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Las Nulidades y su Incidencia en la Victima

Las nulidades procesales vienen desde la apoca Romana, a través de la


restitutio in integrum, que significa la necesidad de dejar sin efecto alguna
actuación procesal. Borrego (1999; p. 21) menciona: “la nulidad configura la
invalidez que gira en torno a todas las características de los actos, descansando
sobre el llamado principio de taxatividad perfilándose las causas que produzcan
los vicios de los actos”. Es decir, se da por la rigidez con que se aplican las
normas legales, por cuanto está involucrado el debido proceso con rango
constitucional, siendo las leyes las que establecen los presupuestos procesales
que no pueden ser transgredidos o penas de nulidad.

En Venezuela se busca cumplir con la reparación del daño, la cual es una


obligación exclusiva de la o el imputado o sentenciado y no también un
compromiso del Estado. Flores (2010; p. 50) comenta: “es anulable un acto que no
cumpla reglas del debido proceso, ese mismo acto es saneable en procura del fin
del mismo y la propia certeza en torno a la justicia, es el dilema de la saneabilidad
del acto”. Por lo tanto, se requiere una distinción entre la teoría de los derechos de
las víctimas y mecanismos concretos que los ponen en marcha.

Frente a esta diferencia que tienen las víctimas del delito entre las prácticas
cotidianas en las expectativas de la justicia, es necesario que en el proceso deba
existir mecanismos de depuración seguido de un saneamiento que garantice el
debido proceso de las víctimas, cuyos resultados, por legítimos y confiables,
cumplan el fin el cual fue concebido; ya que siempre están en juego al hablar de
nulidades los valores de la justicia con la seguridad, valores privilegiados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), evidenciado en los
artículos 26 y 257.

Es conveniente citar a Borjas (1979; p. 180), el cual indica que: “la nulidad es
un medio para subsanar los defectos presentados en la relación procesal y que no
pudiera subsanarse de otro modo, que estén en juego la finalidad de la justicia y
los derechos de las partes”. Es por ello, que el proceso es el instrumento
fundamental para una correcta aplicación de la justicia, ya que su propósito es
conseguir la verdad de los hechos, salvaguardando todos los derechos y garantías
del debido proceso.

Mecanismos de Protección

Los mecanismos de protección dependiendo de su función, ya sea protección de


archivos de informática, protección social, protección de la víctima, entre otros.
Mientras otros elementos de protección están involucrados en el proceso global,
estos mecanismos están en el extremo de la seguridad técnica.

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