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Introducción

Un transgénico u Organismo Modificado Genéticamente (OMG) es un organismo


al que se le han manipulado sus genes con el fin de proporcionarle una característica
específica.
La inocuidad de los alimentos transgénicos no está demostrada por las
transnacionales y existen evidencias de graves riesgos. Los transgénicos son una
tecnología de alto riesgo para la salud y el ambiente. Sus efectos ecológicos no se
limitan a la resistencia de plagas, creación de nuevas malezas o razas de virus.
En vista de ello, se hace una breve síntesis en primera instancia de las
implicaciones éticas, económicas y políticas de los alimentos transgénicos. A
continuación, el impacto en el consumo y en el medio ambiente.
Implicaciones Éticas, Económicas y Políticas.
Implicaciones Éticas.
Millones de personas consumen, sin darse cuenta, alimentos contrarios a sus
principios religiosos o éticos relativos a la dieta. Quienes no comen carne de cerdo, por
ejemplo, evidentemente no desearán que elementos provenientes de este animal sean
injertados en el pollo que sí cocinan. Y los vegetarianos preferirán mantenerse lejos de
los tomates Flavr Savr, que contienen genes de pescado para hacerlos resistente al frío
y a un largo período de almacenamiento.
Los alimentos transgénicos también plantean dilemas éticos que trascienden las
preferencias dietéticas. No son pocos los que han rechazado la modificación genética al
considerar que el proceso no es natural ni necesario.
Durante años, los académicos han supuesto que la agricultura no representa un
problema especial para la ética ambiental, a pesar del hecho de que la vida y la
civilización humanas dependen de la artificialización intencional de la naturaleza para
llevar a cabo la producción agrícola.
A pesar que la introducción de procesos artificiales en la naturaleza es un hecho
necesario e inevitable, toma un trasfondo preocupante, especialmente hoy que las
motivaciones económicas, más que las preocupaciones sobre el medio ambiente,
determinan el tipo de investigación y las modalidades de producción agrícola que
prevalecen en todo el mundo.
De aquí que los éticos sostienen que el problema clave que los agro ecólogos
deben enfrentar, es que la moderna agricultura industrial, hoy epitomizada por la
biotecnología, se funda en premisas filosóficas fundamentalmente falsas y que
precisamente esas premisas necesitan ser expuestas y criticadas para avanzar hacia
una agricultura verdaderamente sostenible. Esto es particularmente relevante en el
caso de la biotecnología, donde la alianza de la ciencia reduccionista y una industria
multinacional monopolizada, que conjuntamente perciben los problemas agrícolas como
simples deficiencias genéticas de los organismos.
El objetivo de las declaraciones de este trabajo es contrarrestar las falsas
promesas hechas por la industria de la ingeniería genética, que alega, que ella alejará a
la agricultura de la dependencia en los insumos químicos, que incrementará su
productividad y que también disminuirá los costos de los insumos, ayudando a reducir
los problemas ambientales. Al oponerse a los mitos de la biotecnología se da a conocer
lo que la ingeniería genética realmente es: otra "solución mágica" destinada a evadir los
problemas ambientales de la agricultura (que de por sí son el resultado de una ronda
tecnológica previa de agroquímicos), sin cuestionar las falsas suposiciones que crearon
los problemas en primer lugar. La biotecnología desarrolla soluciones monogénicas
para problemas que derivan de sistemas de monocultivo ecológicamente inestables,
diseñadas sobre modelos industriales de eficiencia. Ya se ha probado que tal enfoque
unilateral no fue ecológicamente confiable en el caso de los pesticidas.
Como se puede ver, en el centro de la crítica ética están los efectos
biotecnológicos sobre las condiciones sociales y económicas y los valores religiosos y
morales que conllevan a preguntas como:
 ¿Se debería alterar la estructura genética de todo el reino viviente en nombre de la
utilidad y las ganancias?
 ¿Es la constitución genética de todos los seres vivos la herencia común de todos, o
puede ser adquirida por las corporaciones y de esta manera convertirse en propiedad
privada de algunos?
 ¿Quién dio a las compañías individuales el derecho a monopolizar grupos enteros de
organismos?
 ¿Los biotecnólogos se sienten los dueños de la naturaleza? ¿Es esta una ilusión
construida sobre la arrogancia científica y la economía convencional, ciega a la
complejidad de los procesos ecológicos?
 ¿Es posible minimizar los conceptos éticos y reducir los riesgos ambientales
manteniendo los beneficios?
También surgen algunas preguntas específicas sobre la naturaleza de la
tecnología, en tanto otras cuestionan la dominación de la agenda de investigación
agrícola por intereses comerciales. La distribución desigual de los beneficios, los
posibles riesgos ambientales y la explotación de los recursos genéticos de las naciones
pobres por las ricas demandan algunas interrogantes más profundas:
 ¿Quién se beneficia de la tecnología? ¿Quién pierde?
 ¿Cuáles han sido las alternativas ignoradas?
 ¿A qué necesidades responde la biotecnología?
 ¿Cómo afecta la tecnología a lo que se está produciendo, cómo, para qué y para
quién se está produciendo?
 ¿Cuáles son las metas sociales y los criterios éticos que guían el problema de la
elección de la investigación biotecnológica?
Definitivamente, el análisis ético de los alimentos genéticamente modificados
(AMGs), hace mención e invita a reflexionar orientándose hacia la formación valórica de
cada uno de los factores implicados en ella. De este modo, serán determinadas las
distintas opiniones en torno al tema y podrán justificarse las excepciones. Quizás
España o Estados Unidos otorgan una menor importancia a la crítica ética que Suecia u
otro estado que ha denegado el comercio de AMGs dentro de sus fronteras.
Las perspectivas de la aplicación de la biotecnología moderna a la cadena
alimentaria (producción primaria de alimentos, transformación y conservación) son
múltiples, lo mismo que el debate que tiene lugar en todo el mundo. ¿Logrará la
biotecnología una producción de alimentos más sostenible a nivel mundial?, y a este
respecto, ¿Ayudará a cumplir las promesas más recientes de la "revolución verde"?
La mayoría de los gobiernos parecen bien dispuestos ante el boom biotecnológico
y la esperanza de una solución de los mayores problemas que enfrenta el planeta,
como el hambre o la pobreza. Las agencias reguladoras, a excepción de las de algunos
países europeos, han aceptado las recomendaciones de la industria biotecnológica en
el sentido de no establecer normas, ni tampoco muestran especial interés en oponerse
al poder de esta industria.
Los alimentos genéticamente modificados tienen, por tanto, simpatizantes y
detractores, que defienden sus posturas a como dé lugar. Sin embargo, lo mejor es
formarse un concepto objetivo en torno al tema, considerando sus posibles ventajas y, a
la vez, sus riesgos. De lo que se ha recopilado, se puede concluir que los alimentos
genéticamente modificados tienen aspectos positivos, entre los cuales se pueden citar:
1. Los productos agrícolas tradicionales que no pueden resistir los insectos, parásitos y
plagas en general, serán remplazados por los transgénicos, que son más eficaces a
estas calamidades naturales. Además, existen otros, como el maíz, la banana y otras
frutas, que podrán producir vacunas más fuertes contra las enfermedades.
2. Con precios controlados y los riesgos modificados, los productos alimentarios
producidos con AMGs podrán enfrentar los problemas actuales de la seguridad
alimentaria. La producción agrícola con podrá presentar nuevas variedades de
alimentos y con diferentes sabores.
3. Permitirán el cultivo de hortalizas en áreas desérticas hasta ahora estériles o
aumentar el tamaño de los frutos cultivados, lo que supone hacia la erradicación del
hambre en el mundo. Lo que no se ha definido todavía es cómo compatibilizar estos
objetivos con los intereses económicos de las empresas de biotecnología que los
desarrollan.
Sin embargo, y como en toda situación, presentan también riesgos y aspectos
negativos, que se pueden considerar como desventajas o inconvenientes:
1. Productos agrícolas que hasta ahora sólo pueden cultivarse en zonas tropicales
como las bananas, caña de azúcar, vainilla, coco, café, té y cacao, podrán ser
cultivados en cualquier parte del mundo, eliminando así las riquezas naturales, y los
ingresos de exportación de muchos países del tercer mundo como productores
agrícolas. Además, serán sometidos a ser consumidores de artículos y productos a
precios elevados, aumentado la pobreza y la miseria de dichas naciones.
2. El jarabe de maíz que se usa actualmente para endulzar refrescos, bebidas y otros
productos que requieren dulces, han sustituido el azúcar de caña, industria que se ha
arruinado en los países pobres y ha dejado a miles de trabajadores "azucareros" en
el desempleo.
3. Con la utilización de cacao con AMGs o con la grasa vegetal como sustituto del
cacao natural para la elaboración de chocolate, quedarán sin trabajo más de
10.000.000 de trabajadores agrícolas de África del oeste. Por lo demás, Inglaterra
está produciendo quinina con AMGs, lo que afecta a miles de trabajadores en
Indonesia.
4. Varios años de investigación y de análisis han puesto de manifiesto que en la
ingeniería genética y en los AMGs hay un enorme potencial de efectos adversos para
la salud y el medio ambiente. Los riesgos ecológicos de la aplicación de la ingeniería
genética al campo de la agricultura incluyen la posibilidad de que cultivos
transgénicos puedan convertirse en malas hierbas nocivas, afectando a los
ecosistemas silvestres. Las plantas manipuladas mediante ingeniería genética para
producir sustancias tóxicas que actúen como pesticidas, podrían envenenar otros
organismos, además de los que se pretendía eliminar. Es posible que plantas
manipuladas mediante ingeniería genética para albergar virus y/o fragmentos de
virus puedan facilitar la creación de virus nuevos que originen nuevas enfermedades
en las plantas. La ingeniería genética puede favorecer igualmente los monocultivos, y
erosionar la diversidad agrícola, amenazando en especial los centros mundiales de
diversidad de los cultivos que se encuentran en los países en vías de desarrollo.
5. Existen también graves riesgos para la salud. Algunos AMGs han sido conseguidos
utilizando como vectores virus y son manipulados artificialmente para conseguir una
especificidad menor. Dado que los virus pueden provocar mutaciones, los vectores
manipulados podrían ser carcinógenos para seres humanos y animales. De la misma
manera los alimentos más comunes, tratados con ingeniería genética, podrían
convertirse en sustancias peligrosas para el metabolismo, o incluso tóxicas. Las
personas con alergias a ciertos tipos de alimentos estarían expuestas a mayores
riesgos, dado que alimentos anteriormente inocuos pueden convertirse en
alergénicos como resultado de la manipulación mediante ingeniería genética. Los
trabajadores del campo, y vecinos de cultivos insecticidas transgénicos pueden
igualmente desarrollar alergias a los mismos.
6. Las nuevas biotecnologías tendrán además graves implicaciones éticas y culturales.
La ingeniería genética está suscitando importantes cuestiones éticas, referidas a la
alteración, manipulación y propiedad de las diversas formas de vida. El desarrollo de
nuevas tecnologías en el campo de la medicina tendrá también un profundo impacto
en los valores culturales. El ritmo de crecimiento de la biotecnología es tan rápido
que va muy por delante de la capacidad de la sociedad para abordar estas
cuestiones éticas y culturales.
Sin embargo, no basta con sólo criticar y limitarse a una sola línea. Lo más
importante es colaborar y emitir opiniones útiles para el tratamiento de esta verdadera
revolución genética, que ha abierto un debate internacional.
Implicaciones Económicas.
Como toda innovación tecnológica en la producción de alimentos transgénicos
tendrá efectos económicos para los agricultores, los consumidores y el conjunto de la
sociedad.
Sin embargo, las implicaciones económicas más importantes son el desarrollo de
la tecnología en manos de las grandes multinacionales, cuyo acceso puede limitarse
debido a la protección por patentes, los productores de alimentos tradicionales u
orgánicos puedan ser desplazados.
En el corto plazo puede haber algún beneficio económico para los agricultores que
utilizan semillas transgénicas. Las semillas pueden ser caras, pero si pueden ser
cultivadas con menos pesticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes, esto puede
resultar en un enorme ahorro de costes para los agricultores. Si los cultivos también
producen un mayor rendimiento, lo que significa que las semillas producen una cosecha
más grande, utilizando la misma cantidad de tierra; esto aumentará los ingresos de una
granja. Además de beneficiar a los agricultores, si las semillas modificadas
genéticamente producen más alimentos con mayor contenido nutricional, pueden ser de
gran beneficio para los cientos de millones de personas en el mundo que sufren de
hambre y desnutrición.
Como un ejemplo de las implicaciones económicas del uso de AMGs, las plantas
transgénicas pueden contribuir a paliar el hambre en el mundo debido a: (1) Su mayor
Rendimiento. (2) Su resistencia a factores climáticos y ambientales.
La tierra produce alimentos en cantidades suficientes para alimentar a toda la
población. El problema del hambre se debe al mal reparto de los recursos y se debe
resolver con decisiones políticas. En las condiciones actuales de organización de los
mercados, un aumento de la producción no serviría para abastecer a los más
necesitados sino para aumentar la concentración de la riqueza.
El déficit en micronutrientes en las dietas de muchos países en desarrollo está
directamente relacionado con la falta de biodiversidad agropecuaria y es consecuencia
de la falta de verduras, de frutas y de alimentos frescos en general. Este modelo de
agricultura que fomenta el monocultivo no hará sino acentuar estos problemas. La
introducción de los AMGs en la agricultura exacerba el monopolio de unas pocas
multinacionales sobre la producción de alimentos, en un modelo de sociedad donde
unos pocos realizan beneficios a costa del interés de la mayoría y donde se
incrementan las diferencias entre pobres y ricos. La promesa de la revolución verde de
erradicar el hambre en el mundo no se ha cumplido sino que se ha creado más
desigualdad. Con los transgénicos es este mismo modelo el que se está reproduciendo.
Sin embargo, la investigación y el desarrollo tecnológico son instrumentos
poderosos para la promoción del desarrollo, pero sus impactos potenciales dependen
de su ámbito de aplicación. Desde la demanda, los cambios en los escenarios de la
pobreza también tienen una importancia significativa, para la orientación de las
actividades de producción de alimentos transgénicos. En este sentido, desde lo político,
las prioridades en términos de seguridad alimentaria se desplazan hacia la provisión de
alimentos para las poblaciones urbanas de menores recursos, las que ya son
cuantitativamente más importantes y reflejan una tendencia que lejos de revertirse o
moderarse, se profundizará en el futuro inmediato. La apertura de las economías y su
creciente participación en el comercio internacional, así como los procesos de
integración económica y política (MERCOSUR, CAFTA, DR-CAFTA, etc.), donde la
agricultura y el sector alimentario son un eje estratégico de negociación, plantean el
tema de la competitividad y consecuentemente, la necesidad de profundizar la
búsqueda de alternativas productivas que reflejen mejor las características de los
recursos y las formas de inserción en los mercados de la agricultura campesina. Ambos
aspectos confluyen para resaltar que los temas de seguridad alimentaria estarán cada
vez más orientados a la consideración de estrategias “centradas en lo urbano,” en lugar
de los enfoques “centrados en lo rural” que han prevalecido hasta ahora. Desde la
perspectiva urbana lo importante es asegurar un nivel adecuado de abastecimiento de
alimentos de buena calidad a precios accesibles, para lo cual se requieren sistemas
agroalimentarios eficientes y capaces de ofrecer sus productos a los precios más bajos
posibles, así como también competir en los mercados internacionales. En otras
palabras, desde lo político y de las “señales de los mercados,” la búsqueda de eficiencia
en el uso de los recursos y mayor competitividad se transforman en componentes
importantes de la lucha contra la pobreza.
Implicaciones Políticas.
La producción y consumo de alimentos transgénicos es un área de la agricultura y
el comercio que requiere el desarrollo de políticas de regulación y acciones de
participación y concertación por parte de productores, consumidores y gobierno,
basadas en los beneficios y costos que estos implican para cada uno de los actores de
la cadena productiva. La legislación, como factor impulsor o ralentizador de la aplicación
de nuevas tecnologías y, en menor medida, de su desarrollo, se constituye como un
elemento que, siendo externo a las empresas y productores de alimentos transgénicos,
es un agente fundamental en la relación de estos con los procesos de innovación
(gestión, tecnológicos, etc.).
Por otro lado, las empresas deben intentar influir, del modo más directo posible, en
la generación de normativas, a través de la participación en los instrumentos de
comunicación que originan éstas. Por ejemplo, a través de la propuesta de
determinados proyectos en el marco de los planes de investigación y desarrollo
tecnológico. El marco legislativo se constituye así como una herramienta que clarifica
las acciones que la empresa alimentaria puede abordar, a la vez que su aplicación
supone una garantía para el consumidor.
Uno de los campos en los que la legislación puede tener mayor impacto es en el
de aditivos e ingredientes. En concreto, la implantación de nuevas tecnologías de
conservación puede estar impulsada por la normativa en la utilización de aditivos e
ingredientes en los alimentos, teniendo en cuenta su reducción o limitaciones.
Igualmente, habrá que vigilar y seguir los requerimientos legislativos relativos a la
utilización de determinados materiales y envases en alimentación: biodegradables,
reciclables, activos, etc., y las implicaciones que la normativa puede tener para la
comercialización de este tipo de productos.
La utilización de herramientas biotecnológicas en la industria de alimentos
transgénicos vendrá condicionada no sólo por los avances técnicos, sino también, y de
forma fundamental, por la aceptación social y el consenso legal en la materia. La
normativa deberá ser clara y estable en el tiempo como para permitir a las empresas
invertir de manera segura en este tipo de productos y generar la confianza suficiente en
el consumidor final.
Sin embargos, los gobiernos y las instituciones intergubernamentales competentes
debieran considerar seriamente y con la mayor urgencia la necesidad de una moratoria
sobre la liberación comercial de organismos manipulados mediante ingeniería genética
en el medio, así como los mecanismos necesarios para ello, con el fin de crear el
espacio necesario para un discurso correcto sobre las evaluaciones de impacto
ambiental, social y sobre la salud, y sobre procedimientos de prevención de riesgos,
realización de pruebas y supervisión. Dicha prórroga tendría por objeto hacer posible
un examen científico de cuestiones sobre seguridad, así como la incorporación de
aportaciones científicas a las políticas institucionales. Correspondería además procurar
un plazo suficiente para la realización de pruebas y estudios de los efectos de
organismos manipulados mediante ingeniería genética a corto, medio y largo plazo. La
moratoria debería conducir a un conocimiento y evaluación más comprensivos de los
impactos de la ingeniería genética, de forma que se creen las condiciones precisas para
la introducción de políticas y de un enfoque racional y a largo plazo en cuestiones
sociales, económicas, éticas y de seguridad.
Se podría establecer un reglamento internacional apropiado sobre bioseguridad
que sea vinculante a efectos legales, como el Protocolo de la Convención de
Biodiversidad, o una Convención sobre Bioseguridad por separado, para asegurar la
supervisión y regulación de las transferencias internacionales de proyectos de
investigación en ingeniería genética, actividades y tecnologías comerciales, y el
desarrollo, transferencia y utilización de organismos manipulados mediante ingeniería
genética. Dicho instrumento legal debería asimismo establecer unas normas nacionales
mínimas en materia de seguridad para las diversas actividades que implican el uso de
ingeniería genética, y proporcionar directrices para el desarrollo de experiencia,
programas de investigación básica y otras infraestructuras pertinentes. Del mismo
modo, sería adecuado asignar recursos más amplios para la realización de
evaluaciones científicas y objetivas de los efectos sociales, económicos, y sobre la
seguridad y la salud, de la ingeniería genética. Correspondería igualmente establecer
un sistema internacional de alarma precoz para alertar de posibles resultados adversos
relacionados con AMGs.
Todas estas medidas estarían destinadas a informar a la población de manera
veraz y objetiva sobre el amplio campo que abre la biotecnología y, específicamente,
los alimentos modificados genéticamente. Así, se contribuirá a la formación de una
opinión imparcial que permita tomar la mejor decisión en todo nivel social y económico.

Impacto en el Consumo y en el Medio Ambiente.


Hoy en día es difícil saber qué se está comiendo. Las desventajas del sistema
agropecuario actual están enmascaradas por la publicidad engañosa y por lo lejos que
está el sistema de nosotros; dónde y cómo se producen las materias primas; y por las
transformaciones que pasan hasta llegar a nosotros.
La producción de alimentos transgénicos se trata de una tecnología con un nivel
de imprecisión muy elevado, cuyos efectos impredecibles tanto a corto como a largo
plazo ya están siendo documentados por la ciencia independiente.
La ingeniería genética por lo general consiste en introducir un paquete de material
genético derivado de un organismo (o varios) en el ADN de otro, a menudo una especie
totalmente diferente. Nunca se basa en los procesos normales de reproducción de la
planta utilizados en el cruce tradicional. Es por ello que ha sido bastante discutido el
asunto del uso de los alimentos transgénicos en productos de consumo diario.
Si bien, el mejoramiento de plantas a través de métodos rudimentarios o
tecnológicos ha sido algo bastante usado, en el tratamiento genético se insertan
pesticidas en forma de toxinas que provocan que las plagas no dañen los plantíos,
garantizando una mayor producción. La controversia se da cuando los humanos tienen
que consumir dichas toxinas implantadas en los genes de este tipo de alimentos.
Otras razones que causan oposición a los transgénicos son: posible aparición de
alergias, difusión de resistencias a antibióticos, etc.
Por su parte, una de las empresas principales en la plantación de semillas
transgénicas, ha abogado por sus propios productos, aduciendo a que estos han sido
ya aprobados para el consumo humano por la Oficina de Alimentos y Medicamentos
(FDA por sus siglas en inglés), lo cual los hace seguros.
Varios estudios que ligan el consumo de alimentos transgénicos con el cáncer y
otros problemas de salud, han sido suficientes para que sea reglamentado el
etiquetamiento de productos que contienen transgénicos en 50 naciones. Además, otros
países en la unión europea inclusive prohibieron su uso, esto por las serias dudas que
posan sobre este su consumo.
Las personas que muestran oposición a los cultivos transgénicos lo hacen desde
múltiples enfoques, los cuales se resumen en tres principales:
1. Están las que creen que no es ético insertar genes de una especie en otra, que es
como jugar a ser dioses. Opinan que no se debería hacer, que es algo artificial (como
la insulina transgénica).
2. Están las que piensan que los transgénicos son un yugo al servicio de las grandes
multinacionales, que someten a las agricultoras obligándolas a comprar semillas de
este tipo.
3. Finalmente están las que se preocupan por los efectos que los cultivos transgénicos
pueden tener para la salud humana y el medio ambiente.
Los efectos sobre la salud por el consumo de alimentos transgénicos, son:
 Alérgenos y toxinas. Existe la preocupación por parte de las escépticas con los
cultivos transgénicos de que estos puedan generar reacciones alérgicas al incorporar
nuevos genes y en consecuencia nuevas proteínas de acción desconocida. Sin
embargo, hasta la fecha no se han descubierto en ninguna parte del mundo efectos
tóxicos perjudiciales o nutricionalmente nocivos resultantes del consumo de dichos
alimentos. Muchos millones de personas han consumido derivados de plantas
modificadas genéticamente, principalmente maíz, soja y colza, sin que se hayan
encontrado efectos adversos.
 Resistencia a antibióticos. La resistencia a los antibióticos por parte de
microorganismos patógenos (que causan enfermedades) son una preocupación
relacionada con la inocuidad de los alimentos transgénicos porque muchos de ellos
se crean utilizando genes marcadores resistentes a los antibióticos (GMRA, se
insertan junto con el gen de interés para saber si la planta lo ha incorporado: Si
sobrevive a la acción del antibiótico significa que el proceso ha tenido éxito).
En cuanto a su impacto en el medio ambiente, los transgénicos son un grave
riesgo para la biodiversidad y tienen efectos irreversibles e imprevisibles sobre los
ecosistemas. Suponen incremento del uso de tóxicos, contaminación genética y del
suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y vegetación
adventicia ("malas hierbas") y efectos no deseados en otros organismos.
La utilización de los OMG en la agricultura no hace más que exacerbar los efectos
perniciosos de una producción industrializada e insostenible, que no favorece a los
pequeños agricultores ni reparte equitativamente las riquezas. Concentra el control de
la agricultura y la alimentación en unas pocas manos, poniendo en peligro la
independencia y supervivencia de pueblos y países.
La industria biotecnológica pretende que los ciudadanos crean que la ingeniería
genética es una técnica que aportará beneficios al planeta y a la humanidad. Pero los
supuestos beneficios no se han hecho realidad en los países en que se cultivan
transgénicos; en cambio los daños y los impactos de las manipulaciones genéticas se
verifican cada vez más. La utilización de OMG tiene grandes repercusiones en campos
tan diversos como la agricultura, la producción y distribución de alimentos, la protección
del medio ambiente, los derechos de los agricultores, la economía de muchos
productores en todos los rincones del planeta, entre otros.
Los cultivos transgénicos no son la panacea prometida que va a multiplicar la
producción de alimentos con menos tierra, con menos agua, ni reducir la irresponsable
utilización masiva de biocidas (pesticidas) que trajo la revolución verde.
Por otra parte, la biorevolución de los cultivos transgénicos está siendo introducida
por los mismos intereses que promovieron la agricultura con agrotóxicos. Como si no se
hubiera aprendido de la revolución verde, se ahonda en el mismo paradigma de los
agroquímicos y monocultivos, que facilitan la propagación de las plagas y la aparición
de resistencias entre las mismas hacia los biocidas. La espiral, agroquímicos/plaga
resistente/mayores dosis de agroquímicos, es un círculo que se cierra dejando
importantes beneficios a las multinacionales productoras de agrotóxicos.
Las liberaciones a gran escala de estos cultivos suponen un riesgo ecológico
enorme debido a la polinización cruzada entre los cultivos transgénicos y las variedades
silvestres emparentadas que provocarán la aparición de supermalezas resistentes a los
herbicidas.
Es importante tomar en cuenta el riesgo ecológico de las plantas y animales
transgénicos. Al liberar organismos modificados genéticamente (OMG) a gran escala,
se saltan millones de años de coevolución de las especies y los efectos ecosistémicos
son impredecibles: La degradación genética. El modelo agrícola convencional sigue
siendo dependiente de energía fósil. La concentración de poder aumenta, mediante la
propiedad intelectual. La contaminación de suelos. Los efectos ecosistémicos
negativos. La contaminación de alimentos.
Asimismo, los transgénicos pueden provocar contaminación genética. Está
demostrada según García (2002), "la posibilidad de transferencia espontánea a plantas
silvestres de la misma familia, los genes introducidos en una variedad cultivada." (p.89).
Los genes con resistencia a herbicida, por ejemplo, pueden ser transferidos
espontáneamente a plantas silvestres, con el riesgo de hacerlas súper malezas dañinas
de difícil control. Los "transgenes" también se transfieren a variedades tradicionales o
convencionales de la misma especie en campos vecinos. Los impactos de los
transgénicos en la naturaleza son irreversibles. Algunos de los efectos negativos y de
los riesgos citados, ya ocurrían con la agricultura convencional, pero, a diferencia de
esta última, no es posible restablecer los equilibrios ambientales en el caso de los
transgénicos. Puede dejar de usarse un agrotóxico, por ejemplo, y restablecer un
equilibrio entre insectos y plaga y sus predadores después de cierto tiempo. En el caso
de los transgénicos, una vez liberados en la naturaleza no es posible deshacer los
impactos en los ecosistemas o controlar los procesos de transgénesis espontánea que
pueden ocurrir, porque es imposible retirar de la naturaleza los genes que fueron
artificialmente introducidos en una planta. Nadie quiere asumir la responsabilidad por
los riesgos de los transgénicos. Las multinacionales afirman que no hay riesgos, pero
se resisten a asumir la responsabilidad por los eventuales efectos negativos.
Conclusión

Como conclusión de lo expuesto anteriormente, se puede decir que el desarrollo


de alimentos transgénicos representa todo un desafío para la sociedad, economía y
política actual.
Estos alimentos ofrecen grandes beneficios para los productores y consumidores,
pero a la par, existen una gran controversia en muchos sectores, pues representan
graves riesgos para la salud de los seres humanos y para el medio ambiente. Es por
ello, que se promueve la implementación de políticas reguladoras por parte de los
gobiernos de los países donde se están utilizando.
Ambientalmente, también podrían ocasionar daños y cambios reversibles en los
ecosistemas. Cambios irreversibles que resultarían devastadores para el medio
ambiente.
Bibliografía

Consultas web:

 http://www.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-
en/Transgenicos/Transgenicos/Problemas-de-los-transgenicos/

 http://www.impactousa.com/opinion/ci_21248251/etiqu-talo-los-alimentos-transg-
nicos

 http://www.monografias.com/trabajos91/influencia-del-consumo-alimentos-
transgenicos-salud-humana/influencia-del-consumo-alimentos-transgenicos-salud-
humana2.shtml#ixzz32rRS7IxV

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