Sunteți pe pagina 1din 10

Litosfera: Los ambientes físicos de la

Tierra
No es novedad para nadie que la tierra se compone de una serie de sistemas naturales
que tiene en su constitución algunos aspectos esenciales del desarrollo y la evolución de
la naturaleza. Tales sistemas se corresponden con ciertos estados o materiales que
comprenden, en su totalidad, la "physis" o, por decirlo así, el aspecto físico de la
material y la estructura terrestre . Entre todos estos sistemas, cuando pensamos
específicamente en el suelo, en la capa terrestre que compone el planeta, estamos
hablando de la "litosfera".

La litosfera no es más que esa capa sólida que se encuentra en la región más externa del
planeta. La palabra litosfera, no por casualidad, viene del griego y quiere decir "región de
influencia de las rocas" ("lithos", en griego, quiere decir "piedra, rocas"). En el caso
específico de la Tierra , la litosfera se compone de la llamada corteza terrestre , y parte
del manto superior.

La litosfera terrestre presenta una capa bastante variable de espesor, es decir, no existe
una constancia en esa capa a lo largo de toda la superficie del planeta, pudiendo variar de
acuerdo con la ubicación geográfica, el continente, los accidentes geográficos y los
impactos de algunos eventos natural, tales como vulcanismo , los pseudovulcões, los
terremotos y movimientos tectónicos. Obviamente, en las regiones que están compuestas
de cadenas montañosas, esta capa es más gruesa debido a la acumulación evidente de
crudo sonido que compone las montañas .

Los ambientes físicos de la Tierra


Los ambientes físicos de la Tierra pueden ser comprendidos como la suma de los espacios
naturales en sus condiciones normales de operación, es decir, cuando la presión y la
temperatura se encuentran ante el patrón. En general, podemos comprender esta
sumatoria de ambientes físicos como la unión entre la "litosfera", o sea, la capa compuesta
por las rocas y suelos, la "hidrosfera", que a su vez se refiere al conjunto de ríos, mares,
Senderos freáticos, ríos, lagos y otras formaciones acuáticas que soportan el agua presente
en estado líquido en el mundo. Por el final, todavía tenemos la atmósfera que es
compatible con cualquier combinación de gases que juntos realizan constituyen el
ambiente ideal para la salud humana, animal o supervivencia de las plantas, ya sea en el
momento en que proporcionan la energía para nuestro desarrollo (como es el caso del
oxígeno , el gas que constituye la atmósfera y sin el cual la vida sería imposible), es la
protección que nos dan en relación a los estímulos luminosos procedentes de fuera de la
superficie del planeta - por ejemplo, los rayos UV que cae a través De la atmósfera pero
son justamente por algunos de sus gases, como el ozono, refractados.
Composición de la litosfera: rocas ígneas, sedimentarias
y metamórficas
La litosfera terrestre es, sobre todo, constituida de tres tipos esenciales de rocas que
corresponden a agrupaciones caracterizadas de acuerdo con el tipo de material que
constituye cada una de esas rocas, con el histórico y los principales incidentes que
generaron su formación y, por fin, Su ubicación geomorfológica.

Podemos caracterizar estos tres tipos entre rocas ígneas, rocas sedimentarias y rocas
metamórficas.

Las llamadas rocas ígneas son aquellas cuyo origen está esencialmente ligado a las
actividades volcánicas. Es decir: están compuestas básicamente de lava solidificada (y de
ahí su nombre, "ígnea", que hace una clara alusión a la condición de fusión por el fuego
de donde surgen). También pueden ser conocidas como "rocas volcánicas". Ejemplos de
rocas ígneas son el gabo, el granito, el diorito y el basalto.

Las llamadas rocas sedimentarias son aquellas compuestas, justamente, por una
acumulación de sedimentos que se ha insertado en fallas geológicas y que, con el paso
del tiempo, cediendo a la presión y al calor, se fundieron dando origen a nuevas rocas.
Estos sedimentos que componen este tipo de roca pueden tener su origen en el lodo, en
las partículas de otros compuestos químicos, en el propio desgaste de las rocas ígneas o
en pequeños detritos solidificados y calcificados por la acción de la naturaleza. Son
ejemplos de rocas sedimentarias el carbonato de calcio, el cal y el yeso.

Por último, las rocas metamórficas, como su nombre implica, son aquellos cuyo origen
está vinculado a un movimiento de transformación de su estructura química - física debido
a los estímulos proporcionados por un número de agentes naturales, si actuaron juntos o
por separado ........ El hecho es que el tiempo, el calor, la presión y la humedad son los
metamórfico principal responsable de la transformación estructural experimentado por
rocas metamórficas, centrándose en su constitución. Los buenos ejemplos de rocas
metamórficas son las pizarras, los xistos y las gnaisses.

Por lo tanto, es coherente concebir a partir de todas esas informaciones que, a la verdad,
la litosfera terrestre es una gran estructura sólida que está en constante movimiento,
dejándose afectar por las intemperies e intervenciones surgidas de los grandes
movimientos naturales que inciden de manera incontestable E imperiosa sobre la
naturaleza para modificarla para siempre.
CONDICIONES PARA LA VIDA

La vida parece ser un fenómeno singular, es decir poco probable o frecuente. De hecho
tuvieron que pasar muchos millones de años desde la formación del planeta Tierra –
hace más de 4.500 millones de años– para que surgieran en ella los primeros seres vivos
–hace unos 3.800 m.a.–

Una de las condiciones especiales que permiten la existencia de vida en la Tierra es su


baja temperatura media global, que ha permanecido relativamente constante durante
más de 2000 millones de años y ha hecho posible la existencia de agua en estado
sólido, líquido y gaseoso y de sustancias esenciales para los seres vivos como las
proteínas o las moléculas hereditarias (ácidos nucleicos) que sufren graves alteraciones
a temperaturas altas. Otro hecho importante es la existencia en la atmósfera actual de
una protectora capa de ozono que evita la llegada a la superficie terrestre de la mayoría
de las radiaciones UV procedentes del sol, cuya presencia también alteraría gravemente
a la materia viva. Además el tamaño terrestre ha permitido que la gravedad retenga los
gases de la atmósfera. Gracias a la presencia de un pequeño porcentaje de dióxido de
carbono (0,03 %) y a la abundancia de oxígeno (21 %) en la atmósfera actual se
pueden realizar los procesos llamados fotosíntesis y respiración, mediante los que la
mayoría de los seres vivos obtienen su materia y su energía.

Hasta la aparición de la especie humana esas condiciones de la Tierra se han mantenido


bastante estables durante millones de años, permitiendo así la permanencia de la vida.
De hecho existe una hipótesis formulada en 1969 por el científico británico James
Lovelock, denominada Hipótesis Gaia según la cual la Biosfera en su conjunto se
comporta como un “súper-organismo” vivo, que se autorregula de modo que es la
interacción entre todos los seres vivos y su ambiente quien conserva las condiciones
necesarias para la continuidad de la vida.

1. Temperatura adecuada.
En general, existen bacterias que pueden sobrevivir a un tipo de ambiente distinto e
incluso a ambientes extremos, pero para el desarrollo de vida (especies no
microscópicas) generalmente se dice que puede haber vida en un planeta si las
temperaturas son las que hay en cualquier parte de nuestra Tierra (por ejemplo,
temperatura de -3 a 45 grados grados celsius hacen posible que pueda vivir una
especie).
Para que haya una temperatura adecuada se necesita o bien, estar cerca de una estrella o
bien, que el planeta tenga energía interna mayor que la de la tierra o bien, teniendo en
cuenta la composición atmosférica.

2. Atmósfera y oxígeno.
La atmósfera protege a un planeta de las radiaciones (radiaciones tales como
ultravioleta, x y gamna). En la atmósfera es donde están los gases tales como el ozono
(que forma la "capa" con su nombre), Co2 que permite que haya efecto invernadero y
que por lo tanto, haya una temperatura viable.
¿Qué pasa si hay más oxígeno? Los esfuerzos son menores ya que al pulmón llega más
oxígeno. Una persona acostumbrada a una composición alta de oxígeno le costará
muchísimo acostumbrarse a tener menos oxígeno. La composición alta en oxígeno
oxida más, estropea más el papel y permite que las combustiones sean más fáciles de
conseguir. Además, el aumento de oxígeno puede provocar apoplegías (creo que eran
apoplegías... ).

3. Campo magnético
Existe un campo magnético en la Tierra debido a que el núcleo interno es sólido y el
externo es líquido. El campo magnético hace que las radiaciones ionizantes (y el viento
solar) se desvíen hacia los polos (no los geográficos), además permite que la brújula
marque el norte o el sur.

4. Radiación
Antes ya expliqué que es importante que las especies no sean afectadas por radiación.
La radiación ultravioleta causa cataratas, miopía, problemas inmunitarios, cáncer... por
ejemplo.

5. Agua en estado líquido


El agua debido a sus propiedades es el elemento más importante para los seres vivos. El
agua del mar al calentarse por acción del sol tarda tanto tiempo en cambiar su
temperatura que cuando empieza a estar algo caliente ya es de noche y se empieza a
enfriar y no varía apenas la temperatura del agua permitiendo que haya vida en ella.
El agua debido a su capilaridad (el agua sube por microtubos en contra de la gravedad
debido a esta propiedad) permite que la savia de los árboles llegue a la cima incluso si el
árbol mide 19 metros.
El agua en estado sólido tiene mayor volumen que el agua líquida, por lo que al
congelarse, se congela la superficie del agua y permite que haya vida por debajo de esta
capa helada (y por eso se desarrolló tanto la vida en nuestro planeta).
La tensión superficial del agua además de permitir que Jesús andase sobre ella
(*carcajada*) permite que haya seres que paseen a sus anchas sobre ella (los famosos
"zapateros")

6. Satélite
Parece una tontería, pero la Luna hace de escudo para la Tierra. Muchos cometas y otros
cuerpos se dieron contra ella (por éso está "mazada").

Condiciones para la Vida


La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que hay vida, ya que tiene ciertas condiciones
que favorecen la existencia de vida en él: no es el planeta más grande, pero tampoco es el más
pequeño; no es el más frío, aunque tampoco es el más caliente; sus movimientos de rotación y
traslación no son los más veloces, pero tampoco son los más lentos; no es el más cercano al Sol,
ni es el más alejado de él, lo que significa que recibe luz y calor suficientes.

En la Tierra existen varios elementos como el agua, el aire y el suelo, además de la luz y el calor
que le proporciona el Sol. La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que se encuentra
agua en estado líquido en su superficie: el 70% de ésta se haya ocupada por los océanos, y el
resto (30%) son continentes e islas. La gran capa de aire que envuelve al planeta recibe el
nombre de atmósfera. En el aire se encuentran gases como el bióxido de carbono y el oxígeno,
necesarios para la vida. Dentro de la atmósfera existen diferentes condiciones atmosféricas. Al
conjunto de condiciones atmosféricas, predominantes en alguna región, se le llama clima.

El clima es determinante en el desarrollo de vida dentro del planeta y está constituido por
ciertos componentes, que son: la temperatura, la humedad, los vientos, la presión atmosférica
y las precipitaciones (lluvia, nieve y granizo). Cada componente del clima contribuye a la
existencia de vida en el planeta y determina la distribución de los animales y la vegetación. No
actúan de manera independiente, sino que están en relación unos con otros. A su vez, cada
elemento es afectado por otros factores, como la forma y los movimientos de la Tierra, la
distribución de tierras y aguas, etcétera. La temperatura es el componente más importante y es
consecuencia de la energía solar.

La humedad, debido a la presencia de agua en el planeta, es indispensable para la alimentación


de las plantas. Al actuar la humedad junto con la luz y la temperatura, proporciona las
condiciones adecuadas para cada especie vegetal. La luz desempeña un papel principal en la
fotosíntesis, ya que por medio de este proceso las plantas asimilan las sustancias químicas del
suelo y utilizan los gases atmosféricos para la elaboración de sus nutrientes. La presión
atmosférica es el peso que soportamos del aire; ésta se ve afectada por la temperatura. Las
diferencias de la presión atmosférica en distintas zonas ocasiona movimientos en el aire,
llamados vientos.

El suelo varía su composición debido a la acción del agua y los vientos. Está formado por la
descomposición de las rocas, que por efectos de la erosión proporciona materiales sueltos como
la arena u otros materiales finos, capaces de retener la humedad. A ellos se suman productos
de origen orgánico, que en conjunto, proporcionan las condiciones necesarias para la vida de las
plantas. A veces los animales se encuentran menos sujetos al suelo que las plantas, debido a su
libertad de desplazamiento; sin embargo, algunos pueden emigrar y están adaptados al tipo de
región en que viven, es decir, las condiciones atmosféricas.

Su alimentación depende de las plantas. Aún cuando son carnívoros, se nutren de otros animales
que a su vez se alimentaron de plantas. En síntesis, las condiciones climatológicas determinan la
distribución de los animales en la superficie terrestre. Una vez adaptados a un cierto tipo de
clima, es muy difícil que sobrevivan fuera de él.

CONDICIONES PARA QUE UN PLANETA HAYA VIDA.

Las tres condiciones básicas para ello son las siguientes: que sea rocoso, que se halle en una
zona habitable de su estrella y que posea un campo magnético lo suficientemente intenso.

En cuanto a la primera, se considera que un planeta es rocoso cuando su constitución es sólida,


formada por elementos compactos y no por gases. En este sentido, los científicos consideran,
por ejemplo, que planetas como Júpiter o Saturno no pueden albergar vida a causa de que son,
básicamente, gigantescas bolas de gas.

En segundo lugar, deben encontrase en la zona habitable de su estrella. Esto significa que tienen
que estar a la una distancia de ésta que le permita recibir la intensidad justa de radiación estelar,
lo cual les permitiría poseer agua en su superficie así como mantener temperaturas moderadas.
A los que cumplen esta característica, los científicos los denominan ‘goldilocks’.

El tercer rasgo imprescindible para que un planeta pueda poseer vida es que su campo
magnético sea lo suficientemente intenso como para que su superficie se encuentre protegida
de las partículas cósmicas así como de brutales fenómenos atmosféricos que impedirían su
existencia (por ejemplo, los vientos estelares). Si un planeta cumple estas tres condiciones, la
posibilidad de que pueda albergar vida existe.

Otra cosa muy distinta es que, en verdad, la haya. De hecho, el siguiente paso sería analizar
pormenorizadamente su atmósfera para tratar de encontrar en ella componentes como el
oxígeno, el metano, el ozono o el vapor de agua. Pero, el simple hecho de que sea posible ya
constituye un extraordinario hallazgo para la Ciencia. Pensemos lo que supondría para el ser
humano encontrar seres vivos en otro planeta.

De momento, este descubrimiento no se ha producido pero los científicos no lo descartan y


continúan trabajando para ello en todas las partes de nuestro planeta.

Efectos ambientales

El desarrollo de la sociedad humana está basado en el consumo de grandes cantidades de


energía de distinto tipo.

Esta energía se transfiere en los ecosistemas y permite mantener a todos los seres vivos.

La mayor parte de la energía que usamos procede de los recursos naturales de nuestro
planeta, lo que puede originar serios problemas cuando se obtiene de recursos no renovables;
es decir, de recursos que una vez agotados no pueden ser regenerados en lo absoluto, o
aquellos para los que se requieren lapsos de tiempo de muchísimas generaciones humanas
para que se renueven.

La acción del ser humano sobre el ecosistema, con el fin de obtener energía, suele provocar
alteraciones en la biodiversidad. Estas alteraciones pueden suceder en la variedad de
organismos y ecosistemas en que estos viven, incluyendo el número de especies distintas, la
variedad genética dentro de cada una de ellas, y la variedad de interacciones dentro de
ecosistemas y entre ellos.

Aunque el crecimiento no destruya inmediatamente un ecosistema, la construcción de


carreteras, cercos o viviendas, puede obstruir o interrumpir los esquemas de la vida silvestre,
creando así fragmentación ecológica y desequilibrio, que tienen un efecto durante un período
de tiempo mayor. A pesar de que el ambiente es capaz de adaptarse a las circunstancias
naturales cambiantes, su modificación por el desarrollo humano dificulta la recuperación del
ambiente, tomando a menudo décadas, en el mejor de los casos, para recuperar su equilibrio.
Las principales actividades humanas que causan pérdida de la biodiversidad son:

Alteración y destrucción de ecosistemas. Debido a la gran diversidad existente en la selva


tropical, este es uno de los ecosistemas más vulnerables a la creciente intervención humana, la
cual está dirigida a obtener madera, suelos agrícolas y terrenos habitables.

La deforestación constituye la principal causa de destrucción de las áreas naturales y, junto a


la alta vulnerabilidad de las especies, combinada a la rápida pérdida o degradación de sus
hábitats, favorece en numerosos casos su proceso de extinción.

Prácticas agrícolas. Ciertas prácticas agrícolas pueden afectar la diversidad cuando se


descuida minimizar sus efectos. En primer lugar, la agricultura causa un gran impacto al
convertir ecosistemas diversos en tierras de cultivo. Por otro lado, los pesticidas pueden
envenenar a muchos organismos además de crear su acción. Finalmente, los monocultivos
introducen una uniformidad tan grande en extensas áreas que reducen enormemente la
diversidad.

Caza, exterminio y explotación de animales. La caza de ciertos animales considerados como


una amenaza para el ganado, ha llevado a ciertas especies hasta su exterminio. La caza
indiscriminada también ha tenido los mismos efectos. En la actualidad, el comercio de algunos
animales exóticos, la captura de otros con supuestas propiedades curativas (especialmente
apreciadas en la farmacopea china) y el turismo masivo, entre otros factores, amenazan a
distintas especies.

Introducción de especies nuevas. Ya sea para actuar contra plagas o por causas
involuntarias, como el desplazamiento y el transporte de mercancías, el ser humano actúa
como un gran introductor de especies nuevas en ecosistemas en los que, hasta entonces, no
existían. Esto es especialmente peligroso en lugares como las islas y los lagos antiguos, que
suelen ser ricos en especies endémicas, porque son lugares en los que la evolución se ha
producido con muy poco intercambio con las zonas vecinas debido a las evidentes dificultades
geográficas.

Contaminación de aguas y atmósfera. La contaminación local tiene efectos pequeños en la


destrucción de especies, pero las formas de contaminación más generales, como el
calentamiento global, pueden tener efectos muy dañinos.

La meta del manejo de la biodiversidad es lograr el equilibrio óptimo entre la conservación de la


diversidad natural y el avance sustentable de la vida humana. Por ello, el objetivo de las
estrategias es mantener un máximo de biodiversidad, para lo cual es necesario conjugar los
beneficios de la conservación de la biodiversidad con los intereses de las personas.

El manejo de la biodiversidad es por ello un esfuerzo abocado a:

 proteger y utilizar sustentablemente la biodiversidad y los recursos biológicos,


asegurando una distribución equitativa y adecuada de los beneficios generados por ella. En lo
posible evitar la destrucción, degradación o conversión de hábitats y ecosistemas.
 desarrollar instituciones (humanas, de infraestructura, financieras) adecuadas para
establecer áreas protegidas en las que se mantengan las funciones y procesos de un
ecosistema.

PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE LA


ENERGÍA EN LOS ECOSISTEMAS
La energía se definen como la capacidad de producir trabajo. El
comportamiento de la energía está descripto por las leyes de la
termodinámica:
1- la energía puede transformarse de una clase en otra, pero nunca se
crea o se destruye. La luz, por ejemplo, es una forma de energía, que
puede transformarse en trabajo, calor o energía potencial en los
alimentos, pero no puede destruirse.
2- ningún proceso que implique transformación de energía se producirá
espontáneamente, a menos que ocurra degradación de la energía de una
forma concentrada a una forma dispersa. Por ejemplo, el calor tiende a
dispersarse hacia las zonas más frías.
Los organismos, los ecosistemas y la biósfera entera poseen la
característica termodinámica esencial de ser capaces de crear y mantener
un grado elevado de orden interior, o una condición de baja entropía
(medida de desorden o la cantidad de energía no disponible en un
sistema). Se llega a una entropía baja por medio de una disipación
continúa de energía de alta utilidad (luz, alimentos) que se convierte en
energía de baja utilidad (calor).
Según el principio de estabilidad todo sistema natural cerrado con energía
pasando a través de él, tiende a cambiar hasta que se establece un ajuste
estable, con mecanismos autoreguladores. Dichos mecanismos provocan
el retorno al estado constante si un sistema es sacado de él por una
influencia externa momentánea. Una vez que se ha alcanzado un ajuste
estable, las transferencias de energía tienden a progresar en un solo
sentido y a velocidades características fijas.
En el ecosistema la proporción de la respiración de la comunidad total y la
biomasa de la comunidad total (R/B) puede considerarse como la
permanencia en la proporción de la estructura, o como una función
termodinámica de orden. Dicha proporción es una renovación ecológica.
Cuanto mayor sea la biomasa, tanto mayor es el costo de mantenimiento;
pero si el tamaño de las unidades de biomasa (los organismos individuales
por ejemplo), es grande (como la vegetación en un bosque) el
mantenimiento antitérmico por unidad de biomasa disminuye.
El comportamiento de la energía en el ecosistema puede designarse
apropiadamente como corriente de energía, porque las transformaciones
de energía son "en un solo sentido", en contraste con el comportamiento
cíclico de los materiales.

Las tres erres (3R) son las siguientes:

Reducir[editar]
Si reducimos el problema, disminuimos el impacto en el medio ambiente. Los problemas
de concienciación, habría que solucionarlos empezando por esta erre. La reducción puede
realizarse en 2 niveles: reducción del consumo de bienes o de energía. Actualmente la
producción de energía produce numerosos desechos (desechos nucleares, dióxido de
carbono...). El objetivo sería:

 Reducir o eliminar la cantidad de materiales destinados a un uso único (por ejemplo,


los embalajes).
 Adaptar los aparatos en función de sus necesidades (por ejemplo poner lavadoras y
lavavajillas llenos y no a media carga).
 Reducir pérdidas energéticas o de recursos: de agua, desconexión de aparatos
eléctricos en stand by, conducción eficiente, desconectar transformadores, etc.
Ejemplo: reducir la emisión de gases contaminantes, nocivos o tóxicos evitará la
intoxicación animal o vegetal del entorno si llega a cotas no nocivas. Países europeos
trabajan con una importante política de la reducción, y con el lema: La basura es alimento
(para la tierra) producen productos sin contaminantes (100 % biodegradables), para que
cuando acabe su vida útil no tenga impacto en el medio, o éste sea lo
más reducido posible.

Reutilizar[editar]
Artículo principal: Reutilización

Segunda erre más importante, igualmente debido a que también reduce impacto en el
medio ambiente, indirectamente. Ésta se basa en reutilizar un objeto para darle una
segunda vida útil. Todos los materiales o bienes pueden tener más de una vida útil, bien
sea reparándolos para un mismo uso o con imaginación para un uso diferente.
Ejemplos: Utilizar la otra cara de las hojas impresas, rellenar botellas,etc.
Las botellas desechables se pueden convertir en ladrillos ecológicos, si en su interior se
les ponen todas las bolsas de plástico que ya no se usan. Las cajitas o frascos de PVC,
metal o plástico se pueden pintar o decorar con técnicas de decoupage y utilizarse
nuevamente ahora para guardar distintos elementos. El papel usado se puede transformar
en pulpa y crear nuevas hojas para escribir.

Reciclar[editar]
Artículo principal: Reciclaje

Ésta es una de las erres más populares debido a que el sistema de consumo actual ha
preferido usar envases de materiales reciclables (plásticos y briks, sobre todo), pero
no biodegradables. De esta forma se necesita el empleo en mayor forma personal y
energía en el proceso.
Ejemplo: El vidrio y la mayoría de plásticos se pueden reciclar calentándolos hasta
que se funden y dándoles una nueva forma. Es como utilizar algo de su principio,
aunque la eficiencia no es del cien por cien en general. En el caso del vidrio en
concreto, sí es completamente reciclable: de una botella se podría obtener otra
botella.
.recuperar

S-ar putea să vă placă și