Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Es llamativo que alguien que se considera defensor de las ideas de Marx esté
“desilusionado” con un político burgués. Un político burgués que, para más
precisiones, va a asumir la conducción del Estado con el apoyo, entre otros, de
los gobernadores peronistas; de la burocracia sindical; la Iglesia; el aparato
tradicional del Justicialismo; el kirchnerismo; el stalinismo (en todas sus
variantes: PC, castrismo, maoísmo); y la inmensa mayoría de la intelectualidad
progre nacionalista. ¿Qué esperaba el Pollo Sobrero? Es que para desilusionarse,
en algún momento debió estar ilusionado. ¿Ilusionado con qué y por qué?
¿Ilusionado por el pasado menemista de AF? ¿Ilusionado porque AF prometió
–en las elecciones, por supuesto- salir de la crisis poniendo plata en el bolsillo
de la gente? ¿O por su propuesta de aumentar a los jubilados con el dinero que
se destina a las Leliq? Repito, ¿ilusionado con qué? ¿O es que se tragó el cuento
de “el peronismo es la variante progresista frente al ‘neoliberalismo’ y ‘el
capital financiero’”?
La cuestión, por supuesto, atañe a la crítica radical (de raíz) del marxismo a la
sociedad capitalista: nuestro punto de vista es materialista, ponemos el eje en las
relaciones sociales de producción. Por eso, en este respecto el análisis nos dice
que la política del Estado ante una crisis capitalista no puede dejar de responder,
en sus lineamientos más gruesos, a los intereses y reclamos del capital. Lo cual
implica asegurar las condiciones sociales y políticas sin las cuales los
capitalistas no invierten. En consecuencia, los problemas fundamentales de los
explotados no se deben a que tal o cual personaje de la política sea una mala o
buena persona; o a que no responda a las necesidades del pueblo “porque no
pasó hambre”. No se trata de un problema moral, como acostumbran a pensar
los amigos de la humanidad, sino social. Por eso es una tontería ilusionarse con
que un alza generalizada de precios, en medio de la actual crisis económica, se
modere siquiera un tanto con el llamado “del líder” a “parar la moto”. O que las
Rolando Astarita Un dirigente sindical y socialista “desilusionado”
Por esta razón, en la nota antes citada, señalaba que “la crítica de las ilusiones
subyace en el corazón de la obra del Marx maduro. Es que la crítica marxiana
busca poner de manifiesto las conexiones reales, internas, del modo de
producción y de la sociedad capitalista, y por este mismo hecho, no deja espacio
para las ilusiones. De aquí resulta también un mensaje que puede considerarse
“pesimista”, ya que viene a decir que en tanto subsistan las relaciones de
propiedad capitalistas, los problemas de fondo de las masas trabajadoras van a
persistir”. Y más abajo: “En la medida en que se alimenten esperanzas vanas en
‘salvadores’, en el Estado capitalista o en sus gobiernos, o en aparatos
burocráticos, se preparará el camino para nuevas frustraciones y derrotas. (…)
Naturalmente, los ideólogos que en su momento alentaron la ilusión, jamás
hacen balance de lo que dijeron o hicieron; cuando sobreviene el derrumbe del
“proyecto”, disimulan, y se preparan para subirse al próximo tren del
ilusionismo pequeño burgués o burocrático “progresista”.
¿Qué lugar queda entonces para que un marxista se ilusione con un político
como AF? Respuesta: sencillamente, ninguno.