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La era de Francia en Santo Domingo duró de 1802 a 1809, cuando el general Ferrand asumió el control tras negarse a rendirse a los ingleses o a los negros haitianos. Impuso medidas económicas para ganar apoyo público y autorizó ataques contra Haití. Esto provocó una invasión de Dessalines, cuyas tropas sitiaron Santo Domingo durante 20 días pero no pudieron capturarla debido a sus murallas. Dessalines se retiró creyendo erróneamente que barcos
La era de Francia en Santo Domingo duró de 1802 a 1809, cuando el general Ferrand asumió el control tras negarse a rendirse a los ingleses o a los negros haitianos. Impuso medidas económicas para ganar apoyo público y autorizó ataques contra Haití. Esto provocó una invasión de Dessalines, cuyas tropas sitiaron Santo Domingo durante 20 días pero no pudieron capturarla debido a sus murallas. Dessalines se retiró creyendo erróneamente que barcos
La era de Francia en Santo Domingo duró de 1802 a 1809, cuando el general Ferrand asumió el control tras negarse a rendirse a los ingleses o a los negros haitianos. Impuso medidas económicas para ganar apoyo público y autorizó ataques contra Haití. Esto provocó una invasión de Dessalines, cuyas tropas sitiaron Santo Domingo durante 20 días pero no pudieron capturarla debido a sus murallas. Dessalines se retiró creyendo erróneamente que barcos
La denominada “era de Francia en santo domingo” es el periodo comprendido de 1802
a 1809, y se debió a varias razones, entre ella la decidida actitud del general de brigada Jean Louis Ferrand de no rendirse a los negros ni entregarse a los ingleses cuando Dessalines proclamo a la independencia de Haití. Ferrand era el comandante del departamento del Cibao, con asiento en Montecristi y rehusó dimitir, por lo que se dirigió con los 600 hombres bajo su mando hacia santo domingo, donde había otros 400 al mando del general Kerversau, quien se disponía a capitular ante los ingleses. Ferrand desplazo a Kerversau, y comenzó a dirigir los destinos de santo domingo, mientras sus habitantes veían con indiferencia la presencia de los extranjeros. Los hateros y comerciantes de la regiones norte y noroeste decidieron, al sentirse sin la protección de los franceses respaldar al gobierno haitiano por lo que enviaron una delegación a fin de informárselo a Dessalines. El apoyo ofrecido de manera espontánea, por los dos sectores económicamente más importantes de la parte este de la isla, no fue aprovechada por el presidente haitiano quien respondió enviando a la población de Santiago, a José campos Tavares al mando de 200 hombres. Dessalines lo designo gobernador del departamento del Cibao e impuso a la población una contribución de 500,000 libras tornesas, o sea, 1, 000,000 de pesos españoles con el objeto de cubrir los gastos de guerra de Haití, lo que motivo, con justificada razón, el disgusto de los cibaeños quienes solicitaron al gobernante haitiano rectificar la medida, pero esta la mantuvo. Ante la actitud renuente de Dessalines, los santiagueros formaron, el 16 de octubre de 1804 una junta popular que escogió a José Serapio Reinoso de orbe, como comandante del norte en oposición al general Devaaux quien no pudo ocupar el cargo ante la resistencia armada de la población de Santiago, que adoptó una actitud de independencia frente a los haitianos y los franceses. En santo domingo, Ferrand puso en práctica una seria de medidas económicas tendentes a ganarse el respaldo de la población entre ellas estuvieron: •Restablecimiento de la esclavitud. •Incentivos a la producción agrícola. •Reanudación de los cortes de madera para ser exportados a Estados Unidos. •Autorización para el libre comercio del puerto de Santo Domingo. En el plano militar, implemento medidas dirigidas a frenar cualquier invasión haitiana, y fue creando las condiciones para tratar de recuperar el anterior territorio francés. Autorizo la realización de agresiones en contra de la Republica de Haití, entre ellas, incursiones a su territorio y captura de sus habitantes para ser vendidos en el parte este o en el exterior. De ahí, que dispuso que las tropas francesas ocuparan terrenos cercanos a la frontera, como fue la comunidad de hincha, y el 6 de enero de 1805 dirigió una proclama en la que disponía efectuar agresiones contra el territorio haitiano. La proclama ordenaba realizar cacería de haitianos, y consistía en capturarlos y venderlos como esclavos. En manifiesto incluyo a los niños de ambos sexos de 10 a 14 años de edad. Invasión de Dessalines: La proclama de Ferrand provoco la invasión de Dessalines, quien antes de realizar la acción envió dos advertencias a los pobladores de la parte oriental invitándolos a levantarse en contra de las autoridades francesas. El presidente haitiano al no tener respuestas satisfactorias dispuso que su ejército se dirigiera a Santo Domingo, organizado en dos columnas, una por el sur y una por el norte, con la finalidad de que se encontraran en los alrededores de la ciudad amurallada, donde se encontraba atrincherado Ferrand. La no inclusión de artillería para destruir los muros de la ciudad, constituyo el segundo error cometido por Dessalines con respecto a la parte este de la isla. El primero fue su insistencia de cobrarle un impuesto a la población de Santiago. Los haitianos, al mando de Cristóbal, confrontaron en Santiago cuando un grupo de hombres rehusaron permitirle el paso por la ciudad en su camino hacia santo domingo. El comandante haitiano insistió en señalarle que solo quería tener el aval para pasar por la ciudad y que no deseaba presentarles batalla, pero que de no ser escuchado, no sería responsable de lo que hicieran sus tropas. Un reducido grupo de la población, al mando de Serapio Reinoso del Orbe quien presidía la junta que obedecía las directrices de los franceses, hizo caso omiso a la advertencia y enfrento a los haitianos, quienes lo vencieron fácilmente, y procedieron a cometer una serie de atrocidades. Las fuerzas haitianas formadas por más de 20 mil soldados sitiaron la ciudad de Santo Domingo durante más de 20 días, pero no pudieron penetrar, pese a que la resistencia solo se las hacían unos mil hombres, debido al amurallamiento de la ciudad y la falta de artillería. El gobernante haitiano programo asaltar la ciudad el 27 de marzo, día en que precisamente 5 buques, 3 fragatas y 2 corbetas, al mando del almirante missiessy fueron vistas en la rada de Santo Domingo y comenzaron a desembarcar tropas y alimentos. Dessalines se desoriento profundamente cuando observo en horas de la tarde del dia 28 que la flota se marchó del puerto con rumbo al oeste, es decir, a Haití. Dessalines creyó que las embarcaciones se dirigían hacia su patria, por lo que dispuso el levantamiento del cerco para ir a defender su territorio. En su retirada ordeno la matanza de los pobladores que sus tropas encontraran a su paso, ante la seguridad que tenia de que los nativos apoyaran a los franceses, y que estos se dirigían a Haití. La actitud asumida por Dessalines en contra de los pueblos de Moca, Santiago, Puerto Plata y otras comunidades fue totalmente distinta a la asumida por Alexander Petion, quien dirigió las tropas haitianas de retorno por el sur sin cometer ningún acto criminal.