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Vamos a estudiar a continuación una de las debilidades del alma que más afecta a las personas en la actualidad, esta es la
IRA Y EL ENOJO.
Creo que este tema es muy, pero que muy actual, porque vivimos en un tiempo y en una sociedad, donde es muy común ver
a las personas enojadas, con ira, peleando por todo y usando como cosa normal un lenguaje brusco, lleno de palabrotas y
ausente de amabilidad, personas amargadas, enfadadas con todo el que pasa por su lado, enojadas con la vida misma;
pero, no sólo que las vemos, sino que… ¿Cuántos de nosotros nos hemos enojado y airado alguna vez?… Creo que si
somos sinceros tenemos que contestar…Todos.
¿Qué es la ira? La ira es una emoción compuesta por un conjunto de sentimientos negativos, que puede conllevar a actos
de violencia.
¿Qué es el enojo? El enojo es una alteración anímica que genera irritación, rabia y/o afán de revancha o venganza.
La ira es un problema que afecta a toda la humanidad donde quieras que tú vayas, encontrarás personas que están llenas
de ira o enojo.
II. CAUSAS DE LA IRA Y EL ENOJO. Aunque te parezca raro, la ira y el enojo tienen sus causas
A. Internas:
Sucede cuando tenemos recuerdos del pasado, los cuáles llevamos dentro y que nos producen dolor. Es la ira que
dirigimos hacia nosotros mismos, en la que: Nos atacamos, insultamos o deprimimos.
B. Externas:
Es la ira relacionada con lo que sucede a nuestro alrededor. Es la que dirigimos hacia los demás.
Si estos males están presentes en una persona, su conducta se deteriora y no puede evitar la ira y el enojo.
Cuando esto sucede, empieza los problemas en la persona y afecta todo lo que le rodea.
Teniendo problemas en los estudios, en su trabajo, en sus relaciones personales, en sus relaciones matrimoniales, y más
aún afecta en la manera de pensar; afecta en la manera de ver las cosas.
Las personas que se dejan dominar por la ira y el enojo se convierten en criticones, rebeldes, dicen cosas inaceptables,
tienen resentimiento, permitiendo entrar a su corazón y muestran rencor contra las personas a su alrededor.
¿Qué dijo Jesús acerca de la ira o el enojo?
Efesios 4.26.
La ira es una emoción heredada de Dios. Él se enoja, pero la ira del Señor es santa; como la que Jesús sintió en el templo,
Su ira era justificable y santa.
Hay personas que guardan ofensas, heridas y maltratos en su corazón por días, semanas, meses y años; y cuanto más
tiempo pasa, más ira se va acumulando. Entonces, se les hace muy difícil perdonar y hablar con la persona para llegar a una
reconciliación. Durante este tiempo, el enemigo hará todo lo posible para que esa persona no pueda hablar con su hermano
porque mientras esté enojada, habrá lugar para que él entre a su vida con derecho legal sobre ella, su familia y sus finanzas.
Veamos lo que dice la Biblia en cuanto a la ira y el enojo y cuáles son las consecuencias:
Proverbios 29.22.
La mayor parte de las personas iracundas, provocan contiendas dondequiera que van, y también son personas que pecan
muy a menudo con su mente, su corazón y su boca.
4. LA IRA ES CONTAGIOSA.
Proverbios 22.24, 25.
Ha notado usted que, cuando una pareja se casa y uno de los cónyuges es iracundo y el otro no, eventualmente. El cónyuge
que no era iracundo termina modelando el mismo carácter. La ira es contagiosa. Quizás aquí hay muchos que fueron así, y
su vida dio un giro de 360°.
Jesús enseñó que hay momentos cuando un hombre tiene razón en airarse cuando echó los mercaderes del templo sin
contemplaciones, indignado por su conducta. Jn 2:15, dice:
Alrededor nuestro y por todas partes ocurren cosas contra las cuales deberíamos indignarnos.
Un hombre muy famoso dijo: “El hombre fuerte no es aquel que vence a su contrincante en la lucha, sino aquel que se
controla cuando siente ira.”
Paremos de echarle la culpa a otros por nuestros fracasos derrotas, y empecemos a tomar responsabilidad por nuestros
propios actos. A veces damos excusas como: “El me hizo enojar” Pero la verdad es que usted decidió enojarse. No tuvo
dominio propio la Ira lo controló.
Los versículos que hemos leído, se pone de manifiesto que Dios no quita la ira de nosotros si no tomamos la decisión de
dejarla, de quitarla de nuestra vida. Depende de nosotros, que la ira se vaya o se quede en nuestros corazones.
4. Desarrolle la mansedumbre.
La palabra mansedumbre significa aquella disposición tranquila y equilibrada de espíritu, que mantiene las pasiones bajo
control. Que una persona tenga mansedumbre, no significa que sea débil y tonta; al contrario, es una persona que posee la
cualidad para perdonar, corregir las faltas, y gobernar su propio espíritu.
Sí, es posible vencer la ira o el enojo. Simplemente, hay que buscar la solución o tomar la decisión de quitar la ira de
nosotros. Ceda sus derechos de venganza a Dios. Desarrolle mansedumbre para gobernar su espíritu correctamente. No
culpe más a la gente por sus fracasos. Tome la decisión, ahora mismo, de vivir libre de la ira o el enojo.
Es imposible que una persona pueda lidiar con un problema y resolverlo, si se niega a admitir que este existe. Si no somos
honestos con nosotros mismos, admitimos que sentimos ira, buscamos en nuestro interior la causa, y lidiamos con ella; no
podremos tener verdadera paz. Aún peor: nos costará mucho más trabajo crecer en santidad y convertirnos en la persona
que Dios nos llama a ser.
Que el señor te bendiga, y te dé su favor, mansedumbre, paz interior, humildad, mansedumbre y llene de tu corazón de
buenos pensamientos y bendiga su palabra en tu corazón.
Padre amado, hay ocasiones donde el enojo desmedido me ha hecho lastimar a personas que amo con palabras injustas y
actos indignos. Hoy me acerco hasta Ti, seguro que mi oración será escuchada, para pedirte que me ayudes a calmarme
silenciosamente cuando me encuentre muy enojado.
Señor, haber actuado dejándome llevar por la ira me ha hecho mucho daño, por eso te pido que por favor me des
inteligencia para evitar actuar desde el orgullo, desde el impulso y desde la furia, y me concedas la calma necesaria para
discernir sabiamente y actuar desde el amor, la comprensión y la bondad.
Dice tu palabra que más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades (Prov. 16,32), por eso hoy te pido que me des
la fuerza para conquistarme, para abandonar mi enojo y poder restaurarme a un estado de calma y armonía.
Te pido que sea tu espíritu el que reine en mi cuerpo, mi mente y mi corazón y que tu luz ilumine mi vida y la vida de todos
aquellos que me rodean.
Por favor libérame del rencor y ayúdame a resolver mis diferencias con los demás de una manera fraternal y bondadosa.
Lléname de tu serenidad y dame un corazón clemente y compasivo.
Gracias amado Dios por escuchar esta oración sincera que nace desde el fondo de mi alma y gracias porque sé que Tú me
darás una victoria por cada lucha, una solución para cada problema y una hermosa bendición ante cada preocupación,
Amén.