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CRONOLOGIA: 1500-700 d.

C
LOCALIZACION: Costa norte de los andes
centrales en el actual Perú
Es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se
desarrolló entre los siglos II y V en el valle del río
Moche (actual provincia de Trujillo, en el departamento
de La Libertad). Actual cultura se extendió hacia los
valles de la costa norte del actual Perú. Este aún se
conserva y tiene bastantes pobladores La sociedad
Moche hizo grandes obras de ingeniería
hidráulica: canales de riego y represas, lo que les
permitió ampliar su frontera agrícola a gran escala.
Fueron grandes arquitectos; su materia prima fue
el adobe. Construyeron complejos religiosos-
administrativos de carácter monumental, conformados
por palacios y templos o huacas (en forma de pirámide
trunca), las cuales los recubrían de grandes murales en
alto y bajo relieve, pintados con colores extraídos de la
naturaleza, donde plasmaron sus dioses, mitos,
leyendas y toda su cosmovisión cultural. Las más
notables de estas construcciones son las
llamadas Huacas del Sol y de la Luna, en el valle de
Moche.
Son considerados los mejores ceramistas del antiguo Perú, gracias a su fino y elaborado trabajo
que realizaron en sus ceramios. En ellas representaron, tanto de manera escultórica como
pictórica, a divinidades, hombres, animales y escenas significativas referidas a temas
ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción del mundo, destacándose la asombrosa
expresividad, perfección y realismo con que los dotaban. De este arte sobresalen los huacos
retratos y los huacos eróticos.

Esta cultura deriva su nombre del valle homónimo


de Moche, actualmente también llamado Valle de
Santa Catalina, sede de las más conocidas e
imponentes construcciones moches, las huacas del
Sol y de la Luna.
Los mochicas se expandieron por el sur hasta el valle
de... Nepeña (Áncash) y por el norte hasta el valle
de Piura (Piura).
Ocuparon los siguientes valles de la costa norte
peruana:
 Piura (Piura)
 La Leche (Lambayeque)
 Lambayeque (Lambayeque)
 Zaña (Lambayeque)
 Jequetepeque (La Libertad)
 Chicama (La Libertad)
 Moche (La Libertad)
 Virú (La Libertad)
 Chao (La Libertad)
 Santa (Áncash)
 Nepeña (Áncash)
En el valle de Lambayeque: Sipán, Pampa Grande.
En el valle de Jequetepeque: Complejo San José de Moro, Huaca Dos Cabezas, Complejo
Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y Pacasmayo), Sincapecerce
de Poémape y la Tumba de la Mina.

En el valle de Chicama: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio, Huaca


Colorada, Huaca Cortada y Huaca Cao Viejo (estas dos últimas forman parte del Complejo
Arqueológico El Brujo).
En el valle de Moche: las Huacas del Sol y de la Luna, Huanchaco y Galindo.
Más al sur están los sitios de Huancaco y Huaca de la Cruz (valle de Virú), Pampa de los Incas
(valle de Santa) y Pañamarca (valle de Nepeña).

La civilización mochica fue identificada por Max Uhle en 1909,


quien la clasificó como proto-chimú (es decir, antecesora de
la cultura chimú). Uno de sus principales investigadores fue el
alemán Enrique Brüning, ingeniero de profesión que llegó a
trabajar en las azucareras de Lambayeque y La Libertad. En
1899, con el patrocinio de la madre del editor de
periódicos William Randolph Hearst, Brüning excavó
31 yacimientos funerarios en las inmediaciones de la Huaca del
Sol y de la Huaca de la Luna (cercanos a Moche, el pueblo
actual que dio su nombre a la antigua cultura).
Esta cultura también fue estudiada por los arqueólogos
peruanos Julio C. Tello y Rafael Larco Hoyle (1901-1966).2En
particular, destaca la labor de Larco Hoyle, quien identificó de
manera científica los diversos períodos de esta cultura, a base de los estilos y la técnica de su
cerámica.
No obstante, el constante saqueo de yacimientos arqueológicos hace difícil estudiar la
civilización hoy en día. Por ello, el descubrimiento de tumbas intactas de dos gobernantes
mochicas en 1987 y 2006 (el Señor de Sipán y la Dama de Cao, respectivamente) fue clave para
relanzar el estudio científico de la cultura.3

La historia moche se desenvuelve en el llamado Intermedio


Temprano, periodo de la civilización andina caracterizado por el
desarrollo de culturas regionales, tras la decadencia del Formativo
Andino. Contemporáneos con la cultura moche fueron la cultura
nazca, la cultura recuay, la cultura lima, la cultura cajamarca y
la cultura tiahuanaco.
Teniendo como base las periodizaciones de Rafael Larco Hoyle,
de Luis Jaime Castillo Butters y de Christopher Donnan, se puede
dividir la historia moche de la siguiente manera:
 El período del Comienzo, que abarcaría entre 150 y 300
d.C. Durante esta época los mochicas se imponen sobre la
cultura Virú-Gallinazo, tanto en el plano militar como en el
ideológico, es decir, imponen sus creencias. De fines de esta
época data el llamado Señor de Sipán.
 El periodo de la Expansión, aproximadamente de 300 a
600 d.C. Constituye el periodo de apogeo de la cultura moche,
con sus máximos logros, en lo político, militar, económico y
cultural. Se forma el Estado Mochica del Norte (en el valle de
Jequetepeque y otros del actual departamento de Lambayeque) y
el Estado Mochica del Sur (en los valles de Moche y Chicama, y otros más al sur). Sipán (Huaca
Rajada) fue indudablemente uno de los principales centros del Estado norteño, mientras que
las huacas del Sol y de la Luna (en el valle de Moche) y las del Complejo El Brujo (en el valle de
Chicama), lo fueron del Estado sureño. De esta época es la gobernante moche conocida como
la Señora de Cao. La ideología moche se hace más guerrera, como se deduce de sus
representaciones artísticas.
El periodo del Ocaso, es un periodo de decadencia que empieza entre el 650 y 700 d.C.,
aparentemente debido a la devastación climatológica ocasionada por un fortísimo fenómeno del
Niño. La alta jerarquía moche debió perder de manera creciente su poder sobre la población, la
cual se hallaría muy revoltosa ante las secuelas dejadas por la furia de los elementos (pérdida de
cosechas, hambrunas, colapso de los santuarios). Esta decadencia afectó principalmente a los
mochicas del Sur, quizás por la pérdida de la huaca de la Luna. Mientras que los mochicas del
Norte resistieron por más tiempo, teniendo como nueva capital a Pampa Grande, hacia donde,
según una hipótesis del arqueólogo Luis Chero Zurita, se habría trasladado la élite de Sipán.5
A esta decadencia se sumó la irrupción de los guerreros waris, que desde la lejana sierra
ayacuchana iniciaban su expansionismo en el mundo panandino, con lo que se cierra el
llamado Intermedio Temprano y se abre el Horizonte Medio.
Herederas de la cultura moche fueron la cultura lambayeque y la cultura chimú.

Los moches tuvieron una especial preocupación por el desarrollo agrícola. En este sentido,
cultivaron maíz morado, camote, yuca, papa, calabaza; frutas, tales
como tuna, lúcuma, chirimoya, tumbo, maní y papaya. Cultivaron además el algodón en sus
colores naturales (blanco, marrón, rojizo y morado), para uso industrial. También
cultivaron totora.
La Ingeniería hidráulica
Como precisaban llevar agua para cultivar tierras secas, construyeron canales (Wachaques) que
se muestran como notables obras de ingeniería hidráulica, como el de Ascope y el de La
Cumbre.
Asimismo construyeron represas como la de San José, cuyas aguas almacenadas servían para
irrigar las tierras en tiempo de sequía y escasez.
Quedó registrada una sequía de varios años, que se cree que está relacionada con una erupción
del volcán Krakatoa, que generó un invierno de dos;años en todo el mundo (Véase [cambio
climático en el año 535]). Es más probable, sin embargo, que se debiera al [fenómeno de El
Niño], que hacia el 650 d.C. ocasionó una terrible crisis en la producción agrícola, que llevó al
abandono de muchas tierras de cultivo y a la reducción del territorio moche.
Entre los animales que consumieron están la llama, el cuy,la vicuña , el pato, el venado, la pava
de ala blanca y los cañanes (lagartija)
Navegación y comercio
El mar ejerció sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus caballitos de totora, que
ya tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces,6 se convirtieron en diestros
pescadores. Con embarcaciones más grandes (balsas de totora y cañas, o posiblemente,
troncos) organizaron expediciones que arribaron hasta las islas Chincha para extraer el guano,
tan eficiente para el abono de las chacras. Hay indicios incluso que hicieron expediciones hasta
el Ecuador, por el norte, y hasta Chile, por el sur. Del Ecuador traían las conchas de Spondyllus,
sagradas para los moches, de las cuales hacían pectorales y brazaletes o los trituraban y los
espolvoreaban en los templos y palacios; y de Chile traían lapislázuli.
Poseían también naves guerreras que eran tripuladas por más de tres o cuatro personas y que
transportaban a grupos militares o a los prisioneros vencidos en las guerras. Todas esas
embarcaciones no son distintas a las fabricadas por otras culturas costeñas desde el 1000 a. C.

- Moche era un estado militar conquistador gobernado por


reyes conectados con los dioses o considerados de herencia
divina.
Arqueólogos que han estudiado la zona tienen la teoría que la
Huaca de la Luna era residencia del soberano-rey mientras
que la Huaca del Sol, era el lugar de la nobleza principal.
 Poseía distintos niveles de organización política: en un
primer lugar el soberano, en segundo lugar un grupo de la
nobleza principal, quienes estaban encargados de la
administración. Y en un tercer lugar, un grupo de burócratas.
Cada valle controlado por el Imperio, poseía una huaca, es decir un lugar sagrado, que al ser
característico de Moche le otorgaba poder político y religioso.
Aunque dichos valles debían contar con su rey o señor; que se aliaba con sus vecinos para
realizar obras de bien común, para efectuar ceremonias rituales o para emprender conquistas
militares.
Los señores se vestían con prendas lujosas, con adornos de oro, plata y cobre, que
simbolizaban sus atributos sagrados, y al morir eran enterrados con igual fastuosidad, como se
puede ver en la tumba del Señor de Sipán.

-El cie-quich: era el rey del valle y los dominios moches. Tenía autoridad semidivina pues creían
que descendía de los dioses y diosas. Su autoridad era militar, religiosa y civil.
-El coriec: era el rey vencido y subordinado al poder de un soberano mochica.
Los sacerdotes: encabezados por un sumo sacerdote, habitaban en los templos piramidales. En
este grupo también están la sacerdotisa y el sacerdote guerrero. Todos ellos formaban parte de
los rituales.
-Jefes militares y nobles o caballeros: Los llamados “bien vestidos” por su rica indumentaria.
-Dignatarios civiles, asistentes religiosos y soldados o guardias adscritos a las específicas
funciones anteriores.
-Artesanos especializados: Se dividían en:
-Los metalurgistas, encargados de hacer los atuendos, emblemas y ornamentos rituales.
-Los ceramistas, encargados de hacer la cerámica escultórica ritual y también de los huacos
retratos de los nobles. Había castas de estos dos grupos.
-Las tejedoras, encargadas de hacer los tejidos, que laboraban en talleres.
-El pueblo: agrupaba a agricultores, comerciantes y pescadores.
-Yanas o servidumbre: asignada a los anteriores estamentos.

Una de las culturas peruanas que se caracteriza


por tener una de las mejores cerámicas, es la
Moche. Esta cultura se desarrolló entre los años
200 y 850 d.C. en la costa norte peruana, desde
el norte de lima hasta Trujillo (departamento de
La Libertad).
Hombres, divinidades, animales, plantas y
escenas cotidianas de la vida moche fueron
representados en vasijas de arcilla y barro. La
cerámica resalta por su expresividad, realismo y
perfección, usando metales de oro y plata
Unas de sus técnicas son las siguientes:
 Martillado
 Laminado
 Repujado

El más conocido legado cultural mochica es su


cerámica, generalmente depositada como ofrenda para los muertos.
Los mochicas plasmaron en sus cerámicas el entorno de su mundo cultural y religioso, bajo la
forma de imágenes escultóricas, o bien decorando a pincel la superficie de la vasija. Su cerámica
constituye por ello el mejor documento y testimonio de su cultura.
Sus principales características son:
-Escultórica: porque representaban en bulto las figuras de los hombres, animales y plantas.
Destacan los huaco retratos.
-Realista: puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No inventaban ni imaginaban
en su obra ceramista, que era expresión de las actividades.
-Documental: porque era realismo y su representación sirven como elementos para conocer la
vida de los habitantes moches como si se estuviese leyendo un verdadero documento o fuente
escrita.
-Pictográfica: ya que algunos huacos representan figuras pintadas y ornamentadas.
Tomando como base el estudio de más de 30.000 ceramios, Larco Hoyle estudió la evolución de
las formas de la cerámica moche y dividió su desarrollo en cinco etapas, que son:
Mochica I: La cerámica es pequeña, de aspecto sólido, en algunos casos de forma lenticular; de
asas proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes. Las formas comunes son:
vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros sencillos con
asa de estribo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro.
Hay una influencia de la decoración negativa. Los motivos más comunes son los puntos grandes,
los círculos, rombos, cabezas de lagartijas estilizadas, triángulos con círculos concéntricos,
signos escalonados, bandas cuyos temas pictóricos en colores están delineadas por incisiones.
Mochica II: El grosor de las paredes disminuye. La cerámica se alarga y no se observa
tendencia en darle la misma altura que ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa
y el pico crecen proporcionalmente, y mientras el asa no pierde la forma redondeada, el pico
pierde el reborde pronunciado, quedando tan solo un pequeño ribete. Existen vasos retratos,
antropomorfos de cuerpo entero, fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema y rojo,
crema y ocre, rojo y crema plomizo, marrón y anaranjado, crema y ocre.
Mochica III: Se inicia el refinamiento de esta cultura. Las paredes de los vasos se afinan sin
perder su solidez, el ceramio está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente pulida.
Los hornos abiertos con abundante oxigenación fueron perfeccionados. La cerámica es un poco
más grande que Mochica II. Los recipientes son de mayor capacidad. Las asas y los picos se
afinan notablemente, siendo las primeras elípticas y los picos pequeños, acampanulados y con
reborde casi imperceptible. Los ceramios son de líneas armónicas y proporcionadas. Las
esculturas antropomorfas son verdaderos retratos de personas. La escultura religiosa adquiere
importancia.
Mochica IV: Los motivos escultóricos y pictóricos se multiplican y adquieren mayor complejidad.
El artista mochica trata de perennizar en su cerámica no solamente los asuntos comunes de su
vida diaria, sino también las actividades de sus instituciones organizadas. El rico acervo de su
vida espiritual es sintetizado en las escenas pictóricas que cubren los numerosos vasos de
caracteres religiosos. Los vasos se alargan y también proporcionalmente el asa, que ya no es
chata sino, redonda o ligeramente angular. La mayoría de los picos son largos y rectos, aunque
hay algunos más angostos en la punta con bordes levemente afilados.
Mochica V: La cerámica de este período, por sus formas y decorado, constituye el «arte
barroco» de la cultura mochica. Se reduce en tamaño pero el asa se alarga, siendo el pico más
pequeño. El asa toma una forma triangular acentuada y el pico es de naturaleza troncocónica
con bordes afilados del interior hacia afuera. Las representaciones geométricas abundan. El
motivo escultórico pasa a segundo plano, desplazado por el arte pictórico. Las técnicas de
manufactura que mayormente conocieron fueron el moldeado y el estampado. Por el gran
dominio de la cerámica escultórica y pictográfica se le ha denominado, y con mucha justicia, el
Período de los Maestros Artesanos. Dada la calidad estética y temática de su innumerable
producción, se ha convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual.

Como base para sus construcciones emplearon el adobe,


puesto que era la materia prima que tenían a la mano.
Construyeron grandes palacios, urbes y templos, los
cuales recubrían de murales en alto y bajo relieve,
pintados de colores extraídos de la naturaleza a los
cuales les agregaban colágeno extraído de la cocción de
las patas de las aves, que actuaba como una especie de
látex; decoraban con representaciones de sus dioses,
mitos, leyendas y toda su cosmovisión.
En las construcciones importantes como las huacas, se
solía hacer cada cierto tiempo una reedificación, en la
cual en vez de remodelar una pared, la tapaban
construyendo otra adelante; esto se puede apreciar en todas las huacas.
En su arquitectura monumental destacan las Huacas del Sol y de la Luna, en Moche. La Huaca
del Sol es un inmenso edificio que mide más de 40 m de altura y tiene 5 terrazas superpuestas:
los expertos calculan que se necesitaron más de 140 millones de adobes para su construcción. A
500 m de esta huaca se alza la Huaca de la Luna, de 21 m de altura y de tres terrazas; esta
destaca por sus bellas pinturas murales, una de las cuales representa el rostro fiero de un dios,
posiblemente Ai apaec. Se cree que la Huaca del Sol fue un centro administrativo, mientras que
la Huaca de la Luna era un centro religioso.
Las casas de los pobladores comunes (pueblo) eran erigidas en pequeñas comunidades. Los
materiales que usaban ellos eran los mismos que se empleaban para las huacas a excepción de
las pinturas. Las casas tenían patio propio y techo de dos aguas para las lluvias.

En muchos edificios moches se han encontrado


pinturas murales, de inspiración religiosa, ya que
representan a seres divinos o escenas relacionadas
con ellos. Son de destacar dos lugares donde se han
encontrado bellos murales: la Huaca de la Luna y
la Huaca Cao Viejo (o El Brujo).
Las pinturas murales de la Huaca de la Luna son de 5
colores (blanco, negro, rojo, azul y amarillo), los
cuales fueron obtenidos de minerales. Su mural más
famoso es el que representa a un personaje
antropomorfo conocido como el “demonio de las cejas
prominentes”, que se ha identificado con la divinidad
moche llamada Ai apaec o el dios degollador.
En la Huaca Cao Viejo hay un gran mural que
representa una procesión de prisioneros desnudos y unidos con una soga, sin duda condenados
a muerte que caminan hacia el “degollador”.
También existen murales en la Huaca de Pañamarca, con representaciones mitológicas (caracol-
felino) y escenas cotidianas (luchadores).

Los mochicas fueron los mejores metalurgistas de su


época. Utilizaron el oro, la plata, el cobre y sus
aleaciones. La aleación más característica fue
la tumbaga (mezcla de oro y cobre). Doraron el cobre
mucho antes que en Europa y conocieron una
variedad de técnicas, como el laminado, martillado,
alambrado, soldadura, etc. Fabricaron herramientas,
armas, atuendos, emblemas, ornamentos y toda su
variada y rica parafernalia ritual.
Es de destacar su pericia para construir figurinas de poco más de 2 cm con partes móviles,
unidas con pequeñísimas grapas.

Por sus dioses castigadores, la representación de dioses


decapitadores era muy común, siendo el principal Ai Apaec,
quien también era la principal deidad de los mochicas.
Adoraron además al sol y a la luna. También rindieron culto
a dioses antropozoomorfizados, con rasgos de cangrejo,
zorro, búho, pez gato, pato pico de cuchara (extinto),
serpiente, águila, puma, jaguar, lagartija, perro, sapo,
venado, araña, pulpo, mono, cóndor e iguana.
Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín,
que fue anterior a la cultura mochica. Se puede apreciar el
parecido en los colmillos y los rasgos felinos que se
observan en algunas de sus representaciones.
El Señor de Sipán
Sipán es una pequeña localidad que se ubica a 35
kilómetros al sureste de Chiclayo. Allí se encuentra la
denominada Huaca Rajada. En marzo de 1987 el
arqueólogo peruano Walter Alva logró erradicar a
los huaqueros (ladrones de huacas) y procedió a realizar
excavaciones.
Es la primera tumba de un gobernador precolombino
hallada intacta en el Perú. Data del siglo III. Actualmente,
los restos de este personaje se encuentran en el Museo
Tumbas Reales de Sipán, en Lambayeque. Se trata de un
hombre de 1,67 m, y de entre 35 a 40 años de edad. Se lo
halló al lado de los restos de 8 personas (tres mujeres, dos varones, un niño y dos guardianes) y
animales (dos llamas y un perro). El cuerpo del personaje estaba cubierto de numerosos
ornamentos, armas y emblemas de oro, plata y cobre dorado. Se hallaron también 209 ceramios,
muchos de los cuales contenían ofrendas. Meses después se hallaron dos tumbas más: la de un
sacerdote contemporáneo al Señor de Sipán, y la de un personaje que, por las armas, atuendos,
ornamentos y emblemas, debió tener el mismo cargo del señor de Sipán, y al que se bautizó
como el “Viejo Señor de Sipán” (antepasado del Señor de Sipán en tres generaciones).

La Dama de Cao
El descubrimiento de la tumba de la Dama o Señora de Cao fue dado
a conocer en 2006. Fue hallada en la huaca Cao Viejo y data
aproximadamente del 400 d. C., unos 150 años después del apogeo
del Señor de Sipán. Se trata de los restos momificados de una mujer
de 1,45 metros de altura y entre los 20 y 25 años, cubiertos por
collares de oro, plata, lapislázuli, cuarzo y turquesa, narigueras de
oro y plata, diademas y coronas. En la tumba se encontraron también
cetros de madera forrados de cobre, utilizados en las ceremonias
como símbolos de poder y hegemonía, y diversas placas de metal
sueltas que cubrían la mortaja de algodón natural. Se trata sin duda
de los restos de una gobernante moche que rigió en el valle de
Chicama.


Metalurgia mochica. Maíz


Cerámica erótica mochica. Felación.

Huaco retrato. Noble con tocado.


Jaguar. Cerámica pictórico-escultórica zoomorfa. 

Músico mochica con tambor.

Llamas en cópula. Museo Larco. 

Orfebrería mochica. Nariguera con


incrustaciones de turquesa. Pato guerrero.

 

Guerrero mochica genuflexo con armas. Noble con tocado y pintura facial.

 

Noble con tocado y nariguera.


Pescador mochica en embarcación denominada
«caballito de totora».

Cerámica erótica mochica.


Trompeta de cerámica mochica.

Representación mochica de la patata (Solanum


tuberosum).
Cerámica escultórica. Varón con parálisis facial.

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