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Ejemplo de justicia e igualdad, así se recuerda a Nelson Mandela

“Él es uno de los grandes personajes del siglo XX”. Así califica el
sociólogo Miguel Ángel Hernández a Nelson Mandela, a quien recuerda
hoy, en su día, como una persona que luchó por la libertad de su
pueblo.

Dedicó su vida al servicio de la humanidad, lo que le valió, en noviembre


de 2009, que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara que
cada 18 de julio, día de nacimiento del pacifista, se conmemoraría el Día
Internacional de Nelson Mandela. Un reconocimiento a la contribución
aportada por el expresidente de Sudáfrica a la cultura de la paz y la
libertad.

Mandela fue abogado de derechos humanos y un activista contra el


apartheid. En su lucha fue preso durante 27 años, tiempo en el que creó
conciencia en su pueblo sobre la segregación racial. Cuando salió de la
cárcel inició una campaña que le quitó el poder político a la colonia
británica y lo puso a él al frente de la presidencia de Sudáfrica.

“Mandela superó un sistema político oprobioso, que quería convertir el


racismo en un orden legítimo”, señala Hernández. Por ese hecho recibió
el Premio Nobel de Paz, en 1993.

Batalla contra la segregación. En ese tiempo la diferencia de razas


crearon dos mundos paralelos, uno de blancos y otro de negros, y del
resto de minorías como las personas de India, África y Sudáfrica.
Hernández señala que estos países eran extraordinariamente ricos en
recursos de toda clase, pero estaban ocupados por los blancos.

Por esto la lucha de Nelson Mandela fue muy larga. Recurrió a medios
armados para enfrentarse al “monopolio de las armas”; es decir, al
estado blanco del apartheid. Sin embargo, durante todo el proceso fue
elaborando una concepción de una lucha distinta.

“Entendió que no necesariamente era por la fuerza, sino que consideró


que sería mejor por las vías pacíficas por las cuales podría llegar a
establecer la justicia dentro del pueblo”, explica Hernández.

Mandela estando en la cárcel escribió y envió mensajes al mundo sobre


una nueva visión acerca de que la justicia se podía imponer por vías
pacíficas. Con sus mensajes trató de “controlar a muchos otros grupos
que buscaban por esas vías violentas imponer la justicia y desmontar el
sistema del apartheid”, sostiene el profesor.
Mandela insistió tanto desde la prisión que logró tener un prestigio
internacional. Eso ocasionó que Sudáfrica fuera excluida del Comité
Olímpico Internacional y de muchas otras asociaciones que tenían
valores universalistas, mientras era gobernado por los blancos.

“Las presiones nacionales e internacionales movieron a la élite blanca al


entendimiento de los llamados que estableció Mandela. Entonces
Frederik Willem de Klerk, el último gobernante del sistema racista, entró
en un proceso largo y difícil de negociación para poder producir un
acuerdo de paz”, relata el sociólogo.

Por eso, Hernández asegura que Nelson Mandela es un referente “muy”


importante para Colombia, ya que en el acuerdo de Sudáfica se dio la
necesidad de sacrificar una “porción grande de justicia por la verdad y la
paz”.

“Los grandes criminales salían declarando sus culpas y pidiendo perdón.


Ese fue un escenario que se dio en el apartheid y, de alguna manera, lo
vemos repetido aquí en Colombia con el proceso de paz que se adelanta
en La Habana con el grupo guerrillero de las Farc”, dice el sociólogo.

Para Hernández Mandela es un ejemplo para el mundo porque después


de haber recibido tanta humillación, pone por encima de la venganza
unos valores “universalistas e incluyentes”: justicia e igualdad. “Lo que
pensó fue: vamos a crear un sistema justo donde todos los que nacieron
en Sudáfrica quepamos”, concluye.

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