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El Clown Hospitalario es una herramienta que se debe tener en cuenta en el

momento de sanar. Reírnos genera un bienestar físico y emocional, potencia la


motivación y las ganas de ponernos en el lugar del otro. Los efectos de la risa en
los hospitales ayudan a mejorar la salud de los pacientes. No es cuestión de caer
en la carcajada sin más, sino en el refuerzo positivo para los pacientes para crear
en ellos unos hábitos saludables que se prolonguen en el hospital por medio de un
simple abrazo.
La risa potencia las actitudes positivas. Cuando reímos se liberan endorfinas que
proporcionan una sensación de bienestar. Pero el simple hecho de sonreír ayuda a
esa mejoría. De ahí que la risa se emplee para eliminar tensiones e, incluso, para
aliviar el dolor. En los hospitales, es un instrumento para mejorar la salud de los
pacientes.
Al reírse, los pacientes se sienten motivados, con ganas de vivir, de mejorar su
estado clínico, estimulados por el entretenimiento lúdico. Están receptivos y se
favorece la salud en los pacientes. A su vez, la alegría que se crea en el centro
médico Imbanaco fortifica las relaciones entre el paciente y el médico y la relación
con los acompañantes. Reír juntos acopla y acrecienta la amistad entre quienes
intervienen ese instante. “Sigmund Freud fue uno de los primeros científicos en estudiar
los efectos de la risa. Para él, esta acción y el llanto eran una especie de ‘vómito mental’.
Cuando una persona siente la sensación de malestar y vomita, inmediatamente pasa de
un estado doloroso a uno de bienestar, sintiendo mayor tranquilidad.” la risa vigoriza
las destrezas sociales y beneficia la salud, las emociones que está pasando en ese
momento la persona. Estar relajados y positivos ayuda a relacionarnos de forma
segura y crea que la felicidad sea una mejoría. aún hay obstinaciones a meter el
humor por el miedo a los payasos, a no tener gracia suficiente, impartir contenidos
serios que no se prestan al humor o la preocupación por ofender a alguien, como a
los pacientes, ya que se interrumpe en su dolor que están pasando en el momento.

El Clown hospitalario es el sentido del humor, nos retorna más compasivos,


logramos con más facilidad ´ponernos en el lugar de los demás, no miramos ni raza,
ni edad, ni religión ni género, nos torna más perspicaces, pretendiendo decir con
ello que ensancha nuestra destreza para instaurar relaciones entre las personas y
nos habilita más para afrontar a nuestros fracasos, ya que todos hemos pasado por
los fracasos en la vida, es algo natural, lo importante es aprender de los errores
para mejorar. Al vislumbrar, sonreímos; como también lo hacemos cuando nos
encontramos con los pacientes, concibiendo el dolor del otro, para así entender y
evitar la depresión, como si la sonrisa fuera un indicio de que se ha producido un
reconocimiento, un encuentro con algo que se estaba buscando.

si queremos ayudar con la risa a los pacientes solo podemos hacerlo simpatizando
con él y practicándolo; es decir, reconociendo y aprovechando los escenarios que
dan pie a que se maneje y evadiendo o derribando otras en las que se confunde
con el miedo que la mayoría le tienen a los payasos. Con la risa es viable solucionar
circunstancias, derribar condiciones y llegar a intelectos que serían
embarazosamente adaptables o conseguibles de otro modo. Aunque no me
gustaban los payasos, me daba pena vestirme de payaso, cuando lo hice, pude
vislumbrar en contemplar mis sueños internos de otras maneras, ayudando a las
personas desde una sonrisa, eso genera en mi mucha satisfacción y felicidad.

Desde la parte humana la risa y el juego puede apartar tendencias tristes y


depresivos. Cuando el individuo está enfermo se concentra mucho en su dificultad,
y el distraerlos por medio de una sonrisa les refuerza. Vigorizan estas destrezas
motrices, a través del juego, que el paciente se de ese espacio para la risa y la
diversión por medio del juego. El Clown indaga que por medio de actividades
animadas los pacientes se sientan bien anímicamente y asimilen mejor sus
procedimientos médicos. Probado: la risa mejora la salud. Aquí reside la importancia
de los juegos, cuentos, chistes, actitudes graciosas y juguetes para aliviar la tensión
y olvidar cualquier convicto, así como la de habilitar a los profesionales de la salud
para que comuniquen una modo alegre y más relajada a sus pacientes. La risa
constituye el mejor medicamento del espíritu, y es gratis. Para un niño hospitalizado
sumergido en sus propios problemas, distraerlo y hacerlo reír reduce su ansiedad
en el padecimiento y crea posibilidades de mejora.

En contexto, son diversos los favores de la risa y el juego, es poder manifestar al


paciente que un Clown hace muchísimo en el hospital, no es un lujo sino toda una
necesidad. Hemos ayudado a humanizar la asistencia, dado que hemos conseguido
que miles y miles de niños sonrían, a pesar de su ambiente de salud. Partir un área
de alegría y juego, una zona mágica entre la enfermedad, la inyección y el dolor,
efectivamente es un instante que a los pacientes y a sus familias les queda inscrito
en el corazón.

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