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7Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de
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Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los
hombres. 9Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las
partes más bajas de la tierra? 10El que descendió, es el mismo que también subió por
encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a
otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos
niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,
Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Según Hebreos 5:4. Ejercer el Ministerio es un privilegio y una honra, pero conlleva
grandes responsabilidades. Esta es la causa por la cual Dios me inspira a elaborar este Libro
para impartir el conocimiento que he recibido de Dios acerca del Ministerio y poder
contribuir con la capacidad que debe tener un Ministro para desarrollar el Don Ministerial.
Quiero por favor que no leas este Libro como un magazín, sino que lo analices, estudies,
y compartas con otros todo el conocimiento que recibas y se pueda cumplir en nosotros lo
que el Apóstol Pablo le dijo a Timoteo en una ocasión: “Lo que oíste de mí (aprendiste)
encárgaselo (enséñaselo) a otros” 2ª Timoteo 2:2.
¿Qué es el Ministerio?
a) Es un don:
El término Don tiene diferentes significados en el griego; más adelante vamos a definir y
conceptualizar cada uno de ellos.
Cuando nos referimos al Ministerio como Don bajo el término Doma, eso indica:
Aquello que viene de parte de Dios por naturaleza, es decir: Es una naturaleza adquirida de
parte de Dios.
El Don es algo que es delegado que no es de nuestra propiedad, de allí la diferencia que
existe entre un talento en cuanto a capacidad se refiere y un don que viene de parte de Dios,
vamos a conceptualizar cada uno de ellos para notar la diferencia.
Don: Es la capacidad (desde el punto de vista cualitativo) espiritual que viene de parte de
Dios por Su Espíritu, con la finalidad de lograr Dios llevar sus objetivos en ellos. Hicimos
una diferencia entre lo que es un “Don” que viene de parte de Dios y el “Talento” que es
algo connatural en la persona, con el fin de poder conceptualizar y caracterizar los
términos y de allí poder entender lo que es el Ministerio como Don. Pero debo aclarar que
el talento aunque es algo connatural en la persona debe aceptarse como un Don que viene
de Dios porque Él es el que da la vida y todo lo que se relacione a ella.
Más adelante cuando hagamos la definición de cada uno de los términos “Don” del
griego, entenderemos características y valores que encierra un Don Ministerial, y la gran
responsabilidad que conlleva ser un Ministro del Dios Altísimo.
b) Es un llamado.
Llamado: Es el acto que nos confronta con la Voluntad de Dios, y nos reta a vivirla y
cumplirla con esfuerzo y dedicación. El llamado es una vocación no una profesión. El
llamado, es el mismo deseo que Dios tiene de vaciar y realizar en nosotros su propósito. Por
esto es: Que el que se resista al llamado de Dios lo hace en contra de los designios de Él.
c) Es un pacto:
Es aquel pacto donde Dios pacta con el “YO SOY” de Él mismo, tomando toda la
responsabilidad en dicho pacto. Es donde el hombre con quien Dios hizo el pacto no tiene
que cumplir con ninguna demanda para complementar el pacto y quede previamente
ratificado.
El ejemplo claro de dicho pacto lo tenemos en Génesis 9:1.17. El pacto que Dios hizo
con Noé de no destruir la tierra con agua, este pacto es incondicional, ya que el hombre (en
este caso Noé) no tenía que cumplir con ciertas demandas para que Dios pueda cumplir con
el pacto. Dios pactó con el mismo, comprometiéndose el mismo a cumplir con dicho pacto
donde el hombre salió favorecido sin tener que cumplir con las demandas del pacto.
Es cuando el hombre tiene y debe cumplir con ciertas demandas que vienen siendo
exigencias, normas, o condiciones; para que se puedan obtener ciertos beneficios tales
como promesas bendiciones, y a su vez se puedan alcanzar ciertos objetivos en dicho
pacto.
d) Es un desafío.
Un desafío: Es el llamado que recibimos de parte de Dios para alcanzar y lograr hacer lo
imposible. De modo que el Ministerio también se puede caracterizar como un “reto”.
“Si Jehová no edifica, en vano trabajan los edificadores, si Jehová no guarda la casa
en vano vela la guardia” Salmo 127.1.
Jesús dijo en el evangelio de Juan relacionado a la obra de Dios algo similar. “Sin Mí,
nada podéis hacer” Juan 15:5.
Por muy duro y difícil que sea el trabajo que Dios nos encomendó lo vamos a lograr, si
Él está incluido en la obra.
Nunca esperes que Dios te haga un llamado al Ministerio y te envíe a hacer cosas
fáciles, pues siempre que Dios llama hacer algo es para hacer lo imposible, por eso decimos
que el Ministerio es un desafío que equivale a un reto.
Para Moisés no fue fácil la tarea de sacar a un pueblo en medio de una nación (los
egipcios) que los tenían en cautiverio, enfrentarse al faraón, a los ancianos, a los sacerdotes
egipcios, y los hechiceros; luego llevar a un pueblo a través del mar por todo un desierto,
sin agua, sin provisión. Enfrentar el valle de las serpientes, luego enfrentar la terquedad, la
No fue fácil para Jesús de Nazaret pasar por la agonía del Getsemaní, los padecimientos
y la tortura romana considerada la más agonizante y más terrible de aquellos tiempos, el ser
flagelado y recibir ciento veinte azotes, donde el látigo tenía tres flecos y cada uno tenía
pedazos de metal, de plomo y huesos en la punta, que cuando caían en la humanidad
rasgaban la carne, partían los huesos; luego le colocaban una corona cuyas espinas tenían la
propiedad de succionar la carne.
No fue fácil para el Apóstol Pablo llevar a cabo la obra en el llamado Ministerial,
pasando por todo estos padecimientos:
“De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno; tres veces he sido
azotado con vara; una vez apedreado; tres veces he sufrido naufragio..., un día y una
noche he estado como náufrago en alta mar; en camino muchas veces, en peligro de ríos,
peligro de ladrones, peligro de los de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la
ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
trabajos y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y
en desnudez, despreciado, perseguido, difamado, hecho como la escoria del mundo, el
desecho de todos hasta hoy”
Por igual no va a ser fácil para nosotros, de una u otra forma vamos a ser atacados, pero
toma en cuenta estas palabras: “Si Dios es por nosotros quien contra nosotros” “Mayor es
el que está en nosotros que el que está en el mundo”.
Por muy difícil que sea la tarea no te detengas. Siempre he dicho que el problema no es
el problema en sí, sino como vemos el problema. Cuando el rey Saúl vio a Goliat, dijo:
“Este hombre es tan grande que es imposible tumbarlo” Pero cuando David miró a
Goliat, dijo: “Este hombre es tan grande que no lo voy a pelar con la piedra que le voy a
tirar”.
Acuérdate el Ministerio es para los vencedores. Jesús dijo: “El Reino de los cielos sufre
violencia y solo los violentos lo arrebatan”. Mateo 11:12.
e) Es una decisión:
Debemos tomar en cuenta que el Ministerio es un pacto y hay tres causas por la cual un
pacto puede quedar sin efecto.
II) Por violar algunos principios en el pacto. Por esta causa debemos tener sumo
cuidado en mantener una vida disciplinada para no quebrantar el pacto, y perder el derecho
de ejercer el Ministerio, porque por la parte de Dios, Él nunca violará los principios del
pacto Ministerial.
III) Por causas fúnebres. Cuando uno de los pactantes muere. Ésta sería la única forma
que dejaríamos de fungir en el pacto Ministerial, pero ésta es una razón que está fuera de
nuestro alcance, algún día tenemos que partir, y en este caso viéndolo de nuestro lado. De
parte de Dios el pacto no tendría culminación, porque Dios no muere, Él es Eterno.
En una ocasión en un intento que tuve del abandono del Ministerio Dios me dijo: “No
hay mayor fracasado que aquel que fracase a lo que YO le llamó a hacer, porque para
efecto de mi para otra cosa no sirve”
Cuando Dios llama a un hombre al Ministerio queda sellado, fichado y destinado para
toda su vida, para el ejercicio del Ministerio. En el Ministerio no hay jubilación, dejaremos
de ser Ministros cuando nuestro corazón deje de latir. Estar en el Ministerio es como entrar
en la mafia, si la abandonas te matan. El Ministerio es algo similar si lo abandonas estas
muerto en vida porque solo vives para lo que Dios te llamo hacer.
Por este motivo decimos y afirmamos que el Ministerio es una decisión, es decir: Es la
determinación de llevar a cabo algo sin pensar en retroceder.
Alguien dijo: “Nunca los que miraron atrás alcanzaron lo que está delante”.
Pablo dijo: “Dejando lo que está atrás, sigo adelante, a la meta del premio del
supremo llamamiento”. Filipenses 3:13.14.
Debemos tomar en cuenta que Cristo es el Ministro por excelencia, nosotros como
Ministros somos canales por donde Él lleva a cabo su obra, es decir: No somos nosotros
pastoreando es Cristo pastoreando a través de nosotros y así por consiguiente con los demás
Ministerios. Por esta causa debemos tener en cuenta, que para quien trabajamos no es para
mi Ministerio es para el Ministerio de Cristo, solo somos administradores y mayordomos
del Ministerio de Cristo. (1ª Corintio 4:1.2. Tito 1:7. 1ª Pedro 4:10) Por esta razón decimos
que el Ministerio es la extensión del Ministerio de Cristo.
Cuando atentamos contra otro Ministro lo hacemos en contra de Jesús, debemos entender
que somos un equipo y trabajamos para un solo Señor para alcanzar la visión que es la
implantación del Reino. No son mis intereses los que cuentan son los intereses de Dios, por
tanto; debemos entender que yo no represento mi Ministerio represento el Ministerio de
Cristo en mí.
Doma.
>En este don está incluida la misma naturaleza de Dios, por esta causa podemos
entender y aceptar ciertas características y valores que son propiedades del don. (Doma)
II) El que tiene este don (Doma) y lo ejerce, por la naturaleza del don se le abre el
camino, alcanza nuevos horizontes, rompe toda barrera y oposición, convirtiéndose en un
gran líder hasta el punto que el pueblo puede percibir su liderato y le sigue. (Romanos
15:18-20) El que posee este don no tiene límites ni fronteras en el ejercicio del don.
III) El que posee este don (Doma) no tiene necesidad de: Manipular, intimidar,
controlar, imponerse, engañar, estafar, mentir, congraciarse, o entrar en el terreno de la
conmiseración para mantener un pueblo, solamente ejerce el don y el pueblo le sigue.
V) El Doma tiene una característica que te lleva a ser líder de líderes, por lo tanto el
Domata es líder entre los lideres.
VI) Una de las señales inequívocas del Doma, es que durante su carrera Ministerial deja
líderes formados, por causa de la naturaleza del don. Pablo dijo a Timoteo: “Lo que oíste
de mí (aprendiste) encárgaselo (enséñaselo) a otros”. 2ª Timoteo 2:2.
VII) Cuando alguien posee este don (Doma) de parte de Dios, y lo ejerce a cabalidad, se
dan ciertas características favorables a su personalidad por causa del don es digno de ser:
Imitado, seguido, es un modelo, es agradable, confiable y lleno de gracia, inspirador, es un
guía, es un instructor en todas las facetas, en forma verbal, con su personalidad y actitudes;
es una Escuela Ambulante.
VIII) El que posee este don (Doma) tiene la habilidad y la capacidad de guiarse a sí
mismo y de guiar a otros, ya que tiene una relación directa con Dios por causa del don.
Un hombre que haya recibido este don, (Doma) solamente lo dirige Dios. Por lo tanto,
no debe ser dirigido por ningún tipo de organización, federación, concilio, directiva, o
Iglesia.
El poder que Dios da a un Ministro para gobernar es tan absoluto, que son los Ministerio
que le van a dar cuenta a Dios por los creyentes. No son los concilios, las organizaciones,
las directivas, ni la Iglesia en si misma como cuerpo quien le dará cuenta a Dios. El escritor
de a los Hebreos es claro en el asunto cuando escribe.
“Obedeced a vuestros pastores, (Lideres) y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta;…” Hebreos 13:17.
La versión Dios habla hoy dice: “Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos,
porque ellos cuidan sin descanso de ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuenta a
Dios…”
La versión Textual dice: “Dejaos persuadir por los que os dirigen y someteos a ellos,
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta a Dios…”
La versión Recobro dice: “Obedeced a vuestros guías, y sujetaos a ellos; porque ellos
velan por vuestra almas, como quienes han de dar cuentas a Dios…”
La versión Interlineal griego dice: “Obedeced a los lideres de vosotros y estad sumisos a
ellos, porque ellos velan por las almas de vosotros como quienes cuenta han de
rendir;…”
10:19; 11:12; 13:2; 13:4; 15:28;16:6.7; 19:19; 20:23; 20:28; 21:4; 21:11; Apocalipsis
capítulos 1, 2, y 3)
En 2ª Crónicas 16:9 dice: “Que Dios anda buscando hombres que tengan motivo
correcto en su corazón para depositar en ellos, todo su poder” y sin lugar a duda toda su
confianza. De nosotros los líderes, depende el corrompernos y fracasar.
Según Apocalipsis capítulos 1, 2, y 3 las cartas fueron enviadas a las Iglesias, pero
dirigidas al Ángel de la Iglesia.
Nunca Dios podrá desarrollar su visión y establecer el Reino en la tierra, a través de una
Iglesia que es dirigida por el capricho y la obstinación de los hombres, y menos cuando la
Iglesia toma el gobierno por si mismo.
El error más garrafal que se podría establecer en la Iglesia, es someter a un hombre que
ha sido llamado, capacitado, y enviado por Dios; bajo las directrices de quienes no tienen
autoridad de parte de Dios para dirigir lo que solo Dios puede dirigir.
El sentido de cobertura.
Un padre provee a sus hijos seguridad, y por medio de una cobertura adecuada, les
brinda el espacio y recursos suficientes para que ellos se puedan desarrollar libremente en
su destino profético. La paternidad no implica control, ni manipulación, ni intimidación; es
más bien, el establecimiento activo de una relación integral sobre un Ministerio donde se la
provee una gracia que desata su llamado, lo encamina a mejores dimensiones, lo anima en
sus momentos difíciles, lo exhorta en amor y lo promueve a otros niveles.
Hay cuatro factores que determinan lo que es una cobertura, y se dieron en Melquisedec
para con Abraham.
II) La cobertura siempre fungirá como proveedor. Él no está a la espera que le des, lo de
él es dar. Por esta causa una persona que sea tu cobertura nunca estará pendiente de tus
diezmos, tus ofrendas, mejor dicho de tu dinero; para él siempre vela por tus valores
intrínsecos. Tengas o no tengas que dar, estés en la condición en la que estés, siempre ve
los valores que Dios puso en ti como creación.
Debido a estas verdades en lo personal no hayas en quien confiar, con quien compartir
momentos difíciles que he pasado en el Ministerio, no hayas a quien confiarle tu familia en
relación al pastorado, no hayas a quien entregarle el dinero en devoción (Diezmar y
ofrendar). En el transcurso de 38 años en
Como se necesitan hombres con el carácter de Dios, de Cristo, y que tengan la pasión
del Espíritu para fungir en la paternidad absoluta y brindar una cobertura con sentido de
lealtad.
El mundo está lleno de gentes que estuvieron en la Iglesia y que por causa de haber sido:
usados, manipulados, controlados, censurados, disfamados, traicionados, no tomados en
cuenta; por quienes fungían como su cobertura, pero al final de la jornada se dieron cuenta
que solo fingían, haciéndolos desprovistos.
Por ahora estoy en el ejercicio del Ministerio de la enseñanza, pero sé que en un futuro
no muy lejano Dios me enviará al ejercicio del pastorada, por ahora estoy cumpliendo la
etapa de la capacitación, la preparación; y el entrenamiento. La vida ha sido mi más grande
universidad, donde Dios es mi más grande Decano, Cristo mi más grande Rector, y el
Espíritu Santo mi más grande Maestro. Pronto nos veremos en el Pastorado.
a) Emoción.
En las emociones se encuentran el estado anímico de los hombres que se activan a través
de los sentidos físicos. Cuando un hombre vive de emociones en el aspecto negativo, su
carácter no está preparado para un Ministerio. El depender de las emociones en el aspecto
negativo para ejercer un Ministerio nos afectan sentimentalmente y seria la vía segura para
el fracaso. Debemos entender que Dios nunca ha trabajado con gente que dependa de las
emociones.
Los sentimientos: Es el resultado de una emoción a través del cual el conciente tiene
acceso al estado anímico propio del individuo. Hay sentimientos positivos y sentimientos
negativos. Pasemos a identificarlos.
Sentimientos positivos: Amor, apego, gozo, paz, paciencia, dominio propio, piedad,
benignita, bondad, fe, templanza, mansedumbre, benevolencia, cordialidad; entre otros.
Sentimientos negativos: Odio, rabia, celo, ira, rincón, egoísmo, instinto de venganza,
envidia, decepción, desanimo, defraude, frustración, depresión, opresión, desconsuelo,
desespero, herido, ansiedad, angustia, tristeza, temor, condenación, culpabilidad; entre
otros.
Debes entender, que todos estos sentimientos afectan psicofísicamente al individuo para
mal en el ejercicio del Ministerio. Por esta causa, cuando Dios llama a una persona al
Ministerio, lo prepara y lo capacita tratando con el alma donde se encuentran las
emociones.
Debemos quedar claros que Dios no llama al Ministerio a causa de las emociones, por
tanto no se debe salir ni ejercer un Ministerio dependiendo de las emociones que nos
afectan sentimentalmente.
>En el Ministerio llegarán momentos donde puedes ser afectado psicofísicamente, donde
te puedes sentir: Desanimado, oprimido, triste, turbado, herido, desilusionado,
decepcionado, angustiado, sin esperanza.
Si nos detenemos a leer y meditar en el Libro de Los Hebreos Capitulo 11 nos daremos
cuenta, de hombres que no dependieron de las emociones ni se dejaron llevar por los
sentimientos, sino se aferraron a la fe en la Palabra que recibieron de Dios, y de esa forma
alcanzaron los objetivos en el llamado que recibieron de Él.
El caso de nuestro Señor en el Huerto del Getsemaní, totalmente angustiado, con una
tristeza que le estaba produciendo la muerte. Abandonado de sus discípulos, de su propia
nación y aun de Dios mismo no se detuvo, en lo emocional se fortaleció en fe canalizando
sus sentimientos y emociones al propósito de Dios y llevando a cavo la obra hasta la
muerte.
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y
aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;…” Hebreos 5:7.8.
Unos de los ejemplos más claro registrado el Nuevo Testamento en la vida de los
Apóstoles es el caso de Pablo, donde prácticamente la mayor parte del desarrollo de su
Ministerio la paso como los nómada, como extranjero, en total abandono, en prisiones,
moralmente tratado como un delincuente, despreciado de los que se decían ser hermanos,
tratado como lo más vil, desechado como la escoria, abandonado por la gente que él tanto
le sirvió. Pero nada de estos desajustes lo afectaron emocionalmente, él siguió adelante,
nada lo detuvo.
Alguien dijo: “El Ministro debe estar preparado emocional y sentimentalmente para
recibir una puñalada de su propia madre”
Si analizamos los momentos que Abraham vivió cuando Dios le dijo que sacrificara su
hijo, ¿cómo crees tú que se sintió Abraham emocionalmente? Aún más ¿cómo crees tú que
se sintió Isaac cuando su Padre le dijo la verdad acerca que el iba a hacer el sacrificio?
Toma en cuenta que ellos fueron personas de fe, no se detuvieron antes de las emociones, ni
se ataron a los sentimientos. Simple y llanamente obedecieron.
Lo mismo puede suceder con nosotros. Habrá áreas en las que tenemos que renunciar,
lugares que tenemos que dejar, valores que tenemos que entregar, deseos que tenemos que
suprimir, seres queridos que tenemos muchas veces que abandonar. Te aseguro, que si en lo
emocional y lo sentimental tienes un lazo con estas cosas, jamás darás un paso hacia la
realización del Ministerio.
Todo esto lo podemos pasar, aceptar, soportar; cuando nuestras emociones estén
totalmente canalizadas y entrenadas en la Palabra. Por esto un hombre nunca podrá llevar a
cabo un Ministerio mientras esté atado a las emociones, y sea un hombre sentimental en el
aspecto negativo.
Dios no llama a nadie a aventurar en el Ministerio, siempre que Dios llama lo hace para
un propósito anticipado. Dios no es el Dios que esta pensando que va hacer con tigo, ya Él
sabe lo que va hacer con tigo. Él es un Dios de propósitos.
Aventurar: Es buscar una oportunidad, es salir a emprender algo haber como me va, es
no estar seguro de lo que se hace. Dios no quiere oportunistas, Él quiere gente con
objetividad, que sepan quien los llamó, a qué fueron llamados, y hacia donde fueron
llamados.
Alguien dijo: “Un hombre sin misión y sin visión es un hombre sin futuro, sin porvenir,
es un vago”. Dios no llama a estar en la vagancia en el Ministerio, Él es un Dios de
trabajo. Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” Juan 5:17.
Por esta causa, aprovecho para corregir un fenómeno que se está dando en el seno de la
Iglesias y que por ende causa perjuicios, deformaciones y desajustes en la obra de Dios. Me
refiero al caso que es muy común, el de llamar la esposa del pastor pastora. No
necesariamente es así.
Es cierto que nuestras esposas cumplen un papel y son un eslabón muy importante en
nuestro Ministerio, y entiendo que el gran éxito que podamos tener en el Ministerio se debe
al esfuerzo de nuestras esposas. También creo que nuestras esposas se les debe revelar el
llamado que hemos recibido de Dios, de no, sería el obstáculo más grande que tendríamos
para el Ministerio. Pero el hecho de que estas verdades se cumplen en ellas no le da
derecho a ser Ministros.
No descarto que en un momento dado, Dios pueda llamar a los dos al Ministerio, pero
que sea Dios quien haga el llamado, nunca le demos un calificativo a nadie si Dios no se lo
ha dado, no nos atribuyamos ese derecho que tiene solo Dios de conferir Dones
Ministeriales.
Quiero contar una experiencia que tuve con mi hijo. Estábamos sentados en el comedor
frente a la biblioteca, y le expresé a mi hijo con un suspiro.
“Hijo, todos esos libros son para que tú continúes el Ministerio de Maestro”.
Ninguna institución teológica ha sido delegada por Dios para dar Ministerios, el hecho
que hayamos aprobado un número de materias no da pie para decir que somos Ministros, no
descarto que una institución teológica nos pueda preparar en ciertas áreas para el Ministerio
pero no constituye Ministerios.
Conozco de muchas personas que se les ha ido el título a la cabeza y se cree Ministro por
haber aprobado ciertas materias en una institución teológica Conozco de personas con
muchos títulos pero sin Ministerio. El título es importante, pero de mayor importancia es el
llamado al Ministerio. Un titulo no hace Ministro
Dios nunca usa un don espiritual en segundas personas para hacer llamados al Ministerio,
siempre que Dios hace el llamado Ministerial lo hace en forma personal.
Por esta causa, si alguien te dice algo a través de un supuesto don Ministerial y lo que te
dice no corrobora, secunda, o conforma un trato que Dios tiene contigo en lo personal no le
creas, los dones no dan sorpresas.
Para entender mejor este tópico, voy a presentar tres principios que son inalterables, que
se dan en la manifestación de los dones de expresión oral, mayormente en el de la profecía.
I) Confirmación o conformar:
Los dones cumplen con los principios de reciprocidad y correspondencia mutua, es decir:
Cuando alguien manifiesta un don como emisor debe haber un trato en lo personal por el
En Hechos 9:10.17. Tenemos el caso de Ananías y Pablo. Dice que el Señor habló a
Ananías en visión diciéndole que se dirigiera a una calle llamada Derecha y ubicase la casa
de un hermano llamado Judas, allí encontraría a uno llamado Saulo de Tarso, el cual y ha
visto en visión entrar a un varón llamado Ananías que le pone la mano y recibe la vista.
A simple hecho, podemos apreciar que Pablo sabía de la venida de Ananías, y por su
parte Ananías sabía dónde ubicar a Pablo; hubo reciprocidad en la manifestación del don en
ambos personajes, no hubo sorpresa.
Dice que envió a su criado junto con un soldado a la dirección que el ángel le había dado.
Al día siguiente Pedro subido en la azotea tuvo una visión de parte de Dios por el Espíritu
Santo, dándole instrucciones e información de lo que iba a suceder. Para Pedro no fue
sorpresa cuando los criados junto con el soldado vinieron a buscarle. Analizando el pasaje
no hubo ningún tipo de sorpresa, más bien hubo una correspondencia entre la manifestación
del ángeles para Cornelio y el Espíritu Santo en el caso de Pedro.
Para concluir este punto. Si alguien viene a ti manifestando un don por el Espíritu,
ofertándote dones Ministeriales, pero lo que te dice no corrobora, confirma o cumple con el
principio de reciprocidad y correspondencia mutua, tal manifestación debe ser descartada,
eso no es de Dios.
Uno de los principios y características que define a los dones es la precisión, no el azar.
El Espíritu Santo no necesita adivinar las cosas Él las conoce perfectamente, es
Omnisciente lo cual indica que no hay nada oculto, Él puede revelar lo más oculto y lo más
secreto para Él no hay enigma (2a Reyes 6:12.). A continuación voy a dar unos pasajes que
demuestran lo antes dicho. Juan 1:47.50. El caso de Jesús y Natanael, como Jesús por el
En el Evangelio de Juan capitulo 4 verso 18, nos da otro ejemplo. Se trata del encuentro
de Jesús con la samaritana. Como Jesús por el discernimiento de espíritu y la palabra de
ciencia tubo información detallada de la condición exacta en la que vivía la Samaritana,
relatándole el caso de los maridos que había tenido.
El otro caso se dio con Ananías y Pablo. En Hechos 9:10.16. Analizando el pasaje
podemos ver la precisión del Espíritu Santo tanto para dirigir a Pablo como a Ananías. A
uno le dio la dirección exacta al otro le mostró a la persona que habría de imponerle las
manos para sanarle, no hubo margen de error.
Según este pasaje los dones cumplen con el principio de precisión. Si alguien viene a ti
con la manifestación de un don y no cumple con el principio de precisión descártala porque
no procede de Dios. Él no tiene necesidad de adivinar pues Él conoce todas las cosas. Para
corroborar los puntos anteriores acerca de la reciprocidad, la precisión, y la conformación
de los dones daré un testimonio muy personal.
En conclusión Dios puede usar un don espiritual para confirmar un llamado Ministerial,
pero nunca para hacer el llamado al Ministerio.
Quiero hacer una aclaratoria, cuando Pablo en la Primera Carta que le escribe Timoteo
en el Capitulo cuatro verso catorce le dice a Timoteo “No descuides el don que hay en ti,
que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del prebisterio”.
Pablo no quiso decir que Timoteo recibió el don Ministerial por profecía o por el
conjunto de Ministros. Lo ilógico del caso es, que el término que pablo utilizo para hacer
referencia al don fue Carismata que es el plural del singular Carisma. Por lo que Pablo en si
lo que expreso fue: “No descuides los dones
Dios nunca llama a nadie al Ministerio por lo que son o por lo que se tienen, no quiero
decir que Dios no tomará en cuenta las capacidades para trabajar y desarrollar el Don, me
refiero es al llamado.
En Marcos Capítulo 3 verso 13 dice que Jesús llamó a los que el quiso, no vio en ellos
las capacidades que tenían. Tengo la seguridad que fuera de lo que Jesús llamó desde el
punto de vista humano había gente con mayores capacidades y virtudes. Ejemplo: Un José
de Arimatea, Zaqueo, Nicodemo.
Mi pregunta es ¿Si el llamado es por lo que es y por lo que se tiene desde el punto de
vista positivo, por que Jesús no los eligió a ellos?, ¿por que escogió a gente con menores
capacidades y virtudes? Mi respuesta es, que el llamado de Dios no depende de la
educación cognoscitiva que se tenga, sino de los que Él en su designio quiso llamar.
Básicamente toda persona que esté ejerciendo un Ministerio tuvo que haber pasado por
las tres etapas del Ministerio aunque las desconozca.
Llamamiento
Preparación o capacitación
Envío
A todo aquel que Dios llama, lo capacita, lo entrena, lo disciplina y lo envía. Tenemos el
ejemplo de Moisés, a quien Dios lo llamó y luego lo sometió a un tratamiento rígido y
fuerte. Lo llevó a conocer a Dios y a conocerse a si mismo, conoció sus limitaciones y
cuanto tenía que depender de Dios, lo bajó del estado más alto de arrogancia y lo llevó a ser
un hombre quebrantado, sumiso, humilde, manso, obediente; para luego enviarlo a la
Misión. Debemos entender indiscutiblemente sin lugar a dudas, que para ser enviados
debemos ser preparados y primera y anticipadamente llamados.
En cuanto a estas tres Etapas, debes estar seguro en qué tiempo de las etapas te
encuentras. Si en el Llamado, la Capacitación o el Envío.
En este tópico vamos a estudiar en precisión la primera etapa del Ministerio que es el
llamado.
¿Qué es el llamado?
El llamamiento: Es aquello que nos confronta con la Voluntad de Dios y nos reta a
vivirla y a cumplirla con todo esfuerzo y dedicación.
El llamamiento: Es aquello que Dios pone en el espíritu del hombre del cual no se
puede despojar, es parte de su vida, de su existir, de su naturaleza; es como un fuego que
arde en el interior del hombre, (Jeremías 20:7.9). Por esta causa, cuando una persona es
llamada al Ministerio queda como destinado para ello, donde vaya, donde se meta, donde se
esconda, por mucho que lo quiera ignorar sabe que tiene un llamado de parte de Dios, y que
la única alternativa es cumplir con ese llamado. Alguien dijo:
“No hay mayor fracasado que aquel que fracase en lo que Dios le llamó a hacer,
porque para efectos de Dio para otra cosa no sirve”
Alguien dijo: El llamado al Ministerio es como la mafia, una vez que pasas hacer parte
de ella no la puedes abandonar porque si lo haces te matan. El Ministerio en parte es igual,
si lo dejas te mueres en vida porque solo vives para lo que Dios te llamo hacer.
El llamado de Dios al Ministerio es la única opción que el hombre tiene ante la vida y el
Dios que lo llamo. O lo haces, o lo haces.
En cuanto al llamado, hay que entender que hay dos tipos de llamados:
I) El llamado Colectivo.
Es el que se hace en el aspecto general donde todos son llamados, en este caso el llamado
a la salvación.
En Hebreos 5:4 dice: “Nadie toma para sí esta honra sino el que es llamado por Dios”.
Este pasaje encierra una verdad irrefutable, llena de gran compromiso, que nos debe hacer
crear conciencia de lo serio que y lo comprometedor que es fungir en un cargo ministerial,
y lo penado que sería el fingir en un llamado que no se te ha delegado. “Nunca te sumes ni
asumas un llamado que Dios no te haya hecho, porque sería la forma más segura de
deshonrar su nombre”. Efesios 4:11 dice: “El mismo constituyó a unos (no todos)
apóstoles...etc.” Esto indica que cualquiera no es Ministro porque el Ministerio no es
cualquier cosa.
Radhamés Fernández en una ocasión dijo: “Toda persona llamada por Dios al Santo
Ministerio, recibe la dignidad distintiva de la elección divina” y agrego en relación a la
grandeza del llamado. “Toda aquel que reconozca a Dios como el ser más importante del
universo, considerará también su elección al Ministerio como la más honrosa que se
haya hecho en el mundo. La distinción del elegido radica, en la importancia del que lo
elige. Por igual así, como la honra del individuo honrado la determina el grado de
dignidad de la persona que lo honró. Si el que te honra con un llamado Ministerial es
digno, por igual es digno el que es llamado al Ministerio.
II) El que el hombre se hace así mismo, es decir el que se auto llama.
En cuanto a estos tres tipos de llamados, debemos estar seguros si fue Dios quien nos
hizo el llamado. Todo ministro reconocido bajo la cobertura de un presbiterio apostólico
debe estar claro y seguro que quien le comisionó para tan honrosa tarea no fue una
organización humana, sino una constitución divina.
En el aspecto personal en relación al llamado debes tomar en cuenta, que nunca te debes
ofrecer para el Ministerio y menos te inventes un ministerio, por lo general, Dios siempre
llama y envía a los que se niegan. De esto, tenemos ejemplos en las Escrituras.
>El caso de Moisés que no quería asumir el llamado dando las más grandes excusas para
no ir pero con todo eso Dios lo llamó.
>El caso de Jonás, que hizo una huida total en una embarcación al sentido contrario del
lugar de su llamado, se rehusó pero a él fue a quien Dios llamó.
El otro caso es, que Dios no responde bajo ningún aspecto o circunstancia por aquellos
que se auto llamaron o por los que los hombres llamaron. Dios es responsable por todo
aquel que llamo, capacito, y envió.
En un supuesto negado que Dios me dejara padecer, por causa del pacto Ministerial y
del llamado que me hizo en lo personal tengo derechos a hacerle exigencias a Dios porque
yo no me metí en el Ministerio Él me llamo, y esta es la ventaja de ser llamado y no de auto
llamarse ni atender el llamado de los hombres. El que llama es fiel para responder a los que
llama.
En Hebreos 5:4 dice: “Nadie toma para sí esta honra sino el que es llamado por Dios”.
Aunque en este texto se está haciendo referencia al Sacerdocio, pero se puede aplicar a los
Ministerios tomando encuesta el principio.
En hechos tenemos registrado una palabra profética que Dios le diera a Pablo por el
Espíritu a través de Ananías en confirmación a su llamado. El texto dice: “El Dios de
nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad…porque serás testigo suyo
a todo los hombres,…”
El llamado es tan de Dios que Pablo en Filipenses 3:14 se refiere al Ministerio como el
“Supremo llamamiento”.
El término “Supremo llamamiento” del griego es o demuestra “El más grande de los
llamados”. Esto indica que dicho llamado solo lo puede hacer Dios por la naturaleza del
llamado, solo un ser supremo puede hacer un supremo llamado. Por esta causa debemos
entender, que no hay un llamado en este mundo más grande que el que Dios hace, no hay
mayor autoridad que la que recibimos de Dios, no hay mayor posición en la que Dios nos
ha colocado.
Cuando todas estos bienes y posiciones me desubica del lugar donde Dios me ha
colocado, es una forma de deshonrar a Dios y a su vez es el camino fácil al fracaso en
cuanto a lo de Dios se refiere. Por nada cambies el don que Dios te dio y el llamado que
Dios te ha hecho; honra a Dios y Él te honrará a ti.
La Reina le hizo una observación y le dijo: “Usted está loco, como va a comparar un
pastorado con una cancillería”
A lo cual le respondió: “Tiene razón mi Reina estaría loco si lo comparo, pues el cargo
que usted me ofrece es de este mundo y tiene su fin, pero el llamado que he recibido de
Dios viene del cielo y tiene galardones que son eternos” Ten en cuenta esta verdad. Nada
de lo que el mundo te ofrece vale más que el llamado que Dios te ha hecho.
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las
ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel
de Jehová en una llama de fuego en medio de
Dios siempre hace el llamado en forma personal a través de una revelación. Dios te
puede hacer el llamado por sueños, visiones, por Su Palabra, por cualquier don en forma
personal. El agente número uno que Dios utiliza para hacerte el llamado al Ministerio es su
Espíritu, que da testimonio a nuestro espíritu del llamado que Dios hace. Romanos 8:16.
Una de las causas por la cual Dios confirma el llamado es para afirmarnos y hacernos
sólidos en el Ministerio al cual fuimos llamados, no te conformes con el llamado espera la
confirmación, si el llamado es importante también lo es Su confirmación.
Como Ministro (Maestro) he pasado momentos difíciles en todas las áreas del Ministerio,
y una de las cosas que me ha sostenido además del Espíritu Santo y la Fe en la Palabra es la
seguridad que tengo en el llamado que recibí de Dios. De no estar seguro del llamado de
Dios, en el correr del tiempo en el ejercicio del ministerio se puede dar la posibilidad de
que a causa de los tropiezos, los ataques, y las pruebas; entrarás en un mundo de
incertidumbres, de confusión, y de interrogantes desviándote del propósito de Dios con la
posibilidad de un total abandono. Por esta causa es de suma importancia la confirmación
del llamado para ser sólidos en el llamado.
Quiero compartir mi experiencia el como Dios confirmó el llamado. “Para el año 1990
estaba sirviendo como Ministro de Apoyo a otro Ministerio y en un prestigioso Hotel de la
ciudad de Maracaibo, País Venezuela, estaba el Maestro representante de dicho Ministerio
ministrando a través de los dones del Espíritu. En una forma personal Dios trató conmigo
por el Espíritu Santo en ese mismo lugar, escuché al Espíritu y me dijo: “José, así como el
espíritu que estaba en Elías cayó sobre el de Eliseo el mismo don Ministerial que he
puesto en mi siervo (el Maestro que estaba ministrando) lo he puesto en ti. Tu eres
Maestro de mi Palabra”.
Él me respondió: “Así te dice el Espíritu del Señor: Así como el espíritu que estaba en
Elías cayó sobre Eliseo, el mismo don Ministerial que Dios ha puesto en mí lo ha puesto
en ti, tu eres Maestro de la Palabra”.
Caí de rodillas llorando al ver como Dios en una forma tan concisa, precisa y detallada
me confirmaba el llamado.
En el año 1991 un año después, el cinco de febrero cuando estaba siendo ordenado por
mi Pastor, fue invitado el Maestro anteriormente mencionado y estando de rodillas ante el
Prebisterio, (conjunto de Ministros) recibí una visión de Dios. Vi unas manos que me
entregaban un Libro de color dorado y escuché una voz que me dijo cinco palabras:
En el momento que impusieron las manos sobre mí, hubo una manifestación en lenguas,
y el Maestro que estaba Ministrando en ese momento interpretó según el Espíritu le daba y
dijo:
“José, así te dice el Espíritu del Señor, he aquí que hoy te entrego mi Palabra,
enséñala, no vendas el mensaje, no temas a los hombres porque mis ángeles están
contigo”.
Lo mismo que recibí de Dios en visión fue confirmado por la profecía dada en lengua e
interpretación. Con este tipo de confirmación no hay lugar a la duda, ni para el abandono.
Pases por donde pases tú sabes, como sabes, que sabes que Dios te hizo un llamado y que
tendrás el respaldo de Él.
En este caso Dios va a utilizar cuatro factores que son determinantes para la
confirmación del llamado. A continuación los voy a mencionar y a detallar cada uno de
ellos.
a) Dios coloca una pasión y un interés interno muy intenso para llevar a cabo el
Ministerio. Aunque algún día quieras renunciar no vas a poder, la naturaleza del llamado no
te dejara renunciar al propósito que Dios ha puesto en ti. (Jeremías 20:7.9) por lo
consiguiente, no hay nada que te interese más que el llamado que has recibido de Dios. Si
en este mundo hay algo que pueda traerte mayor satisfacción que el Ministerio que recibiste
de Dios, eso indica que no tienes Ministerio y por ende no tienes llamado, o no has
entendido la grandeza del llamado.
Es ilógico que Dios le revele el don Ministerial que ha puesto en una persona, a gentes
que estén ajenas a ellas, si primero no lo hace con el Ministro inmediato que está dando
cobertura a quien se le asignó el don ministerial.
En el caso de Josué como el sucesor de Moisés, Dios le mostro a Moisés quien iba
hacer el hombre que ocuparía su lugar. Analicemos las escrituras.
>El profeta Samuel y el Rey Saúl percibieron el llamado de David. 1ª Samuel 16:1.13.
En la primera carta que Pablo escribe a Timoteo en el capítulo 1 versos 18 al 20, le insta
a su discípulo a caminar de acuerdo a la dirección divina que recibió en conformación y
confirmación al llamado que Dios le hizo en una palabra profética. Operar con base a la
impartición profética que hemos recibido, demanda un serio compromiso con la Palabra,
pues es en razón a nuestra determinación y diligencia para creerla y obedecerla, que
haremos que se cumpla todo lo que Dios ha determinado según la Palabra profética que
recibimos.
Ninguna Palabra profética que venga de Dios te garantiza el futuro, ella te revela el
propósito de Dios para un futuro. No olvides que la hipocresía mata la profecía, como
receptores de la profecía debemos ajustarnos a los principios del reino de Dios en relación a
la palabra profética que se recibió, de no abortaras el propósito de Dios en tu vida revelado
en la profecía.
Dios determinó con el Sacerdote Elí llevar acabo su propósito dándole una palabra
profética, y por causa de no ajustarse a los principios del reino en relación a la profecía,
Dios determinó no cumplir la palabra que le había confiado. Este hombre consintió el
pecado de fornicación de sus hijos en el altar, cometiendo sacrilegio, profanación,
detracción; el cual fue abominación ante los ojos de Dios.
“Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo
claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón? 28Y yo le
escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar,
y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casa de tu padre todas las
ofrendas de los hijos de Israel. 29¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas,
que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí,
engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
30
Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu
padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal
haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en
poco. 1ª Samuel 2:27:30.
Todo lo contrario con Samuel, que como Profeta de Dios no dejo caer a tierra la Palabra
profética que recibió de Dios y fue honrado grandemente por el Creador.
Debes estar claro a qué fuiste llamado, si dudas acerca del llamado y no estás seguro a
qué Dios te llamo, vas a tener problemas y causarás problemas a otros. El conocer y estar
seguro del llamado que se te hizo evitará el problema de invadir otro Ministerio, de tomar
otra carrera que no nos pertenece.
Carlos Finney fue el mejor evangelista y ganador de almas que hubo desde los días del
Nuevo Testamento hasta sus tiempos; a los 80 años de edad escribió: “Yo sé muchas cosas
de Dios, cosas profundas de Dios, cosas que soy capaz de enseñar pero si las enseño,
pierdo la habilidad de ganar almas, ya que Dios no me llamó a la enseñanza, sino a la
Evangelización y de eso me ocupo”.
Debemos estar seguros del llamado que Dios nos hizo, a qué nos llamó, y dedicarle todo
nuestro tiempo a ese llamado.
En 1ª Pedro 4:10.11 hay tres factores que determinan una ministración y administración
con éxito en el Ministerio que has recibido.
Nadie puede hacer las veces de pastor, sino ha sido llamado al pastorado, en el
Ministerio no hay eventualidades, eres o no eres.
Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es que el factor tiempo es determinante
para la capacitación y la preparación de un individuo para ser enviado al Ministerio. La
formación integral de un buen ministro no es un asunto que se da en lo automático, es algo
que se da en un desarrollo progresivo donde el factor tiempo es determinante. La formación
no es producto de un cúmulo de conceptos que se aprenden, sino de una serie de principios
que se incorporan en la vida cotidiana y que son recibidos mediante una alimentación
continua.
Juan el bautista fue un hombre que tuvo un tiempo de preparación de veinticinco años
para ejercer un ministerio de seis meses. Para Dios es más importante y determinante el
tiempo de tu preparación que el del ejercicio del Ministerio. Al Señor le interesa más: tu
madurez, tu capacidad, la formación de tu carácter, que el ejercicio del Ministerio.
Sus dos primeras etapas de 80 años le dio lugar a un entrenamiento rígido que fue muy
determinante para que Dios pudiera llevar a cabo su propósito en la vida de este hombre.
Mises fue entrenado 80 años para ejercer un ministerio de 40 años; fue más el tiempo de la
preparación que el ejercicio del el ministerio.
Entre el llamado y el envió hay un tiempo de preparación que puede ser breve o
prolongado. Para José el amado pasaron trece años - a Moisés le costó ochenta la etapa de
su preparación - para David se dieron dieciocho años - a Elíseo diez - para juan el bautista
veinticinco - para el Apóstol Pablo pasaron diecisiete años desde que recibió su llamado
hasta que fue separado y enviado para el Ministerio del Apostolado que desarrollo en
En la primera carta que el Apóstol Pablo escribe a Timoteo dice que es necesario que el
Obispo no sea un “Neófito”. Este término del griego es “Neophotos”. Que indica: Un
inexperto, un recién plantado, sin experiencia ni preparación.
La preparación es la segunda etapa del Ministerio, tiene que ver con la disciplina que
viene de parte de Dios a los hombres que han sido llamados, para luego de ser disciplinados
enviarlos al Ministerio. Esta disciplina consiste en hacernos madurar o perfeccionar en
algunas áreas de nuestra vida y el trato de Dios con nuestra alma.
Debemos conocer que uno de los objetivos de los Ministerios es perfeccionar a los santos
o hacer que un pueblo (la Iglesia) alcance madurez. (Efesios 4:12) ¿Como puede Dios
lograr dicho objetivo a través de un hombre que no ha sido perfeccionado y que por ende
no ha alcanzado madurez?
Tome encueta que siempre que Dios va a hacer algo en un individuo lo va hacer de
acuerdo al estado de madurez o de perfección que el hombre haya alcanzado. Cuando nos
referimos a la madurez y a la perfección, estamos tratando de la capacidad desde el punto
de vista cualitativo que un individuo haya alcanzado, esto indica, que siempre que Dios va
hacer o dar algo en un individuo lo hace según la capacidad que tenga.
El Don Ministerial no es suficiente para tener éxito en el llamado que Dios nos a hecho,
se necesita la madures y el ser perfeccionado en el alma para obtener capacidad, desarrollar
una misión para alcanzar la visión y llevar al cumplimiento el propósito de Dios en
nuestras vidas.
El original lo expresa como sigue “Pon diligencia en ti mismo ser aprobado para
presentarte ante Dios como un obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa
correctamente la Palabra de la verdad”
El término “presentarse” del griego es “Parastesai” que tiene que ver con el estar ante
un escenario como un modelo a seguir, con una figura ilustrativa como ejemplo cabal,
como una figura digna de ser imitada.
El término Aprobado viene del griego Dokimos que describe lo que fue hallado acto
útil para el servicio.
Este término (aprobado) es utilizado para hacer referencia al oro o la plata, que por el
fuego han sido purificados de toda aleación y que al ser analizado minuciosamente después
de dicho proceso queda apto y útil para ser presentado en el mercado.
Cuando Pablo le dijo a Timoteo “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad…”
Según las características de los términos antes mencionado y analizados, lo que le quiso
decir fue: “Timoteo trata de mantenerte en los principios del Reino, en el carácter de
Dios y en sus demandas, en sujeción, en sumisión y en obediencia; haciendo una
vivencia lo que has aprendido de su Palabra, para cuando seas analizado por Dios estés
acto para ser promovido en el Reino”.
Nos podemos dar cuenta según estas comparaciones, que el Don Ministerial no lo es
todo para desarrollar el Ministerio, se necesita la capacidad para alcanzar el objetivo que se
nos dio en dicho Ministerio.
A continuación transcribo algunos ejemplos Bíblicos que tiene que ver con la capacidad
para recibir y que determina el hacer, aunque en estos ejemplos se trata de la capacidad
cuantitativa, tomaremos el principio para llevarlo a la capacidad cualitativa.
Ejemplos:
>En el libro de Reyes, Tenemos el caso de una viuda y el Profeta Eliseo, donde esta
pidió auxilio al Profeta por causa de una deuda que dejo su esposo al fallecer. La viuda
según el relato solo tenía una vasija llena de aceite, el profeta le ordena buscar vasijas
prestadas vacías no pocas sino muchas, y que las llenase con el aceite de la vasija llena.
>El caso del vino nuevo en odres viejo nos muestra un principio que tiene que ver con
capacidad, según el relato no se debe echar vino nuevo en odre viejo por la capacidad de
retención, a causa de la fermentación del vino el odre se revienta por falta de capacidad.
Mateo 9:17. Marco 2:22. Lucas 5:37.
>El caso de los talentos muestra el mismo principio de capacidad para recibir. El relato
dice que a uno dio cinco, a otro dos y a otro uno, y es muy específico cuando dice y a cada
quien dio de acuerdo a la capacidad. Mateo 25:15.
>Gálatas 4:1.2. Dice que cuando el heredero es niño no puede gozar de la heredad por
causa de su inmadurez e incapacidad.
>En el Salmo 23 verso 5 dice: “…mi copa está rebosando…” observe que según el
pensamiento del salmista, la copa está rebosando no se derramando, por la sencilla razón
que Dios no da bendiciones para botar.
Esto indica que lo que Dios va hacer o lo que se vaya a recibir de Él, estará en
proporción directa de la capacidad y madurez que se haya alcanzado.
Por esto es necesario e indispensable que una persona que vaya a ser enviado al
Ministerio, haya alcanzado madurez, y por causa de la madurez tenga ciertas capacidades
para ejercer el Ministerio.
Dios va a tratar de hacernos alcanzar madurez a través de un solo agente que su Espíritu
Santo (Hebreos 5:12.14), a su vez el Espíritu Santo va a tratar de hacernos alcanzar
madurez, a través de tres elementos que son: la Palabra, los Dones Ministeriales, y los
Dones Espirituales.
Hubo momentos que fue muy rígido, duro, radical, con mi persona por causa de ser un
hombre con unas disciplinas, con un carácter lleno del Espíritu que no se ajustaba al
carácter indisciplinado que venía arrastrando del mundo.
Hubo momentos que por causa del trato que el me daba quise renunciar, hoy en día
entiendo lo beneficioso que fue para mí dicho trato. Ahora me ha tocado tratar a otros de la
forma que me trataron, nuestros motivos como Ministros disciplinados y entrenados por
otros Ministerios, no es el maltratar, ni golpear, ni herir. Nuestro más grande objetivo es:
Enseñar, capacitar, instruir para perfeccionar. Esto es como un gran maratón donde llegará
el momento en que tendremos que entregar la antorcha a otros para que continúe con la
carrera Ministerial, y esto es lo que estamos haciendo, enseñando a otros a tomar la
antorcha para cuando llegue el momento de la entrega no tenga ningún problema para
tomarla, sino que sepan tenerla, llevarla con toda fidelidad en la carrera Ministerial, y a su
vez pueda enseñar a otros de la forma que ellos fueron enseñados.
Siempre lo he dicho y lo creo con tanta seguridad, que nadie puede ejercer un Ministerio
si no ha pasado por esta escuela, de ser formado por hombres que fueron formados. Moisés
formo a Josué - Elías a Eliseo - Eli a Samuel - David a su hijo Salomón - Aarón a Eliécer -
Pablo a Timoteo, a Tito, a Filemón – Jesús a sus Discípulos.
Por eso me llama la atención la posición del Apóstol Pedro en cuanto a la Palabra
cuando dijo “no es justo que nosotros dejemos la Palabra de Dios, para servir a las
mesas…Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la Palabra” Hechos
6:2; 6:4.
> Una de las características de un Ministerio calificado para perfeccionar a los santos y
llevarlos a la madures, es que “Usa” bien la Palabra y es “Retenedor” de ella.
“
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad…”
2ªTimoteo 2:15.
Trazar: Indica cortar por lo recto. Es un término compuesto del. Griego orthos- recto;
temno- cortar.
Trazar: No Tiene que ver con el dividir ni con el cortar por la mitad, sino con el buen
trato y el verdadero significado de las cosas.
Trazar: No es el simple hecho de decir lo que las Escrituras dicen, sino transmitir lo
Estimar: Que indica: “Ser adicto a”. También da la idea de mantener en una forma
adherida con el fin de no dejártela quitar. Tiene que ver con aquello que viene a ser
inherente en ti, es algo que por el resto de tu vida siempre será Endógeno y jamás pasara
hacer exógeno, algo que es parte de tu naturaleza, de tu existir, de tus propiedades, algo por
lo que vives y para lo que vives. Es como una Hipostacia en ti, es lo que nunca se podrá
desligar de ti, ni desprender de ti.
Estas dos grandes virtudes (Usar=Retenedor) solo pueden estar en aquellos que son
amantes de las Escrituras y diligentes para el estudio de ellas.
Solo a través de estos Ministerios calificados con estas grandes virtudes, un pueblo puede
alcanzar madurez que equivale a una vida de santidad.
c) En cuanto a los Dones espirituales: Te aconsejo que obtengas el Libro del mismo
autor que habla todo lo referente a los dones.
¿Cuál es el área del hombre que debe ser perfeccionada para alcanzar
madurez y a su vez, haya una capacidad?
El término alma es psuche que indica el ser la personalidad del hombre. Lucas 9:24.25.
La mente: en cuanto a la mente Pablo presenta siete estados de mente, de los cuales seis
de ellos están lejos del carácter de Dios. Entre los estados de mentes tenemos:
>Mente: Espiritual.
El trabajo de Dios para santificar el alma y perfeccionar al individuo para que este
enteramente preparado para toda buena obra, es sacarlo de cualquiera de los estados de
mente ajena a la mente de Dios, y llevarlo a la mente espiritual. Esto lo va a lograr Dios es
a través de su Palabra como elemento principal, y se da en un intervalo de tiempo. Esto es
lo que se conoce teológicamente como la renovación de la mente. Colosenses 1:21.
Hebreos 8:10; 10:16. 1ª Pedro 1:13. 1ª Juan 5:20.