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INTRODUCCIÓN

A. EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN


I. PLANTEAMIENTO KANTIANO DEL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
I.1. La posibilidad de la metafísica como ciencia. Las condiciones del
conocimiento científico
I.2. Clasificación de los tipos de juicios
II. LA DOCTRINA DEL CONOCIMIENTO EN LA "CRÍTICA DE LA
RAZÓN PURA"
II.1. La "Estética transcendental". Las formas a priori de la Sensibilidad
II.2. La "Analítica transcendental": la espontaneidad del entendimiento
II.3. La "Dialéctica transcendental": la Razón y su exigencia de
Lo incondicionado
III. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL: EL "FENÓMENO" Y EL “NOÚMENO"
III.1. La filosofía kantiana, superación del empirismo y del racionalismo
III.2. La "revolución copernicana" (o giro copernicano) en filosofía
III.3. La filosofía kantiana: el Idealismo Trascendental

INTRODUCCIÓN
Al afirmar que el conocimiento se limita a la experiencia, la filosofía kantiana se aproxima
al empirismo, y al afirmar que no todo el conocimiento proviene de la experiencia se acerca
al racionalismo. Pero también es esencial en el pensamiento kantiano la influencia del tercer gran
movimiento filosófico de la modernidad, la Ilustración. El proyecto ilustrado es un esfuerzo común
de transformación y mejora de la humanidad mediante el desarrollo de su propia naturaleza
racional. Para realizar este proyecto se propone como tareas fundamentales el desvelamiento de las
leyes de la naturaleza y el ordenamiento racional de la vida humana. Los dos grandes ilustrados,
Newton y Rousseau, influyeron claramente en Kant. Newtonrepresentó para toda la Ilustración la
culminación de la ciencia moderna, un ejemplo de las posibilidades de una ciencia que combina la
experiencia empírica y la razón y del éxito que se puede alcanzar si limitamos la actividad científica al
conocimiento de los fenómenos. La filosofía kantiana es un intento de clarificar filosóficamente las
condiciones de posibilidad de la física newtoniana. Por su parte, Rousseau era el filósofo del
espíritu, de la subjetividad: frente al mundo externo determinado causalmente, propone reconocer
también el mundo interno, el de la conciencia, pues en él se descubre el hombre como libre, como
sujeto de responsabilidad moral. Rousseau reforzó en Kant la convicción en la autonomía, en la
independencia de la moralidad frente a las leyes que rigen el mundo objetivo. Newton y
Rousseau, reino de la naturaleza y reino del espíritu, causalidad y libertad. Dos mundos de los
que se siente ciudadano, dos legalidades a las está sometido. ¿Anula la ciencia todo acceso del hombre
a lo metafísico? ¿Pueden conciliarse causalidad física y libertad moral? Problema esencial tratado
por Kant: la posibilidad de lo metafísico para el hombre, la aclaración definitiva de cómo el
hombre es ciudadano de ambos mundos.
La filosofía kantiana es una filosofía crítica: se tratará de analizar y comprender la posibilidad y
límites de la Razón tanto en su aspecto teórico como en su dimensión práctica. Su proyecto
consiste en establecer los principios y límites del conocimiento científico de la Naturaleza, al
vez que responder a la pregunta ¿qué puedo conocer?, establecer y justificar los principios de la
acción y las condiciones de la libertad, ligada a la cuestión: ¿qué debo hacer?; y delinear
el destino último del hombre para responder a la pregunta: ¿qué me cabe esperar?. Y las tres se
pueden expresar con la pregunta más general: ¿qué es el hombre?

A. EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN

I. PLANTEAMIENTO KANTIANO DEL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO


Para responder a la pregunta ¿qué puedo conocer? hemos de señalar los principios desde los cuales
es posible un conocimiento científico de la Naturaleza y los límites dentro de los cuales es posible tal
conocimiento, tareas que lleva a cabo en su obra “Crítica de la Razón Pura”.

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I.1. La posibilidad de la metafísica como ciencia. Las condiciones del conocimiento científico
La metafísica en la que Kant se formó (la metafísica racionalista wolffiana) tomaba la matemática
como ideal de ciencia y consideraba que la filosofía debía ser una actividad deductiva, basada en la pura
razón. Kant defendió en un primer momento este tipo de filosofía pero pronto quiso encontrar una nueva
fundamentación a la metafísica: se ha pretendido, dogmáticamente (mediante el uso de la pura razón)
elaborar sistemas filosóficos pero todos han fracasado pues no han conseguido ni progreso ni
acuerdo entre los investigadores, fracaso que parecía conducir al escepticismo. Kant creyó necesario
para la filosofía y para los intereses y fines últimos del hombre una Crítica de la propia Razón sobre sí
misma, sobre su alcance y sus límites, una "crítica del órgano" del conocimiento. Urge plantearse pues
el problema de si es posible la Metafísica como ciencia. La tarea crítica consistirá en aclarar los principios
y limites de la Razón. Kant creyó que los errores provenían de una "extralimitación" de la Razón: no
respetar sus propios límites y pretender alcanzar un conocimiento más allá de toda experiencia (uso
dogmático de la razón que da lugar a la filosofía dogmática). Por contra, de la fijación de límites
que la Crítica establezca, Kant espera obtener dos ventajas: evitar nuevos fracasos mostrando la
incapacidad humana para alcanzar un conocimiento metafísico por la pura razón, y poner a buen recaudo
el ámbito de lo inteligible, arruinar las pretensiones del ateísmo, el materialismo y el determinismo (este
uso de la razón es un uso crítico y trae consigo una filosofía crítica).
El problema fundamental a resolver es el de si es posible la Metafísica como ciencia y para ello
debemos investigar antes cómo es posible la ciencia, averiguar las condiciones que la hacen posible,
para ver si la Metafísica se ajusta o no a ellas. En esta tarea necesitamos distinguir dos tipos de
condiciones: las empíricas, que son particulares y contingentes, y las condiciones a
priori o universales y necesarias, también llamadastranscendentales (no confundir con
“trascendente”= lo que está más allá de la experiencia). Las condiciones a priori son anteriores a la
experiencia en el sentido de que son su condición de posibilidad. No interesan las condiciones
empíricas pues se requiere una Crítica de la Razón Pura llevada a cabo mediante una indagación
trascendental de sus condiciones necesarias y universales.

I.2. Clasificación de los tipos de juicios


Puesto que la ciencia es un conjunto de juicios, la pregunta anterior se puede expresar más
exactamente de la siguiente forma: ¿cuáles son las condiciones que hacen posibles los juicios de la
ciencia? Lo que exige establecer los tipos fundamentales de juicios, para lo cual Kant nos presenta dos
clasificaciones:
 La primera los divide en juicios analíticos y juicios sintéticos y atiende a si el concepto predicado se
incluye en el concepto sujeto: juicios analíticos siel predicado se incluye en el sujeto; para establecer
el juicio basta analizar el concepto sujeto, por lo que no nos dan información nueva alguna, no son
extensivos; y juicios sintéticos cuando el predicado no se incluye en el sujeto: son juicios informativos
o extensivos y amplían nuestro conocimiento.
 La segunda los clasifica en a priori ya a posteriori y atiende al modo de conocer su verdad: juicios a
priori si su verdad puede ser conocidaindependientemente de la experiencia, ya que su fundamento no
se halla en ésta; son juicios universales y necesarios; y juicios a posteriori si su verdad es conocida a
partir de la experiencia; son particulares y contingentes.

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Los juicios más importantes de la ciencia no pueden ser ni analíticos ni sintéticos a posteriori
sino juicios sintéticos a priori: por ser sintéticos son extensivos, dan información, amplían nuestro
conocimiento; por ser a priori, son universales y necesarios y el conocimiento de su verdad no procede
de la experiencia. Precisamente los principios fundamentales de la ciencia (Matemáticas y Física) son de
este tipo.

II. LA DOCTRINA DEL CONOCIMIENTO EN LA "CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA"


Tarea propia de la crítica de la razón pura: ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a
priori?; tarea que se puede desglosar en las siguientes partes: ¿cómo es posible la matemática pura?
¿cómo es posible la ciencia natural (la Física pura o racional)? ¿son posibles los juicios sintéticos a priori
en metafísica?

II.1. La "Estética transcendental". Las formas a priori de la Sensibilidad


La Estética (del griego "aisthesis", "sensación") trascendental es la ciencia de todos los principios de
la sensibilidad. La Sensibilidad es la capacidad ofacultad de las sensaciones. La Estética explica el
modo de tener sensaciones y al ser "trascendental" tratará del conocimiento de las condiciones
transcendentales (universales y necesarias) que permiten el conocimiento sensible, paso previo para
todo conocimiento. Kant distingue dos momentos en la percepción: la materia y la forma. El efecto de
los objetos en la sensibilidad son las sensaciones, que son, pues, dadas a posteriori y constituyen,
según Kant, la materia del conocer al nivel de la sensibilidad. Pero las sensaciones se presentan
ordenadas en ciertas relaciones; eso que hace que las sensaciones aparezcan ordenadas en ciertas
relaciones es la forma. La forma no es dada a posteriori, sino que está ya a priori en el espíritu,
como forma de la sensibilidad, (Kant la llama también intuición pura). La síntesis (unión) de
sensaciones o datos empíricos, como materia, y la forma a priori es el fenómeno.
Las formas puras o principios a priori de la sensibilidad son, según Kant, el espacio y el
tiempo. Espacio y tiempo son las condiciones de posibilidad de toda experiencia porque no es posible
ninguna experiencia que no esté bajo esas relaciones. Ahora bien (y esto es muy importante), espacio y
tiempo no son, según Kant, propiedades objetivas de las cosas mismas, sino formas a priori de la
sensibilidad. El espacio y el tiempo son la forma de la experiencia externa, y el tiempo de la
interna. La matemática es posible (= es un saber a priori y sintético) por el carácter apriórico del tiempo
y del espacio: la geometría y la aritmética se ocupan, respectivamente, del espacio y del tiempo. Puesto
que la matemática está fundada en las formas de la intuición, toda objeto que se de en la intuición debe
cumplir las leyes de la matemáticas.

II.2. La "Analítica transcendental": la espontaneidad del entendimiento


La sensibilidad realiza las primeras síntesis al unificar las sensaciones en el tiempo y el espacio,
pero percibir tal multiplicidad (colores, formas, sonidos...) no es, sin más, comprender los
objetos. Comprender lo percibido es la función propia del Entendimiento. Kant estudia esta
facultad en laAnalítica Trascendental. Nuestro conocimiento incluye conceptos además de percepciones,
pues comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto; cuando no podemos referir las
impresiones sensibles a un concepto, nuestra comprensión de aquéllas resulta imposible. Esta actividad
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de referir los fenómenos a los conceptos se realiza siempre a través de un juicio. El entendimiento puede
ser considerado, pues, como la facultad de los conceptos, o bien como la facultad de los juicios, la
facultad de juzgar. Kant distingue dos tipos de conceptos, los empíricos, que proceden de la experiencia
y son a posteriori, y los conceptos puros o categorías, que no proceden de la experiencia y son a
priori: las categorías (sustancia, causalidad, unidad, necesidad,...); son nociones que no se refieren a
datos empíricos pero tampoco son construidas, "inventadas" empíricamente por el hombre, pues
pertenecen a la estructura del entendimiento (son a priori).
El conocimiento es posible porque aplicamos las categorías a la multiplicidad dada en la sensación.
Los conceptos puros son condiciones trascendentales, necesarias, de nuestro conocimiento de los
fenómenos ya que el entendimiento no puede pensarlos si no es aplicándoles estas categorías: todo
aquello que es objeto de nuestra experiencia es sustancia o accidentes, causa o efecto, unidad o
pluralidad, etc. De este modo, el conocimiento resulta de la cooperación entre la sensibilidad y el
entendimiento: la sensibilidad nos da objetos, el entendimiento los piensa; pero las categorías
solamente son fuente de conocimiento aplicadas a los fenómenos (a las impresiones sensibles
que se dan en el espacio y el tiempo) y no tienen aplicación válida más allá de los fenómenos. El error
de la filosofía dogmática (basada en el uso puro de la razón) consiste en usar las categorías para
referirse a realidades transempíricas o trascendentes (Dios y el alma, p. ej.). La Física es posible como
un saber a priori porque el mundo tiene una estructura matemática (al estar sometido al tiempo y al
espacio) y porque las categorías tienen una validez empírica; porque todo fenómeno está estructurado
en función de las categorías. Con ello Kant está legitimando filosóficamente el Universo
Newtoniano.

II.3. La "Dialéctica transcendental": la Razón y su exigencia de Lo incondicionado


La "Dialéctica Trascendental" estudia la Razón y el problema de si la metafísica puede ser un saber
a priori, y concluye que la Metafísica como disciplina científica es imposible. La Metafísica quiere
alcanzar las cosas tal y como son en sí mismas, sus objetos son transcendentes (no empíricos): el
alma, su libertad e inmortalidad, Dios y el mundo como totalidad; pero la ciencia usa necesariamente
las categorías y éstas sólo pueden emplearse legítimamente aplicadas a los fenómenos, a lo dado en la
experiencia. La Razón teórica, en sentido laxo, es lo que permite el conocimiento del mundo, y en
sentido estricto la facultad de las argumentaciones. Kant entiende por "dialéctica" el razonamiento
falso con apariencia de verdadero. La "Dialéctica Trascendental" debe mostrar pues cómo la Razón realiza
argumentos aparentemente correctos pero ilegítimos. Precisamente las argumentaciones de la metafísica
son de ese tipo.
El conocimiento intelectual formula juicios y conecta unos juicios con otros formando razonamientos.
Pero hay una tendencia peculiar en el uso de la Razón: la Razón busca encontrar juicios cada vez más
generales, capaces de abarcar una multiplicidad de juicios particulares sirviendo a éstos de
fundamento. La Razón aspira a lo incondicionado, al fundamento de los fundamentos. Cuando la
Razón, en esa búsqueda de las condiciones de lo condicionado, de leyes más generales y profundas, se
mantiene en los límites de la experiencia, su uso es correcto y no da lugar a contradicciones; la ciencia
avanza precisamente a partir de esa tendencia de la Razón; pero esa tendencia lleva inevitablemente a
traspasar los límites de la experiencia empírica en busca de lo incondicionado: así, todos los fenómenos
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físicos se pretenden unificar y explicar por medio de teorías metafísicas acerca delmundo, como todos
los fenómenos psíquicos por medio de teorías metafísicas acerca del alma, y, finalmente, unos
fenómenos y otros se intentan explicar y unificar por medio de teorías metafísicas acerca de una causa
suprema de ambos tipos de fenómenos, físicos y psíquicos: Dios. "Dios", "alma" y "mundo", son pues
tres ideas de la Razón; ideas que no tienen una referencia objetiva, –no tienen un uso constitutivo– en
el sentido de que no podemos conocer los objetos a los que se refieren (Dios, alma y mundo como
totalidad); pero sí un uso regulativo pues permiten la orientación de la investigación y dirigen el uso de
la razón en la aspiración a una explicación cada vez más profunda de la realidad.

III. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL: EL "FENÓMENO" Y EL "NOÚMENO"


III.1. La filosofía kantiana, superación del empirismo y del racionalismo
Su tesis de que el conocimiento se puede referir sólo a lo que se da a los sentidos, y que, por lo
tanto, lo que esté más allá de los sentidos es incognoscible y no permite un tratamiento científico, es
una influencia del empirismo. Por su parte, la huella del racionalismo la tenemos en sus afirmaciones
de que es posible un conocimiento estricto (los juicios sintéticos a priori), extensivo, pero también
universal y necesario, aunque referido a meros fenómenos, y de que no todos los elementos que
intervienen en el conocimiento se obtienen de la experiencia, pues hay elementos a priori. Los
racionalistas llamaban a estos elementos “ideas innatas”, aunque entendían que dichas ideas eran
contenidos de conocimiento referidos a objetos; las estructuras aprióricas son, para Kant, estructuras,
no contenidos, y no se refieren a objetos sino a la forma que todo objeto ha de tener para que la
podamos experimentar, no dan información relativa a objetos del mundo, sino a la estructura del
mundo.
III.2. La "revolución copernicana" (o giro copernicano) en filosofía
Kant explica el cambio epistemológico que supone su filosofía con la analogía de la revolución
astronómica copernicana: Copérnico encuentra que no se puede entender el movimiento aparente de los
astros si suponemos que la Tierra es el centro del Universo y el Sol da vueltas a su alrededor, y nos
propone invertir los términos y suponer que es el Sol el centro del Universo. Kant dice del mismo modo:
si las condiciones de la objetividad del ser objeto no son ni pueden ser enviadas por las cosas a nosotros,
puesto que las cosas no nos envían más que impresiones, no hay más que hacer lo mismo que Copérnico
y decir que son las cosas las que se ajustan a nuestros conceptos y no nuestros conceptos los que se
ajustan a las cosas. Las categorías, por consiguiente, son conceptos puros, “a priori”, que no obtenemos
extrayéndolos de las cosas, sino que nosotros ponemos, imponemos a ellas.
La analogía de la "revolución copernicana" refleja muy bien un importante aspecto de su
pensamiento: hasta Kant se había considerado que el sujetoera pasivo en el acto del conocimiento y
se tenía que plegar al objeto para conocerlo; pero de ese modo no se puede dar el conocimiento a priori
pues éste conocimiento supone la posibilidad de conocer algo sobre las cosas sin que estén presentes en
nuestra conciencia, sin que de ellas tengamos experiencia. El giro copernicano consiste en rechazar la
concepción tradicional del conocimiento, rechazar que el sujeto se deba someter a las cosas
para conocerlas, y considerar que el sujeto es activo: son las cosas las que se deben someter a
nosotros de cara al conocimiento; si suponemos que para conocer un objeto antes ha de someterse a
las condiciones formales "a priori" de la estructura de nuestras facultades cognoscitivas, podremos
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comprender que conozcamos de las cosas algunos rasgos que éstas han de poseer antes incluso de que
tengamos experiencia de ellas: solo podemos conocer a priori de las cosas aquello que antes
hemos puesto en ellas. El giro copernicano se refiere al hecho de que solo podemos comprender el
conocimiento a priori si admitimos que sólo conocemos los fenómenos y no las cosas en sí mismas
o noúmenos, si admitimos el Idealismo Trascendental como la filosofía verdadera.
III.3. La filosofía kantiana: el Idealismo Trascendental
El Idealismo Trascendental es la culminación del pensamiento moderno, que comienza con el
planteamiento cartesiano del problema del conocimiento: para tener conocimiento estricto es preciso
remitirse al sujeto del conocimiento (al "cogito") sólo así tendremos una evidencia tan poderosa como
para fundamentar el resto del saber; pero esto se consigue a costa de problematizar el conocimiento de
la realidad externa. El empirismo continúa en esta misma línea al considerar que el conocimiento
inmediato versa sobre las ideas o percepciones y no sobre las cosas en sí mismas y al sugerir que los
grandes problemas de la objetividad (el mundo teórico y el mundo práctico) han de resolverse tras el
análisis de los procesos psicológicos gracias a los cuales el sujeto tiene experiencia de los objetos; pero
el sujeto del que hablan los empiristas es un sujeto empírico. Kant recoge esta línea de explicación
mostrando que debemos reflexionar sobre el modo de conocer para descubrir los elementos, fundamento
y límites del saber, pero pone como sujeto a un sujeto distinto: el Sujeto Trascendental, que no se
puede identificar con el yo empírico, contingente, hecho de este modo pero pudiendo ser de otra forma;el
Sujeto Trascendental es el sujeto metaempírico del cual se predican las distintas formas aprióricas y que
realiza las distintas síntesis que dan lugar a la constitución de los fenómenos. La consecuencia es un giro
completo en la comprensión del conocimiento y la separación radical entre la filosofía y el sentido común:
el conocimiento universal y necesario no se puede explicar si consideramos que el sujeto es pasivo
cuando conoce, pero sí al considerar que el sujeto pone algo en el objeto conocido y lo modela a partir
de las estructuras de nuestras facultades cognoscitivas (las formas
de la sensibilidad y las categorías del entendimiento). En cuanto a la segunda cuestión, debemos
recordar que la posición ingenua, y toda la filosofía anterior a la modernidad, mantiene una concepción
realista del mundo: en lo esencial el mundo es tal y como lo conocemos; en lo esencial los objetos y
sus propiedades y relaciones existen independientemente de la experiencia que podamos tener de ellos;
esta es la tesis característica del realismo. Pero con la modernidad (con Kant) aparece la concepción
idealista: no sabemos cómo puede ser el mundo independientemente de nuestra experiencia
de él; todo objeto del que tenemos experiencia ha quedado influido por la estructura de
nuestro aparato cognoscitivo. Estas ideas nos llevan a dos conceptos fundamentales del Idealismo
Trascendental: el concepto de Noúmeno y el de Fenómeno. El Noúmeno (o Cosa en sí) es la realidad
tal y como pueda ser en sí misma, independientemente de nuestra experiencia de ella; la filosofía
premoderna pensaba que nosotros podíamos conocer las cosas en sí mismas, aunque cada escuela
dijese algo distinto relativo al ser de dichas cosas; el Fenómeno es una realidad dependiente del
Sujeto Trascendental, es la realidad estructurada por las formas de la sensibilidad y las
categorías del entendimiento; la realidad tal y como la experimentamos. El sujeto cuando conoce
no deja intacta la realidad conocida, la constituye en el propio acto del conocimiento. Por ello, el
Idealismo Trascendental se puede resumir en la afirmación de que sólo conocemos fenómenos.

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