Sunteți pe pagina 1din 15

Módulo 6/ Segundo semestre

Proceso, procedimiento y juicio

Unidad 2

Preparación y desarrollo del acto procesal

Sesión 3

Los actos procesales

Actividad 3

Actos procesales del órgano jurisdiccional (parte 2)

Alumno: Norberto Santos Moreno Olivarez

Docente: Jorge Alejandro Palau Hernández

Octubre de 2019
Introducción

Dícese e la tarea propia de juzgamiento, que para resolver los conflictos de


intereses que tienen efectos jurídicos, realizan los titulares del Poder Judicial, aun
cuando con un significado vulgar, se amplía dicha significación a los actos
administrativos y hasta los de otra índole.

La expresión puede escindirse en su dos vocablos: acto como acontecimiento o


suceso que modifica un estado de cosas, y acto jurídico estimado como
acontecimiento o suceso que produce consecuencias reguladas por la normativa
del derecho, deseadas por el sujeto que realiza la conducta respectiva.

Finalmente, como acto jurídico jurisdiccional debe entenderse el suceso de


trascendencia normativa que voluntariamente efectúan las autoridades judiciales
en ejercicio de sus atribuciones, o de acuerdo con algunos autores, también por
los justiciables, ante las propias autoridades y con relación a dichas funciones. Por
otra parte, jurisdiccional proviene de jurisdicción (ius, derecho, y dicere, decir,
declarar, proclamar). Existe una corriente simplista que se funda en estas raíces
etimológicas para definir la función jurisdiccional, haciéndola consistir en el acto
del Poder Judicial que declara el derecho aplicable para dirimir los conflictos que
se le someten.

Puede definirse al acto jurisdiccional como la manifestación exterior y unilateral de


la voluntad del Estado, realizada con la intención de producir consecuencias
jurídicas, cuyo sentido constituye una norma individualizada, manifestación que se
produce con motivo de una controversia de derecho que se somete a la decisión
de aquél.

Debe distinguirse entre acto procesal y acto jurisdiccional. Los actos procesales no
sólo pueden ser producidos por los órganos jurisdiccionales, sino también por las
partes o por terceros. Por tanto, los actos procesales comprenden a los
jurisdiccionales, pero éstos solamente son aquellos que provienen de los órganos
jurisdiccionales del Estado.

El acto jurisdiccional puede producirse dentro del proceso o ser la conclusión de


éste. En otros términos, puede distinguirse entre los actos preparatorios de la
resolución definitiva y esta última.

La afirmación de que los actos jurisdiccionales únicamente se dan dentro de un


proceso o juicio y no dentro de otros procedimientos como podría ser el de
ejecución de sentencia, se ha prestado a discusiones; la doctrina no es unánime
respecto del momento preciso en que se inicia y concluye el proceso.

Respecto del inicio del proceso, podría sostenerse que éste se da en el momento
de la presentación de la demanda, pero también en el momento de su admisión, o
en el del emplazamiento al demandado, o en el de la contestación de la demanda.
El derecho positivo mexicano se inclina por la tesis de que el juicio se inicia con la
presentación de la demanda.

En este contexto del Derecho mexicano, una definición de Acto Jurisdiccional


podría ser la siguiente: Todo acto, cualquiera que sea su autor, por el cual una
autoridad competente procede a una verificación de legalidad acerca de un acto
jurídico o material. Es la actividad realizada por los órganos jurisdiccionales en
ejercicio de sus atribuciones, así como de las partes ante dichas autoridades para
sustanciar o dirimir una controversia.

Desarrollo

Los autores o las leyes de procedimiento no siempre coinciden en la clasificación


de los actos o resoluciones procesales de los órganos jurisdiccionales, ni siquiera
en la materia judicial. En principio, podría partirse de la distinción entre sentencia y
auto.

Esta clasificación bipartita de las resoluciones judiciales es quizá la más sencilla;


y, por lo mismo, es la más fácil de manejar en la práctica. Esta es la clasificación
que adopta el CFPP, cuyo artículo 94, primer párrafo, dispone lo siguiente: "Las
resoluciones judiciales son: sentencias, si terminan la instancia resolviendo el
asunto en lo principal; y autos en cualquier otro caso." Sin embargo, otros
ordenamientos acogen una clasificación de las resoluciones judiciales, agregando
los "decretos", a los que definen como "simples determinaciones de trámite" (arts.
71 del CPPDF y 220 del CFPC). Pero el CPCDF complica todavía más la
clasificación de las resoluciones judiciales. Su artículo 79, además de prever los
decretos, distingue tres tipos de autos (provisionales, definitivos y preparatorios) y
dos tipos de sentencias: interlocutorias, cuando resuelven un incidente, y
definitivas, cuando resuelven el litigio principal.

La Ley de Amparo es imprecisa: no alude a decretos, pero en diversos artículos


(como el 83), se refiere a resoluciones, a veces en el sentido de auto y, en otras,
en el de sentencia; a autos en el sentido de interlocutorias; a interlocutorias
propiamente dichas, y a sentencias.

Es necesario hacer notar que la anterior clasificación no se altera por el hecho de


que la resolución se dicte en primera o en segunda instancia con motivo de algún
recurso. En efecto, una resolución de segunda instancia tendrá el carácter de
sentencia definitiva si resuelve en definitiva lo principal; de interlocutoria, si
resuelve una incidencia; de auto, si establece una situación jurídica dentro del
proceso, y de decreto, si resuelve o establece una cuestión de mero trámite.
Las resoluciones procesales pueden causar estado por ser legalmente
inimpugnables o por no haberse ejercido por el interesado el medio de
impugnación procedente.

La sentencia es la resolución jurisdiccional por excelencia, pues es en ella que se


manifiesta en toda su plenitud la función jurisdiccional. Es el acto mediante el cual
se define, se crea, la norma jurídica individualizada que debe prevalecer ante el
conflicto de derecho planteado a los órganos del Estado.

Sea por ficción, como en ocasiones se ha pretendido, o por otra explicación que
pudiera considerarse más adecuada, como la consistente en que se trata de una
norma jurídica emitida por un órgano del Estado, es frecuente la afirmación de que
la sentencia ejecutoria goza de la presunción de ser la verdad legal y, en
consecuencia, tiene plena eficacia jurídica. Pero no es por demás precisar que
cuando se habla de la sentencia como verdad legal, esto debe entenderse en el
sentido de que debe estimarse jurídicamente válida, pues en lógica jurídica no
tiene sentido alguno el atribuir a una sentencia el carácter de verdadera.

La fuerza jurídica de la sentencia no depende, en principio, de que los


razonamientos en que se sustentan sus motivos y fundamentos necesariamente
sean correctos desde un punto de vista lógico, o de su concordancia con normas
legales o constitucionales, pues desde el punto de vista estrictamente jurídico,
debe la sentencia ser considerada como legal y constitucional, es decir válida,
mientras no sea privada de eficacia por los órganos al efecto competentes
mediante los procedimientos constitucional o legalmente establecidos. Las
decisiones judiciales, al igual que cualquier otro acto jurídico producido por el
Estado, gozan de una presunción de validez que no puede ser destruida sino por
otro acto estatal que las prive de eficacia.

ACTOS JURISDICCIONALES (SENTENCIAS). El acto jurisdiccional por


excelencia es la sentencia mediante la cual el Juez resuelve la litis que le han
sometido las partes y que pone término a la situación contenciosa o al conflicto
correspondiente. Ahora bien, los actos jurisdiccionales, como ocurre en general
con todos los actos jurídicos de la autoridad, tienen elementos internos y externos.
Los primeros son el motivo, el objeto y el fin y la voluntad; y los segundos, son la
competencia y la forma.

Amparo penal directo 334/49. Por acuerdo de la Primera Sala, de fecha 8 de junio
de 1953, no se menciona el nombre del promovente. 30 de enero de 1953.
Mayoría de tres votos. Disidente y relator: Luis G. Corona.

GUILLERMO CABANELLAS en su diccionario dice: "Se consideran actos de


jurisdicción voluntaria todos aquellos en que sea necesaria o se solicite la
intervención del juez sin promoverse cuestión alguna entre partes conocidas y
determinadas... En ellas son hábiles todos los días y horas... Sin necesidad de
solemnidades son admitidos los documentos que se presenten y las justificaciones
que se ofrezcan. Apenas se haga oposición por quien tenga interés en el asunto,
se hará contencioso el expediente, sin alterar la situación en que estuviesen, al
tiempo de ser incoado, los interesados y el objeto de aquél; y se sujetará a los
trámites del juicio que corresponda.

El juez puede variar las providencias que dicta, sin sujeción a términos ni formas
establecidas para la jurisdicción contenciosa; salvo tratarse de autos definitivos o
recurridos. Son materia de esta jurisdicción, entre otras, la adopción, el
nombramiento de tutores, los depósitos personales, la protocolización de
testamentos, las informaciones para dispensa de la ley y las de perpetua memoria,
la enajenación de bienes de menores e incapacitados, las medidas para
administración de los bienes del ausente, las subastas judiciales voluntarias... el
deslinde y el alojamiento".

También se ha dado en llamar jurisdicción voluntaria al caso en que las partes por
su propia voluntad deciden someter a la competencia de un juez que normalmente
no era competente. El proceso de jurisdicción voluntaria tiene como objeto hacer
constar hechos o realizar actos en que no esté presente la controversia entre
partes y hayan producido o deban producir efectos jurídicos, siempre que no se
provoque perjuicio para persona determinada.

Jurisdicción Contenciosa y Jurisdicción Voluntaria

En términos muy generales puede definirse la jurisdicción contenciosa como


aquella, ante la cual se tramitan los juicios contenciosos o contradictorios. Existe
controversia o contradicción entre las partes; se requiere de un juez y de una
decisión que la dirima. Hay litigio, contienda, controversia o discusión. La
Jurisdicción contenciosa es la jurisdicción propiamente dicha.

De acuerdo, a la materia, la jurisdicción contenciosa puede ser de varias clases:


civil, penal, constitucional (el habeas hábeas, el juicio de amparo y el proceso de
inconstitucionalidad), mercantil, laboral, agraria y de lo contencioso administrativo.
Existe también jurisdicción contencioso militar, a la que están sometidos los
miembros de la Fuerza Armada en el servicio activo de los delitos y faltas
puramente militares que cometan.

Asimismo, hay jurisdicción contenciosa derivada del fuero especial de que están
investidos los altos funcionarios públicos, cuando para ser juzgados por delitos
oficiales y comunes que comentan, la Asamblea Legislativa deba declarar si hay
lugar a formación de causa, Se trata de otro caso en que hay función jurisdiccional
desde el punto de vista material, no desde el punto de vista formal, ya que no
corresponde a este órgano del Estado la administración de justicia.

Lo que caracteriza a la llamada Jurisdicción voluntaria es la no contención de


partes, tampoco aquí existe, pues media la controversia, y al voluntariedad es
respecto de la competencia, no respecto de la jurisdicción propiamente dicho.
COUTURE: "Se dice habitualmente que la jurisdicción voluntaria cumple una
función administrativa y no jurisdiccional. Esta proposición tan importante debe ser
analizada cuidadosamente... Se puede definir el acto administrativo como aquel
que, a petición de parte o ex officio, expide un órgano del poder público para
reglamentar una ley, para promover a su mejor cumplimiento, para aplicarla a un
caso particular o para dirimir una controversia entre partes. Por su contenido
propende al bienestar general, al funcionamiento de los servicios públicos, a la
aplicación de la ley a un caso concreto; por su eficiencia, es siempre susceptible
de revisión en vía jurisdiccional; pero su función es productiva de derecho,
contribuye al desenvolvimiento gradual y jerárquico del orden jurídico... Dentro de
una noción tan amplia, en la que hemos querido abarca lo general y lo particular,
puede admitirse que los procedimientos de jurisdicción voluntaria tienen
naturaleza administrativa... No se dictan, normalmente, de oficio, sino a petición de
un interesado. Procuran la aplicación de la ley a un caso particular, accediendo a
una petición legítima. Propenden a la efectividad de esa misma ley en su gradual
desenvolvimiento jerárquico; y al no pasar en autoridad de cosa juzgada, permiten
siempre su revisión en sede jurisdiccional... Acaso la dificultad de la cuestión
provenga de este cometido coincide en buena parte con el de la jurisdicción. Pero
la ausencia del elemento cosa juzgada, sustancial para calificar el acto
jurisdiccional impide incluir a los actos judiciales no contenciosos entre los actos
de jurisdicción."

¿Un juez civil puede conocer un asunto familiar, en cuanto a competencia?

COMPETENCIA ESPECIALIZADA Y EXCLUSIVA ASIGNADA A LOS JUECES


EN MATERIA FAMILIAR. EL ARTÍCULO 149 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL ES UNA NORMA
ESPECIAL QUE PREVALECE SOBRE LAS REGLAS GENERALES QUE
REGULAN LA COMPETENCIA GENÉRICA DE LOS ÓRGANOS
JURISDICCIONALES DEL DISTRITO FEDERAL. Conforme al texto del precepto
citado, la competencia por razón de materia es prorrogable y en específico en las
materias civil y familiar. Se trata de una norma especial que prevalece sobre las
reglas generales contenidas en los artículos 159 y 737 C del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal; 50 y 52 de la Ley Orgánica del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal que establecen la competencia
especializada y excluyente de los Jueces Civiles y Familiares, y de las normas
especiales que regulan la procedencia de la acción de nulidad de matrimonio a
que se refieren los numerales 235, 236, 239, 242, 246 y 248 del Código Civil para
el Distrito Federal. Las normas citadas establecen los casos en que de modo
exclusivo y excluyente los Jueces Civiles y Familiares deben conocer de las
controversias que se mencionan pero el artículo 149 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal señala los casos en que de modo
excepcional puede prorrogarse la competencia por razón de la materia, sea civil o
familiar, cuando las prestaciones tengan íntima conexión entre sí, o resulte de los
nexos entre las personas que litiguen, sea por razón de parentesco, negocios,
sociedad o similares, o deriven de la misma causa de pedir, y se dispone que el
Juez no puede negarse a conocer del asunto argumentando falta de competencia,
si se trata de estos casos, porque podría dar lugar a la división de la continencia
de la causa o a multiplicidad de litigios con posibles resoluciones contradictorias.
En este último aspecto, la prórroga de competencia a que alude la norma especial
de que se trata procede cuando se actualiza alguno de los supuestos enunciados
y no se condiciona a que efectivamente se divida la continencia de la causa o
haya multiplicidad de juicios con resoluciones contradictorias, sino a que el
juzgador aprecie que puede dar lugar a ello, esto es, que establezca un juicio
concreto sobre la posibilidad de que ello ocurra, lo cual sucede al momento en que
admite la demanda e implícitamente determina la prórroga de la competencia para
decidir la cuestión planteada. En esa medida, el hecho de que la competencia
para conocer de la nulidad de matrimonio, en principio está asignada a los Jueces
de lo Familiar, es susceptible de prórroga a un Juez Civil, cuando las prestaciones
tienen íntima conexión entre sí, y resulte del nexo entre las personas que litigan
por razón de parentesco, y además derivan de la misma causa de pedir. Esta
situación de prórroga a favor del Juez Civil para conocer y resolver la acción de
nulidad de matrimonio no es contradictoria con la acción de nulidad de juicio de
divorcio necesario concluido, ya que es claro que mientras la primera pretende
anular los efectos de la celebración de un segundo matrimonio cuando existe uno
previo sin disolver, la segunda tiene como finalidad anular la eficacia de un juicio
concluido. Por tanto, se trata de acciones que tienen finalidades diversas pero no
contradictorias porque ninguna de ellas incide o anula los efectos y consecuencias
legales que provendrían de cada una, sino que tienden a resolver una situación
contraria a derecho que produjo, en consideración de la enjuiciante, efectos
perjudiciales para su esfera jurídica. Es esa finalidad de una situación contraria a
derecho que constituye la causa de pedir que sostiene la acción ejercida en el
juicio, la que justifica que una persona ejerza todas las acciones que tenga contra
otra respecto de un mismo asunto y que las reglas generales de competencia que
establecen los artículos 50 y 52 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, a favor y de modo exclusivo de los Jueces Civiles y
Familiares, encuentre la excepción referida en el artículo 149 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal. No es óbice a lo anterior que el
artículo 159 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal,
disponga que de las cuestiones sobre estado o capacidad de las personas y en
general de las cuestiones familiares que requieran intervención judicial, sea cual
fuere el interés pecuniario, conocerá el Juez de lo Familiar, y que con ello se
pretenda justificar que el Juez Civil no pueda resolver la acción de nulidad de
matrimonio. Esto es así, porque esa regla contenida en el capítulo segundo
denominado "Reglas para la fijación de la competencia" es general, y no implica
que se deje de aplicar la regla especial regulada en el artículo 149 del mismo
ordenamiento, pues no está a discusión que las cuestiones referidas sean en
principio del conocimiento de un Juez Familiar, sino que cuando exista una
controversia en que se pretenda dirimir un asunto relacionado tanto con la materia
civil como con la familiar, podrá prorrogarse a favor del Juez Civil respectivo
siempre que, como en el caso de que se trata, las prestaciones tengan íntima
relación entre sí, y existe un nexo entre las personas que litigan el juicio, aunado a
que las prestaciones derivan de la misma causa de pedir. Esa cuestión de
prórroga de competencia regulada en la norma en cita, en términos del artículo 11
del Código Civil para el Distrito Federal, constituye una norma de excepción a la
regla general de competencia, y así como sólo puede ser aplicada a los casos
expresamente especificados en la ley, es de estricta y necesaria aplicación en
aquellos en que se actualizan los supuestos previstos en la misma. TERCER
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo
directo 321/2009. Guadalupe Catalina Ochoa García. 13 de agosto de 2009.
Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis
Evaristo Villegas.

¿Qué asuntos puede conocer un juez de primera instancia en materia familiar?

Los juzgados de primera instancia en materia familiar en la Ciudad de México,


están integrados por un juez de lo familiar que atenderá proporcional y
equitativamente las cargas de trabajo con el objeto de lograr la inmediatez
necesaria en el conocimiento de los asuntos a su cargo, por dos secretarios de
acuerdos, un secretario conciliador, dos proyectistas y dos actuarios que requiera
el servicio; y los servidores públicos que la administración de justicia autorice.

Administrar justicia en materia familiar de proceso escrito conforme a la legislación


y demás normatividad aplicable, mediante el conocimiento de los hechos que las
partes le expongan, dictando las resoluciones respectivas.

Funciones

1. Conocer de los juicios y procedimientos de lo familiar, atendiendo a la


formalidad escrita que le atribuye el Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal y demás normatividad aplicable;

2. Resolver sobre la admisión y trámite de las demandas, escritos y demás


promociones que sean presentadas en el Juzgado;
3. Dictar las medidas que sean necesarias para garantizar que los procesos
judiciales se desarrollen con estricto apego a derecho;

4. Dictar los acuerdos y sentencias, en los términos de Ley;

5. Fijar las fechas de audiencia dentro de los términos establecidos en la Ley,


presidir y dirigir las mismas, revisar y, en su caso, aprobar los protocolos para su
celebración;

6. Presidir y dirigir las audiencias previas de conciliación y de Ley para desahogo


de pruebas;

7. Ordenar y vigilar que las diligencias se realicen con estricto apego a derecho;

8. Presidir todas las diligencias de desahogo de pruebas que deban verificarse


fuera del Juzgado, asistido del personal necesario;

9. Ordenar las prácticas de estudios y dictámenes periciales en los asuntos de su


competencia, cuando así se requiera;

10. Confirmar que los emplazamientos, notificaciones y demás diligencias


ordenadas, hayan sido practicadas en la forma y términos de Ley;

11. Promover la solución de los conflictos a través de los medios alternos


establecidos por la Ley y procurar la conciliación o la mediación entre las partes;

12. Rendir los informes previos y justificados que le sean solicitados por la
Autoridad Federal en los juicios de Amparo Indirecto;

13. Establecer y supervisar los mecanismos para la recepción, registro, control,


guarda y custodia de documentos y valores en el Juzgado;

14. Suscribir mancomunadamente con el Secretario de Acuerdos los billetes de


depósito y autorizar su entrega física al beneficiario;

15. Vigilar la actualización permanente de los Libros Oficiales que utilice el


Juzgado;

16. Vigilar que el personal del Juzgado otorgue el trato oportuno y adecuado a
toda persona que acuda al Órgano Jurisdiccional a su cargo;

17. Mantener el buen orden en el Juzgado e imponer las medidas y correcciones


disciplinarias establecidas en la legislación aplicable;

18. Rendir los informes que le soliciten las instancias competentes con motivo de
la gestión integral del Juzgado;
19. Vigilar el uso adecuado de los recursos humanos, materiales y tecnológicos
disponibles;

20. Establecer las medidas que considere pertinentes para que el Juzgado opere
en forma eficiente; y

21. Las demás funciones que le impongan las leyes, códigos, reglamentos y
demás ordenamientos jurídicos y administrativos, así como las que le ordene el
Consejo de la Judicatura del Distrito Federal.

¿Qué medidas de apremio puede emitir el órgano jurisdiccional cuando el


demandado se niega a ser embargado?

Los medios de apremio buscan que no se deje de cumplir con los requerimientos
de los Juzgadores dentro de un Juicio, como puede ser que te requieran para que
tú como autoridad responsable, des cabal cumplimiento al contenido de la
sentencia, con apremio de que si no lo haces en un determinado tiempo, te
aplicarán una medida de apremio en tu contra.

La disposición central que previene los medios de apremio, es el artículo 73 del


Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal (CPCDF), cuyo texto es
el siguiente:

Artículo 73.- Los jueces, para hacer cumplir sus determinaciones, pueden
emplear cualquiera de los siguientes medios de apremio, sin que para ello sea
necesario que el juzgador se ciña al orden que a continuación se señala:

I. La multa hasta por las cantidades a que se refiere el artículo 62, la cual podrá
duplicarse en caso de reincidencia;

II. El auxilio de la fuerza pública y la fractura de cerraduras si fuere necesario;

III. El cateo por orden escrita;

IV. La presentación de los testigos por la fuerza pública.

Si el caso exige mayor sanción, se dará parte al Ministerio Público.

De lo anterior, se desprende que son los Juzgadores quienes pueden y deben


imponer los medios de premio ante conductas que vayan en contra del deber de
hacer o dejar de hacer de las partes o terceros en el juicio.

MEDIOS DE APREMIO. LA RESOLUCIÓN QUE NIEGA HACER USO DE LOS


AUTORIZADOS EN LA LEY APLICABLE PARA VENCER LA RESISTENCIA DEL
DEUDOR A LA PRÁCTICA DEL EMBARGO ORDENADO EN UN JUICIO
EJECUTIVO MERCANTIL, CONSTITUYE UN ACTO DE IMPOSIBLE
REPARACIÓN, IMPUGNABLE EN AMPARO INDIRECTO. De los artículos 1392,
1393 y 1394, primer párrafo, del Código de Comercio, se desprende que el
embargo deriva de una orden judicial emitida como primera providencia, cuando
se promueve ejecución en virtud de un título ejecutivo, con la finalidad de afectar
uno o varios bienes del deudor que no ha cumplido voluntariamente con su
obligación, para evitar que éste los oculte o dilapide y garantizar el pago de la
deuda. En ese orden, resulta que la negativa a hacer uso de los medios de
apremio previstos en la ley aplicable a fin de vencer la resistencia del demandado
a la práctica del embargo ordenado en un juicio ejecutivo mercantil, constituye una
violación procesal de imposible reparación, en contra de la cual procede el amparo
indirecto, ya que afecta de manera directa e inmediata derechos sustantivos del
acreedor al restar efectividad a su facultad para embargar bienes de su deudor,
abriendo para este último la posibilidad de colocarse deliberadamente en estado
de insolvencia o de disminuir su patrimonio; por lo que, la afectación resentida por
el enjuiciante, no será susceptible de repararse en sentencia definitiva, aun
cuando ésta resulte favorable a sus intereses, pues se estaría haciendo nugatorio
su derecho de garantizar el crédito base de la acción ejecutiva, así como la
efectividad de la ejecución de la sentencia que se llegue a dictar.

DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO. Amparo en revisión (improcedencia) 364/2012. Hir Pyme, S.A. de
C.V., S.F. de O.L. 15 de noviembre de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Indalfer Infante Gonzales. Secretaria: Laura Esther Pola Hernández.

¿Qué medidas provisionales puede emitir un juez familiar para el goce de una
pensión alimenticia provisional?

A este respecto el Código Civil dice lo siguiente:

(REFORMADO, G.O. 25 DE MAYO DE 2000)

ARTÍCULO 258.- Desde la presentación de la demanda de nulidad, se dictarán las


medidas provisionales que establece el artículo 282.

(REFORMADO, G.O. 3 DE OCTUBRE DE 2008) ARTICULO 282.- Desde que se


presenta la demanda, la controversia del orden familiar o la solicitud de divorcio y
solo mientras dure el juicio, se dictarán las medidas provisionales pertinentes;
asimismo en los casos de divorcio en que no se llegue a concluir mediante
convenio, las medidas subsistirán hasta en tanto se dicte sentencia interlocutoria
en el incidente que resuelva la situación jurídica de hijos o bienes, según
corresponda y de acuerdo a las disposiciones siguientes:

A. De oficio:

I.- En los casos en que el Juez de lo Familiar lo considere pertinente, de


conformidad con los hechos expuestos y las documentales exhibidas en los
convenios propuestos, tomará las medidas que considere adecuadas para
salvaguardar la integridad y seguridad de los interesados, incluyendo las de
violencia familiar, donde tendrá la más amplia libertad para dictar las medidas que
protejan a las víctimas;

II.- Señalar y asegurar las cantidades que a título de alimentos debe dar el deudor
alimentario al cónyuge acreedor y a los hijos que corresponda;

III.- Las que se estimen convenientes para que los cónyuges no se puedan causar
perjuicios en sus respectivos bienes ni en los de la sociedad conyugal en su caso.
Asimismo, ordenar, cuando existan bienes que puedan pertenecer a ambos
cónyuges, la anotación preventiva de la demanda en el Registro Público de la
Propiedad y de Comercio del Distrito Federal y de aquellos lugares en que se
conozca que tienen bienes;

IV.- Revocar o suspender los mandatos que entre los cónyuges se hubieran
otorgado, con las excepciones que marca el artículo 2596 de este Código;

B. Una vez contestada la solicitud:

I.- El Juez de lo Familiar determinará con audiencia de parte, y teniendo en cuenta


el interés familiar y lo que más convenga a los hijos, cuál de los cónyuges
continuará en el uso de la vivienda familiar y asimismo, previo inventario, los
bienes y enseres que continúen en ésta y los que se ha de llevar el otro cónyuge,
incluyendo los necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio a que esté
dedicado, debiendo informar éste el lugar de su residencia;

II. - Poner a los hijos al cuidado de la persona que de común acuerdo designen los
cónyuges, pudiendo estos compartir la guarda y custodia mediante convenio. En
defecto de ese acuerdo; el Juez de lo Familiar resolverá conforme al Título Décimo
Sexto del Código de Procedimientos Civiles, tomando en cuenta la opinión del
menor de edad. Los menores de doce años deberán quedar al cuidado de la
madre, excepto en los casos de violencia familiar cuando ella sea la generadora o
exista peligro grave para el normal desarrollo de los hijos. No será obstáculo para
la preferencia maternal en la custodia, el hecho de que la madre carezca de
recursos económicos;
III.- El Juez de lo Familiar resolverá teniendo presente el interés superior de los
hijos, quienes serán escuchados, las modalidades del derecho de visita o
convivencia con sus padres;

IV.- Requerirá a ambos cónyuges para que le exhiban, bajo protesta de decir
verdad, un inventario de sus bienes y derechos, así como, de los que se
encuentren bajo el régimen de sociedad conyugal, en su caso, especificando
además el título bajo el cual se adquirieron o poseen, el valor que estime que
tienen, las capitulaciones matrimoniales y un proyecto de partición. Durante el
procedimiento, recabará la información complementaria y comprobación de datos
que en su caso precise; y

V.- Las demás que considere necesarias.

PENSIÓN ALIMENTICIA PROVISIONAL FIJADA EN JUICIOS ORDINARIOS DE


DIVORCIO NECESARIO. ANTE EL INCUMPLIMIENTO DE SU PAGO, EL JUEZ
DEBE EMPLEAR LOS MEDIOS DE ASEGURAMIENTO PREVISTOS EN LA LEY
Y NO IMPONER ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO (LEGISLACIONES
DEL ESTADO DE MÉXICO Y DEL DISTRITO FEDERAL). De los artículos 4.95,
fracción II, y 4.143, del Código Civil del Estado de México, y de los correlativos
282, fracción II, y 317, del Código Civil para el Distrito Federal, se advierte que en
los juicios ordinarios de divorcio necesario, al admitir la demanda, el Juez puede
fijar y asegurar las cantidades que por concepto de alimentos el deudor
alimentario debe dar al cónyuge acreedor y a los hijos, según corresponda; y,
asimismo, para tal efecto establecen los siguientes medios de aseguramiento:
hipoteca, prenda, fianza, depósito de cantidad bastante para cubrirlos o cualquier
otra forma de garantía que sea suficiente a juicio del Juez. En congruencia con lo
anterior, cuando el deudor obligado incumple con el pago de la pensión alimenticia
provisional fijada en un juicio de divorcio necesario, el juzgador debe procurar
emplear los referidos medios de aseguramiento, pues éstos tienen como finalidad,
por un lado, garantizar la eficacia de la determinación judicial conforme a la cual
se fija la mencionada pensión y, por otro, cumplir con el objetivo de la obligación
alimentaria, consistente en cubrir la necesidad perentoria de subsistencia de los
acreedores alimentistas. Sin que obste a lo anterior el hecho de que los artículos
1.124, fracción V, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, y
73, fracción IV, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal,
autoricen al juzgador para imponer el arresto como medida de apremio a fin de
hacer cumplir sus determinaciones, pues debe entenderse que las
determinaciones judiciales a que se refieren estos preceptos legales son de índole
procesal y, por ende, las medidas de apremio sólo pueden aplicarse tratándose
del desacato a un mandato judicial que tenga que ver directamente con la
tramitación del proceso, y no cuando se incumpla una medida cautelar como es el
pago por concepto de pensión alimenticia provisional, cuya finalidad es hacer
efectivo el derecho de los acreedores alimentistas mientras se resuelve en
definitiva el juicio del que deriva. Además, ante la conducta renuente del deudor
alimentario en el pago de la pensión aludida, la imposición de su arresto no es
eficaz para satisfacer la necesidad de subsistencia de los acreedores alimentistas,
quienes no obstante el arresto del deudor contumaz, quedarán en la misma
situación apremiante.

Contradicción de tesis 92/2006-PS. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal


Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Segundo Circuito. 10 de enero de 2007. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: José de Jesús
Gudiño Pelayo. Secretario: Jesús Antonio Sepúlveda Castro. Tesis de
jurisprudencia 25/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha veintiuno de febrero de dos mil siete.
Fuentes consultadas:

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-
86332011000200006

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-
02182004000200006

https://mexico.leyderecho.org/acto-jurisdiccional/

http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/297/297248.pdf

http://cursos.aiu.edu/Derecho%20Procesal%20Civil%20II/PDF/Tema%206.pdf

https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/165/165316.pdf

file:///C:/Users/acer/Downloads/MO_9%20(2).pdf

https://www.buscatdh.bjdh.org.mx/Jurisprudencia%20Mexicana/2002830.pdf

https://www.sedema.cdmx.gob.mx/storage/app/uploads/public/5a6/78a/bb1/5a678
abb19d08047090952.pdf

https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/172/172449.pdf

S-ar putea să vă placă și