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Campeche: Historia breve
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Campeche: Historia breve

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Mosaico que abarca las distintas épocas y poblaciones de Campeche. La obra incorpora los episodios y sucesos fundamentales del acontecer campechano y conjuga niveles históricos que se superponen, por lo que se concentra en la historia campechana entendiéndola como parte de un proceso más amplio. Se reúne también la revisión de temas clásicos de la historia campechana con la incorporación de otros que pocas veces aparecen en una historia general o de divulgación; así, se integran los sucesos y procesos políticos y económicos, considerando también la vida silvestre, natural y cotidiana del estado, con especial atención en la perspectiva sociocultural.
LanguageEspañol
Release dateAug 1, 2012
ISBN9786071640673
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    Campeche - Fausta Gantús Inurreta

    VILLANUEVA

    I. LA GEOGRAFÍA CAMPECHANA

    EL TERRITORIO

    EL ESTADO DE CAMPECHE SE LOCALIZA en el oeste de la península de Yucatán y al sureste de la República Mexicana, entre los paralelos 17°49’ y 20°51’ de latitud norte y los meridianos 89°05’ y 92°28’ de longitud oeste. Tiene una superficie de 50 812 km². Limita al noreste con el estado de Yucatán, al oriente con Quintana Roo, al sureste con Belice, al poniente con el Golfo de México y al sur con el estado de Tabasco y la República de Guatemala. Además de integrar la península de Yucatán, también forma parte de las tierras bajas del sureste mexicano. Es una porción intermedia entre el macizo continental de la República y la plataforma peninsular. Al igual que el del resto de la península, su suelo es mayormente plano y cuenta con un clima cálido subhúmedo. La temperatura promedio anual es de 26.3°C y en verano, de junio a octubre, se presentan las lluvias. En esta misma época, las tormentas tropicales que llegan a la península pueden alcanzar la costa de Campeche.

    La mayor parte del territorio campechano se caracteriza por la uniformidad del suelo, de constantes formaciones cársicas o calizas, lo cual ha favorecido la generación de corrientes subterráneas como resultado de la acción de las aguas pluviales que lo erosionaron. Los cenotes, depósitos profundos cubiertos generalmente por una bóveda pétrea que, al ser derribada, deja al descubierto las grandes reservas del líquido, también conocidos como pozos, son la fuente de abastecimiento natural de agua en la región. En cuanto a las elevaciones, cerca de Champotón alcanzan sólo unos 100 metros sobre el nivel del mar (msnm); en los límites con Yucatán las hay de 200 msnm y en la frontera con Quintana Roo se encuentran las mayores, de cerca de 350 msnm. Pero en general el territorio del estado es prácticamente una gran planicie ligeramente ondulada, con una inclinación tenue de sur a norte. Destaca una cadena de colinas con cierta elevación conocida como Sierra o Cordillera de Campeche, la cual se inicia en Seybaplaya y recorre los municipios de Campeche, Tenabo, Hecelchakán y Calkiní, para internarse en el estado de Yucatán cerca de Bécal.

    Al sur, en la región conocida como El Petén o la zona de La Montaña, que abarca parte de los municipios de Calakmul, Candelaria y Hopelchén, se encuentran las elevaciones más importantes, que, como se ha dicho, no rebasan los 350 msnm y declinan conforme se acercan a la costa del Golfo de México. Son pequeños sistemas montañosos que provienen de las tierras altas centroamericanas. Desde el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una posición de transición entre la selva tropical de El Petén guatemalteco y la selva baja caducifolia del extremo norte de la península de Yucatán. La selva ocupa 83% de su superficie y resulta una fuente importante para la economía maderera: de ella se extraen las especies chakah, chechem negro, tsalam y pukt’e. Las condiciones del suelo no permiten la explotación agrícola a gran escala, y así, sólo 1% de su territorio se dedica a la siembra de maíz, caña de azúcar, arroz, sorgo y frijol.

    El territorio cuenta con importantes corrientes fluviales como son los ríos Champotón, Champán, Candelaria, Palizada e Isleño. Los últimos cuatro desembocan en la Laguna de Términos, la cual fue decretada área protegida por el municipio del Carmen en 1994 y junto con el Pantano de Centla forma la mayor cuenca hidrológica de México. Esta laguna alberga una abundante variedad de ecosistemas, entre los que encontramos manglares, selvas, palmares, pastos sumergidos y matorrales, así como una gran variedad de moluscos, reptiles, mamíferos y aves. La frágil convivencia de estas especies con la actividad humana ha propiciado que algunas de ellas se encuentren amenazadas o en peligro de extinción, como las tortugas marinas (mojina y carey), el tepescuintle, el halcón peregrino, el jaguar, el tigrillo, la cigüeña jabirú, el zopilote rey, el delfín y la boa constrictora.

    Las corrientes fluviales han desempeñado un papel fundamental en la economía y el desarrollo de las comunicaciones en el territorio campechano. De las corrientes fluviales más importantes y que llegan a ser navegables destaca el Río Champotón, que nace en la Laguna de Noha, forma su cauce en Paso de Tankú, cerca de la finca San Juan Carpizo, y corre en dirección este-oeste formando pequeñas cascadas hasta Canasayab. De aquí es navegable hasta el puerto de Champotón (60 km); tiene una longitud de 110 km y una anchura media de 50 m; desagua en el Golfo de México en la entrada de la legendaria ciudad del mismo nombre. Se dice que en la desembocadura de este río fueron derrotados los españoles a manos de los indígenas, por lo que se le conoce también como Bahía de la Mala Pelea. Otro afluente es el Río Mamantel, que tras recorrer unos 150 km después de su nacimiento desagua en la Laguna de Panlao, tributaria de la de Términos, en el Carmen. Es navegable por embarcaciones pequeñas hasta el Pital, muy cerca del poblado Mamantel. Fue muy transitado hasta principios del siglo pasado para el transporte de maderas preciosas y chicle, cuando la región era propiedad de The Laguna Corporation.

    El Río Candelaria es el más largo y caudaloso del estado. Nace en tierras guatemaltecas con el nombre de San Pedro, cruza la frontera en el punto conocido como El Monumento, pasa por la ciudad de Candelaria y sufre una brusca caída conocida como Salto Ahogado; desciende varias pendientes pequeñas, sigue hasta El Tigre (Itzamkanac) y de ahí sale un brazo llamado Arroyo Caribe que continúa su curso para desaguar en el Golfo de México, a través de la Laguna de Términos. Tiene una extensión de 402 km y es navegable. Su anchura varía entre 52 y 150 m y su cuenca cubre una superficie de 21320 km². También fue muy utilizado en tiempos precedentes por comunicar con Guatemala; sirvió de ruta fluvial para el transporte de productos naturales de la región, y desde la época prehispánica ha sido una ruta muy importante para el comercio. El Río Palizada, de poca anchura, es navegable todo el año. Durante la Colonia y el siglo XIX fue vital para la comercialización del palo de tinte o de Campeche; de hecho, su nombre proviene de la gran cantidad de madera tintórea que flotaba en su caudal, razón por la que también fue nombrado por sus primeros exploradores y habitantes como el Río de la Palotada. Es un brazo del Río Usumacinta, que a su vez nace en la sierra guatemalteca y que al llegar al punto conocido como Boca de Amatitlán, a unos 25 km de la ciudad de Palizada, se divide en dos: el Palizada y el San Pedro y San Pablo, y de allí recorre otros 69 km. Forma las lagunas del Este y de las Cruces, para ir a desaguar a la Laguna de Términos por un canal angosto de un kilómetro de largo (Boca Chica).

    En cuanto a cuerpos lagunares de agua dulce, el estado de Campeche cuenta con varios de ellos: Laguna Azul, Chan Laguna, Pozas de Ventura, Martirio, el Tambor, Silvituc, Mocú, entre otros. Además, la Laguna de Términos, la mayor de su tipo en todo el país, cuenta con otras lagunas que le son tributarias, como las de Atasta, Pom, Panlao y el estero de Sabancuy, entre otras. También cuenta con sitios donde se acumulan las aguas pluviales, comúnmente llamadas aguadas, como la Laguna de Chuiná y Hool, y muchas más. En cuanto a los cenotes, si bien en la región existen muchos de ellos, en número y en renombre los superan los del vecino estado de Yucatán debido a sus grandes dimensiones y belleza extraordinaria, dado que allí el suelo fue más propicio para su formación. Aun así, en la amplia región campechana en donde se carece de corrientes superficiales, esto es, en los municipios de Hopelchén, Campeche, Calkiní, Hecelchakán y Tenabo, las corrientes subterráneas son propicias para la excavación de pozos.

    Campeche cuenta con un clima cálido, húmedo y subhúmedo, resultado de su posición geográfica dentro del trópico y su ubicación en la península de Yucatán, la cual, a su vez, está circunvalada por el Golfo de México y el Mar Caribe. Las lluvias ocurren en el verano, cuando se alcanzan temperaturas medias superiores a 22°C y una precipitación total anual que varía de menos de 1 000 mm en la parte norte del estado, y entre 1 000 y 1 500 mm en el suroeste, en la Llanura Costera, hasta 2 000 y 2 500 en el sur de la entidad, en la región de Candelaria y Palizada. De esta manera, se puede dividir al estado en tres regiones climáticas: el sur, el norte y la costa.

    La zona sur es muy húmeda, con una temporada de lluvias que se prolonga desde mayo hasta noviembre. Es la parte con mayores elevaciones, aunque éstas no superan los 350 msnm; su altura media sobre el nivel del mar es de 150 m. Es atravesada por numerosos ríos: el Usumacinta y sus afluentes, el Candelaria, el Palizada, entre otros, además de contar con múltiples lagos y lagunas. El clima tropical húmedo hace que gran parte del área esté cubierta por selva alta con predominio de caoba, cedro, chicozapote, ceiba y ramón, entre otros. Abundan el jaguar, el venado, el puerco de monte y múltiples mamíferos pequeños; encontramos aves como loros, tucanes y pavo de monte; reptiles como la serpiente de cascabel, la nauyaca o cuatro narices y la coralillo; también hay gran cantidad de insectos.

    En las tierras bajas del norte crece un monte bajo y denso, lleno de matorrales de mediana estatura. La precipitación pluvial es escasa y, debido a la textura porosa del suelo, el agua se filtra impidiendo la formación de ríos y lagunas. Las corrientes subterráneas erosionan la roca y forman cavidades internas que, a medida que se derrumba su parte superior, dan lugar a lo que conocemos como cenotes. La permeabilidad del suelo limita grandemente la formación de capas fértiles; por el contrario, es frecuente que la roca aflore, sobre todo en el norte, lo que disminuye las posibilidades de cultivo. La fauna es menos variada y abundante que en el sur. Hay algunos felinos, venados, puerco de monte, aves, mamíferos pequeños y reptiles.

    La región costera recorre todo el litoral de Campeche, interrumpida brevemente por la Sierra de Campeche, el lomerío que se ubica entre Seybaplaya y la ciudad capital, para luego seguir un poco al norte de ésta. Es, en la parte que corre desde Atasta hasta Seybaplaya, una franja arenosa con zonas bajas y pantanosas situada entre el mar y las tierras propiamente continentales. Pasando la ciudad de Campeche hay una serie de esteros en todo lo que resta de la costa hasta Celestún, donde predominan los manglares. La fauna está compuesta por crustáceos, quelonios, cangrejos, caracoles, almejas, ostiones y diversas especies de peces y aves. En cuanto a la vegetación, lo que más abunda son las palmeras de coco y el corozo.

    El estado cuenta con importantes áreas protegidas para la preservación de la flora y la fauna, de las que destaca por su relevancia la reserva de la biosfera de Calakmul en el sureste del estado, y la Ría Celestún, compartida con el estado de Yucatán. Otra es el área de protección de flora y fauna de Términos, de reciente creación. Los estados de Campeche y Yucatán, junto con la Florida, en Estados Unidos, son los únicos lugares en donde se encuentran los flamencos. Existen otras áreas protegidas de menor jerarquía pero igualmente necesarias para la conservación ambiental.

    En lo referente a la economía, el estado de Campeche es una importante fuente de divisas debido a sus ricos yacimientos petroleros, los cuales generan dos terceras partes de la producción nacional. Otra actividad destacada es la agricultura, cuyos principales productos son el arroz, el maíz y la caña de azúcar. La pesca da empleo a muchos campechanos y es por eso que el estado ocupa un lugar importante en cuanto a volúmenes de captura, destacando la de camarón en la zona del Carmen. La ganadería es otra actividad relevante en la economía estatal y se encuentra concentrada en el suroeste del estado.

    En el renglón del turismo, la entidad avanza debido a la mayor promoción de los atractivos, en especial mediante el programa denominado Mundo Maya, en el que participan Belice, Honduras y Guatemala, y los estados mexicanos de Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo. El estado de Campeche cuenta con una amplia red de carreteras: más de 1400 km son vías federales, 8 328 km son estatales pavimentadas y 1 700 km más son de terracería. Por vía aérea, el estado está comunicado por dos aeropuertos; uno en la ciudad de Campeche, el Aeropuerto Ing. Alberto Acuña Ongay, y el otro en Ciudad del Carmen, denominado Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen. Por vía marítima, el estado cuenta con tres puertos ubicados en Campeche, Ciudad del Carmen y Lerma.

    EL LITORAL CAMPECHANO

    La Bahía de Campeche, situada en el poniente del golfo del mismo nombre, que a su vez forma parte del Golfo de México, es una gran ensenada que abarca una parte del litoral del estado y en cuya costa se asienta la capital, San Francisco de Campeche.

    Desde tiempos remotos la bahía ha servido de abrigo a embarcaciones de todo tipo y fue refugio importante de corsarios y piratas. Durante la época de la Colonia española la ciudad de San Francisco de Campeche debió construir baluartes, murallas y fortificaciones para protegerse (que hoy son un gran atractivo turístico), precisamente porque las aguas tranquilas de la bahía atraían a numerosos visitantes muchas veces indeseados. La de Campeche es la segunda bahía más grande de México y su nombre se atribuye a los exploradores españoles Francisco Hernández de Córdoba y Antonio de Alaminos, quienes en 1517 recorrieron la región y escucharon a los mayas que la habitaban llamar al sitio Can Pech, que significa lugar de serpientes y garrapatas.

    El Golfo de Campeche (también llamado a veces indebidamente sonda de Campeche) es un amplio golfo interior que forma parte del Golfo de México y está situado dentro del mar territorial mexicano. Su litoral se extiende desde Yucatán hasta Tabasco, es decir, de Celestún, frontera con Yucatán, a la Barra de San Pedro y San Pablo, frontera con Tabasco. Con una longitud de 600 km, este litoral parte de los límites con Yucatán en dirección norte-sur hasta llegar a la ciudad de Campeche, de ahí se inclina hacia el suroeste hasta topar con Champotón, para luego volver a tomar dirección suroeste hasta parar en la Barra de San Pedro y San Pablo, formando una curvatura que define a la Bahía de Campeche en toda su extensión.

    A su paso atraviesa varios puntos poblacionales, colinas, salinas, etc., y cuenta con diversos arrecifes. Se inicia en la Península del Uvero, pasa por las salinas del Real y la Herradura, más al sur se encuentra con las islas de Piedras, Arena y Jaina; esta parte es pantanosa, con manglares y difícil de navegar. De ahí llega a la ciudad de Campeche y a Lerma, donde inicia un tramo lleno de lomeríos pertenecientes a la Sierra de Campeche, atraviesa Punta Maxtún Grande, luego llega a Seybaplaya, Sihoplaya, Villa Madero y Champotón. A partir de ahí el litoral es bajo y arenoso; cuenta con innumerables campamentos para la anidación de la tortuga; en dirección a Tabasco llega a Sabancuy, en cuyo estero, que está comunicado con el Golfo de México de manera artificial, y con la Laguna de Términos en forma natural, confluyen varios arroyos. Siguiendo el rumbo llega hasta Isla Aguada y la entrada a la Laguna de Términos; sigue la Isla del Carmen y luego la otra salida de la laguna, en la punta de Xicalango, en la Península de Atasta, donde, cerca de la frontera con Tabasco, existen algunas localidades. Entre los arrecifes más importantes destacan Cayo Arenas, Cayo Arcas, Palmar Chico, Triángulos y del Obispo, los cuales en su mayoría están formados por coral y arena.

    Las costas bajas y arenosas del Golfo de Campeche no cuentan con grandes puertos naturales ni permiten la construcción de puertos marítimos de gran calado. Sin embargo, sus lagunas costeras, entre las que sobresalen La Machona y Mecocán, en Tabasco, y la de Términos, en Campeche, son las que permiten el gran potencial camaronero de este golfo, lo mismo que la abundante pesca escamera que se desarrolla en la región y por la cual son explotadas especies locales como el huachinango, la rubia, el mero, el boquinete, el esmedregal, el cangrejo moro, el pulpo y el cazón, entre otras. Gracias a estas condiciones favorables, la piscicultura es una actividad con gran desarrollo en la región.

    En la extensión marina del golfo se alojan yacimientos petrolíferos, los más importantes los del complejo Cantarell, que son explotados mediante un gran número de plataformas marítimas por Petróleos Mexicanos, y contribuyen a la producción y exportación de petróleo y sus derivados.

    II. EL MUNDO ANTIGUO

    TIEMPO Y ESPACIO SON CONCEPTOS BÁSICOS de todo análisis social. La división del tiempo —la periodización— es esencial pues nos permite comprender el inicio, la continuidad y el fin de un proceso histórico; la periodización de la civilización maya más reciente así como sus distinciones geográficas son puntos básicos de este ensayo. El estado de Campeche se delimita en tres áreas geográficas. Los espacios se definen a partir de su particular desarrollo histórico, tanto material como arquitectónico. La línea del tiempo permite además efectuar comparaciones, reflexiones, hipótesis, etc., con mayor claridad y orden. La primera propuesta es que la historia maya de Campeche debe comprenderse en relación con la vasta zona maya y con el amplio mundo mesoamericano, en particular Teotihuacan.

    CUADRO II.1. Periodización de la civilización maya

    FUENTE: Martin Simon y Nikolai Grube, Crónica de los reyes y reinas mayas. La primera historia de las dinastías mayas, Patria, México, 2002.

    LA REGIÓN

    El estado de Campeche forma parte del sureste mesoamericano. Esta región, también conocida como área maya, comprende total o parcialmente los estados de Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, así como los países centroamericanos de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Campeche se divide en tres amplias regiones geográficas determinadas por las características naturales y de fauna y flora que distinguen a cada una. La región Norte —seca, de bosques y arbustos bajos— abarca dos zonas: el Puuc o Serranía y Chenes o Pozos. El Puuc arranca en la costa y se extiende hacia el oriente, donde comparte su clima semiárido con el estado de Yucatán; su ecosistema se parece a la sabana con matorrales y arbustos espinosos. La región de Chenes es en parte sabana y en parte monte con bosques de clima tropical lluvioso, cálido y semihúmedo; su tierra es buena para la siembra del maíz. La ausencia de ríos y la escasa lluvia producen en los pobladores de esta región un culto al agua y la fertilidad que se materializa en deidades como Chaac, dios de la lluvia, encontrado repetidamente en las fachadas y recubrimientos de las edificaciones del Puuc. La región Central, de tierras bajas, tiene bosques de clima cálido y húmedo. En ella crece una gran variedad de árboles frutales como el zapote negro, la guanábana, el aguacate y la mora, entre otros; asimismo, se obtienen maderas duras, finas y resinosas como copal, palo de tinte, añil, cedro y roble. La región Sur, de tierras altas, colinda con las tierras altas de Guatemala. Su vegetación es profusa, selvática, de clima cálido y húmedo; también hay una zona boscosa de monte alto, lluviosa y muy húmeda. Como puede observarse, la variedad climática del estado provee a sus habitantes de una gran riqueza vegetal y animal que explica el continuo intercambio comercial local entre comunidades de tres a cinco familias campesinas que abastecían regularmente a las ciudades-estado mayas.

    Dos grandes civilizaciones prehispánicas, la olmeca y la maya, dan vida a lo que llamamos el mundo maya. Recientes estudios interdisciplinarios —de historiadores, arqueólogos y lingüistas— han aportado nuevas teorías explicativas acerca del origen de ambas culturas. Durante el periodo Preclásico Temprano (2000-1000 a.C.), en el sureste mesoamericano nacieron sociedades en ambientes geográficos muy diversos. López Austin distingue cuatro regiones distintas: 1) las planicies meridionales de Chiapas y Guatemala; 2) las tierras altas guatemaltecas; 3) la región selvática de El Petén, y 4) las extensas llanuras calcáreas de la península de Yucatán. Estas regiones se vinculan con dos familias lingüísticas: mixe-zoqueana y mayance.

    A comienzos del Preclásico Temprano el complejo lingüístico mixe-zoqueano corresponde con la Gran Tradición del Istmo; surge en territorio chiapaneco y la costa sur para luego penetrar al sur de Veracruz, el occidente de Tabasco y el oriente de Oaxaca. Posteriormente, hacia 1600 a.C., sociedades costeras del Soconusco y Guatemala se desplazan hacia el norte por el Istmo para ocupar lo que sería el área nuclear olmeca. Estos territorios ya estaban habitados por hablantes de protomaya.

    El complejo maya de la tradición de las Tierras Bajas Mayas se origina entre 1200 y 900 a.C. en las selvas tropicales de Guatemala y Belice. Algunos autores sugieren que los grupos asentados en esta región comenzaron a expandirse hacia El Petén e incluso hasta tierras salvadoreñas. Otro cuerpo ocupaba ya territorio yucateco. Los sitios mayas más importantes que nacen en esta época se consolidarían en el Preclásico Tardío: El Mirador en Guatemala; Dzibilchaltún, Aké y Maní en Yucatán; Calakmul, Hormiguero, Becán, Río Bec, El Tigre y Dzibilnocac (500 a.C.) en el actual territorio de Campeche, y Edzná y Jaina en la costa (véase el mapa II.1). Se advierte hacia finales del Preclásico el avance de población sobre territorio campechano que penetra las regiones culturales denominadas Petén, Río Bec y Chenes, y Dzibanche e Ichkabal en Quintana Roo; mientras que en la costa del Golfo de México los asentamientos durante esta época fueron mínimos; sería durante el Clásico cuando se consolide la costa. Las ciudades de Edzná y Jaina son una excepción pues también pertenecen a este periodo. Piña Chan sugiere que ambos sitios deben contarse entre los más tempranos, debido a que las excavaciones arqueológicas han recuperado un tipo de cerámica monocroma relacionada con aldeas agrícolas. Particularmente en Jaina, algunos detalles arqueológicos en las esquinas de los basamentos, con entrantes y salientes, corresponden a la tradición de los centros mayas más antiguos del área sur de tierras altas como Uaxactún, Piedras Negras y Tikal.

    MAPA II.1. Regiones arqueológicas

    El Preclásico

    Sin duda, fue el aumento general de población el factor que impulsó a la cultura maya a su desarrollo máximo y de igual forma ocasionó su decadencia entre el Preclásico Tardío y el Posclásico. El estamento de la realeza, constituido por señores dinásticos, era de personajes que manejaban con estrategia y pleno dominio el ámbito político, militar y espiritual, pero además participaban en la proyección de sus ciudades. Debieron ingeniar novedosas técnicas productivas para abastecer a las crecientes poblaciones, así como soluciones para proveer servicios, organizar trabajos comunitarios, etc. El carácter de sus gobiernos fue teocrático, es decir, se consideró que el origen de la realeza era divino y por lo tanto que sus reyes eran semidioses.

    La numerosa mano de obra al servicio de las ciudades-estado hizo posible no sólo el sostenimiento de las élites, sino que materializó una arquitectura monumental de estética ambiciosa y exactitud matemática impresionante. Las ciudades-estado se constituyeron con un carácter defensivo para disputar el control comercial de la región y controlar la presión demográfica creciente. El resultado final fue el clima de violencia entre los principales centros de poder y continuos enfrentamientos bélicos, que llevaron a una fractura y disgregación de todo ordenamiento.

    En Campeche, las aldeas compuestas por un puñado de familias campesinas fueron reorganizadas alrededor de ciudades nucleares que ejercían un mayor control sobre el territorio y su población. Éste sería el inicio del modelo de organización política maya que explica la ejecución de obras públicas monumentales jamás antes vistas en la región, lo cual exigió el trabajo de miles de hombres guiados por especialistas. Un ejemplo de ello es el foso defensivo de Becán, construido hacia la culminación del Preclásico Tardío y el comienzo del Clásico Temprano, entre 200 y 600 d.C. Esta superestructura fue proyectada para aprovechar las virtudes geográficas del lugar. La ciudad se asentó sobre un islote semicircular de piedra caliza rodeado por un bosque tropical y terrenos bajos, que al inundarse formaban reservas de agua para la población. Gracias a estas características naturales fue posible excavar un foso de casi dos kilómetros de longitud (1 890 m), cinco metros de profundidad y 16 de ancho, más siete puentes de acceso. Las principales edificaciones levantadas en el Preclásico Tardío fueron profusamente decoradas con enormes mascarones de estuco; algunas representaban al monstruo de la tierra o inframundo, y otras al Sol y al planeta Venus, lo cual comienza a esbozar los principales rasgos iconográficos de la cosmovisión maya, que en el Clásico se tornaría profusa.

    Surgieron dos prodigios culturales en este tiempo: el calendario y la escritura. Hacia la segunda mitad del Preclásico Tardío (de 100 a.C. a 250 d.C.) se empieza a usar la cuenta larga dentro del sistema calendárico mesoamericano, considerado el más desarrollado y exacto, y el cual fija en el tiempo acontecimientos míticos y reales a partir de una fecha-hito. El registro calendárico se empezó a grabar en estelas, piedras rectangulares donde se relatan las fechas míticas e históricas significativas. La inscripción calendárica más antigua que se conoce corresponde a la estela 29 de Tikal, que registra la fecha 292 d.C.; se considera que entre esta fecha y la de 928 d.C., encontrada en una tosca estela procedente de San Lorenzo, cerca del sitio conocido como La Muñeca, en Campeche, se ubica la etapa en la que proliferan estos monumentos calendáricos en multitud de centros mayas. Es así como durante el Preclásico Tardío se sientan las bases de civilización que darían cabida a los grandes logros alcanzados por la cultura maya en el Clásico. En términos generales, el periodo se distingue por su esplendor en artes, comercio, sistemas calendáricos, conocimiento astronómico, escritura y saber matemático. Al mismo tiempo, se consolidó una sociedad encabezada por gobiernos teocráticos y sociedades altamente jerarquizadas en las que cada estamento tuvo su lugar y función: sacerdotes, jefes políticos, guerreros, comerciantes, agricultores, artesanos, escritores, danzantes, etcétera.

    En resumen, los logros y factores que delinearían el proceso histórico del Posclásico Tardío son los siguientes:

    –aumento demográfico y concentración de la población; –franca tendencia a la defensa y la guerra;

    –jerarquización de los asentamientos en aldeas, centros regionales y capitales-estado;

    –polarización de las diferencias sociales;

    –aparición de los regímenes señoriales respetando un linaje;

    –creciente división del trabajo y su especialización; –establecimiento de redes de intercambio;

    –producción de bienes destinados al intercambio local, regional e interregional;

    –aparición de complejos sistemas numéricos y calendáricos;

    –surgimiento de la escritura, y

    –gusto por el gigantismo arquitectónico.

    El Clásico

    El Clásico maya se divide en dos subperiodos: el Clásico Temprano (200-750 d.C.) y el Clásico Tardío (600-909 d.C.). Durante el primero se observa con claridad la influencia teotihuacana, sobre todo en el estilo de la cerámica y la arquitectura, y se definen los elementos culturales mayas más característicos. Durante el segundo desaparece la presencia teotihuacana en el área y la cultura maya llega a su máximo esplendor de civilización, marcado por un aumento demográfico considerable y el acomodo de la población en importantes concentraciones urbanas. Surgen algunas ciudades-estado que subordinan a otras ciudades-provincias. En esta fase el sistema político alcanza altos niveles de complejidad, aunque se caracteriza por su pragmatismo. El arte, de exquisita ejecución, es totalmente conceptual. Se desarrollan las matemáticas, sin cuyo cálculo no hubiera sido posible levantar las ambiciosas estructuras que hoy en día aún despuntan en la selva. Asimismo, el conocimiento matemático permite articular diversas cuentas calendáricas. El Clásico es la época en la que surgen la cuenta larga, las inscripciones jeroglíficas, los retratos históricos y el saber astronómico. El fin de esta era esplendorosa llegó con el colapso de los principales centros de poder.

    El Posclásico

    El Posclásico maya abarca de 909 a 1697 d.C.; también se divide en dos subperiodos: Temprano (909-1200) y Tardío (1200-1697). Este periodo se caracteriza por la gran movilidad de población, con un desplazamiento mayor hacia el norte de la península. A partir del estudio de las características arquitectónicas que adoptaron algunas ciudades, se sabe de la llegada de grupos del centro de México portadores de una cosmovisión distinta. Nuevos dioses y nuevas formas de organización social y política, basada en linajes, alteran notablemente la vida local. Este influjo representó la adopción de un calendario simplificado que deja de legitimar el poder político en una fecha calendárica ancestral; ahora el poder de un señor étnico deriva de su cualidad espiritual y guerrera. Tal transformación impactó notoriamente en la zona. Se consolidan otras ciudades-estado que mantenían sujetas bélicamente a poblaciones más débiles, las cuales son convertidas en tributarias. El rasgo básico de gobierno, que ahora es militar, se expresa en las artes y en las defensas de las ciudades-estado. En el Posclásico Tardío, el

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