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CAPITULO IV

ANALISIS JURISPRUDENCIAL DEL AMPARO CONTRA RESOLUCIONES JUDICIALES

4.1. EJECUTORIAS ANTES DE LA EMISION DEL CODIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL Y LA


SENTENCIA Nº 3179-2004-AA/TC HUAMANGA – APOLONIA CCOLLCCA PONCE.

En principio, con la legislación anterior (Ley Nº 25398) antes que se promulgue el Código
Procesal Constitucional, se tenía una idea consistente de que para interponer un proceso
constitucional de amparo, era en el momento cuando se violentan derechos relacionados
con la tutela judicial efectiva que comprenden: 1) el acceso a la justicia y 2) el debido
proceso; es decir, estos fueron los límites fijados, ya que de sobrepasar estos límites
significaría una intromisión en las funciones judiciales por parte del Tribunal Constitucional
el mismo que colisionaría con la distribución de funciones realizada por la Constitución
Política del Estado. Daría la impresión que nos encontramos frente a una cuarta instancia.

Bueno, sobre el punto, se debe advertir que el Tribunal Constitucional ha señalado que “NO
PROCEDE AMPARO CONTRA RESOLUCIONES JUDICIALES, EMANADAS EN UN PROCESO
REGULAR”, lo que nos da a entender que sí procede el proceso de amparo contra
resoluciones judiciales emanadas de un proceso “irregular”, sin embargo, la jurisprudencia
clásica entendía que el proceso era irregular cuando se violentaba el debido proceso.

En este contexto, es graficante la sentencia del Tribunal Constitucional emitida en el Exp.


3283-2003-AA/TC Junín, Caso Taj Mahal Discoteque y otra, pues, cuando el TC aborda el
concepto de irregularidad nos dice: …”La irregularidad necesariamente tiene que SER DE
NATURALEZA PROCESAL; no comporta un cuestionamiento del fondo del asunto.”…
Concluyendo una vez más que la posición clásica no admitía la posibilidad de un
cuestionamiento del fondo del asunto en cualquier situación.

Posteriormente, con la emisión del Código Procesal Constitucional que rige a partir del 01
de Diciembre de 2004, en su artículo 4º respecto de resoluciones judiciales, ha señalado
…”El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto
agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido
proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó consentir la resolución que dice
afectarlo. El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.

Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que
se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccional, a
probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancia en el proceso a no ser desviado
de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de los previstos
por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a los medios
impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación
adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del
principio de legalidad procesal penal.”

Una vez más el Código Procesal Constitucional señala que sólo se admite este proceso
cuando se ha violentado la TUTELA PROCESAL EFECTIVA, que comprende el acceso a la
justicia y el debido proceso, más no se refiere al contenido material de las resoluciones o
la revisión de los medios probatorios. Estos conceptos se han repetido en el Exp. STC 5374-
2005-PA/TC, específicamente en el segundo párrafo del fundamento 6 que dice: “Ello, sin
lugar a dudas, no implica que el amparo pueda ser considerado como una instancia
adicional para revisar los procesos ordinarios, pues el amparo no puede “controlar” todo lo
resuelto en un proceso ordinario, sino que se encuentra limitado únicamente a verificar si
la autoridad judicial ha actuado con un escrupuloso respeto de los derechos fundamentales
de las partes procesales, por lo que, de constatarse una afectación de esta naturaleza,
deben reponerse las cosas al estado anterior al acto en que se produjo la afectación. En un
proceso de amparo no se controla si una determinada persona ha cometido un delito o si
es válido un contrato de compraventa, entre otros, sino más bien si un procesado ha sido
sancionado con las debidas garantías o si una prueba relevante para la solución del caso ha
sido admitida, entre otros.”

4.2. SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. Nº 3179-2004-AA/TC HUAMANGA


APOLONIA CCOLLCCA PONCE: EL NUEVO CRITERIO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

El Tribunal Constitucional ha afirmado, sin embargo, una noción más amplia del supuesto
en el cual mediante una acción de amparo se puede impugnar una resolución judicial firma
al sostener que esta vía procede cuando en un proceso ordinario se ha violando cualquier
derecho fundamental y no solo los de contenido procesal.

Así, en el fundamento jurídico 20 de esta Sentencia del 18 de Febrero de 2005 el Tribunal


anota: …” la competencia ratione materiae del amparo contra resoluciones judiciales
corresponde a todos y cada uno de los derechos fundamentales que se puedan encontrar
reconocidos, expresa o implícitamente, por la Norma Suprema.”, es decir, no solamente
cuando se ha violentado el debido proceso o el acceso a la justicia.

Los límites del proceso contra resoluciones judiciales son los siguientes:

a) Que no constituya un recurso o remedio adicional para prolongar la discusión del


proceso ordinario.
b) Que se refiera a la estricta tutela de derechos fundamentales.
c) Que no usurpe competencias estrictamente establecidas al Poder Judicial,
especialmente las otorgadas a la Corte Suprema a través de su potestad casatoria.

Por otro lado, de acuerdo al fundamento 23 de esta sentencia, el control constitucional de


las resoluciones judiciales ordinarias, está compuesto por:

a) Examen de razonabilidad.- Por el examen de razonabilidad, el Tribunal


Constitucional debe evaluar si la revisión de todo el proceso judicial ordinario es
relevante para determinar si la resolución judicial que se cuestiona vulnera el
derecho fundamental que está siendo demandado.
b) Examen de coherencia.- El examen de coherencia exige que el Tribunal
Constitucional precise si el acto lesivo del caso concreto se vincula directamente con
el proceso o la decisión judicial que se impugna; de lo contrario no estaría
plenamente justificado el hecho de que el Tribunal efectúe una revisión total del
proceso ordinario, si tal revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio.
c) Examen de suficiencia.- Mediante el examen de suficiencia, el Tribunal
Constitucional debe determinar la intensidad del control constitucional que sea
necesaria para llegar a precisar el límite de la revisión del proceso judicial ordinario,
a fin de cautelar el derecho fundamental demandado.

Lo que significa que la potestad de control debe realizarse de manera restrictiva y mediante
un examen de razonabilidad, coherencia y suficiencia de la resolución judicial.

En este caso, el Tribunal Constitucional ha sido claro de que la motivación efectuada por los
órganos jurisdiccionales, en el mejor de los casos es impertinente, ya que la demandante
“ha precisado que el derecho cuya tutela solicita no es otro que el derecho de propiedad,
derecho sobre el cual, por cierto, ninguna de las instancias de la jurisdicción ordinaria se ha
pronunciado”, es decir, en este caso, tanto la Sala suprema al igual que la Sala Superior que
actuó como primera instancia, vulneró el derecho constitucional al debido proceso en su
dimensión formal, al emitir una resolución vulneratoria de la garantía de motivación de las
resoluciones.

Si bien es cierto, tal como lo anota el profesor Luis Castillo Córdova “Para hablar de respeto
a la garantía de motivación de las resoluciones se requiere hablar, por tanto y entre otras
cosas, de congruencia entre lo solicitado en la demanda y lo decidido por el juez en la
sentencia. Así lo exigen el principio de congruencia el cual “es uno que rige la actividad
procesal, obligando al órgano jurisdiccional a pronunciarse sobre las pretensiones
postuladas por los justiciables. Y es que, en definitiva, “la tutela judicial efectiva (artículo
139, inciso 3), no se limita a garantizar el acceso a la jurisdicción, sino también a que los
Tribunales resuelvan sobre las pretensiones ante ellos formuladas”; sin embargo, en su
valoración final arriba a una afirmación interesante cuando dice: …”no es precisamente
alentador constatar que el Tribunal Constitucional ha carecido de la suficiente capacidad
para darse cuenta de que lo que dice establecer como novedad jurisprudencial, no es más
que el reflejo fiel e inevitable de la llamada dimensión material o sustantiva del debido
proceso, la cual es una vieja afirmación de una de sus consolidadas líneas
jurisprudenciales.”

4.3. FALLOS JURISPRUDENCIALES LUEGO DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL


CONSTITUCIONAL CASO APOLONIA CCOLLCCA PONCE

4.3.1. PROCESOS DE AMPARO QUE FUERON DECLARADOS FUNDADOS

a) En el Expediente Nº 04793-2007-PA/TC – César Augusto Ostolaza Nano contra el Estado


Peruano, se declaró fundado el amparo incoado en un proceso contencioso administrativo
que privó al demandante de su pensión. El amparo denunció la violación al principio de cosa
juzgada, criterio que el TC recogió, corrigiendo la injusta privación que había afectado al
accionante.

b) En el Expediente Nº 00813-2011-PA/TC – Benedicto Berty Vera Sullayme contra la Sala


Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se declaró fundado el
amparo interpuesto contra una resolución judicial dictada por la Corte Suprema de Justicia
de la República al haberse pronunciado una Sala incompetente (el caso debió ser resuelto
por la Sala Constitucional y Social y no por la Sala Civil). Así, se acogió la tesis que la
participación de un juez incompetente viola el principio del juez natural.

c) En el expediente Nº 00037-12 Scotiabank contra la Sala Civil Permanente de la Corte


Suprema de Justicia de la República, se declaró fundado el amparo interpuesto contra una
resolución dictada por la Corte Suprema de Justicia de la República por haber sido resuelta
faltando al deber de debida motivación.

d) En el Expediente Nº 03238-2013-PA/TC – Municipalidad Distrital de Chorrillos contra la


resolución de fojas 228, de fecha 31 de enero de 2013, expedida por la Segunda Sala
Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que declaró infundada la
demanda de autos. En este caso, tanto el Vigésimo Segundo Juzgado Laboral de Lima como
la Primera Sala Laboral de Lima ordenó que la Municipalidad Distrital de Chorrillos abone
S/. 10,000.00 por concepto de costos procesales, sin embargo, tales decisiones judiciales, a
entender del Tribunal, vulnera el derecho a obtener una resolución fundada en derecho
porque el artículo 47º de la Constitución Política del Perú establece que el Estado, del cual
forma parte el gobierno Local, está exonerado del pago de gastos judiciales. Asimismo, el
artículo 413º del Código Procesal Civil dispone que los Gobiernos Regionales y Locales están
exentos de la condena de costas y costos procesales.
e) En el Expediente Nº 00352-2014-PA/TC Lambayeque – Gilberto Gálvez Vásquez contra la
resolución de fojas 202, de fecha 12 de noviembre de 2013, expedida por la Sala
Especializada en Derecho Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque,
que declaró improcedente la demanda de autos. En este caso se ha vulnerado el derecho a
la efectividad de las resoluciones judiciales, contenido en la tutela judicial efectiva.

4.3.2. FALLOS QUE CONFIRMARON SENTENCIAS QUE DECLARARON INFUNDADA LA


DEMANDA DE AMPARO

a) En el Expediente Nº 2866-2008 Puno - Nancy Flores Aquino contra los Vocales de la


Primera Sala Penal e Itinerante de San Román, bajo el argumento de que el proceso
constitucional de amparo tiene como finalidad la protección de los derechos fundamentales
y de la Constitución Política del Estado, y no puede constituirse en una instancia revisora de
lo resuelto por los Jueces ordinarios, pues ello implicaría desnaturalizarlo; por lo , al
advertirse que lo que realmente pretende la impugnante es que se vuelva a emitir un
pronunciamiento sobre los hechos que fueron materia de la instrucción penal resuelta, lo
que no se condice con los fines del amparo.

b) En el Expediente Nº 01689-2014-AA/TC Ica – Juan Jesús Hercilla La Rosa contra la


resolución de fojas 125, expedida por la Primera Sala Civil de Ica, que declaró improcedente
la demanda de autos. En este caso la Sala emplazada ha justificado de modo suficiente la
decisión de declarar improcedente la recusación presentada por el demandante contra el
vocal Luis Gutiérrez Remón, cuenta con una debida motivación y se sustenta, de manera
congruente y suficiente, es decir, no ha lesionado los derechos a un juez imparcial y a la
motivación resolutoria. Por tanto, infundada la demanda.

4.3.3. FALLOS QUE DECLARARON IMPROCEDENTE LA DEMANDA DE AMPARO

a) En el Expediente Nº 03833-2010-PA/TC Ica – María Isabel Palacios Cornejo contra la


Resolución Nº 5, expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Pisco de la Corte Superior
de Justicia de Ica, que, confirmando la apelada declaró improcedente la demanda de autos.
Se aprecia que lo cuestionado en puridad por la recurrente son las decisiones de la justicia
ordinaria que le fueron adversas. Si bien como argumento refiere la violación al debido
proceso y a otros derechos fundamentales, tales afirmaciones no se condicen con la
realidad, debido a que dichas resoluciones han sido emitidas a través de un proceso regular,
no evidenciándose afectación de los derechos fundamentales alegados ni de ningún otro,
razón por el cual no pueden ser revisadas mediante el proceso de amparo.

b) En el Expediente Nº 01942-2013-PA/TC Tacna – Hugo Froilan Ordoñez Salazar contra la


resolución expedida por la Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de Tacna,
de fojas 172, su fecha 12 de noviembre de 2012, que declaró improcedente la demanda de
autos. No se cumple con el presupuesto de la constatación de “un agravio manifiesto” que
comprometa seriamente el contenido protegido de algún derecho de naturaleza
constitucional, ya que vía amparo pretende que el juez constitucional se pronuncie respecto
a materias ajenas a la tutela de derechos fundamentales. En este caso, el órgano
jurisdiccional emplazado confirmó la apelada por considerar que al ser el proceso uno de
acción privada, correspondía el impulso procesal a la parte querellante, no encontrando
sustento el alegado de la supuesta inactividad procesal que se pretendía atribuir al juzgador.
En consecuencia, no se aprecia que los hechos cuestionados incidan sobre el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos reclamados, por lo que la demanda se
declara Improcedente en virtud del artículo 5 numeral 1 del Código Procesal Constitucional.

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