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IMPORTANCIA DE LA PIEL Y SUS COMPLEMENTOS CON RELACIÓN A LA

HOMEOSTASIS DEL CUERPO HUMANO.


En este análisis hablaremos de la importancia de la piel con relación a la
homeostasis del cuerpo y antes de comenzar, considero importante mencionar 2
conceptos fundamentales que debemos conocer antes de comenzar: piel y
homeostasis.
La piel es el órgano más grande del cuerpo. La piel y sus derivados (cabello, uñas
y glándulas sebáceas y sudoríparas), conforman el sistema tegumentario. El
sistema tegumentario ayuda a mantener una temperatura corporal constante,
protege al organismo y proporciona información sensitiva del medio circundante. Es
importante tener en cuenta que de todos los órganos corporales, ninguno puede
inspeccionarse con mayor facilidad ni está más expuesto a la infección, la
enfermedad y la lesión que la piel.
Después de haber dejado un poco más en claro la definición de la piel, analizaremos
el concepto de homeostasia. La homeostasis, en sentido general, se refiere a
estabilidad, balance o equilibrio. Es decir que, es el equilibrio que se produce en un
medio interno. También conocido como “homeostasia”, consiste en la tendencia que
posee cualquier sistema, incluyendo los seres vivos, a adaptarse a los cambios y
mantener un ambiente interno estable y constante. Este equilibrio se produce a
partir de respuestas adaptativas que tienen como finalidad preservar la salud.
Es importante la relación que hay entre la piel y la homeostasia, debido a que, como
habíamos mencionado antes la homeostasia se encarga de mantener la estabilidad
de nuestros cuerpos, como por ejemplo, el proceso de la homeostasis mediante la
transpiración, en este proceso se registra la secreción de sustancias liquidas sobre
la piel y la evaporación de esas sustancias ayuda a refrescar al organismo y a
reducir el incremento de la temperatura interna. Por otra parte, si estamos sentado
en una habitación fría y no vestimos ropa cálida, el centro de la temperatura en el
cerebro tendrá que activar respuestas que ayuden a calentarnos. El flujo de sangre
hacia nuestra piel disminuye y podríamos empezar a temblar para que nuestros
músculos generen más calor. También podemos tener piel de gallina, que eriza el
vello del cuerpo y atrapa una capa de aire cerca de la piel, además de aumentar la
liberación de hormonas que actúan para aumentar la producción de calor.
Es así, como la homeostasis se encarga de preservar nuestra salud, manteniendo
un ambiente interno sano al adaptarnos a algunas situaciones que presentamos,
aunque también es importante mencionar que después de los 30 años
aproximadamente la piel va perdiendo su capacidad de defensa natural y empieza
a tener un desbalance.
Aunque a veces no es necesariamente por los años, si no, por otras situaciones
como por ejemplo: el cáncer, en este tipo de enfermedades se suele utilizar la
quimioterapia como tratamiento mediante sustancias químicas o fármacos. Los
quimioterápicos interrumpen el ciclo vital de las células cancerosas que se dividen
con rapidez. Por desgracia, estos fármacos también afectan a otras células
corporales que se dividen en forma rápida, como las de la matriz del cabello. Debido
a esto, los pacientes bajo tratamiento quimioterápico pierden el cabello.
En conclusión, gracias a que la homeostasis aspira a la búsqueda del equilibrio es
que los organismos no entran en estado de entropía, es decir, de caos. Es
importante mencionar que si los procesos de homeostasis por algún motivo fallan,
se produce la enfermedad o muerte del organismo. Si el organismo no logra
mantener sus parámetros biológicos dentro de los límites de la normalidad, se
produce una enfermedad que puede derivar en la muerte del organismo en cuestión.
Sobre la piel y la homeostasis, cabe mencionar que gracias a ella, es que nuestro
organismo se mantiene en equilibro, gracias a la estabilidad que brinda a través de
sus procesos y sus respuestas ante diversas situaciones.

Bibliografía:
 Tortora, G.J. Derrickson, B. Principios de anatomía y fisiología. 11ª ed. Buenos
Aires: Editorial Médica Panamericana; 2006.
 Tortora, G.J. Introducción al cuerpo humano: fundamentos de anatomía y
fisiología. 7ª ed. Méjico: Editorial Médica Panamericana; 2008.

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