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Daniel Magin Sambony.

Motivaciones a la vida religiosa


1). Después de lo compartido y debatido en clase, que podrías decir hoy de la
vocación humana?
Partiendo de la definición de vocación es un “llamado” u “opción de vida” todo ser humano
está llamado a vivir, la vocación relacionada con los anhelos y con aquello que resulta
inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los
intereses y las aptitudes de la persona.
La vocación también es considerada como un proceso que se desarrolla durante toda la
vida, ya que se construye de forma permanente. Implica descubrir quién soy, cómo soy y
hacia dónde quiero ir. Las respuestas a esos interrogantes marcarán la vocación y el camino
a seguir por el individuo.
Al finalizar la escuela secundaria, cada ser humano comienza actuar en consecuencia con
su vocación. La elección de una carrera profesional o de un trabajo, por ejemplo, suele
responder a la vocación; lo importante es que cada individuo pueda en el transcurso del
tiempo descubrir lo que le nace en el corazón hacer y del cual dependerá su vida y futuro y
que en realidad será feliz con lo que desea. Es uno de los más grandes interrogantes de la
juventud. ¿Qué voy hacer? ¿Qué me gustaría hacer? Es lo que más preocupa en este
momento que todos tenemos un llamado hacer algo y alguien en la vida; de ahí de pende
nuestro interés personal y social, muchas veces nos limitamos a cumplir los sueños de
nuestros progenitores o amigos y no hacemos realidad nuestros propios sueños. La
vocación humana tiene un espacio demasiado amplio en los ámbitos sociales y culturales
de los cuales cada ser humano está llamado hacer realidad su profesión siempre y cuando
tenga en cuenta que lo que hace y realiza lo llena lo hace sentir feliz y comprometido cada
vez más con su realización personal. Pero si lo tomo por obtener más recursos económicos;
esta persona estaría realizando su trabajo o profesión de una manera poco social o
irracional; porque era lo que en realidad no le nace hacer.
Sin embargo, el proceso de descubrimiento de la propia vocación es muy complejo y no es
igual para todas las personas. Hay quienes creen haber sabido desde siempre que sienten
un fuerte lazo con una determinada disciplina, y éstos contrastan con las personas que
llegan a la mitad de sus vidas y se preguntan qué han hecho y por qué. La orientación
vocacional suele fallar más veces de las que acierta, ya que se basa en una receta cerrada,
que ignora los aspectos fundamentales de cada persona, y que pretende dar con una
respuesta en el menor tiempo posible. De igual manera el ser humano está en esa
constante búsqueda todos los días de poder encontrar su verdadera profesión por la cual
él ha optado y siempre va estar interrogándose si en verdad eso era lo que estaba
buscando.
Muchas veces nos equivocamos y pensamos que todo está ya acabado, es decir nos
sentimos agobiados y fracasados y entramos en dudas, que no nos permiten realizar
nuestros sueños y que darnos estancados en un solo lugar y no buscamos salir adelante
en esa búsqueda de realizar lo que en verdad nos puede llenar de alegría y de mucha paz
interior consigo mismo.
Cuando nos dejamos llevar por los demás, siempre estaremos sometidos hacer lo que el
otro quiere que haga y me olvido de mi propio hacer; porque no debe ser lo que por fuera
quiero ser, sino lo que por dentro quiero ser, es salir de sí mismo y de los demás, es llegar
a la interioridad de mí, ¿qué es lo que quiero? Y adonde quiero llegar? Esta debe ser
nuestra meta o mejor nuestro proyecto de vida el que intentemos hacerlo cada vez realidad
y escuchándome a mí mismo, al otro y mis sueños y el que Dios quiere para mí: por estos
los sueños comienzan cuando uno cree que son posibles y se logran cuando gracias al
esfuerzo tenas que se requiere para que se hagan realidad.
La vocación humana debe llevarnos a un encuentro personal. Al servicio de los demás, no
importa en la labor en la que nos encontremos, para ser un buen un hombre de servicio
basta con encontrarme con mis sueños y estar alcanzando siempre la meta hasta llegar al
éxito; siempre tratando de descubrir o redescubrir el soplo original de Dios en mí. Siempre
y cuando teniendo en cuenta que la vocación no es soló, ser religioso o sacerdote, es lo
que Dios inspira en cada ser humano y pone en su corazón.
2). Que te dice lo anterior a ti acerca de tu vocación, de tu para que en la vida?
Que Dios siempre ha estado llamando, y tocando a la puerta, y es uno de los motivos por
los cuales como ser humano he estado en esa búsqueda constante de mi vocación, puede
que tal vez esté equivocado, pero lo que se puede sentir es algo que no sabría explicar. La
vida siempre te estará mostrando los diferentes puntos de partida, cada quien es autónomo
de sus propias decisiones y de su propia felicidad.
Y cada ser humano tiene una misión en esta vida ser feliz y hacer feliz a los demás, desde
allí encuentro toda esta realidad de la vocación humana es poder encontrar su propia
felicidad y si eres feliz y alegre eso puedes transmitir, nadie da de lo que no tiene. Y en este
llamado personal que Dios hace a cada uno de pende de nuestra respuesta a la cual he
sido enviado o llamado a cumplir en esta corta y hermosa vida.
En conclusión, cada ser humano es responsable de su propia felicidad y de escuchar el
llamado que Dios hace en su interior y que es personal, no es compartido, es por el cual
deberíamos luchar y encontrar todos los días, siempre estar dispuestos a la búsqueda
permanente del sueño que deseamos para ser felices.
3). Epitafio.
Nunca estudie para ser mejor que los demás, estudie para ser menos ignorante.

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