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CORTE CONSTITUCIONAL

SALA ESPECIAL DE SEGUIMIENTO SENTENCIA T-025 DE 2004


Magistrada Presidenta: Gloria Stella Ortiz Delgado

AUTO 206 del 2017

Ref.: Respuesta a las solicitudes elevadas por


las directoras de la Unidad para las Víctimas y
la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del
Estado, presentadas ante esta Sala Especial de
Seguimiento en el marco del ECI declarado en
la sentencia T-025 del 2004 y del auto 373 del
2016.
Magistrada Ponente:
Dra. Gloria Stella Ortiz Delgado

Bogotá D.C. veinte ocho (28) de abril de dos mil dieciséis (2017).
La Sala Especial de Seguimiento a la sentencia T-025 del 2004, integrada por
los Magistrados Luis Guillermo Guerrero Pérez, José Antonio Cepeda Amarís
(E) y Gloria Stella Ortiz Delgado, quien la preside, adopta la presente
providencia, con fundamento en los siguientes

I. ANTECEDENTES

Actuación procesal realizada hasta el momento

El 11 de mayo del 2016, la entonces directora de la Unidad para las Víctimas


(UARIV), Paula Gaviria Betancur, junto con la anterior directora de la Agencia
Nacional de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE), Adriana Guillén Arango,
presentaron una solicitud ante esta Sala Especial con la finalidad de suspender
todas las sanciones impuestas, y las que a futuro lleguen a imponerse, en contra
de los directivos de la UARIV, como resultado de las actuaciones adelantadas
por esa entidad. Las solicitantes requirieron condicionar el levantamiento de
esta suspensión a la implementación de un Plan de trabajo aprobado por este
Tribunal, orientado a superar los rezagos existentes en materia de contestación
de peticiones y de tutelas, así como al fortalecimiento de la capacidad de la
entidad para responder el flujo diario de estos recursos. Con ello pidieron a esta
Sala Especial la realización de una sesión técnica que permitiera “la
sustentación oral del contenido de este memorial y la presentación de un plan
de trabajo detallado para la solución estructural de esta situación”.1

1
Unidad para las Víctimas (UARIV). Solicitud de suspensión de sanciones por fallos de tutela — Estado de
Cosas Inconstitucional — Sentencia T-025 de 2004. Presentada el 11 de mayo del 2016, pág. 19.
2
Auto 206 del 2017

Una vez analizada la solicitud, a través de auto 206 de 2016, se convocó a la


respectiva sesión técnica, la cual fue aplazada por solicitud de la ex directora de
la UARIV, mediante auto 224 de 2016, para el 21 de junio de 2016. Para agilizar
el proceso, a través de este pronunciamiento se requirió al Gobierno para que
presentara todos los documentos que sustentaban la solicitud en cuestión y el
Plan de Trabajo concreto encaminado a superar la problemática allí descrita, el
cual fue allegado el 08 de junio de 2016.2 Teniendo en cuenta la naturaleza
participativa y dialógica del proceso de seguimiento a la sentencia T-025 de
2004, la Sala Especial invitó a participar dentro de este espacio al representante
de la Mesa Nacional de Víctimas, a los órganos de control y a los acompañantes
del proceso de seguimiento,3 a quienes se les corrió traslado de la información
allegada, para que emitieran su concepto frente a la conveniencia de las medidas
propuestas por la UARIV y la ANDJE. Los documentos presentados fueron, a
su vez, trasladados al gobierno nacional, para mantenerlo informado de los
argumentos expuestos y conocer sus observaciones, por medio del auto 395 de
2016.

En criterio del Gobierno y de los demás actores, la solicitud presentada el 11 de


mayo de 2016, junto con el Plan de trabajo que la sustenta, guarda una relación
estrecha con el estado de avances en la superación del ECI declarado en la
sentencia T-025 del 2004. Por lo tanto, una vez efectuada la última evaluación
de la superación de esta figura, mediante el auto 373 del 23 de agosto del 2016,
se consideró necesario actualizar dicho plan, de acuerdo con el análisis allí
recogido. Mediante el auto 495 de 2016 se hizo ese requerimiento a las
peticionarias, el cual fue acogido con la presentación de un nuevo documento,
el 11 de noviembre de 2016.4 No obstante, teniendo en cuenta que para adoptar
una decisión de fondo era necesario resolver algunos interrogantes
indispensables que surgían del Plan de Trabajo reajustado, mediante el auto 605
de 2016, se solicitó información adicional a la Unidad para las Víctimas, la cual
fue allegada el 20 de enero del presente año.5

Solicitudes de la Unidad para las Víctimas y la Agencia Nacional de Defensa


Jurídica del Estado

A lo largo de estos documentos, la UARIV y la ANDJE sostienen que a partir


de la entrada en vigencia de la Ley 1448 del 2011 se ha presentado un aumento
del número de víctimas por encima del planeado, razón por la cual no cuenta
con la capacidad para responder oportunamente a la cantidad creciente de
derechos de petición que interponen.6 El rezago en la respuesta a las peticiones
ha traído consigo, a su vez, un mayor número de acciones de tutela, lo que ha

2
UARIV. Plan de trabajo para superar el atraso a la respuesta de peticiones y acciones de tutela de víctimas
que influye en que se altere la protección de las más vulnerables. Presentada el 08 de junio del 2016.
3
Agencia de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), Consejo Noruego para Refugiados (CNR) y la
Comisión de Seguimiento a la Política Pública de Desplazamiento Forzado (CSPPDF).
4
UARIV. Plan de trabajo ajustado. Ajustes en virtud de los Autos 373, 395 y 495 de 2016, a los comentarios
y observaciones de los organismos de control y acompañantes al proceso de seguimiento de la Sentencia T 025
de 2004, a lo señalado en el Plan de Trabajo presentado por la Unidad para las Víctimas en junio. Presentado
el 11 de noviembre de 2016
5
UARIV. Respuesta al auto 605 de 2016 de la Corte Constitucional. Presentado el 20 de enero del 2017.
6
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 5.
3
Auto 206 del 2017

provocado que la entidad desatienda la ruta administrativa para centrarse en


tramitar oportunamente los recursos de amparo.7 A pesar de los esfuerzos que
ha realizado en la materia, la Unidad para las Víctimas afirma que no cuenta
con la capacidad operativa para ofrecer una respuesta a cada uno de los
requerimientos judiciales propios de “las miles de acciones de tutela diarias”,
en términos adecuados y con atención a los plazos judiciales perentorios. En
consecuencia, los casos que se encuentran bajo el conocimiento de los jueces
de tutela no son objeto de una verificación exhaustiva, ni logran ser
confrontados oportunamente con la información con la que cuenta la UARIV. 8
Por esta razón, argumenta que los peticionarios reciben, en su gran mayoría,
una respuesta favorable a sus pretensiones en materia de ayuda humanitaria e
indemnización administrativa (en un 85%), sin que medie “una verificación
previa de la real situación de la víctima”.9 Lo anterior responde, entre otras
razones, a la aplicación mecánica y estricta del principio de veracidad por parte
de los jueces de tutela (D. 2591/91. Art. 20).10

Esta situación afecta, de acuerdo con la UARIV y la ANDJE, (i) el derecho a la


igualdad de las víctimas que no acuden a la acción de amparo para reivindicar
sus derechos; (ii) desnaturaliza, en muchos casos, las características de la acción
de tutela, y le resta eficiencia; y (iii) entorpece el trámite administrativo que
debe regir ordinariamente el trámite de las pretensiones de este grupo
poblacional.

(i) La UARIV y la ANDJE sostienen que para lograr cumplir con la orden de
entrega en los términos dispuestos judicialmente se ve forzada a desembolsar
de manera directa e inmediata la ayuda humanitaria y la indemnización
administrativa, sin importar el nivel de vulnerabilidad del solicitante, ni su
relación con el de otras víctimas que requieren de las mismas medidas.11 Como
resultado de lo anterior, a juicio las solicitantes, un porcentaje elevado de
solicitantes que acceden a la ayuda humanitaria, a través de la vía judicial, ya
no son destinatarios legítimos de esos recursos. Lo anterior, porque han
superado sus necesidades en materia de subsistencia mínima,12 o bien porque se
encuentran en una situación de vulnerabilidad menor, en comparación con
aquellas otras víctimas que aguardan su turno de acuerdo con las rutas
administrativas ordinarias;13 presentándose así, en ambos casos, una
vulneración del derecho a la igualdad.

7
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 5
8
“Dado que la Unidad para las Víctimas no está en capacidad operativa de responder oportunamente a las miles
de acciones de tutela diarias, esta versión no logra ser confrontada por los jueces con los registros
administrativos con los que cuenta la Entidad”. UARIV. Op.Cit. Solicitud. Pág 6.
9
“La falta de verificación exhaustiva obedece a que la Unidad para las Víctimas debe cumplir órdenes judiciales
de tutela que en su mayoría otorgan 48 horas. Como podrá entenderse, y es apenas natural dada la especificidad
y complejidad del asunto, este plazo excede las capacidades de la Entidad”. UARIV. Op.Cit. Solicitud. Pág 4.
10
“Los despachos judiciales, al no tener una respuesta a la acción de tutela consideran ciertas las afirmaciones
esgrimidas, cuando no necesariamente corresponden a la real situación de la víctima”. UARIV. Op.Cit. Plan de
Trabajo, pág. 22.
11
UARIV. Op.Cit. Solicitud. Pág 4.
12
“La Unidad para las Víctimas realizó una verificación de la situación de vulnerabilidad de los tutelantes y
evidenció que el 54 % de ellos, ha superado sus necesidades en subsistencia mínima, es decir, no es la población
más vulnerable”. UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo, pág. 21.
13
“El 73% de las víctimas que interponen acción de tutela, pertenecen a las categorías de vulnerabilidad baja y
media baja, y solo el 7% corresponde a la población más vulnerable, de manera que, las acciones de tutela
4
Auto 206 del 2017

(ii) Como resultado de lo anterior, la UARIV y la ANDJE afirman que el recurso


de amparo se desnaturaliza, al dejar de ser la excepción y convertirse en la regla
para acceder de manera inmediata a la ayuda humanitaria, debido a su
percepción como el “mecanismo más eficaz”. 14 Y agregan que el uso masivo y
sistemático de la acción de tutela también trae consigo el riesgo de que el mismo
recurso se vuelva ineficiente, debido a las debilidades de la capacidad
institucional para responder oportunamente al cúmulo elevado de acciones que
se interponen diariamente.

(iii) Finalmente, la Unidad para las Víctimas considera que la interposición


creciente, masiva y generalizada de la acción de tutela para acceder a los
recursos que contemplan la ayuda humanitaria y la indemnización
administrativa entorpece el mismo proceso ordinario destinado a atender a las
víctimas. Lo anterior, porque el recurso de amparo se ha transformado en un
trámite paralelo para acceder directamente a los derechos que la ley consagra a
favor de las víctimas, lo cual afecta los procedimientos y rutas establecidas para
acceder a los derechos por la vía administrativa.

En efecto, para responder de manera oportuna a este recurso judicial, y así evitar
las sanciones que puedan surgir de un posible incumplimiento, la
administración ha debido crear una ruta especial que privilegia y prioriza las
solicitudes que ingresan por concepto de acciones de tutela, por encima de las
rutas administrativas ya dispuestas para el resto de la población; esto es, sobre
el proceso ordinario establecido en función de los criterios de vulnerabilidad,
medición de carencias y priorización que rigen a todo el universo de víctimas.15

Con ello, se instaura de facto una política que, al desembolsar recursos en


materia de ayuda humanitaria sin atender a los criterios de vulnerabilidad, o en
el caso de la indemnización administrativa, con desconocimiento de los
parámetros de priorización, se aleja de los fines constitucionales y
jurisprudenciales que deben orientar la política, favorece la intervención de
intermediarios inescrupulosos, y desestabiliza la respuesta prevista para esa
población.16

Ahora bien, de acuerdo con la UARIV y la ANDJE, la falta de capacidad para


responder de manera oportuna y adecuada a los requerimientos judiciales es de
tal magnitud, que excede las actuaciones diligentes de los directivos de la
entidad. Por esta razón, consideran que los incidentes de desacato y las

pueden conllevar a mayor desigualdad en la protección de los derechos de las víctimas.” UARIV. Op.Cit. Plan
de Trabajo, pág. 21.
14
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo, pág. 20.
15
“El constante crecimiento de la acción de tutela para acceder a la medida de atención humanitaria la convierte
en un criterio cada vez más importante de priorización para la población víctima // Se ha constituido una ruta
especifica que permita dar cumplimiento a las órdenes judiciales, la cual ha mantenido una tendencia creciente.”
UARIV. Op.Cit. Solicitud, págs. 4 y 6; Plan de Trabajo, Op. Cit. págs. 19 y 22.
16
“La práctica de la política ha entendido que la entrega de atención humanitaria obedece a un apoyo o auxilio
económico sistemático e independiente de la vulnerabilidad, situación contraria a la jurisprudencia
constitucional y que fortalece la acción de intermediarios que logran mediante interpretaciones ajenas a la
realidad, pero convincentes, que las víctimas bien directamente, bien con mandatos, incluso mediante la agencia
oficiosa, formulen derechos de petición y acciones de tutela que han desestabilizado la respuesta a dicha
población en términos de coherencia, fondo y oportunidad.” UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 22.
5
Auto 206 del 2017

sanciones que los jueces de tutela resuelven en contra de los funcionarios de la


Unidad los responsabilizan de manera objetiva, sin atender las razones
estructurales que impiden cumplir con los términos judiciales.17

Frente a estas problemáticas, la UARIV diseñó e implementó un Plan de


Trabajo para superar los rezagos que enfrenta en el trámite de las solicitudes
administrativas y de las acciones de tutela, y para lograr responder
oportunamente a los requerimientos administrativos y judiciales. Lo anterior,
como parte de una estrategia más amplia que busca priorizar, en el momento de
entregar la ayuda humanitaria, a las personas que se encuentran en una mayor
situación de vulnerabilidad, en el marco de la implementación del Decreto 2569
del 2014. En lo concerniente a la indemnización administrativa, este Plan de
Trabajo se sustenta en un modelo técnico de priorización, orientado a que las
personas desplazadas que han superado las necesidades de la subsistencia
mínima y han avanzado en el proceso de retorno o reubicación, accedan a estos
recursos, tal y como quedó recogido en el Decreto 1377 de 2014.

A partir de estas acciones, la UARIV y la ANDJE elevaron a esta Sala Especial


un conjunto de solicitudes mediante las cuales buscan que se apliquen al
presente caso los precedentes de CAJANAL y COLPENSIONES, las cuales se
pueden agrupar de la siguiente manera:

Primero. Disponer, con efectos inter communis, que los jueces de la República,
en el momento de resolver las acciones de tutela que reclaman el
reconocimiento de las medidas de ayuda humanitaria o indemnización
administrativa, y/o la protección del derecho de petición cuando se encuentra
relacionado con esos componentes, sigan la siguiente regla:

(a) Cuando se cumplan las reglas de procedibilidad formal y material, el


juez concederá la tutela del derecho de petición, pero dispondrá que la
UARIV tiene hasta el 31 de julio de 2017 para cumplir el fallo de acuerdo
al orden de prioridad que se adopte, absteniéndose de impartir órdenes
relacionadas con reconocimientos económicos.

A su vez, al pronunciarse sobre los incidentes de desacato ocasionados por el


incumplimiento de la UARIV a las órdenes de tutela impartidas en estos casos,
los jueces deben seguir la siguiente regla:

(b) Se suspendan las sanciones por desacato, tanto de arresto como de


multa, dictadas desde enero de 2012, hasta el 31 de julio de 2017, fecha

17
“A la fecha existen 156 órdenes de arresto vigentes en contra de algunos de los directivos de la Entidad, de
los cuales 111 son en contra de la Directora General. Se estima que cerca del 98% de los casos de sanciones
confirmadas tienen implícita una orden de arresto, y en materia de sanciones de multa, se refleja un alto volumen
de procesos coactivos adelantados por los Consejos Seccionales de la Judicatura en contra de los directivos de
la Entidad. La Unidad para las Víctimas registra la existencia de 355 procesos coactivos por una suma superior
a $628 millones, donde 256 procesos se adelantan contra la Directora General en cuantía aproximada a los 445
millones. Adicionalmente, efectuado un proceso de verificación sobre procesos de tutelas adelantados en los
distritos judiciales de Medellín, Montería, Villavicencio y Florencia, se evidencia la existencia de
aproximadamente 990 tutelas en las cuales se impuso sanción de multa, en cuantía aproximada a $1.900
millones, y se encuentran pendiente de apertura del proceso de cobro persuasivo o coactivo”. UARIV. Op.Cit.
Solicitud. Págs. 3 y 7.
6
Auto 206 del 2017

límite que dispone la UARIV para cumplir las sentencias de tutela que
ordenaron la contestación de una petición o el reconocimiento de una
medida de asistencia, atención y reparación integral, o alguna asociada al
post registro.18

Segundo. Reiterar a los jueces de la República el precedente fijado en


COLPENSIONES en materia de levantamiento de sanciones cuando medie un
hecho superado, carencia actual de objeto e inexistencia de responsabilidad
subjetiva del sancionado en el incumplimiento de la orden. De manera
complementaria, la UARIV solicita que se requiera al Consejo Superior de la
Judicatura para que suspenda los procesos de cobro persuasivo o coactivo,
incluidas las medidas cautelares decretadas, que se adelanten en contra de los
funcionarios y ex funcionarios de la Unidad para las Víctimas, generados en
virtud de las tutelas que tengan relación con el fenómeno presentado.19

Tercero. Requerir al Consejo Superior de la Judicatura que emita una circular a


todos los jueces de la República para que exijan de manera estricta la
configuración de los elementos normativos exigibles cuando la tutela es
interpuesta por agente oficioso, en los términos de la línea jurisprudencial
señalada en la Sentencia T-025 de 2004 y reiterada, entre otras, por la Sentencia
T 569 de 2014.20

Cuarto. Solicitar la práctica de inspección judicial u ocular a la situación de


intermediarios con el fin de comprobar el hecho del abuso del derecho o la
desinformación a la que están sometidas las víctimas en algunos municipios del
país, a través de la designación de una comisión que se traslade al departamento
de Antioquia y, en coordinación con la Unidad para las Víctimas y la Fiscalía
General de la Nación, se practique la mencionada prueba. En este sentido, la
Unidad para las Víctimas requiere que la Corte Constitucional analice la
posibilidad de solicitar a la Fiscalía General de la Nación que asigne fiscales
especiales para investigar las denuncias que la UARIV ha elevado por estos
hechos.21

Intervenciones de los organismos de control y de los acompañantes del proceso

Los organismos de control y los acompañantes del proceso de seguimiento a la


sentencia T-025 del 2004 coinciden, a grandes rasgos, en que la interposición
masiva y generalizada de derechos de petición y de acciones de tutela responde,
en términos generales, a la persistencia de las causas que generaron el ECI.22

18
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 79
19
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 80
20
Ibídem.
21
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 81
22
Defensoría del Pueblo (DP). Delegada para la Orientación y Asesoría a Víctimas. Análisis del modelo de
medición de carencias de subsistencia mínima. Presentado el 05 de julio del 2016, pág. 5; Procuraduría General
de la Nación (PGN). Observaciones sobre el plan de trabajo presentado por la UARIV para superar el atraso
en la respuesta a las peticiones y acciones de tutela presentadas por las víctimas del conflicto armado.
Presentado el 28 de junio de 2016, pág. 1; Comisión de Seguimiento a la Política Pública Sobre Desplazamiento
Forzado (CSPPDF). Algunas reflexiones jurídicas sobre la solicitud de suspensión de sanciones por desacato
presentada por la UARIV y la ADJE a la Sala Especial de Seguimiento de la Sentencia T-025 de la Corte
Constitucional. Julio del 2016, pág. 8.
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Auto 206 del 2017

De manera más precisa, enfatizaron en que el cúmulo elevado de recursos


interpuestos se explica por la falta de continuidad y desarticulación entre las
políticas asistencialistas, como la entrega de la ayuda humanitaria, y las medidas
que le permitan a la población desplazada lograr la estabilización
socioeconómica, como los programas de generación de ingresos y de empleo.23
Lo anterior, como parte de una política pública de atención a las personas
desplazadas desfinanciada, con insuficiente capacidad institucional y profundos
problemas de articulación.24

En esta dirección, argumentan que el Gobierno Nacional debería, en primera


instancia, solucionar estos aspectos “estructurales”,25 en lugar de
responsabilizar a los jueces y a las personas desplazadas de utilizar
inadecuadamente la acción de tutela y de configurar la “crisis actual”;26
situación que, por lo tanto, no es en ningún momento “sobreviniente”.27

Por ello, recomiendan no restringir el acceso al recurso de amparo por parte de


la población desplazada;28 más aún si, en la actualidad, la ruta administrativa
que plantea el Gobierno para entregar la ayuda humanitaria, junto con su
estrategia para entender por superada la situación de emergencia de las personas
desplazadas (Decreto 2569/14), plantea serias dudas en términos de acceso,
cobertura y fiabilidad.29

Finalmente, consideran que esta Corporación debería, en primera instancia,


pronunciarse acerca de la constitucionalidad del actual modelo de medición de
carencias –el cual establece una serie de criterios y procedimientos
administrativos para establecer cuándo una persona logra satisfacer los
componentes relativos a la subsistencia mínima y, con ello, deja de ser
destinataria de la ayuda humanitaria-, antes de aprobar las solicitudes elevadas
por la UARIV y la ANDJE.30

Cada uno de los intervinientes realizó algunas recomendaciones más precisas,


en caso de que la Sala Especial acoja las solicitudes elevadas por el la UARIV
y la ANDJE, las cuales se expondrán en su momento, cuando esta Sala Especial
entre a resolver el caso concreto (Sección III).

23
DP. Op. Cit. Julio de 2016, págs. 7,30; PGN. Op.Cit. Junio de 2016, pág. 5. Consejo Noruego de Refugiados
(CNR). Auto 566 de 2016. Observaciones al traslado de documentación enviada por la Unidad Para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas en virtud de la solicitud efectuada en los autos 373, 395 y 495
de 2016. Sentencia T-025 de 2004. Presentado el 17 de enero de 2017, pág. 5; Contraloría General de la
República (CGR). Concepto de la CGR frente a la solicitud elevada por la UARIV y la ANDJE en torno a la
suspensión de las sanciones impuestas a las directivas de la UARIV, derivadas del desacato de fallos de tutela.
Presentado el 28 de junio de 2016, pág. 8.
24
DP. Op.Cit. Julio de 2016, págs. 7-8; CGR. Op.Cit. Junio de 2016, pág. 6.
25
PGN. Op.Cit. Junio de 2016, pág. 2. CSPPDF. Op.Cit. Julio de 2016, pág. 5; CNR. Op.Cit. Enero de 2017,
pág. 3; CGR. Op.Cit. Junio de 2016, págs. 27-28.
26
DP. Op.Cit. Julio de 2016, pág. 16; CSPPDF, Op.Cit. Julio de 2016, págs. 3-4.
27
DP. Op.Cit. Julio de 2016, págs. 16-17; CSPPDF. Op.Cit. Julio de 2016, págs. 4-5.
28
DP. Op.Cit. Julio de 2016, pág. 44; CNR. Op.Cit. Enero de 2017, pág 3; CSPPDF. Op.Cit. Julio de 2016,
pág. 6.
29
DP. Op.Cit. Julio de 2016, págs. 24-25; CGR. Op.Cit. Junio de 2016, pág. 21.
30
PGN. Pág. 2. CSPPDF, Págs. 5-6, 10.
8
Auto 206 del 2017

Competencia de la Sala Especial de Seguimiento a la sentencia T-025 del 2004


para abordar las solicitudes presentadas por la UARIV y la ANDJE

La Corte Constitucional, tanto en sede de revisión de tutela como en el marco


del seguimiento a la sentencia T-025 del 2004, ha proferido diferentes autos
encaminados a verificar e impulsar el cumplimiento de las órdenes emitidas en
el 2004, en ejercicio de las competencias atribuías en el artículo 27 del Decreto
2591 de 1991.31 Conforme lo precisó esta Sala Especial en el auto 373 del 2016,
la intervención del juez constitucional en la política pública dirigida a la
población desplazada es excepcional y residual, en tanto “se justifica ante
situaciones complejas de bloqueos institucionales o de prácticas
inconstitucionales, que a pesar de provocar una vulneración masiva y
sistemática de los derechos fundamentales, no reciben una adecuada respuesta
por parte de la administración en el marco de sus procedimientos ordinarios
de seguimiento y de corrección de falencias”.32 Esto implica que el juez
constitucional no está investido para intervenir ante cualquier obstáculo de la
política pública, ni para “suplantar las funciones y labores de las entidades
estatales”,33 sino para “encauzarlas cuando han demostrado fallas o defectos
graves”.34 En tanto las autoridades puedan servirse de los mecanismos
habituales, constitucionales y legales de corrección de falencias, no hace falta
que la Corte mantenga la intervención en la materia.35

El presente caso es una de aquellas situaciones excepcionales que justifican la


intervención del juez constitucional en la política pública de atención a la
población desplazada, razón por la cual esta Sala Especial es competente para
abordar las solicitudes elevadas por la Unidad para las Víctimas. De una parte,
las problemáticas planteadas por la UARIV y la ANDJE representan (i) una
situación compleja (bloqueo institucional) que, tal y como lo reconoce el
propio Gobierno Nacional, no logra ser resuelta por parte de la administración,
en el marco de sus procedimientos ordinarios de corrección de falencias, sino
que requiere de la intervención de la Corte Constitucional; (ii) esta problemática
entraña una vulneración masiva y generalizada de derechos humanos. De la
otra, la problemática que exponen las mencionada entidades no sólo (iii) guarda
una conexidad temática con algunas de las fallas sobre las cuales esta
Corporación mantuvo el seguimiento en el auto 373 del 2016. Más aún, abordar
tal situación (iv) es necesario para avanzar en la superación de las prácticas
inconstitucionales descritas en ese pronunciamiento, y para materializar los
fines que se persiguen con las órdenes dictadas en el auto 373 del 2016.

(i) De acuerdo con lo informado por la UARIV y la ANDJE, la interposición


creciente y masiva de acciones de tutela para acceder a los recursos que

31
Sobre la competencia de la Corte para dictar autos que aseguren el cumplimiento de lo ordenado en una
sentencia de tutela, ver, entre otros, los autos 010 y 045 de 2004 (M.P. Rodrigo Escobar Gil). Ver también la
sentencia T-086 de 2003 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa).
32
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
33
Corte Constitucional. Sentencia T-388 del 2013 (M.P. María Victoria Calle). Reiterada en el auto 373 del
2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
34
Corte Constitucional. Sentencia T-388 del 2013 (M.P. María Victoria Calle). Reiterada en el auto 373 del
2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
35
Cf. Corte Constitucional. Sentencia T-762 de 2015 (M.P. Gloria Stella Ortiz). Reiterada en el auto 373 del
2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
9
Auto 206 del 2017

contemplan la ayuda humanitaria y la indemnización, ante la falta también


generalizada de una respuesta oportuna a las peticiones por parte de las
autoridades responsables, entorpece el proceso administrativo para atender a la
población desplazada, al provocar que la respuesta institucional se vuelque a
tramitar los requerimientos judiciales, en desmedro de los cauces
administrativos ordinarios. En efecto, la respuesta oportuna de las acciones de
tutela incentiva que las personas desplazadas acudan cada vez más a esta ruta
para reivindicar sus derechos. A su vez, mantenerse al día en el trámite de estas
acciones judiciales implica para las autoridades transferir cada vez más recursos
y personal destinados originariamente al proceso administrativo, hacia la ruta
judicial, lo que genera, por su parte, un deterioro en los tiempos y la calidad de
respuesta en la ruta ordinaria. Esta dinámica también se traduce en un incentivo
para acudir preferentemente a la vía judicial, de tal manera que se provoca un
círculo vicioso que configura un bloque institucional (ver infra.)36

La UARIV afirma que no cuenta con la capacidad, por sí misma, para superar
esta situación, porque los términos legales que impone el ordenamiento jurídico
para responder a las acciones de tutela la fuerzan a darle prioridad a la ruta
judicial sobre la ruta administrativa (D. 2591/91, arts. 27 y 29). En esa medida,
la entidad considera que se encuentra atada a la obligación de dar una respuesta
oportuna al número creciente de decisiones judiciales, las cuales, al centrarse
en los casos individuales y concretos, pierden de vista “en su conjunto” el
desequilibrio administrativo que se está provocando. Por lo anterior, solicitó la
intervención de esta Corte, para que, en tanto tribunal de cierre de la jurisdicción
constitucional y en sede de seguimiento a la sentencia T-025 del 2004, adopte
una serie de remedios que tengan en cuenta la perspectiva global de la política
pública, que permitan encauzar las funciones y labores que desempeña la
entidad de ordinario, superando los desequilibrios planteados.

(ii) La situación que exponen la UARIV y la ANDJE pone en riesgo o provoca


una vulneración masiva y generalizada de derechos fundamentales, tal y como
ya fue advertido por esta Sala Especial mediante el auto 373 del 2016.
Conforme lo entrevió esta Corporación, la presión que está generando la ruta
judicial afecta el derecho a la igualdad entre las personas desplazadas.37
También puede provocar el desconocimiento del derecho de petición, en tanto
las autoridades no cuentan con la capacidad para responder a las peticiones
mediante las cuales la población desarraigada requiere información relacionada
36
En la misma dirección, la Procuraduría General de la Nación considera que: “evidentemente existe una
situación constitucionalmente relevante que impone la intervención de la Corte Constitucional. La Unidad
demostró la presencia de un conjunto de obstáculos que impiden el cumplimiento de los términos dispuestos
por la ley para la resolución de peticiones de ayuda humanitaria y el acatamiento de las órdenes dictadas por
los jueces de tutela”. PGN. Op.Cit. Junio de 2016. Pág. 1.
37
“La magnitud de la demanda de asistencia humanitaria, cuyo mayor porcentaje proviene de personas cuyo
desplazamiento ocurrió hace más de un año y que no tiene un nivel extremo de vulnerabilidad –de acuerdo con
los criterios definidos por la UARIV-, está dificultando que la ayuda se entregue de manera oportuna a los casos
caracterizados por el Gobierno como de vulnerabilidades más altas. A esta situación hay que adicionar el
gran número de solicitudes que ingresan por la ruta de acciones judiciales, esto es, aquella ruta que tiene
mayor prioridad debido a los términos impostergables y las sanciones que apareja, a pesar de que no en
todos los casos las solicitudes que se tramitan por esta ruta se encuentran en condiciones altas de
vulnerabilidad. En última instancia, por una u otra razón, se están presentando distorsiones en el componente
de ayuda humanitaria, que se traducen en la prevalencia de los casos de vulnerabilidades bajas y, con ello, en
la postergación de aquellos de vulnerabilidades altas”. (énfasis agregado). Corte Constitucional. Auto 373 del
2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
10
Auto 206 del 2017

con el pago de la ayuda humanitaria o de la indemnización administrativa, en


términos oportunos y adecuados. Finalmente, esta situación también puede traer
consigo una vulneración del derecho fundamental al mínimo vital de las
personas que requieren de la ayuda humanitaria o de la indemnización
administrativa. Esto afecta por igual a la población desplazada que interpone la
acción de tutela, en tanto este mecanismo deja de ser eficiente para lograr una
respuesta idónea por parte de las autoridades; como a las otras personas que
optan por la ruta administrativa y encuentran una respuesta aún más inoportuna
en comparación con quienes acuden al recurso de amparo.

Ahora bien, no se puede pasar por alto que la problemática planteada por la
UARIV y la ANDJE implica que esta Sala Especial adopte un conjunto de
medidas que afectan las labores que de ordinario desempeñan los jueces de la
República, en ejercicio de la independencia y la autonomía reconocida a nivel
constitucional (C.P. Artículos 228 y 230). Lo anterior, a pesar de que no es
competencia de esta Sala pronunciarse sobre la constitucionalidad de las
actuaciones judiciales que problematizan las solicitantes. Las consideraciones
y las medidas que se van a adoptar a continuación no deben entenderse, en
consecuencia, como un reproche de legalidad sobre asuntos que no han sido
sometidos al debido proceso constitucional. Más aún, si la práctica que están
denunciando las solicitantes sólo se puede apreciar desde una perspectiva
global, razón por la cual no es adecuado exigirles a los jueces un razonamiento
semejante cuando se pronuncian sobre los casos individuales que tienen bajo su
consideración. Por estas razones, los jueces conservan la facultad para apartarse
de las consideraciones y las medidas que a continuación se van a desarrollar, a
través de una carga argumentativa suficiente, clara y explícita.

(iii) Adicionalmente, las decisiones que proferirá esta Sala Especial deben
entenderse como parte de las problemáticas sobre las cuales decidió mantener
el seguimiento, mediante el auto 373 del 2016, relacionadas con las dificultades
en la implementación del Decreto 2569 del 2014,38 de una parte; y, de la otra,
con la falta de claridad acerca de los criterios de priorización y la suficiencia
presupuestal que afectan el componente de indemnización administrativa;39
aspectos sobre los cuales se profirieron las respectivas órdenes.40

La Corte mantuvo la competencia sobre estas materias porque encontró


prácticas inconstitucionales en ambos casos. En relación con la ayuda
humanitaria, esta Sala consideró que si bien el Gobierno persigue fines
constitucionales válidos, que es determinante respaldar, con la promulgación
del Decreto 2569 del 2014, al buscar una asignación de recursos más equitativa
entre las personas desplazadas;41 su implementación fue insensible ante las

38
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas). Sección 2.3.2.2.2. (i)-(vi).
39
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas). Sección 2.2.2. (iii) (a) y (b).
40
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas). Órdenes tercera y vigésimo sexta
(presupuesto/indemnización administrativa), y trigésimo segundo y trigésimo tercero (ayuda humanitaria).
41
“Esta Sala Especial considera, al igual que la Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo,
que es acertado el propósito que persigue el Gobierno para identificar a aquellas personas que en la actualidad
se encuentran en situaciones de urgencia extraordinaria, en condiciones altas de vulnerabilidad y/o que no se
encuentran en condiciones para asumir su sostenimiento, que todavía requieren de la entrega de la ayuda. En
consecuencia, es necesario identificar a aquellas personas que no presentan esas condiciones acentuadas de
vulnerabilidad, que han accedido a otras fuentes de ingresos estables, y que ya superaron la fase de emergencia
11
Auto 206 del 2017

personas que, en su momento, fueron catalogadas en vulnerabilidades altas.42


Con ello, la Corte respaldó la implementación del Decreto 2569 del 2014, pero
ordenó que se mantenga la entrega de los recursos a favor de estas personas
vulnerables, sin perjuicio de que, una vez realizada la evaluación de sus
carencias, “se determine que se han superado las condiciones de vulnerabilidad
y se proceda a suspender la entrega de la ayuda.”43

En el caso de la indemnización administrativa, la Corte consideró que a pesar


de que Gobierno Nacional persigue fines constitucionales legítimos, al priorizar
a determinados segmentos de la población desplazada sobre otros, para efectos
de entregar la indemnización (i.e. avances en la ruta de estabilización
socioeconómica), esta apuesta “restringe de manera desproporcionada su
derecho a la reparación por esta vía.”44 Por ello, ordenó a las autoridades que,
de acuerdo con su planeación presupuestal, esclarecieran los segmentos de la
población desplazado, el orden y los términos dentro de los cuales van a acceder
a la indemnización administrativa.

(iv) Como se desprende de lo anterior, más allá de la conexidad temática que


existe entre estas materias y las cuestiones presentadas por la UARIV y la
ANDEJ, esta Sala encuentra que es necesario resolver las solicitudes planteadas
por el Gobierno. Esto, porque la situación actual está impidiendo que se avance
en la superación de las prácticas inconstitucionales descritas, que se dé cabal
cumplimiento a las órdenes proferidas y, más importante aún, que se alcancen
los fines que se persiguen con el auto 373 del 2016 en esos componentes, esto
es: (a) una asignación equitativa de recursos entre las personas desplazadas en
materia de ayuda humanitaria, que sea sensible frente a las personas más
vulnerables; (b) que el Gobierno fije reglas de juego claras y transparentes
acerca de las condiciones de modo y tiempo bajo las cuales las personas
desplazadas van a recibir la indemnización administrativa.

Así, la situación que plantean las mencionadas entidades puede envolver, como
ya se enfatizó, una asignación inequitativa de recursos en materia de ayuda
humanitaria entre las personas desplazadas, cuya corrección requiere, no
obstante, que las autoridades sean sumamente sensibles frente a las personas
que presentan mayores niveles de vulnerabilidad. A su vez, las medidas que
sugieren la UARIV y la ANDJE en materia de indemnización administrativa,
no sólo deben garantizar la igualdad entre quienes solicitan tales recursos, sino
que deben enmarcarse dentro de las reglas precisas y transparentes que ordenó

y la situación de vulnerabilidad que se produce con el desarraigo y, en consecuencia, ya no deben seguir


recibiendo esa ayuda. Este es un paso necesario para garantizar que la ayuda se reconozca y entregue de manera
adecuada, oportuna y completa, atendiendo a la situación de emergencia y a las condiciones de vulnerabilidad
que afectan a la población desplazada por la violencia, bajo un análisis que sea fiel a sus condiciones
materiales”. Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
42
“Esta Sala advierte que la implementación de este Decreto (…) no ha estado exenta de trabas y de problemas
importantes de cobertura y de acceso. En esa medida, esta Corporación considera que sujetar la entrega de la
ayuda humanitaria a la realización del PAARI es una práctica inconstitucional para aquellas personas que, de
acuerdo con el esquema anterior de medición, se catalogaron como de “vulnerabilidades altas” haciendo
especial énfasis en aquellas que enfrentan factores que acrecientan la vulnerabilidad con el paso del tiempo (i.e.
etarios, condiciones de discapacidad)”. Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
43
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
44
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
12
Auto 206 del 2017

este Tribunal, acerca de las condiciones en las cuales las personas desplazadas
van a recibir tales recursos.

Finalmente, si bien esta solicitud es un asunto que no fue previsto en el auto 373
del 2016, esta Sala considera necesario pronunciarse al respecto, debido a la
naturaleza dialógica y participativa que inspira el proceso de seguimiento a la
Sentencia T-025 del 2004. En virtud de lo anterior, esta Sala Especial aborda
las situaciones que surgen en el marco de la política pública, no sólo
concernientes a la población desplazada, los actores de la sociedad civil y los
Órganos de Control, sino, también, al Gobierno Nacional, en tanto guarden una
relación temática con los bloqueos y las prácticas inconstitucionales definidas
en el auto 373 del 2016, contribuyan al cumplimiento de las órdenes proferidas,
y faciliten alcanzar los fines que se persiguen en ese pronunciamiento, en cada
uno de los componentes analizados.

Ahora bien, no se puede pasar por alto que la problemática planteada por la
UARIV y la ANDJE implica que esta Sala Especial adopte un conjunto de
medidas que afectan las labores que de ordinario desempeñan los jueces de la
República, en ejercicio de la independencia y la autonomía reconocida a nivel
constitucional (C.P. Artículos 228 y 230). Lo anterior, a pesar de que no es
competencia de esta Sala pronunciarse sobre la constitucionalidad de las
actuaciones judiciales que problematiza la Unidad para las Víctimas. Las
consideraciones y las medidas que se van a adoptar a continuación no deben
entenderse, en consecuencia, como un reproche de legalidad sobre asuntos que
no han sido sometidos al debido proceso constitucional. Más aún, si la práctica
que está denunciando el Gobierno Nacional sólo se puede apreciar desde una
perspectiva global, razón por la cual no es adecuado exigirles a los jueces un
razonamiento semejante cuando se pronuncian sobre los casos individuales que
tienen bajo su consideración. Por estas razones, los jueces conservan la facultad
para apartarse de las consideraciones y las medidas que a continuación se van a
desarrollar, a través de una carga argumentativa suficiente, clara y explícita.

Antes de plantear los problemas jurídicos que es preciso resolver para dar
respuesta a las solicitudes presentadas por el Gobierno Nacional, esta Sala
considera que es pertinente hacer algunas aclaraciones concernientes a los
argumentos que plantearon los organismos de control y acompañantes del
proceso de seguimiento, recogidos en el acápite anterior.

La valoración acerca de la superación o permanencia de las falencias


estructurales que detonaron el ECI, junto con otras fallas de coordinación y
articulación institucional que, en su conjunto, pueden explicar el número
elevado de acciones de tutela y derechos de petición que se interponen a diario
en contra de la UARIV, no va a ser objeto de este pronunciamiento. Lo anterior,
no sólo porque envuelve una compleja problemática que ya fue objeto de un
pronunciamiento reciente por parte de esta Sala Especial.45 Más aún, la
situación que plantean las solicitantes implica una serie de problemas jurídicos
que es necesario resolver de inmediato, atendiendo al estado actual de la

45
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas).
13
Auto 206 del 2017

política, junto con las limitaciones presupuestales e institucionales que la


acompañan. Porque lo que está en juego en este caso es el imperativo de adoptar
una serie de remedios que permitan maximizar el GED de la población
desplazada, en las circunstancias actuales. Así, el gran interrogante que está en
juego es si la población desplazada está en una situación mejor o peor con la
actual práctica que el Gobierno está poniendo de presente, y si las medidas que
sugieren la UARIV y la ANDJE contribuyen a mejorar su situación. Lo anterior,
en lo concerniente a una posible vulneración generalizada de los derechos de
petición, el mínimo vital y a la igualdad de las personas desplazadas por la
violencia.

Por lo tanto, el argumento general planteado por los intervinientes, acorde con
el cual es necesario, en primer lugar, superar el ECI antes que adoptar medidas
para corregir la “crisis actual” -como pueden ser las solicitudes planteadas por
el Gobierno-, pasa por alto la necesidad de adoptar una serie de acciones que
permitan corregir, si bien no toda la política pública, sí las arbitrariedades que
pueden estar ocurriendo de ordinario, con ocasión de la “crisis” que exponen
las autoridades.

Esto no quiere decir, sin embargo, que la decisión que vaya a adoptar esta Sala
Especial excuse a las autoridades, no sólo por la persistencia del ECI -ya
transcurridos trece años desde su declaratoria-, sino también por abstenerse de
responder en términos a las peticiones y a las acciones de tutela. Por ello, esta
Sala comparte la apreciación de la Sala Novena de Revisión de la Corte
Constitucional que, en el caso de COLPENSIONES, consideró lo siguiente: “lo
que interesa a la Corte en la presente causa es la protección de los derechos
fundamentales de los usuarios, amenazados por las acciones y omisiones de las
entidades, sin perjuicio de los reproches de índole constitucional a que haya
lugar (…) o las decisiones que en el ámbito de sus competencias tomen los
respectivos órganos de control”.46

Planteamiento de los problemas jurídicos

Esta Sala Especial considera que las solicitudes elevadas por la UARIV y la
ANDJE plantean cuestiones profundas que es preciso esclarecer antes de
analizarlas en concreto. Así, cuando la UARIV solicita a la Corte que exhorte a
los jueces para que se abstengan de impartir órdenes relacionadas con
reconocimientos económicos en materia de ayuda humanitaria e indemnización
administrativa, y para posponer su cumplimiento, su postura parece poner en
entredicho que la acción de tutela sea, en estos casos, el mecanismo idóneo y
eficaz para proteger los derechos fundamentales de las personas desplazadas.
Esto va de la mano con un cuestionamiento del uso indebido de la agencia
oficiosa que, a juicio del Gobierno, algunos intermediarios promueven para
reivindicar los derechos de la población desplazada.

Luego, esta Sala Especial debe resolver los siguientes problemas jurídicos: en
aquellos casos en los que las autoridades enfrentan situaciones de bloqueo

46
Corte Constitucional. Auto 110 de 2013 (MP. Luis Ernesto Vargas Silva)
14
Auto 206 del 2017

institucional, que les impiden responder oportunamente las peticiones y las


tutelas elevadas por las personas desplazadas, tal y como está ocurriendo en
materia de ayuda humanitaria e indemnización administrativa, ¿el recurso de
amparo es el medio más adecuado y expedito para reivindicar sus derechos? En
estas situaciones, ¿cuál es el alcance de la figura de la agencia oficiosa para
exigir el cumplimiento de los derechos de esa población?

A su vez, al afirmar que las personas desplazadas acceden a los recursos de la


ayuda humanitaria y de la indemnización administrativa de manera inmediata y
casi mecánica con la interposición de una acción de tutela, al obtener un
resultado favorable únicamente a partir de una petición que no es resuelta
oportunamente, sin que su situación pueda verificarse, y sin que se pueda
establecer su respectivo nivel de vulnerabilidad, el Gobierno plantea una
práctica que implica indagar por la aplicación de los principios de
subsidiariedad e inmediatez de la acción de tutela, en materia de desplazamiento
forzado. Por lo tanto, la cuestión que debe resolver esta Corporación consiste
en determinar: ¿cuáles son los requisitos mínimos, pero no desproporcionados,
que las personas desplazadas deben cumplir para reivindicar sus derechos vía
tutela, observando los principios de inmediatez y subsidiariedad?

La entrega de la ayudada humanitaria y de la indemnización administrativa, vía


respuesta inoportuna o inadecuada de una petición, también implica
cuestionarse por el alcance de la protección del derecho de petición a través del
recurso de amparo, cuando está de por medio el acceso a este tipo de
prestaciones económicas. En estos casos es fundamental preguntarse, tal y como
lo sostiene la Unidad, por los riesgos que surgen en materia del derecho a la
igualdad, cuando los jueces de la República ordenan de manera directa e
inmediata el pago de la ayuda humanitaria, ante la respuesta inoportuna de la
petición. Así las cosas, la Sala debe resolver: ¿bajo qué escenarios es procedente
la acción de tutela para reivindicar el derecho de petición, cuando se encuentra
relacionado con la ayuda humanitaria, dando estricto cumplimiento al derecho
a la igualdad? Este interrogante también es preciso resolverlo cuando las
personas desplazadas impugnan vía tutela las decisiones de la administración
que suspenden o modifican el pago de esos recursos: ¿es la acción de tutela un
recurso adecuado para controvertir los actos administrativos relativos a la ayuda
humanitaria?

Finalmente, el aumento del número de personas que accede a los recursos de la


indemnización administrativa cuando, en la mayoría de los casos, sólo solicitan
información acerca de una fecha probable de entrega, implica preguntarse: ¿en
qué consiste la naturaleza fundamental del derecho a la indemnización
administrativa y bajo qué circunstancias es susceptible de ser amparado a través
del recurso de amparo?

Para responder a estos interrogantes, esta Sala va a pronunciarse sobre las


características y los requisitos que deben cumplirse para interponer la acción de
tutela, mediante la agencia oficiosa (sección 1); la procedencia de la acción de
tutela para reivindicar los derechos de la población desplazada por la violencia
(sección 2); la aplicación flexible de los principios de inmediatez y
15
Auto 206 del 2017

subsidiariedad en materia de desplazamiento forzado (sección 3); los requisitos


mínimos que las personas desplazadas deben cumplir para reivindicar sus
derechos vía tutela (sección 4); las cargas desproporcionadas ante las cuales las
personas desplazadas pueden interponer el recurso de amparo (sección 5); las
características y los escenarios bajo los cuales es procedente la acción de tutela
para reivindicar el derecho de petición, cuando se encuentra relacionado con la
ayuda humanitaria (sección 6); la tutela como instancia adecuada para
controvertir los actos administrativos en materia de acceso a la ayuda
humanitaria (sección 7) y, finalmente, (sección 8) el derecho a la indemnización
administrativa de las víctimas de desplazamiento forzado y su protección
constitucional vía acción de tutela.

Una vez desarrolladas estas consideraciones, la Sala Especial procederá a


resolver los planteamientos elevados por las solicitantes

II. CONSIDERACIONES

1. Las características y los requisitos para interponer la acción de tutela


por medio de la agencia oficiosa

La Corte Constitucional ha establecido que, de acuerdo con el artículo 10 del


Decreto 2591 de 1991, es admisible la interposición de la acción de tutela por
vía de la agencia oficiosa en aquellos casos en los que el titular o los titulares
de los derechos fundamentales vulnerados y/o amenazados no estén en
condiciones de defenderlos por sí mismos. Este Tribunal ha aceptado el empleo
de la agencia oficiosa, como expresión del principio de solidaridad, en casos de
menores de edad, enfermos de gravedad, personas en situación de discapacidad
física y mental, indigentes y población desplazada.47 En relación con este último
segmento poblacional, la Corte se ha pronunciado no sólo sobre la posibilidad
de que las asociaciones de población desplazada promuevan la agencia oficiosa,
sino que también ha reconocido la que es ejercida por organizaciones defensoras
de derechos humanos,48 hijos en relación con sus padres,49 líderes
comunitarios50, particulares51 y el Ministerio Público, en ejercicio de sus
deberes constitucionales y legales.52

47
A través de la agencia oficiosa se han reivindicado los derechos de la población desplazada relacionados con
el registro, el derecho de petición, la ayuda humanitaria, el acceso a la vivienda, las garantías frente a los
desalojos, el retorno y la reubicación, entre otros. Acerca de línea jurisprudencial sobre agencia oficiosa para la
población desplazada, ver las siguientes sentencias: T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-
078 de 2004 (Clara Inés Vargas Hernández), T-284 de 2005 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra), T-1067 de 2007
(M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-190 de 2009 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva), T-177 de 2010 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva), T-367 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-109 de 2011 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva), T-267 de 2011 (M.P. Mauricio González Cuervo), T-312 de 2011 (M.P. Juan Carlos
Henao Pérez), T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-091 de 2013 (M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez), T-732 de 2013 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-470 de 2014 (M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez) y T-626 de 2016 (M.P. María Victoria Calle Correa).
48
Corte Constitucional. Sentencia T-367 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa).
49
Corte Constitucional. Sentencia T-177 de 2010 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
50
Corte Constitucional. Sentencias T-267 de 2011 (M.P. Mauricio González Cuervo) y T-312 de 2011 (M.P.
Juan Carlos Henao Pérez).
51
Corte Constitucional. Sentencia T-732 de 2013 (M.P. María Victoria Calle Correa).
52
Corte Constitucional. Sentencias T-109 de 2011 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva) y T-091 de 2013 (M.P.
Luis Guillermo Guerrero Pérez).
16
Auto 206 del 2017

Conforme lo ha reiterado la jurisprudencia de esta Corte, la situación de


vulnerabilidad de las personas desplazadas, sumada a la presencia en su interior
de otros grupos especialmente protegidos por la Constitución (i.e. menores de
edad, mujeres cabeza de familia, personas de la tercera edad y minorías étnicas),
hace excesivo exigirles recurrir al recurso de amparo por sí mismos o por
intermedio de un apoderado judicial. Por esta razón, ha justificado un trato
diferenciado y flexible a favor de las personas desarraigadas, tal como el que
consagra la figura de la agencia oficiosa para interponer la acción de tutela.

Esto no quiere decir, sin embargo, que los promotores de la agencia oficiosa se
encuentren exentos de cumplir con ciertos requisitos mínimos para ejercerla.
Esta figura está sujeta a la verificación de una serie de requisitos con el objetivo
de que las tutelas promovidas a favor de la población desplazada, especialmente
las de carácter masivo, no se desnaturalicen, no sean producto de actuaciones
temerarias, no vayan en contra de su consentimiento y, sobre todo, no deriven
en abusos en contra de este grupo vulnerable.

Para el caso de las agencias oficiosas promovidas por organizaciones de


población desplazada y defensoras de derechos humanos, la jurisprudencia
constitucional ha exigido: (i) la acreditación de la existencia y representación
legal de la asociación; (ii) la individualización de los miembros respecto de los
cuales se recurre al amparo; y (iii) que no se derive del acervo probatorio que
obra en el proceso la falta de consentimiento de las personas desplazadas
representadas.53

En los casos en los cuales los líderes comunitarios, los particulares, y los hijos
fungen como agentes oficiosos de sus padres desplazados, esta Corporación ha
requerido, asimismo, que se cumpla con los siguientes requisitos: (i) que se
demuestre que el interés de los agentes oficiosos es serio y real; (ii) que, en ese
orden de ideas, los recursos interpuestos estén dirigidos a proteger los derechos
de los agenciados; (iii) que los agentes oficiosos manifiesten que actúan en tal
calidad; (iv) que estos individualicen a quienes representan, (v) que evidencien
los motivos por los cuales sus agenciados no pueden defender sus derechos por
sí mismos; y (vi) que los agenciados no expresen desacuerdo con la
representación ejercida por sus agentes.54

Para el caso de los hijos que interponen la acción de tutela en nombre de sus
padres desplazados, haciendo uso de la figura de la agencia oficiosa, la Corte

53
Corte Constitucional. Sentencias T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-367 de 2010 (M.P.
María Victoria Calle Correa), T-267 de 2011 (M.P. Mauricio González Cuervo) y T-182 de 2012 (M.P. María
Victoria Calle Correa). En la T-267 de 2011, esta Corporación dio especial relevancia a dos de los tres requisitos
exigidos para los casos de agencia oficiosa cuando se trata de asociaciones de población desplazada, a saber:
acreditación de la existencia y representación legal de la asociación, y ausencia de indicios de que se obra en
contra de la voluntad de los representados. Adicionalmente, en este caso se hizo énfasis en que los agentes
oficiosos, además de ser los representantes legales de la asociación de población desplazada, eran también
miembros de la comunidad representada. En la T-367 de 2010 y T-182 de 2012, tras analizar las tutelas
interpuestas por organizaciones defensoras de derechos humanos y de población desplazada, respectivamente,
esta Corporación concluyó que sí se cumplía de manera estricta con los tres requisitos mínimos de la agencia
oficiosa para estos casos.
54
Corte Constitucional. Sentencias T-177 de 2010 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva), T-312 de 2011 (M.P. Juan
Carlos Henao Pérez), T-732 de 2013 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-470 de 2014 (M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez).
17
Auto 206 del 2017

no sólo tuvo en cuenta el cumplimiento de los requisitos recién descritos.55 Más


aún, este Tribunal recalcó que los hijos pueden tener “un interés legítimo y
actual para promover la tutela”, en aquellas situaciones en las que sus derechos
fundamentales están riesgo o han sido vulnerados, con ocasión de acciones u
omisiones de las autoridades, relacionadas con el acceso a determinados bienes
y servicios que impactan al “núcleo familiar” como un todo (ayuda humanitaria,
vivienda).56
Los jueces de tutela deben verificar estos requisitos para cumplir con el
imperativo de garantizarle a la población desplazada no sólo el acceso flexible
a la administración de justicia por vía de la agencia oficiosa, con lo que se evita
que se presente cualquier tipo de abuso, sino también la protección sus derechos
fundamentales.57 La Corte, en ese sentido, ha determinado que estos requisitos
deben valorarse de manera flexible y no necesariamente bajo el rigor de aquello
que es taxativo. Por lo tanto, los operadores judiciales deben prestar especial
atención a las condiciones de vulnerabilidad de las personas desplazadas (i.e.
comunidades étnicas);58 a la prevalencia del derecho sustancial sobre el procesal
que inspira a la acción de tutela (ver infra);59 y a las facultades oficiosas con las
que cuentan para subsanar defectos procesales.60 Lo anterior, sin relevar a los
actores de las cargas probatorias y procesales mínimas que sean exigibles en el
caso concreto para realizar la agencia oficiosa: “la representación judicial
[debe ejercerse] cumpliendo unos requisitos mínimos, pues no es admisible que

55
“[El accionante] también presenta la acción de tutela en nombre de sus padres como agente oficioso, pues
para ello también reúne los requisitos constitucionales. En efecto, (i) el accionante manifestó explícitamente en
su escrito de demanda que está actuando en nombre de sus padres, Manuela Cruz Trochez y Cesar Otero Arce,
y (ii) existen razones para afirmar que ellos no pueden instaurar la acción de tutela a nombre propio. El
accionante presentó prueba de que su padre sufre de “elefantiasis”, síndrome que le impide movilizarse con
facilidad, y que su madre, de la tercera edad, se encuentra al cuidado de él”. Corte Constitucional. Sentencia T-
177 de 2010 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
56
Corte Constitucional. Sentencia T-177 de 2010 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva). No obstante, no hay que
confundir esta figura de la agencia oficiosa que ejercen los hijos en nombre de sus padres, con la de la
representación legal que ejercen los padres a favor de sus hijos, cuando éstos no pueden hacer valer sus
derechos fundamentales por sí mismos. Acerca de la interposición de la acción de tutela por parte del
representante legal del titular de derechos, como ocurre en el caso de menores de edad, ver las sentencias T-
1019 del 2006 (Jaime Córdoba Triviño), T-1166 del 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), entre otras.
57
Corte Constitucional. Sentencias T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-267 de 2011 (M.P.
Mauricio González Cuervo) y T-470 de 2014 (M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez).
58
La Corte determinó que, cuando se trata de comunidades indígenas desplazadas, “los requisitos establecidos
para la representación de sus derechos se hacen menos exigentes (…) en aras de brindar una protección efectiva
de los derechos fundamentales que se estiman vulnerados.” Sentencia T-091 de 2013 (M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez).
59
Corte Constitutionnel. Sentencias T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-267 de 2011 (M.P.
Mauricio González Cuervo), T-312 de 2011 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez) y T-091 de 2013 (M.P. Luis
Guillermo Guerrero Pérez).
60
Corte Constitucional. Sentencias T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-312 de 2011 (M.P.
Juan Carlos Henao Pérez) y T-091 de 2013 (M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez). En la T-025 de 2004, dos
de los ocho expedientes de tutelas masivas acumulados que habían sido presentados bajo la figura de agencia
oficiosa no contaban con la acreditación de la existencia y representación de la asociación de población
desplazada. No obstante, al percatarse de que los documentos que acreditaban estas situaciones se encontraban
en otro de los expedientes acumulados, los hizo extensivos para estos dos y, finalmente, admitió las tutelas. En
la T-312 de 2011, esta Corporación estimó que, pese a que no se acreditaba la existencia y representación de
una organización de población desplazada formalmente constituida, existían suficientes documentos de soporte
que acreditaban el liderazgo comunitario del demandante o su calidad de agente oficioso, así como el interés de
sus representados en seguir reivindicando sus derechos a través de la vocería del demandante, razón por la cual
este Tribunal encontró legitimación por activa y admitió la tutela. En la sentencia T-191 de 2013, la Corte
estableció que cuando no existieran documentos formales que acreditaran la representación dentro de demanda
de tutela interpuesta, el juez debía asumir un rol activo y valorar en conjunto las demás actuaciones procesales
y documentos que acreditaran tal representación, y él mismo vincular de manera oficiosa al proceso a los
representados.
18
Auto 206 del 2017

la misma se pueda asumir de manera indeterminada o ilimitada, y demandar la


protección constitucional a su nombre, pese a la informalidad que caracteriza
a la acción de tutela”.61

Por lo anterior, la Corte ha exigido en sus pronunciamientos determinadas


actuaciones procesales y probatorias para acreditar el cumplimiento de los tres
requisitos exigibles a las asociaciones de desplazados para adelantar la agencia
oficiosa62 y, en consecuencia, ha rechazado aquellos casos en los que no se
cumple con estas cargas mínimas.63

2. Procedencia de la acción de tutela para reivindicar los derechos de la


población desplazada por la violencia

En una extensa y consolidada jurisprudencia, la Corte Constitucional ha


respaldado el uso de la acción de tutela por parte de la población desplazada
para reivindicar sus derechos, como una expresión del trato preferente que las
autoridades deben otorgarle a esa población vulnerable, en comparación con los
demás ciudadanos que no se encuentran en condiciones acentuadas de
debilidad.64 Así, a lo largo de sus pronunciamientos, esta Corporación ha
definido nuevos y distintos escenarios en los cuales la interposición del recurso
de amparo resulta el mecanismo más idóneo y eficaz para resguardar los
derechos que usualmente se ven afectados por el desarraigo. Por lo tanto, frente

61
Corte Constitucional. Sentencias T-284 de 2005 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra), T-470 de 2014 (M.P. Luis
Guillermo Guerrero Pérez) y T-626 de 2016 (M.P. María Victoria Calle Correa).
62
La Corte ha aceptado los siguientes medios de prueba para acreditar tales requisitos: actas de las reuniones
de las asociaciones de población desplazada en las que se acuerda la presentación de tutelas colectivas; escritos
en los que se individualizan a los asociados o miembros de las organizaciones de población desplazada; escritos
individuales de los asociados que se asemejan a poderes judiciales respecto de sus representantes; registros de
la constitución y representación legal de las organizaciones de población desplazada y defensoras de derechos
humanos; cédulas de ciudadanía de los representados; cartas de los desplazados representados en las que,
además de resumir los diferentes trámites administrativos que han agotado para reclamar sus derechos,
mencionan que el agente oficioso o quien interpuso la tutela también los acompañó durante estas actuaciones
administrativa, lo que permite corroborar que el agente oficioso no es un mero tramitador, sino alguien que los
ha venido representando durante todos los procedimiento; y documentación sobre los procesos de los
desplazados que han sido acompañados y representados en sus trámites por el agente oficioso.
63
En la sentencia T-470 de 2014 (M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez), por ejemplo, la Corte encontró que no
se cumplían los presupuestos de la agencia oficiosa para que una mujer desplazada actuara en nombre de toda
la comunidad desplazada y asentada irregularmente en el sector Villa Myriam de Codazzi, Cesar. A juicio de
esta Corporación, la actora no sólo no individualizó a nombre de quiénes actuaba, sino que tampoco acreditó
tener mandato legal a tales efectos o ser la representante o vocera de una organización de población desplazada.
La actora tampoco explicó los motivos que fundamentaban su actuación en calidad de agente oficiosa, a saber,
la imposibilidad de los titulares de los derechos fundamentales de defenderlos por sí mismos. En la T-025 de
2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), por ejemplo, la Corte, después de haber acumulado 8 expedientes
de tutelas interpuestas de manera masiva, encontró que una de las tutelas no reunía los tres requisitos propios
de la agencia oficiosa cuando se trata de asociaciones de población desplazada, pues no se allegó la
documentación necesaria para acreditarlos. Por tal motivo, la Corte desestimó la mencionada tutela.
64
La Corte Constitucional se empezó a preocupar de esta problemática, aunque no siempre de manera explícita,
aproximadamente a partir del año 2000, en las sentencias SU-1150 del 2000 (M.P. Eduardo Cifuentes), T-1635
del 2000 (M.P. José Gregorio Hernández Galindo) y T-327 del 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra).
Esta línea se empieza a consolidar en el periodo 2000-2010 en las siguientes sentencias: T-1346 de 2001 (M.P.
Rodrigo Escobar Gil), T-098 de 2002 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-419 de 2003 (M.P. Alfredo
Beltrán Sierra), T-985 de 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), T-1094 de 20004 (M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa), T-813 de 2004 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes), T-563 del 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra), T-882 del 2005 (M.P. Álvaro Tafur Gálvis), T-1144 del 2005 (M.P. Álvaro Tafur Gálvis), T-086 del
2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández ), T-468 del 2006 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto), T-821 de
2007 (M.P. Catalina Botero), T-188 de 2007 (M.P. Álvaro Tafur Galvis) y T-496 del 2007 (M.P. Jaime Córdoba
Triviño), T-605 de 2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-391 de 2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra), T-038 del 2009 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-042 de 2009 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
19
Auto 206 del 2017

a la amenaza y/o vulneración de los derechos fundamentales de la población


desplazada, este Tribunal ha ordenado, en sede de revisión de tutela, la adopción
de medidas de distinta naturaleza y alcance, que van desde la protección del
derecho de petición, la inscripción en el registro, la entrega de ayudas
humanitarias, el acceso a subsidios de vivienda y a programas de generación de
ingresos, la entrega de la indemnización administrativa, hasta la adopción de
medidas de prevención y protección, entre otras.

Es cierto que, en sus primeros pronunciamientos sobre la materia, esta Corte


consideró que cuando se presentan escenarios de congestión administrativa la
acción de tutela es procedente, bajo el entendido de que logra “una atención
seria y rápida” a favor de las personas desplazadas. Lo anterior, sin que importe
la afectación de los procedimientos administrativos previamente establecidos,
ni la modificación de las programaciones presupuestales realizadas en su
momento.65

No obstante, en la medida en la que la acción de tutela se ha tornado en un


mecanismo cada vez más recurrente y generalizado para que las personas
desplazadas accedan a sus derechos, ante la falta también generalizada de una
respuesta oportuna por parte de las autoridades responsables, han surgido
nuevos retos que la jurisprudencia constitucional ha abordado progresivamente.
Particularmente, esta Corte se ha ocupado de la posibilidad de afectar el
principio de igualdad entre las personas desplazadas que recurren al recurso de
amparo y, por lo tanto, reciben una respuesta más ágil a sus requerimientos,
frente a aquellas otras que, a pesar de encontrarse en condiciones semejantes de
vulnerabilidad, reciben un trato menos favorable porque deciden agotar,
pacientemente, los trámites administrativos ordinarios. A su vez, la Corte ha
registrado que el uso cada vez mayor de la acción de tutela trae consigo el riesgo
de desnaturalizarla, porque se puede utilizar como el mecanismo principal para
acceder a una respuesta oportuna y adecuada por parte de la administración,
hasta el punto de volverla una ruta preferente y paralela respecto de los trámites
ordinarios para acercarse a las autoridades. Con ello, este Tribunal ha alertado
sobre la posibilidad de que el recurso de amparo deje de ser eficiente, debido a
los obstáculos operativos que pueden surgir para su efectivo cumplimiento en
escenarios de congestión y desorden administrativo.

Por estas razones, la jurisprudencia constitucional ha buscado preservar el doble


imperativo que está en juego con la acción de tutela: garantizar de manera
idónea y expedita los derechos fundamentales de las personas desplazadas por
la violencia, sin que esto presuponga privilegiar arbitrariamente a quienes
acuden a este recurso, ni desnaturalizar sus rasgos principales, esto es, su
inmediatez y subsidiariedad.

65
La Corte Constitucional ha reconocido que la acción de tutela es procedente para proteger los derechos de las
personas desplazadas porque “en muchas ocasiones, debido al trámite administrativo y a la concurrencia de
personas que se encuentran en la misma situación, es imposible que se les otorgue los auxilios que legalmente
el Estado les quiere brindar con el fin de que tengan una vida digna y más llevadera”. Sentencias. T-419 de
2003 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra) y T-985 de 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), T-086 de 2006 (M.P. Clara
Inés Vargas Hernández) y T-627 de 2010 (M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
20
Auto 206 del 2017

3. Aplicación flexible de los principios de inmediatez y subsidiariedad

Este Tribunal ha sido enfático al reiterar la naturaleza subsidiaria y residual de


la acción de tutela, al insistir en que no puede utilizarse como un mecanismo
para corregir las omisiones o subsanar los yerros que se cometieron en los
procesos ordinarios -tal como ocurre cuando se interpone la tutela para revivir
términos que ya caducaron-,66 ni para sustituir otros procedimientos que deben
realizarse siguiendo los trámites habituales.67

No obstante, cuando se trata de personas vulnerables que, como la población


desplazada por la violencia, gozan de una especial protección constitucional, la
Corte ha sido enfática al señalar la prevalencia del derecho sustancial sobre el
procedimental, de forma tal que “la carga del adecuado manejo de los recursos
en procedimientos judiciales y administrativos no es una exigencia sine qua
non”.68

La Corte justificó este tratamiento a favor de la población desplazada en la


masiva, sistemática y continua transgresión de derechos que generalmente
produce el desarraigo, y en la ausencia de una respuesta estatal que sea
conforme a las condiciones de marginalidad y vulnerabilidad que afectan a esa
población.69 Esto implica que la gravedad y magnitud de la crisis que provoca
el desplazamiento forzado debe contrarrestarse con herramientas de acceso a las
autoridades “eficientes y eficaces, proporcionales a los daños que soportan las
familias obligadas a abandonar su terruño”.70 Lo anterior, como expresión del
derecho que tienen estas personas a recibir de forma urgente un tratamiento
preferente por parte del Estado (C.P. Art. 13), el cual debe caracterizarse por la
prontitud en la garantía de sus necesidades, “ya que de otra manera se estaría
permitiendo que la vulneración de derechos fundamentales se perpetuara, y en
muchas situaciones, se agravara”.71 Por esta razón, las autoridades no deben
esperar de las personas desplazadas las mismas actuaciones procesales y
probatorias exigidas al resto de la población para reivindicar sus derechos, pues
de hacerlo se corre el riesgo de imponer sobre esas personas vulnerables cargas
desproporcionadas que resultan contrarias a la Constitución Política.72

Por lo tanto, cuando las actuaciones u omisiones de las autoridades ponen en


riesgo o vulneran los derechos fundamentales de la población desplazada, la
Corte ha considerado que la tutela es “el mecanismo idóneo y expedito para su

66
Corte Constitucional. Sentencia T-821 del 2007 (M.P. Catalina Botero).
67
Corte Constitucional. Sentencia T-188 de 2007 (M.P. Álvaro Tafur Galvis).
68
Corte Constitucional. Sentencia T-468 de 2006 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto).
69
“Cuando el Estado incumple con su deber de suministrar atención a la población desplazada para que cese la
vulneración masiva de sus derechos fundamentales, la tutela es el mecanismo idóneo y expedito para lograr la
protección de los mismos en vista de la precaria situación en la que se encuentran y del peligro inminente que
afrontan”. Corte Constitucional. Sentencia T-563 del 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), haciendo
referencia a la sentencia T-1346 de 2001 (M.P. Rodrigo Escobar Gil). En la misma dirección, ver las sentencias
T-985 de 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), T-086 de 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández), T-605 de
2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra) y T-042 de 2009 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
70
Corte Constitucional. Sentencia T-086 del 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
71
Corte Constitucional. Sentencia T-517 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo), reiterada en la T-085 de
2010 (M.P. María Victoria Calle Correa).
72
Corte Constitucional. Sentencias T-086 del 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández) y T-042 de 2009 (M.P.
Jaime Córdoba Triviño).
21
Auto 206 del 2017

protección”, en tanto los recursos ordinarios no garantizan “la protección


efectiva y real de los citados derechos, frente a una situación de inminencia
como la vivida por los desplazados”.73 En otras palabras, conforme lo ha
reiterado la jurisprudencia constitucional: “el único mecanismo judicial que
reúne un nivel adecuado de idoneidad, eficacia y celeridad para garantizar sus
derechos fundamentales [de la población desplazada] con la urgencia debida
es la acción de tutela”.74

En consecuencia, las autoridades judiciales no deben exigir un cumplimiento


estricto de los criterios de subsidiariedad e inmediatez para efectos de analizar
la procedencia de la acción de tutela, sino que deben, por el contrario, realizar
un análisis concreto (D. 2591/91. Art.6), que esté siempre atento a las
condiciones de vulnerabilidad que pueden afectar a la población desplazada y a
la respectiva actuación que han adelantado ante las autoridades.75

A grandes rasgos, este razonamiento se ha aplicado en dos escenarios


principales: (i) cuando la población desplazada, por medio de la acción de
tutela, busca acceder directamente a un bien y/o servicio, sin que exista una
decisión administrativa de por medio; y (ii) cuando ya se manifestó la
administración y las personas desplazadas buscan impugnar esa decisión a
través del recurso de amparo.

(i) La Corte ha considerado que ante la gravedad y urgencia en la que se puede


encontrar la población desplazada en ciertos escenarios, es válido recurrir
directamente a la acción de tutela, sin que sea admisible exigirle la interposición
previa de “interminables y dispendiosas solicitudes” ante las autoridades y
aguardar su resolución.76 En estos casos de urgencia las personas sometidas al
desarraigo, por el solo hecho de su situación, “pueden exigir la atención del
Estado, sin soportar cargas adicionales a la información de su propia
situación”.77 Con ello, ha considerado improcedente y excesivo exigirles a estas
personas, al momento de reclamar la protección inmediata de sus derechos, la

73
Corte Constitucional. Sentencia T-1346 de 2001 (M.P. Rodrigo Escobar Gil). En la misma dirección, ver las
sentencias T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño) y la T-563 del 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra), haciendo referencia a las sentencias T-227 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez Caballero), T-327 de
2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-1346 de 2001 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-098 de 2002 (M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra), T-268 de 2003 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-813 de 2004 (M.P.
Rodrigo Uprinmy Yepes) y T-1094 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa).
74
Corte Constitucional. Sentencia T-042 de 2009 (M.P. Jaime Córdoba Triviño). En la misma dirección, la
Corte sostuvo lo siguiente: “debido a que no existe en el ordenamiento jurídico una acción judicial idónea y
eficaz para proteger los derechos fundamentales de la población víctima del fenómeno del desplazamiento
interno, la acción de tutela se revela como el mecanismo adecuado para garantizar el goce efectivo de sus
derechos mínimos”. Sentencia T-364 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
75
“Al ser sujetos de especial protección, [las personas desplazadas] requieren de una defensa constitucional,
por lo que el juez de tutela debe evaluar con particular atención las circunstancias de debilidad manifiesta e
indefensión en las que se encuentra el titular de los derechos invocados”. Corte Constitucional. Sentencia T-
869 de 2008 (M.P. Mauricio González Cuervo).
76
“Debe quedar claro que, debido a la gravedad y a la extrema urgencia a la que se ven sometidas las personas
desplazadas, no se les puede someter a la interposición de interminables solicitudes a la coordinadora del
Sistema. Aquello constituye la imposición de cargas inaguantables, teniendo en cuenta las condiciones de los
desplazados, y son factores que justifican la procedencia de la acción de tutela”. Corte Constitucional. Sentencia
T-086 de 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
77
Corte Constitucional. Sentencias T-882 de 2005 (M.P. Álvaro Tafur Galvis), T-1144 de 2005 (M.P. Álvaro
Tafur Galvis), T-086 del 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández) y T-042 de 2009 (Jaime Córdoba Triviño).
22
Auto 206 del 2017

interposición de otros recursos legales, tales como la acción de cumplimiento o


las acciones de grupo o populares.78

(ii) Frente a las decisiones de la administración que resultan desfavorables para


las personas desplazadas, que pongan en riesgo o vulneren sus derechos
fundamentales, este Tribunal ha sostenido que no hace falta que agoten todo el
procedimiento administrativo que contempla el ordenamiento ordinario para
cuestionar tales decisiones,79 máxime cuando la instancia encargada de volver
a valorar el caso es aquella que vulneró o puso en riesgo los derechos de la
persona desplazada.80 Tampoco hace falta que las personas que se encuentran
en situación de desplazamiento acudan a la jurisdicción de lo contencioso
administrativo para controvertir las decisiones de las autoridades, tal como se
ha insistido de manera recurrente en la jurisprudencia constitucional en materia
de registro o de ayuda humanitaria.81

En la medida en la que la tutela es el mecanismo apto para abordar las


actuaciones y omisiones de las autoridades encargadas de la atención y
protección de las personas desplazadas, “el juez que conozca de la misma tiene
las facultades necesarias para restablecer los derechos que se hayan
conculcado (D. 2591/91 artículos 2° y 23)”. Por lo tanto, la Corte ha ordenado
directamente, vía tutela, la adopción de las respectivas medidas para
salvaguardar o restablecer los derechos afectados de la población desplazada,82
78
“Aún si procedieran las acciones de cumplimiento, no hay duda que [la tutela] sería preferente porque en el
desplazamiento lo notorio es la violación de varios derechos fundamentales que requieren protección inmediata
// Si la inacción de la administración amenaza o vulnera derechos fundamentales de rango constitucional, a
pesar de que podría evidenciarse incumplimiento de normas legales, se requiere que la protección sea efectiva
e inmediata // Otro punto a definir es si tratándose de un grupo numeroso de personas se pudiera estar ante una
acción de grupo o popular. // Aún si procedieran las acciones populares, también tiene cabida la tutela cuando
tiene conexión con un derecho fundamental que esté individualizado y debidamente probado.” Corte
Constitucional. Sentencia T-098 de 2002 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra). En la misma dirección, ver la
sentencia T-985 de 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), haciendo referencia a la T-1635 de 2000 (M.P. José
Gregorio Hernández Galindo).
79
“Se pregunta la Corte si la acción de tutela puede proceder para impugnar una decisión de Acción Social,
cuando quiera que la persona interesada haya dejado de acudir al recurso de apelación o cuando, en su defecto,
cuente con la posibilidad de solicitar la revocatoria directa de la decisión // Existen casos excepcionales en los
cuales resulta desproporcionado exigir a las partes el agotamiento previo de la totalidad de los recursos
ordinarios – administrativos o judiciales - como condición para acudir a la acción de tutela. Cuando se trata de
personas en situaciones de extrema exclusión y vulnerabilidad, tal exigencia se convierte en una barrera
desproporcionada de acceso a la administración de justicia.”. Corte Constitucional. Sentencia T-821 de 2007
(M.P. Catalina Botero).
80
“Como reposa en el expediente, en un primer momento el funcionario competente para valorar la declaración
denegó su solicitud. Interpuesto el recurso de reposición, el mismo funcionario denegó nuevamente su solicitud.
Así, parece que un recurso, como el extraordinario de revocatoria directa, carece de la eficacia para lograr la
finalidad que se propone. Máxime si se advierte que la solicitud sería resuelta por la misma entidad que dictó
el acto administrativo y que resolvió la reposición // En estas circunstancias, y en atención a la gravedad de la
situación de desarraigo y exclusión que se encuentra viviendo la actora y sus dos hijas menores, la acción de
tutela es el mecanismo procedente para garantizar los derechos fundamentales conculcados”. Corte
Constitucional. Sentencia T-821 de 2007 (M.P. Catalina Botero).
81
“El Tribunal Superior de Bogotá decidió negar la acción de tutela bajo el argumento de que era posible acudir
a la jurisdicción contencioso administrativa para controvertir las decisiones tomadas por la Red de Solidaridad
Social. Las consideraciones esgrimidas por el Tribunal son contrarias a la repetida jurisprudencia de tutela
según la cual la protección de los derechos constitucionales de las personas desplazadas no puede dar espera a
los pronunciamientos de la jurisdicción ordinaria correspondiente”. Corte Constitucional. Sentencia T-1094 de
2004 (M.P. Manuel José Cepeda). En la misma dirección, ver las sentencias T-1094 de 2004 (M.P. Rodrigo
Escobar Gil), T-882 del 05 (M.P. Álvaro Tafur Gálvis), T-1144 de 2005 (M.P. Álvaro Tafur Gálvis) y T-086
de 2010 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
82
Corte Constitucional. Sentencias T-1635 de 2000 (M.P. José Gregorio Hernández Galindo), T-1346 del 2001
(M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-098 de 2002 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), la T-985 del 2003 (M.P.
Jaime Córdoba Triviño), T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), entre muchas otras.
23
Auto 206 del 2017

y ha revocado las decisiones de la administración que afectan sus derechos


fundamentales.83

4. Requisitos mínimos que las personas desplazadas deben cumplir para


reivindicar sus derechos vía tutela

La procedencia de la acción de tutela a favor de las personas desplazadas,


mediante una valoración flexible y casuística de los principios de inmediatez y
subsidiariedad, no puede entenderse ilimitada ni absoluta, de forma tal que por
el sólo hecho de “encuadrar en la definición de sujeto de especial protección
se puede eximir de manera automática al accionante de un deber mínimo de
diligencia y del cumplimiento de determinados requisitos” (énfasis
agregado).84 Por lo tanto, no puede asumirse, prima facie, que la decisión de
negar la procedencia del amparo por la falta del cumplimiento de los requisitos
de inmediatez y subsidiariedad es, por sí misma, una vulneración de los
derechos de la población en situación de desplazamiento.85

Por el contrario, el deber de analizar la situación concreta de las personas


desplazadas implica, a su vez, ponderar la validez y la adecuación de ciertas
exigencias que es posible demandar en determinadas circunstancias, en
contrapunto con las limitaciones y dificultades que enfrentan para hacer valer
sus derechos en el caso concreto, siempre de cara a la realización efectiva de
los mismos. Este Tribunal ha precisado, en ese sentido, que la acreditación de
los requisitos que configuran un perjuicio irremediable debe analizarse de
manera dual. Esto implica que el juez de tutela debe tener en cuenta las
características generales del grupo al cual pertenece el sujeto de especial
protección, de una parte, y las circunstancias individuales y fácticas que
enfrenta el accionante para solicitar la materialización de sus derechos
fundamentales, de la otra.86

Así las cosas, este Tribunal ha concluido que la excepción o atenuación a favor
de los grupos vulnerables del cumplimiento de las exigencias que contempla el
ordenamiento jurídico para toda la población, es procedente cuando tales
requisitos implican, en el caso concreto, una carga desproporcionada para el
accionante; pues de lo contrario, no sólo se vulneraría el principio de igualdad,
sino también se desconocería de manera flagrante la naturaleza subsidiaria y
residual de la acción de tutela. Conforme lo ha sostenido la Corte
Constitucional, “corresponde al juez de tutela hacer una valoración del caso
que a la vez permita a los sujetos de especial protección hacer valer las

83
Corte Constitucional Sentencia T-086 del 2006 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto), haciendo referencia
a la T-175 de 2005 (M.P. Jaime Araujo Rentería). En la misma dirección, ver las sentencias: T-563 de 2005
(M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-882 de 2005 (M.P. Alvaro Tafur Galvis), T-496 de 2007 (M.P. Jaime
Córdoba Triviño), entre muchas otras.
84
Corte Constitucional. Sentencia T-514 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo), haciendo referencia a la
T-1316 de 2001 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes). Reiterada en la sentencia T-971 de 2005 (M.P. Jaime Córdoba
Triviño), en materia de ayuda humanitaria.
85
Corte Constitucional. Sentencia T-514 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo).
86
“De un lado, es preciso tomar en consideración las características globales del grupo [que goza de especial
protección constitucional]. Pero además, es necesario atender las particularidades de la persona individualmente
considerada, esto es, en el caso concreto’”. Corte Constitucional. Sentencia T-971 de 2005 (M.P. Jaime Córdova
Triviño), haciendo referencia a la sentencia T-1316 de 2001 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes).
24
Auto 206 del 2017

limitaciones y dificultades propias de su condición, pero de tal forma que ello


no implique el desconocimiento absoluto e injustificado de los mínimos
requisitos que garantizan que la acción de tutela no se desnaturalice, afecte los
derechos de terceros o implique un factor de inseguridad jurídica”.87

5. Cargas sustantivas y procesales desproporcionadas ante las cuales las


personas desplazadas pueden interponer el recurso de amparo

En la jurisprudencia constitucional es posible encontrar parámetros para


establecer cuándo las autoridades le exigen a la población desplazada una serie
de requisitos sustantivos y procesales88 que constituyen una carga
desproporcionada que amenaza o vulnera sus derechos y, en ese sentido,
ameritan la interposición de la acción de tutela. A grandes rasgos, este Tribunal
sostuvo que “las autoridades que atienden la población desplazada, someten a
estas personas a una carga excesiva cuando imponen obligaciones tendientes
a cumplir con requerimientos especiales que desconocen la situación en la cual
ésta (sic) encuentran”.89

Como se expondrá a continuación, en sus pronunciamientos la Corte ha


sorteado el doble imperativo de liberar a las personas desplazadas de requisitos
exagerados que impidan el acceso al goce de sus derechos fundamentales, pero
sin llegar al extremo de desconocer de manera absoluta e injustificada la
necesidad de cumplir con determinadas exigencias mínimas que deben
satisfacer en ciertas circunstancias, para acudir al recurso de amparo. Estas
pautas quedaron recogidas en los pronunciamientos mediante los cuales la Corte
reiteró que las autoridades deben interpretar las normas relativas al
desplazamiento forzado de acuerdo con los principios de legalidad, buena fe,
favorabilidad, pro homine y veracidad.90

Así, a manera ilustrativa, este Tribunal encontró que las autoridades desconocen
estos principios y, con ello, imponen cargas desproporcionadas a las personas
desplazadas, que justifican acudir a la acción de tutela para así acceder a un bien
o servicio específico, cuando: (i) les exigen requisitos adicionales a los
consagrados en la ley o el reglamento para acceder a sus derechos;91 (ii) la
87
Corte Constitucional. Sentencia T-514 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo).
88
Mientras los requisitos sustantivos hacen referencia a un parámetro de probidad en las actuaciones de las
personas cuando, en este caso, se acercan a la administración; los requisitos procesales tienen que ver con la
carga que tienen que asumir las personas dentro de los procesos judiciales, para acreditar los hechos que se
alegan en sustento de las pretensiones. Cf. Corte Constitucional. Sentencia C-330 del 2016 (M.P. María Victoria
Calle).
89
Corte Constitucional. Sentencia T-158 del 2017 (M.P. Alberto Rojas).
90
“Cuando se está ante una norma que consagra o desarrolla un derecho fundamental de las personas que han
sido desplazadas, su interpretación debe tener en cuenta, entre otros, el principio de favorabilidad en la
interpretación de las normas que protegen a la población desplazada; el principio de buena fe y el derecho a la
confianza legítima; y el principio de prevalencia del derecho sustancial propio del Estado Social de Derecho”.
Corte Constitucional. Sentencia T-572 del 2008 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto), haciendo referencias a
las sentencias T-136 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa) y T-268 de 2003.
91
“En virtud de la aplicación del artículo 83 de la Carta Política, debe presumirse la buena fe en la actuación
de los particulares. En el caso de los desplazados, para recibir la ayuda del Gobierno, el exigir aportar nuevos
documentos, sin que estos estén siquiera relacionados en un decreto, implica presunción de mala fe”. Corte
Constitucional. Sentencia T-327 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra). En la misma dirección, ver las
sentencias T-501 de 2009 (M.P. Mauricio González Cuervo), T-042 de 2009 (M.P. Jaime Córdoba Triviño) y
T-006 de 2009 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
25
Auto 206 del 2017

aplicación de los requisitos legales se realiza de manera inflexible, de tal manera


que se exige una prueba específica o se busca “llegar a la certeza de la
ocurrencia de los hechos”, cuando en realidad se trata de situaciones que
pueden ser acreditadas de manera sumaria,92 mediante indicios93 u otra
actividad probatoria que sea suficiente para dar por ciertos, mediante la sana
crítica, los hechos alegados por el accionante;94 (iii) las normas se interpretan
de una manera errónea, de tal modo que se excluye a las personas desplazadas
del acceso a ciertas prestaciones, a pesar de tener derecho a las mismas bajo una
interpretación favorable;95 (iv) el Estado “se ampara en una presunta omisión
de la persona para impedir efectivamente el acceso a la asistencia a que tiene
derecho”;96 (v) las autoridades invocan circunstancias administrativas97 o

92
En la sentencia T-099 del 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza), la Cortó conoció un caso en el que la
accionante interponía una tutela para solicitar la ayuda humanitaria de emergencia, alegando que Acción Social
se negaba a entregarla aduciendo que la accionante no había acreditado ante un juzgado, el ICBF o una
comisaría de familia, que había sido abandonada por su compañero permanente. La Corte consideró que era
acertado exigirle a los reclamantes “que deseen separarse del núcleo familiar que lo prueben”, pues de lo
contrario se estaría “cohonestando una actitud de mala fe de los reclamantes”. No obstante, consideró que una
prueba sumaria bastaba, como la declaración extra juicio rendida ante notario que respaldaba las declaraciones
que se habían realizado ante la administración. En tanto Acción Social no valoró estas actuaciones procesales,
la Corte encontró que desconoció los principios de legalidad, de buena fe y de la primacía del derecho material
sobre el sustancial. En la misma dirección, ver la sentencia T-234 del 2009 (M.P. Clara Elena Reales).
93
“Unos de los elementos que pueden conformar el conjunto probatorio de un desplazamiento forzado son los
indicios // Es contrario al principio de celeridad y eficacia de la administración el buscar llegar a la certeza de
la ocurrencia de los hechos, como si se tratara de la tarea de un juez dentro de un proceso // La aplicación del
principio de buena fe facilita la tarea del funcionario de la administración y le permite la atención de un número
mayor de desplazados”. Corte Constitucional. Sentencia T-327 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra).
94
“La administración también hizo caso omiso del resto de pruebas aportadas en el momento de la solicitud de
registro. Se probó el carácter de desplazado porque además de su declaración, se anexa el certificado de
desplazamiento forzado expedido por el Personero Municipal de Condoto-Chocó. Si bien este no es el
funcionario que, según la reglamentación vigente, debe valorar las declaraciones rendidas, este funcionario sí
forma parte del Sistema. Además, es evidente que el concepto emanado de un funcionario de tal naturaleza y
de tal cercanía a la población donde ocurrió el desplazamiento, no debe excluirse de plano como prueba válida
por el mero hecho de no encajar en los parámetros establecidos por la normatividad vigente al momento de
expedirse tal concepto. Además de considerar insuficientes las declaraciones y el concepto del personero, la
administración pasó por alto la promesa de compraventa de un terreno en Condoto, la cual es indicio de posesión
de bienes en esa población. Estas pruebas valoradas a la luz de la sana crítica permiten concluir que se probó
plenamente la condición de desplazado del accionate”. Corte Constitucional. Sentencia T-327 de 2001 (M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra).
95
En la sentencia T-572 del 2008 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto), este Tribunal se pronunció sobre un
caso en el que las autoridades se negaron a entregar la ayuda humanitaria consagrada en la Ley 418 de 1997,
alegando que no se había acreditado que el daño fuera producto de un grupo organizado armado al margen de
la ley. Al respecto, la Corte consideró que la respuesta de la administración presuponía una interpretación
errónea de la Ley 418, en tanto esta ley “no establece una obligación de naturaleza reparatoria a cargo del
Estado, imputable a título de responsabilidad por los actos violentos perpetrados por grupos ilegales, sino que
se trata de prestaciones asistenciales dirigidas a mejorar las condiciones mínimas de existencia de las víctimas
que tienen su fuente en el principio de solidaridad social”. En la misma dirección, ver la sentencia T-559 de
2008 (M.P. Jaime Araujo Rentería).
96
“[No es admisible] que se considere que la accionante debía realizar acciones que fueran más allá de informar
a las autoridades correspondientes su condición de desplazada y de la de su familia. Si bien es cierto que existe
un mínimo de deber de agencia por parte de la persona desplazada, también lo es que dicho deber no puede
extenderse al punto de invertir la carga de acción, imponiendo de esta forma sobre la persona un deber
desproporcionado que vulnera sus derechos. En el presente caso, Acción Social vulneró los derechos
fundamentales de la accionante y su grupo familiar cuando, (i) conociendo a través de los mecanismos
dispuestos, que la persona se encuentra en situación que la convierte en sujeto de especial protección; (ii)
impone sobre ella una carga adicional de agencia para acceder a las ayudas dispuestas por la política pública de
asistencia [humanitaria]; (iii) justificando su omisión en una negativa sobre la solicitud de asistencia, sin ofrecer
prueba de ello, sin advertir la inversión de la prueba que opera en estos casos”. Corte Constitucional. Sentencia
T-085 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa).
97
“El accionante, quien se encuentra en condición de desplazamiento forzado, solicita a Colfondos S.A. el
reconocimiento y pago de la pensión de sobrevivientes para sí y para su menor hija, en razón del fallecimiento
de su esposa, de quien dependían económicamente. La entidad demandada no reconoce la prestación, debido
a que no obstante los interesados han cumplido con los requisitos legales para ello, la aseguradora Colpatria,
se niega a transferir el valor de las sumas adicionales. Por lo tanto, la entidad demandada opuso los efectos de
26
Auto 206 del 2017

judiciales98 que no provienen de la omisión de los afectados para negar la


protección de sus derechos fundamentales; (vi) se les exige a las personas
desplazadas la interposición de “interminables solicitudes” ante las autoridades,
ya sean actuaciones administrativas o legales, a pesar de haberse desplegado
una actuación suficiente encaminada a cuestionar las decisiones de la
administración (i.e. haber agotado la vía gubernativa);99 (vii) las autoridades se
demoran de manera desproporcionada e injustificada en responder a las
peticiones elevadas por las personas desplazadas,100 entre otras.

Estos casos ponen de manifiesto que la tutela no se utilizó para acceder de


manera preferente y directa a un bien o servicio, instaurándose como una ruta
paralela que permite saltarse los procedimientos ordinarios establecidos por la
administración; sino que, por el contrario, se acudió a la misma en aquellos
casos en los que la administración impuso cargas desproporcionadas a las
personas desplazadas, que hacían nugatorios sus derechos fundamentales. De
no presentarse estas cargas, cabría decir que la población desplazada podría, en
principio, y salvo que medie un perjuicio inminente, reivindicar sus derechos
por la ruta administrativa ordinaria, sin que sea necesario acudir a la acción de
tutela para tal efecto, lo cual preserva así los principios de subsidiariedad e
inmediatez. Hay que tener presente que, “tratándose de la destinación del
patrimonio público para asistir a la población desplazada, se debe agotar un
procedimiento adecuado, y conforme a los requisitos que exige la ley,
acompañado de una adecuada valoración y sustento probatorio según el
proceso ordinario que se exige para este tipo de pretensiones”.101

sus controversias contractuales particulares en contra del ejercicio de los derechos prestacionales del actor.
Corresponde a la entidad demandada ejercer las acciones legales tendientes al pago del siniestro, sin que pueda
diferir el reconocimiento y pago de la pensión a las resultas de ese litigio, pues ello constituiría una carga
irrazonable para el beneficiario de la prestación”. Corte Constitucional. Sentencia T-971 de 2005 (M.P.
Jaime Córdoba Triviño). En la misma dirección, ver la sentencia T-234 del 2009 (M.P. Clara Elena Reales).
98
El accionante “no debe padecer la inercia o morosidad de los organismos judiciales en la resolución de su
caso y mucho menos, debe soportar la carga probatoria frente a la presunta suplantación de identidad al
momento de efectuar el cobro del auxilio humanitario. // Los anteriores hechos no fueron controvertidos por
Acción Social, en consecuencia, los mismos deben interpretarse a la luz de los principios de buena fe y
favorabilidad, lo que conduce a entender que, pese a su situación personal, familiar y social, el accionante tuvo
la intención de iniciar los trámites para aclarar lo sucedido con su ayuda humanitaria. Como Acción
Social sólo trata de cubrir su incumplimiento en los resultados de investigaciones penales, esta Sala de Revisión
ordenará a esta entidad, que adopte las medidas necesarias para que el señor Omar Rojas pueda controvertir
dentro de un trámite administrativo interno y sumario, los hechos que dieron origen a la suplantación de
identidad ocurrida al momento de recibir el dinero correspondiente a la ayuda humanitaria de emergencia y al
mismo tiempo pueda allegar los documentos que posea o considere pertinentes para aclarar tal situación.” Corte
Constitucional. Sentencia T-234 del 2009 (M.P. Clara Elena Reales).
99
En la sentencia T-086 del 2006 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández), la Corte conoció el caso de una persona
que presentó el recurso de reposición y luego el de apelación ante la decisión de la Red de Solidaridad Social
de negar su inscripción en el registro. Ante la contestación de la Red, que alegó que “la acción es improcedente
pues la señora tiene otros medios judiciales para objetar los actos administrativos que le negaron la inscripción
en el registro”, la Corte encontró que “aquellos constituye la imposición de cargas inaguantables, teniendo en
cuenta las condiciones de los connacionales desplazados” (énfasis agregados).
100
“Encuentra la Corte que al momento de resolver las tutelas, las ciudadanas desplazadas no habían obtenido
una respuesta oportuna y de fondo por parte de Acción Social a su petición de prórroga, por lo que tuvieron que
acudir a la acción de tutela para conseguir una contestación concreta a sus necesidades. Además, en la mayoría
de los casos la espera de la prórroga de la ayuda humanitaria llegó a prolongarse hasta por ocho meses,
generando una enorme incertidumbre a las accionantes y su grupo familiar.” Corte Constitucional. Sentencia
T-869 de 2008. (M.P. Mauricio González Cuervo). En la sentencia T-868 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil)
la Corte consideró que la interposición del derecho de petición, ante la demora de dos años por parte de la
administración para dar respuesta, era suficiente para que proceda la ayuda humanitaria, ante la precaria
situación económica que enfrenta la accionante. En la misma dirección, ver las sentencias T-391 de 2008
(Marco Gerardo Monroy Cabra) y T-586 del 2009 (M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
101
Corte Constitucional. Sentencia T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas).
27
Auto 206 del 2017

Esta línea jurisprudencial también evidencia que la Corte no aplicó los


principios de legalidad, buena fe, favorabilidad, pro homine y veracidad de
manera absoluta e ilimitada, con desconocimiento del derecho de defensa de la
entidad accionada, o sin valorar que las personas desplazadas deben cumplir
con el deber mínimo de diligencia y de acreditación de determinados requisitos
sustantivos y procesales, de acuerdo con las circunstancias y limitaciones
específicas que los rodean. En estos casos la Corte accedió a las pretensiones
de los actores reconociendo actuaciones que consisten en: (i) informar y poner
su situación en conocimiento de las autoridades (i.e. solicitar la ayuda
humanitaria o la inscripción en el registro);102 (ii) acudir ante las autoridades
insistentemente en ejercicio del derecho de petición;103 (iii) presentar pruebas
sumarias104 u otra actividad probatoria que consta en el expediente;105 (iv)
cumplir con todos los requisitos exigidos legalmente;106 (v) u otro tipo de
acciones que pueden valer como indicios para acreditar su pretensión, de forma
tal que, o se invierte la carga de la prueba en contra de la administración,107 o
bien el juez le exige a esta última que realice un procedimiento administrativo
y sumario que le permita al accionante acreditar cabalmente sus pretensiones.108

La Corte consideró que las pretensiones de los accionantes no son procedentes


en aquellos casos en los que: (i) no ponen su situación en conocimiento de la
entidad accionada;109 (ii) no cumplen con los trámites básicos requeridos para
acceder a los componentes específicos;110 (iii) se abstienen de realizar cualquier
tipo de actuación para controvertir las decisiones de la administración, distinta
a la interposición de la acción de tutela, en circunstancias que no parecen ser
apremiantes;111 (iv) recurren a la acción de tutela sólo para adelantar un trámite
administrativo que ya se encuentra en curso,112 salvo que medie una situación
102
Ver Sentencia T-085 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa) (supra.)
103
En la sentencia T-586 del 2009 (M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub) la Corte estudió el caso de una mujer
campesina, desplazada y madre cabeza de hogar a cargo de 10 hijos, que de manera infructuosa había hecho
múltiples solicitudes de la ayuda humanitaria en los años 1999 y 2008, y concedió la ayuda humanitaria debido
a la falta de respuesta de las autoridades en contraste con su situación de vulnerabilidad.
104
Ver sentencia T-099 del 2010 (supra.)
105
Ver sentencia T-327 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra) (supra.)
106
Ver Sentencia T-971 de 2005 (M.P. Jaime Córdoba Triviño) (supra.)
107
“En consecuencia, no hace falta que la persona aporte plena prueba sobre su dicho. // Al igual que con el
punto anterior, la buena fe implica la inversión de la carga de la prueba en cabeza de Acción Social quien tiene
que demostrar, frente a una prueba sumaria del solicitante, que éste no es desplazado”. Sentencia T-327 de 2001
(M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra). Reiterada en la T-787 del 2008 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
108
Ver Sentencia T-234 del 2009 (M.P. Clara Elena Reales) (supra.)
109
“Los afectados deben asumir un mínimo de diligencia orientada a obtener la prórroga de la ayuda humanitaria
de emergencia. Para ello deben hacer la correspondiente solicitud, poniendo de presente que subsisten las
condiciones que dieron lugar al reconocimiento inicial”. Corte Constitucional. Sentencia T-497 de 2010 (M.P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
110
“Para que puedan acceder a los programas propuestos por este organismo, se ha impuesto una carga mínima
a las personas desplazadas quienes deberán acudir ante estas entidades para solicitar la ayuda y, además, cumplir
con los trámites requeridos para acceder a los componentes específicos que integran cada uno de los programas
otorgados por las distintas entidades del Estado. Al respecto, encuentra la Sala que el accionante no acreditó el
haber tramitado la solicitud de la ayuda integral [vivienda, salud y educación] requerida ante las entidades
encargadas de otorgarlas”. Corte Constitucional. Sentencia T-497 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo).
111
Corte Constitucional. Sentencia T-869 de 2008 (M.P. Mauricio González).
112
“[La] principal súplica [de la actora] es obtener el desembolso inmediato de la ayuda humanitaria [L.418/97],
[la cual] no puede ser atendida en sede de tutela, pues a pesar que el acceso a tal prestación ya fue reconocido,
se debe respetar el orden establecido por la entidad. Así, para que se efectúe la erogación que beneficiará a la
accionante, previa disponibilidad de los recursos, se debe satisfacer primero el pago a 4797 personas” Corte
Constitucional. Sentencia T-473 de 2007 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla).
28
Auto 206 del 2017

de riesgo inminente y las autoridades han sido negligentes en la respuesta;113 y


(v) no acreditan de ninguna manera las circunstancias ni el perjuicio que
justifican el acceso a una determinada prestación, más allá de elevar una
solicitud o petición casi de manera mecánica y simultánea a la interposición de
la acción de tutela.114 Así, a manera de ejemplo, la Corte denegó las pretensiones
de los accionantes, relacionadas con la ayuda humanitaria, cuando encontró que
presentan peticiones y/o acciones de tutela haciendo uso de formatos similares,
los cuales sólo contienen información genérica y, por lo tanto, no “contribuyen
a aportar medios de convicciones de los cuales (sic) se pueda advertir algún
tipo de afectación a la subsistencia mínima”.115

Al respecto, es importante recordar que el juez de tutela debe analizar la


actuación del accionante caso a caso, con base en el material probatorio que
consta en el expediente y que es justificable exigirle de cara a la materialización
de sus derechos. Esto, con la finalidad de comprobar la existencia de una
amenaza o vulneración de derechos fundamentales que justifique la adopción
de las respectivas medidas correctivas.116 No hay que pasar por alto que la
acción de tutela, a pesar de su informalidad, “no habilita al juez constitucional
para que pueda adoptar una decisión sin alcanzar la veracidad de las
circunstancias que originaron la amenaza o vulneración de los derechos
fundamentales invocados”.117

Como expresión de este análisis casuístico, esta Corporación sostuvo que puede
resultar insuficiente, para acreditar los hechos alegados, que los actores se
limiten a poner su situación en conocimiento de las autoridades,118 o que se

113
Corte Constitucional. Sentencias T-391 de 2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-560 del 2008
(M.P. Jaime Araújo Rentería), T-868 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-869 de 2008 (M.P. Mauricio
González Cuervo).
114
“Es preciso acreditar la persistencia de las circunstancias [de vulnerabilidad], para lo cual se requiere el
impulso del interesado y la labor de verificación que debe cumplir la entidad. // No obra en el expediente
actuación alguna del actor, orientada a establecer la persistencia de su condición y la consiguiente necesidad de
prorrogar la ayuda, salvo la solicitud presentada de manera casi simultánea con la interposición de la acción de
tutela”. Corte Constitucional. Sentencia T-497 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo). En la misma
dirección, ver las sentencias T-626 de 2016 (M.P. María Victoria Calle), T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas)
y T-196 de 2017 (M.P. José Antonio Cepeda)
115
“Los escritos de tutela se limitan a registrar y plasmar hechos genéricos e indeterminados, utilizando para
ello formatos idénticos, de los cuales solo se deduce la calidad de víctimas de desplazamiento forzado de las
actoras y la pretensión de que se reconozca la ayuda humanitaria. // En cuanto a los medios de prueba aportados
en cada uno de los expedientes, los únicos documentos que se adjuntaron fueron las cédulas de ciudadanía y
los derechos de petición que se radicaron en la UARIV por parte de las actoras. Estos derechos de petición se
presentaron en formatos preestablecidos en los que únicamente se indican disposiciones legales relacionadas
con la atención humanitaria y los datos de notificación // Ante tal realidad procesal, esta Sala de Revisión
considera que al (i) no contar con un mínimo de certeza y elementos probatorios con los que se pueda concluir
la afectación a la subsistencia mínima de las actoras; y (ii) tratarse de un caso en el que se solicita por primera
vez la ayuda humanitaria y, por tanto, en el que la UARIV no ha realizado una evaluación previa de las
condiciones de vulnerabilidad de las actoras, se hace imposible acceder a la entrega inmediata de la ayuda
humanitaria solicitada, más aún, cuando su necesidad no se advirtió ni se explicó en el trámite tutelar.” Corte
Constitucional. Sentencia T-626 de 2016 (M.P. María Victoria Calle).
116
“Para proferir una sentencia judicial que ponga fin a la controversia originada por la aparente amenaza o
vulneración de los derechos fundamentales, el juez constitucional debe alcanzar el convencimiento necesario
para determinar si existió o no la afectación de los derechos del actor y si la entidad accionada es la responsable
de tal circunstancia // Para tal efecto, le corresponde al juez de tutela constatar la veracidad de los hechos
narrados y valorar las pruebas que aporta el accionante”. Corte Constitucional. Sentencia T-196 de 2017 (M.P.
José Antonio Cepeda).
117
Corte Constitucional. Sentencia T-196 de 2017 (M.P. José Antonio Cepeda).
118
Corte Constitucional. Sentencia T-497 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
29
Auto 206 del 2017

restrinjan a presentar una prueba sumaria.119 Igualmente, la Corte negó las


pretensiones del accionante cuando no encontró un mínimo de diligencia a nivel
sustantivo y procesal que permita justificar la imposibilidad de cumplir con los
principios que rigen al recurso de amparo.120 Al respecto, es importante recordar
que este Tribunal estableció una serie de criterios útiles para precisar, ante la
existencia de personas vulnerables, la actuación que es necesaria agotar para
aminorar la carga o exceptuar el cumplimiento estricto de los criterios de
inmediatez121 y subsidiariedad.122

De todas formas, si el juez encuentra que hacen falta elementos probatorios para
solucionar el caso, debe adoptar un papel activo para llegar a la certeza sobre
los hechos que se alegan durante el proceso.123 No hay que olvidar que la
Constitución de 1991 robusteció la misión del juez como garante del acceso
efectivo de las personas vulnerables a la administración de justicia.124 En esa
medida, como director del proceso, le corresponde determinar con precisión y
diligencia la gravedad de la violación constitucional y llegar a un
convencimiento serio respecto de la situación litigiosa, para lo cual puede acudir
también al decreto de las pruebas que considere necesarias a esos efectos, tal y
como lo señalan los artículos 21 y 22 del Decreto 2591 de 1991. 125 Conforme
lo reiteró la jurisprudencia constitucional, el decreto de las pruebas de oficio es
un imperativo para el juez, con la finalidad de: “(i) esclarecer espacios oscuros
de la controversia cuando surjan dudas sobre la titularidad de los derechos a
119
“Si bien una afirmación de esta naturaleza [inversión de la carga de la prueba en contra de la administración]
no puede llevar al extremo de considerar que toda prueba sumaria acredita una calidad específica y por
lo tanto un beneficio determinado, es prudente señalar que no se pueden desconocer las dificultades bajo
las cuales las víctimas del conflicto tienen que desarrollar todo un trámite, muchas veces engorroso y
aparentemente infinito, bajo el auspicio legítimo de la búsqueda de una asistencia íntegra por parte del Estado.”
Corte Constitucional. Sentencia T-869 de 2008 (M.P. Mauricio González).
120
“Se declarará improcedente la acción de tutela por desconocimiento tanto del principio de inmediatez como
del de subsidiariedad. // A pesar de que los accionantes pertenecen a un grupo poblacional que goza de una
protección especial, no se justificó en manera alguna la razón de la inacción o se argumentó la imposibilidad
de intentar alguno de los mecanismos que el ordenamiento jurídico les brinda para tramitar sus pretensiones,
del mismo modo que pudieron acudir más tempranamente a la acción de tutela para el amparo de su derecho a
la vivienda”. Corte Constitucional. Sentencia T-514 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo).
121
La Corte ha sostenido que para evaluar cuándo se viola el principio de inmediatez es necesario constatar los
siguientes elementos: (i) que la inactividad del peticionario no se encuentre válidamente justificada; ii) se
vulneren derechos de terceros o se desnaturalice el amparo solicitado; y iii) que se configure un nexo causal
suficiente entre los dos requisitos anteriores. Corte Constitucional. Sentencia T-108 de 2006 (M.P. Jaime Araújo
Rentería).
122
Para determinar cuándo se exceptúa el principio de subsidiariedad, la Corte ha llamado la atención acerca
de la inexistencia de otro mecanismo ordinario eficaz e idóneo para salvaguardar los derechos. Para determinar
la concurrencia de estas dos características, deben examinarse los planteamientos fácticos de cada caso y
establecerse “(i) si la utilización del medio o recurso de defensa judicial existente tiene por virtud ofrecer la
misma protección que se lograría a través de la acción de tutela; (ii) si es posible hallar circunstancias que
excusen o justifiquen que el interesado no haya promovido los mecanismos ordinarios que tiene a su alcance;
(iii) si la persona que solicita el amparo es un sujeto de especial protección constitucional, y por lo tanto su
situación requiere de particular consideración”. Corte Constitucional. Sentencia T-211 de 2009 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva).
123
“En caso de que el actor no aduzca pruebas que apoyen su pretensión, la Corte Constitucional ha sido enfática
en declarar la facultad – deber que le asiste al juez constitucional de decretar pruebas de oficio, con las cuales
se pueda determinar si realmente existe una amenaza o vulneración del derecho”. Corte Constitucional.
Sentencia T-571 de 2015 (M.P. María Victoria Calle). Reiterada en la T-196 de 2017 (M.P. José Antonio
Cepeda).
124
“Es así como se demandan de él altas dosis de sensibilidad y una actitud diligente para corregir las asimetrías
entre las partes, asegurar los derechos fundamentales, entre otros el derecho a la tutela judicial efectiva, y, en
últimas, la vigencia de un orden justo.” Corte Constitucional. Sentencia C-086 de 2016 (M.P. Jorge Iván Palacio
Palacio).
125
Corte Constitucional. Sentencia T-210 de 2011 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez). También se puede consultar
el auto A-046 de 2005 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
30
Auto 206 del 2017

partir de los hechos narrados por las partes y de los medios de prueba que estas
pretendan hacer valer; (ii) cuando la ley [no] le marque un claro derrotero a
seguir; (iii) cuando existan fundadas razones para considerar que su
inactividad puede comprometer la justicia material; y, (iv) para no promover
la negligencia o mala fe de las partes”.126

En el marco de lo anterior, la Corte Constitucional desaprobó que, en aplicación


de los principios de buena fe y veracidad, los jueces den por ciertos los hechos
que alegan los actores y concedan sus pretensiones, “sin contar con el material
probatorio necesario”.127 En efecto, si bien la consagración de la presunción de
veracidad “autoriza al juez constitucional para que en caso de no obtener una
respuesta por parte de la entidad accionada adopte una decisión sobre las
pretensiones de la acción de tutela a partir de los hechos que fueron puestos de
presente en el escrito de tutela”; este Tribunal también subrayó que “dicha
presunción no habilita al juez para que decida sin alcanzar el convencimiento
necesario, en torno a si existió o no la vulneración de los derechos
fundamentales objeto de la acción de amparo”.128 Con ello, los exhortó para
que apliquen el principio de oficiosidad y de prevalencia del derecho sustancial
sobre el formal, de tal manera que procedan a “ordenar pruebas o requerir
información adicional”, para así evidenciar la existencia de la vulneración o
amenaza a los derechos fundamentales que se alega dentro del proceso de tutela
y determinar la procedencia de las prestaciones requeridas.129

Ahora bien, entre los distintos derechos reconocidos a favor de la población


desplazada, y los diferentes mecanismos que tanto el ordenamiento jurídico,
como la práctica cotidiana, contemplan para materializarlos, se encuentra el
derecho de petición; particularmente, cuando a través suyo se busca acceder a
la ayuda humanitaria. Es necesario, por lo tanto, precisar bajo qué
características y en qué escenarios es procedente la acción de tutela para
reivindicar el derecho de petición, u otro tipo de solitudes administrativas,
cuando se encuentran relacionados con la ayuda humanitaria.

6. Características y escenarios bajo los cuales es procedente la acción de


tutela para reivindicar el derecho de petición cuando éste, a su vez, se
encuentra relacionado con la ayuda humanitaria

Las consideraciones recién expuestas, relacionadas con los requisitos mínimos


que debe cumplir la población desplazada para acudir al recurso de amparo, se
replican cuando se trata de la protección vía tutela del derecho de petición,
126
Corte Constitucional. Sentencia T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas).
127
“En aplicación de la presunción de veracidad (artículo 20 del Decreto 2591 de 1991) y el principio de la
buena fe que (art. 83 C.P), los jueces de instancia decidieron conceder el amparo de los derechos fundamentales
presuntamente vulnerados y, en consecuencia, accedieron a las pretensiones alegadas en los casos seleccionados
y acumulados en esta oportunidad. // En todos los casos en concreto, los jueces de instancia dejaron de emplear
la facultad oficiosa de ordenar pruebas o requerir información adicional para comprobar la existencia de una
vulneración o amenaza a los derechos fundamentales de los accionantes y así determinar la procedencia del
reconocimiento o prórroga de la ayuda humanitaria en sus diferentes componentes, etapas y fases,
desconociendo los principios de oficiosidad y de prevalencia de lo sustancial sobre lo meramente formal.” Corte
Constitucional. Sentencia T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas).
128
Corte Constitucional. Sentencia T-196 de 2017 (M.P. José Antonio Cepeda).
129
Corte Constitucional. Sentencia T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas).
31
Auto 206 del 2017

particularmente cuando a través suyo se solicita la entrega de la ayuda


humanitaria. No hay que olvidar que, en muchas ocasiones, las personas
desplazadas que acuden a la tutela suelen enfrentar cargas desproporcionadas,
como aquellas que surgen al tener que interponer interminables solicitudes ante
la administración relacionadas con la ayuda humanitaria, o al esperar durante
periodos desproporcionados para recibir una respuesta a sus peticiones (ver
supra. Sección 5).

En ese sentido, la Corte advirtió que omitir una respuesta de fondo, precisa y
oportuna a las solicitudes de la población desplazada, no sólo conduce a la
vulneración del derecho de petición, sino que reviste de especial gravedad
cuando aquello que se solicita hace parte de los derechos de protección
reforzada que les fueron reconocidos.130 En el caso particular de las peticiones
elevadas para solicitar información y/o el otorgamiento de la ayuda humanitaria,
esta Corporación resaltó que la falta de información o de respuesta idónea puede
entrañar también una amenaza o la vulneración de su derecho fundamental al
mínimo vital,131 en tanto se puede encontrar acompañada de un aumento del
nivel de vulnerabilidad.132 Cuando la omisión de dar respuesta oportuna y
adecuada es generalizada, este Tribunal precisó que se perpetúa el estado de
cosas contrario a la Constitución en materia de desplazamiento forzado.133

Ahora bien, en estos escenarios se acentúa el doble imperativo de preservar el


uso idóneo y expedito del recurso de amparo, en contrapunto con el respeto del
derecho a la igualdad entre las personas desplazadas, y la observancia de los
principios de inmediatez y subsidiariedad.

En efecto, este Tribunal sostuvo que los jueces de tutela no están investidos de
la facultad de ordenar que se realice el pago de la ayuda humanitaria de manera
discrecional, automática y generalizada, ante cada solicitud y/o petición de las
personas desplazadas que no es resuelta oportuna ni adecuadamente por parte
de las autoridades. Por el contrario, con la finalidad de que el recurso de amparo
no afecte el derecho a la igualdad, ni se instaure como un trámite preferente y
paralelo que termine reemplazando los procedimientos administrativos
ordinarios, en la jurisprudencia se estableció que los jueces de tutela deben: (i)
respetar el orden de los turnos previamente establecidos por la autoridad
competente, de tal manera que la vulneración del derecho de petición no es,
prima facie, una razón suficiente para entregar los recursos de la ayuda
humanitaria de manera directa y prioritaria; (ii) abstenerse –en ese sentido- de
emplear la acción de tutela como mecanismo para alterar dicho sistema de
130
Corte Constitucional. Sentencia T-690A de 2009 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva)
131
Corte Constitucional. Sentencias T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-218 de 2014 (M.P.
María Victoria Calle Correa).
132 “
Así las cosas, de haberse resuelto en debido tiempo la petición presentada por el accionante, la entrega de
la atención humanitaria no estaría sujeta a un plazo o término incierto de suministro, el cual ha terminado por
agravar las condiciones de vulnerabilidad propias del desplazamiento y ha conllevado a la presentación de la
acción de tutela que hoy ocupa la atención de esta Sala.” Sentencia T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle
Correa).
133
En ese sentido, de manera adicional a las órdenes estructurales proferidas por esta Sala Especial de
Seguimiento, la Corte Constitucional ha ordenado a la autoridad competente ajustar sus sistemas de información
para, así, brindar a la población desplazada una respuesta precisa, cierta y oportuna a sus peticiones sobre ayuda
humanitaria. Cf. Corte Constitucional. Sentencias T-839 de 2006 (M.P. Álvaro Tafur Galvis), T-182 de 2012
(M.P. María Victoria Calle Correa) y T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa).
32
Auto 206 del 2017

turnos; (iii) exceptuar el acatamiento del orden preestablecido o dar una


prelación dentro del mismo, cuando se presenten situaciones excepcionales de
urgencia manifiesta o extrema que justifiquen dar un trato privilegiado a
determinas personas desplazadas, incluso a pesar de que sólo se haya invocado
la vulneración del derecho de petición; y, finalmente, (iv) exigir a las
autoridades, en cualquier caso, el deber de responder las peticiones y demás
solicitudes, informando a la población desplazada sobre un término cierto y
oportuno en el cual recibirá la ayuda humanitaria.

(i) La Corte Constitucional reiteró que las autoridades se encuentran en la


obligación de garantizar que la población desplazada reciba la ayuda
humanitaria en cada una de sus fases de manera integral, oportuna y en términos
de igualdad.134 Para alcanzar estos propósitos, este Tribunal consideró que el
sistema de turnos se encuentra justificado constitucionalmente, al buscar que la
entrega de la ayuda humanitaria sea eficiente, eficaz y racional. Al basarse en
el orden cronológico en el que llegan las solicitudes de ayuda humanitaria, las
autoridades respetan el derecho a la igualdad y evitan tratos discriminatorios al
interior de la población desplazada.135 Lo anterior, en el marco de un sistema
que permite considerar, valorar y dar prelación, a su vez, a aquellas personas
desplazadas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad aún más
apremiante. 136

Como resultado de lo anterior, cuando el juez de tutela tiene conocimiento de


casos en los cuales las autoridades vulneran el derecho de petición de las
personas desplazadas, cuando éstas solicitan, por ejemplo, la entrega de la
ayuda humanitaria o información al respecto, en estas situaciones no es acertado
que se ordene, prima facie, la entrega directa de la ayuda respectiva. Por el
contrario, la Corte sostuvo que, en principio, los jueces deben proteger
únicamente el derecho de petición, y ordenar a las autoridades que den una
respuesta de fondo, precisa y oportuna al solicitante.137

Así, en casos en los que las autoridades no dieron respuesta oportuna a las
peticiones, este Tribunal desaprobó que los jueces de instancia, en aplicación
de los principios de veracidad y buena fe, dieran por ciertos los hechos descritos
por los actores y ordenaran la entrega inmediata de la ayuda humanitaria, sin

134
Corte Constitucional. Sala Especial de Seguimiento. Autos 099 del 2013 y 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva).
135
Corte Constitutionnel. Sentencias T-1161 de 2003 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-373 de 2005
(M.P. Álvaro Tafur Galvis), T-191 de 2007 (M.P Álvaro Tafur Galvis), T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba
Triviño), T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-680 de 2014 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
136
“El diseño de un modelo de asignación de turnos para la entrega de ayudas humanitarias que consulte el
nivel de vulnerabilidad de los beneficiarios, esto es, que tenga en cuenta la pertenencia de la persona desplazada
a un grupo de especial protección constitucional, como las madres cabeza de familia, indígenas,
afrodescendientes, personas con discapacidad o de la tercera edad, resulta a todas luces constitucional, pues
atiende el grado de protección reforzada que requiere quien, además de presentar la condición de desplazado
por la violencia, pertenece a uno de los grupos de especial protección constitucional mencionados.” Corte
Constitucional. Sentencia T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa). En la misma dirección, ver las
sentencias T-284 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-414 de 2013 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla) y T-
218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa). Desde una perspectiva de la política pública, ver los autos
proferidos por la Sala Especial de Seguimiento 099 del 2013 y 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
137
Ver, por ejemplo, las sentencias T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-192 de 2013 (M.P.
Mauricio González Cuervo), T-414 de 2013 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla) y T-680 de 2014 (M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio).
33
Auto 206 del 2017

contar con el material probatorio necesario.138 A juicio de esta Corte, la falta de


sustento probatorio que permita determinar: la calidad de desplazados de los
peticionarios; si tienen derecho a recibir la ayuda; qué componentes han
recibido; y si hubo dilación de las autoridades en su entrega, apareja el riesgo
de “alterar el orden en que se deben entregadas las ayudas humanitarias
solicitadas a la población víctima de desplazamiento forzado o desconocer los
derechos de otros desplazados que no acudieron a la acción de amparo y que
se encuentran, en igualdad de condiciones, a la espera de una respuesta de la
entidad accionada”.139

Ahora bien, la Corte Constitucional no sólo reiteró que al ordenar de manera


directa e inmediata la entrega de la ayuda humanitaria, los jueces afectan los
derechos de terceros, esto es, las personas desplazadas que se encuentran en la
misma situación de vulnerabilidad del accionante y que optaron por agotar el
trámite administrativo. Más aún, insistió en que una orden en esa dirección
puede convertir a la acción de tutela, vía protección del derecho de petición, en
un proceso paralelo y preferente al trámite ordinario que deben surtir las
personas desplazadas para acceder a la ayuda humanitaria.

La jurisprudencia constitucional señaló que esta situación es inaceptable por las


siguientes razones. En escenarios en los que se presenta un bloqueo institucional
de la administración para responder adecuada y oportunamente las peticiones,
entre más ciudadanos recurran a la acción de amparo para solicitar la entrega de
la ayuda humanitaria, vía protección del derecho de petición, más presión se va
a generar en la administración en términos institucionales, humanos y
financieros para responder a las tutelas a tiempo y así evitar la interposición de
las respectivas sanciones. En esa medida, entre más se cumple con la entrega de
la ayuda humanitaria por medio de la “ruta de tutelas”, más se promueve el
acceso a la administración por esta vía, desincentivando así el uso de las rutas
ordinarias, las cuales a su turno aumentan los tiempos de respuesta debido la
presión que se genera para responder las tutelas, con lo que se genera un círculo
vicioso.140 En el caso hipotético en el que la administración tramitara por “la
ruta de tutelas” toda la oferta que debería surtirse siguiendo los causes
ordinarios, se llegaría al absurdo de sustituir una ruta por otra, lo que reproduce

138
“El juez de instancia concluyó que los accionantes cumplían los mencionados requerimientos [para acceder
a la ayuda humanitaria], pues en la medida que la entidad accionada no respondió el escrito de tutela, el juez de
instancia aplicó el principio de veracidad sobre los hechos narrados por los accionantes, conforme a lo
establecido en el artículo 20 del Decreto 2591 de 1991. // Frente a lo anterior, aun cuando la Sala admite que
los jueces de tutela están sujetos a un término muy breve para adoptar una decisión de fondo y, que dentro del
mismo, no es posible desarrollar un periodo probatorio estricto y riguroso, ello mismo no justifica, que para
efectos de adoptar una decisión de fondo, pueda omitir su deber de verificar los hechos narrados en la tutela”.
Corte Constitucional. Sentencia T-196 de 2017 (M.P. José Antonio Cepeda).
139
Corte Constitucional. Sentencia T-158 de 2017 (M.P. Alberto Rojas).
140
“Enfocar el problema desde una perspectiva global implica un desgaste inconducente, porque no sólo se
duplican los trámites en la entidad destinataria de las peticiones, que debe atender, tanto el expediente
administrativo, como, en cada caso, también el judicial de tutela, sino que se da lugar a una actividad judicial
superflua, que comprende la actuación de los jueces, que puede comprender las dos instancias, la eventual
revisión por la Corte Constitucional, y los incidentes de desacato que se producen en dos instancias (…) lo cual
implica que en cada caso concreto, los funcionarios responsables, además de impulsar el correspondiente
expediente administrativo, y atender los requerimientos judiciales, deben afrontar las investigaciones
disciplinarias que se les adelanten. Es claro que si la entidad, por deficiencias estructurales, no pudo atender
oportunamente las peticiones iniciales, menos va a poder hacerlo con la demanda aumentada de las tutelas”.
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
34
Auto 206 del 2017

la congestión que se presentaba inicialmente en la ruta administrativa.141 En la


medida en la que esta situación no es universalizable esconde una vulneración
insalvable del derecho a la igualdad, entre quienes acuden a la tutela para que
les entreguen la ayuda humanitaria rápidamente –ante la vulneración del
derecho de petición-, y quienes optan por respetar el trámite ordinario, a pesar
de encontrarse en situaciones de vulnerabilidad semejantes.

A su vez, en estos escenarios la tutela puede dejar de ser un mecanismo efectivo


para salvaguardar los derechos individuales del solicitante. Lo anterior, debido
a la creciente congestión que se genera vía ruta judicial, que lleva a que no se
logre responder en los términos definidos legalmente.142 Esto se traduce en que
la administración adopte maniobras dilatorias que buscan, “formalmente”, dar
una respuesta al recurso de amparo, pero sin llegar a resolver de fondo la
solicitud ni proteger el derecho afectado.143

Sin embargo, es importante precisar que en aquellos casos en los que las
autoridades se demoraron de manera prolongada e injustificada en dar una
respuesta adecuada a las peticiones que solicitan la entrega de la ayuda
humanitaria, de tal manera que no es claro en qué estado del trámite se encuentra
el solicitante para acceder a la misma, la Corte fue más allá de simplemente
tutelar el derecho de petición. En estos casos, ordenó a la entidad responsable
desarrollar una valoración de la condición de vulnerabilidad del accionante,
para que sea la misma administración la que determine la procedencia de la
correspondiente ayuda humanitaria, en caso de que lo encuentre pertinente.144

(ii) Como resultado de lo anterior, la Corte reiteró que, en principio, es


constitucionalmente inadmisible que el juez resuelva una acción de tutela en la
que se encuentra involucrada una petición u otra solicitud en materia de ayuda

141
“Cuando hay un problema estructural, [la tutela] ofrece una respuesta adecuada para los casos individuales,
pero a costa de incrementar los tiempos de respuesta (en la administración) frente a los que se darían de no
contar con las acciones de tutela. Pero luego, el efecto demostración de las tutelas concedidas conduciría a un
paulatino incremento de las solicitudes de tutela, hasta llegar, en el extremo, a igualar las peticiones originales
// En la medida en que todos acudan a la acción de tutela, no cabría prioridad o preferencia alguna, porque todos
la tendrían y se volvería a la situación inicial previa a la presentación de las acciones de tutela”. Corte
Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
142
“La solución sería que el juez ordenara la inmediata atención de todas las peticiones que están en mora pero,
como se trata de un problema estructural, ello es imposible de cumplir”. Corte Constitucional. Sentencia T-
1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
143
En estos casos, la administración “se encarga del trámite formal de las tutelas, pero sin que ello tenga impacto
en el tiempo de respuesta de las solicitudes. La acción (de la administración) tendría valor informativo,
implicaría acatamiento y deferencia hacia el juez, pero carecería de impacto para la protección del derecho de
petición. Eso hace completamente inoficioso el trámite porque no repercute en agilizar la respuesta y por el
contrario sí comporta la destinación de recursos del Estado y su desviación desde asuntos más conducentes”.
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
144
En la sentencia T-869 de 2008 (M.P. Mauricio González Cuervo), por ejemplo, la Corte resolvió en 2 de los
4 casos acumulados que la entidad competente debía valorar en 30 días la condición de vulnerabilidad de las
mujeres cabeza de hogar demandantes, para acorde a dicha valoración entregar la ayuda humanitaria. En uno
de estos casos, la mujer demandante presentó el derecho de petición solicitando la ayuda en junio de 2007, no
obstante, este no fue resuelto y la Corte no pudo obtener certeza de que se estaban adelantando trámites para la
entrega de la ayuda. En el otro, la mujer demandante solicitó la ayuda en noviembre de 2007, pero su petición
tan sólo fue respondida hasta enero de 2008, señalando que una visita estaba siendo programada para valorar
su condición de vulnerabilidad. De tal manera que la Corte, nuevamente, no pudo obtener certeza sobre si se
estaba surtiendo o no el trámite necesario para la entrega de la ayuda. En la sentencia T-690A de 2009 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva), la Corte ordenó en 3 de los 10 casos acumulados valorar en un plazo de 5 días la
vulnerabilidad de las demandantes, para posteriormente entregar la ayuda humanitaria si era procedente; así
como ordenó dar una respuesta clara y precisa en un término de 3 días a los derechos de petición interpuestos.
35
Auto 206 del 2017

humanitaria, y ordene de manera directa el pago inmediato de esos recursos.145


Así, la Corte consideró que “no es posible ordenar que se realice el pago [de
la ayuda humanitaria] pues es claro que la entidad accionada debe respetar
los turnos preestablecidos, con el objeto de proteger el derecho a la igualdad
de todos los beneficiarios de la misma ayuda humanitaria a quienes se les
aprobó antes que a la accionante”.146 De manera adicional, este Tribunal
advirtió acerca de la inconveniencia de que el juez de tutela ordene de manera
directa la entrega de la ayuda humanitaria, pues su intervención podría ser
arbitraria. Al respecto, concluyó que “la introducción de excepciones sin
criterios preestablecidos de prioridad puede resultar arbitraria y contraria al
principio de igualdad”.147

(iii) La jurisprudencia constitucional resaltó, no obstante, que las reglas


anteriores deben morigerarse o exceptuarse cuando el operador judicial se
enfrenta ante ciertas situaciones excepcionales. Se trata de aquellos casos en los
cuales el accionante, a pesar de haber invocado la vulneración del derecho de
petición, se encuentra en una situación de urgencia manifiesta o extrema, que
justifica la entrega inmediata de la ayuda humanitaria, de manera transitoria, en
forma prioritaria respecto del orden cronológico prestablecido.148

Es cierto que, en principio, el juez constitucional se enfrenta a situaciones muy


complejas para valorar y ponderar cuándo se encuentra ante estas situaciones
excepcionales, por dos razones principales. De una parte, porque carece de “un
marco de referencia para decidir la prioridad con que debe resolverse un
asunto, en relación con otros que presentan idénticas o incluso más graves
características”.149 De la otra, porque cada persona desplazada percibe su caso
particular con urgencia, debido al deterioro que el desarraigo produce en su
nivel de vida y a la situación de pobreza que afecta a la mayoría de esa
población.150 No obstante, la jurisprudencia constitucional llamó la atención
sobre la necesidad de encontrar una serie de parámetros que pueden orientar al
juez en esta dirección, los cuales, no obstante, siempre deben ser aplicados
excepcionalmente.151

145
Inicialmente, esta Corporación construyó y aplicó la regla sobre la imposibilidad de emplear la acción de
tutela como mecanismo para “saltarse” la fila o eludir los turnos, en el marco del trámite administrativo diseñado
para obtener la ayuda humanitaria consagrada en la Ley 418 de 1997. Ver las sentencias T-1161 de 2003 (M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra), T-373 de 2005 (M.P. Álvaro Tafur Galvis), T-012 de 2006 (hecho superado)
y T-191 de 2007 (M.P Álvaro Tafur Galvis). Lo anterior, extrapolando una regla análoga aplicada para casos
relacionados con cesantías, pruebas de ADN, el sector salud y auxilios destinados a ancianos en condición de
indigencia. Sólo a partir del 2007 esta regla se extrapoló a aquellas situaciones en las que se reclama la ayuda
humanitaria diseñada específicamente a favor de la población desplazada, recogida en las Leyes 387 de 1997 y
1448 de 2011. Cf. Sentencia T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño). Acerca de la diferencia entre ambas
ayudas, ver la sentencia T-721 de 2003 (M.P. Álvaro Tafur Galvis).
146
Corte Constitucional. Sentencia T-191 de 2007 (M.P Álvaro Tafur Galvis). En la misma dirección, ver las
sentencias T-473 de 2007 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla), T-869 de 2008 (M.P. Mauricio González Cuervo), T-
391 de 2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), T-585 de 2009, T-406 de 2007, T-182 de 2012 (M.P. María
Victoria Calle Correa) y T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa), entre otras.
147
Corte Constitucional. Sentencias T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-414 de 2013 (M.P.
Nilson Pinilla Pinilla).
148
Corte Constitucional. Sentencias T-869 de 2008 (M.P. Mauricio González Cuervo) y T-191 de 2007 (M.P
Álvaro Tafur Galvis).
149
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
150
Cf. Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva)
151
“Cabría ensayar la fijación jurisprudencial de unas reglas para casos absolutamente extremos, mientras la
ley o la propia administración establecen criterios de priorización de la atención, si es que no lo han hecho ya.
36
Auto 206 del 2017

A pesar de que la Corte Constitucional no ha sido del todo consistente en este


sentido, ha valorado la presencia de criterios etarios, raciales, de discapacidad,
de género y socio-económicos, para así determinar la existencia de una
situación de urgencia extrema o manifiesta que justifica ordenar
excepcionalmente el pago directo e inmediato, vía tutela, de la ayuda
humanitaria. 152 A manera de ejemplo, la Corte tuteló los derechos de los
accionantes y ordenó la entrega directa e inmediata de esta ayuda, cuando
encontró que enfrentan situaciones socioeconómicas insoportables;153 cuando
en determinadas personas concurren criterios de vulnerabilidad etarios y socio-
económicos;154 y cuando encontró que en determinados segmentos
poblacionales, como las mujeres desplazadas, usualmente se imponen cargas
socioeconómicas desproporcionadas -ser cabeza de hogar-, que les impiden
garantizarse sus medios de subsistencia en el caso concreto.155

En la misma dirección, la Corte estableció vía negativa qué no es una situación


de urgencia manifiesta que amerita ordenar el pago de la ayuda humanitaria de
manera directa, tras constatar la vulneración del derecho de petición. Así ha
ocurrido en circunstancias en las que las condiciones socio-económicas del
hogar parecen prevalecer, a juicio de este Tribunal, sobre la conformación etaria

En todo caso, la acción de tutela resulta, en general, inadecuada para tender los casos individuales”. Corte
Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
152
Ver supra. Sentencia T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa). En la misma dirección ver las
sentencias T-284 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-414 de 2013 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla) y T-
218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
153
En la sentencia T-645 de 2003 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra), que es el primer pronunciamiento en la que se
aplica esta excepción, la Corte tuvo bajo especial consideración el estado precario de salud de la mujer
desplazada para establecer la existencia de la urgencia manifiesta. En la sentencia T-364 del 2008, este Tribunal
consideró que la actora y su núcleo familiar se encuentran en situación de urgencia extraordinaria “cuando
fueron expulsados del lugar donde se albergaban y, actualmente, tanto ellos como sus enseres, se encuentran en
la calle a la espera de la protección por parte de la sociedad y el Estado”.
154
En la sentencia T-312 de 2005 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), la Corte encontró que podría existir una
situación de urgencia manifiesta cuando se trataba de adultos mayores cabeza de hogar, cuyo núcleo familiar
también estaba compuesto por otros adultos mayores, y cuya avanzada edad y estado de salud les impedía
generar ingresos. En la sentencia T-157 de 2015 (M.P. Mauricio González Cuervo), la Corte consideró que era
posible entregar la prórroga automática de la ayuda humanitaria, por encima del sistema de turnos, ante la
situación de extrema vulnerabilidad de un adulto mayor cabeza de hogar, enfermo y sin empleo, que además
debía responder por la subsistencia (alimentación y vivienda) de su esposa, también gravemente enferma y
cuyos medicamentos no se encontraban cubiertos por el POS. En la T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle
Correa), la Corte ordenó la prórroga automática de la ayuda humanitaria y su entrega con prelación dentro del
sistema de turnos a un adulto mayor cabeza de hogar y sin empleo, que debía responder por su esposa, también
de avanzada edad, y por el arriendo del hogar; pues sus tres hijos no podían aportarle a su sostenimiento, dado
cada uno debía responder por sus propios núcleos familiares. En la sentencia T-868 de 2008 (M.P. Rodrigo
Escobar Gil), la Corte concluyó lo siguiente: “entonces, dado que (i) la situación que atraviesa la señora
Calderón Arango es bastante precaria, como da cuenta el puntaje de 2.44 obtenido en la encuesta SISBEN, que
(ii) se trata de una persona de edad avanzada (63 años) a quien le resulta complejo obtener medios de
subsistencia y que (iii) su condición económica y social se ha venido deteriorando con el tiempo por la actitud
displicente de Acción Social, esta Sala de Revisión concederá el amparo deprecado y accederá a sus
pretensiones.”
155
En la sentencia T-496 de 2007 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), la Corte estimó, sin afirmarlo categóricamente,
que se configuran posibles condiciones de urgencia manifiesta o extrema en los casos de mujeres cabeza de
hogar a cargo de hijos menores de edad. En la sentencia T-560 de 2008 (M.P. Jaime Araújo) ordenó de manera
directa la entrega de la ayuda humanitaria a favor de una madre cabeza de familia que mantiene a cinco hijos,
cuatro de ellos menores de edad, uno de los cuales tiene una discapacidad permanente, y que vive en arriendo
adeudando varios meses del canon respectivo, así como servicios públicos domiciliarios. En la T-586 del 2009
(M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub) la Corte ordenó la entrega directa de la ayuda humanitaria a favor de una
mujer campesina, desplazada y madre cabeza de hogar a cargo de 10 hijos.
37
Auto 206 del 2017

del grupo familiar, o sobre la presencia de mujeres dentro del mismo.156 Sin
embargo, los criterios manejados por esta Corporación no han sido siempre
claros al respecto, porque en otras situaciones en las que parecen presentarse
dificultades socio-económicas manifiestas y urgentes, la Corte decidió respetar
los turnos.157

De todas formas, más allá de estas divergencias en la apreciación de los hechos,


a partir de estas sentencias parece desprenderse que el factor que es más
relevante para determinar cuándo una persona se encuentra en una situación de
urgencia que amerita ordenar vía tutela la entrega directa de la ayuda
humanitaria, incluso por encima del sistema de turnos, es el factor socio-
económico; el cual, ciertamente, se encuentra muchas veces asociado, aunque
no exclusivamente, a otros criterios como el género o la condición etaria. La
Corte consideró que estas dificultades socio-económicas tienen lugar cuando
las personas desplazadas “carecen de otros medios para garantizarse su
subsistencia, por lo cual quedan expuestos a un perjuicio irremediable
derivado de la afectación de su derecho fundamental al mínimo vital” (énfasis
agregado).158

Por lo tanto, la Corte consideró que en estos casos excepcionales el juez de


tutela no debe limitarse a exigir que se responda adecuadamente a la petición
y/o solicitud relacionada con la ayuda humanitaria; ni tampoco debe restringirse
a ordenar una nueva valoración de la situación del accionante. Por el contrario,
en este tipo de situaciones extremas en las que se acreditó, de manera suficiente
(ver supra. Secciones 4 y 5), que la persona desplazada, al no contar con medios
para garantizar su subsistencia mínima, se encuentra expuesta a un perjuicio
irremediable derivado de la afectación de su derecho fundamental al mínimo
vital, el juez de tutela debe ordenar directamente la entrega de la ayuda
humanitaria. Conforme lo sostuvo esta Corporación recientemente, “los
accionantes que, en su calidad de víctimas del desplazamiento forzado,
soliciten ayuda humanitaria tienen derecho a que la misma sea reconocida,
siempre que del escrito de amparo o en el transcurso del trámite tutelar, se
pueda advertir a través cualquiera de los medios de prueba y convicción, la

156
En la sentencia T-495 de 2014 (M. P. Mauricio González Cuervo), este Tribunal señaló que en aquellos
casos en los que el núcleo familiar estaba compuesto por mujeres enfermas y/o a los adultos mayores,
acompañados de adultos sin problemas de salud o sin una avanzada edad, no era posible otorgar la ayuda
humanitaria de manera inmediata o sustrayéndose del sistema de turnos, porque presumió que los adultos
jóvenes y sanos están en capacidad de aportar al sostenimiento del núcleo familiar en su integridad.
157
En la sentencia T-191 del 2007 (M.P. Alvaro Tafur Galvis), por ejemplo, la Corte no explica por qué razones,
a pesar de que la actora manifiesta estar en una “crítica situación económica a causa del desplazamiento, [y
que] no cuenta con recursos para sostener su núcleo familiar, pues éste dependía económicamente de su esposo
fallecido, [y que] además a la fecha, vive “hacinada en una pieza” adeudando a la fecha veintidós meses de
arriendo a los propietarios del inmueble”, no explica por qué ésta no es una situación de urgencia extrema que
amerita modificar los turnos para la asignación de la ayuda humanitaria.
158
Corte Constitucional. Sentencia T-971de 2005 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), haciendo referencia a la
sentencia T-129 del 2007 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto). En esta dirección, la Corte ha considerado
que “aquellos casos denominados de urgencia extraordinaria” se presentan cuando “existan condiciones
objetivas que indican que tales personas no están en capacidad de asumir su autosostenimiento, por lo que se
justifica la continuación de la ayuda humanitaria”. Sentencia T-297 de 2008 (M.P. Clara Inés Vargas
Hernández). A manera de ejemplo, en la sentencia T-868 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil) la Corte ordenó
directamente la entrega de la ayuda humanitaria dentro de un plazo de 48 horas a favor de un hombre y de una
mujer que presentaban un puntaje muy bajo en el SISBEN, 1.03. y 2.87. respectivamente, que los ubicaba en el
Nivel 1, sin hacer consideraciones adicionales en materia de género, por ejemplo.
38
Auto 206 del 2017

afectación de su subsistencia mínima”.159 Lo anterior, incluso a pesar de que la


acción de tutela sólo gire alrededor de una presunta vulneración del derecho de
petición, y sin exigirle al solicitante el cumplimiento de alguna otra actuación
probatoria o procesal que resulte desproporcionada frente a la situación extrema
en la que se encuentra.

De todas formas, vale la pena recordar que estos casos de urgencia manifiesta o
extrema se encuentran, muchas veces, antecedidos de una respuesta por parte
de las autoridades que es tardía y/o inadecuada -en algunos casos inexistente-,
frente a las peticiones interpuestas por las personas en situación de
desplazamiento. Si estas personas ya fueron sometidas a una espera incierta,
desproporcionada e injustificada, a pesar de haber recurrido insistentemente a
las autoridades, y se encuentra en una situación de urgencia extraordinaria, no
es admisible que el juez se limite a ordenar que se les proteja el derecho de
petición, o que someta al accionante a una nueva espera para que se realice una
nueva valoración y, así, eventualmente, recibir la ayuda humanitaria en un plazo
indefinido.160

(iv) Finalmente, este Tribunal sostuvo que el respeto que se debe profesar, en
principio, por los turnos, no exime a las autoridades del deber de responder a
las peticiones informando a la población desplazada oportunamente acerca de
un término cierto y razonable en el cual recibirá la ayuda humanitaria. En este
orden de ideas, la Corte indicó que la mera asignación de turnos sin una fecha
real y precisa para la entrega de la ayuda puede desvirtuar o deslegitimar el
sistema de turnos en su generalidad, y esclareció cuáles son los criterios o
términos para considerar un plazo razonable que no desnaturaliza los principios
de inmediatez y de urgencia propios de la ayuda humanitaria. Así, por ejemplo,
este Tribunal consideró que asignar turnos con plazos de semestres161 o incluso
años162 para la entrega de la ayuda puede resultar desproporcionado.

En última instancia, la Corte señaló que la falta de una respuesta oportuna y


adecuada a las peticiones elevadas por la población desplazada, mediante las
cuales solicitan la entrega de la ayuda humanitaria o información al respecto,

159
Corte Constitucional. Sentencia T-626 del 2016 (M.P. María Victoria Calle).
160
En la sentencia T-586 de 2009 (M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), la Corte ordenó la entrega de la ayuda
humanitaria en un término de 5 días a una mujer desplazada cabeza de hogar y responsable de 10 hijos, que
había extendido en 1999 diversas solicitudes verbales de ayuda humanitaria y en octubre 2008 un derecho de
petición escrito a tales efectos, sin obtener respuesta alguna o la ayuda requerida por parte de la autoridad
competente, pues tan sólo obtuvo visitas domiciliarias. En la sentencia T-690A de 2009 (M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva), este Tribunal conoció de 10 casos acumulados y en uno de ellos ordenó la entrega de la ayuda
humanitaria de manera directa en un término de 48 horas, al verificar que además de no haberse resuelto el
derecho de petición interpuesto en julio de 2008 por un hombre desplazado cabeza de hogar, no se entregó
ninguna clase de ayuda a él y su familia desde el momento del desplazamiento ocurrido entre 1998 y 2002. En
la sentencia T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa) la Corte valoró, de manera adicional a la especial
vulnerabilidad del adulto mayor cabeza de hogar demandante, que el derecho de petición que este había elevado
en julio de 2013 nunca fue respondido.
161
En la sentencia T-702 del 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva), la Sala Novena advirtió que el turno o
plazo asignado no podía sobrepasar los seis (6) meses, de lo contrario, resultaría desproporcionado. En la misma
dirección, ver las sentencia T-868 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), reiterada en la T-586 de 2009 (M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub)
162
“Someter a una familia en la cual hay cinco menores de edad, a la espera de más de dos años para recibir
una ayuda que la misma entidad constató que necesitaba de manera urgente, hace nugatorios sus derechos
fundamentales al mínimo vital y a la vida digna, pues desnaturaliza el propósito de la ayuda humanitaria”. Corte
Constitucional. Sentencia T-284 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa).
39
Auto 206 del 2017

abre la posibilidad de imponerles cargas desproporcionadas para la garantía de


sus derechos mínimos,163 lo cual puede acarrear para aquellas personas que se
encuentran en situaciones de extrema urgencia un perjuicio irremediable
derivado de la afectación de su derecho fundamental al mínimo vital.164

7. La tutela como recurso adecuado para controvertir los actos


administrativos desfavorables a la población desplazada en materia de
ayuda humanitaria

Las consideraciones anteriores no quieren decir que la Corte Constitucional


impida que el juez de tutela valore constitucionalmente las decisiones
administrativas que resultan desfavorables a las personas desplazadas,
relacionadas con la ayuda humanitaria – i.e. negándola, disminuyendo los
montos entregados o informando que los recursos fueron devueltos al sistema
porque no se reclamaron a tiempo. Por el contrario, este mismo Tribunal ha
controvertido las actuaciones de la administración cuando encontró
debidamente acreditado dentro del proceso que sus decisiones vulneran o ponen
en riesgo el derecho a la subsistencia mínima de las personas desplazadas, sin
la necesidad de exigirles agotar todos los recursos ordinarios. En este tipo de
casos, tal como ocurre de manera extensa en materia de registro, la Corte
consideró que la acción de tutela es el mecanismo apto y expedito para
controvertir las decisiones de la administración y, con ello, también ordenó la
entrega de la ayuda humanitaria en estas situaciones.

Así, este Tribunal consideró procedente el recurso de amparo y tuteló los


derechos al mínimo vital y la subsistencia mínima de los solicitantes, cuando:
(i) en el proceso de tutela se acreditó que el acto administrativo que niega la
ayuda humanitaria se sustentó en información falsa;165 (ii) ocurren hechos
sobrevinientes que ponen al solicitante en una situación de urgencia extrema o
manifiesta, que lo acreditan para recibir nuevamente la ayuda a pesar de haberla
recibido con anterioridad;166 (iii) el acto administrativo que niega la solicitud se

163
“La ausencia de información cierta sobre las fechas en que las ayudas serán otorgadas se erige en un
obstáculo para el goce efectivo de los derechos de los accionantes, derivado de la carga desproporcionada que
genera la incertidumbre sobre el momento en que sus derechos vulnerados serán plenamente satisfechos y que
les impide llevar a cabo una mínima planificación de su vida.” Corte Constitucional. Sentencia T-182 de 2012
(M.P. María Victoria Calle Correa). Ver también: sentencias T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa)
y T-680 de 2014 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
164
Cf. Corte Constitucional. Sentencia T-182 de 2012 (M.P. María Victoria Calle Correa). Ver también:
sentencias T-218 de 2014 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-680 de 2014 (M.P. Jorge Iván Palacio
Palacio), T-157 de 2015 (M.P. Mauricio González Cuervo), T-192 de 2013 (M.P. Mauricio González Cuervo)
y T-414 de 2013 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla).
165
“Teniendo en cuenta estos hechos, la Sala estima que, en un primer momento, la entidad demandada vulneró
los derechos fundamentales a la prórroga de la asistencia humanitaria de emergencia de la peticionaria, pues,
mediante oficio de 26 de marzo de 2008, le negó las ayudas solicitadas argumentando que no tenía legitimidad
para elevar dicha solicitud pues no aparecía como jefe de hogar en el RUPD. Esta información no correspondía
a la verdad, pues la peticionaria se encuentra inscrita en el RUPD como jefe de hogar desde el día 10 de agosto
de 2005, y, en esta medida, Acción Social basó su decisión de no otorgarle a la peticionaria las ayudas
solicitadas, en una información errada”. Corte Constitucional. Sentencia T-099 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo
Mendoza).
166
“Luego de suministradas las ayudas humanitarias referidas anteriormente, los accionantes se refugiaron en
un ‘ranchito’ que posteriormente fue destruido por el dueño del predio donde se encontraban, por lo que sus
enseres, actualmente, se encuentran en la calle // la accionante solicitó ante Acción Social la ayuda humanitaria
de emergencia, la cual fue negada por la entidad, bajo el argumento de que ya les habían otorgado éstos de
conformidad con la ley // Las ayudas humanitarias suministradas a la actora y a su núcleo familiar, no obstan
40
Auto 206 del 2017

fundamenta en supuestos de hecho acerca de la condición de vulnerabilidad de


los accionantes –i.e. la capacidad para generar ingresos de otros miembros del
núcleo familiar,167 la idoneidad de las ayudas entregadas con anterioridad,168 o
el paso del tiempo como un indicio para asumir que se ha disminuido la
vulnerabilidad169-, los cuales han sido suficientemente desvirtuados mediante el
recurso de amparo; (iv) las autoridades motivan sus resoluciones a partir de
análisis normativos170 o fácticos171 indebidos, entre otros casos.

Vale la pena reiterar que en estos escenarios, para justificar de manera adecuada
la revocatoria de un acto administrativo y la adopción de una orden de entrega
directa e inmediata de la ayuda humanitaria, es necesario tener en cuenta las
reglas mencionadas con anterioridad, tanto las generales en materia de
procedencia de la acción de tutela a favor de las personas desplazadas, como las
específicas concernientes al respeto por el derecho a la igualdad entre las
personas desplazadas, que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad
semejantes. El juez constitucional, por lo tanto, debe estar atento al
cumplimiento de los requisitos mínimos, pero no desproporcionados, que es
admisible exigirle a la población desplazada para interponer la acción de tutela
y para proteger su derecho a la ayuda humanitaria; debe velar por una aplicación
adecuada de los principios de legalidad, buena fe, favorabilidad, pro homine y

para que nuevamente puedan ser acreedores de las mismas, máxime, si se resalta que se encuentran en una
situación de indefensión y marginalidad extremas”. Sentencia T-364 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
167
“Acción Social indicó que no era posible la prórroga de la atención humanitaria de emergencia por existir
en su grupo familiar cuatro personas en etapa productiva. Al respecto, la acciónate manifestó, que en la
actualidad su compañero y padre de sus hijos se encuentra desaparecido, situación que fue puesta en
conocimiento ante las autoridades respectivas, en la declaración rendida donde expuso su condición de
desplazada; aunado a ello, ha sido enfática al señalar que su hijo y nuera, quienes hacían parte inicialmente de
su grupo familiar, ya no conviven con ella, en consecuencia advierte que en la actualidad su grupo familiar está
constituido por ella y sus tres hijos menores, por lo que ha adquirido la condición de mujer cabeza de familia”.
Corte Constitucional. Sentencia T-297 de 2008 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
168
“Es inadmisible que Acción Social sostenga como argumento para negar la entrega de la ayuda a la población
desplazada el hecho de haberse suministrado en una oportunidad, pues, es probable que la atención durante tres
meses no sea suficiente para contribuir con la estabilización económica y social mínima de la víctima del
desplazamiento y su familia (…) (i) se trata de una mujer víctima del desplazamiento forzado interno y además
jefe de hogar; (ii) de acuerdo con el puntaje obtenido en la encuesta SISBEN y el nivel en el que fue ubicada,
resulta evidente que no ha alcanzado un grado mínimo de estabilidad económica y social, luego requiere
atención del Estado para sobreponerse a la crisis que atraviesa y (iii) la poca edad que alcanzan sus hijos (2 y 9
años), hace imperiosa su presencia permanente en el hogar, lo que a su vez dificulta la consecución de un empleo
estable y por contera la estabilización en condiciones dignas”. Corte Constitucional. Sentencia T-868 de 2008
(M.P. Rodrigo Escobar Gil).
169
Corte Constitucional. Auto 099 del 2016. (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
170
Acorde con [el artículo 18 de la Ley 418/97], para que pueda otorgarse la asistencia humanitaria a favor de
las víctimas de la violencia política, los beneficiarios deben aportar entre otros documentos, un certificado que
por expreso mandato legal debe ser expedido por una de las siguientes autoridades: la Alcaldía Municipal, la
Personería Municipal, o la entidad que haga sus veces. // En el caso objeto de estudio, la Sala encuentra que los
certificados fueron expedidos por el Personero de Caucasia // En el caso sub examine se cumple con el requisito
referido a la existencia de una certificación emitida por la autoridad competente de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 18 de la ley 418 de 1997, el cual siempre debe ser interpretado y aplicado de manera favorable a
los derechos fundamentales de la población menos favorecida que se encuentre en situación de indefensión //
la ley en ningún momento establece como requisito para el reconocimiento y entrega de la mencionada ayuda
humanitaria, la existencia de un certificado expedido por la Fiscalía General de la Nación en el que se consigne
cuáles fueron los móviles de la respectiva muerte y se identifiquen los presuntos autores del delito cometido”.
Corte Constitucional. Sentencia T- 572 de 2008 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto).
171
“El ad quem señaló que de entrada se veía la falta de motivación de la misma resolución; criterio éste que
comparte la Sala, como se explicó anteriormente, a pesar de que el demandante no hubiera controvertido la
decisión negativa, pues finalmente la situación que él manifestó tanto en su declaración como en la demanda
de tutela indican claramente que los conflictos armados se dieron para la época y la zona en que los refiere”.
Corte Constitucional. Sentencia T-1144 de 2005 (M.P. Alvaro Tafur Galvis).l
41
Auto 206 del 2017

veracidad, para establecer cuándo las personas desplazadas enfrentan cargas


desproporcionadas que les impiden reivindicar sus derechos de manera
ordinaria; y debe ponderar cuándo los solicitantes se encuentran en situación de
urgencia manifiesta o extraordinaria que amerita, de manera excepcional,
adoptar una orden directa e inmediata de entrega de ayuda humanitaria, incluso
con desconocimiento del sistema de turnos establecido por las autoridades. Esto
último, con atención a que la sola constatación de algún error por parte de las
autoridades en la motivación del acto administrativo que niega o disminuye los
montos de la ayuda humanitaria, no quiere decir de entrada que el remedio a
adoptar sea ordenar su entrega de manera inmediata y directa. Bien puede el
accionante encontrarse en un nivel de vulnerabilidad bajo que justifique
únicamente ordenar que se informe de manera adecuada acerca de la fecha en
la que recibirá la ayuda, o que se realice una nueva valoración.

8. El derecho a la indemnización de las víctimas de desplazamiento forzado


y la protección vía acción de tutela

La Corte Constitucional, en una amplía línea jurisprudencial, reconoció que las


víctimas de violaciones graves a los derechos humanos son titulares de los
derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición,
bajo el entendido de que se trata de un conjunto de derechos inescindible.172

En lo concerniente al derecho a la reparación, este Tribunal sostuvo que se trata


de un derecho complejo que posee una naturaleza fundamental amparada por
las normas internacionales de derechos humanos, la jurisprudencia de los
organismos internacionales y por nuestra Constitución Política.173 El
fundamento del deber de reparar radica en la obligación general del Estado
concerniente al respeto y la garantía de los derechos de todas las personas bajo
su jurisdicción (C.P. Art. 2). Por lo tanto, ante vulneraciones graves y
generalizadas de derechos humanos, surge la obligación de reparar
integralmente a las víctimas de tales violaciones, con la finalidad de restablecer
integralmente su dignidad. 174 En caso de no ser posible la restitutio in integrum,
este Tribunal reiteró que el Estado se encuentra en la obligación de implementar

172
Esta Corte ha reiterado que la satisfacción del derecho a la reparación le impone al Estado la obligación de
“satisfacer el derecho a la justicia y a la verdad de las víctimas mediante el diseño y garantía de recursos
judiciales efectivos para que las personas afectadas puedan ser oídas, impulsar las investigaciones y hacer valer
sus intereses en el juicio. Tales obligaciones incluyen el deber de juzgar y condenar a penas adecuadas y
proporcionales a los responsables de los crímenes investigados”. Corte Constitucional. Sentencia T-821 de 2007
(M.P. Catalina Botero Marino). Además, se puede revisar la sentencia T-085 de 2009 (M.P. Jaime Araujo
Rentería).
173
Los primeros pronunciamientos de la Corte Constitucional en torno al tema que ocupa la atención de la Sala,
se enfocaron en establecer el fundamento constitucional de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación
de las víctimas de la violencia. Este fundamento se encuentra plasmado en numerosos artículos de la Carta
Fundamental, entre ellos 1º, 2º, 12, 29, 93, 229 y 250 n. 6 y 7. Los valores y principios constitucionales en los
que estos derechos encuentran sustento fueron recogidos por la sentencia SU-254 de 2013 (M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva). Ver también sentencia C-228 de 2002 (M.P.s Manuel José Cepeda y Eduardo Montealegre
Lynett).
174
En la sentencia T-821 de 200 (M.P. Catalina Botero Marino), la Corte destacó que: “el derecho a la
reparación integral supone el derecho a la restitución de los bienes de los cuales la persona ha sido despojada;
la indemnización de los perjuicios; y la rehabilitación del daño, así como medidas destinadas a la reivindicación
de la memoria y de la dignidad de las víctimas. Adicionalmente, el Estado tiene la obligación de adoptar
medidas de no repetición para garantizar que las organizaciones que perpetraron los crímenes investigados sean
desmontadas y las estructuras que permitieron su comisión removidas, a fin de asegurar que tales crímenes no
volverán a tener lugar.” En la misma dirección, ver la sentencia T-085 de 2009 (M.P. Jaime Araujo Rentería).
42
Auto 206 del 2017

estrategias orientadas a compensar la pérdida material y moral de acuerdo con


el principio de equidad, a través de la indemnización.175 Lo anterior, con
independencia de los resultados que se logren en materia de investigaciones
penales, del establecimiento de los responsables de tales violaciones, y sin
perjuicio de que el Estado repita posteriormente contra los infractores.176

En diferentes fallos esta Corte sostuvo que quienes sufrieron los efectos del
desplazamiento forzado tienen el derecho fundamental a obtener una
reparación íntegra y plena, además de ser justa, suficiente, adecuada, efectiva,
oportuna y proporcional.177 Lo anterior, con la finalidad de restablecer, en la
medida de lo posible, los derechos afectados por una situación que los
ciudadanos no están obligadas a soportar y, con ello, mitigar la acentuada
situación de vulnerabilidad que usualmente produce el desarraigo.178

A pesar de que el derecho a la reparación es fundamental, la jurisprudencia


precisó que esto no quiere decir que pueda considerarse como un derecho
absoluto que pueda ser exigido inmediatamente por todas las víctimas del
conflicto armado; no obstante, reiteró que las limitaciones presupuestales
“nunca podrán traducirse en una afectación excesiva o en una negación o
desnaturalización de los derechos de las víctimas.”179

La Corte dirimió esta tensión al estudiar la constitucionalidad de los principios


de progresividad y sostenibilidad, recogidos en los artículos 17 y 19 de la Ley
1448 del 2011. Conforme lo estableció la jurisprudencia constitucional, si bien
los derechos de las víctimas se reconocen de manera inmediata, su contenido se
amplía progresivamente y su cobertura se extiende gradualmente respecto de la
totalidad de víctimas a las que se refiere la ley.180 Por esta razón, encontró
razonable que los programas masivos de reparación administrativa,
característicos de contextos de violencia generalizada y sistemática, no se
175
En esa línea se pueden estudiar las sentencias C-228 de 2002 (M.P. Manuel José Cepeda y Eduardo
Montealegre Lynett); C-370 de 2006 (M.P.s Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Triviño, Rodrigo
Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas); T-821 de 2007 (M.P.
Catalina Botero Marino); T-085 de 2009, (M.P. Jaime Araujo Rentería); T-159 de 2011 (M.P. Humberto
Antonio Sierra Porto); T-159 de 2011 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto); T-076 de 2011 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva); C-820 de 2012 (M.P. Mauricio González Cuervo); C-715 de 2012 (M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva), SU-254 de 2013 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva); T-114 de 2015 (M.P. Mauricio González
Cuervo), entre otras.
176
Corte Constitucional. Sentencias T-572 de 2008 (M.P. Humberto Antonio Sierra Porto), T-1001 de 2008
(M.P. Humberto Antonio Sierra Porto) y T-188 de 2007 (M.P. Álvaro Tafur Galvis).
177
Corte Constitucional. Sentencia C-753 de 2013 (M.P. Mauricio González Cuervo). En este pronunciamiento
la Corte fundamentó su postura en instrumentos internacionales que hacen parte del bloque de
constitucionalidad “en sentido lato” (i.e. Los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, los
Principios sobre la Restitución de las Viviendas y el Patrimonio de los Refugiados y las Personas Desplazadas,
o Principios Pinheiro, y los Principios y Directrices Básicos sobre el derecho de las Víctimas de violaciones
manifiestas de las normas internacionales de Derechos Humanos y de violaciones graves del Derecho
Internacional Humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones). También se pude consultar al efecto
las sentencias T-236 de 2015 (M.P. Martha Victoria Sáchica), SU-254 de 2013 (M.P. Luis Ernesto Vargas
Silva), entre otras.
178
Corte Constitucional. Sentencia T-085 de 2009 (M.P. Jaime Araujo Rentería). Ver, entre otras, las sentencias
T-114 de 2015 (M.P. Mauricio González Cuervo) y la T-112 de 2015 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
179
Corte Constitucional. Sentencia C-753 de 2013 (M.P. Mauricio González Cuervo).
180
Corte Constitucional. Sentencias C-438 de 2013 (M.P. Alberto Rojas Ríos) y C-161 de 2016 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva). En la misma dirección, consideró que el principio de sostenibilidad plantea la necesidad
de asegurar que “las medidas de reparación por vía judicial o administrativa sean efectivas en el tiempo y para
todo el universo de víctimas que comprende la ley”. Corte Constitucional. Sentencia C-753 de 2013 (M.P.
Mauricio González Cuervo).
43
Auto 206 del 2017

encuentren en la capacidad de indemnizar por completo a todas las víctimas en


un mismo momento. En este tipo de situaciones, la Corte encontró que es
legítimo definir plazos razonables para otorgar la indemnización administrativa
y acoger, en esa dirección, determinados criterios que permitan priorizar la
entrega de las medidas que correspondan. Este planteamiento implica analizar
la situación concreta en que se encuentra cada accionante, para verificar si
cumple o no con alguno de los supuestos que permiten darle prelación. 181

Sobre el particular, la jurisprudencia que se ha proferido en seguimiento a la


sentencia T-025 del 2004 precisó que el sistema de priorización no puede
derivar en una práctica inconstitucional, consistente en restringir arbitraria y
desproporcionadamente el acceso de un grupo particular de víctimas a las
medidas de indemnización, tal y como ocurre en la actualidad con la población
desplazada por la violencia.182 Por el contrario, las políticas de indemnización
deben dar un estricto cumplimiento al principio de coherencia, tal como fue
definido en su momento en la sentencia T-025 del 2004.183

El reconocimiento de los principios de gradualidad y progresividad no puede


traducirse en que las personas desplazadas tengan que esperar de manera
indefinida, bajo una completa incertidumbre, el pago de la indemnización
administrativa. Por el contrario, en todos aquellos casos en los que estas
personas se acercan a las autoridades para solicitar la entrega o información
acerca del desembolso de la indemnización administrativa, es fundamental que
las autoridades den plena observancia a las reglas que rigen la respuesta al
derecho de petición y al debido proceso, sin que esto implique, como se acaba
de exponer, que la respuesta sea una aceptación de lo solicitado.184

Así las cosas, cuando la Corte Constitucional conoció tutelas en las que se
solicita la protección del derecho de petición en materia de indemnización
administrativa, generalmente reiteró las reglas que de ordinario deben orientar
la respuesta a las peticiones que los ciudadanos interponen ante las
autoridades.185 En algunos casos excepcionales la Corte fue más allá y ordenó
181
Corte Constitucional. Sentencia C-753 de 2013 (M.P. Mauricio González Cuervo).
182
Esta Sala encontró que el Decreto 1377 del 2014 representaba una restricción desproporcionada en torno al
acceso de la población desplazada a la indemnización administrativa. A pesar de que los fines que perseguía el
gobierno en materia de priorización para el acceso a tales recursos fuera constitucionalmente relevantes, al
buscar encausar la indemnización a la reconstrucción del proyecto de vida de las familias desplazadas, dando
prelación a los procesos adelantados de retorno o de reubicación, una vez superada la situación de emergencia
derivada del desplazamiento mismo, su aplicación práctica restringía de forma desproporcionada el acceso de
las personas desplazadas a la indemnización. Del total de víctimas, sólo el 17% fueron personas desplazadas, a
pesar de representar el 84% de la población víctima registrada en el RUV. Lo que quiere decir, en términos
brutos, que sólo el 1,3% de las personas desplazadas ha sido indemnizada, transcurridos más de cinco años tras
la emisión de la Ley 1448. Cf. Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
183
“La coherencia apunta a que exista concordancia entre, de un lado, lo que “promete” el Estado y, de otro
lado, los recursos económicos y la capacidad institucional para cumplir lo prometido, máxime si las promesas
se han transformado en normas jurídicas. La coherencia exige que si el Estado crea un derecho prestacional
específico por vía de una ley, prevea que debe contar con los recursos para garantizar su goce efectivo y con la
capacidad institucional para atender la demanda de servicios generada por la creación de ese derecho
específico”. Corte Constitucional. Sentencia T-025 de 2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa)
184
Corte Constitucional. Sentencia T-951 de 2014 (M.P. Martha Victoria Sáchica).
185
Las autoridades deben: (i) Resolver de manera pronta y oportuna la cuestión; (ii) solucionar de fondo con
claridad, precisión y congruencia lo solicitado y (iii) poner la respuesta en conocimiento del peticionario. Corte
Constitucional. Sentencia T-908 de 2014 (M.P. Mauricio González Cuervo) y T-068 de 2015 (M.P. Gloria
Stella Ortíz Delgado). Es importante precisar que las reglas jurisprudenciales que se consolidaron alrededor de
la entrega de la “ayuda humanitaria” plasmada en la ley 418 de 1997 –y posteriormente recogida en el decreto
44
Auto 206 del 2017

el reconocimiento de la indemnización administrativa. Se trata de situaciones


en las que, al interior del proceso judicial: (a) se logra acreditar, de manera
suficiente, que la persona cumple con las características para acceder
directamente a la indemnización administrativa, debido a la especial situación
de vulnerabilidad en la que se encuentra, en los términos recogidos en la
normatividad vigente;186 (b) el solicitante enfrenta cargas desproporcionadas,
como aquellas que se derivan de la espera indeterminada para obtener una
respuesta de fondo a la solicitud, en el marco de un proceso administrativo que
carece de claridad acerca de las etapas y los plazos que debe agotar una persona
desplazada para acceder a la indemnización administrativa.187

Adicionalmente, la Corte señaló que el cumplimiento de las formas propias del


debido proceso no debe entenderse como una simple sucesión de etapas,
requisitos y términos, sino que se requiere comprender su verdadero sentido,
vinculado de manera inescindible con el respeto y efectividad de los derechos
fundamentales, razón por la cual su cumplimiento debe expresar en cada paso
la protección y realización del derecho material de las personas. 188 Con ello,
precisó que la definición de plazos razonables es fundamental para que el
debido proceso se adelante sin dilaciones injustificadas. A pesar de que no
existen unos parámetros que permitan establecer a priori un plazo razonable de
forma general, este Tribunal resaltó la importancia de precisar criterios que,
ligados a la materia que se analice en cada caso particular, pueden ayudar a
establecer la razonabilidad del mismo,189 tal y como se realizó, a manera
ilustrativa, en materia penal.190

No obstante, a pesar de que uno de los fines más comunes que los solicitantes
persiguen al ejercer el derecho de petición es el conocimiento de un plazo en el
cual se van a desembolsar los recursos de la indemnización administrativa, la
normativa aplicable no estableció términos puntuales o plazos perentorios para
su pago, más allá de la vigencia de la ley.191 La jurisprudencia constitucional
tampoco esbozó parámetros en ese sentido que puedan aplicarse a todos los
casos análogos.

1290 del 2008-, relacionadas con el respeto del derecho de los turnos y la necesidad de informar acerca de una
fecha aproximada de entrega (ver supra, n.p.105), son aplicables al caso concreto. Si bien tales recursos se
fundamentan en un título jurídico distinto (solidaridad y no responsabilidad del Estado), sus características
(monto, propósito, periodicidad) se asemejan a la actual indemnización administrativa.
186
En la sentencia T-130 de 2016 (M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), al encontrar que un hogar víctima de
desplazamiento forzado, reclamante de la indemnización administrativa, se encontraba en situación de
indefensión y vulnerabilidad extrema, la Corte estableció que cumplía con los requisitos señalados en la
Resolución 0223 de 2013 para ser priorizado y, en esa medida, ordenó a la UARIV que una vez el Gobierno
Nacional ponga a disposición el presupuesto para la entrega de las próximas indemnizaciones administrativas,
tenga especial consideración del núcleo familiar del accionante en la próxima lista de priorizados para entrega
de reparaciones administrativas e informe, en un periodo de 15 días, la fecha aproximada del pago.
187
Corte Constitucional. Sentencias T-236 de 2015 (M.P. Martha Victoria Sáchica Méndez), T-527 de 2015,
(M.P. Gloria Ortíz Delgado) y T-114 de 2015 (M.P. Mauricio González Cuervo).
188
Corte Constitucional, sentencia C-496 de 2015 (M. P Jorge Pretelt Chaljub).
189
Corte Constitucional, sentencia C-980 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
190
Acogiendo los parámetros de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se ha
establecido que la determinación del plazo razonable depende de un examen de factores como: (i) complejidad
del asunto; (ii) actividad procesal del interesado; y (iii) la conducta de las autoridades judiciales, para el caso
puntual del proceso penal. Corte Constitucional. Sentencia T-725 de 2007 (M.P. Catalina Botero Marino).
191
Ley 1448 de 2011, artículo 132; Decreto 4800 de 2011, artículo 159 y Decreto 1377 de 2014.
45
Auto 206 del 2017

Finalmente, en los casos sometidos a revisión de la Corte Constitucional que


abordan la indemnización administrativa a través del ejercicio del derecho de
petición, se definió lo que a la luz de los principios constitucionales debe ser el
alcance de la fase denominada “documentación” o “reserva técnica.”192 Se
trata de los casos en los que la entidad accionada no da respuesta a la solicitud
elevada, por cuanto el expediente del solicitante se encuentra en un estado de
validación para definir la procedencia de la medida de indemnización. 193 En
estos escenarios, la Corte consideró que el tiempo que puede durar un caso en
esta etapa “no puede ser contrario a la celeridad, eficacia y eficiencia,
principios que rigen a la población desplazada.”194 Este Tribunal dejó en claro,
además, que es la institucionalidad la que debe impulsar el proceso, hasta que
el material probatorio recaudado permita con certeza comprobar el
cumplimiento de lo señalado en las normas vigentes para efectuar el pago
requerido.195

III. RESOLUCIÓN DEL CASO CONCRETO

Primera solicitud: exhorto a los jueces de la República para que se


abstengan de impartir temporalmente órdenes relacionadas con
reconocimientos económicos y para posponer las sanciones por desacato
que exigen su cumplimiento.

La Unidad para las Víctimas solicitó a la Corte Constitucional disponer que los
jueces de la República, al momento de resolver las acciones de tutela que
reclaman el reconocimiento de las medidas de (i) ayuda humanitaria e (ii)
indemnización administrativa, se abstengan de impartir órdenes relacionadas
con reconocimientos económicos, hasta el 31 de julio de 2017. Así, cuando
conozcan tutelas que reclaman la protección del derecho de petición por
solicitudes elevadas ante la UARIV, relacionadas con ambos componentes, los
jueces deben proteger el derecho de petición, previa verificación del
cumplimiento de los requisitos de procedibilidad formal y material, pero
posponiendo el cumplimiento del fallo hasta esa fecha. Con ello, la UARIV
considera que las sanciones por desacato, tanto de arresto como multa, dictadas
desde enero de 2012, deben entenderse suspendidas hasta el 31 de julio de 2017.

192
En el marco del Decreto 1290 de 2008, de acuerdo con lo establecido en el parágrafo 3 del artículo 154 del
Decreto 4800 de 2011.
193
Esta situación se presenta porque el paso del tiempo, entre la solicitud y la entrega de la medida, en muchos
casos implica una reconfiguración del núcleo familiar a indemnizar. UARIV. Respuesta a la orden 26 del auto
373 de 2016, presentado el 15 de noviembre de 2016, pág. 11.
194
La entidad debió aplicar con rigor la celeridad en la recolección de pruebas para determinar si la persona
cumplía o no las condiciones para ser beneficiaria de la indemnización del Decreto 1290 de 2008. El parágrafo
3º del artículo 155 del Decreto 4800 de 2011 debe ser interpretado de acuerdo con los principios de
diferencialidad, favorabilidad y progresividad, en aras de la protección efectiva de las personas víctimas del
desplazamiento forzoso. Corte Constitucional, Sentencia T-068 de 2015 (M.P. Gloria Stella Ortíz Delgado).
195
Corte Constitucional. Sentencia T-068 de 2015 (M.P. Gloria Stella Delgado Ortíz). La Corte evaluó un caso
en el que la UARIV no había resuelto una solicitud elevada con anterioridad al 2011, alegando que el caso se
encontraba en reserva técnica por falta de pruebas. Ante esta situación, la Corte recordó que la UARIV es la
encargada de impulsar el trámite para dar cumplimiento a los requisitos legales que permitían acceder al pago
de la indemnización administrativa. La Corte encontró que la entidad accionada, no sólo se abstuvo de resolver
de fondo la petición, sino que trasladó la carga de la prueba a las demandantes, sin considerar que, en materia
de desplazamiento forzado, corresponde a las autoridades competentes probar o desvirtuar las afirmaciones de
los accionantes.
46
Auto 206 del 2017

Conforme lo sostuvo esta Corporación, la adopción de cualquier medida que


restrinja el acceso a la acción de tutela debe estar “suficientemente sustentada y
soportada en los principios de razonabilidad y proporcionalidad”.196 Eso
implica que cualquier disposición que limite el recurso de amparo debe estar (i)
encaminada a la consecuencia de fines constitucionalmente imperiosos; (ii)
debe tratarse de una medida idónea o apta para lograr el cometido constitucional
propuesto; (iii) debe ser una actuación necesaria, esto es, debe ser ineludible
para alcanzar el cometido superior y representar la menos restrictiva entre todas
las alternativas posibles; y, finalmente (iv) debe ser una medida proporcional
en sentido estricto, es decir, los beneficios esperados deben exceder
“claramente las restricciones impuestas sobre otros principios y valores
constitucionales”.197

Teniendo en cuenta que el resultado de la aplicación de este test de


proporcionalidad varía dependiendo del componente, en primer lugar va a
realizarse en materia de ayuda humanitaria, para luego evaluar la indemnización
administrativa.

Ayuda humanitaria

(i) La solicitud elevada por la UARIV, consistente en exhortar a los jueces de


la República para que, en materia de ayuda humanitaria, se abstengan de
impartir temporalmente órdenes relacionadas con reconocimientos económicos,
y para posponer las sanciones por desacato que exigen su cumplimiento,
persigue fines constitucionales imperiosos. Lo anterior, en tanto busca: proteger
el derecho a la igualdad entre las personas desplazadas; garantizar los principios
de subsidiariedad e inmediatez de la acción de tutela, buscando con ello
preservar su efectividad; y desbloquear las trabas administrativas y judiciales
que impiden que el acceso a los recursos de la ayuda humanitaria siga un
proceso ordinario y reglado, fundamentado en los criterios de vulnerabilidad,
priorización y la medición de carencias, que deben regir a todo el universo de
desplazados.

(ii) La propuesta elevada por la Unidad para las Víctimas también es, en
principio, idónea para lograr la finalidad propuesta. Al solicitar un plazo
adicional que le permita responder, en bloque y de manera ordenada, las
acciones de tutela relacionadas con la ayuda humanitaria, esa entidad dejaría de
estar presionada para cumplir con los términos perentorios que son propios de
las órdenes de tutela. Con ello, podría desembolsar los recursos respectivos a
partir de un análisis de la situación de vulnerabilidad de los solicitantes, superar
el rezago que aún se presenta en materia de tutelas, y fortalecerse
operativamente para responder oportunamente todos los requerimientos
judiciales. Esto le permitiría, a su vez, movilizar hacia la ruta administrativa una
parte de los recursos institucionales, financieros y humanos que actualmente
dedica para responder oportunamente a los recursos de amparo. En

196
Corte Constitucional. Auto 320 del 2013 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
197
Corte Constitucional. Sentencia C-470 del 2016 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo). Haciendo
referencia a la sentencia C-673 de 2001 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa).
47
Auto 206 del 2017

consecuencia, la UARIV se encontraría en una situación más favorable para


superar el rezago que todavía está pendiente en el trámite administrativo, al
igual que las debilidades que le impiden responder a las peticiones en términos
oportunos.198

(iii) Sin embargo, esta Sala Especial encuentra que la medida solicitada por la
UARIV no es necesaria, en el sentido de ser ineludible para alcanzar el fin
propuesto.

La UARIV implementó un plan de trabajo cuyos resultados alcanzados hasta el


momento, junto con las proyecciones que realizó hacia el futuro, le van a
permitir, en un término razonable (julio 2017): (i) superar el rezago actual en
materia de tutelas y fortalecer su capacidad para responderlas oportunamente;199
y (ii) disminuir la cantidad de tutelas interpuestas, lo que va a facilitarle, a su
vez, el progresivo traslado de los recursos destinados a la contestación de las
tutelas hacia el fortalecimiento de la ruta administrativa.200 Con estas acciones
adelantadas, la Unidad para las Víctimas logra preservar la efectividad de la
acción de tutela, al tiempo que adopta algunos correctivos para desincentivar el
uso del recurso de amparo, a través del fortalecimiento de la ruta
administrativa.201

Los resultados alcanzados hasta el momento, junto con los cálculos y las
tendencias presentadas por la UARIV, se sustentan en la adopción de
correctivos institucionales independientes de la solicitud elevada ante esta
Corporación.202 O en otros términos, esta Sala Especial encuentra que la

198
“La suspensión temporal de las sanciones [permite] estabilizar la atención de peticiones y formalizar los
mecanismos de atención según la priorización que se disponga”. UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado,
noviembre de 2016. Pág 33.
199
“La Tabla 8 refleja la proyección para atender el rezago de las 48.483 acciones de tutela que actualmente
tiene la Unidad para las Víctimas, además de la respuesta mensual a la proyección de 15 mil demandas de tutela
notificadas a partir de octubre de 2016. Esto significa que mensualmente se atenderán, aproximadamente,
19.860 asuntos (15 mil del flujo, 1.500 del rezago y 3.360 de las tutelas que requieren alcance) que a julio de
2017 terminará con un pendiente mensual de 3 mil asuntos. // La reorganización interna que implementa la
Unidad para las Víctimas ha permitido avanzar con el rezago de requerimientos de tutela pendientes que
culminará en julio de 2017, además de atender, en oportunidad, los requerimientos judiciales notificados
diariamente”. UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Pág. 45.
200
“Las acciones de tutela han disminuido constantemente en su ingreso desde abril, fecha de corte que se tomó
para el Plan de Trabajo. De las 23 mil tutelas radicadas en abril se pasó a 14 mil tutelas en septiembre de 2016,
lo que significa que menos víctimas están acudiendo a este mecanismo de amparo constitucional // A partir de
agosto de 2017 está proyectado que la operación podrá atender 15 mil tutelas mensuales que corresponden a un
escenario de estabilización y normalización institucional // Esta proyección contempla la disminución de
atención de tutelas (frente al promedio que se tiene hoy) para destinar este recurso humano a la atención de
peticiones escritas para (…) lograr que la atención a las víctimas se de en sede administrativa y no judicial”.
UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 43 y 45.
201
“La Entidad ha logrado controlar el rezago de las acciones de tutela, [lo] que permite focalizar los esfuerzos
institucionales con mayor intensidad en las peticiones donde, como es claro, debe brindarse la respuesta
institucional de fondo. // El volumen mensual de tutelas se proyectó teniendo en cuenta la positiva expectativa
que pretende lograrse a través de respuestas oportunas, de fondo y coherentes a las diferentes solicitudes que la
población víctima realiza a través del canal escrito o verbalmente”. UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado,
noviembre de 2016. Pág. 33-45
202
“Es preciso considerar que los objetivos señalados en proyecciones y metas obedecen al cumplimiento de
acciones (i) a nivel institucional, (ii) a nivel interno de la operación de respuesta escrita, y (iii) a la articulación
con otras dependencias de la Entidad, a fin de dar respuesta oportuna y eficiente a las acciones de tutela en
todas sus instancias procesales. (….) Es posible enumerar las siguientes acciones adelantadas: (i)
fortalecimiento del criterio jurídico de los agentes encargados de realizar la defensa de la Entidad; (ii)
fortalecimiento de la estrategia de seguimiento a despachos de la Rama Judicial realizando visitas a los
diferentes distritos judiciales; (iii) optimización de procesos a partir de nuevos desarrollos tecnológicos en el
48
Auto 206 del 2017

problemática que enfrenta la Unidad para las Víctimas, para responder en


términos oportunos y adecuados las acciones de tutela, no requiere del tipo de
intervención en lo concerniente a la ayuda humanitaria, contrario a lo que
ocurrió con los precedentes en materia pensional.

No hay que olvidar que las medidas que adoptó esta Corporación en el caso de
CAJANAL respondieron a problemas iniciales de diseño y capacidad
institucional. Estas fallas se materializaron en una capacidad insuficiente para
responder a la demanda de servicios, lo cual produjo un atraso acumulativo en
la respuesta a las solicitudes.203 Lo anterior, acompañado de cambios en el
entorno normativo que provocaron situaciones de especial complejidad en las
que se presentaron atascamientos en el trámite de las solicitudes.204 Por su parte,
en el caso de COLPENSIONES, este Tribunal encontró que había una serie de
factores externos, sobre los cuales la entidad no tenía un control directo, que le
impedían cumplir con los términos legales.205 Por lo tanto, la intervención de la
Corte Constitucional se circunscribió, en un inicio, sólo a las solicitudes y
pensiones relacionadas con el ISS en liquidación que no eran respondidas
oportunamente, al tratarse de trámites y procedimientos que no estaban bajo el
control de COLPENSIONES, mientras que se abstuvo de intervenir en el flujo
ordinario que no se afectó por la transición.206

gestor de procesos LEX. Todas estas acciones se reportarán en los informes que se presentarán a la Corte
Constitucional en el momento en que se dispongan”. UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de
2016. Pág. 47.
203
“Existe un desbalance entre la demanda de servicios y la capacidad institucional de respuesta, debido a que
CAJANAL no posee instalaciones adecuadas, la planta de personal es insuficiente, y “… la plataforma
tecnológica de los procesos misionales se sustenta en un lenguaje de primera generación que data de 1980 //
CAJANAL. desde 1994 empezó a registrar un represamiento que para la época fue de 10.276 solicitudes hasta
llegar a 90.000 en 2006”. Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
204
Esta Corte encontró, a manera ilustrativa, que las siguientes reformas normativas implicaron traumatismos
en CAJANAL que le impedían responder a las solicitudes de manera adecuada y oportuna: “el reajuste de
pensiones dispuesto por la ley en 1966, trajo consigo dificultades financieras en la entidad y la acumulación de
un buen número de expedientes. // En 1976 la Caja asumió el pago de las pensiones de los maestros, que hasta
entonces era una obligación del Ministerio de Hacienda, lo que representó un incremento del 100% en el número
de pensionados en la nómina”. Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
205
“De los 87.018 trámites relacionados con acciones de tutela recibidas durante los primeros 4 meses de
funcionamiento de COLPENSIONES, el 100% correspondían a situaciones que debía resolver el ISS // Más
del 90% de las acciones de tutela en contra del régimen de prima media se refieren a falta de respuesta a derechos
de petición que dependen del efectivo traslado de los expedientes administrativos del ISS en liquidación // La
liquidadora del ISS no ha finalizado el proceso de identificación, inventario e intervención de los expedientes
administrativos que deben ser remitidos a COLPENSIONES para resolver las peticiones pensionales y cumplir
los fallos judiciales ordinarios y de tutela. Adicionalmente, COLPENSIONES reporta que se están presentando
fallas en la calidad de los envíos efectuados por el ISS, pues ha encontrado diversas situaciones que infringen
los protocolos de remisión acordados por las partes. Esto ha perjudicado la planeación operacional de
COLPENSIONES y generado perplejidad sobre el momento en que se normalizaría el funcionamiento del
nuevo administrador del régimen de prima media.” Corte Constitucional. Autos 110 y 320 del 2013 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva).
206
“En ese sentido la orientación de la decisión a proferir estará dirigida a disponer que COLPENSIONES tiene
hasta el 31 de diciembre de 2013 para responder los derechos de petición radicados ante el ISS. Dentro de ese
mismo término límite deberá cumplir todas las sentencias dictadas en contra del ISS, pendientes de acatamiento,
y las que se tomen luego de esta decisión, en las que se ordene responder una petición o el reconocimiento de
una pensión negada en su momento por la entidad ahora en liquidación. Lo expuesto, sin embargo, únicamente
en relación con las solicitudes radicadas en su momento ante el ISS y los fallos que sean producto de acciones
u omisiones de la misma entidad, y con las salvedades que se realizarán más adelante (Infra 24 y 42). // Lo
anterior por cuanto está acreditado que el presidente de COLPENSIONES aseguró, de una parte, que la
problemática de la entidad únicamente radica en las solicitudes y tutelas pendientes de resolución y acatamiento
por el ISS y, de otra, que COLPENSIONES actualmente se encuentra respetando en términos reales los plazos
dispuestos en el ordenamiento jurídico para la respuesta a las peticiones radicadas ante esa entidad, y los plazos
de obedecimiento a los fallos judiciales proferidos en su contra”. Corte Constitucional. Auto 110 del 2013 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva).
49
Auto 206 del 2017

Es cierto que, en el presente caso, la UARIV también recibió solicitudes sin


resolver de la anterior institucionalidad; no obstante, se trata de porcentajes no
muy elevados, sobre los cuales esa entidad tiene pleno control y acceso, lo que
explica que ya fueron estudiadas y valoradas en su totalidad.207 Esto quiere decir
que, al menos en materia de ayuda humanitaria, las solicitudes heredadas de la
anterior institucionalidad no fueron el motivo de las dificultades actuales. A su
vez, la Unidad para las Víctimas enfrentó un aumento marcado de personas
registradas, como resultado de los cambios en el entorno normativo propiciados
por la expedición de la Ley 1448, lo que ha traído consigo una mayor carga en
la entidad debido al aumento creciente del número de peticiones (en un 45%) y
acciones de tutela (172%) presentadas.208 Sin embargo, contrario a lo que afirma
la UARIV, este aumento no responde en términos estrictos a la entrada en
vigencia de la Ley 1448 del 2011 y al respectivo aumento del registro desde
entonces.

En efecto, el incremento de peticiones se volvió drástico sólo a partir del 2013,


ya que en los años 2011 y 2012, por ejemplo, se presentaron volúmenes
similares a aquellos del 2010, cuando Acción Social operaba el Sistema en el
marco de la Ley 387 de 1997. Por su parte, el aumento de tutelas fue vertiginoso
sólo a partir del 2014, alcanzando sus picos más altos en el segundo semestre
del 2015 y el primero del 2016, ya que los años 2011-2013 presentaron
tendencias similares a aquellas de los años 2009 y 2010, cuando operaba Acción
Social. En esta dirección, el comportamiento de los incidentes de desacato
durante los años 2010 (21.898) y 2011 (41.803), cuando Acción Social y el DPS
dirigían el Sistema, respectivamente, fue bastante similar a la tendencia que
rigió cuando la UARIV asumió la dirección del SNARIV, durante los años 2012
(21.993) y 2013 (41.047). Nuevamente, los incidentes se dispararon a partir del
2014 (61.844), y alcanzaron su punto más alto en el 2015 (91.758).209

De todas formas, la UARIV pudo sortear ese aumento progresivo de peticiones


y de tutelas radicadas, y fue únicamente durante el primer semestre del año 2015
cuando se presentó una disminución no explicada en su capacidad para
gestionarlas (ver tabla infra). Esta situación se empezó a corregir a partir del
segundo semestre del mismo año y, de acuerdo con lo informado por la entidad,
va a poder estabilizarse en un término razonable debido a las actuaciones que
está adelantando para tal efecto.210 Como se explicó, para julio de 2017 la
UARIV espera superar el rezago en materia de contestación de tutelas, aunque
todavía está enfrentando dificultades para ponerse al día en materia de

207
“La Unidad para las Víctimas recibió de la anterior institucionalidad 302.508 solicitudes sin resolver. Estas
corresponden a marcos normativos preliminares de los cuales: (i) 265.543 solicitudes se realizaron en el marco
del Decreto 1290 de 2008; (ii) 22.737 solicitudes se realizaron bajo Ley 387 de 1997; (iii) 14.228 solicitudes se
presentaron en el marco de la Ley 418 de 1997. A la fecha, estas solicitudes se encuentran analizadas y
estudiadas en su totalidad”. UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 37.
208
En el 2011 la institucionalidad contabilizaba un registro aproximado de 4.5 millones de víctimas del conflicto
armado (…) Durante la implementación de la Ley 1448 de 2011, el universo de esta población tiene un
incremento, aproximado, de 3.7 millones de personas. (…) Entre los años 2012 y 2015 la interposición de este
tipo de procesos [tutela] tuvo un incremento equivalente al 172%, [mientras que] la radicación de derechos de
petición aumentó el 45%”. UARIV. Solicitud. Págs. 7-13.
209
UARIV. Op.Cit. Respuesta al auto 605 de 2016. Enero de 2017, pág 21.
210
UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 43 y 45.
50
Auto 206 del 2017

peticiones, razón por la cual extendió el plazo para superar este atraso y
fortalecer la ruta administrativa hasta diciembre de 2017.

Si bien el Gobierno nunca fue claro acerca de las razones que explicaron el
aumento drástico de las tutelas en el periodo 2014-2016 (primer semestre), ni
las causas que llevaron a la marcada disminución de su capacidad de respuesta
justo en el momento en el que se agudizó su interposición (durante el primer
semestre del 2015 sólo resolvió 16.199 tutelas), en la información aportada por
las mismas autoridades y los acompañantes del proceso se pueden mencionar
dos posibles causas. De una parte, el artículo 155 de la Ley 1448 dispuso que el
Registro de Víctimas sólo iba a estar abierto hasta el mes de junio del 2015,
para aquellas personas que hubieran sufrido un hecho victimizante con
anterioridad a la expedición de la ley.211 Debido a esta fecha de cierre, se
presentó el mayor número de personas registradas durante el año 2014 (405.819
en el primer semestre y 416.988 en el segundo) y el primer semestre del 2015
211
L.1448/11 art.155: “Las víctimas deberán presentar una declaración ante el Ministerio Público en un término
de cuatro (4) años contados a partir de la promulgación de la presente ley para quienes hayan sido victimizadas
con anterioridad a ese momento, y de dos (2) años contados a partir de la ocurrencia del hecho respecto de
quienes lo sean con posterioridad a la vigencia de la ley”.
51
Auto 206 del 2017

(558.308), lo que pudo traducirse en un aumento de los requerimientos


administrativos y judiciales ante las autoridades.212 De la otra, ante la noticia de
un cambio de modelo para medir las carencias y entregar la ayuda humanitaria,
que iba a empezar a implementarse a lo largo del 2015, es probable que las
víctimas hayan aumentado el número de solicitudes (peticiones y tutelas)
relacionadas con ese componente.213

Por lo tanto, esta Sala Especial encuentra que la situación que afectó a la
UARIV fue un aumento acentuado coyuntural en la interposición de tutelas, en
contraste con una drástica disminución, también coyuntural, en su capacidad de
respuesta (distinto a los problemas estructurales de diseño y operación de
CAJANAL). Se trata, además, de un escenario sobre el cual la misma entidad
tiene, en términos generales, el control para adoptar los correctivos necesarios
(contrario al caso de COLPENSIONES que dependía de las actuaciones del ISS
en liquidación). En consecuencia, no resulta indispensable realizar una
intervención tal como la solicita la Unidad para las Víctimas.

(iv) Las acciones propuestas por la UARIV tampoco son proporcionales en


sentido estricto, en tanto los beneficios esperados no exceden claramente las
restricciones impuestas sobre otros principios y valores constitucionales.

Como se explicó en secciones anteriores, existe una profusa jurisprudencia que


reconoce el doble imperativo de mantener la eficiencia del recurso de amparo
para que las personas desplazadas reclamen la protección urgente y efectiva de
sus derechos fundamentales; al tiempo que reivindica la importancia de
preservar el derecho a la igualdad entre los miembros de esa población, junto
con el respeto de los principios de subsidiariedad e inmediatez. No obstante, el
planteamiento de la Unidad para las Víctimas atiende principalmente sólo al
segundo de los imperativos, al eliminar la posibilidad, así sólo sea de manera
momentánea, de que las personas desplazadas reclamen la protección inmediata
de su derecho fundamental al mínimo vital, en aquellos casos excepcionales en
los que procede la acción de tutela para solicitar la entrega inmediata y
prevalente de la ayuda humanitaria (ver supra. Secciones 6 y 7).

Sumado a lo anterior, la propuesta de la Unidad implica que las personas


desplazadas dependan enteramente del trámite administrativo recogido en el
Decreto 2569 del 2014.214 Si bien la implementación de este nuevo modelo de
medición de carencias se puede traducir en una asignación más focalizada,
racional y equitativa de los recursos que componen la ayuda humanitaria, tal y

212
UARIV. Op.Cit. Respuesta al auto 605. Enero de 2017. Pág 16.
213
“La circunstancia que da lugar a la solicitud excepcional aquí analizada, demuestra que es altamente probable
que el incremento significativo del uso de las acciones de tutela por parte de las víctimas se encuentra asociado
en su aspecto temporal a la entrada en vigencia de dicho decreto (2569 del 2014) caracterizado por establecer
nuevas exigencias y supuestos de hecho para el reconocimiento y suspensión de las ayudas humanitarias que
incluso han sido cuestionados por la Comisión de Seguimiento o las Mesas de Participación de Víctimas”.
CSPPDF. Algunas reflexiones jurídicas sobre la solicitud de suspensión de sanciones por desacato presentada
por la UARIV y la Agencia de Defensa Jurídica del Estado a la Sala Especial de Seguimiento de la Sentencia
T-025 de la Corte Constitucional. Julio del 2016, pág. 5.
214
Mediante el decreto 2569 del 2014, incorporado al 1084 del 2015, el Gobierno Nacional modificó los
criterios para la entrega de la atención humanitaria, buscando ajustar el modelo a las necesidades y carencias
actuales de los hogares en lo concerniente a los componentes de la subsistencia mínima.
52
Auto 206 del 2017

como se recogió en el auto 373 del 2016215 y reiteró la Contraloría General de


la República;216 todavía requiera de ajustes importantes debido a falencias
logísticas y operativas que pueden materializarse en obstáculos para recibir la
ayuda humanitaria, tal como ocurre con las dificultades de acceso para
diligenciar oportuna y adecuadamente el PAARI, debido a su insuficiente
cobertura.217

A su vez, los Organismos de Control alertaron acerca de la falibilidad de varios


de los supuestos que informan el actual modelo de medición de carencias, los
cuales pueden arrojar resultados desacertados en la definición del nivel de
vulnerabilidad de las personas desplazadas.218 Esto responde, entre otras
razones, a lo siguiente: algunos de los registros administrativos a partir de los
cuales la UARIV realiza la medición de carencias se encuentran
desactualizados;219 la información que guardan puede ser, en muchos casos,
falible;220 la UARIV mide la vulnerabilidad a través de una serie de
presunciones que, si bien pueden tener un soporte técnico, justificado y
necesario desde la perspectiva global de la política pública, también son
215
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva). Sección 2.3.2.2.2. (iii).
216
A juicio de este organismo de control, la aplicación de este moldeo: “permite focalizar y priorizar a la
población sujeto de atención y de reparación. Habría una mayor eficiencia en la asignación de los recursos de
atención humanitaria, en la medida en que éstos se orienten hacia la población que realmente necesita dicha
atención. Incluso puede generarse un ahorro o ampliar la cobertura de la atención humanitaria. //Se reduciría el
monto de recursos requeridos para la operación, puesto que se puede focalizar la ubicación territorial de la AH.
// Permite una mejor orientación de la oferta institucional. // Permite superar el carácter asistencialista en que
había derivado la atención y reparación a las víctimas del conflicto armado. // Las mediciones a través de
registros administrativos implican ahorro de recursos en la medida en que se reduce la población sobre la que
la UARIV debe hacer encuestas propias (tipo PAARI). // Permite activar la atención y reparación por oferta,
porque el Estado tendría identificadas las familias con carencias para atenderlas en subsistencia mínima y con
no carencias para atenderlas en reparación. // Los recursos asignados para indemnización serían más eficaces
en términos de su contribución a la estabilización socioeconómica de las víctimas, puesto que habría una mayor
posibilidad que éstos se invirtieran en proyectos productivos o vivienda que en suplir necesidades de
subsistencia”. Contraloría General de la República. Concepto de la CGR frente a la solicitud elevada por la
UARIV y la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado en torno a la suspensión de las sanciones
impuestas a las directivas de la UARIV, derivadas del desacato de fallos de tutela. Presentado el 28 de junio
de 2016. Págs. 20- 21.
217
Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva). Sección. 2.3.2.2.2.
218
“El modelo no puede ser entendido como una fórmula infalible de clasificación de la situación de las
víctimas, pues las condiciones sociales de muchas de ellas son suficientemente complejas como para que a
pesar de no enmarcarse en el estándar de los niveles de carencias exigidos para la entrega de la ayuda
humanitaria, sí requieran la continuidad de este componente. Hasta ahora no se cuenta con un procedimiento
que pueda flexibilizar el Modelo para la atención de casos excepcionales”. Defensoría del Pueblo. Delegada
para la Orientación y Asesoría a Víctimas. Análisis del modelo de medición de carencias de subsistencia
mínima. Presentado el 05 de julio del 2016, pág. 21
219
“En visita administrativa a la UARIV realizada el 27 de mayo 2016, en respuesta a la inquietud sobre el
nivel de actualización de los registros administrativos utilizados para los cruces, la institución manifiesta que
durante el primer trimestre de 2016 el corte más actualizado de estos registros es de 2013”. Defensoría del
Pueblo. Delegada para la Orientación y Asesoría a Víctimas. Análisis del modelo de medición de carencias de
subsistencia mínima. Presentado el 05 de julio del 2016, pág 7. En la misma dirección, el Consejo Noruego
para Refugiados encontró que cuando la valoración se realiza mediante la información institucional que reportan
las entidades a nivel territorial “surgen muchos problemas en tanto dicha información no se actualiza en tiempo
real, lo que implica que las medidas no necesariamente se ajusten a las condiciones y necesidades de la
población.” CNR. Observaciones al traslado de documentación enviada por la Unidad Para la Atención y
Reparación Integral a las Víctimas en virtud de la solicitud efectuada en los autos 373, 395 y 495 de 2016.
Presentado el 17 de enero del 2017. Pág. 5.
220
A manera de ejemplo, “[a partir de] la existencia de un crédito no se puede derivar que un hogar tiene lo
necesario para garantizar su subsistencia mínima y que no tiene carencias en alojamiento y alimentación. Estos
casos prueban que al aplicar los filtros de generación de ingresos en primer lugar -que más bien corresponden
a presunciones- y dejar de realizar otros cruces efectivos en el sistema frente a otras fuentes de información,
[se] impide una caracterización más aproximada a la realidad del hogar”. Defensoría del Pueblo. Delegada para
la Orientación y Asesoría a Víctimas. Análisis del modelo de medición de carencias de subsistencia mínima.
Presentado el 05 de julio del 2016, pág 13.
53
Auto 206 del 2017

susceptibles de controvertirse en el caso concreto, de acuerdo con los


parámetros fijados por la Corte Constitucional;221 y la ausencia de información
periódica, continua y de alta calidad que permite trazar la situación de las
personas desplazadas en las distintas etapas que tienen que surtir para superar
la situación de emergencia y alcanzar la estabilización socioeconómica.222

Por ambas razones, esta Sala Especial considera que resulta demasiado gravoso
impedirles a las personas desplazadas que acudan a la vida judicial para
reclamar la protección urgente y efectiva de su derecho fundamental al mínimo
vital, ya sea para solicitar la entrega directa e inmediata de la ayuda humanitaria
en las circunstancias excepcionales que lo ameritan, como para revocar los actos
administrativos que se encuentren indebidamente fundamentados.223

No se puede olvidar la consolidada jurisprudencia constitucional mediante la


cual este Tribunal revocó actos de la administración relacionados con la ayuda
humanitaria cuando ha encontrado que se sustentan en información falsa y/o en
análisis fácticos o normativos indebidos; cuando el solicitante padece hechos
sobrevinientes que no son registrados en su momento por la institucionalidad,
los cuales lo pueden hacer titular de una nueva entrega de la ayuda humanitaria;
y cuando el acto administrativo que niega la solicitud se fundamenta en
supuestos de hecho acerca de la condición de vulnerabilidad de los accionantes
que fueron suficientemente desvirtuados mediante el recurso de amparo (ver
supra. Sección 5)

En última instancia, esta Sala Especial encuentra que los beneficios


institucionales y administrativos que se persiguen con la suspensión de la
entrega de la ayuda humanitaria, o con la reducción de su monto, en aquellos
casos en los que las personas no la necesitan con la intensidad y la premura que
la alegan, no exceden de manera evidente los riesgos que surgen para una
persona que se encuentre en una situación de extrema necesidad y, a pesar de
ello, no cuente con la tutela para exigir su entrega de manera directa e inmediata.

Por lo anterior, la Sala Especial de Seguimiento a la Sentencia T-025 del 2004


va a denegar la solicitud elevada por la UARIV, consistente en exhortar a los
jueces de la República para que se abstengan de impartir órdenes relacionadas
con reconocimientos económicos, y para posponer las sanciones por desacato
que exigen su cumplimiento, en materia de ayuda humanitaria.

221
PGN. Junio de 2016. Pág. 4.
222
“El modelo tiene un soporte conceptual y técnico, pero la eficacia de sus resultados depende de la calidad
de la información que soporta la medición. En consecuencia, la UARIV debe hacer esfuerzos para lograr
información fidedigna, periódica y de alta calidad // Dado que las mediciones en superación de subsistencia
mínima y superación de vulnerabilidad son distintas (en generación de ingresos) pueden presentarse
ambigüedades. En consecuencia se recomienda incluir una fase de conciliación de las dos mediciones.”
Contraloría General de la República. Op.Cit. Junio de 2016. Pág. 21.
223
“La instauración de acciones de tutela puede ser el resultado de la ausencia de plena constitucionalidad de
los criterios de acceso a las medidas resaltadas o de la aplicación de los mismos, de suerte que [lo que] puede
estar llevándose a cabo en estos casos [es] un ajuste constitucional de dicho estado de cosas por parte de los
jueces constitucionales en un entorno en el que es difícil establecer criterios de priorización fijos para el acceso
a derechos fundamentales”. CSPPDF. Op.Cit. Julio del 2016, pág. 6.
54
Auto 206 del 2017

No obstante, atendiendo a los problemas que enfrenta la UARIV para responder


a los recursos administrativos y judiciales de manera adecuada y oportuna, esta
Sala Especial considera que es preciso exhortar a los jueces de la República para
que, en el momento de resolver las acciones de tutela que reclaman el
reconocimiento de la ayuda humanitaria y/o la protección del derecho de
petición, cuando se encuentra relacionado con este componente, observen tanto
las reglas generales relacionadas con: la procedencia de la acción de tutela a
favor de las personas desarraigadas, la aplicación de la presunción de veracidad,
y el decreto oficioso de pruebas por pare del juez constitucional; como las
específicas concernientes a la protección del derecho petición y al acceso a la
ayuda humanitaria, recogidas en las páginas precedentes (ver supra. Secciones
3-7). Sumado a lo anterior, atendiendo a las dificultades que enfrente la UARIV
para responder oportunamente las acciones de tutela, esta Sala va a exhortar a
los jueces para que amplíen el plazo que otorgan a la UARIV, usualmente de
48 horas, y fijen un término razonable para dar una respuesta oportuna y de
fondo a la petición.

La necesidad de este exhorto se justifica en un razonamiento que responde a la


problemática global que se aborda en este pronunciamiento, la cual excede el
conocimiento que pueden llegar a tener los jueces cuando deciden los casos
concretos. Desde esta perspectiva “macro” de la política pública, los
razonamientos que a nivel individual son acertados se pueden volver
problemáticos. Este exhorto, a su vez, parte de una sistematización de las reglas
jurisprudenciales más relevantes y actualizadas concernientes a la protección
vía tutela del derecho de petición, cuando se encuentra relacionado con la ayuda
humanitaria de emergencia, que esta Sala pone a disposición de los jueces de la
República, como una serie de opciones interpretativas y de precisiones jurídicas
que contribuyan a abordar el cúmulo de tutelas que están conociendo los
distintos despachos del país en la materia.

De manera adicional a las consideraciones recién expuestas, no hay que olvidar


que la presunción de veracidad, contenida en el Decreto-Ley 2591 de 1991,
consiste en “un instrumento para sancionar el desinterés o la negligencia de la
autoridad pública contra quien se ha interpuesto la acción de tutela, en
aquellos eventos en los que el juez requiere cierta información y ésta no es
allegada dentro del plazo respectivo o simplemente no llega”.224 Como en este
caso la falta de respuesta oportuna a los requerimientos judiciales responde a
factores más generales que afectan a la Unidad para las Víctimas, los cuales no
pueden ser, prima facie, imputados a sus directivos a título de desinterés o
negligencia,225 la aplicación de la presunción de veracidad tiene que matizarse
en este tipo de contextos y, por lo tanto, su uso debe ser acorde al doble
imperativo de preservar la eficiencia e idoneidad del recurso de amparo, junto
con el respeto del derecho a la igualdad y los principios de inmediatez y
subsidiariedad, en los términos descritos en este pronunciamiento (ver supra.
Secciones 3-7)

224
Corte Constitucional. Sentencia T-517 del 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo).
225
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
55
Auto 206 del 2017

Por lo tanto, en estos escenarios de bloqueos institucionales, la aplicación de la


presunción de veracidad deberá estar fundada en el cumplimiento de ciertas
cargas procesales y probatorias que sea válido exigirles a las personas
desplazadas en el caso concreto, para así dar por ciertos los hechos que se
alegan, atendiendo en todo caso a las limitaciones y dificultades que estas
personas enfrentan para reivindicar sus pretensiones, siempre de cara a la
realización efectiva de sus derechos. Si el juez no cuenta, en todo caso, con
elementos de juicio suficientes para adoptar una decisión de fondo, debe
oficiosamente desplegar las actividades que considere necesarias, incluido el
decreto de pruebas, para constatar la veracidad de los hechos alegados y, así,
esclarecer la amenaza o vulneración de derechos que amerite la adopción de una
orden específica.226

Al respecto, vale la pena recordar que la Corte denegó las pretensiones de los
solicitantes cuando no acreditan de ninguna manera las circunstancias o el
perjuicio que justifican el acceso a una determinada prestación económica, más
allá de interponer la acción de tutela de manera mecánica y casi simultánea a la
radicación de una petición; y cuando recurren al recurso de amparo sólo para
adelantar un trámite que ya se encuentra en curso en la ruta administrativa, salvo
que medie una circunstancia apremiante que lo amerite. Este Tribunal también
desaprobó que los jueces adopten decisiones de fondo sin cerciorarse acerca de
la veracidad de las circunstancias que provocaron la amenaza o vulneración de
los derechos fundamentales. Así, de manera reciente, reprochó que los jueces
de instancia, en aplicación de los principios de veracidad y buena fe, dieran por
ciertos los hechos descritos por los actores y ordenaran la entrega inmediata de
la ayuda humanitaria, sin contar con el material probatorio necesario. Y,
particularmente en los casos en los que fallaron a partir de formatos similares,
genéricos, que no contienen mayor información a partir de la cual se pueda
advertir algún tipo de afectación a la subsistencia mínima, la Corte
Constitucional exhortó a los jueces para que apliquen el principio de oficiosidad
y den prevalencia al derecho sustancial sobre el formal. Esto, con la finalidad
de que ordenen pruebas o requieran la información adicional que les permita
evidenciar la existencia de la vulneración o amenaza a los derechos
fundamentales que los accionantes alegan dentro del proceso de tutela, para así
determinar la procedencia de las prestaciones requeridas (ver supra. Sección 5).

Así las cosas, en aplicación de las reglas generales y específicas recogidas en


este pronunciamiento, cuando los jueces tengan conocimiento de acciones de
tutela en las cuales las personas desplazadas alegan la vulneración del derecho
de petición cuando solicitan, por ejemplo, la entrega de la ayuda humanitaria o

226
Conforma lo ha reiterado recientemente esta Corporación, “aun cuando la acción de tutela se caracteriza por
su informalidad, quien acude a ella para obtener la protección de sus derechos fundamentales tiene, en principio,
la carga de efectuar un relato de los hechos que originaron la amenaza o vulneración de los mismos en forma
clara y precisa y, además, en la medida de lo posible, aportar las pruebas que estén a su alcance // Por su parte,
para proferir una sentencia judicial que ponga fin a la controversia originada por la aparente amenaza o
vulneración de los derechos fundamentales, el juez constitucional debe alcanzar el convencimiento necesario
para determinar si existió o no la afectación de los derechos del actor y si la entidad accionada es la responsable
de tal circunstancia. Para tal efecto, le corresponde al juez de tutela constatar la veracidad de los hechos narrados
y valorar las pruebas que aporta el accionante y en caso de que ellas no sean presentadas, deberá decretar y
practicar las pruebas que considere necesarias para la constatación de la problemática que se puso de presente
con el escrito de tutela”. Corte Constitucional. Sentencia T-196 de 2017 (M.P. José Antonio Cepeda).
56
Auto 206 del 2017

información al respecto, deben, en principio, proteger únicamente el derecho de


petición, ordenando a las autoridades que den una respuesta de fondo, precisa y
oportuna al solicitante, salvo cuando se presenten las circunstancias
excepcionales que ameritan la adopción de una orden directa e inmediata (ver
supra. Sección 6). Lo anterior, dependiendo del tipo de afectación que haya sido
debidamente acreditada dentro del proceso, ya sea por los accionantes -una vez
se ha verificado el cumplimiento de las actuaciones procesales y sustantivas que
es legítimo exigirles-; o en el marco de la potestad oficiosa con la que cuenta el
juez, incluido el decreto de pruebas, para adoptar una decisión de fondo
adecuadamente sustentada.

Sumado a lo anterior, teniendo en cuenta los problemas institucionales que


enfrenta la UARIV que le impiden cumplir las órdenes de los jueces en el
término solicitado, generalmente de 48 horas, esta Sala va a requerir a los
operadores judiciales para que amplíen el plazo y fijen un término razonable
para cumplir con la orden de dar una respuesta de fondo, precisa y oportuna a
los derechos de petición, acorde con las dificultades que afronta la Unidad. 227
Este requerimiento se va a extender hasta que culmine el mes de diciembre
de 2017, fecha prevista por el Gobierno para que supere el rezago que
enfrenta en materia de peticiones y para que pueda fortalecer su capacidad
administrativa de respuesta. 228

Esta Sala Especial reitera que con estas consideraciones no está realizando una
valoración judicial de la constitucionalidad o la legalidad de las decisiones
adoptadas por los jueces de tutela que conocen de estos casos, razón por la cual
no deben considerarse como un reproche de legalidad sobre asuntos que no han
sido sometidos al debido proceso constitucional.

Por el contrario, esta Sala encuentra que en este contexto, tal como ocurrió en
materia pensional, los jueces fallaron los casos individuales, en principio,
conforme a derecho.229 Lo anterior, porque en la amplia jurisprudencia que esta
Corporación profirió en lo concerniente a la protección del derecho de petición
vía tutela, existen precedentes que pueden sustentar las decisiones concretas

227
“La Unidad para las Víctimas ha implementado una serie de estrategias que han permitido disminuir los
tiempos de respuesta a los requerimientos judiciales, relacionados con aquellos casos que cuentan con la
información institucional a disposición. De tal suerte que frente a estos casos el tiempo promedio de gestión y
trámite de solicitudes o requerimientos por acción de tutela está en 7 días promedio para noviembre de 2016.
Esto significa una reducción de tiempos en un 59% frente a los 17 días requeridos e informados en mayo de
2016.” UARIV. Op.Cit. Respuesta al auto 605. Enero de 2017. Pág. 22.
228
UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 33-36, 45.
229
“La actuación de los jueces que conocieron de los incidentes de desacato se ajustó a derecho, puesto que
procedieron respetando las garantías del debido proceso y adoptaron su decisión a la luz de los elementos
obrantes en el expediente y de la normatividad aplicable. // Sin embargo, puede predicarse la existencia de una
especie de lo que la jurisprudencia había denominado “vía de hecho por consecuencia”, puesto que no obstante
que las decisiones judiciales, son, como se ha dicho, correctas individualmente consideradas, comportan una
violación de los derechos del afectado, que resulta, no de una actitud contraria a derecho de los jueces, sino de
una situación estructural no susceptible de apreciarse en los casos concretos”. Corte Constitucional. Sentencia
T-1234 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
57
Auto 206 del 2017

adoptadas por los jueces de instancia, ya sea en materia de ayuda humanitaria,230


y/o en aplicación de la presunción de veracidad. 231

Este exhorto se justifica, precisamente, en la necesidad de adoptar una


perspectiva global que permita analizar, más allá de los casos individuales, las
problemáticas que explican, desde el marco general de la política pública, la
imposibilidad de la UARIV para responder oportunamente las peticiones y
acciones de tutela que interponen las personas desplazadas.

En consecuencia, los criterios y las opciones interpretativas que se acaban de


señalar, junto con la recopilación y sistematización de la última jurisprudencia
relevante en la materia, tal y como se recoge en este pronunciamiento, no son
un impedimento para que los jueces de la República, en el marco de la
autonomía judicial que los enviste, se aparten de los mismos a través de una
carga argumentativa suficiente, clara y explícita.

Indemnización administrativa

(i) La solicitud de la UARIV, consistente en exhortar a los jueces de la


República para que, en lo concerniente a la indemnización administrativa, se
abstengan de impartir temporalmente órdenes relacionadas con
reconocimientos económicos, y para posponer las sanciones por desacato que
exigen su cumplimiento, persigue fines constitucionales imperiosos. Lo
anterior, en tanto busca garantizar el derecho a la igualdad entre las personas
desplazadas por la violencia que, a pesar de encontrarse en la misma situación,
acceden en distintos momentos a los recursos de la indemnización
administrativa, según hayan presentado la acción de tutela o decidido atenerse
al proceso administrativo. Sumado a lo anterior, la Unidad para las Víctimas
busca superar los obstáculos que impiden el acceso a la indemnización
administrativa a través de un proceso ordinario y reglado, en este caso, con base
en los criterios de priorización definidos para tal efecto, sustentados en los
criterios de medición de carencias básicas y avances en la ruta de estabilización
socioeconómica.

230
“Teniendo en cuenta que la accionante presentó derecho de petición el día 19 de septiembre de 2008 y nunca
le fue resuelto; que interpuso acción de tutela el día 17 de junio de 2009 y la accionada guardó silencio; y sobre
la base de la protección reforzada brindada constitucional y jurisprudencialmente a la población en estado de
desplazamiento forzado, se ordenará a ACCIÓN SOCIAL, que dentro de las cuarenta y ocho (48) horas
siguientes, la señora Denis María Gómez Herrera junto con su núcleo familiar sea individualizada en el Registro
Único de Población Desplazada y le sean entregadas las ayudas humanitarias pertinentes, en el evento en que
no las haya recibido aún”. Corte Constitucional. Sentencia T-106 del 2010 (M.P. Jorge Iván Palacio). En la
misma dirección, ver las sentencias T-560 de 2008 (M.P. Jaime Araújo Rentería), T-585 de 2009 (M.P. Jorge
Ignacio Pretelt) y T-517 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo), entre otras.
231
“Para el estudio del caso concreto, se tendrá que las actuaciones realizadas por la accionante se encuentran
amparadas por la presunción constitucional de la buena fe (art. 83, C.P.) y conforme con el artículo 20 del
Decreto 2591 de 1991, el cual dispone que si la entidad demandada no presenta informe sobre los hechos que
motivan la acción de tutela estos deberán tenerse como ciertos, salvo que hayan sido desvirtuadas por la
accionada”. Corte Constitucional. Sentencia T-517 de 2010 (M.P. Mauricio González Cuervo). En la sentencia
T-560 de 2008 (M.P. Jaime Araújo Rentería), la Corte aplicó lo dispuesto en el artículo 20 del Decreto 2591
de 1991, en los siguientes términos: “constata la Sala que la situación de vulnerabilidad que aqueja a la
accionante y a su núcleo familiar no fue desvirtuada por la entidad accionada. De hecho, al guardar ésta silencio,
presume la Sala de Revisión la veracidad de los mismos”.
58
Auto 206 del 2017

(ii) La propuesta elevada por la Unidad para las Víctimas también es apta para
lograr el fin propuesto. Al solicitar suspender en bloque las órdenes que se
dicten en materia de indemnización administrativa, junto con las sanciones que
se profirieron como resultado de los incidentes de desacato tramitados en
relación con este componente, la Unidad podrá efectuar el pago de la
indemnización de acuerdo con los criterios de priorización definidos y con los
recursos que dispone anualmente para tal fin, bajo el entendido de que este
proceso de priorización extenderá gradual y progresivamente su cobertura hasta
abarcar a la totalidad de las personas desplazadas que tengan derecho a este
aspecto de la reparación.

(iii) La medida solicitada por la UARIV es (a) ineludible para alcanzar el fin
propuesto, y (b) representa la menos restrictiva entre todas las medidas
posibles.

a) De acuerdo con la información suministrada, la UARIV no cuenta en la


actualidad con el presupuesto suficiente para pagar la indemnización
administrativa a favor de todos los solicitantes que cumplen con los requisitos
exigidos reglamentariamente para ser priorizados;232 mucho menos, el
Gobierno Nacional cuenta con los recursos para atender al resto de personas
desplazadas que tienen derecho a la indemnización pero que no han sido
priorizadas.233 Adicionalmente, la misma Unidad no tiene certeza sobre la fecha
en la que estarán disponibles los recursos para el pago de todas las medidas
indemnizatorias.234

En la medida en la que las personas desplazadas no reciben, por los trámites


administrativos, una respuesta de fondo y oportuna acerca de las condiciones
de tiempo, modo y lugar en las que recibirán la indemnización administrativa,
están acudiendo crecientemente a la interposición de la acción de tutela para
recibir la información respectiva. No obstante, debido a las debilidades
institucionales y presupuestales de la UARIV definidas en el párrafo anterior,
junto con el número creciente de acciones de tutela que se interponen en la
actualidad, el recurso de amparo activa la emisión de órdenes de pago inmediato

232
“Bajo los criterios de priorización, 575.909 hogares víctimas de desplazamiento se encuentran a la espera de
recibir la medida de indemnización, lo que equivale a un total de 3.013.910 personas víctimas de desplazamiento
forzado pendientes por reconocer esta medida de reparación. Pese a los ingentes esfuerzos realizados para
otorgar indemnización por vía administrativa a las víctimas de desplazamiento forzado, el 97.2% de las víctimas
que cumplen con los criterios de priorización previstos en el artículo 2.2.7.4.7 del Decreto 1084 de 2015, aún
no han sido indemnizadas, cifra que se acompasa con las limitaciones de orden operativo y presupuestal que
han signado el reconocimiento y pago de esta medida de reparación desde su establecimiento como
compensación en dinero, pero que, en todo caso, reafirma el compromiso del Gobierno Nacional en la gestión
de los recursos de financiación como garantía del reconocimiento de las medidas de reparación a las víctimas
titulares de este derecho fundamental”. UARIV. Cumplimiento a la orden la orden 26 del auto 373 de 2016.
Presentado el 15 de noviembre de 2016.
233
“Víctimas de desplazamiento pendientes por indemnización: 1.779.024 hogares. Costo en millones:
26.747.759 // Sin embargo, como se observa en el Gráfico 11, estos requerimientos superan las posibilidades
fiscales de la Nación, definidas por la Ley 819 de 2003 y materializadas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo
(2017-2027).” UARIV. Entrega del informe a la orden tercera del Auto 373 de 2016, presentado el 31 de
octubre de 2016. Págs. 18 y 19
234
“En la actualidad [no hay] certeza sobre la fecha en que estarán disponibles los recursos para el pago de
todas las indemnizaciones — [como] se expondrá adelante-. //Mientras se definen los recursos necesarios
para garantizar efectivamente la indemnización de todas las víctimas, la Unidad para las Víctimas desarrollará
un modelo técnico actualizado de priorización” (énfasis agregado). UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo. Págs 42-
44.
59
Auto 206 del 2017

de la medida indemnizatoria, de tal manera que la acción de tutela se instaura


como el principal criterio de priorización, con lo que se desconoce el
procedimiento administrativo respectivo.235 De acuerdo con las cifras
presentadas hasta el momento y con las tendencias proyectadas por las
autoridades, esta situación es insostenible y, de no adoptarse correctivos
inmediatos, en un futuro cercano el total del presupuesto destinado para el pago
de la indemnización administrativa se tendría que evacuar por la ruta judicial.236
Esto implicaría, como se explicó en su momento, una vulneración insalvable
del derecho a la igualdad, junto con el traslado y la reproducción de todos los
obstáculos que existen en el procedimiento administrativo a la ruta judicial (ver
supra. Sección 6. (i))

Esta problemática aún no encuentra una solución dentro de los mecanismos


ordinarios que contempla la administración, ya que no se ha puesto en marcha
la principal medida para contrarrestar esta problemática -el denominado “nuevo
modelo estadístico para focalización y priorización de indemnización
administrativa”.237 Por lo tanto, en la actualidad no es posible conocer en qué
plazo y bajo qué condiciones las autoridades van a contar con la capacidad
presupuestal e institucional para superar el actual rezago en la entrega de la
indemnización administrativa y, con ello, ofrecer a las personas desplazadas una
respuesta oportuna y de fondo acerca de las condiciones en las cuales recibirán
estos recursos (ver infra.). En esa medida, no hay una salida para disminuir la
presión que se genera por la ruta judicial y para re direccionar los recursos que
se destinan a esta ruta hacia el trámite administrativo ordinario.

Por estas razones, la Sala encuentra que un exhorto general a los jueces de la
República, para que sigan los precedentes recogidos en este pronunciamiento -
tal como se realizó en materia de ayuda humanitaria-, no es suficiente para
lograr el propósito de evitar que la acción de tutela, vía ejercicio del derecho de

235
“En la mayoría de los casos, las víctimas no solicitan indemnización a través de la acción de tutela, sino que
solicitan el amparo del derecho de petición a través del cual previamente han solicitado a la Unidad para las
Víctimas informar la fecha cierta de pago de la indemnización. En la actualidad, el cúmulo significativo de
peticiones mediante las cuales las víctimas solicitan el reconocimiento y pago de la indemnización
administrativa, así como la falta de certeza sobre la fecha en que estarán disponibles los recursos para el pago
de todas las indemnizaciones, hace que se haya superado ostensiblemente la capacidad institucional para dar
respuesta oportuna y de fondo a las víctimas. Esta situación ha conllevado a la masiva interposición de acciones
de tutela que posteriormente generan en la práctica órdenes de pago inmediato de la medida indemnizatoria. En
la práctica, de facto, más no de iure, la acción de tutela se convierte en un mecanismo que obliga al pago de la
indemnización, aunque la orden sea únicamente la de dar fecha de pago”. UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo.
Pág. 42.
236
“Actualmente, el pago de indemnizaciones administrativas, derivadas de órdenes judiciales, requieren del
uso de la mitad del presupuesto asignado a esta medida de reparación en lo que queda de vigencia de la Ley
1448 de 2011. Esto implica que de continuar esta dinámica el presupuesto estaría destinado únicamente al pago
de indemnizaciones derivadas de acciones de tutela”. UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de
2016. Pág. 24.
237
“A través de la implementación de los diferentes criterios de priorización que actualmente se aplican, la
Unidad para las Víctimas detectó una alta complejidad en la consideración de las variables que se deben evaluar
a cada una de las víctimas con derecho a recibir la indemnización, debido a que, por el alto número de las
mismas, algunas de las variables podrían repetirse en algunas personas, lo que las haría aún más vulnerables,
determinando así la necesidad de proceder a su inmediata priorización. (…) ello, sumado al déficit presupuestal
que ha obligado a la Unidad para las Víctimas a realizar focalizaciones, dio como resultado la necesidad de
diseñar un modelo técnicamente más preciso y con un enfoque estadístico-matemático que permita identificar,
en una misma evaluación, todas las posibles variables de priorización, lo cual supone la actualización”. UARIV.
Op.Cit. Cumplimiento a la orden la orden 26 del auto 373 de 2016. Pág. 16.
60
Auto 206 del 2017

petición no resuelto de manera oportuna y/o adecuada, se presente como un


proceso paralelo y preferente al trámite administrativo ordinario que deben
acoger las personas desplazadas para acceder a la indemnización administrativa.

Por lo tanto, la Corte accederá a la solicitud elevada por la Unidad para las
Víctimas y, en consecuencia, exhortará a los jueces de la República para
que apliquen las siguientes reglas:

-En el momento de resolver las acciones de tutela que reclaman la protección


del derecho de petición cuando se encuentra relacionado con la indemnización
administrativa, los jueces deben conceder la tutela del derecho de petición, una
vez verificado el cumplimiento de los respectivos requisitos de procedibilidad
formal y material, pero dispondrán que la UARIV tiene hasta el 31 de diciembre
de 2017 para cumplir con el fallo de conformidad con el orden de prioridad que
adopte. Por lo tanto, se abstendrán de impartir órdenes relacionadas con
reconocimientos económicos durante ese lapso.

-Al pronunciarse sobre los incidentes de desacato ocasionados por el


incumplimiento de la UARIV a las órdenes de tutela impartidas en estos casos
de indemnización administrativa, los jueces suspenderán las sanciones por
desacato, tanto de arresto como de multa, dictadas a partir del 01 de enero de
2016 hasta el 31 de diciembre de 2017, fecha límite que dispone la UARIV para
cumplir las sentencias de tutela que ordenaron la contestación de una petición o
el reconocimiento de la medida de indemnización administrativa.

b) La solicitud elevada por la UARIV representa la menos restrictiva entre otras


alternativas, bajo el entendido de que es necesario exceptuar del exhorto recién
proferido, a aquellos hogares que “no hayan suplido sus carencias en materia
de subsistencia mínima debido a que se encuentran en situación de extrema
urgencia y vulnerabilidad manifiesta debido a la condición de discapacidad,
edad o composición del hogar [Decreto 1377/14].” Por lo tanto, en aquellas
situaciones excepcionales en las que estas personas solicitan la entrega de los
recursos de la indemnización administrativa, los jueces pueden ordenar su
entrega inmediata, fijando los plazos que consideren pertinentes en el caso
específico, una vez verifiquen que los solicitantes acreditaron los requisitos
mínimos, pero no desproporcionados, que es válido exigirles para acceder a
estos recursos (ver supra. Secciones 3,4 y 5).

Es cierto que la indemnización administrativa persigue fines distintos a aquellos


que busca la ayuda humanitaria, en tanto su propósito no consiste en satisfacer
las necesidades más inmediatas de las personas desplazadas, sino en restablecer
su dignidad, compensando económicamente el daño sufrido, para así fortalecer
o reconstruir su proyecto de vida. Por lo tanto, se podría argumentar que no es
pertinente, a partir de un análisis que se sustenta en la vulnerabilidad, mantener
abierto el recurso a la acción de tutela para, a través suyo, acceder a los recursos
de la indemnización administrativa. Bajo este argumento, las consecuencias de
un análisis de vulnerabilidad sólo serían relevantes en lo que concierne a la
entrega de la ayuda humanitaria.
61
Auto 206 del 2017

No obstante, es imperioso reconocer que existen determinadas personas


desplazadas que enfrentan una situación de vulnerabilidad que difícilmente
podrán superar y que inevitablemente se acrecentará con el paso del tiempo,
por distintos factores demográficos como la edad, la situación de discapacidad
u otro tipo de factores socioeconómicos que les impiden darse su propio
sustento. Para estas personas, tal como lo contempla la UARIV, resulta
razonable darles un trato prioritario en lo concerniente al acceso a la
indemnización administrativa. Esto no sólo contribuye a que cuenten con
fuentes de ingresos adicionales a la ayuda humanitaria –la cual tiene que
seguirse entregando con independencia de ser destinatarios de la
indemnización-, para que así puedan aliviar su situación de vulnerabilidad; sino
que puede traducirse en la última oportunidad para que accedan a las medidas
reparatorias que ofrece el Estado, con la finalidad de abordar y resarcir las
graves vulneraciones a los derechos humanos que padecieron.

Por estas razones, para esta Sala Especial es demasiado restrictivo impedirles a
estas personas que acudan a la acción de tutela para requerir la entrega
inmediata de la indemnización administrativa, ya que se trata de personas
desplazadas en extremo vulnerables, para quienes resulta desproporcionado
exigirles que agoten todas las etapas del procedimiento administrativo ordinario
(ver supra. Secciones 4, 5 y 7); más aún, si se tiene en cuenta el bloqueo
institucional advertido en este pronunciamiento.

Como se precisó en el componente de ayuda humanitaria, este exhorto no


presupone un reproche de constitucionalidad en contra de las sentencias
proferidas por los jueces de la República. En tanto los planteamientos recién
expuestos no cuestionan la legalidad de las decisiones concretas adoptadas por
los jueces sino que, por el contrario, buscan abordar y corregir una problemática
global que afecta a la política pública, los operadores judiciales pueden
apartarse de la posición fijada en este pronunciamiento cuando resuelvan casos
individuales, a través de una carga argumentativa suficiente, clara y explícita.

(iv) Finalmente, la solicitud de la UARIV, complementada con la excepción


recién expuesta, y con las medidas adicionales que se van a adoptar a
continuación, es proporcional en sentido estricto. Contrario a lo que ocurre con
la ayuda humanitaria, en el componente de la indemnización administrativa, la
suspensión provisional en bloque de las órdenes y sanciones por desacato en
materia de tutela, no afecta ni pone en riesgo el derecho al mínimo vital de las
personas desplazadas. Por el contrario, permite que estos recursos se
desembolsen con base en los criterios que contempla la Unidad, contribuyendo
a que la entrega de la indemnización administrativa cumpla con los fines
resarcitorios que inspiran este tipo de medidas, de tal forma que se priorice a
aquellas personas que se encuentran en las condiciones que así lo ameritan. Lo
anterior, en el marco de unas reglas de juego claras que les permitan a las
personas desplazadas, priorizadas o no, crearse expectativas realistas y
transparentes respecto de las circunstancias en las que recibirán, de manera
progresiva y gradual, tales recursos.
62
Auto 206 del 2017

Ahora bien, esta Sala Especial observa con preocupación que en los diferentes
informes presentados por la Unidad para las Víctimas no son claros ni los pasos
ni los tiempos que debe cumplir una persona desplazada para acceder a la
indemnización administrativa, ni el ritmo ni las condiciones bajo las cuáles se
va a indemnizar a todas las personas que tienen derecho a esos recursos. Por lo
tanto, es necesario adoptar medidas adicionales a las sugeridas por la UARIV
para alcanzar el fin propuesto con su solicitud.

En efecto, transcurridos 12 meses después del desarraigo, las personas


desplazadas están sujetas a la evaluación que haga la administración sobre sus
necesidades básicas (alojamiento, alimentación y salud) y los avances en la ruta
de estabilización socioeconómica (retorno o reubicación, entre otros). A partir
de tal análisis, la UARIV prioriza a aquellas personas que accederán a la
indemnización administrativa.238 Sin embargo, más allá de estos lineamientos,
no hay claridad acerca de las diferentes etapas, orientadas por procedimientos
precisos y periodos específicos, que es necesario agotar para que las personas
priorizadas puedan acceder a la indemnización administrativa. 239 Para los
hogares que no resultan priorizados después de la medición hay aún menos
claridad en la materia. En última instancia, en la actualidad no hay una ruta
que les permita a las personas desplazadas tener certeza acerca de los
procedimientos y de los tiempos que tienen que esperar para acceder a esos
recursos.240

Lo único cierto es que la Unidad para las Víctimas cuenta con un presupuesto
anual que le permite indemnizar a un número determinado de víctimas del
conflicto, dentro de las cuales se encuentran los desplazados, de tal manera que
indemniza a tantas personas como el presupuesto lo permita anualmente. Por lo
tanto, bajo una perspectiva global, tampoco son claros los términos bajo los
cuales las personas desplazadas que tienen derecho a la indemnización
administrativa van a recibir tales recursos (1.779.024 hogares); claridad que se
echa de menos incluso con aquellos que cumplen con las características para ser
priorizados (575.909 hogares).241 Al ser interrogado al respecto, la respuesta
más precisa que ofreció el Gobierno Nacional fue sostener que el cumplimiento
de las obligaciones recogidas en las Leyes 387 de 1997 y 1448 de 2011, “se
238
UARIV. Respuesta a la orden 26 del auto 373 de 2016, pág. 12.
239
“El Plan Ajustado no cuenta con la definición del número de víctimas que se encuentran en cada grupo
establecido para la priorización, y tampoco el tiempo que demandará la respuesta de cada segmento, de acuerdo
a los criterios de focalización // Se indica que se considerará el avance en la ruta de reparación; sin embargo,
no se explica cómo se mide este avance. Puede afirmarse que es a partir de la medición de superación de la
situación de vulnerabilidad, pero no está claro cuándo existe un avance que amerite priorización”. Defensoría
del Pueblo. Respuesta Auto 566 de 2016. Comentarios al documento "Ajustes y propuestas al Plan de Trabajo
para superar el atraso a la respuesta de peticiones y acciones de tutela de víctimas que influye en que se altere
la protección de los más vulnerables". Presentado el 17 de enero de 2017, pág. 3.
240
“Pese al dinamismo que, de acuerdo con la capacidad institucional y las posibilidades presupuestales ha
tratado de imprimir la Unidad para las Víctimas en el avance en materia de otorgamiento de la medida
indemnizatoria, debe precisarse que no es posible determinar el plazo en que un hogar víctima de
desplazamiento forzado accederá a la indemnización por vía administrativa como medida de reparación
integral, habida cuenta que, como se indicó en precedencia, las limitaciones presupuestales demarcan las
posibilidades fácticas y jurídicas para avanzar en el reconocimiento y pago de dicha medida, razón por la cual
el otorgamiento de la misma deberá realizarse de acuerdo con la disponibilidad presupuestal que para ello se
tenga, hasta tanto se logre gestionar la consecución de mayores recursos que permitan indemnizar a un número
mayor de víctimas por año. (…)” (énfasis agregado). UARIV. Respuesta a la orden 26 del auto 373 de 2016.
Presentado el 15 de noviembre de 2016, pág. 11.
241
Ver supra. N.p. 186 y 187.
63
Auto 206 del 2017

dará en el transcurso de 6 años adicionales a los inicialmente contemplados.


No obstante, los derechos que requieren de ejecución inmediata, como la
subsistencia mínima, continuarán siendo la prioridad del Estado”.242

Lo expuesto atenta abiertamente contra el derecho al debido proceso: la


inexistencia de una ruta para acceder a la indemnización administrativa se
traduce en que las autoridades no pueden dar una respuesta oportuna, de fondo,
clara y precisa a las peticiones que solicitan información respecto de la entrega
de la indemnización, que permita que las personas desplazadas tengan alguna
claridad acerca de las condiciones en las cuales se va a materializar el derecho.
No hay que olvidar que, conforme lo sostuvo esta Corporación, el cumplimiento
de las formas propias del debido proceso no debe entenderse como una simple
sucesión formal de etapas y requisitos, sino que su observancia debe expresar
en cada una de las fases la realización del derecho material de los afectados. 243

El exhorto a los jueces antes señalado, consistente en abstenerse de impartir


temporalmente órdenes relacionadas con reconocimientos económicos, y para
posponer las sanciones por desacato que demandan su cumplimiento, debe ir
acompañado, por lo tanto, de medidas efectivas para contrarrestar el bloqueo
institucional advertido, en garantía del derecho al debido proceso de las
víctimas de desplazamiento forzado. En consecuencia, las autoridades
responsables deben reglamentar el procedimiento que deben agotar las personas
desplazadas para la obtención de la medida, con criterios puntuales y objetivos,
cuyas fases se deben tramitar en periodos determinados, en el transcurso de los
6 años adicionales a los inicialmente contemplados para la satisfacción de las
obligaciones recogidas en las Leyes 387 de 1997 y 1448 del 2011. Esto quiere
decir que una persona desplazada, dependiendo de la etapa en la que se
encuentre, debe tener la posibilidad de estimar bajo qué circunstancias va a
acceder a los recursos de la indemnización administrativa. Es decir, que debe
tener certeza acerca de: (i) las condiciones de tiempo, modo y lugar bajo las
cuales se va a realizar la evaluación con el fin de establecer si se prioriza o no
al núcleo familiar, según lo contemplado en el artículo 7 del Decreto 1377 de
2014; (ii) la definición de un plazo razonable para que se realice el pago efectivo
de la medida, en los casos en los que el solicitante sea priorizado; y (iii) en las
situaciones en las que no sea priorizado, el establecimiento de los términos bajo
los cuales las personas desplazadas accederán a la medida, esto es, los plazos
aproximados y el orden en el que accederán a esos recursos. Al respecto, esta
Sala Especial rechaza que la respuesta de la administración se reduzca a
informarles a las personas desplazadas que las obligaciones en materia de
indemnización administrativa se van a cumplir dentro del plazo que contempla
la vigencia de la Ley 1448 del 2011, tal y como ocurre en la actualidad. Esta
reglamentación deberá ser protocolizada en un decreto que debe ser socializado
con las personas desplazadas por la violencia, y debe sustentarse en una
asignación presupuestal que garantice su implementación.

242
UARIV. Entrega del informe a la orden tercera del Auto 373 de 2016, presentado el 31 de octubre de 2016.
Pág. 20.
243
Corte Constitucional, sentencia C-496 de 2015, M. P Jorge Pretelt Chaljub.
64
Auto 206 del 2017

Por lo anterior, en reiteración de las órdenes tercera y vigésimo sexta del auto
373 de 2016, esta Sala ordenará al Director de la Unidad para las Víctimas que,
en coordinación con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y del
Departamento Nacional de Planeación, reglamente el procedimiento que deben
agotar las personas desplazadas para la obtención de la indemnización
administrativa, con criterios puntuales y objetivos, cuyas fases se deben
tramitar en periodos determinados en el transcurro de los 6 años adicionales a
los inicialmente contemplados, de acuerdo con la respuesta emitida por el
Gobierno Nacional a la orden tercera del auto 373 de 2016, en torno al nuevo
cálculo de los recursos planteados en el documento CONPES 3726 de 2012.244

Esta Sala Especial le ADVIERTE al Director de la UARIV que, conforme lo


reiteró esta Corporación, la magnitud del esfuerzo presupuestal para indemnizar
a las personas desplazadas justifica que esta obligación se satisfaga de manera
progresiva y siguiendo criterios de priorización. No obstante, esto no implica
que estas personas se encuentren en una completa incertidumbre acerca de si
van a recibir esos recursos, en qué plazo aproximado y siguiendo qué orden. Por
lo tanto, esta Corporación no encuentra de recibo que se esgriman las
restricciones presupuestales como una excusa para abstenerse de otorgar la
información mínima que permita garantizar el debido proceso de la población
desarraigada cuando se acerca a las autoridades para solicitar información en
esta materia.

Segunda solicitud: levantamiento de sanciones cuando medie un hecho


superado, carencia actual de objeto e inexistencia de responsabilidad
subjetiva del sancionado en el incumplimiento de la orden.

La UARIV solicitó a esta Corporación que se reitere a los jueces de la República


el precedente fijado en COLPENSIONES en materia de levantamiento de
sanciones cuando medie un hecho superado, carencia actual de objeto e
inexistencia de responsabilidad subjetiva del sancionado en el incumplimiento
de la orden. De manera complementaria, requirió que se solicite al Consejo
Superior de la Judicatura que suspenda los procesos de cobro persuasivo o
coactivo, incluidas las medidas cautelares decretadas, que se adelanten en
contra de los funcionarios y ex funcionarios de la Unidad para las Víctimas
generadas en virtud de las tutelas que tengan relación con el fenómeno
presentado.

Es cierto que la Corte Constitucional sostuvo que el trámite del incidente de


desacato no se inspira, en primera instancia, en una racionalidad retributiva,
orientada a la adopción de una sanción en y por sí misma, sino que sigue una
lógica correctiva, que busca enderezar una situación de vulneración de
derechos, para persuadir al obligado a que acate la orden proferida.245 Por lo

244
“Esta nueva realidad conduce al Gobierno Nacional a plantear que el cumplimiento a las obligaciones de
las Leyes 387 de 1997 y 1448 de 2011 se dará en el transcurso de 6 años adicionales a los inicialmente
contemplados. No obstante, los derechos que requieren de ejecución inmediata, como la subsistencia mínima,
continuarán siendo la prioridad del Estado.” UARIV. Entrega del informe a la orden tercera del Auto 373 de
2016, presentado el 31 de octubre de 2016. Pág. 20.
245
Corte Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto). Reiterada en el auto 130 del
2014 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva).
65
Auto 206 del 2017

tanto, el hecho de iniciar un incidente de desacato no exime al obligado de


cumplir con la sentencia de tutela sino que, por el contrario, su trámite está
concebido para promover su efectivo cumplimiento.246 Bajo esta lógica, en
casos en los que se haya adelantado todo el procedimiento disciplinario y
decidido sancionar al responsable, este Tribunal sostuvo que el obligado
siempre podrá “evitar que se imponga la multa o el arresto, cumpliendo el fallo
que lo obliga a proteger los derechos fundamentales del actor”.247

Si bien este precedente es útil para el caso de “litigantes ocasionales”, en tanto


el miedo a la sanción puede incentivar al cumplimiento del fallo, para esta Sala
Especial debe matizarse cuando los destinatarios de las órdenes de tutela son
“litigantes frecuentes”.248 Ante este tipo de destinatarios, autorizar el
levantamiento de las sanciones ocasionadas por incidentes de desacato cuando
el obligado cumpla con lo ordenado con posterioridad a los términos fijados en
la sentencia, puede convertirse en un estímulo negativo para postergar
consistentemente el cumplimiento de las órdenes de tutela. Como el “litigante
frecuente” puede prever y anticipar el sentido de los fallos, tiene la capacidad
para acoplar su respuesta institucional para responder a las tutelas tardíamente,
hasta la notificación del incidente de desacato, si eso le representa mayores
beneficios administrativos, institucionales o económicos; o incluso puede
asumir el riesgo de postergar su cumplimiento justo antes de que se impongan
o materialicen las sanciones, ya que tiene un amplio margen de maniobra para
asumir riesgos en los casos individuales. Ante este tipo de litigantes frecuentes,
por lo tanto, se corre el riesgo de desnaturalizar el espíritu correctivo que inspira
el incidente de desacato, al crearse incentivos para dejar de cumplir la orden de
tutela en los términos definidos judicialmente y, con ello, postergar la adopción
de las medidas que permitan conjurar el riesgo o la vulneración de los derechos
fundamentales.

Este tipo de prácticas se vuelven sumamente gravosas cuando las órdenes


impartidas por los jueces están dirigidas a proteger el derecho fundamental al
mínimo vital de las personas desplazadas y las autoridades se abstienen de
responderlas en los términos definidos judicialmente, tal como ocurrió, bajo

246
“La imposición o no de una sanción en el curso del incidente de desacato puede llevar a que el accionado
se persuada del cumplimiento de la orden de tutela. En tal sentido, en caso de que se empiece a tramitar un
incidente de desacato y el accionado, reconociendo que se ha desatendido lo ordenado por el juez de tutela, y
quiere evitar la imposición de una sanción, deberá acatar la sentencia”. Corte Constitucional. Sentencia T-171
de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto).
247
Corte Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto).
248
En su ya célebre ensayo de sociología jurídica, el profesor Marc Galanter distingue los litigantes frecuentes
de los ocasiones en los siguientes términos. Los litigantes frecuentes generalmente son entidades u
organizaciones grandes para quienes los riesgos que asumen en los casos individuales que litigan son
relativamente pequeños. En la medida en la que acuden a los estrados judiciales de manera rutinaria han
adquirido un conocimiento especializado que les permite, en cierta medida, prever el sentido de los fallos y
anticiparse a sus resultados. Teniendo en cuenta que un caso específico no representa un mayor riesgo, cuentan
con la capacidad y el conocimiento para perseguir intereses en el largo plazo que sean más favorables, incluso
a pesar de que eso implique perder casos individuales. Los litigantes ocasiones, por su parte, acuden de manera
excepcional ante los jueces y, usualmente, los riesgos que asumen en el caso individual son relativamente altos,
razón por la cual sus pretensiones no pueden ser manejadas rutinaria ni racionalmente en términos de un análisis
costo/beneficio más amplio. Utilizando estas categorías para el caso concreto, para los litigantes ocasionales es
más persuasivo el riesgo de una sanción por desacato que para un litigante frecuente, quien analizará las
pérdidas y las ganancias que pueden surgir en el mediano y largo plazo. Cf. M. Galanter. Why the "Haves"
Come out Ahead: Speculations on the Limits of Legal Change. En. Law & Society Review. Vol. 9, No. 1, pp.
95-160.
66
Auto 206 del 2017

determinadas circunstancias, con las entidades responsables de entregar la


ayuda humanitaria a la población desplazada.249 Con ello se impone una carga
desproporcionada en cabeza de estas personas para la materialización de su
derecho fundamental al mínimo vital, ya que no sólo tienen que acercarse a las
autoridades judiciales para interponer el recurso de amparo, previa realización
de todo un peregrinaje institucional infructuoso ante las autoridades
administrativas (ver supra. Sección 5); sino que deben, adicionalmente,
interponer el incidente de desacato y esperar incluso más allá de su resolución
para eventualmente acceder a las ayudas humanitarias.

En consecuencia, en esta ocasión se va a acoger el precedente conforme al cual


“si durante el trámite del incidente y antes de que se decida en forma definitiva,
el obligado cumple con lo ordenado por el juez constitucional, no por ello se
excluye la posibilidad de aplicar la sanción por desacato” (énfasis
agregado).250 Lo anterior, bajo el entendido de que el incidente de desacato tiene
como objeto no sólo lograr la efectiva materialización de los derechos
fundamentales afectados, “sino el de verificar si la persona o autoridad a la
cual se le dio la orden de tutela la [i] ha incumplido y [ii] establecer si es del
caso imponer o no la sanción respectiva” (numeración agregada).251

Como se desprende de la cita anterior, la jurisprudencia constitucional


diferenció el (in)cumplimiento del fallo y la procedencia del incidente del
desacato, bajo la siguiente premisa: “todo desacato implica incumplimiento,
pero no todo incumplimiento conlleva a un desacato”.252 La diferencia
fundamental entre una y otra cosa radica en que el (in)cumplimiento del fallo
es una constatación objetiva, mientras que la procedencia del incidente de
desacato presupone la configuración de una serie de elementos de
responsabilidad subjetiva.253 O en otros términos, el sólo incumplimiento del
fallo no presupone la responsabilidad del destinatario de la orden de tutela, sino
que hace falta acreditar que haya incurrido en una conducta culposa o dolosa.
Esto implica considerar el contenido de la orden (i.e. precisión, claridad,

249
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Tablas págs. 28-30; Respuesta al auto 605 de 2016, Op.Cit. Enero de
2017. Págs. 18-21.
250
Corte Constitucional. Sentencia T-459 del 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), reiterada en la T-1234 del
2008 (M.P. Luis Guillermo Guerrero).
251
Corte Constitucional. Sentencia T-553 de 2002 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra), reiterada en la T-1234 del
2008 (M.P. Luis Guillermo Guerrero).
252
Corte Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto), haciendo referencia a la
sentencia T-458 de 2003 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra).
253
“Ha expresado la Corte que, al ser el desacato una manifestación del poder disciplinario del juez, la
responsabilidad de quien incurra en él es subjetiva y que ello quiere decir que no puede presumirse la
responsabilidad por el sólo hecho del incumplimiento sino que para que haya lugar a imponer la sanción se
requiere comprobar la negligencia de la persona comprometida”. Corte Constitucional. Sentencia T-1234 de
2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
67
Auto 206 del 2017

viabilidad);254 la respuesta que desplegó el destinatario;255 y la concurrencia de


circunstancias eximentes de responsabilidad.256

Estas reglas fueron aplicadas en el marco de problemas estructurales que


impiden que una entidad ofrezca una respuesta oportuna a las acciones de tutela,
como ocurrió con CAJANAL y COLPENSIONES. De una parte, la Corte
resaltó que en estas situaciones, la emisión masiva y generalizada de órdenes
por parte de los jueces de tutela puede traducirse en la adopción de medidas
“que resultan imposibles de cumplir en los plazos previstos”.257 De la otra, este
Tribunal señaló que no puede concluirse de manera general que “la mera
omisión de respuesta en términos resulte imputable a título de dolo o de culpa
a las autoridades responsables”.258 En este tipo de casos en los que la entidad
enfrenta de ordinario dificultades para responder oportunamente a las
solicitudes administrativas y judiciales en el curso de la acción de tutela, resulta
evidente que sus directivos también van a afrontar obstáculos para comparecer
y responder oportunamente al trámite disciplinario que se abre con el incidente
de desacato. Por lo tanto, la jurisprudencia precisó que “la regla conforme a la
cual, en los incidentes de desacato el incumplimiento objetivo de la orden de
tutela impone al destinatario de la misma la carga de explicar su conducta
omisiva como presupuesto para evitar la sanción, no opera en este caso”.259

Es cierto que la Unidad para las Víctimas no enfrentó una situación estructural
que explique su incapacidad para responder las peticiones y las tutelas a tiempo,
en los mismos términos que ocurrió en materia pensional, sino que padeció en
realidad (i) un aumento coyuntural de solicitudes; (ii) en contraste con una
disminución, también coyuntural, en su capacidad de respuesta. Por lo tanto,
esta Sala tiene que resolver si ambas realidades circunstanciales constituyen
factores que ameriten el establecimiento de una responsabilidad subjetiva por
parte de los directivos de la UARIV. Y la respuesta es negativa para ambos
casos.260

254
“Tanto el juez como el responsable de la obligación surgida en virtud de la sentencia de tutela, deben tener
certeza acerca de cuál es la conducta esperada y en qué forma específica debe materializarse la orden.” Corte
Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto), haciendo referencia a la sentencia T-
368 del 2005 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
255
“Es indispensable que el sujeto obligado siempre demuestre que desarrolló conductas positivas de las cuales
puede inferirse que obró de buena fe y no con el ánimo de evadir los mandatos de la autoridad judicial”. Corte
Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto Sierra Porto), haciendo referencia a la sentencia T-
368 del 2005 (M.P. Clara Inés Vargas Hernández).
256
“Situaciones especiales que pueden constituir causales exonerativas de responsabilidad dependiendo de cada
caso concreto, es decir, debe tenerse en cuenta si ocurrieron circunstancia de fuerza mayor, caso fortuito o
imposibilidad absoluta jurídica o fáctica para cumplir, las cuales siempre deben ser estudiadas a la luz del
principio de la buena fe del demandado”. Corte Constitucional. Sentencia T-171 de 2009 (M.P. Humberto
Sierra Porto), haciendo referencia a la T-1113 de 2005 (M.P. Jaime Córdoba Triviño).
257
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
258
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
259
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
260
En este punto es útil precisar que las conclusiones que se desprenden de realizar un test estricto de
proporcionalidad para determinar si es válido limitar el uso de la tutela, como el que se realizó para resolver la
primera solicitud de la UARIV, no se tienen que extrapolar al análisis concerniente a la responsabilidad
objetiva/subjetiva de los funcionarios que lideran entidades con problemas para responder oportunamente las
acciones de tutela. Porque una cosa es evaluar la necesidad de una medida como la que propone la UARIV, y
otra es examinar si sus funcionarios se encuentran en capacidad de responder el cúmulo de acciones que les
llegan a diario. Por lo tanto, es coherente afirmar que la UARIV no presenta un problema estructural en los
términos que justifiquen acceder a su primera pretensión, y al mismo tiempo sostener que sus directivos pueden
estar enfrentando barreras que les impidan cumplir sus obligaciones a pesar de actuar con buena fe.
68
Auto 206 del 2017

De una parte, este Tribunal ya sostuvo que, a pesar de que la entidad “funcione
eficientemente con los recursos disponibles”, puede no estar en capacidad de
atender oportunamente las solicitudes que se le presenten por “incrementos
inesperados en el flujo de solicitudes que debe afrontar por factores
coyunturales” (énfasis agregado). 261 En tanto estos factores ponen a la entidad
en una situación de incapacidad para responder a las solicitudes, a pesar de los
mejores esfuerzos desplegados por sus funcionarios para atenderlas, no puede
concluirse que la mera omisión de respuesta oportuna resulte imputable a las
autoridades a título de dolo o de culpa.262

De la otra, esta Sala encuentra que la Unidad para las Víctimas, dentro de las
limitaciones presupuestales que enfrenta, ha sido diligente al dar respuesta al
creciente número de acciones de tutela y peticiones que recibió a partir de la
implementación de la Ley 1448 del 2011. A pesar de que se presentó un
aumento del 172% de tutelas y 45% de peticiones a partir de 2011, únicamente
durante el primer semestre del año 2015 se presentó una disminución en su
capacidad para gestionarlas, situación que se empezó a corregir de inmediato a
partir del segundo semestre del mismo año, momento desde el cual el número
de tutelas contestadas superó el de las interpuestas (ver tabla supra), hasta el
punto de estabilizar la respuesta en un término razonable.263

También es importante reconocer que la Unidad para las Víctimas, consciente


de las restricciones presupuestales que le han impedido entregar las ayudas
humanitarias en los términos exigidos legalmente, obró de buena fe para buscar
recursos financieros adicionales para estar al día en la entrega de las ayudas y
evitar que se presenten rezagos en la materia, a pesar de lo cual no recibió en su
momento la respuesta esperada por parte del Departamento Nacional de
Planeación y el Ministerio de Hacienda.264 Por ambas razones, esta Sala
encuentra que los directivos de la Unidad obraron de manera diligente y de
buena fe para enfrentar y prevenir esta coyuntura y que, por lo tanto, las razones
que provocaron esta crisis coyuntural no les pueden ser imputables a título de
negligencia.

261
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
262
Corte Constitucional. Sentencia T-1234 del 2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil).
263
UARIV. Op.Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 43 y 45.
264
Tal como esta Corporación explicó en los autos 099 del 2013, 205 del 2015 y 373 del 2016 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva), “debido a la insuficiencia del presupuesto aprobado y destinado para atender la ayuda
humanitaria de emergencia y de transición en cada vigencia, los recursos apropiados para un año determinado
(x) terminan cubriendo las solicitudes rezagadas del año anterior (x-1), razón por la cual, la UARIV no alcanza
a atender, en los términos prescritos, todas las solicitudes que ingresan por las diversas rutas de atención en el
año x, sino sólo algunas de ellas. En efecto, la UARIV alcanza a atender oportunamente sólo las solicitudes que
entran por la ruta de fallos judiciales, por la ruta de nuevas personas incluidas en el RUV y por la ruta de casos
especiales, manteniendo represado un porcentaje importante de las solicitudes clasificadas como “ruta normal”
[mayoritariamente en los niveles de vulnerabilidad baja y media baja] // La UARIV ha buscado priorizar las
solicitudes de las personas que se encuentran caracterizadas en vulnerabilidades alta y media alta y, en
consecuencia, ha solicitado adiciones presupuestales para atender esas solicitudes. // No obstante, [conforme lo
sostuvo la Contraloría General] la adición presupuestal que se aprobó por el MHCP fue de $41.388 millones,
con lo que se observa que no cumplen con las solicitudes de la Unidad de Víctimas, las cuales ascendían a
$230.000 millones y a lo prometido por el MHCP por un monto de $147.000 millones, motivo por el cual la
ampliación de la cobertura y la oportunidad de entrega de las Ayudas Humanitarias tiene un alto riesgo de no
cumplirse”. Cf. Corte Constitucional. Auto 373 del 2016 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva). Consideración
2.3.2.2.2. (ii).
69
Auto 206 del 2017

En consecuencia, esta Sala concederá parcialmente la solicitud de la UARIV


y, por lo tanto, reiterará a los jueces de la República, por intermedio del Consejo
Superior de la Judicatura, el precedente concerniente al levantamiento de las
sanciones por desacato que todavía se adelantan en contra de los funcionarios y
ex funcionarios de la Unidad para las Víctimas, sin perjuicio de las sanciones
que hayan sido confirmadas en grado de consulta por el superior, y con
independencia de que se haya decretado su ejecución, bajo el entendido de que
no contaron con la oportunidad para responder en términos el cúmulo de
órdenes de tutela que se tramitaron ante la entidad, a pesar de que obraron de
manera diligente y de buena fe. El Consejo Superior de la Judicatura les prestará
todo el apoyo que requieran para la suspensión de los procesos de cobro
persuasivo y coactivo, incluidas las medidas cautelares decretadas, que se
encuentren en curso. Este exhorto sólo cubre las sanciones por desacato, los
procesos de cobro persuasivo o coactivo y las medidas cautelares
decretadas, generados en virtud de las acciones de tutela interpuestas
durante los años 2014 y 2015, relacionadas con los componentes de ayuda
humanitaria e indemnización administrativa, al tratarse del periodo en el
que se presentó la crisis coyuntural que impidió que la entidad respondiera
oportunamente.

Para los incidentes de desacato que tengan lugar a partir de la notificación de


este pronunciamiento, se deberán seguir las reglas ordinarias recogidas en este
auto, de tal manera que el juez de instancia deberá valorar en cada caso concreto,
en el marco de la autonomía e independencia judicial que lo enviste, si la
autoridad a la cual le dio la orden de tutela incumplió, y si se acreditan los
presupuestos de responsabilidad subjetiva que justifican imponer la sanción
respectiva. Lo anterior, bajo el entendido de que si el obligado cumple con lo
ordenado por el juez constitucional durante el trámite del incidente y antes de
que se decida en forma definitiva, no por ello se excluye la posibilidad de
aplicar la sanción por desacato.

Este exhorto, como se advirtió en su momento, no es un impedimento para que


los jueces de la Republica se aparten de la posición fijada en este
pronunciamiento cuando resuelvan casos individuales, a través de una carga
argumentativa suficiente, clara y explícita.

Esta Sala Especial encuentra que no es necesario extender a otros periodos las
causales eximentes de responsabilidad asociadas con los factores institucionales
que impidieron coyunturalmente a las autoridades de la UARIV responder
oportunamente a las tutelas, por las siguientes razones. De acuerdo con la
información reportada por el Gobierno Nacional: (i) para julio del 2017 está
previsto superar el rezago en materia de tutelas y responder oportunamente al
flujo diario;265 (ii) a partir del segundo semestre del 2015 se presentó un
descenso vertiginosos de las personas registradas, debido a lo contemplado en
el artículo 155 de la Ley 1448 del 2011, lo que se tradujo en una disminución
de la presión en cabeza de las autoridades para responder las solicitudes

265
UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 43 y 45.
70
Auto 206 del 2017

administrativas y judiciales;266 (iii) la puesta en marcha del Plan de Trabajo,


junto con el nuevo modelo de medición de carencias, se tradujo, según el
Gobierno, en una disminución significativa tanto del rezago como del número
de tutelas interpuestas;267 y (iv), finalmente, con la expedición de este
pronunciamiento, la Corte espera que se racionalice el uso de la tutela, de tal
manera que a través suyo se acceda de manera directa e inmediata a la ayuda
humanitaria sólo en aquellos casos excepcionales definidos en este
pronunciamiento.

Tercera solicitud: exhorto a los jueces para aplicar los precedentes


jurisprudenciales en materia de agencia oficiosa. La Unidad para las
Víctimas solicitó a esta Corporación exhortar al Consejo Superior de la
Judicatura para que, por intermedio de los Consejos Seccionales, inste a los
jueces para que verifiquen de manera rigurosa los requisitos propios de la
agencia oficiosa cuando se trata de población desplazada, de acuerdo con los
criterios fijados en la Sentencia T-025 de 2004 y en las demás providencias que
la reiteran.268 A juicio de la entidad, la falta de verificación detallada por parte
de los jueces permitió el abuso de esta figura y, por ende, la “masificación” en
la interposición de tutelas por parte de unos pocos intermediarios.269 Esto no
sólo representa un posible colapso para la capacidad de respuesta de la Unidad,
sino también un fraude para los desplazados, debido a que “intermediarios
inescrupulosos” que fungen como agentes oficiosos se apropian de todo o parte
de las prestaciones económicas reconocidas a los primeros.270

Esta Sala encuentra que la medida solicitada persigue fines constitucionales


legítimos, de acuerdo con la jurisprudencia anteriormente descrita, en tanto evita
la desnaturalización del recurso de amparo, de un lado, y, de otro, protege a la
población desplazada frente a la intervención de tramitadores que no representen
de manera auténtica sus intereses. Sumado a lo anterior, la Sala estima que la

266
“En el primer y segundo semestre de 2016, las peticiones inician una caída de la senda de crecimiento de
manera dramática, lo cual puede ser objeto del inicio de la estabilización de la política de atención a víctimas y
al cierre del registro de víctimas a mediados de 2015 según lo dispuso la Ley 1448 de 2011”. UARIV. Op. Cit.
Respuesta al auto 605 de 2016. Enero de 2017. Pág. 14.
267
“Puede observarse que la caída en la senda de tutelas se da en el segundo semestre de 2016 lo cual, según
los análisis técnicos, obedece, por un lado, a que el programa de atención a tutelas está estabilizado y, por otro
parte, a que se han implementado estrategias de choque fuertes a partir de la implementación del Plan de Trabajo
presentado a la Corte en junio de 2016”. UARIV. Op. Cit. Respuesta al auto 605 de 2016. Enero de 2017. Pág
14.
“En diciembre de 2015 iniciaron los pagos bajo el modelo de subsistencia mínima, es decir, con la identificación
de carencias mediante registros administrativos y la participación de la víctima // Esta dinámica de
reconocimiento y entrega de la atención humanitaria, además de impulsar la implementación del nuevo modelo
– Decreto 2569 de 2014 –, permitió responder y atender los diferentes requerimientos judiciales de tutela. Esto
se refleja, como se expondrá a continuación, en la disminución, progresiva, de los asuntos judiciales pendientes
y que en buena medida obedece a la referida dinámica en materia de atención humanitaria”. UARIV. Op. Cit.
Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Pág. 42.
268
UARIV. Op. Cit. Plan de Trabajo. Pág. 81.
269
“La Entidad ha identificado que en ejercicio de una presunta agencia oficiosa se radican reiteradamente
peticiones relacionadas con alguna de las medidas previstas en la Ley 1448 de 2011. Un ejercicio realizado en
el departamento de Antioquia, con el fin de establecer causas de alta litigiosidad por departamentos, identificó
que 623 personas durante el 2016 han radicado 80.814 peticiones donde se resalta que cinco personas han
presentado 19.146 solicitudes y entre ellas, una sola, radicó 8.664 asuntos. Asimismo, frente a la radicación, se
ha logrado verificar que entre mayo y julio de 2016 se han presentado 8.189 peticiones con un formato único,
es decir, se solicita idéntica información con ajustes en dirección y peticionario”. UARIV. Op. Cit. Plan de
trabajo ajustado, noviembre de 2016. Pág. 35.
270
UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 24-25.
71
Auto 206 del 2017

medida es apta para alcanzar los fines constitucionales propuestos, porque logró,
en efecto, la reducción en la interposición de acciones de tutela presuntamente
temerarias, cuando en su momento se aplicó en Antioquia.271 Para la Sala esta
medida también es necesaria, en tanto la información presentada por la UARIV,
concerniente a la excesiva concentración de solicitudes presentadas por muy
pocas personas, junto con los riesgos de posible fraude que esto apareja en contra
de las personas desplazadas, exige de manera ineludible hacer un escrutinio más
estricto sobre la intermediación de la que estas personas se pueden valer de
manera legítima para acercarse a las autoridades. Finalmente, esta medida
también es proporcional, bajo el entendido de que los jueces de la República
preservan su autonomía para valorar, en cada caso concreto, cuáles son los
sujetos facultados para hacer uso de la agencia oficiosa en relación con la
población desplazada; bajo qué requisitos pueden hacerlo; y con qué medios de
prueba pueden acreditar estos requisitos. Al respecto, no hay que olvidar que la
agencia oficiosa a favor de las personas desarraigadas puede ser ejercida en una
serie de escenarios y por parte de unos actores más amplios que aquellos
supuestos contemplado por la UARIV (organizaciones de población desplazada)
(ver supra. Sección 1), aspectos que deberán ser considerados y valorados por el
juez de instancia.

Por lo tanto, esta Sala accederá parcialmente a la solicitud de la UARIV y


exhortará a los jueces de la República para que, en el momento de resolver las
acciones de tutela que interpone la población desplazada haciendo uso de la
agencia oficiosa, verifiquen el cumplimiento de los requisitos mínimos definidos
en la jurisprudencia constitucional que es válido exigirle a esa población para
utilizar esta figura (ver supra. Sección 1), de acuerdo con las circunstancias que
enfrenten en cada caso y de cara al acceso efectivo a la administración de justicia.
Los jueces mantienen la autonomía e independencia para apartarse de la posición
adoptada en esta ocasión, siempre y cuando expongan una carga argumentativa
suficiente, clara y explícita.

Cuarto: solicitud de inspección judicial en procesos penales. La Unidad para


las Víctimas solicitó a la Corte que realice la práctica de una inspección judicial
u ocular en relación con los casos que denunció ante la Fiscalía General de la
Nación,272 para examinar “la situación de intermediarios con el fin de
comprobar el hecho del abuso del derecho o la desinformación a la que están
sometidas las víctimas”.273 Lo anterior, a través de la designación de una
comisión que se traslade al departamento de Antioquia y, en coordinación con
la Unidad para las Víctimas y la Fiscalía General de la Nación, se practique la
mencionada prueba. En la misma dirección, solicitó a la Corte Constitucional
analizar la posibilidad de requerir a la Fiscalía General de la Nación para que

271
UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Pág. 25.
272
La UARIV ha recibido 4.302 quejas relacionadas con posibles fraudes (i.e. cobros para realizar trámites que
son gratuitos y/o la presencia de falsas víctimas que demandan los recursos estatales), las cuales “se han
traducido en 1.044 denuncias ante la Fiscalía General de la Nación. Igualmente, un resultado conjunto con la
Fiscalía General de la Nación, puntualmente en el departamento de Antioquia, para 2014 y 2015, es la captura
de 19 personas, entre ellas intermediarios, falsas víctimas y colaboradores del SNARIV, encargadas de estafar
a las víctimas y cobrarles por estos "trámites" porcentajes superiores al 60% y 70% del total de los beneficios
que el Estado ha implementado en su beneficio”. UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 57.
273
UARIV. Op.Cit. Plan de Trabajo. Pág. 81.
72
Auto 206 del 2017

asigne fiscales especiales para investigar las denuncias que elevó la Unidad para
las Víctimas por estos hechos.

Teniendo en cuenta que la Fiscalía General de la Nación ya está investigando la


presunta comisión de hechos punibles en estos casos de intermediación, de
concurrencia de presuntas falsas víctimas y de corrupción por parte de algunos
de los integrantes del SNARIV, esta Sala Especial no encuentra que sea
necesario designar una comisión para practicar una inspección judicial en esa
dirección. Tampoco considera que sea una medida conducente en algún sentido,
porque no es claro qué se puede acreditar con el decreto de esa prueba judicial
que sea útil para efectos del trámite ordinario que adelanta la Fiscalía con miras
a determinar la posible configuración de hechos punibles en esas situaciones.
Los resultados arrojados por la práctica de esta prueba tampoco tendrán peso
alguno para el trámite que, en esta ocasión, adelanta la Sala Especial de
Seguimiento a la Sentencia T-025 del 2004.

Por lo tanto, esta Sala va denegará esta solicitud y exhortará a la Fiscalía


General de la Nación para que continúe con las investigaciones desplegadas por
los hechos de fraude y corrupción registrados en contra de las víctimas, en
algunas ocasiones con la colaboración de miembros de la UARIV, para lo cual
gozará de plena autonomía para designar o no fiscales especializados y
establecer las metodologías de investigación a que haya lugar.

De todas formas, atendiendo a la importancia del tema, esta Sala Especial


solicitará a la Fiscalía General de la Nación que le informe de la situación y le
presente informes semestrales en los que exponga los avances que ha logrado
en las investigaciones concernientes a la posible configuración de conductas
punibles (acceso abusivo a sistemas informáticos, violación de datos, concierto
para delinquir, fraude procesal, entre otras), en el marco de los hechos de fraude
y corrupción registrados en contra de las víctimas y del erario público, en
algunas ocasiones, con la colaboración de miembros de la UARIV.

En mérito de lo expuesto, la Sala Especial de Seguimiento a la Sentencia T-025


del 2004,
IV. RESUELVE

Primero.- DENEGAR la primera solicitud elevada por la Unidad


Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
y por la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, consistente en
exhortar a los jueces de la República para que se abstengan de impartir órdenes
relacionadas con reconocimientos económicos, y para posponer las sanciones
por desacato que exigen su cumplimiento, en materia de ayuda humanitaria.

Segundo.-EXHORTAR, mediante la Secretaría General de esta Corporación,


y por conducto de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura,
a todos los jueces de la República para que, en el momento de resolver las
acciones de tutela que reclaman el reconocimiento de las medidas de ayuda
humanitaria y/o la protección del derecho de petición, cuando se encuentra
relacionado con este componente, observen tanto las reglas generales
73
Auto 206 del 2017

relacionadas con: la procedencia de la acción de tutela a favor de las personas


desplazadas, la aplicación de la presunción de veracidad, y el decreto oficioso
de pruebas por pare del juez constitucional; como las específicas concernientes
a la protección del derecho petición y al acceso a la ayuda humanitaria,
recogidas en este pronunciamiento.

Tercero.- REQUERIR a los operadores judiciales para que amplíen el plazo y


fijen un término razonable, acorde con las dificultades que afronta la Unidad
Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas,
para cumplir con la orden de dar una respuesta oportuna y adecuada a las
peticiones relacionadas con la ayuda humanitaria.274

Cuarto.- La orden proferida en el numeral tercero de esta providencia tendrá


una vigencia hasta que culmine el mes de diciembre de 2017, fecha prevista por
el Gobierno para que supere el rezago que enfrenta en materia de peticiones y
para que pueda fortalecer su capacidad administrativa de respuesta.275

Quinto.- CONCEDER la primera solicitud elevada por la Unidad


Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
y por la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, consistente en
exhortar a los jueces de la República para que, en lo concerniente a la
indemnización administrativa, se abstengan de impartir temporalmente órdenes
relacionadas con reconocimientos económicos, y para posponer las sanciones
por desacato que exigen su cumplimiento.

Sexto.- EXHORTAR, mediante la Secretaría General de esta Corporación, y


por conducto de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, a
todos los jueces de la República para que apliquen la siguiente regla en el
momento de resolver las acciones de tutela que reclaman la protección del
derecho de petición, cuando se encuentra relacionado con la indemnización
administrativa: los jueces deben conceder la tutela del derecho de petición, una
vez verificado el cumplimiento de los respectivos requisitos de procedibilidad
formal y material, pero dispondrán que la Unidad Administrativa Especial para
la Atención y Reparación Integral a las Víctimas tiene hasta el 31 de diciembre
de 2017 para cumplir con el fallo de acuerdo al orden de prioridad que adopte.
Por lo tanto, se abstendrán de impartir órdenes relacionadas con
reconocimientos económicos durante ese lapso. Al pronunciarse sobre los
incidentes de desacato ocasionados por el incumplimiento de la UARIV a las
órdenes de tutela impartidas en estos casos de indemnización administrativa,
los jueces suspenderán las sanciones por desacato, tanto de arresto como de
multa, dictadas a partir del 01 de enero de 2016, hasta el 31 de diciembre de
2017, fecha límite que dispone la UARIV para cumplir las sentencias de tutela

274
“La Unidad para las Víctimas ha implementado una serie de estrategias que han permitido disminuir los
tiempos de respuesta a los requerimientos judiciales y relacionados con aquellos casos que cuentan con la
información institucional a disposición. De tal suerte que frente a estos casos el tiempo promedio de gestión y
trámite de solicitudes o requerimientos por acción de tutela está en 7 días promedio para noviembre de 2016.
Esto significa una reducción de tiempos en un 59% frente a los 17 días requeridos e informados en mayo de
2016.” UARIV. Op.Cit. Respuesta al auto 605. Enero de 2017. Pág. 22.
275
UARIV. Op. Cit. Plan de trabajo ajustado, noviembre de 2016. Págs. 33-36, 45.
74
Auto 206 del 2017

que ordenaron la contestación de una petición o el reconocimiento de la medida


de indemnización administrativa.

Lo anterior, se exceptúa en los casos excepcionales en los que los solicitantes


se encuentran en un alto grado de vulnerabilidad, debido a circunstancias
especiales, tales como la edad, la composición del hogar, algún tipo de
discapacidad, entre otras, que les dificultan asumir su sostenimiento y cambiar
de condición socioeconómica (numeral 2 del artículo 7 del Decreto 1377 de
2014), en los términos definidos en este pronunciamiento.

Séptimo.- ORDENAR al Director de la Unidad para las Víctimas que, en


coordinación con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y del
Departamento Nacional de Planeación, reglamente el procedimiento que deben
agotar las personas desplazadas para la obtención de la indemnización
administrativa, con criterios puntuales y objetivos, cuyas fases se deben tramitar
en periodos determinados en el transcurso de los seis (6) años adicionales a los
inicialmente contemplados, en los términos descritos en este pronunciamiento.

El Director de la Unidad para las Víctimas tiene hasta el treinta y uno (31) de
diciembre de dos mil diez y siete (2017) para reglamentar este procedimiento, y
deberá presentar en esa fecha un informe, en medio físico y magnético ante esta
Sala Especial, exponiendo los resultados alcanzados.

En este documento se deberá hacer un nuevo diagnóstico de la problemática


general que se aborda en este pronunciamiento, tanto en lo concerniente a la
ayuda humanitaria como a la indemnización administrativa, con la finalidad de
evaluar el impacto de las medidas adoptadas en el mismo, junto con la necesidad
de mantenerlas o modificarlas.

Octavo.- CONCEDER PARCIALMENTE la segunda solicitud presentada


por la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral
a las Víctimas y por la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado,
relacionada con el levantamiento de sanciones cuando medie un hecho
superado, carencia actual de objeto e inexistencia de responsabilidad subjetiva
del sancionado en el incumplimiento de la orden.

Noveno.- REITERAR, mediante la Secretaría General de esta Corporación, y


por conducto de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, a
los jueces de la República el precedente concerniente al levantamiento de las
sanciones por desacato que todavía se adelantan en contra de los funcionarios y
ex funcionarios de la Unidad para las Víctimas, sin perjuicio de las sanciones
que ya fueron confirmadas en grado de consulta por el superior, y de que se
haya decretado su ejecución. El Consejo Superior de la Judicatura les prestará
todo el apoyo que requieran para la suspensión de los procesos de cobro
persuasivo y coactivo, incluidas las medidas cautelares decretadas, que se
encuentren en curso.

Este exhorto sólo cubre las sanciones por desacato, los procesos de cobro
persuasivo o coactivo y las medidas cautelares decretadas, generados en virtud
75
Auto 206 del 2017

de las acciones de tutela interpuestas durante los años 2014 y 2015, relacionadas
con los componentes de ayuda humanitaria e indemnización administrativa, al
tratarse del periodo en el que se presentó la crisis coyuntural que impidió que
la entidad respondiera oportunamente.

Para los incidentes de desacato que tengan lugar a partir de la notificación de


este pronunciamiento, los jueces de la República deberán seguir las reglas
ordinarias recogidas en este auto, de tal manera que deberán valorar en cada
caso concreto si la autoridad a la cual se le dio la orden de tutela la incumplió,
y si se cumplen los presupuestos de responsabilidad subjetiva que justifican
imponer la sanción respectiva. Lo anterior, bajo el entendido de que si el
obligado cumple con lo ordenado por el juez constitucional durante el trámite
del incidente y antes de que se decida en forma definitiva, no por ello se excluye
la posibilidad de aplicar la sanción por desacato.

Décimo.- CONCEDER PARCIALMENTE la tercera solicitud elevada por la


Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las
Víctimas y la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, consistente en
exhortar al Consejo Superior de la Judicatura para que, por intermedio de los
Consejos Seccionales, inste a los jueces para que verifiquen de manera rigurosa
los requisitos propios de la agencia oficiosa cuando se trata de población
desplazada, de acuerdo con los criterios fijados en la Sentencia T-025 de 2004
y en las demás providencias que la reiteran.

Décimo primero.- EXHORTAR, mediante la Secretaría General de esta


Corporación y por conducto de la Sala Administrativa del Consejo Superior de
la Judicatura, a todos los jueces de la República para que, en el momento de
resolver las acciones de tutela que interpone la población desplazada haciendo
uso de la agencia oficiosa, verifiquen el cumplimiento de los requisitos mínimos
definidos en la jurisprudencia constitucional que es válido exigirle a esa
población para utilizar esta figura, de acuerdo con las circunstancias que
enfrenten en cada caso y de cara al acceso efectivo a la administración de
justicia, en los términos definidos en este pronunciamiento.

Décimo segundo.- SOLICITAR a la Sala Administrativa del Consejo Superior


de la Judicatura que presente ante esta Sala Especial un informe en el que dé
cuenta de la comunicación de la presente providencia a todos los jueces de la
República, en un plazo de dos (2) semanas contado a partir de su notificación, en
medio físico y magnético.

Décimo tercero.- DENEGAR la cuarta solicitud elevada por la Unidad


Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
y la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, concerniente a la práctica
de una inspección judicial u ocular en relación con los casos que la primera
entidad denunció ante la Fiscalía General de la Nación, para examinar la
situación de intermediarios con el fin de comprobar el hecho del abuso del
derecho o la desinformación a la que están sometidas las víctimas.
76
Auto 206 del 2017

Décimo Cuarto.- SOLICITAR a la Fiscalía General de la Nación que presente


informes semestrales, en los que exponga los avances que ha logrado en las
investigaciones concernientes a la posible configuración de conductas punibles
(i.e. acceso abusivo a sistemas informáticos, violación de datos, concierto para
delinquir, fraude procesal, entre otras), en el marco de los hechos de fraude y
corrupción registrados en contra de las víctimas y del erario público. El primer
informe deberá ser presentado ante esta Sala Especial, en físico y magnético,
dentro de los siguientes seis (6) meses contados a partir de la notificación de
esta providencia.

Comuníquese y cúmplase,

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada
Presidenta de la Sala Especial Seguimiento
Sentencia T-025 de 2004

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Magistrado

JOSÉ ANTONIO CEPEDA AMARÍS


Magistrado (E)

ROCÍO LOAIZA MILIÁN


Secretaria General

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