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* Epita EOL reside y desarrolla su actividad en le ciudad de Pau teodecree Gx Praacinh, 7 oie Beate: ME de la EEP UEyeuela Europea de Psicoandlisis) ensefiatamoin enla regidn de Toulouse. “La voz y el Superyo” es la version ee eeeida de una conferencia que pronuncio en Hnt de aeetehes de la EOL, el 8 de abril de 1997. Algunds vearatve de om pansscin provienes, some os! be ha seernenddo, de su pertenencia y trabajo en un cartel euro americano Slavoj Zizek despliegasu actividad psicoanaliticaen Livthan? (Republica de-Eslovenia), siendo autor de Kummerosas obras referidas al psicoandlisis de orien\s- carne ceaniana, algunas de ellas ya traducidas al castel/s- no. El sresentearticulo, "La vozen la diferencia sexua’ fue publicado originalmente en inglés, de cyt version franvesa para la Revue de psychanalyse de la B.C-F we 431 se lo ha vertido en castellano con la autorizacién del autor. Cabe dejar sin mas a disposicién del lector en est volumen un tema de singular atractivo en el panorama actual del psicoanilisis. Guillermo Raices _- Me parece que se trata de un Jacques-dlain Miller Jacques Lacan y la voz Jacques Lacan le ha dado # la voz un lugar especifico encl psicoandlisis.' Voy a ocuparme de las vias por las cuales se vio Hevado en su ensefianza a darle a la voz Un tstatuto de objeto, llamado objeto pequefio:a. en To qué Ai llamaba su algebra psicoandlisis. En efecto, Ja tradicion psicoanalitica, a partir de Freud, Abraham, Melanie Klein, ais 6 cierta- Mente la funcién del objeto, pero para “ponertodo el acento en dos objetos, bien conocidos he practica analitica: el objeto. oral y- el objeto.anal, suponen sucesivamente prevalentes. enlacronologia del Gesarrollo —el desarrollo del individuo o més precisa- ‘nente, el de su libido en tanto su finalidad converge eu el objeto genital. Dicho de otro modo, no se esperd a Lacan para sitar en el psicoandlisis la funcién del objeto, pero estos dos Gbjetos se inseribieron en estadios de desarrollo. Yesun hecho de la historia del psicoandlisis que elobjete vocal haya permanecido desapercibido en tanto que & punto "aye 5 diacrénico, cronoldgico, de larelacion de obje(0 ae wrandé la perspectiva. El objeto vocal no aparecio ¢” elpsicoandlisis hasta que la perspectiva no fue ordenada desde un punto de vista estrugh 9 {Qué implica erpunto de vista estructural en psicoa- naligis? Es el punto de vista que inauguré Lacan —no es» el unico que lo haya adoptado- dandole su estatuto al” Enconsciente a partir de la estructura del lenguaje tal como fue planteada por Saussure y desarrollada por Jakobson. Consiste, primeramente, en anular las pre- guntas sobre la géhesis y, por ello mismo, operar una Separacién en la teoria del desarrollo de Ja libido entre, por una parte lo que trae aparejado ef punto de vista genético: que no dejan de usar la teorfa de los estadios, ¥ por otra parte, aquello para lo que servian los estadios como cubierta, vestiduras: los dos objetos que estén alli, caidos de esta catdstrofe. A partir de alli, el punto de vista estructural obliga igualmente a revisar 1a nocion del individuo, soporte del desarrollo, para sustituirle un concepto diferente, el de "9 sujeto que no es el soporte del desarrollo, ni tampoco el soporte de la estructura, sino exactamente lo que supone Ja estructura. De este modo, este sujeto es el sujeto del fac = 9% significante; es lo Unico que sabemos de él: es supuesto. > |\c por la estructura del lenguaje. Las tesis del desarrollo genético dejan por lo tanto lugar ala tesis de la causacin estructural del sujeto, y el objeto se encuentra por ello mismo arrancado al cuadro diacrénico donde fue ins- cripto en el psicoanilisis primeramente, para alojarse en las operaciones de causaci6n del sujeto. De este modo, el problema del objeto no es ya un problema temporal. No se lo formula mas en términos de sucesién —de~ So"! progresidn o de regresidn-, sino en lérminos estructura- {..0\-'«" les, 5 Entonces, ,cémo la funcién del objeto, tal como fue trabajada en el psicoanilisis desde Freud, se inserta en m0 | \ic. las relaciones del sujeto y la estructura del lenguaje? wy (Wau 3, Esta pregunta constituye un problema en dos puntos. \*)"" Pe Primero, ,como la relacién del objeto con la estruc- tura lingistica puede formularse, en tanto que el objeto Como ta fe 10 -incluido el objeto oral o el objeto anal— n elemento de |: structura lingilistica, desde el momento en que no es ni un significante, ni un significado? Si Lacan anota el objeto con la letra a, es para distinguirlo de todas sus anotaciones del significante o del significa- do, para los cuales utiliza distintos tipos de S-maytscu- 2 la, mindscula, itdlica, etc. Lacan pone el objeto aparte de |) 7°" la estructura lingiistica, anoténdoloconunaletraqueno|| declina. Luego, gcémo es que sin embargo hay una relacion), vay entre este objeto que no es un significante, y un sujeto yey vr t« definido, por el contrario, como sujeto del significante?| °” * *“/ Es un problema ligado totalmente a la matriz de la! f., ensefianza de Lacan: estuvo en esta tarea durante largos fe aiios para conciliar estas dos exigencias que pueden <4 parecer habitadas por una antinomia. Es en el camino de la posicién y de la resoluéién de +n #4 estos problemas como Lacan encontré lo que podemos llamar dos nuevos objetos en el psicoanilisis: el objeto vocal y el objeto escépico, la voz y la mirada, que generalizan el estatuto del objeto en la medida en que n0 Jy... pueden situarse en ningun estadio. No hay estadio vocal |"! ni estadio escopico. ae ‘acan feservé al objeto escépico, a la mirada como objeto a, un desarrollo hoy célebré, en su Seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoandlisis.? apro- vechando la aparicion del libro péstumo de M. Merleau- Ponty, Lo visible y lo invisible. Hay una raz6n para ello que no es sdlo una razén de encuentro, incluso si el azar tiene alli su parte, Lacan, en efecto, tratando el objeto mirada, enconiré la ocasién de corregir el sentido de lo que él mismo habia introducido y que también es céle- bre, el “estadio del espejo”. En efecto, en la medida misma en que la relacién | especular del “yo me veo verme” soporta las identifica- ciones imaginarias -y, en el fondo, el espejo est alli para materializar Ia imagen-, disimula la distincién @ 4 yioo Pralizar de la visién y de la mirada. De la vision como 77/1 funcidn del drgano de la vista, y de la mirada, su-abjeto wie inmanente, donde se inscribe el deseo del sujeto, y que no es organo ni funcién de ninguna biologia. ‘No tenemos un desarrollo comparable en la ensefian- zade Lacan sobre el objeto vocal. Este desarrollo puede, sin embargo, estar esbozado en el modelo de la articula- cidn del ojo y de la mirada, sin que haya necesidad de introducir una mediacin como la del espejo. El espejo es necesario para producir el “verse a si mismo”, mien- tras que el “oirse a si mismo” ya estd presente en Jo més|| * intimo dela subjetividad —0, para expresarlo como Husserl lo hace, en “la presencia de si del presente viviente de la subjetividad’ “Pero con el modelo de la esquizia, de la oposiciéa, de la antinomia entre el ojo y 1a mirada gpor qué no intro~ tq ducir una esquizia, una antinomia entre el oido y la voz? < Esto alcanza para, en un atisbo, marcar que la voz como), ¢ ¢ objeto ano pertenece de ningiin modo al registro SONOLO4! ve'sr7 o | Gia pre “asi como la mirada como objeto a, en el Seminario JI,’ =" puede ejemplificarse muy bien con el ruido que sorpren- Ue al viajero en el andlisis que Lacan toma de Sartre. Evoco los nombres de Merleau-Ponty y de Sartre: en efecto, todas estas construcciones de Lacan estan cons- tantemente en relacién a los andlisis fenomenolégicos. Pash sous % Sila voz como objeto ano pertenece de ningtin modo pulls AvOr al registro sonoro, esto no impide que las considerac ge aide! sobre la voz a partir del sonido ‘ty:¥9 “on nes que pueden hacerse ; 0 sobre todas|q! col lloraons en tanto distinto del sentido, por ejemplo, de estar centrados por un vacio: el de la castracién. 2 En tanto son oral, anal, escdpico, vocal, los objetos\'\;s rodean-un vacioy es por ell Sie eoaenatae diversas.) formas. Es decir que cada uno de estos objetos sin duda esté especificado por una cierta materia, pero estd espe- cificado por esta materia én tanto la vacia, Y es por esto que, de hecho, el objeto a es para Lacan una funciéna ¢ légica, una consistencia del cuerpo bajo la forma def: 14 po}, diversos desechos. Es decir, es fundamental un criterio teseoh para asignar esta letra a a objetos. Este criterio —pode-! *t mos decirlo en los términos del “Hombre de los lobos”-, trata de una cosita separable del cuerpo. 4 sera {Qué es To que puso a Lacan en la via de prolongar la lista freudiana con los objetos vozy mirada? La respues- ta es simple: es una experiencia clinica. No es una meditacién sobre el mondlogo consigo mismo del sujeto en su soledad, para el caso del objeto voz. Es una experiencia clinica, donde la mirada y la voz se mani- be fiestan bajo una forma separada, con un cardcter eviden- /' te de exterioridad en relacién al sujeto. aes, Es la experiencia clinica de la psicosis lo que condu- ‘yin jo Lacan a prolongar la lista freudiana. Podemos decir / que, de cierto modo, estos objetos eran conocidos por los" psiquiatras, y que la teoria de la voz y de la mirada como Objeros a viene del cruzamiento de la experiencia psi- |)" quidtrica de Lacan y de la teoria de los estadios de Freud, bajo Ios auspicios de la estructura del lenguaje de Saussure. Lacan extrajo del delirio_de vigilancia 'el objeto escopico, porque este delirio de vigilancia vuelve manifiesta la presencia separada y en el exterior de una las modalidades de la entonacién, slo puedan inseribir-| 1,20\c0¢ _ mirada bajo la cual el sujeto cae. Del mismo modo, | se en la perspectiva de Lacan ordendndose con la fun- (2! i,m Qn bacan extrae de los fendmenos del automatismo mental. ,%> | cién de la voz, si puedo decirlo, como a-fona. veh - -asi nombrado desde Clérambault, a quien Lacan reco- vod! Sin duda hay alli una paradoja, que se debe a que los nocia como su unico maesiro en psiquiatria— el objeto“4.°s/ | objetos Hamados a sdlo concuerdan con el sujeto del significante perdiendo toda sustancialidad, a condicion /9 2 vocal. Ahi hablamos de voz aunque estas voces sean }).. todas inmateriales -no por ello son menos perfectamente aviv ‘Oky.Vo2- yoes tama lent, 13 ® o reales para el sujeto. Son incluso aquello de lo cual él no, 435g puede dudar. sin que nadie pueda grabarlas no es su Pane materialidad sonora lo que estaria en primer plano ‘ Por ello, y muy ldgicamente, es en su escrito sobre la psicosis' donde encontramos la articulacion mas desa- coy th frollada de la relacion del sujeto y de la voz. Ella incluye 3 —como, por otro lado, lo que desarrollé en su Sentinario 1)! sobre la articulacién del sujeto y de la mirada~, una confrontacién con Maurice Merleau-Ponty (en el escri- to, queda implicito). Una confrontacién, precisamente, con su Fenomenologia de la percepcién, donde encon- tramos una teoria bastante desarrollada de la alucinacion verbal motriz. Hay una necesidad l6gica -mereceria que se desarro- lic la confrontacién de Lacan y de Merleau-Ponty sobre Ja cuestidn de la alucinacién verbal motriz-.enelhecho yc ieg _frealizarse cruzando el vector del significante. Lavor.es | Pep. en Fou reste todo lo que del significant cto de} 7 que Lacan haya encontrado la vozat tanto que tomaba su pun experiencia analitica, de la funcidn de la-palabra.en el) parti“), campo del lenguaje. Diré que la instancia de la vor)|} je Pie funcion de la |, merece inscribirse como palabra y el campo del lenguaje. ~ 2GlerUe como léxico y como sintaxis. Inscribir la voz aqui la |) voren Se puede partir del hecho de que es la funcién dela“ OF, instala de entrada en una posicién de resto. VSS palabra aquella que confiere un sentido a las funciones del individuo. Esta palabra anuda uno al otro el signifi-) cado—o mas bien lo “a significar”, lo que es a Significar—| y el significante; y este anudamiento implica siempre un) ercer término, que es el de la voz. Si planteamos que no podemos hablar sin voz, sdlo diciendo esto _podemos inscribir en el registro de Ia voz lo que cc residuo, resto de la sustraccién de la_ ion al significante. ‘Y podemos, en primer lugar, definir la voz |como todo aquello gue siendo del signTicane Oat | cipa del efecto de significacion. Es lo implicado por un Hesquema muy simple de Lacan: 14 de partida, paraaprehender la 0"). '°, a hy td Castracion Goce del viviente Voz Significante \Intencién de bignificacion Este esquema presenta la operacién de la palabra a) partir del cruce de dos vectores: el de la intencién de decir, el dela intencién de significacion, que s6lo puede . ficante no participa del efecto Sep significacién. Lo que trae aparejado el punto de vista estructural es que\la intencion de significacion\ por lo tanto, sélo se realiza a condicién de-enconirar, sobre el vector del significante, lo que es su estructura a la vez El segundo vector que Lacan inscribe en este esque- ma encarna la dinamica del viviente y, simétricamente. Jo que es el goce del viviente, el cual, por atravesar esta estructura, se encuentra alli bajo la forma de la castra- cidn. Por supuesto hay posibilidad de razonar sobre la simetria de posicién entre la voz y la castracién 3k. ,, ta.voz lacaniana, la voz en el sentido de Lacan, no solo no es la palabra, sino que no es nada del hablar. Hemos visto desarrollarse una lingiistica de la entona- ’ cién, que a muchos lingdistas les parece un ejercicio limite, Trata de definir lo que serian los significantes de la entonacidn segin los efectos de sentido con que se -cargan. A este respecto, la lingtlistica de la entonacién i nada que ver con la voz lacaniana que no es la lo Lan entonacion. pues Su posicion esti profundamenteTuera ’”) i oc de sentido. Podemos pensar que lo que Lacan llama la mcrae voz tiene parentesco con la entonacién y sus modalida- ("1% vag! Le rfgitiemplo, entre las des. No creo que apunte a esto, en la medida en que esta lingiistica de la condicion de referirse en definitiva a los efectos de| e sentido que alli se producen. ¥ Bes ‘ of Con respecto a esto, la voz, con el uso muy especial ts, eS que Lacan hace de esta palabra, es sin duda una funcién cong del significante -o mejor, de la cadena significante en dp te tanto tal. “En tanto tal”, esto implica que noes Gnica- pins mente la cadena significante en tanto que hablada y ae escuchada: quizd es también en tanto escritay leida El Punto crucial de esta voz es que la produccién de una jonacién no es posible mas que a) webarSujeto no puede hablar sin oirse, es decir, que Se of oy, Propiaincluye una reflexividad espontanea, ue ety Gecirlo, una autoafectacién que fascina siempre al ana- in otista de los fenémenos de co setista de Ios cias muestran que, rei SF propia palabra en sugestin que viene muy naturalmente de la palabra del otro, Por otra parte, la el sujeto causa, percepcién de su propia palabra por asimismo, numerosas paradojas. Un paradojas que Lacan sefiala, es que el i piledo cia. Pero este “oirse” es distinto del “escucharse”, en donde una atencién afosaplicada corrige, viene a retomar esta reflexividad es. he ponténea. Podemos notar en relacién a esto que el sujeto puede escucharse sin dividirse; numerosas experien- por ejemplo, si remitimosal sujeto su parlantes con un tiempito de‘diferen- cadena significante -lo digo en los términos mismos de | ee cia, si se oye lo que dice, pierde el timén de su propia Lacan—no esta ligada a tal o cual drgano de los sentidos. oe" palabra. L nage fe © a tal o cual registro sensorial En el mismo capitulo de la percepci abe pote Ciertamente, encontramos en Lacan un esboz0 de la fsa lo) —_—_—palabra por el sujeto, hay que inscribir lo que le debemos iteweore fenomenologia de la palabra, que apunta a mostrar Tas ferorcerce¢ a la observacién psiquiatrica, que la. alucinacién verbal |& envets! paradojas dela percepcién de la palabra; estas paradojas “-!"** —_responde enel sujeto al esboze de mov imientos Fonatorios (jaw), cobservable en ocasiones. Tratindose de lo que ios 0°" ponnearch ga que el sujeto se muestra alli esencialmente a yels Paciente, es decir, soporta sus efectos. Sin desarrollarla, Coto sehalo que esta fenomenologia debe dar un primer lugar 'f2"'= al andlisis de la percepcién por el sujeto de la palabra del day otro, en tanto. que toda palabra del otro trae aparejada epaee una sugestién profunda. Eso estd bastante bien imagina- eh pues do en el hecho que todo el mundo puede quedarse “(> * tranquilo durante todo un dia en oir hablar y en oir la palabra del otro -oir o dormir. Esto no quiere decir que |, <.qechu' eae he mpeg forzosamente se sionalmente en el sujeto una desconfianza en la palabra del otro: “Dice esto, pero ,qué es lo Tamente decir? Dice esto, pero glo ue qalere verdade. flees veges Vee [aitfenes-tienen la primacia. Podemos formular entonces decor Romeo ice él". Esta des. TK confianza seinscribe también en el hilo de esta suges- 72 Hon: el sujeto se pone fuertemente en guardia frente ala 16 Ocupa, @ saber, la alucinacién verbal, esto conduce a plantear que ella se basa en el sujeto en un desconoci- miento de su propia actividad es decir, 1a fmputacion que_se le hace al sujeto, como constituyente, dé ser responsable de la alucinacién. ‘ La perspectiva estructural, en la cual se inscribe el concepto de la voz en Lacan, es otra. Es la perspectiva segiin la cual el sujeto del significante esta uido a partir de la cadena significante —no es constituyente sino constituido. La cadena significante y su estructura son : 0 ue la vox es una dimensign de toda cadena significante, LY22 en tani 0 que una cadena significanie como tal = escrita, visual, etc.— trae aparejado una atribucion J jetiva, es deci na_un lugar al-sujeto. Sas ei cidn subjetiva, regularmente, dice Lacan. es distributiva es decir. no es de ningiin modo univoca Por lo regular, una cadena significante asigna varios lugares subjetivos. Esto no escapé a una lingiiistica que considera que todo discurso incluye en lo mas profundo Wt < menciones, que todo discurso, de este modo es profun- yes <> damente un discurso indirecto, que no hay discurso sin que, en la enunciacién misma, el sujeto no esté en retroceso y se ubique, retome posicion en relacion alo que dice. Ustedes saben que se llega al punto de hacer de Ia negacién una tal mencién —es necesario que haya en \/c9,"<°2 principio la posicién del término, y luego, la negacion “Jo ay del término planteado previamente. Es alli exactamente donde Lacan utiliza el término de voz: toda saien| significante tiene diversas voces —lo que en efecto, hace equivaler la voz y la enunciacion. ra fencer Este andlisis precede, en su escrito sobre la psicosis, : a sus consideraciones sobre una célebre alucinacién verbal referida por una paciente en el hospital Sainte- Anne, quien habia oido decir al vecino esta injuria: “marrana”. Lacan pone de relieve que llega a obtener de esta paciente lo que precede a esta injuria, la frase misma | completa: “vengo del fiambrero”. {Cual es el punto crucial del anélisis de en oz Al \ enunobiitn Considers el conjunto formado por la injuria y por esta frase como una cadena significante que se ha roto, es decir, donde se produjo una distribucion de laasignaciom, subjetiva: el "vengo del fiambrero” es atribuido al sujeto_ bibeuc que puede entonces racer que To ha pensado, en tanto que la palabra “marrana™ cadena significante para serle atribui Sinduda ° podemos reconocer aqui, en la frase “Marrana, vengo del fiambrero”, el fantasma de despedazamiento que habita a esta paciente que de este modo, en Ja palabra “marra- na”, oye resonar la palabra de su ser. 18 frets quiere decir que no Es la carga afectiva o, digamos, libidinal de la pala- bra“marrana” lo que opera una ruptura de la continuidad de la cadena significante y un rechazo en lo real. Porello, Lacan llama voz aun efecto de forclusién del significan- i922)". te, que no es reductible de ningiin modo, como lo querria ty" la vulgata, ala célebre forclusién del Nombre del Padre. fa ke En la medida en que un trozo de cadena significante, 5°" uebrada por lo que llamamos por el momento esta ‘carga libidinal, no puede ser asumida por el sujeto, joc leta asa alo real y se le asigna al Otro, La voz aparece en su fideo imensiOn de objeto cuando es la voz del Otro. =~ Sivue Qué es lo que alli importa? (Es el tono, aun siendo ** °'"> el de la injuria? Después de todo, aunque le hubiera sido : dicho al oido y dulcemente no seria por ello para el. ior sujeto menos injuriante, Lo que aquiimporta,esqueesta~ voz viene de] Otro. De este modo, Ia voz es la parte de lary viene cadena significante.ioeTble Ue Wel por el sue] Sie como “yo”, y que se asigna subjetivamente al Otro. poset “Pero después de todo, “marrana” es también una “yy >5 palabra, un significante que produce un efecto de signi- y> 9! ficacién, que Hamamos la injuria. Estariamos por lo cl Clos tanto ain alli en el registro propiamente del significante y del significado? No debemos descuidar lo que rapida- imente hemos llamado la “carga libidinal” de este térmi- no. Lo qué implica, para decirlo’en otras palabras, que varian apenas las que ustedes han aceptado hasta el , presente: una carga de goce ~alli, verdaderamente, hago del término goce el equivalente de libido~no integrable a la cadena significante. ¥ Es asi como la voz viene al lugar de lo que correspon- Werege deal sujeto propiamente indecible, y que Lacan llamé su si “plus de gozar”. La castracién, que mencioné rapida- 947716" g mos voces en Jo real, que Yfp\ samos sordos a ellas. ;Dénde esta entonces la instancia ~* °°" jo hablo? No es el tono lo que tomo, 19 i nie came Bi Ace om Recep ees Re ss dn * Aen denn Bale ee ee es simplemente que mi voz grabada me parecera como la de otro. La instancia de la) que quiero producir. No ¥oz esta siempre | posicién debe marcarse en relacion @ una cadena signi- oye Ficante, en la medida en que esta cadena significante se (io inaAtiene siempre en relacidn con el objeto indecible. fo. Por ello, la voz es exactamente lo que no puede decirse. {40% Se ha sefialado que habia nla voz algo que escapaba 2.0, al efecto instrumental. Ciertamente, me sirvo del signi ace Ticante para hacer responder al Otro -toda cadena signi- (n03°° ficante es una invocacién— pero, mas radicalmente, es- pero la voz del Otro, la que me dira Jo que me espera, lo que sera de mi y lo que ya es de mi ser como indecible. Y es precisamente lo que ata al Otro: lo que me ata al Otro, es la vozenelcampodel Otro. = Por ello podemos decir del psicético, aquél que esta sujeto al automatismo mental, que es el hombre libre. Es el hombre libre del Otro, porque la voz del Otro ya esté con-él y el Otro ya le ha respondido. Para aquellos que alli se inscriben, Ja castracién X quiere decir que serdn por siempre mendigantes. Es por esto que son los objetos tomados en Ja demanda -el objeto oral y el objeto anal— los que surgieron en primer sente desde el momento que mil V0%ese bec thy plano en el andlisis, antes que este objeto del deseo que] lo ay es la voz. sags Hay voz porel hecho que el significante gira en torno hoy vor. del objeto indecible. Y Ta voz como tal emerge cada vez .*9 lew que el significante se quiebra, par: “este objeto 4 eneLhorror. Si tuviera que formular la invocacién de toda cadena significante, diria que es_ésta: “No me des To que te demando, porque no es lo que yo deseo”. Pero tal ve podamos decirlo atin mas profundamente breve, baj forma de este mandato al Otro: “jCallate!”. Por lo tanto, no utilizamos la voz; ella vive en_el lenguaje, Jo habita. Basta con decir para que emerja, 20 ar 19 Wz > la voz como objeto pequefio a. surja la amenaza de que aparezca lo que no puede decirse. Si hablamos tanto, si realizamos nuestros colo- quios, charlamos, cantamos y escuchamos a los cantan- tes, hacemos misica y la escuchamos, la tesis de Lacan implica que es para hacer callar lo que merece llamarse Versién castellana de Silvia S. Baudini. Versién castellana autorizada pero no revisada por el autor. Publicado en francés por la revista Quarto n, $4, Bélgica, junio de 1994. Notas ' Ndlr: Este articulo fue retomado y revisado por el autor, de una exposicién hecha en ocasién de un coloquio sobre Ja voz en Ivry, e] 23 de enero de 1988, cuya transcripeién aparecié anteriormente en éditions de la lysimague (1989). Lacan J., El Seminario, Libro !!, Los cuatro conceptos fundamentales dei psicoandlisis, Paidés, Buenos Aires, 1997, pag. 79, Lacan J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoandlisis, Paidés, Buenos Aires, 1997, pag. 91 Lacan J., “De una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de Ja psicosis”, Escritos 2, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1985, pag. 513-564. Lacan J., El Seminario, Libro 11, Los ewatra concepios fundamentales del psicoandlisis, Paidés, Buenos Aires. 1997, Nd uhlrzomos : ello lo a

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