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Síntesis Bíblica.

Luis Jesús García Velasco

Los pobres, a menudo olvidados en nuestras literaturas clásicas, ocupan en la


Biblia un puesto considerable.

El vocabulario concreto del hebreo permite ya evocar su lastimoso cortejo: al


lado de ras, «el indigente», tenemos dal, el «flaco» o el «raquítico», ebydn, el
«mendigo» insaciado, 'ani y 'anav (en plural 'anavim), el hombre «abajado» y
afligido. Pero la «pobreza» de que habla la Biblia no es solamente una
condición económica y social, sino que puede también ser una disposición
interior, una actitud del alma; el AT nos revela así las riquezas espirituales de
la pobreza, y el NT reconoce en los verdaderos pobres a los herederos
privilegiados del reino de Dios.

Levítico 25:35-37

35. En caso de que un hermano tuyo empobrezca y sus medios para contigo
decaigan, tú lo sustentarás como a un forastero o peregrino, para que viva
contigo.

36. ``No tomes interés y usura de él, mas teme a tu Dios, para que tu hermano
viva contigo.

37``No le darás tu dinero a interés, ni tus víveres a ganancia.

Deuteronomio 15, 7-8

7 "Si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las
ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, no endurecerás tu corazón ni
cerrarás tu mano a tu hermano pobre,

8. sino que le abrirás tu mano y le prestarás lo que necesite para remediar su


indigencia."

Deuteronomio 15,11
11. Nunca dejará de haber necesitados en la tierra, y por eso yo te mando que
seas generoso con aquellos compatriotas tuyos que sufran pobreza y miseria
en tu país.

1 de Samuel 2,8

Levanta del polvo al pobre, Del muladar levanta al necesitado Para hacerlos
sentar con los príncipes, Y heredar un sitio de honor; Pues las columnas de la
tierra son del SEÑOR, Y sobre ellas ha colocado el mundo.

Nehemías 5

1.Un gran clamor se suscitó entre la gente del pueblo y sus mujeres contra sus
hermanos judíos.

2.Había quienes decían: «Nosotros tenemos que dar en prenda nuestros hijos y
nuestras hijas para obtener grano con que comer y vivir.»

3.Había otros que decían: «Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos,
nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano en esta penuria.»

4.Y otros decían: «Tenemos que pedir prestado dinero a cuenta de nuestros
campos y de nuestras viñas para el impuesto del rey;

5.y siendo así que tenemos la misma carne que nuestros hermanos, y que
nuestros hijos son como sus hijos, sin embargo tenemos que entregar como
esclavos a nuestros hijos y a nuestras hijas; ¡hay incluso entre nuestras hijas
quienes son deshonradas! Y no podemos hacer nada, ya que nuestros campos y
nuestras viñas pertenecen a otros.»

6.Yo me indigné mucho al oír su queja y estas palabras.

7.Tomé decisión en mi corazón de reprender a los notables y a los consejeros,


y les dije: «¡Qué carga impone cada uno de vosotros a su hermano!» Congregué
contra ellos una gran asamblea,

8.y les dije: «Nosotros hemos rescatado, en la medida de nuestras posibilidades,


a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones. ¡Y ahora
sois vosotros los que vendéis a vuestros hermanos para que nosotros los
rescatemos!» Ellos callaron sin saber qué responder.

9.Y yo continué: «No está bien lo que estáis haciendo. ¿No queréis caminar en
el temor de nuestro Dios, para evitar los insultos de las naciones enemigas?
10.También yo, mis hermanos y mi gente, les hemos prestado dinero y trigo.
Pues bien, condonemos estas deudas.

11.Restituidles inmediatamente sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas,
y perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les habéis
prestado.»

12.Respondieron ellos: «Restituiremos y no les reclamaremos ya nada; haremos


como tú has dicho.» Entonces llamé a los sacerdotes y les hice jurar que harían
seguir esta promesa.

13.Luego sacudí los plieges de mi manto diciendo: «¡Así sacuda Dios, fuera de
su casa y de su hacienda, a todo aquel que no mantenga esta palabra: así sea
sacudido y despojado!» Toda la asamblea respondió: «¡Amén!», y alabó a
Yahveh. Y el pueblo cumplió esta palabra.

14.Además, desde el día en que el rey me mandó ser gobernador del país de
Judá, desde el año veinte hasta el 32 del rey Artajerjes, durante doce años, ni yo
ni mis hermanos comimos jamás del pan del gobernador.

15.En cambio los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al


pueblo: cada día percibían de él, como contribución por el pan, cuarenta siclos
de plata; también sus servidores oprimían al pueblo. Pero yo, por temor de Dios,
no hice nunca esto.

16.Además he ayudado a la obra de la reparación de esta muralla, y, aunque no


he adquirido campos, toda mi gente estaba también allí colaborando en la tarea.

17.A mi mesa se sentaban los jefes y los consejeros en número de 150 sin contar
los que venían a nosotros de las naciones vecinas.

18.Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros escogidos


y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a pesar de todo,
jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al
pueblo.
19.¡Acuérdate, Dios mío, para mi bien, de todo lo que he hecho por este
pueblo!"

Jeremías 22, 3
Practiquen en este lugar la justicia y la rectitud, libren del explotador al
oprimido, no humillen ni maltraten a los extranjeros, los huérfanos y las viudas.
No maten gente extranjera en este lugar.

Isaias 61 , 1-3

"1.El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido
Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los
corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la
libertad;

2. a pregonar año de gracia de Yahveh, día de venganza de nuestro Dios; para


consolar a todos los que lloran,

3. para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de


luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia,
plantación de Yahveh para manifestar su gloria."

Proverbios 19, 17

El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y El lo recompensará por su buena


obra.

Salmo 41, 1

Para el director del coro. Salmo de David. Bienaventurado el que piensa en el


pobre; En el día del mal el SEÑOR lo librará.

NUEVO TESTAMENTO

Lucas 16:19-31
19 »Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos
los días ofrecía espléndidos banquetes.
20 Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se
sentaba en el suelo a la puerta del rico.

21 Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los
perros se acercaban a lamerle las llagas.

22 Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado


de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.

23 »Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los
ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado.

24 Entonces gritó: “¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que
moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy
sufriendo mucho en este fuego.”

25 Pero Abraham le contestó: “Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte


de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres.

26 Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que
los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar
aquí.”

27 »El rico dijo: “Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a
la casa de mi padre,

28 donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan
ellos también a este lugar de tormento.”

29 Abraham dijo: “Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les
hagan caso!”

30 El rico contestó: “Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y


se les aparece, ellos se convertirán.”
31 Pero Abraham le dijo: “Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas,
tampoco creerán aunque algún muerto resucite.”»

Mateo 25:44-46

44. Entonces ellos le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos


con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la
cárcel, y no te ayudamos?’

45 El Rey les contestará: ‘Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de
estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron.’

46 Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

Hechos 2-45

vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según
la necesidad de cada uno.

Filipenses 4, 12

Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido


el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia
como de sufrir necesidad.

2 CORINTIOS 8, 9

Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin
embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su
pobreza llegarais a ser ricos.

"Carta de Santiago, 2

1.Hermanos, si realmente creen en Jesús, nuestro Señor, el Cristo glorioso, no


hagan diferencias entre personas.
2.Supongamos que entra en su asamblea un hombre muy bien vestido y con un
anillo de oro y entra también un pobre con ropas sucias,
3.y ustedes se deshacen en atenciones con el hombre bien vestido. Le dicen:
«Tome este asiento, que es muy bueno», mientras que al pobre le dicen:
«Quédate de pie», o bien: «Siéntate en el suelo a mis pies».
4.Díganme, ¿no sería hacer diferencias y hacerlas con criterios pésimos?

5.Miren, hermanos, ¿acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo


para hacerlos ricos en la fe? ¿No les dará el reino que prometió a quienes lo
aman?

6.Ustedes, en cambio, los desprecian. Sin embargo, son los ricos quienes los
aplastan a ustedes y los arrastran ante los tribunales.

7.¿Y no son ellos los que blasfeman el glorioso nombre de Cristo que ha sido
pronunciado sobre ustedes?

8.Obran bien cuando cumplen la Ley del Reino, tal como está en la Escritura:
Ama a tu prójimo como a ti mismo.

9.Pero si hacen diferencias entre las personas, cometen pecado, y la misma


Ley los denuncia como culpables.

10.Porque si alguien cumple toda la Ley, pero falla en un solo punto, es como
si faltara en todo.

11.Pues el que dijo: No cometerás adulterio, dijo también: No matarás. Si,


pues, no cometes adulterio, pero matas, ya has violado la Ley.

12.Hablen, por tanto, y obren como quienes han de ser juzgados por una ley
de libertad.

13.Habrá juicio sin misericordia para quien no ha sido misericordioso,


mientras que la misericordia no tiene miedo al juicio.

14.Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué le
sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe?

15.Si un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse ni qué comer,

16.y ustedes les dicen: «Que les vaya bien, caliéntense y aliméntense», sin
darles lo necesario para el cuerpo; ¿de qué les sirve eso?
17.Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita.

18.Y sería fácil decirle a uno: «Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame
tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras.
19.¿Tú crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen también
los demonios y tiemblan».

20.¿Será necesario demostrarte, si no lo sabes todavía, que la fe sin obras no


tiene sentido?

21.Abrahán, nuestro padre, ¿no fue reconocido justo por sus obras, cuando
ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

22.Ya ves que la fe acompañaba a sus obras, y por las obras su fe llegó a la
madurez.

23.Esto es lo que recuerda la Escritura: Abrahán creyó en Dios, y por eso fue
reconocido justo, y fue llamado amigo de Dios.

24.Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras
y no sólo por la fe.

25.Lo mismo pasó con Rahab, la prostituta: fue admitida entre los justos por
sus obras, por haber dado hospedaje a los espías y porque los hizo partir por
otro camino.

26.Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que
no produce obras está muerta."

Apocalipsis 13, 16

A todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, esclavos y libres, hizo que los
marcaran en la mano derecha o en la frente,

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