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Los eructos de las vacas contribuyen, en gran medida, al efecto invernadero

Medio Ambiente

11 Ago 2017 - 10:40 AM

Redacción Medio ambiente

Aunque se creía que los pedos de este animal eran el principal problema, varios estudios revelan
que cada vaca lechera emite anualmente por medio de su eructo entre 80 y 120 kilogramos de
metano.

Pixabay

El metano se ha convertido en un problema importante para el planeta, ya que es un gas de efecto


invernadero, el cual absorbe el calor del Sol y calienta el planeta. A pesar de que no es tan malo
como el dióxido de carbono (CO2), sigue siendo bastante preocupante para el calentamiento
global.

Aunque el metano (CH4) se produce naturalmente en humedales y océanos, en los últimos 150
años las cantidades de gas se han duplicado debido a las actividades humanas como el uso de
combustibles fósiles y la ganadería.

Las vacas eructan metano (CH4), por eso desde hace años científicos se han dedicado a investigar
diversos métodos para minimizar el efecto dañino del ganado vacuno, sin hallar hasta el momento
una solución económica y prácticamente viable.

Los animales rumiantes como el ganado tienen las tripas llenas de bacterias productoras de
metano que digieren su alimento, según un estudio de un grupo de investigadores de la
Universidad de California – Irvine, las especies encerradas tienden a producir más emisiones que
los residuos procedentes de aquellos que pastan en campos abiertos.

Según publica el medio británico Metro, durante su complejo proceso digestivo, las vacas expulsan
entre 100 y 200 litros de metano al día, el equivalente aproximadamente al 25% de las emisiones
de CH4 generadas por la actividad humana. Este gas tiene la capacidad de atrapar 20 veces más
calor que el dióxido de carbono (CO2).
Es tan preocupante la situación que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) calcula que el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero -el
18%, medido en su equivalente en CO2- que el sector de transporte.

Las vacas, como todos los rumiantes, tienen cuatro estómagos para digerir la hierba. El metano lo
produce la flora microbiana de su sistema digestivo cuando digiere hierba. Estos microbios
descomponen la celulosa generando metano que las vacas eructan. Por eso, científicos
recomiendan una hierba “anti-eructos”, la gramínea, la cual es más digerible y no es necesario
tanta descomposición por parte de los microorganismos, generando menos metano.

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