Aún sin saber quién soy…

Miniprólogo a la persona lectora:

Se supone que esto sea un intento por definir lo que yo (la voz poética… quizás el autor)
“soy”. El formato se supone que lo es un ensayo… pero no me controlaré, soy indio en cohoba.
Espero que sea de su agrado, que logre entender el yo que muere con cada punzada a la tecla que
aquí se impregna para el deleite.

***

Empecemos que para ser, no se puede contener. Y es por eso, que yo, en mis yo opto por no serlo.
Soy un múltiple divisor ante la identidad caleidoscópica. “Soy” cuando me cuestiono,
por eso pienso… (tratando de concretizar), que realmente soy muchos dentro de mí, y aquí,
sonando como un loco, te explico.

Está el yo cotidiano: no tengo mucho que decir. Es un chico común, sin nada peculiar que valga la
pena denotar.

Está el poeta, el cual escribe cosas como estas:

“lo de la libreta”.

Ahora bien, está el existencialista:

Soy los estragos del naufragio en la barca de la vida

soy una frontera absurda que quiebra mi locura cerebral
soy tanto impotente que se mancha la columna ensangrentada
como mermelada, caen de los bordes del pan hasta irradiar
somos la esencia perdida del colectivo psico-social-espiritual
somos la guerra del oro negro, que termina en sangre
somos el cambio patriarcal de artes por balas
la moneda que cuesta el esclavo moderno,
la fisura por petróleo haciendo de nuestro cuerpo linóleo chamuscado

Yo, quien caigo a la luz opaca del Sol

quien caigo agarrado de la raíz amarga
que brota de mi hipocampo verbal.

También está el frustrado con el sistema opresor en el cual a diario se tambalea por mi estado como
estudiante. Una ley prometedora de solo una cosa, la crisis en declive del mayor fruto que puede
tener una civilización: la educación. A saberme pobre y una dinamita con mecha corta, se le suma
el mogote que se esparce por las venas infectadas del país. Verme ante la perdición, es como si
cincelaran mi cuerpo para hacerlo amorfo; de tal manera le hacen a la médula-educación. Un
gobierno corrupto me hace no saber qué ser. Corrupto, que a los bolsillos de caballo dan heno del
pueblo trabajador. En este estado actual, esta es mi mayor congoja.
Está el latinoamericano… (puertocaribeño)
Está el marginado… (gay)
Está la infinitud de un mar que gotea del cosmos.
Es la pausa constante del vivir muriendo.
Es el soy que realmente es un somos;
porque para ser sociedad, se es individual.
Y ante los abrojos, y por entre la tinta
se escurre un yo constante que se hace nada.
Y de la nada, de lo más minúsculo;
nazco junto con el calamar que inmortal mancha.

***

Autobiografía: martes, 27 de marzo de 2018 (21:12)

Bonet, Mayagüez