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Curso: Construcción y adaptación de las técnicas de

Evaluación Psicológica

2017
a) Seleccione y caracterice el instrumento que desea adaptar

Youth Self Report (YSR)

Nombre original: Youth Self Report (YSR)


Autor: Thomas Achenbach de EEUU, 1991.
Versión en español latinoamericana: Thomas Achenbach
Adaptación española: Lemos, Vallejo y Sandoval (2002)
Adaptación mexicana: Con trabajos de Valencia y Sandoval (2002) Betancourt,
Andrade y Vallejo (2010)
Adaptación Lima: Majluf (1999).
Administración: Individual y colectiva.
Aplicación: Adolescentes de 11 – 18 años
Significación: El YSR es un cuestionario autoadministrado de screening psicopatológico,
permite evaluar la psicopatología en el niño y adolescentes en los últimos seis meses,
identificando 8 síndromes, denominados escalas estrechas: Ansioso-Depresivo,
Retraimiento-Depresivo, Quejas Somáticas, Comportamiento Antisocial, Problemas de
pensamiento, Problemas de atención, Comportamiento Delictivo y Comportamiento
Agresivo. A su vez, estas escalas se agrupan en dos escalas amplias: Síndrome
Internalizante (Ansioso-Depresivo, Retraimiento-Depresivo y Quejas Somáticas) y
Síndrome Externalizante (Comportamiento Delictivo y Comportamiento Agresivo).
Tiempo: aproximadamente 40 minutos, sin límite establecido.
Contenido: El cuestionario contiene 120 ítems con tres opciones de respuesta cada uno.
Adaptación

Introducción
El instrumento de evaluación YSR es un autoinforme cuyo objetivo es el screening
psicopatológico (Abad, Forns, Amador & Martorell, 2000), ofrece información
sistematizada, de forma directa, de niños y adolescentes de entre 11 y 18 años, sobre
diferentes competencias y problemas conductuales, (Giraldéz, Seco & Mena, 2002), así
como también de problemas emocionales (Sandoval, Lemos & Vallejos, 2006). Ha sido
ampliamente utilizado en el campo de la evaluación psicopatológica en varias sociedades.
Al abordar la evaluación de psicopatología en adolescentes, es necesario empezar por
describir brevemente esta etapa del desarrollo: Casullo y Castro Solano (2002) y Cicchetti
y Rogosch (2002) coinciden en que tradicionalmente la adolescencia fue descripta como
un período lleno de carencias, necesidades, tormentas e intenso malestar; pero que
actualmente, el interés en el campo de la investigación ha crecido y se ha modificado esta
perspectiva, enfocando su estudio como una etapa del ciclo vital, de transición, en la que
se van produciendo hechos relevantes para poder lograr una vida adulta sana (Casullo &
Castro Solano, 2002), la misma comprende cambios a nivel corporal, emocional,
intelectual, conductual y social. Por lo que resulta indispensable la diferenciación entre
aquellos malestares transitorios o sujetos a circunstancias personales, de aquellos
patrones patológicos más serios y peligrosos para el desarrollo (Casullo, Cruz, González
& Maganto, 2003).
Es en este sentido, que se evidencia la necesidad de contar con instrumentos válidos
y confiables, que permitan la detección temprana de síntomas emocionales, conductuales
y sociales en la adolescencia, considerando que un buen diagnóstico permite
intervenciones adecuadas que previenen y/o contribuyen a reducir la aparición de otros
tipos de trastornos que pueden generar discapacidad a largo plazo (Vázquez &
Samaniego, 2014).
Se define así la necesidad de plantarse un trabajo de adaptación con el objetivo de
validar este instrumento a la población ecuatoriana.

b) De cuenta de la definición Teórica y operacional del constructo de interés


(identificar dimensiones e indicadores)
La psicopatología infantil, ha presentado dificultades al momento de su evaluación,
diagnóstico y tratamiento, sin embargo, en 1965 la Organización Mundial de la Salud
(OMS) por primera vez le prestó atención, y enfatizó que se debe aprender a diferenciar
la psicopatología infantil de la del adulto (López et al., 1995), ya que algunas conductas
que suelen ser consideradas como desviadas en algunos períodos de desarrollo podrían
ser normales (Achenbach, 1990).
Para comprender la psicopatología existen varios modelos, uno de ellos es el enfoque
llamado psicopatología del desarrollo o evolutiva, determinada por uno de sus referentes
como el campo científico y también interdisciplinario que tiene como objetivo clarificar
cómo se da el interjuego, a lo largo del curso de la vida, entre los aspectos biológicos,
psicológicos y socio-contextuales del desarrollo, tanto normal como anormal (Cicchetti
& Toth, 2009).
Por otro lado, se conoce que existen dos modelos de evaluación: a) Médico categorial
(Top-down), con un carácter deductivo donde las taxonomías categoriales dan a conocer
la cantidad de síntomas que son necesarios para brindar un diagnóstico y la duración del
trastorno (Achenbach, 2001; Achenbach, Dumenci & Rescorta, 2003), y el b) Modelo
psicométrico dimensional que propone una clasificación de los problemas individuales a
través de técnicas estadísticas para la cuantificación de las conductas y así conocer el
grado de intensidad del problema (Quay, 1977).
Achenbach propuso el System of Empirically Based Assesment (ASEBA) que
permite evaluar de forma exhaustiva el funcionamiento adaptativo y desadaptativo en
niños y adolescentes (Achenbach, 2017) está basado en el modelo psicopatológico que
expone un punto de vista taxonómico-evaluativo de tipo empírico y un punto de vista
multiaxial que se fundamenta en el análisis de ejes múltiples establecidos sobre las
diferentes fuentes de información y clases de datos (López et al., 1995).
En este sistema se encuentra el YSR “es una prueba de evaluación elaborada desde
el enfoque psicométrico-dimensional, los diferentes ítems han sido sometidos al análisis
de componentes principales a fin de identificar grupos de problemas que tienden a
coexistir” (Lacalle Sisteré, 2009 p.28). Permite la valoración de ocho síndromes,
denominados escalas estrechas: Ansioso-Depresivo, Retraimiento-Depresivo, Quejas
Somáticas, Comportamiento Antisocial, Problemas de pensamiento, Problemas de
atención, Comportamiento Delictivo y Comportamiento Agresivo.
A su vez, estas escalas se agrupan en dos escalas amplias: Síndrome Internalizante
(Ansioso-Depresivo, Retraimiento-Depresivo y Quejas Somáticas) y Síndrome
Externalizante (Comportamiento Delictivo y Comportamiento Agresivo). Ha sido
utilizado en el área educativa, clínica, como también en estudios epidemiológicos en
varios países e instituciones, como por ejemplo Estado Unidos, Santiago de Chile, la
universidad de Colombia (Rubio, Bird, Canino & Gould, 1990).
Se conoce que este instrumento, es uno de los más utilizados, sin embargo Ecuador no
cuenta con una adaptación. Como antecedentes, de la versión en español, se cuenta con
las que ya se realizaron en España, las versiones de Lemos, Vallejo y Sandoval (2002),
en México con los trabajos de Valencia, Andrade (2005) y Betancourt, Andrade y Vallejo
(2010) y en Lima con Majluf (1999).
La adaptación española (Lemos, Vallejo & Sandoval, 2002), se realizó a partir de una
muestra de 2.833 estudiantes de 11 a 18 años. Para el procesamiento de los datos se realizó
un análisis de componentes principales y rotación varimax para cada sexo con los ítems
del YSR.
Se derivaron 8 síndromes centrales, a partir de los nueve factores de primer orden,
los que resultaron ser algo distintos a aquellos que obtuvo Achenbach: Depresión,
Agresividad verbal, Conducta delictiva, Problemas de pensamiento, Quejas somáticas,
Aislamiento, Conducta fóbico-ansiosa y Conductas de Búsqueda de Atención, éste último
es un factor nuevo, no descrito anteriormente por el autor. Se puede ver, que las demás
dimensiones de primer orden, pueden considerarse muy similares a los factores que se
describen en el manual del instrumento.
De los síndromes anteriormente descriptos, se obtuvieron los dos factores de segundo
orden, correspondientes a la psicopalogía internalizante y externalizante (lo que se llaman
trastornos emocionales y trastornos conductuales), estos coinciden con los que se han
obtenido en otros análisis multivariados.
Con respecto a las diferencias entre varones y mujeres, comparando las puntuaciones
de ambos sexos en relación a los síndromes centrales que conforman el factor
internalizante, se replica el hallazgo observado repetidamente en diferentes culturas, las
mujeres son las que tienden a manifestar con mayor intensidad este tipo de patología. Y
en cambio, son los varones los que puntúan más alto en los síndromes que componen al
factor externalizante, siguiendo también la tendencia que se generalmente se observa
Por su parte en México, se cuenta con dos estudios para la adaptación del YSR, uno en el
2005 y otro en el 2010.
En la primera investigación (Valencia y Andrade 2005), participaron 671 niños, con
una media de edad de 11-10 años, estudiantes de 5° y 6° año pertenecientes a escuelas
primarias públicas del Distrito Federal.
Su objetivo era el estudio de la validez del YSR. Y se realizó en 4 etapas: en las
primeras dos se exploraron los problemas de conducta, en la tercera se llevó a cabo el
ajuste y la traducción y, en la cuarta, se aplicó la versión adaptada con el fin de detectar
cuáles los problemas de conducta que presentan los niños mexicanos.
Los resultados a grandes rasgos, permiten mostrar que los factores de las dos
versiones, la original y la mexicana, se mantienen, aunque existen algunas diferencias.
En esta versión, con población mexicana, se obtuvieron 6 factores, 5 para problemas
internalizantes y 1 para externalizantes, el primero es Problemas de conducta
externalizada, el segundo se lo llamó Depresión/Ansiedad, el tercero: Problemas
Somáticos, el cuarto, Problemas del pensamiento, el quinto se relaciona con Problemas
afectivos (bipolar) y el sexto factor se lo denominó Problemas de ansiedad (incluye
problemas de pensamiento y ansiedad). Esto contrasta con la versión original del
instrumento, que contiene 5 escalas, 3 subescalas para problemas internalizantes, 1 para
problemas sociales, 1 para problemas de pensamiento, 1 para problemas de atención, y 2
subescalas para problemas externalizantes.
Además, se encontraron diferencias significativas en 4 de los 6 factores,
evidenciándose, tal como en otros hallazgos, que los niños presentan más problemas de
conducta externalizada que las niñas, y a su vez, éstas manifiestan más problemas de
depresión, ansiedad y somáticos que los niños.
En la segunda investigación (Andrade, Betancourt & Vallejo, 2010), se contó con
una muestra de 747 estudiantes, en este caso, alumnos de secundarias y preparatorias, con
una media de edad de 14.6 años. Los resultados obtenidos permitieron corroborar las siete
dimensiones observadas por Betancourt y Andrade (2010): depresión, rompimiento de
reglas, conducta agresiva, consumo de alcohol y tabaco, problemas somáticos, problemas
de pensamiento y lesiones auto infringidas. Además mostraron diferencias
estadísticamente significativas según género, en las siguientes dimensiones: depresión,
conducta agresiva, problemas somáticos y lesiones autoinflingidas, en las que las mujeres
tuvieron puntajes más elevados que los varones.
Otro de los países donde también el YSR ha sido utilizado es Uruguay (Daset Carreto,
López Soler & Hidalgo Montesinos, 2009). En Montevideo se realizó un estudio
constituido por 374 adolescentes, cuyo rango de edad era de 12 a 19 años, pertenecientes
a una institución educativa secundaria privada de dicha ciudad. Los resultados arrojaron
que existe un alto nivel de coincidencia en las agrupaciones sindrómicas, con los
hallazgos de Achenbach y sus colaboradores (1991). Se pudieron extraer 10 síndromes:
Depresión-ansiedad, Prosocial, Disocial, Oposición-Impulsividad, Alteraciones del
pensamiento, Quejas somáticas, Retraimiento-Evitación, Problemas sociales, Temor y
por último el síndrome de Inmadurez. Diferenciando la población según género, se
encontró que en mujeres el síndrome de mayor peso es el de Depresión-Ansiedad y en
segundo lugar el Prosocial; en los varones también se encontró el síndrome Depresión-
Ansiedad como el más prevalente pero en segundo lugar se ubica el síndrome de
Búsqueda de Atención. A partir de estos análisis de Estructuras factoriales por sexo, se
evidencian constantes que se ven también en otros estudios, donde se observa un perfil
internalizante más marcado en las mujeres, mientras que en los hombres se destaca el
síndrome Disocial.
En Chile, donde fue validado por Rojas y Leiva. (2012) pero los resultados de la
investigación no han sido publicados, sin embargo este trabajo se cita en otros estudios
que evalúan síntomas emocionales y psicopatología en adolescentes (Cava & Magnanto,
2005; Rojas & Leiva, 2015) Uno de las investigaciones, que evalúa psicopatología y
victimización, ofrece valores de la consistencia interna el YSR, para la muestra de
adolescentes a la que les administró dicha prueba, dando valores altos, para las escalas
estrechas entre .6 y .87.
La adaptación en población peruana (Majluf, 1999), contó con una muestra
conformada por un grupo de población general de 621 adolescentes, y un grupo de
población clínica de 287 adolescentes. Los resultaron indicaron que el grupo de población
clínica obtuvo puntajes significativamente superiores en comparación al grupo control, y
presentó el primer grupo de indicadores psicopatológicos. A su vez, en las mujeres se
pudo observar una tendencia no significativa a obtener puntajes superiores a los varones.
Lo que permite afirmar que el YSR de Achenbach es un instrumento válido y confiable,
que puede utilizarse para la detección rápida de problemas de conducta y emocional, en
los niños peruanos.
Como se puede apreciar, la adaptación y utilización del YSR en Latinoamérica, es
un trabajo que se viene realizando en las últimas dos décadas, pero todavía en Ecuador
no se cuenta con una versión propia.
A partir de lo expuesto se ha logrado conocer como el YSR ha contribuido al
entendimiento del comportamiento infantil a nivel mundial, sin embargo no todos los
países cuentan con sistemas adecuados de evaluación en el área de psicopatología infantil
y Ecuador es uno de ellos, puesto que actualmente no cuenta con instrumentos validados
en esta área que permitan tener resultados confiables.
Según Salas (2014) Ecuador tiene debilidad en el campo investigativo de impacto
social, puesto que no se brinda apoyo a los trabajos de tesis de pregrado y posgrado,
además de la carencia de revistas científicas donde podrían publicarse dichos trabajos.
Ante esta situación se plantea obtener las propiedades psicométricas del Youth Self
Report en población urbana ecuatoriana de 11 a 18 años, para contribuir al proceso de
desarrollo de la investigación en Ecuador, específicamente dentro del campo de la
psicopatología infantil.
C) Planifique como realizaría la adaptación de dicho instrumento, integrando las
Normas de la Comisión Internacional de test (ITC) y considerando la necesidad de
establecer equivalencias lingüísticas, conceptuales y métricas.
Tomando en consideración las Normas de adaptación propuestas por la comisión
internacional de Test, se tendrá en cuenta a las diferencias lingüísticas y culturales de la
población, la familiaridad de los materiales presentados a los sujetos, la equivalencia de
las versiones adaptadas a la población a la que va dirigidas y se asegurara que el diseño
de recogida de datos permita un tratamiento estadístico adecuado para establecer la
equivalencia entre ítems y proporcionar información sobre la validez de la prueba en la
población a la que se dirige la versión adaptada, para ello se tomara en cuenta la siguientes
etapas:
Etapa 1. Validez de contenido.
a. Aspectos conceptuales y lingüísticos: Da a conocer que es importante realizar una
buena traducción tomando en cuenta la parte idiomática así también los estilos
lingüísticos locales, por ello a pesar de contar con una versión latinoamericana en
español propuesta por el autor del cuestionario, es importante tomar en cuenta la
versión original en inglés, para ello se estima la utilización del método de “traducción
inversa”, con la finalidad de tener mayor comprensión de cada ítem tomando en
consideración las diferencias culturales locales. Para ello se contaría con un grupo
psicólogos bilingües para que realicen la traducción de los ítems originales del inglés
al español, posteriormente debe existir otro grupo de traductores, los cuales tomen
los ítems ya traducidos al español y los vuelvan a traducir al inglés (retro traducción).
A continuación para obtener la equivalencia se utilizara el método propuesto por
Hambleton, a través de cual se administrara la prueba en el idioma original así como
también la prueba traducida a sujetos bilingües, de esta manera se conocerá a partir
de los resultados obtenidos, si la traducción del cuestionario al español es equivalente
a la original y comprendida por los individuos.
b. Coeficiente de Aiken: Se tiene por objetivo conocer si los ítems están de acuerdo a las
escalas planteas por Achenbach, a través de un juicio experto (5 jueces) a los cuales
se le presentara una planilla donde cada uno tendrá que especificar a qué sindrome
correspondería cada ítem.

Etapa 2. Validez aparente


Posterior a las sugerencias de los jueces expertos se procederá a la aplicación del
cuestionario a una muestra de 30 personas (prueba piloto), aquí se solicitara a los sujetos
realizar comentarios sobre el contenido de los ítem y las palabras empleadas.
D) Planifique la etapa de análisis de la versión preliminar del instrumento,
señalando:
 ¿Cómo realizaría una prueba piloto? ¿Con qué finalidad?
 ¿Qué procedimientos utilizaría para el análisis de los ítems? Justifique.
 ¿Cómo analizaría la validez y confiabilidad del instrumento? Justifique.

Etapa 3. Administración a Prueba piloto y su finalidad


Tomando en cuenta el criterio que establece la necesidad de estimar al menos 5
sujetos por reactivo, sería adecuado conformar una muestra mínima de 600 sujetos,
pertenecientes a la población urbana ecuatoriana, adolescentes entre 11 y 18 años de edad.
En un primer momento se aplicara el cuestionario a un grupo de adolescentes (30) para
poder comprobar a través de diversos métodos estadísticos la validez y confiabilidad del
cuestionario. Cabe mencionar que se deberá solicitar el respectivo consentimiento de los
padres de los adolescentes. Posteriormente se efectuará un análisis descriptivo de los
datos sociodemográficos, con la finalidad de conocer la distribución por grupos de edad,
genero, nivel de educación, entre otros.
Etapa 4. Confiabilidad
Para esta etapa se empleara el Coeficiente Alfa de Cronbach con el objetivo de poner
a prueba la consistencia interna del cuestionario, esta medida se considera adecuada por
cuanto es un cuestionario con opciones de respuesta Likert, además que según Hogan
(2004) mientras aumenta la cantidad de reactivos es mayor el grado de confiabilidad, en
este caso cuenta con 120 reactivos. Así también es importante diferencias validez de
confiabilidad, la primera se refiere a que se busca medir lo que se desea medir, mientras
que la confiabilidad da cuenta de la exactitud con la cual un instrumento de medida mide
lo que mide (Magnusson, 1978).

Etapa 5: Validez de constructo


 Análisis factorial: Permite a través del uso de técnicas estadísticas identificar
dimensiones comunes que subyacen al desempeño en varias mediciones diferentes
(Hogan, 2004).
Etapa 6. Validez de criterio
 Grupos de contraste: En este caso se empleara este método porque el cuestionario
ha sido empleado tanto en población clínica como en población “normal”, por tanto
el criterio será demostrar que la prueba permite diferenciar a un grupo del otro.
Etapa 7. Estabilidad de la prueba
 Test-Retest: Para ello 4 meses posteriores a la primera aplicación, se ubicara a los
adolescentes ya evaluados para volver a realizar la misma prueba, de esta manera se
conocerá la estabilidad en el tiempo, posteriormente se calculará la correlación entre
las puntuaciones obtenidas en cada aplicación y finalmente se procede a interpretar
el coeficiente encontrado (Cortada de Kohan, 1999).

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