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Profesora:
Elizabeth Fernández
Estudiantes:
Kattia Aguilar Soto
15-10-2019
Desarrollo de la Investigación
En el comienzo de la crisis subprime (crédito hipotecarios) del 2006, esta crisis que
entonces explotaba en toda su crudeza, había comenzado un año antes en Estados Unidos,
cuando se detectó que el sistema financiero había gestado una enorme burbuja en torno a
las hipotecas subprime, concedidas a personas sin suficiente solvencia, en un ambiente
eufórico de subida continuada de los precios de las casas.
Los bancos americanos habían vendido las llamadas “hipotecas basura” a través de una
maraña de títulos que enmascaraba un grave peligro, las sacaba del balance (pasando el
problema a otros y consiguiendo nuevos fondos) y las esparcía por todo el mundo. Seguido
a esto la bajada de los precios en el mercado inmobiliario de dicho país desencadenó una
grave crisis de desconfianza que se extendió por el sistema bancario mundial, en la que
nadie prestaba su dinero, y que provocó cerrar el grifo del crédito a los empresarios y
consumidores, con gravísimas consecuencias que ser este imprescindible para que las
economías no se colapsen. Este desastre se alimentó con las altas calificaciones que las
agencias de calificación otorgaban a estos activos, que no supieron o no quisieron ver su
peligro.
Pocos pensaban que esta tendría potencial para arrastrar la economía a su peor recesión
desde la posguerra, pero la situación cambio con la caída de Lehman Brothers que se
declaró en quiebra en septiembre del 2008, el cuarto banco de inversión del mundo, con un
pasivo de 613.000 millones de dólares. Fue la mayor quiebra de la historia y el origen del
tsunami gigantesco que se extendió por todo el globo.
Los Estados Unidos, Europa y otras regiones sufrieron un duro revés ya que muchos
bancos habían invertido en valores respaldados por activos. La crisis económica
estadounidense se extendió hacia Europa, lo que causó la recesión de la Eurozona en 2009.
Sin embargo nadie pensó que la crisis subprime resultaría en la crisis más severa de la
Europa posguerra. En 2009, la crisis económica en Europa se transformó en una crisis en
si misma llamada Euro crisis, la Euro crisis es principalmente económica y política sin
embargo, no es una crisis de la moneda en sí.
La crisis de la deuda Euro consiste en una crisis de crecimiento del PIB, una crisis del
desempleo, una crisis de deuda pública y una crisis de balanza de pagos.
A comienzos de 2008 España, cuyo PIB había crecido a un ritmo del 3,6% el año anterior,
recibió la primera ola de esta crisis mundial (a partir de ahora la CRISIS), lo que provocó un
brusco frenazo del crecimiento en el primer trimestre. En el segundo, el crecimiento fue nulo
y en el tercero toda Europa entró en una profunda recesión. En España el PIB disminuyó
un 3% entre julio y septiembre; luego siguió bajando hasta alcanzar un ritmo máximo de
caída del 6,3% en el primer trimestre de 2009. Ese año, tras tocar fondo, se inició una lenta
mejoría relativa y en el primer trimestre de 2010 se consiguió volver a crecer, aunque con
una tasa muy modesta, incapaz de generar empleo. Habían transcurrido dieciocho meses
de recesión y por fin parecía que se iba a iniciar una lenta recuperación. Sin embargo, tras
unos pocos meses optimistas, en abril se desata la crisis de la deuda y vuelve a extenderse
el pesimismo. La CRISIS, después de provocar más de dos millones de despidos en
España, aún seguía presente y, aunque había nacido en EE.UU., había afectado de lleno
a Europa, que a partir de ahora se iba a mostrar cada vez más vulnerable.
La crisis económica provocó recesión en toda la Eurozona en 2009 y todos los estados
miembros se vieron afectados por esta crisis. En la figura detallada muestra las tasas de
crecimiento del PIB real de algunos países al igual que el promedio de todos los países de
la Eurozona, lo que demuestra que la Eurozona se vio afectada por una doble recesión,
una característica típica de muchas crisis bancarias.
Antes que comenzara la crisis financiera, Alemania era "el enfermo de Europa", ya que las
tasas de crecimiento estaban en su mayoría muy por debajo de la media de la Eurozona.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente y actualmente, Alemania es el pilar de la
estabilización de la economía de la Eurozona. Sin Alemania la Eurozona probablemente
también habría continuado su recesión en 2010 y 2011. Mientras que Alemania se recuperó
de la crisis financiera, otros países están todavía atrapados en una recesión. Pero, ¿por
qué está Europa tan dividida? Existen varias causas. La primera proviene de la teoría
keynesiana. Los países con problemas de deuda pública optaron por o se vieron obligados
a adoptar medidas de austeridad. Como consecuencia, el gasto público disminuyó y
aumentaron los impuestos. En contradicción con el teorema de la equivalencia ricardiana,
los recortes de gastos del gobierno se multiplicaron, ampliando y profundizando la recesión.
La recesión obligó a los gobiernos a adoptar nuevas medidas de austeridad, lo que sólo
empeoró la situación. Al mismo tiempo, la política monetaria no fue efectiva, ya que los
bancos no estaban dispuestos a extender el crédito a las empresas y a los inversores, que
todavía se tambaleaban. En segundo lugar, la inflación y los aumentos salariales
diferenciales ocasionaron diferentes avances en competitividad. Los países del sur con
mayores tasas de inflación perdieron competitividad en los precios en comparación con los
países del norte como Alemania, lo que causó desequilibrios en cuenta corriente. En tercer
lugar, las economías de algunos países se enfrentan a problemas estructurales. Por
ejemplo, Portugal fue una vez un país productor de textiles, pero hoy en día la ropa barata
se produce en Asia y la de alta calidad en países como Italia. Por lo tanto, algunas
economías europeas carecen de un modelo comercial viable, lo cual acarrea mayores
problemas.
Crisis de desempleo
La profunda recesión en Europa también tuvo un severo impacto en los mercados laborales.
El aumento del desempleo es una característica típica de las crisis bancarias y fue lo que
se dio en Europa.
La imagen 2 muestra los costes laborales unitarios basándose en un índice. Los costes
laborales unitarios de España y Portugal se incrementaron durante todo el período mientras
que en Italia, estos costes subieron hasta el año 2009. Por otro lado, en Alemania, los
costes laborales unitarios aumentaron hasta 1996 y luego disminuyeron ligeramente. El
caso de Irlanda es el más impresionante, ya que sus costes laborales unitarios bajaron
constantemente. Pero, ¿cómo se puede explicar el aumento de los costes laborales en
España y Portugal? Los costes laborales unitarios se mantienen constantes si los salarios
nominales aumentan sólo en la suma de la inflación y de las ganancias de la productividad.
Entonces, ¿por qué estos países no lograron ganancias de la productividad? Los salarios
nominales aumentaron mucho más, elevando los costes laborales unitarios. Además, la
demanda laboral se incrementó como resultado del aumento de la demanda agregada. Sin
embargo, dado que las importaciones de capital se utilizan principalmente para el consumo,
no para la inversión, la productividad sólo aumentó modestamente. En consecuencia, estos
países perdieron competitividad. Cabe destacar que la cifra no dice nada acerca de las
diferencias absolutas de los costes laborales unitarios entre los países. Los costes laborales
unitarios en Alemania están muy por encima de los de países como Grecia. Sin embargo,
no sólo importan los costos. Una de las ventajas competitivas de Alemania es que produce
productos de gran calidad (como sus productos de ingeniería). En estos sectores, los
precios no representan un factor decisivo, la calidad del producto y la atención al cliente
son más importantes. Esto explica por qué Alemania tiene un buen desempeño a pesar de
que los salarios reales son relativamente altos. La negociación salarial podría dar una
explicación de las diferentes tendencias salariales. Los salarios reales y el desempleo son
bajos si la negociación salarial ocurre de manera descentralizada o centralizada. Aquellos
países en donde los salarios se negocian por sectores, suelen tener en promedio, índices
mayores de desempleo debido a salarios reales más altos. La densidad sindical, que podría
ser utilizada como un sustituto de la centralización de la negociación salarial, es alta en
Finlandia, mientras que se encuentra ligeramente por encima de la media de la OCDE en
Alemania, Portugal y los Países Bajos y es superior a la media en España. Grecia, Italia e
Irlanda son países con densidad sindical intermedia. Sin embargo, el rigor de la protección
del empleo podría ser otro factor. De acuerdo con datos de la OCDE, este es uno de los
factores más altos en Portugal y en Alemania también es bastante alto. Lo que demuestra
que estos datos por sí solos no pueden explicar los diferentes desarrollos del mercado
laboral. Sin embargo, la protección del despido junto con los salarios mínimos son dos
factores principales para las tasas de desempleo juvenil en países como España. Por
último, las instituciones del mercado laboral desempeñan un papel importante en la
explicación de las diferencias de desempleo.
Nótese que los rendimientos de los bonos del gobierno eran diferentes antes de que se
introdujera el euro. Cuanto más se acercaba el euro, menores eran los diferenciales entre
los bonos alemanes y franceses, al igual que los bonos de los gobiernos italianos, español,
portugués y griego. A partir de 1999 o 2001, las diferencias eran mínimas. Esto significa
que los inversores confiaban tanto en Grecia como Alemania o Francia. El punto de inflexión
se produjo en la segunda mitad de 2008. A partir de entonces, los rendimientos de la deuda
pública de Alemania y Francia cayeron mientras que los bonos griegos, italianos, españoles
y portugueses aumentaban. Portugal y Grecia parecen ser los ejemplos más drásticos. Los
diferenciales entre los rendimientos de los bonos de estos países y los de Alemania pasaron
de 0,13% (Grecia) y 0,00% (Portugal) en enero de 2005 a los valores por encima de 25% y
10% en tan sólo un par de años. Esto no quiere decir que los inversionistas fueran
completamente racionales y consideraran toda la información pertinente. Las mismas dudas
surgen si echamos un vistazo a las puntuaciones. Desde octubre de 2003 hasta septiembre
de 2004, los bonos del gobierno griego tuvieron una calificación de A + (Fitch), la quinta
calificación más alta que un activo puede lograr. Irlanda tenía una calificación de AAA hasta
2009, Portugal AA hasta septiembre de 2009 y España de AA + hasta marzo de 2011. La
calificación de Grecia empeoró desde la A a la RD (default parcial) en sólo 2,5 años. Esto
nos obliga a cuestionarnos acerca de la pertinencia de la calificación A. Esto no implica que
se culpe a las agencias de calificación; es más bien para demostrar que la mayoría de la
gente creía que ninguno de los países del euro podría meterse en tantos problemas o que
serían rescatados si lo hicieran.
Los países de la Eurozona comercian entre sí, dando lugar a dependencias mutuas. Esto
refiere al problema del aumento de los desequilibrios en cuenta corriente de los países de
la Eurozona.
Resulta ilustrativo examinar el desarrollo de la balanza por cuenta corriente de los países
de la Eurozona seleccionados en la imagen 4.
En la imagen 5 muestra las cuentas financieras de los países seleccionados. Estos son la
contrapartida de los saldos en cuenta corriente. Alemania y los Países Bajos, que tienen
superávit por cuenta corriente, tienen déficit en sus cuentas financieras. Así, el dinero se
transfiere de Alemania y los Países Bajos a otros países (principalmente a través de
créditos, inversiones de cartera, e inversión directa). Para ponerlo en términos simples: los
ahorros alemanes y holandeses se utilizan en parte para financiar el consumo y las
inversiones de otros países. El espejo de los déficits de las cuentas financieras de Alemania
y los Países Bajos son los superávit de las cuentas financieras de los países en que se
desarrolló el déficit en cuenta corriente. Así, el dinero fluía de los países con superávit a los
países con déficit como Grecia y Portugal. También se podría decir que estos superávits de
cuenta financiera eran necesarios para financiar el déficit en cuenta corriente de esos
países. Se debe destacar que un déficit en la cuenta de capital es sinónimo de un aumento
de la deuda externa si se equilibra la balanza cambiaria.
Deuda
Una de las principales causas de la crisis monetaria en la zona del euro es que
prácticamente todos los países involucrados han violado sus propias normas
autoimpuestas.
En la eurozona, el déficit público anual no debe superar el 3% del PIB. Sin embargo, como
muestran los mapas, sólo dos de los 16 países que la zona del euro - Luxemburgo y
Finlandia - han logrado adherirse a las reglas.
En general, Grecia es el país que más ha fallado, con la deuda en 115,1% del PIB y un
déficit de 13,6% del PIB. Pero entre las economías más grandes, la deuda de Italia es aún
más alta que Grecia, como porcentaje del PIB, mientras que el déficit de España es del
11,2% del PIB. Si el Reino Unido se encontraba en la zona del euro, también estaría en
contra de los criterios, con una deuda actualmente en el 68,1% del PIB y su déficit en un
11,5% del PIB.
Economía
Imagen 8 Economía
El Reino Unido se muestra en gris en el mapa porque no pertenece a la zona del euro, pero
es fácilmente la mayor economía de la UE que no han adoptado el euro.
Si nos fijamos en los miembros de la eurozona en términos de PIB per cápita, la situación
es distinta. Luxemburgo es de lejos el líder de la liga en este ranking. De hecho, es el país
más rico del mundo según esta medida, con las Bermudas y Noruega en segundo y tercer
lugar.
La economía de la eurozona representa más del 75% del PIB global de la UE. La UE en su
conjunto compite con Estados Unidos por el título de la mayor economía del mundo: cada
uno que representa alrededor del 20% del PIB mundial.
Crecimiento
En las 16 naciones que han adoptado el euro, el crecimiento global para los tres primeros
meses de 2010 fue de 0,2% con respecto al último trimestre de 2009, según la Agencia de
estadísticas Eurostat.
Esa fue una buena noticia después de las contracciones agudas que sufren todos los países
del área de la moneda durante el 2009. El Reino Unido, que no está en la zona del euro, se
muestra en gris en el gráfico para fines de comparación.
Sin embargo, el panorama sigue siendo sombrío en la República de Irlanda, Grecia, Chipre
y Luxemburgo, mientras que los temores de una "doble porción" de la recesión no se
pueden descartar.
Desempleo
La recesión mundial ha cobrado empleos en la zona del euro. En marzo de 2010, la tasa
de desempleo de la zona fue del 10%.
Pero aquí también hay evidencia de lo lejos que el club de divisas está de una convergencia
económica real, con marcadas variaciones en los niveles de desempleo entre los 16 países
miembros.
España está en la peor situación, con una tasa de desempleo que se ha duplicado desde
2008 un hecho dramático tratándose de un país que fue uno de los mayores creadores de
empleo de la UE. Y el panorama es aún peor para los jóvenes trabajadores en España,
para quienes el nivel de desempleo es superior al 40%.
Por otra parte, Eslovaquia, la República de Irlanda, Portugal, Grecia y Francia tienen tasas
de desempleo de dos dígitos que están por encima de la media de la zona del euro, mientras
que Holanda es el menos afectado, con un desempleo de apenas 4,1%
Grecia
Con Grecia se ha perdido la inocencia. Se ha tratado a los griegos sin respeto democrático
alguno, convirtiendo al país en una suerte de protectorado de la troika y el Eurogrupo.
Ninguna de las movilizaciones logró la masividad que tuvieron las manifestaciones que se
registraron en 2010, 2011 y 2012, los años más álgidos de la crisis que desde hace casi
una década vive Grecia, uno de los países con peores indicadores económicos de la Unión
Europea (UE).
Las medidas, acordadas por el gobierno y sus acreedores, afectan a buena parte de la
población e implicaron una gran retracción de la economía y un enorme recorte en el gasto
público, incluyendo numerosos despidos.
La UE activó por primera vez con Grecia un mecanismo de vigilancia reforzada, que
asegurará a los acreedores del Estado griego que se apliquen las reformas aprobadas y se
cumplan las metas fiscales hasta que el país haya devuelto al menos 70% del dinero que
se le prestó.
Las políticas impuestas por la troika, Grecia debe conseguir un superávit primario de 3,5%
de su Producto Interno Bruto (PIB) hasta 2022, y de 2,2% hasta 2060. También deberá
implantar un sistema de privatizaciones para vender una veintena de puertos, aeropuertos
y participaciones nacionales de otros bienes.
Grecia, que con una tasa de 26%, es el país que lidera el desempleo dentro de la UE,
además de tener la mayor deuda pública de todo el bloque.
Italia
El rendimiento de los bonos a corto plazo subió 100 puntos básicos a su nivel más alto
desde septiembre de 2013, mientras que los bonos a 10 años alcanzaron el nivel más alto
en casi cuatro años.
El aumento del déficit público italiano está destinado exclusivamente a impulsar la demanda
interna, pero no puede hacer nada para superar los graves problemas estructurales y de
oferta que arrastra la economía italiana desde hace dos décadas.
La economía italiana vive momentos muy delicados, con una deuda pública del 130% del
PIB y unas tasas de interés de su deuda pública a 10 años que se sitúan en torno al 3% y
han experimentado nuevas alzas y mayor variabilidad desde la presentación del borrador
de presupuestos, acercándose al umbral del 4% que se considera crítico para asegurar su
solvencia presupuestaria.
Una de las consecuencias de la crisis ha sido el debilitamiento del estado del bienestar con
recortes en servicios fundamentales como la educación pública o la sanidad. La crisis
también ha fomentado la precariedad laboral y la desigualdad.
Las raíces del malestar económico de Italia son la baja productividad, la demografía
desfavorable y la mala gobernanza en muchas partes del país, factores todos ellos
anteriores a la introducción del euro en 1999.
Italia no tiene margen fiscal para abordar el incremento del gasto público, sino que tampoco
tiene margen financiero. Los mercados han empezado a alertar a Italia con una fuerte
subida de su prima de riesgo, que supera los 155 puntos básicos.
El escenario no mejora para los próximos años, ya que hasta 2022 tendrá que captar casi
1,2 billones de euros en los mercados (emisiones netas, sin contar la renovación de las
letras). Tendrá que captar en el mercado el equivalente al 67% de todo su PIB. Una cuantía
que obliga a Italia a llevarse bien con los inversores, de lo contrario, los problemas
financieros podrían afectar gravemente al país.
Irlanda
El gasto total presupuestario ha sido 250 millones de euros menos de lo previsto, debido al
menor gasto en pago de intereses de la deuda soberana.
Irlanda logró en 2018 su primer superávit presupuestario en la última década. Las arcas
públicas del país europeo alcanzaron un superávit de 106 millones de euros en 2018. El
Gobierno espera que en 2019 las cuentas se mantengan en el terreno de los 'números
negros'.
La Oficina Central de Estadísticas estimó que 34,500 personas dejaron el país a partir de
abril de 2009-2010, la mayor emigración neta desde 1989. Sin embargo, solo 27,700 de
estos son ciudadanos irlandeses.
El sector de los servicios representa 60,7% del PIB y emplea a tres cuartos de la población
activa. La banca y el sector financiero han experimentado un crecimiento tal que Dublín
cuenta ahora con un centro financiero internacional considerable, mientras que el turismo
se ha convertido en una importante fuente de ingresos en divisas.
De qué forma esto pudo haber cambiado los mercados financieros internacionales?
La crisis de la Deuda en Europa es una manifestación más de la crisis mundial que se inició
en E.E.U.U. en el año 2007.
Los países afectados por elevadas primas de riesgo deben disminuir sus déficits públicos y
al mismo tiempo adoptar políticas estructurales diversas que favorezcan el crecimiento
(financiera, laboral, energética, etc.) y de esta forma generar confianza entre los inversores.
Pero, al mismo tiempo, es imprescindible una ayuda decidida del BCE (Banco Central
Europeo). La combinación de estas tres medidas es la única forma de salir de la peligrosa
dinámica en la que estamos instalados.
Los planes de ajuste contraen la economía y tienen el peligro de llevarnos a una nueva
recesión, o de agravar la que ya ha comenzado. Para contrarrestar este efecto es más
importante todavía contar con el apoyo decidido del BCE.
Los planes de ajuste no deben programarse para conseguir una minoración brutal del
déficit. Estos planes deben parecerse a una carrera de fondo y no a un sprint, tal y como
ha señalado el FMI (Fondo Monetario Internacional). Esta adaptación debe hacerse con el
consenso de las autoridades europeas.
Hay dificultades para consolidar una gobernanza mundial capaz de imponer cuanto antes
una mayor regulación a los mercados financieros y modificar el concepto de “laissez faire”,
anteriormente aceptado, origen de la actual situación.
De este mismo modo es imprescindible un fuerte liderazgo europeo y ser más ágiles en la
toma de decisiones, para salir con éxito de la situación de emergencia en la que Europa se
encuentra.
Bibliografía