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PORTADA
ABANCAY - 2019
DEDICATORIA
PORTADA .......................................................................................................... 1
DEDICATORIA ................................................................................................... 2
TABLA DE CONTENIDO.................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 5
CAPITULO I
ÉTICA Y ÉTICA PROFESIONAL ....................................................................... 6
CAPITULO II
LA ÉTICA EN SITUACIONES DE CRISIS ....................................................... 10
CAPITULO III
LA ABOGACIA CRISIS DE LA ÉTICA DE LA ABOGACIA ............................... 23
CAPITULO IV
LA ABOGACIA EN LA SOCIEDAD SUBDESARROLLADA ............................. 25
4.1 ¿Literatos, juristas y políticos en contra de la abogacía? ....................... 25
CAPITULO V
MANIFESTACIONES Y CAUSAS DE LA CRISIS DE LA ÉTICA DE LA
ABOGACÍA ....................................................................................................... 31
CONCLUSIONES ............................................................................................. 44
RECOMENDACIONES .................................................................................... 45
El presente trabajo tiene como fin llegar a un mayor conocimiento sobre la crisis
de la ética profesional, es por ello que lograremos absolver muchas interrogantes
hacia el ¿Por qué? del problema, teniendo así como gran factor el
desenvolvimiento de los profesionales de la abogacía, durante el transcurso del
tiempo hemos logrado observar como los abogados transgreden los principios
básicos de la abogacía llevando con esto a obtener el desprestigio de nuestra
profesión, constituyendo así violaciones a la ética en el ejercicio de la profesión
de abogado siendo esta la gran razón de la crisis de la ética profesional.
5
CAPITULO I
ÉTICA Y ÉTICA PROFESIONAL
“la ética dicta al hombre lo que debe hacer para que viva como es debido,
con el fin de alcanzar su valor supremo y de realizar aquello para lo cual
existe” (Anonimo, 2007)
6
Las profesiones se han hecho esenciales para el funcionamiento mismo de
nuestra sociedad. Las principales empresas de la sociedad se conducen a
través de profesionales especialmente formados, tanto si se trata de
defender la nación, como si se tratara de educar a los niños, diagnosticar y
curar la enfermedad, juzgar y castigar a aquellos que violan las leyes,
resolver conflictos, gestionar la industria y los negocios, diseñar y construir
edificios, o ayudar a aquellos que por una u otra razón son incapaces de
defenderse a sí mismos. Las principales instituciones, escuelas, hospitales,
organismos gubernamentales, cortes legislativas y ejércitos constituyen el
ruedo para el ejercicio de la actividad profesional. La tarea de los
profesionales es contribuir al bienestar social anteponiendo las necesidades
de sus clientes a las propias y manteniéndose responsables ante las normas
de la competencia y la moralidad, ya que ante todo el profesionista es un
proveedor de servicios.1
1
La ética profesional y tu compromiso ciudadano- Módulo 1 página 07-08.
7
La ética profesional es el conjunto de normas de carácter ético aplicadas en
el desarrollo de una actividad laboral. La ética puede aparecer reflejada en
códigos deontológicos o códigos profesionales a través de una serie de
principios y valores contenidos en postulados en forma de decálogo o
documentos de mayor extensión.
8
qué existimos, hacia donde vamos, qué buscamos, cómo debemos actuar
para cumplir lo mejor posible nuestra misión y alcanzar de la mejor manera
nuestra propia perfección y nuestra propia felicidad?
La Ética tiene una relevancia muy importante cuando las personas ejercen
su profesión, ya que en muchas ocasiones las decisiones que se toman
como profesionales no solo les afectan a ellos como individuos, sino que
pueden llegar a tener un impacto a su comunidad, a su país, o hasta un
impacto internacional. Es por ello que se debe recalcar en los actuales y
futuros profesionales la ética y la reflexión sobre los efectos que podrán
provocar sus decisiones. Sin embargo, no solo se debe poner atención en
los efectos negativos, sino también en el poder que los profesionales tienen
para llevar a cabo acciones con un impacto positivo.
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CAPITULO II
LA ÉTICA EN SITUACIONES DE CRISIS
Resulta indudable que el Perú, al igual que muchos países del mundo entero,
viene atravesando un período de crisis moral con ciertos indicadores que nos
mueven a una honda reflexión y preocupación. Estos indicadores múltiples
y variados, son los siguientes:
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titulada: “El odio y el poder en el Perú”, escrito por la doctora Claudia
Rosas, profesora del Departamento de Humanidades de nuestra
Universidad. Se destaca cómo a lo largo de nuestra historia ha sido una
constante, lo cual como nosotros advertimos, constituye un factor que no
contribuye a nuestra formación integral como persona humana ni al
desarrollo del país, porque es más bien un factor de retraso como
característica del hombre primitivo y que tiene en el fondo una
característica digna de ser estudiada en el campo de la psicología.
Para vencer los odios tenemos que reconocer que no somos un país con
una identidad nacional (Moisés Lemlij: Profesor de Maestría en Estudios
Teóricos en Psicoanálisis de la Universidad Católica).
Este autor afirma que el odio no es solo de los peruanos, sino un sentimiento
básico y fundamental de nuestra especie en contraposición del amor, y que
el odio no viene naturalmente sino que es una respuesta vinculada a la
envidia cuando el hombre considera detestable que haya otros que tienen
cosas que uno no tiene y si no llegamos a superarla se produce una
frustración y con ella el odio y la destrucción del objeto envidiado o de la
persona que lo posee.
11
Hay una crisis de valores que se extiende en todo el mundo. Se necesita
volver a la ética. La ética humanista se alcanza formando conciencia a través
de sólidos principios y criterios morales en un medio donde la ignorancia
sobre los valores es grave, o cuando estos han sido trastocados por otros de
signo material.
¿Acaso innumerables guerras a la que los Estados han llevado a sus pueblos
han tenido justificación? Muchas son las vidas humanas sacrificadas a
cambio de obtener poder económico o político. Antes que a las personas, se
destruye la verdad, por medio de la mentira para justificar las guerras. Hegel
al ocuparse de este tema afirma que “la historia es el intento constante de
justificar muchas cosas injustificables”.
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“El fin justifica los medios” sigue presente en el quehacer de la humanidad.
No importa que con las guerras en muchas ocasiones se instrumentalice a
la persona humana, se la destruya o se la esclavice. No importa que para
fines de lucro o de poder o por venganza se pisotee a las personas. El siglo
XX, ha sido considerado como el más sangriento en la historia de la
humanidad. Fue entronizado como una cultura de muerte, frente a una
cultura de paz que los pueblos claman. La segunda guerra mundial costó la
vida aproximadamente de 60 millones de personas.
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mundo de la ética, no al mundo del derecho. El derecho positivo no crea los
derechos humanos, su labor consiste en reconocerlos y convertirlos en
normas jurídicas, dándoles plena efectividad y garantizándoles
jurídicamente. La ética nos dice cómo debemos actuar. El poder político
podrá acomodar o no su acción política a los postulados éticos.
Este año 2009 demuestra que, pese a las buenas intenciones, la violación
de los derechos humanos no ha cesado, sobre todo en aquellos Estados
denominados “del primer mundo”, donde podría suponerse la existencia de
una cultura de vida y civilización más avanzados.
Se creyó que la caída del muro de Berlín, durante la segunda mitad del siglo
pasado, simbolizaría la victoria del humanismo sobre la instrumentalización
inaceptable de la persona humana. Lamentablemente, poco tiempo
después, hemos descubierto que la corrupción, la violencia, el terrorismo y
el crecimiento del grado de pobreza aún continúan en gran escala.
“Ya hace algo más de 250 años que la Academia de Gijón (1754) lanzó una
pregunta y ofreció un premio para quien lograra responderla de manera
adecuada: ¿Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres? ¿Es
acaso la consecuencia de una ley natural? Rousseau se interesó por la
cuestión y en respuesta escribió una obra sobre el origen de la desigualdad
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entre los hombres. Dijo, que la referida desigualdad social y política no es
natural, no deriva de la voluntad divina, ni tampoco es consecuencia de una
desigualdad natural. Por el contrario, su origen es el resultado de la
propiedad privada, de la apropiación privada de la riqueza del mundo entero
y de los beneficios privados derivados de esa apropiación.
Una cuestión central para las ciencias sociales es tratar de explicar el origen
de la desigualdad social. Se señala también como causa la falta de libertad,
íntimamente conectada con la desigualdad de una inmensa mayoría de
personas en todo el mundo.
En entonces Renán Quispe, Jefe del INEI, indicó que la mayor disminución
de la pobreza se registró en el área rural que pasó de 64.6% en el año 2007
a 59.8% en el año 2008, es decir, 4.8% menos, mientras que en el área
urbana se redujo en 2.2%.
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de Economía y Finanzas, así como la comunidad académica y los centros
de investigación del país.
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solamente “explotados” sino “sobrantes” y desechables. (cfr. Documento
Aparecida N° 65, mayo 2007).
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que hoy día sufren. Hay pues una tarea ética que cumplir y que corresponde
a todos: humanizar el mundo.
19
naturaleza humana. Como dice Lorda en su obra “El arte de vivir” (Lorda
Irraña, Juan Luis, “Moral, el arte de vivir”, Madrid, España, 1994), la moral
consiste en el arte de vivir dignamente como persona humana. Es el arte de
saber usar bien la libertad con que ha sido creado el hombre por Dios. Es un
arte que cada quien necesita aprender para vivir dignamente en la búsqueda
del propio destino, que es alcanzar la felicidad plena. La libertad, sin
embargo, no es un valor absoluto, sino más bien, un medio al servicio del
hombre en el camino de su perfección. Está en función del bien como valor.
La moral no esclaviza, antes bien, hace libres a los hombres, porque enseña
a hacer buen uso de la libertad mediante la adquisición de conocimientos
necesarios y de costumbres y hábitos que permitan vivir dignamente.
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La conciencia es libre mas no infalible, por eso es necesaria una educación
integral porque reduce la posibilidad de errar.
El Padre Mac Gregor, sobre este tema nos ha dejado muy importantes
reflexiones:
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La economía no es solo producción de bienes y servicios convertidos en
ganancia, es uso de las capacidades de la persona humana
dignificándola y haciéndola constructora de un mundo mejor para todos.
Uno de los ideales más difíciles es alcanzar un régimen de producción
de pleno empleo. Juan Pablo II ha llamado al trabajo: “La llave del arco
de la construcción social”.
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CAPITULO III
LA ABOGACIA CRISIS DE LA ÉTICA DE LA ABOGACIA
Se trata de una abogacía que, por presión del derecho, mira ya no solamente
la justicia del caso particular, sino que en ella se encuentra comprometido el
orden social del modo tal, que la solución del conflicto de intereses que
defiende el abogado libre repercute necesariamente en la colectividad.
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3.4 Función del colegio de abogados
Por la propia naturaleza del derecho que utiliza como vehículo para lograr
esa justicia del caso particular, su misión directa no es pues la sociedad; es
más bien el interés del cliente, en cuya defensa pone el fuego de su gloriosa
palabra.
2
La moral son aquellas normas por las que se rige la conducta de un ser humano en su relación
e interacción con la sociedad, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción
del hombre en todas sus manifestaciones. Es una norma de carácter autónoma, incoercible,
unilateral e interna. Son aquellas conductas impuestas por la sociedad como obligatoria, sin
embargo su acatamiento es voluntario y a falta de acatamiento, tiene como consecuencia el
rechazo de la misma sociedad, es una de las fuentes formales del derecho.
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CAPITULO IV
LA ABOGACIA EN LA SOCIEDAD SUBDESARROLLADA
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4.3 Caracteres del derecho en la sociedad en vía de desarrollo
Dentro de estas condiciones sociales y económicas, en la que se encuentra
sumergida una sociedad considerada en vía de desarrollo, “la producción de
la ley responde también a los intereses de los sectores gobernantes y el
derecho emana de las Cámaras Legislativas, no destinado a satisfacer las
necesidades de las grandes masas latinoamericanas” (Neumann, 2011, pág.
13), las cuales son mayoría, sino solamente a satisfacer los intereses de los
sectores en los cuales se reclutaron los cuadros de gobierno, si acaso no es
solo de los grupos o partidos gobernantes.
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el orden de la sociedad es preciso que la ley marche al compás del cambio,
porque de otro modo no tendrá sentido ordenador.
Los sectores en los cuales se reclutan los gobernantes que producen la ley
de acuerdo a sus intereses, estimaran razonable, moral o justo, que haya
divisiones sociales, que necesidades materiales y espirituales con dignidad,
y otros pidan limosna por las calles; en fin, que unos gobiernen siempre y
otros también sean siempre gobernados.
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el más rico tesoro de los pueblos. Son circunstancias absolutamente
generalizadas, estimadas congénitas e irremediables.
En cambio, “el otro sector de la sociedad, el de las grandes masas que están
sueltas de la mano de la ley, mirará como injusta su situación” (URTEAGA,
2010, pág. 7) y pugnara cada vez más por alcanzar la justicia y la dignidad
que le corresponde en las relaciones sociales, y que las leyes vigentes no
les reconocen.
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importancia desempeña la prensa, que tiene la misión de orientar la opinión
pública.
En esta sociedad donde “el egoísmo hace licito cualquier medio para no
perecer; donde la lucha por la existencia enfrenta a los hombre como lobos
al decir de Thomas Hobbes” (URTEAGA, 2010, pág. 23); donde es preciso
afinar la astucia hasta convertirla en habilidad admirable y respetada para
hacerse “una situación”; en esta sociedad que llama triunfador al que sale de
la pobreza de las clases trabajadoras y por fuerza de riqueza y no de cultura
ingresa a la pequeña o gran burguesía, sin importar si escogieron los
caminos reales del trabajo honrado a los atajos del aventurismo y la satrapía;
en esta sociedad donde el cohecho es como institución oficial, donde la crisis
de la moral administrativa exige rigurosa punición por ser tantos los
peculados y constante la corrupción de la administración pública; donde el
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prevaricato de jueces es solamente un pequeño desliz; o donde la severidad
de la justicia está en relación inversa de la riqueza del reo; en esta sociedad
se forma el abogado con su actividad profesional, en defensa del derecho,
contribuye a organizarla y afianzarla.
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CAPITULO V
MANIFESTACIONES Y CAUSAS DE LA CRISIS DE LA ÉTICA DE LA
ABOGACÍA
5.1 Clasificación
Las consideraciones anteriores nos conducen con facilidad a clasificar y
estudiar las causas de descenso ético de la profesión.
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abogacía libre se negase a reconocer que todos aquellos defectos que
señalo su brillante prosa de “Demasiados Abogados”, obedecen
fundamentalmente a la organización de la profesión como menester de
ejercicio privado.
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Más que de la gran oferta de abogacía en nuestros países, esta resulta
de las desiguales condiciones estructurales que hemos mencionado.
No es cierto que en Latinoamérica sobren abogados; lo que si es cierto
es que en muchas urbes latinoamericanas exceden a la demanda
profesional, por ejemplo en Perú; que son muchos los abogados
mediocres, que escogen cualquier camino para subsistir y son
realmente pocos los que enaltecen la profesión, uniendo en armonioso
equilibrio entre versación y probidad.
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la violación de las normas de la deontología forense; creando aquel
modo de ejercicio profesional que acertadamente se ha venido a
denominar “tinterillaje”.
Este concepto del tinterillaje como burla del derecho y la justicia nos
presenta, varias manifestaciones de conducta inmoral:
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El ejercicio de la profesión por el rábula que carece de título
para abogar, resulta comportamiento inmoral únicamente en
cuanto contradice la norma legal que prohíbe ejercer la
profesión ahí donde existen abogados. Entonces la naturaleza
moral e inmoral del ejercicio estará en relación con la presencia
o ausencia de profesionales en el medio de que se trate.
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profesional en las ciudades donde muchas veces los rábulas
sustituyen a los abogados y estos convertidos en ellos, se
limitan a firmar los escritos de los rábulas para no perecer.
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administración de justicia se convierte en enfermedad social
por su duración y resultados.
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verdad judicial no corresponda a la verdad real; vale decir
obteniendo una sentencia, que no corresponda a la justicia.
Se teme el litigio, y se le teme con razón, porque es
realmente una terrible enfermedad de la sociedad
subdesarrollada, que compromete y corrompe a los cuadros
ideológicos que la guían y afectan en la propia vitalidad del
pueblo. Este temor es aprovechado por el tinterillo para
obtener ventaja; entonteces no son pocas las personas que
compran su tranquilidad al precio del chantaje.
B. Deformación del proceso en instrumento de ofensa
El abogado desleal, es decir, el tinterillo profesional suele
asimismo usar el proceso como vehículo de ofensa
difamatoria al amparo de aquella norma que en los pocos
códigos penales dejan sin más sanción que las disciplinarias
los agravios vertidos en juicio. Igualmente, la ofensa se
utiliza como instrumento de extorción y el difamador compra
su silencio a precio caro.
Por cierto en este caso también está comprometida la
responsabilidad del juez. Si el magistrado no es capaz de
reprimir la conducta del abogado desleal y recuperar el
proceso a su verdadero destino como sucede generalmente,
entonces están abiertas las puertas para la extorción y para
la ofensa que satisface los enconos del cliente y la morbosa
mediación del abogado desleal, que jamás sabe de
independencia frente al propio cliente.
C. Deformación del proceso en instrumento de represión
de las ideas:
Otras de las deformaciones frecuentes del proceso, en los
países sub desarrollados, en la que juega el papel primordial
el abogado desleal, es aquella en que el proceso se
transforma en instrumento de represión de las ideas.
Hemos dicho que la sociedad sub desarrollada, promulga un
derecho injusto en sí, porque conculca los derechos ínsitos
al a dignidad humana en defensa de los parciales intereses
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que protege con la política y el derecho general. Pero como
la política y el derecho general no corresponde a las ansias
justicieras de los pueblos, para silenciar el reclamo de las
masas o de los grupos o partidos que repugnan de estos
sistemas de gobierno, se promulga un derecho represivo de
las ideas y se entra al proceso de opinión. Se promulgan
expresamente de “defensa de la democracia”, de la
“seguridad interior” o cuando se aparenta derogarlas, el
proceso ante el fuero privativo militar, sustituye el hecho o
con ventajas en el hecho y con ventajas a las leyes
represivas, por las largas prisiones, la dilación, la
conculcación de los derechos del reo o la defensa y sobre
todo, del principio de la igualdad de las partes en el proceso.
Y aquí juega papel decisivo el abogado desleal que no pocas
veces recurrir a la denuncia calumniosa para atemorizar,
obtener ventaja, patrimonial, o alejar por algún tiempo de la
palestra al contenedor que quedara en las mazmorras de la
tiranía mientras sola hará comprar su astucia.
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decir universidades en general, en Latinoamérica, no le han prestado
la debida atención al problema de la formación ética del estudiante. Y
esta es indudablemente una de las causas importantes del descenso
ético de la abogacía. Así como no se prestó al estudio deontología
forense tampoco se ha estudiado la formación ética del alumno.
Sin embargo, pocas deben de ser las universidades latinoamericanas
en que los estudiantes hayan asumido esa responsabilidad con
responsabilidad de conocimiento y elevado sentido ético. Lo cierto debe
ser tal vez que el llamado cogobierno, es decir la participación
estudiantil en el gobierno universitario ha servido solamente para que
muchos, que se llaman dirigentes, utilicen los cargos como instrumento
de ventaja en las pruebas de examen, en los trabajos o seminarios. Y
es que la dirección estudiantil no siempre ha correspondido a los
estudiantes. Ha sido muchos los alumnos que han ejercitado que
seguramente muy pocos los que podrían calificarse como estudiantes
de la acertada diferencia que formula Alberto Caturelli “estudiante
alumno” en aquel enjundioso ensayo sobre “los miembros vivos de la
universidad”.
Efectivamente el alumno puede inscribirse en el curso, aprobarlo y
quizás aprobar las pruebas del examen profesional, sin haber llegado
jamás ha integrarse en la universidad. En cambio al estudiante que ha
su responsabilidad de trabajo estudiantil une preocupación por el
destino del a universidad, que precisamente, lo hace mucho más
estudioso, es si un elemento integrante de la universidad y debería ser
el dirigente.
5.4.2 La ética del docente
Buena parte de la responsabilidad por el descenso ético del a abogacía
o de la magistratura corresponde la docente jurídico mal podría el
maestro que incumple o burla sus obligaciones exigir del discípulo de
conducta moral irresponsable. Y menos podría exigirle en la vida
profesional versación y probidad, cuando en el claustro de la ciencia
que profeso marcho permanentemente rezagada del carro del a
historia, o se repitieron programas trasnochados y largamente
superados por la ciencia contemporánea y para recibir la mediocridad
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se ha acudió al a demagogia pro estudiantil que concilia con todas las
pretensiones estudiantiles acertadas o equivocadas que van desde las
formulaciones en los órganos de gobierno hasta las llamadas
calificaciones de “concepto”, en las que se prostituye la docencia.
Si obligación académica del docente jurídico es el cultivo permanente
de la ciencia que profesa y la transmisión de sus conocimientos a través
de los métodos pedagógicos más evolucionados compatibles con la
función de la enseñanza; obligación profundamente moral del docente
es la creación de la conciencia de justicia en el espíritu del discípulo
que no ha de comparecerse jamás de la improvisación ni de la
demagogia. Desgraciadamente, todavía en algunos casos la facultad
de derecho peruana y también latinoamericana presenta los defectos
descritos por Buonocore. Pocos son indudablemente los maestros que
dieron a la docencia la magnitud de su trascendencia social y cultural
cumpliendo los deberes de consagración, sin seriedad, actualización
de la ciencia y sobre todo, de las relaciones entre la prédica y el
ejercicio.
Este fenómeno contribuye a delinear el cuadro general de las causas
del descenso ético del ejercicio profesional y también del as
magistratura.
5.4.3 Desvinculación entre la facultad de derecho y el abogado
Finalmente, desde el punto de vista académico, el asunto de las
relaciones entre la academia y la profesión está directamente
entroncado al problema de la enseñanza o quizás más bien el rol
general de la facultad de derecho frente la a ética del abogado.
Lo cierto es que el abogado sale de la facultad sobre todo peruana y se
enfrenta la realidad por sí solo, sin la menor colaboración de la
universidad, y entonces tanto por su formación es predominantemente
teórica como porque jamás recibió lecciones de ética el duro impacto
de la vida lo conduce muchas veces a utilizar medios vedados para
poder subsistir.
En esa etapa imprecisa en que muchas veces suele decidirse el destino
de los hombres, el abogado recién egresado no tiene la ayuda que la
facultad debería darle, tanto desde el punto de vista de las
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necesidades materiales como culturales y morales. Y esa falta de
ayuda contribuye al descenso del nivel ético del abogado.
La universidad no puede controlar la conducta de los egresados. A
estos se suma la inactividad en la acautela de la ética profesional de
los colegios de abogados, resultará que el abogado carece totalmente
de auxilio y consejo. Seguirá buscándolos buenos o malos caminos
simplemente a su albedrio, bajo la presión del a fuerza de la necesidad.
5.4.4 Falta de planificación y promoción diversificada de la abogacía
A la falta de enseñanza del a ética de la abogacía se suma la propia
conducta de la universidad latino americana, en la que todavía no se
ha intentado, que sepamos, la investigación científica de la realidad
social en el campo del requerimiento profesional. Las universidades y
dentro de ellas las facultades y escuelas de derecho o de ciencias
jurídicas, siguen promoviendo cuadros profesionales sin saber si la
sociedad lo necesita o no. Las facultades de derecho siguen
profesionalizando solamente abogados y creemos que en muchos
países del nuestro continente no han ingresado en el verdadero
camino del a función universitaria; vale decir, en la de crear ciencia
nueva por la investigación por la realidad, la falta de investigación
científica, determina entonces que la abogacía se proyecta solamente
en tres direcciones limitadas: la abogacía (la de defensa), la
magistratura, y la docencia jurídica, sin embargo, el requerimiento de
la sociedad en vía del desarrollo espera indudablemente que las
facultades de derecho promuevan cuadros de asesoría, especializados
también en los campos de la planificación, el desarrollo y la integración,
que conmueven en este momento la preocupación científica continental
y que son absolutamente necesario para establecer la ecuación entre
ciencia y política a la que debe aspirar nuestros pueblos gobernados
siempre por el empirismo que sirven bien los intereses de los grupos
gobernantes.
Dentro de una perspectiva tan restringida es pues lógico que la mayoría
de cuadros profesionales que egresan del as facultades tengan que
dedicarse a ejercer la abogacía, y que la congestión de donde se utiliza
42
el derecho no para llegar a la justicia sino como herramienta de
actividad artesanal.
5.4.5 Causas que provienen de las Condiciones del Ejercicio.
En cuanto a las causas que provienen de las condiciones del ejercicio
profesional podremos tratar, más bien, aquellas limitaciones al ejercicio
de la defensa o la conculcación de la garantía de la defensa; frente a
las cuales la falta de entereza moral del abogado, por temor,
conformismo, conciliación con el cliente, etc. viene a resultar también
una forma de inmoralidad.
No es solo una conducta inmoral del abogado desleal que tuerza la
decisión de la justicia armado de ardides y engaños; lo es también lo
del abogado desleal que sin embargo de su lealtad por temor al poder
o conciliación con el temor del cliente no se enfrenta a reconquistar el
derecho a la defensa, que es garantía ínsita a la dignidad humana. El
dejar consumar la injusticia a sabiendas, es también una forma de
inmoralidad. Y es grave, sobre todo en los países en vía de desarrollo,
donde el papel del abogado leal es poderoso instrumento de lucha por
la libertad.
En nombre de la democracia y el orden en nuestros países suele
entronizarse tiranías que destruyen las libertades y pretenden
organizar la sociedad con el desorden, cárceles o destierro. Y cuando
el abogado leal, consciente de su ministerio ordenador y pacificador
lucha por las libertades mutiladas es frecuente que se le cercene el
derecho a la defensa.
Entonces, también suelen producirse defecciones abogadiles. Sin
embargo, la norma moral debería exigir al abogado luchar por el
derecho a la defensa, no solo porque es la esencia de su ministerio,
sino porque es parte del a lucha por la libertad, puesto que jamás habrá
libertad ahí donde no se permite defenderla.
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CONCLUSIONES
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RECOMENDACIONES
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BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS ELECTRÓNICAS
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