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biblia
Ariel Álvarez Valdés
Pero las tentaciones que le sucedieron rre en el desierto. Pero para la segun-
a Jesús según el evangelio resultan ra- da, el diablo aparece trasladándolo
rísimas. ¿Cómo puede decirse que personalmente al Templo de Jerusa-
son las mismas que las de nosotros? lén (Mt 4,5). ¿Cómo lo transportó?
¿Alzándolo? ¿Volando? Esto exigiría
En primer lugar, extrañamente el dia- aceptar que el diablo realizó un por-
blo aparece de un modo frontal, sin tento impresionante. ¿De dónde sacó
camuflajes ni caretas, lo cual contradi- poder para obrar milagros, cuando la
ce la forma habitual en que suele re- tradición bíblica sostiene que sólo
presentárselo. Y así, a rostro descu- Yahvé puede hacerlos? (Sal 72,18;
bierto lo invita a pecar. En segundo lu- 86,10; 136,4).
Por si fueran poco insólitas estas ten- Todo esto invita a suponer que, si
taciones, aparece Jesús cambiando bien Jesús tuvo tentaciones durante
extravagantemente de escenario. La su vida, la forma como están aquí
primera tentación, por ejemplo, ocu- contadas no es histórica. Se trata más
bien de una creación literaria de los sólo en tres, porque éste es un núme-
evangelistas con el fin de dejar una ro simbólico que aparece muchas ve-
enseñanza religiosa, una idea válida ces en la Biblia con el sentido de «to-
para la vida de los creyentes, que tro- talidad». Tal simbolismo quizás le
piezan con sus tentaciones en el venga por el hecho de que tres son las
desierto de la vida. dimensiones del tiempo: pasado, pre-
sente y futuro. Por tanto, decir tres es
En primer lugar, Jesús tuvo tentacio- de algún modo decir «siempre» o
nes no un solo día, sino todos los días «todo». Por ejemplo, los tres hijos de
de su vida. Él mismo les dijo una vez Noé (Gn 6,10) representan a la totali-
a sus apóstoles: «Vosotros sois los que dad de sus descendientes. Y las tres
habéis perseverado conmigo en mis prue- veces que Pedro negó a Jesús (Mt
bas; yo, por mi parte, dispongo un Reino 26,34) simbolizan la totalidad de las
para vosotros, como mi padre los dispuso veces que le fue infiel.
para mí» (Lc 22,28-29). ¿En qué (prue-
bas) tentaciones lo acompañaron sus
apóstoles? No ciertamente en las del
desierto, donde aparece solo, sino a lo
Jesús sale victorioso de esas
largo de su vida pública. mismas tentaciones, forma el
En efecto, por los evangelios sabemos
nuevo pueblo, la nueva raza
que quisieron tentar a Jesús muchas de hombres, y puede realizar
veces. Como cuando «se le acercaron el programa liberador
los fariseos y saduceos para tentarlo y le
encomendado por Dios al
pidieron una señal en el cielo» (Mt 16,1).
O la vez que le preguntaron «para ten- antiguo Israel
tarlo: ¿puede uno por cualquier motivo
divorciarse de su mujer?» (Mt 19,3).
O cuando él contestó a los que le inte- Las tres tentaciones del Señor reflejan,
rrogaban si había que pagar o no los entonces, todas la veces que él estuvo
impuestos: «¡Hipócritas! ¿Por qué me expuesto a ellas durante su vida.
tentáis?» (Mt 22,18). O el día en que le
trajeron una mujer sorprendida en
adulterio «para tentarlo» (Jn 8,6). Viejas tentaciones para un nuevo
pueblo
probar que Dios lo cuida siempre y no También Israel en el desierto tuvo es-
permite que le suceda nada. De paso, ta tentación: abandonar a Yahvé y ha-
realiza un milagro maravilloso. cerse un ídolo, un becerro de oro pa-
ra adorarlo. Y había sucumbido ante
También Israel había pasado por una ella (Ex 32). Con su infinita y habitual
situación parecida. En la localidad de paciencia, Moisés dirigió un discurso
Masá, en el desierto, había faltado el al pueblo antes de entrar en la tierra
agua. Sabían que Yahvé estaba con prometida, pidiéndole que ahora no
ellos y nunca los abandonaba. Pero se dejaran tentar por los otros dioses
para probarlo y ver si era cierto que
Dios no permitiría que nada le suce-
diera, exigieron a Moisés que con un
signo maravilloso hiciera aparecer los autores reunieron las
agua. Cayeron en la tentación de usar- tentaciones sólo al inicio de su
lo a Dios. Y no obstante ello, Dios les
hizo el milagro, no más (Ex 17,1-7). Pe- vida pública para señalar que
ro Moisés, recordando este episodio, si uno se esfuerza por
años más tarde les reprochó: «Nunca vencerlas tiene luego
más volváis a tentar a Dios» (Dt 6,16).
despejado el camino hacia el
Ahora esta misma tentación la tenía éxito y asegurado el triunfo
Jesús: probar a Dios tirándose del te-
cho para ver si era cierto que siempre
final como Jesús
estaba con él. Pero el Señor, recordan-
do otra vez el consejo de Moisés, se lo
volvió a citar al diablo para vencerlo. que allí pudieran encontrar, pues «só-
lo a Dios hay que adorar, y a él solo darle
culto» (Dt 6,13).
La tentación de la montaña
Según los evangelistas, Jesús habría
La tercera vez que se enfrenta Jesús al vivido esta misma tentación de ado-
tentador es en una montaña altísima, rar a otro fuera de Dios Padre. Y la
desde donde en una visión imagina- superó nuevamente con las palabras
ria contempla todos los reinos de de Moisés, que le sirvieron de arma
aquel entonces. Esta vez Satanás va vencedora.
directamente al grano y le descubre
el fin de sus tentaciones: abandonar
el servicio exclusivo del Padre y con- En reemplazo del perdedor
vertirse en un adorador del diablo,
para obtener mejores beneficios y ri- Israel había sido derrotado en todas
quezas en su vida. las pruebas del desierto. Fueron tan-
tas las transgresiones y los despre- tianos. Éstos tienen ahora la difícil ta-
cios a Yahvé, que Dios no pudo en- rea de reanudar la conquista, todos
grandecer al pueblo, como era su los días, de esa tierra prometida, que
proyecto. Es cierto que éste logró ahora es el mundo entero, e instaurar
asentarse en la tierra prometida, pero en él una nueva era de armonía, de
desde allí no consiguió aportar para paz y de salvación que no había po-
toda la humanidad los aires de paz, dido lograr el Israel de los patriarcas.
de amor, de prosperidad que Dios te- Y esta vez sí será posible, pues el ini-
nía pensados. No supo enseñar cómo ciador de la empresa, Jesús, salió
debe vivir un pueblo con Dios en el triunfante de las pruebas, y todo
medio. aquel que viva unido a él puede de
ahora en más vencer también las ten-
Por eso los profetas, mirando hacia el taciones.
futuro, confiaron en que Dios manda-
Por ello los autores reunieron las
tentaciones sólo al inicio de su vida
pública. Para señalar que si uno se
el diablo de esta primera esfuerza por vencerlas, tiene luego
tentación fue el mismo pueblo despejado el camino hacia el éxito,
y asegurado el triunfo final, como
que lo tentaba para que de la Jesús.
nada siguiera sacando más
pan; el diablo de esta
tentación es mucho más Basados en su vida
experto e inteligente que
Ningún exegeta sostiene que Jesús
el de la primera, era el fue realmente llevado al desierto, que
mismo apóstol Pedro allí sintió hambre y fue tentado, que
luego pasó al templo de Jerusalén, y
terminó en la cima de un monte. To-
da esta coreografía es una creación de
ría un Mesías con la fuerza suficiente los evangelistas a fin de dejarnos una
para vencer todas las tentaciones y enseñanza.
convertir en realidad las antiguas es-
peranzas del pueblo. Pero aún queda la pregunta: ¿estos
relatos de las tentaciones fueron to-
Con la llegada del Señor, los evange- talmente inventados por los hagió-
listas sugieren que se inaugura un grafos, o se basaron en episodios rea-
«nuevo pueblo de Israel», formado por les de la vida de Jesús? Todo lleva a
Jesucristo y sus seguidores, los cris- pensar en lo segundo.
En efecto, para la primera tentación (Mt 16,1). Jesús ya llevaba años pre-
la palabra «pan» nos da una pista de dicando, pero la dureza de corazón
cuándo pudo haberle sucedido. Pro- de esta gente les había impedido con-
bablemente fue el día en que frente al vertirse, y lo único que había cose-
hambre de la multitud, multiplicó los chado eran burlas. Ahora tenía la po-
panes (Mc 6,30-44). San Juan relata sibilidad de apabullarlos con algún
que al ver el signo que había hecho,
la gente quiso apoderarse de él para
hacerlo rey a fin de tener siempre a
uno que le satisficiera sus necesida- si Jesús, como hombre,
des materiales. Jesús, frente a la mise-
ria y el dolor de la gente, se habría in-
pudo superar sus tentaciones,
clinado a aceptar. Pero al darse cuen- también todo hombre puede
ta de que era una tentación se retiró hacerlo, nunca una tentación
solo a la montaña (Jn 6,14-15). está por encima de las fuerzas
¿Quién fue el diablo de esta primera humanas, desde Cristo,
tentación? Fue el mismo pueblo, que quienes se dejan guiar
lo tentaba para que de la nada siguie- por el Espíritu salen
ra sacando más pan, y redujera sólo a
eso su misión. siempre victoriosos
conquistar todos los reinos del mun- remos tentados toda la vida. Que es-
do sin sufrimientos ni sacrificios, temos preparados para ello. Sólo la
simplemente adorándolo, la sufrió persona no comprometida puede jac-
cuando Simón Pedro, al oír a Jesús tarse de no ser tentada nunca. En
que anunciaba su futura pasión y su- cambio, las tentaciones se intensifi-
frimientos, le aconsejó que no se de- can a medida que uno va aproximán-
jara matar en la cruz, sino que con- dose a su ideal.
quistara el mundo de un modo más
fácil. Jesús, luego de pensarlo, le Pero sobre todo quisieron enseñarnos
contestó: «apártate de mi vista, Sata- que si Jesús, como hombre, pudo su-
nás» (Mt 16,21-23). El diablo en reali- perar sus tentaciones, también todo
dad fue, esta vez, el mismo apóstol hombre puede hacerlo. Nunca una
Pedro. tentación está por encima de las fuer-
zas humanas. Nadie debe poner el
pretexto, cuando caiga, de que la ten-
Modelo para imitar tación fue más fuerte que él, ya que
desde Cristo en adelante, quienes se
Jesús fue tentado durante toda su vi- dejan guiar por el Espíritu salen
da. Pero la experiencia de sus prue- siempre victoriosos. Especialmente si
bas fue resumida por los evangelistas conocen la Palabra de Dios, gracias a
en tres tentaciones. Con esto preten- la cual, Jesús pudo vencer los emba-
dieron decir que también nosotros se- tes del diablo. ■