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En el primer párrafo de la carta de renuncia del profesor dice lo siguiente “Un párrafo sin
errores. No se trataba de resolver un acertijo, de componer una pieza que pudiera pasar por
literaria o de encontrar razones para defender un argumento resbaloso. No. Se trataba de
condensar un texto de mayor extensión, es decir, un resumen, un resumen de un párrafo, en el
que cada frase dijera algo significativo sobre el texto original, en el que se atendieran los más
básicos mandatos del lenguaje escrito -ortografía, sintaxis- y se cuidaran las mínimas normas:
claridad, economía, pertinencia.” (párrafo 1) según esto, el profesor quiere mostrar que un
resumen podría ser “lo más básico” en la literatura, pero ¿el hecho de que sea un resumen
hace que inmediatamente el trabajo sea fácil para todos los estudiantes?
Hay muchos adultos que incluso en sus cuarenta años aún tienen errores de ortografía, sin
importar que hayan tenido una buena educación, ya que no todos podemos ser expertos en
ortografía, ¿cómo podría asumir este maestro que esos jóvenes, algunos recién salidos del
colegio tengan una ortografía brillante? Y aunque el señor Jiménez haya dicho que algunos de
sus alumnos hicieron su mejor esfuerzo sin tener tanto éxito, este comentario sigue siendo fuera
de lugar y hasta un poco insultante para los estudiantes que, sin importar su esfuerzo, aún son
malos en ortografía incluso después de probablemente haber tomado varias clases en sus años
escolares.
El señor Jiménez en un punto llega a decir que la culpa es del internet y la tecnología (al igual
que muchos padres de hoy en día), pero la verdad es que el internet no ha bloqueado nuestro
conocimiento y comunicación, al contrario, lo ha expandido mas allá de los limites imaginables,
tal como lo ha indicado Martha P Castellanos S. en su working paper número 02 “se ha
justificado ante la idea de que las TIC acompañadas por la formación profesional docente, son
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“Por supuesto que he considerado mis dubitaciones, mis debilidades. No me he sintonizado con
los tiempos que corren. Mis clases no tienen presentaciones de Power Point ni películas; a lo
más, vemos una o dos en todo el semestre. Quizá, ya no es una manera válida saber qué es
una crónica leyendo crónicas, y debo más bien proyectarles una presentación con frases en
mayúsculas que indiquen qué es una crónica y en cuántas partes se divide” dijo el profesor
Camilo Jiménez, la última parte de este párrafo dice de una manera que los jóvenes de ahora
prefieren la mediocridad de un Power Point a hacer un trabajo completo y bien explorado
haciendo investigaciones, análisis, etc., lo cual bien podría ser el caso de varios jóvenes, pero
es muy poco probable que en la clase del profesor Jiménez no haya un solo joven el cual no
esté interesado en hacer una investigación a fondo y detallada, e incluso sabiendo que él dijo
que no quería generalizar, en su propio texto el mismo sigue generalizando a la clase completa,
sin decir ni una vez que mínimo alguno de ellos no es como el describe a sus alumnos.
“En esos tiempos lo importante, creo, era discutir, especular, quedar picados para buscar
después el dato inútil. Interesaba eso: buscar. Estoy por pensar que la curiosidad se esfumó de
estos veinteañeros alumnos míos desde el momento en que todo lo comenzó a contestar ya,
ahora mismo, el doctor Google.” Dijo el profesor Jiménez al hablar de su juventud y como en su
época los jóvenes eran más cultos y curiosos, pero la verdad es que gracias a Google (la
página web que critica en este párrafo) varios jóvenes han sido capaces de expandir su
conocimiento tanto intelectual como gramático, a que en el pasado, si tenías una pregunta y ni
tus conocidos ni los libros podían darte una respuesta válida, tenías que quedarte con la duda y
dejar esa pregunta sin responder, pero hoy en día, gracias a las herramientas tecnológicas,
puedes responder esas preguntas sin respuesta y muchas más.
En conclusión, yo como estudiante quisiera tener más profesores que nos incentiven a tener
más curiosidad y ser más intuitivos, en lugar de juzgarnos sólo porque algunos de nosotros
pasamos muchas horas en las redes, profesores que no se rindan tan fácil y que no solo
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piensen que nuestra generación no tiene futuro, esos son los mentores que esta generación
necesita y merece. Aunque el profesor Jiménez tenga un punto, el cual es que nuestra
generación es más minimalista y a veces hasta sosa, eso no quiere decir que todos los adultos
que quieran cambiar eso deberían rendirse solo porque no hacemos una cosa bien.
Sí, los tiempos han cambiado y los jóvenes no son como antes, pero si los adultos se esfuerzan
en mejorar esta generación y los jóvenes nos esforzamos en cooperar, tal vez algún día
podremos inculcar a nuestros futuros hijos con el conocimiento que los adultos de estos días
nos pueden dar si se esfuerzan un poco más en ello.
Bibliografía