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CONFLICTO ENTRE DOS REINOS:BATALLA ESPIRITUAL
INTRODUCCIÓN.
Hay un principio que está establecido en la Palabra de Dios que indica que
nunca podemos aplicar lo que no conocemos, y nunca podemos conocer lo
que no tenemos. Según este principio lo importante no es tener, sino conocer,
y no es sólo conocer, sino aplicar. Aplicamos de lo que conocemos de lo que
tenemos.
Una de las armas más eficaces que Satanás tiene en contra de la Iglesia es
la ignorancia, la cual viene como producto de la falta de conocimiento. Me
llama la atención cómo Isaías expresa que un pueblo al cual pertenecía, cayó
en cautiverio por no tener conocimiento (Isaías 5:13.
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El conocimiento en todas sus extensiones (en una forma precisa y concisa)
forma parte de un principio para lograr el éxito y obtener logros en aquello
que emprendamos.
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1) ETIMOLOGÍA Y USO DE LOS TÉRMINOS GUERRA, LUCHA,
MILICIA Y BATALLA.
a) Guerra: Del griego “Polemos”. Este término nunca es utilizado en los
textos originales para hacer referencia a un conflicto entre la Iglesia y los
poderes de las tinieblas, su referencia en los originales se usa para hacer
mención a la guerra desde el punto secular. (Mateo 24:6; 1ª Corintios 14:8;
Hebreos 11:34). Cabe aclarar que el término “Guerra” también es utilizado
para hacer referencia al conflicto final que librarán Cristo y los ángeles.
(Apocalipsis: 9:9; 12:27; 16:14; 20:8.
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Para referirse a la lucha que se da a través de la oración (Colosenses 4:12.
Efesios 6:18).
Nota: El término rogar que aparece en Colosenses 4:12 no está en los
manuscritos originales. El término griego que aparece es “Agonizomai”, que
indica lucha, y en algunos pasajes, este término es traducido como Pelea
(2ª Timoteo 4:7; 1ª Timoteo 6:12).
c) Pale: Tiene que ver con una lucha cuerpo a cuerpo en una forma
personal. Se usa en sentido figurado en Efesios 6:12, haciendo referencia al
conflicto espiritual en el cual el creyente se halla inmerso.
d) Milicia: Del griego “Strateia”. Primeramente este término se utiliza
para referirse a un ejército, pero a su vez se utiliza para referirse al conflicto
espiritual entre los dos Reinos (2ª Corintios 10:3.4. 1ª Timoteo 1:18) y el
conflicto interior en el creyente (Santiago: 4:1. 1ª Pedro 2:11).
Nota: Los términos griegos utilizados en el contexto bíblico para hacer
referencia al conflicto espiritual entre los dos reinos es lucha, del griego Agon
y Pale. También se utiliza milicia del griego “Strateia”
e) Batalla: Este término Pablo lo utilizó en concordancia con los otros
términos que tienen que ver con el conflicto, tales como: Agon, Polemos y
Strateia.
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a) La primera aplicación tiene que ver con el comercio.
Cristo: El conflicto más crítico entre los dos reinos lo libró Cristo, hasta
el punto que fue decisivo y determinante. En dicho conflicto se determinó un
ganador y un perdedor de una manera decisiva: Cristo obtuvo la victoria, el
Diablo fue derrotado, vencido; no paralizado (Génesis 3:15. Mateo: 4:1.11.
Lucas: 10:18. Hechos: 10:38).
En Hebreos 2:14 dice “Así que, por cuanto los hijos participaron de
carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de
la muerte, al que tenía el imperio de la muerte esto es, al Diablo”.
Según estos pasajes Satanás ya fue vencido, derrotado, desarmado,
juzgado y condenado; por consiguiente Cristo está a la diestra del Padre con
todo poder, autoridad, majestad, imperio, dominio y señorío.
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Si nosotros como representantes del Reino de Dios entendiésemos esto,
no tendríamos tantos problemas y desajustes en la batalla en contra de las
tinieblas.
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No descartamos que los ángeles puedan prestar servicio como lo hicieron
con Jesús, en casos registrados en Mateo 4:11; Mateo: 26.53; Lucas 22.43.
Pero debe ser Dios quien los envíe de acuerdo a la necesidad y la ocasión, no
tomemos nosotros esa atribución.
Quítese de la mente la idea de que cada uno como creyente tiene un ángel
asignado de parte de Dios como guardaespaldas, tomando fuerza en nosotros
la creencia pagana del ángel de la guarda. No descartamos que en el momento
que clamemos a Dios en el nombre de Jesús por la protección de los ángeles,
los vayamos a tener, si el caso lo amerita.
En conclusión, nunca le pidamos a Dios que envíe los ángeles para ejecutar
lo que nosotros tenemos que hacer, y mucho menos para librar las batallas que
tenemos y estamos en capacidad de librar.
En varias ocasiones, Jesús pudo pedir el apoyo de los ángeles para librar
ciertas situaciones, sin embargo, conociendo los principios, se cohibió y
prohibió a los discípulos hacerlo. Él sabía que era una circunstancia que Él en
lo personal tenía que librar.
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Los Demonios: (Efesios 6:10). Quiero hacer una aclaratoria acerca de los
demonios, origen, existencia y orden jerárquico.
¿Quiénes son los demonios?: Afirmar que los demonios son los ángeles
caídos es entrar en el ámbito de la especulación, no hay pruebas bíblicas que
lo afirmen o respalden. A continuación voy a dar razones por las cuales los
ángeles caídos no son los demonios:
Las Escrituras afirman que todos los ángeles que cayeron, fueron puestos
en prisiones de oscuridad, que de paso son eternas como para no salir de allí.
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Además de esto, los términos “arrojándolos, reservados, guardados” que
se mencionan en los pasajes para hacer referencia a los ángeles, demarcan un
estado global que no da lugar al escape de ninguno de ellos.
Por el análisis gramatical que hicimos, es imposible que los demonios sean
los ángeles caídos, ya que no hay ángeles disponibles para dicha función,
todos fueron encarcelados.
Además de esto, los ángeles son seres corpóreos: tienen un cuerpo, poseen
un volumen y esto les impide posesionarse de una persona; en cambio, los
demonios son incorpóreos, no tienen cuerpo, ellos pueden posesionar a una
persona individualmente o por grupo (Mateo 12:43. 45. Marcos. 5:12.13).
Los ángeles son seres espirituales, tienen un alma y viven en un cuerpo,
ellos pueden guerrear, abrazar; a diferencia de los demonios quienes son
espíritus con un alma, pero sin cuerpos; ellos necesitan de un cuerpo para
manifestarse al mundo exterior.
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JERARQUÍA DE LOS DEMONIOS.
Éste es un tema que no está muy claro en las Escrituras. Pablo en algunas
de sus cartas da la posibilidad de la jerarquía de los demonios, y en otros casos
no es claro en el asunto.
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uno que dirige una provincia como el caso de Cirenio, gobernador de Siria
(Lucas 2:2) o Pilatos gobernador de Judea (Lucas 3:1). El término que Pablo
utilizó fue “Kosmokratos” que indica una potencia como fuerzas unidas.
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Por otro lado, si los demonios tienen jerarquía: ¿Quién se las delegó?,
¿quién los constituyó? y ¿para qué fin se les dio dicha jerarquía? Satanás no
tiene autoridad para tal fin, a menos que él, en su rebeldía se haya tomado
dicha atribución acto que no está registrado en la Biblia.
Hay quienes que por las supuestas jerarquías de los demonios le dan
dominio y poderes gubernamentales sobre ciertos territorios, cuando todo esto
es descartado por la Biblia. Lo que afirman las Escrituras es que Satanás rige y
gobierna sobre el mundo entero, así lo escribe el Apóstol Juan (1ª Juan 5: 19).
Pero a la Iglesia, esto no le resta autoridad sobre los poderes que gobiernan el
mundo, en el lugar donde nos presentemos, allí seremos gobernadores y
ejerceremos autoridad.
No olvides que en cuanto a territorio, Satanás gobierna y tiene el control
donde el hombre le cede autoridad. Se conoce de naciones, pueblos y aldeas,
donde Satanás gobierna, no por causa de su jerarquía sino por la delegación de
derechos que el hombre le ha entregado.
Debemos entender que hay lugares en donde predomina un principado por
causa de ciertos derechos que se le han otorgado, y no debemos afirmar que
tal dominio es por causa de una jerarquía que posee. Por favor, no demos a
Satanás y a los demonios privilegios que no les pertenecen.
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4) NATURALEZA DE LA BATALLA.
a) Es una batalla universal.
En todas partes del mundo se está librando una batalla en este momento.
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La guerra es tan decisiva y determinante que en un supuesto negado que el
diablo me logre ganar mil batallas, desde el punto de vista posicional todavía
estoy en victoria, porque mi victoria como posición no la obtuve en la batalla,
sino que se obtuvo en la guerra que Cristo libró.
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El término “Resistir” es un término militar que indica: pararte frente a
frente a tu enemigo, y pegar frente con frente, pecho con pecho, barriga con
barriga, piernas con piernas; y si alguien se tiene que mover tiene que ser el
diablo, porque nosotros estamos parados sobre la Roca, la Roca es la Palabra,
la Palabra es Cristo y Cristo lo venció a él.
La batalla espiritual como la plantea la Biblia, no es una en la que el
cristiano va a ver cómo sale, sino una batalla en la que el enemigo contra
quien lucha, ya está vencido. Por eso no puedo entender como hay cristianos
peleando o batallando a la ofensiva, tratando de quitarle al diablo lo que no
tiene. Yo no tengo que conquistar ni vencer al diablo, ya Cristo lo venció y
conquistó por mí. Mi tarea es resistirlo, encararlo, darle frente cuando él me
ataque (Santiago 4:7. 1ª Pedro 5: 8.9); echarlo fuera de los cuerpos (Marcos
16:17); destruir sus obras.
No debemos entrar en una paranoia espiritual donde todo lo que se ve es
demonio; entramos en el campo del exorcismo en una forma excesiva, no
dirigida por el Espíritu Santo dándole a Satanás una posición que no le
pertenece.
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d) Es una batalla decisiva, sin retroceso.
Jesús dijo: Que las puertas del hades -que representa el poder satánico- no
prevalecerán contra su Iglesia (Mateo 16:18.19).
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En todo desafío o reto necesitamos la intervención de Dios para que se
manifieste un milagro, ya que sólo Él puede llevar a cabo lo imposible. Y
entiéndase que aunque haya sido por la intervención de Dios que se produjo el
milagro, la liberación del conflicto humanamente es atribuida al guerrero;
porque fue a causa de la fe que depositó en la Palabra, que Dios pudo
intervenir. Por lo que indica que, para librar una batalla que es desafiante, se
necesita de la fe que el hombre deposita en la Palabra de Dios, para que Él en
su soberanía pueda intervenir; de no ser así, perderíamos la batalla.
“De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno; tres
veces he sido azotado con vara; una vez apedreado; tres veces he sufrido
naufragio..., un día y una noche he estado como náufrago en alta mar; en
camino muchas veces, en peligro de ríos, peligro de ladrones, peligro de los
de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el
desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y en
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fatiga, en muchos desvelos; en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y
en desnudez, despreciado, perseguido, difamado, hecho como la escoria del
mundo, el desecho de todos hasta hoy.”
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El término “Aflicciones” que aparece en el texto, es del griego:
“Kakopatheo”, que es un término compuesto que indica: “Kako-Malo”
“Pathos-Sufrimiento”. Por lo cual el Apóstol lo que le quiso decir a Timoteo
fue: “Soporta los malos sufrimientos”. Igual que decir: “Soporta las
penalidades”.
Nunca olvidemos que el primer y peor enemigo que tenemos para alcanzar
el éxito somos nosotros mismos. Satanás sólo se limita a dar ofertas; de
nosotros depende que las tomemos o las dejemos.
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Vivir en el Espíritu y ser un ente espiritual (no espiritualista) es un buen
comienzo para librar todas las batallas que se presenten.
A continuación voy a dar una breve explicación de lo que indica ser
espiritual.
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que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”
(Salmo 1:2).
“…entre los cuales todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos
de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y los pensamientos…”
(Efesios 2:3).
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Por esta causa, el blanco que Satanás tiene para vencernos en la batalla es
la mente; si Satanás logra que nosotros meditemos en sus pensamientos, es
una ventaja que tiene para ganar la batalla.
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de
vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad”. (Efesios 4:22.24)
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Pablo insta al creyente a despojarse de todos los pensamientos ajenos a la
verdad de Dios, para regresar al comienzo, y como un niño aprender el
lenguaje de Dios, para tener Sus pensamientos, hablar y actuar como Él.
Una vez que haya logrado despojarme del viejo hombre y vestido del
nuevo, he librado la batalla con mis propias pasiones, mi alma y la carne;
entonces podré librar las batallas que se me presenten (Santiago 4:7).
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ciudad completa que a su propio espíritu”.
5) PROPÓSITO DE LA BATALLA.
¿Cuál es el verdadero objetivo de la batalla?
Esto es importante entenderlo y tenerlo claro para evitar propósitos
equivocados que me descalifiquen de la batalla sin haberla comenzado.
Cuando lo que me mantiene en el Reino son mis intereses y no los de Dios,
ya he perdido la batalla.
Para confrontar los poderes de las tinieblas debe haber un motivo muy
correcto en el corazón. En Hebreos 12:1 el autor dice: Que para correr la
carrera de la fe (que a su vez es una de las batallas que tenemos que librar)
“Debemos despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia”. El pecado
nos elimina de la carrera y a su vez nos hace aliados del reino de las tinieblas;
el peso nos resta velocidad y nos hace perder la carrera, que viene a ser lo
mismo que perder una batalla.
a) Para deshacer las obras del diablo e implantar el Reino de los Cielos.
b) Para el rescate de los valores principales del Reino: la raza humana.
c) Para defender nuestra posición y estar firme ante la victoria que Cristo
nos dio.
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6) CONOCIENDO A NUESTRO ENEMIGO: 2a CORINTIOS 2:11.
Pablo en 2ª Corintios 2:11 dice que nosotros como creyentes no debemos
ignorar las maquinaciones del diablo. El término “Maquinación” del griego
es “Noema”, que indica: “Planes o propósitos bien calculados”.
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b) Sello de la perfección: (Ezequiel: 28:12.15) del hebreo Tamin que
significa: íntegro, cabal, irreprochable; literalmente el texto dice: “Eras
integro, cabal, irreprochable en todo lo que hacías”.
Este término del hebreo Tamin fue el que Dios utilizó para hacer referencia
a Job (Job 1:1; 2:13).
El título “Sello de la perfección” no sólo es atribuido a sus actitudes y a su
manera de conducirse, sino a su belleza física y mental, atribuyéndole la
perfección no sólo a él como lo creado, sino también a su creador, resaltando
que dicha obra tan perfecta venía de las manos de la perfección misma que es
Dios. Esto se puede entender cuando leemos el contexto subsiguiente. En el
verso 12 del capítulo 28 dice: “Tú eres el sello de perfección, lleno de
sabiduría, y acabado de hermosura”.
“Sello de la perfección” también se aplica a quien representaba y
manifestaba la perfección de Dios, a aquel por quien Dios se sentía orgulloso.
Esto lo deducimos tomando en cuenta el pasaje de Job 1:1; 2:3. Después de las
personas de la Deidad, Satanás ocupaba el cuarto lugar en perfección y en
poder.
c) Adorador: Los grandes exegetas bíblicos dicen que cuando este ser se
disponía adorar a Dios, de su garganta salía como una orquesta filarmónica: él
sólo bastaba para adorar a Dios.
La Biblia no hace referencia de Satanás como adorador, pero a causa de su
hermosura y perfección, él como creación fue motivo de adoración al Creador.
Cuando las huestes angelicales veían a Satanás, a causa de su hermosura,
acabado y esplendor, adoraban a Dios por su creación. Era tanta la
magnificencia de su creación, que cuando fue creado se prepararon los
instrumentos para celebrarlo; igualmente esta apariencia presenta a este ángel
en su creación como diadema de alabanza a su Creador (Ezequiel 28:13).
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Si Satanás era inspiración de adoración a causa de su creación ¿quién podría
negar que fuera un adorador?
El simple hecho de que Satanás tenía un deseo de mayor gloria, indica que
pudo haber sido el encargado de la adoración, de la cual desistió queriendo
atribuirse dichas propiedades (Ezequiel 28:17).
Esto es notorio en la tentación a la cual sometió a Jesús: Satanás buscó la
forma que de parte de la Deidad se le brindase adoración y cumplir así con el
contraste de lo que él hacía. Es decir, en la tentación se refleja el más íntimo
deseo de que en él se realice lo que él ejecutaba, y esto nos puede dar indicios
de que Satanás sí era un adorador ante Dios.
d) Portador de luz: El término “Lucero de la mañana” en griego es la
palabra “Phophoros”, que es una término compuesta que significa portador
de luz, vulgarmente Lucifer (Isaías 14:12).
Este término es una de las características que se le atribuye a Cristo, según
2ª Pedro 1:19. Como el que refleja y porta la Shekina o gloria de Dios.
Estas mismas características estaban en Satanás. Se dice que este ser se
colocaba delante de la presencia de Dios y la gloria de Dios caía sobre él y a
su vez la gloria de Dios se reflejaba por todos los cielos. Satanás hacía las
veces un de rubí cuando lo colocan detrás de una luz, el rubí se encarga de
reflejar la luz en diferentes ángulos y colores.
El ornamental que Satanás tenía con piedras preciosas, sugiere una
apariencia con todo el esplendor.
Debemos observar que las piedras preciosas que se mencionan tales como:
cornerina, topacio, jaspe, crisolito, berilo, ónice, zafiro, carbunclo, esmeralda
y oro, sólo son nombradas tres veces en la Biblia, en diferentes usos, con
diferentes características.
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I) En el pectoral del Sumo Sacerdote: Indicando la Gracia Divina.
b) Su poder.
Lo primero que debemos tener claro es que cuando Cristo venció al diablo
le quitó la autoridad, no el poder. Hablar del poder y la autoridad que Satanás
tenía en ese momento, son dos cosas diferentes. El poder se conoce como la
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potencia que Satanás tiene en él, y la autoridad es el derecho que tiene para
desatar el poder.
Hay que tomar en cuenta factores que están relacionados al poder satánico,
y que son muy determinante para confrontar a Satanás:
Sabemos que el poder del diablo está muy por debajo al poder de Dios,
que es el que nosotros representamos, pero si te descuidas ni siquiera Dios
puede hacer algo por ti, con todo y que en ti esté todo su poder. Ten presente
esto: a Satanás, Cristo lo venció, no lo paralizó, él está activo, ahora nos toca a
nosotros librar nuestras propias batallas.
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Recuerda esta verdad: Con Satanás no se juega por el simple hecho de que
él no está jugando. Sé prudente, no le des lugar, porque puede hacer de ti una
presa, que después de despedazar, tragará (lo digo en el sentido figurado).
En Lucas 4:5 dice que Jesús después de ser lleno del Espíritu, fue tomado
por el diablo y lo llevó a donde él quiso para tentarlo. Jesús tuvo que entrar en
un estado probatorio y éste era un derecho que Satanás tenía. Dios Padre lo
entendió y el Espíritu Santo lo aceptó, ellos no pudieron evitar ese
acontecimiento, era un derecho que Satanás tenía y debía ser respetado.
Lo otro que hay que tomar en cuenta es que Jesús nunca invadió terreno
satánico, él siempre respetó los derechos de Satanás.
Jesús nunca dijo: “Toda potestad me es dada” hasta que primero venció la
muerte, el Hades, para luego vencer al diablo, quitándole y despojándolo de la
autoridad que Adán le había entregado.
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Observa que las potestades y los reinos le pertenecían a Satanás, Adán se
los entregó; de no ser así, entonces lo que pasó Jesús no fue tentación, y
Satanás no tenía nada que ofrecerle; pero sabemos que Satanás le ofrece a
Jesús lo que él poseía, lo que el hombre le había entregado. Jesús conocía esta
situación y por eso nunca se atribuyó autoridad hasta que no la obtuvo
(Filipenses 2:9.11).
Puede ocurrir que, por causa de la presencia del Espíritu Santo, un demonio
se ofrezca a salir del cuerpo, pero si el poseído no renuncia a su posesión y
condición en la que está, el demonio puede regresar. Hubo un caso donde
Jesús sanó a un hombre que estaba en el Estanque de Betesda, y
posteriormente lo encontró en el templo y le aconsejó “Mira que has sido
sanado, no peques más para que no te venga algo peor”.
La verdad paralela está en que si puede darse la reincidencia de una
enfermedad en una persona, por lógica también el principio se cumple con un
endemoniado.
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Otro aspecto importante es que nunca podremos enviar a los demonios a
los abismos, a los infiernos, o a lugares de tormento, por ciertas razones:
Los demonios no pueden ser enviados al lugar de tormento si primero no
son juzgados; se les tiene que juzgar para darles el veredicto y luego enviarlos
al lugar de tormento. Esto fue lo que pasó con el endemoniado gadareno: los
demonios apelaron a sus derechos, ellos pidieron no ser atormentados antes de
tiempo, pidieron entrar en unos puercos, y Jesús conociendo los derechos que
ellos tenían aceptó (Mateo 8:28.32).
Satanás sólo contaba con dos armas: el pecado y la muerte, según lo dicho
por Pablo en 1ª Corintios 15: 55.57. Cristo cumpliendo la ley venció el pecado
y venciendo el pecado venció la muerte, de esta forma Satanás quedó
totalmente desarmado.
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La verdad que se presenta es que quien recibe este botín pasa hacer el
hombre fuerte, y a quien se le quita el botín deja de ser el hombre fuerte. Por
consiguiente, la Iglesia -que recibió el botín- pasa a ser el hombre fuerte, y
Satanás -a quien se le desarmó y se le quitó el botín- deja de ser el hombre
fuerte. Satanás no sigue siendo el hombre fuerte; Satanás es fuerte donde el
hombre lo hace fuerte.
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Elemento de cooperación desde el punto negativo es: Todo aquello que
el creyente le presta al diablo y que él utiliza como arma para tratar de destruir
a la Iglesia. Ejemplos de esto: falta de conocimiento; temor; duda; confesiones
negativas; cualquier tipo de resentimiento como odio, celos, envidia, raíces de
amargura que traen como consecuencia falta de perdón, iras, enemistades,
pleitos, contiendas, disensiones, falta de unidad, crítica, difamaciones,
censura, inmoralidad sexual, entre otros.
e) Sus limitaciones.
Así como Satanás tiene sus derechos, tiene también sus limitaciones; es
bueno conocer sus derechos, pero también conocer sus limitaciones.
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pensamientos en nuestra mente e influenciarnos a través de ellos (1º Crónicas
21:1).
II) No es omnipresente: Pero tiene un ejército que está activo y presente
en todas partes.
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En el verso 11 Pablo recibe la segunda advertencia de no ir a Jerusalén, lo
cual se confirmó en el verso 12 donde dice: “Al oír esto, le rogamos nosotros
y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén”.
Pero en el verso 13 podemos notar la obstinación y terquedad de Pablo,
quien no tomando en cuenta la advertencia del Espíritu, dijo: “¿Qué hacéis
llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a
ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús”.
En el verso 14 se muestra que sí fue una advertencia del Espíritu, y sí
hubo una obstinación de parte de Pablo. El verso dice: “Y como no le
pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor”.
Este caso se repite en muchos de nosotros, cuando Dios por el Espíritu
nos advierte del peligro, y nosotros en nuestra obstinación y terquedad no
tomamos en cuenta la advertencia y sufrimos las consecuencias. Si fracasamos
y somos agredidos por parte de Satanás, es porque no estábamos atentos a la
dirección del Espíritu, y a las advertencias que Dios Padre nos da por medio
de Él.
Nunca Satanás podrá operar en contra nuestra en forma desapercibida, si
tomamos en cuenta y entendemos la advertencia que viene de Dios por el
Espíritu Santo.
Pablo dice que los que viven en la carne no pueden entender las cosas del
Espíritu. Nunca un hombre que viva en la carne podrá sintonizar al Espíritu
Santo; si este principio se da con un hombre carnal, cuanto más con Satanás y
los demonios. Ellos no pueden entender la Palabra iluminada, la oración en el
Espíritu, ni los planes de Dios.
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Nota: Nunca le divulgues a nadie la revelación que recibas de Dios en lo
secreto, para que los planes de Dios con tu vida no sean estorbados.
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En cuanto a la advertencia de Pablo, dos cosas debemos aprender:
Primero: Nunca le des terreno a Satanás porque te invade y te deja afuera.
a) Enemigo.
Satanás es y será tu peor enemigo (Mateo 13:25. Lucas 10: 19) y la razón
por la cuál te odia, es porque tú estás sentado en el lugar que él siempre quiso
estar. En Cristo estamos sentados a la diestra del Padre, por esa razón te odia,
y está a la espera de que le des una oportunidad para malograrte.
Nunca olvides esta verdad: Satanás te ofrece mucho, te da poco y te lo
quita todo; nunca esperes un favor de Satanás si no le das algo a cambio;
nunca te confíes de él, es traicionero, astuto, sutil y sagaz. Satanás es tu peor
y más grande enemigo (1ª Pedro 5:8).
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El término “Hurtar” fue el usado por Jesús para referirse a Satanás ya que
él nunca podrá tomar lo que es mío a menos que yo le dé lugar y le abra una
puerta que le permita entrar.
Puede ser que hasta ahora hayas salido ileso de las tentaciones en las que
has caído, pero no te confíes, es la obra satánica como devorador o destructor
ganarse tu confianza, con el fin de que le cedas terreno para darte la estocada
final. Esto es lo que se conoce como seducción, que consiste en el acto de
cebarte paso a paso y conducirte a través de pequeñas e inofensivas
tentaciones, y así llevarte a la más grande tentación, que será la final de todas.
Conocí a un Ministro que en varias oportunidades tuvo relaciones
sexuales con diversas mujeres y salía ileso de muchas de ellas. De esta forma
Satanás lo fue llevando hasta que lo condujo a la mujer que le dio la estocada
final y lo destruyó por completo, hasta el punto que acabo con su vida física
ya que fue contaminado de Sida.
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oportunidades salió ileso, entrando en un jugueteo con el pecado hasta que se
presentó la más grande de las oportunidades, y Satanás no tuvo misericordia
ni compasión de él y lo destruyó.
Mi consejo como Maestro es: Ante una palabra que se reciba de Dios, no
se opina ni se cuestiona, sólo se cree y se obedece, aunque no lo entiendas.
Personalmente he tenido que orar por enfermos, estando enfermo; y ver cómo
Dios los sana, mientras yo sigo enfermo (aunque con el tiempo Dios me ha
sanado). Sin embargo, aunque no entendía la situación, nunca dejé de creer
que Dios es el sanador.
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Hay tres cosas por la cuáles yo debo creer en Dios:
I) Por lo que es: Esto tiene que ver con su naturaleza.
II) Por lo que ha dicho: Esto tiene que ver con su Palabra.
III) Por lo que ha hecho: Esto tiene que ver con su obra.
Al final de todo, debes entender que aunque Dios no haya hecho nada en
nosotros, debemos seguir creyendo en Él; mi creencia no debe estar
fundamentada en sus obras o en sus hechos, sino en su naturaleza y en su
Palabra; si esperamos que Dios obre para creer en Él, entonces andamos por
los sentidos y no por fe. La fe está fundamentada en lo que Dios ha dicho de lo
que Él es. Job entendió este principio, él dijo: “…aunque me matare, en Él
esperaré, yo sé que mi Redentor vive…” (Job 13:15; 19:25).
Habacuc también entendió este principio cuando dijo: “Aunque la
higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del
olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la
majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en
Jehová,…” (Habacub. 3:17.18).
Ésta debe ser nuestra posición como creyentes, aunque no entendamos por
dónde estamos pasando, no le demos cabida en nuestra vida a las acusaciones
que Satanás haga de Dios, Él es fiel, el texto Sagrado dice:
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Nunca olvides que Satanás es especialista sembrando cizaña. La mejor
arma que tenemos para contrarrestarlo en esta área es el amor y el perdón,
nunca tomes en cuenta las cosas que otros dicen en contra de ti, como Maestro
te doy un consejo: Si lo que dicen de ti es verdad porque estás dando lugar,
pues simplemente corrige tus actitudes, no te moleste tu estás dando lugar,
pero si lo que dicen de ti es mentira no te molestes al fin y al cabo es una
mentira nunca te hará daño a menos que le des lugar.
No olvides que una mentira toma fuerza como una verdad, cuando tú la
crees; si no la tomas en cuenta, sigue siendo una mentira, y nunca te hará
daño.
En conclusión, no tomes en cuenta las acusaciones que vengan en tu
contra, no le des lugar al diablo, y tampoco seas instrumento de Satanás para
acusar a otros.
Nunca olvides que ante la presencia de Dios nunca hay una segunda
oportunidad, para pedir perdón por los pecados o por la reincidencia de un
pecado. Cada vez que vengas a la presencia de Dios para pedirle perdón por
un pecado, para Él es la primera vez que vienes, de las demás Él no se
acuerda; Dios no acumula pecados confesados, Él los perdona. Toma en
cuenta esta verdad: por muy degradante y bajo que sea el pecado en el cual
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has caído, la sangre de Cristo te limpia de ese pecado, y el perdón de Dios
siempre estará a tu favor.
e) Mentiroso: (Juan 8:44; Génesis 3:13).
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En conclusión, todas estas características están en Satanás, él ha sido
mentiroso desde el principio, nunca confíes en él, no le creas sus mentiras,
fíate de Dios.
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g) Tentador: (Mateo 4:1.11).
Para poder entender a Satanás como tentador, debemos hacer un análisis
de la tentación en todas sus facetas. En este capítulo vamos a analizar qué es la
tentación, los tres pasos para la tentación, las tres puertas para la tentación, las
concupiscencias y la tentación, y la autoridad que tenemos sobre la tentación.
¿Qué es la tentación?
Para el término “Tentación”, en el griego hay dos palabras con diferentes
valores, objetivos y aplicaciones. Pasemos a definirlas.
Dokimazo: Este término es utilizado para hacer referencia a la prueba que
viene de parte de Dios, no con la finalidad de destruirte sino de hacerte ver la
falta de madurez que tienes en el área donde te está probando.
Es decir, la tentación es probar el carácter de la persona con el propósito
de fortalecer su vida, exponiendo los defectos latentes en su carácter a fin de
que puedas madurar, y al descubrir la inmadurez, Dios pueda promoverte en el
Reino hacia mayores bendiciones.
Debemos tomar en cuenta que Dios no utilizó el mal para probar a nadie,
ni mete en la tentación a nadie. Los casos de Job y Pedro están muy aislados
de la realidad, y ajenos a la nuestra. Nunca te compares con gente que vivieron
en otras dispensaciones, nosotros estamos en un Nuevo Pacto, en la
dispensación de la gracia con mejores privilegios.
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que tú puedes estar recibiendo algo que te da paz, que lo haces sin sentir
ninguna reprensión y, con todo, no es de Dios, sino una oferta que Satanás te
hace en una forma muy sutil; él, como engañador, te está presentando lo
bueno: la obra de Dios, la Palabra de Dios, que nada de esto está en contraste
con el carácter de Dios, pero su fin es sacarte de la voluntad de Dios.
Ésta es la causa por la cual el Apóstol Juan escribe en su primera carta:
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Cuando el término concupiscencia tiene relación con la tentación; es
aplicable a las ofertas que Satanás presenta por causa de tus buenos o malos
deseos, que están en el alma y que al ser activados por la tentación te sacan del
propósito de Dios.
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I) Los deseos de la carne: El término “Carne” en este caso es subjetivo,
como suele serlo cuando se usa con deseos. Así pues, el significado no es
deseo por la carne, sino los deseos que tiene la carne o los deseos que se basan
en la carne. La carne no indica el cuerpo material, se adjudica a la naturaleza
vieja del hombre y tiene que ver con el placer físico.
II) Los deseos de los ojos: Tiene que ver con todo lo que Satanás te
presenta a través de los sentidos físicos, logrando captar tu atención,
llevándote a la meditación para después llevarte a la acción.
“El mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre”. (1ª Juan 2:17)
Por esta causa es importante que mantengamos estas puertas cerradas.
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Siguiendo estos principios podremos mantener las puertas cerradas, y a
Satanás le será difícil presentar la tentación; sabe que va a errar el blanco.
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Reitero mi consejo como Maestro: Si hasta los momentos has salido ileso
de algunas tentaciones, y Dios en su misericordia te ha librado de sus
consecuencias, no juegues con el pecado, resiste al diablo y a la tentación, no
entres en el jugueteo con Satanás, él no está jugando, él sabe lo que hace.
III) Invasión: La invasión en este caso no tiene que ver con la posesión,
sino con el objetivo principal de la tentación que es la destrucción. El objetivo
de Satanás es producir un caos total en la vida del hombre.
Satanás puede usar el pecado para destruir a tu familia, el Ministerio, las
finanzas, la salud, la vida; llevándote a la ruina total de la cual muchos no
salieron. El caso más triste registrado en las Escrituras es el de Sansón, que
por entrar en el jugueteo con el pecado, fue destruido y aunque su espíritu fue
salvo, su vida fue cortada. Es triste cuando la vida de un hombre es destruida
por causa del pecado. No permitas que eso suceda con tu vida, no dejes que
Satanás te invada o lo lamentarás por el resto de tus días.
I) Somos pecadores.
La Biblia no dice que somos pecadores, lo que sí dice es “que sí
pecamos”, la posición que la Escritura nos da como hijos de Dios es de justo,
de modo que no es la condición de pecador lo que me lleva a pecar, porque yo
no soy un pecador, yo soy la “Justicia de Dios en Cristo”.
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Nosotros, como hijos de Dios, no somos pecadores, nosotros pecamos lo
cual es muy diferente; los únicos que tienen derecho a pecar son los que son
justificados, los injustos no pecan, ellos son pecadores, el germen del pecado
está en ellos.
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él va a venir en tu contra. Si eres el tipo de personas que Dios está usando para
restaurar hogares, cuida tu hogar; si estás restaurando a los adúlteros, cuídate
del adulterio. Satanás va a tratar de darte una taza de tu propio chocolate, así
que cubre las áreas en las que estás cubriendo a otros, no te descuides.
La fuente de poder.
Debemos entender que el poder no está en la oración, en el ayuno o en la
vigilia. Si usted está orando, ayunando, vigilando para tener poder, usted está
desubicado. El poder no se consigue ni está en ninguno de estos elementos, el
poder está en Dios. Hacer de estos elementos la fuente del poder, es quitarle a
Dios el lugar que le corresponde, y eso es herejía e idolatría delante de Dios y
Él lo aborrece.
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Los poderes de Dios.
Pablo, en Efesios 1:19, nos presenta la pluralidad de los poderes de Dios
en la singularidad de un poder. Pablo no sólo presenta el poder de Dios, sino
que hace mención de los poderes de Dios.
Iscus: Tiene que ver con el poder sobre las cosas externas o la fuerza
misma. El Iscus demuestra el arrastre, el impulso, el poder físicamente
irresistible e insuperable. Tiene que ver con el impacto.
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Exousia: Este poder tiene que ver con una delegación de derechos, indica
autoridad.
Todos estos poderes están en la Iglesia, a favor de ella, por la morada del
Espíritu Santo.
Según el apóstol Pablo, toda la capacidad de poder que está en Dios está en
nosotros porque en nosotros está el Espíritu Santo, que es el poder de Dios y
a su vez es Dios.
Si nosotros analizamos el poder de Dios en operación, nadie puede
sobrepasar a Dios en poder, porque ¿quién puede crear lo que Dios hizo? Pero
si analizamos el poder de Dios en capacidad, ni siquiera Dios me sobrepasa
en poder, porque la misma capacidad de poder que está en Dios, está en mí,
porque en mí está el Espíritu Santo que es Dios, y es el poder de Dios.
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10) CONOCIENDO NUESTRO ARSENAL.
Una de las grandes ventajas que Satanás tiene en la batalla es que muchos
cristianos como soldados no conocen las armas con las que cuentan.
Pablo, en Efesios 6:11, utilizó una expresión referente a las armas que
tiene suma importancia y es el término “Vestíos”. Cuando analizamos este
término etimológicamente, y hacemos una semántica del mismo, nos podemos
dar cuenta de que un gran porcentaje de los cristianos no está vestido con la
armadura de Dios.
El término vestirse etimológicamente tiene que ver con: lo accesible, lo
cognoscitivo, y lo aplicativo. Si analizamos bien, desde el punto etimológico,
la Iglesia puede decir con toda propiedad que tiene acceso a las armas, pero
para poder decir que está vestido con ellas, además de tener acceso, debe
conocerlas en todas sus extensiones para poder aplicarlas.
Una vez que conozca las armas y luego las aplique, entonces puedo decir
que estoy vestido con la armadura de Dios, porque vestirse no se limita al
tener, sino al conocer para aplicar. De allí la suma importancia de conocer
nuestro arsenal. Pasemos a describir nuestro arsenal:
Ésta es una de las armas más potente que la Iglesia tiene, la cual debe
conocer, aplicar y no descuidar.
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II) Los dones del Espíritu: 1a Corintios 12: 1.
Los dones espirituales son armas vitales para librar batallas. Nosotros
como creyentes hemos sido dotados de parte de Dios por el Espíritu Santo de
dones de revelación, de poder y de expresión oral para ser usados como armas
en las batallas que tenemos que librar.
Nota: En este estudio no entraremos a definir los Dones del Espíritu, en
vista de que este ministerio tiene un material que trata en detalle dicha
materia.
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verdad de Dios para salir de la ignorancia.
La verdad es el arma que Dios nos ha dado y que está en contraste con la
ignorancia, elemento que Satanás utiliza como arma para tratar de destruir a la
Iglesia. Hay muchos creyentes que viven atados en un área por no conocer la
verdad, Jesús dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libre”.
Donde no hay libertad es porque no está la verdad; donde no está la
verdad, no hay conocimiento; donde no hay conocimiento, no hay visión;
donde no hay visión, no hay iluminación; donde no hay iluminación, no hay
revelación; y donde no hay revelación, no está la Palabra.
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Esta justicia es inalcanzable por obediencia a la ley o por cualquier otra
condición que no sea la de la fe en Cristo. Afirmar que dicha justicia como
arma es referente a la conducta, es estar en total contraste con el término
desde el punto de vista etimológico.
El vestirse con la coraza de Justicia es entender y aceptar por fe, que por
muy baja o degradante que sea la condición de pecado en la que hayamos
caído por causa de eso, dejaremos de ser santos ante la presencia de Dios, pero
no dejaremos de ser justos.
El vestirse con la coraza de Justicia es entender y aceptar por fe, que
aunque hayamos caído en el pecado más horrendo o más degradante de este
mundo, seguiremos siendo justo como lo es Dios.
El vestirse con la coraza de Justicia es entender y aceptar por fe, que el
pecado afecta la santidad, más no la Justicia.
Debemos mantener en claro que hay dos tipos de santidad: la posicional y
la práctica.
La santidad práctica tiene que ver con mis actitudes, con un estilo de vida
acorde con el carácter de Dios y radica en el alma.
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La santidad posicional es un estado que se obtuvo por la fe en gracia de
Dios.
En conclusión, en cuanto a los estados de santidad: La santidad posicional
es un suceso, la santidad posesional es un proceso.
“porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.14
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán
en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito:
¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que
anuncian buenas nuevas! 16Mas no todos obedecieron al evangelio; pues
Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17Así que la fe es
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por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Romano 10:13.17.
El apresto como calzado es una de las armas de avance que tenemos para
establecer el Reino; cada vez que nosotros sembramos las buenas nuevas de
salvación en una vida, estamos implantando el Reino. Pero esto se da cuando
nosotros como embajadores de Dios entendemos el valor que tiene la
predicación del evangelio y a su vez entendemos por causa de esos valores la
responsabilidad y el peso que cae sobre nosotros el hacerlo.
El escritor de la carta a los Hebreos hace una comparación y le da mayor
valor al mensaje proclamado por Cristo, que a la ley traída por los ángeles,
anunciada por los profetas, y exclama que si el mensaje dado por los ángeles
fue firme, ¿cuánto más las buenas nuevas anunciadas por Cristo, que se nos
fueron confiadas? Por esta razón es que exclama, con gran lamentación, a
aquellos que se les fue confiado el mensaje de Salvación y no se ocupan de
éste, en cuanto a aceptación, vivencia y proclamación:
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas
que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por
medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió
justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una
salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por
el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4testificando Dios
juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y
repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”.(Hebreos 2:1.4)
Por otra parte, los Apóstoles instan a los líderes y a los creyentes sobre la
responsabilidad de velar por la pureza de la doctrina del Evangelio, guardando
el misterio de la fe con limpia conciencia (1ª Timoteo 3:8.9), la cual tiene que
ver con el testimonio personal para que a la proclamación del Evangelio, éste
no halle tropiezo.
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misterio de la fe con limpia conciencia”. (1ª Timoteo 3:8.9)
La Iglesia como sal de la tierra y luz del mundo (Mateo 5:13.14) tiene la
gran responsabilidad de dar testimonio del Evangelio con dichos y hechos:
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sin murmuraciones y contiendas, 15para que seáis irreprensibles y sencillos,
hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa,
en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16asidos de
la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que
no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”. (Filipenses 2:12.16)
No hay tal cosa como decir que vamos a ungir la ciudad desde lugares
altos, si no tenemos la disposición de salir en la Gran Comisión a anunciar el
Reino de Dios, y a Cristo como Rey.
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VI) La fe como escudo: (Efesios 6:16).
La fe es una de las armas de mayor vitalidad, y esto lo podemos entender
desde el punto de vista gramatical cuando el apóstol Pablo hace hincapié en el
uso de esta arma, utilizando el término “Sobre todo”. Este término le da
dependencia a las demás armas en cuanto a la fe. Pablo sabía que todas las
cosas en Dios, incluyendo las armas, funcionan es por fe.
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seguros, sabiendo que estamos en el cuidado de Dios. Tener el yelmo es tomar
en plenitud nuestra posesión, que se da por nuestra posición.
Pero debemos estar claros que para que la palabra sea un Rhema y
funcione como espada, debemos tomar en cuenta los siguientes factores:
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En segundo lugar: Debe ser específica y determinante para la ocasión, y
que este determinada en una promesa o en una bendición.
En tercer lugar: Debe ser una palabra que viene de Dios y que se
caracteriza como una verdad trascendental, o en su caso circunstancial cuando
la recibes de Dios.
IX) La oración.
Esta arma la desarrollamos en el estudio de la oración que tiene este
Ministerio.
Cuando Jesús dijo: “En mi nombre…”, lo que quiso decir fue: “En mi
autoridad, carácter, rango, majestad, poder, excelencia, dignidad y
señorío…”.
De modo que para que el nombre de Jesús funcione como arma, me tiene
que ser revelado e iluminado en todas estas propiedades y entender que son de
mi pertenencia; comprender que el lugar que Jesús ocupa, lo ocupo yo; que
soy el representante de Jesús aquí en la tierra.
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Nota: El poder del nombre de Jesús no radica en pronunciarlo, sino en
saber lo que representa ese hombre llamado Jesús, y cuáles fueron los
beneficios que obtuve por causa de él.
El término “Oikeo” que Pablo utilizó para referirse al Espíritu Santo como
el morador, tiene que ver no sólo con el que habita, sino con el dueño o
propietario de la morada. Esto hace entender desde el punto de vista
etimológico, que el Espíritu Santo no sólo vino a morar en el creyente, sino
que es Dueño y Señor absoluto de la morada (1ª Corintios 3:16. Efesios 2:22.
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Santiago 4:5).
Nunca podrá haber tinieblas donde hay luz; las tinieblas no prevalecerán
ante la luz (Juan 1:5).
El verso siguiente dice: “… ¿y qué concordia Cristo con Belial?”.
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Según lo que hemos analizado, un creyente jamás podrá ser posesionado
por un demonio; puede ser influenciado, pero no posesionado.
Debemos aclarar que una influencia puede presentar rasgos como una
posesión, y es allí donde está el engaño y la confusión de Satanás. Fácilmente
una persona puede vomitar, expresar palabras, hacer ciertos gestos y no estar
posesionada, sino influenciada.
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uno de sus miembros, es decir, alguien en un árbol familiar comienza la
maldición por medio de la desobediencia
La clave principal de esta doctrina se encuentra centrada en la palabra
“Iniquidad”. Según ellos, este término es una referencia a pecados graves y
enraizados que atan a las personas aún después de convertirse. Estas
iniquidades son identificadas como ataduras heredades de los antepasados. Lo
que más me llama la atención es que los cristianos después de ser convertidos
y lavados por la sangre de Cristo son expuestos a dichas maldiciones y que
para salir de ellas le es necesario pasar por una sesión, para renunciar a dichas
iniquidades.
En tercer lugar, es necesario que la persona que va a ser tratada deba traer
un antecedente de iniquidades cometidas por sus ancestros. Mi pregunta sería:
¿Qué pasaría si la persona fue adoptada y no conoce su familia natural, Vivirá
todo el tiempo con esas maldiciones?
Otro de los graves errores de esta doctrina y de los que la enseñan, es que
los pasajes que utilizan son totalmente tergiversados y sacados del contexto.
Por ejemplo: Éxodo 20:5; 34:7.
Éxodo 20:5: “No te inclinarás a ellas ni las honraras; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”.
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Éxodo 34:7: “…Que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y
sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”.
Lo primero que debemos tener claro es que el término en hebreo que se
utilizó en Éxodo 20:5, para referirse a la maldad, es el mismo que se usó en
Éxodo 34:7 para hacer referencia a la iniquidad.
Lo segundo es que visitar la maldad o la iniquidad significa que el pecado
sería transferido de generación en generación, a los que aborrecen a Dios, es
decir, de los que continuaban apartados de Dios. Cuando alguien se
renunciaba al pecado o iniquidad, al no seguir los pasos de sus antepasados,
entonces la bendición de Dios estaba disponible “…Hasta mil generaciones”
(Éxodo 20:6).
Según lo que hemos analizado dichas iniquidades es un problema de
conducta que se aprende y no es algo genético que se hereda; la conducta
externa de los padres tiene influencia sobre los hijos. Sin duda, el ejemplo
bueno o malo de los padres afecta a los hijos; pero eso está muy lejos de decir
que los pecados e iniquidades son heredados o traspasados por una vía
genética o reproductiva; lo que sí es transferible desde el punto de vista
genético son las enfermedades, lo cual ha sido demostrado por la ciencia, pero
esa es una maldición que se quebrantó en la cruz, por causa del pacto de
sangre; yo no soy heredero de mamá y papá, yo soy heredero de Dios y
coheredero en Cristo Jesús, y la sanidad es una herencia de la cual puedo
disfrutar. Según el Profeta Isaías ya Dios en Cristo mediante el Espíritu Santo
se llevo mis iniquidades. “…por su conocimiento justificará mi siervo justo a
muchos, y llevará las iniquidades de ellos”. (Isaías 53:11).
Si Jesús llevó mis pecados y mis iniquidades, entonces ¿a qué tengo que
renunciar? ¿Podrá un hombre complementar lo que Jesús hizo por completo
en la cruz?
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por advertencia, ni por implicación- de que los cristianos nacidos de nuevo
han estado están o estarán alguna vez bajo el poder de alguna maldición. Por
lo tanto, se debe rechazar tal idea y doctrina, y considerarla como falsa, los
Apóstoles que fueron seguidores de la doctrina de Cristo estuvieron en sus
enseñanzas en total contraste con dicha doctrina. Pablo, en Colosenses dice:
“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las
tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados”. Colosenses 1:12.14.