras con
nosotros en la cena de Acción de Gracias. —Mi suegra Gail, sonríe
hacia su hijo Will, que se está llenando la cara de puré de patatas.
—Exactamente —sonriendo Will se lleva otro pedazo a la boca. Estoy en una sala
llena de amor y personas divertidas. Los genes de la familia Montgomery son
impresionantes. Pero además de ser tan hermosos, son acogedores y con un buen
corazón, y estoy orgullosa y feliz en ser parte de la familia. Sophie, nuestra hija de
cuatro meses, se contorsiona en mis brazos.
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Estamos todos reunidos en la casa de Luke y Natalie para las vacaciones. La amorosa
pareja está casada desde hace dos meses, y no podría estar más feliz por ellos. Natalie
no es una hermana de sangre, pero ha sido parte de la familia desde hace años. Ella y
Jules, la más joven del clan Montgomery, son mejores amigas. Con la incorporación
de los padres de Luke, Lucy y Neil, y sus dos hermanos, Samantha y Mark,
juntamente con mis padres, bueno, esta casa tiene mucha gente, voces altas y risas, y
está un poco caliente.
—Ella está siendo modesta —me interrumpe Isaac con una sonrisa—. Va muy bien.
Tiene más de dos mil seguidores, y algunas editoras se interesaron en tomar sus
comentarios para añadir a los libros. —Me sonríe y besa mi frente, sus ojos azules
brillando con orgullo. Dios, lo amo.
—¿Del tipo sucio? —pregunta Will y se gana una palmada en el brazo de parte de la
hermana de Luke, Samantha.
—¡¿Qué?!
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—¡Oh! ¿Ya leíste los libros de los que todo el mundo está hablando? —pregunta
Samantha—. Sabes, ¿dónde el chico amarra y azota a la mujer y le hace todo tipo de
cosas pervertidas?
Siento mis oídos quemar mientras me ruborizo. Todos los chicos rodaron los ojos,
pero Matt, el hermano de Isaac, se aclara la garganta y no mira a nadie a los ojos.
Interesante.
—Voy a enviarte un correo con una lista —susurro de vuelta y nos reímos.
—¿Qué están cuchicheando? —pregunta Isaac tirando de mi mano para besar mis
dedos.
—Bueno, dame el bebé. —Natalie se levanta y camina alrededor de la mesa, con los
brazos abiertos, y agarra a Sophie, apoyándola en su hombro.
—Hola, preciosa. Me hiciste falta. —Mi mirada encuentra a Luke. Él está viendo a su
esposa, sus ojos azules llenos de amor y felicidad.
—Siempre que quieras practicar con ella, despierta durante la noche, estás invitada a
llevártela hasta tu casa —le dice Isaac.
—Sabes que puedo manejarla tranquilamente —responde Natalie con una sonrisa feliz
y besa a Sophie en el rostro, haciéndola reír.
—Ya vuelvo.
Me pregunto quién podría ser. Por supuesto no del trabajo, en la fiesta de Acción de
Gracias. Me encojo de hombros y termino mi cena, enseguida ayudo a limpiar la mesa
y la cocina. Con todos nosotros trabajando juntos, las tareas son hechas rápidamente y
entonces nos sentamos de vuelta, con copas de vino o café para conversar y
recuperarnos de la deliciosa comida de Acción de Gracias.
—¿Quién era?
—No era nada. —Sacude su cabeza y camina hasta la cocina, para agarrar una cerveza
del refrigerador, antes de sentarse a mi lado en el sofá.
Le hago un ceño. Esto es nuevo. No que tengamos que compartir cada pequeño detalle
sobre con quién hablamos, pero acostumbramos a hacerlo. Él nunca antes fue evasivo.
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Antes de que pueda discutir con él, toma mi mano en la suya y entrelaza nuestros
dedos, llevándolos hasta sus labios.
—Déjalo así.
—Stacy, aquí están las fotos que tomé de Sophie la semana pasada. —Natalie me da
un pendrive—. Creo que te van a gustar.
—¡Oh, sé que voy amarlas! Gracias nuevamente por tomarlas. Voy a ordenar las
tarjetas de Navidad la próxima semana. —Le sonrío, está sentada en la poltrona frente
a mí, al lado de Jules. Ambas están con las cabezas juntas, como es habitual, mirando
a Sophie mientras duerme. Sonrío a las tres. Tres niñas bonitas. Saco mi teléfono del
bolsillo y tomo una foto de ellas. Sam se sienta al lado y besa la cabeza de Sophie, y
tomo otra foto.
Nuestros padres están sentados en la mesa del comedor, tomando café, conversando
de nietos y planeando la navidad.
Will e Isaac conversan sobre futbol con Matt, y Luke va por los grupos. Él va hasta la
cocina y agarra una cerveza para sentarse con los chicos. El único ausente es Caleb,
que está fuera, en alguna misión del SEAL 1. Espero que regrese a casa para navidad.
—Mmm.
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1
Seal: Cuerpo élite de la armada norteamericana cuyas siglas "SEAL" significan Mar, Aire Tierra =
Navy Seal.
Él me sonríe y besa mi cabello. Mis ojos están pesados. Dejo caer mis párpados,
mientras oigo la conversación a mí alrededor.
De repente, mis ojos se abren y no sé cuánto tiempo dormí. Nuestras madres dejaron a
sus maridos en la mesa y se unieron con las niñas en la sala de estar, mi madre sujeta a
Sophie en sus brazos, ganándose un ceño por parte de Jules.
—Nunca consigo cargarla. Entre Natalie, los chicos y tú, nunca estoy con ella.
—Cállate —responde Jules y suelta una risita. Ellas son tan divertidas, incluso cuando
pelean.
—Stacy, estoy muy feliz de que tu blog esté teniendo éxito —dice con una sonrisa la
madre de Luke, Lucy.
—Gracias, yo también. Solo necesitaba algo para hacer mientras estoy en casa con
Sophie. No me mal interpreten, no estoy aburrida, pero… —¿cómo puedo explicar que
necesito hacer algo, solo para mí, sin sonar egoísta?
—Entonces, vamos a hablar de estrategia, chicas. —Jules se frota las manos y se apoya
en el borde del sofá, con una gran pila de anuncios de periódicos—. “Black Friday”, el
día de los descuentos más grandes de las tiendas está cerca y tenemos que
organizarnos. —Ella sonríe animadamente y salta sobre el teclado, el bonito cabello
rubio saltando con ella, mientras echa un vistazo al anuncio del periódico.
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—No estoy en condiciones de levantarme a las 4 de la mañana para aprovechar los
descuentos —informa Natalie mientras frota la pequeña barriga—. Este pequeño no
me va a dejar salir de la cama tan pronto.
—No voy a poder participar de eso tan temprano tampoco —gimo por dentro.
—Estoy haciendo mi lista de compras. —Sam sacude su cabello y rueda los ojos.
—Estaré, si esperas cerca de siete años. Ahí Sophie será grande y estará lo
suficientemente alimentada como para arriesgarme a ese día.
—¿Vas a gasta todo mi dinero, bebé? —murmura Luke en el oído de Nat mientras ella
sube en su regazo. Él envuelve sus brazos alrededor de ella y la sujeta fuerte, y no
puedo dejar de sonreír al verlos juntos. Ellos están muy enamorados.
—Oh demonios, no. —Jules niega con la cabeza y ríe—. Vamos a guardar dinero
suficiente para cubrirte la hipoteca.
—¡Va a ser tan divertido! —Jules levanta sus manos mientras Sophie comienza a
moverse en los brazos de mi madre.
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—Probablemente deberíamos ir a casa —murmuro y me siento extendiendo mis brazos
por encima de mi cabeza—. Will, ¿dónde están Isaac y Matt?
—Nada.
—Uh, huh. —Lo miro sabiendo que me está escondiendo algo, pero entonces oigo a
Sophie llorar dentro—. Tenemos que irnos. Soph está lista para la cama.
—Bien, vamos.
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Capítulo 2
Traducido por Sttefanye
Corregido por francatemartu
—No, vamos a estar bien. —Él envuelve a Sophie contra su pecho meciéndola un
poco y me sonríe—. Diviértete hoy. No te preocupes por nosotros.
—Realmente me voy a divertir. Y comprar muchas cosas. —Isaac niega con la cabeza
y ríe.
—Es un desafío que involucra las compras. No es para que entiendas. —Cambio mi
teléfono para que vibre y lo dejo caer en mi bolso, busco mis llaves en el bolsillo y miro
a mi marido—. Oye, una pregunta.
—Okay.
—Te veo más tarde —susurro mientras oigo a Jules tocar la bocina afuera.
—Cuídate. —Besa mi frente. Me inclino para besar la mejilla de Sophie y salgo por la
puerta.
***
A veces, solo se necesita un día con las chicas, y me di cuenta hoy, que hace tiempo
que no hago eso. Necesitaba solo un tiempo fuera sin mi bebé, para apreciar a mis
amigas.
Paseamos por todo Seattle, mirando los productos y entrando en una u otra tienda.
—¿Conseguiste el reloj para Will en Macy’s? —pregunta Jules mientras mira un suéter.
—Le va a gustar. Además, este hombre necesita un reloj. Siempre está atrasado.
Pezones.
¿Eh? ¿Isaac me envió un texto que solo dice pezones? ¿Será que él está queriendo
hablar de la leche que se le da a Sophie?
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—¡Oh, mira! La sección de bebé. Vamos para allá, gente, quiero mirar. —Natalie nos
lleva para la colorida sección infantil, mirando las ropas y otros productos para bebé.
Mi teléfono vibra de nuevo.
Isaac no ha hablado conmigo así en años. Antes de que pueda guardar el teléfono de
vuelta en el bolsillo, vibra nuevamente y otro mensaje de él aparece en la pantalla.
Te quiero de rodillas delante de mí con tus hermosos labios color de rosa alrededor de mi pene.
Voy a tirar de tu cabello con…
Eso es todo. El final del mensaje está cortado nuevamente. Este no es mi marido. No
tenemos una conversación sucia desde antes del nacimiento de Sophie. Infiernos,
desde antes de que Sophie fuera concebida.
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—¿Stacy? —oigo a Nat llamándome pero antes de que pueda responder, llega otro
mensaje.
—Él me está mandando mensajes obscenos, que estoy comenzando a pensar que no
son para mí, puesto que él no habla sucio conmigo de esa forma hace años, y anoche
en la casa de Nat, recibió una llamada privada, que no me dijo quién era, y lo atrapé
hablando con Matt sobre alguna mujer. Jules, si tu hermano me está engañando,
entonces Dios me ayude…
Y la magnitud de esa declaración me paraliza. Sigo mirando hacia mis amigas y los
recuerdos de la noche anterior y de esta mañana surgen en mi cabeza, su respuesta
evasiva, diciéndome que lo dejara, el beso para distraerme del asunto. Siento que mis
ojos se abrieren de golpe y mi ritmo cardiaco se triplica.
—¡¡Mierda!!
—Stacy, estoy segura que hay una explicación. Isaac está loco por ti. —Natalie frota
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—Vamos, vamos a salir de aquí. Creo que hemos tenido suficiente en un día, he
violado a mi tarjeta de crédito. —Jules apoya las cosas que había tomado de una
percha y caminamos a través de la tienda y hacia el auto.
—Bien, el primer paso es conversar con él. Pregúntale —dice Natalie desde el asiento
de trasero. Jules está manejando, para no sé dónde, y estoy sentada en el asiento del
copiloto.
—Le pregunté. Él me dijo que dejáramos este asunto para después. Esta mañana me
dijo que me divirtiera y hablaríamos en la noche. Oh, Dios, me va a decir que me deja.
—Mi estómago convulsiona y comienzo a jadear.
—Stacy, no seas dramática. Jules rueda los ojos y se funde en el tráfico, yendo en
dirección a mi casa.
—¡No! No, no le tengo miedo, yo… solo no sé si quiero las respuestas a mis preguntas.
—Nunca esperaría que él hiciera algo así. Mi Dios, tuvimos altos y bajos, pero nunca,
sospecharía que él podría hacer eso conmigo.
—Sí.
—No.
Jesús, moriría si lo encontrara en la cama con otra mujer. Corrección: la otra mujer
moriría. Una muerte lenta y dolorosa.
—Creo que todo es un mal entendido —dice Natalie suavemente—. Pero, ¿de dónde
vino esta inseguridad con tu matrimonio? Esto no eres tú, cariño. No eres esa persona
insegura.
—Lo sé. —Muerdo mi labio nuevamente y lucho contra las lágrimas—. Creo que con
el nacimiento del bebé, nuestro matrimonio ya no es el mismo. Desde que el bebé
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nació, nuestra vida sexual no ha sido muy buena. Estamos muy cansados todo el
tiempo. —Me encojo de hombros y miro mis manos, avergonzada—. Sé que nuestro
matrimonio no es perfecto, pero nunca me sentí desconectada de él. Si no lo satisfago,
alguien más lo hará. Ya lo viste.
—Oh, por el amor de Dios, Stacy, escúchate. Creo que necesitas un poco de sexo
caliente y un periodo de vacaciones, chica —los comentarios de Jules me hacen reír.
—Sí, eso no podría lastimarte. —El auto de Isaac está estacionado en la entrada de
nuestra hermosa casa de dos pisos. Se me ocurre que ya montó el árbol para adornarlo,
lo que me deja todavía más frágil. Esta es la primera navidad de Sophie. ¿Y si no
somos capaces de estar en familia en nuestra casa? Jules apaga el motor y se baja del
auto.
—Vamos, llevemos tus cosas para dentro. —Cargamos las infinitas bolsas llenas de
presentes para toda la familia, y todas las cosas para convertir la primera navidad de
Sophie en inolvidable. Isaac está con una mochila y el asiento de Sophie para el auto
en mano.
—Señoras, están de vuelta, antes de lo que esperaba. —Nos hace un guiño y una
sonrisa feliz, pero todo lo que veo es la mochila en sus manos.
—Uh. —Me frunce el ceño y pasa la mano por su suave cabello rubio oscuro—. A
ningún lugar. Le iba a preguntar a Jules si se llevaría a Sophie a su casa, por algunas
horas, para que podamos pasar algún tiempo a solas.
—¡Claro que me voy a llevar a Sophie! —dice Jules detrás de mí—. ¿Nat, puedes
ayudar a Isaac a terminar de arreglar la mochila de Sophie mientras ayudo a Stacy a
guardar las cosas?
Jules no responde, solo sube conmigo las escaleras, mientras escucho a Natalie decir:
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Capítulo 3
Traducido por lizels
Corregido por francatemartu
―No, tú vas a comenzar a hablar. Quiero saber con quién estabas hablando anoche.
¿Qué diablos pretendías, enviando esos mensajes hoy?
Sí, sueno como una esposa irritante y celosa, pero no pude evitarlo. Tiro de mi abrigo
con movimientos espasmódicos, por encima de las bolsas sobre nuestra cama y doy
vuelta para enfrentarlo, cruzando los brazos sobre el pecho.
―Stacy, ¿de qué me estas acusando? ―pregunta en voz baja, sus ojos azules fijos en
los míos.
―Anoche, en casa de Luke, hablé con Brynna, Stacy. Estaba con problemas y ahora
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está en camino.
¿Qué? Brynna es mi prima, crecimos como hermanas.
―Sí.
―¿Está conduciendo?
―Sí.
―Todavía no sé todos los detalles, solo sé que estaba asustada y dijo que necesitaba
salir de allá rápido y que estaba viniendo para acá.
―Isaac…
―Sí, lo sé, probablemente debí decírtelo, pero estarías preocupada, y quería que
disfrutaras del feriado.
―Déjame ver el teléfono. ―Él esta con su gran mano extendida, esperando.
―Jesús, Stacy, ¿qué está mal contigo? solo dame el teléfono, por favor ―él parece
exasperado y preocupado, pero no parece sentirse culpable, lo que me da esperanzas,
entonces le entrego mi teléfono.
―¿Tú crees?
―Isaac, no creo que el hecho de que tengamos dos operadoras diferentes sea
importante ahora. ¿A quién pretendías enviar esos mensajes?
―A ti. ―Me pasa el teléfono de vuelta con una mueca―. ¿A quién más le enviaría
mensajes sexuales?
―Dime tú.
―¿Qué te pasa? Solo quería enviarte algunos mensajes para condimentar un poco las
cosas ¡Mierda! ¡Solo intentaba flirtear con mi esposa, solo eso! ―Ahora está molesto,
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sus ardientes ojos azules y su barbilla en una línea dura, con las manos para atrás en
sus caderas. Me siento como una completa idiota. Cierro mis ojos y me siento en el
borde de la cama, bajando mi cabeza y poniendo mi rostro en mis manos. ¿Qué está
mal conmigo?
―Pensé…
―Sé lo que pensaste, y eso me deja jodidamente loco, pero quiero saber, por qué
pensaste eso, Stacy. Esto no es lo que somos.
Cierro mis ojos nuevamente, cuando el alivio me inunda y aseguro su pulso con mi
mano, manteniendo su mano contra mi mejilla.
―Desde que Sophie nació, las cosas están diferentes ―susurro y abro mis ojos—.
Estamos tan ocupados con ella, tú con la empresa, yo con el blog y siempre estamos
malditamente cansados. Solo te extraño. Y sé que no hacemos el amor como
acostumbrábamos, y bien…
No era una pregunta. Me encojo con el tono frío de su voz y miro para abajo, a su
pecho.
―Nunca te di una razón para que creyeras eso, Stacy. ―Dios, suena enojado y no
puedo culparlo.
―Tienes razón, y lo siento mucho. Pero parecías que me escondías algo y los mensajes
fueron un golpe. No flirteaste conmigo así desde mucho antes del bebé.
―Lo sé. ―Pasa los dedos por mi rostro, sujetando mis manos firmemente en la suya.
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Amo cuan grandes y fuertes son sus manos.
―¿Salir? ―reí.
―Bien, sí. Quiero comenzar a programar cosas solo para nosotros dos. No digo que
haremos eso todo el tiempo, ya que Sophie es parte de los dos, pero tenemos una gran
familia a la que le gustaría mucho estar con ella de vez en cuando, y vamos a
aprovechar eso para tener algunos momentos solo para nosotros.
―Claro, no la dejaría con cualquiera. Pero sabes que a nuestros padres les gustaría
pasar más tiempo con ella, cada quince días o algo así.
Él tiene razón, a ellos le gustaría eso, pero va a ser difícil estar lejos de ella. Sin
embargo, solucionar la conexión con Isaac es necesario.
―Bien, ahora… ―Me da aquella sonrisa, aquella que usa cuando me está seduciendo,
y jódeme, pero siempre funciona.
punta de los pies y saca mi camiseta azul sobre mi cabeza, enseguida, saca su propia
camiseta, lanzándola a un lado. Mientras hago el trabajo rápido de sacar mis
pantalones y bragas, él pasa las manos sobre la cama, enviando bolsas y cajas al suelo.
―Espero que no tengas nada frágil ahí ―comenta con una sonrisa y sacudo la cabeza
sonriendo de vuelta hacia él. Sus ojos azules brillan con mi visión desnuda, me
envuelve firmemente, los brazos alrededor de mi cintura, y me asegura firmemente
contra él.
―¿Almorzaste?
Un suspiro fuerte viene de Isaac, el aire siendo succionado a través de los dientes y
sonrío, mientras regreso a él.
Sus cabello rubio oscuro, ondulado, y está desordenado por mis dedos pasando por
ellos. Pero son sus ojos “azul Montgomery” los que me cautivan, aquellos increíbles
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ojos que me dieron su sobrenombre: Ojos; una variación de su nombre, y aquellos ojos
increíblemente azules. Ahora están sonriendo para mí, cálidos y llenos de promesas y
lujuria y si mis bragas todavía estuvieran secas, en este momento estarían empapadas.
Él toma mi mano y me atrae fuertemente hacia él, uniendo nuestros dedos y lleva
nuestras manos a mi espalda. Toco su barbilla con mi nariz, y paso los dedos de mi
mano libre por su suave cabello.
―¿Si?
―Si vuelves a pensar que te engaño… ―murmura engañosamente suave contra mis
labios―. Golpeare tu trasero hasta que esté en carne viva.
―No estoy jugando. ―Él pasa sus dedos por mi rostro, por mi cuello y toma mi seno
en la palma de su mano, apretando el pezón con sus dedos. Mi cabeza cae para atrás y
muerdo mi labio.
―No he mirado a otra mujer desde hace diez años. ―Sus labios frotan mi cuello, y
finalmente él agarra mi trasero en sus manos y me levanta, girándome y soltándome
suavemente sobre la cama. Se arrastra sobre mí y descansa su pene contra mi vagina,
mientras su boca hace cosas increíblemente deliciosas en la mía. Su lengua es fuerte y
baila, insistente, contra la mía. Los codos están plantados en la cama a los lados de mi
rostro, y los dedos están enterrados en mi cabello. Paso mis manos por su espalda
hasta su trasero y regreso nuevamente. Amo la sensación de su cuerpo. Nunca
envejece. Rueda las caderas y jadeo cuando la punta de su pene toca mi clítoris.
―Ah, cariño, estas tan mojada ―murmura contra mi boca. Presiono mis pies contra
su trasero, obligándolo a adentrarse.
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―Te quiero ―con un gruñido empuja dentro de mí, enterrándose hasta lo profundo, y
descansa su frente contra la mía. Suspiro ante la deliciosa intrusión, mi cuerpo todavía
no está acostumbrado a hacer el amor después de dar a luz a nuestra hija, pero Isaac
me calma y me deja adaptarme a él y al pequeño dolor de la invasión.
―Esto significa que estoy ejercitando los músculos, para apretarlos de vuelta por el
embarazo.
―Lo sé, es solo que amo cuando te ríes cuando estoy dentro de ti.
Él aprieta sus labios y se mueve más rápido, más fuerte, su pelvis frotando contra mi
clítoris, y siento el temblor iniciar dentro de mí, mis músculos se contraen, mis muslos
se aprietan. Agarro su cabello en mis dedos y tiro la cabeza para atrás, cuando
finalmente me corro, sorprendiéndome de lo fuerte que es mi orgasmo, y estoy tan feliz
de que mi cuerpo esté comenzando a sentir ese placer nuevamente.
―¡Mierda! ―Pongo mis piernas con más fuerza alrededor de sus caderas, mientras
mis temblores continúan alrededor de él, siento su orgasmo llegando. Empuja otra vez,
y se frota con fuerza corriéndose dentro de mí. Cae encima de mí con un gran suspiro,
descansando el rostro en mi hombro y murmura:
―Sí, cariño.
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***
Me gustaría saber dónde está. Voy para abajo en silencio, a través del oscuro corredor,
esperando bajar y encontrarlo en la cocina, pero cuando paso por la habitación de
Sophie, oigo la voz de Isaac hablando en voz baja. La pantalla sobre la cómoda está
conectada, enviando una sombra por todo el suelo del corredor. Espero, para ver a
Isaac balanceándose suavemente en el adorable sillón colorido que me dio cuando
estaba embarazada. Sophie está descansando en el pliegue de su codo, tomando leche
del vaso, sus grandes ojos azules observando el rostro de su padre.
Isaac pasa la mano suavemente sobre su pequeña cabeza y sonríe para su hija.
―Eres tan bonita como tu madre, sabes. Espero que tengas el color de cabello de ella.
Amo el color de su cabello ―susurra como si estuvieran en una conversación seria, y
los ojos de Sophie estaban fijos en los de él, oyendo atentamente, mientras toma su
leche.
»―Todo bien. Eso significa que sabes lo que quieres. Vas a darle a algún un pobre
chico una felicidad sin límites. Pero no hasta los cuarenta años ―Sophie suspira.
»―Está bien, hora de eructar niña ―le escucho susurrar mientras la pone en su
hombro, acariciando su espalda―. ¿Qué regalo debemos comprarle a mamá para esta
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Navidad?
Por más que quiera oír esa parte, decido que ya escuché lo suficiente y camino dentro
de la habitación. Dios, ella parece tan pequeña contra sus hombros anchos y sus
grandes manos acariciándole su espalda. Él me mira, y sonríe para mí.
―¿Te despertaste?
―Lo percibí ―respondo con una carcajada―. Eres tan bueno con ella.
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Capítulo 4
Traducido por Edel
—Sé cómo puedo calentarte, bebé. —Issac guiña un ojo y me ofrece su sonrisa de lobo,
que me hace reír.
—Sí, lo sé, pero estoy ni siquiera estoy considerando cualquier pedido de quitarme la
ropa aquí, amigo. ¿Así que cual de esos escogemos?
—Te dejé colocar aquél árbol horrible los últimos ocho años. Este año tendremos un
árbol de verdad en la sala.
—¿Y si llegamos a la casa y encontramos las ramas rotas? ¿O una ardilla? —Muerdo
mi labio inferior, tratando de evitar que se me escape la sonrisa. Amo molestarlo.
—Estas muy listilla hoy —murmura mientras continúa buscando el árbol para nuestra
casa.
—Tengo frio. Si continúo hablando, mis labios no se van a congelar cerrados. —De
repente, Isaac me jala, sus manos en la parte de atrás de mi cabeza, llevándome a
encontrarlo. Sus labios toman los míos y me besa profunda y lentamente, su lengua
recorre mis labios y después se enreda con mi lengua. Mordisquea un lado de mi boca,
frotando su fría nariz contra la mía, y me besa nuevamente. Finalmente se aleja, sus
ojos azules brillando, y me dice:
—Sí.
Agarra el tronco recién cortado y lo levanta listo para jalarlo, mientras recorremos el
camino de regreso. En la salida, paramos en un almacén de la hacienda y compramos
algunas guirnaldas frescas, y una corona de flores para la puerta de enfrente.
—¿Sí?
Él sonríe nuevamente.
—No importa.
***
—Estamos en algún lugar perdido en Dakota del Norte —responde Brynna secamente.
2
"¡Madera!" es una exclamación que los leñadores a menudo gritan para advertir a los demás de que un
árbol cortado está a punto de caer. Es también conocido como: “Fuera abajo”.
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3
Lo dice por la tradición de colocar unas ramitas de muérdago en el dintel de una puerta y las parejas
que pasen por debajo deben besarse.
—¿Cómo ha estado el tiempo? —pregunto.
—Una mierda. Es por eso que estamos todavía en algún lugar perdido de Dakota del
norte. Estamos yendo despacio. No gano nada estando apurada, estoy conduciendo
contra el tiempo, y los niños están inquietos, por eso no puedo conducir tantas horas al
día como me gustaría.
—Te hablaré sobre eso cuando llegue allí —responde con un suspiro.
—Está bien. —Mi realmente bonito y joven camarero, que probablemente trabaja en
este lugar hasta que su carrera de modelo despegue, me trae una bebida y me guiña el
ojo.
—Sin problemas. —La margarita esta fría, y con el primer trago estoy en el cielo.
—¿Cómo van las cosas con Isaac? ¿Mejoraron? —me pregunta. Le confíe a Brynna
sobre la reciente distancia que sentía en mi relación con Isaac. Ella es la única persona
a la que le confío todo.
—Estamos mejor. Apenas como información, estoy sentada en un bar esperando que
llegue. Estamos en una cita.
—Con los padres de Isaac. Estaban contentos de quedarse con ella por algunas horas.
Me estoy acostumbrado a eso. Le envío mensajes de textos a la pobre Gail como una
loca.
—Hola, linda.
—Solo pensé que podría pasar mi descanso con una bella mujer.
—Bello nombre. —Me sonríe, y veo dos hoyuelos profundos en cada mejilla. Es
adorable. ¿Qué está haciendo el aquí?
Los dos movemos la cabeza a la fría voz de Isaac. Él está mirando con odio al
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muchacho.
—Oh, disculpa hombre, no sabía que ella tenía dueño.
—Estaba ciego por demás por aquellos increíbles ojos castaños y cabello rubio para
mirar sus manos, amigo. Eres un hombre con suerte. —Me guiña el ojo, toma su agua
y se va, dejándome con la boca abierta. Isaac se sienta en la silla antes ocupada por
Scott y me mira.
—¿Tienes que andar de esa manera en público? —Tiene una expresión mortal y yo
miro mi camiseta blanca ajustada y los jeans oscuros.
—Ahora que no estás embarazada, te puedo pegar en el trasero de nuevo. — Sus ojos
se suavizan y toma mi mano en la suya, uniendo nuestros dedos.
—Sí, cierto. —Río y muevo mi cabello para atrás de mi hombro—. Además de eso, no
tienes nada de qué preocuparte. Aquel muchacho es muy joven para mí.
—Es lo suficientemente mayor. —Miro en dirección del bar, donde Scott está de pie
conversando con el barman, y me sonríe nuevamente, sus hoyuelos brillando en sus
mejillas.
Santa Dulzura.
Isaac suspira y lo miro. Sus ojos están fijos en mi rostro. Su cabello largo y
desordenado por sus dedos. Es todos hombros anchos, piel bronceada y sensuales ojos
azules.
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—Prefiero a los hombres antes que a los niños. —Sonrío para él, y tomo un trago de
mi margarita—. Particularmente, prefiero al hombre que estoy mirando ahora. —Él
sonríe y besa mis dedos.
—¿Te gustaría tomar algo? —comienzo a hacerle señas al camarero, pero él sostiene
mi mano.
—¿No vamos a quedarnos? —me guiña, lanza aquella sonrisa arrogante y balancea la
cabeza.
—No.
—Tengo una sorpresa para ti. Vamos a viajar por algunos días.
—Claro que no. —Arruga la frente y une nuestras manos—. Mis padres se van a
quedar con ella.
—Isaac…
—Ella va a estar bien. No vamos lejos. Podemos estar en casa en un abrir y cerrar de
ojos, si es necesario.
—Bebé, nosotros somos los dueños de la empresa. Puedo estar fuera el tiempo que
quiera. Y yo quiero pasar unos días a solas con mi linda rubia de ojos de avellana —
guiñe y yo doy una carcajada.
—Es verdad. El muchacho tiene buen gusto. Podría matarlo, pero tiene buen gusto.
—Sí.
***
Es una cabaña en un lago a una hora de distancia de Seattle. La verdad, para ser
exacta, es una gran casa de madera de dos pisos anidada entre altos árboles perennes,
escondida a la orilla de un lago impresionante.
La casa tiene un deck en la parte superior, de frente al agua, completa con una bañera
de hidromasaje. Es enorme, con techos en forma de catedral en la sala de estar, una
moderna cocina gourmet con aparatos de acero inoxidable y mesones de granito
marrón, y tres grandes cuartos en el piso de arriba, todos con su baño privado.
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—Es increíble.
—Es lindo. —Sonrío mientras camina con nuestra maleta. La que yo no sabía que él
había hecho.
—Y —sonríe para mí —la cocina esta abastecida, en el caso que tengas hambre. Yo
podría comenzar una fogata.
—Eso suena bien. ¿Tienes hambre? Puedo hacer algo para que comamos.
Cruzo la cocina y busco en el refrigerador y los armarios, viendo que puedo hacer de
cenar. Esta cocina es increíble.
— ¿Ben?
—El propietario.
Tomo un montón de frutas, quesos, rosbif y pan, lo coloco todo en un plato. Hay
también una botella de vino blanco en el refrigerador, entonces la tomo y la abro,
busco dos copas.
Llevo las copas, el vino y el plato al encuentro de Isaac frente a la chimenea. Nos
sentamos en extremos opuestos del sofá, el plato entre nosotros, y devoramos el
aperitivo, observando las llamas danzando.
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Verifico mi teléfono buscando alguna actualización sobre Sophie y sonrío al ver una
foto de ella tomando un baño en la casa Gail, coloco el teléfono sobre la mesa.
—Ésta fue una gran idea. —Suspiro y descanso mi mejilla en el sofá, enfrente se
encuentra mi impresionante esposo. Él me da aquella sonrisa especial y balancea la
cabeza.
—Estoy feliz que pienses eso. Tenía miedo de que no te gustara la idea, de dejar a
Soph durante la noche.
—Fue muy, muy difícil, pero ella está en buenas manos. Voy a llamar y confirmar eso
millones de veces. —Él ríe y quita el plato colocándolo en el suelo, me jala a su cuerpo
sosteniéndome entre sus piernas, con mi cabeza en su pecho. Entierro mi nariz entre
sus pectorales y respiro profundamente. Huele a ropa limpia y a mi esposo. Siento
descansar sus labios en mi cabeza, y acaricia mi espalda.
No me acuerdo.
—Bien ocupado, más bien. No he sido capaz de trabajar en el campo tanto como me
gustaría. Muchas llamadas telefónicas y cosas para resolver en el escritorio.
—Creo que voy a contratar más ayuda en la oficina, para poder ir al campo más veces
con los muchachos.
Página 41
—Eso suena bien. —Isaac aprieta mi barbilla e inclina mi cabeza para atrás para que
pueda mirarlo.
Él ríe.
—Gracias a Dios.
—No estaba tan mal así —murmuro y suspiro cuando pasa los dedos por mi mejilla.
—Ellos nos avisaron, cuando comenzamos a hacer el tratamiento de fertilidad, que las
hormonas me dejarían loca —le recuerdo.
—Bien, estaban en lo correcto. —Él estrecha los ojos hacia mí—. Todavía no estoy
muy seguro sobre si querías matarme de hipotermia.
Dios, lo amo.
—Yo también. La clínica me llamó para saber cómo estaba, y me aviso que, en tres
meses podemos comenzar a intentar nuevamente, si queremos.
—¿Así, tan rápido? —Sus ojos se estrechan y sus manos también, mientras su cuerpo
se tensa debajo de mí.
Página 42
—Algunas parejas comienzan a tratar de nuevo inmediatamente, porque puede que se
tarde un tiempo para que funcione, y nosotros no nos estamos haciendo más jóvenes.
Hago una mueca. Tampoco estoy lista para intentarlo nuevamente, o, especialmente,
entrar en el riguroso tratamiento de fertilidad, pero su respuesta me sorprende.
—Quiero, pero todavía no. Sophie apenas tiene cuatro meses. Todavía estamos
acostumbrándonos a ser padres. Además de eso… —el traga en seco y besa mi frente—
. La mierda emocional que viene con eso, los tres años antes de concebir a Sophie
fueron lo suficientemente difíciles para mí, y sé que fue diez veces más difícil para ti.
No estoy listo para verte pasar por eso nuevamente. Todavía no.
Sus magníficos ojos azules son feroces mientras arruga la frente. Me acerco y se lo
aliso con mi dedo.
—No estoy lista amor. Por ahora estoy feliz con nosotros tres.
Sonrío. Tener una vida sexual normal nuevamente suena bien para mí.
—Sabes. —Me siento, inclinándome en su cuerpo y paso mis dedos por su cabello.
Una de sus grandes manos sostiene mi trasero y la otra viaja por mi columna de arriba
para abajo.
—¿Si? —pregunta.
—No hay nada que diga que no podemos practicar. —le sonrío y acaricio su nariz. Él
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—¿Oh? ¿Y cuál sería? —Mi cuerpo comienza a cantar, cuando desliza las manos
dentro de mi camisa, pasando por mi piel hasta sostener mis senos.
—Sexo sucio, en una cabaña del lago, en frente de una chimenea. — Me ofrece su
sonrisa seductora y río.
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Capítulo 5
Traducido por Sttefanye
hunk.
Sonrío y respondo.
Gracias. Estamos disfrutando mucho. Los amo. Envía otro mensaje más tarde.
Dejo caer el teléfono en la cama y froto las manos sobre el rostro, entonces oigo un
ruido nuevamente.
Thunk.
¿Pero qué…?
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Atravieso la puerta corrediza hacia la terraza y empujo las cortinas de lado, y suspiro.
¡Nieve! ¡Es la maldita nieve! Allí fuera debe haber aproximadamente seis centímetros de
suave polvo blanco cubriéndolo todo. Es absolutamente deslumbrante. Nunca nieva en
Seattle, mi culo. Por supuesto, estamos en las montañas, en Seattle como mucho, hoy
podría haber sólo llovido.
Me visto con mis jeans y suéter, medias y zapatos, y busco por la casa. Isaac no está
por ningún lado. Espío por la puerta de atrás y lo encuentro cerca del porche cortando
leña.
¡Santa mierda!
Jeans desteñidos moldeando su perfecto culo y largas piernas. Está usando una
camiseta negra, y su chaqueta Northface está apoyada en la valla. El cabello en su
nuca está oscuro por el sudor.
Lanza otra vez el hacha contra el tronco, elevando el hacha sobre su cabeza y
llevándola hacia abajo con fuerza, lo que envía dos nuevos pedazos a volar en
cualquier dirección.
Dios, el hombre es fuerte y puede hacer cosas increíbles con su herramienta. Miro por
un momento, apreciando la vista. Los músculos de sus hombros se flexionan y se
mueven con cada balanceo del hacha.
Thunk.
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Bueno, es hora de llamar su atención. Sonrío maliciosamente, reúno en mi mano una
gran cantidad de nieve, formando una bola, y calculo la distancia. Le acierto a Isaac en
la parte posterior del cuello, la nieve fría descendiendo por debajo de su camisa.
—Uh, huh. —Apoya el hacha hacia abajo, se quita los guantes mirándome
especulativamente—. No voy a creerme que fue un acto inocente. —No puedo
mantener una cara seria, y comienzo a volverme, mientras él avanza lentamente.
—¡Oye! —Estamos sin aliento y sonriendo después de la guerra de nieve que hicimos.
Me golpeó mucho más de lo que lo golpeé, porque no podía parar de reí r el tiempo
suficiente para mirar dónde estaba lanzando la maldita nieve.
—¡Cállate! —Le lanzo otra bola de nieve, esta vez llegándole al rostro. Sacude la
cabeza y me encara.
—No te tengo miedo. —Le provoco y lanzo un puñado de nieve, que cae lejos de él en
el suelo.
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—Buen intento. —Sonríe mucho, sus ojos azules encendidos y de repente corre en mi
dirección.
—Te lo juro. —Río y me retuerzo debajo de él, intentando huir—. No lo voy a hacer
más.
—Eres una pésima mentirosa. Solo me lanzaste unas treinta bolas de nieve desde que
dijiste que no lo ibas a hacer más.
—Un abrazo.
—¡Drogas! —Río y me retuerzo un poco más, pero no ayuda contra su cuerpo fuerte.
—Mmm —gimo y ruedo las caderas, haciéndole gruñir. Retarda el beso, tornándolo
perezoso y sin prisa, con cuidado mordiendo mis labios.
—Eres tan dulce —murmura—. Mírame. —Abro los ojos para verle mirándome, sus
manos acarician mi cabello rítmicamente —. Te amo, Stacy.
—Yo también te amo, Ojos Azules. —Sonríe cariñosamente, besa mis labios
castamente, luego mi frente y después me levanta.
—Sí; no funcionó.
Isaac me empuja hacia el agua caliente y agarra mi jabón líquido. Arroja chorros en la
palma de la mano y frota las manos una con otra, creando espuma. Cierra los ojos y
respira profundamente.
—Amo el olor de esto. Amo sentir ese olor en ti todos los días. —Sus manos se
deslizan sobre mí, mis senos y brazos. Mi cabeza cae hacia atrás, y suelto un suspiro
feliz con los movimientos suaves de sus manos experimentadas—. Gírate —murmura
y obedezco. Enjabona mi espalda, masajeando y amasando mis músculos—. Eres tan
jodidamente sexy, bebé.
—Mi turno —murmuro y coloco jabón en mis manos. Imito sus movimientos con la
espuma en mis manos, las deslizo sobre su cuerpo mojado, y musculoso. Cierra los
ojos y suspira, apreciando mi toque. Lavo cada centímetro sexy de su cuerpo, trazando
el tatuaje del hombro con la punta de mi dedo, lavándolo completamente, y enseguida,
caigo de rodillas.
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—Mierda —susurra. Sonrío y aseguro la dura base de su pene, provocando con la
punta de mi lengua, lamiendo la grieta. Saca una respiración profunda por los dientes,
tuerce los dedos en mi cabello y nado lentamente sobre su erección, colocándola lo
más profundo posible en mi boca. Protejo mis dientes y comienzo a chupar fuerte,
pasando la lengua alrededor de la punta. Antes de que pueda meterlo de nuevo, él
aparta mis hombros y me levanta.
—Hey, yo no…
—Suficiente. Vas a hacer que me corra y quiero estar dentro de ti. —Aprieta mi trasero
con sus manos y me levanta—. Envuelve tus piernas alrededor mío. —Me empuja
contra la pared de azulejo y se entierra dentro de mí, cuando coloco mis piernas
alrededor de él.
—Oh, Dios. —Agarro sus cabellos y los sujeto con toda la fuerza, mientras folla más y
más fuerte, como un hombre poseído. Su rostro está enterrado en mi cuello, su
respiración irregular y feroz.
—Te sientes tan bien. —Él sacude la cabeza—. Es tan jodidamente bueno.
No logro responder. Una de sus manos se desliza desde mi trasero hasta mi pecho.
Aprieta y tira de un pezón, haciéndome gritar.
—No termine todavía —susurra. Con los ojos abiertos de par en par, lo miro.
—¿No acabaste?
—No. —Pasa los dedos por mi mejilla—. Pero tengo hambre, y necesitamos de
nuestras fuerzas.
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Capítulo 6
Traducido por Sttefanye
—No lo sé, alrededor de 50. —Sonrío y le respondo a Gail—. Eso me hace sentir
mejor, saber que ella está bien. Realmente me hace falta.
—Sí. Mucho. —Sonrío, mientras tira de mis pies a su regazo. Termino el sándwich
que Isaac preparó para nuestro almuerzo y agarro mi Kindle 4—. ¿Te importa si leo un
poco?
—No. —Vuelvo a leer y suspiro, cuando Isaac comienza a pasar su pulgar hacia arriba
y hacia abajo en el arco de mi pie—. Eres tan bueno en eso.
Página 53
4
Lector de libros electrónicos (e-books).
5
Jason Michael Statham, es un actor de cine británico protagonista de filmes de acción.
—Mucha práctica con mi esposa embaraza. —Me sonríe con gusto.
—Es mi trabajo cuidarte, bebé. —Continua frotando mis pies, mientras Jason Statham
maneja un auto por Paris, y estoy completamente envuelta en nuestro momento.
Deseo que Sophie estuviera aquí, envuelta con nosotros, pero sé que ella está segura y
amada, y yo estoy divirtiéndome con mi marido.
—Voy a buscar. —Se levanta del sofá y camina hasta la cocina, para colocar el agua a
hervir.
—Te lo mereces. Sé que trabajas duro en casa, por mí y Soph. Mereces ser consentida
de vez en cuando. —Y solo con ese comentario, me enamoro de él una vez más.
—Para una mujer que apenas tuvo tiempo de tomar un baño en los últimos cuatro
meses, eso es increíblemente romántico.
—Stacy, ¿quieres contratar a alguien para ayudarnos? ¿Tal vez algunos días por
semana?
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—Yo también te amo. —Se acurruca cerca de mí, y tira mis pies de nuevo a su regazo,
tomo un sorbo de mi té, disfrutando de mi libro mientras él se distrae con su película.
***
—No puedo creer que me hayas dejado dormir toda la tarde. —Le sonrío a mi sexy
marido y saboreo el vino que nos sirvió para la cena. Estamos sentados nuevamente
frente a la chimenea, disfrutando con calma de nuestra última noche solos.
—Lo necesitabas. Además puedes tardar un poco antes de conseguir otra siesta. —
Sonríe, se levanta del sofá y se inclina para besar mi frente.
—Ya vuelvo.
—Está bien.
Me siento contra las almohadas suaves del sofá y sonrío. Estos días fueron
maravillosos. Isaac siempre fue bueno conmigo. Es un marido cariñoso y atento. Pero,
como la mayoría de las relaciones, nos acomodamos y estuve concentrada solo en
Soph. No diría que el romance está muerto, pero hay momentos en que se toma
vacaciones. Especialmente cuando estábamos liados con problemas de infertilidad, y el
sexo solo era para quedar embarazada. Él me hace sentir muy bien, como se esforzó en
ser romántico. Realmente necesitábamos pasar tiempo juntos.
—Eres tan hermoso —murmuro. Sus ojos se calientan y me da una sonrisa perezosa.
Página 55
—No estás tan mal. Vamos. —Toma mi mano y me levanta del sofá—. No necesitas
más de eso y solo te va a hacer dormir. —Toma mi copa de vino y la coloca sobre la
isla de la cocina, mientras caminamos en dirección a las escaleras.
—No. —Me sonríe, y cuando llegamos al tope de las escaleras, en vez de ir hacia la
suite principal me lleva a otra dirección, al cuarto de huéspedes. Dejo salir el aliento
cuando caminamos hacia adentro. Las sábanas están arregladas de forma que se vea la
sábana azul cubriendo el colchón.
Hay por lo menos una docena de velas encendidas en todo el cuarto, enviando
sombras en todo el ambiente. Música suave está sonando de un pequeño sistema de
sonido en la esquina. Isaac me empuja contra él, quedando pegado a mi espalda.
Envuelve sus brazos alrededor mío, besando mi cabello, entonces se gira para que
quede delante de él, me saca la camiseta por la cabeza, dejándola caer en el suelo.
—Sí —responde simplemente. Saca mis jeans y bragas, doblándolos hasta deslizarlos
sobre mis pies. Besa mis labios suavemente, colocando mi rostro entre sus manos.
—Está bien. —¿Cómo voy a decir no a eso? Me acuesto y suelto un gran suspiro.
—No sé qué hay de malo conmigo. Nunca estuve tan cansada —respondo con una
sonrisa.
Página 56
—Estás relajada. Estoy feliz, cariño. Ese fue el punto principal de alejarnos de todo por
unos días. —Lo escucho frotar sus manos y entonces están en mi cuerpo, acariciando
firmemente mi columna, sobre mi trasero, alrededor de mis caderas y de vuelta a mis
hombros, y entonces lo hace de nuevo, haciendo movimientos largos por mi cuerpo.
—Oh Dios, te amo —gimo. Él ríe y comienza a masajear mis lumbares en círculos
lentos y firmes.
—Mmmm. —Traza un camino hacia arriba y hacia abajo por mi columna, sobre mi
trasero de nuevo y debajo de cada pierna, suave pero firmemente trabajando mis
músculos.
—Eres tan bueno con las manos, Ojos Azules. Es por eso que me casé contigo.
Él abofetea mi trasero, una palmada tan fuerte que resuena por el cuarto. Me apoyo en
mis codos.
—¡Oye!
Página 57
—También me gusta tu trasero. Es una culdelicia 6.
—¿Culdelicia? No creo que eso sea una palabra. —Me acuesto nuevamente para
disfrutar de sus manos.
—¿Necesitas gafas?
—Eso no pasó.
—Es decir. Para probarte que estás equivocado, creo que todavía hay estrías ahí.
—Cállate.
—El cambio de mi cuerpo. Las estrías, la gordura en mi barriga que no se puede ir. —
Sus manos se detienen y me mira a los ojos, una mirada preocupada—. ¿Será que te
incomodan?
—Mírame. —Su voz dura me sorprende—. No veo las alteraciones, Stacy. Veo a mi
mujer. —Se encoge de hombros, y no sé por qué. Pero esa simple declaración me
provoca llorar—. Me excitas desde el primer momento en que te vi en la universidad.
6
Juego de palabras. Unión de las palabras culo y delicia.
Sus manos retoman el curso de mi piel y suspiro, y coloco mi cabeza de vuelta a la
cama.
»—Trasero firme, hoyuelos pequeños a los lados que son sexy para follar. —Se inclina
y besa mis hoyuelos, dirigiendo su lengua sobre ellos y después besándolos castamente
nuevamente.
»—Hombros fuertes —murmura, pasando los dedos sobre ellos y después metiendo los
dedos en mi cabello—. El más hermoso cabello que he visto en mi vida, es grueso y
pesado, y el color… ahora, con la luz de las velas, parece que está prendido fuego.
Mierda.
—Gírate —susurra en mi oído. Obedezco y miro sus hermosos ojos azules. Aleja mi
cabello del rostro y me ofrece una sonrisa—. Veo manchas oscuras en tus ojos, y
cuando estás excitada, como ahora, brillan. Y tus labios… —Me besa suavemente y
pasa el pulgar sobre mi labio inferior—. Tus labios son rosados y suaves, y dicen las
cosas más dulces.
—Tus senos son perfectos. —Suavemente lame un pezón, enseguida, el otro y hace su
camino hasta mi barriga, haciéndome cosquillas con la nariz y labios. Suavemente,
traza la evidencia de mi embarazo con la punta del dedo.
—Sé que no conseguí decirte lo suficientemente cuan sexy eres. Pero nunca, nunca
dudé lo mucho que amo tu cuerpo, solo lo que es, no importa lo mucho que cambie.
Sus dedos se deslizan por mi estómago, sobre mi pubis y mis pliegues. Isaac sonríe.
—¿Sí? —Le sonrío de vuelta y suspiro, mientras hunde un dedo dentro de mí, mientras
su pulgar danza alrededor de mi clítoris.
—Oh, definitivamente. —Se desliza más hacia abajo en la cama y abre mi núcleo, sus
pulgares separando mis labios—. Mira cuan hermosa eres. Rosa y mojada. —Sus
labios se deslizan sobre mi clítoris, y mis labios, y luego usa su lengua para hacer ese
trazado nuevamente—. Deliciosa —susurra.
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Capítulo 7
Traducido por Edel
—Oh, sí, vamos a llegar allí, estoy teniendo un poco de diversión aquí, por ahora,
querida —sonríe maliciosamente y besa mi punto, que conoce muy bien, el lugar en
donde mi muslo encuentra mi centro, y gimo de nuevo, sosteniendo la sábana
firmemente en mis dedos. Él saca los dedos, empujándolos de nuevo por mis labios, de
regreso a mi clítoris, dejándome todavía más mojada, sus intensos ojos azules observan
sus dedos jugando conmigo.
—Absolutamente nada. —Él me besa castamente, deslizando sus labios por los míos.
Apoya su cadera, deslizándose por mi humedad y después, lentamente, oh muy
lentamente, centímetro a centímetro entra en mí, hasta que me llena completamente.
Envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros y las piernas alrededor de sus caderas,
sosteniéndolo apretado y él descansa su frente contra la mía.
—La mejor cosa que hice en mi vida fue hacerte mía, Stacy. —Susurra. Aprieto su
rostro en mis manos y acaricio su nariz, dejando las lágrimas caer por mi rostro. Él las
limpia delicadamente con los pulgares y muy lentamente comienza a mover las
caderas. Jala mi pierna por encima de su hombro y voltea la cabeza para besar mi
pantorrilla. Suspiro con el nuevo ángulo, que le permite deslizarse aún más dentro de
mí, más profundo. Y de repente, no soporto lo lento. Necesito algo rápido y duro.
Muevo mis caderas, bombeándonos para arriba y para abajo, apretándome alrededor
de él.
—No quiero correrme todavía. —Agarro su trasero en mis manos y lo jalo más duro,
sostengo mis piernas alrededor de él, más apretado. Él arruga la frente y mantiene solo
la punta dentro mí—. ¡Hey!
—¿Listo para hacer lo que yo digo? —Levanto mis caderas rápidamente, haciendo que
su erección se deslice más dentro de mí, y él se sale.
Página 62
—Oh, no. Creo que es mejor que te voltees. —Sin esfuerzo me voltea, colocando mi
trasero en el aire y se entierra dentro de mí, sus manos sostienen mis caderas,
llevándome para dentro y para fuera, como un castigo, en un ritmo constante.
—Oh, Dios —me cubre con su pecho y gira mi clítoris en círculos con sus dedos.
—Te hago gozar, bebé. Es así que trabajo. —Su voz está ronca, y aquellos dedos
mágicos empujan incesantemente dentro de mí, enviándome al borde, y grito su
nombre cuando gozo, vibrando y temblando debajo de él, impotente.
—Eso es, bonita. Oh, Dios, Stacy… —Y de repente él se está vaciando brutalmente
dentro de mí, tan duro y tan profundo como puede, y siento su semilla dentro de mí—.
Fóllame. —Susurra y besa mi hombro.
—Acabo de hacerlo.
—Sabelotodo.
***
—¿Qué está mal? —Isaac sostiene mi cara en sus manos, una mirada seria en su rostro,
enfocado apenas en mí como si el resto de nuestra familia no estuviese enfrente.
El zoológico tiene millones de cuerdas con luces por todo el jardín zoológico, en
formas de animales, flores y escenas de paisajes. Realmente es muy bonito después de
Página 63
oscurecer. También colocaron renos y un enorme carrusel para los niños. Este es un
paseo familiar anual para los Montgomery. Este año no solo vinieron los padres de
Isaac, Isaac, Soph y yo, y Nat y Luke. Brynna también vino con sus adorables gemelas
de cinco años, Maddie y Josie.
—Has tenido algunos dolores de cabeza en estas últimas semanas —comenta Isaac. Él
arregla a Sophie, mientras ella se mueve en el sueño contra su pecho.
—Estoy bien. —Sonrío de nuevo y después río cuando las gemelas gritan de felicidad
cuando ven una exposición de luces de un cuento de hadas, brincando de arriba para
abajo, queriendo ver mejor. Brynna nos mira, observa el área rápidamente y va con las
niñas.
—Dios, voy a vomitar —gruñe Jules—. Luke y Nat se están besando. Nuevamente. —
Río y froto el brazo de Jules en señal de consuelo.
—Jesús, ¿se tienen que agarrar todo el maldito tiempo? —Luke sonríe, besa a Nat una
última vez y pasa el brazo alrededor de ella—. Sí.
—Joder. —Jules le saca la lengua y tiembla, y no puedo evitar soltar una carcajada.
¿Por qué?
Página 64
—¿Por qué ustedes iban a tener toda la diversión? —pregunta Isaac, todavía sonriendo
para mí. ¿Por qué?
—Yo quiero alimentar a los renos. —Maddie salta para arriba y para abajo y su
hermana se junta a ella.
—Ok, entonces iremos con los renos—dice Isaac y vamos todos caminando en
dirección al local donde están los renos. Brynna mira por encima del hombro, en la
dirección al lugar de donde vinimos, y arruga la frente.
—Brynna está mirado por encima del hombro todo el tiempo —susurro a Isaac. Él la
observa pensativo.
—Hey. —Isaac pasa un brazo alrededor de ella y la aprieta, entonces se aleja—. Aquí
estás segura. —Ella le ofrece una pequeña sonrisa.
—Lo sé. Simplemente no consigo evitar estar alerta. —Llevo mi mano libre hasta la
suya, cuando nos quedamos los tres atrás.
—¿Me vas a decir qué pasó? —Su rostro se entristece y mira para el suelo. Se muerde
el labio y mueve sus ojos marrones hasta mí, balancea la cabeza, su cabello oscuro
saltando alrededor de su lindo rostro—. No.
—Entonces, Brynna — comienza Isaac—: Puedo suponer que vas a buscar un trabajo.
—Sí, pero no puedo comenzar a enviar currículos para potenciales trabajos, porque
van a verificar mis antecedentes. Eso va a llamar la atención.
—Tengo, pero el negocio está yendo bien, y necesito de más ayuda. ¿Estás interesada?
—Sí.
Ella ríe
—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Voy a alimentar a los venados! —grita Josie y corre hasta su mamá
con emoción.
—Ocho.
—¿Cuáles son sus nombres? —pregunta Luke y le guiña el ojo a Brynna. No puedo
ayudar, pero sonrío a Brynna con la broma de Luke. Ella se sonroja como una
adolescente siempre que él la mira. Todavía no consigue creer que Natalie está casada
con Luke Williams.
—Sí.
—Creo que Sophie es muy pequeña para alimentarlo, querida. —Sonrío para ella y le
jalo cariñosamente su larga trenza oscura.
—Sí, ella lo está —responde él con una sonrisa. No puedo dejar de sonreírles.
—¿Por qué? —ella mira seriamente a Isaac, que está al nivel de los suyos.
—Eres bueno con los niños, Isaac —dice Jules casualmente mientras observa a sus
padres ayudar a las niñas a alimentar a los animales.
—¡Por el amor del niño Jesús, ¿en qué pesebre vine a parar? —exclama de repente
Jules y todos nos carcajeamos al ver a Natalie y Luke en otro abrazo apasionado.
—Dios, te odio.
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Capítulo 8
Traducido por blanca20011983
—No voy a hacer nada contigo en una sala de cine —le oigo gruñir.
—Sí, lo harás.
—Ya no tengo 16 años. —Subo los escalones hasta la cima y elijo los asientos de la
parte inferior, en la fila del medio. Estamos en una sala de cine que ofrece sillones
reclinables, en lugar de las típicas de las salas. Es nuevo, y te juro por Dios que nunca
volveré a otro cine que no tenga este tipo de asientos. Isaac levanta el brazo, la silla se
convierte en un sofá de cuero acogedor. Nos acomodamos y esperamos que la película
comience.
—No me creo que estés de acuerdo en ver una película de mujeres. —Meto un
puñado de palomitas en la boca y tomo un sorbo de soda.
—Entonces, ¿por qué gastamos casi 50 dólares para venir al cine? —le pregunto.
Me sonríe y traga.
—Manoseo en el cine.
—Es evidente.
—En el cine.
—De acuerdo. —Arrugo la frente y luego vuelve su sonrisa. Dios, me encanta cuando
me mira de esa manera. Sus ojos están satisfechos y arrogantes.
—Donde está oscuro —me acerco más a él, saca y pone su brazo detrás de mí,
apoyando su mano en mi cadera y me susurra al oído— y nadie puede ver que te toco.
—¿Cuánto hace que tienes este pequeño sueño? —le pregunto secamente.
—Desde que tenía 13. —Me río y descanso mi cabeza en su hombro mientras como
mis palomitas. Entran algunas personas que se sientan muy por debajo de nuestra fila.
Las luces se apagan cuando comienza la película. Después de quince minutos pongo
mi cubo de palomitas de maíz en el suelo, y me apoyo totalmente en el cuerpo sexy de
Página 71
mi marido. Se mueve en un gran sillón y me empuja entre las piernas, envuelve sus
brazos protectoramente alrededor de mis hombros y me besa en el pelo.
Con un gran suspiro, me relajo en él. Los actores de la película están discutiendo
apasionadamente, y de repente se están besando, también apasionadamente. La mano
de Isaac viaja de mi hombro a mi culo, donde dibuja suavemente pequeños círculos
alrededor de él. No va a renunciar a convencerme. Levanta mi barbilla y pasa sus
labios en toda la zona, tan ligero que apenas puedo sentirlos. Es solo un susurro de un
beso. Sus labios acarician los lados de mi boca, la línea de mi mandíbula. Besa
suavemente mi nariz. Sus manos acarician mi cabello y pone su boca sobre la mía otra
vez, siempre con absoluta delicadeza.
Suspiro contra él, y abro los labios, invitándolo a convertirse en un beso más profundo,
y él responde a mi invitación con entusiasmo, hundiendo su lengua para jugar,
mordisqueando mis labios de nuevo. Se aparta y rítmicamente acaricia mi pelo con los
dedos.
Dirijo mi mano contra sus costillas, la cadera y debajo de la camisa, así que puedo
sentir sus músculos. Dios, están tan tonificados y duros. Y caliente. Se encoge y se
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tambalea bajo mi tacto. Sonrío y sigo haciéndole cosquillas ligeramente, con solo los
dedos, a través de los músculos y alrededor de las costillas. Su erección está creciendo
contra mi estómago, pero mis ojos todavía están pegados a la pantalla, aunque no
tengo ni idea de lo que está sucediendo en la película en este momento, me mudo a su
lado y abro sus pantalones vaqueros, deslizando mi mano dentro de él. Él suspira
suavemente mientras aprieto su dureza en la mano y le provoco. Su mano en mi culo
aprieta, y se mueve hacia abajo entre mis pliegues.
—¿A dónde vamos? —susurro en voz alta. Él no responde hasta que estamos fuera del
cine y caminando por la acera—. Ojos azules, ¿qué estás haciendo? La película... —Él
me empuja contra la pared y me acorrala con su cuerpo, manteniendo apretadas las
muñecas a un lado de mi cabeza y me besa vorazmente, me consume y me hace el
amor con su boca.
—Blue-Ray —gruñe, sus ojos azules se estrechan y me está tirando detrás de él otra
vez, para el auto—. Tengo que llegar a casa y desnudarme. Ahora.
***
Acabo de servirme mi primera taza de café y vuelvo a subir a tomar una ducha y
prepararme para el día antes de que Sophie despierte, pero cuando paso por el árbol de
Navidad, hay al menos una docena de regalos brillantemente envueltos, sumados a los
presentes que yo había envuelto y colocado bajo el árbol la semana pasada.
Pongo mi café en la mesa y me arrodillo en el suelo para llegar a una gran caja roja con
Página 73
un lazo de oro.
—Las manos fuera.
Saco mi mano y me siento en mis talones, mirando con una expresión culpable a
Isaac.
—¿De dónde vienen? —le pregunto, y miro hacia atrás a las hermosas cajas.
—Llámalo un Santa Claus inteligente, no estás siendo una buena chica. Continúa
siendo traviesa, y te quedarás sin nada.
—Te voy a mostrar lo que es malo... —los gemidos de Sophie vienen a través del
monitor, y sé que solo tengo 20 minutos para ducharme antes de que ella insista en que
es el momento de salir de su cuna.
—Voy a tomar una ducha rápida. —Isaac me tira contra él, cuando me levanto.
—¿Más tarde esta noche? —me pregunta, mientras sus labios apenas rozan ligeramente
los míos.
—Tenemos una reunión. —Yo sonrío y beso la barbilla ligeramente sin afeitar,
disfrutando de esa sensación en contra de mis labios.
—Voy a llevar a Sophie a casa de mi madre. Preguntó si podía quedarse con ella
durante un par de horas, así que pensé en aprovecharlo e ir al supermercado y quizás a
una manicura. El café está en el mostrador de la cocina.
Página 74
—Gracias, cariño. Disfruta de tu día —sonríe y me besa, y luego camina hacia la
puerta, para ir a su trabajo.
***
—Pero no entiendo —respondo a la enfermera Kimberly—. ¿Por qué tengo que volver?
Estuve allí ayer.
—El resultado de la prueba de sangre que te hiciste ayer regresó del laboratorio, Stacy,
y al médico le gustaría conversar contigo algunas cosas.
¿Qué cosas?
—Dijo que estaba bien, y que me llamarían solo para darme los resultados de la
prueba. Me puedes dar esos resultados ahora.
Voy al supermercado y tengo cita en la peluquería para conseguir una manicura que
necesito desesperadamente. Otro viaje innecesario al médico me parece ridículo y una
pérdida de tiempo.
—No estoy en libertad de discutir los resultados de las pruebas por teléfono. El Dr.
Wilson tiene que verte. Tiene un hueco para ti en una hora. ¿Podemos esperar por ti
entonces?
—Sí, voy a estar allí. —Cuelgo el teléfono con el ceño fruncido. Otra visita al médico.
Isaac me convenció para ir ayer porque todavía tenía dolores de cabeza. Ellos no me
debilitan, pero son frecuentes. El médico sospecha que se deben al estrés, pero prefiere
hacer algunas pruebas, solo para asegurarse de que todo está bien.
Todo estaba perfecto, un inesperado día libre para hacer mis cosas y aunque sea solo
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por rutina, voy a golpear a alguien en la garganta por arruinarlo. Estoy harta de los
médicos desde hace mucho tiempo. Mi teléfono suena de nuevo, y sonrío cuando veo
que es Brynna.
—Hey.
—Oye, estoy saliendo de la casa de tu madre. Ella está con Sophie y se ofreció a
quedarse con las niñas por mí también. ¿Dónde estás?
—Yo iba a una manicura... —Antes de que pueda terminar la frase, Brynna suspira en
voz alta.
—Es bueno que las niñas no estén contigo —le contesto secamente.
—Lo sé. Trato de hablar todos los improperios que puedo cuando no están alrededor.
—Como decía, estaba en camino a la peluquería para conseguir una manicura, pero mi
doctor ha llamado y quieren que me vaya a otra consulta.
—¿Sigues teniendo visitas de seguimiento, casi cinco meses después de dar a luz? —me
pregunta.
—No, fui porque tengo dolores de cabeza. Creo que hay algunos resultados de la
prueba de sangre de los que quieren hablar.
—Ah. Bueno, ya que no estoy con las niñas, ¿quieres un poco de compañía? Podemos
hacer una manicura después de comer.
—Claro, gracias. Nos vemos allí. —Le paso la dirección y cuelgo la llamada. Entro en
el estacionamiento de la oficina, y espero por Brynna en mi auto.
—Hola, Fran. —Saludo a la recepcionista—. El Dr. Wilson quiere volver a verme hoy.
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—Él te está esperando. Gracias por venir tan rápido. ¿Sin Sophie hoy? —me pregunta
con una sonrisa.
—No está muy lleno hoy. —Estoy tratando de mantener una conversación ligera para
calmar mis nervios. Odio al doctor. Se podría pensar que con todas las decenas, si no
cientos de horas que pasé con ellos en los últimos tres años, no me importaría mucho
más. Pero me molesta.
—En esta época del año suele ser más tranquila. Especialmente esta semana, que es la
semana de Navidad. —Kimberly ofrece una sonrisa a Brynna.
—Entonces, Stacy, sé que hablamos ayer que los dolores de cabeza probablemente son
debidos al estrés, y no estaban relacionados con el pequeño diabetes gestacional que
tenías en la última parte de tu embarazo.
—Eso es correcto, porque tus pruebas son perfectamente normales en relación con su
nivel de azúcar.
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Capítulo 9
Traducido por blanca20011983
—Estás embarazada. —Y así, tan pronto como se habían controlado las risitas, Brynna
tuvo otro ataque de ellas.
—No. Esto es una locura. Debes revisar los resultados del examen médico. No estoy
embarazada.
—Sólo tú, Stacy… —Brynna da una respiración profunda y limpia una lágrima de su
ojo—. Sólo tú puedes luchar con un tratamiento de fertilidad durante tres años, para
que cuando por fin tienes a tu bebé, te embarazas otra vez sin siquiera intentarlo.
¡Tahití!
—Mierda, ¡tomé alcohol! No estaba amamantando a Sophie, así que tomé unas copas
aquí y allá en Tahití.
—Así está bien —él sonríe tranquilizadoramente—. Ya sabes qué hacer. Llama a tu
partera y has una cita y una ecografía.
Me quedo mirando a Brynna por un minuto, mi boca se abre y se cierra como un pez
fuera del agua.
—Almuerzo —dice ella, toma mi mano y me saca de la oficina. ¿Qué pasa que todo el
mundo me está empujando por todas partes?
—Vamos a llevar a tu casa las compras, guardar sólo los productos perecederos y luego
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—¿Puedes conducir?
—¿Por qué estás tratando de encender el auto con tu brillo de labios, en vez de usar la
llave? —Veo el brillo de labios en mi mano.
—Mierda.
—Yo conduzco, vamos a dejar mi auto aquí y haré que mi padre venga a recogerlo
más tarde.
—Ok.
—No embarazada.
—Vamos, vamos a hacerlo muy pronto, para que podamos salir. —Rápidamente
descargamos las bolsas de la compra del auto a la cocina y ponemos toda la comida en
el congelador y antes de darme cuenta, estamos de vuelta en el auto y paramos en un
restaurante mexicano que está cerca.
—A la mierda, sin alcohol por un año más. —Estamos sentadas y metemos con
entusiasmo las manos en la cesta de patatas fritas.
—Cállate. —Como dos papas más y tomo un sorbo de mi margarita—. Esto no es una
margarita.
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Brynna levanta una ceja expectante.
—¿Y qué?
Ella toma un bocado de una patata y un largo sorbo de su perfecta margarita y sonríe
con aire de suficiencia.
—Te odio.
—Oh, Sophie es grande. Es tan divertida, se ríe todo el tiempo. Aquí, tengo un video
en mi teléfono que quiero mostrarte... —Miro a los ojos muy abiertos de Brynna—.
¿Qué?
—Stacy, ¿estás teniendo un ataque de histeria? ¿Tengo que llevarte de vuelta al Dr.
Suculento?
—Sea lo que sea, voy a llevarte de nuevo si es necesario al Dr. Sexo. Sabes que mi
pregunta era sobre tu embarazo, ¿verdad?
—Ah. —Me siento firme en la silla, con una patata colgando entre mis dedos—. Sí
cierto. Estoy embarazada —digo las palabras de nuevo a mi cerebro, dejando que
entren y se filtren—. Sin medicamentos o inyección en el trasero, o que me digan, mes
tras mes, que no funciono.
Mierda.
—Voy a tener dos bebés con una diferencia de tan solo 18 meses. Dos bebés con
pañales. Dos bebés... —Sus cejas se levantan y sonríe—. No sé cómo va a ser eso.
Maldita sea, no me lo esperaba. —Yo sonrío y tomo una respiración profunda—.
Sophie va a ser una hermana mayor.
—Oh, no lo sé. Creo que va a ser divertido. —Muevo las manos animadamente—. ¡Lo
sé! La Navidad es en unos pocos días. —Tengo una idea. Tomo un sorbo de mi falsa
margarita y me inclino hacia el frente—. Ok, lo vi en un sitio web. Soy adicta a varios
sitios. Pierdo muchas, muchas horas en el sitio. Esto es lo que haremos: Primera
llamamos a Natalie. Después...
***
—Fue un buen día —le sonrío y por dentro estoy saltando arriba y abajo... Un buen
día, normal.
—¿Alguna novedad?
Mierda.
—¿Estás segura? Yo sé que te gusta beber vino con esta comida. —Frunce el ceño y
asiente—. ¿Te sientes bien?
—Estoy bien —asiento con la mano y pongo la comida en nuestros platos, sonriendo a
Sophie, que está sentada en su asiento, animosa y bromeando.
—¿No más dolores de cabeza? —pregunta y lleva el vino y las copas de vuelta a la
cocina y trae una botella de agua en esta ocasión.
—No, nada, desde hace unos días —le sonrío—. Definitivamente, no hay dolor de
cabeza esta noche. —Levanto las cejas, haciéndolo reír y haciendo todo lo posible para
distraerlo y no hablar de mi día.
—¿El médico llamó con los resultados de las pruebas de ayer? —pregunta y toma un
bocado de la ensalada.
—Sí, está todo bien. —No puedo mirar sus ojos. No me gusta mentirle, aunque vaya a
sorprenderle más tarde. ¡Y esto es grande, y estoy tan emocionada! Tal vez debería
decirle...
—Por lo tanto, los dolores de cabeza eran probablemente del estrés, ¿verdad? —
pregunta él, pensativo mientras mastica.
—Eso es lo que cree el doctor. —Tomo un sorbo de agua y cojo otro bocado de pasta.
Dios, esto está muy bueno.
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—Sé que tienes muchas cosas en la mente Stacy. Tal vez deberías dejar el blog por un
tiempo.
—Porque, obviamente tienes un montón de cosas con Sophie y con Brynna de vuelta
en casa y todo de nuevo. —Se encoge de hombros, como si sus comentarios tuvieran
sentido para él.
—Yo amo mi blog. Me encanta leer. Los autores confían en que puedo ayudar a
promocionar sus libros escribiendo comentarios y yo no quiero dejarlo.
—No estoy diciendo que debas dejarlo totalmente. Tal vez sólo frenar. Se necesita una
gran cantidad de tiempo.
—¿Estás diciendo que no quieres que continúe con el blog, Isaac? —Bajo mi cubiertos
y lo miro. Él nunca antes lo mencionó. Él siempre parecía estar muy orgulloso de mí.
¿Qué demonios?
—No.
—¿Te llamó tu madre hoy? —le pregunto, cambiando de tema, mientras me levanto
para limpiar la mesa.
—No, ¿qué pasó? —Me ayuda y el trabajo va más rápido, tirando las cajas y cargando
el lavaplatos.
—Vamos a hacer la cena de Nochebuena en casa de Luke y Nat este año, ya que
tienen un espacio más grande para todos nosotros. —Me doy la vuelta, me apoyo
contra el mostrador de la cocina y sonrío cuando Isaac levanta a Sophie de su asiento y
le besa la mejilla, susurrando en su oído y haciéndola reír. Él es un gran padre.
—Me gustaría darte un regalo allí y podemos cambiar el resto aquí por la mañana —
susurro y sus ojos se encuentran con los míos, inclinando la cabeza hacia atrás para
escuchar el tono de mi respuesta.
Sonrío dulcemente.
—Te amo. —Bato mis pestañas e Isaac ríe, haciendo que Sophie sonría también.
—Mamá pretende ser una buena chica, pero ella es traviesa, Soph. No dejes que te
engañe. —Le besa la mejilla y me sonríe—. Ven aquí.
—¿Para qué?
—Ven aquí. —Voy al encuentro de mis dos personas favoritas en el mundo y él pone
su brazo alrededor de mí, planta sus manos en mi espalda y me da un beso—. Este es
el mejor regalo de Navidad que he recibido, aquí —susurra contra mi boca— estar aquí
con mis chicas.
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Epilogo
POV7 Isaac
Traducido por Sttefanye
prieto la pequeña y suave mano de Stacy y beso sus dedos, antes de dejarla con
Sophie y reunirme con Caleb en el árbol de navidad. Le toco el hombro a mi
hermano y le ofrezco una cerveza, siguiendo su mirada hasta lo alto del
gigantesco árbol en la sala de estar de la casa de Nat y Luke.
—Hombre, ¿quién decoró el árbol? —le pregunta Caleb a Luke, mirando hacia el árbol
de navidad más alto que cualquiera de nosotros haya visto en una casa particular.
Luke y Nat fueron con todo en la decoración: sobre todo por el enorme árbol en el pi so
de la sala de estar, hasta casi al techo y está brillantemente i luminado con luces
multicolores, coronas y guirnaldas. Es enorme. También hay luces colgadas fuera, hay
coronas y luces blancas alrededor de todo el espacio. Parece que Papá Noel va a entrar
en cualquier momento con sus grandes botas negras para acomodarse en la poltrona
delante de la chimenea.
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7
POV es la abreviatura de Point of view, en español: punto de vista.
—Mandamos un profesional a hacerlo. No hay ninguna manera en el infierno de que
Nat suba a una escalera para decorarlo, embarazada o no. —Frota la barriga de Nat y
besa su mejilla, haciéndola sonrojarse.
Estamos todos aquí reunidos nuevamente, las mismas personas que estaban en la cena
de Acción de Gracias, ahora incluido mi hermano Caleb, que volvió de una misión en
Dios sabe dónde, Brynna y las niñas y los padres de Brynna.
Brynna y Matt están con sus cabezas juntas, en la mesa de la cocina, conversando serio
y bajo, lo más probable es que sea sobre la situación infernal que ocasionó su regreso
desde Chicago.
Matt niega y Brynna golpea con el puño en la mesa con frustración y después se
levanta de la mesa, pisando fuerte. Caleb gira la cabeza al escuchar el ruido y mira a
Brynna dejar la sala, sus ojos se abren de golpe y se quedan fijos en su trasero.
Me acerco a ellas, entrego la sidra de manzana caliente para Stacy y las levanto,
sentándome en la silla, y llevándolas a mi regazo.
—¡Guau, el tío Saac es fuerte! ¡Levantó a dos personas! —exclama Josie, sus dulces
ojos oscuros abiertos y me río.
—Lo es —responde Stacy y besa mi mejilla. Mmm… huele bien. Entierro mi rostro en
su cuello y tomo una respiración profunda.
—Mantén tu boca lejos de los pobres oídos de la niña, Isaac. Va a quedar sorda. —
Jules nos está mirando, entonces decido provocarla. Yo soy, al final, su hermano
mayor. Es mi trabajo.
—Claro. —Sophie es levantada de nuestro regazo y paso mis brazos alrededor de Stacy
y miro sus sensuales ojos castaños. Están brillantes, de la forma que se le ponen
cuando está excitada y eso hace que me endurezca. Ella me da una pequeña sonrisa
atrevida.
—¿Qué hay con ustedes y las exhibiciones públicas? —pregunta Brynna, caminando de
vuelta hacia la sala. Matt está en el teléfono de la cocina, en medio de una acalorada
discusión, con los ojos en Brynna. ¿Me pregunto qué cosa está ocurriendo allí? Pero
entonces capto la mirada de Caleb en Bryn, y su rostro se ruboriza cuando ella lo
descubre y le ofrece una sonrisa. No me voy a meter en esa confusión. No es posible.
—No me importan las exhibiciones públicas de afectos, si soy la única que lo está
recibiendo —responde Jules causalmente.
—¿Cómo la has pasado, Stacy? —pregunta mi madre desde suelo, donde está
coloreando con las gemelas—. Isaac mencionó que habías estado teniendo dolores de
cabeza. —Stacy se aleja de mis brazos y la siento respirar profundamente.
—Oh. —Frota mi pecho con su mejilla—. Estoy bien. No he tenido dolores de cabeza
desde hace unos días.
—Qué bueno. —Mi madre niega y regresa a las niñas, pero no estoy comprendiendo.
Agarro la barbilla de Stacy con el pulgar y el índice e inclino su cabeza para que me
mire. Parece un poco aprensiva y muerde su delicioso labio inferior.
Antes de que pueda tomarla y llevarla fuera de la sala para exigirles unas respuestas,
viene el aviso de la empresa contratada por Luke, de que la cena será servida.
Él lo decidió y estuve de acuerdo, que cocinar para tantas personas era demasiado para
una de nuestras mujeres. Ellas también deberían aprovechar las vacaciones, entonces a
partir de ahora, en todas las reuniones en familia contrataríamos el servicio. Excepto
las barbacoas en verano, porque mi padre tendría un derrame cerebral si no es el
hombre responsable del evento.
No puedo culparlo. Nuestros eventos siempre son un caos, con los hermanos
provocándose y agarrando la comida del otro, los niños derramando bebidas y las
mujeres discutiendo por compras, tratamientos en el spa, películas y moda.
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Por lo menos, es sobre lo que discuten nuestras mujeres, porque nuestras chicas son
bien femeninas, y honestamente, adoro que ellas sean así. Stacy me sonríe dulcemente
cuando le entrego otro pan. Le gusta mojar el pan en su salsa. Joder, le voy a dar
cualquier maldita cosa que ella quiera. No seré rico como Luke Williams, pero nada le
va a falta a mis chicas.
—Stacy, ¿te gustaría una copa de vino? —pregunta Jules—. Traje tu favorito.
—Oh, humm… —Hace una pausa y limpia la boca con la servilleta verde—. No,
gracias. Voy a querer un poco más de sidra caliente, por favor.
Niega.
Huh.
Finalmente, la cena termina y vamos todos hacia la sala para intercambiar regalos y
relajarnos. Mi madre agarra a Soph y se instala con ella en la poltrona dónde estaba
anteriormente con Stacy. Estoy tan emocionado por este momento. Esperaría para
darle el regalo a Stacy mañana por la mañana en casa, en nuestra primera navidad
como una familia, pero simplemente no puedo esperar.
—Bien, entonces, soy el más viejo, por eso seré el primer en dar el regalo —le anuncio
a todos.
—Sí, es mejor que lo des primero, como el hombre más viejo. Porque de aquí a diez
minutos vas a olvidar qué celebración es esta. —Después de que todos se ríen con la
broma de Caleb, saco una pequeña caja, envuelta en papel dorado, con un lazo crema,
debajo del árbol y se lo entrego a mi esposa.
—No trajimos esto de casa —dice, con una sonrisa en su linda boca, mientras mira el
regalo.
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—No —respondo—. Ábrelo. —Suavemente saca la cinta fuera de la caja y comienza a
abrir el papel cuidadosamente.
—Por el amor de Dios mujer, sólo ábrelo —gruño hacia ella, haciéndola reír. Sabe que
odio cuando hace eso.
—Te voy a comprar un rollo entero de esa mierda de papel, ¡sólo abre el maldito
regalo! —grita alguien al otro lado de la sala.
—Jesús, hombre, ¿envolviste eso tan difícil? —pregunta Caleb con la boca llena.
—Cállate. Es navidad.
—¡¡Nada de hablar con la boca llena! —le grita mi madre y Stacy y yo nos sonreímos.
Sí, esto es una navidad de la familia Montgomery.
—Ábrelo —susurro. Arranca el papel y frunce el ceño al ver la caja azul de Tiffany.
—¿Tiffany? —pregunta.
—Sí, lo tiene —murmura Stacy y abre la caja. Dentro hay una cadena de plata con un
colgante en forma de corazón. Lo saca y sonríe nuevamente.
—Dale la vuelta.
—¿Qué es esto?
—¿Qué es? —pregunta Samantha. Las chicas están estirando sus cuellos para ver.
—Es la huella digital de Sophie. —Los ojos castaños de Stacy llenos de lágrimas,
encuentran los míos.
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—¿Esta es su huella digital?
—Sí, pensé que te gustaría tener siempre un pedazo de ella contigo, aunque ella no
estuviera presente. —Me encojo de hombros, sintiendo que fui un bobo, pero ella me
da esa sonrisa amplia y especial y sé que la adoro.
—Aquí, Stace. —Nat le entrega a Stacy una caja envuelta en plata con un lazo azul. Es
del tamaño de una caja de camisa.
—No, no lo trajimos. —Está inquieta, no me mira a los ojos y de repente, estoy muy
nervioso.
—Tal vez deberíamos esperar hasta estar solos nosotros dos en la casa.
—¡Oh no! —gritan Caleb y Luke juntos. Hay gemidos y abucheos y ella se estremece y
mira hacia atrás, hacia mí, mordiendo el labio inferior.
—Oye. —Toco su rostro con mis manos y le sonrío a esta increíble mujer, que he
tenido la suerte de llamar mía.
—Está todo bien. Sea lo que fuera, te voy amar. —Traga en seco y susurra tan bajo que
apenas la oigo.
—Espero que sí. —Me entrega la caja y, porque soy un experto, comienzo a
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Es una foto en blanco y negro de Sophie. Está sentada en un piso de madera con luces
de Navidad todo a su alrededor. Tiene un gorro de Papá Noel que le va un poco
demasiado grande. Sus grandes ojos están riendo alegremente hacia la cámara. Pero
apoyada a su lado, hay una hoja de papel con estas palabras: Voy a ser hermana mayor.
¡Feliz navidad!
Mis ojos regresan a Stacy y ella tiene lágrimas corriendo por el rostro.
—Pero…
—¿Es esto…? —No logro terminar mi pregunta, antes de que ella asienta
frenéticamente.
—Sí.
—Oh mi Dios. —Miro a nuestra familia, mirándonos con una mezcla de curiosidad y
admiración. Brynna está llorando, claro que ya lo sabía, y Natalie está frotando su
propio vientre serenamente.
—¡Santa mierda, voy a buscar más cerveza! —Alguien corre hacia la cocina para la
cerveza de conmemoración y todos los demás se juntan alrededor de nosotros,
dándonos abrazos, palmeando mi espalda. Es un desenfoque de sonrisas y lágrimas, de
manos y abrazos.
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Finalmente mi esposa está de nuevo entre mis brazos y estoy besándola con todo lo
que tengo dentro de mí. Jules no se atreve a decir nada sobre esta demostración pública
de afecto. Me alejo y limpio sus lágrimas con los pulgares. Mi Dios, después de todos
estos años de oración esperando y tratando con tanta dificultad de tener nuestro hijo y
cuando tenemos a nuestra niña, viene otro con tanta facilidad.
Fin
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Próximo Libro
Serie With Me In Seattle
2- Fight With Me
Jules Montgomery está muy ocupada y contenta con su
vida para preocuparse con un hombre, especialmente
uno como Nate McKenna. Crecer con cuatro hermanos le
enseño algunas cosas, ella sabe que debe mantenerse
alejada de hombres sexys con tatuajes y motocicleta. Eso
vale el doble si él es tu jefe. Durante una noche increíble
que compartieron, el violo la política de
confraternización en el trabajo… entre otras cosas, y eso
no va a pasar nuevamente. Jules no va a arriesgar su
carrera por causa de un sexo alucinante, no importa lo
mucho que su cuerpo y su maldito corazón quieran
discutirlo.
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Sobre la Autora
Kristen es autora de la Amazonia y EE.UU. Hoy tiene
superventas en la serie Seattle. Ella tiene una pasión por una
buena historia de amor y personajes fuertes que aman el humor
y tienen un fuerte sentido de la lealtad y la familia. Sus hombres
son del tipo alfa, ferozmente protector y un poco mandon, y sus
damas son divertidas, fuertes, y no tienen miedo de ponerse de
pie por sí mismas.
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Staff
Moderadora de Traducción:
Edel
Grupo de Traducción:
blanca20011983
Edel
lizels
Sttefanye
Moderadora de Corrección:
Leluli
Grupo de Corrección:
Angeles Rangel
Eneritz
francatemartu
lsgab38
yayitaalen
Revisión Final:
Ivi04
Diseño:
Página 99
Edel
Traducido, corregido y diseñado en...
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