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Parte I.

La primera revolución de la química

Históricamente, los primeros interesados en entender, cómo está constituido todo


lo que nos rodea (la materia) y su comportamiento fueron los filósofos griegos
como Empédocles, Demócrito y Aristóteles.

Empédocles (495 – 430 a. C.) demostró que aunque el aire no se vea, es un tipo
de materia que ocupa un lugar en el espacio. Además de hablar de cuatro
elementos: aire, tierra, fuego y agua como componentes que conformaban todo
lo que nos rodea.

Demócrito (460 – 370 a.C.) desarrollo la teoría atómica del universo, concebida
por su mentor Leucipo, la cual señalaba que todos los elementos estaban
conformados por átomos.

Años más tarde, Aristóteles (384 – 322 a.C.) retomó las ideas de Empédocles y le dio cualidades a los elementos
mencionados. Caliente (aire-fuego), húmedo (agua-aire), frio (tierra-agua) y seco (fuego-tierra) y con esto
propuso un quinto elemento: “la quinta esencia” o “éter”, el cual creía que formaba parte de los cuerpos
celestes.

Estos pensamientos respecto a cómo estaba constituida la materia predominaron durante siglos.

El periodo de la alquimia (500 – 1600 d.C.)

En este periodo, muchos hombres llamados alquimistas estuvieron dedicados a la observación directa de la
materia. Ellos desarrollaron ampliamente el campo experimental, pero lo limitaron en exceso, manteniendo el
valor de sus hallazgos bajo estricto secreto. Y aunque no tuvieron éxito en la obtención de la piedra filosofal ni en
el elixir de la vida, si lograron el descubrimiento de nuevos elementos, como el arsénico, el antimonio, el bismuto y
algunos de sus compuestos, al igual que el desarrollo de piezas fundamentales de algunos equipos.

Y no fue sino hasta 1661, gracias a que irlandés Robert Boyle (1627-1691) publica su libro “El Químico Escéptico”,
se utiliza por primera vez el término “químico”, en lugar de “alquimista”.

A partir de 1600

George Ernst Stahl (1600 - 1734) propuso la teoría del flogisto (inflamable), pues al realizar algunos experimentos,
se dio cuenta de que cuando se calentaban algunas sustancias perdían o ganaban materia. Por lo que a la
sustancia que se perdía o se ganaba en la combustión la denominó flogisto; consideraba que cuanto más
flogisto tenía una sustancia, ardía con mayor facilidad.

Al iniciarse la revolución de la química se sustituyó esa creencia, pues Joseph Priestley (1733-1804) descubrió el
gas responsable de la combustión. Esto lo consiguió en 1774, cuando hizo un experimento en el que calentó
óxido de mercurio y entre sus observaciones y mediciones destacó la obtención de un gas que permitía que la
respiración se llevara a cabo con mayor facilidad o que algunas sustancias ardieran con una llama de mayor
tamaño, al que llamo aire desflogistizado.

Esta teoría perduro hasta finales del siglo XVII, cuando el químico Antoine Laurent Lavoisier inició sus experimentos
con base en las observaciones de J. Priestley.

Parte II. La importancia de las aportaciones del trabajo de Lavoisier

Antoine Laurent Lavoisier conocido como el padre de la química moderna por sus aportaciones a la ciencia,
nació en Paris el 26 de agosto de 1743. Realizó sus primeros estudios en el Colegio Mazarino, donde adquirió una
buena base en materia científica y una sólida formación humanística y siguiendo la tradición familiar, ingresó en
la facultad de Derecho. Se graduó en 1764, sin embargo, y después de escuchar unas conferencias del
astrónomo Lacaille, desarrolló un entusiasmo por la ciencia.

En 1768 fue nombrado miembro de la Academia de las Ciencias de París gracias a un ensayo sobre la mejora de
las técnicas del alumbrado público. Pero él quería dedicarse en cuerpo y alma a la ciencia, sobre todo a la
química, su gran pasión, y para ello necesitaba independencia económica, por lo cual invirtió en la Ferme
Genérale, una sociedad financiera privada que prestaba dinero a la corona a cambio de recaudar para sí los
impuestos.

En 1774, realizó un experimento calentando un recipiente de vidrio cerrado que contenía una muestra de estaño
y aire, encontrando que la masa antes del calentamiento y después del calentamiento era la misma.

Experimentos como éste demostraron a Lavoisier que el oxígeno del aire es esencial para la combustión y le
llevaron a formular la ley de conservación de la masa que dice:

“La masa total de las sustancias después de una reacción es la misma que la masa total de las sustancias antes
de la reacción”. Reafirmando así la célebre frase de “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”

Con esto también pudo examinar la naturaleza de la combustión, demostrando que es un proceso en el que se
produce la combinación de una sustancia con oxígeno, refutando así la teoría del flogisto.

Pero este hombre, no sólo comprobó que la masa no se crea ni se destruye ni refuto una teoría que ya se tenía,
sino que hizo descubrimientos como el de 1777 en donde identificó que el agua estaba compuesta de dos
elementos (el hidrógeno y el oxígeno), el de 1781, donde establece la composición del gas carbónico (CO2) o el
de 1780 (otros químicos franceses), donde comenzó la elaboración de un sistema lógico de nomenclatura
química basado en el concepto de elemento químico.

Finalmente en 1789 publico el Tratado elemental de química (Traitée Elémentaire de Chimie) Considerado el
primer texto de la Química moderna, donde redactó sus descubrimientos más importantes, con la intención de
dárselos a conocer a científicos de su época. Entre estos descubrimientos se encuentran descritos:

 Su definición de "elemento" a las substancias puras, aquellas que no pueden descomponerse en unas
más sencillas.
 Bajo el criterio de "elemento", consideró 33 sustancias, incluyendo el calor y la luz.
 Ley de conservación de la materia.
 Introdujo en él su método de nomenclatura química.
 Describió una teoría acerca de la formación de algunos compuestos.
 Expone a la química como una disciplina científica, que forja sus bases en la experimentación e
investigación científica.
 Detalla descripciones de sus técnicas y equipo utilizadas por él, para la
realización de sus experimentos. Entre otros más.

Con esto, la Química adquirió un nuevo lenguaje analítico y metódico que


ayudó a facilitar tareas a otros químicos, para así lograr una mejor
comunicación, y el asentar bases fijas para la comprensión de esta ciencia,
mundialmente.

Pero a pesar de su prestigio internacional en 1793 fue detenido junto a otros


miembros de la recaudación de impuestos, bajo la acusación de atentar
contra la salud pública y finalmente fue condenado a muerte y ejecutado en
la guillotina el 8 de mayo de 1794.

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