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Constructivismo, cognitivismo, conductismo y

el enfoque por competencias: ideas clave

En el quehacer docente, existen aspectos esenciales que no podemos


dejar de lado, uno de ellos es el conocer los referentes fundamentales
sobre los cuales se asienta la pedagogía actual. Dentro de ellos, las
corrientes pedagógicas constituyen un elemento central, que nos
puede ayudar a entender y a encontrar respuestas a problemáticas
recurrentes que plantean la enseñanza y el aprendizaje, además de
que sustentan muchas de las estrategias, enfoques y metodologías
educativas de hoy en día.
Nuestra labor debe ir acompañada de una revisión constante de estos
referentes, ya que independientemente del enfoque sobre el cual
basemos nuestro trabajo, siempre podremos encontrar en ellos apoyo
y pautas para reflexionar sobre los hechos que nos encontramos a
diario en las escuelas. Dentro de las corrientes pedagógicas, existen
algunas que nos resulta imprescindible revisar; a continuación te
presento cuatro de ellas, las cuáles nunca debemos perder de vista:
Conductismo
Tiene como fundamentos los estudios realizados en psicología por
Iván Pávlov y John Broadus Watson, conocidos por remarcar el vínculo
entre sus propuestas teóricas y el carácter experimental de la
psicología. Esta relación con la investigación aplicada adquirió
renombre a partir de 1940, pero sus raíces se remontan a principios
del siglo XIX, en los hallazgos obtenidos en la investigación básica,
que en ese entonces se dirigía a explicar las condiciones en las que
ocurre —o no— la adquisición, el mantenimiento y la generación de
conductas. Los conocimientos teóricos generados propiciaron
reflexiones en torno a dos temas de valor para la educación: el
aprendizaje y el desarrollo. Así, la pedagogía se nutrió de la psicología
conductual para observar a la enseñanza como algo estructurado y
susceptible de ser guiado por los principios del condicionamiento
operante, el cual, en el contexto escolar, busca que los alumnos
adquieran un amplio repertorio conductual que pueda traducirse en
ventajas sociales para ellos. Simultáneamente a la formulación de
este concepto, Burrus Frederick Skinner desarrolló un sistema
pedagógico, una de las propuestas más relevantes del conductismo:
la enseñanza programada. Desde su perspectiva, la enseñanza
tradicional presenta algunas deficiencias que obstaculizan el
aprendizaje, como la instrucción colectiva, que provee al alumno de
más consecuencias aversivas que positivas, y la inadecuada
secuenciación de los materiales educativos. El reconocimiento de
estas insuficiencias en la enseñanza propició que Skinner diseñara
una serie de consideraciones, aceptadas mayormente en las décadas
de los sesenta y los setenta, como definir objetivos educativos
conductuales. Sin embargo, una de sus mayores críticas es omitir el
componente afectivo-emocional, pues pareciera concebir al alumno
como un agente pasivo que sólo reacciona a las condiciones
ambientales a las que está expuesto.
Cognitivismo
Está orientado por la ciencia cognitiva, un movimiento desarrollado
desde 1950 que influyó tanto a la ciencia como a algunas disciplinas
sociales y de humanidades. El psicólogo Jerome Seymour Bruner, uno
de los principales actores en la llamada “revolución cognitiva” (la cual
planteaba un modelo formal de la mente para explicar el
conocimiento humano), aseguró que el principal objetivo de ésta fue
recuperar el estudio de la mente en las ciencias humanas tras un
largo periodo de fuerte objetivismo, lo cual se explica al considerar
que lo cognitivo es el paso sucesivo del conductismo. Este enfoque
establece habilidades para orientar los procesos mentales de
información, representación y acción, que bien pueden entenderse
como los pasos que cambian los conocimientos adquiridos con
anterioridad por otros generados en el intercambio de la información.
La información, de acuerdo con Bruner, se organiza en clases ya
establecidas o por construir; es decir, el significado existe antes de la
información. Luego, la representación es un conjunto de reglas
mediante las cuales se puede conservar aquello experimentado e
ingresa en la memoria a través de imágenes, eventos o palabras que
servirán de herramientas para realizar operaciones mentales o
acciones, como tomar una decisión o solucionar un problema. El
aprendizaje constituye la síntesis de la forma y el contenido recibidos
por las percepciones, mismas que actúan de forma personal y, a su
vez, están influidas por antecedentes, actitudes y motivaciones
individuales. El aprendizaje se vincula no tanto con lo que hacen los
estudiantes sino con lo que saben y cómo lo adquieren; por lo que el
conocimiento obtenido es una actividad mental que implica una
clasificación interna y una estructuración por parte del estudiante que
así, al realizar estas acciones, se transforma en un participante activo
del proceso de aprendizaje. Al considerar al ser humano como un
organismo que realiza una actividad fundamentada en el
procesamiento de información, la pedagogía cognitiva muestra una
nueva visión del ser humano y reconoce la importancia de cómo las
personas organizan, acoplan, filtran, reintegran y evalúan la
información en esquemas mentales que son empleados para acceder
e interpretar la realidad.
Constructivismo
De acuerdo con esta corriente el conocimiento no se descubre, se
construye; por eso considera como verdadera a la enseñanza que
ayuda al desarrollo de la persona, y en función de la cual se puede
explicar y valorar cada aprendizaje particular. Tiene como
fundamento cuatro acciones básicas que el educador debe considerar
al diseñar las experiencias educativas:
1. Partir de la estructura conceptual de cada alumno; es decir,
de sus ideas y pre-conceptos.
2. Prever la repercusión en la estructura mental y el cambio
conceptual que se espera al efectuarse la construcción activa
del nuevo concepto.
3. Confrontar las ideas y preconceptos con el concepto que se
enseña.
4. Aplicar el nuevo concepto a situaciones concretas.
Respecto al segundo punto, se debe entender que el aprendizaje real
se produce a partir de sus conocimientos previos y las construcciones
que realiza cada alumno al modificar su estructura mental, esto con la
finalidad de alcanzar un mayor nivel de complejidad, diversidad e
integración frente al mundo. Por su carácter constructivo, esta
corriente puede emparentarse con la Escuela Activa, pues igualmente
propone un aprendizaje opuesto a la mera acumulación de
información, pero con un matiz diferente: ante la disyuntiva entre
educar o instruir, lo importante no es informar al individuo ni
instruirlo, sino desarrollarlo, humanizarlo. Jean Piaget (1896-1980),
quizá su mayor representante, propuso —a diferencia de los
conductistas— que en los aspectos cognitivos y sociales del
comportamiento, el hombre no es únicamente producto del medio
ambiente o de sus disposiciones internas, sino una construcción
propia, un resultado paulatino de la interacción entre estos factores.
Asimismo, se interesó por las principales características del desarrollo
cognitivo y diferenció cuatro periodos a través de los cuales se
construyen las nociones, conceptos y operaciones lógico-formales:
1. Etapa sensoriomotora, de 0 a 2 años. En ella se aprende a
responder por medio de la actividad motora a diversos estímulos que
se presentan a los sentidos. Un ejemplo de esto ocurre cuando los
bebés no sólo ven y escuchan los juguetes que están a su disposición,
sino que aprenden a sacudirlos y hasta a chuparlos.
2. Etapa preoperacional, de 2 a 7 años. Se caracteriza porque aún no
se desarrolla la capacidad para pensar de manera lógica; pero es
posible manejar el mundo de forma simbólica. Es decir, los niños
pueden ya imaginar que hacen algo aun-que no puedan realizarlo
realmente.
3. Etapa de las operaciones concretas, de 7 a 11 años. Incrementa
notablemente la capacidad para el razonamiento lógico, aunque
todavía a un nivel muy concreto, es decir, el pensamiento sigue
vinculado a lo que se conoce y se sabe hacer en la práctica, por lo
que sólo es posible razonar acerca de las cosas con las que se ha
tenido experiencia directa.
4. Etapa de las operaciones formales, de 11 a 15 años. Se presenta en
la adolescencia y continúa a lo largo de la vida. Su principal
característica es que el individuo puede prescindir del contenido
concreto de las cosas y puede situarse en lo abstracto. En ésta es
posible valorar la verdad o falsedad de proposiciones abstractas,
analizar fenómenos complejos en términos de causa-efecto.
Enfoque por competencias
Respecto a las competencias, la Recomendación 26/92 de la UNESCO
expresa que “se refieren a las capacidades complejas que desarrolla
una persona y poseen distintos grados de integración. Se ponen de
manifiesto en una gran variedad de situaciones correspondientes a
los diversos ámbitos de la vida humana, personal y social. Son
expresiones de los distintos grados de desarrollo personal y
participación activa en los procesos sociales. Toda competencia es
una síntesis de las experiencias que el sujeto ha logrado construir en
el marco de su entorno vital amplio, pasado y presente”. En su
libro Construir competencias desde la escuela, Philippe Perrenoud,
uno de los más reconocidos investigadores de este enfoque, apunta
que “las competencias permiten hacer frente a una situación
compleja, construir una respuesta adaptada. Se trata de que el
estudiante sea capaz de producir una respuesta que no ha sido
previamente memorizada”. Se puede concluir que orientar la acción
educativa desde este enfoque permite aplicar lo aprendido a la
resolución de problemas prácticos; pues ni el conocimiento ni la
práctica son útiles como herramientas aisladas.
Características del Enfoque por Competencias
• Proporcionan la capacidad de saber hacer; es decir, aplicar a la
solución de problemas de la vida profesional y personal los
conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
• Promueven el desarrollo de capacidades más que asimilación de
contenidos, aunque éstos están siempre presentes a la hora de
concretarse los aprendizajes.
• Preparan al alumno para enfrentar nuevos desafíos en su vida diaria
relaciona-dos con su crecimiento como persona.
• Su planteamiento supone que todos los estudiantes serán capaces
de desempeñarlas, lo que les permitirá comprender el mundo e influir
en él. • Conllevan al establecimiento de procesos de aprendizaje
autónomos a partir de la acción directa del alumno; es decir, pasar
del enseñar al aprender.
• Implican una participación eficaz del alumno en los ámbitos político,
social, profesional y cultural.
• Tienen un carácter integrador, relacionado con los conocimientos,
procedimientos y actitudes.
• Permiten integrar y relacionar los aprendizajes con distintos tipos de
contenidos, utilizarlos de manera efectiva y aplicarlos en diferentes
situaciones y contextos.
• Son transferibles, ya que refuerzan y complementan los procesos de
aprendizaje actuales y ulteriores, lo que permitirá a los estudiantes la
adquisición de otras competencias.
• Tienen un carácter interdisciplinar y transversal, ya que integran
aprendizajes procedentes de diversas disciplinas académicas.
• Promueven el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Jacques Delors, en su artículo “Los cuatro pilares de la educación”,
establece cuatro competencias que todo estudiante debe desarrollar
al transitar por su proceso educativo, para adaptarse y enfrentar
exitosamente un mundo en permanente cambio:

1. Aprender a hacer: para influir en su propio entorno.

2. Aprender a conocer: adquirir los instrumentos de la


comprensión.

3. Aprender a convivir juntos: para participar y cooperar con todos


los demás en las actividades humanas.

4. Aprender a ser: integra elementos de aprender a hacer, a


conocer y a convivir juntos.

Es de suma importancia conocer, y en su caso, redescubrir los


fundamentos teóricos que sustentan la pedagogía actual, ya que esto
nos permitirá tener un panorama más amplio ante las situaciones y
problemáticas que enfrentamos en la educación actual.
¡Espero que la información te haya sido de utilidad!
Referencias:
Delors, Jacques (1994), “Los cuatro pilares de la educación”, en La
educación encierra un tesoro, México, UNESCO
Una Mirada a las Teorías y Corrientes Pedagógicas. Compilación,
Colegiado Nacional de Desarrollo Educativo, Cultural y Superación
Profesional, SNTE 2013

 ES

 El futuro de la educación
 Aprendizaje y cultura digital
 Liderazgos educativos
 Ciudadanía y convivencia
 Atención a la diversidad
APRENDIZAJE Y CULTURA DIGITAL

Aprendizaje basado en
proyectos. Cómo hacer
que un proyecto sea
auténtico y real
Por EDUforics

25 abril 2017
0




Por qué utilizar el Aprendizaje Basado
en Proyectos
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP o PBL, Project-based learning) es
una metodología de aprendizaje en la que los estudiantes adquieren un rol
activo y se favorece la motivación académica. El método consiste en la
realización de un proyecto habitualmente en grupo. Ese proyecto ha sido
analizado previamente por el profesor para asegurarse de que el alumno tiene
todo lo necesario para resolverlo, y que en su resolución desarrollará todas las
destrezas que se desea.
En el ABP, el alumnado puede participar, hablar y dar su opinión mientras que
el profesorado adquiere un rol menos activo ayudando a lograr un consenso y
orientar el desarrollo del proyecto del alumnado. En el tipo de clase magistral,
la disposición física del espacio en el aula habitualmente se basa en filas
orientadas hacia el profesor o profesora. El espacio del aula en el ABP
adquiere otro sentido, ya que los alumnos tendrán que trabajar en grupo,
moverse, relacionarse con otros.
El funcionamiento psicológico en el aula en un contexto tradicional,
habitualmente se basa en atender y recibir la información de un modo
unidireccional en un ambiente de silencio. En el ABP el alumnado elabora el
contenido, diseña el proyecto y colabora entre sí. A través de esta
metodología los alumnos no sólo memorizan o recogen información, sino
que aprenden haciendo.

Cómo seleccionar un proyecto


A través de una pregunta desafiante se puede concretar el objetivo general
del proyecto. El tema principal en el que se basa, es siempre un problema que
resolver o investigar o una pregunta para analizar y contestar. Puede centrarse
tanto en aspectos muy concretos como en contenidos más abstractos (Miguel
Ángel Pereira, EducaLab).

Un proyecto es auténtico o genuino en la medida en la que está vinculado


al mundo real. Se puede enfrentar a los alumnos a problemas que las
personas encuentran en su vida personal, a través de múltiples ejemplos.
Otra forma de vincular proyectos a la realidad es buscando una utilidad real
bien en el centro educativo o fuera del mismo. Un proyecto que genere algún
tipo de beneficio social, como por ejemplo construir juguetes para un aula de
infantil por parte de alumnos de educación secundaria, o crear una pantalla
solar con el objetivo de producir energía, etc.
Según Miguel Ángel Pereira, el contenido debe ser significativo para los alumnos y
directamente conectado con su realidad. El ABP “engancha” al alumno porque éste
siente que lo que aprende le es cercano y es importante para él. Partir de sus
intereses y necesidades es esencial para conseguir el éxito del proyecto. El
constructivismo se basa en el aprendizaje apoyado en conocimientos o ideas previas.
En el ABP es fundamental partir de lo que ya conocen los alumnos, que ellos puedan
“agarrar” el contenido y no sea todo absolutamente desconocido y nuevo.

También, el hecho de proporcionar al alumnado una audiencia para presentar


el trabajo final del proyecto, incrementa la motivación. Cuando los alumnos
presentan su trabajo en público, a menudo tienen que a preguntas desafiantes o
recibir críticas constructivas.

APRENDIZAJE Y CULTURA DIGITAL


Creando una cultura de
Aprendizaje Basado en
Proyectos desde el
primer día
Por EDUforics

22 julio 2018
0



¿Por qué construir un sentimiento
sólido de comunidad?
Apuesto a que en algún momento has tenido grandes expectativas sobre
hacer proyectos creativos e innovadores con los estudiantes de tu clase
plenamente comprometidos. Estudiantes que están investigando, colaborando,
creando y resolviendo problemas que realmente les interesen. Sin
embargo, esto no suele ocurrir sin una base de trabajo para desarrollar
una sensación de comunidad a nivel de aula y de centro.
El aprendizaje basado en proyectos, o ABP, es una forma maravillosa de
involucrar a los estudiantes en su propio aprendizaje. Pero, si el grupo no
está preparado para sentirse seguro, para asumir riesgos o apoyarse
mutuamente, esta metodología puede fracasar. A continuación nos gustaría
mostrar hay algunas maneras de construir un grupo de clase fuerte, solidaria e
inclusivo que esté listo para involucrarse e inspirarse con el ABP.

1. Actividades para cohesionar el


grupo
Durante la planificación de las primeras semanas de escuela, es muy
importante generar confianza, construir un sentimiento de comunidad y
experiencias compartidas. Una forma de hacerlo es programar
actividades regulares de cohesión de grupo (team-building). Pueden servir
como una pausa o un descanso divertido para escuchar a otros y hacer
actividades para “conocerse mejor”.

2. Apropiarse del espacio


A muchos maestros les encanta organizar y decorar el aula tal y como
creen que les gustaría a sus alumnos. ¿Pero por qué no preguntarles
directamente?

“Darle a los estudiantes la oportunidad de elegir su espacio de trabajo les


permite tomar sus propias decisiones y controlar su comportamiento”. -Paul
Solarz, Learn Like a Pirate
Plantea cómo podría utilizarse el espacio físico del aula para que los alumnos
se sientan más cómodos. Prepara un boceto sobre como podría ser el
diseño el aula y solicita a los estudiantes su opinión y comentarios al
respecto. A menudo, las mejores ideas provienen de los estudiantes, y se
sentirán capacitados para diseñar un espacio de aprendizaje que se ajuste a
sus necesidades. Los estudiantes pueden dar su opinión sobre el espacio entre
las mesas, el área de lectura, el área de trabajo, la decoración o los espacios
para trabajar en grupo.

3. Desarrollar las normas del


grupo
Ayuda a los estudiantes a diseñar un conjunto de normas que guíe a todo
el mundo. Que se escuche la opinión de los estudiantes y que queden
plasmadas por escrito son dos de los aspectos más importantes. Pregunta a
los alumnos: “¿Cómo te gustaría sentirte en la clase? ¿Qué sería necesario
para que pudieses aprender mejor y te motivase más? “. Una vez planteadas
estas preguntas, enumera todas las ideas. Resúmelas en una síntesis con
unos pocos principios. Imprímela en una hoja grande para que los estudiantes
la firmen y luego se puede colgar en la pared. Se puede compartir una copia
con los padres para que sepan las expectativas sobre las normas que habrá en
la clase.

4. Aprender a debatir en grupo


Durante las primeras semanas de clase, es fundamental que los alumnos
aprendan cómo se gestionarán los debates que surjan en el aula, las
cuestiones difíciles o las discusiones sobre eventos complejos (en el
mundo, en la literatura, etc.). Comparta ideas y cree normas para discusiones
de grupos pequeños y grandes. Por ejemplo:
 Haz una lluvia de ideas con la clase sobre cómo tener un buen
debate y escríbe las ideas en un papel.
 Después, puedes pedir a algunos alumnos que hagan una
“pecera” donde hacen un círculo de alumnos más pequeño dentro de
un círculo más grande.
 En el círculo pequeño debería discutir un problema, sobre algún
evento actual o sobre un libro que hayan leído.
 El círculo exterior observa y anota cómo fue el debate.
¿Todos han dicho su opinión? ¿Estábamos en desacuerdo pero
mostramos respeto? ¿Dimos nuestra opinión y aportamos evidencias
para apoyarla? El modelado por parte del profesor puede ser muy útil,
especialmente porque en los medios de comunicación hay muchos ejemplos de
lo contrario.

5. Desarrollar vínculos sólidos.


¿Qué quieren los estudiantes? Por lo general, ser atendidos y sentirse
escuchados. Quieren sentirse aceptados y ser parte de algo. Usa las
primeras semanas de clase para tratar de conectarse con cada alumno.
Programa actividades que te permitan conocer personalmente a los alumnos,
como estos.
 Presta atención a lo que comparten los estudiantes y luego haga
preguntas de seguimiento.
 Escucha.
 Muestra entusiasmo al verlos.
Esta es la base para crear un sentimiento de comunidad en clase fuerte y
sólido.

6. Actividades que promuevan la


diversidad y los estilos de
aprendizaje.
Utilizar actividades que promuevan la diversidad y los diferentes estilos de
aprendizaje. Durante las primeras semanas de clase, hay una oportunidad
perfecta para aprender sobre los estilos de aprendizaje de los alumnos.
Programe varias maneras para descubrirlos. Aquí hay algunas ideas en
Pinterest. Aquí puede descargar un cuestionario sobre estilos de aprendizaje.

7. Mentalidad de cambio
Este aspecto es importante pero a menudo se ignora en nuestras aulas. Los
estudiantes deben saber que el aula y el centro educativo son un lugar
seguro para cometer errores. Deben saber que no se sentirán
avergonzados ni por los estudiantes ni por los profesores por esforzarse,
probar algo nuevo, o arriesgarse con su aprendizaje.
Dando un paso adelante, los estudiantes deben saber que los errores hacen
crecer sus cerebros, y que esto les ayuda en el proceso de aprendizaje. Haz
una tabla sobre la mentalidad de cambio y crecimiento.

8. Fomenta el protagonismo de
todos
Los estudiantes estarán más comprometidos y motivados si tienen roles en el
aula en los que son escuchados y atendidos por todas la clase. A continuación
se muestran algunas ideas sobre cómo fomentar esto y dar oportunidades a
todos:

 Dame 5: los estudiantes y los maestros pueden interrumpir la


clase en cualquier momento para decir algo, momentos eureka! o para
compartir recursos o ideas con otros. Todos los estudiantes tienen este
poder. Necesita ser enseñado y modelado. Consulta el siguiente
enlace para obtener más información sobre cómo utiliza Dame 5.
 Trabajos de estudiantes en el aula: los estudiantes son
responsables de tareas de responsabilidad (mantenimiento técnico,
escribir desde casa en el blog de la clase, revisión del día anterior,
ayudar al profesor distraído o ayudar a ponerse al día a los
estudiantes que no pudieron asistir a clase por ausencia).
 Compañeros responsables: para proyectos más grandes,
asigne un compañero de responsabilidad a cada estudiante. Este
alumno puede ayudar a tener una lluvia de ideas, se pueden apoyar
mutuamente en la tarea y resolver los problemas juntos.
 Reflexión sobre el aprendizaje. Cómo desarrollar una
responsabilidad compartida del aprendizaje. Pregúntales al final del
día: “¿Cómo lo puedo hacer mejor la próxima vez? ¿Cómo puedo
ayudar a mis compañeros a mejorar?”.

El comienzo del curso es un momento complejo tanto para profesores como


para estudiantes donde todavía hay mucho por hacer. Cuando se construye un
grupo de clase con un sentimiento de pertenencia sólido, los estudiantes
aprenden que son parte de una comunidad de aprendizaje inclusiva, receptiva
y respetuosa, y pueden proponerse desafíos como el aprendizaje basado en
proyectos de calidad, relevantes y emocionantes.

Este artículo ha sido elaborado por Katy Farber como colaboradora de la


web TIIE bajo el título Build a comunnity to support proyect-based
learning. Katy ha realizado una tesis doctoral en la Universidad de
Northeastern centrada en el aprendizaje de servicio en el nivel medio y se
llama The Doing Revolution: los primeros adolescentes, el servicio de
aprendizaje y crecimiento personal. Sus artículos de educación han sido
publicados en la Escuela de Pensamiento de CNN, Liderazgo Educativo,
Edutopia y la Sinapsis. Farber también ha enseñado a maestros interino y de
práctica en cursos de posgrado en Union Institute y LAPDA.

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 Cómo aplicar el aprendizaje basado en proyectos en diez pasos [Infografía]
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Cómo aplicar el aprendizaje basado en proyectos
en diez pasos [Infografía]

El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que permite a los


alumnos adquirir los conocimientos y competencias clave en el siglo XXI
mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de
la vida real. Los alumnos se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje
y desarrollan su autonomía y responsabilidad, ya que son ellos los encargados de
planificar, estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión
planteada. La labor del docente es guiarlos y apoyarlos a lo largo del proceso. Te
mostramos cómo aplicar en diez pasos el aprendizaje basado en proyectos
mediante un sencillo video tutorial.

APLICA EN DIEZ PASOS ESTA METODOLOGÍA


1. 1. Selección del tema y planteamiento de la pregunta guía. Elige un
tema ligado a la realidad de los alumnos que los motive a aprender y te permita
desarrollar los objetivos cognitivos y competenciales del curso que buscas trabajar.
Después, plantéales una pregunta guía abierta que te ayude a detectar sus
conocimientos previos sobre el tema y les invite a pensar qué deben investigar u
que estrategias deben poner en marcha para resolver la cuestión. Por ejemplo:
¿Cómo concienciarías a los habitantes de tu ciudad acerca de los hábitos
saludables? ¿Qué campaña realizarías para dar a conocer a los turistas la historia de
tu región? ¿Es posible la vida en Marte?
2. 2. Formación de los equipos. Organiza grupos de tres o cuatro alumnos,
para que haya diversidad de perfiles y cada uno desempeñe un rol.
3. 3. Definición del producto o reto final. Establece el producto que deben
desarrollar los alumnos en función de las competencias que quieras desarrollar.
Puede tener distintos formatos: un folleto, una campaña, una presentación, una
investigación científica, una maqueta… Te recomendamos que les proporciones una
rúbrica donde figuren los objetivos cognitivos y competenciales que deben alcanzar,
y los criterios para evaluarlos.
4. 4. Planificación. Pídeles que presenten un plan de trabajo donde
especifiquen las tareas previstas, los encargados de cada una y el calendario para
realizarlas.
5. 5. Investigación. Debes dar autonomía a tus alumnos para que busquen,
contrasten y analicen la información que necesitan para realizar el trabajo. Tú papel
es orientarles y actuar como guía.
6. 6. Análisis y la síntesis. Ha llegado el momento de que tus alumnos
pongan en común la información recopilada, compartan sus ideas, debatan,
elaboren hipótesis, estructuren la información y busquen entre todos la mejor
respuesta a la pregunta inicial.
7. 7. Elaboración del producto. En esta fase los estudiantes tendrán que
aplicar lo aprendido a la realización de un producto que de respuesta a la cuestión
planteada al principio. Anímales a dar rienda suelta a su creatividad.
8. 8. Presentación del producto. Los alumnos deben exponer a sus
compañeros lo que han aprendido y mostrar cómo han dado respuesta al problema
inicial. Es importante que cuenten con un guion estructurado de la presentación, se
expliquen de manera clara y apoyen la información con una gran variedad de
recursos.
9. 9. Respuesta colectiva a la pregunta inicial. Una vez concluidas las
presentaciones de todos los grupos, reflexiona con tus alumnos sobre la experiencia
e invítalos a buscar entre todos una respuesta colectiva a la pregunta inicial.
10. 10. Evaluación y autoevaluación. Por último, evalúa el trabajo de tus
alumnos mediante la rúbrica que les has proporcionado con anterioridad, y pídeles
que se autoevalúen. Les ayudará a desarrollar su espíritu de autocrítica y
reflexionar sobre sus fallos o errores

Pistas para formular


preguntas: literales,
inferenciales y críticas
AGOSTO 27, 2016

KAREM SCHMITZ

24 COMMENTS

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La lectura es el reto de retos para nosotros
los maestros y para nuestros chicos. Esta semana preparaba un material sobre
lectura y sus niveles de comprensión. Me pareció buena la idea de enseñar a mis
chicos a no solo responder preguntas, sino a también a poderlas formular. Hoy te
presento algunas pistas que, sin lugar a duda ayudarán en el proceso de
formulación de preguntas literales, inferenciales y críticas.

1. El nivel de comprensión literal.


Es una capacidad básica que se debe trabajar con los estudiantes, ya que esto
permitirá extrapolar sus aprendizajes a los niveles superiores, además sirve de base
para lograr una óptima comprensión. Es el reconocimiento de todo aquello que está
explícito en el texto.
Como maestros, si queremos trabajar comprensión lectora en el nivel literal,
debemos llevar a nuestros chicos a:
• Identificar detalles
• Precisar el espacio, tiempo, personajes.
• Secuenciar los sucesos y hechos.
• Captar el significado de palabras y oraciones.
• Recordar pasajes y detalles del texto.
• Encontrar el sentido a palabras de múltiple significado.
• Identificar sinónimos, antónimos y homófonos.
• Reconocer y dar significado a los prefijos y sufijos de uso habitual, etc.

Algunas preguntas que se pueden realizar son las siguientes:


2. El nivel de comprensión inferencial.
Es establecer relaciones entre partes del texto para inferir información, conclusión o
aspectos que no están escritos (Pinzas, 2007). Este nivel es de especial importancia,
pues quien lee va más allá del texto, el lector completa el texto con el ejercicio de su
pensamiento; por ello, tendremos que enseñar a los niños:
• A predecir resultados,
• Deducir enseñanzas y mensajes
• Proponer títulos para un texto
• Plantear ideas fuerza sobre el contenido
• Recomponer un texto variando hechos, lugares, etc
• Inferir el significado de palabras
• Deducir el tema de un texto
• Elaborar resúmenes
• Prever un final diferente
• Inferir secuencias lógicas
• Interpretar el lenguaje figurativo
• Elaborar organizadores gráficos, etc
Recuerda que una comprensión literal pobre llevará a una inferencia igualmente
pobre.
3. El nivel de comprensión crítica.
Implica un ejercicio de valoración y de formación de juicios propios del lector a partir
del texto y sus conocimientos previos, con respuestas subjetivas sobre personajes,
autor, contenido e imágenes literarias. Es la elaboración de argumentos para
sustentar opiniones, esto supone que los docentes promuevan un clima dialogante y
democrático en el aula (Consuelo, 2007).
Por consiguiente, hemos de enseñar a los estudiantes a:
• Juzgar el contenido de un texto
• Distinguir un hecho de una opinión
• Captar sentidos implícitos
• Juzgar la actuación de los personajes
• Analizar la intención del autor
• Emitir juicio frente a un comportamiento
• Juzgar la estructura de un texto, etc.
Pistas para formular preguntas criteriales.
En resumen, hemos descrito los tres niveles de la comprensión lectora que el
ministerio de educación considera y que todo maestro debe desarrollar y todo
alumno debe lograr. La comprensión literal consiste a entender lo que el texto dice
de manera explícita. La comprensión inferencial se refiere a comprender a partir de
indicios que proporciona el texto. La comprensión criterial se refiere a evaluar el
texto ya sea su tema, personaje, mensaje, etc. Queridos maestros, es indispensable
desarrollar y fortalecer los tres niveles de comprensión en los alumnos, hoy más que
nunca, ya que estamos ante los ojos del continente como uno de los países más
bajos en comprensión lectora y razonamiento matemático de sus estudiantes.
El material base de este post se basa en el post publicado por PABLO ATOC CALVA
titulado LOS NIVELES DE COMPRENSION LECTORA
en : http://molayay.blogspot.com.co/
Con estas recomendaciones, seguramente, la planeación de tus clases de lectura
será más sencilla
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