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Facultad de Derecho
NOTA: Esta separata acerca del mandato civil tiene sólo por
objeto ser una referencia para los alumnos de Derecho
Comercial I en la Universidad Alberto Hurtado y no
pretende ni puede entenderse que reemplaza el estudio de
dicho contrato en el curso de Derecho Civil.
Profesores
Cristián Eyzaguirre C.
Nicolás Cabello E.
Ayudante
Raimundo Mira
SEPARATA SOBRE MANDATO CIVIL 1
Apuntes preparados para uso exclusivo de alumnos de Derecho Comercial I, Facultad de Derecho, Universidad Alberto Hurtado.
2 SEPARATA SOBRE MANDATO CIVIL
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SEPARATA SOBRE MANDATO CIVIL 3
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del menor adulto, demente y pródigo interdicto; ventas forzadas por ministerio de la
ley será el juez en representación del deudor; deudor declarado en quiebra será el
síndico) o de la voluntad del interesado (representación voluntaria). Para este último
caso, se da la denominación de “apoderamiento” al acto jurídico unilateral por el cual
se atribuye a una persona el poder de representar a otra.
4. En la representación interviene el representante, esto es, aquel que tiene poder para
representar a otro, poder que emana de la ley o del apoderamiento; y representado,
esto es, aquella persona en que se van a radicar los efectos del acto realizado por el
representante. Los requisitos para que opere la representación son (i) Que el
representante manifieste su propia voluntad (claro en representación legal, asimismo
en la voluntaria por cuanto el representante siempre tiene un rango de autonomía y
libertad para concluir el negocio); (ii) Que dicha declaración la haga a nombre de otro
(esto se denomina contemplatio domini, que implica que el representante debe
manifestar de alguna manera que el negocio lo concluye en representación o a
nombre de otra persona, el representado. De lo contrario, quedará obligado
únicamente el representante), y (iii) que cuente con poder de representación (que
puede provenir de la ley o de la voluntad del interesado, es decir, del apoderamiento).
Cuando este último requisito falta, igual a veces obliga al representado. Ello ocurre en
la agencia oficiosa y la ratificación.
5. Algunas consideraciones para distinguir el mandato de la representación:
i) Existencia de representación legal. La representación legal, es decir aquella que
emana de la ley, supone la existencia de una persona que se encuentra en la
imposibilidad jurídica de ejercer por sí sola la autonomía privada, careciendo,
por lo mismo, de la aptitud para disponer de los intereses que se encuentran
dentro de su órbita jurídica. El representado es incapaz (generalmente absoluto),
y el representante será necesariamente aquel de señale la ley y deberá ser una
persona absolutamente capaz. En cambio, la representación voluntaria, surge
exclusivamente a consecuencia de un acto voluntario y unilateral del interesado,
que otorga poder a otra persona para que actúe a su nombre. De esta manera,
supone la más amplia libertad del interesado para decidir en primer término si
actúa o no personalmente, y en caso de optar por actuar representado, para
escoger la persona del representante que puede, inclusive, ser una persona
incapaz. Este tipo de representación nace a consecuencia del acto jurídico
unilateral denominado apoderamiento, no exigiendo la aceptación del
apoderado para existir. En este caso, el representado debe ser una persona
absolutamente capaz. (la capacidad legal de una persona consiste en poderse
obligar a si misma, sin el ministerio o autorización de otra; artículo 1445
Código Civil)
ii) El mandato por su parte, es un contrato que requiere del acuerdo de voluntades
de mandante y mandatario. De esta forma, es incorrecta la afirmación que
señala que “para que exista representación voluntaria debe existir un mandato”.
Sin perjuicio de lo anterior, simultáneamente al apoderamiento existirá, al
menos, una oferta de mandato.
6. Por otro lado, una segunda gran diferencia consiste en que la representación
voluntaria no es un elemento de la esencia (cosas necesarias y suficientes para que el
acto jurídico nazca a la vida del derecho) del mandato, sino una cosa de la naturaleza
(se entiende pertenecer al acto jurídico aunque las partes nada digan, pero puede ser
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eliminada por las partes sin alterar la esencia del acto de que se trate), conforme al
artículo 1444 del Código Civil. En efecto, en el mandato a nombre propio o “nomine
proprio”, no existe representación del mandante, transformándola en una muy
utilizada forma lícita de simulación. Este tipo de mandato se encuentra consagrado en
el artículo 2151 del Código Civil al disponer que “El mandatario puede, en el
ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante; si contrata a su
propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante”. De esta forma, en las
relaciones entre el mandatario y el tercero no existe mandato (mandatario se obliga
personalmente), no así en las relaciones entre las partes del mandato. De esta forma,
es posible la existencia de un mandato sin que el mandatario represente al mandante,
ya que, según explicamos cuando el mandatario actúa a nombre propio, los efectos de
los actos jurídicos que realiza se radican directamente en la persona del mandatario,
sin perjuicio de su deber de transferirlos al mandante al momento de rendir cuentas de
su gestión, ya que siempre actúa por cuenta o riesgo del mandante. En estos casos no
existe contemplatio domini.
7. En conclusión, la representación del mandante por parte del mandatario es una cosa
de la naturaleza del mandato, es decir, se entiende pertenecerle sin necesidad de
cláusula especial, sin embargo, puede faltar esta representación si el mandante ha
prohibido al mandatario actuar a su nombre, o cuando sin haberlo prohibido el
mandatario actúa a nombre propio. De esta forma es equívoca la frase que señala que
“No se concibe el ejercicio de un mandato sin que el mandatario represente al
mandante”.
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2. Ahora bien, en principio todos los actos jurídicos pueden ejecutarse por medio de
mandatarios. Esta regla general tiene, sin embargo, algunas excepciones, como por
ejemplo la facultad de testar, que es indelegable (artículo 1004 del Código Civil).
3. Normas especiales a facultades del mandatario. La facultad de transigir no comprende
la de comprometer, ni viceversa. (Art. 2141). El poder especial para vender
comprende la facultad de recibir el precio (artículo 2142) La facultad de hipotecar no
comprende la de vender, ni viceversa (artículo 2143).
4. Prohibiciones que afectan a los mandatarios. (i) No podrá el mandatario por sí ni por
interpósita persona comprar para sí las cosas que el mandante le ha ordenado vender,
ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, salvo que exista
aprobación expresa del mandante. (ii) Si el mandante ha encargado al mandatario
tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo al interés designado por el mandante,
o a falta de esta designación, al interés corriente; Sin embargo, facultado el
mandatario para colocar dinero del mandante a interés, no podrá tomarlo prestado
para sí sin aprobación expresa del mandante; y (iii) El mandatario no podrá colocar
dineros del mandante a interés, sin su expresa autorización. Ahora bien, colocando
dichos dineros a mayor interés que el designado por el mandante, deberá abonárselo
íntegramente, salvo que se le haya autorizado para apropiarse el exceso.
5. De esta forma, debe tenerse presente como principio general que el mandatario podrá
aprovecharse de las circunstancias para realizar su encargo con mayor beneficio o
menor gravamen que los designados por el mandante, siempre que bajo otros
respectos no se aparte de los términos del mandato. Sin embargo le queda prohibido
apropiarse del mayor beneficio obtenido o de la diferencia que disminuya el
gravamen designado en el mandato. Ahora bien, si negociare con menos beneficio o
más gravamen que los designados en el mandato, le será imputable la diferencia (será
responsable).
6. Adicionalmente, debe tenerse presente que el negocio que interesa únicamente al
mandatario no constituye mandato sino un mero consejo que dado maliciosamente
obliga a indemnizar los perjuicios causados. Ahora, si el negocio interesa a ambas
partes, al mandante y a un tercero o únicamente a un tercero habrá mandato, pero si el
mandante obra sin autorización del tercero habrá un cuasicontrato de agencia
oficiosa. (Cuasicontrato: Hecho voluntario, lícito, no convencional que genera
obligaciones. Agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos es un cuasicontrato por el
cual el que administra sin mandato los negocios de alguna persona, se obliga para con
ésta y la obliga en ciertos casos (artículos 2119; 2120 y 2286 del Código Civil).
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2. Esta regla se justifica por cuanto es al mandante a quien afectan las consecuencias del
acto, es decir, la incapacidad del mandatario es indiferente porque este último no
compromete su patrimonio (actúa por cuenta y riesgo del mandante).
F. Clases de mandato.
1. Atendida la cantidad de negocios confiados al mandatario, el mandato puede ser
general o especial.
i) Será general si se da para todos los negocios del mandante o si se da para todos
los negocios, con una o más excepciones determinadas.
ii) Por el contrario, el mandato será especial cuando comprende uno o más
negocios especialmente determinados (artículo 2130 del Código Civil).
iii) Esta clasificación nos permite determinar en que negocios puede intervenir
legítimamente el mandatario. (Siempre se requiere mandato especial para
transigir y para poder ejercer las facultades comprendidas en el inciso 2° del
artículo 7 del Código de Procedimiento Civil).
2. Atendido a las facultades conferidas al mandatario, puede ser concebido en términos
definidos o indefinidos. Tratándose de los mandatos conferidos en términos generales
o indefinidos, las facultades que se confieren al mandatario consisten básicamente en
el poder de efectuar actos de administración (artículo 2132 y 2133 del Código Civil)
requiriendo de un poder especial la ejecución de aquellos actos que salgan de la
esfera de los actos que dicha norma establece. De esta forma, los actos de
administración, comprenden la ejecución de actos de conservación materiales o
jurídicos, destinados a impedir la pérdida o menoscabo de los bienes del mandante.
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obrar conjuntamente, la falta de uno de ellos por cualquiera de las causas antedichas
pondrá fin al mandato.
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