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Los aragoneses en América

(siglos XIX y XX)

Tomo I

L a emigración
VICENTE PINILLA NAVARRO
E L O Y FERNÁNDEZ CLEMENTE
© Vicente Pinilla Navarro y Eloy Fernández Clemente
© Gobierno de Aragón

Edita: Gobierno de Aragón


Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales

ISBN: 84-7753-992-8 (obra completa)


84-7753-993-6 (tomo I)

Dep. legal: Z-1011-2003

Imprime: I N O Reproducciones, S.A. - Ctra. Castellón, km 3,800 - 50013 Zaragoza


Presentación 5

I n t r o d u c c i ó n al t o m o p r i m e r o 7

PRIMERA PARTE
HACER LAS AMERICAS: DESTINO, TRABAJO Y CONDICIÓN
Vicente Pinilla N a v a r r o

1. Introducción 21

2. L a e m i g r a c i ó n a r a g o n e s a : opciones, d e s t i n o s y r i t m o s 25
2.1. Aragón: un país de emigración 25
2.2. El dilema entre emigración interior y exterior 31
2.3. América: una opción minoritaria 40
2.4. Evolución de la emigración aragonesa hacia América 44
2.5. Los principales países de destino en América 49
2.5.1. Argentina 50
2.5.2. Cuba 55
2.5.3. Otros destinos en América 61

3. C a r a c t e r í s t i c a s d e los e m i g r a n t e s a r a g o n e s e s h a c i a A m é r i c a 65
3.1. Los orígenes comarcales 65
3.2. La última residencia en España como aproximación a la emigración por etapas 69
3.3. Sexo, edad, estado civil y emigración de grupos lamiliares 70
3.4. Formación y clasificación profesional: emigración y movilidad social 75
3.5. El periodo de estancia, la estacionalidad y las características de los viajes 82

4. Consideraciones finales 89

5. R e f e r e n c i a s bibliográficas 93

6. A p é n d i c e s e s t a d í s t i c o s 103
S E G U N D A PARTE
VIVIR E N AMÉRICA: RESIDENCIA, A Ñ O R A N Z A E I D E N T I D A D
Eloy F e r n á n d e z Clemente

1. Los aragoneses en Cuba 115


1.1. El final de la guerra y la independencia cubana 115
1.2. La Sociedad Aragonesa de Beneficencia de La Habana 119
1.3. Los años difíciles (1975-1995) 124
1.4. Algunos aragoneses destacados en Cuba 128
1.5. La preocupación por Cuba en Aragón 131

2. L o s Aragoneses en la República Argentina 137


2.1. Los orígenes del asociacionismo aragonés 137
2.2. La fundación del Círculo de Aragón en Buenos Aires 141
2.3. Aragoneses viajeros en la Argentina 143
2.4. El Círculo de Aragón en los años veinte y treinta 145
2.5. La Revista Aragón 148
2.6. Algunas person¿Uidades destacadas 152
2.7. Los años de la guerray la posguerra 154
2.8. Años de crisis 157
2.9. Años de reconstrucción. La oleada de los años 1950 159
2.10. Emigrantes en otras zonas de Argentina 164

5. Venezuela: la emigración de n u e v a s g e n e r a c i o n e s 171


3.1. Venezuela, país de acogida en los años 1950-1960 171
3.2. La gran inmigración de los años cincuenta 173

4. O t r o s destinos m i g r a t o r i o s 183
4.1. México 183
4.2. Chile 186
4.3. Uruguay 188
4.4. Centroamérica y los Países andinos 191
4.5. Brasil 195
4.6. Estados Unidos 197
4.7. Otros viajeros y emigrantes especiales de v¿irios destinos 207

5. Las relaciones con Aragón 211

A p é n d i c e I: Las C a s a s d e A r a g ó n en América 219

Apéndice II: Bibliografía básica u t i l i z a d a 223


Presentación

La aprobación por las Cortes de Aragón de la Ley 5/2000, de 28 de noviembre, de relaciones con
las Comunidades Aragonesas del Exterior, puso de manifiesto la voluntad de todos los grupos políti-
cos aragoneses de dar un nuevo impulso a la atención a quienes, habiendo nacido en Aragón o siendo
descendientes de aragoneses, residen fuera de nuestra Comunidad Autónoma y se sienten vinculados
a ella por lazos afectivos, culturales o de cualquier otro tipo.

En esta nueva etapa, el Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Presidencia y Rela-
ciones Institucionales al que la Ley 5/2000 asignó la gestión de estas competencias, ha procurado pro-
fundizar en las relaciones con las Comunidades aragonesas del exterior en muy diversos aspectos, es-
pecialmente a través de la intensificación de los contactos y ayudas a las Casas y Centros de Aragón.
El Congreso celebrado en el mes de octubre de 2002, y que congregó a representantes de todos esos
Centros, tanto de España como del resto de Europa y de América, supuso también un respaldo a esa
labor y puso de relieve la vinculación que mantienen y quieren mantener con su tierra de origen, con
sus raíces, esos cientos de miles de aragoneses que viven fuera de Aragón.

Esos encuentros y actividades han servido también para poner de manifiesto la pervivencia ilu-
sionada de los sentimientos aragoneses en diversos países de la América latina, en particular en aque-
llos que cuentan con Casa o Centro aragonés: en Argentina, donde existe representación aragonesa
de especial importancia a través de cinco Centros en Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Mendoza
y Rosario; en Curitiba, en Brasil; en Caracas, en Venezuela; en Santiago, en Chile; y en la Habana, en
Cuba, a través de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia, que ha sido reconocida como Casa de Ara-
gón en fechas muy recientes.

La participación en el Congreso de los representantes de esas Comunidades aragonesas en Amé-


rica tuvo una especial intensidad, recogiéndose en sus conclusiones una sentida mención a las mis-
mas, así como la petición de una singular atención del Gobierno de Aragón, dada su especificidad y
los momentos difíciles que atraviesan algunos de sus países de residencia.

Más recientemente, en abril de este año, una representación de los jóvenes de las Casas de Ara-
gón en América ha tenido ocasión de participar en el Encuentro de jóvenes del exterior, reiterando su
interés por intensificar las relaciones con Aragón.

Entre las distintas actuaciones que vienen realizándose para acercarnos a los aragoneses en
América, resulta de extraordinario interés conocer mejor su realidad actual y su historia más próxi-
ma. Y por ello se presenta ahora este libro que incluye estudios de los profesores de la Universidad
de Zaragoza D. Eloy Fernández Clemente y D. Vicente Pinilla Navarro, que habían venido traba-
jando sobre el tema y han tenido ocasión de conocer directamente la presencia aragonesa en visitas a
países americanos.
La presente publicación se estructura en dos volúmenes bajo el título común de "Los aragoneses
en América (siglos X I X y XX)". El primer volumen contiene dos estudios sobre la emigración arago-
nesa, en el contexto de la emigración española en América. El profesor Pinilla Navarro investiga sus
orígenes, sus características personales y familiares, su destino y sus etapas, aportando datos sobre las
motivaciones de una decisión tan trascendente como es la de emigrar. El profesor Fernández Clemen-
te, bajo el título "Vivir en América: residencia, añoranza e identidad" se refiere a las condiciones de
vida de los emigrantes aragoneses en los distintos países americanos, y a la presencia especial de algu-
nos aragoneses ilustres.

El segundo volumen de la obra, del que es autor el profesor Fernández Clemente, se refiere a la
emigración aragonesa no deseada, forzada por motivaciones políticas. Se trata de quienes emigraron
en aquella época difícil de los años de la guerra y de la postguerra, y de conocer mejor el papel que
desempeñaron los exiliados aragoneses, destacando las numerosas personalidades de la cultura, de la
enseñanza, de la ciencia y de la técnica. Con el sosiego que da la distancia en el tiempo y haberse su-
perado aquella etapa en esta España y en este Aragón democráticos y en paz, resulta muy interesante
conocer mejor al numeroso grupo de aragoneses que allende los mares siguió aportando a sus países
de destino su trabajo y su sentir aragonés. En ese grupo destacan, entre otros, personalidades como
Odón de Buen, oceanógrafo cuyos restos descansan desde hace pocas semanas en su Zuera natal; li-
teratos como Benjamín J a r n é s y Ramón J . Sender; pintores, como Marín Bosqued, y cineastas como
nuestro admirado Luis Buñuel.

En resumen, este libro pretende ser una aportación más que contribuya a un mejor conocimiento
de los aragoneses que un día emigraron a América. Y, al mismo tiempo, una contribución a la ruta rei-
niciada de reforzar puentes y estrechar lazos con quienes, desde un origen y vinculación aragonesa,
sienten y aman a esta tierra. Que tengan la seguridad de que Aragón les recuerda, quiere mantener su
vinculación con ellos y les acogerá y recibirá siempre como algo propio.

José Ángel Biel Rivera


Vicepresidente del Gobierno de Aragón y
Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales
Introducción al tomo primero
"El aragonés no es pueblo viajero. Son pocos los ¿iragoneses
que se lanzan a correr el mundo, y los que se lanzan, no se
desarraigan, en espíritu, jamás". (Manuel Albar, en "Aragón",
México, 1943)

| Marina (1988) de M. Barbasán.

A p r o v e c h a n d o la c o y u n t u r a de la que entonces era p r ó x i m a ce-


lebración del V C e n t e n a r i o del D e s c u b r i m i e n t o de A m é r i c a (efemé-
rides q u e iba a ser celebrada con n u m e r o s o s estudios sobre las aún
u n tanto a b a n d o n a d a s y maltrechas relaciones entre E s p a ñ a y sus
antiguas colonias), los autores de esta o b r a nos p r o p u s i m o s acome-
ter el estudio de las emigraciones aragonesas a América en los siglos
XlXyXX.

C o m o es bien sabido, d u r a n t e el último tercio del X I X y la pri-


m e r a mitad del X X se llevaron ¿i cabo intensas emigraciones de euro-
peos; los españoles fueron de m o d o m u y preferente hacia Latinoamé-
rica, bien a las colonias todavía en p o d e r de Españ¿i hasta 1898
( C u b a y P u e r t o Rico), bien, especialmente y a en el último tercio del
XIX, hacia las antiguas colonias, hacia las q u e siguieron y e n d o en
toda la p r i m e r a mitad del X X . Apenas se sabía de esos movimientos
í VICENTE PINILLA NAVARRO y ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

de población en Aragón sino p o r las escasas ocasiones en que algún


trabajo de las tierras m u y migratorias y estudiosas del fenómeno (Ga-
licia, Asturias, Cantabria, Cataluña, Canarias, Andalucía) desagrega-
b a datos por la procedencia provincial o regional de los viajeros. Y,
claro, apenas había fuentes y publicaciones previas sobre el tema.

Estudiar, pues, tanto cuantitativa como cualitativamente ese


gran a s u n t o p e n d i e n t e de n u e s t r a historiografía, suponía u n a planifi-
cación y un trabajo m u y complejo. Por u n a parte, estaba el conjunto
de libros, artículos, datos, existentes en A r a g ó n y en otros lugares de
E s p a ñ a . Pero, p o r otro, parecía imprescindible hacer un viaje que,
necesariamente, debería c o m p r e n d e r los dos países principales re-
ceptores de emigrantes entre a p r o x i m a d a m e n t e 1900 y 1950: Argen-
tina y C u b a , p e r o también otro q u e los recibiría a continuación, en
los cincuenta: Venezuela. Y, además, no podíamos d e s a p r o v e c h a r
q u e la ocasión exigía incluir u n a m u y peculiar modalidad de emigra-
ción, el exilio, p a r a viajar a M é x i c o .

T a n t e a d a la posibilidad de o b t e n e r u n a a y u d a suficiente p a r a di-


chos viajes (que al fin se hicieron de golpe, d u r a n t e u n p a r de meses
del invierno-primavera de 1993), y visto q u e era posible financiarlo
a través del Instituto Aragonés de Fomento, nos pusimos a la obra.
El cúmulo de asuntos c o n t e m p l a d o s p a r a q u e todo c u a d r a r a fue
g r a n d e ( e s q u e m a general del trabajo; p r e p a r a c i ó n del viaje; estudio
bibliográfico; gestiones; entrevistas; cartas y envíos; llamadas telefó-
nicas; viajes previos a algunas bibliotecas y archivos de M a d r i d ;
c o m p r a s ; direcciones y contactos). Al fin, p u d i m o s establecer un ca-
lendario definitivo.

El Proyecto

El 20 de julio de 1992 p r e s e n t a m o s a la atención del Consejero


d e E c o n o m í a del G o b i e r n o de A r a g ó n , Santiago Lanzuela (quien lo
sometería p o s t e r i o r m e n t e y con su claro apoyo a consideración del
Instituto A r a g o n é s de F o m e n t o ) , un Proyecto de trabajo sobre "La
emigración a r a g o n e s a a A m é r i c a (siglos X I X y X X ) . N u e s t r a bús-
q u e d a principal se iba a dirigir hacia los registros consulares, q u e
poseían, se nos había dicho p o r algunos colegas de otras comunida-
des españolas, a b u n d a n t e s datos, pues los españoles solían, más
p r o n t o o más tarde, ser a n o t a d o s en ellos.

A partir de esos datos estadísticos hasta a h o r a apenas conocidos


de forma desagregada, trataríamos de incidir no sólo en u n a m a y o r
profundización y análisis de los mismos, sino también, como es lógi-
co, en t o d a otra serie de cuestiones en t o r n o a la emigración: desde
la organización y realización de los viajes al m o n t a n t e y procedi-
Introducción al tomo primero 9

mientos de las remesas, desde la institucionalización de centros re-


gionales a los p r o b l e m a s de a d a p t a c i ó n (vivienda, familia, escolariza-
ción de los hijos, a s p e c t o s religiosos, sociales, c u l t u r a l e s ,
políticos...etc.). El trabajo, p o r su especial dificultad d a d a la r a r e z a
de fuentes y su lejanía en muchos casos, exigiría un notable esfuerzo
en c u a n t o a los recursos personales y materiales. N o fue fácil alcan-
zar algunas de esas metas: q u e d e constancia de su ambición.

Trabajos previos

Realizamos u n amplio estudio bibliográfico, p a r a o b t e n e r infor-


mación básica, tanto de tipo general (Historia de la América Latina,
Historia de la demografía española, Historia de los países a visitar)
c u a n t o de tipo específico (Historia de la emigración española e Inmi-
gración en esos países, Historia demográfica y económica a r a g o n e s a
en relación con esos hechos y en especial lo publicado sobre emigra-
ción aragonesa, etc.). M i e n t r a s llegaba la h o r a del viaje, y a t e n d i e n d o
tanto u n a invitación a contribuir desde Aragón al i m p o r t a n t e libro
colectivo c u a n t o a n u e s t r a propia necesidad de saber cómo estaban
las cosas antes de realizar los viajes, r e d a c t a m o s el trabajo "La emi-
gración aragonesa a América", publicado d e n t r o de la o b r a en dos
volúmenes Hutorui General de la Emigración Fjpañola a América ( M a -
drid, C e n t r o de Estudios de América Latina, 1992, p p . 25-50) y q u e
suponía un p r i m e r p u n t o de p a r t i d a en el proyecto de investigación.

A la recogida de datos efectiva se uniría u n a labor de contacto


con las principales instituciones tanto oficiales relativas a la emigra-
ción, c u a n t o de otro tipo, no d e s d e ñ a n d o la historia oral o b t e n i d a de
p e r s o n a s que p u d i e r a n a p o r t a r sus experiencias vivas. P e d r o San-
cristóval, director general en el D e p a r t a m e n t o de Cultura, nos facili-
tó direcciones e hizo presentaciones p a r a los diversos centros o gru-
pos aragoneses en América; el escritor y periodista Alfonso Zapater,
nos b r i n d ó n u m e r o s o s contactos en Venezuela, país q u e conoce m u y
bien y sobre el q u e h a escrito docenas de artículos y d o n d e es m u y
conocido y q u e r i d o entre los aragoneses residentes; los escolapios
Dionisio Cueva, en Zaragoza, y Antonio M a r c o , en Buenos Aires
también nos dieron algunos datos; el Secretario general del P r o g r a -
m a I b e r o a m e r i c a n o de Ciencia y Tecnología p a r a el Desarrollo, en la
Agencia de Cooperación Internacional, el z a r a g o z a n o J e s ú s Sebas-
tián, nos ofreció todo su apoyo.

También conectamos, de a n t e m a n o , con p e r s o n a s clave p a r a


n u e s t r o estudio, como F e r n a n d o D e v o t o , del C e n t r o de Estudios
M i g r a t o r i o s Latinoamericanos, de Buenos Aires; con los profesores
J o r d i M a l u q u e r ( U n i v e r s i d a d A u t ó n o m a de B¿ircelona), César
Y á ñ e z (entonces también en la U A B y a h o r a en la Universidad de
10 VICENTE PINILLA NAVARRO y ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Barcelona) y Alejandra I n g o i n (entonces en la Universidad de Tan-


dil, A r g e n t i n a a h o r a en la U n i v e r s i d a d Carlos III), expertos en el es-
tudio de la emigración española. A p r o v e c h a n d o la y a larga existen-
cia del Seminario de Historia E c o n ó m i c a de la Universidad de
Z a r a g o z a , p u d i m o s c o n t a r en él p a r a discutir sus trabajos y confron-
tarlos a n u e s t r o p l a n t e a m i e n t o con R o b e r t o Cortés C o n d e (Univer-
sidad de San Andrés, A r g e n t i n a ) , E n r i q u e t a C a m p s ( U n i v e r s i d a d
P o m p e u i F a b r a ) , Blanca S á n c h e z Alonso ( U n i v e r s i d a d S a n P a b l o
C E U ) y César Y á n e z (Universidad de Barcelona), todos ellos espe-
cialistas en temas migratorios. D e todos a p r e n d i m o s y gracias a ellos
p u d i m o s mejorar la orientación de n u e s t r a investigación. Lógica-
m e n t e trabajamos en las bibliotecas q u e nos podían ser útiles como
la del Instituto de Cooperación I b e r o a m e r i c a n a , la Biblioteca N a c i o -
nal; en el Ministerio de A s u n t o s Exteriores, en la Dirección General
de Emigración, etc.

El viaje a América

El Calendario final q u e cumplimos a rajatabla fue éste: el 7 de


febrero de 1993, salía p a r a C a r a c a s Eloy F e r n á n d e z , y de allí el 14
de febrero hacia México, d o n d e trabajó d u r a n t e veinte días. Allí se
le unió el 4 de m a r z o Vicente Pinilla y, en adelante, hicieron el resto
del viaje j u n t o s . Salieron el 7 de m a r z o hacia La H a b a n a , de d o n d e
r e g r e s a r o n a M é x i c o el 14 p a r a realizar vuelo directo (con escala en
Lima) a B u e n o s Aires. Tras casi u n mes de trabajo, sobre todo en el
C o n s u l a d o , el 12 de abril, r e g r e s a r o n a m b o s vía M a d r i d .

Logramos en ese tiempo atesorar u n a importante cata sobre los


aragoneses emigrados a América, con los datos obtenidos en los Re-
gistros de Españoles del Consulado de E s p a ñ a en La H a b a n a y los de
los respectivos Consulados de Buenos Aires, L a Plata y Rosario en
Argentina. Igualmente, p u d i m o s acceder a algunos de los registros de
pasajeros llegados p o r m a r a A r g e n t i n a q u e se conservan, p r o c e d e n -
tes del archivo del antiguo "Hotel de I n m i g r a n t e s " de Buenos Aires,
p r o p i e d a d de la Dirección general de Inmigración, h o y en el C e n t r o
de Estudios Migratorios de América Latina (C.E.M.L.A.) E n total,
consultamos alrededor de u n millón d e registros de inmigrantes, de
los q u e casi 5.000 correspondían a aragoneses. M u e s t r a suficiente
p a r a p o d e r extraer conclusiones, tras la correspondiente elaboración.

Las ayudas, las gratitudes

P u e d e resumir lo gratísimo q u e fueron los trámites, viajes, en-


trevistas, b u s c a de libros, revistas, d o c u m e n t o s , la serie de, no sólo
Introducción al tomo primero 11

inevitables sino muy justas gratitudes que querríamos dar a cuantas


personas nos ayudaron a hacer este trabajo.
Fueron tantas las personas que nos ayudaron de uno u otro
modo, que por desgracia, algunos de sus nombres quedarán perdi-
dos entre los miles de papeles manejados, manuscritos, no siempre
muy ordenados.
En Cuba trabajamos en el Archivo Nacional; el Instituto de
Historia de Cuba, donde nos entrevistamos con Sergia Martínez (re-
laciones internacionales y visados científicos) y Fe Iglesias y María
del Carmen Barcia profesoras de la Universidad y miembros del
Centro. Nos orientó muy agudamente el encargado del nuevo archi-
vo de archivos regionales Julio González Pagés, y también lo hizo la
historiadora Elina Miranda Cancela. Fe Iglesias y Julio César Gon-
zález Pagés no sólo nos dieron apoyo científico sino humano, sus
conversaciones y orientaciones fueron claves para nuestro trabajo
allí.
En el Consulado de España (donde contamos con la ayuda en-
tusiasta del cónsul, Sr. Uriarte, el coordinador de la Agencia de Coo-
peración, Manuel Iglesia Caruncho, el agregado cultural, Jorge
Orueta, y otros funcionarios) trabajamos durante muchas horas dia-
rias, incluidos los festivos por autorización especial, anotando miles
de datos, al igual que luego en Argentina, de los hasta entonces in-
tactos archivos consulares.
Realizamos varias entrevistas con la J u n t a de la Sociedad Ara-
gonesa de Beneficencia, reunión a la que asistieron el presidente ho-
norario, Félix Lecina, el secretario Ángel Sanz Alcoriza y su esposa
Mercedes Pueyo Lafarga, y el tesorero Salvador Sancho Mingui-
llón.
En Argentina trabajamos en el Centro de Estudios Migratorios
de América Latina (CEMLA), cuyo director, Fernando Devoto, or-
ganizó para nosotros un seminario de trabajo con especialistas ar-
gentinos en inmigración española y nos facilitó la consulta de los lis-
tados de pasajeros llegados por mar a Argentina; el Consulado
español en Buenos Aires; el Consulado español en Rosario; el Archi-
vo de la Nación; la Biblioteca Nacional; la Universidad Torcuato di
Telia; el Instituto Ravignam de Historia. Mantuvimos dos largas
reuniones con la Comisión Ejecutiva del Círculo de Aragón; otra
con la Comisión del Centro Aragonés de Rosario; nos pusimos en
contacto con el presidente de la Unión Aragonesa de Mar del Plata,
Norberto Brasero.
Entre las personas que nos ayudaron con mayor calor debemos
citar a D a J u a n a Aliaga, hija política del que fuera en los años 1920
y 30 catedrático de Medicina en Zaragoza, Felipe Jiménez de Asúa;
12 V I C E N T E PINILLA NAVARRO y E L O Y F E R N Á N D E Z C L E M E N T E

a D a Egle Paolantonio, viuda de Julio Burillo, presidente del Circu-


lo de Aragón en la posguerra; José J . Bernal y Ricardo Martín, del
Círculo de Aragón, quienes en largas entrevistas nos aportaron sus
notas y recuerdos de historia del centro, revistas antiguas, documen-
tos, etc. El primero de ellos, además, se brindó a acompañarnos y
dictarnos las interminables series de nombres y datos, en el Consula-
do de Buenos Aires.

En la Embajada española mantuvimos dos reuniones con el em-


bajador, el zaragozano Rafael Pastor Ridruejo, que nos invitó a
comer, incorporando también al escritor aragonés Manuel Lamana,
que fallecería pocos años después. También nos ayudaron amable-
mente el cónsul, Gustavo García Duran, y el cónsul adjunto, Ma-
nuel Gómez Acebo.

En Venezuela pudimos trabajar en la Biblioteca Nacional, He-


meroteca Nacional, Archivo Nacional, todos ellos en Caracas. Reci-
bimos la ayuda entusiasta de Mary Carmen Tato, de la Agencia es-
pañola de Cooperación. Pudimos entrevistarnos con Antonio Araiz
Jurado ("Antonio Aragón"), escritor y periodista aragonés de gran
prestigio en Venezuela; el Presidente de la Agrupación Aragonesa de
Venezuela José María Ariño Espada, y el secretario, Patricio Vega.
En el mundo universitario, fue un privilegio departir con el ilustre
exiliado catalán Pedro Grases, prohombre de la cultura venezolana;
nos ayudó mucho también Pedro Reixach y Vilá, profesor en la Uni-
versidad Simón Bolívar; el profesor de Matemáticas José Giménez
Romero; el prestigioso oftalmólogo aragonés José María Talayero;
el escritor Enrique Jarnés, sobrino del gran escritor, y un viejo
amigo de Ascaso, Antonio Serrano.

Tras nuestro viaje a América, y en los diez años que nos hemos
demorado en concluir este trabajo también hemos contraído otras
deudas. Los asistentes al Congreso "Cuba y España. Pasado y pre-
sente de una historia común" celebrado en Vitoria en 1998 hicieron
comentarios a nuestro trabajo que contribuyeron a la versión que fi-
nalmente se publicó en 1999 en el número 19 de la Revista Historia
Contemporánea, con el título "La emigración aragonesa a Cuba en los
siglos XIX y XX". De nuevo desde el CEMLA de Buenos Aires, y
durante la preparación de nuestro trabajo (en el que también cola-
boró Javier Silvestre) "La emigración aragonesa a la Argentina,
1880-1960",finalmente publicado en 2001 en el volumen 49 de su re-
vista Estudios Migratorios Latinoamericanos, recibimos ayuda. Particu-
larmente estamos en deuda con Alejandro Fernández y Alicia Ber-
nasconi. Igualmente desde allí Andrea Lluch, desde Santa Rosa
también en Argentina, ha estado solícita para responder algunas
preguntas que en el cierre final de nuestra investigación han ido sur-
giendo. María Xosé Rodríguez Galdo tuvo también la amabilidad de
Introducción al tomo primero 13

facilitarnos con suma urgencia su último trabajo, que utiliza la base


de datos de los españoles llegados por mar Argentina, con objeto de
que nos sirviera para cotejarlo con nuestras conclusiones sobre los
aragoneses que entraron en el país de forma similar.

Por último nuestros compañeros del Área de Historia e Institu-


ciones Económicas de nuestro Departamento de Estructura e Histo-
ria Económica y Economía Pública de la Universidad de Zaragoza
son un permanente estímulo intelectual en la tarea investigadora.
Para este trabajo la presencia de Javier Silvestre ha sido muy im-
portante, no sólo porque hemos podido seguir su tesis doctoral sobre
Migraciones interiores y mercado de trabajo en España (1887-
1930), durante su proceso de elaboración hasta su conclusión en
enero de 2003 y utilizar muchos de sus datos y resultados inéditos,
sino también por su colaboración en el artículo que hicimos para Ki-
tud'uM Migratorio*) Latinoamericanoj y su amabilidad para permitirnos
utilizar su parte sobre el dilema entre migración exterior e interior.

Algunas conclusiones provisionales

Independientemente de la satisfacción profesional que este tra-


bajo nos supuso al entrar en contacto con tal cantidad de materiales
inéditos, había un valor añadido en una experiencia tan singular,
cual fue la de conocer el resto final (todo parece indicarlo así) de
aquel "Aragón peregrino" —valga el símil con la revista española-
tanto el emigrante laboral como el del exilio en México (donde ape-
nas quedan protagonistas de la primera hora, casi 65 años después,
pero sí muchos hijos y nietos que amorosamente guardan su memo-
ria y documentos).

En los casos argentino y venezolano, aunque subyacía una emi-


gración anterior, finisecular o de comienzos del siglo, los aragoneses
ahora activos son, en su mayoría, procedentes del importante flujo
migratorio que tuvo lugar a comienzos de los años 1950, por lo que
queda en ellos bastante memoria y siguen organizados, al tratarse,
sobre todo en Buenos Aires y Rosario de Santa Fe, de colonias nu-
merosas y relativamente jóvenes.

Muy diferente es el caso de Cuba, en el que la colonia residual


es muy mayor (más de la mitad de sus socios sobrepasan hoy los se-
tenta años) y en condiciones económicas muy precarias. Al contrario
que en los casos antes citados, en los que jóvenes o bastante jóvenes
aún organizan numerosos actos y están en habitual contacto con
Aragón, la colonia cubana está totalmente aislada, de modo que,
salvo algunas visitas privadas que aún recordaban emocionados,
nadie se había ocupado de ellos desde hacía mucho tiempo. No es ya
14 VICENTE PINILLA NAVARRO y ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

sólo, con serlo, un p r o b l e m a de atención espiritual, política, social, a


u n g r u p o de aragoneses o descendientes de aquéllos. Es u n a obliga-
ción moral de a t e n d e r materialmente a dichas personas, al igual q u e
hace tiempo hacen con sus colonias de emigrantes los gobiernos au-
tonómicos de Galicia o Cataluña, p o r citar los dos más activos. Tras
n u e s t r a estancia pedimos a diversas instituciones se o c u p a r a n de q u e
esas p e r s o n a s p u d i e r a n ser atendidas con la urgencia necesaria. El
entonces teniente alcalde de C u l t u r a del A y u n t a m i e n t o de Z a r a g o z a ,
Antonio Piazuelo se o c u p ó p e r s o n a l m e n t e de enviar algunas viandas
y m e d i c a m e n t o s a la colonia cubana, a p r o v e c h a n d o el viaje a La H a -
b a n a del Ballet de la C i u d a d de Z a r a g o z a . D e s d e entonces, las cosas
h a n c a m b i a d o algo, y se h a n establecido tanto lazos empresariales
como institucionales, como v e r e m o s en el l u g a r o p o r t u n o .

Al p o n e r en m a n o s de u n a institución pública todo este trabajo,


nos gustaría que sirviera, no sólo p a r a c o m p r o b a r científicamente
cuántos, quiénes, p o r qué, cómo fueron a U l t r a m a r nuestros paisa-
nos, en u n a e p o p e y a singularísima, sino también q u é q u e d a p o r
h a c e r con ellos. Si este esfuerzo —además de ser c o n s i d e r a d o técnica-
m e n t e correcto— sirviera p a r a ello, consideraríamos cumplida nues-
t r a tarea.

E n todo caso, nos p a r e c e que no b a s t a n los breves viajes de al-


g u n o s de los presidentes de la D . G . A . (los señores G ó m e z d e las
Roces y Eiroa) a la A r g e n t i n a y Chile, t a m b i é n a México p e r o con
otra perspectiva más empresarial. P o r ello nos parece m u y a c e r t a d a
la recientemente intensificada relación institucional, periódica, de
continuo contacto personal (viajes, c o r r e s p o n d e n c i a postal y electró-
nica, páginas en la red, envío de libros, vídeos, etc.) con dichos gru-
pos, q u e están ansiosos de ello y que, p o r p e n o s o n o d e b e m o s o b -
viarlo, s u p o n e n el final de u n a historia (trágica en los casos de exilio,
d r a m á t i c a siempre) q u e m u y p r o b a b l e m e n t e n o v a a repetirse n u n c a
más.

Ello también nos hace reflexionar sobre la conveniencia de rea-


lizar igualmente, quizá p o r otros equipos, t a n t o un estudio semejante
de la emigración a E u r o p a como, sobre todo, a Barcelona y otros
destinos interiores, igualmente sin realizar o m u y parcialmente.

A d e m á s de a las instituciones y p e r s o n a s más a r r i b a citada, que-


remos, en fin, y n o en último lugar, reiterar n u e s t r a g r a t i t u d al IAF,
cuyo director d u r a n t e b u e n a p a r t e de la realización de este estudio,
Benito López, c o m p r e n d i ó en t o d o m o m e n t o la conveniencia de tra-
bajos de este tipo; a Santiago Lanzuela, y los sucesivos consejeros de
Economía, q u e nos a p o y a r o n siempre, así como a la Oficina de
Transferencia de Investigación ( O T R I ) de n u e s t r a Universidad, q u e
gestionó con precisión y amabilidad los recursos materiales. Sin la fi-
Introducción al tomo primero 15

nanciación del Gobierno de Aragón este trabajo no hubiera sido po-


sible. Y ahora, a la vez que rendimos cuentas (hicimos un balance
del viaje, pero no como un libro, en 1995), agradecemos también a la
institución editora, el Departamento de Presidencia y Relaciones
Institucionales del Gobierno de Aragón, y en concreto a su titular y
vicepresidente del Gobierno, José Ángel Biel, y al Secretario gene-
ral, Ramón Salanova, que tanto impulso han dado en los últimos
años a la "comarca 34": las Comunidades aragonesas en el exterior.
Y, claro, a José Luis Acín por el mimo con que ha cuidado la edi-
ción, no muy fácil, de esta obra.
Ponemos aquí al menos un punto y seguido a un proyecto de in-
vestigación sobre emigración y exilio de aragoneses hacia América
que se ha extendido a lo largo de un número seguramente excesivo
de años. El tema no está sin embargo cerrado, ni para nosotros ni
para otros posibles investigadores. A ellos, y a los familiares y ami-
gos de cuantos hubieron de correr esas experiencias, agradeceremos
nos amplíen datos y documentos.

Zaragoza, 28 de febrero de 2003.


Eloy Fernández Clemente y Vicente Pinilla Navarro
(efernan@unizar.es - vpinilla@unizar.es)
PRIMERA PARTE

HACER LAS AMERICAS:


DESTINO, TRABAJO Y CONDICIÓN

Vicente Pinilla N a v a r r o
a la memoria de Santiago Navarro y María Mendive,
tuvieron valor para ir y también para volver

a Clara y Anchel, bu nieto.) de un encuentro en Buenos Airej


1. Introducción

I Santiago Navarro y María Mendive el día de su boda en Barcelona,


tras regresar de su emigración en Argentina,

Santiago Navarro Palacio nació en Erla (Zaragoza) en 1877.


J u n t o a sus tres hermanos quedó huérfano a una edad temprana, ya
que su padre murió en 1885, "el año del cólera", y su madre le siguió
pocos años después. Quedaron al cuidado de algunos parientes en
su pueblo y hacia finales de siglo los cuatro hermanos se fueron a
Argentina, primero la hermana mayor ya casada, y en años posterio-
res y en distintos momentos los otros tres hermanos. Se asentaron fi-
nalmente en Dudignac, en la provincia de Buenos Aires, en una
zona de la Pampa de clara expansión agroganadera. Allí tuvieron di-
22 VICENTE PINILLA NAVARRO

versos negocios y entre ellos u n r e s t a u r a n t e , "el r e s t a u r a n t e español


de D u d i g n a c " , y u n almacén d o n d e se v e n d í a de todo, d e s d e p e q u e -
ños utensilios h a s t a cosechadoras. C o n motivo de u n a t a q u e de ciáti-
ca, Santiago N a v a r r o fue i n t e r n a d o en el Hospital E s p a ñ o l de Bue-
nos Aires, a d o n d e le fue a visitar M a r í a M e n d i v e , familiar de sus
socios en D u d i g n a c .

M a r í a M e n d i v e A r m e n d á r i z había nacido en N a v a s c u é s (Nava-


rra) en 1887 en u n a familia de seis h e r m a n o s . Su p a d r e a d e m á s de
trabajar algunas p e q u e ñ a s piezas de tierra se g a n a b a la vida hacien-
do c u c h a r a s de boj. P e r o la casa sólo alcanzaba p a r a m a n t e n e r a
parte de la familia y de esta forma mientras los dos h e r m a n o s mayo-
res se q u e d a r o n allí, el resto, y de n u e v o en sucesivas etapas, emigra-
ron a Argentina. M a r í a salió en 1906, algunos años d e s p u é s q u e
e m i g r a r a u n a h e r m a n a suya y j u n t o al único v a r ó n que dejó el p u e -
blo, a través del p u e r t o de B u r d e o s , y a q u e p o r estar éste en e d a d
militar no podía m a r c h a r s e legalmente de E s p a ñ a . A u n q u e algunos
de sus h e r m a n o s se instalaron en D u d i g n a c , M a r í a vivió siempre en
B u e n o s Aires.

E n 1918 Santiago N a v a r r o dejó A r g e n t i n a p a r a p r e p a r a r el re-


greso suyo y de M a r í a M e n d i v e . Poco tiempo d e s p u é s volvió tam-
bién e s t a y en el mismo p u e r t o de llegada, la ciudad de Barcelona, se
casó con Santiago. F u e r o n juntos al p u e b l o natal de éste, Erla,
d o n d e instalaron un b a r q u e r e g e n t a r o n d u r a n t e un p a r de años,
hasta q u e se desplazaron a Z a r a g o z a c u a n d o todos los h e r m a n o s de
Santiago y sólo u n a h e r m a n a de M a r í a , casada con un a r a g o n é s q u e
trabajaba en el almacén de su familia en D u d i g n a c , r e g r e s a r o n a
A r a g ó n y se instalaron en Zaragoza, d o n d e con los a h o r r o s hechos
en A r g e n t i n a m o n t a r o n u n a p e q u e ñ a fábrica de galletas de coco.
M a r í a se alegró, n u n c a encajó bien p a s a r de Buenos Aires, u n a ciu-
d a d con m e t r o como decía ella, a Erla, a d o n d e había tenido q u e lle-
gar en un carro.

Crecí e s c u c h a n d o este tipo de historias, las de mis abuelos San-


tiago y M a r í a y sus h e r m a n o s y sus años p a s a d o s en Argentina.
A u n q u e n u n c a p e n s é q u e mi trabajo de investigación me a c e r c a r a
t a n t o a mi p r o p i a historia familiar, finalmente el destino se c r u z ó p o r
medio. Este libro t r a t a p r e c i s a m e n t e sobre mis abuelos, o en general
sobre todos los q u e dejaron Aragón, p o r razones esencialmente eco-
nómicas, y eligieron como destino p a r a mejorar sus vidas c r u z a r el
Atlántico. C o m o veremos más adelante ésta fue u n a opción minori-
taria, y a q u e Barcelona, Valencia o la p r o p i a ciudad de Z a r a g o z a
fueron destinos q u e vencieron con creces al americano.

E n el trabajo q u e sigue a esta b r e v e introducción t r a t a r e m o s de


r e s p o n d e r a lo que p o d e m o s considerar las g r a n d e s p r e g u n t a s sobre
Hacer Leu Ainénccu: deétino, trabajo y condición 23

la emigración trasatlántica para el caso aragonés. Los determinantes


de la emigración, el dilema entre emigración exterior o interior, el
momento elegido para salir, las características de los emigrantes o su
inserción en el destino americano son las cuestiones que recorren los
trabajos sobre este tema y también, en la medida que podamos res-
ponder, serán las nuestras. Todo ello hecho desde la perspectiva de
la historia económica y siguiendo una tradición que desde esta disci-
plina se ha orientado hacia el análisis de esta cuestión. Quiere decir
que nuestra aproximación se va a realizar desde el análisis de datos
agregados, es decir un análisis esencialmente cuantitativo para el
que nos encontramos sin embargo algunos problemas de fuentes que
limitarán nuestras posibilidades, sobre todo de tratamiento sofistica-
do de los datos.

Para el análisis de la emigración aragonesa hacia América ade-


más de recurrir a las fuentes estadísticas migratorias españolas que
usualmente se han utilizado en la literatura migratoria, hemos acudi-
do a dos fuentes que hasta fechas recientes han sido muy infrecuen-
temente usadas y que en ambos casos consisten en registros nomina-
les de emigrantes. En primer lugar hemos extractado los aragoneses
inscritos en los libros registros de españoles en los principales consu-
lados de los dos países que recibieron un mayor volumen de inmi-
grantes procedentes de Aragón: La Habana (Cuba), Buenos Aires,
La Plata y Rosario (Argentina). En estos libros debían teóricamente
inscribirse aquellos españoles que desearan acogerse a la protección
consular, constando en ellos su nombre, apellidos, dirección, edad,
fecha de llegada al país, sexo, estado civil, año de inscripción, oficio
o profesión, lugar de nacimiento y en el caso argentino el lugar de
última residencia en España. Se ha tratado por lo tanto de localizar
entre la inmensa masa de emigrantes españoles en ambos países,
aquellos que habían nacido en Aragón. Sin embargo los registros
consulares utilizados tienen una diferencia significativa que condi-
ciona su explotación: la fecha en la que se realizaron las inscripcio-
nes. Así, mientras en La Habana se conservan todos los libros desde
1900 (los hemos vaciado hasta 1940) y por lo tanto se puede seguir
de forma coetánea a su llegada el movimiento migratorio español, en
el caso argentino no es así. En Buenos Aires sólo se conservan los li-
bros desde 1939, y aunque muchos españoles volvieron a inscribirse
después de esa fecha, tenemos datos que en los casos de emigrantes
llegados antes de la Guerra Civil se refieren a personas que llevan
un buen número de años residiendo en el país, además de perder los
de todos aquellos que o bien regresaron o no volvieron a inscribirse.
En Rosario hemos podido utilizar los libros registro de 1933 a 1960
y en La Plata de 1942 a 1959. Pese a estos problemas pensamos que
es una fuente que si bien no es exhaustiva, ya que no recoge a todos
los aragoneses llegados a esos países, si que supone una parte muy
24 VICENTE PINILLA NAVARRO

apreciable del total. D e esta forma hemos conseguido datos de casi


3.400 aragoneses en A r g e n t i n a y casi 1.400 en el caso c u b a n o .

Esta fuente la hemos completado con o t r a también nominativa,


la de los pasajeros llegados p o r m a r a Argentina. D e ella extrajimos
los aragoneses presentes en los listados de pasajeros q u e e n t r a r o n a
través del p u e r t o de Buenos Aires en 1924 y 1925, dos de los escasos
años en los q u e dichos listados p r o p o r c i o n a n información sobre la
provincia española de origen de los inmigrantes. La m u e s t r a está
c o m p u e s t a p o r 953 aragoneses, que s u p o n e n un 5 8 , 5 % del total de
aragoneses de los q u e consta su origen provincial en la base de datos
q u e el C e n t r o de Estudios M i g r a t o r i o s Latinoamericanos h a cons-
t r u i d o con los a p r o x i m a d a m e n t e tres millones de emigrantes desem-
b a r c a d o s en A r g e n t i n a entre 1882 y 1926 . E s t a fuente nos d a los si-
guientes datos de los emigrantes d e s e m b a r c a d o s : nacionalidad, clase
del pasaje, n o m b r e y apellidos, sexo, edad, estado civil, profesión,
g r a d o de alfabetización, idiomas q u e hablan, provincia de origen, en
m u y pocos casos localidad de origen, información sobre si se h a resi-
dido antes en el país y si se tiene o no intención de establecerse en él,
localidad a r g e n t i n a en la q u e se h a residido previamente, p u e r t o de
origen, v o l u n t a d de e n t r a r en el Hotel de Inmigrantes a p r o v e c h a n d o
la ley de inmigración, y en algunos casos datos sobre si existen rela-
ciones de p a r e n t e s c o entre los llegados.

H e m o s organizado las páginas q u e siguen a esta introducción


c o m e n z a n d o p o r estudiar la i m p o r t a n c i a q u e ha tenido la emigración
en A r a g ó n d u r a n t e los dos últimos siglos, p a r a c o n t i n u a r con el dile-
m a q u e se planteó entre emigración interior y exterior y consecuen-
temente valorar la importancia de las salidas de aragoneses hacia
América. S e g u i d a m e n t e nos hemos o c u p a d o de los destinos preferi-
dos por éstos, con especial atención a los dos más importantes: Ar-
gentina y C u b a . Posteriormente hemos t r a t a d o de analizar las prin-
cipales características de los aragoneses q u e fueron a América: su
origen comarcal, sexo, edad, estado civil, formación, inserción en el
m e r c a d o laboral, tipo de viaje realizado...

1. Las características de esta fuente en Rodríguez 3' Cordero (2003). Estos au-
tores han podido identificar el origen provincial de sólo 79.053 españoles de los
949.596 que desembarcaron en Argentina entre los años 1882 y 1926. El origen, ade-
más de la nacionalidad, prácticamente sólo aparece en cinco años de esos listados:
1910y 1923-26.
2. La emigración aragonesa: opciones, destinos
y ritmos

2.1. Aragón: un país de emigración

Al estudiar la evolución de la población a r a g o n e s a desde media-


dos del siglo X I X h a s t a finales del X X , la p r i m e r a y r á p i d a conclu-
sión a la q u e se llega es la de su lento crecimiento c o m p a r a d o con el
español.

Tomando números índices, con base 100 en 1860, la población española


alcanzaba en 1930 el valor 151, mientras la aragonesa sólo llegaba al 116. En
la etapa de alto crecimiento demográfico inaugurada tras 1950 la compara-
ción entre ambos territorios todavía era más desfavorable para Aragón. En
España se llegaba en 1981 al 240, mientras que Aragón todavía estaba en el
valor 136, es decir un crecimiento menor que el alcanzado y a por la población
española antes de la guerra civil. Al final del siglo XX, mientras la población
española había aumentado su tamaño un 162% con respecto al de 1860, la
población aragonesa sólo lo había hecho en un pobre 37% (cuadro 1).

Este crecimiento tan diferente a largo plazo h a motivado u n


c o n t i n u a d o descenso del peso relativo demográfico aragonés sobre el
total español. Si en 1860 suponía la población a r a g o n e a u n 5,7% de
la española, en el a ñ o 2000 había q u e d a d o r e d u c i d a a sólo u n 2,9%.

El e x a m e n de la evolución de la población en el conjunto de


Aragón no permite apreciar los diversos c o m p o r t a m i e n t o s provin-
ciales que tuvieron lugar y que se p u e d e n sintetizar p a r a el conjunto
del periodo, en el declive demográfico absoluto de las provincias de
H u e s c a y Teruel, q u e en el año 2000 tenían u n a población un 18% y
u n 43% inferior a la de 1860, y el crecimiento similar al medio espa-
ñol, a u n q u e algo inferior, de la provincia de Z a r a g o z a . A h o r a bien,
el c o m p o r t a m i e n t o de esta última t a m b i é n p u e d e desglosarse en dos
diferentes: el de la capital y el del resto de la provincia.

La ciudad de Z a r a g o z a t u v o un crecimiento m u y importante,


parecido al de otras zonas u r b a n a s de la península. Así, si entre 1857
y 1930 y a había i n c r e m e n t a d o su t a m a ñ o en un 156%, casi lo cua-
druplicó desde esta última fecha h a s t a finales del siglo X X . M i e n -
tras, la provincia sin la capital tuvo un leve crecimiento positivo
h a s t a 1940, m o m e n t o a partir del cual, p e r d i ó población en términos
Cuadro 1. Evolución de la población aragonesa, 1860-2000
1860 1877 1887 1900 1910 1920 1950 1940 1950 1960 1970 1981 1991 | 2000
Número de habitantes
Huesca 263.230 252.239 255.137 244.867 248.257 250.508 242.958 231.647 236.232 233.543 222.238 219.813 218.897 216.390
Teruel 237.276 242.165 241.865 246.001 255.491 252.096 252.785 232.064 236.002 215.183 170.284 150.900 141.320 134.231
Zaragoza 390.551 400.587 415.195 421.843 448.995 494.550 535.816 595.095 621.768 656.772 760.186 842.386 861.329 872.314
Aragón 891.057 894.991 912.197 912.711 952.743 997.154 1.031.559 1.058.806 1.094.002 1.105.498 1.152.708 1.213.099 1.221.546 1.222.935
España 15.645.017 16.350.895 17.556.455 18.594.405 19.927.150 21.303.162 23.563.597 25.887.971 27.976.485 30.430.698 33.823.918 37.616.947 39.267.184 40.933.322
Números índice (100=1860)
Huesca 100 96 97 93 94 95 92 88 90 89 84 84 83 82
Teruel 100 102 102 104 108 106 107 98 99 91 72 64 60 57
Zaragoza 100 103 106 108 115 127 137 152 159 168 195 216 221 223
Aragón 100 100 102 102 107 112 116 119 123 124 129 136 137 137
España 100 105 112 119 127 136 151 165 179 195 216 240 251 262
Peso demográfico (% población sobre el total de España)
Huesca 1,7 1,5 1,5 1,3 | 1,2 1,2 1,0 0,9 0,8 0,8 0,7 0,6 0,6 0,5
Teruel 1,5 1,5 1,4 1,3 1,3 1,2 1,1 0,9 0,8 0,7 0,5 0,4 0,4 0,3
Zaragoza 2,5 2,4 2,4 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,2 2,2 2,2 2,2 2,2 2,1
Aragón 5,7 5,4 5,3 4,9 4,8 4,7 4,4 4,1 3,8 3,7 3,4 3,2 3,2 2,9
Tasas de crecimiento (r) de la población de hecho (en %)
1860-1877 1877-1887 1887-1900 1900-1910 1910-1920 1920-1930 1930-1940 1940-1950 1950-1960 1960-1970 1970-1981 1981-1991 1991-2000 1860-1950 1950-2000 1860-2000
Huesca -0,3 0,1 -0,3 0,1 0,1 -0,3 -0,5 0,2 -0,1 -0,5 -0,1 0,0 -0,1 -0,1 -0,2 -0,1
Teruel 0,1 0,0 0,1 0,4 -0,1 0,0 -0,9 0,2 -0,9 -2,3 -1,1 -0,7 -0,6 0,0 -1.1 -0,4
Zaragoza 0,1 0,4 0,1 0,6 1,0 0,8 1,1 0,4 0,5 1,5 0,9 0,2 0,1 0,5 0,7 0,6
España 0,3 0,7 0,4 0,7 0,7 1,0 0,9 0,8 0,8 1,1 1,0 0,4 0,5 0,6 0,8 0,7

Fuente: censos de ia población española-y padrón de habitantes de 2000.


Hacer Lu Américcu: dedtino, trabajo y condición 2/

absolutos a un ritmo relativamente rápido y como consecuencia, al-


canzó cifras en el año 2000 inferiores a las de 1857 (cuadro 2).
Dos son las razones que explican el inferior crecimiento demo-
gráfico aragonés con respecto a España y su signo negativo si excep-
tuamos la ciudad de Zaragoza: su menor crecimiento vegetativo du-
rante largos periodos y la precocidad, intensidad y persistencia de
saldos migratorios negativos (Germán, 1986, pp. 164-170; Ayuda,
Pinilla y Sáez, 2001; Collantes y Pinilla, 2003). En este trabajo nos
preocupa especialmente el fenómeno migratorio ya que en el largo
plazo sin duda es ésta la principal razón que explica el bajo creci-
miento demográfico aragonés, o el claramente negativo de Huesca,
Teruel y de la provincia de Zaragoza sin su capital (cuadro 3). Por
otro lado, el bajo crecimiento vegetativo de la población aragonesa,
no es ajeno al fenómeno migratorio, ya que la salida preferente de
personas en edades jóvenes ha producido un progresivo proceso de
envejecimiento que ha lastrado también el propio crecimiento na-
tural de la población.
Los saldos migratorios nos informan sobre el fenómeno que es-
tamos examinando. Su precocidad y persistencia se pone de relieve
si tenemos en cuenta que desde la primera fecha censal a partir de la
que tenemos datos que permiten estimar aquellos (1877), Huesca y
Teruel han presentado de forma ininterrumpida y casi hasta la ac-
tualidad signo negativo. Como consecuencia, entre 1877 y 1995
Huesca acumulaba unas pérdidas netas de 141.133 personas y Te-
ruel de 225.334. La ganancia de Zaragoza de 73.197 no compensa ni

Cuadro 2. Tasas de crecimiento medio anual de la población


de Zaragoza (en %)

Ciudad Resto provincia


1857-f877 1,45 -0,07
1877-1887 0,89 0,21
1887-1900 0,46 0,02
1900-1910 1,12 0,47
1910-1920 2,51 0,43
1920-1930 1,45 0,54
1930-1940 2,38 0,43
1940-1950 1,75 -0,32
1950-1960 2,22 -0,68
1960-1970 AAA -1,91
1970-1981 2,11 -1,31
1857-1981 1,82 -0,20
Fuente: censos de la población española.
28 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 3. Tasa de emigración y crecimiento vegetativo


de Aragón, 1877-1970 (en %o)
1877-1900 1900-1930 1930-1970 1877-1970
Crecimiento Crecimiento Crecimiento Crecimiento
Migración Migración Migración Migración
vegetativo vegetativo vegetativo vegetativo
Huesca -5,35 4,07 -6,80 6,54 -5,57 3,34 -5,99 4,63
Teruel -3,59 4,27 -7,61 8,51 -15,21 5,46 -10,73 6,98
Zaragoza 0,17 2,08 -0,39 8,33 1,95 6,71 0,86 5,80
España -0,02 4,86 -0,56 8,42 -0,90 9,84 -0,59 7,92

Fuente: Silvestre (2003).

lejanamente las pérdidas de las otras dos provincias. La intensidad


del fenómeno la muestran sus elevadas tasas migratorias negativas,
que han situado en algunos periodos a Huesca y Teruel entre las
provincias con mayores pérdidas relativas como consecuencia de la
emigración (cuadro 4).
El fenómeno migratorio que afectó tan intensamente a Aragón,
desde al menos el inicio del último cuarto del siglo XIX hasta media-
dos de la década de los setenta del XX, es decir unos cien años apro-
ximadamente, puede explicarse desde una perspectiva macro, y
antes de entrar en la de la agencia, es decir en la esfera de las deci-
siones del individuo o del grupo familiar, como consecuencia de los
muy distintos ritmos de crecimiento económico que tuvieron lugar
tanto en España como a escala internacional en el periodo que exa-
minamos en este trabajo. Desde el punto de vista peninsular, aunque
la industrialización se desarrolló en España a un ritmo considerable-
mente más lento al de las zonas más avanzadas de Europa, desde
mediados del siglo XIX es perceptible el dinamismo de algunos nú-
cleos en los que tiende a concentrarse la industria moderna o las ac-
tividades económicas a ella asociadas. De esta forma, el proceso in-
dustrializador tuvo un carácter marcadamente polarizado, lo que
supuso que frente al crecimiento e impulso de las zonas con mayor
éxito en la incorporación de las nuevas tecnologías y actividades,
otras permaneciesen más o menos aisladas o marginadas de éstas
(Germán 1995). No fue este un caso excepcional, ya que se obser-
van tendencias similares en la mayor parte del continente europeo
(Pollard, 1991, 141-155).

El territorio aragonés quedó encajado entre las dos zonas que


mayor dinamismo económico mostraron: el área litoral barcelonesa y

2. Huesca tuvo la segunda tasa migratoria negativa más elevada entre 1877 y
1900, y Teruel la décima; entre 1900 y 1930 la de Huesca fue la sexta y la de Teruel la
decimocuarta; y entre 1930 y 1970 la de Teruel fue la cuarta. Para el conjunto del pe-
nodo 1877-1970, la de Teruel fue la segunda más elevada y la de Huesca la vigésima.
Hacer leu Amériau: destino, trabajo y condición 29

Cuadro A. Saldos y tasas migratorias, 1878-1995


Saldo migratorio Tasa migratoria (%o)
Huesca Teruel Zaragoza Huesca Teruel Zaragoza
1878-1887 -9.079 -8.834 12.545 -3,58 -3,65 3,08
1888-1900 -21.532 -11.328 -10.983 -7,18 -3,87 -2,19
1901-1910 -15.706 -14.894 -8.099 -6,37 -5,94 -1,86
1911-1920 -10.025 -17.943 12.738 -4,02 -7,07 2,70
1921-1930 -24.007 -24.083 -10.304 -9,73 -9,54 -2,00
1931-1940 -15.297 -30.377 38.053 -6,44 -12,53 6,73
1941-1950 -1.867 -8.645 -9.848 -0,80 -3,69 -1,62
1951-1960 -13.878 -37.203 -16.537 -5,90 -16,49 -2,59
1961-1970 -20.745 -52.498 38.891 -9,10 -27,23 5,49
1971-1980 -7.693 -13.815 12.583 -3,52 -8,44 1,59
1981-1990 -2.175 -4.229 11.258 -1,03 -2,85 1,35
1991-1995 871 -1.485 2.900 0,42 -1,04 0,34
Fuente: 1878-1930: Mikelarena (1993); 1930-1970: Silvestre (2003); 1970-1995:
elaboración propia con base en censos de población y revisión padronal de 1995.

el País Vasco marítimo. Otros núcleos relevantes en el proceso de de-


sarrollo económico español como Madrid o Valencia, cerraban un
rectángulo, en el medio del cual se situaba Aragón. En este contexto,
las diversas comarcas de Aragón reaccionaron y aprovecharon de
forma muy diversa las oportunidades que el crecimiento económico
moderno generó en España. Podrían delimitarse básicamente, desde
este punto de vista, dos zonas: la parte central de Aragón, en la que
se aprecia cierto dinamismo vinculado a una especialización en pro-
ductos agrarios y en su transformación para el abastecimiento de los
núcleos urbanos en expansión; y las zonas norte y sur de Aragón,
muy montañosas, que se enfrentaron a una grave crisis económica
como consecuencia de la desarticulación de su economía tradicional
(Gallego, Germán y Pinilla, 1992 y 1993). Además, la ciudad de Za-
ragoza aprovechó su situación estratégica, en el centro de la zona con
más intenso crecimiento agrario, para desarrollar imcialmente una in-
dustria agroalimentana —primero harinera y luego azucarera— y algo
más tarde una industria de construcciones metálicas (Germán 1998).
De esta forma, en la segunda mitad del siglo X I X y primer ter-
cio del XX contrasta el crecimiento y dinamismo de buena parte de
la región central de Aragón con la grave situación de crisis a la que
se enfrentaron las zonas de montaña o aquellas con menores posibi-
lidades de aprovechar las oportunidades productivas antes citadas .

3. Una perspectiva general de la evolución de la economía aragonesa que enfati-


za este carácter dual puede verse en Germán (1988). En el mismo sentido para el sec-
tor agrario Pinilla (1995 b) y para la industria Germán (1990).
30 VICENTE PINILLA NAVARRO

L a crisis de los pilares sobre los q u e se a s e n t a b a la economía tradi-


cional de la m o n t a ñ a : t r a s h u m a n c i a ovina, agricultura de subsisten-
cia e industria textil tradicional, g e n e r ó u n a situación e n o r m e m e n t e
p r o b l e m á t i c a p a r a estas zonas (Pinilla, 1995 a).

E n los años q u e van de 1939 a 1975, no sólo no tuvo lugar u n a


corrección de este desigual crecimiento económico en Aragón, sino
aún u n a m a y o r profundización en él. Tanto el sector agrario (Pinilla,
2001), como el industrial ( G e r m á n , 2000) o el conjunto de la econo-
mía (Pinilla, 1999) m u e s t r a n profundas diferencias territoriales. Las
zonas de montaña, pirenaicas o ibéricas, y las más áridas del Valle
del Ebro, se consolidan como las áreas con u n m e n o r crecimiento de
la actividad económica, con un ritmo de transformaciones p r o d u c t i -
vas más p a u s a d o y con u n a elevada especialización en agricultura de
secano y g a n a d e r í a extensiva. P o r el contrario, algunas tierras de la
depresión central del E b r o en las q u e se realizan trabajos m u y im-
p o r t a n t e s de irrigación desarrollan u n a a g r i c u l t u r a de regadío
m u c h o más dinámica ( I b a r r a y Pinilla 1999), t e n i e n d o también lugar
en t o r n o a la ciudad de Z a r a g o z a u n a elevada concentración de las
actividades industriales, con u n a i m p o r t a n t e especialización en el
sector metalúrgico y de servicios ( G e r m á n , 2000).

P e r o a escala internacional t a m b i é n nos e n c o n t r a m o s intensas


diferencias entre el lento crecimiento de las zonas menos dinámicas
de E s p a ñ a o el m u y rápido de algunas zonas del continente america-
no. El fuerte despegue a g r o e x p o r t a d o r en Argentina, el boom azuca-
rero en Cuba, p e r o sobre t o d o el rápido y p r o f u n d o desarrollo norte-
americano g e n e r a r o n u n a fuerte d e m a n d a de m a n o de o b r a p a r a las
economías de esos países q u e fue abastecida prioritariamente p o r
m a n o de o b r a e u r o p e a (Baines, 1991; H a t t o n y Williamson, 1998;
O ' R o u r k e y Williamson, 1999). Tras la s e g u n d a g u e r r a mundial, y a
pesar de u n leve r e b r o t e p o r la difícil situación q u e vivía la pobla-
ción e u r o p e a en los países más castigados p o r el conflicto, la corrien-
te trasatlántica se debilitó h a s t a q u e d a r r e d u c i d a a cifras m u y p e q u e -
ñas. Sin e m b a r g o el viejo continente no dejó de participar en
intensos movimientos migratorios que fueron, sobre todo hasta la
d é c a d a de los o c h e n t a f u n d a m e n t a l m e n t e intraeuropeos. Los países
más desarrollados del norte y centro de E u r o p a se abastecieron de
trabajadores del sur m e d i t e r r á n e o q u e c a m b i a r o n de esta forma su
destino americano p o r el más p r ó x i m o continental.

P o d e m o s e n t e n d e r p o r lo tanto las corrientes migratorias q u e se


activaron en los siglos X I X y X X como u n a consecuencia de los dis-
tintos ritmos de crecimiento económico, y p o r lo tanto de las m u y di-
ferentes o p o r t u n i d a d e s económicas existentes. Las zonas con u n cre-
cimiento más intenso y con u n a escasez relativa de factor trabajo
fueron capaces de ofertar empleo y salarios más altos a aquéllas q u e
Hacer lew América*): destino, trabajo y condición 31

o bien estaban más atrasadas o que simplemente tenían salarios más


bajos, por ser el factor trabajo relativamente más abundante. Por lo
tanto, se puede concluir que la nueva división espacial del trabajo
que surge como consecuencia de la industrialización europea y del
desarrollo de los países americanos y los cambios macroeconómicos
que tuvieron lugar como el marco estructural en el que se forman los
costes y beneficios que los agentes individuales van a tener en cuen-
ta a la hora de tomar su posible decisión migratoria .
En definitiva desde al menos 1850 los movimientos migratorios
jugaron un papel clave en el intenso proceso de redistribución de la
población española, tanto participando en movimientos de carácter
internacional, como a escala interregional e intraregional. Estos mo-
vimiento hay que verlos como una consecuencia de las disparidades
de crecimiento económico y del diverso grado de éxito que tuvieron
los distintos territorios en la adaptación a las nuevas condiciones
económicas, siendo la emigración uno de los mecanismos de ajuste y
un factor clave en la convergencia económica que tuvo lugar tanto
para el conjunto de la economía atlántica como para España. Aragón
participó intensamente en estas corrientes migratorias sobre todo
por tres vías: enviando población al exterior (el continente america-
no y luego Europa) y a las ciudades españolas con mayor crecimien-
to (Barcelona, Valencia o Madrid) y generando también una fuerte
migración intrarregional que tuvo como principal destino Zaragoza,
ciudad que también tuvo capacidad para atraer contingentes de po-
blación de otros lugares de fuera de Aragón.

2.2. El dilema entre emigración interior y exterior


Emigrar conlleva una serie de decisiones estrechamente co-
nectadas: la oportunidad de hacerlo o no, el momento más oportu-
no y finalmente el destino al que dirigirse. Este proceso está condi-
cionado por una serie de aspectos demográficos, económicos,
sociales, políticos, culturales y jurídicos relacionados con el origen
y con los potenciales destinos, así como con el propio emigrante.
Diferencias entre ingresos (reales o esperados) y oportunidades de
empleo, grado de desigualdad de la renta, costes de desplazamien-
to, información e inserción, edad, sexo y entorno familiar del emi-
grante, situaciones políticas, incentivos o resistencias ofrecidas por
el contexto social, mayor o menor apoyo, respaldo jurídico y otros
factores se conjugan entre sí incentivando o desmeentivando la
emigración.

4. Collantes (2003), p. 54.


m VICENTE PINILLA NAVARRO

N o s interesa a q u í c e n t r a m o s en la p a r t e de la decisión q u e tiene


que ver con la elección de destino. P o d r í a ser q u e la combinación de
factores q u e condicionan la selección de u n destino exterior (fuera
del país de origen) no sea la misma q u e en el caso de q u e el destino
preferido se e n c u e n t r e en el interior del p r o p i o país. D e s d e u n p u n t o
de vista " m a c r o " o a g r e g a d o este d e b a t e se h a p r o d u c i d o en varios
países, discutiéndose, p o r ejemplo y con respecto a la emigración ul-
t r a m a r i n a e u r o p e a del siglo X I X y principios del XX, si las áreas (en
n u e s t r o caso las provincias) q u e en m a y o r m e d i d a n u t r i e r o n la emi-
gración exterior también lo hicieron con respecto a la interior .

Si d e s c e n d e m o s al nivel más micro posible, el del potencial emi-


grante, la separación entre destinos interiores o exteriores aparece
i n m e d i a t a m e n t e como m e n o s tajante. El individuo no t o m a habitual-
m e n t e la decisión de emigrar sin u n a selección casi simultánea de
destino, lo q u e nos lleva a plantear q u e las variables q u e d e t e r m i n a -
ron la decisión migratoria fueron c o m u n e s y q u e aquél sopesó adi-
cionalmente otras p a r a seleccionar el destino q u e c o n s i d e r a b a más
adecuado .

P a r a el caso de E s p a ñ a esta relación entre emigración exterior e


interior no es fácil de analizar. A d e m á s de no existir datos anuales
p a r a las migraciones interiores h a s t a los años sesenta del siglo X X ,
la emigración por etapas desvirtúa la a p a r e n t e y tajante separación
entre salidas al exterior y movilidad interior .

E n cualquier caso, la visión tradicional de la emigración interior


en España, al menos con respecto a la q u e t u v o lugar antes de la
G u e r r a Civil (1936-1939), h a sido la de u n a alternativa a la emigra-
ción exterior q u e t o m a fuerza d u r a n t e la d é c a d a de los años diez (en
g r a n parte impulsada p o r el auge económico u r b a n o ligado a la neu-
tralidad de E s p a ñ a d u r a n t e la P r i m e r a G u e r r a M u n d i a l ) y se inten-
sifica d u r a n t e los años veinte . Con respecto al t r e m e n d o a u m e n t o
de las migraciones tanto exteriores como interiores d u r a n t e los años
cincuenta y, sobre todo, los años sesenta se ha hecho referencia a la
no discriminación p o r p a r t e de los orígenes entre destinos exteriores
o interiores . N o obstante, con respecto a las migraciones del siglo
X I X y p r i m e r tercio del X X , M o y a , en su reciente obra, afirma q u e
en realidad es bastante complicado s e p a r a r a m b o s tipos de migracio-

5. Véanse Baines (1985) y (1991) y Sánchez Alonso (1995).


6. Sobre las principales teorías migratorias ver los trabajos de síntesis de Mas-
sey et al. (1993) y Silvestre (2000).
7. Sánchez Alonso (1995) y Moya (1998), pp. 33-34.
8. Véanse Nadal (1976), Pérez Moreda (1985), pp. 25-61, Tortella (1994), Mi-
kelarena (1993), pp. 213-240y Sánchez Alonso (1995).
9. Fernández Asperilla (1998), p. 67.
Hacer Lu América*): destino, trabajo y condición 33

nes. Y que, de hecho, las dos forman parte del mismo proceso de de-
sarrollo capitalista caracterizado por la expansión de unas ciudades
capaces, por una parte, de atraer mano de obra de otros lugares del
interior y, por otra parte, de expulsar simultáneamente población
hacia el exterior . Un proceso migratorio, a veces intergeneracio-
nal, que es minuciosamente estudiado por dicho autor para el caso
de algunas ciudades españolas como Mataró, El Ferrol o Bilbao.
Sin embargo, a pesar de que el macroanálisis muestra que no se
puede hablar de la "emigración española" como un todo homogéneo
y que dicha emigración está formada en numerosas ocasiones por
previos inmigrantes interiores, también es cierto que las cifras agre-
gadas, a pesar de sus problemas, nos informan acerca de las tenden-
cias, permiten hacer comparaciones más amplias y nos ofrecen una
visión de conjunto . Una visión general en todo caso compatible con
otros puntos de vista micro que, en efecto, permiten una mayor pro-
fundizaron en otros aspectos de la movilidad. ¿Y qué nos muestran
las estadísticas sobre migraciones exteriores e interiores a pesar de
sus imperfecciones? Si, en primer lugar, atendemos a la información
acerca de la relación entre emigración exterior e interior suministra-
da por las estimaciones econométricas de funciones migratorias
"macro", para los años finales del siglo XIX y los primeros del XX
éstas muestran que la emigración interior pudo ser una alternativa a
la exterior en aquellos lugares que contaron con oportunidades de
empleo próximas . Para los años veinte, una vez disminuida la in-
tensidad de las salidas al exterior y aumentada considerablemente la
movilidad interior, fueron precisamente las provincias con menor
tasa migratoria hacia el exterior las que más contribuyeron a la emi-
gración interior . Esta pauta de "especiahzación" compuesta por dos
grupos de provincias, en función de si éstas son indo procUveo a formar
parte de la emigración exterior o de la interior, habría continuado
para las intensas migraciones de los años sesenta (cuadro 5).

Esta posible especialización de diversas áreas en la emigración


hacia destinos exteriores o interiores la hemos tratado de comprobar
con un simple análisis de correlación para los años veinte del siglo
XX entre tasas migratorias brutas por provincias hacia destinos ínte-

10. M o y a (1998). Véase también Sánchez Alonso (1995), p. A7.


11. Acerca de los problemas de las estadísticas españolas de emigraciones du-
rante el siglo X I X 3' la primera mitad del siglo XX, véanse, por ejemplo, Sánchez Alon-
so (1995), p a r a las exteriores y Silvestre (2002). E n general, véanse P o o l e y y D o h e r t y
(1991), p p . 143-173, Hochstadt (1999) y D u p a q u i e r (2000).
12. Sánchez Alonso (2000 a), p p . 730-755.
13. Silvestre (2002).
14. Silvestre (2001 b). Es decir, un resultado contrario al sostenido por F e r n á n -
dez Asperilla (1998).
34 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 5. Emigraciones exteriores e interiores en España


en el siglo XX (porcentaje del total de España)
E. Exterior E. Interior E. Exterior E. Interior
1911-13 1930 1962-70 1962-70
Galicia 29,62 4,42 25,35 4,11
Castilla-León 13,59 9,35 3,88 6,93
Andalucía Oriental 10,72 9,87 11,33 15,13
Asturias, Cantabria y P. Vasco 10,39 7,66 4,37 5,18
P. Valenciano 10,25 8,25 6,24 3,51
Cataluña 5,49 10,22 4,35 7,17
Murcia 4,02 4,69 3,33 1,82
Andalucía Occidental 3,60 7,30 12,79 13,82
Canarias 3,50 0,52 4,47 0,59
Islas Baleares 2,27 0,59 0,28 0,33
Castilla-La Mancha y Madrid 2,11 22,2 16,53 24,07
Navarra y La Rioja 1,88 3,62 0,81 1,73
Extremadura 1,25 3,88 5,01 10,47
Aragón 1,23 7,61 1,26 5,12
España 100 100 100 100
Fuente: 191 1-1930: La emigración extenor bruta es la proporcionada por Sánchez
Alonso (2000), p. 741.
La emigración interior es el total de nacidos en la región que residen en el resto a
la altura de 1930 y está tomada del Censo de Población de dicho año; 1962-1970:
La emigración exterior bruta es la asistida tomada de la publicación Migraciones
(vanos años) del Instituto Nacional de Estadística. La emigración interior bruta
es la interprovincial suministrada por Estébanez y Puyol (1973), pp. 140-141 y
elaborada a partir de la Estadística de Variación Residencial.

riores o exteriores. A pesar de las limitaciones que presentan los


datos utilizados, el signo negativo de dicha correlación y su impor-
tante valor (-0,46) pone de relieve una relación inversa clara entre
emigración al exterior y al interior (cuadro 6). Pero si repetimos el
ejercicio con las quince provincias que tuvieron una tasa migratoria
más alta al interior y la quince con tasa migratoria más alta al exte-
rior, los resultados son todavía más esclarecedores . Destaca en pri-
mer lugar que entre todas las provincias seleccionadas la única coin-
cidencia es Almería, un caso peculiar ya que su alta tasa migratoria
al exterior se explica por el importante número de salidas que regis-
tró, en gran parte temporales, hacia Argelia. El resultado, mante-
niendo lógicamente el signo negativo, es ahora considerablemente
más elevado (-0,75) (cuadro 6).

15. Hemos elegido todas las provincias (15) con una tasa migratoria bruta al ex-
tenor superior a la media aritmética de las 49 españolas. Por simetría hemos escogido
las 15 con tasa migratoria bruta al interior más alta. Todas ellas superaban en un 30%
la media aritmética de las 49 provincias españolas.
36 VICENTE PINILLA NAVARRO

E n t r e las 15 q u e más emigraron hacia destinos interiores la


principal p a u t a común es su p r o x i m i d a d a los centros de las princi-
pales cuencas migratorias españolas: B a r c e l o n a (Lérida, Tarragona,
G e r o n a , H u e s c a , Teruel, Castellón, M u r c i a y Almería), M a d r i d (Se-
govia, G u a d a l a j a r a , Avila, Valladoüd, B u r g o s , S o r i a ) , Vizcaya
( Á l a v a y Burgos) y Z a r a g o z a ( H u e s c a , Teruel y Soria). L a presencia
en este caso de provincias del interior era elevada, y a q u e once de
las quince c o r r e s p o n d í a n a este g r u p o .

L a más reciente literatura sobre movimientos migratorios, inte-


riores y exteriores, en E s p a ñ a permitiría también en n u e s t r a opinión
e n t e n d e r estas ciertas p a u t a s de especialización q u e tendieron a p r o -
ducirse. Los modelos econométricos q u e se han utilizado, de forma
separada, p a r a explicar los d e t e r m i n a n t e s de a m b o s tipos de migra-
ciones y la elección de destinos, en el caso de las migraciones interio-
res, nos d a n interesantes pistas p a r a p o d e r profundizar en el tema.

En el caso de las migraciones interiores, se han valorado como


factores incentivadores de la emigración, al c o m p a r a r provincias, la
p r o p o r c i ó n de población en edades jóvenes, el atraso económico y
baja urbanización, la existencia de redes migratorias y u n a escasa
emigración al exterior. A la h o r a de elegir destino entre las diversas
ciudades españolas, fueron decisivas las condiciones económicas en
dichos destinos (sobre todo las o p o r t u n i d a d e s de empleo en ellos y
también los beneficios económicos esperados con el desplazamien-
to), la distancia ( u n a aproximación al coste del desplazamiento y al
coste de la información) y el stock de emigrantes en el destino de
cada origen (Silvestre, 2003).

P a r a las migraciones hacia el exterior a d e m á s de la relevancia


también de los beneficios económicos esperados y de las redes mi-
gratorias como los factores más i m p o r t a n t e s p a r a explicar la emigra-
ción al exterior, destaca q u e al c o m p a r a r las diferencias provinciales
en tasas migratorias a este continente, el g r a d o de u r b a n i z a c i ó n de la
provincia, utilizado como u n a p r o x y de las alternativas migratorias
interiores, resulta u n a variable significativa, j u n t o a otras entre las
q u e destaca como la más relevante la tradición migratoria de la p r o -
vincia (Sánchez Alonso, 2000 a ) .

Q u e d a r í a p o r analizar también, si en términos a g r e g a d o s las


provincias más emigratorias al exterior han sido, a su vez, g r a n d e s
destinos interiores previos . El c u a d r o 7 m u e s t r a cómo en cada u n o
de los tres cortes temporales escogidos existe u n a relación inversa
entre la emigración al exterior desde u n a provincia y su capacidad
de atracción de emigrantes interiores. Si bien esta relación es bas-

17. Situación mostrada p o r M o y a (1998) para los casos analizados en su libro.


Hacer Lu Américcu: destino, trabajo y condición '67

Cuadro 7. Correlación entre la emigración exterior e inmigración


interior en España (provincias)

r-Spearman 1887 1920 1962-70


Inmigración interior
Emigración exterior -0,21 -0,23 -0,70
N=49
Nota: Las provincias canarias están agrupadas. Ceuta y Melilla no incluidas.
Fuentes: elaboración propia a partir de las tasas de emigración exterior bruta
proporcionadas por B. Sánchez Alonso, op. cit., 1995, pp. 292-293, para los años
1887 y 1920 y elaboradas a partir de la Estadística de la emigración y de la
inmigración de España; las tasas de inmigración interior bruta elaboradas a partir
de la información suministrada por las partidas de Nacidos en Otra Provincia que
aparecen en los Censos de población de 1887 y 1920; las tasas de emigración
exterior bruta asistida elaborada a partir de la información suministrada por la
publicación Migraciones (varios años) para la década de los años sesenta; y las
tasas de inmigración bruta elaboradas a partir de la Estadística de Variación
Residencial también para los años sesenta.

tante débil para el último cuarto del siglo XIXy, aunque algo menos,
para el primer tercio del siglo XX. Es muy elevada para la década de
los sesenta del siglo XX. Es decir que, en general, las provincias más
expulsoras al exterior no fueron primordialmente lugares de paso in-
termedios entre un primer origen interior y los destinos ultramarinos
o, ya en la década de los sesenta, europeos. Ahora bien, las excepcio-
nes, aparte de las mostradas por Moya para el siglo XIX y principios
del XX, son abundantes y muy relevantes, como el caso de muchas
provincias costeras cantábricas y mediterráneas .
Las conclusiones hasta ahora alcanzadas son coherentes con la
tesis que mantendremos aquí para explicar la escasa importancia de
la emigración aragonesa hacia América frente a la muy elevada en la
emigración interior. Dicho de otra forma, en un territorio como Ara-
gón, en el que como hemos visto que hubo tasas migratorias situadas
en muchos años de los aquí examinados entre las más altas de Espa-
ña, el destino interior venció de forma abrumadora al exterior, al
igual que ocurrió en otras zonas. Nuestra hipótesis es que, asumien-
do que los emigrantes aragoneses se movieron esencialmente por ra-
zones económicas, es decir por la esperanza de obtener mayores in-
gresos que con los que contaban, a la hora de elegir destino entre los
posibles, optaron por aquellos hacia los que existía menores costes
de desplazamiento, más información, y sólidas redes migratorias es-
tablecidas de forma progresiva desde mediados del siglo XIX. Vol-
veremos enseguida a este tema.

18. Sánchez Alonso (1995) y Moya (1998).


38 VICENTE PINILLA NAVARRO

Pero, en este contexto, ¿qué lugar o c u p a A r a g ó n en el e n t r a m a -


d o de zonas más o m e n o s emigratorias al exterior o al interior? P a r a
el periodo anterior a la G u e r r a Civil, el c u a d r o 5 m u e s t r a q u e si
a t e n d e m o s al m o m e n t o de m a y o r intensidad migratoria exterior
(1911-13) y a la fecha censal más p r ó x i m a a la m á x i m a acumulación
de inmigrantes interiores (1930), p o d e m o s o b s e r v a r cómo A r a g ó n
fue claramente u n a zona d o n d e la emigración interior fue p r e d o m i -
nante, al c o n t r a s t a r su baja participación relativa en las migraciones
exteriores con la alta en las interiores. U n a situación q u e se repite
d u r a n t e el otro gran periodo migratorio de la historia c o n t e m p o r á -
nea española, los años sesenta del siglo X X . E n cualquier caso, Ara-
g ó n m u e s t r a u n p a t r ó n migratorio interior que, al igual q u e en otras
regiones como Andalucía o el País Valenciano, c o m p a g i n a la existen-
cia de u n a g r a n polo de atracción extrarregional con u n no desdeña-
ble polo de atracción interno. E n el caso de Aragón, estos polos son
Barcelona y Z a r a g o z a respectivamente. Si consideramos el compor-
tamiento de las tres provincias aragonesas, a la altura de 1930 (la
fecha censal más p r ó x i m a a la G u e r r a Civil) el 5 8 , 1 % de los emi-
g r a n t e s interiores nacidos en la provincia de H u e s c a , el 47,3% de los
nacidos en la de Teruel y el 3 9 , 8 % de los nacidos en la de Zaragoza,
residían en la provincia de Barcelona. Pero, a su vez, el 14,4% de los
nacidos en H u e s c a y el 1 7 , 1 % de los nacidos en Teruel lo hacían en
la provincia de Z a r a g o z a . El carácter t e m p r a n o de la emigración
a r a g o n e s a a Cataluña, lo p o n e de relieve el hecho de q u e en 1930, de
los aragoneses residentes en la ciudad de Barcelona, q u e s u m a b a n
y a más de 100.000 personas, u n 2 7 , 4 % de los de Huesca, u n 2 6 , 9 %
de los de Z a r a g o z a y un 21,4% de los de Teruel, habían llegado allí
antes de 1900 . E s decir, j u n t o a la inmigración catalana a Barcelo-
na, sin d u d a la más p r e c o z e i m p o r t a n t e , valencianos y aragoneses
constituyeron los siguientes g r u p o s en n u t r i r la emigración t e m p r a -
n a a esa ciudad (Arango, 1976). Q u i e r o ello decir que j u s t a m e n t e en
el m o m e n t o i n m e d i a t a m e n t e a n t e r i o r al d e s p e g u e de las cifras de sa-
lidas de emigrantes españoles hacia A m é r i c a , existía y a en Barce-
lona u n a sólida c o m u n i d a d de aragoneses q u e p o d e m o s estimar en
un mínimo de 25.000 p e r s o n a s .

A la altura de 1970, la situación es similar siendo los p o r c e n t a -


jes de emigrantes de H u e s c a , Teruel y Z a r a g o z a en B a r c e l o n a
45,59%, 36,26%, y 3 4 , 7 0 % respectivamente del total de emigrantes

19. Véase un análisis espacial de los movimientos migratorios en España des-


agregados por provincias en Silvestre (2001 a).
20. Oyón, Maldonadoy Griful (2001), p. 59.
21. Sánchez Alonso (1995) muestra como desde 1905 las salidas de emigrantes
españoles hacia América experimentan un formidable salto que sólo el inicio de la pri-
mera guerra mundial en 1914 detendrá.
Hacer leu América*): (latino, trabajo y condición '69

interiores de esos orígenes; y 27,47% y 24,17% los de Huesca y Te-


ruel en Zaragoza .
La gran importancia y trascendencia de la emigración interior
para Aragón durante el siglo XX, la pone de relieve el hecho de que
en 1986 vivían en España, fuera del territorio aragonés, 310. 614
personas nacidas en Aragón, lo que suponía un 24,8% de la pobla-
ción residente dentro de Aragón . Todavía hoy en día (datos del
año 2000), los aragoneses residentes en España fuera de Aragón
constituyen un grupo importante, ya que son 274.995 (un 23,1% de
la población residente en Aragón). De ellos un 48,2% vivían en Ca-
taluña. La larga tradición migratoria aragonesa hacia el interior la
ponía de relieve el que el 33% de los nacidos en Aragón y residentes
en otras comunidades autónomas tenían más de 65 años (en el caso
de Cataluña este porcentaje crecía hasta el 39,9%) .
Si a estos casi 275.000 aragoneses residentes en la actualidad en
otras comunidades autónomas, sumamos los 139.850 aragoneses que
viven en la ciudad de Zaragoza sin haber nacido en ella, podemos
ver todavía con mayor claridad la gran importancia que estas migra-
ciones interiores han tenido.
En lo relativo a las características sociodemográficas de los emi-
grantes interiores aragoneses a lo largo del siglo XX, el rasgo proba-
blemente más distintivo con respecto a otras regiones es la abundan-
cia de mujeres, sobre todo en el periodo anterior a la Guerra Civil,
atraídas por las oportunidades generadas en el trabajo doméstico. El
predominio de mujeres entre los emigrantes es, en realidad, un indi-
cador de la abundancia de movimientos migratorios individuales,
frente a los familiares . La reciente publicación de un Atlcu Social
para la ciudad de Barcelona a la altura de 1930 nos permite compro-
bar el grado de "éxito" de la colonia aragonesa en dicha ciudad. Los
inmigrantes aragoneses en Barcelona, provenientes en su mayoría de
las zonas geográficas de contacto con Cataluña (es decir, provenien-
tes de las comarcas aragonesas más orientales) , muestran un grado

22. Los porcentajes en Barcelona son algo menores, al contrario de lo que ocu-
rre con los de Zaragoz¿v, con respecto a los de 1930 debido al aumento de la dispersión
de la población emigrante durante los años cincuenta y, sobre todo, los sesenta ligado
al desarrollo económico menos concentrado espacialmente de la segunda mitad del
siglo XX en España. Este desarrollo, basado más en los sectores industrial y de servi-
cios, potenció el crecimiento de lugares hasta ese momento más modestos en lo que se
refiere a su capacidad de atraer emigrantes interiores.
23. Recaño (2002), p. 62.
24. Datos extraídos de Gavín (coord.) (2002).
25. Ver Recaño (2002), pp. 51-86.
26. Los primeros (y muy provisionales) análisis de la inmigración hacia Zara-
goza, la capital aragonesa, sugieren que los principales orígenes de los inmigrantes se
de concentración en las barriadas obreras barcelonesas y en las cate-
gorías profesionales más bajas, inferiores a los de otras comunidades
de llegada postenor como la murciana o la andaluza, lo que pondría
de relieve que la "precocidad" migratoria se tradujo en mejores opor-
tunidades, que en conjunto fueron bien aprovechadas . La informa-
ción disponible sobre la emigración interior aragonesa durante el
boom migratorio de los años cincuenta y sesenta del siglo XX es to-
davía menor. En todo caso, sabemos que la temprana emigración
aragonesa a Cataluña y, sobre todo, a Barcelona no disminuyó e in-
cluso aumentó, en especial para las generaciones nacidas entre los úl-
timos años treinta y los últimos años cincuenta, es decir aquellos que
alcanzaron las edades en las que se es más proclive a la movilidad
durante los años sesenta . Sin embargo, la intensidad migratoria de
las mujeres disminuyó, en general, con respecto al periodo prebéhco,
dando paso a un modelo de mayor intensidad migratoria masculina.

2.3. América: una opción minoritaria


En este contexto de clara hegemonía para los emigrantes arago-
neses de los destinos interiores frente a los exteriores, es necesario
valorar y cuantihcar el alcance de la emigración hacia América.
Vamos a realizar esta valoración, en primer lugar, para los años co-

| Hotel de emigrantes en el puerto de Buenos Aires.

encontraban en las zonas más alejadas de Cataluña (es decir, las más occidentales de
Aragón). En cualquier caso este "electo sustitución", ya detectado (para el país en ge-
neral) para la relación entre emigraciones interiores y exteriores, está por estudiar en
mayor profundidad.
27. Oyón, Maldonadoy Griful (2001).
28. Recaño (2002), pp. 67-68.
Hacer Lu America,/: dejtuio, trabajo y condición 41

nocidos como los de la emigración en masa. Es decir, para el periodo


que se abre en la década de los ochenta del siglo XIX y se cierra en
la de los treinta del XX, un tiempo en el que las salidas de españoles
hacia el continente americano alcanzaron sus valores más altos.
Para realizar dicho trabajo debemos tener en cuenta la dificul-
tad que plantean las fuentes estadísticas. En primer lugar hay que
referirse a los problemas que en general tienen éstas para el estudio
de la emigración española, entre los que se han destacado principal-
mente la inexistencia de una estadística estricta de emigración y la
no coincidencia de las cifras de salida españolas con las americanas
de llegada, en parte como consecuencia de la no contabilización de
las salidas clandestinas y en general de las realizadas a través de
puertos extranjeros (Robledo, 1974; Sánchez Alonso, 1990 y 1995;
Yañez, 1989 y 1994). A ellos deberíamos añadir los que surgen
cuando se trata de estudiar un caso regional, lo que exige desagregar
las cifras totales. Esto sólo es posible para algunos años, careciéndo-
se por el contrario de datos para otros, entre ellos algunos de los de
finales del siglo XIX y primera década del XX, en los que la emigra-
ción tuvo precisamente una elevada importancia.
Las cifras disponibles nos permiten hablar de la escasa impor-
tancia de las salidas hacia América desde Aragón en un doble senti-
do: supusieron una fracción pequeña y decreciente de la cifra total
de emigrantes aragoneses; y además, la participación aragonesa en la
emigración española hacia América fue también muy poco relevante
en términos cuantitativos y muy inferior al peso de la población ara-
gonesa sobre el total español. Ambas afirmaciones son coherentes
con lo planteado en el apartado anterior, especialmente lo referido a
la inclusión de Aragón entre las zonas con una clara pauta de espe-
ciahzación en emigración interior.
Aun cuando los datos estadísticos no hacen posible comparar
las cifras de salida de emigrantes hacia América o hacia destinos in-
teriores, especialmente porque estos últimos sólo es posible calcular-
los para la década de los veinte del siglo XX y las serie de salidas
trasatlánticas es también irregular, podemos aproximarnos a sus ór-
denes de magnitud a través de algunas cifras. Así por ejemplo, pode-
mos comparar lo que representaron las salidas que tenían como des-
tino América con los saldos migratorios totales netos (salidas hacia
cualquier destino menos entradas de todos los lugares) apreciándose
la escasa importancia de las primeras incluso sobre dichos saldos
netos (cuadro 4). De la misma forma la tasa de salidas hacia Améri-
ca por mil habitantes muestra valores muy bajos, con la excepción
de los años 1911-1913 en que estos son importantes (ver cuadro 5).

29. Ver Silvestre (2003).


42 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 8. Salidas hacia América y saldos migratorios


(promedios anuales)
Promedios anuales de salidas hacia América Saldo migratorio anual
(Datos en miles de personas) (Datos en miles de personas)
Zaragoza
Huesca Teruel Zaragoza Huesca Teruel
(sin la capital)
1885-1890 0,1 0,1 0,3 1878-1900 -1,4 -0,9 -0,8
1901-1910 -1,8 -1,5 -1,8
1911-1920 0,3 0,3 0,6 1911-1920 -1,0 -1,8 -1,2
1921-1930 0,1 0,1 0,2 1921-1930 -2,4 -2,7 -3,2
(*') Obsérvese que los datos de la parte derecha e izquierda del cuadro no son directamente
comparables entre sí. En el caso de la izquierda tenemos un promedio las salidas hacia
América en los años señalados desde las tres provincias. En la parte de la derecha los datos
nos indican el saldo migratorio, es decir entradas menos salidas. En este último caso no se
han incluido los datos de la ciudad de Zaragoza. Los signos no son contradictorios como
podría parecer a primera vista. En la parte izquierda tenemos salidas, en la derecha
entradas menos salidas, o sea salidas netas al tener signo negativo.
Fuente: salidas hacia América, cuadro A. 1; saldos migratorios, Germán (1986), p. 168.

El único decenio para el que al menos podemos comparar tasas


brutas de emigración hacia el interior y el extenor, también pone de
relieve la enorme desproporción entre ambos destinos (cuadro 9). A
pesar de tratarse de la década de los veinte, en la que las salidas de
emigrantes españoles hacia América fueron notablemente inferiores
a las de los momentos de máximo auge, y los movimientos migrato-
rios interiores en España muy intensos, las diferencias entre ambas
tasas son de suficiente cuantía como para apreciar hasta que punto
en Aragón la emigración interior fue la opción claramente perdedora
en el dilema sobre el destino a elegir. Pero incluso la comparación
con las tasas migratorias hacia América en cualquier momento para
el que tenemos datos ofrece el mismo resultado (cuadro 11). Así los
años de máxima intensidad migratoria hacia América en Aragón y
España (1911-13) ofrecen tasas que comparadas con los años de ele-
vada intensidad migratoria hacia el interior (1920-30) son sólo un
25,6% en Huesca, un 19,3% en Teruel y un 44,9% en Zaragoza.
Si nos preguntamos por las razones que determinaron la baja
preferencia del destino americano entre los emigrantes aragoneses
frente al zaragozano o catalán, volviendo al tema que planteamos
anteriormente, creo que habría que hacer referencia a la falta de tra-
dición migratoria transoceánica que existía en una zona del interior
peninsular como Aragón. La ausencia de redes familiares o locales al
otro lado del Atlántico, en definitiva la debilidad de las cadenas mi-
gratorias que facilitaban la acogida y posterior integración del emi-
grante es un elemento clave a la hora de entender lo ocurrido .

30. Este tema es un clásico de la literatura migratoria, ver un ejemplo p a r a el


caso catalán en Yáñez (1988), p p . 141-142.
Hacer Lu Ainénau: deétino, trabajo y condición M

Cuadro 9 . Tasas brutas de emigración de las provincias


aragonesas (hacia América e interior)
Tasa bruta de emigración hacia América Tasa bruta de emigración hacia destinos interiores
(Datos en tantos por mil) (Datos en tantos por mil)
Huesca Teruel Zaragoza Huesca Teruel Zaragoza
1920-1930 0,42 0,44 0,37 1920-1930 10,43 12,06 6,72
Fuente: emigración hacia América, cuadro A.l; emigración interior, Silvestre (2003), p. 332.

Lo mismo ocurría en el caso de Aragón, donde los fuertes vín-


culos que existían con la capital del territorio o con Cataluña, la
zona con la que había unas relaciones económicas e históricas muy
importantes (Germán y Pinilla, 1991), así como la proximidad a
ambos destinos, pueden ayudar a entender lo ocurrido. El diferen-
cial de coste entre los destinos interiores y los exteriores es también
un factor explicativo a la hora de aclarar las razones que motivaron
la preferencia por los más próximos, así como el mayor y más barato
acceso a un volumen de información suficiente para ayudar en la
elección del destino migratorio. No deja de ser lógico, por otra parte,
que cuando la industrialización catalana o zaragozana cobraron
mayor ritmo, ejercieran una poderosa atracción sobre sus zonas más
próximas, lo que restaba posibilidades a otros destinos.
Tras todo lo visto hasta aquí, parece lógico que el porcentaje
aragonés sobre el total de la emigración española trasatlántica fuera
siempre una cifra prácticamente irrelevante, dada la exigüidad de la
corriente migratoria aragonesa hacia América y la importancia de la
de otros territorios de la Península.

Cuadro 10. Comparación entre el peso de la población aragonesa


sobre la española y la emigración aragonesa a América con la
emigración total española hacia este continente
% de los emigrantes aragoneses salidos % de la población aragonesa
hacia América sobre el total español sobre el total español en el año de referencia
1860-61 0,1 5,7 1860
1885-90 1,4 5,2 1887
1911-13 1,6 4,8 1910
1914-18 1,1
1919-21 0,6 4,7 1920
1925-30 0,7 4,4 1930

Fuente: España, Yánez (1994); Aragón, cuadro A.l y censos de población.


2.4. Evolución de la emigración aragonesa
hacia América
La emigración española hacia América forma parte de la de los
países europeos que participaron en esa corriente de 60 millones de
personas que en los dos últimos siglos cruzaron el Atlántico para
buscar una vida mejor. Frente a los casos de emigración más tempra-
na del norte de Europa o las Islas Británicas, los países menos desa-
rrollados de Europa, como los meditarráneos o del Este, se sumaron
relativamente tarde a aquélla, aunque desde finales del siglo XIX su-
pusieron su parte relativamente más importante. De esta forma Por-
tugal, España e Italia fueron los principales contribuyentes al flujo
migratorio en el primer tercio del siglo XX . El retraso de este
grupo de países con respecto a los de emigración más temprana se
ha puesto en relación con su bajo grado de industrialización, retraso
de su transición demográfica y la pobreza que en algunos casos
podía impedir la aventura migratoria (Hatton y Williamson, 1998,
pp. 42-46; O'Rourke y Williamson, 1999, pp. 139-143).

Gráfico 1. Serles estimadas de la emigración española a América

Fuente: Sánchez Alonso (1995), p p . 284-285 y Yáñez (1994), p p . 120-122.

31. Análisis comparativos de la emigración de estos países del sur de Europa a


América en Carmagnani (1994) y Sánchez Alonso (2000 c). Los italianos fueron el
grupo cuantitativamente más numerosos en la emigración trasatlántica mediterránea,
seguidos de españoles y portugueses, ver JVIórner (1992).
Fuente: cuadro A. 1.

En el caso español, los dos rasgos distintivos que se han desta-


cado con respecto a esta pauta común migratoria de los países del
sur y este de Europa, han sido su baja tasa migratoria en los años
noventa y una preferencia abrumadora por los destinos latinoameri-
canos (Argentina, Cuba y Brasil sobre todo) frente a la clara ventaja
de los Estados Unidos en casi todos los demás países o el reparto
más equilibrado entre este país y Latinoamérica en el caso de las
emigraciones portuguesa e italiana (Sánchez Alonso, 1995). La pri-
mera peculiaridad española, cifrada en una mayor caída de la salida
de sus emigrantes en los años noventa con respecto a los demás paí-
ses, ha sido explicada por la depreciación sufrida por la peseta en
esa década, que en el contexto de una emigración constreñida por la
escasez de recursos de la población, no hizo sino encarecer el coste
del desplazamiento y consecuentemente limitar más aun las salidas
(Sánchez Alonso, 2000 b). En cuanto a la paradoja del escaso con-
tingente migratorio español que se dirigió a los Estados Unidos, pre-
firiendo por el contrario destinos latinoamericanos, parece razonable
que la cultura, la lengua o los viejos lazos coloniales pesaron definiti-
vamente en la balanza (Sánchez Alonso, 2000 a).

La cronología de las salidas de los aragoneses hacia América


sigue con bastante precisión los flujos generales españoles, aunque
se aprecian también pequeñas peculiaridades. Así, la baja emigra-
46 VICENTE PINILLA NAVARRO

ción española hacia A m é r i c a h a s t a los años o c h e n t a del siglo X I X ,


a u n lo fue m u c h o m e n o r en el caso a r a g o n é s . Sin e m b a r g o , participó
con claridad en el d e s p e g u e de los a ñ o s ochenta, la caída de los n o -
v e n t a y el e x t r a o r d i n a r i o a u g e de principios de siglo. La t e n d e n c i a a
la caída q u e e x p e r i m e n t ó la emigración española d u r a n t e la p r i m e r a
g u e r r a mundial y a u n a r e c u p e r a c i ó n q u e no alcanzó y a los elevados
valores previos, fue seguida de forma más e x t r e m a p o r los emigran-
tes aragoneses: m a y o r caída y m e n o r recuperación.

La crisis de 1929 y la depresión d e los treinta s u p u s o a escala


internacional u n a interrupción notable del movimiento migratorio
transoceánico q u e d e s d e la p r i m e r a s d é c a d a s del siglo X I X había co-
m e n z a d o y al q u e a finales del siglo X I X se había u n i d o España, to-
m a n d o el relevo, j u n t o a Italia y otros países del s u r d e E u r o p a , de
los países nordatlánticos y c e n t r o e u r o p e o s que h a s t a entonces ha-
bían tenido el m a y o r p r o t a g o n i s m o . El estallido de la s e g u n d a g u e r r a
m u n d i a l no hizo sino imposibilitar y a totalmente un flujo p o r p e q u e -
ñ o q u e fuera, y el a v a n c e de la transición demográfica, c o m p l e t a d a
y a en la d é c a d a d e los c u a r e n t a en m u c h o s países europeos, determi-
nó q u e u n a vez t e r m i n a d a la g u e r r a no se r e a n u d a r á el tradicional
flujo hacia América. D e s d e el p u n t o d e vista de los movimientos mi-
gratorios, la d é c a d a de los cincuenta y sesenta s u p o n e en E u r o p a u n
cambio cualitativo notable. Países q u e h a s t a fechas relativamente re-
cientes habían contribuido de forma significativa a la corriente mi-
gratoria p a s a r o n a ser receptores netos de población. El fuerte creci-
miento económico q u e e x p e r i m e n t a n d e s p u é s d e 1945 d e t e r m i n a
q u e países como Alemania, Suiza, Francia, Bélgica, H o l a n d a o G r a n
B r e t a ñ a se conviertan en d e m a n d a n t e s de m a n o d e o b r a p a r a h a c e r
posible el m a n t e n i m i e n t o de dicho p r o c e s o d e crecimiento. U n a

Cuadro 11. P r o m e d i o s anuales de salidas hacia A m é r i c a


por p e r i o d o s y provincias y tasas p o r mil habitantes
Huesca Teruel Zarag. Aragón Huesca Teruel Zarag. Aragón
1860-186! __±_J 6 6 15 0,01 0,02 0,02 0,02
1885-1890 144 75 341 558 0,56 0,30 0,82 0,61
1911-1913 663 593 1.385 2.641 2,67 2,33 3,02 2,75
1914-1918 128 170 230 527 0,51 0,67 0,48 0,54
1919-1922 154 180 207 540 0,62 0,71 0,42 0,54
1925-1929 82 77 196 355 0,34 0,30 0,37 0,35
1930-1934 20 19 52 91 0,08 0,08 0,09 0,09
(") Entre 1860-1861 la cifra representa el número de individuos que salieron con pasaporte
a América; entre 1885-1890 el número de pasajeros que salieron por mar hacia América
clasificados según su provincia de última vecindad; y entre 1911-1922 y 1925-1934 ios
emigrantes a América clasificados según su provincia de nacimiento. Las tasas por mil
habitantes se han calculado sobre la población media del período.

Fuentes: Cuadro A. 1.
Hacer Uu Américtu: destino, trabajo y condición 47

buena parte de estas necesidades de mano de obra van a ser cubier-


tas por aquellos países europeos menos desarrollados, que en gene-
ral no han completado su proceso de transición demográfica, y que
merced a la mecanización de las faenas agrícolas liberan cantidades
muy importantes de trabajadores que van a poder dirigirse hacia los
empleos industriales en el seno de su propio país o en otros.
En el caso de España la guerra genera una primera corriente
migratoria que como sabemos no responde a razones económicas
sino básicamente políticas. A esta peculiar corriente migratoria, el
exilio, va dedicado el segundo volumen de esta obra. Posteriormen-
te, el nuevo régimen se enfrento al fenómeno migratorio con una
postura claramente restrictiva a pesar de la desastrosa situación eco-
nómica que había en España. En 1941 se adopta una actitud restric-
tiva frente a las salidas de emigrantes,a la vez que se alienta la repa-
triación de emigrantes españoles . Sin embargo, los graves
problemas económicos que experimenta España se imponen sobre
las consideraciones políticas y especialmente a partir de 1948, se
disparan las salidas hacia América, que hasta principios de los sesen-
ta mantienen valores muy altos. Los sesenta suponen un cambio im-
portante de tendencia, no porque cesara la salida de emigrantes de
España, sino porque el crecimiento demográfico rápido de los países
latinoamericanos, el sistema de cuotas nacionales norteamericanas
que no facilita la emigración española y la tremenda expansión de
las economías más avanzadas de Europa determina que el destino
europeo se prefiera al americano y que las migraciones interiores,
merced al fuerte crecimiento que experimenta la economía española
desde principios de los sesenta, adquieran la primacía (cuadro 12).
En el caso de las migraciones exteriores, en la década de los sesenta
las salidas hacia Europa triplicaron a la emigración española trasa-
tlántica 33 .

Cuadro 12. Migraciones exteriores e interiores en España


(promedio anual de salidas en cada quinquenio)
Mig. Transoceánica Mig. Continental Mig. Interiores
1960-64 31.793 123.961 366.869
1965-69 20.291 133.283 374.380
1970-74 9.372 143.569 377.536
1975-79 3.645 13.818 371.602
Fuente: Anuarios Estadísticos de España y Rodenas (1994).

32. Pérez Prendes (1993), p. 143.


33. Palazón (1999).
VICENTE PINILLA NAVARRO

E n este c o n t e x t o p o d e m o s decir q u e algunas de las p a u t a s q u e


explicamos p a r a el p e r i o d o a n t e r i o r a 1936 p a r a A r a g ó n se repiten
de n u e v o . E n p r i m e r lugar, es evidente la escasa c u a n t í a d e la emi-
gración a r a g o n e s a hacia América, lo q u e p r o l o n g a la t e n d e n c i a p r e -
via a la g u e r r a civil. C o m o consecuencia, t a m b i é n en estas d é c a d a s
la participación a r a g o n e s a sobre el conjunto d e la emigración espa-
ñola hacia A m é r i c a es c o n s i d e r a b l e m e n t e inferior a su p e s o d e m o -
gráfico en E s p a ñ a , de la m i s m a forma q u e o c u r r í a en el p r i m e r ter-
cio del siglo X X ( c u a d r o 13). P o r o t r a parte, también fue m u y
r e d u c i d a la a p o r t a c i ó n a r a g o n e s a a la c o r r i e n t e m i g r a t o r i a continen-
tal, lo q u e nos lleva a concluir, en definitiva, la preferencia q u e
m a n t u v i e r o n los a r a g o n e s e s q u e e m i g r a b a n p o r los destinos interio-
res y especialmente p o r el q u e era el principal foco d e atracción:
B a r c e l o n a y su z o n a industrial, seguido de c i u d a d e s c o m o Z a r a g o -
za, Valencia o M a d r i d .

C o m o p u e d e verse en el c u a d r o 13, desde mediados de la déca-


d a de los setenta las salidas al exterior q u e d a n p r á c t i c a m e n t e inte-
r r u m p i d a s siendo y a claramente marginales. Este fenómeno coincide
con un incipiente comienzo de las llegadas d e emigrantes p r o c e d e n -
tes de otros países, q u e se t o r n a r á en rápido crecimiento en las déca-
das de los o c h e n t a y noventa, lo q u e s u p o n e desde el p u n t o de vista
de los flujos exteriores, el final de u n a tradición emigratoria existen-
Cuadro 13. P r o m e d i o s anuales de salidas en cada quinquenio

Huesca Teruel Zaragoza Aragón % Arag./España


Emigración transoceánica
1946-1950 17 159 197 0,7
11
1951-1955 63 435 556 1,0
37
1956-1960 54 358 458 1,0
46_
1961-1965 41 187 255 0,9
27
1966-1967 50 118 208
4?
1972-1975 4 34 44 0,9
_6
1976-1978 2 26 30
2
Emigración continental
1961-1965 57 292 839 1.188
1966-1967 30 126 208 364
1972-1975 AL 147 311 488
1976-1978 0 6 11 18
Temporeros hacia Francia
1961-1965 58 1.988 5.657 5.682
1966-1967 33 800 1.920 2.752
1972-1975 38 585 688 1.111
1976-1978 47 85 143
Fuente: Cuadros A.4 y A.5.
Hacer Lu Améríciu: deétino, trabajo y condición %

te desde mediados del siglo XIX y la conversión de Aragón y Espa-


ñas en claros receptores de inmigrantes.
Podemos decir, en conclusión, que en las décadas posteriores a
1940 tendió a repetirse la pauta del primer tercio del siglo XX. Ara-
gón es una zona con una de las tasas migratorias más altas de Espa-
ña, sobre todo como consecuencia de las altísimas tasas de Huesca y
Teruel, pero el destino de los emigrantes fue muy abrumadoramente
las zonas industriales españolas y preferentemente Barcelona, y el
principal centro de desarrollo industrial que existió en Aragón, la
ciudad de Zaragoza, mientras la emigración exterior tuvo un papel
relativamente menos importante.
Ello puede comprobarse para comienzos de la década de lo se-
senta (cuadro 14), años en los que podemos decir que la emigración
hacia América presenta ya saldos positivos para Aragón, es decir los
retornos de quienes han salidos en las décadas anteriores superan ya
a las salidas, mientras que a pesar de los valores relativamente im-
portantes de las salidas hacia Europa, éstas no dejan de representar
un porcentaje pequeño del total.

Cuadro 14. Destino de los emigrantes aragoneses en 1962-65


Aragón España Europa Ultramar Total
salidas 49. 273 42. 275 6.219 924 98. 691
% s/total 49,9 42,9 6,3 0,9 98. 691
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (1968).

2.5. Los principales países de destino en América


La concentración, según países de destino, de la emigración ara-
gonesa a América fue notable. Entre los destinos elegidos entre 1880
y 1936, años básicamente coincidentes con los denominados de la
emigración en masa, la República Argentina ocupó una destacada
primera posición, ya que llegaron a este país más emigrantes que a
todos los demás destinos juntos, suponiendo casi dos tercios de las sa-
lidas totales (cuadro 15). Sólo en el caso de la provincia de Teruel se
reduce algo la importancia del destino argentino, que aun así superó
el 50% de los originarios de esa provincia que cruzaron el Atlántico.
Cuba ocupó un segundo lugar, con un 15,7% del total de arago-
neses que marcharon a aquel Continente. Entre el resto de países
que recibieron emigrantes aragoneses, solo los Estados Unidos y
Brasil tuvieron cierta importancia hasta la segunda guerra mundial.
Quizás la principal peculiaridad aragonesa en la emigración trasat-
lántica sea una importancia relativa mayor del destino argentino y
50 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 15. Distribución de los destinos en América por países y


provincias de procedencia, 1885-1934 (en porcentajes)
Argentina Cuba Brasil USA Otros Total
Huesca 69,5 13,7 7,2 4,6 4,9 100
Teruel 50,8 22,5 4,7 15,2 6,8 100
Zaragoza 67,5 13,6 12,9 0,6 5,3 100
Aragón 64,1 15,7 9,5 5,0 5,6 100
Fuente: estadística de pasajeros por mar, Instituto Geográfico y Estadístico; Esta-
dística de la emigración española a América, Consejo Superior de Emigración.
Los años incluidos son 1860-61, 1885-1890, 1911-1922 y 1925-1934.

algo menor del cubano y brasileño. De la misma forma la importan-


cia relativa de los Estados Unidos fue algo mayor en Aragón que en
España .
Tras la segunda guerra mundial hubo sin embargo algunos cam-
bios significativos en las opciones migratorias de aragoneses y espa-
ñoles. Lo más destacado es que aunque cuando se reanuda la emi-
gración hacia América, son los destinos tradicionales los que
absorben la mayor parte de las llegadas, muy rápidamente es Vene-
zuela, un país que tradicionalmente había recibido pocos emigrantes
españoles, quien toma el liderazgo hasta el punto de suponer en va-
nos años en torno a la mitad del total de emigrantes españoles. Las
salidas hacia Venezuela se disparan como consecuencia del auge pe-
trolero desde 1950, superando a Argentina como primer destino
desde 1954, posición que mantendrá hasta que desde principios de
los setenta la emigración a América quede reducida a cifras pura-
mente residuales.

2.5.1. Argentina

La clara preferencia española, y aragonesa, por Argentina entre


todos los destinos en América ha sido explicada en virtud de las ex-
traordinarias posibilidades de la economía de aquel país para apro-
vechar sus recursos naturales contando con el concurso de capital
extranjero y mano de obra inmigrante. Sus comparativamente altos
salarios y las oportunidades brindadas por su crecimiento económico
explican su mayor capacidad para atraer población inmigrante . El
rapidísimo crecimiento económico argentino desde la década de
1880 como consecuencia de las posibilidades que brindaba la cone-
xión del territorio pampeano con los puertos del litoral para la ex-

34. Ver para el conjunto de España Sánchez Alonso (1995), pp. 150-151.
35. Cortés Conde (1988); Sánchez Alonso (1988); Taylor (1994).
I lil Hospital Español de Buenos Aires, hoy desaparecido.

plotíición de los vastos recursos naturales existentes, es la clave de la


llegada masiva de inmigrantes. Argentina era un territorio muy poco
densamente poblado hasta el lanzamiento de su proceso de rápido
desarrollo económico, por lo que la escasez relativa de Factor traba-
jo, y capital, en comparación a la abundancia de tierra, determinó
una alta retribución a dichos factores que está en la base de la atrac-
ción de inmigrantes . De esta forma, Argentina se configuró como
una economía agroexportadora manteniendo un fuerte ritmo de cre-
cimiento hasta la década de los treinta del siglo XX, cuando la desar-
ticulación del comercio internacional causada por la crisis golpeó
con extrema dureza a la economía argentina e hizo que desde dentro
fuera cuestionado el propio modelo de crecimiento económico. Di-
versos productos, como cuero, lana, carne o cereales, se fueron suce-
diendo como principales rubros de la exportación argentina. El de-
sarrollo argentino supuso un proceso espectacular de expansión de
la frontera, y colonización de los territorios arrebatados a la pobla-
ción india, lo que exigió, lógicamente, no sólo la necesidad de impor-
tar capitales sino personas que hicieran posible dicho proceso .

Se ha enfatizado, en este contexto, el paralelismo entre la llega-


da de inmigrantes y las coyunturas más expansivas de la economía
argentina. Fueron los decenios de 1881-90 y 1901-13 los de máximo
crecimiento de la inmigración. Fueron los italianos quienes aprove-

36. Cortés Conde (1988) o Sánchez Alonso (1988) y (2000 a) han destacado el
importante diferencial de ingresos que existió durante los años de la emigración en
masa entre la población argentina y la italiana o española.
37. Una síntesis sobre la historia económica argentina en ese periodo en Cortés
Conde (1992).
charon el primer impulso de fuerte crecimiento de la economía ar-
gentina en la década de los setenta del siglo XIX, para más tarde su-
marse los españoles a esta corriente.
El ritmo de salida de los emigrantes aragoneses a Argentina, fue
básicamente coincidente con la cronología de la emigración española
a ese lugar , aunque la imposibilidad de desagregar por orígenes las
series migratorias para el conjunto del periodo, no permite una com-
paración exhaustiva de ambos ciclos migratorios. En todo caso,
puede señalarse, quizás como peculiaridad más destacada de la emi-
| Hotel de inmigrantes de Buenos Aires, gración aragonesa hacia Argentina, un mayor contraste entre las ele-
vadas cifras anteriores a la primera guerra mundial y las muy infe-
riores posteriores, lo que bien podría explicarse por la intensa
competencia del destino barcelonés, justamente en los años en los
que se incrementan las salidas hacia América .
Como es lógico el aporte aragonés al conjunto de la emigración
española a Argentina fue pequeño en coherencia con las cifras de emi-
gración hacia América que vimos anteriormente. Así, por ejemplo, de
los casi 80.000 españoles que llegaron por mar a Buenos Aires de los
que tenemos datos de su origen en la península, sólo un 2,06% eran
aragoneses (datos sobre todo de los años veinte) ; de los españoles
residentes en Buenos Aires a la altura de la primera guerra mundial
los aragoneses eran un 2,5% , y de los también españoles que contra-
jeron matrimonio en Santa Rosa y Trenel (Territorio Nacional de la
Pampa) entre aproximadamente 1910 y 1940, un 4,1% eran aragone-
ses en el primer caso y ninguno en la segunda localidad .
Lógicamente, no todos los emigrantes permanecieron de forma
indefinida en Argentina, sino que un buen número de ellos regresa-
ron a Europa, es decir para una buena parte de los emigrantes la
aventura americana sólo fue temporal, estimándose que regresaron
aproximadamente un 47% del total de los llegados a Argentina . De
hecho, la emigración de los países del sur de Europa hacia América
durante el primer tercio del siglo XX tuvo una tasa de retornos com-
Publicidad en la prensa aragonesa parativamente mucho más elevada que la de las Islas Británicas o
• de los vapores hacia América.

38. Sánchez Alonso (1990), pp. 133-172, (1992) y (1995); Yáñez (1994). Análi-
sis historiográficos sobre la emigración española en Argentina en Devoto (1992) y
(1995).
39. Sobre la intensificación de la movilidad interior en España, Silvestre (2003).
40. Rodríguez y Cordero (2003), p. 87.
41. Fernández (1987), p. 66.
42. Maluendres, S., Lluch, A., Folco M. y Seewaldt W. (1995).
43. Yáñez (1994), p. 137. Este autor ha estimado que en el periodo 1869-1969
retornaron aproximadamente un 57% del total de los españoles emigrados a América,
aunque los países que concentraron la emigración española, como Argentina, tuvieron
un porcentaje de retornos inferior a la media.
Gráfico 3. Llegadas anuales a Argentina de emigrantes aragoneses, 1939-1959

Fuente: registros consulares (Buenos Aires, La Plata y Rosario).

norte de Europa a los Estados Unidos en el siglo XIX. Este elevado


número de regresos se ha explicado como consecuencia de la caída
de los costes del transporte, que facilitó que para los emigrantes que
salieron más tarde el regreso fuera más accesible, la importancia de
la emigración temporal para los casos italiano y español, y también
por diferencias en la voluntad de regresar entre emigrantes proce-
dentes de diferente lugares .
A este respecto, la serie de regresos desagregada por provincias,
todavía es más incompleta que la de salidas, pero permite disponer,
al menos para algunos años, de datos con los que completar nuestro
conocimiento sobre la emigración aragonesa. La comparación de
ésta con la serie anual española de salidas y regresos no ofrece dife-
rencias significíitivas: los que volvieron a Aragón superaron a los
que salieron durante la primera guerra mundial y a partir de la crisis

44. O'Rourkey Williamson (1999), p. 120 señalan que en el caso de los Estados
Unidos la tasa de regreso estuvo entre 1890 y 1914 en aproximadamente un 30%. Sin
embargo para españoles e italianos se alcanzó casi el 50% mientras que en el caso de
los rusos fue sólo del 5% y en el de irlandeses y escandinavos todavía menor. Ver tam-
bién sobre el tema Baines (1991), pp. 39-42.
54 VlCKNTK PlNÜ.LA NAVARRO

de 1929, época en la que la economía argentina experimentó una


r i • - 45
prorunda recesion .
Los datos extraídos de los registros consulares, tampoco permi-
ten una aproximación más precisa ya que, al comenzar aquéllos en
los libros registro de 1939, sesgan las llegadas hacia las fechas más
próximas al año de inscripción, por previo regreso a la península, fa-
llecimiento de los llegados con anterioridad o simplemente porque
no volvieran a inscribrirse en el consulado. A pesar de este proble-
ma, incluso los registros consulares son buen reflejo de lo antes
dicho, ya que el número de los que llegaron antes de 1919 superaba
a los que lo hicieron entre 1920 y 1936y que permaneciendo todavía
en Argentina después de 1939 volvieron a realizar su inscripción
consular (cuadro 16).
Como es bien sabido, después de la segunda guerra mundial, la
miseria y dificultades económicas por las que atravesó España, gene-
raron un rebrote del fenómeno migratorio hacia América, teniendo
de nuevo Argentina un papel destíicado en él, ya que volvió a ser el
destino que recibió inicialmente mayor número de emigrantes. Pese a
la voluntad argentina de estimular la emigración española, la resisten-
cia de la dictadura franquista, que percibía la emigración como una
prueba del fracaso de su gestión económica, retrasó las salidas de
emigrantes, que se acelerarán tras la firma del convenio migratorio de
1948 entre Argentina y España y las mayores facilidades dadas desde
ese año por las autoridades españolas, en cuestiones como la obten-
ción del pasaporte . Desde ese año y hasta 1952 se produce la mayor
intensidad migratoria, que seguirá siendo todavía elevada hasta 1958.
La mejora de la situación económica española, pero sobre todo la
fuerte competencia que entre los emigrantes realizan los destinos eu-
ropeos de países con fuerte crecimiento económico, como Alemania,
Francia, Suiza o el Benelux, producirá una fuerte contracción en las
cifras de salida que desde 1972 son ya puramente marginales .

En el caso aragonés, también las salidas hacia América despe-


gan, al final de los años cuarenta y particularmente a partir de 1949,
manteniéndose en valores muy similares hasta 1960. El destino ar-
gentino fue especiamente importante en los primeros años de este
nuevo impulso migratorio transoceánico, como ponen de relieve los

45. Para los años en los que es posible calcular el saldo migratorio de los arago-
neses en Argentina, el resultado es (saldo total de cada periodo): 1887-90: 1. 709;
19I7-19:-532; 1920-22:371; 1925-29:445; 1930-34:-888. D a t o s de la R,taóúóiea c)e pasa-
jeros por mar del Instituto Geográfico y Estadístico y de la F,J tac)í.i tica <)e la emigración e.i-
pañola a America del Consejo Superior de Emigración.
46. Palazón (1995). S o b r e el convenio migratorio hispano-argentino y su aplica-
ción ver Quijada (1989), pp. 45-64.
47. D a t o s para esta etapa en Palazón (1995) y Yáñez (1994).
Hacer ta>< América^: destino, trabajo y condición 55

Cuadro 16. Año de llegada a Argentina de los aragoneses inscritos en los registros consulares
de Buenos Aires, La Plata y Rosario en 1939-1959

ARGENTINA Buenos Aires Rosario La Plata ARGENTINA Buenos Aires Rosario La Plata
número de total de llegadas porcentaje de llegadas en cada subperiodo
1880-89 19 10 8 1 0,6 0,4 2,5 1,3
1890-99 26 18 3 5 0,8 0,6 0,9 6,5
1900-09 233 201 28 4 7,3 7,1 8,9 5,2
1910-19 527 442 71 14 16,4 15,7 22,5 18,2
1920-29 530 460 60 10 16,5 16,4 19,0 13,0
1930-35 233 201 23 9 7,3 7,1 7,3 11,7
1936-69 72 72 0 0 2,2 2,6 0,0 0,0
1940-44 79 75 2 2 2,5 2,7 0,6 2,6
1945-49 487 460 19 8 15,2 16,4 6,0 10,4
1950-54 818 719 77 22 25,5 25,6 24,4 28,6
1955-59 181 154 25 2 5,6 5,5 7,9 2,6
Total 3.205 2.812 316 77 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: libros registro de los consulados de España en Buenos Aires (1939-59), Rosario (1932-67) y La Plata (1939-59).

datos de llegadas anuales de los registros consulares, que muestran


un fuerte impulso entre 1948 y 1952, para caer luego las cifras muy
rápidamente (gráfico 3). Venezuela tomará el relevo posteriormente
como principal destino de los emigrantes aragoneses a América.

2.5.2. Cuba

Cuba fue durante el siglo XIX el destino preferente de la emi-


gración española. Esta corriente migratoria estuvo formada inicial-
mente sobre todo por canarios dedicados básicamente a actividades
agrarias no azucareras y catalanes vinculados a actividades comer-
ciales . Avanzado el siglo cobró gran importancia la emigración de
la zona noroccidental de la Península que se dirigió sobre todo a las
ciudades. En este contexto, la emigración ¿iragonesa fue muy poco
importante desde un punto de vista cuantitativo. Según ha puesto de
relieve Maluquer de Motes, con los datos del censo de 1859, que es-
tando incompleto sólo incluye al 70% de la población total, los ara-
goneses apenas suponían el 1,4% del total de peninsulares, siendo en
total 423, de los que 385 eran varones y 38 mujeres .

48. Sobre estos últimos ver Yañez (1997). Sobre los canarios Macías (1992).
49. Alaluquer de Motes (1992), pp. 64-66. A partir de estos datos Alaluquer ha
realizado una estimación de la población española residente en la isla, que elevaría el
número de aragoneses a 601, representando al 0,7% del total de españoles, incluyendo
en este caso en el cálculo a los canarios. Su porcentaje sobre el total de la población de
la zona de origen era de los más bajos de España.
I Anuncios de barcos a América publicados en la prensa aragonesa La Voz de Aragón (LV, 26-1-1950).

Una aproximación a la presencia, escasa pero ubicua (hay ara-


goneses en aproximadamente la mitad de los partidos), de aragone-
ses en Cuba hacia 1863-1865, es posible gracias a los datos ofrecidos
p o r el Diccionario Geográfico, Ejtadúiico, Histórico de la Lila de Cuba, de
Jacobo de la Pezuela, que trae en algunas comarcas el censo des-
agregado según la región española de procedencia. Sus resultados
son también muy exiguos: de estos censos parciales, apenas se des-
prende la presencia de 389 aragoneses, de los que 37 eran mujeres y
389 varones. En el más "optimista" de los casos extrapolando estos
datos a toda la isla, los aragoneses en Cuba antes de las guerras de
independencia no superaban el millar (excluyendo lógicamente los
soldados) (cuadro A.6).
Hoy parece fuera de toda duda que un modo de "emigrar a
Cuba" fue el servicio militar obligatorio, de resultas del cual mu-
chos soldados quedaban luego en la isla trabajando en diversas
profesiones . El desplazamiento de contingentes militares españo-

50. M o r e n o Fraginals ha insistido en diversos trabajos en el hecho de que d u r a n t e


el período colonial fueron a la isla muchos más españoles como soldados que como inmi-
grantes civiles, así como la profunda huella dejada en la isla por su condición hasta fina-
les del siglo XVIII de punto fuerte en la defensa militar del imperio colonial español. Ver,
en esc sentido M o r e n o Fraginals \' Aloreno iMasó (1993) y Aloreno Fraginals (1995).
Hacer Luí América^: destino, trabajo y condición 57

les a las últimas colonias tuvo una importancia cuantitativa signifi-


cativa. Yañez ha estimado que entre 1863 y 1900, 572.772 soldados
fueron enviados allí, de los que el 90,1% tuvieron como destino
Cuba . Gracias a las investigaciones de Moreno Fraginals y More-
no Masó, podemos saber la proporción de soldados aragoneses en
determinados momentos. Así, sobre una muestra de 5.551 soldados
destinados a Cuba entre 1840-1859, eran aragoneses el 3,28%, es
decir 182 (como se indica que la guarnición tuvo en esos años un
promedio de 18.051 hombres, suponiendo una proporción general
fija podemos deducir que habría unos 592 aragoneses destinados
en la isla).
Mucho mayor es la proporción de aragoneses sobre el total de
soldados españoles que participaron en 1863-1865 en la expedición
a Santo Domingo para luchar en la llamada "Guerra de Restaura-
ción Dominicana": el 5,15% de los 7.591, es decir que debieron de
participar unos 390 soldados aragoneses en la citada operación.
Como el contingente aumenta mucho, de modo que entre 1868 y
1878 llegan a Cuba más soldados (208.597) que emigrantes civiles
(163.176), podemos deducir que entre aquéllos habría quizá unos
10.000 soldados aragoneses, ya que la cuota era bastante proporcio-
nal a la población no exenta. Tras la paz de Zanjón se entregaron
tierras a muchos ex-soldados, sobre todo en Oriente (Manzanillo,
etc.), y esa práctica se llevó a cabo en otras varias ocasiones. Si que-
daron muchos o pocos, a pesar del gran avance del estudio de los
Moreno, hay todavía dudas.
En cualquier caso bien fueran emigrantes por razones económi-
cas o antiguos soldados que habían decidido permanecer en la isla,
en el momento de la independencia de Cuba el número de aragone-
ses que decidieron permanecer en la isla, y que conservaron su na-
cionalidad de origen, era exiguo. En 1900 eran 780, lo que suponía
un 1,2% del total de españoles en idéntica situación. De ellos una
abrumadora mayoría eran varones (95,9%) y predominantemente
solteros (62%) 62 .
Pero el importante flujo de emigrantes que desde España se di-
rigió hacia Cuba estuvo fundamentalmente ligado al desarrollo de la
producción azucarera en la isla y al fuerte crecimiento económico
que generó . Esta producción dirigida fundamentalmente a su ex-
portación, comenzó a crecer desde finales del siglo XVI11, mante-
niendo una fuerte tendencia ascendente, aunque con diversos rit-

51. Yañez (1994), p. 156.


52. Iglesias (1988), p. 279.
53. Buenos datos cuantitativos sobre la emigración española a Cuba entre 1860
y 1898 en Yañez (1994), pp. 48-51.
58 VICENTE PINILLA NA\V\RRO

mos, hasta 1929 . El desarrollo de la producción a z u c a r e r a hizo ne-


cesario la utilización de factor trabajo y capital p a r a p o n e r en cultivo
más tierra, y p a r a transformar posteriormente la caña en azúcar 0 0 .
Inicialmente la m a y o r parte de la d e m a n d a de trabajadores se solu-
cionó r e c u r r i e n d o a la importíición de esckivos a f r i c a n o s . Si hasta
finales del siglo X V I I I la esclavitud existía en Cuba, sin embargo, el
sistema de plantación, tan característico de otras islas del Caribe o
del sur de los Estados Unidos, no había tenido un desarrollo impor-
tante. La transformación de C u b a de u n a colonia de servicios a u n a
economía de plantación se realiza p o r lo tanto fundamentalmente a lo
largo del siglo X I X . Inicialmente, por lo tanto, el desarrollo azuca-
rero no ejerció u n a fuerte atracción sobre la pobkrción e u r o p e a en
términos de p r o m o v e r su emigración. Sin embargo, a. lo largo del
siglo X I X v a n o s factores se van a unir p a r a incentivar el inicio de
u n a corriente migratoria desde la Península y las Islas C a n a n a s hacia
Cuba, q u e c o b r a r á su m a y o r vigor tras la independencia de la isla.

H¿ry q u e señalar en p r i m e r lugar el hecho de q u e la trata de es-


clavos se enfrentará a dificultades crecientes como consecuencia de
la política británica favorable a su e l i m i n a c i ó n ' . Las cad¿i vez mayo-
res dificultades p a r a realizar el t r a n s p o r t e y el incremento de los
precios de los esclavos, propició q u e en C u b a se b u s c a r a n otras al-
ternativas como la atracción de emigrantes p r o c e d e n t e s de las islas
Canarias. La abolición definitiva de la esclavitud en C u b a en la dé-
cada de los o c h e n t a obligó, pese a la difícil c o y u n t u r a m a r c a d a p o r
las dos g u e r r a s independentistas, a u n m a y o r recurso a l¿i emigra-
ción española p a r a m a n t e n e r la producción a z u c a r e r a y hacer posi-
ble su posterior expansión, p o r lo q u e en el último tercio del siglo
X I X la importancia de ésta fue c l a v e . Adicionalmente debe seña-
larse cómo el cambio técnico q u e fue imponiéndose en la p r o d u c c i ó n

54. Sobre el desarrollo de la economía a z u c a r e r a c u b a n a son imprescindibles los


trabajos de M o r e n o Fraginals (1978), (1983), pp. 56-1 17y (1991). Para el primer ter-
cio del siglo X X ver también D y e (1993) y (1994) y S a n t a m a r í a (2001).
55. Buena p r u e b a de la capacidad de impulso que tuvo la nueva economía sobre
C u b a , es su formidable a u m e n t o poblacional. Entre 1791 y 1931 se pasa de 272.301
habitantes a 3.962.344, M a l u q u e r de Motes (1992), p. 15.
56. Ver sobre este tema el excelente trabajo de Bergad, Iglesiasy Barcia (1997).
57. Sobre el carácter de Cuba, y sobre todo de La 1 labana, como colonia de ser-
vicios, desde la conquista hasta finales del siglo XVIII ver M o r e n o Fraginals (1995).
58. Sobre el íin de la esclavitud ver el trabajo citado ele Bergad, Iglesias y Barcia
( 1 9 9 7 ) y e l d e S c o t t (1989).
59. Ver sobre este tema M a l u q u e r de Motes (1992), pp. 23-59. H u b o un recurso
temporal a la contrata de asiáticos, principalmente chinos, en un régimen no muv ale-
jado de lo que había sido la antigua esclavitud. Sobre la emigración asiática ver Alore-
no I'raginals (1983), pp. 118-144. Sobre los diversos proyectos para atraer emigrantes
españoles, ver Naranjo (1992). Se desechó la posibilidad ele atraer emigrantes de otras
islas del Caribe como Haití o J a m a i c a , por razones básicamente racistas.
Hacer leu Americíu: destino, trabajo y condición 59

azucarera hacía difícil su compatibilidad con el mantenimiento del


sistema esclavista, cuya rentabilidad en sus momentos finales es
puesta en duda por autores como Moreno Fraginals.
Paradójicamente la independencia cubana no interrumpió el
flujo migratorio, sino que hizo cobrar a éste todavía una mayor in-
tensidad. El fuerte crecimiento económico que siguió a acjuélla, muy
ligado a la fuerte expansión de la producción azucarera, por la aper-
tura del mercíido norteamericano y la llegada de inversiones signifi-
cativas desde este país, generó incentivos para que contingentes im-
portantes de españoles se dirigieran hacia la nueva república . Las
nuevas leyes migratorias cubanas y los acuerdos de París que habían
puesto fin a la guerra, hicieron posible que dichas migraciones se re-
alizaran en un contexto institucional muy favorable.
El ciclo migratorio español en Cuba durante el primer tercio del
siglo XX ha sido estudiado con detalle por Jordi Maluquer , seña-
lando éste una primera fase claramente ascendente iniciada desde la
prosperid¿id que sucede a la independencia, que culmina en torno a
1920; y otra descendente, que aun arrancando en los primeros ¿iños
de esa década, se acelera a partir de 1929 como consecuencia tanto
de la crisis económica iniciada en aquel año como del cambio en la
política migratoria cubana.
Para estudiar los flujos migratorios aragoneses hacia Cuba
hemos utilizado la información procedente del archivo del Consula-
do de España en La Habana. Los problemas que plantea esta fuente
son básicamente dos: por un kido no todos los españoles residentes
allí se inscribían en el registro consular, lo que evidentemente puede
plantear sesgos en las conclusiones que obtengamos; y en segundo
lugar, normalmente los residentes en aquella ciudad no se inscribían
en el momento de su llegada, sino que podían hacerlo posteriormen-
te, variando significativamente el periodo transcurrido. Además, no
en todas las inscripciones se informaba sobre cuando había tenido
lugar la llegada a la isla. En el primer caso, pensamos que el princi-
pal sesgo que existe es que sólo quienes se establecían de forma defi-
nitiva o tenían intención de permanecer un periodo prolongado de
tiempo realizíiban dicha inscripción. Ello, si bien por un lado proba-
blemente impide que captemos la importancia de inmigraciones de
corta duración, como la emigración golondrina que tanta importan-
cia tenía para la zafra , por otro nos dn una información mejor

60. Sobre las relaciones entre la economía c u b a n a y la independencia y sus efec-


tos es útil el trabajo de Fraile, Salvucci y Salvucci (1993). Para una visión general
sobre C u b a tras la independencia ver Aguilar (1992).
61. M a l u q u e r d e Motes (1992), pp. 108-123.
62. M a l u q u e r de Moles (1992).
60 VICENTE PINILLA NAVARRO

s o b r e el g r u p o d e e m i g r a n t e s q u e p e r n u m e c í a n m á s t i e m p o allí. P a r a
r e s o l v e r el s e g u n d o p r o b l e m a , lo q u e h e m o s h e c h o h a sido e s t i m a r el
r e t r a s o m e d i o e n d i c h a i n s c r i p c i ó n , a p a r t i r d e los d a t o s d e q u i e n e s
c o n o c e m o s su a ñ o d e l l e g a d a y de i n s c r i p c i ó n ( 7 6 , 2 % d e los c a s o s ) , y

C u a d r o 17. A ñ o d e l l e g a d a a C u b a d e los a r a g o n e s e s i n s c r i t o s e n
el r e g i s t r o d e l c o n s u l a d o d e E s p a ñ a e n L a H a b a n a ( 1 9 0 0 - 1 9 4 0 )

N° total %
antes de 1900 111 8,0
1900-1904 67 4,8
1905-1909 190 13,6
1910-1914 244 17,5
1915-1919 237 17,0
1920-1924 243 17,5
1925-1929 233 16,7
1930-1934 51 3,7
1935-1940 16 1,1
Total 1.392 100

F u e n t e : libros r e g i s t r o del C o n s u l a d o d e E s p a ñ a en L a H a b a n a .

Fecha de inscripción en el consulado


Sin que conste Con fecha
Total
fecha llegada de llegada
1900 (*) 67
1900-1904 49 10 59
1905-1909 58 2 60
1910-1914 89 116 205
1915-1919 4 341 345
1920-1924 1 276 277
1925-1929 4 226 230
1930-1934 76 35 111
1935-1940 35 3 38
Total 316 1.009 1.325
Retraso medio en la inscripción en el Consumido = 2,8 años,
(excluyendo los inscritos en 1900 que habían llegado antes)
Desviación típica en la inscripción en el Consulado = 3,8 años.
(") Sólo los inscritos en 1900 llegados antes de esa fecha.
Dado que como puede verse en el cuadro en el que aparecen las lechas de inscripción en el
consulado una parte sustancial de los inscritos no declararon su año de llegada hemos
tenido que estimar éste para poder calcular la distribución de los aragoneses según dicho
año de llegada. Como puede verse en el cuadro de fecha de inscripción, el problema parece
radicar durante algunos periodos en que los propios funcionarios del Consulado no
insistiesen en la demanda de este dato (ello ocurriría sobre todo entre 1900 y 1909, y entre
1930 y 1940). Por ello hemos calculado el promedio de años de retraso en la inscripción en
el consulado en aquellos que sí hicieron constar ese dato, para luego restar su resultado (2,8
años) de la fecha de inscripción de aquellos de los que carecíamos de ese dato. De esta
forma ha sido posible llegar a los resultados presentados en el cuadro de fechas de
llegada.Para realizar este cálculo del retraso en la fecha de inscripción no se han tenido en
cuenta a los inscritos en 1900 que llegaron antes de ese año, y que por razones obvias, hasta
1898 era Cuba una colonia, no se habían inscrito previamente.
aplicarlo al conjunto de todas las referidas inscripciones. De esta
forma tenemos una distribución por quinquenios de los aragoneses
llegados a La Habana desde 1900 (cuadro 17). Nuestros datos con-
firman en general el planteamiento de Maluquer, aunque podemos
matizar algunas cosas.
En primer lugar, está muy claro cómo se concentraron las llega-
das durante los años de mayor auge de la economía azucarera y una
vez que se fueron despejando algunas de las incógnitas que la nueva
república podía plantear. Así, desde 1905 y sobre todo desde 1910 se
concentran las llegadas de aragoneses a Cuba. En nuestro caso, el
final de los años de auge durante la primera guerra mundial, la
época conocida como la danza de los millones, durante la que hubo
elevados precios del azúcar y también salarios altos, no implicó una
caída de las llegadas, que se mantienen en cifras altas hasta 1929.
Este mantenimiento se puede explicar con base en el incremento de
la producción y exportación de azúcar durante toda la década, a
pesar de la caída de los precios y rentabilidad (Santamaría, 2001, p.
95). La crisis económica y la legislación que introduce en 1933 el go-
bierno de Ramón Grau San Martín, restringiendo entradas, pero
sobre todo reservando puestos de trabajo para los nacionales cuba-
nos, si que supuso un brusco cierre de la espiga migratoria . A par-
tir de ese momento, las cifras caen bruscamente hasta resultar prác-
ticamente irrelevantes.

2.5.3. Otros destinos en América

Si bien Argentina y Cuba concentraron antes de la segunda


guerra mundial alrededor de cuatro quintas partes de la emigración
aragonesa, y española, hacia América, otros países también recibie-
ron un número significativo de aragoneses, destacando entre ellos
Brasil y los Estados Unidos. Uruguay también vio llegar un número
muy elevado de emigrantes en comparación a la población nacional,
pero la pequeña dimensión del país y sus características similares a
Argentina han hecho que este movimiento no haya recibido una
atención tan destacada.

I
Llegada de emigrantes europeos
al puerto brasileño de Santos.
Brasil fue con diferencia el país que más aragoneses recibió tras Foto de Marc Ferrer (1880).
Argentina y Cuba . En este caso, la expansión de su economía cafe- Fuente: José Luis Paño.

63. La política del gobierno de Grau San Martín, conocida como "Cuba para los
cubanos", incluía un profundo programa reformista. Ver Pérez (1990) sobre este tema
y también sobre los electos económicos y sociales de la depresión y los problemas para
las exportaciones cubanas de azúcar. Sobre la legislación relativa a los emigrantes y
sus efectos, Maluquer de Motes (1992).
64. Los datos de emigración española a Brasil utilizando las estadísticas españo-
las se consideran infravalorados, ya que la prohibición en 1910 por el Gobierno Espa-
62 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 18. Salidas/entradas hacia/de América por provincias (1887-1978)


Salidas (%) Entradas (%) Distribución de la población (%)
1885-1934 1939-1978 1885-1978 1887-1934 1939-1978 1887-1978 1920 1960
Huesca 25,3 9,7 20,6 22,5 14,4 20,5 25,1 21,1
Teruel 23,3 12,6 20,1 22,8 14,5 20,7 25,3 19,5
Zaragoza 51,5 77,7 59,4 54,7 71,1 58,8 49,6 59,4
Aragón 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

F u e n t e : c u a d r o s A . l , A.2 y A . 4 .

talera requirió fuertes contingentes de mano de obra, con problemas


de obtención tras la abolición de la esclavitud, suplidos en parte por
españoles normalmente de origen campesino pobre que aprovecfni-
ron los pasajes familiares gratuitos que ofreció el gobierno de Brasil,
y que vivieron en su nuevo destino en condiciones bastante difíciles,
aunque finalmente dada la pobreza de los que llegaban consiguieron
en un número significativo acceder a la propiedad de la tierra . La
emigración española llegó a Brasil con cierto retraso con respecto a
la italiana, tendiendo a sustituir a ésta cuando decreció, y tendió a
concentrarse en la región que tenía como centro a Sao Paulo, donde
llegó a constituir el segundo grupo de emigrantes, a pesar de que en
el conjunto del país, entre 1889 y 1929, los italianos y portugueses
les superaron en número . La importancia de la emigración subven-
cionada, primero por el gobierno federal y luego por el del estado de
Sao Paulo, marca sin duda una diferencia significativa con los demás
destinos americanos, donde con la excepción de algunos escasos
años a finales del siglo XIX, la emigración no contó con este auxilio,
pero tampoco con los condicionantes que implicaba su aceptación.

En el rebrote migratorio de los años cincuenta, de nuevo Brasil


volvió a recibir un número apreciable de inmigrantes españoles,
siendo superado como destino en América sólo por Venezuela y Ar-
gentina, aunque después de 1962 cayó muy rápidamente hasta cifras
prácticamente irrelevantes.
Estados Unidos, con diferencia el país del mundo que más inmi-
grantes acogió desde comienzos del siglo XIX hasta la segunda gue-
rra mundial, fue, como hemos explicado anteriormente, un destino
relativamente marginal para la emigración española, a diferencia no

ñol d e la emigración subvencionada desplazó muchos viajes de puertos esp¿moles a Gi-


braltar u obligó a hacer el viaje con escala en Buenos Aires o M o n t e v i d e o . Yáñez
(1994), pp. 94-95, reestima la emigración española a Brasil teniendo en cuenta los flu-
jos procedentes de todos los orígenes.
65. S o u z a - M a r t i n s (1988) y Klein (1996). Klein (1989), p . 440 destaca q u e una
e n o r m e mayoría de los españoles llegaron a p r o v e c h a n d o las subvenciones g u b e r n a -
mentales.
66. Klein (1989).
Hacer leu América,): destino, trabajo y condición 63

sólo de la pauta general de casi toda Europa, sino incluso de otros


países mediterráneos como Italia o Portugal que también vieron par-
tir hacia allí una parte muy apreciable del conjunto de sus emigran-
tes. Como ya hemos explicado, Aragón fue uno de los territorios pe- PASAJES GRATIS A LA A l l í
INCLUSO EL FERRO-CARRIL DESDE ZARAGOZA
ninsulares en los que proporcionalmente más pesó aquel destino, ya
que su porcentaje de salidas hacia ese país duplicó con creces al del r
Se facilitan con la aümcotación enteramente gratis y sin descuento ¿i
AMILI AS do agricultores y artesanos, y también á" individuos sueL
.os labradores que uo escedan 45 años
conjunto español, alcanzando en el caso de la provincia de Teruel liara ia República del Brasil
i días mas corea do líspnüa que Buenos Aires.
más de un 15% de sus salidas, cuando el total de España no superó Al desembarcar tienen también derecho á 8 dias de alojamiento y nía-
IQtención gratuita hasta ser colocados.
La vitalidad y sólida riqueza del Brasil, la fertilidad de su suelo, su
el 2%, y un tercer puesto entre los destinos preteridos por los emi- ¡lima excelente y la acojida cariñosa que merecen los laboriosos y IIOÍI-
ados Aragoneses, Navarros y liiojanos, producen Iris cada vez mas sa-
isl'aelorias noticias que los emigrante* escriben.
grantes procedentes de esa provincia. El hecho de que casi la mitad IMPORTANTE. —[isla Agencia FACILITARA CHATIS KL i.-i;mio-CÁHUIL
lesde taragoza á Barcelona, pero solamente a familias labradoras por
de los españoles emigrados a Estados Unidos lo hicieran muy tardía- ¡Dinerosas que sean. — Las de artesanos y los labradores sueltos ú lium-
ires solos, han do presentirse de su cuenta en Barcelona.
Para mas informes dirigirse á la Agencia General Zaragoza, S. Cló-
mente, justo en la segunda década del siglo XX, antes de que se nente, 2, bajos, remitiendo dos sellos para contestar.
So necesita para el partido de Caspe un representante idóneo.

aprobara en 1921 la ley de cuotas para la inmigración que tomaba


Publicidad en la prensa aragonesa
como reíerencia para establecer éstas los emigrantes llegados en el
de viajes subvencionados a Brasil.
siglo XIX, no hizo posible que la tendencia alcista del movimiento
migratorio español hacia este país se pudiera consolidar .
Venezuela, un destino marginal para la emigración española
antes de la segunda guerra mundial, se convirtió sin embargo en el
segundo destino para aquélla en el periodo 1946-1970, y el primero
en las décadas de los cincuenta y sesenta . Hasta la segunda guerra
mundial, Venezuela tuvo una escasísima inmigración. En el primer
tercio del siglo XX (1904-1935), apenas se censan unos 30.000 inmi-
grantes mientras hay casi 17 millones en Estados Unidos, cuatro y
medio en Canadá y alrededor de dos y medio en Argentina y en Bra-
sil. En la década 1939-1948, un período tres veces menor, los ingre-
sos totales rondan los 40.000. Y el gran salto se produce en el breve
periodo de 1950-1957: una inmigración neta de 225.000 personas, en
un alto porcentaje españoles (40 %) e italianos (31%) .
Un ascenso tan fulgurante y rápido entre los destinos preferidos
por los emigrantes españoles en América, no se explica sino es en el
contexto del importante cambio económico que experimentó Vene-
zuela como consecuencia del auge petrolero . El impacto de este
sector sobre la economía nacional fue imponente, generándose un
íuerte incremento de la actividad económica que implicó una eleva-
da demanda de mano de obra.

67. Rueda (1993), PP. 75-76.


68. Entre 1946 y 1970 emigraron 300.820 españoles a Argentina y 291.706 a Ve-
nezuela. En la década de los cincuenta este último país (192.902) superó con creces a
Argentina (140.406) como primer destino de la emigración española, ver Palazón
(1999), p. 320.
69. Tellería (1961) pp. 41-87. Las cifras contemplan los inmigrantes, los que tie-
nen sólo permiso de residencia temporal o transeúntes, y los emigrantes.
70. Berglund (1985).
VICENTE PINILLA NAVARRO

&&!!££& &BlffS3A& Pero el crecimiento económico siendo condición necesaria no


de Pasages M a r í t i m o s era suficiente. Era imprescindible un cambio en las políticas migra-
torias tan restrictivas que había tenido hasta entonces el país. Los
So facilitan enmuras .lo lujo, así como lambicn en 2 , ' y 3 . ' dase, 011
buques ilu !n Trasiilláiiticn líspaímla.
Mem rnuv económicos para, emigrantes ú la America del Km , llevan-
gobiernos venezolanos entre 1935 y 1945 consideraron "propicia la
ilolosen CCITO-CIUTÍI á [Jarcelonn ¡ri-:itis, y derecho á í.rnh-p optar en él lOü
kilogramos do equipngo por persona. entrada de inmigrantes de raza blanca, provenientes de países cultu-
I'asages gratis para el Brasil
Se facilitan á familias labradora?, ji-lesanos y á individuos suoUos
ralmente afines a Venezuela, que se integrasen fácilmente al país,
Id. á mujeres solteras Ó viuilus sin hijos lotaLa dirliíi edad.
ADVERTENCIA. - A Emilias labradora* por n ú m e r o s nnc
que no trajesen ideales políticos que pudieran tener efectos pertur-
sean, se les ilevagraluitamento en feí-ro-rai-nl i\ Barcelona, dernoslranili)
esto la eslima que se las tiene. [,;\s de artesanos y sueltos ban de pagarse badores y que tuviesen la intención y la habilidad de poblar y hacer
el tren á Barcelona ó hacer e! viaqe ó pié.
Pídanse informes n la Agencia Rencral—Zni-ngosa—S. Clemente, 2 ,
ó ni sub-Agento du Cuspe I». Jerónimo Dolnder
producir el campo". A tal fin se promulgaron la Ley de Inmigración
REMITIENDO DOS SELLOS PARA CONTESTAR
y Colonización de 1936 y la Ley de Extranjeros de 1937, y la poste-
Propaganda para ofrecer agricultores rior creación, en la segunda mitad de los cuarenta, de la Comisión
aragoneses a Brasil con pasajes gratis. Nacional de Inmigración. Con ello, el exiguo número de extranjeros
censados en Venezuela entre 1936 y 1941, apenas de 50.000 perso-
nas, de las que la tercera parte eran colombianos y un 14 % de espa-
ñoles, se cuadruplica en una década (208.731 en 1950), casi se tripli-
ca en la siguiente (541.563 en 1961) y vuelve a duplicarse casi en los
siguientes veinte años (1.074.629 en 1981). Claro que el aumento de
población total es muy fuerte, pasando de 3,8 millones de habitantes
en 1941 a 18,6 en 1990. Ello hace que los extranjeros sean el 1,2 %
en la primera fecha, casi el 8 % en 1961 (porcentaje que se mantiene
en 1981) y ya apenas el 5 % en 1990. La presencia española, segun-
da extranjera tras los colombianos (que despegan de una posición
casi similar en 1950-1970 a casi tres veces más en las décadas si-
guientes), con un máximo en 1961 de 166.660, ve descender muy
lentamente esa cifra hasta los 127.525 censados en 1990. Sin duda,
más que el regreso, la muerte de los más veteranos ha ido socavando
esas cifras. En efecto, la Encuesta de Migración de 1981 revelaba
que dos tercios de los españoles llegaron en las décadas de 1950 y
1960 y llevaban en consecuencia una media superior a 20 años. En
la colonia española predominan los canarios y gallegos, seguidos de
asturianos, catalanes y vascos .

Desde finales de la década de los cincuenta las cifras de emigra-


ción a este país disminuyeron tanto por la intensa competencia de
otros destinos, europeos o interiores, como por la política restrictiva
del gobierno de Venezuela. La crisis del petróleo de los setenta, y su
reverso en el impulso de la economía venezolana, generó un efímero
impulso migratorio final, que sin embargo movilizó y a a un número
relativamente reducido de personas, y buena parte de ellos de origen
72
canario

71. Fernández Cánovas (1993).


72. Macías (1992). Ver en general su trabajo para la emigración canaria, el prin-
cipal grupo en la emigración de la postguerra a Venezuela.
3. Características de los emigrantes aragoneses
a América

3.1. Los orígenes comarcales

Hasta los años de la guerra civil la participación de las tres pro-


vincias en la emigración hacia América fue proporcional a su impor-
tancia demográfica; aproximadamente la mitad de las salidas corres-
pondieron a Zaragoza y los otros dos cuartos a Huesca y Teruel, lo
que se acomoda bastante bien al peso relativo de cada una de ellas
sobre el conjunto aragonés (cuadro 18). Sin embargo, como sabe-
mos que las provincias que expulsaron más emigrantes fueron estas
dos últimas (cuadro 4), podemos afirmar que la participación de Za-
ragoza en la emigración hacia América fue proporcionalmente supe-
rior a su aportación al flujo de emigrantes aragoneses hacia los desti-
nos interiores. Después de 1940 se aprecia una cada vez mayor
relevancia de la provincia de Zaragoza, lo que es consistente con su
ganancia de peso relativo demográfico, frente a Huesca y Teruel,
pero también acentúa esta mayor proclividad migratoria zaragozana
hacia el continente americano.

Para tratar de desagregar algo más, averiguando a qué zonas de


Aragón correspondían los emigrantes, es necesario recurrir a fuentes
alternativas a las estadísticas migratorias, ya que éstas sólo recogen,
cuando lo hacen, la provincia de origen de aquéllos. Para ello vamos
a contar con los datos proporcionados por los registros consulares
de La Habana (Cuba) y Buenos Aires, Rosario y La Plata (Argenti-
na) que sí indican la localidad de origen de los emigrantes, lo que
nos ha permitido agrupar a éstos según su procedencia por partidos
judiciales.

En el cuadro 19 destaca la amplia dispersión que en general


tuvo lugar en las zonas de procedencia de los emigrantes. Es decir,
no hay una concentración demasiado importante por lugar de ori-
gen. La excepción más notable la constituye la permanente prima-
cía de aquellos emigrantes que tenían por origen el partido de Zara-
goza, que constituía el demográficamente más importante de todo
Aragón.
66 VICENTE PINILLA NAVARRO

C u a d r o 19. O r i g e n d e los e m i g r a n t e s a r a g o n e s e s a A m é r i c a
(% p o r p a r t i d o s j u d i c i a l e s y p r o v i n c i a s )

1 2 3 4 5 6 9 10
Emigrantes registrados en los consulados Distribución
Cuba Argentina de la población
Ratio 1/6 Ratio 3/6
Inscritos Total Llegados Llegados Inscritos en 1930 por
1900-1940 1880-1994 hasta 1939 1940-59 1960-94 p. judicial (%)
Barbas tro 4,7 3,0 2,5 3,5 2,9 3,1 1,5 0,8
Benabarre 1,9 2,7 2,9 3,3 1,4 2,4 0,8 1,2
Bol taña 3,1 4,3 6,6 3,1 3,3 2,9 1,1 2,3
Fraga 2,1 2,0 2,0 2,0 2,0 3,0 0,7 0,7
Huesca 3,1 3,5 2,3 4,0 4,5 5,1 0,6 0,5
Jaca 3,7 8,0 11,3 5,8 7,2 3,6 1,0 3,1
Sanñena 1,3 2,8 3,0 2,6 2,7 2,5 0,5 1,2
Tamante 4,3 1,6 1,4 1,6 2,0 2,6 1,7 0,6
MUESCA 24,1 28,0 32,0 25,8 25,9 25,1 LO 1,3
Albarracín 2,3 1,5 0,8 1,4 2,5 2,9 0,8 0,3
Alcañiz 2,5 3,2 3,8 3,5 2,1 2,6 1,0 1,5
Aliaga 1,7 1,7 2,3 1,3 1,3 1,8 1,0 1,3
Calamocha 2,2 1,6 1,5 1,8 1,3 2,6 0,8 0,6
Castellote 5,0 2,6 3,1 2,0 2,7 2,2 2,3 1,4
Híjar 2,5 1,6 1,2 2,0 1,4 2,6 1,0 0,5
Montalbán 1,3 2,3 2,2 1,9 3,1 2,8 0,5 0,8
Mora de R. 3,5 1,8 2,0 2,0 1,3 2,7 1,3 0,7
Teruel 4,9 2,7 1,6 2,9 4,0 3,1 1,6 0,5
Valderrobres 3,1 1,8 1,6 2,3 1,3 2,0 1,6 0,8
TERUEL 29,1 20,7 20,1 21,0 20,9 25,3 1,2 0,8
La Almuma 3,5 2,1 1,9 2,5 1,8 4,3 0,8 0,4
Ateca 3,7 2,5 2,1 3,4 1,8 3,7 1,0 0,6
Belchite 0,2 0,7 0,4 1,1 0,5 1,9 0,1 0,2
Borja 4,7 2,9 3,1 2,9 2,4 3,0 1,6 1,0
Calatayud 3,5 2,1 1,8 2,4 2,1 4,1 0,9 0,4
Cariñena 2,3 1,7 1,9 1,8 1,2 2,1 1,1 0,9
Caspe 1,9 2,2 1,8 2,9 1,6 3,0 0,6 0,6
Daroca 1,0 1,0 1,0 1,4 0,3 2,3 0,5 0,5
Ejea 3,4 3,1 4,0 2,7 2,6 2,9 1,1 1,4
Pina 1,2 1,7 1,3 2,0 1,9 2,0 0,6 0,7
Sos 3,1 7,8 12,0 5,9 5,1 2,2 1,5 5,6
Tarazona 1,3 2,2 2,8 2,0 1,8 1,9 0,7 1,5
Zaragoza 16,7 21,2 13,8 22,2 30,1 16,2 1,0 0,8
ZARAGOZA 46,7 51,4 47,9 53,2 53,1 49,6 0,9 1,0
ARAGÓN 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1,0 1,0

Fuente: registros consulares en La Habana (Cuba), Buenos Aires, La Plata y Rosario (Argentina).
Hacer leu Américcu: dejtuw, trabajo y condición 67

Aun así, los emigrantes procedentes de los partidos judiciales


que suponían por su aporte más de un 4% del total, no sumaban en
el caso cubano más de un 4 1 % (6 partidos) y en el argentino oscila-
ron, según de que periodo se trate, entre un mínimo del 38% y un
máximo del 5 1 % (4 y 5 partidos respectivamente). Si excluimos al
partido de Zaragoza, desproporcionado por su tamaño demográfico
con respecto al resto de Aragón, la dispersión es todavía más eviden-
te, ya que los emigrantes procedentes de estos partidos que suponían
más de un 4% del aporte migratorio, nunca superaron el 30% en su
importancia relativa.
Además de Zaragoza, los partidos judiciales con una contribu-
ción más importante, en términos absolutos, fueron en el caso argen-
tino los montañosos de Sos, J a c a y Boltaña, comarcas limítrofes
entre sí que abarcaban todo el territorio del Pirineo aragonés, y en el
cubano, los de Barbastro, Tamarite, Teruel y Borja. En el caso ar-
gentino después de 1960, los partidos de las restantes capitales de
provincia aragonesas, Huesca y Teruel, se unían a este grupo, de-
biendo tenerse en cuenta su importancia demográfica en el conjunto
de sus respectivas provincias.
Si ponemos en relación el aporte de cada comarca al flujo du-
rante los años de la emigración en masa, es decir antes de la segunda
guerra mundial, se comprueba que tendió a acomodarse a su propio
peso demográfico en Aragón. Las cuatro notables excepciones a esta
pauta general sugieren una cierta especialización en la emigración
hacia Argentina en los partidos de Sos (con una aportación que
hasta 1939 más que quintuplicaba su participación en la población
aragonesa), J a c a (triplicando también su importancia demográfica)
y Boltaña (que la duplicaba) y hacia Cuba en Castellote (con una
aportación en este caso duplicaba con creces su importancia demo-
gráfica relativa en Aragón).
Ello puede ponernos en la pista de la importancia que pudieron
tener las cadenas migratorias a la hora de explicar la diferente parti-
cipación comarcal en la emigración trasatlántica . Una vez que se
establecían algunas personas de una familia, pueblo o comarca en un
destino lejano, se aseguraba un mayor flujo de información para los
posibles futuros emigrantes y la existencia de redes de apoyo en el
caso de que algunos se decidieran a dar el paso hacia el otro lado del
Atlántico, lo que abarataba el coste, no sólo económico, de la deci-
sión de emigrar. En muchos casos la ayuda podía ser tan directa
como la financiación del viaje de los familiares o también, como se
ha puesto de relieve en algunos ejemplos de comerciantes de éxito, el

73. Sobre este tema p a r a la emigración española ver los trabajos de Moya
(1998), Vázquez (1995) y D a O r d e n (1992).
68 VICENTE PINILLA NAVARRO

regreso al lugar de origen p a r a b u s c a r parientes o vecinos, de con-


fianza suficiente como p a r a colaborar en la gestión de los negocios
e m p r e n d i d o s en el lugar de destino .

L a continuidad espacial de las zonas con m a y o r especialización


migratoria hacia A r g e n t i n a c o r r o b o r a r í a la hipótesis p l a n t e a d a en
otros trabajos del efecto de contagio geográfico, o efecto difusión,
q u e p r o d u c í a n las decisiones migratorias y q u e de n u e v o h a y q u e
p o n e r en relación con u n a m a y o r facilidad p a r a el acceso a la infor-
mación o m a y o r e s posibilidades de t e n e r familiares, amigos o conoci-
dos en los lugares de destino .

L a amplitud del periodo cronológico cubierto p o r los registros


consulares e x a m i n a d o s permite también p o n e r de relieve la continui-
d a d cronológica que se aprecia en los orígenes de los emigrantes, a
p e s a r de la cesura q u e supusieron la sucesión de la g u e r r a civil espa-
ñola, la s e g u n d a g u e r r a mundial y las dificultades puestas a las sali-
das de emigrantes en b u e n a p a r t e de la d é c a d a de los c u a r e n t a . A
p e s a r de está continuidad, también es destacable la m a y o r i m p o r t a n -
cia q u e h a s t a 1939 tuvieron estas comarcas, y sobre t o d o las más oc-
cidentales de Sos y J a c a , en la a v e n t u r a argentina. Es razonable
p e n s a r q u e su condición fronteriza con N a v a r r a , u n a de las provin-
cias que M o y a ha d e n o m i n a d o de "emigración t e m p r a n a " a Argenti-
na, y s i m u l t á n e a m e n t e su m a y o r lejanía con respecto a Cataluña,
p r o d u j e r o n esta m a y o r proclividad a emigrar al Río de la Plata .

Sin e m b a r g o , y a pesar de la t r a s c e n d e n c i a de las c a d e n a s mi-


gratorias trasatlánticas, lo cierto es q u e en A r a g ó n la emigración a
América, n u n c a fue u n a alternativa "real" (o sea, generalizada) a la
menos costosa y arriesgada emigración interior, bien a su capital
( Z a r a g o z a ) o bien a otros potentes destinos próximos, entre los q u e
destaca Barcelona p e r o también Valencia. Aquéllas cadenas, no de-
jaban de ser c o m p a r a t i v a m e n t e m u y débiles frente a las m u c h o más
sólidas establecidas en las ciudades peninsulares p r ó x i m a s . Parece
claro p o r lo tanto, q u e en el caso de A r a g ó n , u n a t e m p r a n a emigra-
ción (en términos c o m p a r a d o s con otras regiones o zonas del país)
p u d o desplegar u n a p o t e n t e r e d capaz de p e r p e t u a r la emigración
interior a destinos, a d e m á s , próximos y p o r lo tanto "baratos" de al-
canzar. Y ello i n d e p e n d i e n t e m e n t e de q u e los salarios u l t r a m a r i n o s
p u d i e r a n h a b e r sido en algunos m o m e n t o s superiores a los del mer-
cado doméstico.

74. lis lo que hizo el exitoso empresario de Tronchen Miguel E s c o n h u e l a Gas-


cón que instalado en Argentina al menos desde 1875, nació en 1861, regresó a su p u e -
blo en 1900 p a r a buscar familiares que le auxiliaran en sus pujantes negocios en M e n -
doza. C u a t r o sobrinos y un primo volvieron con él a Argentina. Ver Bragoni (1999).
75. M o y a (1998), PP. 112-113.
76. M o y a (1999), p p . 19-42.
Hacer laJ Aménau: dedtino, trabajo y condición 69

3.2. La última residencia en España


como aproximación a la emigración por etapas
Otro tema interesante es la última residencia que los emigrantes
declararon que habían tenido en España. Este dato puede aportar-
nos valiosa información sobre si se trataba del primer desplazamien-
to que realizaban de su lugar de origen, o si por el contrario previa-
mente habían emigrado ya a otro lugar, es decir de la importancia de
la emigración por etapas.
Aquí los datos más útiles son las inscripciones de los emigrantes
en los consulados argentinos, ya que nos proporcionan información
de este tipo para casi 2.000 individuos llegados entre 1885 y 1960
(cuadro 20). Éstos son bastante concluyentes. Para casi la mitad de
los emigrantes se trataba de su primera experiencia migratoria, pero
para el resto era ya un segundo paso. La magnitud de este dato nos
lleva a concluir la mayor proclividad para marchar a un destino leja-
no de quienes ya habían asumido los costes de un primer desplaza-
miento, bien fuera por una mayor facilidad de acceso a la informa-
ción desde ciudades como Barcelona o Zaragoza, o por una menor
aversión al riesgo. El mayoritario porcentaje de personas para las
que la marcha hacia Argentina era como mínimo la segunda etapa de
su movilidad migratoria, ratifica la idea planteada en el primer epí-
grafe de este trabajo de que las relaciones entre emigración exterior
e interior son complejas y no necesariamente excluyentes. Sin em-
bargo, el caso aragonés, no puede generalizarse. Es más que proba-

Cuadro 20. Ultima residencia en España de los emigrantes


aragoneses inscritos en los registros consulares
(llegados hasta 1960)
N° total %
Lugar de origen 931 48,8
Diferente a origen 977 51,2
Otro en la provincia de origen 179 9,4
Otro en Aragón (sin Zarag.) 15 0,8
Zaragoza (ciudad) 165 8,6
Subtotal otro en Aragón 359 18,8
Barcelona 382 20,0
Madrid 75 3,9
Valencia 36 1,9
Otros España 125 6,6
Subtotal otro en España 618 32,4
Total 1.908 100,0
Fuente: libros registro de los consulados de España en Buenos Aires (1939-59),
Rosario (1932-67) y La Plata (1939-59).
70 VICENTE PINILLA NAVARRO

ble q u e en las zonas en las que la emigración a A m é r i c a s u p e r ó con


creces a la emigración interior, fuera m u c h o más mayoritaria la emi-
gración directa d a d o q u e existía más información y potentes redes
migratorias en los destinos.

P o d e m o s considerar también como especialmente destacable


que a p r o x i m a d a m e n t e u n tercio del total de los emigrantes habían
elegido y a p r e v i a m e n t e u n destino fuera de A r a g ó n . Barcelona, q u e
era el principal foco receptor de emigrantes aragoneses, fue el más
i m p o r t a n t e de todos ellos. También la ciudad de Zaragoza, el segun-
do núcleo u r b a n o q u e más emigrantes aragoneses atrajo, fue u n a
p r i m e r a etapa migratoria p a r a casi u n 10% de quienes finalmente
m a r c h a r o n hacia Argentina.

3.3. Sexo, edad, estado civil y emigración


de grupos familiares
E n lo q u e se refiere a otras características de los emigrantes, te-
nemos m u y p o c a información d e s a g r e g a d a regionalmente. P o r ello
t r a t a r e m o s nosotros de completarla con la obtenida en los consula-
dos españoles de La H a b a n a , B u e n o s Aires, La Plata y Rosario.
Ésta, tiende de todos m o d o s a confirmar algunas de las característi-
cas generales q u e se h a n señalado p a r a la emigración española.

C o m e n z a n d o p o r la distribución p o r sexos de los emigrantes, se


h a d e s t a c a d o la p r e p o n d e r a n c i a masculina a lo largo de t o d o el pe-
ríodo examinado, pese a u n a m a y o r presencia femenina al a v a n z a r el
siglo X X . Este incremento de la presencia femenina se debería al in-
c r e m e n t o de la emigración familiar, la reunificación de familias y las
posibilidades de ocupación p a r a mujeres jóvenes en las g r a n d e s ciu-
dades americanas .

E n n u e s t r o caso, p a r a dos catas q u e hemos realizado e n t r a d o y a


este siglo, o b t e n e m o s q u e en los años 1917-1922 u n 64% de los emi-
grantes aragoneses eran v a r o n e s . E s t a cifra era p r á c t i c a m e n t e idén-
tica en 1928-1929 con u n 63%. E n t r e los emigrantes z a r a g o z a n o s el
r e p a r t o p o r sexos e r a a u n m á s equilibrado, mientras q u e en H u e s c a
y Teruel las diferencias se a g u d i z a b a n .

H a sido t a m b i é n señalado el hecho de q u e la distribución p o r


sexos de los emigrantes estaba en p a r t e d e t e r m i n a d a p o r el destino
al q u e se dirigieran, señalándose especialmente la diferencia entre
C u b a y Argentina. E n la p r i m e r a república la p r o p o r c i ó n de v a r o n e s
era considerablemente superior a la de mujeres, lo q u e se h a p u e s t o

77. Sánchez Alonso (1992) y (1995), p. 160; Yáñez (1994), p p . 159-163.


Hacer Lu América*): destino, trabajo y condición 71

Cuadro 21. Sexo y grupos familiares en la emigración aragonesa


a América
Distribución por sexos (%) Grupos familiares
Varones Mujeres % familias s/total Tamaño medio familiar
1917-22 64,5 35,5 24,7 3,2
1928-29 62,5 37,5 40,3 3,1
Fuente: estadística de la emigración española a América, Consejo Superior de
Emigración.

en relación con la mayor demanda de brazos masculinos para la


zafra y que en mi opinión estaría también relacionado con el gran
desarrollo urbano de Buenos Aires y las posibilidades para las muje-
res jóvenes de encontrar allí puestos de trabajo. En el caso de los
emigrantes aragoneses la proporción de mujeres tendió a ser nor-
malmente levemente superior a la media española. Además se verifi-
can las diferencias entre aquellos emigrantes cuyo destino era Cuba
o Argentina. En el cuadro 22 se aprecia cómo para cualquier perio-
do que tengamos en cuenta en Argentina, la proporción de mujeres
osciló entre el 40 y 50%, mientras que en el caso cubano no alcanzó
el 30% 79 .

Cuadro 22. Emigrantes aragoneses en América clasificados según su sexo


Argentina Cuba
Inscritos en registros consulares Llegados Reg. Cónsul.
(según fecha de llegada) por mar La Habana
N° de personas 1888-1913 1914-1939 1940-59 Sin fecha Total 1924-25 1900-40
Varones 392 525 834 94 1.845 464 1.014
Mujeres 278 446 738 86 1.548 317 378
Total 670 971 1.572 180 3.393 781 1.392
%
Varones 58,5 54,1 53,1 52,2 54,4 59,4 72,8
Mujeres 41,5 45,9 46,9 47,8 45,6 40,6 27,2
Tota] 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: aragoneses registrados en los Consulados de España en La Habana, Buenos Aires, La Plata y Rosario en las fechas
indicadas. Pasajeros llegados por mar a Buenos Aires en 1924 y 1925 según las listas de pasajeros entregadas por los capitanes
de los buques.

78. Yáñcz (1994). No fue además una peculiaridad de la emigración española


(un 61% del total de emigrantes llegados a Cuba entre 1904 y 1933), sino compartida
con cifras muy similares por los antillanos, el otro gran grupo de emigrantes. Ver Losa-
da (1998), pp. 94-95.
79. La preferencia del destino argentino entre las mujeres españoles es muy
clara. Tendieron a concentrarse allí, mientras que los varones diversificaron notaole-
mente más sus opciones migratorias. Ver Sánchez Alonso (1992), p. 83.
72 VICENTE PINILLA NAVARRO

C o m o se h a dicho previamente, el crecimiento q u e desde finales


del siglo X I X h a s t a la d é c a d a de los t r e i n t a t u v o lugar en la p r o p o r -
ción de mujeres sobre el total de emigrantes tuvo q u e ver, entre
otros factores, con la p r o g r e s i v a emigración de g r u p o s familiares
frente a los individuos aislados. N u e s t r o s datos p o n e n de relieve,
a d e m á s , u n cierto p r o g r e s o en el porcentaje de mujeres sobre el total
conforme a v a n z a el siglo X X , siendo perceptible el cambio sobre
t o d o en los a ñ o s anteriores y posteriores a la p r i m e r a g u e r r a m u n -
dial. A pesar de esta tendencia se aprecia en términos absolutos u n a
m a y o r emigración de p e r s o n a s individuales q u e de g r u p o s familia-
res, lo q u e h a sido explicado p a r a el caso de la emigración española a
la A r g e n t i n a en términos de la m c e r t i d u m b r e q u e quienes dejaban
su tierra tenían sobre las o p o r t u n i d a d e s futuras, lo que retraía u n a
m a y o r emigración familiar. El porcentaje q u e ésta suponía sobre el
total, tendió a ser creciente desde finales del siglo X I X hasta 1930,
c u a n d o fue m a y o r la información disponible sobre el lugar de desti-
no. Así en los años 1917-1922 sólo el 2 5 % de los emigrantes arago-
neses q u e c r u z a r o n el Atlántico c o r r e s p o n d í a n a g r u p o s familiares,
mientras q u e en 1928-1929 eran y a el 4 0 % .

Todo elllo confirmaría la idea de q u e en los p r i m e r o s m o m e n t o s


la emigración tendió a n u t r i r s e en m a y o r m e d i d a de v a r o n e s y c u a n -
d o fue a v a n z a n d o dicho p r o c e s o migratorio, el m a y o r conocimiento
del l u g a r de destino facilitó u n cierto r e e q u i h b r i o e n t r e a m b o s
sexos. D e b e tenerse en c u e n t a t a m b i é n , q u e la fecha en la q u e están
recogidos los d a t o s c o n s u l a r e s i n t r o d u c e u n sesgo a favor de las
mujeres, d e b i d o a su m a y o r supervivencia, especialmente en las fe-
chas m á s alejadas de las inscripciones en aquéllos, lo cual todavía
reforzaría más la idea a n t e r i o r de a v a n c e p r o g r e s i v o de la p r o p o r -
ción de mujeres.

El t a m a ñ o m e d i o de los g r u p o s familiares q u e p r o c e d e n t e s de
A r a g ó n salían hacia A m é r i c a eran en 1917-1922 de 3,2 p e r s o n a s y
en 1928-29 de 3 , 1 , u n a cifra casi i d é n t i c a a la m e d i a d e los e s p a ñ o -
les llegados en 1913 a A r g e n t i n a , ( t a m b i é n 3,1), o al conjunto de
los e m i g r a n t e s llegados a este país el m i s m o a ñ o (3,0) ( S á n c h e z
Alonso, 1992).

Este análisis p u e d e p o n e r s e en relación con el estado civil de los


propios emigrantes que tiende a reflejar diferencias importantes de-
p e n d i e n d o de cuál fuera su destino. Así es notable la p r e p o n d e r a n c i a
de personas casadas en el caso de la emigración a A r g e n t i n a mien-
tras q u e la emigración a C u b a m u e s t r a u n a situación m u c h o más
equilibrada con cierto p r e d o m i n i o de los solteros, lo q u e c u a d r a con
lo visto a n t e r i o r m e n t e sobre las diferencias entre a m b o s destinos en
lo relativo a la distribución p o r sexos. D e b e tenerse en cuenta, p o r
otro lado, q u e d a d o q u e las inscripciones consulares no se hacían
Hacer Lu Ániériau: dedtirw, trabajo y condición n

Cuadro 23. Estado civil de los emigrantes aragoneses


en Cuba y Argentina
Argentina La Habana
Inscritos en consulados Inscritos en consulado
Solteros 847 682
Casados 1.932 623
Viudos 310 77
Total 3.089 1.382
%
Solteros 27,4 49,3
Casados 62,5 45,1
Viudos 10,0 5,6
Total 100 100

Fuente: registros consulares en La Habana, Buenos Aires, La Plata y Rosario.

normalmente en el momento de la llegada, sino pasados unos años


ello sesga evidentemente al alza el número de casados en dicho mo-
mento, que lógicamente era inferior en el momento de la llegada.
No es posible separar por grupos de edades la emigración ara-
gonesa, para averiguar en cuáles se situaba principalmente, ya que
las estadísticas españolas de emigración optan por criterios demasia-
do amplios. Así, sólo podemos saber que entre 1917 y 1922 un 62%
de los emigrantes tenían más de 23 años, y que en 1928-1929 el
grupo mayoritario era el de 25-55 años con un 47% del total (cuadro
24). Los censos argentinos han permitido a Sánchez Alonso una
mayor precisión, aclarando que la población española emigrante se
situaba, como era de esperar, entre quienes salen en busca de traba-
jo, en los grupos de edades más activas, es decir entre los 20 y 30
años, y más generalmente entre los 10 y los 39 (Sánchez Alonso,
1991, p. 19).
En nuestro caso, y de nuevo gracias a los registros consulares y
también a los de los pasajeros llegados por mar a Argentina, pode-

Cuadro 24. Distribución de los emigrantes aragoneses que


partieron hacia América por grupos de edades (en porcentajes)
Hasta 15 años De 15-23 Mayores de 23
1917-22 15,6 22,9 61,5
De 0-15 años De 15-25 De 25-55 Más de 55
1927-28 14,7 30,6 46,8 7,9

Fuente: estadística de la emigración española a América, Consejo Superior de


Emigración.
74 VICENTE PINILLA NAVARRO

mos precisar bastante más la distribución p o r edades de los emi-


g r a n t e s aragoneses ( c u a d r o 25). Estos, como era de prever, se si-
t ú a n en las edades características d e la población activa. E r a espe-
cialmente intensa la emigración e n t r e aquellos situados e n t r e los 15
y 29 años q u e venían a representar, como p u e d e verse en el c u a d r o
25, entre un 40 y 5 0 % del total de los emigrantes. Los niños consti-
tuían u n g r u p o n u m e r o s o entre los llegados a Argentina, mientras
q u e en C u b a su participación e r a í n h m a , lo q u e refuerza la idea p r e -
viamente e x p u e s t a de e n c o n t r a r n o s en el caso a r g e n t i n o con u n a
emigración con u n a fuerte presencia de g r u p o s familiares, familias
jóvenes con hijos de corta edad, mientras en el caso c u b a n o esta
p r e s e n c i a e r a m u y inferior, p r e d o m i n a n d o los v a r o n e s solos sobre
los d e m á s g r u p o s .

Cuadro 2 5 . D i s t r i b u c i ó n por edades al llegar al d e s t i n o

Argentina Argentina La Habana


Inscritos en Llegados por inscritos en el
Totales los consulados mar 1924-25 Consulado
0-14 458 103 27
15-19 322 142 116
20-24 402 117 166
25-29 582 155 195
30-34 416 67 191
35-39 319 60 139
40-49 415 72 162
50-59 166 42 54
>60 139 23 24
Total 3.219 781 1.074
Porcentajes
0-14 14,2 13,2 2,5
15-19 10,0 18,2 10,8
20-24 12,5 15,0 15,5
25-29 18,1 19,8 18,2
30-34 12,9 8,6 17,8
35-39 9,9 7,7 12,9
40-49 12,9 9,2 15,1
50-59 5,2 5,4 5,0
>60 4,3 2,9 2,2
100 100 100
Fuente: elaboración propia con base en los libros registro de los Consulados de
España y en los Pasajeros llegados por mar a Argentina.

80. Pueden verse cilras por edades del conjunto de emigrantes españoles que
marcharon a Cuba en Yañez (1994), pp. 172-173.
Hacer la¿ Américad: dedtino, trabajo y condición n
Cuadro 26. Edad media de los emigrantes aragoneses
al llegar a América
Llegados por
Buenos Aires Rosario La Plata La Habana
mar 1924-25
Edad media 29,9 26,8 30,2 27,1 31,5
Desv. st. 14,8 15,1 16,9 14,1 11,2
Fuente: elaboración propia con base en los libros registro de los Consulados de
España y en los Pasajeros llegados por mar a Argentina.

A pesar de la gran dispersión de los datos, cifrada en las altas


desviaciones típicas que obtenemos, el cálculo de la edad media de
los emigrantes al llegar nos aproxima al perfil medio de los aragone-
ses llegados a América (cuadro 26). La coincidencia en la edad
media entre los datos de los consulados en Argentina, de los pasaje-
ros llegados por mar a este país en 1924 y 1925 y los del consulado
de La Habana es notable, situándose muy próxima en todos los
casos a los 30 años.

5.4. Formación y clasificación profesional;


emigración y movilidad social
La formación, educación o los trabajos que realizaban los emi-
grantes en el momento de la llegada a su destino, ha sido un tema de
investigación clásico en los estudios sobre movimientos migratorios.
Ello es lógico si tenemos en cuenta que ofrece una información esen-
cial para aproximarnos tanto al perfil de los emigrantes como a la
propia decisión migratoria. Igualmente, el mayor o menor grado de
"éxito" de los emigrantes en su experiencia en el exterior ha llamado
considerablemente la atención y se ha tratado de medir de diversas
formas y entre ellas, la variación en el empleo u ocupación ha sido
una de las vías más habituales.
En nuestro caso, para la realización de una clasificación profe-
sional de los emigrantes aragoneses hemos recurrido a los datos pro-
porcionados por los registros consulares y por la estadística argenti-
na de pasajeros llegados por mar. La utilización de estos registros
consulares presenta ciertos problemas por su forma de elaboración y
falta de homogeneidad.
Un primer problema tiene que ver con el hecho de que en el
caso de los registros consulares la inscripción se hace en momentos
muy diversos, que pueden oscilar entre el momento de la llegada y
muchos años después. Ello implica que la profesión consignada co-
rresponda también a momentos diferentes de la vida laboral de los
76 VICENTE PINILLA NAVARRO

emigrantes. E n el caso argentino ello motiva que t e n g a m o s p a r a Ar-


gentina datos laborales consulares de los que llegaron antes de 1939,
p e r o se registraron entre 1940 y 1959, p e r s o n a s instaladas en el país
en su m a y o r p a r t e entre 10 y 30 a ñ o s antes, j u n t o a otras llegadas a
la A r g e n t i n a entre 1940 y 1959 e inscritos esos mismos años, con
u n a p e r m a n e n c i a en el país considerablemente menor, g e n e r a l m e n t e
de meses. A d e m á s carecemos de datos de los q u e r e g r e s a r o n o falle-
cieron antes d e 1939. Conviene t a m b i é n tener en c u e n t a q u e a m b o s
g r u p o s están s e p a r a d o s p o r u n o s 30 años en lo q u e tiene q u e ver con
el m o m e n t o de llegada.

En el caso c u b a n o como el retraso medio en la inscripción fue


de 2,8 años, n u e s t r o s datos sobre e s t r u c t u r a ocupacional, se a p r o x i -
man más a los de p e r s o n a s recién llegadas q u e a la de emigrantes y a
instalados hace un cierto tiempo y q u e p o r lo tanto h a n p o d i d o cam-
biar de ocupación y mejorar con respecto al p r i m e r trabajo encon-
t r a d o . N o p u e d e n tomarse p o r lo t a n t o sino como un indicio de la
p r i m e r a ocupación al llegar.

E n n u e s t r o caso la p r i m e r a c o l u m n a del c u a d r o 27 sobre clasifi-


cación profesional recoge la ocupación de los q u e llegaron a Argenti-
na antes de 1939, p e r o se registraron e n t r e 1940 y 1959, con lo q u e
t e n e m o s un g r u p o q u e p o d r í a m o s d e n o m i n a r de personas y a instala-
das en el país entre 10 y 30 años antes en su m a y o r p a r t e . E n la se-
g u n d a c o l u m n a nos e n c o n t r a m o s con los llegados a la A r g e n t i n a
entre 1940 y 1959 e inscritos esos mismos años, con lo q u e su per-
manencia en el país h a sido considerablemente m e n o r y nos p u e d e
servir como contraste con el g r u p o anterior. A d e m á s , el h e c h o de
q u e también su salida de A r a g ó n se h a y a p r o d u c i d o entre 30 y 4 0
años más tarde d e b e notarse p o r los cambios e x p e r i m e n t a d o s p o r el
país en ese periodo. La t e r c e r a c o l u m n a recoge p e r s o n a s inscritas en
los consulados en A r g e n t i n a en los c u a r e n t a y cincuenta de los q u e
no sabemos su fecha de llegada. La c u a r t a es la s u m a de las tres p r e -
cedentes. L a q u i n t a y sexta c o l u m n a son e x t r e m a d a m e n t e interesan-
tes. L a q u i n t a recoge la profesión de aquellos emigrantes llegados a
A r g e n t i n a en 1924 y 1925 y la sexta de los llegados en los mismos
años p r e v i a m e n t e establecidos en A r g e n t i n a y q u e habían viajado de
forma temporal a E s p a ñ a . La octava recoge la profesión de los ins-

81. Ver por ejemplo el agudo contraste que señala Naranjo (1992) a partir de los
datos de la Secretaría de Hacienda de Cuba y de Alvarez Acevedo (1936). En el pri-
mer caso con datos de la prolesión de los inmigrantes al llegar y para el periodo 1903-
27, el principal grupo lo componían los jornaleros con un 59% y el segundo los labra-
dores con el 17%. En el segundo, con datos de las profesiones de los españoles
residentes en Cuba en 1931, el primer grupo era el de dependientes y empleados con
un 50%, y el segundo el de gerentes de segunda y socios industriales de comercios c in-
dustrias con el 20%.
Hacer Lu Am/ncaj: dedtino, trabajo y condición 77

Cuadro 27. Clasificación profesional de los aragoneses emigrados a América


Argentina Cuba
Inscritos en los consulados Pasajeros llegados por mar Fechas llegada
fechas de llegada a la Argentina a Argentina 1924-25 Cons. Habana
N° de individuos h. 1939 1940-59 n.c. total para establ. ya establee. 1887-1940
Jornaleros y obreros 225 175 24 424 53 3 628
Trabaj. especializados 135 281 6 422 76 13 55
Deptes. y empleados 175 130 11 316 16 8 165
Servicio doméstico 28 12 1 41 10 2 5
Comerciantes 152 22 11 185 43 31 33
Religiosos 61 28 13 102 12 2 42
Otros s. servicios 76 64 5 145 32 6 26
Propietarios y rentistas 9 2 1 12 2 0 1
Enseñanza 7 4 1 12 1 2 4
Artistas y art. lib. 15 23 3 41 6 2 26
Agricultores y ganaderos 55 23 1 79 220 11 4
Prof. liberales 30 29 2 61 4 2 5
Industriales y empresarios 17 13 0 30 I 3 6
Total 985 806 79 1.870 476 85 1.000
%
Jornaleros y obreros 22,8 21,7 30,4 22,7 11,1 3,5 62,8
Trabaj. especializados 13,7 34,9 7,6 22,6 16,0 15,3 5,5
Deptes. y empleados 17,8 16,1 13,9 16,9 3,4 9,4 16,5
Servicio doméstico 2,8 1,5 1,3 2,2 2,1 2,4 0,5
Comerciantes 15,4 2,7 13,9 9,9 9,0 36,5 3,3
Religiosos 6,2 3,5 16,5 5,5 2,5 2,4 4,2
Otros s. servicios 7,7 7,9 6,3 7,8 6,7 7,1 2,6
Propietarios y rentistas 0,9 0,2 1,3 0,6 0,4 0,0 0,1
Enseñanza 0,7 0,5 1,3 0,6 0,2 2,4 0,4
Artistas y art. lib. 1,5 2,9 3,8 2,2 1,3 2,4 2,6
Agricultores y ganaderos 5,6 2,9 1,3 4,2 46,2 12,9 0,4
Prof. liberales 3,0 3,6 2,5 3,3 0,8 2,4 0,5
Industriales y empresarios 1,7 1,6 0,0 1,6 0,2 3,5 0,6
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: registros consulares en La Habana, Buenos Aires, La Plata y Rosario; Pasajeros llegados por mar a la Argentina, 1924-25

critos en el Consulado de España en La Habana entre 1900 y 1940,


que como hemos dicho sólo sirve para aproximarnos a la ocupación
lograda al llegar, ya que la media de retraso en la inscripción con
respecto a la llegada se aproxima a los tres años. El periodo es dema-
siado corto para que sea útil para analizar la promoción social tras
una cierta estancia en el país.
Un segundo problema reside en las propias categorías profesio-
nales utilizadas y especialmente en la imprecisión de algunas de
78 VICENTE PINILLA NAVARRO

ellas. Ello es especialmente i m p o r t a n t e en el caso de los jornaleros,


q u e es p r á c t i c a m e n t e seguro q u e p o d r í a mezclar jornaleros del
c a m p o con jornaleros u r b a n o s , lo q u e impide distinguir quiénes se
dedicaban a faenas agrícolas con precisión. El hecho de q u e los re-
gistrados vivieran m u y m a y o r i t a r i a m e n t e en el medio u r b a n o nos
lleva a p e n s a r de q u e se t r a t a b a sobre t o d o de trabaj¿idores de la
construcción u oficios no cualificados similares. O t r a s categorías
como empleados y d e p e n d i e n t e s t a m b i é n son imprecisas y p o r ello
hemos o p t a d o p o r a g r u p a r l a s .

Un último p r o b l e m a digno de mención reside en la sistemática


adscripción a la mayoría de l¿is mujeres como profesión de "sus labo-
res", lo que impide conocer mejor cuál era su actividad fuera del
hogar, si ésta existía ( c u a d r o 28).

Si c o m e n z a m o s con A r g e n t i n a p a r a estudiar la profesión de ori-


gen de los emigrantes la información mejor es la p r o p o r c i o n a d a p o r
los datos de los pasajeros llegados p o r m a r (columna 5 del c u a d r o
2 7 ) . Estos p e r m i t e n o b s e r v a r que a mediados de los años veinte, el
g r u p o más i m p o r t a n t e era el vinculado a actividades agrarias q u e su-
p o n í a casi la mitad de los llegados en edad laboral. Ello es m u y cohe-
rente con la p r o p i a importancia q u e la población activa agraria tenía
en A r a g ó n sobre la población activa total en aquellos mismos años .
O t r o g r u p o de no cualificados, los jornaleros, q u e p o d í a n ser u r b a -
nos o rurales, r e p r e s e n t a b a n t a m b i é n u n a parte significativa, a u n q u e
eran s u p e r a d o s p o r lo q u e h e m o s d e n o m i n a d o trabajadores especia-
lizados, g r u p o m u y heterogéneo y a q u e en él se incluyen profesiones
de baja cuahíicación con otras p o r el contrario m u y especializadas y
c e n t r a d a s en trabajos industriales. El cuarto g r u p o en importancia, y
el último de los q u e tienen alguna relevancia destacada, sería el de
p e r s o n a s d e d i c a d a s al comercio, lo q u e p o n e de relieve la llegada de
u n g r u p o con u n nivel económico más alto o en m u c h o s casos de
procedencia urbana.

La comparación de los emigrantes llegados a A r g e n t i n a p o r pri-


m e r a vez, con los llegados en los mismos barcos y años p e r o y a esta-
blecidos p r e v i a m e n t e en A r g e n t i n a ( c o l u m n a 6, c u a d r o 27) p o n e de
relieve las posibilidades de ascenso social, a u n q u e h a y q u e tener en
c u e n t a q u e se t r a t a de u n g r u p o q u e había tenido cierto "éxito", y a
q u e sus c o m p o n e n t e s tras establecerse en A r g e n t i n a habían tenido
recursos suficientes p a r a h a c e r un viaje a la Península, en m u c h o s
casos a b u s c a r a familiares suyos. A q u í el g r u p o profesionalmente
más i m p o r t a n t e es el de los comerciantes, q u e s u p o n e más de u n ter-
cio del total, seguido de trabajadores especializados y agricultores.

82. En 1920 el 68,6% de la población activa aragonesa o el 7 2 , 8 % de la pobla-


ción activa masculina aragonesa correspondía al sector agrario, Pimlla (1991), p. 900.
Hacer Lu Américcu: dejtuio, trabajo y condición 79

Algunas categorías que en el grupo de los recién llegados eran prác-


ticamente inexistentes, tienen cierta importancia como profesionales,
industriales y empresíinos y profesores (saltan del 1,2% en el primer
grupo, al 8,3% en éste). En general estos datos nos conducen a con-
cluir la existencia de significativas variaciones ocupacionales entre
los recién llegados y los ya establecidos, concretadas en una sustan-
cial reducción de las actividades agrarias, el acceso a ocupaciones de
mayor cualifícación y también la apertura de pequeños negocios co-
merciales .
Conclusiones similares ofrece la comparación entre los datos de
los inscritos en los registros consulares con al menos diez años de re-
sidencia en Argentina (columna 1, cuadro 27) y los recién instalados
(columna 2, cuadro 27). En este caso destaca también la importancia
de los comerciantes (15,4%) entre los que llevaban varias décadas
en Argentina y su exigüidad entre los que habían llegado en años re-
cientes (2,7%), lo que pondría de manifiesto la idea de que el comer-
cio fue una de las principales vías de promoción social para los emi-
grantes aragoneses y españoles en Argentina. Esto también valdría
no sólo para los que consiguieron establecer su propio negocio, sino
para los que lograron un trabajo como dependientes o empleados,
ocupación que entre los recién llegados era muy minoritaria, pero
que en los ya establecidos, incluso con periodos cortos de estancia,
representa un porcentaje muy significativo del total .
Aun así, destacíi el hecho de que entre los emigrantes corres-
pondientes a una estancia de larga duración, el grupo de jornaleros,
obreros y albañiles seguía siendo el más importante, lo que muestra
que la emigración no fue para todos una promoción social automáti-
ca, aunque probablemente sí una vía para aumentar sus ingresos.
Otra idea interesante estriba en el hecho de que los emigrantes
que llegaron en las décadas de los cuarenta y cincuenta tenían una
cualifícación algo superior y ello se refleja en que el grupo profesio-
nalmente más importante era el de los trabajadores especializados
(34,9%). Sin duda ello era consecuencia de los cambios económicos
que habían tenido lugar en España desde principios de siglo, del ori-
gen urbano de muchos de los emigrantes, bien fuera por proceder de
Zaragoza o por haber emigrado previamente a alguna ciudad espa-

83. El debate sobre la movilidad social de los emigrantes españoles en Argentina


ha sido muv vivo. Ver los trabajos de M o y a ( 1 9 9 8 ) , p a r a Buenos Aires, D a O r d e n
(1995), pp. 125-148 para M a r del Plata y M a r q u i e g u i (1993) p a r a Lujan.
84. La especial actitud que para las actividades comerciales mostraron los espa-
ñoles frente a otros grupos como los italianos en Buenos Aires, ha sido destacada por
Aloya (1998), pp. 211-212. Un análisis de un caso de "éxito" económico desde el co-
mercio a la agroinclustria ha sido realizado p a r a el turolense Miguel L s c o n h u e l a Gas-
cón en Mendoza, en Bragoni (1999), pp. 115-140.
80 VICENTE PINILLA NAVARRO

ñola, y de los propios cambios en la d e m a n d a de trabajadores en Ar-


gentina como consecuencia del cambio estructural q u e en los años
c u a r e n t a y cincuenta estaba teniendo lugar .

P o r último, los datos c u b a n o s nos a p r o x i m a n a u n a emigración


con u n a estancia todavía m u y reciente en el país. Los j o r n a l e r o s y
o b r e r o s eran el g r u p o más d e s t a c a d o (62,8%), seguido de los de-
p e n d i e n t e s y e m p l e a d o s (16,5%). Es más q u e p r o b a b l e q u e el g r u p o
de jornaleros y o b r e r o s compatibilizaran ocupaciones u r b a n a s con
un trabajo estacional en la zafra, y a q u e h a s t a fechas m u y p r ó x i m a s
a la s e g u n d a g u e r r a mundial, dicha actividad movilizaba un p o r c e n -
taje m u y elevado de la población activa de la Isla . En el s e g u n d o
caso, y t e n i e n d o en c u e n t a q u e las actividades ligadas al comercio
fueron el medio de p r o m o c i ó n social más i m p o r t a n t e entre los espa-
ñoles emigrados a Cuba, se percibe la inserción de u n n ú m e r o signi-
ficativo, de e m i g r a n t e s en este sector. D e cualquier forma estos por-
centajes son p r ó x i m o s a los del c o n j u n t o de los i n m i g r a n t e s
españoles al llegar a la isla, si bien como es lógico entre estos había
u n a p a r t e i m p o r t a n t e de agricultores, y a q u e t a m b i é n los jornaleros,
en este caso m u y p r o b a b l e m e n t e m a y o r i t a r i a m e n t e rurales, eran
entre el 6 0 % y el 9 0 % de los d e s e m b a r c a d o s , d e p e n d i e n d o del año
R7
q u e se t r a t e .
C o m o hemos explicado p r e v i a m e n t e esta composición profesio-
nal refleja básicamente las ocupaciones de los varones, y a q u e en el
caso de las mujeres la anotación más c o m ú n era "sus labores", p r o -
bablemente a u n q u e tuvieran u n a ocupación fuera del hogar. C o m o
p u e d e verse en el c u a d r o 28 sobre clasificación profesional de las
mujeres, esta indicación de "sus labores" c o r r e s p o n d í a a u n p o r c e n -
taje que oscila según los registros con los q u e se trabaje entre el 80 y
9 0 % . Del exiguo n ú m e r o del q u e se indica otra ocupación, la más
i m p o r t a n t e en A r g e n t i n a era la q u e hemos d e n o m i n a d o "trabajado-
ras especializadas" y que incluye sobre todo a mujeres q u e trabaja-
ban en la confección, básicamente como modistas. E n el caso cuba-
no, el reducidísimo n ú m e r o de casos p a r a el q u e se indican datos no
permite llegar a n i n g u n a conclusión clara al respecto.

85. También Yáñez (1994), pp. 194-195 ha detectado que entre los emigrantes
españoles a Argentina en esos años, los obreros industriales eran el grupo más impor-
tante. La propia política migratoria peronista, que en su primer plan quinquenal era ya
selectiva, incentivaba la atracción de obreros industriales y técnicos especializados, así
como agricultore. Los convenios migratorios firmados con Italia y España eran cohe-
rentes con esta idea aunque su aplicación práctica fue muy deficiente, Quijada (1989).
86. Según Santamaría (2001), p. 94, en 1919, sin trabajadores estacionales,
Cuba habría necesitado al 47% de su población para la zafra, y todavía en 1931 al
21%.
87. Iglesias (1988), p. 286y 292.
Hacer leu América*): dcjtiiio, trabajo y condición 81

Cuadro 28. Clasificación profesional de las aragonesas


emigradas a América
Argentina Cuba
Argentina Pasajeras llegados por mar Fechas llegada
inscritas a Argentina 1924-25 Cons. Habana
N° de individuos consulados Para establ. Ya establee. 1887-1940
Jornaleras y obreras 8 2 0 6
Traba], especializadas 63 12 1 7
Deptes. y empleadas 27 0 1 3
Servicio doméstico 37 9 2 2
Comerciantes 15 1 0 1
Religiosas 48 8 0 13
Otros s. servicios 16 8 1 1
Propietarias y rentistas 4 0 0 0
Enseñanza 3 0 2 1
Artistas y art. lib. 12 A 1 11
Agriculturas y ganaderas 0 4 0 0
Prof. liberales 6 0 0 0
Industriales y empresarias 0 0 0 0
Sus labores 1.085 232 54 328
Total 1.324 280 62 373
Porcentaje
Jornaleras y obreras 0,6 0,7 0,0 1,6
Trabaj. especializadas 4,8 4,3 1,6 1,9
Deptes. y empleadas 2,0 0,0 1,6 0,8
Servicio doméstico 2,8 3,2 3,2 0,5
Comerciantes 1,1 0,4 0,0 0,3
Religiosas 3,6 2,9 0,0 3,5
Otros s. servicios 1,2 2,9 1,6 0,3
Propietarias y rentistas 0,3 0,0 0,0 0,0
Enseñanza 0,2 0,0 3,2 0,3
Artistas y art. lib. 0,9 L4 1,6 2,9
Agriculturas y ganaderas 0,0 1,4 0,0 0,0
Prof. liberales 0,5 0,0 0,0 0,0
Industriales y empresarias 0,0 0,0 0,0 0,0
Sus labores 81,9 82,9 87,1 87,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: registros consulares en La Habana, Buenos Aires, La Plata y Rosario;
Pasajeros llegados por mar a la Argentina, 1924-25.

Cerraremos este apartado con una referencia sobre el nivel de


instrucción de los aragoneses emigrados. A este respecto los datos
son concluyentes mostrando el hecho decisivo del muy superior
nivel de alfabetismo de los emigrantes sobre el conjunto de la pobla-
ción española en los mismos años, al menos hasta la guerra civil. Ello
pone de relieve el hecho de que normalmente los emigrantes no eraxt
82 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 29. Tasa de alfabetización de los emigrantes aragoneses


(en %)

Total emigrantes aragoneses a América (1928 y 1929) 86,5


Pasajeros llegados por mar a Argentina para establecerse allí (1924 y 1925) 86,4
Pasajeros llegados por mar a Argentina ya establecidos allí (1924 y 1925) 92,2
Fuente: pasajeros llegados por mar a Argentina (1924-25) y Estadística General
de la Emigración Española.

aquellos con un nivel de instrucción más bajo o con peores condicio-


nes económicas, sino que existía una cierta selección y sólo quienes
tenían algunos recursos se lanzaban a la aventura . En el caso de
los emigrantes aragoneses su tasa de alfabetismo superaba en los
años veinte sólo en tres puntos a la media de los emigrantes españo-
les, aun cuando debe tenerse en cuenta que la tasa de alfabetización
aragonesa era inferior a la española. Los únicos datos que tenemos
por países, los de emigrantes llegado a la Argentina en 1924 y 1925,
son muy coincidentes con los del conjunto de la emigración aragone-
sa, reforzando así la idea del relativamente alto nivel de formación
de dichos emigrantes, (cuadro 29).

3.5. El periodo de estancia, la estacionalidad


y las características de los viajes
Hasta los años de la guerra civil las salidas de los emigrantes es-
pañoles en América tenían un fuerte ritmo estacional que marcaba
máximos desplazamientos durante los meses posteriores a las faenas
agrícolas del verano (septiembre a enero con un pico en octubre-no-
viembre) y una tendencia posterior a la disminución hasta llegar a
los meses de verano (mínimos junio-julio). Es fácil entender que esta
marcada estacionalidad estaba determinada por el origen mayorita-
riamente rural de la mayor parte de los emigrantes que se quedaban
en su casa durante el verano aprovechando el que en esta época la
demanda de fuerza de trabajo era máxima y los salarios también más
altos, y partían en los meses inmediatamente posteriores, ya. que por
un lado habían hecho acopio de recursos para hacer frente a los gas-
tos del viaje y por otro evitaban la permanencia en sus lugares de
origen en los momentos de mínima demanda de fuerza de trabajo y
de permanencia de gastos, con lo que el balance de ingresos y gastos
de la familia era especialmente desfavorable . Es muy coherente
esta estacionalidad con el hecho señalado de que la emigración espa-

88. Sánchez Alonso (2000 a) y (2000 b).


89. Yáñez (1999), pp. 43-93.
Fuente: pasajeros llegados por mar a Argentina, 1924-25.

ñola a América estuvo seriamente limitada por la escasez de recursos


de los potenciales emigrantes . En el caso de los aragoneses, para
los dos años para los que disponemos de sus datos de llegada a Ar-
gentina, la coincidencia con esta pauta estacional es casi total (gráfi-
co 4). La única matización que podríamos introducir estribraría en
que los máximos son en este caso noviembre-diciembre, aunque las
salidas en septiembre y octubre son también altas. Quizás ello venga
explicado por la importancia de las faenas vitícolas en algunas co-
marcas aragonesas y consecuentemente el retraso en algunas sema-
nas de la salida para aprovechar las posibilidades de empleo en esos
trabajos.
El lugar por el que salieron los aragoneses fue, según las esta-
dísticas españolas, mayoritariamente el puerto de Barcelona, que
tendió a reunir en torno a tres cuartas partes de las salidas, debiendo
destacarse también en el caso de los turolenses la importancia del
puerto de Valencia como punto de partida (cuadro 30). No hubo
cambios significativos a este respecto en el período estudiado.

90. Sánchez Alonso (2000 a) y (2000 b).


m VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 30. Salidas de pasajeros hacia América por provincias


marítimas según su provincia de origen (en porcentajes)
1917-1922
Barcelona Valencia Otros Total
Huesca 77,7 0,1 22,1 100
Teruel 56,9 30,0 13,0 100
Zaragoza 81,4 0,1 18,5 100
Aragón 72,1 10,3 17,6 100
1928-1929
Barcelona Valencia Otros Total
Huesca 97,6 0,0 2,4 100
Teruel 58,1 28,4 13,5 100
Zaragoza 91,0 0,3 8,7 100
Aragón 88,8 3,7 7,5 100
Fuente: estadística de la emigración española a América, Consejo Superior de
Emigración.

Para Argentina disponemos de sus propias fuentes estadísticas,


la de pasajeros llegados por mar a la República, que tienen la ventaja
de completar esta información con la de los emigrantes procedentes
de puertos no españoles, aunque no se modifica sustancialmente la
imagen que teníamos del cuadro anterior (cuadro 31). Por un lado,
el predominio de Barcelona queda comprobado. La relativamente
escasa importancia de las llegadas procedentes de puertos no espa-
ñoles es clara para estos años, teniendo sólo alguna importancia las
procedentes de Burdeos.
El hecho de producirse, como hemos explicado, la mayor parte
de los viajes entre puertos españoles y americanos, explica el que la

Cuadro 31. Puerto de procedencia de los emigrantes aragoneses


llegados por mar a Argentina (1924 y 1925)

N° total %
Barcelona 760 79,7
Bilbao 80 8,4
Valencia 22 2,3
Otros España 42 4,4
Burdeos 27 2,8
Otros Europa 3 0,3
África 3 0,3
Brasil 16 1,7
Total 953 100,0
Fuente: estadística de Pasajeros llegados por mar a Argentina, 1 924 y 1925.
Hacer leu Amériau: destino, trabajo y condición 85

mayor parte de éstos se realizara en barcos españoles, aunque tam-


bién era frecuente el aprovechar las escalas en puertos peninsulares
de barcos franceses (sobre todo en Bilbao u otros puertos de la costa
atlántica) o italianos (principalmente en Barcelona) (cuadro 32). Lo
habitual era sobre todo utilizar vapores de línea que cubrían los tra-
yectos entre los puertos europeos y América. Para los dos años para
los que disponemos de datos, sólo dos vapores que cubrían la línea
Barcelona-Buenos Aires (el "Reina Victoria Eugenia" y el "Infanta
Isabel de Borbón") transportaron al 60% de los emigrantes. La
prensa aragonesa de todo tipo, contiene frecuentes anuncios (por
ejemplo el Boletín de la Asociación de Labradores de Zaragoza, "ElEbro", o
El Cruzado Aragonés), de la Compañía Trasatlántica, cuyo delegado
en Zaragoza es Emilio Villarroya, que ofrece 16 expediciones anua-
les a Cuba-Méjico, 14 a Puerto Rico-Cuba-Venezuela-Colombia, 14
a la Argentina y 9 a Nueva York.
En la Guía de García Gárate, Davida Calderaro, de La Puebla
de Híjar, afirma ser la representante exclusiva para la provincia de
Teruel de la Compañía Transmediterránea. Hay también muy fre-
cuentes anuncios de la Compañía Hamburguesa Sudamericana, que
cubre el trayecto directo y sin trasbordos Bilbao-Montevideo y Bue-
nos Aires, la Compagnie General Transatlantique, que hace la línea
Vigo-Nueva York, y la Holland-America Line, que en 1929 sale de
Bilbao dos veces al mes hacia La Habana, Tampico y New-Orleans,
también desde Bilbao.
La exigüedad de recursos de los emigrantes condicionaba que
estos viajaran preferentemente en tercera clase, en porcentajes que
superaban el 90% del total (cuadro 33). El contraste de la clase de
pasaje con los emigrantes que volvían de hacer un viaje a España (o
quizás de una tentativa fallida de reinstalarse en el país de origen) es
notable. En este caso desciende hasta el 57% los que lo hacían en
tercera clase y aumenta notablemente el número de los que lo hacían
en primera y segunda.

Cuadro 32. Nacionalidad de los barcos que transportaron


a los emigrantes aragoneses a Argentina (1924 y 1925)
N" pasajeros %
Española 625 65,6
Francesa 142 14,9
Italiana 125 13,1
Alemana 50 5,2
Otras 11 1,2
Total 953 100,0
Fuente: estadística de Pasajeros llegados por mar a Argentina, 1924 y 1925.
86 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 33. Clase del pasaje de los emigrantes aragoneses


llegados a Argentina (1924 y 1925) (en porcentajes)
Emigrantes Emigrantes
y a establecidos p a r a establecerse
Ia 7,0 2,1
2a 35,9 7,3
3a 57,0 90,6
Total 100 100
Fuente: estadística de Pasajeros llegados por mar a Argentina, 1924 y 1925.

Una última cuestión de gran interés tiene que ver con cuál era la
estancia media de los emigrantes en América. En este terreno nos po-
demos encontrar con situaciones totalmente extremas, desde las co-
rrespondientes a quienes se instalan definitivamente en el país de
adopción y prolongan su estancia durante el resto de su vida, hasta la
más reducida de los famosos "golondrinas", emigrantes que aprove-
chaban la diferencia de estaciones agrícolas entre el hemisferio sur y
norte para ocuparse sucesivamente en ambos continentes durante los
periodos de mayor demanda de fuerza de trabajo en las ocupaciones
agrícolas, como era por ejemplo el caso de la zafra cubana . Como
hemos visto en el apartado correspondiente a la cuantificación de la
emigración aragonesa a América y la estimación del saldo neto, los re-
tornos tuvieron una importancia permanente, lo que pone de relieve
el que una parte sustancial de quienes marcharon al nuevo continente
volvieron posteriormente. Desde finales de los años veinte los retor-
nos superaron a las salidas, y de nuevo con posterioridad a los años
sesenta los retornos tuvieron una importancia destacada. Dada la im-
posibilidad de averiguar cuantos de quienes emigraron se quedaron
definitivamente en los países americanos y cuantos volvieron, lo único
que podemos saber para el conjunto de los emigrantes españoles es
cuantos años habían permanecido en América antes de volver. En el
caso específico de los aragoneses con los datos de pasajeros llegados
por mar a Argentina en 1924 y 1925 y habían estado previamente allí,
es posible conocer cuál había sido la duración de su estancia.

Así, de los emigrantes españoles que retornaron a la península


entre 1925 y 1930 los porcentajes más altos de tiempo de estancia en
América correspondían a quienes habían permanecido de 2 a 5 años
(36,2%), de 5 a 10 años (27,0%) y más de 10 años (21,1%), siendo
para el resto las estancias más cortas .

91. Maluquer (1992), p. 1 17 señala que la emigración golondrina a Cuba para


trabajar en la zafra disminuyó sensiblemente a partir de 1917 una vez que se empezó a
recurrir a trabajadores antillanos de forma estacional.
92. Yañez (1994), p. 226.
Hacer Uu Américad: destino, trabajo y condición 87

En el caso de los aragoneses que emigraron a Argentina entre


1924 y 1925, un 75% era la primera vez que iban allí, mientras que
el 25% restante había estado ya previamente allí, y de ellos un 76%
habían residido en la ciudad de Buenos Aires que concentraba como
es sabido a la mayor parte de la emigración española. A partir de los
datos de las estadísticas argentinas hemos separado en dos grupos a
este conjunto de emigrantes. En el primero hemos incluido a aque-
llos que declararon haber estado en Argentina el mismo año en el
que retornaban allí o en los meses inmediatamente precedentes a la
realización de este viaje de vuelta. En este grupo se incluirían de
esta forma tanto personas que volvieron a España a visitar su lugar
de origen, familia o amigos, como los que habían vuelto a la Penín-
sula para tratar de instalarse allí, sin conseguirlo finalmente. Los
hemos considerados emigrantes ya instalados en Argentina. En el
segundo grupo, que hemos denominado como el de emigrantes con
intención de instalarse en Argentina, se incluirían tanto aquellos que
realizaban el viaje por primera vez como los que habiendo estado
previamente allí, habían permanecido en España al menos un año,
lo que en nuestra opinión sería reflejo de su intención de quedarse
en Europa. La principal diferencia en el periodo de estancia previa
en Argentina de ambos grupos estribaría en el hecho de que en el
primero un porcentaje muy amplio llevaba residiendo en Argentina
un periodo largo de años (un 73,6% más de 10 años). La situación
se invertía para el segundo grupo, en el que los que habían estado
ya previamente allí, tenían predominantemente estancias precisa-
mente inferiores a 10 años (74,7%). Entre ellas las de más corta du-
ración eran las mayoritarias (un 50,6% habían residido en Argen-
tina menos de 5 años).

Del grupo de aquéllos que volvían a Argentina después de


haber residido durante unos años en España, un porcentaje muy
mayoritario (un 64%) llevaban ya como mínimo 4 años en España,

Cuadro 34. Periodo de estancia en Argentina de los aragoneses


llegados por mar que ya habían residido en el país (1924 y 1925)
(en %)
Llegados para establee. Ya establecidos en Arg.
Hasta 1 año 21,7 3,7
Entre 1 y 5 28,9 16,2
Entre 6 y 10 24,1 6,6
Entre 11 y 15 10,8 32,4
Entre 16 y 20 3,6 29,4
Más de 20 10,8 11,8
Total 100 100
Fuente: estadística de Pasajeros llegados por mar a Argentina, 1924 y 1925.
88 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro 35. Entradas en el hotel de emigrantes entre los llegados


por mar (excluidos los viajeros o pasajeros en tránsito)
a Argentina en 1924 y 1925 (en %)
s/total Ia vez en Arg. 2a vez o más en Arg.
Llegados para establecerse
Sí 57,1 62,9 13,2
No 42,9 37,1 86,8
100 100 100
Ya establecidos
Sí 6,1
No 93,9
100
Fuente: estadística de Pasajeros llegados por mar a Argentina, 1924 y 1925.

habiendo tratado la mayoría de reinstalarse aquí durante la segunda


década del siglo XX.
Las diferencias entre ambos grupos son también patentes en lo
que tiene que ver con su llegada a la Argentina. Así un porcentaje
mayoritano de quienes llegaban con intención de establecerse solici-
taban ser acogidos en el Hotel de Emigrantes (según las posibilida-
des brindadas por la ley argentina de emigración) (cuadro 35). Este
porcentaje aumentaba muy considerablemente entre quienes era la
primera vez que llegaban a Argentina y disminuía también abruma-
doramente entre aquellos para los que éste era al menos su segundo
viaje a la república. Entre quienes hemos considerado que estaban
y a establecidos en Argentina, se hacía casi inexistente el número de
los que solicitaban ser acogidos en dicho Hotel de Emigrantes. Todo
ello nos pone en la pista de que quienes tenían familia, relaciones, o
incluso casa en el grupo de los ya establecidos, no necesitaban dicho
auxilio, mientras que para el resto era vital.
4. Consideraciones finales

En este trabajo hemos tratado de utilizar el caso de la emigra-


ción aragonesa hacia América con un doble objetivo: por un lado
plantear la discusión entre opciones migratorias para los habitantes
de la Península Ibérica; y en segundo, entrar en algunos de los deba-
tes clásicos en los estudios migratorios a partir de un análisis basado
en registros nominales de los aragoneses emigrados a ese país que
permiten obtener información relevante sobre ellos mismos o las ca-
racterísticas del proceso migratorio.

En ocasiones se ha asimilado escasa participación en la emigra-


ción transoceánica con baja emigración, sin plantear suficientemente
el debate para España entre opciones migratorias exteriores e inte-
riores. Sin embargo, en fechas relativamente recientes los más im-
portantes trabajos sobre la emigración española a América, y sobre
todo a Argentina, han entrado abiertamente en la cuestión. En nues-
tro caso hemos trabajado con una zona con una muy baja contribu-
ción relativa a la emigración americana y por el contrario muy eleva-
da en los movimientos migratorios interiores, hasta el punto de
tratarse Aragón de un territorio que hoy en día se ve afectado por
graves problemas de despoblación como consecuencia de la precoci-
dad, intensidad y larga duración de sus movimientos migratorios.
Hemos señalado cómo la inserción de las provincias aragonesas
entre el grupo de las que tuvieron una menor relevancia en la emi-
gración americana, a pesar de la salida de elevados contingentes de
población de sus lugares de origen, puede explicarse por la escasa
participación en el movimento hacia América antes de la emigración
en masa y por la precoz salida hacia la más importante cuenca mi-
gratoria española, junto a Madrid, hasta la actualidad: Barcelona.
Ello determinó la inexistencia de "fuertes" cadenas migratorias que
vincularan Aragón con destinos americanos y por el contrario la so-
lidez de las que le ligaban al área barcelonesa. Otras cuencas migra-
torias interiores significativas, como Valencia o Zaragoza, también
se nutrieron muy tempranamente con emigrantes de las zonas rura-
les de Aragón. Sin embargo, no sólo las cadenas migratorias pueden
explicar la enorme desproporción existente en Aragón entre emigra-
ción hacia el interior y el exterior. Además hemos considerado que
90 VICENTE PINIELA NAVARRO

fueron m u y i m p o r t a n t e s otros factores como la m e n o r distancia


hacia los destinos interiores, la mejor información sobre las oportu-
nidades laborales, los m e n o r e s costes de inserción en u n e n t o r n o
más p r ó x i m o al de origen, el m e n o r coste del viaje... E n definitiva en
el balance entre beneficios y costes, económicos y no económicos,
los destinos interiores realizaron u n a intensa c o m p e t e n c i a a los exte-
riores, q u e en lugares como A r a g ó n tan p r ó x i m o s a algunos de los
más i m p o r t a n t e s de los primeros, vencieron de forma clara y r o t u n -
d a a los segundos.

El análisis de las características de los emigrantes aragoneses en


A m é r i c a h a p o d i d o realizarse, sobre todo, a u n q u e no exclusivamen-
te, con la utilización de dos tipos de registros nominales: las inscrip-
ciones en los consulados españoles y las listas de pasajeros llegados
p o r m a r d u r a n t e dos años. A pesar de los problemas, q u e especial-
m e n t e la p r i m e r a fuente p u e d e plantear, p e n s a m o s que hemos podi-
do a p o r t a r algunos datos relevantes p a r a debates i m p o r t a n t e s en la
literatura sobre migraciones.

P u e d e destacarse, u n a vez más, la importancia q u e tuvieron las


cadenas migratorias p a r a a s e g u r a r la p e r p e t u a c i ó n de la emigración
transoceánica, siendo digno de ser señalado q u e incluso p a r a zonas
q u e participaron escasamente en ésta, dichas cadenas j u g a r o n u n
papel sustancial. La especiahzación de algunas comarcas en la emi-
gración hacia América no sólo p u e d e explicarse p o r la importancia
de estas cadenas, sino también p o r el efecto "contagio", q u e ha des-
crito M o y a , q u e en el caso a r g e n t i n o p u d o g e n e r a r s e desde la vecina
provincia de N a v a r r a , u n a de las q u e más t e m p r a n a m e n t e participó
en la emigración hacia el Río de la Plata. D e esta forma, las comar-
cas de Sos y J a c a enviaron u n n ú m e r o de emigrantes hacia la R e p ú -
blica Argentina q u e en términos relativos fue n o t a b l e m e n t e superior
a su peso demográfico en A r a g ó n . El erecto contagio se extendió
también hacia el Pirineo aragonés oriental, p e r o a q u í se entremezcló
con el p r o d u c i d o p o r o t r a migración, la de catalanes del interior, leri-
d a n o s , hacia Barcelona, p o r lo q u e a p e s a r de q u e a u n t u v o la co-
m a r c a de Boltaña u n a participación significativa en la emigración
hacia Argentina, acabó convertida en u n a de las comarcas q u e reali-
zó u n a m a y o r aportación en el movimiento hacia el litoral catalán.
P o r el contrario tanto desde Sos como desde J a c a se emigró menos
hacia Barcelona y m u c h o más hacia la ciudad de Z a r a g o z a .

O t r o t e m a a b o r d a d o en n u e s t r o trabajo, y p a r a el q u e p e n s a m o s
que contamos con datos m u y concluyentes, es el de la emigración
p o r etapas. Estos datos validan totalmente los p l a n t e a m i e n t o s q u e
afirman q u e quienes realizan un p r i m e r desplazamiento, a u n q u e sea
en un radio de distancia relativamente corto, son más móviles y p o r
lo tanto más proclives a p o d e r realizar u n s e g u n d o o tercer desplaza-
Hacer la¿ Américcui: dotiiio, trabajo y condición 91

miento a una distancia todavía mayor. Más de la mitad de los arago-


neses emigrados a Argentina, de los que disponemos de datos, se en-
contraban precisamente en esta situación, destacando especialmente
el grupo de los que previamente habían emigrado a ciudades como
Barcelona o Zaragoza, lo que entronca la emigración interior y exte-
rior, y hace de esta forma algo más tenue, o al menos más complejo,
el dilema planteado al comienzo de estas conclusiones entre emigra-
ción interior y exterior. Sin embargo la especificidad emigratoria
hacia América aragonesa limita la generalización de estos resultados.
Es seguro que en zonas de emigración masiva hacia ese continente,
las salidas directas fueron un porcentaje mucho más elevado del
total.

Por último, sólo queremos señalar una última cuestión que tam-
bién nos parece central en los trabajos sobre migraciones: la de las
variaciones ocupacionales y la promoción social buscada y en oca-
siones lograda con el desplazamiento migratorio. Nuestros datos
para emigrantes aragoneses en Argentina, matizan y relativizan al-
gunas de las conclusiones a las que se ha llegado en este tema. Si por
un lado es cierto que para un porcentaje significativo de los emigra-
dos su instalación en Argentina supuso un cambio de ocupación,
normalmente asociado a también una mejora socio-económica, no lo
es menos que para otro grupo, al menos tan importante, después de
muchos años de residencia en Argentina, la ocupación seguía siendo
igualmente tan poco cualificada como la desempeñada en el lugar de
origen, aunque se había realizado un cambio de ocupaciones mayori-
tariamente agrarias a otras urbanas. La permanencia en ese tipo de
trabajos no quiere decir necesariamente que no hubiera existido una
mejora en el nivel de ingresos, ya que la distancia salarial existente
entre Aragón y Argentina o la posibilidad de lograr ocupaciones más
estables son hechos fundamentales.

En definitiva, hemos tratado desde una perspectiva que combi-


na un enfoque macro basado en datos agregados con otro más micro
fundamentado en registros individuales, realizar una contribución al
debate sobre la elección de potenciales destinos entre los emigrantes
o sobre la importancia que determinados factores, como las cadenas
migratorias, la emigración por etapas o las características familiares,
tuvieron en la toma de decisiones por aquéllos, así como sobre algu-
nas de las consecuencias más importantes de la esta toma de decisio-
nes, como la permanencia o no en el país de destino y el grado de
"éxito" alcanzado en la aventura ultramarina.

Para terminar conviene también hacer recuento de algunos


temas que quisimos abordar y sin embargo lo limitado o inexistente
de nuestros datos no lo hicieron posible o simplemente la escasa
cuantía de la emigración aragonesa hacia América les restaba sentí-
92 VICENTE PINIELA NAVARRO

do. P o d r í a m o s a g r u p a r l o s en dos cuestiones: el impacto de la emi-


gración en los destinos y en los orígenes. En lo relativo a la p r i m e r a
cuestión, el ínfimo porcentaje q u e la emigración a r a g o n e s a s u p u s o
sobre la española hace quimérico p e n s a r q u e tuvieron un efecto sig-
nificativo en las economías americanas. A h o r a bien, en la m e d i d a
q u e fueron p a r t e del g r a n flujo migratorio transoceánico c o n t r i b u y e -
r o n de forma similar, a u n q u e en escasa cuantía, a los efectos q u e se
han señalado sobre todo sobre los m e r c a d o s de trabajo americanos,
pero también sobre sus economías y sociedades ( H a r t ó n y William-
son, 1998; O ' R o u r k e y Williamson, 1999). E n lo relativo a sus im-
pactos sobre sus orígenes, es decir sobre Aragón, t a m p o c o cabe nin-
g u n a d u d a de q u e d a d a su escasa importancia c o m p a r a d a con la
emigración hacia los destinos interiores no p o d í a ser este el t e m a
central de n u e s t r a investigación. A f o r t u n a d a m e n t e nosotros mismos
en otros trabajos u otros autores h a n analizado este tipo de cuestio-
nes que a b a r c a r í a n temas como el efecto de la emigración en los
m e r c a d o s de trabajo peninsulares (Silvestre, 2003) o en el proceso
de despoblación de A r a g ó n (Ayuda, P i n i l l a y Sáez, 2000).
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5. Apéndices estadísticos
104 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro A.l. Pasaportes, pasajeros y emigrantes a América. Totales absolutos por provincias y tasa
por mil habitantes
Huesca Teruel Zaragoza Aragón Huesca Teruel Zaragoza Aragón
1860 2 6 5 13 0,01 0,03 0,01 0,02
1861 5 5 6 16 0,02 0,02 0,02 0,02

1885 18 13 AA 75 0,07 0,05 0,11 0,08


1886 42 15 88 145 0,16 0,06 0,21 0,16
1887 AA 30 77 151 0,17 0,12 0,19 0,17
1888 114 61 374 549 0,45 0,25 0,90 0,60
1889 541 223 1.042 1.806 2,13 0,92 2,50 1,98
1890 102 96 421 619 0,40 0,40 1,01 0,68

1911 625 399 1.482 2.506 2,52 1,56 3,27 2,62


1912 672 536 1.318 2.526 2,70 2,10 2,88 2,63
1913 693 844 1.354 2.891 2,78 3,32 2,93 2,99
1914 237 338 541 1.116 0,95 1,33 1,16 1,15
1915 143 121 219 483 0,57 0,48 0,46 0,50
1916 164 218 195 577 0,66 0,86 0,41 0,59
1917 62 121 152 335 0,25 0,48 0,32 0,34
1918 33 50 43 126 0,13 0,20 0,09 0,13
1919 146 137 165 448 0,58 0,54 0,34 0,45
1920 208 315 215 738 0,83 1,25 0,43 0,74
1921 147 95 193 435 0,59 0,38 0,39 0,43
1922 115 171 253 539 0,46 0,68 0,50 0,54

1925 106 141 246 493 0,43 0,56 0,48 0,49


1926 80 120 213 413 0,33 0,48 0,41 0,41
1927 57 49 163 269 0,23 0,19 0,31 0,26
1928 85 A6 182 313 0,35 0,18 0,34 0,31
1929 83 28 174 285 0,34 0,11 0,33 0,28
1930 46 42 136 224 0,19 0,17 0,25 0,22
1931 25 30 39 94 0,10 0,12 0,07 0,09
1932 15 13 38 66 0,06 0,05 0,07 0,06
1933 3 4 4 11 0,01 0,02 0,01 0,01
1934 13 6 41 60 0,05 0,02 0,07 0,06
(*) Entre 1860-1861 la cifra representa el número de individuos que salieron con pasaporte a América; entre 1885-1890 el
número de pasajeros que salieron por mar hacia América clasificados según su provincia de última vecindad; y entre 1911-1922
y 1925-1934 los emigrantes a América clasificados según su provincia de nacimiento.
Para el cálculo de la tasa por mil habitantes he realizado una estimación lineal entre los distintos censos.
Fuentes: 1860-1861, "Pasaportes para fuera del Reino", Anuario Estadístico de España, 1860-1861, Madrid. 1885-1890,
"Estadística de pasajeros por mar", Instituto Geográfico y Estadístico. 1911-1922 y 1925-1934, "Estadística de emigración
española a América", Consejo Superior de Emigración. Para la población se han utilizado los censos de población de 1857,
1887, 1900, 1910, 1920y 1930.
Hacer Leu A/ncricaj: destino, trabajo y condición 105

Cuadro A.2. E n t r a d a de pasajeros de América según su provincia de destino y aproximación al saldo


neto de las migraciones a este continente (1887-1934)
Entradas procedentes de América Saldo neto (entradas-salidas)
Huesca Teruel Zaragoza Aragón Huesca Teruel Zaragoza Aragón
1887 18 8 25 51 -26 -22 -52 -100
1888 15 10 52 77 -99 -51 -322 -472
1889 93 14 98 205 -448 -209 -944 -1.601
1890 20 13 128 161 -82 -83 -293 -458

1917 78 139 320 537 16 18 168 202


1918 68 79 130 277 35 29 87 151
1919 103 67 253 423 -43 -70 88 -25
1920 76 71 257 404 -132 -244 42 -334
1921 61 108 229 398 -86 13 36 -37
1922 82 101 155 338 -33 -70 -98 -201

1925 64 92 169 325 -42 -49 -77 -168


1926 69 57 142 268 -11 -63 -71 -145
1927 89 79 179 347 32 30 16 78
1928 69 84 162 315 -16 38 -20 2
1929 77 84 189 350 -6 56 15 65
1930 71 71 216 358 25 29 80 134
1931 105 106 220 431 80 76 181 337
1932 81 110 221 412 66 97 183 346
1933 79 62 98 239 76 58 94 228
1934 59 39 108 206 46 33 67 146
(") El ejercicio realizado en este cuadro de estimación del saldo neto de la emigración aragonesa con América, sólo debe
tomarse como una grosera aproximación. Debe tenerse en cuenta que no es posible registrar las salidas clandestinas o en
general por puertos no españoles.
(**) Las cifras representan el número de pasajeros que procedentes de América se dirigieron a las provincias señaladas desde
puertos españoles.Para calcular la aproximación al saldo neto les hemos restado las salidas contabilizadas en el cuadro A.l.
106 VICENTE PINILLA NAVARRO

C u a d r o A . 3 . S a l i d a s t o t a l e s a l e x t e r i o r s e g ú n l a p r o v i n c i a d e ú l t i m a v e c i n d a d d e los e m i g r a n t e s
(1887-1930) y tasa p o r mil habitantes

Salidas totales Salidas por mil habitantes


% Aragón
Huesca Teruel Zaragoza Ai'agón /España Huesca Teruel Zaragoza Aragón

1887 49 38 106 193 0,3 0,19 0,16 0,26 0,21


1888 121 65 399 585 0,8 0,48 0,27 0,96 0,64
1889 557 234 1.071 1.862 1,5 2,20 0,96 2,57 2,04
1890 102 192 436 730 1,4 0,40 0,79 1,05 0,80
1896 24 30 2.670 2.724 1,7 0,10 0,12 6,36 2,99
1897 25 33 158 216 0,3 0,10 0,13 0,38 0,24
1898 21 27 96 144 0,3 0,09 0,11 0,23 0,16

1911 608 403 1.121 2.132 1,3 2,45 1,58 2,47 2,23
1912 604 584 1.348 2.536 1,7 2,43 2,29 2,94 2,64
1913 589 838 1.451 2.878 1,4 2,37 3,29 3,14 2,98
1914 213 362 531 1.106 1,0 0,85 1,42 1,14 1,14
1915 143 80 243 466 0,5 0,57 0,32 0,52 0,48
1916 166 182 231 579 0,6 0,67 0,72 0,48 0,59
1917 52 119 129 300 0,5 0,21 0,47 0,27 0,30
1918 32 37 52 121 0,4 0,13 0,15 0,11 0,12
1919 85 97 148 330 0,3 0,34 0,38 0,30 0,33
1920 194 253 501 948 0,5 0,77 1,00 1,01 0,95
1921 71 68 153 292 0,3 0,28 0,27 0,31 0,29
1922 112 50 203 365 0,4 0,45 0,20 0,40 0,36
1923 74 74 225 373 0,3 0,30 0,29 0,44 0,37
1924 85 127 215 427 0,4 0,34 0,50 0,42 0,42
1925 87 106 251 444 0,5 0,35 0,42 0,49 0,44
1926 47 73 167 287 0,4 0,19 0,29 0,32 0,28
1927 31 45 137 213 0,3 0,13 0,18 0,26 0,21
1928 45 26 86 157 0,2 0,18 0,10 0,16 0,15
1929 36 24 136 196 0,2 0,15 0,09 0,26 0,19
1930 17 16 63 96 0,1 0,07 0,06 0,12 0,09
Fuente: estadística de pasajeros por mar, Instituto Geográfico y Estadístico de España.
Hacer bu A/ne'ricaj: dedtino, trabajo y condición 107

Cuadro A.4. Migraciones Aragón-América, 1939-1979


Salidas % Arag./ Entradas Saldos
Huesca Teruel Zaragoza Aragón España España Huesca Teruel Zaragoza Aragón España España Aragón
1939 651 605 -46
1940 2.345 1.802 -543
1941 4.322 879 -3.443
1942 2.239 740 -1.499
1943 1.491 1.010 -481
1944 1.536 1.555 19
1945 2.736 1.935 -801
1946 7 0 25 32 5.575 0,6 18 14 23 55 3.859 -1.716 23
1947 10 11 73 94 13.532 0,7 13 3 17 33 4.623 -8.909 -61
1948 15 13 42 70 19.156 0,4 12 14 18 44 4.690 -14.466 -26
1949 32 24 219 275 41.910 0,7 5.394 -36.516
1950 39 36 437 512 55.314 0,9 6.911 -48.403
1951 51 70 480 601 56.907 1,1 8.937 -47.970
1952 54 57 565 676 56.648 1,2 13.964 -42.684
1953 23 72 389 484 44.572 1,1 15.299 -29.273
1954 26 49 340 415 52.418 0,8 14.633 -37.785
1955 32 69 403 504 62.237 0,8 14.868 -47.369
1956 48 67 363 478 53.082 0,9 14.863 -38.219
1957 36 77 373 486 57.900 0,8 18.613 -39.287
1958 67 61 266 394 47.179 0,8 22.888 -24.291
1959 50 30 338 418 35.220 1,2 19.100 -16.120
1960 29 34 450 513 34.328 1,5 23.114 -11.214
1961 21 35 283 339 36.495 0,9 24.197 -12.298
1962 22 53 217 292 36.181 0,8 56 48 267 371 22.321 -13.860 79
1963 27 33 161 221 25.852 0,9 45 76 155 276 22.322 -3.530 55
1964 26 51 130 207 24.257 0,9 45 41 255 341 22.434 -1.823 134
1965 41 35 142 218 21.391 1,0 30 31 291 352 21.192 -199 134
1966 59 69 152 280 21.358 1,3 35 31 211 277 20.081 -1.277 -3
1967 22 30 83 135 19.258 0,7 38 36 204 278 18.597 -661 143
1968 19.405 15.969 -3.436
1969 20.045 13.736 -6.309
1970 \6.763 13.161 -3.602
1971 14.437 11.594 -2.843
1972 4 4 31 39 6.009 0,6
1973 5 5 52 62 5.056 1,2
1974 3 7 29 39 4.586 0,9
1975 12 1 23 36 3.859 0,9
1976 0 2 15 17 3.372 0,5
1977 1 1 19 21 3.186 0,7
1978 5 3 44 52 3.628 1,4
Fuente: estadística de Migración Exterior (Ministerio de Trabajo e Instituto Español de Emigración).
Para España, Yañez (1994).
108 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro A.5. Emigración aragonesa a Europa, 1962-1978


Temporeros
Alemania Suiza Francia Otros Total
a Francia
Huesca
1962 2 36 28 5 71 32
1963 1 16 4 1 22 7
1964 21 36 35 92 162
1965 3 18 22 43 28
1966 9 10 17 5 41 61
(«) 1967 0 6 12 18 5
1972 2 5 M 41 63
1973 1 11 26 1 39 25
1974 6 24 30 34
1975 5 6 2 13 29
1976 1 1 16
1977 0 19
1978 0
Teruel
1962 20 11 133 1 165 2.346
1963 19 72 86 41 218 2.561
1964 23 242 131 13 409 1.520
1965 3 103 257 11 374 1.524
1966 9 76 43 7 135 963
(*) 1967 1 72 AA 117 636
1972 6 138 86 230 455
1973 4 134 74 1 213 495
1974 77 24 101 387
1975 28 13 1 42 201
1976 12 12 47
1977 6 6 94
1978 0
Zaragoza
1962 274 312 90 32 708 3.337
1963 189 400 48 65 702 4.902
1964 196 350 390 65 1.001 3.511
1965 84 212 649 1 946 2.797
1966 90 129 76 295 2.238
(*) 1967 1 88 32 121 1.601
1972 53 267 265 1 586 1.059
1973 87 222 177 5 491 825
1974 102 12 3 117 569
1975 47 2 1 50 300
1976 19 19 155
1977 10 5 15 99
1978 0
Hacer Lu Aniéríau: dedtuio, trabajo y condición 109

Cuadro A.5. Emigración aragonesa a Europa, 1962-1978


(continuación)
Temporeros
Alemania Suiza Francia Otros Total
a Francia
Aragón
1962 296 359 251 38 944 5.715
1963 209 488 138 107 942 7.470
1964 240 628 556 78 1.502 5.193
1965 90 333 928 12 1.363 4.349
1966 108 215 136 12 471 3.262
(*) 1967 2 166 88 0 256 2.242
1972 61 410 385 1 857 1.577
1973 92 367 277 7 743 1.345
1974 0 185 60 3 248 990
1975 0 80 21 4 105 530
1976 0 32 0 0 32 218
1977 0 16 5 0 21 212
1978 0 0 0 0 0 0

Porcentajes por destino, 1962-67 y 1972-78


Alemania Suiza Francia Otros Total
Huesca 10 37 50 3 100
Teruel 4 48 44 4 100
Zaragoza 19 43 35 3 100
Aragón 15 44 38 4 100

(**) Sólo emigración asistida desde esta fecha


(**) Entre 1962 y 1964 hemos estimado el % de emigrantes temporales y
permanentes a Francia aplicando a la emigración a este país los porcentajes
medios derivados de los años 1965 y 1966.
Fuente: estadística de Migración Exterior (Ministerio de Trabajo e Instituto
Español de Emigración).
110 VICENTE PINILLA NAVARRO

Cuadro A.6. Aragoneses en algunos partidos de Cuba hacia 1865


Partido Jurisdicción Total blancos Aragoneses Aragonesas
Alquizar San Antonio 416 2
Baire Jiguaní, Oriente 5.870 6
Banao Sancti-Spintus 2.443 1
Barrancas Bayamo 2.591 1
Batabanó Bejucal 2.042 1
Bayamo Bayamo 1.940 1
Cabacú Baracoa 1.233 1
Caibanén Remedios 1.161 3 1
Calvario Habana 991 1
Caonao Puerto Príncipe 1.151 1
Cárdenas Cárdenas 5.571 6
Ciego de Avila Sancti Spiritus 2.227 3
Cieníuegos Cienfuegos 3.920 14 5
Cimarrones Cárdenas 1.354 10
Cobre Cuba 1.715 6
Consolación del Norte Pinar del Río 1.664 2
Consolación del Sur Pinar del Río 4.989 3
Primer Barrio y Distrito Santiago de Cuba 3.382 20
2° Barrio y 1 er. Distrito Santiago de Cuba 3.478 6 4
o
2° Barrio del 2 Distrito Santiago de Cuba 2.411 4 3
Esperanza Villa Clara 4.890 3
Gibara Holguín 5.273 4
Guacamaro Alatanzas 2.250 4
Guamutas Cárdenas 2.410 14
La Güira de Melena San Antonio 3.133 4 1
Distrito Catedral La Habana 9.579 23 10
Distrito Espíritu Santo La Habana 12.294
Distrito Catedral La Habana 28.597 25 8
Distrito Factoría La Habana 24.746 14
Distrito Horcón La Habana \3.666 1
Distrito Cementerio La Habana 6.389 3 1
Jaruco Jaruco 3.088 11
diquimas Colón 5.355 37 3
Lagunillas Cárdenas 2.243 5
Malezas Villa Clara 5.592 4
Alaraguán Puerto Príncipe 2.550 1
Matanzas Distrito Sur Alatanzas 10.599 16
Mayajigua Remedios 1.370 5
Alelena delSur Güimes 2.029 2
Neiva Sancti-Spiritus 1.780 1
Nuevitas Nuevitas 1.283 3
Palma Soriano Cuba 2.086 8
Palmarejo Trinidad 581 3 1
Puentes Grandes La Habana 1.042 3
Hacer leu Aniériccui: destino, trabajo y condición 111

Cuadro A.6. Aragoneses en algunos partidos de Cuba hacia 1865 (continuación)


Partido Jurisdicción Total blancos Aragoneses Aragonesas
Distrito 1° Puerto Príncipe 10.750 9
Distrito 2° Puerto Príncipe 6.438 5
Quemado de Güimes Sagua 3.011 5
Río de Ay Trinidad 1.041 2
Sagua de Tánamo Guan tánamo 1.797 4
La Comisaría San Antonio 6.809 7
San Antonio de las Vegas Bejucal 2.013 1
San Cristóbal San Cristóbal 423 1
San Diego de Núñez Bahía Honda 2.301 2
San Francisco Trinidad 816 1
San José de las Lajas Jaruco 3.292 2
San J u a n de las Yeras Villa Clara 3.497 6
San J u a n y Alartínez Pinar del Río 5.517 4
San Miguel del Padrón Guanabacoa 2.562 1
San Nicolás Güimos 2.073 2
Sancti-Spintus Sancti-Spintus 27.327 14
Total 283.041 352 37

Fuente: Pezuela (1863-1866)


En los partidos que no aparecen en el cuadro no se dan detalles de origen de los españoles.
SEGUNDA PARTE

VIVIR EN AMERICA:
RESIDENCIA, AÑORANZA
E IDENTIDAD

Eloy Fernández Clemente


1. Los aragoneses en Cuba
"He recorrido cientos de países, pero conmigo va una sombra
que se llama Aragón, y que me ha sostenido muy a menudo.
Para mí es esencial ser y sentirme aragonés: lo llevo dentro,
como llevo el mar y la pulsión de la escritura".
(Julio Alejandro entrevistado por Antón Castro)

| Una reciente y oportuna publicación de Cremallo rediciones,

1.1. El final de la guerra y la independencia cubana


E n los últimos quince años en q u e C u b a siguió siendo española,
como q u e d a estudiado en la p r i m e r a parte, cientos de soldados ara-
goneses habían integrado, forzosamente, los diversos destacamentos
q u e combatían c o n t r a los insurrectos. Las cifras son elocuentes.
También alguna historia individual. U n caso bien conocido de mili-
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

tar destinado a Cub¿i es el de Santiago Ramón y Cajal, c¿ipitán mé-


dico durante casi un año, a caballo de 1874 y 1875, en una coyuntu-
ra política española y cubana muy tensa. Cajal —nos relata su nieto
del mismo nombre— "fue destinado a una de las enfermerías más pe-
ligrosas, la de Vista Hermosa, situada en plena manigua... a rebosar
más por las enfermedades tropicales que por heridas de combate...
Como era previsible, Cajal contrae las mismas enfermedades que pa-
decen los soldados que él atiende: paludismo y disentería... Al agra-
varse su enfermedad fue trasladado al Hospital Militar de Puerto
Príncipe... Cajal pronto se dio cuenta del desorden administrativo
que imperaba en el ejército allí destin¿ido... una extendida inmorali-
dad que salpicaba desde los jefes de la guarnición hasta el último de
los empleados. Se traficíiba con los alimentos y medicinas... Cajal
quiso denunciar estos abusos ante sus superiores, lo que le costó el
aislamiento de la oficialidíid...[y] acabó solicitando la licencia abso-
luta en el Ejército por enfermedad".
| Leon¿irdo Buñuel en 1877.
Sobre los últimos que llegaron, para luchar en la última etapa
bélica, un reciente estudio de Luis Serrano Pardo nos alerta de la
gran cantidad de aragoneses que iban enrolados en aquél ejército.
En el segundo semestre de 1898, el representativo Diario de Av'utod de
Zaragoza ofrece numerosas informaciones: "Las 26 listas localizadas
facilitan los nombres de 619 aragoneses fallecidos por diversas cau-
sas, entre abril y diciembre de 1897, aunque también se incluyen los
de algunos otros muertos de 1896, cuyos expedientes debieron de
quedarse extraviados".
El de Cajal no había sido, desde luego, el único caso: Serrano
ha encontrado otros médicos aragoneses en Cuba: Senac, que pron-
to regresa enfermo a Zaragoza; Eguillor, víctima de una enfermedad
tropical; García García, de legendario valor por el que recibe la me-
dalla de Alaría Cristina; García Belenguer, que regresó en septiem-
bre de 1898 y se dijo "se portó bizarramente en los combates de San-
tiago de Cuba a los que asistió con el heroico general Vara de Rey".
Y sobre todos, Urbano Orad, "el héroe de las Lomas de Cacao", de
Alfajarín, que regresa en 1897 con todos los honores de una laurea-
da de San Fernando y una calle en su pueblo natal.

1. Santiago R a m ó n y Cajal J u n q u e r a (1998) "Sobre la figura de D. Santiago


Ramón y Cajal", Introducción a la edición del fragmento relativo a su estancia en
Cuba, de Mi infancia y juventud, bajo el título de Ramón y Cajal y la Guerra de Cuba, Z a r a -
goza, Cremallo, p p . 24-26. Ver también, sobre este p u n t o el trabajo de J o s é ¡VIa M a s -
s o n s y Lsplug¿i (1999) "La epopeya de la Sanidad militar en las Antillas, Ll caso para-
digmático de Santiago R a m ó n y Cajal", en Actas del Seminario Aragón y la crüü colonial
de 1898, Zaragoza, IFC, p p . 237-283.
2. Luis S e r r a n o P a r d o (1998) "Apuntes p a r a una historia joendiente. Aragoneses
en la G u e r r a de Cuba", serie de dos artículos en Trébede, 1 1 y 12, lebrero y marzo.
Vivir en America: residencia, añoranza e idenhdi

Sobre si quedaron muchos o pocos, a pesar del gran avance del


estudio de los Moreno, hay todavía dudas. Pero parece no debieron
de ser pocos. Muy conocido es el caso del padre de Luis Buñuel, Le-
onardo Buñuel González (Calanda 1855-Zaragoza 1923), quien,
según ha contado su nieto, Pedro Cristian García Buñuel, "decidido
a conocer mundo, se alistó a los 14 años como voluntario, siendo
destinado como corneta a Jaca. Muy pronto pudo conseguir ser en-
vuido a Cuba, donde permaneció más de veinte años llegando a ob-
tener el grado de capitán. Aún joven tuvo ocasión de tratar a Santia-
go Ramón y Cajal en el campamento de Vista Hermosa, primero, y
más tarde en la tertulia del Café del Caballo Blanco en Camagüey,
donde se reunían varios aragoneses. En este período de convulsión
colonial se vio obligado a entrar en combate numerosas veces, de lo
que conservaba dos heridas por arma de luego y alguna medalla...
Dado que la vida militar no le hacía muy feliz, empezó a trabajar en
una gran ferretería de la que fue inicialmente accionista para termi-
nar siendo propietario. Fundó también una compañía naviera con
dos socios, Casteleiro y Vizoso, que importaba productos de Europa
y hacía el cabotaje por el Caribe. A fines de siglo volvió a Calanda y
contrajo matrimonio. Uno de los barcos fue bautizado con el nombre
I L e o n a r d o Buñuel y Alaría Portóles,
1899.

de su mujer: el María Portóles. Hasta 1912 no volvió a Cuba, donde


había dejado sus negocios en manos de un administrador... A su lle-
gada le informaron de que vanos de sus barcos estaban siendo utili-
zados para transporte ilegal de ariruis. Decidió cancelar todos sus
negocios y afincarse definitivamente en España".

Un caso muy curioso de soldado en Cuba, en plena guerra de


independencia, es el de Mariano Cuairán Laborda, nacido en Pin-
seque en 1872, que a los veinte años es enviado allí a cumplir el ser-
vicio militar. "Llegado a la isla y a fin de ganar algún dinero más, se
enrola como voluntario en un batallón de Ingenieros que trataba de
construir un pequeño ferrocarril en La Habana. Una viga perdida
alcanza uno de sus pies, dejándole malherido. Trasladado al Hospi-
tal Militar, donde permanece durante varios meses y curado de su
dolencia, es acusado de espía al servicio de España; por lo cual va a
comenzar un largo viacrucis por las cárceles cubanas, que durará
nada menos que veintinueve años". La circunstancia es que el mozo
es analfabeto, por lo que las cartas que muy de tarde en tarde llegan
a su familia, con letras distintas, son interpretadas como consuelo
por el hijo muerto, y así se considera al prisionero, que en mayo de
1921 reaparece en su pueblo. Su mala salud le hace morir cuatro
anos mas tarde.

3. García Buñuel, P e d r o Christián (1985), p. 35.


4. Bolsas Velázquez, Ángel (1986) Pirueque y Perainán. Su Historia. Zaragoza, pp.
325-326.
118 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Pero, i n d e p e n d i e n t e m e n t e de la curiosa situación de los solda-


dos, según n u e s t r o estudio, los años de mayores llegadas de a r a g o n e -
ses inmigrantes a C u b a son los c o m p r e n d i d o s entre 1905 y 1930,
según se recoge en los c o r r e s p o n d i e n t e s c u a d r o s y gráficos de la pri-
mera parte.

El T r a t a d o de París h a b í a señalado q u e los españoles p o d r í a n


p e r m a n e c e r en C u b a c o n s e r v a n d o todos sus derechos de p r o p i e d a d
y p u d i e n d o ejercer "su industria, comercio o profesión" a u n q u e suje-
t á n d o s e a las leyes p a r a extranjeros". F e r n á n d e z M u ñ i z señala q u e
"en la presencia de E s p a ñ a en C u b a d e s p u é s del 98 d e s e m p e ñ a r o n
un i m p o r t a n t e papel las Asociaciones Regionales existentes y el Ca-
sino Español. D e s d e la e t a p a colonial estas asociaciones habían sido
p u n t o s clave p a r a el proceso de adaptación del inmigrante español"
y, tras la independencia, "vínculo d e unidad, no sólo de u n a región
d e t e r m i n a d a , sino en su condición de españolidad".

D e la misma opinión viene a ser M a n u e l M o r e n o Fragmals, p a r a


quien "la g u e r r a de la I n d e p e n d e n c i a y la intervención norteamerica-
na en C u b a llevaron hacia la definitiva separación política de C u b a y
España, p e r o no cercenaron el proceso de españolización de la socie-
d a d cubana. E s d e s p u é s de p r o c l a m a d a la república de C u b a q u e las
sociedades españolas alcanzaron su más alto nivel, los anarquistas es-
pañoles d o m i n a r o n el movimiento obrero c u b a n o (especialmente en
el tabaco), se fundó la H i s p a n o C u b a n a de Cultura, y el gallego siguió
siendo el personaje clave del teatro vernáculo cubano".

El historiador Calixto C. M a s ó , en su m o n u m e n t a l y e r u d i t a
Huilona de Cuba editada en los años sesenta en C a r a c a s y en 1976 en
Miami, establece como principales p r o b l e m a s de la n u e v a R e p ú b l i c a
en 1902 la mentalidad colonial ("la economía continuó en m a n o s de
extranjeros o de c u b a n o s afectos a E s p a ñ a " ) , las lacras administrati-
vas (fraude electoral, s o b o r n o y c o n t r a b a n d o ) , d u r a condición social
de los campesinos e insuficiente integración de los negros, elevadas
tasas de analfabetismo, y, en fin, "carencia de dirigentes políticos e
intelectuales, así como d e v e r d a d e r o s g o b e r n a n t e s " . Sin e m b a r g o ,
h u b o un "extraordinario p r o g r e s o económico, p u e s el c u b a n o de-
mostró capacidad p a r a manejar sus negocios, p e r o no los del país...,
a u n q u e d e b e reconocerse q u e el p r o g r e s o económico no r e d u n d ó so-

5. Tengamos en cuenta, de todos modos, que las leyes cubanas p r i m a b a n mucho,


y lo harán de forma m u y convincente, la nacionalización de los inmigrantes como cu-
banos, lo cual p u e d e desfigurar los datos a partir, sobre todo, de mediados de la d é c a d a
de 1930.
6. Áurea Matilde F e r n á n d e z iMuñiz (2000), p p . 73-93.
7. i\l. Aloreno F r a g m a l s (1995) Cuba/F^paaa, Fjpaña/Cuba. Hutoria coiniín, Bar-
celona, Crítica, pp. 299-300.
v ÍVU cu j-imenca: ledLoencia, añoranza e wenu

lamente en beneficio de los capitalistas y empresarios, ya que tam-


bién mejoró el standard de vida de los otros grupos sociales".
El balance de una segunda etapa, en los años veinte, treinta y
cuarenta, es más positivo aún, ya que "se diversificó la producción
agrícola e industrial y se amplió el campo del comercio internacional
con la finalidad de liberar la economía del predominio de un produc-
to [el azúcar] y del comercio con un solo país; se acentuó la lucha
contra la discriminación racial y se inició la política de mejorar la si-
tuación del campesinado; se combatió el latifundismo; el pensamien-
to político cubano, de liberal se convirtió en nacionalista..." Pero,
concluye, "lo negativo de esta etapa es que el caciquismo político
continuó vigente, como lo prueba la actuación de Fulgencio Batista;
el desarrollo del gangsterismo; la deshonestidad administrativa, que
llegó a superar a la primera etapa republicana; el aumento de la bu-
rocracia... Pero, a pesar de todo esto, el país continuó progresando
económica y materialmente, la riqueza estaba pasando a manos cu-
bañas... .

1.2. La Sociedad Aragonesa de Beneficencia


de La Habana

Tras la independencia, parece que la presencia aragonesa entre


la colonia española siguió siendo relativamente importante. Pero
apenas sabemos de ella hasta un cuarto de siglo después. De la acti-
vidad de los aragoneses en Cuba, y especialmente en la capital, nos
da idea la fundación de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia en
1923. 10

Acta de constitución de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia.


En la ciudad de La Habana el día 9 de diciembre de 1923
a las dos de la tarde, reunidos en el local de la asociación de
Dependientes de la Habana, paseo de Martí n° 61, los socios
fundadores de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia, acor-
daron constituirla, y a este fin elegir la primera Directiva que
lia de regir los destinos de esta asociación; hecha la elección
dio el siguiente resultado: presidente, José María Ibáñez; pri-

8. Calixto C. M a s ó (1976) H'utoria de Cuba, Miami, Ediciones Universal, pp.


579-580.
9. U n caso conocido es el de Ángel Blasco Perales, p a d r e de los Bkisco del
Cacho, conocida familia zaragozana, que fue hacia 1910 a Cienfuegos (Cuba) y tam-
bién a México.
10. "Fin el cincuenta aniversario de la Asociación A r a g o n e s a de Beneficencia en
Cuba", Heraldo de Aragón, 25-11-1973. Zaragoza.
mer vicepresidente, Ricardo Bielsa; segundo vicepresidente,
Mariano Ferrero; tesorero, Romualdo Lalueza; secretario,
Pedro Andrés Alvárez; vicesecretario Teodoro Sagarra; voca-
les Antonio García, Mariano Boned, Manuel Inglaturre, Poli-
carpo G. Gil, Antonio Berdié, Mariano Sancho, Delfín Mo-
lins, Melchor Torrubia, Antonio Carbonell, Félix Herrero,
José Alderete, Ángel V. Portóles.
Acto seguido tomaron posesión de sus cargos los indivi-
duos elegidos. A continuación la asamblea procedió a nombrar
la comisión de glosa y fueron electos los srs. siguientes Candi-
do Herrero, Miguel Abadía y José Bello. Después la asam-
blea, teniendo en cuenta que el padre Ramón Gaude ha sido
además de uno de los iniciadores el que llevado de sus entu-
siasmos e iniciativas ha hecho hermosa labor de acercamiento
entre los elementos aragoneses dispersos en esta capital para
la constitución de esta agrupación benéfica se tomó el acuer-
do, que fue aprobado por unanimidad, de conferirle el título
de Presidente de Honor.
Se acordó también dar un voto de gracias a la comisión
organizadora y al sr. Gregorio Mavilla Lafarga por sus traba-
jos en la organización de la sociedad; igualmente se acordó
otro voto de gracias a la Asocación de Dependientes del Co-
mercio de La Habana, por la gentileza y amabilidad desplega-
da con la cesión de sus salones para la junta; también final-
mente otro voto de gracias a la prensa capitalina por su
favorable acogida en los diarios de los artículos de propagan-
da y convocatorias.
Y no habiendo más asuntos de que tratar, se dio por ter-
minada la sesión siendo las cuatro de la tarde. Vo B° por el
Presidente, Ricardo Bielsa; El secretario de la comisión, Ro-
mualdo Lalueza.
Primera Junta Directiva. 12 de diciembre de 1923.

Se reúne el grupo poco después de la fundación en casa del pre-


sidente, en la calle Neptuno, 47, altos. Asisten doce personas. Se
aprueba el acta anterior y se nombra a los miembros de la sección de
socorros y la sección de arbitrios y propaganda y también por unani-
midad al Sr. Gregorio Mavilla como recaudador por lo que cobrará
el 10% de lo que se cobre en La Habana y barrios anexos. Se acuer-
da imprimir reglamento, recibos, convocatorias y otros impresos.
Enviar saludo a los ayuntamientos de Zaragoza, Huesca y Teruel y
periódicos de esas capitales, así como al presidente del directorio
Primo de Rivera y gobernadores civiles. Y también "fue comisiona-
do el sr. Mariano Ferrero para que en nombre de los asociados que
constituyen la Benefíciencia Aragonesa salude a nuestro paisano Mi-
guel Fleta, en su residencia de New York."
I Tres vistas del mausoleo de los aragoneses en el Cementerio Colón de L¿> H a b a n a .

Cuenta un testigo de aquellos tiempos, Félix Lecina, que al fun-


darse la Sociedad había unos 30 ó 40 socios, casi todos aragoneses.
Había juntas todos los meses, en la sede de la empresa sombrerera
de Ferrero. Era una sociedad benéfica, de socorros mutuos y pen-
s¿mdo en la muerte, edificaría un gran panteón aragonés. Aunque no
había folklore, sí menudeaban las tertulias, hablando mucho de Ara-
gón. Pero había pocos aragoneses —reconoce— porque "de allí se va
poca gente, se vive del campo".
El presidente de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia, José
María Ibáñez y Burges, escribe así desde La Habana, el 26 de ;umo
de 1925: "Pequeña es la colonia aragonesa residente en Cuba y pe-
queña es también la cuota social, $ 0'50 (medio Jollar) mensual,
pero, como todos los cargos son honoríficos y se lleva la más escru-
pulosa administración, no existiendo más gastos que los imprescindi-
bles (toda vez que los extraordinarios y de compromiso son pag¿idos
del peculio particular de los componentes de la Directiva), la canti-
dad recaudada ha sido suficiente para atender debidamente cuantos
casos se han presentado, disponiendo actualmente de un fondo de
reserva de unos 1.500 dollarej".
Entre sus actividades, aparte la gran fiesta anual del Pilar, los
apoyos mutuos, la construcción del gran panteón de aragoneses en
el Cementerio Colón, están las fiestas en los jardines de "La Polar",

11. El Noticiero, 16-7-25.


como la muy nutrida de 1924. De tarde en tarde, la prensa arago-
nesa da cuenta de alguna otra actividad, como cuando el Diario de
Huedca informa de que "se ha celebrado en Habana (Cuba) una ex-
posición de fotografías del Alto Aragón con un gran éxito y han pe-
dido urgentemente datos para a su venida a España con motivo de
las Exposiciones de Barcelona y Sevilla, hacer excursiones por el
Alto Aragón". 13
Son frecuentes las aportaciones de españoles en Cuba a asuntos
aragoneses, como por ejemplo al monumento a Costa en Graus.
También, muy de tarde en tarde, comparecen en la prensa zaragoza-
na temas de nuestros emigrantes. Un acontecimiento que convul-
siona a la colonia, acostumbrada a acoger con cariño todo lo que
viene de Aragón, es el atentado que sufre, en enero de 1929 la tiple
turolense Pilar Aznar, herida alevosamente en una calle de La Ha-
bana. 15

I
J o s é M a r í a Ibáñez, presidente d e la
Sociedad Aragonesa de Beneficencia de El conocido sombrerero Mariano Ferrero ocupa la presiden-
La H a b a n a {ElNoticiero, 11-10-1925). cia desde 1928; hombre muy popular, su reelección durante dos dé-
cadas es todo un símbolo de estabilidad en la Sociedad. El balance
realizado en 1951 indica que "la entidad ha alcanzado excepcional
importancia, tanto por el número de socios como por los servicios
que viene prestando. Extraordinaria es la actividad que se desarro-
lla desde su local social, Revillagigedo 57, bajos. Sólo por lo que se
refiere a socorros, se llevan distribuidos desde su fundación más de
nueve mil pesos. Tanto su sección de Socorros como la de Arbitrios
y Propaganda, pletóncas de iniciativas y de realizaciones en sus
respectivas esferas se obstinan en multiplicar la beneficiosa labor de
la Asociación. Elemento importante para el cumplimiento de una de
las misiones que se ha impuesto la entidad es su Panteón social, el
cual consta de cuarenta y siete nichos individuales y treinta y seis
j • " 16
de osario .
En 1952 sigue de presidente Mariano Ferrero, y en la junta le
acompañan Luis Ferrer, Nicolás Floristán, Remigio Gil, Romualdo
Castellví, Manuel Parrilla, José Fiorese, José Ferrero, Félix Lecina,
José Alderete, Pascual Ricol, Manuel Piquer, Mariano Sancho,

12. El Noticiero, 12-10-1925.


13. Diario de Huesca, 19-5-29.
14. Por ejemplo, unas aleluyas sobre un indiano aragonés de C u b a en El Noticie-
ro, 27-7-27, p. 4.
15. La Voz de Aragón, 27-1-29.
16. G e r a r d o M i n g e M u l e y (1953). Se construyen en julio de 1974 48 osarios y
una serie de mejoras en el p a n t e ó n p o r 2.892 pesos. En 1993 hay 82 asociados ( n u n c a
pasaron de los 200, en realidad) y su mayor preocupación asociativa, aparte la fiesta
del 12 de octubre, es la de poseer y conservar un rincón en el Panteón Argones del Ce-
menterio Colón, en el que hay 4 3 nichos y 120 osarios.
Vivir en America: residencia, añoranza e identidao

Pedro Vaquero, Enrique Pérez, Antonio Boned, Manuel Rodríguez


V Lázaro Ferrero. Especial emoción supone para los aragoneses en
La Habana la visita del "Pastor de Andorra", José Iranzo con el
grupo de Teruel de coros y danzas, en 1953. Y de ese tenor, sin ape-
nas alteraciones ni sobresaltos, siguen las cosas durante las décadas
siguientes.
La coyuntura política habría de contar mucho siempre en Cuba,
donde los Estados Unidos, según Julio Le Riverend, "garantizaron
V acentuaron su dominación sobre el país. Fomentaron desde 1898
la desunión y las contradicciones entre los libertadores y mantuvie-
ron su poder a los antiguos partidarios del colonialismo español. Se
efectuó la disolución del Ejército Libertador. Más adelante se impu-
so a Tomás Estrada Palma como presidente de la República en
1902" y gracias a la célebre Enmienda Platt y al Tratado de Reci-
procidad, "disponían de todos los instrumentos necesarios para do-
minar económica y políticamente en Cuba". En el primer sentido, en
1909 habían comprado tierras, centrales azucareras, fábricas de ta-
baco, ferrocarriles y otras fuentes de riqueza por más de 200 millo-
nes de dólares; en el segundo, enviaron con frecuencia tropas y bar-
cos y se entrometieron con diversos pretextos en los asuntos
cubanos. De ahí que, incluso los más duraderos y conocidos, como
los gobiernos de José Miguel Gómez "Tiburón", Alfredo Zayas "El
Chino" o el reaccionario y dictatorial general Gerardo Machado, tu-
vieran siempre que contar con la anuencia y protección o tolerancia
norteamericana.
La llegada al poder del general Fulgencio Batista, que antes del
golpe ya tenía gran poder hacía años y gobernaba indirectamente, se
produce el 10 de marzo de 1952. Siete años después, tras los aconte-
cimientos del asalto al cuartel de Moneada (1955), el desembarco
del Gramma (1957) y el desenlace final desde la guerrilla en Sierra
Maestra hasta la llegada a La Habana, Fidel Castro derroca al dicta-
dor y comienza su propia larga etapa de gobierno.
El triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro fue re-
cibido, en general, con resignado silencio por muchos de los miem-
bros de la comunidad aragonesa, gentes que poseían pequeños nego-
cios, algunas propiedades, a las que vieron peligrar y que, en efecto,
sobre todo a partir de 1962, fueron incautadas en buena parte. Las
escasas actividades tradicionales fueron permitidas, sin embargo, y
hasta fines de los años 80 en que la situación se hizo muy crítica en
lo económico, se desenvolvieron con relativa comodidad. I
I
N o m b r e s aragoneses aparecían
en diversos anuncios.

17. J u l i o Le Riverend (1978), Breve hutoria de Cuba, La H a b a n a , Ed. de Ciencias


Sociales, p p . 91-101.
En 1973 se celebraron los fastos del Cincuenta aniversa-
rio de la Sociedad. Vale la pena desgranar el programa de
actos, en el que tras unas palabras del presidente, Antonio
Boned Agustín, se entregan diplomas a socios fundadores y
asociados con más de 25 años en la Sociedad, y títulos de
Socio de Honor. Habla el secretario letrado, Emilio Jorge
Reyna Dubois, un conjunto de mayores interpreta el Baile
\_¿la<i boda**?] de Luis Alonso, otros una rumba flamenca y una
Fantasía Málaga y cierra la primera parte el baile de la Jota.
Todos los bailes, dirigidos por la profesora María de Córdova.
En la segunda parte, Carlos Sócrates recita los versos que
Martí dedicara a Aragón y canta "El guitarrico" y "Ouirino
con su tres"; la soprano Mercedes Ruiz canta un aria de "Ma-
rina", el tenor Tony del Río la romanza "De mi Aragón" de J.
Forns; Mercedes Mena "El sun sun" de Lecuona; el tenor Ma-
nolo Pousada aborda "Los de Aragón"; la soprano Beatriz Eu-
genia García canta "Les filies de Cádiz" y el aria "Glis angui
d'inferno" de "La Flauta Mágica"; un coro canta un Mosaico
Cubano de Lecuona y, en fin, el mismo con la soprano Clara
Luisa Fumero aborda la jota de "Gigantes y Cabezudos" y la
de "La Dolores", que ilustran algunas bailarinas.

1.3. Los años difíciles (1975-1995)


La década de 1975 a 1984 está bien documentada. La fiesta de
ese primer año, el 12 de octubre (cuya misa celebraba siempre el
Padre Alfredo Enríquez), tuvo excepcionales invitados en el embaja-
dor español y los de Perú, Argentina y Panamá, amén del cónsul es-
pañol, el aragonés Javier Navarro Izquierdo a quien al año si-
guiente, con motivo de su traslado, se rinde homenaje y un banquete
en El Patio. En febrero de 1977 es condecorado por el Gobierno Es-
pañol el presidente de la Sociedad, Antonio Boned, por su medio
siglo de dedicación a la colonia. En abril del mismo año se entrevista

18. Ver el reportaje alusivo de Heraldo de Aragón, 25-11 -1 973.


19. La J u n t a sigue presidida en 1975 por Antonio Boned Agustín, son vicepresi-
dentes Félix Lecina Diest y R o m u a l d o Llovet Samitier; secretario Ricardo M a t e o Lo-
renzo y vicesecretario A n d r é s Ángel Sanz Alcoriza; tesorero Salvador S a n c h o M i n g u i -
Ilón y vocales: J o s é Arasanz Mínguez, Ramón Pueyo Baldellou, Luis Ferrer Lalueza,
Tomás F r e z a Lastrada, J o s é Antonio Ricol Berdié, Emilio J o r g e Reyna Dubois, J u a n
Febles Peña, Manuel Rodríguez Martínez, M a r i a n o Torres García, Pilar Gregorio M i -
randa, J o s é ¿Manuel del Llano Gutiérrez y J o r g e Llovet Alonso. Ver el folleto escrito
por J o s é Antonio Ricol Berdié, secretario de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia,
Memorias de lo.i añoJ 1975 al 1984.
I La directiva de la Asociación Aragonesa reunida en la Fábrica de S o m b r e r o s de
M a r i a n o F e r r e r o en Revillagigedo, hacia 1933.

Boned en el Hotel Capri con el director de "Heraldo de Aragón",


Antonio Bruned Mompeón.
En marzo de 1978 la directiva asiste al homenaje que la Gran
Logia de Cuba ofrece a Emilio Jorge Reyna Dubois, miembro de
aquélla y destacado miembro de la Masonería. En abril se homenajea
a Boned, al cumplir 80 años, de los que 55 al servicio de la Sociedad
(en diciembre se inaugura la entrega de diplomas a los socios más ve-
teranos) . En septiembre se acude al aeropuerto, a recibir al presi-
dente español Adolfo Suárez. En mayo de 1981 se envía una carta,
que redacta el directivo Reyna Dubois, al Rey Juan Carlos "por su
acertada dirección para evitar el golpe de estado que se pretendió dar
el 23 de febrero". De nuevo, en septiembre de 1981, visita La Llába-
na el jotero José Iranzo, junto con el grupo zaragozano "Raíces de
Aragón", actuando en la Escuela Pedagógica Presidente Allende.
En marzo de 1982 se conoce la noticia de la muerte del veterano
presidente de la Sociedad, Antonio Boned. Le sucede Félix Lecina,
y pasan a las vicepresidencias Romualdo Llovet Samitier y Luis Fe-

20. En agosto de 1980 reciben la visita del periodista de Heraldo de Aragón J u a n


D o m í n g u e z Lasierra y su esposa, l¿i escritora A n a Alaría Navales. Aparte su entusias-
mo y simpatía, son ciertamente muy pocas las visitas de aragoneses, de modo que las
agradecen y recuerdíin con especial énfasis.
21. Son, ese año, C a r m e n Gimeno Torcal, ¿Mercedes Tejera Fuentes, Francisca
C a m p s J u l i a , Carlos S e n r a Rodríguez, Pablo Borges Socarras, J u l i o Palomar Gonzá-
lez, Alario M a u r i Beltrán, Romualdo Llovet Samitier, Ricardo Alateo Lorenzo, amén
de dos distinciones especiales a los directivos S a n c h o M i n g u i l l ó n y Sanz Alcoriza.
rrer Lalueza. Otro directivo, José Arasanz, y el auxiliar Luis Már-
quez, fallecen en septiembre y octubre de ese año. En abril del si-
guiente, 1984, mueren dos veteranos e históricos fundadores:
Ramón Pueyo Baldellou y Máximo Lecina Diest. Los veteranos
están diezmados, y es una señal de alarma en una sociedad que no se
renueva.

En una entrevista mantenida en 1993, el y a muy anciano


presidente honorario de la Sociedad, Félix Lecina Diest (Lon-
| Félix Lecina en 1993. gás, 1903) nos habló de su vida en Cuba con absoluta sinceri-
dad. Un testimonio que estimamos de gran interés y resumi-
mos del siguiente modo: Llegó a La Habana en 1916, con sus
padres y tres hermanos, llamados por un tío suyo, J o s é Leci-
na Berges. Ellos tenían tierras, pero el hermano mayor "las
engulló". Su padre se colocaría como cantinero en el "Unión
Club" de un hermano suyo, junto al Parque Central. Félix tra-
baja en un almacén de víveres y licores, donde alcanzará
buena posición, y se casa en 1926 con una madrileña, con la
que tienen una hija; pero un conflicto con un sobrino del
dueño le hace abandonar ("y por no matarlo, me fui"). En el
paro, le ofrecen llevar un camión de refrescos, a comisión:
diez centavos por caja vendida. Distribuidor de la Pepsi-Cola
por cuenta propia con uno y luego dos camiones, hace una
buena fortuna ("yo me buscaba 40 a 50 pesos diarios y no
tenía tiempo para gastarlo"). Nacionalizado en 1939, recuerda
que aunque la mayoría habían estado por la República, él era
fanquista, por lo que le "señalaban". En 1956-1957 se fue ca-
torce meses a recorrer España, y entonces conoció Zaragoza:
"eso y a no me lo pueden quitar".
Tras la Revolución iniciada en 1959 le fueron confiscadas
dos de las tres casas que poseía y tenía arrendadas, quedándo-
le sólo aquella en que vive. Es lógico que su juicio sea crítico.
Jubilado en 1963, será uno de los más activos miembros de la
Sociedad Aragonesa, entre cuyos fundadores se cuenta, siendo
muchos años vicepresidente de la misma y de la que en los
años 80 es presidente, y luego presidente de Honor.
| Documentación de Félix Lecina.

22. En enero de 1984 se conceden nuevos premios a los socios con 25 años en la
Sociedad: Gumersindo Gil, Hilda Pérez Velasco, Pedro Andión, Juan Antonio Colo-
mina, José Gómez Lecina, Ana Armengol, Joaquín Flonstán, Pilar Berdié, Julio Flo-
ristán, Carmen Sancho Mmguillón, y diploma de Honor a Pablo Borges Socarras por
sus servicios durante muchos años.
23. Los datos sobre Félix Lecina los obtuvimos en dos conversaciones con él en
la casa del secretario de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia de La Habana, en la
primavera de 1993.
Directiva de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia con el cónsul general de
España, Luis Calvo M e r i n o y el canciller del consulado, Alfredo Vicente Forner.
E n primer término, con bastón, Félix Lecina, a quien a c o m p a ñ a su hijo Claudio
y su meto Félix.

En 1984 se aprueban por el Registro General de Asociaciones


del Ministerio de Justicia de Cuba las modificaciones y reformas in-
troducidas en el Reglamento. También se inventarían los bienes de
la Sociedad, en 7.070 pesos, de los que la casi totalidad está formada
por 3.890 que es el valor del Panteón (terreno, edificio y mejoras, osa-
rios, etc.) y 2.500 de una imagen de la Virgen del Pilar de plata y pie-
dras preciosas. En ese año el número de socios es de 186, de los que
80 mujeres. Agrupando las edades por décadas resulta que tienen:

80 o más 17
70 a 79 25
60 a 69 47
50 a 59 37
40a49 26
30a39 22
20a29 11
19 1
Total 186
Lo cual muestra una edad muy elevada de los socios (que en los
últimos veinte años se ha agudizado): el 48'3 % contaban en aquella
fecha con 60 o más años.

24. Reglamento de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia. H a b a n a , 1984. N o se apre-


cian signos de invasión gubernativa (salvo que se destaca es el año X X X del triunfo de
la Revolución) en lo q u e a todas luces parece u n reglamento convencional.
En cuanto a la nacionalidad, 155 de los socios estaban naciona-
lizados cubanos, lo que diluye su origen en la estadística. De los 31
restantes, todos ellos con nacionalidad española, 19 son aragoneses,
perteneciendo los otros doce a distintas otras regiones.
Además de esos hechos específicos más destacados, la directiva
acude con frecuencia invitada a íictos consulares o de la embajada
española o cuando llegan personalidades españolas, contribuye
como inscrita legalmente a determinadas actividades del Gobierno
de Cuba, lucha por conseguir un centro adecuado para el total de
110 sociedades españolas diversas.

1.4. Algunos aragoneses destacados en Cuba 25


El socorrido, pero a todas luces insuficiente recurso a las refe-
rencias individuales, permite rastrear algunas biografías que repre-
sentan modos de vida acaso generahzables, ejemplarizables. Queda,
sin embargo, en este tipo de recuerdos, la inmensa mayoría en la
| Mariano terrero. sombra de la ignorancia y el olvido, por lo que es inevitable evocar
al "emigrante desconocido", de dura y oscura vida, que quizá ni si-
quiera tuvo el apoyo y el consuelo de reunirse con sus paisanos y ha-
blar de los sueños perdidos.
En este repaso por algunos de los más conocidos y prósperos,
destaca especialmente el citado y longevo presidente Mariano Fe-
rrero Regales (Caspe, 1886), que había llegado a la isla el primero
de enero de 1907. Tras un par de meses como empleado en la som-
brerería "García Coto y Cía", se establece por su cuenta en ese
mismo negocio, que luego amplía a la fabricación de objetos de piel
(bolsos, carteras, etc.), cambiando varias veces de instalación hasta
la definitiva en la calle de Revillagigedo, 57 y nacionalizándose cu-
bano en 1914. Además de surtir magníficamente el interior, exporta
a El Salvador, Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador. Su produc-
ción está valorada en 1929-1930 en medio millón de dólares. Funda-
dor y Presidente de honor de la Sociedad Aragonesa de Beneficen-
cia, fue Vicepresidente de la Unión de Fabricantes de Sombreros y
Consejero de la Unión de Comerciantes e Industriales.
Otros muchos emigrantes aragoneses figuran en el webenano
cuadro de honor de los tenidos por triunfadores, ejemplos de laborio-
sidad, constancia, honradez. Por ejemplo, Blas Royo Mestre (Más
de las Matas, 1891) que llegó a Cuba en 1906, en el vapor "Miguel
I Fachada de la fábrica de sombreros
de Al. Ferrero. Gallart", comenzando a trabajar como dependiente de la ferretería

25. La mayor parte de la información de este apartado, salvo que se indique lo


contrario, procede del libro de Gerardo Minge Mulej' (1953).
"La Campana", durante tres años. En 1910 se traslada a Manzanillo,
ahora como dependiente de la ferretería Carvajosa, de la que en 1925
es nombrado gerente, cargo que ocupa más de un cuarto de siglo. Di-
rectivo de la Colonia Española de Manzanillo, tesorero y vicepresi-
dente de su Cámara de Comercio, se nacionalizó en 1943.
Un prototipo de emigrante aragonés y entusiasta promotor del
asociacionismo es Antonio Boned Agustín (Calatorao, 1898-La Ha-
bana, 1986), que sale de España a los 17 años y en Cuba, gracias a
su capacidad y tesón, logra situarse en el floreciente comercio cuba-
no de la época, donde llegaría a ser socio de la prestigiosa casa
Potín, una de las más conocidas de La Habana. En 1923 participa en
la fundación de la Asociación Aragonesa de Beneficencia. Emilio
Jorge Reyna, retrata fielmente lo que fue..."Un buen día, feliz y
honroso para mi persona, mi inolvidable amigo Ramón Llovet Sami-
tier me vinculó a la Sociedad Aragonesa de Beneficencia. Conocí a
Boned, a Félix, a Angelito, Mateo, Aransanz, a Ricol, a Sancho, a
los demás miembros de la junta directiva. Empeñados en sostener
una idea, en sostener un ideal, en evocar las cuestiones de sus pa-
| Cecilio M a ñ e r o Zueco.
trias chicas, de sus ayuntamientos, de sus comarcas, de su tierra ara-
gonesa, de su Virgen del Pilar, de sus rebeldías, de sus amores, de
sus ilusiones, de sus frustraciones, de sus esperanzas. Es reducido el
número. Es sencillo. Hombres modestos, de trabajo, de voluntad, de
gran voluntad".

También de aquella "hornada" del primer tercio de siglo fue Ce-


cilio Mañero Zueco (Tarazona, 1894) que llegó a Cuba en 1918 en
el vapor "Buenos Aires". Empleado del comercio "20 de Mayo" en
Sagua la Grande, luego trabajó dos años en el campo y compró en V.
de las Tunas un pequeño establecimiento de bebidas llamado "El Ba-
turro", que vendió cinco años después, arrendando el Hotel Plaza, a
la vez que conseguía la representación de la Cerveza Hatuey y poco
después de la embotelladora de refrescos Oumaber, de Santiago de
Cuba. En 1936 construyó el Teatro Martí, que vendería en 1951.
Nacionalizado cubano en 1938, al año siguiente deja el negocio del
hotel, aunque no las representaciones, y se dedica a la Colonia de
caña, que luego vende. En 1949 crea un servicio local de viajeros,
que vende al año siguiente, al igual que las citadas representaciones,
dedicándose a administrar sus propiedades urbanas, especialmente
el Hotel "Gran Casino", que tiene arrendado. Fue socio de la Colo-
nia Española de Santiago de Cuba y de otra serie de sociedades eco-
nómicas, culturales y recreativas. | Blas Royo M e s t r e .

26. "En recuerdo de don Antonio Boned Agustín", en Heraldo de Aragón, 16-3-
1982. Zaragoza. Antonio Boned preside todavía la sociedad en el 73 y tiene ésta la sede
en Calzada de Buenos Aires 122 Cerro. Al año siguiente en carta al alcalde H o r n o Liria
le comunica el nuevo domicilio Aguiar 109 altos, que visitamos y a en ruinas.
Y en el mismo grupo figuran Alfredo González Felíus (Mas de
las Matas, 1905) que había llegado a Cuba en 1920 en el vapor
"Barcelona". Comienza como dependiente en una tienda mixta en
Palmarejo (Oriente), hasta 1925. Luego trabaja como pesador de
caña, allí mismo, y en 1927 se traslada a Santiago de Cuba, donde
trabaja de dependiente en el bar "El Baturro", que adquiere en 1930
junto con su hermano Gerardo, con quien también abren un alma-
cén de víveres finos al por mayor. La sociedad se escinde en los años
cuarenta, quedando Alíredo como único propietario. Muy participa-
tivo, pertenece a la Colonia Española, el Club Náutico y el Club
Amateur de Pesca, de que es fundador. Y Sabatiel Sancho Bernar-
do (Cedrillas, 1900) llegó a Cuba en 1926, trabajando como oficial
barbero en el "Salón Moderno" de La Habana, propiedad de su tío.
Un año después pasa a ser propietario del negocio, desde el que
hará muchas amistades y ostenta la representación de la fábrica ca-
talana de navajas de afeitar "La Filarmónica". Y, en fin, Ramón
Pueyo Baldellou (Torres del Obispo, 1897), llegó a Cuba en 1923,
I Sabatiel Sancho. ayudado por el padrino de su hija, Antonio Cereza, aragonés que
había sido valet de Porfirio Díaz en México. Pronto tuvo una cono-
cida imprenta, "Casa Pueyo" y una fábrica de presillas, ambos nego-
cios "intervenidos" en 1962. Su hija, Emilia Mercedes Pueyo Lafar-
ga, ya nacida en La Habana, casó con el también hijo de emigrante
y habanero Andrés Ángel Sanz Alconza, que es en 1993 secretario
de la Sociedad Aragonesa.

Aunque nacido ya en Cuba, una persona de gran vinculación a


la Sociedad Aragonesa ha sido Salvador Sancho Minguillón (La
Habana, 1917), cuyo padre, Mariano Sancho Cauchóla, de Albalate
del Arzobispo había llegado en 1915 y era barbero y poeta. Elhii o se
colocó hasta la jubilación como contador del Banco Nacional de
Cuba. En 1993 era tesorero de la Sociedad Aragonesa, de la que era
presidenta su hermana Monserrat Carmen, viuda, jubilada de su tra-
bajo en la empresa litográfica "Isegraf" y de la que hablamos más
adelante.
Otros, de los que poseemos menos datos son José María Ibá-
ñez, propietario de una bodega (almacén de víveres); Pascual Ricol,
empleado de Teléfonos; Remigio Gil, almacén de víveres Antigua
Casa de Mendi; Romualdo Lalueza, dueño del café-restaurante "El
Baturro" y su yerno Luis Ferrer; Teodoro Sagarra, propietario de
una tienda; Mariano Boned, empleado; Policarpo Gil, empleado;
Manuel Inglaturre, fabricante de puertas de hierro; Antonio Berdié,
I "El Baturro", otro de los más populares
locales de La Habana. comisionista; Nicolás Floristán, comisionista; Manuel Parrilla Serra-

27. La mayoría de ellos nos fueron recordados -a veces con imprecisión- por
Félix Lecinay el resto de los miembros de la Junta de 1993.
Vivir en America: residencia, añoranza e idcnt

no, empleado de los almacenes "El Encanto"; Mariano Sancho y sus


citados hijos Salvador y Montserrat Carmen Sancho Minguillón;
Ricardo Bielsa; Pedro Andrés Álvarez; Delfín Molinx, de Alcañiz,
de trabajaba en la Botica Taquechuel; Melchor Torrubia, comer-
ciante; Antonio Carbonell; Félix Herrero; José Alderete; Ángel B.
Portóles; José Fiorese; M. Piquer; Pedro Vaquero; Enrique Pérez;
Manuel Rodríguez; Lázaro Ferrero, hermano de Mariano el som-
brerero...
También se recuerda entre los socios ilustres al ya fallecido Al- De derecha a izquierda, Salvador
Sancho Minguillón, Félix Lecina,
fredo Vicente Fornés, aragonés que fue Canciller de la Embajada Emilia Pueyo, Ángel Sanz Alconza, un
de España y activo impulsor de actividades. hijo de éstos y el autor de este trabajo,
en La Habana, 1993.

La nueva directiva de la Sociedad, elegida en 2001, pidió el re-


conocimiento como Casa de Aragón, lo que le fue concedido el 11 de
julio de 2002. Actualmente realizan diversas actividades para impul-
sar el decaído centro. Como afirma el actual presidente Joaquín
Floristán: "Los aragoneses... tenemos un panteón social construido
con el sacrifico de mis ancestros el cual tiene 43 nichos, 155 osarios
individuales y un osario general. Actualmente somos 250 asociados,
de ellos 29 aragoneses emigrantes, el resto en su mayoría descen-
dientes y familiares de aragoneses".
En el reciente Congreso de las Comunidades Aragonesas del
Exterior (Zaragoza, Huesca y Teruel, octubre de 2002) estuvo pre-
sente en representación de la Sociedad Aragonesa de Beneficencia
de La Habana su citado presidente, Joaquín Floristán Gimeno,
acompañado de su hermana Ana Floristán Gimeno, Sandra Sosa
Fernández, y de los representantes en Zaragoza José Valero Salas y
Alfredo Longares Aguaron.

1.5. La preocupación por Cuba en Aragón


Para muchos aragoneses, descubrir las migraciones a América y
el exilio supuso, tras la llegada de la democracia, una auténtica sor-
presa. Apenas se había hablado de ello durante décadas. El movi-
miento de simpatía generado, la solidaridad con las duras condicio-
nes de los emigrantes y sus familias, llevaron a constituir diversos
grupos interesados en ayudar, conocer, defender a esos grupos.

28. Es frecuente el caso de aragonesas que casan con emigrantes de otra proce-
dencia. Así, la hermana de Félix Lecina, Rosario, que llega en 1919, se nacionaliza en
1 935 y se casa en 1936 con Ruperto García, gallego de Sada. O la zaragozana Angeles
Echaso Valero, que se casa en 1915 con el también gallego de Rivadavia Manuel Cere-
cedo Luaces, propietario de una buena farmacia en Cárdenas.
29. Congreso de leu Comunidadeo..., p. 300.
132 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Un p r i m e r proyecto, de J995, a p o y a d o p o r la D i p u t a c i ó n de
Z a r a g o z a (cuyo presidente, Pascual M a r c o , incluyó u n a p a r t i d a pre-
s u p u e s t a r i a a dicho fin), fue el de q u e a s u m i e r a cada C o m u n i d a d
A u t ó n o m a española la rehabilitación de u n a m a n z a n a del deteriora-
do Malecón de la H a b a n a , d e s t i n a n d o los edificios a sedes de sus
"casas regionales'' y oficina cultural y empresarial (de hecho, en los
últimos lustros h a n m e n u d e a d o las visitas de h o m b r e s de negocios a
la isla y han a u m e n t a d o sensiblemente las relaciones comerciales y
las inversiones). A A r a g ó n le c o r r e s p o n d e r í a la h e r m o s a casa n ú m e -
ro 13, de unos 400 metros c u a d r a d o s , y según el expediente el coste
sería de 26 millones de pesetas. El proyecto no progresaría, entre
otras razones, como aclaró a ñ o s d e s p u é s J . Ignacio Senao, p o r difi-
cultades jurídicas sobre la p r o p i e d a d de esos edificios en el futuro.

E r a presidenta de la Sociedad de Beneficencia de La H a b a n a


desde 1996 Montserrat Sancho Minguillón. Hija y h e r m a n a de so-
cios, nacida en Barcelona en 1921 fue llevada a América a los cinco
años. Su padre, como y a hemos visto al hablar de su h e r m a n o Salva-
dor, era aragonés, de Albalate del Arzobispo, y había ido por p r i m e r a
vez a C u b a en 1910, como polizón y, al ser descubierto, como mozo
de limpieza forzoso. Establecido como barbero, p u d o viajar varias
veces a España. En u n o de esos viajes conoció en Barcelona a u n a
cubana, con la que se casó, r e g r e s a n d o a Cuba. M o n t s e r r a t estudiaría
el Bachillerato en el Instituto de La H a b a n a , trabajaría d u r a n t e mu-
chos años como cajera de "La m o d e r n a poesía", frecuentaría la Socie-
dad, de la que su p a d r e fue socio fundador, perteneció a su importan-
te coral, fue cada doce de octubre a la iglesia de La M e r c e d . En 1998,
confiesa, de 186 socios, apenas q u e d a n seis naturales de Aragón. D o s
años antes, ella ha podido regresar a E s p a ñ a y visitar Aragón gracias
a los viajes obsequiados p o r el I N S E R S O . En u n a carta de 29 de
m a r z o de 1998 nos c o m e n t a b a con entusiasmo q u e "hace p o c o se
formó la Casa de la C u l t u r a E s p a ñ o l a a q u í en Cuba, en el Malecón
de La H a b a n a , y es u n a casa muy linda de origen colonial, d o n d e hay
biblioteca, vídeo, en fin, que va a ser un lugar p a r a que todos los es-
pañoles residentes en C u b a p u e d a n ir a leer, a jugar..."

Por entonces, se p r o d u c e n u n a serie de entusiastas gestiones del


ex-concejal y presidente de la Asociación "El Canal", el y a fallecido
R a m ó n Magaña, q u e a n i m a d o por J a v i e r S a n d o m m g o , embajador
de E s p a ñ a en C u b a en funciones, se había puesto en contacto con
M o n t s e r r a t S a n c h o , con la mediación del historiador y J e f e de M a n -
tenimiento del P a t r i m o n i o de La H a b a n a , Eusebio Leal. M a g a ñ a , en
c a r t a de 30 de n o v i e m b r e de 1998 les d a c u e n t a de q u e están partici-
p a n d o con otras entidades aragonesas en p r o g r a m a s h u m a n i t a r i o s
"en materia de medicamentos, escolar, cultural y otros, así como par-
ticipar con la F u n d a c i ó n Pablo Milanés y los c a n t a u t o r e s de n u e s t r o
Vivir en América: rejidencui, añoranza e identidad 133

país; p e r o t a m b i é n es v e r d a d q u e se nos h a b í a olvidado q u e en la


C u b a q u e r i d a también existían aragoneses, i n t e n t a n d o r e p r e s e n t a r a
n u e s t r a tierra y n u e s t r a cultura". A ñ a d e : "estamos c o l a b o r a n d o con
las a u t o r i d a d e s c u b a n a s en reconstruir u n a b a r r i a d a de chabolas de
emigrantes c u b a n o s en Santiago de Cuba, d e n o m i n a d o Proyecto
Novoa". O p i n a M a g a ñ a que d e b e n usarse todos los medios p a r a lo-
grar la m a y o r ayuda, y a a p r o v e c h a r q u e la esposa del embajador es
aragonesa, q u e está p r ó x i m o u n viaje de los Reyes a C u b a y sería
ocasión de " h e r m a n a r " a la Virgen del Pilar con la de la C a r i d a d del
Cobre, a u n q u e , añade, "confieso que soy socialista"... .

La respuesta de M o n t s e r r a t S a n c h o (3 de diciembre de 1998) ex-


plica muchas cosas: su preocupación 'porque nuestro e m p e ñ o pudie-
ra interpretarse como u n a m e r a petición de a y u d a económica p a r a
mejorar el estándar de vida de los aragoneses y sus descendientes en
Cuba. Ese no es el caso: en realidad se trata de u n a solicitud de apoyo
moral y material p a r a lograr los medios que nos permitan m a n t e n e r y
estrechar a ú n más los vínculos entre los dos pueblos y, tal vez, poder-
les brindar cierto apoyo logístico a empresarios y comerciantes..."
Manifiesta q u e su sueño sería poseer un local propio, y a que, d e r r u m -
bado el que compartían con la Sociedad Vasca N a v a r r a y reunidos en
casa de la viuda del anterior presidente, no pueden festejar celebra-
ciones aragonesas y Aragón, tan encomiado por Martí, "está cayendo
en el olvido en este país". S u e ñ a n con esa casa, inventarían necesida-
des mínimas... y p r o p o n e n como mediadores al socio Florentino Casa-
do, que viaja con frecuencia a Zaragoza, y a F r a n k Pérez N o g u é .

M a g a ñ a sigue m u y activo. Se p o n e en contacto con el aragonés


J o s é M a n u e l Lausín, jefe de la Oficina de Cooperación de la E m b a -
j a d a Española, con el presidente del G o b i e r n o de A r a g ó n Santiago
L a n z u e l a y con todos los g r u p o s p a r l a m e n t a r i o s de las Cortes; envía,
p o r encargo del entonces su presidente Emilio Eiroa, "un p a q u e t e
con la bandera, u n a s insignias y unos libros". L o g r a el apoyo de u n a
serie de instituciones q u e se s u m a n a su iniciativa: la F u n d a c i ó n
G a s p a r Torrente, la Asociación "Civitas" y la C r u z Roja. P r o p o n e se
cree u n a dirección general de Emigración...

D o s s i e r que resumía las necesidades planteadas d e s d e La


Habana:
I o Creación de la Casa de Aragón de la ciudad de La H a -
bana, d o n d e dispongan de una biblioteca sobre nuestra histo-
ria y nuestra cultura.

30. Magaña, con quien tuve frecuente relación en esos años, recabó mi apoyo,
que le dimos desde la Fundación Gaspar Torrente, para sus ilusionados empeños. Y
me informó, con copias de la correspondencia, que transcribo, de toda sus gestiones.
134 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

2 o Colaboración entre el Hospital "Miguel Servet" y la


Dirección de Salud Pública de La Habana, para mejorar las
condiciones de siete centros con graves carencias materiales.
3 o En colaboración con la Cruz Roja de Zaragoza, mandar
material sanitario y medicamentos de acuerdo con sus necesi-
dades y nuestras posibilidades así como ambulancias que no-
sotros tengamos que poner fuera de servicio.
4o Elaboración de Proyectos de Colaboración de Desarro-
llo Comunitario, principalmente en construcción y rehabilita-
ción de viviendas sociales.
5 o Hermanamiento entre la Virgen del Pilar, patrona de
Aragón y de la Hispanidad, y Nuestra Señora de la Caridad
del Cobre, patrona de Cuba. (Presentado a instituciones polí-
ticas y prensa en febrero de 1999)

La acogida de la prensa fue muy positiva. Pero un año después


las cosas no habían avanzado. Un viaje de dos representantes de la
Liga y "El Ribagorzano", Ricardo Martínez Salameroy José Aiaría
Auset Brunet, en abril de 1999, resultó absolutamente desolador,
como reflejaron en sus cartas, crónicas de una progresiva desapari-
ción: por el escasísimo interés en el tema de las personas de la Em-
bajada y Consulado, y, sobre todo, por la situación de la Sociedad,
en la que de los 233 socios apenas son aragoneses: Félix Lecina, de
Zaragoza, 94 años; Joaquín, Julio y Carmen Floristán Gimeno, de
Barbastro, de 66, 65 y 60 años; Carmen Martínez Pérez, de Zarago-
za, 82 años; Luisa Entió Zuferri, 78 años; Aiontserrat Sancho Min-
guillón, de Barcelona, 78 años, 3' sus hijos Dalia y Francisco Borre-
go Sancho, de 54 y 53 años, que llevan a la sazón tres para lograr un
expediente de nacionalización como españoles; "es —escribe— una au-
téntica pena ver a esa gente, tan educada, preparada y simpática,
sintiéndola casi familia nuestra, pasar lo que están pasando, con tan
poco sería muy difícil para nosotros sobrevivir allí". Añaden que
"ante tan pocos socios aragoneses, les hicimos ver que hace falta que
se muevan y rápido para justificar la posible inversión de una Casa
de Aragón, buscando no sólo aragoneses sino descendientes de
ellos".

De hecho, y canalizando los esfuerzos en direcciones conver-


gentes pero más amplias, han surgido en los últimos años diversos
contactos, como los realizados de modo casi personal por el socialis-
ta Luis Calabia. Mayor entidad y futuro parece tener, por ir más
allá de la mera ayuda a los del grupo "aragonés", a contemplar el
apoyo y colaboración, sobre todo cultural, con toda la sociedad cu-
bana, la Sociedad Aragonesa José Martí de Amistad con Cuba,
presidida por Mariano Hormigón, que se presentó en Zaragoza el
Vivir en América: residencia, añoranza e identidad 135

28 de febrero de 2003. El acto congregó, según la prensa, a medio


millar de personas, encabezadas por la embajadora de Cuba en Es-
paña, Isabel Allende, representantes de partidos políticos y de diver-
sas organizaciones de amistad con Cuba.
Desde un punto de vista institucional, es muy interesante el lazo
establecido a partir de 1995, año en que, próximo el centenario de
José Martí, y como el ilustre procer cubano no retiró en su día los
títulos de licenciado en Derecho y en Letras que obtuvo en la Uni-
versidad de Zaragoza, el Rector Juan José Badiola y el Secretario
General de la misma, Antonio Martínez Bailarín hicieron una solem-
ne entrega post-mortem de toda su documentación en la Universi-
dad de La Habana.
Poco después, aún en 1995, el vice-rector de Extensión Univer-
sitaria Manuel García Guatas impulsaría la creación de la "Cátedra
José Martí" en homenaje al gran líder de la Independencia de
Cuba, mediante un convenio de colaboración entre las Universida-
des de La Habana y Zaragoza. Hay otras dos cátedras del mismo
tenor en España: la "Nicolás Guillen" en la Universidad de Castilla-
La Mancha, y la "Alejo Carpentier" en la de Santiago de Composte-
la. En estrecha relación con el Consulado de Cuba en Barcelona, tie-
nen lugar una serie de actos: en marzo se coloca un busto de Martí
en el Paraninfo, recordando su píiso por las aulas, con asistencia del
Ministro cubano de Cultura Armando Jart.
Ese año se celebra un importante encuentro científico sobre
"J.Martí y la utopía americana", coordinado por Túa Blesa, con in-
tervenciones de diversos especialistas, entre ellos el conocido histo-
riador Eusebio Leal. Por su parte, la "cátedra" organiza en la Facul-
tad de Letras de Zaragoza durante el invierno de 1998 un ciclo de
conferencias impartidas por profesores zaragozanos y cubanos, que
se recogería en el libro colectivo España en Cuba: final de siglo (Zara-
goza, IFC, 2000).
García Guatas que había pasado a la DGA como director gene-
ral en el Departamento de Cultura, apoyaría el auge del programa
(y publicó él mismo un estupendo libro, La Zaragoza de J.Marlí, IFC,
1999), mientras que su sucesor en el vice-rectorado, el profesor
Agustín Ubieto, mantiene el mismo entusiasmo por el tema. Los co-
directores del programa de colaboración son el decano de Letras
(comenzó Luisa JM. Frutos y le ha sucedido J . M . Cuadrat) y su co-
rrespondiente, primero en la dirección de Artes y Letras de La Ha-
bana, actualmente la rectora del ISA (Instituto Superior de las
Artes). En los años últimos se han organizado cursos con intercam-
bio de profesores, viajando a Cuba, sobre todo, profesores especia-
listas en temas relacionados, de Lengua, Geografía, Historia, Arte,
H a del Cine, etc.
136 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

A u n q u e se t r a t a de u n a práctica extra-académica, d e b e m o s
citar, y lo hacemos con m u c h o gusto, los viajes del farmacéutico, na-
turalista y especialista en H o m e o p a t í a , Vicente Martínez Tejero,
quien de m a n e r a altamente d e s i n t e r e s a d a imparte cursos, se r e ú n e
con colegas de diversas zonas de C u b a y realiza diversas experien-
cias, de g r a n p r e d i c a m e n t o allí.
2. Los Aragoneses en la República Argentina

| La principal revista de los aragoneses en Argentina, en 1945.

2.1. Los orígenes del asociacionismo aragonés


De la presencia de aragoneses en Buenos Aires hay constancia,
como hemos visto en la parte cuantitativa. Todo parece indicar, por
algunas catas en los censos de mediados del XIX, que el número de
aragoneses que acuden a la Argentina en esa segunda mitad del siglo
es, no obstante, muy exiguo. Sabemos que una ley de 1853 estable-
cía por primera vez y de forma expresa "la función tutelar y de pro-
138 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

tección del E s t a d o sobre los inmigrantes", pero es lugar c o m ú n


q u e " d u r a n t e largos periodos de su historia [Argentina] careció de
u n a política migratoria coherente", p o r lo que, d u r a n t e m u c h o tiem-
po, h u b i e r o n de ser los propios emigrantes los que o r g a n i z a r a n su
ayuda mutua. F u n c i o n a b a n los eslabones, la llamada de los fami-
liares y amigos, el p r é s t a m o p a r a el viaje, la b u s c a de un p r i m e r aco-
m o d o . Y ello en condiciones con frecuencia bastante d u r a s .

Un testimonio m u y interesante es el a p o r t a d o en u n a carta en-


viada en 1889 p o r u n emigrante caspolino al D i r e c t o r de la revista El
Hambre, de su ciudad natal, advirtiendo de la e n g a ñ o s a p r o p a g a n d a .

"Usted, señor Director, y los lectores de su periódico,


¿creen de buena fe lo que en ésa dicen de este país? !ah! y o
quisiera que lo m i s m o que puede usted llegarse hasta el paso
de la barca del río Ebro, pudiera hacerlo a ésta y ver el muelle
de pasajeros, y se convencería que si en Caspe hay un periódi-
co que se titula E L H A M B R E , en B u e n o s Aires hay material
de sobra para m u c h o s hambres. El emigrante que llega a esta,
y n o son muchos los que p u e d e n contar esto, tiene que acos-
tumbrarse a vivir peor de todo lo que ustedes hayan p o d i d o
ver e n Madrid, Barcelona o cualquier otra capital europea.
E n esta, en cualquier industria o arte, los mejores oficia-
les ganan de tres p e s o s a tres y medio, pues verá usted señor
D i r e c t o r d e s p u é s de sus gastos lo que le queda. U n cuarto del
tamaño de una alcoba, c o m o d e c i m o s en esa, i n m u n d o y sucio
a más no poder, cuesta de alquiler mensual 2 0 ó 2 2 pesos; el
comer y beber v i n o a las comidas es indispensable, porque los
alimentos, en particular la carne, tienen m u y pocos principios
nutritivos, cuesta de 2 8 a 3 5 pesos mensuales; entre lavandera
y fumar también se gasta 10 pesos; calculando por término
m e d i o resulta que las tres cosas más indispensables le cuestan
64 p e s o s mensuales. Tiene que vestir c o n elegancia, y esto lo
exigen las pretensiones americanas; un traje regular vale de 4 0
a 4 5 pesos, un par de botas que a duras penas duran 9 0 días,
valen 9 pesos, y t o d o a este tenor.
Por los anteriores datos p o d r á juzgar, señor Director, lo
buena y d e s a h o g a d a que se hace la vida en esta; esto respecto
de los que ganan mejores sueldos, que los que tienen un peso y
30 centavos de peso, hacen la vida más pobre y mísera que los
pobres d e solemnidad en esa".

3 1 . Moisés Llordén M i ñ a m b r e s (1992), p. 278.


32. Stahringer de Caramuti, La política migratoria argentina, Buenos Aires, D e
Palma, 1975, p. 117.
33. Se trata de un extracto, pues la carta, dice la revista, era m u c h o más larga.
El Hambre, Caspe, 8 de septiembre de 1889, p. 2. Información cedidíi amablemente por
Vivir en América: residencia, añoranza e ideal i

Las sociedades mutuales de los primeros emigrantes en masa


-explica Devoto— eran multifuncionales "ya que junto a las activida-
des asistenciales desarrollaban otras de carácter cultural y recreati-
vo, como bailes, fiestas o reuniones deportivas en las que el motivo
de esparcimiento se combinaba en muchos casos con propósitos pa-
trióticos". Como ha señalado Alejandro E. Fernández, "desde que
a la caída de Rosas comenzaron a liberalizarse las condiciones para
que los extranjeros pudieran agruparse en entidades que los repre-
sentaran, y hasta 1914, casi cuarenta mil españoles residentes en
Buenos Aires llegaron a formar parte de las mismas". La mitad o
más de las asociaciones estaban radicadas, como sus miembros, en la
Capital Federal y provincia de Buenos Aires, y los datos sobre su
origen señalan que un 58 % de las que aún perduran habían sido
fundadas antes de 1920.
La primera noticia que conocemos de una actividad de la comu-
| Marcos Zapata
nidad aragonesa es la fundación por el célebre escritor Marcos Za-
pata (Ainzón, 1844-Madrid, 1944) el 12 de octubre de 1894 de un
primer "Centro Aragonés", al que se adhieren Monseñor Vilanova
Sans, el doctor Julián Iribarren, Mariano Fernández, Muro, Lucía
Tovar Ustáriz, el profesor de guitarra Pedro Maza y otros. La pre-
sentación del centro se hace con una fiesta de jota en el teatro Come-
dia. Dice Castán Palomar que Marcos Zapata "de 1890 a 1898 re-
sidió en Buenos Aires, sin producir ninguna obra teatral, pero
manteniendo, en cambio, una activa colaboración en las revistas lite-
rarias". Parece ser que su marcha a la Argentina se produjo a raíz de
la prohibición del estreno en España de su obra "La piedad de una
reina". Y permaneció allí hasta la emblemática fecha de 1898, desen-
gañado del teatro: ya no "regresó a las tablas" y vivió de un modesto
cargo de funcionario.
Todavía los datos que poseemos sobre la vida y condición de los
emigrantes son poco más que anecdóticos. Así, sabemos de un José
Orús, de Plan, que a principios de siglo llega a Buenos Aires con su
esposa, Josefa Vallanno, de Javierre. Orús, comerciante ambicioso

Alberto Serrano Doladcr. Otro testimonio, lamentablemente extraviado, es el de Cris-


tina Grande, que guardaba la documentación del barco en el que llegó a la Argentina
su tío abuelo Sixto Abad Valdovinos.
34. Fernando Devoto (1995), pp. 180-181.
35. Alejandro linrique Fernández (1991), p. 71.
36. Silvio Feldmany Laura Golbert (1990), pp. 64-65.
37. Dice Castán que Marcos Zapata "de 1890 a 1898 residió en Buenos Aires,
sin producir ninguna obra teatral, pero manteniendo, en cambio, una activa colabora-
ción en las revistas literarias". F. Castán Palomar (1934), pp. 556-557.
38. Éstos y varios de los siguientes datos pertenecen al trabajo de Ricardo Mar-
tín Ariño (s.a.).
y pionero, se va a la isla del Delta, cerca de Uruguay, y lleva a cabo
una verdadera aventura, plantando frutales en una zona inundable,
etc., hasta que liquida todo vendiendo las propiedades a un inglés. O
del aragonés José Pardo Aragüés, que funda la casa de antigüeda-
des que se convierte en una verdadera institución de la cultura ar-
gentina". Otro caso interesante es el de Manuel Martín Pallas
(Zaragoza 1881), que tras primeros estudios en los Escolapios mar-
cha a Barcelona, donde se hace anarquista, viaja a la Argentina en
1908 y trabaja como fundidor y luego tiene un taller de broncería ar-
tística en el que le sucedería el hijo, otro ilustre aragonesista, Ricar-
do, del que más adelante hablaremos.
Parece que aquel primer intento asociativo sufrió un decaimien-
to, sobre todo en torno a la crisis española de 1898; pero hacia 1903
había renacido, con la nueva oleada migratoria, y se recuerda que
I Ramón Anadón.
"en el sótano del café Madrid de la Avenida de Mayo, como en la
casa del meritorio Benito Sansón, no solamente se deliberaba y se
llegaba a acuerdos en beneficio del Centro, sino que se acogía con
cariño de hermano y se favorecía con dádivas en efectivo, en alimen-
tos y en albergue a cuanto inmigrante aragonés llegaba a Buenos
Aires y que por falta de familiares necesitaba orientación, cuidados o
recursos".
Elegido en una asamblea refundacional como presidente Agus-
tín Claver, del auge vivido en esos años da muestra la llegada en
1910, junto a la Infanta Isabel, del alcalde de Zaragoza Demetrio
Galán, agasajado en un concurrido banquete en el Hotel Esbala
(más de ciento cincuenta coméntales), al que acude el diputado por
Zaragoza Martín Oses. Santiago Gil Sánchez, uno de los grandes
animadores del aragonesismo de principios del siglo, lee esta copla:
"Si te vas de Zaragoza
di a la Virgen del Pilar
que también se cantan jotas
al otro lado del mar".
Una escisión, cuyo motivo ignoramos, lleva a un grupo encabe-
zado por Agustín Blanc y con el entusiasta Ramón Anadón a su
lado, a fundar la "Unión Aragonesa", de breve vida. Había, pues, en
Buenos Aires, hasta 1915, dos centros aragoneses, rivalizando
ambas entidades a cuál de ellas bailaba mejor la jota y metía más es-
truendo regional. Por fin, en ese año de 1915 se fusionan ambos gru-
pos. El hecho se produce en el día de la fiesta nacional argentina, en
julio, y se reúnen representantes de una y otra asociación... y bajo la
propuesta del escritor valenciano Serrano Clavero nace el heredero

39. Alvarez, Gerardo (coord.) (1985).


único de las dos potencias sociales llamado "Círculo de Aragón".
Ambos presidentes de las dos entidades preexistentes, Agustín Blanc
V Agustín Claver, eran altoaragoneses. Destacan como principales
impulsores de la renovada institución, además de los citados, Eulaho
Villagrasa, Emelecio García, Santiago Gil Sánchez, Silverio Calleja,
Manuel Martín, Pedro Giménez, Manuel Girona, Andreu, Herrero,
Cequiel, Minguillón. Comienza así la larga y próspera etapa de la
gran sede de la calle Tacuarí.
Es ocasión en la que Agustín Blanc canta otra copla:
"Antes mi jota era triste
porque dos casas había
hoy juntos en un abrazo
se convierte en alegría".
Otros intentos, casi todos efímeros, de agrupar a los aragoneses
en Buenos Aires en diferentes épocas, fueron los denominados "Los
Baturros", el "Orfeón Zaragozano", el "Centro Joaquín Costa" y el
"Aragón Club".

2.2. La fundación del Círculo de Aragón


en Buenos Aires

Nace así el Círculo de Aragón, todavía existente y camino de


cumplir el siglo. Uno de sus adalides era el ya citado Ramón Ana-
dón, que siendo vicepresidente sella un ventajoso contrato con el
Hospital Español para internar cuando sea necesario a los socios en-
fermos, y en 1920 crea la revista Aragón, que va a ser un órgano de
vinculación e información decisivo para el mantenimiento de los
lazos con el país de origen y entre sí. De esos años tenemos muy
pocos datos. Sabemos algunas cosas indirectamente, bien por ser la
Argentina lugar de nacimiento de ilustres aragoneses, bien por re-
ferencias de terceras personas.

40. M a r t í n A r m o , Ricardo F. (1993).


4 1 . R.M., "Aragón en la Argentina a través del tiempo", en El Pregón de Aragón,
s.a., p. 5.
42. H a c i a 1920 nació en Argentina el helenista Serafín A g u d O u e r o l , hijo de
emigrantes turolenses. J u a n Lacasa Lacasa (1980) Jaca. Medio jiglo de curóos de verano,
1927-1980. Zaragoza, p. 25.
43. En Argentina estuvo muchos años, también sobre las primeras décadas del
siglo D á m a s o Lafuente, de B u r b á g u e n a (me c u e n t a en M é x i c o su paisano d o n Paco
Lucia), electricista en el Teatro Colón, q u e luego se trasladó al Sur. Regresó a su pue-
blo a los 60 años...y como era republicano, le m a t a r o n en la g u e r r a civil. Ver, también,
el interesante artículo sobre u n aragonés "indiano" en A r g e n t i n a (1919-29), en El Noti-
ciero, 20-3-29, p . 3.
142 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

D i v e r s o s motivos inciden en este resurgir del aragonesismo


entre la colonia en B u e n o s Aires, y no es m e n o r el p r o p i o resurgir de
esa autoestima en A r a g ó n y en la colonia de Barcelona. Algunos
actos y presencias refuerzan ese sentimiento. P o r ejemplo, el estreno
en el O d e ó n , en 1916, de "Las flores de Aragón", de E d u a r d o M a r -
quina; o q u e ese mismo año, en el C l u b Español, h a y u n homenaje a
G r a n a d o s , e s c u c h á n d o s e la conocida pieza "Goyescas".

Lo*) Estatuto** fundacionales d e 18 d e j u l i o d e 1915, a d e m á s


d e c u r a r s e en s a l u d i n d i c a n d o q u e e s a d e n o m i n a c i ó n "es i r r e -
vocable", s e ñ a l a n c o m o fines:
a ) P r o c u r a r p o r t o d o s los m e d i o s e s t r e c h a r los lazos d e
u n i ó n y d e h e r m a n d a d e n t r e los n a t u r a l e s d e las t r e s p r o v i n -
cias d e A r a g ó n : Z a r a g o z a , H u e s c a y T e r u e l y f o m e n t a r el
a m o r a E s p a ñ a y A r a g ó n , e n t r e los d e s c e n d i e n t e s d e los a r a g o -
n e s e s r e s i d e n t e s en la A r g e n t i n a , c o m o a s i m i s m o e n t r e t o d o s
a q u e l l o s q u e , s i e n d o o n o a r a g o n e s e s , se h a l l e n v i n c u l a d o s a
e m p r e s a s , n e g o c i o s , familias, e t c . d e a r a g o n e s e s y s i m p a t i c e n
con n u e s t r a c a u s a r e g i o n a l .
b ) F a v o r e c e r , m o r a l y m a t e r i a l m e n t e , a los socios e hijos
d e e s t o s , e n p a r t i c u l a r y, e n g e n e r a l , a t o d o s los a r a g o n e s e s ,
sin d i s t i n c i ó n d e i d e a s ; facilitar a los a s o c i a d o s los e l e m e n t o s
n e c e s a r i o s p a r a p e r f e c c i o n a r s e e n los c o n o c i m i e n t o s q u e p o s e -
an; f o m e n t a r el e s p í r i t u d e s o l i d a r i d a d e n t r e a r g e n t i n o s y e s -
p a ñ o l e s , e s p e c i a l m e n t e a r a g o n e s e s , m e d i a n t e r e u n i o n e s , en
sus i n s t a l a c i o n e s sociales.
c) P r o t e g e r al i n m i g r a n t e a r a g o n é s y a sus f a m i l i a r e s ,
o r i e n t á n d o l e s a su l l e g a d a a la A r g e n t i n a .
d ) F a c i l i t a r g r a t u i t a m e n t e a los a r a g o n e s e s y a sus allega-
d o s q u e lo soliciten, t o d a clase d e n o t i c i a s , r e f e r e n c i a s , etc.,
p a r a su m e j o r o r i e n t a c i ó n , c o m o a s i m i s m o la t r a m i t a c i ó n d e
d o c u m e n t o s , p a s a j e s , p a p e l e s , etc., e t c .
I d e o l ó g i c a m e n t e c o n s e r v a d o r y c a u t e l o s o , el g r u p o a d -
v i e r t e q u e " n o se p e r m i t i r á n fiestas, r e u n i o n e s , c o n f e r e n c i a s n i
d i s c u s i o n e s q u e a t e n t e n c o n t r a la m o r a l , la r e l i g i ó n y las b u e -
n a s c o s t u m b r e s ; c o m o t a m p o c o q u e l a s t i m e n e n los s e n t i m i e n -
t o s p a t r i o s o n a c i o n a l e s d e c u a l q u i e r a d e las d e m á s socios; ni
las e x p r e s i o n e s q u e e s t é n e n p u g n a c o n los fines y el c a r á c t e r
del C í r c u l o , q u e d a n d o t e r m i n a n t e m e n t e p r o h i b i d a s , en el
local social, las d i s c u s i o n e s s o b r e t e m a s p o l í t i c o s y / o r e l i g i o -
sos. N o se h a l l a c o m p r e n d i d a en e s t a ú l t i m a p r o h i b i c i ó n la a d -
hesión y/o celebración de actos de culto católico, con motivo
d e f e s t i v i d a d e s t r a d i c i o n a l e s e n la A r g e n t i n a y E s p a ñ a " . T a m -
b i é n se a ñ a d e q u e n o h a y l i m i t a c i ó n d e n ú m e r o d e socios y
que estos pueden ser de ambos sexos.
En 1923, bajo la presidencia de Fernando Castillo, serán
ratificados los Estatutos y refrendados por el presidente de la
República, Marcelo T. de Alvear.

2.3. Aragoneses viajeros en Buenos Aires:


hacer la América

Bien fuera para lograr un capital en relativamente poco tiempo


y regresar, bien para establecerse en el Nuevo mundo, muchos artis-
tas viajaron a América, en especial a partir de las últimas décadas
del siglo XIX y primeras del XX, cuando ello era ya fácil y cómodo
por los modernos buques de vapor. Tomamos de un interesante estu-
dio de Ana María Fernández García, situación y noticia sobre los ar-
tistas europeos que acuden a la Argentina: "Franceses, italianos y es-
pañoles fueron en definitiva quienes suplieron al principio la escasez
de arte argentino para hacer frente a necesidades suntuarias requeri-
das por una sociedad en ascenso, asentando las bases para la crea-
ción de una auténtica escuela nacional de caracteres originales. Ar-
gentina, y especialmente su capital Buenos Aires, fue para los
artistas españoles una referencia obligada tanto desde el punto de
vista del trasvase comercial hacia ese país iberoamericano, como
desde el propio traslado vital hacia aquellas tierras".

Entre los artistas españoles en Buenos Aires se encuentran al-


gunos aragoneses. Por ejemplo, Fidencio Alabes (Zaragoza, 1863)
quien, tras una primera estancia en Uruguay entre los siete y los
quince años, estudia en Madrid en la Real Academia de San Fernan-
do. Flacia 1884 regresa a Montevideo, donde es reconocido como
pintor de bodegones y retratos, pero también de pintura social ("Las
dos huérfanas", "Inmigrantes", "En la fábrica"), pero se traslada dos
años después a Buenos Aires, donde pasa el resto de su vida. Profe-
sor de dibujo y pintura, será retratista de la burguesía porteña y
altos cargos políticos: Juárez Celman, Máximo Paz, el General
Roca, así como evocaciones históricas (el Virrey Gabriel de Aviles,
Francisco Miranda, el general Sucre, etc.).

De mucho más tarde es la etapa de Benito Gracia Beatobe


(Zaragoza, 1892), que llega en 1908 a Buenos Aires, donde se espe-
cializa en grabados y monocopias, que tienen un gran éxito en San-
tiago de Chile y en Sao Paulo (Brasil). Otro pintor zaragozano es
Luis Palao, que llega también a Argentina a fines del XIX, y muy
relacionado con la colonia aragonesa, realiza para ésta retratos y es-

I
La Sala W i t c o m b era la preferida de lo
cenas costumbristas. Autor de una efigie de Cánovas del Castillo pintores del Buenos Aires de comienzc
para el Club Español, decorador del pabellón aragonés de las fiestas del siglo XX.
de 1897, presentó allí una serie de paneles que evocaban la Zaragoza
de la Guerra de la Independencia. Uno de los principales lugares
de encuentro y exposición era, en la ciudad porteña, el legendario
Salón Artal de la galería Witcomb.
El teatro argentino representaba con frecuencia obras de auto-
res españoles, entre ellos la compañia de Mariano Galé puso en es-
cena en 1891 "El baile de la condesa", de Eusebio Blasco.
Y lo mismo ocurre con la música. Por ejemplo, sin habernos
apenas metido en ese ancho mundo artístico, sabemos que recorre
Argentina y otros países el muy joven pianista Emilio Acevedo
Muro (Zaragoza, 1880), siendo sus recitales, "auténticas jornadas
triunfales que interrumpió tristemente una lesión en la mano iz-
quierda, sufrida en 1897", dedicándose entonces a la dirección de or-
questa. Pero en 1905 sabemos que vuelve a dar "unos recitales de
piano en Buenos Aires, que reverdecieron los laureles de las anterio-
J
res jornadas " . 46

I Raquel Mellen
No podemos considerar propiamente emigración, lo era física y
laboralmente aunque fuese efímera, los viajes de algunos artistas de
élite, entre los que destacan desde 1920 las visitas en triunfo de la
canzonetista turiasonense Raquel Meller, ese año en el Empire The-
atre de Buenos Aires, como un gran acontecimiento, y luego hasta
1937-1938, en que se despide de los porteños con actuaciones en el
Maravillas, el Metropolitan, etc.
Miguel Fleta actuó en toda América española: en Argentina,
desde su primera tournée en 1922 (una de sus más espectaculares
giras) hubo otras muchas en el Colón de Buenos Aires, el Rivera In-
darte de Córdoba, el Colón y el de la Opera de Rosario; en el Urqui-
z a y el Solís de Montevideo; en Chile, en el Municipal de Santiago y
el Victoria de Valparaíso; en Río y en Sao Paulo; en el Payert de La
Habana; en el Esperanza Iris de México; y en Panamá, Puerto Rico,
Venezuela... Y en Estados Unidos, en el Metropolitan de Nueva
York y el Philarmonic Auditórium.
Y no todo eran artistas, especialmente del espectáculo. También
acudían profesores, escritores, intelectuales. De entre los primeros,
recordamos la estancia en Córdoba (Argentina) de Felipe Jiménez
de Asúa, antiguo ayudante de Pió del Río Hortega y a la sazón cate-
| Aliffuel Fleta. drático de Anatomía Patológica de la Universidad de Zaragoza, invi-

44. F e r n á n d e z García, A n a M a r í a (1997), pp. 53, 215-216, 241-242, 251-252.


45. Arturo Berenguer Carisomo (1953), p. 59.
46. F. Castán Palomar (1934), pp. 17-18.
47. A.C. Sáiz Valdivielso, Ficta, memoria de una voz, M a d r i d , Albia, 1986, p p .
330-331.
Vivir en America: residencia, añoranza e idenl

tado a desarrollar en el otoño de 1926 un curso de técnica hematoló-


gica y de histología de los órganos hemapoiéticos. El Diario Español
de Buenos Aires saluda entusiasmado su figura y obra, considerada
de tan excepcional importancia que hace de Asúa "acaso, el especia-
lista más acabado y completo de su línea en España". Asúa pronun-
ció dos senes de conferencias, desarrolló un curso práctico en el
Hospital de Niños y aún dedicó diez días a dar cinco conferencias en
Buenos Aires, invitado por la Institución Cultural Española, que di-
rigía el médico aragonés Federico Iribarren. Un año más tarde es in-
vitado de nuevo a viajar a la Argentina, ahora por el Departamento
Nacional de Higiene para organizar y dirigir la Sección de Anatomía
Patológica en el Instituto Bacteriológico de Buenos Aires, donde re-
alizó diversas experiencias que comunicó a la Sociedad Argentina de
Biología.
En 1927 viaja a Buenos Aires el Rector de la Universidad de
Barcelona, el aragonés Andrés Martínez Vargas, invitado junto con
el Dr. Jaime Ferrán y su colega Luis Sayé, a asistir el Primer Con-
| Felipe J i m é n e z de Asúa.
greso Panamericano de la Tuberculosis. En su intervención señala
que "la expectación del mundo es grande en este momento; un cla-
moreo universal proclama que los extraordinarios dispendios reali-
zados por los gobiernos de todas las naciones no han proporcionado
el resultado que cabía esperar.. Son muchos los sabios europeos que
se expresan con pesimismo de la eficacia de la lucha antituberculosa
actual... Ha llegado la hora de preguntarnos si, en lugar de seguir
combatiendo al bacilo, que es el principal adversario, no sería prefe-
rible fortificar la plaza humana para hacerla inexpugnable por
medio de la inmunización de la vacuna".

2.4. El Círculo de Aragón


en los años veinte y treinta 5 0
El Círculo de Aragón, ubicado en la calle Tacuarí 253, está pre-
sidido en los años veinte por el entusiasta escritor Bartolomé More-
ra (Alcolea de Cinca, 1864), con Domingo Claudio como secretario.
Es el primero uno de los personajes más atractivos de la ancha colo-
nia aragonesa. J u a n Carlos Ara Torralba que ha estudiado su etapa
anterior a la emigración americana y sus tribulaciones periodísticas

48. Amplia información y extensa reseña de sus trabajos en los Analed de la Insti-
tución Cultural Española, tomo tercero, 1926-1930, primera parte, Buenos Aires,
1952, pp. 316-348 y 404-408.
49. Anales de la Institución Cultural Española, Ibidem., pp. 608-609.
50. Tanto este capítulo como el siguiente están tomados con escasas variaciones
del dedicado a la emigración en el II tomo de mi obra: Gente de Orden (1997).
y políticas explica que, cuando pensó expatriarse, "se decidió por
Buenos Aires, ciudad próspera con presencia notable de emigrados
oscenses, en la que no olvidó sus raíces. Muy al contrario. Alorera
desarrolló en la ciudad porteña una labor de aragonesismo pertinaz
y muy loable, por la cual ayudó a constituir el "Círculo de Aragón"...
y en 1920 a refundar la revista oficial del Círculo "Aragón", de la que
fue director hasta su muerte, cercano el final de la década de los
treinta". También escribía en El Diario Español de Buenos Aires.
"Bernabé Morera fue obsequiado con el título de "Socio de Honor"
del Círculo el 21 de septiembre de 1929, y el 7 de noviembre de 1931
se le tributó un cariñoso homenaje".
El Círculo cuenta con locales amplios, salón de fiestas anchuro-
so y decorado con lujo; biblioteca nutrida de volúmenes; medio mi-
llar de socios. Victorino Olivan atiende el Bar y confitería del "Cír-
culo de Aragón", con "Servicios para lunch. Especialidad en
éandwiché surtidos. Precios moderados". Dispone de un Cuerpo Mé-

I B e r n a b é Morera, en 1928. {Aragón,


año X, núm. 79, octubre, 1928)'.
dico, con asistencia en Consultorio, y de un Consultorio Jurídico en
la Avenida de Mayo con Rivadavia, gratuito para los socios, dirigido
por Valentín Méndez Calzada, que se encarga en España y la Ar-
gentina de todo asunto judicial y comercial, Informes, Expedientes,
Quintas, Consulado y cuantos asuntos sean de su competencia. El
club de fútbol "Círculo de Aragón" cuenta con "dos teanu áefoot-ball
que servirán, además del desarrollo personal, para defensa de los co-
lores de nuestro Círculo".
En la primera quincena de Octubre, el Círculo se asocia estatu-
tariamente a la tradicional costumbre de celebrar fiestas en honor de
la Virgen del Pilar y del Día de la Raza, celebrando una grandiosa
velada con los certámenes de jotas y otros festejos. También se cele-
bra el 9 de julio la fecha patriótica argentina. Siempre, "como broche
dorado y artístico, la Gran Fiesta de la Jota, esa manifestación ro-
tunda de baturnsmo, con explosiones del cordaje sonoro de bandu-
rrias y guitarras, tempestad de notas musicales, compases de jota,
ecos del alma aragonesa".
Hay buen humor, especialmente en las representaciones teatra-
les, de las que van dos muestras: la celebrada el 24 de mayo de 1927,
en que el Cuadro Social que dirigen los Raggio y Lorenzo pone en
escena "el desopilante juguete cómico, en dos actos de Don Antonio
Fernández Lepita, titulado: El Drama de la Botica". Como siempre,
también el teatro se cierra con Gran Fiesta de la Jota, en la que

51. J u a n Carlos Ara Torralba (1999) " H u e s c a por fuera o la lira festiva de Ber-
nabé ¡Vlorera Pablo, alias Alfredo Gómez Pérez en la H u e s c a de la Restauración" en A
escala. Letrcu odcerwej (jigloé XIX y XX). Zaragoza, Rolde, pp. 87-92.
Vivir en America: residencia, añoranza e. ¡dentu

toman parte la Rondalla del Círculo, el cantautor Santiago Escuel y


la pareja de baile Flor de España-Navarro.
En otra ocasión, se celebra que "Isidoro Humeres imitó muy
bien a los hijos del Tío Sam. ¡Un baturro bailando el "Charleston"!
...¡Si lo saben en Belchite!". Otro suceso notable fue la representa-
ción de la Rondalla dirigida por el maestro señor Cote: "El Círculo
de Aragón ha reorganizado este servicio social con propósitos de lle-
gar a tener un buen contingente de músicos, cantadores y bailado-
res, con objeto de dar todo el brillo posible a la Fiesta de la Jota, nú-
mero indispensable en toda reunión de aragoneses recordando a las
rondallas populares de Aragón. Diavolim".
A pesar de su moderación, no falta algún conflicto. Por ejemplo
el suscitado por un agrio comentario de la revista "El Pilar" de Zara-
goza, que critica duramente se haya dado en el Círculo una confe-
rencia del mejicano Trejo y Lerdo, bajo la presidencia del diputado
Dickman y ante unas 500 personas —"entre los cuales había un
grupo de comunistas y otro de socialistas"— haciendo propaganda de
las doctrinas anticlericales imperantes en México. Responde la re-
vista al "exabrupto" explicando que "nuestro Círculo jamás se ha in-
miscuido en asuntos políticos ni religiosos, por prohibición termi-
nante de nuestros estatutos y que, si en sus salones se han realizado
fiestas y conferencias de toda índole, es debido a que alquilamos di-
chas dependencias a cualquier sociedad o particular que lo solicite,
sin distinción de clases ni de ideas".'
En fin, a pesar del entusiasmo y esfuerzo de sus impulsores, del
que tenemos, vamos a verlo, una excelente prueba en la revista, no
tiene el Círculo la fuerza que cree merecer y necesita. De ahí que
surja un grito de convocatoria, que quizá el autor no ignora a quién
remeda: "Baturros de las tres provincias aragonesas, Unios. Nos re-
ferimos a los aragoneses residentes en Buenos Aires. Somos nume-
rosa legión, miles de baturros de todas las clases sociales forman la
familia aragonesa diseminada por los barrios centrales y suburbanos
de esta gran urbe sudamericana. En tanto, el Círculo de Aragón
cuenta solo una agrupación de 500 a 600 asociados, número exiguo
que no puede representar en este país la región aragonesa con el
brillo y esplendor que lo haría, si la mayor parte de los hijos de Ara-
gón que viven en esta capital federal, se inscribieran como socios ac-
tivos, formando así una importantísima institución cultural, artísti-
ca, social".

52. Aragón, n° 58, octubre de 1926, p. 67.


ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

2.5. L a Revista Aragón55

En los años veinte, desaparecida una anterior revista La Voz de


Aragón, sólo existe en Buenos aires Aragón, cuyo primer número apa-
reció el 12 de octubre de 1913. Si bien "las evoluciones sociales,
cambios de Juntas Directivas, y otros pormenores referentes a la co-
lectividad aragonesa, han motiv¿ido suspensos, demoras y alternati-
vas de corta o de larga duración, reapareciendo de nuevo a la pales-
tra", en los años veinte y treinta la revista, bajo la dirección de
Bartolomé Morera como ya hemos adelantado, vive una vida de dis-
creta pero muy entusiasta continuidad y eficacia en la difusión del
mensaje cultural e identitario aragonesista.

| Revista "Aragón", de los emigrantes aragoneses en Buenos Aires.

53. Revuta Aragón. Ó r g a n o oficial del "Círculo de Aragón", Buenos Aires. (Resu-
men de u n a cata en los años 1925-1930).
Vivir en América: rejidencui, añoranza c wentu

Por sus páginas podemos ir siguiendo acontecimientos más o


menos sonados de la vida de la colectividad aragonesa y afines: que
en los años veinte visita el Círculo de Aragón, "en calidad de batu-
rro" el conocido catedrático de Medicina Andrés Martínez Vargas,
que se enorgullece de ser de Barbastro; que se rinden homenajes a
Jacinto Benavente, al crítico de arte Andrés Ovejero, a los artistas
líricos Miguel Fleta, Redondo del Castillo, Elvira de Hidalgo, Fran-
cisco Margalejo; que los poetas Villaespesa, Teodoro Palacios, V. Se-
rrano Clavero, Alejandro Martínez Lujan, ocuparon la tribuna ora-
toria en sus salones.
Aparecen artículos (que con frecuencia no son exclusivos, sino
reproducidos), de personalidades como Rocasolano, el Deán de
J a c a Sangorrín, Basilio Paraíso; escritores del nervio de Benjamín
Jarnés, José Luis Galbe, R. Del Arco, "Almogávar", J . Moneva,
José García Mercadal, Silvio Koddti, T. Royo Barandarián, Darío
Pérez, Ángel Samblancat... Luis López Allué, encabeza a la. plana
mayor del baturrismo: Sixto Celorno, R. López Montenegro, Luis
de Taput, J u a n J . Bañólas, Melitón González (Parellada), MePisto,
Alberto Casañal y García-Arista. Y entre los ubicados en Buenos
Aires, suelen escribir Rafael Calzada, Regina Claver, Elvira M. de
Chueca, María Cabana, B. Suarez, Antonio Baso, Leopoldo V. Gas-
cón, Bernabé Morera (l)iavolini), etc.
Los inspiradores de Aragón saben muy bien que una de las bases
para aglutinar a sus paisanos es la rica Historia común. De ahí que
abunden artículos sobre el Nacimiento y fin del Reino de Aragón,
"Los Reyes de Aragón" (B. Morera); "El Castillo de Daroca" (Mar-
ciano Zurita); Aliguel Servet, los Argensola, Baltas¿ir Gracián
(Américo de Castro) y se elogia la edición del libro "Baltasar Gra-
cián, escritor ¿tragones del siglo XVIII", comentando: "Entre noso-
tros, Gracián tiene pocos devotos". También, "Un aragonés, renova-
dor del buen gusto literario" —Luzán— (Ricardo del Arco); "San José
de C¿ilasanz, pedagogo ilustre"(Serafín Sorolla). Félix de Azara
(Bernabé Morera); y se reseña y reproduce la conferencia del minis-
tro de Justicia e Instrucción Pública de Argentina, Antonio Sagar-
na, en Montevideo sobre Félix de Azara, que recoge la revista. O
la mítica guerra del XIX: "Aragón dio su Tributo de Sangre en la In-
dependencia Española" (Bernabé Morera); "Goya en la Guerra de
la Independencia" (Julián de la Cal); "Jovellanos y Goya" (Miguel
Adellac).
Los más contemporáneos son igualmente atendidos, tanto los ya
desaparecidos (Concurso para el monumento a Costa (octubre de
1928); "La Voz de don Joaquín Costa"; "El humorismo del León de

54. Aragón, 72, dic. 1927, pp. 1-6.


Graus", por Darío Pérez; o los también proceres Ensebio Blasco,
Marcos Zapata, Joaquín Dicenta, Pardo Sastrón y Concepción Gi-
meno de Flaquer), como los aún vivos: Pradilla, Ramón y Cajal, de
quien escribe también José M a Salaverría ("Cajal y el heroísmo")
que a veces toman el epígrafe de "Aragoneses que triunfan": el púgil
Santos Mur, el escultor José María Lorda, Pablo Luna, joteros y to-
reros aragoneses, y "dos celebridades que por donde quiera que van
vuelven locas a las gentes: Villalta y Fleta". De este último se recoge
la noticia de la boda del gran Tenor aragonés y la de su próxima lle-
gada a Buenos Aires, donde triunfa en el Colón. A bordo del "Giulio
Cesare" acude el presidente del Círculo de Aragón y algunos miem-
bros de la J u n t a Directiva "para llevar en representación de los ara-
goneses un artístico ramillete de flores para la hermosa salmantina y
un saludo afectuosísimo para el baturrazo Fleta".
También se reivindican figuras como la del Maestro Enrique
I "A la hazaña del Plus Ultra",
del escultor José M. Lorda, Fernández Arbós ("Este insigne aragonés, nació en Huesca, no en
Madrid como consignan algunas biografías, el día de Nochebuena
del año 1863", escribe R. Martínez Armisén) o la del artista Miguel
Viladrich, que aunque hijo de Cataluña, "sus cuadros llevan luz ara-
gonesa, la luz del sol que alumbra las orillas del Cinca habiendo pin-
tado sus cuadros el autor en las alturas de un castillo antiguo, ubica-
do en las murallas de Fraga". Además, la esposa de Viladrich, Ana
Morera y Smidth, es sobrina carnal del director de "Aragón", Bernabé
Morera. También se escribe sobre el dibujante Rojas, autor de alguna
portada; el escritor, aguafuertista y pintor B. Gracia Beatobe, etc.
No faltan en la revista todos los registros del baturrismo, desde
el tratamiento intencionadamente serio ("El Ebro", por R. de Maez-
tu, "El Pilar" por Ortega Munilla, "Zaragoza" por Sinesio Delgado;
"La Jota", por Julio Cejador; "La canción madre" de Manuel Banzo
Echenique; "La Ronda Baturra" de R. López Montenegro; "El ca-
rácter aragonés", por B.Morera; "La mujer aragonesa," por Federico
Andrés, o la nota sobre "Santiago Lapuente, el patriarca de la Jota")
a los tópicos, sean propios (el cuento "Secarrones y Aguachirles" de
Bernabé Morera) o de la añorada tierra (se reproducen el cuento
baturro "El Clavo", de Eusebio Blasco, fragmentos de "Frutas de
Aragón" de García-Arista, Jotas de Mefisto y un artículo de éste
sobre "La Jota, la Raquel y un acto de "La Dolores").
Ni expresiones como: "¡Así son los baturros! Trabajan la tierra,
la fecundan cantando coplas, se desviven por su heredad, su casa y
| José Alaría Lorda,

55. A quien se recuerda porque "el 25 de mayo de 1912, el Centro Aragonés, ce-
lebró en los salones de la Casa Suiza una extraordinaria velada en honor de la señora
Flaquer a la cual asistió, recibiendo los homenajes de cariño de nuestros paisanos", es-
cribe A. Alvarez de Estrada.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidi

su hogar". Tampoco la habitual jota: "A la Virgen del Pilar: "Admira-


ble virgencica/ yo te dejé en el Pilar/ y abandoné la tierrica,/ todo
cuanto significa/ lo que un hombre puede amar" (Bernabé Morera)
o un paso más en el regionalismo, cuando se publica que "La idea de
Región es superior a la idea de Patria. Aragoneses éramos antes del
descubrimiento de América y aragoneses seguimos llamándonos des-
pués de perdidas las colonias. La idea de Patria está sujeta a los
cambios que modifican el impeno de las naciones".
"Noticias de nuestra tierra" aborda desde temas a veces muy
locales o personalizados, a los grandes hechos socioeconómicos
y culturales del momento: el sistema hidrográfico del Ebro (M.
Martín Fernández); la inauguración del Túnel Internacional de
Canfranc. La coronación de un esfuerzo; "Jaca, ciudad universita-
ria" (Felipe Aragüés)... Ante el Centenario de Goya, se anuncia que
dará 20 conferencias en Buenos Aires el catedrático de la Universi-
dad Central Andrés Ovejero, se dedican muchos artículos en varios
números, etc., como veremos al hablar de esta efemérides. También
se reproducen buenas y abundantes fotos de vistas aragonesas y ar-
tículos sobre arte ("Los tapices de Zaragoza" de M. Abizanda y
Broto; "Riquezas arquitectónicas de Calatayud" de J . Blanco
Corís).
Aunque no abundan espacio ni firmas dedicados a la Literatura,
no faltan artículos de J u a n José Lorente ("En el Ara de la Pilanca.
La ofrenda del hijo"), Luis de Tapia ("Elogio del melocotón"), Darío
Pérez ("Plantación de los jalones") y hasta Ángel Samblancat
("Sobre el mantel inmaculado"). Firmas no aragonesas como la de
Ramón Pérez de Ayala ("La Raza española") o Roberto Castrovido
("La Dolores de carne y hueso", una valoración positiva de "La Hija
de la Dolores"); se anuncia La Novela de Viaje Aragonesa. ("Esta publi-
cación quincenal se edita en Zaragoza y ha sido fundada por el
señor Gil Losilla. Para Suscripciones en Secretaría, precio $2,50 por
año"), se hace eco de las muertes de Julio Cejador o Luis López
Allué "Juan de Tirso".
En fin, una faceta nada desdeñable es la de servir de nexo de
contacto entre los comerciantes aragoneses ubicados en Argentina y
sobre todo en Buenos Aires, y la amplia colonia de sus paisanos. Del
Arriba: Club Español, en la calle
interés que los primeros tienen, sin duda, en aparecer con anuncios Irigoyen de Buenos Aires.
en la revista da cuenta esta muestra: Alpargatería y Zapatería de Abajo: Sede de la Asociación Artística
Española, también en Bernardo Irigoyen.

56. "Notas Aragonesas, El Mercado en Zaragoza. Precio de algunos artículos".


57. "El pasado domingo tuvo lugar en Jarque de la Val el solemne acto de impo-
ner al benemérito maestro nacional de dicho pueblo don Nivardo Royo Marín el valio-
so recuerdo que el "Círculo de Aragón" de Buenos Aires le ha dedicado en premio a su
admirable labor cultural. Jarque de la Val, 26 de mayo de 1925.
Pedro San Clemente; Confitería Colón. Productos "Cequiel" para
personas de buen gusto, paladar fino y delicado. Guirlache de Zara-
goza. Corrientes y Cuyo; Hotel Aragón, de Alanuela Franco. Tacua-
rí 371; Casa Soteras. Vinos finos de mesa y postre. Escritorio y de-
pósito Monte Dinero y Flores; La Higiénica Zaragozana. Gran
empresa de limpieza en general, de Carlos López. Encerado de
pisos, lustraje de muebles y todo trabajo del ramo, ofrece a Vd. sus
servicios a precios módicos. Palermo. Santa Fe; La Zaragozana. Fá-
brica de artefactos eléctricos. Carlos Peribáñez. Lavalle y Retiro
1332; "Los Maños", Rivadavia y Libertad. Payueta & Cía. Rivada-
v i a y Libertad. U.T. 38 Mayo 1297; Marracó & Alastuey. Consigna-
tarios de Productos Forestales. Escritorio: Feo. Lacroza 2668. Bue-

I
Los I n b a r r e n , padre e hijos, eran
b u s c a d o s p o r emigrados y argentinos nos Aires. Unión Telef. 5929. Belgrano; "Minguillón Hermanos.
como excelentes oftalmólogos.
Abastecedores"...
Una faceta nada desdeñable, la de servir de nexo de contacto
entre los comerciantes aragoneses ubicados en Argentina y sobre
todo en Buenos Aires, y la amplia colonia de sus paisanos, permite
encontrar algún anuncio de Aragón, como este: "¡Aragoneses! Si
vais a España no dejéis de visitar el Café y Gran Casa de Viajeros de
Inocencio Marracó en Canfranc (Arañones)".

2.6. Aragoneses destacados en la Argentina


Bernabé Morera escribe sobre los aragoneses que viven en los
años veinte en Argentina. 0 Silbemos, por él o por la revista que diri-
ge, de algunos de los más distinguidos paisanos emigrados a la Ar-
gentina. No hay muchos nombres destacados, empero, pues la
mayor parte se han quedado en comerciantes, pequeños industriales,
agentes de seguros, banca, etc.
Uno de los más destacados aragoneses en Buenos Aires es el es-
cultor José María Lorda Guallart, discípulo durante siete años de
Mateo Inurria, muy apoyado por Bueno y Burriel, especialista en
hierro y cincelado, ex-profesor de dibujo y modelado en la Asocia-
ción de Actores Españoles y ex-secretario de la Sección de Escultu-
ra del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Llegado hacia 1920, en
1927 obtiene con "Alba" el primer premio del XVII Salón Municipal
de Belkis Artes de Buenos Aires. Es el autor del monumento con-
memorativo del vuelo del Plus Ultra (un ángel desnudo con las alas
levantadas), que se erige en 1928 en Buenos Aires, a iniciativa de La
Nación, como hemos mencionado más arriba.

58. FÁlibro, n" 93, junio de 1924.


59. Aragón, 70, Buenos Aires, octubre de 1927, p. 39.
V LVU CU 1 llltCl LLIL. I CO l Í'C IIL l í l , 11/LUI ÍLIIAXÍ- C U'CUtlUl

En 1927 muere el periodista, director teatral y escritor aragonés


Atanasio Melantuche, poco después de regresar a España. Su últi-
ma estancia había sido en Buenos Aires, donde el autor de obras tó-
picas aragonesas ("La vara del alcalde", "Ideicíis", "El olivar", "La
tajadera", "El día del ruido", etc.), aquejado ya de una grave enfer-
medad, no había logrado triunhrr, pero el Círculo de Aragón cedió
gratuitamente sus salones para un festival en su favor. Sí lo consi-
guió antes: "En Cuba y en Méjico actuó como director de compañías
teatrales con bastante éxito. En una de esas repúblicas se puso al
frente de los elementos dispersos de una compañía argentina en la
cual figuraba el actor Villanova. Con suerte varia recorrió varios
países de América".
Un caso infrecuente es el del "indiano" aragonés. Por ejemplo,
el emigrante zaragozano Francisco Andrés Olivan, que al morir en
Argentina en 1929, deja al Ayuntamiento de Zaragoza un legado de
400.000 pesos que deberán "destinarse a la construcción de escuelas
para niños y niñas, con desayuno y merienda para los escolares y el
establecimiento de un premio anual para mecánicos en la Escuela de
Los anuncios que iban apareciendo
Artes y Oficios. Este filántropo "indiano" —informa el Heraldo— que en "Aragón" reflejan la diversidad de
ya había donado a la Diputación la Torre Ramona, finca que le pro- ocupaciones de los aragoneses.
porciona muy saneadas rentas, era pariente del industrial zaragoza-
no Paulino Asensio. También por una necrológica sabemos de Ra-
fael Calzada, que muere el 4 de Noviembre de 1929. Abogado,
escritor, organizador de "Juegos Florales", político, periodista,
amigo y discípulo de Joaquín Costa, admirador de la Historia de
Aragón, y afectuosísimo con las corporaciones baturras, había dedi-
cado algunas páginas de su libro "Cincuenta años de América" al
"Círculo de Aragón" y a su revista.
En fin, a fines de los años veinte, viaja a la Argentina el conoci-
do ingeniero militar, industria] y político aragonesista Francisco
Bastos Ansart que había trabajado en Cuba entre 1897 y 1899,
luego en Zaragoza y Barcelona, y en Madrid como director de Taba-
calera, y crea en 1926, con un grupo de amigos, la sociedad Formio
Argentino. Es en esa época cuando realizó su célebre periplo que re-
lataría en su obra en dos tomos Viajes a nuestros antípodas dando la vuel-
ca al inundo.
Muy estimado en Buenos Aires fue el médico Federico Iriba-
rren Latre (Zuera, 1876-Buenos Aires, 1956), llegado a la Argenti-
na en 1904, seis años tras terminar la carrera. Jefe de Oftalmología
del Hospital Esptiñol de Buenos Aires (1910-1937), había realizado
;n 1914 un importante viaje de estudios a París, donde permaneció

60. Aragón, 68, Buenos Aires, agosto de 1927, p.22.


61. Heraldo de Aragón, 20-9-29. Ver también El Noticiero, 20-3-29.
un año, y otro, en 1926 a los Estados Unidos. Fue un respetado Pre-
sidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología, 1932-1934, y de
la Institución Cultural Española, entre 1926-1936, durante cuyo
mandato acudieron a su invitación figuras de la cultura como Ortega
y Gasset, Hugo Obermeier, Ángel Pittaluga, Ramiro y María de
Maeztu, Luis y Felipe Jiménez de Asúa, Esteban Terradas, Luis de
Olariaga, Pió del Río, etc.

2.7. Los años de la guerra y la posguerra


En Argentina, desde 1938 gobierna el liberal doctor Roberto
Ortíz, presidente con el apoyo conservador, pero inseguro ante un
creciente peso de un "minoritario pero creciente grupo militar que

1 1942. Dr. J u l i o Burillo, presidente


del Círculo.
creía que los militares debían representar un papel decisivo en la
vida política nacional. Este sentimiento estaba alimentado por el
desprecio que la realidad política del país inspiraba a los militares,
que comenzaron a sentirse la reserva moral del país, los únicos in-
contaminados". Tras el triunfo de Franco en España, Ortíz intentó
neutralizar a los militares nacionalistas y apoyarse en otros sectores
del Ejército. Pero esa presidencia zozobraría en su última etapa
por enfermedad grave del presidente, sustituido por el vicepresiden-
te Castillo, y tras la muerte de aquél en 1942 no tarda en producirse
un primer golpe militar de 4 de junio de 1943... que, tras las eleccio-
nes de 1946, contempla la asunción del poder por el coronel J u a n
Domingo Perón, posteriormente reelegido y, desde 1951 ya dictador,
nacionalizador de empresas y servicios públicos, del Banco Central
coordinador del resto del sistema, de los sindicatos, y promotor de
una política social de corte populista.

Es en aquel clima de notable tensión y agudización de los extre-


mos, en el que se recibían las noticias, primero, de la guerra españo-
la; luego, de su fin y el comienzo de la Dictadura del general Franco,
y la llegada de los exiliados que eligieron o pudieron optar por la
República Argentina; en fin, el continuo enfrentamiento de los parti-
darios de uno y otro bando tanto entre los propios argentinos como
la actitud, desconcertada ante esa situación y la ambigüedad de los
gobiernos, de los diversos grupos de españoles. Todavía en una
fecha tan tardía como 1957, escribe Arturo Berenguer: "la situación

I
Primer secretario de la Embajada
de España, J o s é Antonio de la colectividad española en nuestro país presenta, aproximada-
Giménez A r n a u . mente, el siguiente panorama: su corriente inmigratoria, ya con

62. D a t o s facilitados por los hijos y nietos, a través de J u a n a Aliaga de J i m é n e z


de Asúa, n u e r a de D o n Felipe.
63. A.C. Floría, C.A. Gracia Belsunce (1988) Ilutaría política ¿le la Argentina con-
temporánea, 1880-1985. M a d r i d , Alianza, p. 128.
Vivir en América: residencia, añoranza e idenh

merma sensible desde 1931, se paralizó casi de forma absoluta de


1936 a 1946; refluyó, sí, durante los años de la guerra civil, una masa
de población desplazada por erectos de la misma contienda, mas ya
veremos, en seguida, qué caracteres distintos a los de una inmigra-
ción regular y fecunda presentó aquel reflujo... la división interna de
la colonia fue, como era natural, muy dura y muy absoluta; aunque
algunas veces se empeñaron heroicamente en suturar la grieta e im-
pedir la catástrofe, éste o aquel sello colocado sobre entidades, hom-
bres, asociaciones, paralizó, no digamos en forma total, pero sí en
forma entorpecedoray violenta, toda acción eficaz y toda obra cons-
tructiva...
Curiosamente, y en cierto modo reforzando y "orientando" la
ideología sólo relativamente conservadora de la colonia aragonesa,
se da una curiosa coincidencia, que tendrá posteriormente secuen- I Cónsul General de España en la
Argentina, Alario de Piniés.
cia, dada la alta participación de aragoneses en el Cuerpo Diplomá-
tico. Y es que a comienzo de la década de 1940, son aragoneses tres
personas clave de la Embajada Española: el primer secretario, José
Antonio Giménez Arnau, el Cónsul General, Mario de Piniés, y el
Cónsul adjunto, Rafael Morales.
Predestinado a presidir el Círculo en los primeros y delicadísi-
mos años de la posguerra española, es una figura especialmente inte-
resante la de Julio Burillo y Auger (Zaragoza, 1879-Buenos Aires,
1969), de brillante carrera , a pesar de la cual, por razones que des-
conocemos, emigra a la Argentina, donde colabora en el Diario Espa-
ñol, Diario de Laínez, La Nación, La Razón, etc. Pronuncia muchas
conferencias históricas y desempeña varios cargos en la provincia de
Buenos Aires, jefe de turismo, y otros cargos. Funda, tras la procla-
mación de la República, la Agrupación Monárquica Española en la
Argentina, que preside; es también presidente honorario de la Her-
mandad Aragonesa de la Virgen del Pilar. Como abogado, tiene mu-
chos discípulos, y mantiene amistad personal con Alfonso XIII, con
quien está dos o tres semanas en Roma. En plena guerra había re-
gresado a España en julio de 1937, siendo muy bien recibido por sus
compañeros monárquicos. En 1941 publicaría en Buenos Aires el fo-
lleto Reinar deopuéd de morir, defendiendo al recién fallecido monarca,
aunque acusándole de perjurio y de impedir la libre acción de los | Cónsul adjunto Rafael Alorales.

64. Arturo Berenguer Cansomo (1953), p. 165.


65. Abogado a los 19 años, ejerce desde los 21 y es directivo del Colegio de Abo-
gados, vocal del Tribunal Contencioso Administrativo de la Audiencia, y Notario
Mayor del Tribunal Eclesiástico. Muy activo en los actos de 1908, como descendiente
directo de uno de los héores de los Sitios, se le concede la medalla de oro de Zaragoza
y la de los Sitios; ocupa diversos cargos, como concejal, diputado provincial... Secreta-
rio general en Aragón del Partido Conservador, amigo de Ossorio y Gallardo, Víctor
Pradera, Juan de la Cierva...
partidos democráticos. De nuevo regresó a España en 1954. Fue du-
rante muchos años presidente del Círculo, y con ocasión de la muer-
te de Adolfo López, uno de los directivos, evocaría a los también
desaparecidos paisanos Mainar, López, Morea, Marracó, Aguirre, la
madre de López Belsué, la señora de Ballestín, etc.
En cuanto a la vida asociativa, como ya queda dicho al hablar
de la guerra, durante esa década crucial los principales dirigentes de
la colonia se orientan hacia los vencedores de la guerra en España,
con quienes, sin embargo, apenas hay otros lazos que los meramente
folkóricos: "Hacia el año 1940 cabe a Raúl R. Igoa el honor de crear
el primer cuerpo juvenil de jota", tarea en la que le sucederán Hora-
cia Enríquez, Luis Reyes, Rodolfo Bertrán, Fernando Martín, Ana
de Pérez y Fernando Hermida. En cuanto a la rondalla, que acom-
pañó a aquél casi siempre, tuvo como directores más destacados a
los maestros Cote, Jesús Barreiroy Jesús Linares.
D u r a n t e muchos años se p r e o c u p a r o n
más los emigrantes de su tierra que al
Pero la politización y el sesgo hacia el régimen de Franco son
revés. Por ejemplo, regalaron en 1943 progresivos. En sesión ordinaria de la junta (que preside Burillo,
mapas de Aragón a diversas escuelas de con el vicepresidente Dionisio Torrijo, secretario, Antonio López
su país de origen.
Belsué, prosecretario, Carlos Royo Bes, tesorero, Santiago Este-
ban, protesorero, Cecilio Bueno y bibliotecario José María Villa-
campa), de 3 de julio de 1942, se acepta la invitación de la Asocia-
ción Patriótica Española, para que se adhieran al banquete
patriótico del 18 de julio con motivo de la fiesta nacional española.
Se acuerda asistir.

I Artistas y rondalla que tomaron parte en " R o n d a en un pueblo de Aragón",


en los años de la posguerra.

66. Extracto Sel Libro de Actao n" J, Jet Círculo de Aragón en Buenoo Aireo. 19-Í2- 5_?.
67. Martín Ariño (1993).
Vivir en América: residencia, añoranza e ident

A partir de ese momento hay algunos cambios sustanciales. Au-


menta el número de socios, de los que hay muchos apellidos ale-
manes entre los inscritos en cierto momento. Se siguen celebrando
las fiestas, tanto las de Teruel y Huesca como, sobre todo, el 12 de
octubre, pero dan ahora una impresión de actos de alta sociedad,
con Te Deum en la catedral, banquete, gran baile de gala en su sede
social, etc. Y es que "el Círculo se encuentra en excelentes relaciones
con la Embajada de España", se dice en la memoria de octubre de
1943, año en el que se nombra presidente de honor al cónsul gene-
ral, el ya citado aragonés Mario de Piniés y Bayona. I Cantando una salve ante la imagen de
Nuestra Señora la Virgen del Pilar.

Se mantienen la asesoría jurídica y consutorio médico con servi-


cios gratuitos para los socios, aunque en la memoria de febrero de
1943 se dice que los socios no han utilizado esos servicios ofrecidos.
Un cambio importante se produce en marzo de 1944, con un nuevo
presidente: Dionisio Torrijo, al que acompañan Joaquín Ballestín,
Francisco JYlonteagudo, Antonio López Belsué, Cecilio Bueno, An-
drés Marracó y Juan Zorrilla. De nuevo siguen aumentando los so-
cios: en la Memoria de 1944 se índica que ha habido 110 nuevos so-
cios y apenas 5 bajas; en la de 1945 se añade que ingresan 170
socios, y 70 más en la de 1946. Otra renovación de la junta, que
toma posesión en enero de 1945, cambia de nuevo el presidente, Jo-
aquín Ballestín y otros cargos: Ricardo Urbe, Miguel Lamota, An-
drés Marracó, Adolfo López, y Félix del Río.
I Fiesta en el Teatro Avenida.
10 de octubre de 1942.

2.8. Años de crisis


En esos años, el Círculo se traslada tres veces en poco tiempo.
A fines de octubre de 1942 acuerdan en asamblea extraordinaria a la
que asisten más de 30 socios, adquirir un inmueble, en la calle Pasco
560. Tras comprar un solar, al no dejarles edificar allí, lo venden y se
alojan primero en las calles Viamonte y Venezuela, y finalmente un
excelente edificio de propiedad en la calle Estados Unidos 1532, por
70.000 pesos. Invierten al arreglarla, 21.725 pesos en mejoras y en la
construcción del frontón el resto, hasta un total de 119.732. La
nueva sede social tiene salón para socios, salón de actos apto para el
desarrollo de actividades artísticas, secretaría, biblioteca, salones de
billar, ajedrez, dominó, recreos y cancha de pelota (están muy orgu- I Una fiesta en honor
de la Srta, Flsita Alarval.

68. Por ejemplo, se ¿igradece al socio Miguel Ger haber presentado a 100 nue-
vos socios
69. Será la misma hasta enero de 1947, en que sigue como presidente, Joaquín
Ballestín; vicepresidente José Clemente; secretario, Pascual Sanz; Prosecretario, Juan
Pereira; tesorero, Ángel Alastuey; protesorero, Alfredo Nocito; bibliotecario, Félix del
Río.
158 ELOY FERNANDEZ CLEMENTE

liosos con su e q u i p o de pelota). Y, según la M e m o r i a de 1943 h a y u n


a u m e n t o de 80 socios.

P e r o t a m a ñ o éxito, de t e n e r edificio p r o p i o y en esas condicio-


nes, despierta la codicia de u n sindicato. Son los d u r o s años del p e -
ronismo. Y h a y q u e vendérselo, ante fortísimas presiones. E s cierto
q u e !se j u g a b a a juegos p r o h i b i d o s ! , y p o r eso se p u d o p r e s i o n a r
c l a u s u r a n d o el Círculo. Y h u b o q u e vender, p o r q u e h a b í a urgencia
política, en u n a v e n t a q u e fue legal y n o se p u d o recurrir. Se q u e d a -
r o n con t o d o el mobiliario, copas, archivo, biblioteca, etc. Se lo
q u e d ó como su sede el sindicato de los trabajadores d e la alimenta-
ción (los'gastronómicos"), que y a habían barajado t e n e r allí su sede,
a raíz d e u n a r e u n i ó n c e l e b r a d a en esa dirección, a la q u e asistiera
Eva Perón.

La vida asociativa peligra. L a sede social se e n c u e n t r a ocupa-


d a p o r el Sindicato de Alimentación, cuya ubicación fue c o n v e n i d a
p o r el a d m i n i s t r a d o r judicial d e s i g n a d o en el juicio sobre vacancia
d e bienes. A p r u e b a n los aragoneses r e c l a m a r sus bienes sociales.
P e r o todos los libros d e contabilidad y d o c u m e n t o s se hallan en
p o d e r de la justicia. Se r e ú n e n entonces en "el local provisorio, calle
general Urquijo n ú m e r o 85", y de allí a D e á n F u n e s . D i c e el presi-
dente, en ejercicio J o s é Pérez Clemente q u e "con motivo del d e c r e t o
9.253 del s u p e r i o r g o b i e r n o de la nación de 19 de abril de 1949 y
q u e apareció en el B . O . el 29 de abril de 1949 y que dice textual-
mente: "déjase sin efecto d e c r e t o n° 24.738/47 y mantiénese en t o d o
su vigor el de fecha 2 3 de abril de 1923 p o r el q u e le fue c o n c e d i d a a
la Asociación Círculo de A r a g ó n ser restituido al Círculo de A r a g ó n
la p e r s o n e r í a j u r í d i c a q u e se le h a b í a r e t i r a d o p o r d e c r e t o
24.738/47".

D o n d e no h a y harina, t o d o es m o h í n a . A d e m á s de las dificulta-


d e s exteriores, s u r g e n las disidencias. E n la J u n t a d e 25 d e junio d e
1949 informa el p r e s i d e n t e q u e dos días antes acudió a u n a reunión
celebrada en la sede de la Asociación Patriótica E s p a ñ o l a a invita-
ción de u n g r u p o de socios del Círculo q u e se h a b í a n constituido en
comisión especial p a r a informar de gestiones realizadas p a r a r e c u p e -
r a r personalidad jurídica; presidía la r e u n i ó n A n d r é s M a r r a c ó , y
Dionisio Torrijo formuló u n voto de r e p u d i o a la comisión directiva,
lo q u e llevó a la elección de u n a n u e v a directiva, pese a la p r o t e s t a
de varios socios como J u l i o Burillo, Pascual Sanz y J o s é P é r e z Cle-
mente.

E n la siguiente j u n t a de 2 3 de julio el p r e s i d e n t e informa q u e los


disidentes e n c a b e z a d o s p o r A n d r é s M a r r a c ó n o quisieron recibirlo.

70. No hay actas entre noviembre de 1947y mayo de 1949.


Vivir en America: residencia, añoranza e identu

También que el 21 del mismo mes recuperó el Círculo todos sus


bienes incluida la casa de calle Estados Unidos. Se convoca una
asamblea de socios para explicar lo ocurrido en el año 1947 y reno-
var cargos. Pero siguen los problemas: el 13 de agosto se informa
que no pudo celebrarse la asamblea porque la inspección de justicia
decretó la intervención de la sociedad nombrándose como interven-
tor de la misma al Sr. Ortiz de Rosas con motivo de la actitud asumi-
da por los socios dirigidos por el Sr. Marracó. La asamblea convoca-
da por éste decidió la venta de la sede social, lo que es repudiado por
la otra facción. La comisión directiva celebra su última reunión ya
que ha sido disuelta por la intervención y se espera que una nueva
asamblea elija una nueva comisión.Los miembros de esta última han
dirigido un manifiesto a los socios en los que se proclamaba la repre-
sentación auténtica del círculo. En esos años oscuros se recuerdan
presidentes como Andrés Millán, Agustín Claver, Nicolás Marín y
Joaquín Vallespín.

2.9. Años de reconstrucción. La oleada de los años 1950


El gran reconstructor sería Emelecio García Arcos , excelente
persona, recordada con afecto por unos y otros como "de tendencia
republicana, pero prudente". Presidente durante casi treinta años,
estableció una nueva sede en 1952. Se impone el apaciguamiento,
que equivale a regresar de nuevo al apohticismo. En 1951 comienza
una nueva etapa del boletín revista "Aragón", además de intevenir al-
gunos socios en los últimos años dos veces por semana en Radio
Splendid. Se trata de recuperar la moral de otros tiempos mejores,
ahora a caballo de la nueva ola migratoria. Porque "entre los años
1947 al 1955 se produce el último periodo de inmigración, tiempo en
que llegan numerosos aragoneses que se reúnen en el Círculo de
Aragón, engrandeciéndolo".

Una prueba de la oleada de inmigración aragonesa en los


años finales de los cuarenta y primeros cincuenta está en el

I
análisis de la fecha de procedencia (cuarenta años antes) de la Una revista efímera, con la imagen de
un presidente de largo y eficaz
Junta del Círculo de Aragón ejerciente en 1993: el presidente,
ejercicio.

71. García Arcos "en sociedad con el señor Brancos instaló un taller mecánico
de automóviles y fabricación de piezas de repuestos...que luego ampliaría en la espe-
cúvlidad de rectificación de motores... Su filantropía le llevó a donar al Círculo de Ara-
gón la obra de remodelación de la vieja casona. Fue condecorado por el Rey de Espa-
ña, Juan Carlos de Borbón, con la Orden del Alérito Civil. Fue fundador y presidente
durante varios ejercicios de la Cooperativa de Seguros U.T.Al.A.". Martín Armo, Ri-
cardo F. (1993).
72. Martín Ariño (1993).
Eloy Roy Lapuerta, (Zaragoza 1928), llega en 1953. Había
trabajado en Loscertales, y tiene un taller de carpintería en
La Boca. El vicepresidente, Reinaldo González, de Miranda
de Ebro, hijo de aragonés, llega en 1952, matricero en la in-
dustria metalúrgica; había tenido, recordaría Alfonso Zapater,
un interesante "pasado aragonés futbolístico, figura indiscuti-
ble de los tiempos heroicos". El secretario, Francisco Subías
(Capella, 1937), va de niño a Francia con su familia (1939-
1948), a Venezuela (1948-1957) y finalmente a Argentina.
Trabaja de oficinista en la Warner Bros. El pro-secretario,
Miguel Ruiz Laborie, (Zaragoza, 1922), llega en 1950, había
trabajado en Bressel y trabaja por su cuenta en la industria
metalúrgica. El tesorero, J o s é Julián Bernal, de quien se
habla más adelante. El pro-tesorero, J o s é Maicas, (Zaragoza
1935), llega en 1950 a estudiar, con su madre viuda, antes han
venido sus tíos, y luego trabaja en un taller metalúrgico.
Otros, como Miguel Matute (Tarazona, 1906), sale en
1939 a Francia y llega a la Argentina en 1950, a trabajar en lo
que salga, albañil, pintor, etc. J o s é Biel (Sos del Rey Católico,
1927), llega en 1952 y trabaja como "gastronómico" (camare-
ro). J o s é Marín Vahos ( H e r r e r a de los Navarros, 1932), va a
Francia en 1938-1942, luego trabaja en Zaragoza en Loscerta-
les y llega a la Argentina en 1962, trabajando en carpintería y
luego en mantenimiento en unos Laboratorios. Francisco To-
rralba Otal (Sabiñánigo, 1920) llega en 1950, trabaja en in-
dustrias matriceras. Se conocía con Reinaldo, el vicepresiden-
te, con quien había jugado al fútbol de chicos, y con el
pro-secretario, Ruiz Laborie, habían ido juntos al colegio).
Francisco Sarasa (Gavín, 1920), llega en 1950. Sólo un joven
socio, miembro de la J u n t a en los noventa, Sergio Rodríguez
(Monzón, 1944), llega en 1980, y es conocido barítono.

Un panorama sobre la dedicación profesional de los más


activos aragonesistas de la colonia, lo obtenemos del mismo
interesante trabajo de Ricardo Martín Ariño, por el que sa-
bemos que se dedican a: alimentación: encurtidos (Hermanos
Minguillón); carnes y productos envasados (Manuel Asensio);
confitería (Arrufat Hermanos; "Confitería Colón distribuido-
ra de productos "Cequiel" y Guirlache de Zaragoza); tés y
cafés (Joaquín Ballestín); vinos (Escorihuela; Soteras); sector
textil: sedería ("El Águila", de Bayuela y Guillan); confección
(Lamota, que fue un tiempo presidente del Círculo; Cortés; J .

73. Martín Ariño (1993).


Pardo y Cía; M. Buerba y Cía.; "Oséense" de López Viñuales
y Cia.; "L'Ebro", de Joaquín Muro; Gregorio Vilella); boinas y
fajas ("Los Maños", de Payueta y Cia.); calzado (Pedro San-
clemente); relacionados con la construcción: construcción (Faus-
tino Berduque); carpintería (Eloy Roy y Carlos Alcaine); ta-
picería y decoración ("Lian" de Ángel Berenguer); herrería
artística (Francisco García Laborda), fundición ("Artesanías
Martín"); matricería (Antonio Nivela, Reinaldo González, Mi-
guel Ruiz); marroquinería (Justo Garín); compraventa de hie-
rros (Enrique Bernal); aparatos eléctricos y lámparas (fábrica
"La Zaragozana", de Carlos Peribáñez; Jesús Bernal; José J.
Bernal); artículos forestales (Marracó y Alastuey); forrajes,
carbón y leña (Ramón Sangüesa); fábrica de papel y cartón
("La Pilarica", de Felipe Burgasen); "La Higiénica Zaragoza-
na", de Carlos López; otros: mecánica de automóviles (Martín
Berenguer); fabricación de billares (el "Récord Argentino" de
Aragall y Calleja); representaciones (Víctor Barcelona); Hotel
Aragón, de Manuela Franco.

Son años de importantes relaciones culturales, y de visitas fa-


mosas; Mercedes Alfonso, Pednto Rico, Mariano Ibors, cantadores
de jota como Ricardo Escosa, Tomás Marcos, Pilar Blasco, Susana
Linares, Sergio Rodríguez, Pilar Trigo o Mariano Seral, que estuvo
en Buenos Aires en los años 1950, con enorme aceptación de sus
paisanos hacia sus jotas. Entre otros acontecimientos de la posgue-
rra, destaquemos que en 1940 llega el jurisconsulto Mariano
Gómez, que había sido catedrático en la Universidad de Zaragoza.
En 1948 visita Buenos Aires Pedro Laín Entralgo (quien regresará
de nuevo en 1964, a dar más conterencias). En 1958 canta Pilar Lo-
rengar en "La zapatera prodigiosa", obra de J . J . Castro sobre la de
García Lorca (y años después triunfaría repetidamente en Nueva
York y otras ciudades americanas).
Quizá por la fuerte influencia de las citadas visitas y el renacer
de un aragonesismo menos crítico, resurge, ya lo hemos adelantado,
el amor al folklore aragonés. Se llegará hacia el fin del siglo XX con
un meritorio conjunto de bailadores y una rondalla que aún evoca
los éxitos sucesivos, a lo largo del siglo pasado. En cuanto a la evolu-
ción política, es bien sabido que el general Perón fue derrocado en
1955, si bien la historia de Argentina quedó marcada, hasta nuestros
días, por el peronismo y el antiperonismo, la debilidad de los gobier-
nos civiles, la omnipresencia militar, con intervenciones dictatoriales,
la corrupción... I Sede actual del Círculo de Aragón
de Buenos Aires.

74. Datos tomados de Gerardo Alvarez (coord.) (1985).


El erudito e historiador Ricardo Martín , aragonés nacido en
Buenos Aires de padres de Zaragoza y Aliaga, que fue presidente
del Círculo al igual que su padre, editó a partir de 1971 y hasta 1975
"Elpregón de Aragón", unos 30 números, que se reanudan con especial
entusiasmo en los años 80 y 90, a cargo esta vez, sobre todo, de José
J . Bernal. Fue durante 24 años secretario y vicepresidente, y pre-
sidente un tiempo. La sucesión de los últimos presidentes, ya en la
sede de Fray Justo Santa María de Oro, el citado Ricardo Martín,
Eloy Roy, Manuel Asensio Maya (turolense de Alobras) y de nuevo
Roy, ha sido especialmente fructífera. Las celebraciones, en 1990,
del 75 aniversario del Círculo, y en 1992, del V Centenario del Des-
cubrimiento, han servido de estímulo para este animoso grupo. En
1993 inicia su presidencia Francisco Torralba Otal (nacido en Sa-
biñánigo, que alcanzó cierta popularidad en el fútbol ("Paquito") ju-
gando una célebre final entre el Arenas y el Levante; ese mismo año
visitó Zaragoza junto con Eloy Roy y ambos participaron con el
traje aragonés en la Ofrenda de Flores del día del Pilar, y de nuevo
viajó a Aragón en 1996, estableciendo nuevos lazos políticos y cultu-
rales.

I Ricardo M a r t í n Ariño, presidente


e historiador del Círculo.
Aunque no superan los 250 socios activos, militantes, qué duda
cabe que la colonia es mucho mayor, y que su irradiación social y
cultural es mucho más notable que la que se puede esperar de tan
exiguo número de socios. Había en 1993 unos 355 socios, de los que
efectivos 180. Podrían llegar a 500 o 700, pero es difícil. Sigue ha-
biendo rondalla, conjunto de baile y canto, etc. y una cierta "mala
conciencia" sobre las escasas actividades culturales. Hoy el Círculo,
que mantiene la posesión de un local en propiedad, cuenta con un
amplio Grupo folclórico, un grupo infantil y su rondalla viajó por
primera vez a Aragón durante el año 2000, exhibiendo sus bailes en
Jaca, Ejea, Zaragoza y Teruel.

Las Crónicas de un emigrante de Borja

Un testimonio muy singular sobre la evolución del Círculo de


Buenos Aires es el que nos trasladó José Julián Bernal Nubiala

75. Tuvimos la satisfacción de conocerle y escuchar, en u n a larga entrevista, sus

I
Eloy Roy Lapuerta, presidente
y m i e m b r o de la directiva por opiniones sobre el tema de sus varios estudios: los aragoneses en Buenos Aires y la Ar-
m u c h o s años. gentina. C u ñ a d o suyo, hijo de jacetana, es el citado Raúl Igoa C a m p o , c r e a d o r del
C u e r p o Coreográfico del Círculo. Ver también la entrevista de Alfonso Zapater, "Un
aragonés que no estuvo en Aragón", en Heraldo de Aragón, 20 de noviembre de 1990.
76. Sin más datos, habla Ricardo F. M a r t í n Ariño (1993) de la existencia de u n a
tercera publicación titulada La Voz de Aragón.
77. Ver artículo y entrevista de Alfonso Zapater, "Círculo de Aragón en Buenos
Aires", y "Presencia aragonesa en Buenos Aires", en Heraldo de Aragón, 15 de octubre
de 1993 y 2 de julio de 1996.
V LVLI CU /IIUCI LLU. I COLUtllCUL, tlllUI ÍUIXXI C LUCtU

(Borja, 1923), llegado a la Argentina en 1950, con su padre y herma-


nos, a causa de "la carestía y escasez". Tenedor de libros, antes tuvo
un negocio de iluminación comercial, y ya jubilado ha mantenido
siempre el máximo nivel de actividal, de lucidez intelectual y com-
promiso humano. Cofundador del "Pregón de Aragón" en 1971 y
continuador de su redacción durante lustros, encargado durante mu-
chos años de la vocalía de Prensa y Propaganda, ha relatado sus vi-
vencias migratorias y la recuperación del vínculo con Aragón en una
sene de crónicas personales, inéditas.
Rondalla y bailadores del Círculo
A comienzo de la década de 1990, constata en el Círculo, de una
parte, una reactivación que tiene que ver con los problemas econó-
I de Aragón.

micos en Argentina y con el entusiasmo que produce ver que en


Aragón las cosas están cambiando y se les atiende y escucha algo
más. Pero, de otra, la insuficiencia presupuestaria es agobiante: "los
gastos de impuestos se comen las entradas y el Club por sí solo llega
a fin de año con déficit ya hace tres años. Gracias a las ayudas eco-
nómicas que nos ha enviado la D.G.A. los dos últimos años hemos
mantenido el conjunto en lo que se refiere a instrumentos, trajes, al-
pargatas, etc.", así como el deficitario boletín mensual "El pregón de
Aragón", que busca "el contacto directo con nuestros asociados y se
envía a Diputaciones, Ayuntamientos, etc., de Aragón y entidades
hermanas en la Argentina". En cambio, fracasa el intento de poner
servicio de bar, cafetería y comidas, atendidos por concesionarios, o
de hacerlo más rentable con fiestas y espectáculos diversos, lo que
quizá no hubiera resultado, ya que "el asociado no es asiduo a venir
al Club todos los días", en una ciudad tan extensa y estando el Club
algo alejado del centro. Por ello se piensa también en una sede más
céntrica, pero los presupuestos son prohibitivos.

Cuando, en 1990, comienza a publicarse en Heraldo de Aragón el


suplemento "Casas de Aragón", se obtiene una subvención de la
DGA para enviarlo a la Argentina, pero por razones de coste llegan
todos juntos, 4 sacas con 120 kilos, y no a las casas particulares, con
lo que la difusión es muy escasa. Los aragoneses se informan de lo
que ocurre en otras Casas, y anotan, en el Informe de 1991 al Justi-
cia: varias (Canarias, León, Cantabria, Andalucía...) reciben sub-
vención anual de unos 40.000 dólares; la cifra alcanza a los 100.000
en el grupo valenciano "El Turia"y en el Centro Español. Aparte, se
pagan periódicamente viajes a España de personas de la tercera

78. Tituladas "Vicisitudes de la Casa de Aragón de Buenos Aires, 1894-1991 ;


"Nuestras vicisitudes e inquietudes, 1991 (Presentado a estudio por el Justicia de Ara-
gón)"; "Aragón en la emigración" (presentado en Rosario por Bernal al Congreso In-
ternacional de Casas Regionales de Aragón); y "Viaje a España, 18 de abril a 18 de
mayo de 1991 ". Nos las entregó en gesto amistoso, y extractamos algunos de los acon-
tecimientos que, como testigo muy cualificado, nos narra.
edad, hay ayudas para quienes tienen jubilación mínima o pocos re-
cursos, se dan becas o, como es el caso de la Casa de Galicia, "están
construyendo un edificio de medidas considerables".

El balance del Círculo en el Congreso Internacional de


Rosario de Santa Fe es muy claro: "1° Para mantenernos y
mejorar económicamente, necesitaríamos el apoyo de los po-
derosos aragoneses en el país, pero los descartamos porque
hasta la fecha no han respondido a infinidad de llamados. 2°
La emigración de nuestra región hacia estas tierras es comple-
tamente nula, por las causas no circunstanciales que todos co-
nocemos. 3° La unión de todas las casas españolas por ahora
es una utopía, porque los pasos que se han dado han sido de
buena voluntad, pero sin hechos positivos, ya que cada una de
las mismas quiere mantener su identidad. Los que más interés
tienen son las Autoridades Consulares españolas, pero inter-
pretamos que hasta que el Ministerio de Comercio y Turismo
de España en la Argentina no presente una prueba fehaciente
tales como hacer un colegio y una Casa de España que sea lo
suficiente amplia para albergar a todos, no habrá respuesta".
Sin embargo, se hace salvedad de "la desinteresada colabora-
ción que en los últimos años hemos tenido de la Dirección de
Acción Cultural de Aragón con su aporte de libros y otros me-
nesteres como el Heraldo De Aragón." (J.J. Bernal).

2.10. Emigrantes en otras zonas de Argentina


De entre las restantes colonias en Argentina, más reducida pero
no menos activa, destaca la constituida en torno al Centro Aragonés
de Rosario de Santa Fe desde 1917. Según sus Estatutos, art. 4",
"el objeto principal es favorecer moral y materialmente a los socios,
y en general a todos los aragoneses sin distinción de ideas; facilitar a
los asociados los elementos necesarios para perfeccionarse en los co-
nocimientos que posean y fomentar el cariño a nuestra querida re-
gión por medio de reuniones en sus salones sociales, conferencias,
veladas, festivales, etc., no admitiéndose en el seno del Centro discu-
siones políticas ni religiosas". Se considera socios activos "a todos los
nacidos en Aragón, a sus hijos, y a los casados con aragonesas", y
quienes no reúnan estas condiciones sólo alcanzarán hasta un 25%
del total y esa misma proporción máxima en cargos directivos.

79. Los estatutos se aprueban en Asamblea General ordinaria de 18 de noviem-


bre de 1917 y son reformados el 19 de diciembre de 1920.
Vivir en América: residencia, añoranza c identid

El acta de la Asamblea General Ordinaria celebrada el 21 de di-


ciembre de 1919 da cuenta de que asisten 51 asociados, bajo la presi-
dencia del señor Espín y la restante Comisión Directiva formada
por Joaquín Navarro, Antonio Añaños, Marcos Brún, José Figue-
rola, José Hueso, Alejandro Seral, Sebastián Romanos, José Esta-
regui y Agustín Giménez. Se elige nuevo presidente por dos años y
se sustituye a Añaños, Romanos, Brún y Giménez (los cargos son
por dos años) y a Seral que se ausenta. Los nuevos son Sebastián
Romanos como presidente, y como vocales Manuel Otín, Enrique
Aused, Antonio Iglesias, Pablo Monclús y Francisco Valero. Se la-
menta que hay "muchos aragoneses que h¿iy sin asociar, unos que no
pueden y otros que no quieren" y se sugiere llevar al menos un regis-
tro de todos ellos e invitarlos a la fiesta del Pilar. Es una colonia
poco numerosa (unos doscientos cincuenta asociados), pero muy
viva, como demuestran tras las inundaciones del Ebro del 10 de
junio de 1923: en noviembre llegan a Zaragoza 1.700 pesetas que
envían los aragoneses del Centro de Rosario, en carta al director de
Heraldo de Aragón, que firman el presidente A. Giménez y el secreta-
La Casa de España, sede de la
rio P. Valero. Asociación Española de Rosario,
en la esquina de Entre Ríos y Santa Fe,
El documento de obtención de personalidad jurídica es de abril obra de Roca i Simó. Allí se reunían y
de 1921, y es curioso que en la actualidad se da ésta como fecha del reúnen los aragoneses.
comienzo real de actividades. El Centro vuelve a ser presidido en
1924 por Sebastián Romanos; vicepresidente, Antonio Añaños; con
Andrés B. Añaños como secretario y los vocales Alberto Aused,
José Sancho, Mariano Pardo, José Hueso, Francisco Valero, Do-
mingo Brun, Enrique Villacampa, Raimundo Lamban y Andrés Ro-
dríguez.
Sobre la colonia en 1925 sabemos por una rara publicación,
Aragón en Rosario. La revista había sido editada en octubre de 1918 y
de nuevo lo es en 1925. Contiene una "Reseña histórica del reino
de Aragón", un breve artículo sobre Ramón y Cajal (además de re-
producir su texto "La sociedad del porvenir"), otro más extenso de
José Oliva Nogueira sobre Joaquín Costa, reproducen uno de
"Aragón" de Buenos Aires sobre Cejador. Escribe desde Entre Ríos
Mariano Sanz "El milagro de la Virgen", se encomia a "nuestros ar-
tistas" (Fleta y Victoriano Redondo del Castillo) y junto a un "Canto
al Ebro" de Luis de Tapia se une otro "Aragón" y unos cantares
sueltos del poeta residente en Rosario Manuel Montaban; también
datado en Rosario firma C.G.M. un artículo sobre Goya. Del recién
fallecido (en 1924) Camilo Vidal, socio honorario del centro se pu-

80. En 1925 se han incorporado Antonio Escalona, Jesús Pérez, Antonio Asen-
sio, Clemente Martínez, Joaquín Navarro, Víctor Goyenay José M'' Brun.
81. La primera no hemos podido verla, y sí en cambio, gracias a Amelia Berdún,
una fotocopia de la segunda, que glosamos.
166 ELOY FERNANDEZ CLEMENTE

blica un largo p o e m a a " Z a r a g o z a " y, en fin, P e ñ a l b a glosa el M o n -


cayo entre las " M o n t a ñ a s a r a g o n e s a s " y se r e p r o d u c e u n bello texto
de D o m i n g o Aliral sobre "El valle de H e c h o " . Además, se detalla el
p r o g r a m a de fiestas, q u e incluye u n a g r a n velada la víspera del Pilar,
con orquesta, teatro ("La c u e r d a floja", de E s t r e m e r a ) , zarzuela
("Las tentaciones de San Antonio", de R. Chapí), fiesta de jota,
"Coro de r e p a t r i a d o s " p o r la Rondalla, y g r a n baile familiar. El día
12 de octubre, tras obsequiar con aguardiente, higos y c h u r r o s a
todos los socios q u e a c u d a n al C e n t r o , h a b r á un " G r a n Festival reli-
gioso, con sermón, organizado p o r las S e ñ o r a s Aragonesas, en la Ca-
pilla del Hospital Español, d o n d e se v e n e r a la imagen de la Virgen
del Pilar", y luego u n " G r a n B a n q u e t e , en h o n o r de la P i l a n c a y en
c o n m e m o n a c i ó n del D í a de la Raza", a 6 pesos el cubierto. E n otro
o r d e n de cosas, la colonia tiene u n equipo de fútbol, d e n o m i n a d o "El
11 a r a g o n é s "

O t r o d a t o interesante que, al igual q u e h e m o s h e c h o en B u e n o s


Aires, p o d e m o s espigar entre los anuncios de la citada revista, es el
de los negocios establecidos p o r aragoneses, q u e refleja u n a situa-
ción boyante, al m e n o s de los n o m b r e s conocidos p o r ser en algún
m o m e n t o m i e m b r o s de las directivas, etc. Así, d e d u c i e n d o o afir-
m a n d o los casos en q u e son conocidos aragoneses, sabemos de la jo-
y e r í a "La J o y i t a " , h o m ó n i m a de la célebre zaragozana, de Seral y
Valero; la sastrería de M i g u e l J o v é ; la fábrica de cocinas "La
N u e v a " de L e o n a r d o Sequalino; el Almacén E c o n ó m i c o de colonia-
les y artículos p a r a caza y pesca, de los H e r m a n o s Brun; la s o m b r e -
rería y camisería "Casa Barrio"; el establecimiento gráfico "La Cer-
v a n t i n a " de los H e r m a n o s R o m a n o s ; la fábrica de alpargatas "La
A r a g o n e s a " de Tomás Caspar; la zapatería " N u e v o v e n c e d o r " de
P e d r o Iglesias e hijo; los comisionistas "Albalá H e r m a n o s " ; el cons-
t r u c t o r de obras Antonio Asensio; la e m p r e s a de limpieza J . P u y ó -
les. Son m u y frecuentes los establecimientos mezcla de tienda y bar,
como el almacén y b a r "Las 14 provincias" de J o a q u í n Villacampa; o
el similar, "El a r a g o n é s " de R a m ó n F r a n c o ; otro bar, almacén y fiam-
brería es "La Bolsa", de A. Escalona; y otro el " I b a ñ é s " de J u a n V
García; la D e s p e n s a - B a r "Splendid" de J o s é Audet, hijo; el restau-
rante "La Estrella" de J o s é B a r b e r á n ; el almacén al p o r m a y o r de V.
Aused e hijos.

A d e m á s de los citados, o d e s t a c a n d o entre ellos, están Francis-


co Valero U s ó n , (Ansó, 1897), d u e ñ o de "La J o y i t a " , presidente u n
tiempo y alma siempre del g r u p o a r a g o n é s . D o m i n g o Tierz, d e Sari-
ñena, llegado hacia 1902 desde Chile, d o n d e había d e s e m b a r c a d o .
H e r r e r o artístico, llegó a t e n e r u n a fábrica, "Tierz, S.A." con 500 a
600 obreros. E n t r e otras obras, destaca la realización de todo el
b r o n c e (farolas, llama votiva, mástil, etc.) del célebre M o n u m e n t o a
Vivir en América: residencia, añoranza e identu

la bandera, en 1957. Sebastián Ildefonso Baines, de Urriés, que


llegó en 1908. Pasó mucho tiempo en la Pampa (como agricultor y
luego tratante de cueros, lanas, frutos) y en Buenos Aires (donde
contribuye a crear el club de fútbol Atético Independiente, en Ave-
llaneda) antes de quedar en Rosario. Francisco Montolío Sancho
(Fuentespalda, 1905), llegó en 1911 con sus padres y dos hermanos.
Ya estaba establecido antes su tío, José Sancho Martí. El padre
construía puentes y carreteras ya en Aragón, y reanudó esa tarea en
Rosario. Cuando muere, en 1934, Francisco sigue como constructor
de casas, negocio que debió dejar por alergia al cemento, pasando a
trabajar como alto empleado en una industria. En Rosario vivió uno
de los principales exiliados aragoneses en la Argentina, del que se
habla en otro lugar por ello, el historiador Manuel Abizanda
Broto, que fallece allí en 1960: una hija suya, María Jesús, casada
con Francisco Valero Usón, es quien le trajo a Rosario a partir de
sus dificultades en Zaragoza en los años cuarenta. Otro aragonés
muy conocido que muere en Rosario en 1974 es Alfonso Alonso
Aragón, de Fuendetodos, popular rey del carnaval en esa ciudad
durante décadas.

El Centro de Rosario se ha mantenido con notable actividad y


I Portada de un raro ejemplar de los
años 1920.

alto nivel cultural y aragonesista durante todo el tiempo, pero debió


de haber una crisis, seguramente de cansancio y desistimiento, a juz-
gar por un acta de reconstitución, de 2 de agosto de 1992. En ella se
indica que con tal fecha "se reúnen un grupo de familias integradas
por aragoneses, hijos y nietos de aragoneses y argentinos, a los efec-
tos de aunar esfuerzos e intercambiar ideas sobre la recreación de la
Sociedad Centro Aragonés de Rosario, que funciona como tal a par-
tir del año 1921". La meta principal, nuclear personas y "transmitir a
sus descendientes las tradiciones, el folklore, la cultura, la historia de
Aragón, para no perder las raíces de los respectivos ancestros de
cada familia".

A ello ayuda con entusiasmo el cónsul español en Rosario, el za-


ragozano Luis Ignacio Boné Calvo, así como el ya citado patriarca
aragonesista Francisco P Valero Usón, a quienes, al designar una
Directiva provisional, se nombra respectivamente Presidente Hono-
rario y Presidente Vitalicio. Los cargos efectivos a comienzos de la
década de 1990 eran: presidente, Antonio Victorio Magallón Cla-
ret; vicepresidenta, Purificación Campo; secretaria, Ana María
Montol ío; prosecretaría, Susana Beatriz Oria; tesorera, Rafaela Bai-
nes Vicente; protesorera, Liliana Burgio Gigliotti; secretaria de
actas, Laura Hebe P. Tierz; bibliotecaria, Clarisa Berdún Cuartero;
vocales: Cristina Graciela Berdún Gil, C. Mañas, Amelia Berdún
Cuartero, Serafín Orduna, Cristina Blasco Molina, M. Pilar Rodrí-
guez Tierz, José Luis García Mur, Silvia Artal Falcón y Francisco
Javier Labórela García. Como se puede apreciar, una junta mayori-
tanamente integrada por mujeres, que resultan ser de una gran acti-
vidad, y entre las que destacaría por su intensa propaganda aragone-
sista, viajes y gestiones con el apoyo de un entusiasta grupo de
aragoneses, la que pronto sería presidenta, Amelia Berdún. Sus re-
laciones con todo tipo de instituciones aragonesas fueron un modelo
a aplicar, deseablemente, en otros lugares. Hoy es, según nuestras
últimas noticias, miembro del Consejo argentino de la Emigración.
En cuanto a otras zonas, recordemos que en 1924 llega a Ar-
gentina el médico especialista en Anatomía, Pedro Ara, contratado
por la Facultad de Aledicina de Córdoba. Aunque después de varios
contratiempos e injusticias obtiene, al fin, en 1926, la cátedra de
Anatomía descriptiva en Valencia, pide la excedencia voluntaria y
continúa en América, ya que el ministro Callejo no aprueba la con-
cesión por la J u n t a para Ampliación de Estudios de una pensión.
Estando allí el Dr. Ara visitó Córdoba, en 1927, el citado catedrático
barbastrense Andrés Martínez Vargas, que acudía al Congreso Pan-
americano sobre la Tuberculosis. En 1952 se le encargó de la alta
responsabilidad política de embalsamar el cadáver de la recién falle-
cida Eva Perón.
En fin, que desde 1942, en que se constituye la Unión Arago-
nesa de Mar del Plata, esta hermosa localidad tiene igualmente
Un desfile en Rosario. El traje una activa vida asociativa aragonesista, tras una larga crisis ador-
aragonés, al igual que la música, canto
y baile de la jota, fascinan a los hijos y mecida para ser renovada en los últimos años. La Unión Aragonesa
nietos de aragoneses, e incluso a los posee hoy local social en propiedad, con biblioteca y sala de reunio-
mismos argentinos.
nes. Cuenta con un grupo folclórico y una rondalla "Aires de Ara-
gón" (en la que, por cierto, toca la bandurria un hermano del gran
escritor y luchador anti-nazi en Mathausen, Mariano Constante),
amén de un grupo "Contraste Natural", que ejercita música latinoa-
mericana.
Recientemente, en 1999, se ha organizado el Centro Aragonés
de La Plata, fundado y presidido por el sociólogo Sebastián José
Galán Zabala, hijo de un emigrante de Boltaña, que fue a la Argen-
tina en 1917, a los catorce años, y trabajó como empleado en una
tienda de ropa, hasta su muerte en 1986. . Le auxilian la vicepresi-
denta Mónica Noemí Aventín, y Manuel Jesús Alartínez Fabón. La
entidad cuenta con casi un centenar de socios que se reúnen y cele-
bran sus actividades en locales del Colegio parroquial Ntra. Sra. del
Pilar. Editan un Boletín trimestral y difunden por diversos medios la
| Teatro Argentino de la Plata. historia y tradiciones aragonesas.

82. Artículo de Alfonso Z a p a t e r "La Casa de Aragón en La Plata", en Heraldo de


Aragón, 9 de agosto de 2001. Entrevista de Iñigo Aristu en Heraldo Je Aragón, 20 de oc-
tubre de 2002, p. 5.
Vivir en América: residencia, añoranza e tdentidí

En La Plata, los domingos por la noche, un grupo de so-


cios mantiene en A.M. Rocha ("la radio más baturra de La
Plata"), el programa "Aragón ayer y hoy" subvencionado por
el Gobierno de Aragón. En la programación de la antevíspera
de San Jorge, Día de Aragón, de 2002, tras comenzar con los
sones y la letra de "Soy de Aragón la tierra noble", resuenan
"Los ojos de mi moza" por Gardel, breves lecciones de Histo-
ria, se cita a Gracián y se oyen jotas dedicadas como "La alba-
haca". Se atienden consultas, las principales sobre cómo lo-
grar la nacionalidad española o el origen de los apellidos, se
leen correos de descendientes de aragoneses, se anuncia una
comida de hermandad, en la que no falta el pollo a la chilin-
drón. Unas tortas de anís de Biscarrués premian a quien sepa
qué rey reconquistó Huesca y Barbastro. Suena, estriada por
lo añejo de la grabación, la romanza "Bien se ve", tan conocida
por el filme "Nobleza Baturra". Se dan informaciones de la
colonia en La Plata y del proyecto de hermanamiento de esta
ciudad con Zaragoza. Se ofrecen recetas de cocina. Se invita a
I El zaragozano Pedro Ara, que
embalsamó el cadáver de Eva Perón.

los jóvenes a formar parte del grupo de baile y de la rondalla.


No hay requisitos: si te gusta su música y sus costumbres...
"vos también sos de Aragón". Un editorial resume un artículo
del Heraldo de Aragón que habla de los problemas aragoneses
(especialmente el del trasvase) y censura duramente la pobre
opción de los políticos de la Transición por la vía autonómica
lenta del artículo 143... Cierran el programa la Ronda de Bol-
taña, la jota de Sallent por el grupo "Alto Aragón" y Gardel
que canta la jota "Arroyito de mi aldea"; amén de un capítulo
de gracias a numerosos grupos, personas e instituciones ara-
goneses, y en especial a Agustín Azaña, jefe del servicio de Ac-
ción Cultural del Gobierno de Aragón, responsable de las re-
laciones con las Casas de Aragón en España y el extranjero.

También el de Mendoza, cuya Casa de Aragón, creada en 1997,


cuenta con una tuna y un cuadro de jota. En cuanto a los que viaja-
ron y vivieron en otras zonas más alejadas de las grandes ciudades,
la investigación es más difícil. Apenas podemos espigar en recuerdos
y entrevistas. Una de éstas nos habla, a través de su biznieto, de
Juan Puyo, de Valjunquera, que llega en 1910 con su esposa y dos
hijos, y se establecen en el norte, en Arroyo Dulce y en Carabelas,
donde trabajando la tierra para otros, logran comprar un terreno
propio . Otro aragonés José María Borrero, que había vivido en
Río Gallegos, Argentina, publica en 1928 un curioso libro, producto
de su experiencia allí, titulado La Patagoiua Trágica.

83. Entrevista realizada por Esther Esteban Sauras a Daniel Rosel Aude, en La
Comarca, 13 de noviembre de 1998.
170 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

O c u r r e a veces q u e u n viajero espontáneo, al regresar escribe


u n artículo en q u e d a c u e n t a de e n c u e n t r o s con aragoneses en los si-
tios más impensados. Así, el catedrático turolense, de Castel de
Cabra, y actual rector de la U n i v e r s i d a d Católica de Avila, J u a n
J o s é S a n z J a r q u e , h a b l a b a en 1996 de l o s E s c o r i h u e l a de
Mendoza, "cuyos antecesores, de Villarluengo y Cantavieja, intro-
dujeron los vinos y las famosas b o d e g a s del mismo n o m b r e " , o de
h a b e r e n c o n t r a d o a varias p e r s o n a s de su p u e b l o en Buenos Aires o
en Rosario. P u e s bien, tres años d e s p u é s se publicaría, p o r Beatriz
Bragoni, u n a excelente monografía sobre aquélla familia, modélico
estudio de g r a n utilidad p a r a c o m p r e n d e r "los mecanismos q u e in-
tervinieron en la formación de un g r u p o empresario regional prove-
niente de la inmigración española de la s e g u n d a mitad del siglo
XIX", a p a r t i r del análisis de la función de los vínculos personales en
la organización de los negocios y en el éxito empresarial.

El primer eslabón de la cadena fue Miguel Escorihuela Gascón


(Tronchón, 1861), que emigra m u y joven y y a alrededor de 1875 tra-
baja en u n a botica p o r t e ñ a y cinco años después lo hace en Aiendoza,
en u n almacén de los españoles M o n t e a v a r o . E n u n a década, es y a
"propietario de un almacén de ramos generales en el centro de la ciu-
dad y de un negocio orientado al estaqueo de cueros, actividad que
probablemente estaba vinculada a la producción de vinos artesanales".
A partir de allí, el negocio sube sm cesar: c o m p r a con dos cuñados u n a
bodega, luego 35 hectáreas de viñedos, q u e p r o n t o suben a ciento cua-
renta. Es, se nos dice, "una integración económica de tipo inverso", y a
que la actividad comercial lleva a la agraria y no al revés. Cuando, p o r
tragedias familiares y su p r o p i a gestión, Miguel q u e d a como propieta-
rio único, decide regresar a su pueblo natal, en el más intrincado
Maestrazgo turolense. Es 1900 y se lleva a M e n d o z a a cinco parientes,
varios con esposa y uno, su primo M a r c o s , viudo, con dos hijas, con
u n a de las cuales, Adela, Miguel casará en 1919. La empresa familiar
alcanza notoriedad y reconocimiento, u n noble edificio con tecnología
avanzada preside la red de negocios en G o d o y Cruz, la fastuosa explo-
tación tiene 762 hectáreas. C u a n d o en 1911 decide vender posee doce
millones de pesos. Sus socios prosiguen, y en 1924 establecen relacio-
nes con Termas Pallares p a r a "importar de E s p a ñ a diversos productos
alimentarios (aceite de oliva, pimientos) y licores con la m a r c a regis-
t r a d a de la firma... El Aragonés". Y encargan u n escudo de Aragón.

84. J u a n J o s é Sanz J a r q u e , "También nosotros somos América. Aragón, nues-


t r a tierra, está en el Estero", en Diario de Teruel, 20 de julio de 1996.
85. Beatriz Bragoni (1999) " A l e n t ó n o s españoles, ejemplares nobles..." Inmi-
gración, redes y mercado: algunas notas sobre la formación de emporios vitivinícolas
en Aiendoza, 1860-1940", en el libro coord. por Alejandro E. F e r n á n d e z y J o s é C.
Aloya, La inmigración española en la Argentina, Buenos Aires, Biblos, d e n t r o de la Colec-
ción "La Argentina Plural" que dirige F e r n a n d o Devoto, p p . 115-140.
3. Venezuela: la emigración de nuevas
generaciones

| Vista parcial de C a r a c a s . F u e n t e : Luis López Alvarez, Caracao, Barcelona, Destino, 1989.

3.1. Venezuela, país de acogida en los años 1950-1960


La emigración a Venezuela, aunque tiene antecedentes de diver-
sa dimensión anteriores a los años 50 de este siglo, aquéllos son,
frente a los de estos años, bastante irrelevantes. Sirva un ejemplo, de
los pocos de que disponemos, precedente de emigrantes con éxito: la
donación que hace en 1902 un grupo de españoles residentes en Ve-
nezuela a la comarca de Daroca, con el fin de fundar una Caja de
Ahorros. 86
Otro caso anterior a esas fechas es el del poeta Ginés de Alba-
reda (Caspe, 1908-1986), viajero por el Caribe que "reside durante
algún tiempo en Colombia y Venezuela, dirige en 1942 los "Cuader-
nos de Literatura Hispanoamericana, anexo de Rev'uta de Literatura
Contemporánea del Instituto Nebnja, y es director de programas para
América de Radio Nacional entre ese mismo año y 1952". Autor del
importante Romancero del Caribe (1943), también publicó otras obras

86. "Kitatutoo de la Caja de Ahorrad de San Jaime, fundada en la Ciudad de Daroca el día
11 de febrero de 1902 con un donativo hecho por eopañolej rejidenteo en la República de Venezuela a
pro de la comarca cuyo centro geográfico eo la dicha Ciudad", Zaragoza., 1902.
172 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

relacionadas con A m é r i c a como el Tríptico de Lu Carabelas (1950).


Impartió clases en la Universidad de N u e v a York y fue m i e m b r o de
T h e Hispanic Society of America.

Pero, como decimos, el capítulo migratorio principal es el de la


d é c a d a de 1950. Es u n a c o y u n t u r a económica m u y favorable, a u n -
q u e bajo un régimen político dictatorial. En efecto, dos años antes
había sido d e r r o c a d o el efímero presidente y g r a n escritor R ó m u l o
Gallegos, poco después de asumir la presidencia. Según Adela Pelle-
grino, el golpe se debió a q u e "los sectores q u e tradicionalmente ha-
bían m a n t e n i d o control político del país temían el avance de las fuer-
zas p o p u l a r e s s o b r e las q u e se b a s a b a el n u e v o g o b i e r n o
democrático; las compañías petroleras no estaban dispuestas a per-
mitir que se dieran pasos q u e fueran más allá de los logrados con la
política del fifty-fifty [por la q u e el E s t a d o percibe la mitad de los
ingresos] y, finalmente, u n contexto internacional c o r r e s p o n d i e n t e al
inicio de la G u e r r a Fría , q u e c o n t r i b u y ó al d e r r o c a m i e n t o en cade-
n a de varios gobiernos latinoamericanos q u e en esos años m o s t r a b a n
signos de progresismo y de sensibilidad frente a las reivindicaciones
populares". Sin embargo, la d i c t a d u r a logra el a u m e n t o de los ingre-
sos fiscales p o r el crecimiento sustancial de la p r o d u c c i ó n de petró-
leo en la d é c a d a de los cincuenta, "estimulada p o r el a u m e n t o de la
d e m a n d a y p o r el procesamiento del c r u d o en el país. Esto d e r i v a r á
en u n a expansión del excedente económico y de la acumulación de
capital... La inversión creció notablemente, fundamentalmente en la
industria p e t r o l e r a y en la construcción de nuevas refinerías; esto es-
timuló a las industrias paralelas, como la construcción y algunas
otras q u e comienzan a p r o d u c i r p a r a el m e r c a d o interno", lo q u e se
refleja en u n a u m e n t o del P I B un 9,4 % anual entre 1950 y 1957.

H a y q u e a ñ a d i r a t o d o ello, q u e la c o y u n t u r a internacional
había contribuido eficazmente en resaltar la importancia del petróleo
venezolano, tras la nacionalización del petróleo en M é x i c o en 1938 y
los g r a n d e s enfrentamientos del consorcio A n g l o - I r a m a n con el go-
bierno de Irán. Venezuela, ha escrito Toro Hardy, "parecía ser un
país d o n d e las inversiones extranjeras podían estar seguras, con lo
cual la importancia estratégica de n u e s t r a industria petrolera, q u e y a
había sido d e m o s t r a d a d u r a n t e la S e g u n d a G u e r r a M u n d i a l , se puso
u n a vez más en evidencia. N u e s t r a producción de h i d r o c a r b u r o s au-
m e n t ó en los años siguientes en forma sustancial", p a s a n d o del
1.321.372 b/d en 1949 a más del doble (2.779.245 b/d) en 1957, y
ello a u n precio algo más alto, p u e s en la p r i m e r a fecha el barril eos-

87. J o s é E. S e r r a n o Asenjo (1990) La ordenación de la laz. La vocación ainericanLila


()e Guié.) de Albareda en .ni poesía, Zaragoza, Comisión Aragonesa V Centenario, pp. 9-10.
88. Adela Pcllegrino (1989) IILiloria de la inmigración en Venezuela. Siglos X I X y
XX, Caracas, Academia Nacional de Ciencias Económicas, p p . 200-201.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidad 173

taba 2,25 dólares y en la segunda 2,65. En 1953, la renta per capita


de 530 dólares corrientes era una de las más elevadas del mundo,
sólo superada por los 1.908 de los Estados Unidos, los 930 del Reino
Unido y los 600 de Francia... Por ello comenta este autor: "Nuestras
expectativas eran tan optimistas, que decenas de miles de inmigran-
tes procedentes de Europa vinieron a buscar suerte en Venezuela.
Ellos aportaron la mano de obra capacitada que el país tanto necesi-
taba y, con su esfuerzo, contribuyeron a que creciéramos en íorma
i i " 89
aun mas acelerada .
La dictadura lúe finalmente derrocada en 1958 por un movi-
miento de oposición generalizado: "La Iglesia Católica, los partidos
políticos y la J u n t a Patriótica como máxima representación de éstos,
las fuerzas armadas y la burguesía... se conjugaron para arrojar al
déspota del poder... Fue tal el cúmulo de torpezas políticas..." entre
las que sobresalen la mala administración, el endurecimiento del ré-
gimen de terror y la constitución de una camarilla personal que le
enajenó el apoyo militar, la beligerancia contra la Carta Pastoral del
1° de mayo de 1957, un plebiscito torpemente planteado...
Tras el derrocamiento en 1958 de Pérez Jiménez, terminaban
diez años de dictadura castrense (años de gran inmigración, al se-
ñuelo del "boom" económico derivado del petróleo y de una expan-
sión económica en sectores como la construcción y sus derivados, la
rápida industrialización, etc.), a los que sucedió la difícil presidencia
de Rómulo Betancourt electo en 1960 y enfrentado al tremendo défi-
cit de la Hacienda y la situación industrial en bancarrota.

3.2. La gran inmigración de los años cincuenta


Pero, como decimos, hay constancia de la llegada de un gran
contingente de inmigrantes en torno a 1950 (los aragoneses repre-
sentan un porcentaje reducido), sin duda coincidiendo con años de
escasez y penuria en España. Si bien hace unos diez años nos ase-
guraban que había en Venezuela unos 15.000 aragoneses, cifra que

89. J o s é Toro H a r d y (1992) Venezuela, 55añoj de política económica, 19J6-1991. Una


utopía keynejiana, Caracas, Panapo, p p . 43-45.
90. M a n u e l Rodríguez C a m p o s (1991) Pérez Jiménez y la dinámica ¿elpoder (1948-
1958), Caracas, Eldorado, p p . 261-267.
91. Luis A. Sánchez (1975) América dejde la Revolución emancipadora hajta nuedtroj
díaj, M a d r i d , Edaf, p p . 346-347.
92. U n listado de todos los españoles residentes hacia 1990 en Venezuela, que
nos permite consultar M a r y C a r m e n Tato, de la Agencia de Cooperación Iberoameri-
cana, y a la que debemos u n a entusiasta ayuda, en nuestro viaje y después, tampoco
desagrega por regiones de origen.
93. Zapater, A., (1988) Hütorui de la Jola, 3 t. Zaragoza.
174 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

parece desmesurada, p a r e c e más q u e sensata la cifra p a r a h o y de


u n o s 5.000 aragoneses, según apreciaciones n o d o c u m e n t a d a s , la ma-
y o r í a en Caracas, resto de "aquellos españoles obligados a escapar de
la grave situación económica q u e a t r a v e s a b a E s p a ñ a en los años del
F r a n q u i s m o . Y de la persecución política. El país del petróleo, el oro,
el cacao, el café y las playas caribeñas les acogió con los brazos
abiertos, a u n q u e al principio había recelo hacia la invasión de ex-
tranjeros, p u e s se p e n s a b a q u e veníamos a quitar trabajo a los nati-
vos. C a d a día a r r i b a b a un b a r c o lleno de inmigrantes. L a d i c t a d u r a
de Pérez J i m é n e z abrió el país a la inmigración. Todos veníamos con
papeles ", r e c u e r d a Gregorio C a m p o s (Belchite, 1930), un albañil
cualificado en cuya q u i n t a "Aragón", "entre las palmeras salpicadas
de loros crecen s o r p r e n d e n t e m e n t e matas de borraja y cardos".

Lo mismo o p i n a b a Pascual Cáncer Gorgas, eficiente ebanista


q u e trabajó en C a r a c a s en los cincuenta en n u m e r o s a s construccio-
nes, r e g r e s a n d o a Z a r a g o z a , d o n d e p u d o establecer un b u e n taller
de carpintería... y c o m e n z a r a r e c o r d a r los h e r m o s o s años de a b u n -
d a n c i a en Venezuela. M u c h o s de ellos trabajaron en profesiones téc-
nicas de g r a d o medio (peritajes, fontanería, electricidad, construc-
ción, sector del automóvil, etc.), lo q u e permitía realizar p e q u e ñ a s
fortunas en relativamente p o c o tiempo. F u e u n a emigración en
b u e n a p a r t e estacional (conocemos bastantes casos de emigrantes
p o r ocho, diez, doce años, q u e r e g r e s a r o n a instalarse en A r a g ó n ) ,
a u n q u e lógicamente dejaría u n poso de n u m e r o s o s residentes p e r m a -
nentes p o r razones de matrimonio, vinculaciones a negocios, etc.

Precisamente los q u e se h a n establecido y viven con desahogo,


son los q u e piensan en su tierra de origen, a la que apenas regresan
de viaje turístico o familiar. Así, en C a r a c a s se crea el 30 de mayo de
1968 la Agrupación A r a g o n e s a el Cachirulo, q u e tenía un prece-
d e n t e en la " P e ñ a El M o q u e r o " . S e g ú n nos contaría "Antonio Ara-
g ó n " fue gracias al impulso recibido en la colonia a r a g o n e s a p o r los
viajes de Alfonso Zapater, a quien el g r u p o venera, en el último de
los cuales llegó con Ignacio M o r e n o . E r a entonces p r e s i d e n t e Alfre-
d o Leciñena, y vicepresidente J . M . Ariño; tesorero, el maestro de
h e r r e r o s en la Escuela Técnica Industrial, F e r n a n d o M o n t u e n g a .
O t r o s aragoneses m u y activos en la p r i m e r a h o r a fueron M a r i a n o
Castro U s ó n , mayoral del g r u p o , socio m u y respetado, q u e antes
había estado en S a n t o D o m i n g o ; el sacerdote M a n u e l E s t e b a n F e -
rrer; el g o b e r n a d o r del E s t a d o de L a r a (capital Barquisimeto), que

94. Lamentablemente no ofrece datos desagregados por regiones de origen entre


los españoles la interesante tesis de Eulalia F e r n á n d e z Cánovas (1993).
95. Artículo de M a r i m a r C a r i ñ e n a "Aragoneses en Venezuela. E n t r e dos mun-
dos", Heraldo de Aragón, 19 de enero de 2003, dominical, p. 10.
Vivir en América: residencia, añoranza e identi

había llegado a Venezuela de muy niño, con sus padres. En los años
90 "El Cachirulo" cambiaría el nombre, al parecer por sugerencia
desde Zaragoza, que buscaba una connotación menos "baturrista"...
En la citada Agrupación, que preside desde hace muchos años
José María Ariño, nos afirmaba éste que no alcanzaban hace algu-
nos años los 200 socios. Cuentan con una buena biblioteca, en su
mayor parte donada por instituciones públicas aragonesas, y reali-
zan los típicos actos (fiesta del Pilar, San Jorge, etc.) además de
asistir a diversas reuniones de la colonia española, embajada, etc.
Actualmente tiene su sede en el edificio Sport Center Los Naranjos
y editan un Boletín.
El presidente Armo, a quien auxiliara como secretario durante
años Patricio Vega y actualmente Manuel Esteban, es también
miembro de la coordinadora o Casa de España y ex-presidente de la
Cámara de Comercio Hispanoamericana. Su larga presidencia, que
| J o s é Ariño.
llega hasta nuestros días, está llena de inquietudes: en 2003 cuentan
ya con 450 socios y, según declara, "realizamos conferencias sobre
los derechos de los aragoneses que emigraron, sobre el trasvase,
sobre la presencia de aragoneses durante el Descubrimiento, etc."
También mantienen dos programas de radio y celebran una cultural
"Semana Aragonesa", San Jorge y el Pilar, con misa seguida de al-
muerzo "con ternasco y vino de Cariñena".
Aragoneses destacados en Venezuela en la segunda mitad del
siglo XX han sido y son, entre otros el ya citado presidente de la
Agrupación, José María Ariño (Alcorisa, 1924), que se había gra-
duado en 1947 en la Escuela Industrial de Zaragoza como ingeniero
técnico. Se trasladó a Francia, trabajando en varias fábricas cerca de
París. Pero la situación económica europea es mala, por lo que deci-
de marchar a Venezuela, lo que hace en 1950, realizando diversos
trabajos de su especialidad, "en la industria automotriz, tanto siendo
diseñador, como maestro de otros industriales". Entre las empresas
que crea, se cuentan la primera y más modesta, "Talleres hispanove-
nezolanos" (1950), "Carrocerías nacionales Sotelo y Ariño" (1952)
luego "Sotan", "Aceros Prensados" para la fabricación de tanques y
bombonas para gas licuado, "Rasma" (1974) compañía dedicada a
exportaciones y representaciones; "Remolques y Carrocerías Ebro"
(1978) para la fabricación del conocido microbús "Ebro", "Cavesmo
C.A." (1979) para la fabricación de estructuras móviles, etc. Miem-

96. Artículo cit. de jMarimar Cariñena "Aragoneses en Venezuela. Entre dos


mundos", Heraldo de Aragón, 19 de enero de 2003, dominical, p. 11.
97. Tanto esta semblanza como la de "Antonio A r a g ó n " resumen lo a p u n t a d o en
E n z o Papi (ed.), p p . 241-248. Además, tuvimos largas conversaciones con ambos, que
nos a y u d a r o n a reconstruir datos y nombres.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

bro del Comité de Licencias de la Industria Automotriz (1963-


1967), Presidente de la Cámara Española de Comercio (1972-1982),
Vicepresidente del Comité bilateral de hombres de negocios venezo-
lano-español (1972), miembro del Comité Nacional de "Pro-Vene-
zuela" del que fué directivo (1974-1980) y Director de la Asociación
de Industriales Metalúrgicos (1980-1982).

Desde el punto de vista asociativo, además de mantener el celo


asociativo en la Agrupación Aragonesa, fue Armo uno de los funda-
dores de la Federación de Centros Españoles (1973) de la que ha
sido vicepresidente (1973-1975) y presidente (1975-1977). También
ha ocupado diversos cargos en el Instituto de Cultura Hispánica de
I Don Antonio Aragón, rodeado de sus
más grandes amigos, los niños. Caracas, y posee diversas medallas y distinciones. El 20 de octubre
de 1976 fue quien dio, en nombre de la Comunidad Española, la
bienvenida a los Reyes de España en su primer viaje a Venezuela.
En su entorno colaboran otros aragoneses, como Evaristo Aibar
Arilla, siempre dispuesto a cualquier gestión, viaje, encomienda.

Una personalidad desbordante y de gran popularidad es la de


Antonio Aráiz Jurado ("Antonio Aragón") (Zaragoza, 1913), que
había ido con su familia a Buenos Aires, y tras regresar a Zaragoza y
morirse su padre, huérfano a los nueve años, aprende en el Hospicio
entre otros los oficios de carpintero (haciendo cajas fúnebres para el
Hospital provincial) y de músico (lormando parte de la banda de
música que actúa en la plaza de toros). Con apenas trece años, en
1926, escapa por primera vez del orfanato, buscando llevar a cabo
su gran afición al toreo, lo que tarda en lograr. Al fin, en 1932, le
sonríe la suerte y logra intervenir en varios lestejos en Zaragoza y
uno en Madrid, con bastante éxito. Pero la que se inicia brillante ca-
rrera del "Niño del Hospicio", se ve truncada por la guerra civil. Pa-
sada ésta, en 1946 una oferta para ir a América le lleva a Venezuela,
de paso para Lima, y actúa con tal arraigo en Caracas, Valencia,
Macaray, Maracaibo, Mérida, Táchiera, etc., que se queda en este
país. También mcidentalmente participa en un programa de Radio
Continente, ante la muerte de Manolete (1947), y pronto le contra-
tan para hacer un programa propio sobre toros, "Sangre y Arena", y,
desde 1953, su imagen se hace familiar en diversos canales de televi-
sión, destacando el programa "Fiesta Brava" en el Canal 2 de Radio
Caracas Televisión, que le hará muy popular. Edita mensualmente la
revista "Venezuela Taurina", además de colaborar en numerosos dia-
rios y agencias de noticias.

Pero no sólo habla de toros: "Los programas y campañas de


promoción y ayuda a los niños huérfanos, enfermos y desamparados,
son la otra actividad voluntaria y honorífica... Arriba Corazones', la

I
La popularidad de Don Antonio
Aragón en Venezuela es grandísima. invariable campaña anual pro-juguetes para los niños huérfanos, la
Esta foto es una clara prueba de ello. ayuda con programas diversos al Hospital de Niños de San J u a n de
Vivir en América: residencia, añoranza e identi

Dios, a los ancianos y a las Granjas Infantiles de San Cristóbal, Ma-


rida, y las que se fundarán en Barinas, Valle de la Pascua, Chivacoa,
Acarigua, Maturín y Abetales, son ejemplos constantes de esta acti-
vidad misionera".
Es muy querido y respetado no sólo por su colonia aragonesa,
sino por toda la inmigrante, gracias al programa "Rutas de Fraterni-
dad", que dedica a las comunidades residentes en el país para su in-
tegración en Venezuela. En la misma línea desarrolla una gran acti-
vidad como jefe del Departamento de Ciudadanía de la Asociación
Pro-Venezuela. Cuenta con numerosas condecoraciones venezolanas
y españolas, y es visita obligada de cuantos aragoneses y aun mu-
chos españoles acuden a Caracas.
Ha sido medio siglo de periodismo en la radio sobre todo, pero
también más de cuarenta años en la televisión. En su programa
"Rutas de fraternidad" han resonado jotas todos los domingos desde | Enrique Jarnés.

los años sesenta. Además de un afamado crítico taurino, amigo de


muchos de los diestros, corresponsal de la Agencia E F E y con mu-
chas colaboraciones en prensa, había fundado en 1953 la J u n t a de
Huérfanos, y organizó y promocionó por toda Venezuela a diversos
grupos folklóricos. Sus programas funcionaron muchas veces en ca-
dena a través de veinte o treinta emisoras.
En la década de los noventa, la pérdida de la vista, le impide
realizar algunas de esas tareas, pero no una que domina y en la que
es famosísimo: la radio, tanto para seguir interviniendo en diversos
programas, cuanto para hacer de radioaficionado y comunicarse con
bien diversos lugares del mundo. Cuando le conocimos, en 1993, es-
taba muy animoso, controlando en su domicilio un excelente equipo
de radio desde el que, a sus ochenta años, transmitía sus muy perso-
nales y populares crónicas.
El escritor y periodista Enrique Jarnés Rapún (Zaragoza,
1925-Mérida, Venezuela, 2001), sobrino del gran escritor Benjamín
Jarnés, había trabajado intensamente para diversas editoriales es-
pañolas de libros populares, utilizando sobre todo varios pseudóni-
mos (E. J . Richmon, J o e Lincoln, Henry Scott...) que se harían fa-
mosos en los años cuarenta y primeros cincuenta, tanto de novelas
del oeste como "rosas" o de otro tipo. Y en especial la serie "Hazañas
bélicas". Pero, finalmente marchó a Londres, tras repetidos en-

98. No confundir con su primo Enrique Jarnés Bergua, autor de muchas nove-
las policíacas y que tradujo Testimonios de la fe: relatos de conversiones, 2'1 ed., Madrid,
Rialp, 1960. Los Jarnés son una rama muy amplia y relativamente contusa por haber
tenido el abuelo linos de varios matrimonios.
99. En carta de agosto de 1998 nos decía: "Vi un programa de TV, español,
donde un presentador catalán le hacía una entrevista al hijo de Julián Marías... que
178 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

frentarmentos con la c e n s u r a española de la p o s g u e r r a . Trabajó en la


B B C y en otros asuntos, hasta que le b r i n d a r o n la o p o r t u n i d a d de
m a r c h a r a C a r a c a s en 1954. Allí h a d e s e m p e ñ a d o u n a labor amplísi-
m a en radio y televisión, especialmente en este medio, p a r a el q u e h a
realizado casi medio centenar de telenovelas m u y p o p u l a r e s . E n
1957 inicia la serie "Tierra A d e n t r o " en Radio C a r a c a s , con argu-
m e n t o s ubicados en diversas regiones venezolanas, lo q u e le v a l d r á
el Premio Crítica; poco d e s p u é s o b t e n d r á el preciado "Gaicaipuro
O r o " p o r el más de medio millar de seriales sobre las vidas de F r a n -
cisco de M i r a n d a , Simón Bolívar y el general Páez. Tras p a s a r p o r
Radio C a r a c a s Televisión, d e s e m b a r c a en los sesenta en Televisa,
luego Venevisión, simultaneando n u m e r o s o s guiones de telenovelas
con la serie d r a m a t i z a d a "La actualidad mundial", en Radio Conti-
nente. E n v í a guiones a Telemundo, de P u e r t o Rico (a d o n d e se tra-
lada en 1973 y realiza u n e n o r m e éxito comercial, "El hijo de Angela
María", q u e o b t e n d r á varios premios A . C E . en N u e v a York), regre-
sa a Radio C a r a c a s Televisión, d o n d e a d a p t a obras tan p o p u l a r e s
como "El d e r e c h o de nacer" en cientos de capítulos. "Dámela", "Pa-
trulla 44", "Migaja", son otros tantos éxitos en diversas c a d e n a s de
Caracas. En 1981 se traslada a México, d o n d e trabaja con el p r o -
d u c t o r V. Pimstein p r e p a r a n d o a r g u m e n t o s p a r a Televisa, u n o de
ellos p r o t a g o n i z a d o p o r Libertad L a m a r q u e . D e regreso a Venezuela
dos años después, sigue t r a b a j a n d o en g r a n d e s éxitos p o p u l a r e s
como " D i a n a Rolina", "Pelear p o r la vida", " E n a m o r a d a " y m u c h o s
otros guiones, algunos de ellos seguidos en E s p a ñ a , d o n d e , sin em-
bargo, fueron infructuosos sus intentos de e n c o n t r a r trabajo fijo en
estas tareas. A ñ o r a n t e y nostálgico en los n o v e n t a , aquejado de
melancolía, decide residir lejos de C a r a c a s ("una de las ciudades más
riesgosas del m u n d o " ) , en u n "rincón a n d i n o " cerca de M é r i d a ,
d o n d e murió.

A d e m á s de los citados, y de otros cientos de anónimos exiliados


o emigrantes, d e b e m o s s u b r a y a r la presencia, en los años cincuena
igualmente, de u n g r u p o de destacados profesores, en su m a y o r í a
científicos, como el q u e luego sería catedrático de Análisis matemáti-
co, d e c a n o de Ciencias y vicerrector de la Universidad de Z a r a g o z a ,

ganó el premio de novela Rómulo Gallegos, que estuvo en Caracas para recibir su pre-
mio... y mi sorpresa fue que ambos comentaron haber leído, tiempo atrás, una colec-
ción de bolsillo titulada "Hazafuis Bélicas", que se publicaba allá por los años 53-54.
Me emocioné, Eloy, porque quien escribió aquella colección de novelas fui yo, y aún
conservo unas cuantas".
100. "Me muero de ganas de ver a mi tierra", escribe en 1991; y en 1995: "Bulle
en mi mente otro viejo anhelo que jamás cumpliré si me descuido más de la cuenta
como es el conocer mi tierra de nacimiento"; poco después escribe: "Estheryyo esta-
mos solos. Casi totalmente solos. Acariciamos la idea de trasladarnos a España". Ella
lo haría, por dos veces, en las que tuvo la amabilidad de visitar al autor de estas líneas.
I Ángel Cristóbal Montes, recibiendo en el Ministerio de Justicia de Venezuela un
premio por un libro suyo.

Manuel Vigil (Barcelona, 1914 - Zaragoza, 2003) que permanece


entre 1960 y 1967, o el químico Vicente Martín Blesay otros.
Más información poseemos de Ángel Cristóbal Montes (Zara-
goza, 1935) quien, en 1959, tras terminar los estudios de Derecho en
la Universidad de Zaragoza, por razones profesionales y por exigen-
cias ético-políticas, emigra y, en cierto modo, se exilia, a Venezuela.
Desde 1960 hasta 1972, es catedrático de Derecho Civil y de Dere-
cho Romano en las Universidades Central de Venezuela y Andrés
Bello, ambas en Caracas. En ese lapso temporal publicó en Venezue-
la diez libros jurídicos y un número considerable de artículos en re-
vistas tanto de Venezuela como de España. Aparte de la labor do-
cente e investigadora, trabajó como Asesor Jurídico (letrado) en el
Ministerio de Justicia, en el ministerio de Relaciones Exteriores y
en la Procuraduría General de la República de Venezuela. Fue po-
nente de numerosos proyectos de ley, autor de informes de entidad,
arbitro en conflictos sonados y especialista en temas hipotecarios al
que se llamó desde distintas instancias públicas y privadas para
asuntos de marcado interés. En 1972 regresó a España para incor-
porarse a la Facultad de Derecho siendo nombrado, tras la Dictadu-
ra, catedrático extraordinario y desarrollando hasta el presente una
larga y fecunda carrera política como diputado de las Cortes de Ara-
gón, que llegaría a presidir.
Y, en fin, citemos el gran éxito profesional y económico del mé-
dico zaragozano José María Talayero, hijo de un conocido maestro
nacional de Zaragoza en la primera mitad del siglo XX, José Talaye-
ro. Oftalmólofo de gran prestigio, atiende a cientos de pacientes de
todo el Caribe, desde México a Miami, y conserva excelentes y fre-
cuentes relaciones económicas y culturales con su patria de origen.
Otros aragoneses conocidos son Antonio Macipe, secretario en
la posguerra del Instituto del Libro Español, que aprovechando sus
contactos en América es comisionado en 1955 por Salvat para su re-
cién abierta delegación en Venezuela, donde logrará ocupar el se-
gundo puesto como empresa importadora de España ; el fotógrafo
zaragozano José Hoyos, que llegó hacia 1963 tras haber aprendido
su arte con el célebre Jalón Ángel ; el médico turolense José
Pardo Gayoso; el también médico, ginecólogo, Juan Ramón Bos-
que (Belmonte, 1924), hijo de un oftalmólogo también belmontino
residente en Lima, que vino con su esposa a que naciera en Ara-
gón ; el alcañizano Vicente Andreu Calvo, viajero trotamundos
I Pascual E s t r a d a Aznar. que, tras aprender orfebrería y joyería en Barcelona, viaja a Caracas
y establece su taller en 1925. Su esposa, también alcañizana, María
Roca Herrera, y él, están orgullosos de que los nietos mantengan la
nacionalidad española, y denominan su finca "Quinta Alcañiz".
En una amplia estancia en medio de la selva, trabaja el aragonés Ja-
vier de Pedro, pariente del homónimo artista oriundo de Borja.

Un caso especial, recuperado y dado a conocer por Antón Cas-


tro muy recientemente, es el de Pascual Estrada Aznar (Zaragoza,
1932-2001), emigrado en 1955 a Caracas, donde trabajará como
profesor, vendedor de máquinas contables y bancario, para final-
mente ser impresor. Sus colaboraciones en El Diario de Caraca*) y El
Magazine español, sus relaciones amistosas con personalidades vene-
zolanas como el escritor y político Rómulo Gallegos, el ministro de
Educación José Ramón Medina o el filósofo español García Bacca,
le llevan a ocupar un interesante lugar en la literatura. Sus obras pu-
blicadas fueron el libro de poemas Pie en el barro (Editores Mexica-
nos Unidos, 1963), Rostro desvanecido memoria (Ediciones Expediente,
1973), y Orion en el meridiano (1975) y Regreso a Ilaca (1979) ambos
editados por la prestigiosa editorial Monte Ávila. Antón Castro cali-
fica su escritura de poco convencional y "en la órbita de algunos es-

101. Referencia en V. Sanz (1995), que le incluye erróneamente.


102. Entrevista de J o a q u í n Carbonell en El Periódico di Aragón, 10 de lebrero de
1993, p. 60.
1 03. Reportaje de R a m ó n Alur, en La Comarca, 166, 6 de septiembre de 1996.
104. Reportaje de Cristina Expósito en La Comarca, 25 al 31 de agosto de 1995,
p. 40.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidad 181

tihstas de la vanguardia europea y española, que trabajaban el len-


guaje hasta sus últimas consecuencias" y la describe como "de acen-
to cósmico, telúrica, de introspección constante"...
A Venezuela llegó en 1958, con sus padres, Carlos Fernández
(Zaragoza, 1950), actualmente residente en la no muy lejana ciudad
de Valencia, cuyo grupo empresarial aglutina a las principales em-
presas construtoras del país. Enfrentado al gobierno del presidente
Chaves, participó en el intento golpista de abril de 2002 y sustituyó
algo después a Padro Carmona como presidente de Fedecámaras,
desde donde planeó y dirigió la huelga de dos meses en el invierno
de 2003, por lo que fue conminado a arresto domiciliario.
Viajeros a Venezuela, de breves estancias, han sido la pintora
Pilar Aranda Nicolás (Zaragoza, 1914) que expuso cinco veces en
Caracas (Venezuela) entre 1958 y 1970; y Maite Ubide (Zaragoza,
1939), que se formó en 1962-1963 en la Escuela de Artes Plásticas
"Cristóbal Rojas" de Caracas, como excelente grabadora, a donde
regresaría como profesora en 1970 durante tres años, para volver
definitivamente a Zaragoza.
En el reciente Congreso de las Comunidades Aragonesas del
Exterior (Zaragoza, Huesca y Teruel, octubre de 2002) estuvo pre-
sente en representación de la Agrupación Aragonesa su secretario
Manuel Esteban Ferrer. Asistieron, además, el presidente, José
María Ariño Espada, Richard Comín Amengod, y los representantes
en Zaragoza Andrés Calvo y Alfonso Zapater, la persona de Aragón
que más ha hecho por mantener en los aragoneses en Venezuela los
lazos con su tierra de origen.
Fue muy interesante la intervención de José María Armo que
describió con claridad la situación económica de los emigrantes en
general, "que han formado en este país sus familias y que han sabido
mantener en sus descendientes las raíces de la patria que un día de-
jaron en busca de un futuro mejor, que en muchos casos a pesar de
toda una vida de trabajo, los resultados por circunstancias diferentes
no han recompensado sus esfuerzos y en la actualidad con edades
muy avanzadas, un gran sector de nuestros paisanos se encuentran
en situación precaria. Incapacitados por su ed¿id para el trabajo, sin
una pensión que les cubra sus mínimas necesidades de subsistencia,
con una salud pública inexistente y una incapacidad total para poder
acceder a la medicina privada, debido a los altos costos de la
misma..." Ante esa situación, en 1999 se funda una Sociedad Espa-

105. Antón Castro (2003) "Pascual Estrada: soledad y exilio", en Heraldo ()e Ara-
gón, 17 de lebrero, pp. 6 y 7 del suplemento "Artes y Letras".
106. Sergio del Molino, "Un aragonés contra Chávez", Heraldo de Aragón, 2 de
marzo de 2003, extra domingo, p. 5.
182 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

ñola de Beneficencia, i n t e g r a d a p o r cincuenta y dos centros, entre


ellos la A g r u p a c i ó n A r a g o n e s a cuyo presidente forma p a r t e de la
J u n t a Directiva Constitutiva y de la p r i m e r a electa, con h n e s asis-
tenciales.

1 07. Congreso de las Comunidades..., pp. 303-306.


4. Otros destinos migratorios

Nuestra investigación sobre emigrantes aragoneses hacia otros


destinos diferentes de Argentina, Cuba y Venezuela es, por el mo-
mento, muy escasa. Por una parte, como queda expuesto en la pri-
mera parte, son destinos numéricamente muy minoritarios. Por otra,
resulta ser un mundo complejo cuyo estudio nos exigiría una dedica-
ción muy notable y la necesidad de trasladarse allí un cierto tiempo,
cosas ambas que no están por ahora en nuestra mano.

4.1. México
Desde los años de fines del XIX en que la escritora y periodista
Concepción Gimeno Gil (Alcañiz, 1850) permaneció en México
(entre 1883 y 1889), con su esposo el periodista Francisco de P. Fla-
quer, publicando allí EÍAÍbum de la mujer, dentro de la serie "La Ilus-
tración Hispanoamericana" y editando ¿Culpa o expiación? (México,
1890) y Civilización de los antiguos pueblos mexicanos (México, 1890), la
presencia aragonesa está, aunque aún débilmente, documentada y
Concepción G i m e n o Gil.
patente, si bien escasa, hasta la llegada de los cientos de exiliados,
que estudiamos en otro lugar de esta obra.
El camino de la microhistoria, a veces el único posible en este
tipo de trabajos, se ha enriquecido en los últimos tiempos con la serie
de trabajos que enfocan la historia empresarial, sobre la que sería
preciso incidir de modo constante. Sólo la casualidad permite ente-
rarse de casos de aragoneses emigrantes a México antes de la guerra
civil: sirva de muestra Víctor Paúl, del Alto Aragón, que tenía una
herrería y había hecho mucho dinero y ayudó a muchos compatrio-
tas, cuyos hijos y nietos aún le recuerdan. Llevó a su hijo mayor al
Colegio Luis Vives y a la hija también y luego al Colegio Madrid, los
grandes centros para exiliados, aunque él no lo fuera. En Jalapa hay,
nos cuentan, algunos aragoneses de la Ribera del Ebro, los Ainaga,
cuya hija Carmelita es juez en esa zona. Et relujua...

108. Ver, por ejemplo, M a r i o Cerutti (1994) "Empresarios y sociedades e m p r e -


sariales en el norte de M é x i c o (1870-1920)", en RevLita de H'utoria Económica, n° 6, p p .
95-115.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Entre los viajeros de corta estancia en México reseñemos al y a


citado médico Andrés Martínez Vargas, futuro catedrático y Rector
en Barcelona, líder de los estudios nipiológicos y de la Pediatría, que
hacia mediados de la década de 1880 "recorrió la América del Norte.
En Nueva York quiso el profesor Jacobi retenerlo como médico; le
brindó un sueldo tentador... Fue luego a Méjico; allí la colonia espa-
ñola trató también de decidirle para que se afincara en aquella tie-
rra; realizó unos brillantes trabajos que motivaron su nombramiento
de Académico de la Nacional de Medicina y de las cuatro Socieda-
des médicas restantes; fue designado miembro de vanas Sociedades
geográficas, estadísticas e históricas; el Consejo Superior de Salubri-
dad de Méjico le nombró agente científico para las relaciones con las
Sociedades similares de España... Y, al fin, Martínez Vargas tornó a
su patria". Regresaría muchas veces a América, entre ellas en el
célebre viaje con el Dr. Ferrán en 1927. Por todo ello, fue aclamado
miembro de varias sociedades y academias de Buenos Aires, Río de
I A n d r é s M a r t í n e z Vargas, Janeiro, Granada (Nicaragua), y Académico de mérito de la Hispa-
noamericana de Ciencias y Artes, y honorario de la Chapter Mag-
num Association de Nueva York.

Hacia 1910-1915 estima Mariano Fací que se establece en Mé-


xico un hijo del notable escritor Eusebio Blasco, Wenceslao Blasco,
que, "tras editar las obras de su padre, ejerció como corresponsal del
ABC". 1 1 0
En México hay una gran afición taurina, lo que ha llevado a vi-
sitar, alternando las temporadas climáticas y festivas, a muchos tore-
ros españoles. Entre ellos, Juan Añiló (Alhama de Aragón, 1898),
que "fue a Aléxico en 1923. Allí tuvo también grandes triunfos. El
público y la crítica lo envolvieron en aplausos entusiastas. Pero tuvo
también un grave percance: un toro de Piedras Negras le produjo
una gran herida en un muslo". Y, por supuesto, con grandes éxi-
tos, Nicanor Villalta. En una entrevista cuenta Villalta que sus pa-
dres vivieron muchos años en México. Alli estuvo él de los diez a los
veintitrés años, ocho en México y luego cinco en Cuba.
Hacia los años treinta del siglo XX, viaja a México el gran discí-
pulo de Cajal e ilustre académico, Francisco Tello (Alhama de Ara-
gón, 1880), quien, según la crónica del mismo, "a petición del Insti-
tuto Hispano de Intercambio Universitario, y de acuerdo con la
| Andrés Casaus. J u n t a de Ampliación de Estudios, ha dado un curso de dos meses en

109. Castán Palomar (1934), pp. 343-344.


110. M a r i a n o Fací (2003) Don Eiuebio BLuco y Soler: zaragozano, aragonéd ypilar'u)-
ta, Zaragoza, Ayuntamiento, p . 312.
1 1 1. Castán Palomar (1934), p p . 38-39
112. La Voz de Aragón, 28-12-29.
Vivir en América: residencia, añoranza e idenU

la Universidad de Méjico, de la que fue nombrado profesor extraor-


dinario. En este curso ha mostrado prácticamente las técnicas em-
pleadas en el Instituto Cajal para el estudio del sistema nervioso, y
ha dado una serie de conferencias sobre importantes cuestiones neu-
rológicas, que han progresado merced a estas técnicas".
El destacado político radical Andrés Casaus (Zaragoza, 1892),
encarcelado y perseguido desde el comienzo de la Dictadura de
Primo de Rivera, marcha en 1927 a México, donde permanece un
año, para regresar a España con nuevos afanes revolucionarios.
| Francisco Boves Amador.
Durante más de treinta años, desde mediados de la década de
1950 hasta su muerte en 1986, trabajó incansablemente el periodista
de origen aragonés Francisco Boves Amador, autor de miles de ar-
tículos en revistas y periódicos de México y de España, mediador en
difíciles asuntos relacionados con la diplomacia del gobierno español
(no reconocido hasta la muerte de Franco por el de México) y los
problemas de los exiliados. Su simpatía y amabilidad le ganaron el
respeto de casi todos, y algunas condecoraciones como la Orden del
Mérito Civil y la de Isabel la Católica. Tras 1975, ya en plena transi-
ción, siguió desempeñando tareas institucionales.
En los años ochenta y noventa residen en México D.F. dos pe-
riodistas aragoneses de gran valía. El primero, que todavía sigue allí
como uno de los mejores corresponsales del diario La Vanguardia, es | J o a q u i m Ibarz.
Joaquín Ibarz (natural de Zaidín), que cubre en magníficas cróni-
cas los acontecimientos tanto de este país como los que a menudo se
producen en Cuba, Colombia, Venezuela, etc. La Asociación de la
Prensa de Aragón le otorgó su premio 2002 a toda su trayectoria pe-
riodística. El segundo es Elíseo Bayo (Caspe, 1939), también muy
destacado periodista con una trayectoria semejante , y luego reco-
nocido novelista. Viajero impenitente, de Rusia al Amazonas, a fines
de los 80 fija su residencia en México, donde se casa con Marta, de
la familia del célebre presidente Madero, y estudia a fondo el arte y
la cultura aborígenes e incluso la lengua náhuatl. De regreso a Ara-
gón, vive en su ciudad natal y sigue escribiendo con notable éxito.
En 1993, durante el mandato del presidente Emilio Eiroa, éste,
junto con el consejero de Economía Santiago Lanzuela visitó Aíéxi- | Elíseo Bayo.

113. Castán Palomar (1934), pp. 514-516.


1 14. Castán Palomar (1934), pp. 564-565.
115. Ibarz había trabajado tras g r a d u a r s e en Periodismo en Pamplona, entre
1964-1968 en El Noticiero de Zaragoza, tres años en londres, desde 1971 en Tele-Exprés
de Barcelona y desde su fundación en Andalón, p a r a pasar a La V a n g u a r d i a hace unas
dos décadas.
1 16. Redactor de Heraldo de Aragón, El Noticiero Unü/erjal de Barcelona, Dejtino, y
otras publicaciones, contribuyó a crear Inervlu y Repórter, y m a n t u v o una arriesgada
militancia en la izquierda periodístico-política. H a publicado con éxito varias novelas.
I Emilio Eiroa, en su vista a México, se entrevistó con su presidente Carlos Salinas
de Gortari.

co D.F. y Guadalajara acompañado de medio centenar de empresa-


rios aragoneses y el secretario de la Cámara de Comercio y cónsul
de México en Zaragoza, Luis Fernández Ordóñez. Allí realizaron
una serie de contactos con empresarios mexicanos agrupados en el
CEMAI (Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacio-
nales), con esperanzadores resultados, pronunció Eiroa una confe-
rencia en el Colegio de México, y tuvo entrevistas con el presidente
de la República, Salinas de Gortari, los del Senado y Cámara de Co-
mercio y el secretario de Relaciones Exteriores. También se estable-
cieron lazos entre su Cinemateca y la Filmoteca de Zaragoza. Reuni-
do en el Casino Español con más de un centenar de aragoneses
residentes, instó a su organización como Casa de Aragón.

-4.2. Chile
El primer aragonés célebre del que tenemos noticia que viaja a
Chile en el siglo XX es Felipe Coscolla (Graus, 1880-Barcelona,
1940), que emigró allí en 1907. Iba dejando a la mujer y dos hijos (a
los que reclamará más tarde) en Hospitalet de Llobregat. El viaje,
en el buque inglés Quilpué, lo hace en la cubierta, como tantos otros

I
Retrato de Felipe Coscolla durante
su estancia en Chile ca. 1910. de los 800 emigrantes de todas partes. Desde su llegada, como buen
Fuente: Ramón Lasaosa Susfn. artesano escultor que era, trabaja incansablemente realizando imá-
Vivir en América: residencia, añoranza e identu

genes religiosas para iglesias y conventos de Santiago (corazonistas,


mercedarios —donde coloca un atormentado "San Serapio" en 1911—,
franciscanos, agustinas, Hijas de San José) y otros de Chépica,
Talca, Constitución y Temuco. Un breve retorno a Barcelona en
1912, en una época en que se siente muy catalanista por un tiempo,
para ultimar sus "negocios" como decorador que, en opinión de Ri-
cardo del Arco debieron de serle muy fructíferos, ganando "en siete
años ciento setenta y cinco mil pesos" Entre sus principales obras
de la época, un proyecto de monumento a Ercilla y nuevas imágenes
religiosas por doquier, entre las que destaca la estatua barroca de
Santa Isabel de Hungría, en los franciscanos de Santiago de Chile.El
regreso a España, en 1913, da un giro a su trayectoria.
Otra noticia de los años veinte del siglo pasado, prueba de la vi-
talidad de los aragoneses residentes en Santiago, es que tres de ellos,
Joaquín Manes, Francisco Calzada y Florencio Biel, escriben en
1925 al Heraldo de Aragón, pidiendo ayudas especiales para Teruel.
En Santiago de Chile la principal institución de todos los espa-
ñoles ha sido, desde 1950, el Club Estadio Español, que agrupa nu-
Felipe Coscolla: "San Serapio".
merosas actividades deportivas y culturales. Ubicado en un extenso 1911. Iglesia de la M e r c e d . Santiago
territorio en San Francisco de Las Condes, dispone de un gran edifi- de Chile. M a d e r a policromada.
(Foto J o r g e Astroza).
cio central, casa del tenis, piscinas, boleras, y se han desarrollado
mucho las ramas de ajedrez, automovilismo, baloncesto, fútbol, golf,
gimnasia, así como las culturales de coros, danzas (incluida toda la
variedad de las chilenas), teatro, guitarra flamenca y la tan aragone-
sa escuela de bandurrias y laúdes. El Centro aragonés, que dejó de
funcionar en 1937, sólo se reanudó en 1992. Su sede, dentro del
Club Español, cuenta con una biblioteca de casi un millar de libros,
y el muy activo conjunto de folclore "Nobleza Baturra".
En palabras de su actual presidente, José Leonardo Diez San-
tolaya, llevó a su creación "la necesidad de acoger a los inmigrantes
que llegaban de España, de hacer un club de corte netamente fami-
liar, en donde todos sin distinción tuvieran cabida. En donde a nadie
se le preguntaba si era carlista o republicano, franquista, nacionalis-
ta o monárquico. Si era catalán o gallego, vasco o andaluz... Fueron
tan claras y sabias las bases de la fundación del estadio que han per-
durado hasta el día de hoy y ojalá sigan perdurando eternamente".

117. R. del Arco, "Un gran artista aragonés. El escultor Felipe Coscolla", en Tie-
rra Aragonesa, Huesca, 15 de marzo de 1929. Lasaosa multiplica por cinco, cambio del
peso chileno por la peseta, lo que le da una cifra fabulosa entonces, de 375.000 pesetas.
118. Ver la cuidada biografía de R a m ó n Lasaosa Susín (1997) Felipe Coscolla, es-
cultor. Huesca, La Val de O n s e r a . Ver allí el detalle de su interesante o b r a en Barcelo-
na y Huesca. C a m p o de golf y jardines del Estadio
119. Heraldo de Aragón, 18-1.2-25. Español de Chile.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

La Colectividad A r a g o n e s a fue constituida en 1987, y celebra


entusiasta las fiestas del Pilar y S a n J o r g e y c u e n t a con el g r u p o de
folclore "Añoranza". El presidente actual, el arquitecto M i g u e l San-
cho Elgueta, es natural de Castellote, y u n entusiasta del fortaleci-
miento de las relaciones con A r a g ó n . C o m o lo son el vicepresidente,
M i g u e l Ángel D u a r t e Larqué, de Z u e r a , q u e en u n a p r i m e r a estan-
cia en A m é r i c a tuvo u n alto cargo del Banco de Santander, regresó a
E s p a ñ a y allí está de n u e v o . O el tesorero, E u g e n i o Peña, empresa-
rio cuya firma lleva el n o m b r e de "Turismo Aragón"...

J u n t o con los Reyes de E s p a ñ a y otros dirigentes de otras co-


1952, grupo del Estadio Español m u n i d a d e s , han visitado (y h a n sido agasajados en sus viajes) el p r e -
ensayando con las bandurrias y laúdes.
En la foto: Jesús Gracia, Juan del sidente de las Cortes J o s é María Montserrat en 1989 y los presi-
Arce, Joaquín Esparza, Pedro Esparza, dentes del G o b i e r n o de A r a g ó n H i p ó l i t o de las Roces en 1990 y
Isidro Mirallesy Manuel Martín.
E m i l i o E i r o a en 1992; también h a n visitado el C e n t r o la t u n a uni-
versitaria en 1997, los m i e m b r o s de la F u n d a c i ó n G a s p a r T o r r e n t e
Chesús B e r n a l y B i z é n Fuster en enero de 2003.

E n el reciente C o n g r e s o de las C o m u n i d a d e s A r a g o n e s a s del


E x t e r i o r (Zaragoza, H u e s c a y Teruel, o c t u b r e de 2002) estuvieron
presentes en representación de la Colectividad Aragonesa, Miguel
Sancho Elgueta y A n a Floristán G i m e n o . También asistieron San-
d r a Sosa F e r n á n d e z , E u g e n i o P e ñ a Galán, M a r í a Paulina S a n c h o
Llambias y los r e p r e s e n t a n t e s de C u b a en Zaragoza, J o s é Valero
Salas, Alfredo Longares A g u a r o n y R a q u e l Gil J o v e n .

•4.3. Uruguay-
U n a noticia m u y curiosa q u e e n c o n t r a m o s en el inagotable libro
de Castán Palomar: el pintor Mariano Barbasán (Zaragoza, 1864-
1924) tuvo la fortuna de que, a fines del siglo X I X , "un millonario
del Uruguay, e n a m o r a d o de las o b r a s de este artista, adquirió g r a n
n ú m e r o de ellas. Y en Montevideo... fundó, en el M u s e o , la sala de
Barbasán, d o n d e figuraban las o b r a s q u e había c o m p r a d o al pintor
z a r a g o z a n o . Este asistió p e r s o n a l m e n t e a la inauguración de esa
sala, y con tal motivo fue objeto de sentidos homenajes en M o n t e v i -
deo, d o n d e se le dedicó u n a calle".

U n caso singularísimo es el de Pablo Serrano (Crivillén, 1910-


M a d r i d , 1985), q u e llega m u y joven , con a p e n a s quince años, y

120. Datos y Fotografías tornados del álbum Kítadio Kipañol, 1950-2000, San Fran-
cisco de Las Cortes, 2000.
121. F. Castán Palomar (1934), pp. 73-74.
122. "Lo cierto es que la fragua y las chispas estrelladas que producen el marti-

I Mariano Barbasán, ante el caballete,


finales del siglo XIX.
lleo del hierro, originaron que Pablo Serrano fuera escultor. Su padre, proteje el
aprendizaje. Estudia en colegios religiosos. Y marcha luego a Barcelona a perfeccionar
Vivir en América: residencia, añoranza e ident'ú

como novicio salesiano, primero a Rosario de Santa Fe para pasar


en 1930 al Uruguay, donde durante veinte años vive, trabaja y desa-
rrolla una lama anterior a la española como artista renovador, aun-
que haya de pasar antes por una etapa muy convencional, la de
1935-1940 en la que Rafael Ordóñez ha documentado veintiséis es-
tatuas religiosas.
Una semblanza muy completa de esos años nos la dio ya su pri-
mer biógrafo, Westerdahl: "Pablo, con sus veinte años y su educa-
ción académica es simplemente un obrero del modelado, la talla de la
madera y el marfil. Y un artesano que solamente sabe que con su
trabajo puede ganarse la vida y encontrar su libertad. Cinco años
después de su llegada a América —en 1935 [año en que nace su hijo
Pablo Bartolomé]— realiza en la República Argentina, en Rosario de
Santa Fe, unas monumentales puertas de bronce para la cripta del
colegio de San José. La formación de nuestro escultor es lenta, no se
puede adscribir a una escuela, a una tendencia, por el hecho de estar
dentro de una vanguardia o de una moda. La cabeza en bronce de
Pablito, de 1943, como otras obras de esa misma época, no puede | 1 ablo Serrano en Rosario.
vaticinar su despegue y posterior evolución. En 1946 conoce en
Montevideo a Torres García...", quien había fundado años antes el
grupo Paul Cezanne, al que se adscribe, y lleva a cabo experimentos
de arte abstracto. Desde este año, hasta su salida de regreso a Espa-
ña, obtiene los más importantes premios en los Salones Nacionales
de Arte del Uruguay. Pero sufre gran desilusión por el tono acadé-
mico imperante, y decide acometer una "gran labor de propaganda:
funda la Asociación de Arte Constructivo, que edita diez números
de la revista Círculo y Cuadrado y publica 26 ediciones de Remoledor".

En 1952-53 realiza la talla Puertas, del Palacio de la Luz en


Montevideo, de gran estilización expresionista, y en 1954 es premia-
da su principal obra, el Profeta. Y se consagra en su gran serie de
cabezas (iniciada con la del presidente Gabriel Terra, seguida con
las de Belisario Hernández, varios actores, tres bustos del general
Artigas, el pedagogo Várela, el médico Berruti, Joseph Howard,
etc.) o monumentos (a Blanes, J . E . Rodó y E D . Roosevelt). Y siem-
pre, añade su gran biógrafo, "fuera de toda convención, de todo
pacto con una tendencia determinada", lo que le dará siempre una
gran libertad.
"Un año antes de regresar a España, presenta a concurso su
obra Prisionero político desconocido, en la competición mternacio- I Pablo Serrano en el verano de 1955,
recién llegado a Zaragoza.

sus trabajos en la Escuela de Artes y Oficios y en la Academia. Y si no tenemos ya un


escultor, al menos tenemos un artesano. Desde 1922 estudia primero en Zaragoza y
después en Barcelona. Desde 1928 hasta 1940, sus trabajos son académicos, todavía
con la influencia escolar". E. Westerdahl (1977), pp. 7, 10, 14 y 24.
| El niño del rio. Escayola, 1951. I Hombre paseando por la playa.
I Bronce, 1955.

nal que llevaba este nombre (The Unknow Political Prisoner), orga-
nizada por el Institute of Contemporary Arts de Londres, cuyo pre-
sidente era Herbert Read. Esta obra es seleccionada por un jurado
nacional del Uruguay entre las presentadas por trece concursantes...
Con esta aportación, Pablo Serrano comienza a moverse en los me-
dios internacionales con mayor holgura. La obra presentada tomaba
cuerpo en el reconocimiento de la figura humana y la alambrada.
Era un motivo natural que respondía a una temática: la cárcel, la
f} 1(17

opresión .
Manuel García Guatas ha establecido el valor de su obra, desta-
cando la importancia de las citadas puertas para el Palacio de la Luz,

123. "Este concurso fue muy importante —añade Westerdahl—. Se presentaron


escultores tan destacados como Butler, Chadwick, Hepworth, Paolozzi, Calder, Gabo,
Lippold, Adam, Etienne-AYartin, Pevsner, Basaldella, Consagra, Minguzzi, Bill, Wo-
truba, etc. E. Westerdahl, E. (1977) Ibidem.
Vivir en América: residencia, añoranza e identu

en madera de caoba, obra "de las más logradas de Serrano en Uru-


guay"; que "los encargos institucionales de monumentos conmemo-
rativos fueron los más importantes que un artista podía lograr en
Uruguay" donde estaba muy bien considerado y relacionado; que la
obra escultórica que supondrá una decidida ruptura con toda esa es-
tatuaria fue la presentada al concurso internacional, la que, junto
con el "Hombre paseando por la playa", y el Profeta Baruch, primer
premio en el Salón de 1954, son "lo más innovador de toda su obra
en Uruguay. Con ellas pasaba definitivamente las hojas de los capí-
tulos de su labor escultórica religiosa que, en lo sucesivo, procurará
olvidar y expurgar en sus historiales profesionales".
Por su parte, Ordóñez resume así la situación de Serrano al
final de la etapa americana: "Cuando Pablo Serrano regresa desde
Montevideo, en julio de 1955, era en España un perfecto desconoci-
Puerta del Salón de Actos del Palacio
do, a pesar de los más de quince años que llevaba dedicándose pro- de la Luz en Montevideo. Madera
fesionalmente, aunque no de modo exclusivo, a la escultura, y de de caoba, 1951-53.
haber obtenido en Uruguay varios de los principales galardones, de
categoría nacional, reservados a los artistas plásticos, además de ser
el autor de diversas obras de carácter monumental repartidas por
todo el país... Precisamente el origen del regreso a España estaba en
la conquista, ese mismo año de 1955, del Premio de Escultura del II
Salón Nacional Bienal de Artes Plásticas..., lo que suponía la obten-
ción de una beca, durante dos años, para trasladarse al exterior del
país . °

4.4. Centroamérica y los Países andinos


En El Salvador vivió muchos años Valero Lecha (Alcorisa,
1894-San Salvador, 1976) artista muy valorado y querido en su
segunda patria, prototipo de emigrante con vocación artística inso-
bornable. Según los estudios de José Luis Paño, a los 17 años se em-
barcó con destino a Buenos Aires, "donde en aquella época se respi-
raba un ambiente cultural que dejó asombrado al muchacho. Allí
tuvo la oportunidad de asistir a un buen número de exposiciones,
conciertos y representaciones teatrales" a la vez que asistía a una
Academia nocturna, aunque para ello hubiera de trabajar muy dura-
mente en oficios manuales. Contratado como escenógrafo en el Tea-
tro Colón, le atraía el trabajo y se enroló en la compañía teatral Frí- Valero Lecha: Autorretrato (1957).
goli, con la que visitó las principales ciudades de Sudamérica. Fuente: José Luis Paño.

124. M. García Guatas (1989).


125. Ordóñez Fernández, Rafael (1986), p. 7.
126. J.L. Paño (1995).
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

En 1915 es contratado en La Habana, donde trabaja de escenó-


grafo en los teatros Nacional, Martí y Campoamor. Luego recorre
Chile y Venezuela, y da el salto a México, con la Compañía de Co-
medias de Mercedes Navarro, donde la vida le es adversa, y recorre
como escenógrafo, en plena era revolucionaria, diferentes estados.
Y nuevas tournées por Guatemala, El Salvador, donde, hacia 1920,
se contrata con el Teatro Colón, y Honduras donde se casa y perma-
nece por cuatro años para regresar, tras la quiebra de la compañía y
el estallido de una guerra civil, a El Salvador, donde decora grandes
murales en edificios públicos y casas residenciales (también algunas
escenografías teatrales) y funda un curso libre nocturno de dibujo y
pintura en la Escuela de Artes Gráficas.
Gracias a la decoración de múltiples residencias y estableci-
mientos comerciales, actividad muy lucrativa, pudo ahorrar el dine-
ro para cumplir su gran sueño: volver a España en 1931 para estu-

I
Volcaneñas. c. 1941-44.
Óleo sobre lienzo, de Valero Lecha. diar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Fuente: J . Luis Paño.
No lo consigue, pero sí estudia dos años con el maestro Cecilio Plá,
vive un tiempo en su Alcorisa natal, y decide el retorno definitivo a
América porque parece que el ambiente violento le hace regresar a
El Salvador, en 1935, donde ejerce su magisterio sobre varias gene-
raciones, hasta su muerte, lleno de gloria. Y su obra, exóticamente
influida por el color y los motivos de tipo tropical, alcanza una belle-
za extraordinaria.
En su larga etapa en El Salvador hará célebre su Academia de
Dibujoy Pintura (activa entre 1937y 1969), sus exposiciones, el ho-
menaje de sus discípulos y amigos, sus clases de "hidalga vejez" en el
Centro Nacional de Artes, de modo que, en palabras de su gran bió-
grafo, José Luis Paño, "iba a desarrollar una interesante y fecunda
labor artística. Tal es así que muy pronto abandonó el costumbrismo
español a favor de una pintura en la que supo captar toda la belleza
y el colorido vibrante del mundo tropical, aunque no por eso cerró
los ojos a las nuevas propuestas estéticas que se practicaban en la
pintura del siglo XX". Entre sus numerosos discípulos señala Paño a
algunos de prestigio internacional como Julia Díaz, Raúl Elas
Reyes, Noé Canjura o Rosa Mena Valenzuela.
En El Salvador vivió también el aragonesista exiliado Mariano
García Villas, de quien hablamos en el segundo volumen, así como
de su relación con Valero Lecha y con José Aced. Este país estuvo
en los años treinta y hasta 1944 bajo la feroz represión del general
| Constantito Láscaris C o m n e n o . Maximiliano Hernández.

127. P a ñ o Gracia, J o s é Luis (1994) "Valero Lecha. El pintor del trópico", El Pe-
riódico ae Aragón, 19 de mayo.
128. Datos e ilustraciones tomados de J . L . Paño (1995).
Vivir en América: residencia, añoranza e ¿den

En Costa Rica alcanzó gran predicamento Constantino Lásca-


ris Comneno (Zaragoza, 1923-San José de Costa Rica, 1979), discí-
pulo de Eugenio Frutos, profesor de Historia de la Filosofía en la
Universidad de Madrid e investigador del CISC, se traslada a Costa
Rica en 1956 en cuya Universidad —que hoy, en homenaje, lleva su
nombre—, organiza la enseñanza de la Filosofía y funda y dirige la
Revista de Filosofía. Apenas llegado, escribe su Primer testamento. Se
nacionaliza en 1959 y se convierte, según su biógrafo García Junce-
da, en un "cierzo vivificador de la vieja Europa". Ubicuo en numero-
sas manifestaciones culturales y en los medios de comunicación, ase-
sor asiduo del presidente de la República, publicó abundantes obras,
entre las que destacan Desarrollo de leu) idead filosóficas en Costa Rica
(Premio Nacional de Historia, 1965) e Huttoria de las ideas en Centro
América. Es también bien conocida la vinculación de Teresa
Grasa con Costa Rica, país de origen de su esposo. Allí expuso en la
Sala Julián Marchena, de San José, en 1978, y ese mismo año en la
| José Antonio Rey del Corral.
Sala del Banco Interamericano de Desarrollo de Washington.

De Panamá llegó a Zaragoza en 1992, gracias a la célebre "Ope-


ración añoranza" (financiada por Iberia y las Comunidades autónomas
con motivo del V Centenario del descubrimiento de América) Ismael
Pérez, de 86 años entonces, emigrante que insistió en venir a pesar de
una aguda flebitis de la que sería operado en el Hospital Clínico.
Muy interesante fue el periplo americano de un escritor e inte-
lectual de izquierdas tan querido y recordado como José Antonio
Rey del Corral (Zaragoza, 1939-1995). Su breve biografía en la
GEA nos señala que, tras licenciarse en Letras en Zaragoza y pasar
un año en Escocia y otros como profesor en el Instituto de Teruel,
"en 1967 parte para Colombia con una beca del Instituto Caro y
Cuervo de Bogotá, donde se especializa en literatura hispanoameri-
cana. En ese instituto conoce a Viena, joven panameña con la que
se casaría en 1968. Entre 1967 y 1970 da clases en varias universi-
dades colombianas: La Salle, La Gran Colombia, Universidad de
América. En 1970 se traslada con su esposa a Panamá, donde tra-
baja como profesor en la Universidad de Panamá. Allí nacen sus
dos hijos, Emilio y Natalia. Su estancia en América le marcaría in-
telectual, artística y moralmente. En 1974 regresa a Zaragoza..."
Como escribiría Rosendo Tello, Rey del Corral, tras "airearse
con las épicas del Nuevo Mundo... vino atezado de soles tropicales,
como alguien a quien aquellas llamaradas crepusculares épicas le I Una de las obras poéticas de
Rey del Corral editadas en América.

129. José Antonio García Junceda, voz Láscaris en la GEA, t. VIII, Zaragoza,
1981, p. 2012.
130. Voz firmada por Javier Delgado Echeverría, en el tomo III Apéndice de la
Gran Enciclopedia Aragoneda, Zaragoza, 1997, p. 343.
I "Falcón, L a c a m b r a y Delgado, Izquierda U n i d a al Senado". Postal electoral.
Ante la sabina de Villamaj'or. 1986. (Foto: Pedro J o s é Fatás).

hubieran clorado por dentro una interioridad acribillada". En


1968 publicó sus Cantos colectivo*), libro en el que, en opinión de
Pérez Lasheras, "se avanza en este intento de integración entre dos
mundos que parecen irreconciliables y que parecen implicar su
mutuo desconocimiento". Allí refleja, como tantos otros transterra-
dos por más o menos tiempo, la añoranza del "Paraíso perdido":
España,
hoy creo en tí.
Esta creencia endulza
tu arrasada prosa,
tu circunstancia...
Pero "el poeta confía en la reconstrucción del mundo y, sobre
todo, en llegar a comprenderlo a través de la palabra". Ya de re-
greso, en Tiempo contratiempo (Zaragoza, 1977) reflejará aquellos
años, en poemas tan sonoros como el soneto que comienza:
"Bogotá, capital del aguacero,
tan bogotanamente ensabanada
por la sabana verde y agrisada,
gris por tu cielo perla y fontanero.
Tú me embriagaste, triste y forastero,
tu tierra occidental amurallada..."

131. Rosendo Tello (1987) en el Prólogo a la antología Poema*). Selección, 1964-


1987, Zaragoza, Libros de EL Día.
132. A. Pérez Lasheras, en la Introducción a (1999) Balada ibérica, o b r a p o s t u m a
editada por el Ayuntamiento de Zaragoza.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidad

En los países andinos las meras anécdotas reflejan un mundo


por investigar: desde el caso de Emilio Dorda Aranda (Torrevelilla,
1937), que fue a Chile en 1956 y permaneció tres años, y pasó a Bo-
livia, donde reside desde 1959 trabajando como mecánico; regresó a
su tierra en 1992 acogido a la citada "Operación añoranza" y pudo
abrazar a su madre, de 86 años; al del conocido ecologista y lucha-
dor en defensa de los minusválidos José Manuel Falcón, que, afec-
tado de una esclerosis múltiple, decidió buscar un lugar de habla es-
pañola (por sus dificultades glósicas), clima primaveral y baja renta
y lo encontró en la ciudad de Cuenca (Ecuador) donde vive desde
mediados de 1991: "En España, con mi pensión, no podía vivir y
pagar gente para que me cuidara", declaraba a la periodista Genove-
va Crespo, a la vez que narraba su boda con Ruth, su cuidadora,
psicólogay profesora. Actualmente, Falcón colabora asiduamente en
"Heraldo de Aragón".

4.5. Brasil
Que la emigración aragonesa a Brasil era importante y a a fines
del siglo XIX es algo sobre lo que hay pocas dudas y pocos datos.
Así, por ejemplo, los anuncios publicados con frecuencia por la Tra-
satlántica Española (con agencia en Zaragoza y en algunas cabece-
ras de comarca), que ofrece "a familias labradoras, artesanos y a in-
dividuos sueltos labradores, si no exceden de 45 años", "pasajes
gratis a la América del Sur, incluso el ferro-carril desde Zaragoza" a

| 1925. Brasil, familia de Vicente Repolles Bielsa.


I Intervención de doña Blanca Hernando, de los Amigos de Aragón en Cuntiba (Brasil).

Barcelona, "y derecho a transportar en él 100 kilogramos de equipa-


je por persona", en el caso de familias labradoras, por numerosas
que sean, mientras que "las de artesanos y sueltos han de pagarse el
tren a Barcelona, o hacer el viaje a pie". En realidad, se concreta
luego, el destino es Brasil, que, se aclara, está "seis días más cerca de
España que Buenos Aires". Para animar a dar el paso, se añade que
"la vitalidad y sólida riqueza del Brasil, la fertilidad de su suelo, su
clima excelente y la acogida cariñosa que merecen los laboriosos y
honrados Aragoneses, Navarros y Riojanos, producen las cada vez
más satisfactorias noticias que los emigrantes escriben".
Un caso verdaderamente curioso dado de nuevo a título de
ejemplo, es el del aragonés Vicente Repolles Bielsa (n. 1870), que
viaja a Minas Lucego hacia 1892, según carta a su padre, y del que
podemos ver, en una foto que envía en 1925 a su madre desde Santa
Cruz de Escalvado, con un gran aspecto, y junto a su segunda espo-
sa, de 36 años, un numerosísimo grupo de hijos, yernos y acaso nie-
tos. En los años sesenta, entre docenas de emigrantes aragoneses
llega el hijarano Luis Fernández Polo, hombre de negocios que for-
maría una familia hoy muy arraigada de excelentes profesionales, en
Salvador de Bahía, y que en los terribles años de dictaduras fue vil-
mente asesinado.

133. La noticia de estos anuncios, que aparecían en El Hambre, de Caspe, hacia


1889, la debemos a Alberto Serrano Dolader.
134. Así parece, a juzgar por una curiosa carta a su padre, de 5 de marzo de
1892. Esta información la hemos podido recabar gracias a la amabilidad de Alberto
Serrano Dolader.
Vivir en América: residencia, añoranza e Sentida

Como es natural, y aunque en los últimos decenios no ha habido


mucha emigración con ese destino, los veteranos emigrantes han
mantenido núcleos aragonesistas. Así, sabemos que en Sao Paulo
hay una importante colonia, y una Rondalla Aragonesa. Consti-
tuido el Centro en 1995, se reúnen en un local cedido por el Centro
Español de Paraná. Cuentan con el cuadro de jota "Raza Aragone-
sa". En el reciente Congreso de las Comunidades Aragonesas del
Exterior (Zaragoza, Huesca y Teruel, octubre de 2002) estuvieron
presentes en representación de la Asociación de los Amigos de Ara-
gón de Curitiba, Saturnino Hernando Gordo, Blanca Hernando
Barco, Mauren Lucía Nascimento y el representante en Zaragoza
J u a n Carlos Serrano Sierra.

4.6. Estados Unidos


También parece que la emigración aragonesa a los Estados Uni-
dos, con ser importante cualitativamente, no ha sido nunca numero-
sa. Recordemos que ya en los primeros decenios del siglo XX,
una actitud cada vez más restrictiva hacia los que no fuesen "wasp"
(white, anglosaxon, protestant), había llevado a que "la cuota que
asignó a España cada año no alcanza al medio millar de personas y
es inferior a la asignada en total a cinco pequeños Estados europe-
os". De modo que, salvo el mítico caso de los pastores vascos, ape-
nas hay grupos destacados de inmigrantes españoles. Y lo mismo
ocurre con Canadá —país que no hemos entrado a estudiar— donde
entre 1947 y 1956 habían entrado más del millón doscientos mil in-
migrantes, pero los españoles llegados en 1952-1956 apenas eran
175... 137
En los años diez, Elvira de Hidalgo (Valderrobres, 1891-
Milán, 1980) y en los veinte Raquel Meller (Tarazona, 1888-1962),
son dos de las más importantes divas que visitan en sus giras Norte-
américa. La primera, en el momento de mayor esplendor, en 1910,
"tras pasar por Nueva York con "La Sonámbula", canta en otras ciu-
dades americanas como Baltimore y Brooklyn. No había abandona-
do su personaje de Rosina, pero también canta "Rigoletto". Y lo
hace junto a Caruso, Campanari y Seguróla". La segunda, además
de sus grandes triunfos en Buenos Aires y La Habana, también los
logró en Nueva York, "donde actuó en el Empire Theatre y en cuya I Raquel Meller con Charles Chaplin en
los Estados Unidos.

135. Zapater, A., (1988) Huilona déla Jola, 3 t. Zaragoza.


136. Ver G e r m á n R u e d a (1993) La emigración contemporánea de edpañotej a Eétadoé
Unidoj. 1820-1950. De "Don/' a "Múterd". M a d r i d , M a p i r e . También Carlos M . F e r n á n -
d e z - S h a w (1987)
137. Luis Ó s c a r Tellería (1961), p p . 87-88.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

despedida el telón se levantó veintitrés veces. Otros destinos fueron


Filadelfia, Chicago, Boston o Los Angeles".
Hay otra cuota temporal y de prestigio, la de los estudiantes de
postgrado, como fue el caso del médico y escritor Julio Bravo San-
felíu (Zaragoza, 1894) que tras haber recorrido muchas ciudades
europeas, viajó en 1926 a los Estados Unidos, donde se casaría con
una inglesa.
Dos años más tarde sabemos de la existencia de un Centro Ara-
gonés de Nueva York" fundado por un grupo de aragoneses el
día 27 de mayo de 1928. El iniciador de la idea fue Pablo Martínez
Sánchez, que realizó los trabajos preliminares y fue el primer Presi-
dente de la Sociedad. El número de socios no pasa año y medio des-
pués, se nos dice, de 200. Cuentan con la "Rondalla Zaragoza", y la
"Biblioteca Aragón".
Curiosa es la noticia de un aragonés que triunfa en esa misma
I J u l i o Bravo.
ciudad, a mediados del siglo XX. Se trata de Manuel Rodríguez
(Zaragoza, 1900), que llega a los Estados Unidos en 1916, proce-
dente de Galicia, tierra de sus padres. Hombre de empresa, trabaja-
dor, imaginativo, su biografía es la típica del self-made-man: "Traba-
jó primero lavando cucharas en un restaurante, en el que ganaba
veinticinco dólares al mes, además de la comida... Trabajó con pico y
pala en la construcción de carreteras y en las minas de carbón. Co-
noció el trabajo en las fábricas de azúcar, de alfombras y de cables
de acero... A los tres meses ya había remitido a España los cien
duros que su padre había obtenido prestados para embarcarle...
Pronto comprendió que no solamente tenía que aprender una profe-
sión, sino también la lengua de este país. Tenía que aprender inglés,
costase lo que costase". Y así ocurre, dominando al final de un tiem-
po, no sólo este idioma, sino también el francés, el italiano, y el espa-
ñol, que apenas conocía al llegar, analfabeto. A la vez que trabajaba,
cambiando de oficio y cargo continuamente hasta lograr situaciones
más favorables, fue estudiando: en el Merril Business College de
Stanford y en la Universidad de Columbia, graduándose en Comer-
cio en la Eastman Gaines Business School.

138. Lola C a m p o s (2001) Mujeres Aragonesa*), I F C e I b e r c a j a y otros, Zaragoza,


pp. 127 y 123.
139. La Voz de Aragón, 15-7-28, p. 5. "Pablo M a r t í n e z Sánchez, colaborador asi-
duo de Juventud, Ideal de Aragón y otros periódicos... se había m o s t r a d o interesado por
la idea de fundar el centro a raíz de u n a conferencia p r o n u n c i a d a en el C e n t r o O b r e r o
de H a b l a Española sobre Coya, el artista y el h o m b r e ." Vélez J i m é n e z , Palmira
(1990) El america n Limo contemporáneo en Aragón. Zaragoza, Comisión Aragonesa V Cen-
tenario, p. 6 1 .
140. Aragón, E n e r o 1930, pp. 1-11.
141. Aguada, J o s é M a n u e l (1951) "De cómo triunfó un mañico en N u e v a York",
en Temas, vol. 2, n° 8, N u e v a York, p p . 75-79.
Vivir en América: residencia, añoranza e wentu

"Viajó para completar su cultura. Recorrió, no sólo los Estados


Unidos, sino también todos los países de Hispanoamérica, y por tres
veces estuvo en España..." Se nacionaliza norteamericano en 1928 y
se convierte en uno de los principales expertos de América en admi-
nistración hotelera, trabajando como manager de los más famosos
hoteles de Nueva York, Washington y Florida. Pero el negocio que
le hace más poderoso, rico y famoso, es el de exportación e importa-
ción, su empresa "Manuel Rodríguez Trading Corporation", luego
"Rodríguez Shippmg Co." Desde ella, "negoció con los gobiernos de
varios países en operaciones que envuelven cifras astronómicas. Fe-
rrocarriles, vapores, petróleos, material de construcción, automóvi-
les, camiones, tractores, equipos agrícolas, lana, queso, etc., etc.",
hasta el punto de que la suya está considerada una de las primeras
firmas norteamericanas de importación de carnes, queso y otros pro-
ductos de la Argentina. Su presitigio le lleva en 1948 a hablar —en
perfecto inglés— ante el Comité de Repoblación forestal y de Agri-
| M a n u e l Rodríguez.
cultura del Congreso de los Estados Unidos, explicando su actua-
ción en la compra de grandes contingentes de carne en Argentina, o
cómo "no había dudado en anticipar más de un millón de dólares de
su propio capital para abastecer de carne argentina al ejército norte-
americano de ocupación en Alemania y Japón, y al pueblo griego..."

Sin duda este es un caso excepcional. Más frecuentes son los de


humildes trabajadores o los de emigrantes temporales, por algunos
años. Las zonas de mayor recepción parece son, además de la costa
Este, el entorno de Chicago y los Grandes Lagos, y el oeste (Cali-
fornia y otros estados antiguos españoles y mexicanos). Por ejem-
plo, sabemos, por noticias puntuales, que en los últimos decenios se
baila jota en Los Ángeles, por el grupo de Coros y Danzas de la
Casa de España de esa ciudad, lo que sin duda revela una presen-
cia aragonesa.
El eminente neurólogo Rafael Lorente de No (Zaragoza, 1902-
Tucson, Arizona, USA, 1990), "discípulo predilecto de Cajal" según
F. Solsona, tras estudiar Medicina en Zaragoza, Viena y Upsala
(Suecia), marcharía a los Estados Unidos en 1931, donde residirá el
resto de su vida. Primero, en St. Louis, como director del Instituto
de la Sordera; en 1936 pasa como investigador principal a la Funda-
ción Rockefeller, donde permanece hasta 1972. La principal aporta-
ción de este precursor de la inteligencia artificial y gran especialista
en Neurociencia "fue describir la organización de la corteza cerebral;
se sentaban así las bases del funcionamiento de la memoria. Además,
este destacado zaragozano logró describir la organización anatómica
de las células y las fibras nerviosas en el sistema nervioso central y el | Rafael Lorente de N ó .

142. Zapater, A., (1988) Historia de la Jola, 3 t. Zaragoza.


ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

papel de las i n t e r n e u r o n a s en la p r o d u c c i ó n de reflejos. El d o c t o r


L o r e n t e de N o desarrolló i m p o r t a n t e s trabajos de neurotología, his-
tofísiología del complejo coclear y del reflejo vestibular y a él se debe
la evolución de la neurociencia desde la histología y la fisiología, con
descubrimientos q u e están en la base de los estudios posteriores
sobre el origen de la m e m o r i a y la función del oído interno".

L o r e n t e de N ó regresó a E s p a ñ a en diversas ocasiones, y en


1973 participó en un g r a n homenaje a su maestro Cajal. E n t r e sus
discípulos d e s t a c a n Feng, C o n d o u n s , Laporte, L a r r a m e n d i y H o n -
rubia. Retirado en 1981, sintetiza sus g r a n d e s descubrimientos en
neurociencia: localizaciones cerebrales, citoarquitectura cerebral, or-
ganización funcional del neocórtex, electrofisiología, fisiología básica
de la conducción nerviosa. Lorente, j u n t o con su colega exiliado
ruso David N a c h m a n s o h n , explica "una combinación de teorías de-
m o s t r a n d o q u e la acción química g e n e r a el potencial eléctrico del
nervio". C o m o explicaba r e c i e n t e m e n t e su discípulo Vicente H o n -
rubia, "cuando L o r e n t e estaba haciendo sus trabajos fundamentales
le hicieron m i e m b r o de la A c a d e m i a de Ciencias e s t a d o u n i d e n s e y de
todos los comités científicos i m p o r t a n t e s del m u n d o . P e r o entonces
E s p a ñ a estaba en u n a e t a p a oscurantista y no había n i n g ú n interés
en resaltar la presencia de genios españoles en el extranjero..."

E n o c t u b r e de 2002 t u v o lugar en el Paraninfo universitario de


Z a r a g o z a u n a conferencia internacional en su homenaje, al cumplir-
se el centenario de su nacimiento. En ella participaron, a d e m á s de
los organizadores locales presididos p o r J o s é R a m ó n Valdizán, cele-
bridades mundiales como Nelson King, T h o m a s Woolsey, Rodolfo
Limas y su principal discípulo y c o l a b o r a d o r d u r a n t e u n cuarto de
siglo, el Dr. Vicente H o n r u b i a , hoy profesor en la U n i v e r s i d a d de
California en Los Angeles.

O t r o ilustre médico, asturiano, p e r o m u y afincado en Z a r a g o z a


en su p r i m e r a e t a p a académica y, sobre todo, en la última de su vida,
fue Francisco Grande Covián (Colungo, Asturias, 1909-Aiadrid,
1995) q u e o b t u v o en 1950 u n a c á t e d r a en la F a c u l t a d de Aledicina
de la Universidad de Zaragoza, m a r c h ó luego a la U n i v e r s i d a d del
E s t a d o de M i n n e s o t a ( E E U U ) y regresó de nuevo a Zaragoza,
d o n d e p o n d r í a en m a r c h a u n laboratorio de Bioquímica en la Facul-
tad de Ciencias y trabajaría en el Instituto Ulta. Su g r a n sabiduría
I Francisco G r a n d e Covián ( G E A ) , en las ciencias de la alimentación, q u e le hizo maestro de varias ge-

143. L a u r a F e r m (1971) Inmigrantes iliutreó (La Hutoria de La Migración Intelectual


Europea, 1930-1941). Buenos Aires, Ed. bibliográfica Argentina, p. 374.
144. En entrevista concedida a Victoria Alartínez p a r a Heraldo de Aragón, 6 de
julio de 2002, p . 64.
145. P. L a r r a ñ e t a (1986) Conveivacionej en Aragón, Zaragoza, El Día, p p . 79-85.
Vivir en America: residencia, añoranza e identi

neraciones de especialistas, su sencillez y bonhomía le hicieron ser


tenido por todos como un aragonés ilustre y querido.
Muchos profesores universitarios prestigiosos trabajan durante
largos años en los Estados Unidos, como R. J. Sender, que profesa
principalmente en California, y de quien nos ocupamos al hablar del
exilio; otros lo hacen en Nueva York o en otros muchos centros, y
hay también numerosos aragoneses dedicados a otras profesiones,
negocios, etc. Pero una nómina de conocidos no explicaría mucho
sobre los casos anónimos, más numerosos y necesitados de docu-
mentación y análisis.

El musicólogo, artista gráfico y agitador cultural Luis García


Abrines (Zaragoza, 1923), marcha en 1954 a los Estados Unidos, J o r g e Guillen en la casa de Luis
donde expone sus cuadros en la Sala Merwin de New Haven, Con- García-Abrines. N e w Haven, E E . U U . ,
1957. Fuente: M . Pérez Lizano.
necticut. Nacionalizado en 1959, comienza a dar clases en la Univer-
sidad de Yale y tras un año de investigaciones en España (durante el
cual le publica José Antonio Labordeta en la colección "Orejudín"
su libro Adídueña el profeta, en sué palabra/), consigue en 1961 una cá-
tedra de Lengua y Literatura españolas en el South Central Com-
munity College, en New Haven. Allí despliega intensa actividad cul-
tural y se ocupa de promover culturalmente la comunidad hispana:
es secretario de la Asociación Cultural Hispánica y funda y colabora
en los periódicos en español Ultimad noticiad y Gaceta Hispana. Desde
1977, y para sustituir la plaza de Stravinsky es elegido académico
correspondiente en los Estados Unidos de la Real Academia de Be-
llas Artes de San Fernando. En 1980 publica en New Haven su es-
pléndido libro surrealista Ciudadano del mundo, y en Zaragoza, Alcru-
do le edita sus CrLticollagej para Luui Buñuel.

Como ha escrito Antonio Fernández Molina, "cual un Rimbaud


o un Duchamp, García Abrines es un artista que personalmente se
sitúa por encima de su obra. Entre quienes le han tratado personal-
mente y quienes le conocieron goza de la aureola de una leyenda ba-
sada en hechos reales, pues este artista lo es sobre todo por su acti-
tud vital, que hace de él uno de los inventores del happenning, el
arte conceptual, de la actitud, etc. antes de que estas manifestaciones
fueran puestas miméticamente en circulación en los medios artísticos
e intelectuales".

Ildefonso M. Gil (Paniza, 1912), ante sus dificultades para es-


cribir por los vanos pero mal pagados trabajos (administrativo del | Ildefonso M a n u e l Gil.

146. Estas informaciones proceden de la mejor y casi única biografía, incluida


por M a n u e l Pérez Lizano (1992), p p . 282-289.
147. A. F e r n á n d e z Molina (1983) voz en el Diccionario mitológico de artiitad arago-
neccj, 1947-1978, Zaragoza, IFC, p. 192.
202 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

H e r a l d o de A r a g ó n , secretario del Colegio M a y o r C e r b u n a , profesor


adjunto en Letras), decidió m a r c h a r a los E s t a d o s Unidos "con cin-
c u e n t a a ñ o s " s u b r a y a siempre, c o n t r a t a d o gracias a los b u e n o s ofi-
cios de Francisco Ayala como profesor de L i t e r a t u r a de la R u t g e r s
University, y c u a t r o años m á s t a r d e c o m e n z ó su trabajo en el B r o -
oklyn College de la Universidad de la Ciudad de N u e v a York,
d o n d e siguió hasta la jubilación.

D e s d e el p r i m e r m o m e n t o vive la doble vida a la q u e le lleva el


n u e v o país ( d o n d e residen en Somerset, N e w J e r s e y ) y su a ñ o r a n z a
aragonesa. D e los E s t a d o s U n i d o s viaja con su familia todos los ve-
r a n o s a p a s a r las vacaciones en la D a r o c a de su infancia. P o r eso
p u e d e n coexistir en el g r u p o de p o e m a s q u e d e n o m i n a " D e s t i e r r o s "
versos en q u e se queja: " ¿ H a b r á s de ser, E s p a ñ a , / solamente la pa-
tria del r e c u e r d o ? " , y otros en q u e piensa: "En los bosques dorados,
verdirrojos/ de N e w J e r s e y , el viento/ tiene la misma libertad q u e el
hombre..."

Ildefonso M. Gil ha publicado en España casi t o d o s sus li-


bros escritos en América:
poesía
Los día¿ del hombre (Santander, 1968),
De perdona a perdona (Santander, 1971),
Luz sonreída, Goya, amarga luz (Zaragoza, 1973),
Poemas del tiempo y del poema (Málaga, 1973),
Elegía total (Zaragoza, 1976),
Diez poema*) de amor (Zaragoza, 1979),
Hombre en su tierra (Zaragoza, 1980), que supone, c o m o
escribí e n t o n c e s e n "Andalán", una "cuidada antología de su
p o e s í a en relación con el espacio aragonés, explícito o implíci-
to, una especie de autobiografía espiritual aragonesa del autor
transterrado",
prosa
Amor y muerte y otras historias (Philadelphia, 1970),
Federico García Lorca. El escritor y la crítica (Madrid,
1973),
Valle Inclán, Azorín y Baroja (Madrid, 1975),
Unos cuentos (Santander, 1975),
Escritores aragoneses (Zaragoza, 1979),
La muerte hizo su agosto (Zaragoza, 1980).

C o m o es bien sabido, a su regreso, y en el último c u a r t o de siglo


m u y fecundo, su o b r a h a sido acrecida con varios libros en verso y
prosa, recibió varios codiciados premios y fue d u r a n t e varios a ñ o s
director de la Institución F e r n a n d o el Católico. H o y es considerado
Vivir en América: residencia, añoranza e identi

unánimemente, en palabras de Antón Castro, "patriarca de las Le-


tras Aragonesas".
Ángel Alcalá Galve, (Andorra, Teruel, 1928), Avecindado en
los Estados Unidos, fue durante un cuarto de siglo catedrático de
Lengua y Literatura Española en el Brooklyn College de la City
University of New York, del que es profesor emérito. En 1979, sien-
do vicepresidente del Spanish Institute, impulsó la solicitud del
Nobel de Literatura para Ramón J . Sender, a quien conoció y ha es-
tudiado en el Congreso celebrado en Huesca en su centenario
(2001).
Suyas son cuidadas ediciones de textos como las Treinta Cartas a
Cahino (1971), la Restitución del Cristianismo de Miguel Servet
(1980), y la Historio, de La Inquisición Española de Henry Charles Lea
(1983) o la muy reciente traducción, con Ciriaco Morón Arroyo, de
la monumental obra sobre la Inquisición de Netanyahu. Colaborador
de la CEA, donde publicó artículos memorables como uno sobre la
| Ángel Alcalá Galve.
célebre "Disputa de Tortosa", la D G A le editó un interesante estudio
sobre Pedro de Arbues.
Editor de las actas de los Congresos internacionales que organi-
zó en Nueva York sobre Inquisición española y mentalidad inquisitorial
(Barcelona, Ariel, 1984) y sobre Judíos, sefarditas, conversos. La expul-
sión de 1492 y sus consecuencias (Valladolid, Ámbito, 1995). H a cuidado
también, en obra primorosa, de la edición de El proceso inquisitorial de
Fray Luis de León, Valladolid, J u n t a de Castilla y León, 1991, lo que
conpleta con el trabajo "Fray Luis de León, Maestro de San J u a n
de la Cruz: de la Exposición del Cantar de los Cantares al Cántico
espiritual" (1992).
Recientes son Soberanía Nacional: origen, desarrollo y límites cara al
siglo XXI. Buenos Aires, Academia Nacional de Ciencias Morales y
Políticas, 1997, su discurso de ingreso como académico correspon-
diente en los EEUU, leído a mediados de 1996; su estudio sobre
Arias Montano (1998) o el libro redactado con Jacobo Sanz: Vida y
muerte del príncipe Don Juan. Historia y literatura (1998).En 2001 ha
publicado Literatura y Ciencia ante la Inquisición española. En 2002,
publicaría una importante biografía del que fuera presidente de la
II República Española, Niceto Alcalá Zamora, recientemente pre-
miada. Y en 2003 prepara un magno encuentro de tres docenas de
expertos de todo el mundo sobre Miguel Servet, sobre el que es au-

148. E n t r e los diversos estudios sobre la o b r a de Gil destacamos los dos libros de
Rosario Hiriart (1981) Un poeta en el tiempo: Ildefoiuo-Maiuwl Gil, y (1984) Ildefonso-Ma-
nuel Gil ante la crítica, así como el libro procedente de la tesis doctoral de M a n u e l Her-
nández M a r t í n e z (1997), Eljikneio cálido Hejde una colina. El cancionero de la vida e)e Ildefon-
lo-Manuel Gil, los tres editados en Z a r a g o z a por la Institución F e r n a n d o el Católico.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

tondad reconocida unánimemente, en el 450 aniversario de su


muerte.
Representante durante un breve periodo del PP en Nueva
York, impulsó como "editor" la creación, en 1998, de la revista Espa-
ñoleé en USA. Revista informativa para. La Comunidad Española en los Esta-
dos Unidos, con artículos suyos como "Nuestra Patria desde esta lade-
r a ' ^ "La Generación del 98".
Conrado Guardiola Alcover (Valdetormo, 1937), doctor en
Letras que, tras impartir clases en la Universidad de Zaragoza, lo
haría en el Montclair State College, en New Jersey y luego, en el
mismo estado, en la Rutgers University. Desde allí, siempre muy
relacionado con su tierra, ha publicado en Zaragoza sus interesan-
tes estudios sobre Cantares de Gesta (1971), EL Romancero y otra poe-
sía de tipo tradicional (1973), Baltasar Gracián: recuento de una vida.
I C o n r a d o Guardiola Alcover. (1980) y numerosos estudios sobre un viejo tema medieval: La ver-
dad actual sobre los Amantes de Teruel (Teruel, IET) y sus muy recien-
tes investigaciones, sobre Juan Fernández de Heredia y otras en curso
de publicación.
Muy arraigado en Nueva York está el sociólogo bajoaragonés
José Casanova, profesor en la New School for Social Research; su
hermano Julián Casanova ha sido en vanas ocasiones profesor en
diversas universidades norteamericanas, especialmente la de Har-
vard y la University of Notre Dame.
Es muy curiosa y no muy conocida globalmente la expansión y
difusión en los Estados Unidos de la obra de artistas aragoneses ,
en concreto en torno a la década de 1970. Además de los que expo-
nen en muestras colectivas, podemos reseñar precedentes en las ex-
posiciones y venta a Museos de Manuel Viola (Zaragoza, 1919) en
1960-1961 en MOMA, Guggenheimy diversos estados (también en
Canadá, Uruguaj', Argentina, etc.); las individuales de Fermín
Aguayo en Nueva York en la Ruth White Gallery (1958) y en la
Hasting Gallery y el Spanish Institute (1973).
José Luis Balaguero (Romanos, Zaragoza, 1930) sería bien co-
nocido en Chicago y otras ciudades de los Estados Unidos: expuso
en 1960 en la Dickson Gallery de Washington; en 1962 en la Mont-
marte Gallery de Chicago; en 1968 de nuevo en Chicago en el Lake
rorest College, y también en la 20/20 Gallery en London (Canadá);
en 1970, en la Public Library de Evanston y en la Larew Gallery de
Chicago; en 1971 en la Sapin Gallery de Nueva York; en 1972 en
tres áreas de Chicago: el Evanston Art Center, la Jacques Barcuh

149. Ver las diversas voces en el Diccionario mitológico de artutao nragonejcv, 1947-
¡978, Zaragoza, I F C , 1983.
Vivir en América: residencia, añoranza e SentSi

Gallery y la Public Library. Por último, en 1973 de nuevo en Chica-


go, en la Beaberg/Isthumus Gallery de Chicago.

Juan Gimeno Guerri (Zaragoza, 1933) realiza en la década de


los 1970 numerosas exposiciones en San Francisco y otras zonas de
California, Nueva York, Boston, Chicago, Reno, etc. y en Vancou-
ver y otros lugares de Canadá. Antonio Marco Palacio (Huesca,
1943) expone en 1974 en la International House de Nueva York.
También expone en Nueva York (Galería Reyn, 1970) el escultor
Eleuterio Blasco Ferrer, exiliado en París desde 1939. También en
esa ciudad expuso, en fecha que desconocemos, otro escultor, José
Gonzalvo. Y Fernando Lerín Tornos (Barcelona, 1929, hijo de
madre aragonesa), que reside en Nueva York entre 1970 y 1972. La
figurinista Áurea Plou (Zaragoza, 1951) se presenta a los Diamond
International Awards de Nueva York, en 1975.

En 1974, el Spanish Institute abre su curso con una conferencia


sobre la obra de Ángel Orensanz (Larués, 1941), quien desde en-
tonces viaja, vive, expone, en esa ciudad de Nueva York y en otros
muchos lugares norteamericanos. Ya en los noventa, Vicente Pas-
cual Rodrigo (Zaragoza, 1955) reside en el estado de Virginia,
luego en el de Indiana y actualmente en Washington. Desde esos lu-
gares, su trabajo se difunde en numerosas exposiciones, en América
y España. En fin, desde finales de los noventa del siglo XX, vive y
trabaja en Nueva York como fotógrafo, publicista, escritor y comu-
nicador, Kike Calvo, que tras estudiar Economía en la Universidad
de Zaragoza y exponer en España y Europa, es hoy reconocido
como fértil creador.

Desde una perspectiva institucional, en 1983 tuvo lugar un viaje


a Nueva York para presentar la cultura aragonesa, organizado por el
Departamento de Cultura y presidido por el consejero, José Ramón
Bada, en el que participaron José Antonio Labordeta, Guillermo
Fatás, Antonio Fernández Molina, J.L. González Uriol y otros.
Hubo una exposición de arte, un concierto de Uriol al órgano y al- Obra de Ángel Orensanz.
gunas conferencias. Se había mostrado, al menos, una voluntad de Alonumento a la Jacetama.
presencia, de afirmación de lo aragonés, en la que hace décadas ejer-
cía como "capital del mundo".

Finalmente, en 1992 y 1993 visitó Nueva York el presidente del


Gobierno de Aragón Emilio Eiroa, quien, acompañado por el con-
sejero de Economía Santiago Lanzuela, el presidente de la Cámara
de Comercio de Zaragoza Miguel Monserrat y diversos represen-
tantes de empresas (entre ellas, General Motors) y entidades finan-
cieras aragonesas, mantuvieron encuentros con la Asociación Améri-
ca-Comunidad Europea, entidades financieras como el Chemical
Bank, el grupo Merry Lynch, y la Cámara de Comercio Española de
I G r u p o del Centro Aragonés de N u e v a York, 1929 (fotografía cortesía de D . J o s é Luis
Gracia Finard).

Nueva York, que dedicó ese año a Aragón su gala anual. En dicho
viaje también se entrevistó con algunos aragoneses en Manhattan.
En cuanto al cine, no es único el caso de los Garci, Trueba o Al-
modóvar, que buscan el aplauso de Hollywood, de los Oscars de la
Academia, del público espectador. También rodó en los Estados Uni-
dos, y con notable éxito, José Luis Borau quien, tras el intento de un
cine americano de serie "B" con "Hay que matar a B", se lanza a rodar,
no sin dificultades, "Río Abajo", sobre los problemas de la frontera
entre Estados Unidos y México. Como ha contado Sánchez Vidal, "la
filmación se llevó a cabo en los mismos lugares donde se supone que
transcurre la acción, con no pocos personajes que incorporan los pa-
peles que hacen en la realidad". El propio Borau declararía: "No es
propiamente una película sobre los mojado*), sino sobre ese comglome-
rado heterogéneo de personas que viven en ese lugar... Un mundo que
crece y se desarrolla abonado por la situación que crea esa división
política y artificial. Las fronteras, en mi opinión, enmarcan los egoís-
mos humanos, los intereses políticos..." Y Víctor Erice comentaría así
la peripecia del rodaje: "sus llamadas a puertas de los estudios, la difi-
cultad del diálogo, las imposiciones imposibles de aceptar, es una lec-
ción que no se olvida... su decisión de atravesar la frontera que separa
al cine europeo (y no digamos nada, si además se trata de un director
español) del americano, con su decepcionante resultado final, cierra el
capítulo de una experiencia extraordinaria..."

150. Ver el a p a r t a d o que le dedica Agustín Sánchez Vidal en (1991) Tred aventu-
rad amencanutaj. Zaragoza, Comisión Aragonesa V Centenario, del que está t o m a d a la
información y texto.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidi

4.7. Otros viajeros y emigrantes especiales


de varios destinos
Tenemos muy pocas y no documentadas noticias de aragoneses
con otros destinos o que recorren (como ya hemos señalado en el
caso de cantantes, actores, conferenciantes, etc.). Sirvan de ejemplo
más o menos pintoresco los periplos del boxeador Ignacio Ara, de
Sigues, que regresa de América en octubre de 1929, vencedor y en-
salzado por la crítica. Tras tres peleas (dos victorias) en Inglaterra,
gana todos los combates en América, a donde regresará en breve,
pues por el momento no piensa luchar en España. Pero tanto en
ese como en otros casos se trata, con frecuencia, bien de casos aisla-
dos, bien de diferentes tipos de profesionales que, por su naturaleza,
estaban destinados a permanecer un tiempo acotado.
Es el caso singularísimo de los misioneros de las diversas órde-
nes religiosas, por ejemplo. Un asunto que, por sí solo, requeriría un
muy amplio estudio. Para paliar, en parte, esa laguna, a la altura de
1992, indagamos y por amabilidad del entonces obispo de Barbastro,
E n t r e otros autores aragoneses que
Ambrosio Echebarría, responsable de la Animación Misionera en vieron celebrar sus obras en América
Aragón, supimos que los misioneros aragoneses en el mundo eran estaba Leopoldo Romeo.
636, de los cuales más de las dos terceras partes, 435, en América ,
donde están muy repartidos, pero donde más abundan es en Vene-
zuela, 76; Argentina, 55; Perú, 43; Colombia, 27; Chile, 27; México,
26; Estados Unidos, 26; Puerto Rico, 25 y Ecuador, 21). Muchos
son herederos de la evangelización de los siglos XVI al XIX, pero
otros desempeñan ahora otras tareas, desde profesores universitarios
a sanitarios y asistentes sociales. En muchos casos, se trata de reli-
giosos que pertenecen a una "provincia" compartida por España y
uno o mas países de América, aunque ese modelo va desapareciendo.
Un caso especial, y del que poseemos más información, es el de
los escolapios aragoneses, que fundaron y dirigieron casas y cole-
gios en Argentina y Chile (funcionando como una vice-provincia
conjunta hasta 1897), y también en Puerto Rico y Estados Unidos.
Las primeras fundaciones fueron en Copiapó (1887), Buenos Aires
(1891), Providencia (Santiago de Chile, 1896), y a ellas siguen la
fundación llamada de Pontevedra (1902), General Paz en Córdoba
(1903), San J u a n (Santiago de Chile, 1904), Sucre (1906), Colegio
de Santiago de Chile (1917), Río Cuarto (1927), Rosario y Tren-
quen Lanquen (1937), que durante la II República se convertirán en

151. Heraldo ?eAragón, 15-10-29.


152. En los otros continentes se cuentan 85 en África (de ellos 24 en Zaire), 70
en seis países de E u r o p a (casi todos en Francia e Italia), 45 en cinco países de Asia (la
mitad de ellos en la India), y 1 en Australia. Ver la publicación Aragón müwnero, que
hace un seguimiento de esas tareas.
208 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

" M u t u a s Escolares de P a d r e s de Familia" o como u n a Sociedad


A n ó n i m a de E n s e ñ a n z a Libre, p a r a salvar la situación legal. E n
1964 se desgajó como Provincia i n d e p e n d i e n t e la de Argentina, en la
q u e h a b í a 78 religiosos y 3.824 alumnos.

P o r o t r a parte, las Escuelas Pías d e la Provincia de A r a g ó n fun-


d a r o n casas p r o p i a s en N u e v a York (1950, u n a Residencia Calasanz
p a r a estudiantes en M a n h a t t a n ) y P o n c e de P u e r t o Rico (1956, pa-
r r o q u i a de Salinas, y p r o n t o en la Universidad Católica de S a n t a
M a r í a d o n d e se d a n clases y se establece o t r a Residencia, Colegio
Ponceño, Colegio Calasanz de San J u a n ) constituyendo con a m b a s ,
en 1960, u n a Delegación provincial. E n 1976 eran veinte los religio-
sos adscritos a esta Vice-provincia aragonesa. ° E n el caso de los
agustinos, desaparecidos de Aragón d u r a n t e casi u n siglo, la m e m o -
ria de su actividad misionera apenas alcanza hasta comienzos del
siglo X I X . Y lo mismo p o d e m o s decir de o t r a b u e n a crónica sobre
los capuchinos.

La busca en los archivos de todas y cada u n a de las ó r d e n e s mi-


sioneras, y p a r a toda América, h a b r á de ser a r d u a y difícil (agujas en
un inmenso pajar) y quizá diferida a u n m a y o r acopio d o c u m e n t a l
en la red informática. H a s t a entonces, nos n u t r i m o s apenas de meras
anécdotas aisladas, como la de la H e r m a n a z a r a g o z a n a Sixta C u i t a r -
te, de S a n t a Ana, g o b e r n a d o r a del lazareto establecido en la isla de
la Providencia, Venezuela. O sobre la m u y a r a g o n e s a fundación
de los P P Pasionistas ( r e c o r d a m o s al incansable Teodoro Molina,
de Azuara, p o r ejemplo) tienen desde A r a g ó n u n a especial actuación
misionera en M é x i c o y Venezuela. P e r o el hilo se haría finísimo e in-
terminable. Q u e d e a p u n t a d o . Y lo mismo p o d r í a m o s decir de la im-
p o r t a n t e presencia, a lo largo sobre todo de la s e g u n d a mitad del
siglo X X , de aragoneses pertenecientes al cuerpo diplomático. O ,
sobre t o d o en los últimos lustros, de empresarios e m p r e n d e d o r e s .

Y, no en último lugar, otro tipo de "misionero": el g r a n lingüista


Manuel Alvar a la cabeza d e u n a generación de filólogos a r a g o n e s e s
q u e estudian y viajan a América. El maestro, tras sus viajes, en los
q u e h a profesado e investigado de u n o al otro e x t r e m o del continen-
te, siendo m u y r e c o r d a d o en la U n i v e r s i d a d de California en Los
Angeles, ofrece "numerosas aportaciones sobre cronistas de Indias,

153. Claudio Vilá (1978), P P . 105-110.


154. Claudio Vilá, (1978), P P . 108-109.
155. Ver Al. Barrueco Salvador (1989) Agn,ilino,i aragoncieJ niunoneroj, Zaragoza,
Comisión A r a g o n e s a V Centenario.
156. Luis Longás Otfn (1990) LOJ capuchinos aragoneja en Venezuela, Zaragoza,
Comisión Aragonesa V Centenario.
157. La Voz de Aragón, 1-9-28.
Vivir en América: residencia, añora/iza e identidad 209

cuestiones sociolingüísticas del n u e v o M u n d o y... el p r o y e c t o en co-


laboración con Antonio Ouilis del Atlas Lingüístico de H i s p a n o a m é -
rica". Publica i n n u m e r a b l e s trabajos en E s p a ñ a , p e r o t a m b i é n en
América: en México en la Nueva Revista de Filología Hispánica, en Sim-
posio de Méjico, en Anuario de Letras, en el Instituto de Investigacio-
nes Filológicas; en la Revista de Estudios Hispánicos de Río Piedras,
P u e r t o Rico; en el Boletín del Instituto Caro y Cuervo de Bogotá, d o n d e
t a m b i é n publica Leticia. Estudios lingüísticos sobre la Amazonia colombia-
na y Juan de Castellanos. Tradición española y realidad americana, a d e m á s
de asesorar, junto con Tomás Buesa, el Atlas Lingüístico-Etnográíi-
co de Colombia, en seis tomos, Bogotá, 1981-1983; en Románica, de
L a Plata... En su línea, trabajan y publican sobre esos t e m a s el cita-
do Tomás Buesa, J o s é M a r í a Enguita, J u a n Antonio F r a g o y
otros.168

158. J o s é M a r í a Enguita (1990) Las hablas hispanoamericanas en el quehacer filoló-


gico i)e los aragoneses, Zaragoza, Comisión Aragonesa V Centenario.
5. Las relaciones con Aragón

I El entonces presidente del Gobierno de Aragón, Hipólito Gómez de las Roces visitó en la Casa
Rosada al presidente de Argentina, Carlos R. Menem,

En el largo siglo que siguió a la independencia de los países


continentales de la América hasta entonces colonia española, y en las
décadas tras la pérdida en 1898 de Cuba y Puerto Rico, la política
de los diversos gobiernos turnantes había procurado mantener unas
relaciones prudentes y discretas con los tan oscilantes y diversos re-
gímenes. Los viajes de políticos, representantes de la vida social y
cultural, o del mundo del espectáculo, cubrían las apariencias de
normalidad y hasta cordialidad, como hemos visto, si bien el prove-
cho sacado por España en el contexto estratégico internacional o en
el económico fue, por lo general, escaso.
En cambio, tras la guerra civil, la política del general Franco y
sus ministros de Asuntos Exteriores estuvo dirigida, aunque más re-
tóricamente que otra cosa, a recuperar el liderazgo espiritual sobre
"Hispanoamérica", lo que pudo alcanzar cierto predicamento en los
países cuyos regímenes simpatizaban con la dictadura española, lo
que ocurriría en bastantes ocasiones, especialmente en los gobiernos
212 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

de las g r a n d e s dictaduras, del Trujillo de S a n t o D o m i n g o al Perón


de A r g e n t i n a y sus sucesores militares en el poder, o P i n o c h e t en
Chile y un terrible etcétera.
En la posguerra, en Aragón, d e n t r o del clima auspiciado p o r el
régimen de Franco, se mira hacia esa H i s p a n o a m é r i c a con un sentido
religioso misionero y u n a exaltación de u n imperial y glorioso p a s a d o .
La Universidad vive de las rentas de u n a generación de historiadores
( S e r r a n o y Sanz, Ibarra) q u e estudió con rigor ese p a s a d o común,
p e r o al que poco se a p o r t a ahora. Los poderes públicos identifican
americanismo y pilansmo, mezclando los mensajes ( D í a del Pilar,
D í a de la Raza, D í a de la Hispanidad, conmemoración del D e s c u b r i -
miento de América). A la v e t e r a n a revista EL Pdar, se u n e en 1942
Doce de Octubre, que censa y describe la devoción pilarista en América,
casi como su tema central. A los trabajos en ese sentido de Francisco
Gutiérrez Lasanta Hit torta c)e la Virgen del Pilar se u n e n otros del canó-
nigo L e a n d r o Aína, p r e o c u p a d o p o r rastrear hasta la última capilla
de los Andes o el Caribe d e d i c a d a a la Virgen del Pilar.

En 1950, nace, en u n esfuerzo solemne y conjunto de institucio-


nes del Régimen, el Instituto Cultural Hispánico de Aragón, que di-
rige el catedrático de Veterinaria J u a n B. Bastero, auxiliado p o r el de
Medicina, R o m e r o Aguirre, y p o r u n g r u p o de personalidades de la
vida económica, social y cultural zaragozana: los catedráticos Lorente
Sanz y C o r o n a Baratech; los eruditos Caruana, Del Arco y S e r r a n o
Montalvo; los periodistas R. S a l a n o v a y E. Alfaro; los clérigos G. La-
santa y M . Carceller; el abogado F. de Asís S a n c h o Rebullida y el in-
dustrial A n d r é s Izuzquiza... E n el n° 1 de su Boletín, que nace en 1954,
se explicitan los fines de dicho Instituto, "de carácter privado, p a r a el
estudio, defensa y difusión de los ideales de la Hispanidad", concre-
tando sus fines en: "a) exaltar el contenido apostólico y cultural de la
Hispanidad; b) investigar y p r o p a g a r la influencia de Santa M a r í a del
Pilar en la Hispanidad; c) estudiar la presencia de Aragón en el pasa-
do de la Hispanidad e incorporarlo en el presente; d) formar a las
nuevas generaciones en estos ideales y darles viva realidad".

P e r o el alejamiento, reforzado p o r la dificultad y carestía de los


viajes h a s t a la época del E s t a d o del bienestar y el ocio, continuó,
siendo frecuentes y simultáneos la cita r e c u r r e n t e de tópicos sobre
los países hermanos... y el olvido más absoluto de las autoridades,
los medios, el curriculum escolar, los temas de conversación, salvo
en los casos de p r o x i m i d a d o p a r e n t e s c o con personas allí residente.

D e s p u é s de m u c h o s años de alejamiento y olvido, en la d é c a d a


de los n o v e n t a del siglo XX, y sin d u d a como efecto de la d e m o c r a -

159. Vélez J i m é n e z , Palmira (1990) FÁ ainerieanunno contemporáneo en Aragón. Za-


ragoza, Comisión Aragonesa V Centenario.
Vivir en America: rejidencia, añoranza e identu

cia y el renovado aragonesismo, resurge el interés desde Aragón por


la suerte de esos resistentes de la "comarca número 34". A su vez, a
partir de la existencia de un Gobierno autónomo aragonés, y espe-
cialmente en los últimos años, entre los emigrantes aragoneses en
América ha renacido la ilusión e interés por las cosas de su tierra de
origen. Desde luego que también acucian las cuestiones materiales,
debido a la crisis aguda que, sobre todo en la Argentina y en Cuba,
se han hecho endémicas; pero no menos el interés por las raíces cul-
turales identitarias (piden y reciben lotes de libros, revistas, prensa,
etc.; oyen la radio y ven la televisión; se conectan por la red con
cientos de sitios y páginas de su tierra).
Los aragoneses en América, en especial los de Argentina y Chile
(y los de México, como ya queda adelantado), han sido visitados re-
petidamente por autoridades y representaciones. El primero en ha-
cerlo institucional mente fue el presidente de la Diputación General
de Aragón, Hipólito Gómez de las Roces, que recorrió Argentina y
Chile en 1990 acompañado del director general de Acción Cultural, A fines de 2002 se celebró el hasta
Pedro Sancristóbal, descubriendo a gentes entusiasmadas porque al- ahora principal encuentro
de aragoneses organizados en Casas
guien, al fin, desde Aragón se acordaba de ellas. Así nos lo ha recor- y Centros fuera de Aragón.
dado aquél: "creo que sí, que fui el primer Presidente de Aragón que
visitó como tal, Argentina y Chile, invitado por las Casas Aragonesas.
No era un viaje "comercial" pero opino que permitió abrir una vía de
aproximación mercantil con Chile, que ahora creo que funciona bas-
tante bien. Todo discurrió normalmente". En cuanto a su entrevista
con Carlos Menem nos señala: "Fue en el despacho de la Casa Rosa-
da, al que se accedía sin excesivas dificultades. El Presidente me pa-
reció un hombre abierto y al que debían de ayudar buenos asesores".
Ese mismo año llegan a Argentina los portavoces de los diferen-
tes partidos representados en Cortes, con su presidente, Juan Mon-
serrat. También el alcalde de Zaragoza, Antonio González Triviño
y un grupo de concejales. Y el presidente de Amigos del Floklore del
Alto Aragón, Rafael Ayerbe. Y acuden a Buenos Aires representan-
tes de los grupos de Alar del Plata y de Chile, tras lo que se realiza el
Primer Congreso de Centros Aragoneses del Cono Sur.
En julio de 1991 visita Buenos Aires el Justicia de Aragón,
Emilio Gastón. Poco después lo hace la profesora María Dolores
Albiac, directora científica de las ediciones aragonesas sobre el V
Centenario. En noviembre de 1992 lo hace el entonces presidente
del Gobierno de Aragón, Emilio Eiroa, que recorre Argentina y
Chile acompañado de algunos políticos y empresarios aragoneses,
entre ellos el consejero de Industria Rafael Zapatero, buscando

160. Datos en Federación de Sociedades Españolad en BuenoJ Aire,,, 1942-1992 (1992),


pp. 48-49.
214 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

ampliar, j u n t o a los políticos y culturales, lazos comerciales. Coinci-


de en Buenos Aires con el entonces director de General M o t o r s en
Figueruelas, Perversi; y le recibe con especial alecto el embajador
español, el zaragozano Rafael Pastor Ridruejo. El balance de los
empresarios, entre los q u e figuran dos vicepresidentes de la C á m a r a
de Comercio, es positivo: la e m p r e s a T A I M , p o r ejemplo, espera re-
cibir un pedido chileno p o r más de 700 millones de pesetas, y "en
Argentina, cinco firmas h a n c e r r a d o y a algún negocio y en las más
de 300 entrevistas realizadas los empresarios de la c o m u n i d a d autó-
n o m a han visto cubiertos sus objetivos".

O t r o s viajeros, m u c h o más recientes, son los m i e m b r o s de la


F u n d a c i ó n G a s p a r Torrente Chesús Bernal y B i z é n Fuster, q u e
fueron a A r g e n t i n a y Chile del 14 al 23 de enero de 2003.

A su vez, se h a invitado en varias ocasiones a los emigrados a


viajar a Aragón. Así, en la p r i m a v e r a de 1991 realizaron u n viaje fi-
nanciado í n t e g r a m e n t e p o r la D G A u n a veintena de aragoneses en
la Argentina. D e B u e n o s Aires participaron M . Asensio, R. Gonzá-
lez, M . Ruiz, J . Marín, J . Vilella, M . Berenguer, R. M a r t í n , F Sara-
sa, F Linares, F L a u r i a y J o s é J u l i á n Bernal, q u e redactó u n a am-
plia crónica, y a resumida. J u n t o a ellos viajaban también otros
nueve r e p r e s e n t a n t e s de la U n i ó n A r a g o n e s a de M a r del Plata:
"había algunos q u e no habían estado n u n c a en España, otros retor-
n a b a n d e s p u é s de su p a r t i d a de emigrantes hacía 39 años, otros
hacía poco que habían estado". (Berna! hacía 16 años q u e no pisaba
su tierra, p e r o p o c o después, hacia 1997, regresó u n a última v e z ) .
Acudían al I Congreso Mundial de Casas de Aragón, q u e enviaron
a unos 300 delegados. E n las sesiones intervienen el Justicia, E m i l i o
Gastón, quien declara q u e "Aragón necesita r e c u p e r a r a sus hijos y
contar con sus emigrantes según el artículo n" 42 del E s t a t u t o de
A u t o n o m í a " y p r o p o n e estudiar u n a política de r e t o r n o y reconocer
d e r e c h o y obligación de los emigrantes "a c o o p e r a r con el e n g r a n d e -
cimiento de Aragón". P o r su parte, el presidente G ó m e z de las
Roces intervino diciendo: "Gracias. E s a es la p r i m e r a p a l a b r a q u e
deseo dirigiros... Gracias p o r v u e s t r a asistencia; a q u í estamos todos,
presentes o r e p r e s e n t a d o s . N o falta nadie. Bienvenidos a Aragón,
bienvenidos a v u e s t r a Casa. H e m o s recorrido un camino laborioso
de dificultades desde q u e anuncié en Buenos Aires q u e el Consejo
de G o b i e r n o de la D G A había decidido convocar este Congreso".
Aseguró q u e tras estudiar el repertorio de p r o b l e m a s h a b r á de darse
u n a r e s p u e s t a política que, advirtió, "no formará parte de n i n g u n a

161. Nicolás Espada, "Aragón gan¿i mercados en S u r a m é n c a " , El Periódico de


Aragón, 9 de noviembre de 1992, p. 25.
Vit'ir en América: reÁdaicia, añora/iza e idealidad 215

oferta electoral". En el mismo sentido se manifestó el consejero de


Presidencia, José Ángel Biel, quien señaló que el Congreso "no será
un viaje turístico a sus orígenes, sino un fuero de trabajo del que sal-
drán medidas concretas sobre la nacionalización de hijos de arago-
neses emigrados y un programa de colaboración cultural entre las
Instituciones y estos centros sociales instalados fuera de la Comuni-
dad Autónoma". Los viajeros fueron objeto de muchas atenciones,
obsequios, recepciones, y viajaron por todo Aragón. Una de las re-
cepciones más emocionantes fue la del pleno de las Cortes de Ara-
gón, en el palacio de la Aljafería.
Bernal concluye con esta reflexión su larga y prolija crónica del
viaje de 1991: "Las poblaciones de la República Argentina están pre-
paradas para venir a hacer dinero y marcharse; lo primero, no lo
hice, y lo segundo, aunque sea sin pensarlo, eché mis raíces aquí, y
me quedaré eternamente. La vieja Europa tiene historia, tiene pasa-
do, ha tenido que pagar muy alto precio para ser lo que es hoy, pero
los resultados están a la vista. A los sudamericanos nos faltan varias
generaciones de bienaventuranzas y sufrimientos..."
Ese tipo de viajes, a los que se sumaría pronto, en vísperas del
V Centenario del Descubrimiento el célebre plan "Añoranza", finan-
ciado por Iberia, permitirían regresar, como en un sueño, por unas
semanas, a emigrantes de diversos países, como ya hemos visto. Por
lo demás, cuando son sabedores de las viejas emigraciones, de los
avatares por los que han pasado sus paisanos y, en general, los siem-
pre acogedores argentinos con los que España tiene antiguas deu-
das, las gentes de Aragón suelen tener un alto grado de simpatía y
una propensión a favorecer la ayuda, en la hora de los problemas.
Eso ocurre tanto en casos en que aislados o en grupo vienen a vivir a
Aragón gentes de Argentina, descendientes o no de aragoneses o es-
pañoles (el caso más conocido es el de varias familias en Aguaviva),
cuanto en actos celebrados en su apoyo, como ocurre últimamente
con las Trobadas de Folclore Aragonés. La VI, que tuvo lugar en el
Auditorio de Zaragoza el día 5 de marzo de 2003, organizada por la
Asociación Cultural Xinglar, con actuaciones de Carlos y Hernán,
Escuela Municipal de Folclore de Zíiragoza, Asociación Cultural
Zarzana, Xinglar y el grupo folk Borma y Zambra. "Los beneficios
obtenidos —se indicaba en la nota de prensa— se entregarán a los ara-
goneses residente en Argentina".

162. J . J . Bernal, "Viaje a España, 18 de abril a 18 de mayo de 1991", texto in-


édito.
216 ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Las Casas aragonesas en Argentina, q u e h a n celebrado hasta el


m o m e n t o cinco E n c u e n t r o s , son las q u e más vitalidad tienen en t o d a
América. D e n t r o de la r e n o v a d a actividad organizativa de la F e d e r a -
ción de C o m u n i d a d e s Aragonesas del Exterior, se han llevado a cabo
diversas reuniones q u e h a n c o n t a d o siempre con la asistencia y alto
p r o t a g o n i s m o de los r e p r e s e n t a n t e s de Argentina. D e s d e 1991, en
que tuvo lugar en Z a r a g o z a el Primer Congreso Internacional de
Casas de Aragón, h a n tenido representación en esos e n c u e n t r o s las
diversas organizaciones de aragoneses en América.

D e especial relevancia fue el Congreso de Comunidades Ara-


g o n e s a s del Exterior celebrado en las tres capitales aragonesas del
18 al 21 de o c t u b r e de 2002. A él asistieron, p o r el Círculo de Ara-
gón de Buenos Aires F e r n a n d o Daniel H e r m i d a Nivela, Ricardo Fa-
bián Perales Linares, M a r i a n o González N a b o n a , y el r e p r e s e n t a n t e
en Z a r a g o z a M a t e o L a c u e b a Peiró; p o r el de La Plata, Sebastián
J o s é Galán, J u a n Adolfo del Pozo Andolz, M a r í a A r á n z a z u Vicente
y el r e p r e s e n t a n t e en Z a r a g o z a Luis Ignacio F e r n á n d e z Irigoyen;
p o r la Unión A r a g o n e s a del M a r del Plata, Samuel Miguel Calomar-
de, Daniel Antonio M o n z ó n , Verónica Edith D e a n e s y la r e p r e s e n -
tante en Z a r a g o z a Angelines Alamán Ibáñez; p o r la de M e n d o z a ,
J e s ú s Ángel Lostes; p o r el de Rosario, Pilar Valero Abizanda, A n a
M a r í a Montolio Flamini, Marisol R o m a n o s y la r e p r e s e n t a n t e en
Z a r a g o z a Conchita Pérez C u a r t e r o ; p o r M e n d o z a , Angela U ñ e t a
AJmau, E d u a r d o P o h t i n o Longás y el r e p r e s e n t a n t e en Z a r a g o z a
J a v i e r Tarodo Quintilla.

E n dicho e n c u e n t r o p r e s e n t a r o n sus ponencias El J u s t i c i a de


Aragón, Fernando García Vicente, sobre " D e r e c h o aragonés", y el
catedrático de D e r e c h o A n t o n i o E m b i d Irujo sobre "Los derechos
de los aragoneses q u e residen fuera de A r a g ó n y la regulación de las
Casas y C e n t r o s de Aragón". El segundo, u n amplio y m u y docu-
m e n t a d o trabajo, concluye que, a pesar de ser el E s t a t u t o a r a g o n é s
u n o de los once q u e se o c u p a n de los asentados fuera de su C o m u n i -
dad, y haberse legislado p o s t e r i o r m e n t e sobre el t e m a en 1985 y
2000, primero sobre los centros aragoneses y su participación en la
vida cultural y social de Aragón, y luego p r o p i c i a n d o "un giro en la
política seguida en este ámbito, c e n t r a n d o su p r e o c u p a c i ó n en las
p e r s o n a s físicas q u e h a n salido de Aragón i n t e n t a d o propiciar medi-
das que faciliten su retorno", se echa a faltar en esta última y más
completa ley u n p r e c e p t o que defina q u é se entiende p o r C o m u n i d a -
des Aragonesas en el exterior y las razones de p e r t e n e n c i a a ellas, su
censo, el concepto de r e t o r n o legal, el d e r e c h o a ciertos beneficios
económicos, la concepción fiscal y p r e s u p u e s t a r i a p a r a estos asun-
tos, su organización interna, etc.
Vivir en América: residencia, añoranza e identidad 217

Por su parte, los jóvenes pidieron "que se facilite a los Centros y


Casas la instalación de hardware y software necesario para una ade-
cuada conexión a Internet; dotar a la página web del Gobierno de
Aragón de un apartado en el que figuren las web y los e-mail de los
Centros y Casas, proporcionando de esta manera el intercambio de
información y materiales"; subvenciones, representación actividades
culturales, etc. En cuanto a los jóvenes venezolanos, a través de Ri-
chard Comín reclaman "los mismos derechos y deberes que cual-
quier aragonés". El antropólogo residente en Cuba José Valero
Salas plantea que las Casas sean lugares de encuentro intercultural y
espacios de tolerancia y generosidad. En fin, en la clausura, Daniel
Antonio Monzón, de Mar del Plata, representante de las casas de
Aragón en América, asertó "la firme convicción de continuar con el
testimonio de nuestros mayores y mantener alta y viva la llama de
Aragón aun a tantos kilómetros de distancia, océano por medio. Son
tiempos difíciles, sobre todo allá, en América, pero si hay un herma-
no que nos escucha y una mano que se tiende, la carga se comparte
y seguramente se soporte mejor .

Con motivo de dicho Congreso se realizaron diversas publica-


ciones: el libro Aragón, tierra que IIOJ une (Gobierno de Aragón-CAI,
Zaragoza, 2002), la historia novelada de una familia emigrante a la
Argetina: Entre dos mundos... y una ilusión (DGA-Centro Aragonés de
La Plata, 2002), escrita por Ramón Acín, Julieta De Zan y Luis Ig-
nacio Fernández Irigoyen, y las actas: Congreso de las Comunidades
Aragonesas del Exterior: crónica y documentación (Gobierno de Aragón-
CAI, Zaragoza, 2003).
Posteriormente, en los días 4 y 5 de abril de 2003, tuvo lugar en
la sede del Gobierno de Aragón, el II Encuentro de Jóvenes de las
Casas y Centros Aragoneses del Exterior.
El camino parece claramente retomado. Es un deber no sólo hu-
manitario y solidario, sino también de atención a quienes, hijos de
esta tierra, en épocas en que les era inhóspita, difícil para trabajar y
vivir, hubieron de marchar a otras muy lejanas, allende los mares, en
muchos casos para morir sin retornar. El ciclo se está cerrando.
Ahora muchos de sus descendientes reclaman la nacionalidad, acaso
un puesto de trabajo, una mejor vida. Ojalá supiéramos, al menos,
recibirles con el mismo talante y generosidad con que los nuestros
fueron allí, por las gentes de esos países hace cien, ochenta, sesenta,
cuarenta años, recibidos.

163. Cangrejo de la.i Comunidades..., p. 399.


Apéndice I. Casas de Aragón en América

| Sede del Círculo de Aragón de Buenos Aires.

Como colofón, ofrecemos una información muy recientemente


contrastada: la de las direcciones, teléfonos y correos electrónicos de
las diversas organizaciones y asociaciones de los aragoneses estable-
cidos actualmente en América.
Círculo de Aragón de Buenos Aires. Sede en Fray Justo
Santa María de Oro, 1872. Buenos Aires. (Argentina) Telef. 0054-
1147744172. E-mails: caragonbsas@hotmail.com, circulodeara-
gon@movi.com.ar
Centro aragonés de La Plata. Calle 15 entre 33 y 34 (Salones
de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar) 1900 La Plata (Argen-
tina), Telef. 0054-2214829473 wvvfw.centroaragonlaplata.org.ar
Union Aragonesa de Mar del Plata. Hipólito Irigoyen, 3077.
7600 Mar del Plata. Telef. 0054-23800352
Casa de Aragón de Mendoza. Avda. España, 974, 8° F. Mendo-
za (Argentina), e-mail: casadearagondemendoza@nolsinectis.com.ar
Centro aragonés de Rosario. Rioja, 1052. 2000 Rosario-Santa
Fe (Argentina), te!. 0054-41384508y 0054-41394564 | Centro aragonés de La Plata.
I Unión Aragonesa de Mar del Plata,

| Casa de Aragón de Mendoza.


I Unas representantes del Centro aragonés de Rosario.

| Sede de la Asociación de Amigos de Aragón en el Brasil.


I hvscudo utilizado por los aragoneses
de Cuba.

| Fiesta de jota en la colectividad aragonesa de Chile.

Asociación de los Amigos de Aragón. Cyro Vellozo, 474. Curi-


tiba (Brasil). Telef. 0055-413326400. Asociaciondelosamigosde ara-
gon@brturbo.com.br
Colectividad aragonesa de Chile. Neverías, 4855. Los Condes.
Santiago de Chile. Tel. 0056-26950674. E-mail, aragonchile@entel-
chile.net
Sociedad Aragonesa de Beneficencia de Cuba. Gahano, 162,
2 o F. 10200 La Habana, Cuba.
Agrupación Aragonesa de Venezuela. Avda. El Paují con
Avda. Norte, 1. Edil'. Sport Los Naranjos. 1061 El Hatillo (Cara-
cas) . www.aragonenvenezuehi.8m.com
I Sede de la Agrupación aragonesa
de Venezuela, en Caracas.
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Polígrafa.
Este libro se terminó de imprimir
el día 31 de marzo de 2003,
primer día de circulación del sello
dedicado a Ramón J . Sender
iniciada en el Instituto Goya de Zaragoza
del que fue alumno,
gracias a los desvelos
del profesor del mismo
Mariano Armada.

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