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CRISTIAN MANUEL NIÑO MARTÍNEZ.

INGENIERÍA INDUSTRIAL.
PRACTICA DE INGENIERIA INDUSTRIAL V.
JOSE ANTONIO BELLO ACOSTA.

Tema y pregunta de partida: La historia colombiana ha pasado por varias etapas de


violencia. En los últimos días hubo especiales de televisión y periódicos sobre algunos de los
asesinatos más grandes en Colombia, incluidos Luis Carlos Galán y Jaime Garzón. Sin
embargo, las investigaciones sobre los autores intelectuales no han mostrado resultados
efectivos y castigos.
¿Por qué crees que ocurrieron todos estos asesinatos e impunidad?
ENSAYO ‘Asesinatos e impunidad en Colombia’
La crisis de la violencia en Colombia se alimenta específicamente de todos los crímenes que
a lo largo de la historia han afectado a políticos, líderes sociales, campesinos, funcionarios
públicos, personas que representan un cambio social y también personas del común; son
crímenes que incluyen desapariciones forzadas, torturas, genocidio, agresiones, violaciones,
amenazas, robo y homicidio. A diario se escuchan noticias sobre todas estas injusticias que
pasan y que en gran parte quedan impunes, pasando a ser solo un suceso más que no incluye
un castigo ni concluye nada.
Las fallas que se presentan en el sistema judicial colombiano limitan las persecuciones de los
delincuentes y la aplicabilidad de castigos, el poder de grandes familias, las grandes elites
son otras fuerzas que logran cubrir muchos de los delitos que empresas y el mismo estado
comete, las diferencias sociales y económicas tienen un papel importante. Es incomprensible
el papel de la corrupción en la justicia, la violación a los derechos humanos por parte de las
burocracias y la increíble cantidad de delitos impunes que se acumulan en la historia nacional.
En Colombia a pesar de que se tienen órganos máximos que están encargados de llevar a
ejecución los castigos correspondientes a estos actos delictivos, siendo estos La Fiscalía
General de la Nación, El Consejo Superior de la Judicatura, El Consejo de Estado, La Corte
Suprema y Constitucional, y quienes a su vez delegan entidades especiales como la policía
se han encargado de degradar esta institucionalidad. No se evidencia la efectividad de sus
labores estatales y al ser ellos los responsables de velar por el cumplimiento de la ley y los
derechos humanos ratifican la falta de confianza de la población en lograr tener justicia ante
todos estos delitos que se cometen en el país.
Temas como el narcotráfico en Colombia son usados por el estado para desviar la atención
de la responsabilidad que también tienen ante todos estos asesinatos que se cometen a diario
en el país. La falta de seguridad la maquillan dando indicios de que todo lo que sucede lo
realizan los grupos guerrilleros y los traficantes de droga, pero no explican que está haciendo
el estado para mitigar estos atentados a edificios, bombas, periodistas y ministros del
gobierno asesinados y demás atrocidades que suceden en Colombia.
Si es cierto que se ha demostrado que una gran parte de los asesinatos, bombardeos y
masacres participaron grupos paramilitares y narcotraficantes decir que estos son la causa
principal de la violencia en Colombia es excusar la falta de atención y toda la responsabilidad
que tiene el gobierno en su débil ejecución de seguridad y de castigo al delincuente. Existe
esa parte de las victimas que no tienen voz ante las injusticias al ser el propio Gobierno
responsable de financiar operaciones terroristas que siempre quedaran en la impunidad.
Es difícil de creer que el mismo estado sea quien quiera eliminar a los defensores de los
derechos humanos y de las practicas anticorrupción, la protección a funcionarios públicos
distorsiona las investigaciones y sanciones a las cuales muchos se acreditan, favoreciendo a
los delincuentes políticos que cometen actos delictivos, existe impunidad política y esto hace
la perpetuación de la violencia como consecuencia de ese proteccionismo a los actos
terroristas del gobierno.
La tradición de proteger a oficiales y grandes personalidades jurídicas o miembros de familias
elitistas colombianas que están llenos de historial por problemas legales e injusticias
cometidas, son la motivación para los defensores de los derechos humanos a denunciar todas
las irregularidades del gobierno o de funcionarios públicos y a recurrir a instituciones
internacionales para buscar la libertad de las victimas y la anhelada justicia que esperan de
los actos delictivos de los cuales han sido protagonistas. Y aunque es difícil luchar contra el
incumplimiento de las leyes por parte del estado, contra el maquillaje y la eliminación de la
evidencia para librar una respuesta a un acto de violencia, seguir buscando la solución a la
injusticia es un acto constante y la meta es salir algún día de este silencio completo y de estos
casos no resueltos que cada vez son más a o largo de la historia.
Por qué ocurrieron estos actos de violencia y de injusticia y quedaron impunes hasta el día
de hoy, es la corrupción la respuesta a los malos resultados de un gobierno que está
contagiado de guerra y de favoritismo a las elites. Las victimas de la violencia en Colombia
en este caso personas que tenían claro un cambio político para la nación, los incluye en el
grupo de personas que pertenecieron a una serie de asesinatos de líderes políticos y de opinión
que no ha cesado hasta el día de hoy. Es muy preocupante que a la fecha se siguen cometiendo
este tipo de actos de violencia a todas las personas que buscan enfrentar situaciones de
injusticia en el país.
La mayoría de los asesinatos en Colombia a lideres sociales quedan impunes, todo por la
corrupción del estado que busca silenciar al pueblo y no solo de estos asesinatos sino todas
las amenazas, atentados, detenciones y desapariciones de los cuales son víctimas aquellos
que buscan una nación más limpia y justa.
No hay información de que las personas asesinadas y que a la fecha tienen su caso impune
por falta de información o desvío de las evidencias y eliminación de los testigos gozaran de
protección estatal. Por el contrario, parece que fuera el mismo estado quien se empeñara en
mantener sus asesinatos en la impunidad.

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