En el siglo XVIII los mendigos ciegos eran tan numerosos que con frecuencia reñían y se

empujaban para conseguir lugar en los sitios donde probablemente podían conseguir limosna.
Los ciegos fueron siempre el motivo de las burlas, eran vistos como objetos de diversión. En
1771 Valentin Hauy, un experto lingüista educado por monjes, indignado por las burlas públicas
hacia los ciegos resolvió enseñarles a leer, escribir y tocar música. En 1985 fundó el Instituto
Nacional de Jóvenes Ciegos y comenzó a imprimir para los ciegos en letras realzadas y en 1786
publicó su Ensayo sobre la educación de los ciegos, el cual fue el origen de los métodos
modernos de enseñanza y cuidado de los ciegos.
Por otro lado la Otología avanzó de una manera muy importante en el siglo XVIII. Entre las
principales contribuciones se encuentran los estudios de la estructura y fisiología del oído por
Valsalva en 1717, Scarpa en 1772-1789 y de Cotugno en 1774 y los estudios morfológicos de
Geoffroy en 1778 y Comparetti en 1789. La existencia de un líquido elástico en el laberinto y su
papel en la trasmisión del sonido fue notada aún antes por Teodoro Pyl en 1742.
Es muy importante mencionar que la mastoides fue abierta por primera vez en la historia de la
medicina por Jean-Louis Petit en 1936.
Charles-Michael de L'Epee fundó la primera escuela de sordomudos en París en 1755.
Las características cardinales de la Medicina Clínica del siglo XVIII fueron la introducción de las
autopsias, de los nuevos métodos de precisión del diagnóstico, y las inoculaciones preventivas.
Giovanni Battista Morgagni, alumno de Valsalva, y después profesor de Padua, hizo la primera
descripción de las gomas cerebrales y de las enfermedades de las válvulas del corazón , dio
relatos iniciales de los aneurismas sifilíticos, de la atrofia amarilla aguda del hígado y de la
tuberculosis de los riñones, y el primer caso registrado de bloqueo cardiaco.
Más tarde Matthew Bailli, prosélito de Morgagni, describió la transposición de las vísceras, el
hidrosalpinx, los quistes dermoides del ovario; dio la primera definición exacta de la cirrosis del
hígado y de la ''hepatización'' de los pulmones en la neumonía; distinguió los quistes renales de
las hidátides renales; describió las endocarditis, la úlcera gástrica, y las ulceraciones de las
placas de Peyer en la fiebre tifoidea. Demostró que la muerte producida por un ''pólipo de
corazón'' realmente es debida a un coágulo de fibrina y que las pulsaciones de la aorta
abdominal no son necesariamente signo de enfermedad interna.