Sunteți pe pagina 1din 8

Caso del hombre de las tres ratas y el caso de Schreber

Jessica Estevez toloza

ID: 671165

Teoría Psicoanalítica NRC 7940

Juan Carlos García Amarillo

Corporación Universitaria Minuto de Dios “Uniminuto”

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales Psicología –

Cuarto semestre

2019
EL HOMBRE DE LAS RATAS

Ernst lanzar “El hombre de las ratas” tiene 29 años de edad, cuando por primera
vez visito a Freud contándole que tenía un amigo al cual él le decía que sentía como
si él hubiese hecho algo malo o fuese un criminal, pero el amigo le decía para
tranquilizarlo que él era bueno, lanzar también empezó a relatar sobre su sexualidad
la cual fue muy activa en su infancia y había disminuido en su adultez, entre sus 3
años y 4 años de edad le dijo a una mujer que se encontraba acostada si lo dejaba
pasar de bajo de las piernas también presento otro episodio a los 6 años recuerda
ver desnuda a una gobernanta y esta le permitió tocarla Padecía erecciones también
Espiaba a una mujer para ver como estrechaba sus nalgas, a los 7 años una joven
también le permitía tocarla y verla quitarse la ropa Escuchó una conversación entre
las muchachas: con el chico puede hacerse, pero es muy torpe, seguramente no
acertaría. Se le vienen Ideas delirantes de que sus padres conocerían sus
pensamientos, el siempre disfrazaba lo que realmente el contexto de su vida.

Ernst estaba prestando como oficial en el ejército el recuerda que un día se sentó
junto a un capitán que le decían cruel el cual conto un castigo que aplicaban los
japoneses a los reclusos el cual era enserar una rata dentro de un balde atizándolo
para que botara candela con el fin de que la rata buscara por donde salir en ese
momento era donde buscaba salirse por el ano del recluso, hace 4 años, tiene temor
de que le suceda a su padre, y a su novia, siente impulsos obsesivos como: cortarse
el cuello con la navaja de afeitar, asco a las prostitutas, sabiendo Freud que su
padre ya estaba muerto, según Freud no estamos adaptados a registrar afectos
intensos sin contenido de representación, por lo tanto cuando falta esta acogemos
como culpable alguna otra representación que convenga (una errónea).
El duelo reciente y todo el proceso anímico que se encuentran en su enfermedad
una expresión teatral, patológica a través de los pensamientos obsesivos y
conductas compulsivas. Freud nos explica que el pensamiento suicida de cortarse
el cuello con la navaja se puede ver por una urgente emoción de despecho hacia
su abuela, un mandamiento irrenunciable, que no se puede realizar, se vuelve
contra sí mismo, por esa concupiscencia de furia, él debe agredirse.

La manera en que lanzar reacciona ante su ira era es auto agrediéndose “la
compulsión protectora la explica Freud como una reacción de arrepentimiento y
penitencia frente a una apuesta hostil sobre la amada, mientras que la compulsión
de contar entre cuarenta y cincuenta por los rayos representa una medida de
defensa contra los temores que significaban peligro la muerte”, Y la compulsión por
comprender seda debido por la existente duda no asumida sobre el amor de su
amada, es una lucha entre amor y odio dirigidos a ella, cuando tenía también el
trasfondo del padre, seguir el camino del padre o ir en contra del padre, sustrajo el
conflicto enfermándose, aislándolo de la realidad objetiva.

La solución de la idea de las ratas la explica porque el padre se había entrado en


oposición con el erotismo del hijo, tempranamente despertando sus ideas obsesivas
infantiles se ven cuando años después de morir el padre, el hijo experimenta el
placer del coito por vez primera exclamando. El recuerda, una escena donde su
padre lo había reprimido y él lo había desafiado e insultado. Ante la magnitud de
esa ira, desde entonces se volvió cobarde, y sentía gran angustia ante situaciones
de violencia.
lanzar asociaba a las ratas a gusanos, a penes y a hijos la relaciones que el hacían
era algo así: La relación rata=pene lleva a que el castigo era una representación del
coito anal, la relación rata=hijo lleva a pensar que la rata era una representación de
sí mismo pues él, como las ratas, había mordido a alguien y era perseguido y
castigado por ello. Le dio la sensación de cuando el capitán contó el castigo, que
este era su padre que lo amenazaba con el mismo. También hay una relación con
la dama con quien iría a casarse y con quien no podía tener hijos pues había sido
operada de los ovarios.

Freud interpreta este caso de la siguiente manera: prescribe la regla de hablar de


cualquier cosa, bajo esta regla se llevó a cabo el tratamiento. Freud enumera
algunos de los componentes de la neurosis:
1. una pulsión erótica y una sublevación contra ella
2. un deseo, aún no obsesivo, y un temor, ya obsesivo, que lo contraría
3. un afecto penoso y acciones defensivas contra él.
4. Idea delirante sobre la adivinación de su pensamiento lanzar se encontraba bajo
el imperio de un componente sexual pulsional, el placer de ver es el resultado del
placer incrementándose.

Para Freud cuando lanzar era niño podía permitirse ver y tocar a las muchachas
porque el Yo aún no lo reconocía como ajeno, todavía no existía aún el carácter
obsesivo, no se encontraba en conflicto. sin embargo, desde alguna parte estaba
moviéndose una contradicción a este deseo, expresado como el afecto penoso.
Desarrolló medidas protectoras, una de ellas es la idea delirante de que sus padres
adivinarían sus pensamientos, esto es una percepción endopsiquica, no sabe que
lo sabe, pero lo ha escuchado internamente.
Llego a la conclusión de este caso el cual me ha ayudo a entender la formación de
la neurosis obsesiva y junto a las lecturas complementarias cada vez es más claro
conceptualizar el paso clínico que Freud dio para ejercer la asociación libre y el
método de interpretación, también que como en los sueños también se dan las
obsesiones como si se tratase de un sueño, la enseñanza más fuerte que adquirí,
es llagar a tener la capacidad de obtener un pensamiento obsesivo debe
interpretarse más allá de la lógica del paciente ya que el pensar distorsionado del
que la padece incurre en un malentendido y por ello racionaliza lo que es su propia
figuración de los conflictos, por ello se mudan en compulsión.
Caso Schreber

Schreber nació en 1842 en una familia burguesa protestante, Su padre, un médico y educador
ilustre, introdujo en Alemania la gimnasia médica y fue el promotor del movimiento para la venta
de lotes con jardines para los obreros. El hermano mayor de Daniel Paul Schreber, aquejado
de una psicosis evolutiva, se había suicidado de un disparo a los 38 años. Su hermana menor,
Sidonie, murió enferma mental. El propio Schreber es un intelectual de primer orden: doctor en
Derecho y presidente del Tribunal de apelaciones de Sajonia, es, evidentemente, un hombre
fuera de lo común por su gran cultura, su viva curiosidad y sus capacidades de observación y
de análisis poco corrientes.

A sus 42 años de edad por primera vez se le interna en un hospital a raíz de una crisis que lo
molesta y duro varios meses, en el cual se le diagnostica como hipocondría grave una vez
recuperado, Schreber obtiene un inmenso reconocimiento por el profesor Flechsig que lo ha
curado. Después de esta primera hospitalización, Schreber, quien ya estaba casado desde
mucho tiempo antes, vive ocho años junto a su esposa, años que dicen fueron “muy felices”, su
única decepción fue no haber tenido hijos.

En 1893 es nombramiento como presidente del Tribunal de Apelaciones (a la edad de 51 años).


Incluso antes de asumir el cargo, Schreber se sueña en varias ocasiones que cae nuevamente
enfermo.

Algunos meses después de su nombramiento, como a finales de octubre de 1893 se le declara


una segunda enfermedad, con los siguientes síntomas: Insomnios cada vez más graves.
Sensaciones de reblandecimiento cerebral. Ideas de persecución y de muerte inminente,
Hiperestesia Extrema sensibilidad al ruido y a la luz. Alucinaciones visuales y auditivas. “Se
imaginaba a sí mismo muerto y descompuesto, atacado por la peste y la lepra, sentía que su
cuerpo era sometido a repugnantes manipulaciones y debía soportar los tratamientos más
espantosos”.
Estas manifestaciones lo hunden en alucinaciones llega a desear la muerte y, en varias
circunstancias, intenta suicidarse al pasar el tiempo, se convierten en ideas delirantes toman un
en foque místico: relaciones directas con Dios y apariciones milagrosas, también insultaba a las
personas por las que se creía perseguido y atacado, en especial su médico anterior Flechsig, a
quien llamaba asesino de almas.

el sistema delirante del paciente remata en estar él llamado a redimir el mundo y devolverle su
perdida bienaventuranza, tiene que mudar de hombre a Mujer para poder redimir al mundo, (no
es que él dese hacerlo, es que tiene que ser, por orden Divina) mientras sea hombre, será
inmortal, Tiene comunicación directa de Dios, y solo él como escogido puede entenderlo él tiene
el secreto Divino y por lo tanto es el más maravilloso de los hombres que haya existido nunca.
Se necesita la Emasculación para que, por medio de Rayos divinos se pueda fecundar y
procrear una nueva raza de hombres divinos aun cuando todos lo atacan y se burlan, él sabe
que para que la humanidad se salve, tiene que darse esta transformación. Eso piensa Schreber
con su revelación divina.

Freud interpreta este caso señalando que, mediante el proceso de la proyección, Schreber ha
sentido como exteriores a él las percepciones internas reprimidas y deformadas. Es decir, lo
que es amor se transforma en odio, y la persona amada en perseguidor, En el delirio de
Schreber, las expresiones de Flechsig manifiestan el deseo homosexual sentido por el enfermo
hacia su padre y reactivado por el reencuentro con el médico que lo había curado muy
culpabilizado por dicha homosexualidad, intenta negarla proyectándola sobre otro y
devolviéndola en su contrario. A este delirio de persecución se suman los otros tres delirios
característicos de la paranoia, que traducen otras formas de negación del deseo reprimido: el
delirio erótico, el delirio de celos y el delirio de grandeza o megalomanía. Después de Freud, el
caso Schreber ha sido estudiado por numerosos psicoanalistas. Ha servido de argumento a la
teoría según la cual las alucinaciones pueden constituir un mecanismo de defensa como
fenómeno de descarga hacia lo que ellos creen que les hace daño.
Mi aprendizaje según Schreber era como el mismo lo decía, quien precisamente pudo encontrar
en su delirio una manera de no concluir nunca: «. . . un hombre que, como yo, puede, en cierto
sentido, decir que la Eternidad es tributaria de él, puede permitirse dejar pasar cualquier
insensatez, con la convicción segura que tiene de que llegará el momento en que, a pesar de
todo, esa insensatez pasará cuando de sí mismas renazcan circunstancias conformes a la
razón.»

S-ar putea să vă placă și