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En qué se enfoca

El pensamiento social se enfoca en ayudar a los chicos a descubrir cómo


pensar en situaciones sociales. A los chicos se les enseña a observar y
pensar sobre los pensamientos y sentimientos de los otros y los de ellos
mismos. También aprenden la conexión entre pensamientos, sentimientos y
comportamientos.

La idea es que los chicos necesitan desarrollar el “pensamiento” social antes


de que puedan usar las “habilidades” sociales. Enfocarse en el pensamiento
puede ayudar a que los chicos entiendan cómo interactuar más eficazmente
con los otros.

Dónde encontrarlo

En los Estados Unidos el pensamiento social se enseña en escuelas,


programas privados y clínicas. La compañía también tiene sus propias
clínicas en San José, California y en Boston. Esas clínicas trabajan tanto con
niños como con adultos.

Hay terapeutas en todo el país que usan los conceptos y materiales del
pensamiento social. Puede encontrar una lista de terapeutas capacitados en
el sitio de la Internet del pensamiento social.

Para quién es

El pensamiento social está diseñado para ser usado desde los 4 años de
edad hasta la adultez. El enfoque de enseñanza está dirigido a personas con
habilidades cognitivas y de lenguaje promedio o por encima del promedio.
Sus conceptos y estrategias son usados para ayudar con:

Dificultades de aprendizaje social y de atención. Esto incluye discapacidades


de aprendizaje no verbal y TDAH. El pensamiento social frecuentemente se
emplea con chicos que tienen autismo de alto funcionamiento.

Problemas para entender señales sociales como las expresiones faciales y el


lenguaje corporal.

Dificultad para escuchar o trabajar en grupo.


Cómo funciona

Los materiales del pensamiento social dividen los conceptos sociales de


manera que los adultos puedan expresarlos de manera que tengan sentido
para los chicos. Por ejemplo, a los chicos no se les dice simplemente que
“hagan contacto visual”. En lugar de eso aprenden cómo “pensar con sus
ojos”, que los ojos de las personas son fuente de información. Al observar los
ojos de alguien, los chicos pueden obtener “claves” sobre lo que la persona
está pensando o hará a continuación.

Los chicos también pueden trabajar otros conceptos sociales. Pueden


aprender cómo averiguar y seguir el plan del grupo y saber si su cuerpo y su
mente están en sincronía o no con el grupo. Pueden aprender a hacer una
suposición acertada o darse cuenta de las “reglas ocultas” y qué es un
comportamiento esperado o inesperado.

Una vez que a los chicos se les enseñan estos conceptos, aprenden cómo
aplicarlos en diferentes situaciones. Los materiales y estrategias de
enseñanza del pensamiento social son acordes al “nivel de pensamiento
social” del chico, y hasta cierto punto con su edad.

Los niños pequeños pueden aprender los conceptos básicos a un nivel más
simple a través de cuentos y música. Los estudiantes de primaria podrían ser
enseñados usando personajes como los de los cómics, entre otras
estrategias. Los materiales para preadolescentes y adolescentes están
orientados a las más sutiles demandas sociales que ellos enfrentan.

El pensamiento social es un enfoque muy flexible. Los maestros y los padres


pueden adaptar los materiales según las necesidades específicas de cada
chico. El pensamiento social puede usarse conjuntamente con otros
programas para desarrollar habilidades sociales. Empiece por preguntar si su
escuela ofrece cualquier grupo de habilidades sociales. También puede
conseguir un especialista en su área que se enfoque en aprendizaje social. Si
su hijo tiene un IEP hable con el equipo sobre añadir objetivos relacionados
con las habilidades sociales.

Puntos clave

El pensamiento social es un enfoque de enseñanza flexible que puede ayudar


a que las personas sean buenos pensadores sociales.

El pensamiento social ofrece diferentes materiales para diferentes edades y


habilidades de razonamiento.

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