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La música colonial en la iberoamérica néo-colonial *

Leonardo Waisman
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“Festival de música barroca americana”, las publicaciones científicas, se


“Simposio sobre la música colonial”, producen múltiples grabaciones (desde
“Música del pasado de América”, las muy caseras hasta las que ganan
“Nuestras raíces musicales”… el Diapason d’or). La música colonial
Los eventos y productos relacionados está definitivamente entre nosotros.
con la música de Iberoamérica bajo el ¿Por qué, para qué y bajo qué
dominio español se han multiplicado. condiciones ha regresado?
Se suceden y hasta se superponen los El presente trabajo es sólo un intento
congresos, conciertos y festivales, se de comenzar una reflexión sobre estas
acumulan los artículos periodísticos y preguntas.

Los nacionalismos y la apropiación. El “estilo americano”


Un primer punto que se presenta a la ciudades despuntan el vicio de tocar
consideración es el de la apropiación del un instrumento o cantar.
repertorio como patrimonio cultural
de los distintos países americanos. En países como la Argentina, se trata
Esto se observa a varios niveles: desde de la apetencia por inventarnos un
los estados nacionales, gobiernos de pasado que la generación del ’80 nos
provincia y ayuntamientos, quitó; en otros, como Perú o sobre
cuyos ministerios o agencias de cultura todo México, de justificar el orgullo por
se apresuran a nacionalizar al repertorio su pretérito esplendor barroco.
y especialmente a los compositores de No es coincidencia que en los primeros
villancicos y motetes, pasando por el se hable siempre de “música colonial”,
periodismo, eternamente declamatorio mientras que en los segundos es
y localista en cuestiones culturales, mucho más generalizada la expresión
y terminando por la miríada de coros “música virreinal”. Es que los ciudadanos
vocacionales y conjuntos de de las capitales virreinales se creían
“música antigua” en la que los centro de algo, mientras que los
aficionados de nuestros pueblos y habitantes del Cono Sur (con algunas

* Me permito incluir en este ensayo varios párrafos tomados de trabajos míos anteriores, sólo disponibles
en publicaciones de muy restringida circulación…

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porteñas excepciones) siempre fuimos argentinos durante la dominación


conscientes de nuestra condición hispánica” 1; más recientemente,
periférica. Waldemar Axel Roldán escribe una
“Música colonial en la Argentina”. 2 La
En lo que sigue, me centraré en mi país, noción implícita es que la vida musical
Argentina, por obvias razones de en la Argentina de hoy, relativamente
conocimiento local; sin embargo sería unificada por un mercado centralizado
perfectamente posible hacer centro y por pautas socioculturales que
en Bolivia, Colombia, o Guatemala. compartimos y que a la vez nos
De una u otra manera, la música diferencian de otros países, es ese
iberoamericana de los siglos XVI al XVIII mismo sujeto –por supuesto, crecido y
es utilizada para promover un sentido modernizado (hoy quizás
de identidad nacional dándonos la idea posmodernizado) .
de que nuestro estado-nación tiene
profundidad histórica. Los libros sobre No estoy por sugerir que esa
“Historia de la Música Argentina” continuidad es falsa –por el contrario,
–bien escasos, por cierto– luego de un creo que en lo que hace a la música y
fugaz recorrido por las culturas en especial con referencia al interior del
musicales aborígenes, dedican uno país, la Revolución de Mayo no significó
o varios capítulos a la música bajo el un cambio sustancial. Sí quiero destacar
dominio español. Siguiendo la la inexistencia de una cultura musical
“evolución” histórica, los autores nos “argentina” antes, por lo menos, de
conducen al romanticismo del siglo XIX Caseros y Pavón. O por lo menos, la
y a la música académica del siglo pasado. imposibilidad, en el estado actual de los
conocimientos, de postularla.
Se desprende de esta manera de
conducir la intriga de la narración • La diferencia entre ciudades y misiones •
histórica que hay un sujeto, llamado Nuestros textos de historia se
“música argentina”, que nació en la engalanan con la narración de los
colonia (o quizás antes, en las diversas esplendores de la vida musical en las
tribus indígenas), se desarrolló después reducciones jesuíticas, algunas de las
de la independencia, y floreció en el cuales estaban en territorios
siglo XX. Así un trabajo fundamental actualmente argentinos. Pocas páginas,
del padre Guillermo Furlong, publicado en cambio, alcanzan para dar cuenta de
en 1944 , se titulaba “Músicos la actividad musical en nuestras

1 Buenos Aires: Huarpes


2 Buenos Aires: El Ateneo, 1987. Ver también la Enciclopedia de la música argentina, de Rodolfo Arizaga
(Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 1971), cuyo “Índice cronológico” comienza, sin comentario
alguno sobre su pertinencia, con los misioneros músicos de los siglos XVII y XVIII.

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ciudades de españoles y criollos. Por esto, y quizás por el poco énfasis


De hecho, es muy problemático hablar en la enseñanza musical de los jesuitas
de ambos contextos bajo el común españoles, la cultura musical creada en
denominador de “música argentina las reducciones por el trabajo en
durante la colonia”. Sin entrar al tema, común de sacerdotes e indígenas tenía
tan debatido en los últimos años, de la raíces ítalo-germánicas. La música
existencia o inexistencia de un concepto instrumental tenía un amplio desarrollo;
de “Argentina” antes del siglo XIX, es en lo vocal se ejecutaban motetes y
preciso señalar que los pueblos misas en los estilos modernos
jesuíticos formaban un complejo europeos, con uso del ritornello y el
segregado, y de importancia concertato, aprovechamiento del
demográfica comparable, frente a la contraste entre solos y tutti,
red de ciudades coloniales. 3 lenguajes tonales o cuasi tonales, ritmos
Quizás la acusación de que formaban motóricos y texturas bipolares. La vida
“un estado dentro del estado” sea musical era muy intensa, puntuando la
infundada, pero lo cierto es que sus rutina diaria con “conciertos” en las
prácticas musicales tenían muy pocos iglesias, en las plazas, en las marchas
puntos de relación con las del resto del hacia y desde los campos. Las fiestas
virreinato bajo cuya jurisdicción del santoral y del propio del tiempo
estaban. Los esporádicos contactos eran ocasiones de grandes festejos, que
(visitas de obispos a las reducciones, incluían danzas, música vocal e
visitas de conjuntos indígenas a instrumental, y piezas dramáticas
Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires) musicalizadas. Sólo en el caso de las
sólo servían para destacar las danzas parece haber habido una
diferencias entre ambos mundos. participación apreciable de la tradición
española. El canto gregoriano casi no
La gran mayoría de los misioneros de la parece haber sido empleado.
provincia jesuítica del Paraguay,
dado el escaso número de sacerdotes Mientras tanto, la actividad musical que
que podían suministrar las ciudades se puede documentar en las ciudades
propias, debían ser reclutados en del futuro territorio argentino se
Europa (con una gran incidencia de las refiere sobre todo a las raíces
provincias italianas y germánicas). 4 españolas de lo que luego llamaríamos

3 Resulta difícil acceder a datos demográficos confiables, pero tomando cifras publicadas por Mörner,
llegaríamos a las siguientes cifras para ca 1680 : Ciudades del Tucumán y Río de la Plata, unos 3000
vecinos blancos (= 10 a 15 mil habitantes) y 13.000 indios. Misiones del Río de la Plata, casi 50.000
habitantes. Magnus Mörner, Actividades políticas y económicas de los jesuitas en el Río de la Plata, trad.
Dora D. de Halperin (Buenos Aires: Hyspamerica, 1985), pp. 145-48.
4 David Block, Mission Culture in the Upper Amazon (Lincoln y Londres: Univ. of Nebraska Press, 1994),
p. 106

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folklore. El canto con guitarras y arpas Cuyo y especialmente la zona del


en casas urbanas y en las pulperías de Río de la Plata eran zonas alejadas y
la campaña forman la mayor masa de periféricas del imperio español,
datos, dentro de la exigua información la herencia cultural de los blancos que
disponible. 5 Por lo que hace a la música vivían en ellas era la misma que la
“académica”, en el siglo XVII sólo de las regiones centrales. La música,
contábamos con la capilla de música en particular, tiene que haber estado
del obispado de Tucumán (en Santiago basada en las mismas pautas:
del Estero) y algún conjunto de negros predominio de lo vocal y lo religioso,
esclavos en los colegios de la Compañía. abundante práctica del canto llano,
En el Siglo XVIII la capilla del obispado uso de los estilos y géneros del barroco
se traslada a Córdoba, donde español para la polifonía: villancicos de
aparentemente deja de funcionar; 6 sabor popular en castellano, salmos y
al mismo tiempo va apareciendo alguna antífonas en latín en stile antico o con
actividad musical, religiosa y profana, en persistencia de los rasgos del barroco
Buenos Aires. Aunque carecemos de temprano hasta bien entrado el siglo
datos fehacientes, es de suponer que la XVIII. En resumen: no existía en las
música que se cultivaba seguía, ciudades de la actual Argentina una
como en las demás ciudades de cultura musical diferenciada, sino la
América, las tradiciones musicales del misma del resto de Iberoamérica.
barroco español. El trasvasamiento de Por consiguiente, la empresa de inventar
tradiciones musicales que podría la “música colonial argentina” se ve
haberse producido entre reducciones y dificultada doblemente:
ciudades como resultado de la presencia 1) por un lado, la fractura entre dos
de colegios jesuíticos en éstas últimas complejos musicales (reducciones y
no se dio, ya que los españoles no se ciudades) dentro del territorio
molestaban en aprender música 2) por otro, la falta de diferenciación
(o al menos, la música que los jesuitas de la música de las ciudades con
les querían enseñar). 7 respecto a los “países” vecinos.

Este aspecto merece un breve Si la apropiación nacional de la música


desarrollo. Aunque el Tucumán, colonial es problemática, el tema de la

5 Ver por ejemplo, Guillermo Furlong, Músicos argentinos, pp. 124-35


6 Bernardo Illari, “La música que, sin embargo, fue: La capilla musical del obispado del Tucumán (Siglo
XVII)”, Revista Argentina de Musicología I (1996): 17-54; 36.
7 “Dije EN CASI TODAS LAS LINEAS, para exceptuar una cosa, en que… los Jesuitas no han podido
pegar (por decirlo así) o propagar este contagio artista a los habitantes de las Ciudades, y es […]en
la Música tanto instrumental, como vocal. O fuese por poco gusto y afición a la Música, o fuese por la
inercia y desaplicación de los Seculares a ella, fuese por la dificultad en aprenderla y que no tenían pecho
y constancia para superarla; el hecho es que la Música estaba como estancada en nuestros Colegios”.
Furlong : Francisco J. Miranda y su Sinopsis (1772), Buenos Aires: Ediciones Theoria, 1963, p. 71.

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identidad podría transferirse a nivel conocimientos sobre esa área va


continental o subcontinental. haciendo cada vez más patente la
Es esto lo que vienen intentado desde filiación hispánica de los repertorios
hace tiempo algunos musicólogos, coloniales americanos. Un lugar común
acuñando términos como “barroco de hace unos años, el supuesto afro-
musical americano”, o “dieciochesco americanismo de los villancicos de
americano” 8. Desgraciadamente, negros 9, con su dialecto particular y sus
la mera postulación de una identidad endiablados ritmos, debe ser descartado
diferente no es suficiente para su de plano en vista de las numerosos
demostración. La mayoría de los ejemplos de esta especie en la
discursos que se refieren al tema se península. Los imaginarios “ritmos
queda en la sola petición de principios. indígenas” de canciones polifónicas
Y hasta ahora, los ensayos que sí mejicanas de alrededor de 1600 10 se
intentaron demostrarla, adolecieron de encuentran en cientos de chanzonetas
dos fallas insalvables: españolas de la época. En resumen,
1) el desconocimiento de la música los estilos compositivos cultivados en la
española contemporánea, y América española no se pueden
2) una concepción ochocentista de lo distinguir, en el estado actual de
que es la música, focalizada nuestros conocimientos, de los de la
únicamente en el aspecto España europea. Por otra parte,
compositivo. ¿cómo podrían distinguirse, si la
inmensa mayoría de los compositores
Con respecto a lo primero, la culpa del “americanos” eran nacidos en la
desconocimiento no es exclusiva de los península, formados en sus escuelas
investigadores americanos: el barroco y catedralicias, y emigrados a Nuevo
clasicismo español han sido ignorados Mundo ya adultos? ¿Cómo podrían los
por la musicología en general, pocos maestros de capilla criollos
de manera que para conocerlos es desarrollar un estilo de composición
necesario acudir a manuscritos y “americano” si adquirían todos sus
fuentes antiguas, que no están conocimientos musicales estudiando
fácilmente al alcance de todos. con esos maestros emigrados?
Pero el lento avance de nuestros Y profundizando un poco: ¿hasta qué

8 Alain Pacquier, Les chemins du baroque dans le Nouveau Monde ([Paris?]: Fayard, 1996), p. 17 ; Zoila
Gómez y Victoria Eli, Música latinoamericana y caribeña (La Habana: Pueblo y Educación, 1995) , p. 72 ;
Carlos Seoane y Andrés Eichmann, Lírica colonial boliviana (La Paz: Quipus, 1993), p. 18.
9 Esta afirmación es común sobre todo en folletos de discos y comentarios de conciertos, pero se tras-
papela a trabajos “académicos”, como el de Gerard Béhague, La música en América Latina (Caracas:
Monte Ávila, 1983), p. 43.
10 Por ejemplo, en Dieter Lenhoff, Espada y pentagrama: La música polifónica en la Guatemala del Siglo XVI
(Guatemala: Universidad Rafael Landívar, 1986), p. 83.

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punto podría concebir una identidad En cuanto a lo segundo, sólo deseo


propia una sociedad que necesitaba señalar la viabilidad de definir una
representarse como “española” para identidad propia para la música colonial
diferenciarse de los pueblos y razas americana a través de las prácticas de
sometidos? Los centros de creación ejecución. Si las partituras españolas-
musical estaban precisamente en las europeas y españolas-americanas son
zonas donde la presencia indígena era semejantes, sin duda su realización en
más fuerte, donde el sistema de castas vivo era diferente, y su significado para
era más necesario para el los oyentes, también. Pero la exclusiva
mantenimiento de un orden jerárquico; focalización de la cultura occidental de
sólo a lo largo del Siglo XVIII, bajo la los últimos 200 años en la partitura
influencia del iluminismo, con el auge como alfa y omega de la música ha
del contrabando inglés, y especialmente impedido la consideración seria de
en regiones con menor población india estos aspectos.
como Buenos Aires, surgió una fuerte
oposición ideológica entre españoles y
criollos blancos.

Patrimonio de quién? El discurso social de la música


Ahora bien, la apropiación del para demostrar esta postura, aunque
patrimonio musical por parte de las nunca se examinan en detalle sus
naciones modernas no tiene un sentido contenidos y contradicciones.
unívoco; antes bien, está signado por
contradicciones y por una pugna aún Durante mucho tiempo reducidos a
no resuelta. Por un lado, están los una poco efectiva declaración de
eternos hispanófilos, herederos de la principios en reductos ideológicos
reacción anti-iluminista y aislados, estos sectores han vuelto a
contrarrevolucionaria del siglo XIX, ganar visibilidad y poder en la lucha por
los que hablan de la esencia católica de el control de los bienes culturales
España y su legado espiritual en el gracias a la ola de inversiones españolas
Nuevo Mundo. La música colonial, en Iberoamérica, vista por algunos
para ellos, es un testimonio del como el comienzo de un retorno al
enraizamiento de nuestro “ser nacional” paraíso colonial. Aunque la España de
en el pasado colonial, especie de edad hoy no es la de los Austrias y los
de oro cuyos valores debemos Borbones –que bajo Franco se había
preservar –o más bien recuperar, mantenido muy viva– en la península
frente a la invasión de McDonald’s y los hay sectores de poder, con mucha
shopping centers. El carácter religioso injerencia en las actividades culturales,
de la mayor parte del repertorio se que siguen considerando a nuestras
convierte en un excelente argumento tierras como el patio trasero del reino.

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Bajo la cobertura de programas apropiación del patrimonio musical de


financiados por empresas como las reducciones de Chiquitos por parte
Repsol-YPF, se adueñan simbólicamente de los sectores blancos y mestizos de
de la música americana, intervienen sin Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.
controles apropiados en archivos e Misioneros e indígenas dieron forma a
instrumentos. El acceso a esos bienes este repertorio en el siglo XVIII.
les es otorgado gracias al doble prestigio Durante casi dos siglos fueron
de que gozan hoy: representan al exclusivamente los indígenas
mismo tiempo al poder espiritual de chiquitanos los que lo mantuvieron
“la hispanidad” y al poder económico vivo, transmitiéndolo por vías orales y
de las empresas multinacionales. escritas de generación en generación
en medio de las más terribles
Por otra parte, la música colonial circula catástrofes. La tradición musical se
hoy con intensidad dentro del circuito convirtió en símbolo de la resistencia
de lo que un amigo designó como de los chiquitanos frente a la sociedad
“psicobolchismo andino” – nacional que los explotaba, diezmaba y
fundamentalmente coros universitarios destruía sus instituciones. En los últimos
y conjuntos musicales vocacionales. años, sin embargo, el auge de la música
Jóvenes, eternamente revolucionarios colonial ha hecho que los herederos de
en sus consignas, siempre a favor de las los explotadores se proclamen ahora
masas populares y la cultura dueños del patrimonio musical de los
latinoamericana, en contra de las elites explotados y lo utilicen como base de
dirigentes, las multinacionales y la su estrategia para promover el turismo
cultura globalizada, los integrantes de hacia la zona. Los nombres de los
este complejo se nutren hoy de la maestros de capilla indígenas que
música colonial como complemento consolidaron el repertorio (Julián
“culto” de la ya algo debilitada “savia Arayuru, Tomás Poñés, Pablo Surubis,
mineral” que libaban del folklore Ignacio Yaibona) son puntillosamente
americano. La interpretación de la ignorados, pero en todos los programas
música colonial, en este caso, acentúa aparece el del alcalde o prefecto de
los elementos populares, ignora los turno.
contenidos religiosos, y cree en la
originalidad americana del producto. Un ultimo apartado con respecto al
usufructo patrimonial de la música
Además de este enfrentamiento colonial: los países americanos,
ideológico por el control de los inexistentes como naciones durante
significados, existen conflictos esos siglos, se disputan ahora la
localizados de carácter clasista o racial. propiedad de algunos compositores,
Uno de ellos que conozco a quienes se quiere reverenciar como
personalmente, es el intento de próceres de la cultura nacional.

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Domenico Zipoli es reclamado como Argentina, a las que se agregó después


connacional por Paraguay, Argentina, de la muerte del compositor,
Bolivia, además de Italia, donde nació. 11 un territorio actualmente boliviano).
Su actividad como compositor, Nada podía estar más lejos de los
de hecho, poco tenía que ver con las pensamientos del joven y malogrado
actuales fronteras: nació en Prato estudiante jesuita, muerto a los
(Toscana), vivió sus últimos años en 38 años, que la identificación con alguna
Córdoba, la música que escribió aquí parte de estos dispersos territorios
fue probablemente compuesta para su como naciones. Si existe un grupo que
ejecución en diversas misiones de la puede reclamar a Zipoli como suyo, no
Provincia Jesuítica del Paraguay cabe duda que éste es la muy
(actuales Brasil, Paraguay, Uruguay, internacional Compañía de Jesús.

La etiqueta de música antigua y la interpretación 12


Desde hace unos años, existen aparición en su fase moderna
conjuntos americanos que están en la primera mitad del siglo XX,
rescatando el repertorio colonial. propugnando la reanimación de la
Con mayor trascendencia, se han música medieval y renacentista.
formado en Europa grupos con mayoría A poco de andar, engloba también al
de integrantes americanos en el exilio, período barroco, hasta Juan Sebastián
que también lo abordan. Se trata, Bach. En los años 70, fagocita también
en casi todos los casos, de músicos a Mozart y Haydn, y en los últimos
inicialmente dedicados a la música 15 años ha invadido buena parte del
antigua europea, que aplican sin más repertorio tradicional de concierto del
los cánones del Viejo Mundo al Nuevo. siglo XIX. Nuestra música colonial
La difusión de estos productos es aún también está siendo engullida por este
relativamente débil, pero hay signos de movimiento, transformado en un
que estamos presenciando la lenta aparato productor y consumidor de
pero inexorable incorporación de música dentro de una industria cultural
nuestra música al mercado mundial, a globalizada. Se trata de un producto
través del lente del movimiento de especialmente apto para su
recuperación de la música antigua, aprovechamiento por parte de este
la llamada early music. Este movimiento, complejo, ya que reúne muchos de
cuyos antecedentes se remontan al los requisitos de una mercancía
menos hasta el siglo XVI, hace su comercializable por las instituciones de

11 Idea planteada inicialmente por Bernardo Illari, que planea un libro sobre el compositor.
12 Este apartado incluye algunos párrafos de mi “The challenge of mission music at the turn of the twenti-
eth century”, Latin American Music. An encyclopedic history of musics from South America, Central America,
Mexico, and the Caribbean, editado por Malena Kuss. New York: Schirmer Books – The Gale Group,
2 vols., en prensa.

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la early music : constituye una novedad catedrales americanas, sobre todo


para el público actual, es exótica, suena en la ejecución de instrumentos. 13
al mismo tiempo agradablemente A mi entender es probable que el
familiar e interesantemente distinta. sonido producido por esas orquestas
y coros haya sido netamente distinto al
Ahora bien, el enorme crecimiento de la europeo. Si, como sabemos,
early music ha traído aparejada una la pronunciación de los indígenas que
estandarización en las prácticas de hablaban castellano era idiosincrásica y
ejecución que se consideran históricas. “defectuosa”, no hay duda que su canto
Partiendo de datos recabados en los también lo era, y es probable que lo
llamados países centrales (Italia, Francia, mismo ocurriera con su ejecución
Alemania), y sin duda obedeciendo instrumental, influida por aspectos de
también a las preferencias estéticas las culturas aborígenes. Es este un tema
de los mismos, ha creado una serie difícil de investigar e imposible de
de convenciones de ejecución “correcta” resolver a total satisfacción, pero que
que se aplican todo lo que cae bajo su puede desarrollarse a través de una
maquinaria, incluyendo, por supuesto, la cuidadosa lectura de textos relacionada
música española y la música colonial. con una observación etnomusicológica
de prácticas aún vigentes.
El escaso desarrollo de este movimiento Con respecto a la música de las
y de la musicología en España, reducciones, he dado algunos pasos
y el poder mediático de la early music en ese sentido en un estudio publicado
han impedido hasta ahora la el año pasado, constatando la falta de
formulación de pautas específicas base histórica de las interpretaciones
para la ejecución de la música barroca que oímos hoy en conciertos y
española: más allá de algunos grabaciones. 14 Combinando el tema
pintoresquismos, y a pesar de de la apropiación nacional con el de las
la abundante información al respecto pautas de interpretación, sugería allí
que se puede encontrar en las fuentes, que “la imagen que resume el pasado
se la toca y canta como si fuera italiana. nacional está siendo sonorizada…
En América, además, la participación con pautas exclusivamente europeas y
indígena fue importante desde un hasta anti-americanas”.
principio en los conjuntos de las

13 Leonardo J. Waisman, “La América española: proyecto y resistencia”, Música en la época de Felipe II,
editado por John Griffiths y Javier Suárez Pajares. Madrid: Instituto Complutense de Ciencias Musicales,
en preparación
14 Leonardo J. Waisman, “La música de las misiones jesuíticas y su difusión actual”, Boletín Música – Casa
de las Américas (La Habana) Nueva Época, nº 3 (2000): 24-37.

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Los conceptos de “obra” y “autor”; la audición en concierto.


¿Qué hay del status estético La función de la obra de arte, en tanto
de la música colonial? Algunos arte, es ser contemplada (escuchada,
investigadores creen necesario incluir en el caso de la música). No importa
una disculpa al introducir este que se haya originado como respuesta
repertorio. Algo al estilo de a una necesidad de culto religioso,
“No espere el lector encontrar en esta de glorificación personal, de proveer un
antología obras análogas a las de Bach acompañamiento para otra actividad:
o Händel…” Implícita en este descargo al designarla como obra, la objetivamos
está la suposición de que la unidad como un objeto de contemplación
fundamental de la música son “obras”, estética. El concepto también supone
y que las de la América colonial son un proceso de creación finito: una obra
comparables (aunque sea en es un objeto acabado, listo para que
detrimento suyo) con las de los un destinatario la observe, la evalúe,
“grandes autores”. La ejecución actual la admire.” 16 Para música anterior a
de esas músicas en concierto o a través 1750 o 1800, la palabra sólo es aplicable
de grabaciones, compartiendo espacios a repertorios cuyo contexto de creación
y tiempos con las de los compositores y evaluación puede específicamente
europeos consagrados, fomenta esa justificar estos presupuestos
conceptualización. También las aproxima (por ejemplo, la música de un Josquin,
a esa especie de museo musical que es un Monteverdi, un Bach). No es éste
el repertorio de concierto el hecho de el caso de la práctica musical
que unas pocas de los cientos de piezas iberoamericana de los siglos XVI a
disponibles se van convirtiendo en XVIII. Aunque “de ambos lados del
“caballitos de batalla”, a la manera, Atlántico la música estaba situada en la
digamos, de la Danza Húngara encrucijada de diversas prácticas
nº 5 de Brahms. (liturgia, vida social, política,
instituciones religiosas y seculares, etc.),
Ahora bien, el concepto de “obra pero sólo en su orilla nor-oriental
musical”, tal como lo usamos hoy, estaban ampliamente desarrolladas
es un producto histórico, en rigor sólo las instituciones (academias, periódicos,
aplicable a la música académica conservatorios) y los discursos
compuesta durante su vigencia (filosóficos y críticos) que pueden
(siglos XIX y XX). 15 Implica “una serie sostener esa visión tan particular, tan
de presuposiciones de orden funcional, peculiar a la cultura europea moderna,
genético y sobre todo estético. que es considerar la música bajo el

15 Lydia Goehr, The Imaginary Museum of Musical Works (Oxford: Oxford University Press, 1992).
16 “¿Cómo escuchar la música colonial latinoamericana? ”, Música e investigación. Revista del Instituto Nacional
de Musicología “Carlos Vega” 2 ( 1998), 99 -107.

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punto de vista de las “obras”. Aquende En suma, la inserción de las músicas


los mares, la práctica musical está coloniales en el aparato cultural de hoy,
mucho más atrapada en la red de las condicionada por la matriz
otras prácticas; estimarla como un socioeconómica e ideológica actual,
discurso fundamentalmente autónomo invita a una audición en términos de
es un espejismo. En vano buscaremos una estética de expresión personal, de
en un villancico de Sucre o Quito 17 perfección y sutileza formal, las carga
el equilibrio formal: una retahíla de significados que poco conducen a
interminable de estrofas cortas se unen una buena apreciación de ese
a un estribillo relativamente breve. patrimonio, y sirve de pretexto para el
Menos respuestas aún encontraremos neocolonialismo cultural.
si intentamos explicar una letanía de las
misiones jesuíticas en términos de Si los que trabajamos por su
estructura tonal elaborada, recuperación y difusión tenemos en
proporcionada y ordenada según nuestro haber algunos logros, como
cánones estéticos. Las determinantes • el haber despertado cierto interés
de la escritura musical en ellas son de por un repertorio americano,
otro orden.” 18 • contribuir a extender nuestro
pasado más allá del corte de la
Una obra, además, según el concepto revoluciones independentistas, y
moderno, tiene un autor. La búsqueda • haber agregado al repertorio de
del genio creador dentro del repertorio concierto alguna buena música,
americano colonial es una empresa en nuestro “debe” tenemos que
en la que se han enrolado casi todos anotar:
los que se han ocupado de él. En los • la inmensa mayoría de música aún
archivos están sepultadas cientos de sin sacar del archivo.
horas de músicas muy interesantes y • el desarrollo de prácticas de
atractivas, cuyo único pecado –que les ejecución adecuadas, aprovechando
impide ser publicadas y ejecutadas las tradiciones orales
hoy– es el de carecer del nombre del • el planteamiento de un discurso
compositor. Y sin embargo, los jesuitas social apropiado a sus orígenes y
que compilaron lo que hoy es el características, y
Archivo Musical de Chiquitos se • la reflexión sobre condiciones y
cuidaron de que casi no quedaran significados de su inserción en el
rastros de los nombres de los autores mercado cultural.
de esa música.

17 La situación no es muy diferente en España, lo que nos hace dudar sobre la aplicabilidad de la estética
“europea” también allí.
18 Ibid.

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