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Puede ser definido desde diversos enfoques. La noción más habitual está vinculada
a la biología, que sostiene que la vida es la capacidad de nacer, crecer, reproducirse
y morir. En este sentido, la vida es aquello que distingue a hombres, animales y
plantas, por ejemplo, de los objetos como una roca o una mesa. La vida también es
el estado de actividad de los seres orgánicos y la fuerza interna que permite obrar
a aquel que la posee. Otra forma de interpretar la vida está vinculada a la capacidad
de un ser físico de administrar sus recursos internos para adaptarse a los cambios
que se producen en su medio.
2) Concepto personal de vida.
Guiándome por la parte religiosa, para mí el concepto vida es el regalo más grande
que tuvo DIOS, con la humanidad, para poder reproducirnos, crecer, hacer, tener
racionamiento, sabiduría, y experiencias únicas. Que tenemos que aprovechar al
máximo puesto que esa oportunidad de vivir que nos regalaron solo se da una vez.
3) Desde cuando hay vida para el derecho Colombiano.
Es necesario precisar las condiciones del nacimiento del ser humano, ya que
únicamente los nacidos vivos gozan de personalidad jurídica.
1.- Para el Código Civil, el nacimiento se verifica cuando el ser humano se ha
separado completamente de su madre (Art. 90 C. C.)
a) No interesa distinguir cómo se realiza la separación del ser humano del vientre
materno, pues si es expulsado mediante parto espontáneo, como si lo es por
operación cesárea, o es separado prematura, se considera nacido para efectos de
la personalidad.
2.- El ser humano debe haber vivido una vez realizada la separación completa del
vientre materno, "un momento si quiera" (Art. 90 parágrafo 2). No se requiere que
pueda continuar viviendo.
Se exige pues, que el ser humano haya nacido vivo, ya que los nacidos muertos no
alcanzan a gozar de personalidad jurídica. Nacen muertos en primer lugar, los que
mueren en el vientre materno; en segundo término, los que perecen antes de estar
completamente separados de la madre, y finalmente los que no sobreviven a la
separación "un momento si quiera" (Art. 90 parágrafo 2)
3.- Finalmente, se exige que el nacido con vida sea un ser humano, requisito hasta
cierto punto superfluo, pues por definición estamos tratando del nacimiento de los
seres humanos.
Para Savigny, son seres humanos los que presentan los signos característicos de
la humanidad, apreciables exteriormente, no ha de ser según la frase Romana un
monstrum.
Estos signos característicos de humanidad han sido interpretados en el derecho
Argentino en el sentido de que al nacido no le falten los órganos necesarios de un
ser humano. Así los acéfalos (sin cabeza), los acadianos (sin corazón) etc. no gozan
de personalidad, pues no se les considera seres humanos que puedan tener una
vida extrauterina autónoma.
El Código de Napoleón exige, para otorgar personalidad, que el ser humano nazca
vivo y viable. La viabilidad se refiere a que el nacido pueda continuar viviendo, es
decir, que tenga aptitud para la vida humana.
En todo caso, es suficiente decir que nuestro código no exige ninguno de los dos
requisitos.
Ahora, del vientre de una mujer solo nacen seres humanos; los signos
característicos de humanidad de que habla Savigny, serían un requisito necesario
si el vientre de una mujer pudiera concebir seres con vida distintos de los humanos.
4.2) Articulo 11. La vida es el derecho más importante para los seres humanos. La
vida tiene varios factores; la vida humana en sus formas corporales y psíquicas, la
vida social de las personas por medio de la cual estos realizan obras en común y la
vida de la naturaleza que relaciona a los seres humanos con las demás especies
vivientes.
Entre los derechos del hombre, sin duda el más importante es el derecho a la vida,
pues es la razón de ser de los demás, ya que no tendría sentido garantizar la
propiedad, la religión o la cultura, si el sujeto al que se los concede está muerto.
Integra la categoría de derechos civiles, y de primera generación, y está reconocido
en numerosos tratados internacionales: la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Convención
sobre los Derechos del Niño, el Pacto de San José de Costa Rica, la Convención
para la Sanción del Delito de Genocidio, la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, y la Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes.
Los atentados a la vida constituyen uno de los pecados más graves contra la ley de
Dios. Aborto, eutanasia, guerra, terrorismo, homicidio, drogas, son exponentes de
la pérdida del sentido de la vida.
Vivir con plenitud es desarrollar lo más posible las capacidades humanas,
comenzando por las más nobles. La vida es un don que se debe hacer fructificar
tanto si es larga, como si es corta; es un valor que no se debe despreciar. La
violencia contra la vida constituye uno de los pecados más graves contra la ley de
Dios. Nuestro siglo ha conocido atentados contra la vida a nivel masivo, como en
ninguna otra época pasada. La causa de estas atrocidades hay que encontrarla en
la extensión del ateísmo, del materialismo y del hedonismo. Estas ideas convierten,
a veces, a los hombres en lobos para los otros hombres; e incluso su propia vida
acaba pareciéndoles una carga excesiva y recurren, en número creciente, a las
drogas, suicidio, etcétera.
Aborto.
El aborto provocado o directo es la expulsión intencionada de un feto no viable fuera
del seno materno. Si esta expulsión no es provocada sino involuntaria no será
pecaminosa. El Vaticano II llama a este acto: «crimen abominable» (GS, 51).
Abominable porque la víctima es especialmente indefensa e inocente: el niño aún
no nacido, y a quien, además, se priva de la vida sobrenatural al no bautizarlo.
Eutanasia.
«Es la acción u omisión que, por su naturaleza o en la intención, causa la muerte
con el fin de eliminar cualquier tipo de dolor». (S. C. Doctrina de la Fe, 27-VI-1980).
La eutanasia afectaría a los subnormales, a los enfermos mentales o a los
incurables. Las razones que se aducen en su defensa se apoyan en que se trata de
vidas desdichadas, o que imponen pesadas cargas a la familia o a la sociedad.
Guerra.
El objetivo de todos los hombres debe ser la paz. La paz sólo se puede conseguir
si hay justicia. Una guerra de agresión será siempre injusta, pero cuando uno es
atacado injustamente, puede legítimamente defenderse. Sería, entonces, una
guerra justa. Sólo existirá una guerra justa cuando lo sea su causa y se hayan
agotado todos los demás medios de solucionar pacíficamente el conflicto.
Terrorismo.
Siempre en la historia de la humanidad se ha dado el asesinato político, pero en
este siglo ha crecido enormemente el uso del asesinato como arma política. Se le
llama «terrorismo». Su fin es alterar el orden político e instalar otro nuevo, que dicen
es mejor. El criterio moral del terrorismo se basa en el principio de que el fin justifica
los medios. Además, el modo de realizarse es particularmente odioso, pues mata a
inocentes, destruye bienes importantes para todos y nunca se presenta
abiertamente sino que utiliza el engaño.
El fin no justifica los, medios. Este principio es de moral natural. Seguirlo facilitará
grandemente la convivencia entre los hombres.
Homicidio.
Homicidio es producir injustamente la muerte de una persona.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países donde las mujeres
tienen acceso a servicios seguros, la probabilidad de muerte como consecuencia
de un aborto es de una por cada 100.000 procedimientos.
Aborto en Colombia
Desde el 2006, la Corte Constitucional en Colombia abrió la puerta al IVEs,
permitiendo realizar el procedimiento cuando se incurre en alguna de estas tres
circunstancias:
algunas clínicas católicas del país, encendió el debate sobre los alcances de la
sentencia de la Corte Constitucional que señala que las instituciones no pueden
rehusarse a realizar esta práctica, ya que las personas jurídicas no pueden alegar
objeción de conciencia.
La Clínica de la Presentación de Manizales dijo que no los realizará por ningún
motivo, en tanto que la Clínica de la Universidad Pontificia Bolivariana, de Medellín,
indicó que en su paquete de servicios "jamás figurará la práctica de abortos".