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Las Reglas Del Método Sociológico- Durkheim

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN En el primer prólogo se ahonda en la diferenciación entre las


distintas perspectivas de la sociedad que desarrollan la práctica científica y el sentido común. El método
entonces, es el criterio que permite dicernir entre ambas.
Durkheim aclara que la observación científica (basada en investigaciones metódicas) que se hace de la
sociedad, puede tener por consecuencia representaciones que desconcierten y hasta contradigan el
sentido común. Está arraigada la costumbre de concebir a los hechos sociales de una manera poco
metódica. Por lo tanto las representaciones que habitualmente nos hacemos responden al sentido común,
prejuicios y primeras a inmediatas impresiones.

Sin embargo, de existir una ciencia de las sociedades, es consecuente con tal principio que se los trate de
una manera metódica. Es preciso tener en cuenta que la ciencia de las sociedades " no consiste en una
simple paráfrasis de los prejuicios tradicionales, sino que nos hace ver las cosas de forma distinta de como
las ve el vulgo, porque el objeto de toda ciencia es hace descubrimientos, y todo descubrimiento
desconcierta, más o menos, a las opiniones ya emitidas"

De todos modos esta regla es difícil de llevar a cabo. Desde el momento en que todo investigador es un
hombre que nació y se desarrolló en una sociedad dada, se vio sometido a las visiones elaboradas por el
sentido común de ciertos fenómenos sociales. Además esta imposición pasa desapercibida con lo cual se
hace incluso más difícil una corrección metódica de la mirada sobre los fenómenos sociales.

Ahora bien, nuestro método no es en parte más que una aplicación de este principio a los hechos sociales.
De la misma manera que los espiritualistas separan el reino psicológico del biológico, nosotros separamos
el primero del reino social; lo mismo que ellos, nos negamos a explicar lo más complejo por lo más
simple". Seguidamente, reclama para su método el mote de "racionalista" ya que extiende el racionalismo
científico a la conducta humana. Analizandola en el pasado, la reduce a relaciones de causa - efecto, las
cuales, mediante una operación racional, pueden devenir en una serie de reglas para el porvenir.

CAPITULO I: El método de Durkheim se construye para estudiar los hechos sociales. Por lo tanto es del
todo procedente que destine el primer capítulo a la definición de los que él denomina hecho social. A su
vez es fundamental ya que constituye el objeto de estudio específico de la sociología que le permite ser
una ciencia autónoma.

¿Que es un hecho social? "Es hecho social toda manera de obrar, pensar o sentir, fija o no, susceptible
de ejercer sobre el individuo una coacción exterior.” Esta definición establece dos criterios de distinción
para detectar un hecho social a partir de una definición a priori: Criterio de Coerción y criterio de
Generalidad

Por definición, coacción debe ser exterior. La exterioridad es una propiedad distintiva del hecho social.
"Cuando yo cumplo mis funciones de padre, esposo, o ciudadano, ejecuto los compromisos que he
contraído lleno de deberes que son definidos, fuera de mí y de mis actos, en el derecho y en las
costumbres. Aun cuando están de acuerdo con mis propios sentimientos y sienta interiormente su realidad,
ésta no deja de ser objetiva; porque no soy yo quien los ha hecho, sino que los he recibido por medio de la
educación” Del mismo ocurre con el sistema de signos que se utiliza o la religión, si existían antes que el
individuo es porque existían fuera de él.

El hecho social ejerce una coacción sobre el individuo. "Sin duda, cuando yo estoy completamente de
acuerdo con ellos, esta coacción no se hace sentir o lo hace levemente y por ello es inútil. Pero no deja de
ser un carácter intrínseco de estos hechos, y la prueba es que ella se afirma desde el momento en que
intento resistir". Ya sea que se manifieste como pena legal o condena moral, entre ambas no existe sino
una diferencia de grado y de consolidación. Incluso si se logra evitar la pena o la condena, el esfuerzo que
requiere hacerlo es prueba suficiente de su existencia.

En virtud de lo anterior, "no estando el individuo como su base, no pueden tener otro sustrato que la
sociedad". Es por eso que este nuevo orden de fenómenos son los únicos que pueden recibir la
calificación de sociales y constituyen el dominio propio de la sociología. Sin embargo existen hechos
sociales que todavía no cobran una organización definida en un código penal, por ejemplo. "Hay otros
hechos que sin prestar estas formas cristalizadas, tienen la misma objetividad y el mismo ascendiente
sobre el individuo. Es lo que se denomina corrientes sociales". Cita como ejemplo de las mismas, las
asambleas y el comportamiento del individuo en las mismas. "Aun en el caso de que hayamos colaborado
espontáneamente a la emoción común, la impresión que hemos recibido es muy distinta de la que
hubiésemos experimentado si hubiésemos estado solos. Además, una vez que la asamblea de ha
separado, que han cesado de obrar influencia sociales sobre nosotros y una vez que nos encontramos de
nuevo solos, los sentimientos que hemos tenido nos hacen el efecto de algo extraño, donde no nos
reconocemos". Estas corrientes pueden desarrollarse hasta convertirse en movimientos de opinión más
duraderos.

Criterio de generalidad. Este segundo criterio sólo es concebible cuando se tiene conciencia de las
propiedades enumeradas en el primer criterio. La sola generalidad de un fenómeno es un criterio
necesario, mas no suficiente para calificarlo de social. Aplicar ese calificativo a un fenómeno porque se
encuentra en todas las conciencias individuales es confundir al hecho social con sus encarnaciones
individuales. Lejos de esto, lo que constituye al hecho social "son las creencias, las tendencias, las
prácticas del grupo tomado colectivamente; en cuanto a las formas que revisten los estado colectivos
reflejándose en los individuos son cosas de otra especie". Un hecho social " si es general, es porque es
colectivo (es decir, más o menos obligatorio) (...) Está en cada parte porque está en el todo, pero no está
en el todo porque esté en las partes". Esto es ostensible cuando se trata de creencias y prácticas
heredadas por completo, envestidas de una autoridad que la educación nos enseño a respetar y
reconocer, pero también es válida para aquellas creadas por nosotros. Un sentimiento colectivo que surge
de una asamblea no expresa simplemente lo que había de común entre todos los sentimientos
individuales. Es la resultante de la vida común, un producto de acciones y reacciones que se originan entre
las conciencias individuales; y si encuentra eco en cada una de ellas es en virtud de la energía especial
que él debe precisamente a su origen colectivo. Si todos los corazones vibran al unísono no es debido a
una concordancia espontanea y preestablecida, sino a que una misma fuerza los mueve en idéntico
sentido".

La sociología no posee métodos para "separar al hecho social de toda mezcla para observarlo en estado
de pureza." Durkheim propone la estadística. Al tomarlas numéricamente por la tasa media anual aísla al
hecho social de sus manifestaciones particulares. "Porque, como cada una de estas cifras comprende
indistintamente todos los casos particulares, las circunstancias individuales que pueden tener alguna
intervención en la producción del fenómeno se neutralizan allí mutuamente y, en consecuencia, no
contribuyen a determinarlo. Lo que expresa es un estado determinado del alma colectiva".

Un hecho social se reconoce por el poder de coacción externo que ejerce o es susceptible de ejercer
sobre los individuos; y la presencia de este poder se reconoce a su vez por la existencia de una sanción
determinada, sea por la resistencia que el hecho opone a toda empresa individual que tienda a violarlo. Sin
embargo, se le puede definir también por la difusión que presenta en el interior del grupo, a condición de
que, siguiendo las observaciones precedentes, se tenga cuidado de añadir como característica segunda y
esencial que existe independientemente de las formas individuales que toma al difundirse. Este último
criterio es incluso, en ciertos casos, más fácil de aplicar que el anterior. En efecto, la coacción es fácil de
comprobar cuando se traduce al exterior, como ocurre con el derecho, la moral, las creencias, las
costumbres, incluso las modas. Pero cuando no es más que indirecta, como la que ejerce la organización
económica, no siempre se deja percibir tan claramente. La generalidad combinada por la objetividad puede
ser más fáciles entonces de establecer. Por otra parte, esta segunda definición no es más que otra forma
de la primera; porque si una manera de conducirse, que existe fuera de las conciencias individuales, se
generaliza, no puede ser más que imponiéndose".

Los hechos sociales que poseen como base las maneras de hacer, se los denomina de orden fisiológico.
Las maneras de ser hacen referencia al sustrato de la vida colectiva (las formas de vivienda, la distribución
de la población, las vías de comunicación, etc.) y los hechos sociales que tienen como base estas
maneras de ser, se denominan de orden morfológico. Estas presentan el mismo rasgo que las maneras de
hacer, se le imponen al individuo. De este modo se ve que entre hechos de orden morfológico y de orden
fisiológico no hay más que una diferencia de grado. Los unos y las otras no son más que vida más o
menos cristalizada.

CAPITULO II: Regla fundamental del método sociológico y las tres reglas consecuentes. (Regla
fundamental: considerar los hechos sociales como cosas)

Toda ciencia se construye sobre reflexiones preexistentes a ella misma. Sin embargo, la tarea de la
ciencia es perfeccionarlas y acercarlas gradualmente a la realidad, encauzarlas mediante el método. El
problema surge cuando esas reflexiones sobre la realidad a pesar de ser lejanas, se hacen pasar por ella.
En las ciencias sociales el problema es aún mayor, ya que al calor de la actividad social, todos los
hombres se forjan representaciones de la realidad social y rara vez son certeras. Este es un problema
central en la sociología.

"Es que, en efecto, la reflexión es anterior a la ciencia, que no hace más que servirse de aquella con más
método. El hombre no puede vivir en medio de las cosas sin hacerse ideas sobre las mismas de acuerdo
con las cuales regula su conducta. Sólo que, por el hecho de que estas nociones están más cerca de
nosotros y más a nuestro alcance que las realidades a que corresponden, tendemos naturalmente a
sustituir las últimas por las primeras y a hacer de ellas la materia propia de nuestras especulaciones". Este
análisis de la realidad, en términos de Durkheim, es de tipo meramente ideológico.

En efecto, los hechos sociales no se realizan más que por los hombres, son producto de la actividad
humana. Por tanto, no parece ser otra cosa que la puesta en práctica de ideas innatas o no, que llevamos
dentro de nosotros, su aplicación a las diversas circunstancias que acompañan a las relaciones de los
hombres entre sí. La organización de la familia, del contrato, de la represión, del Estado, de la sociedad,
aparece así como un simple desarrollo de las ideas que tenemos sobre la sociedad, el Estado, la justicia,
etc. Por consiguiente, parece que estos hechos y sus análogos no tienen realidad más que en y por las
ideas que son su germen y que se convierten desde ese momento en la materia propia de la sociología".
Si ésta se limita únicamente al análisis de las ideas subjetivas y entiende a la sociedad como el desarrollo
real de las mismas, no pasa el umbral ideológico, que no puede constituir el punto de partida de una
explicación.

Ya sea la evolución de la humanidad de Comte, la cooperación de Spencer, el fin económico de la


actividad social de Mill o la teoría del valor de los economistas, no son más que desarrollos de las
prenociones que los autores tienen sobre ese tema o, en todo caso, conclusiones a las cuales se debe
arribar luego de un desarrollo explicativo vasto, a pesar de lo cual se encuentran al comienzo de la
investigación. Este es un error proveniente de no tratar a los hechos sociales como cosas, de acuerdo a la
primera regla fundamental.

Los hechos sociales son cosas y se les debe tratar como tales. Son el único datum ofrecido al sociólogo
¿Pero qué quiere decir que un hecho social sea una cosa?: "En efecto se entiende por cosa todo lo que es
dado, todo lo que se ofrece, o, más bien, todo lo que se impone a la observación. Tratar los fenómenos
como cosas es tratarlos en calidad de data que constituyen el punto de partida de la ciencia. Los
fenómenos sociales presentan indiscutiblemente este carácter. Es posible que la vida social no sea más
que el desarrollo de prenociones; pero suponiendo que así sea, estas nociones no son dadas de
inmediato. Por consiguiente, no son alcanzables directamente, sino sólo a través de la realidad de
fenómenos que las expresan. No sabemos a priori que ideas se encuentran en el origen de las diversas
corrientes entre las cuales se reparten la vida social ni si las hay; solamente después de haberlas
remontado hasta sus fuentes sabremos de dónde provienen.

Nos es preciso considerar, pues, los fenómenos sociales en sí mismos, separados de los sujetos
conscientes que se los representan; es preciso estudiarlos desde fuera como cosas exteriores; porque es
así como se presentan a nosotros.

En efecto, se reconoce principalmente una cosa por el signo de que no puede ser modificada por un
simple decreto de la voluntad. No es que sea refractaria a toda modificación. Pero para producir un cambio
en ella, no basta con quererlo, es preciso además un esfuerzo más o menos laborioso, debido a la
resistencia que nos opone y que, por otra parte, no puede siempre ser vencida. (...) Por consiguiente, al
considerar los fenomenos sociales como cosas, no haremos más que obrar de acuerdo con su
naturaleza".

1- Es preciso descartar sistemáticamente todas las nociones previas.

Este principio es la base y fundamento de todo método científico y se encuentra en estrecha concordancia
con la duda sistemática de Descartes. En su práctica, el sociólogo "es preciso que se libere de estas falsas
pruebas que dominan el espíritu del vulgo, que sacuda de una vez para siempre el yugo de estas
categorías alas que un prolongado hábito acaba muchas veces, por volver tiránicas". Estas nociones
pueden incluso tener tal prestigio que no toleran ni siquiera el examen científico. Muy lejos de admitir que
estos sentimientos dependen de la ciencia, es a ellos a los que se cree que debemos dirigirnos para hacer
la ciencia de las cosas con las que se relacionan. Los sentimientos cuyo objeto está constituido por las
cosas sociales no poseen ningún privilegio sobre los demás, porque no tienen otro origen. Se han
formado, ellos también, históricamente; son producto de la experiencia humana, pero de una experiencia
confusa y desorganizada.

2- No tomar jamás por objeto de las investigaciones más que un grupo de fenómenos previamente
definidos por ciertos caracteres exteriores que les son comunes (A) e incluir en la misma
investigación a todos los que respondan a esta definición (B).

(A) Establecer una definición objetiva del hecho social a estudiar. Para que esta regla se cumpla, la
definición debe expresar los fenómenos en función de propiedades que le son inherentes, que lo
caracterice por un elemento integrante de su naturaleza, y no en base a ideas del espíritu o por su
conformidad con una noción ideal. Por este método, en primera instancia sólo son asequibles sus
características más superficiales. En este punto, cuando los hechos todavía no han sido objeto de ninguna
elaboración, las características más profundas y de mayor valor explicativo no pueden alcanzarse..

Al definir al hecho social mediante un carácter exterior, la clasificación de los fenómenos no depende tanto
del sociólogo como de la naturaleza de los hechos mismos. Al mismo tiempo, posibilita que la categoría
pueda ser conocida por todos y controlada por todos. Puesto que la definición cuya regla acabamos de dar
está colocada al comienzo de la ciencia, no podrá tener por objeto expresar la esencia de la realidad; debe
solo ponernos en condiciones de llegar a ella posteriormente. Tiene como única función hacernos entrar
en contacto con las cosas, y como estas no pueden ser captadas por el espíritu sino desde fuera, es por
sus exteriores como los expresa".

(B) Una vez definido el criterio de inclusión en base al rasgo exterior del hecho social, para que la
definición permanezca siendo objetiva, deben incluirse todos los que cumplan con dicho criterio. "...esta
claro que esta definición deberá comprender, sin excepción ni distinción alguna, todos los fenómenos que
presentan estos caracteres; porque nosotros no tenemos ninguna razón ni medio de elegir entre ellos"

3- Los caracteres exteriores en función de los cuales define el objeto de sus investigaciones deben
ser lo más objetivos posibles.

"Se puede afirmar en principio que los hechos sociales son tanto más susceptibles de ser representados
objetivamente cuanto más desprendidos están de los hechos individuales que los manifiestan.”
La vida social se caracteriza por su dificultad de aislarla de los acontecimientos particulares que la
encarnan. Fuera de los actos individuales que suscitan, las costumbres colectivas se expresan bajo formas
definidas, reglas jurídicas, morales, dichos populares, hechos de estructura social, etc. Como estas formas
existen de una manera permanente, como no cambian con las diversas aplicaciones que se hace de ellas,
constituyen un objeto fijo, una marca constante que esta siempre al alcance del observador y que no deja
lugar a las impresiones subjetivas y a las observaciones personales. A su vez, en la medida en que no son
más que la vida social consolidada, es legitimo estudiar esta ultima a través de las primeras. De este modo
se cumple la condición de toda objetividad: "la existencia de un punto de referencia, constante e idéntico,
al cual se pueda referir la representación y que permita eliminar todo lo que tiene esta de variable y
subjetivo".

CAPITULO III: Reglas relativas a la distinción entre lo normal y lo patológico.

Lo que se denomina "método ideológico" puede recurrir a razones supracientíficas para apuntalar el "deber
ser" de determinados fines, licencia que no se puede tomar su método racionalista. Se intenta "reivindicar
el derecho de la razón sin caer en la ideología". Durkheim recurre a una analogía que constituye la piedra
angular sobre al cual se construye su distinción entro lo normal y lo patológico. "En efecto, para las
sociedades como para los individuos, la salud es buena y deseable; la enfermedad, por el contrario, es
una cosa mala que debe ser evitada. Si entonces encontramos un criterio objetivo, inherente a los hechos
mismos, que nos permita distinguir científicamente la salud de la enfermedad en los diversos órdenes de
fenómenos sociales, la ciencia se encontrará en condiciones de iluminar la práctica mientras continúa fiel a
su propio método".

Se hace imperativo entonces establecer un método claro para la distinción entre normal y patológico, así
como también la definición teórica de ambos conceptos. En primer lugar, Durkheim descarta la definición
de ambos en función del sufrimiento, de la adaptación a determinado medio o a las posibilidades de
sobrevivir.

Se puede definir patológico a todo acontecimiento que tiene consecuencias funestas para la sociedad.
Pero hay un problema con este criterio, sólo se puede considerar de este modo cuando perturba el
desarrollo normal de las funciones de la sociedad. Por lo tanto este criterio presupone la definición de
normal y como reconocer un estado normal, y lo que verdaderamente lo descarta como criterio válido, es
que en este caso el concepto de "normal" sólo puede ser constituido a priori, y dependiendo de
consideraciones subjetivas para la definición de normal. Durkheim procede del siguiente modo. Sostiene
que todos los fenómenos sociales, permaneciendo idénticos a sí mismos, pueden revestir dos formas:

1) Generales: Tienen lugar sino en todos los individuos, en la mayor parte de ellos, y si bien pueden sufrir
variaciones de un sujeto a otro, éstas están comprendidas entre límites muy aproximados.
2) Excepcionales: No sólo no se encuentran en la mayoría de los sujetos, sino que allí donde se
manifiestan no lo hacen de manera prolongada. Son una excepción en el tiempo como en el espacio.

"Estamos, por tanto, en presencia de dos variedades distintas de fenómenos, que deben ser designadas
con palabras diferentes. Llamaremos normales a los hechos que presenten las formas más generales y
daremos a los otros el nombre de mórbidos o de patológicos.”
Una vez definidos teóricamente los conceptos, hace falta una manera de distinguir entre ambos. Este es el
papel del tipo medio, "el ser esquemático que se constituiría uniendo en un mismo todo, en una especie de
individualidad abstracta, los caracteres más frecuentes en la especie con sus formas más frecuentes". Una
vez definido, esta marca cumple una tarea fundamental, toda desviación con respecto a ella constituye un
fenómeno patológico.
Una vez hecha la definición de los conceptos y cómo distinguirlos, queda la pregunta sobre el por qué son
deseables los fenómenos normales. Durkheim sostiene que la generalidad que reviste un fenómeno
normal, "...sería inexplicable si las formas de organización más extendidas no fuesen las más avanzadas,
al menos en su conjunto. ¿Cómo hubieran podido mantenerse en una variedad tan grande de
circunstancias si no pusieran al individuo en condiciones de resistir mejor las causas de destrucción? Por
el contrario, si las otras son más raras, es evidente que, en la generalidad de los casos, los sujetos que las
presentan tienen más dificultades para sobrevivir. La frecuencia mayor de las primeras es por tanto la
prueba de su superioridad".

Una vez determinado el carácter normal de un fenómeno, es necesario un segundo procedimiento:


establecer si el signo exterior que lo reveló (su generalidad), esta fundado en la naturaleza de las cosas.
Este procedimiento hace posible que se pase de una "normalidad de hecho" a una "normalidad de
derecho". Durkheim sostiene que "Por consiguiente, la normalidad de fenómeno se explicará solamente
por el hecho de que esté unido a las condiciones de existencias de la especie considerada bien como
efecto mecánicamente necesario de esas condiciones, bien como un medio que permita a los organismos
adaptarse a ellas". De esto se desprende una distinción entre dos causas posibles: "efectos necesarios" y
"adaptación". Una explicación completa de los fenómenos consiste en dar "por determinadas bien sus
causas o bien sus funciones".

La normalidad de un fenómeno debe ser establecida en relación a la etapa de evolución de la especie, ya


que en estos casos, dicho fenómeno puede no estar en relación con las condiciones de existencia
vigentes. Por consiguiente, ya no hay más que las apariencias de la normalidad; porque la generalidad que
presenta no es ya más que una etiqueta engañosa, puesto que no manteniéndose más que por la fuerza
ciega del hábito, ella ya no es indicio de que el fenómeno observado está ligado estrechamente a las
condiciones generales de la existencia colectiva.". Por esta razón puede observarse más fácilmente la
normalidad de un fenómeno en especies sociales que hayan realizado su evolución integral

I- Un hecho social es normal para un tipo social determinado, considerado en una fase determinada
de su desarrollo, cuando se produce en la medida de las sociedades de esta especie, considerada
en la fase correspondiente de su evolución.
II- Se pueden comprobar los resultados del método precedente haciendo ver que la generalidad del
fenómeno se relaciona con las condiciones generales de la vida colectiva en el tipo social
considerado.
III- Esta comprobación es necesaria cuando este hecho se refiere a una especie social que no ha
realizado todavía su evolución integral.
EJEMPLO: Con respecto a la generalidad, el delito se observa no sólo en todos los tipos de sociedades.
"No hay una en la que no haya criminalidad. Ésta cambia de forma, los actos así calificados no son en
todas partes los mismos; pero en todos los sitios y siempre ha habido hombres que se conducían de forma
que atraían sobre ellos la represión penal." A su vez, utilizando la estadística, se observa que en el paso
de las sociedades inferiores a las más avanzadas la criminalidad aumenta sensiblemente. "Por tanto, no
hay fenómeno que presente de manera más irrecusable todos los síntomas de normalidad, puesto que
aparece estrechamente ligado a las condiciones de toda vida colectiva". Esto no quita que existan formas
mórbidas de criminalidad, como por ejemplo cuando esta presenta un índice exagerado. Al calificar de
normal el fenómeno del delito, implica decir no sólo que es inevitable, sino también parte integral de la
salud de una sociedad, en tanto que útil para la evolución normal de la moral y el derecho. Y esta utilidad
puede ser indirecta o directa.

Utilidad indirecta: Durkheim define el delito como "un acto que ofende ciertos sentimientos colectivos,
dotados de una energía y de una nitidez particulares". Por lo tanto, para que esos actos considerados
como delitos no se realicen, esos sentimientos deberían encontrarse en todas y cada una de las
conciencias individuales y con la intensidad suficiente para contrarrestar sentimientos opuestos. Los
sentimientos colectivos se volverán más sensibles a las lesiones que no los laceraban más que
ligeramente. Las simples faltas morales pasarían constituir delitos, fruto de una reprobación más enérgica.

Utilidad directa: En muchas ocasiones, lo que en un momento en determinada sociedad se considera un


delito es una anticipación de la conciencia moral de la misma sociedad en una etapa futura. Durkheim
toma como ejemplo a Sócrates y su independencia de pensamiento, considerada entonces en Atenas
como un delito (por lo cual se lo condenó). La libertad de pensamiento que disfrutamos hoy día jamás
hubiera podido ser proclamada si las reglas que la prohibían no hubiesen sido violadas antes de ser
solemnemente derogadas. Sin embargo, en aquel momento, aquella violación era un delito, porque era
una ofensa a los sentimientos todavía muy vivos de la generalidad de las cosas. Y, sin embargo, este
delito era útil porque preludiaba transformaciones que de día en día se hacían necesarias.

Como el objeto principal de toda ciencia de la vida, individual o social, es en suma definir el estado normal,
explicarlo y distinguirlo de su opuesto, si la normalidad no se da en las cosas mismas, si por el contrario es
un carácter que nosotros les imprimimos desde afuera, o que les negamos por cualquier razón, ello es
debido a esta saludable dependencia. El espíritu se encuentra cómodo enfrente de lo real, que no tiene
mucho que enseñarle; no está ya contenido por la materia a la que él se aplica, puesto que es él, de algún
modo, quien la determina. (...) Para que la sociología sea verdaderamente una ciencia de las cosas, es
preciso que se considere la generalidad de los fenómenos como criterio de su normalidad."

CAPITULO IV - Reglas relativas a la constitución de los tipos sociales.

La importancia en la constitución de tipos sociales, radica en que la clasificación de un fenómeno social


como normal o patológico, se establece en función de esta. Un mismo fenómeno puede ser normal en una
especie y patológico en otra. Durkheim encuentra en el concepto de "especie" la posibilidad de facilitarle al
sociólogo un término medio entre dos concepciones contrarias de la vida colectiva: el nominalismo de los
historiadores y el realismo de los filósofos.

Las diferentes sociedades (Tipos sociales) son individualidades heterogéneas entre sí incomparables. La
idiosincrasia particular de cada una hace imposible todo tipo de generalización. Son combinaciones
contingentes y provisionales, sin otra realidad que la que dimana de los atributos generales de la
naturaleza humana. La historia es una serie de acontecimientos que se encadenan sin reproducirse Es
una serie de acontecimientos que poseen valor por ser ilustración de las leyes generales que se hallan
inscritas en la constitución del hombre y gobiernan todo desarrollo histórico. El estado de salud son sus
condiciones, no se puede determinar teóricamente, sino que son el producto de la experiencia y la práctica
y relativo a cada especie

Entre la confusa multitud de las sociedades históricas y el concepto único, pero ideal, de la humanidad,
hay términos medios: son las especies sociales. De esta manera el concepto de "especie social" permite
respetar la variabilidad empírica de las instituciones sociales sin que esta eluda un punto de apoyo al
pensamiento científico. A su vez, este postulado destruye la ingenua linealidad ideal del desarrollo
histórico y el proceso de evolución continua de las sociedades presente en Comte oponiéndole la
existencia una pluralidad de tipos sociales cualitativamente distintos entre sí.
Pero ¿cómo construir estas especies? Durkheim sostiene esta postura. "En efecto, es inexacto que la
ciencia sólo pueda instituir leyes después de haber pasado revista a todos los hechos que ellas expresan,
ni formar géneros más que después de haber descrito en su integridad los individuos que ellos
comprenden. El verdadero método experimental tiende más bien a sustituir los hechos vulgares, que no
son demostrativos más que a condición de ser numerosos y que por consiguiente no permiten obtener
más que conclusiones siempre dudosas, por hechos decisivos y cruciales, que por sí mismos y con
independencia de su número tienen un valor y un interés científicos." A su vez, la investigación sólo es
verdaderamente útil cuando otorga cuadros para casos futuros, lo cual sería del todo imposible si se
construyen reglas generales luego de observar exhaustivamente todos los casos individuales.

En la búsqueda de estos caracteres esenciales, Durkheim retoma la idea de la sociedad como la


resultante de una combinatoria compleja de individuos. Y si bien, como totalidad, es independiente de las
partes que la componen, es en estas donde hay que buscar dichos caracteres."Sabemos, en efecto, que
las sociedades están compuestas de partes añadidas entre sí. Puesto que la naturaleza de toda resultante
depende necesariamente de la naturaleza de los elementos componentes, de su número y de la forma en
que se combinan, son evidentemente estos caracteres los que debemos tomar como base y se verá, en
efecto, que es de ellos de los que dependen los hechos generales de la vida social." Por lo tanto, para que
esta Morfología Social sea lo más útil posible, entonces debe determinarse cuál es la sociedad más
sencilla posible, es decir una sociedad simple.

Establecer y definir cuál es esta sociedad simple, define sencillez como ausencia completa de partes. "Por
tanto, se entenderá por sociedad simple toda sociedad que no encierre otras más sencillas que ella; que
no sólo esté realmente reducida a un sector único, sino que además no presente ningún rastro de
divisiones anteriores." A partir de esta definición toma a la horda como la sociedad simple por excelencia y
la base natural de toda clasificación.

Una vez planteada la noción de la horda como sociedad simple, se tiene el punto de apoyo para construir
en su totalidad la escala de los tipos sociales. Continúa diciendo que "Se distinguirán tantos tipos
fundamentales como maneras haya para la horda de combinarse consigo misma dando nacimiento a
sociedades nuevas y dando lugar a que éstas se combinen entre sí." Entonces, en conclusión enuncia la
regla con respecto a constitución de los tipos sociales: "Se comenzará por clasificar las sociedades de
acuerdo con el grado de composición que presenten, tomando como base de la sociedad perfectamente
simple o un sector único; en el interior de estas clases se distinguirán diferentes variedades según que se
produzca o no una fusión completa de los sectores iniciales.
“Hemos visto, en efecto, que las sociedades no eran más que combinaciones diferentes de una misma y
única sociedad original. Ahora bien, un mismo elemento no se puede componer consigo mismo y los
componentes que resulte de ello no pueden, a su vez, componerse entre sí más que siguiendo un número
de modos limitado, sobre todo cuando los elementos componentes son poco numerosos; éste es el caso
de los sectores sociales. La gama de combinaciones posibles es entonces finita y, en consecuencia, la
mayor parte de ellas deben, por lo menos, repetirse. Se ve así que hay especies sociales”.

En el reino social, los caracteres específicos de una especie no se pueden reforzar por la generación ya
que no duran más que una generación. ”Es normal, en efecto, que las sociedades engendradas sean de
otra especie que las sociedades generatrices, porque éstas últimas, al combinarse, dan nacimiento a
estructuras completamente nuevas. Únicamente la colonización se podría comparar con una generación
por germinación; además, para que la asimilación sea exacta, es preciso que el grupo de colonos no vaya
a mezclarse con alguna sociedad de otra especie o variedad. Los atributos distintivos de la especie no
reciben entonces por la herencia.

CAPÍTULO V - Reglas relativas a la explicación de los hechos sociales. La constitución de tipos


sociales, no es más que un medio para facilitar la interpretación de los fenómenos sociales. Es un
encaminamiento hacia la parte verdaderamente explicativa de la ciencia.

Durkheim comienza diciendo que un fenómeno nunca puede ser explicado dando cuenta qué papel tiene y
cuál es su utilidad. Sostiene que "se cree haber dicho todo lo necesario para hacerlos inteligibles cuando
se ha establecido la realidad de sus servicios y mostrado cual es la necesidad social que han satisfecho".
Pero esta forma de proceder confunde dos cuestiones muy diferentes. Las necesidades que satisfacen
presuponen las propiedades específicas que lo caracterizan, pero nunca pueden crearlas. Al dar cuenta de
la utilidad de un fenómeno, no se dice cómo ha nacido ni cómo es lo que es.
La prueba de esta dualidad de los fenómenos, su causa y su función, estriba en que un fenómeno puede
existir sin ser útil; puede haber sido desprovisto de toda utilidad y permanecer por la inercia de la
costumbre. A su vez, un mismo fenómeno puede satisfacer dos necesidades distintas sin alterar sus
características. Sin embargo, esta postura no implica reducir las tendencias, necesidades y deseos de los
hombres a la nada. Tienen su importante papel en la evolución social, acelerando o refrenando el
desarrollo de un fenómeno. Pero nunca pueden crearlo de la nada. Durkheim continúa: "Por tanto, cuando
se va a explicar un fenómeno social, es preciso investigar separadamente la causa eficiente que lo
produce y al función que viene a llenar. (...) Lo que hay que determinar es si existe una correspondencia
ente el hecho considerado y las necesidades generales del organismo social y en qué consiste esta
correspondencia, sin preocuparse de saber si ha sido intencionada o no.”

No sólo establece esta distinción, sino también en qué orden proceder. Si bien existe una relación de
reciprocidad entre causa y efecto (en tanto que éste no puede existir sin aquella, pero ésta a su vez tiene
necesidad de aquel), es lo más pertinente proceder a analizar las causas en primer lugar, puesto que la
función consiste en "mantener la causa preexistente de donde ellos [los fenómenos sociales] se derivan".
Al proceder de este modo es más fácil encontrar la función al conocer la causa. Pero el hecho que se le
asigne un segundo lugar temporalmente, no significa que sea un asunto de importancia menor. La
determinación de la función, es necesaria para que la explicación del fenómeno sea completa, ya que si
bien esa utilidad no es lo que lo hace nacer, sí es lo que le permite mantenerse con vida. Si la generalidad
de los fenómenos sociales fuese contraproducente para las condiciones de la vida social, ésta no sería
posible. Una vez hecha esa distinción queda en pie el asunto sobre el método para determinar las causas,
y éste depende, en gran medida, de la concepción que se tenga de la sociedad.
Durkheim al describir el carácter objetivo de los hechos sociales, lo supone como independiente de los
individuos, y capaz de ejercer sobre éstos una fuerza coactiva. En la medida en que el hecho social posea
la característica esencial de poder ejercer sobre la conciencias individuales una mayor o menor presión,
las leyes sociológicas no pueden ser nunca corolario de las leyes psicológicas. Para esto es necesario
aclarar que esta coacción es radicalmente diferente a la inhibición que los individuos se imponen a sí
mismos. Mientras que la psicológica se forma en la conciencia individual y se exterioriza, la social surge
fuera de los individuos y tiende a formarlos desde fuera de ellos, a su imagen y semejanza. Puede verse
en la inhibición el medio por el cual produce sus efectos psíquicos la coacción social, pero nunca la
coacción misma. Ahora, una vez descartado el individuo, no resta más que la sociedad misma y es en su
naturaleza donde hay que buscar las causas que explican los fenómenos sociales.

¿Acaso la sociedad no está compuesta solamente por individuos? Entonces si en las sociedades no
hay nada más que individuos, el origen de los fenómenos no puede ser sino psicológico. Sin embargo,
Durkheim considera que la asociación no es un fenómeno fecundo en sí mismo, por lo cual, en virtud de
que el todo es distinto a la suma de las partes, la sociedad es algo distinto a la suma de todos los
individuos que la componen. Entonces, ¿qué papel ocupan los individuos? Desde ya que éstos forman
parte del proceso de elaboración que produce la vida social, pero ellos no son los que la suscitan ni le dan
su forma característica, sólo la hacen posible. "Su aportación consiste exclusivamente en estados muy
generales, en predisposiciones vagas y, en consecuencia, plásticas, que por sí mismas no podrían tomar
las formas definidas y complejas que caracterizan los fenómenos sociales, si no intervinieran otros
agentes". De aquí se desprende que una explicación exclusivamente psicológica omitiría todo lo que estas
situaciones tienen de específicamente social.

Durkheim concluye este apartado con la formulación de una regla metodológica: "La causa determinante
de una hecho social debe buscarse entre los hechos sociales antecedentes y no entre los estados
de la conciencia individual". Y esto se aplica también a la función social, puesto que los efectos son
socialmente útiles: "La función de un hecho social debe buscarse siempre en la relación que tiene
con algún fin social".
Finalmente señala, que el sociólogo no debe omitir por completo a la psicología. La ayuda que ésta puede
prestar no es para nada menospreciable. "Una cultura psicológica, todavía más que una cultura biológica,
constituye entonces para el sociólogo una propedéutica necesaria; pero no le será útil más que a condición
de que se libere de ella después de haberla recibido y que la rebase completándola con una cultura
especialmente sociológica".

En conclusión, la causa de los fenómenos sociales debe buscarse en la asociación y combinatoria


compleja de sus elementos constitutivos. El conjunto resultante es el medio social interno y es la causa
primordial de todo hecho social. “El primer origen de todo proceso social de alguna importancia debe
buscarse en la constitución del medio social interno”. Entre los elementos que entran en juego a la hora de
la asociación, los hay de dos tipos: cosas y personas. Entre los primeros se cuentan a los productos de la
actividad social anterior, el derecho constituido, las costumbres establecidas, los monumentos artísticos,
etc. Pero a pesar de que éstos elementos puedan influir en la evolución social (por lo cual es necesario
considerarlos en la explicación) nunca podrán generarla, por no poseer la potencia motriz necesaria. “Son
la materia a la que se aplican las fuerzas vivas de la sociedad, pero por sí mismos no producen ninguna
fuerza viva. Por consiguiente, queda, como factor activo, el medio propiamente humano”.

Dentro del análisis el elemento humano del medio social interno, éste se puede abordar desde tres
ángulos. Inmediatamente se puede analizar el número de unidades sociales, o el volumen de la
sociedad. Luego está la densidad dinámica, “Por esta última palabra hay que entender no la unión
puramente material del agregado que no puede tener efecto si los individuos o os grupos de individuos
están separados por vacíos morales, sino la unión moral de la cual la anterior es tan sólo auxiliar y con
bastante frecuencia su consecuencia”. Resta la densidad material que se refiere no sólo al número de
habitantes por unidad de superficie, sino más que nada al desarrollo de las vías de comunicación y de
transporte, que, en algunos casos, puede servir para medir la densidad dinámica.

Sobre el alcance explicativo del medio social interno. Teniendo en cuenta que la ciencia no tiene en cuenta
causa primeras en el sentido absoluto de la palabra, recomienda considerar a éste simplemente como un
hecho primario lo bastante general para explicar un gran número de otros hechos. Es decir, cualquiera sea
el cambio que se produzca en él, no puede dejar de afectar a los elementos restantes de la sociedad. Pero
tampoco uno debe excederse en este sentido, puesto que si se desecha esta influencia esencial del medio
social interno, se remueve a la sociología toda posibilidad de explicación causal. El medio social externo,
es decir la relación con otras sociedades, no puede suplir este papel. Así como tampoco el análisis del
desarrollo histórico. No cabe la posibilidad de que exista una ley inmanente en la historia que oriente a los
hombres hacia un fin determinado, ya sea la felicidad o el progreso. Por lo tanto, en el desarrollo histórico
sólo se observan una serie de cambios entre los cuales no existe relación causal.

De acuerdo al método de Durkheim, no sólo la causa debe relacionarse con el medio social interno, sino
también la función de un fenómeno social. Sólo es útil aquel que se vincule armónicamente con dicho
medio, ya que éste es la condición esencial de toda vida colectiva, y al relacionarlo de este modo, se
pueden explicar las variaciones en la utilidad de un mismo fenómeno prescindiendo de arreglos arbitrarios.
Si hay especies sociales, es que la vida colectiva depende ante todo de condiciones concomitantes que
presentan cierta diversidad. Si por el contrario, las principales causas de los acontecimientos sociales
estuvieran todas ellas en el pasado, cada pueblo no sería más que la prolongación del que le ha precedido
y las diferentes sociedades perderían su personalidad para convertirse únicamente en momentos diversos
de un único y mismo desarrollo. Puesto que, por otra parte, la constitución del medio social procede del
modo de composición de los agregados sociales, tenemos ahora la prueba de que no hay caracteres más
esenciales que los que hemos asignado como base a la clasificación sociológica.

Del conjunto de reglas precedentes se desprende toda una concepción de la sociedad y la vida colectiva,
que a su vez se diferencia de sus antecesoras. Esta concepción hace de la coacción la característica de
todo hecho social. Sin embargo, esa coacción no es el producto de una institución artificial creada por los
hombres y sujeta a su voluntad. La fuerza que somete al individuo es natural, es una naturaleza social sui
generis producto de la “elaboración especial a la que son sometidas las conciencias particulares por el
hecho de su asociación y de donde se desprende una nueva forma de existencia”. De este modo, la fuerza
coactiva de los hechos sociales, así como también los hechos sociales mismos, salen de las mismas
entrañas de la realidad, son el “producto necesaria de ciertas causas concretas”.

Otra particularidad de la concepción que Durkheim se hace de la sociedad, es la manera en que el


individuo toma esa sujeción a la sociedad. Si ésta lo sujeta, es en virtud de su superioridad moral e
intelectual, además de la evidente superioridad física. El individuo sujeto se somete a ella de buen grado,
La reflexión no puede por menos que revelarle las razones inteligibles de la subordinación que se le exige
y de los sentimientos de adhesión y respeto que la costumbre ha fijado en su corazón.

CAPÍTULO VI: Reglas relativas a la administración de la prueba

Durkheim comienza con una afirmación categórica de uno de sus supuestos epistemológicos: "No
tenemos más que un medio para demostrar que un fenómeno es la causa de otro fenómeno, y es
comparar los casos en que están simultáneamente presente o ausentes e investigar si las variaciones que
presentan en estas diferentes combinaciones de circunstancias testimonian que uno depende del otro".
Una vez establecido este punto de partida, concibe la imposibilidad de llevar a cabo la experimentación
propiamente dicha en ciencias sociales, más aún cuando los hechos sociales, en virtud de su carácter
objetivo, están por fuera de la esfera de acción del investigador que no puede manipularlos. Considerando
esto sostiene que "el método comparativo es el único que conviene a la sociología".

Luego intenta defender la posibilidad de cierta experimentación, evidentemente limitada, en ciencias


sociales. Durkheim sostiene que entre los fenómenos sociales y los fenómenos físicos y biológicos no
existe más que una diferencia en el grado de complejidad que presentan. Por lo tanto, si para éstos es
posible cierto grado de explicación y experimentación, por qué no debería ser así para aquellos. Pero
también intenta defender su noción de causalidad, al decir que no es posible que un mismo
consecuente derive de distintos antecedentes, es decir que para un mismo efecto existan diversas
causas. Durkheim sostiene que si el vínculo causal "consiste en una relación que resulta de la naturaleza
de las cosas, un mismo efecto no puede sostener esta relación más que con una sola cusa, porque no
puede expresar más que una sola naturaleza. Entonces, si se quiere emplear el método comparativo de
una manera científica, es decir, ajustándose al principio de unicausalidad tal como se desprende de la
propia ciencia, se deberán tomar por base comparaciones instituidas por la proposición siguiente: a un
mismo efecto corresponde siempre una misma causa .Así si el suicidio depende de más de una cusa
es que, en realidad, hay varias clases de suicidios.".

Finalmente concluye que el método óptimo para la sociología es el método de variaciones


concomitantes. Este método corre con la ventaja de no necesitar una verificación rigurosa de todas las
variaciones diferentes de aquellas que se compare para establecer que no son extraños entre si, por lo
tanto la complejidad de los fenómenos sociales no lo afecta sensiblemente. "El simple paralelismo de los
valores por los que pasan los dos fenómenos, con tal de que haya sido establecido en número bastante de
casos suficientemente variados, es prueba de que existe entre ellos una relación". La concomitancia
constante es por sí misma una ley, cualquiera que sea el estado de los fenómenos que han quedado
fuera de la comparación.

Sin embargo, esta relación entre ambos fenómenos no siempre es causal. La concomitancia puede
deberse a que uno es causa y otro efecto, pero también a que ambos sean efectos de una misma causa o
que entre ellos exista un tercer fenómeno intercalado que ha pasado desapercibido y que es efecto del
primero y causa del segundo. Es por eso, que los resultados que arrojan este método, deben ser
interpretados. En este punto interviene la subjetividad humana, o el espíritu, por lo cual Durkheim exige
que se realice metódicamente. A través de la deducción, se intenta saber como un fenómeno produce al
otro, conjetura que será puesta a prueba en la experimentación. Si es comprobada, se puede considerar la
prueba como hecha, sino debe buscarse la influencia de un tercer fenómeno. El método de variaciones
concomitantes presenta otra ventaja ya que "no nos obliga a estas enumeraciones incompletas ni a estas
observaciones superficiales. Para que dé resultados, bastan algunos hechos. Desde el momento en que
se ha probado que dos números de casos dos fenómenos varían el uno como el otro, podemos estar
seguros de que nos encontraremos en presencia de una ley.

Pero a la hora de analizar estas series de variaciones, se debe reflexionar si se tomará a una sociedad
única (o diversas sociedades de la misma especie) o varias especies sociales distintas. El primer
procedimiento es pertinente en fenómenos de gran generalidad y sobre los cuales se posee información
estadística tan numerosa como variada (medir las variaciones del fenómeno de acuerdo a las provincias,
las razas, los sexos, las edades, etc.) Pero cuando se trata del estudio de una institución o una regla
jurídica o moral, que es idéntica en toda la extensión del país y sólo varía con el tiempo, al no realizar una
comparación con otras sociedades no se obtiene más que el paralelismo de dos curvas que expresan la
marcha histórica del fenómeno estudiado y su causa, pero sólo para esa sociedad en estudio. Al comparar
con otras sociedades de otra especie, puede compararse la evolución del fenómeno y en función de qué
condiciones. Pero este método no es suficiente, puesto que únicamente es aplicable a los fenómenos que
se han dado durante la vida de los pueblos comparados. Existe una predominancia esencial, en todas las
sociedades, de fenómenos creados casi por completo en momentos históricos pretéritos

Durkheim recomienda el uso del método genético para que pueda ofrecer un análisis y síntesis del
fenómeno a partir del relato de la historia que parte del tipo más rudimentario que haya existido, hasta
llegar a su estado actual en un proceso de complejidad creciente. Este método "nos mostraría en el estado
disociado a los elementos que lo componen por el solo hecho de que nos los haría ver superponiéndose
sucesivamente los unos a los otros y, al mismo tiempo, gracias a este amplio campo de comparaciones, se
encontraría mejo en estado de determinar las condiciones de que dependen su formación y su asociación.

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