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PRESENTACION Y PROCESAMIENTO DE ANTIGENOS

El procesamiento y presentación de antígenos son distintivos de la respuesta inmunitaria


adaptiva. Este complejo mecanismo comienza con antígenos que se vinculan con moléculas del
MHC propias para ser presentados a linfocitos T con receptores apropiados. Proteínas
convenientes de los antígenos exógenos, como bacterias, son internalizados por la APC (células
dendríticas o macrófagos) y experimentan desnaturalización o proteólisis parcial en las vesículas
endociticas. Mientras se encuentran en el interior del endosoma, estos fragmentos peptídicos se
fusionan con vesículas exociticas que contienen moléculas del MHC clase II.
Las moléculas del MHC clase II se sintetizan en el retículo endoplasmatico (ER, endoplasmatic
reticulum) rugoso y después pasan a través del aparato de Golgi. La cadena invariable un
polipeptido que ayuda a transportar las moléculas de MHC forma un complejo de MHC clase II
en un endosoma. Esa vesícula se llama compartimento con el MHC clase II; esta cadena
invariable es útil y bloquea la unión de péptidos celulares endógenos propios con el complejo
MHC clase II. La cadena invariable es entonces removida por medios enzimáticos. A través de
una serie de pasos, el MHC clase II se une al antígeno exógeno (fragmentos peptídicos) y lo
transportan a la membrana celular para su presentación.
Algunos antígenos bacterianos y otros víricos son capaces de activar grandes cantidades de
linfocitos T a través de una vía especial. Esta proteína se denomina superantigenos. Estas
moléculas no necesitan ser procesadas y por lo tanto son capaces de unirse a las moléculas del
HMC fuera de la hendidura de unión péptidos (figura 8 – 4B). En comparación con la respuesta
estándar de los linfocitos T inducida por antígenos (Donde un pequeño número de esta célula es
activado), los superantigenos pueden estimular a muchos más linfocitos T (cerca de 25% más).
Algunas toxinas bacterianas son ejemplos básicos de superantigenos, como las enterotoxinas
estafilocócicas, las toxinas del síndrome de choque toxico y exotoxinas A pirogénica
estreptocócica del grupo A. Una consecuencia activa de esta activación masiva de linfocitos T es
la sobreproducción de citosinas, en partículas de IFN - . Dicha molécula a su vez activa a los
macrófagos para que esto produzca IL – 1, IL – 6 y TNF - ∝, los cuales pueden contribuir a la
formación de una “tormenta de citosinas” que provocan muchos de los síntomas de estados de
choque e insuficiencia de órganos múltiples.

LINFOCITOS B Y ANTICUERPOS.
La respuesta humoral es mediada por anticuerpos. Cada individuo tiene un gran acervo de
linfocitos B únicos ( cerca de 10”) que tiene un tiempo de vida de días o semanas y que se
encuentran en la sangre, la linfa, la medula ósea, los ganglios linfáticos y los tejidos linfáticos
relacionados con el intestino (p. ej., las amígdalas, las placas de peyer y el apéndice).

A. Receptor de antígenos de los linfocitos B.


Los linfocitos B exhiben un solo tipo de molécula clonal homogénea de
inmunología (alrededor de 105 Copias/célula) en su superficie. Estas
inmunoglobulinas actúan como receptores (receptores de linfocitos B [BCR, B - cell
receptor]) para un antígeno especifico, de tal manera que cada linfocito B puede
responder a solo un antígeno o a un grupo de antígenos estrechamente relacionados.
Todos los linfocitos B inmaduros portan inmunoglobulina M (IgM) es una superficie, y la
mayoría también expresan IgD. Además los linfocitos B tienen receptores en su
superficie para la porción Fc de la inmunoglobulina y para muchos elementos del
complemento.
Un antígeno interactúa con el linfocito B con en que “encaja” mejor por virtud de
inmunoglobulina receptora en la superficie. Cuando un antígeno se une al BCR, se
estimula la división del linfocito B seleccionados proliferan y se forma en un clon
(selección clonal).
Estos linfocito B seleccionados proliferan y se transforman en plasmocitos que secretan
anticuerpos. Debido a que cada persona puede crear cerca de 1011 moléculas de
anticuerpos diferentes, hay un sitio de unión a antígenos en un linfocito B que empalman
con casi cualquier determinante antígeno a una inmunoglobulina de superficie (BCR).
Después:
1) El BCR con su antígeno unido es internalizado por el linfocito B y el antígeno se
degrada para generar péptidos que después regresan a la superficie celular unidos a la
molécula del HCM clase II; 2.
2) Este complejo de HCM clase II – péptidos expuestos sobre el linfocito B es
reconocido por linfocitos B es reconocido por linfocitos T cooperadores (CD4+)
específicos para antígenos. Estos linfocitos interactuaron antes con células dendríticas
presentadoras de antígenos y se transforman en respuesta al mismo patógeno. Esta
interacción es posible debido a que el linfocito B y el linfocito T que se han encontrado
con un antígeno, migran hacia la frontera entre dicha célula en tejidos linfáticos
secundarios.
3) La quimiocinas, como CXCL13 y su receptor CXCR5, tiene una función importante en
este proceso migratorio.
4) El ligando CD40 ubicado sobre el linfocito T se une al CD10 del linfocito B, lo cual
induce que el primero produzca IL – 4, IL – 5, e IL – 6, moléculas que promueven la
proliferación de linfocitos B.
5) por último, los linfocitos B activados migran al interior de folículos y proliferan para
formar centros germinativos; ahí ocurren hipermutaciones somáticas y cambios de clase
inmunoglobulina. Los linfocitos B del centro germinativo que sobreviven este proceso se
transforman en plasmocitos productores de anticuerpos o en linfocitos B de memoria. En
el capítulo de referencia de Murphy et al. (2012) se encuentran detalles adicionales
sobre el tema.
Es importante mencionar que algunos antígenos bacterianos pueden estimular de forma
directa esta producción de anticuerpos y no requiere la ayuda de linfocitos T para activar
linfocito B, estos antígenos timicos independientes de linfocitos T inducen respuesta de
los linfocitos B (cambios de clase limitados) y no promueven la formación de linfocitos T
puede representarse una ventaja para el hospedador, debido a que puede generarse
una respuesta inmunitaria expedita (por la producción de IgM) contra organismos
selectos, como mophilus influenzae y streptococcus pneumoniae.

B. Estructura y función de los anticuerpos.


Los anticuerpos son inmunoglobulinas, las cuales reaccionan de forma específica con el
antígeno que estimula su producción. Representa el 20% de las proteínas plasmáticas.
Los anticuerpos creados en respuesta a un solo antígeno complejo son heterogéneos,
debido a que son creados por muchos clones diferentes de células. Cada clon expresa
antígeno complejo. Estos anticuerpos se llaman policionales. En contraste, las
inmunoglobulinas que surgen de un solo grupo de clones de células, como un tumor de
célula plasmática (mieloma), son homogéneos y se les llama anticuerpos
monoclonales. Estos pueden producir in vitro al funcionar una célula de mieloma con un
linfocito B productor de anticuerpos.
La inmunoglobulina (Ig) comparte características estructurales comunes, es decir, todas
están en formadas por cadenas polipeptidicas tanto ligeras (L) como pesadas (H), según
su peso molecular aproximado de 25 000 Da, mientras que las H pesan cerca de 50 000
Da. Cada molécula de Ig está formada por dos cadenas ligeras (L) idénticas y dos
cadenas pesadas (H) iguales, ligadas por puentes disilfuro. Las cadenas L pueden se k
(kappa) o λ (lambda) y su clasificación se realiza con base en diferencia de aminoácidos
en sus regiones constantes (figura 8- 5). Los dos tipos de cadena ligeras pueden
encontrarse en todas las clases de inmunoglobulina (IgG, IgM, IgA, IgD e IgE) sin
embargo cualquier molécula de Ig contiene un solo tipo de cadena L.
La porción terminal amino de cada cadena L contiene parte del sitio de unión a antígeno.
De forma similar, las cadenas H son distintas para cada uno de los cinco tipos de
inmunoglobulina y se le denomina ɣ (gamma), μ (mu), α (alfa), δ (delta) y ε (épsilon)
(cuadro 8 -2). La porción terminal amino de cada cadena H forma parte del sitio de unión
antígeno; el otro extremo (carboxilo-terminal) forma el fragmento Fc (figura 8 – 5). La
porción Fc de una Ig participa en diversas actividades biológicas, como la activación de
complemento.
Por lo tanto, una molécula de anticuerpo individual está formada por cadenas H idénticas
y cadenas L iguales. La molécula de anticuerpos más simple tiene forma de Y (figura 8 –
5) y consiste en cuatro cadenas polipeptidicas: dos cadenas H y dos L.
Las cuatro cadenas están unidas de forma covalente por puentes disulfuro.
Al estudiar la estructura de las Ig, se identificó de manera experimental que una
molécula de anticuerpo IgG se puede dividir en dos fragmentos al utilizar las enzimas
proteolíticas llamada papaína. Cuando esto ocurre se rompen los enlaces peptídicos de
la región bisagra. La actividad de unión de antígenos está relacionada con uno de estos
fragmentos, la porción Fab. El segundo fragmento es la porción Fc que está involucrada
en la transferencia placentaria, la fijación del complemento, la adhesión de varias células
y otras actividades biológicas.
Las cadenas H y las L de una molécula de Ig se subdividen en regiones variables y
regiones constantes. Las regiones están formadas por segmentos repetitivos plegados
de manera tridimensional, llamados dominios. Al utilizar cristalografía por rayos x de alta
resolución se ha podido determinar la estructura de estos dominios. Una cadena L está
compuesta por su dominio variable (VL) y un dominio constante (CL), mientras que la
mayoría de las cadenas H tienen un dominio variable (VH) y tres o más dominios
constantes (CH). Cada dominio está formado cerca de 110 aminoácidos. Las regiones
variables de una molécula de Ig están involucradas en la unión de los antígenos,
mientras que las regiones constantes son responsables de las funciones biológicas que
se describen más adelante.

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