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Caída de la Ley 1943 de 2018: lo que sucedería a partir

de 2020 si el Congreso no la revive

 Publicado: 22 octubre, 2019

De acuerdo con la Sentencia C-481 de octubre 16 de 2019, si el


Congreso no produce una nueva ley antes de diciembre 31 de
2019, que reemplace a la Ley 1943 de 2018, en el 2020 revivirá
la misma tributación que existía al cierre de 2018,
complementada con los cambios de la Ley 1955 de mayo de
2019.
El 16 de octubre de 2019, a través de su Sentencia C-481, la Corte
Constitucional decidió declarar inexequible en su totalidad, por vicios en
el trámite en su aprobación, el texto de la Ley 1943 de diciembre 28 de
2018, también conocida como “Ley de financiamiento”. Sin embargo, la
Corte dispuso diferir los efectos de dicha inexequibilidad de la siguiente
manera:

“Tercero. disponer que (i) la declaratoria de inexequibilidad prevista en el


resolutivo segundo surtirá efectos a partir del primero (1°) de enero de
dos mil veinte (2020), a fin de que el Congreso, dentro de la potestad de
configuración que le es propia, expida el régimen que ratifique, derogue,
modifique o subrogue los contenidos de la Ley 1943 de 2018; (ii) los
efectos del presente fallo solo se producirán hacia el futuro y, en
consecuencia, en ningún caso afectarán las situaciones jurídicas
consolidadas de forma anterior a su notificación.

Cuarto. En caso de que para el treinta y uno (31) de diciembre de dos mil
diecinueve (2019) no se hubiere promulgado y publicado una nueva
ley, DISPONER la reviviscencia de manera simultánea de las normas
derogadas o modificadas por la Ley 1943 de 2018, con el fin de que las
normas reincorporadas rijan para el período fiscal que inicia el primero
(1°) de enero de dos mil veinte (2020) y de allí en adelante.”

(El subrayado es nuestro)


“si el Congreso no logra darle trámite a esa nueva ley,
entonces a partir de 2020 los contribuyentes tendrían que
enfrentarse a la misma tributación que existía al cierre de
2018”
Al respecto, y aunque el presidente Iván Duque y el ministro de hacienda,
Alberto Carrasquilla, ya anunciaron que sí volverán a presentar al
Congreso, en lo que resta del 2019, un proyecto de ley con el mismo
texto que contenía la Ley 1943 de 2018, es importante tener presente
que si el Congreso no logra darle trámite a esa nueva ley, entonces a
partir de 2020 los contribuyentes tendrían que enfrentarse a la misma
tributación que existía al cierre de 2018 (pues la Corte Constitucional
dispuso que revivirían las mismas normas que habían sido modificadas o
derogadas con la Ley 1943 de 2018, y obviamente dejarían de existir las
nuevas normas que habían sido creadas con dicha ley).

Además, la tributación que existía al cierre del 2018, y que volvería a


revivir a partir del 2020, se complementaría con los cambios en materia
de renta y del IVA que también fueron introducidos con la Ley 1955 de
mayo 25 de 2019 (Plan Nacional de Desarrollo por los años 2018 a
2022).

Teniendo claro lo anterior, estos serían los puntos más importantes


de los cambios en tributación que se generarían a partir de 2020 si
los congresistas no aprueban una nueva ley antes de diciembre 31
de 2019:

a. Desaparecería el régimen simple, el cual solo tendría efectos por el


año gravable 2019, y volvería a revivir el régimen del monotributo que
había existido entre los años gravables 2017 y 2018 (este último era solo
para personas naturales, residentes o no residentes, que tuvieran
actividades de comercio o peluquería dentro de Colombia y cuyos
ingresos brutos no excedieran las 3.500 UVT). En consecuencia, las
sociedades que se habían inscrito al régimen simple durante el 2019
tendrían que volver forzosamente al régimen ordinario.

Por su parte, a las personas naturales residentes que se habían inscrito


en el régimen simple, les tocaría escoger entre regresar al régimen
ordinario o, en su defecto, optar por el régimen del monotributo. Además,
si se ven forzadas a regresar al régimen ordinario, el saldo a favor que se
les pueda formar en la declaración del régimen simple del año gravable
2019 solo lo podrán pedir en devolución o compensación, pero no lo
podrán imputar a las nuevas declaraciones de renta del régimen
ordinario (ver el artículo 1.6.1.21.28 del DUT 1625 de 2016, agregado
con el artículo 21 del Decreto 1468 de agosto de 2019). Así mismo, si se
ven obligados a regresar al régimen ordinario y al mismo tiempo son
responsables del IVA, en ese caso tendrían que volver a presentar su
declaración de IVA con periodicidades bimestrales o cuatrimestrales,
pues dejarían de hacerlo con la periodicidad anual que se les establecía
mientras pertenecieron al SIMPLE.

En todo caso, es importante destacar que el diseño que la Ley 1943 de


2018 le había dado al régimen simple era muy perjudicial para el
Estado, pues permitía que muchas sociedades y personas naturales con
altos ingresos disminuyeran notoriamente su tributación, e incluso
permitía que las personas naturales con altos patrimonios se libraran de
ser responsables del impuesto al patrimonio por los años 2019 a 2021, el
cual también había sido creado por la misma ley. Además, cuando las
sociedades se trasladaban al régimen simple, también se les daba la
exoneración de aportes de nómina del artículo 114-1 del Estatuto
Tributario –ET–, pero al final del año, de lo que liquidaran en su
declaración anual del SIMPLE no se podía trasladar ningún valor al
Sena, ICBF, EPS y universidades públicas en los términos del artículo
243 del ET (pues dicho artículo solo se puede aplicar para la tributación
de las personas jurídicas que permanezcan en el régimen ordinario), lo
cual afectaba los presupuestos de tales entidades. Así mismo, si las
sociedades se trasladaban al régimen simple, lo que sucedía era que al
final del año su utilidad contable después de impuestos terminaba
pasando como gravada a sus socios o accionistas, pues en el régimen
simple no se podía aplicar una parte del artículo 49 del ET.

b. Dejaría de cobrarse el impuesto al patrimonio que se iba a causar


durante el 2020 y 2021 (ver los artículos 35 a 41 de la Ley 1943 de
2018). El impuesto de tales años solo debía ser pagado por las mismas
personas naturales (residentes o no residentes), y algunas sociedades
extranjeras, que lo tuvieron que pagar en el 2019 (aquellas que se
quedaron en el régimen ordinario, y que al 1 de enero de 2019 tuvieron
patrimonios líquidos denunciables al Gobierno colombiano por valores
iguales o superiores a $5.000.000.000).

c. En materia de facturación electrónica, ya no tendrían aplicación


los cambios que la Ley 1943 de 2018 le había introducido al artículo
616-1 del ET, al cual se le había agregado un nuevo parágrafo 4 y se le
modificó su parágrafo transitorio 1 para disponer que los tiquetes de
máquina registradora no servirían para el soporte de costos y gastos, y
que a partir del 2020 se empezaría con el rechazo de una parte de
dichos pagos que no estuvieran soportados en la facturación electrónica.

“Volvería a revivir la norma del artículo 264 de la Ley 223 de


1995, el cual permite que los contribuyentes se puedan
amparar en doctrinas de la Dian cuando estén discutiendo
sus procesos tributarios”
d. Volvería a revivir la norma del artículo 264 de la Ley 223 de 1995, el
cual permite que los contribuyentes se puedan amparar en doctrinas de
la Dian cuando estén discutiendo sus procesos tributarios en las vías
gubernativas.

e. La Dian y la UGPP ya no podrían usar los correos electrónicos de


los contribuyentes como el mecanismo preferente para notificar sus
actos administrativos (ver los artículos 563, 565 y 566-1 del ET,
modificados con los artículos 91 al 93 de la Ley 1943 de 2018).

f. El beneficio de auditoría que se había creado con el artículo 105 de la


Ley 1943 de 2018, el cual aplicaba para la mayoría de las declaraciones
de contribuyentes del régimen ordinario o del especial, solo alcanzaría a
aplicarse en las declaraciones del año gravable 2019, pero ya no
aplicaría para las declaraciones del año gravable 2020.

g. Se dejaría de aplicar la nueva versión del mecanismo de obras


por impuestos contenido en el artículo 800-1 del ET (creado con
el artículo 71 de la Ley 1943 de 2018 y que aún no ha sido
reglamentado) y reviviría la versión anterior de ese mismo mecanismo,
contemplado en el artículo 238 de la Ley 1819 de 2016 y los decretos
1915 de noviembre de 2017 y 2469 de diciembre de 2018. El que se
había creado con la Ley 1819 de 2016 solo lo podían aplicar las
personas jurídicas, mientras que aquel que se creó con la Ley 1943
de 2018 lo podían usar tanto las personas naturales como las
personas jurídicas. En todo caso, el mecanismo de obras por
impuestos, creado con la Ley 1819 de 2016, se prestaba para que las
personas jurídicas que se acogían al mismo pudieran formar grandes
saldos a favor que la Dian tenía que devolver sin que la obra hubiese
culminado.
h. La retención en la fuente sobre rentas de trabajo se volvería a
practicar con la tabla del artículo 383 del ET que existía hasta el cierre
de 2018 (con solo cuatro rangos de tributación), y no con la nueva tabla
que empezó a figurar en dicho artículo después de ser modificado con
el artículo 34 de la Ley 1943 de 2018 (con un total de siete rangos de
tributación). La tabla que existía hasta el cierre de 2018 solo
generaba retención para pagos gravables que superaran las 95 UVT,
mientras que la nueva tabla que había introducido la Ley 1943 de
2018 generaba retención para pagos gravables que superaran las 87
UVT. Además, la tributación de quienes recibían pagos gravables que
superaran el primer rango de la tabla del artículo 383 también había sido
aumentada notoriamente con la Ley de financiamiento, pues la misma
también modificó la tabla del artículo 241 del ET con la cual se
calcularía al final del año el impuesto de renta para la nueva cédula
general de las personas naturales residentes.

i. Se eliminaría el nuevo impuesto nacional al consumo del artículo 512-


22 del ET, el cual había sido creado con el artículo 21 de la Ley 1943 de
2018 y reglamentado tardíamente con el Decreto 961 de junio de
2019. Ese tributo implicaba que si se vendían bienes raíces nuevos
o usados con valor superior a 26.800 UVT (unos $918.436.000 para
2019), entonces el notario le cobraría al comprador un valor
equivalente al 2 %. En su reemplazo volvería revivir el IVA del 5 % (con
derecho al IVA descontable que permitía formar incluso saldos a favor),
el cual se encontraba mencionado hasta el cierre del 2018 en el artículo
468-1 del ET, y que solo se cobraba cuando el bien raíz que se
vendía era nuevo, superaba los 26.800 UVT y estaba destinado para
vivienda.

j. Se volvería a establecer que todas las cirugías estéticas (y no solo


las que tienen fines reconstructivas) estarían excluidas del IVA.
Actualmente, las cirugías estéticas con simples fines de belleza, luego de
los cambios que el artículo 10 de la Ley 1943 de 2018 le efectuó
al artículo 476 del ET, se encuentran gravadas con el IVA del 19 %.

k. Se volvería revivir la prohibición del artículo 491 del ET, según el


cual el IVA de los activos fijos (diferentes a los mencionados en
el artículo 485-2 del ET) no se puede tomar como un IVA descontable
en las declaraciones del impuesto en cuestión.

l. Se eliminaría la norma del artículo 258-1 del ET (creado con el artículo


83 de la Ley 1943 de 2018), el cual indica que los responsables del IVA
pueden tomar dicho impuesto de sus activos fijos productores de
renta como un descuento tributario en el impuesto de renta. En su
lugar, reviviría la norma del artículo 115-2 del ET, el cual indicaba que
dicho IVA solo se puede tomar como un gasto en la declaración de renta
(tanto de los responsables del IVA como de los no responsables del
mismo).

m. En relación con las tarifas del impuesto de renta de las personas


jurídicas del régimen ordinario, lo que sucedería es que ya no aplicaría
la reducción que se iba a empezar a aplicar a partir del año gravable
2020 (32 % en 2020, 31% en el 2021 y 30 % en el 2022). Además, a las
entidades financieras con utilidades gravables superiores a 120.000
UVT no les aplicarían las tarifas elevadas del 35 % para 2020 y 34 %
para 2021. Así mismo, a las que se dediquen a construir nuevos hoteles
entre 2019 a 2022 en municipios con menos de 200.000 habitantes ya no
les darán la tarifa especial del 9 % durante sus primeros 10 años de
operación. Todas las personas jurídicas (con excepción de algunos
casos especiales como el de las empresas editoriales) tendrían la
misma tarifa general del 33 %.

n. Dejarían de aplicarse las nuevas rentas exentas para las


sociedades que exploten las actividades económicas de la
economía naranja (ver el artículo 235-2 del ET, modificado con el
artículo 79 de la Ley 1943 de 2018 y reglamentado con el Decreto 1669
de septiembre de 2019). Tales rentas exentas solo alcanzarían a
aplicarse por el presente año gravable 2019. En todo caso, y tal como
ya lo hemos destacado en anteriores editoriales, el beneficio solo aplica
para las sociedades que exploten dichas actividades económicas pero al
final del año, cuando repartan su utilidad contable entre sus socios o
accionistas; la misma pasaría como totalmente gravable en cabeza de
los mismos (lo cual deja ver que no existe un verdadero beneficio).

“En el caso de la tributación del impuesto de renta de las


personas naturales residentes, las mismas volverían a
enfrentarse a la tributación con cinco cédulas”
o. En el caso de la tributación del impuesto de renta de las personas
naturales residentes, las mismas volverían a enfrentarse a la tributación
con cinco cédulas, pues la tributación con solo tres cédulas (que aún
no ha sido debidamente reglamentada) únicamente tendría aplicación
durante el año gravable 2019. Además, para la tributación con cinco
cédulas se volverían a usar las tres tablas especiales que hasta el cierre
del 2018 existían en los artículos 241 y 242 del ET.

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