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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE

SAN MARCOS

"Año del Diálogo y Reconciliación Nacional”

TEMA: El Racismo
MATERIA: Lenguaje Académico
DOCENTE: María B. Lafitte Aparicio
AULA: 301
SECCION: 29
TURNO: Tarde
INTEGRANTES:

JUAN DE DIOS ENRIQUEZ BECERRA 18020410


PIERINA CAVANI GUZMÁN 18020405
JUAN JOSE BERRIOS HUAMANI 18150204

2018
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INTRODUCCIÓN

A ctualmente, por un lado, podríamos decir que muchas de las formas de


racismo conocidas han sido visibilizadas. Esta concepción, sin embargo,
puede generar discursos en los que se argumenta que muchas de estas han
sido superadas, por lo cual hablar de ello o denunciar ciertas prácticas no
tendría sentido. Nada puede estar, pues, más alejado de la realidad. Los
constantes feminicidios, la cotidianidad con la que vivimos el racismo, las
indiferencias del Estado hacia las minorías sexuales nos muestran que
estamos bastante lejos de que este tema resulte no ser parte de una agenda
pública urgente. Es importante, en ese sentido, no perder de vista la vigencia
del término y la necesidad actual de producir reflexiones, académicas y
cotidianas, sobre esta problemática.
Los y las estudiantes que elaboran el presente trabajo buscamos establecer, a
partir del tratamiento de ciertos tópicos respecto al tema en cuestión, la
afirmación de que es fundamental repensar el tema de la racismo a partir de
información, pero también desde el cuestionamiento y análisis propio de esta
problemática de la que no somos en absoluto ajenos. Para ello, hemos
estructurado esta monografía de la siguiente forma: se definirá el tema del
racismo a partir de la historia de la definición del término y se presentarán los
distintos ejemplos de lucha contra el racismo en el mundo y en nuestro país
para generar un panorama de la amplitud englobada por este fenómeno social.
Se presentarán los temas del Apartheid en Sudáfrica y el movimiento de
Luther King de los años 50’s. Para finalizar y como tercer punto, abordaremos
el tema del racismo en el Perú en 5 etapas claves para comprenderlo: Inicios
del siglo XV – XVI, la etapa colonial, el Perú independiente, los siglos XIX
Y XX y el contexto actual en nuestro país.

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INDICE GENERAL

PORTADA
INTRODUCCIÓN

CAPITULO I: LA RAZA Y EL RACISMO


1.1 Definición y características
1.1.1 El concepto de raza
1.1.2 El racismo
CAPITULO II: El problema del racismo y la discriminación en África y en EE.UU
2.1 El apartheid sudafricano
2.2 La lucha de Martin Luther King por la igualdad y el reconocimiento de los derechos
de la población negra
CAPITULO III: RACISMO Y DISCRIMINACION EN EL PERU
3.1 Un breve resumen desde el origen del problema hasta la actualidad
a) Inicios del siglo XV – XVI
b) La etapa colonial
c) La independencia
d) Los siglos XIX Y XX
e) Racismo y discriminación en la actualidad

CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

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CAPÍTULO I
LA RAZA Y EL RACISMO

1.1 DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS


1.1.1 El concepto de raza
El concepto de raza en la actualidad se encuentra en un fuerte debate. Históricamente,
esta palabra ha servido para diferenciar, segmentar y organizar a “diferentes” grupos
humanos, valiéndose de aspectos somáticos en la mayoría de los casos. Sin embargo, el
debate actual se debe a que, justamente la organización por razas en los seres humanos es
la que ha provocado la estratificación arbitraria y la creación de imaginarios sociales que
sustentan la superioridad de un determinado sector sobre otro.

El concepto de raza ha presentado, a lo largo de los años, una definición que ha estado
carga de ideas que van allá de lo que el propio concepto de raza puede comprender, es
decir, si la raza se circunscribe a la organización de especies por características
observables diferenciables que se transmiten de generación en generación, entonces, de
qué manera se justifica la intención de relacionar características anatómicas con
facultades psicológicas, como es el caso de la representación de las personas negras como
una raza inferior a nivel intelectual frente a las personas de tez blanca. Se observa
entonces que existe una imprecisión al momento de manejar tal término, no solo en las
relaciones sin fundamento de ciertas características con un determinado color de piel, sino
a lo difuso que es el concepto producto de un historial de desaciertos al momento de
definirlo. A mediados del siglo XIX, el término “raza” abarcaba un buen número de clases
de relaciones.

A veces comprendía a la totalidad de la especie, “la raza humana”; a veces a una


nación o una tribu, “la raza de los ingleses”; y otras sencillamente a una familia,
“es el último de su raza” (Del Olmo, J. (2003).)

Del Olmo nos presenta la idea poco concreta de lo que el concepto de raza implicaba.
Con el desarrollo de la biología y los estudios genéticos, se ha ido planteando nuevas
visiones sobre el significado de raza, teniendo resultados contundentes en la antropología,

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a tal punto de que, aproximadamente hace 30 años, los libros de texto restaban
importancia a el problema de la cuestión de las razas.1

Sin embargo, si bien actualmente el concepto de raza está perdiendo validez, no goza de
una definición común, pues no existe un consenso o una sola concepción de raza que se
critique, sino que se plantea la desarticulación de todos estas ideas que giran en torno a el
concepto de raza, sea definiéndola por el color de la piel, tamaño del cráneo, caracteres
heredados, el espacio geográfico, la cultura, etc.

1.1.2 El racismo

La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación


Racial (CEDR) define la discriminación racial de la siguiente manera:

“…toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de


raza, color linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado
anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condicione de
igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas
política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública”

Esa definición se encuentra vigente desde el año de 1969. Según la academicista Rita
Segato (2011), el racismo incorpora tres tipos de aspectos:

a) Los prejuicios: actitudes, pensamientos y convicciones personales racistas.


b) Los estereotipos: generalizaciones sobre grupos de personas que comparten por
lo menos una característica.
c) La discriminación: el efecto de esas actitudes, convicciones, etc.2

En la esfera pública, los prejuicios, estereotipos y la discriminación se alimentan de la


diferencia y suponen una valoración desigual de las diferentes “razas”. La discriminación
racial, entonces, consiste en ofrecer oportunidades y tratamientos negativamente
diferenciados a las personas sobre las cuales recae el prejuicio racial. Segato diferencia
entre tres tipos de destinatarios del prejuicio y de la discriminación racista. Esta distinción
es importante en el presente diagnostico porque nos ayuda a entender mejor las
características de la discriminación racial en el Perú para luego preparar mejores

1
Del Olmo, J. (2003). Las caras del racismo. Colección filosofía y teoría social.
2
Segato, R. L. (2011). Racismo, discriminación y acciones afirmativas: herramientas
conceptuales. Observatório da Jurisdição Constitucional, 1(1).

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estrategias para afrontarla. La investigadora menciona primero aquellos que conjugan una
diferencia racial, un signo fenotípico, como un patrimonio idiosincrásico. Un buen
ejemplo de lo mencionado lo podemos hallar en nuestro país; las personas indígenas
selváticas como los Macho-Piro o los Yora que, según la caracterización hecha por
Segato, reunirían la característica de “raza con etnicidad”. Dicho de otra manera, tales
personas tienen en común no solo un conjunto de rasgos físicos, sino que también
comparten una historia, una identidad y raíces culturales. En segundo lugar, Segato
menciona aquellas personas que exhiben características somáticas o trazos racializados
como el color de piel, el tipo de cabello, la forma de los labios y de la nariz, etc. Estas
características no necesariamente son portadoras de un patrimonio cultural diferenciado.
A esta condición la autora llama “raza sin etnicidad” y abarca a personas que, aunque si
compartan un conjunto de rasgos físicos, no tienen en común una historia, una identidad
colectica o raíces culturales. En tercer lugar, están aquellas personas pertenecientes a
pueblos marcados por el cultivo y la transmisión de un patrimonio cultural idiosincrásico
y conductores de una trama histórica que reconocen como propia, sin embargo, debido a
un antiguo proceso de mestizaje, no necesariamente exhiben trazos raciales que las
distinguen de la población de su región o nación. Un ejemplo podría ser las personas
quechua-hablantes que viven en la sierra. En estos casos de “etnicidad sin raza”, Segato
precisa que son los comportamientos, el vestuario, la lengua el acento o el apellido lo que
marca a la persona y resulta en su discriminación.

Para nosotros es importante también señalar que, para José Fernando Troyano (2010), es
difícil definir el concepto de racismo debido a la procedencia inexistente del término
“raza” en el campo semántico, sin embargo, sugiere que es un fenómeno cuya fuente es
una construcción social sujeta a una búsqueda de una identidad por parte de los individuos
y a la formación de relaciones de jerarquía con respecto al otro basadas, justamente, en la
búsqueda de esa misma identidad y a la intención de diferenciarse en la sociedad. Este
espíritu de supremacía y diferenciación se proyecta a través de diferentes mecanismos de
discriminación en la sociedad.3

El punto encuentro de ambos autores es que ambos llegan a considerar al racismo como
un tipo de discriminación (una basada en la misma idea de raza y otro basado en la
búsqueda de la identidad en la sociedad).

3
Troyano, J. F. (2010). El racismo. Consideraciones sobre su definición conceptual y operativa.

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CAPÍTULO II
EL PROBLEMA DEL RACISMO Y LA
DISCRIMINACIÓN EN SUDÁFRICA Y EN LOS
EE.UU

2.1 El apartheid sudafricano

El Apartheid fue, en Sudáfrica, uno de los procesos de segregación racial más


estructurados e institucionalizados de la historia. Desde la llegada de los antiguos colonos
holandeses hasta 1990, este sistema se encontraba enraizado en las dinámicas políticas,
culturales y sociales, encabezadas por una minoría blanca, que expreso el 13% de la
población en aquellos tiempos, dejando a un lado a toda la población negra, cuya forma
de vida era controlada, discriminada y constantemente estigmatizada.

El apartheid se define como “la condición de estar separado”. Este término, proveniente
de la lengua afrikáans de los antiguos colonos holandeses, designa las políticas raciales
discriminatorias legalizadas en el gobierno de Sudáfrica desde que, en 1948, el Partido
Nacional ganó las elecciones.

Es claro aclarar que este proceso de segregación no nace exactamente a mediados del
siglo XX, en realidad, es producto del desarrollo progresivo en la historia de Sudáfrica,
donde se han ido desarrollando ideas de superioridad basadas en el color de la piel. Esta
cultura de jerarquización y poder se ve reforzada debido a el hecho de que Sudáfrica fue
un territorio invadido por un grupo de personas que sobrepusieron su cultural, sus reglas,
su religión, y su estado de manera arbitraria, iniciando así es proceso de segregación y
estigmatización en la cultura autóctona Sudafricana.

Con el pasar de los tiempos, Sudáfrica se volvería un territorio dividido política y


socialmente, donde la minoría blanca, descendiente de colonos, cumplían el rol de clase
dominante, emitiendo mediante organismos gubernamentales políticas de desarrollo
separado basadas en la división por grupos raciales. Estos grupos raciales estaban
conformados por los blancos, los bantúes o negros y los mestizos. Posteriormente se
fueron añadiendo los hindúes y pakistaníes como una categoría más. Esta forma de
gobernar es una clara evidencia de la discriminación que recibía la población sudafricana

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partiendo el concepto de “raza” como elemento que define la situación social, economía,
cultural y política dentro de la sociedad.

Esta práctica discriminatoria y racista llamada apartheid funciono de manera tacita hasta
1950, momento en que toma el perfil de política oficial, gracias al plan de gobierno o
programa electoral del Partido Nacional en 1948. Esta política gana las elecciones,
iniciándose así la estructuración de un estado racista de carácter legal.

En Sudáfrica, esta política racista se proyectó en el asentamiento de viviendas divididas


por grupos raciales, donde los menos beneficiados eran las personas “No blancas” el
transito exclusivo por playas y ciertas zonas del país para personas blancas, una educación
condicionada por el origen o el color de la piel y el derecho a voto solo para personas
blancas. Todo esto se aplicó bajo el amparo de una legislación hasta 1989, año en que el
presidente Frederik Williem de Klerk toma las riendas del país.

Durante su gobierno, se inició un proceso en Sudáfrica de desaparición total del


apartheid. Se liberaron a los líderes anti-apartheid con penas de larga duración y se
terminó con la segregación en las playas y ciertas zonas del país para personas blancas.
Un contexto muy importante fue el de febrero de 1990, mes en donde se pone fin a la
prohibición que presentaba el A.N.C y se dio la libertad a Nelson Mandela tras 28 años
de prisión. En mayo de 1990 se puso fin a la segregación en hospitales y el 15 de octubre
del mismo año entro en vigor la ley que derogaba la segregación racial en lugares
públicos.

Aunque desde esa fecha grande trabajos se han realizado con el fin de eliminar este
mecanismo de opresión y racismo en Sudáfrica, aún hay lugares y comunidades con
resabios de ese sistema, como lo son las poblaciones de Orania y la formación de grupos
radicales como los Kommandokorps, conformado por jóvenes de ascendencia holandesa
o Alemana, es decir, Afrikáners.

2.2 La lucha de Martin Luther King por la igualdad y el reconocimiento de los derechos
de la población negra

Martin Luther King es uno de los personajes más trascendentales de la lucha pacífica
contra el racismo y la segregación en la historia de los Estados Unidos. Su lucha ha sido
ejemplo no solo en EE.UU, sino también en diversos lugares del mundo.

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Para entender el origen de la lucha por la igualdad liderada por ese personaje, es clave
explicar el contexto y la realidad de los Estados Unidos de los 50’s. De manera muy
similar a las prácticas de segregación usadas en Sudáfrica durante la época del Apartheid,
EE.UU era un país esencialmente racista, donde el poder de concentraba solo en la
población de raza blanca, proyectándose eso en la práctica mediante la asignación de
espacio público para gente blanca y otra de color, la prohibición de matrimonios mixtos
en un gran número de estados, educación limitada por factores raciales y la continua
separación de gran cantidad de servicios y áreas públicas basándose en el color de la piel.

Estado Unidos era un país dividido, lleno de exclusividad y con un odio bastante
evidente, y es dentro de esta realidad que Martin Luther King inicia un proceso de lucha
pasado en la desobediencia civil y la no violencia, en contraste con otros grupos de lucha
contra la opresión y discriminación liderada por los Panteras Negras y los musulmanes
negros liderados por Malcolm X, que eran partidarios de acciones con un tono más radical
contra el Estado.

A pesar de la diversidad de movimientos con un carácter aún no definido, es Luther King


que con el inicio del boicot al transporte público toma el liderazgo de la protesta a nivel
nacional. Apoyo numerosas huelgas y luchas estudiantiles en 1957 y 1968. Dentro de ese
periodo, recorrió alrededor de 6 millones de millas y realizo numerosos discursos, fue
arrestado en más de 20 ocasiones y escribió 5 libros y numerosos artículos. Las acciones
lideradas por Martin Luther King permitieron la legalización del derecho al voto en
Alabama para la comunidad afroamericana, y se calcula que fueron más de 250 mil
personas las que se movilizaron en Washington y Alabama para escuchar su famoso
discurso.

Producto de si constante lucha por la defensa de la igualdad y la no discriminación racial,


en el año de 1964 se reconoce su gran labor mediante el otorgamiento de un Premio Nobel
de la paz, convirtiéndose en la persona más joven, con 35 años de edad, en recibir tal
reconocimiento.

Toda esta acción política hizo posible la difusión de la campaña a favor de los derechos
civiles en EE.UU por todo el mundo, inspirando movimientos similares en otros países.
Sin embargo, Martín Luther King sumo numerosos enemigos a lo largo de su vida debido
a la causa que el defendía. Fue así que en 1968, durante el apoyo a una huelga de
trabajadores de la sanidad pública en la ciudad de Memphis, fue asesinado cuando estaba

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en el balcón de un motel. A pesar de las victorias, el asesino de Luther King demostró
que había aun un largo camino que recorrer en la lucha por la igualdad entre blancos y
negros en Estados Unidos y en el mundo.

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CAPÍTULO III
RACISMO Y DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ

3.1 Un breve resumen desde el origen del problema hasta la actualidad


En la historia del Perú, las diferencias culturales entre grupos sociales se han manifestado
con anterioridad a la invasión española en territorio nacional. Se evidencia que, durante
el desarrollo de las diferentes culturas precolombinas, incluyéndose el imperio incaico
(ya que fue la síntesis de muchas de estas) existían diferencias entre grupos sociales que
conformaban estas antiguas sociedades.

Un buen ejemplo de esta idea la podemos hallar en las dinámicas sociales del imperio
Incaico. A pesar de ser el inca un personaje que representaba el máximo poder político y
una gran jerarquía social, existían en otras zonas del Tahuantinsuyo representantes de
antiguos Reinos, como el Chinchano, que mantenían de manera casi intacta sus dinámicas
sociales, esto engloba sus costumbres, su lenguaje, sus creencias, e incluso el mismo
individuo en el poder dentro de su territorio a pesar de la existencia de un estado mucho
más poderoso en múltiples aspectos como el Incaico. Todo esto fue producto de acciones
diplomáticas entre gobernantes con el fin de anexionar al imperio incaico mayor cantidad
de territorios sin la necesidad de llegar a un conflicto militar, pero se destaca el hecho
que, existiendo diferencias muy notables en aspectos como el poder, las costumbres y la
religión entre estados, la relación entre estos no haya generado la construcción de la idea
del otro como un diferente, es decir, una relación donde exista una especie de superioridad
entre un ser y otro por aspectos como la raza, la religión, el estado al que se pertenece,
etc.

a) Inicios del siglo XV – XVI


El racismo y la discriminación tal y como hoy las conocemos nace en realidad a partir del
siglo XV y XVI. Con la llegada de los españoles a continente Americano se inicia un
proceso histórico bastante traumático para la población autóctona, que luego sería
catalogada como “indígena”, pues el proceso de “conquista española” fue en realidad un
acto de invasión y sometimiento progresivo, justificado por el cristianismo como un

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proceso de desbarbarización, pero al mismo tiempo contradicho por este mismo, como se
evidencia en los debates de Valladolid entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé De Las
Casas, ambos cristianos, que debatían sobre la condición civilizada o incivilizada
(bárbara) del indio. Además, se debatió si era o no justificable el sometimiento de España
en América, pues teniendo en cuenta que este territorio ya le pertenecía a sus pobladores
en un inicio, no se hablaría de una conquista de tierras nuevas, sino de un acto arbitrario
y violento de despojo.

Comenzando con el hecho de que el indígena fue catalogado como un ser barbárico por
parte de Ginés de Sepúlveda demostrado en este pequeño extracto suyo en la Junta de
Valladolid:

“Digo que los bárbaros, se entiende como los que no viven conforme a la razón natural
y tienen costumbres malas públicamente entre ellos aprobadas....ora les venga por falta
de religión, donde los hombres se crían brutales, ora por malas costumbres y falta de
buena doctrina y castigo...”

Y el desarrollo del comercio negrero en Europa, incluyéndose obviamente España, es


evidente la cosificación, exclusión y segregación hacia grupos determinados de personas,
cuyo único delito fue no ser españoles (o Europeos).

En este periodo se refleja la construcción del otro como un ser diferente o ajeno producto
del choque de mundos distintos, seguida de la imposición hegemónica y brusca de una
sociedad más “civilizada, pura y correcta” como se autodenominaba la española, sobre
una arbitrariamente juzgada como salvaje, bárbara y poseedora de costumbres
irracionales como lo fue la indígena.

En la colonia, a pesar de un progresivo proceso de mestizaje, la discriminación no merma


en la sociedad colonial, al contrario, se estructuro y de alguna manera llega a
prácticamente institucionalizarse en las dinámicas sociales y el imaginario colectivo de
las personas.

Producto de la esclavización, el negro es visto como un objeto, una fuerza laboral exenta
de humanidad llena de instintos y con una nula racionalidad, de tal manera que se les
denomino piezas de ébano, iniciándose producto de todas estas ideas su constante
estigmatización y discriminación de la cual los indígenas también eran parte.

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b) La etapa colonial
La discriminación se manifestó tanto en un aspecto racial como cultural en la colonia. Lo
racial evidenciado en la clasificación y división por castas a personas, como la casta
negra, indígena, mestiza, mulata o zamba, y en gran cantidad de ideas basadas en la
supuesta pureza racial del hombre blanco europeo, como lo fue la idea que proponía que
generar descendencia con un peninsular seas la casta que fueses, significaría la
purificación o mejoramiento racial de próximas generaciones. De la misma manera, se
discrimino y busco eliminar manifestaciones culturales diferentes a la española a través
de la extirpación de idolatrías (S. XVI-XVII), los proyectos de castellanización a los
indios (S. XVIII) y la constante imposición del catolicismo.

c) El Perú independiente
Finalizada la etapa colonial en el Perú, muchas de las prácticas y estructuras de
dominación coloniales permanecen en esta nueva etapa de la historia del país. Durante
este contexto, el siglo XIX, se impone dentro de la América, ahora libre, el racismo
científico o racialismo, que propone que la naturaleza biológica del hombre determina su
desarrollo. Esta idea, que promueve ampliamente la diferenciación y el desarrollo de
prejuicios y perjuicios sociales, fue rebatida por personajes de la talla de Benjamín
Franklin y Thomas Jefferson en su momento.

A la par con estos hechos, el Perú se desarrollaba como un estado independiente y


soberano que buscaba la homogenización de la sociedad. Fue así como el 3 de diciembre
de 1854, durante el gobierno de Ramón Castilla, se decretó la abolición de la esclavitud
en el país. Afrodescendientes e indígenas gozaban de la facultad de ser ciudadanos libres,
sin embargo, como se ha mencionado, la discriminación persiste en la sociedad peruana
como una especie de herencia que la independencia no pudo superar, por lo que, a pesar
de ser ambos grupos sociales libres, se hacía evidentes procesos de explotación laboral
como fue el caso de los indígenas en la sierra y el desarrollo de grandes hacendados que
veían en este sector social una mano de obra barata y de fácil manipulación. Por otro lado,
la población afrodescendiente, debido la falta de reconocimiento en medidas que
mejoren su condición en la sociedad por parte del estado, produjo que estos fueran
sistemáticamente adscritos a espacios y roles históricos de exclusión.

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d) Los siglos XIX Y XX
Siguiendo la historia, a finales del siglo XIX e inicios del XX se gesta en nuestro país un
proceso de modernización producto del ingreso del sistema capitalista en el mercado
mundial y el acelerado desarrollo tecnológico resultado de la Segunda Revolución
Industrial. Este proceso modernizador es convertido en un discurso modernizante usado
por el estado peruano, que en ese momento era gobernado por un pequeño pero poderoso
sector social y económico. Este momento histórico es catalogado por el historiador Jorge
Basadre como la “Republica Aristocrática”, concepto que caracteriza política, económica
y socialmente este periodo de la historia del Perú.

El Perú aristocrático, gobernado por una oligarquía compuesta por las más ricas familias
del país, presento un grave problema de inclusión y reconocimiento con relación a las
comunidades indígenas. Dentro de su discurso, de manera subliminal, se proponía al
obrero, un individuo que nació del proceso de industrialización y que luego conformaría
un sector social numeroso en nuestro país, como una “raza regenerada” u “hombre
nuevo”, dejando fuera del discurso, el reconocimiento y el desarrollo del país al hombre
de campo, al indígena.

La mentalidad de promover el crecimiento del sector obrero es claramente bajo el interés


por parte de estas grande familias (que se desarrollaban en sectores como el agrario,
industrial, minero y textil) en conseguir mucho más mano de obra como parte de un gran
proyecto económico que buscaba el progreso nacional y particular, sin embargo: “esta
industrialización, más que un proyecto económico, era una aspiración cultural pues el
papel último de la fábrica era el de des-indianizar a la población”. Este punto, comentado
por Paul Vergara, politólogo, a la obra “The allure of labores” del historiador Paul Drinot
evidencia el concepto fuertemente racializado de las elites peruanas con respecto a la idea
del progreso.

A pesar de la realización del proyecto, dentro de la dinámica social peruana seguían


vigentes estructuras propias del colonialismo. El racismo se gestaba como un acto que no
solo segregaba a un grupo de personas con características fenotípicas, sino que ahora se
proyectaba a discriminar a toda una manifestación cultural, como fue el caso de la
población indígena. De manera similar, el indígena amazónico es un buen ejemplo de que
como el imaginario nacional mantenía un concepto incluso anterior al colonial, pues se
tenía la idea de que el poblador de la selva era un ser agreste, salvaje y por domesticar,

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justificando su salvaje explotación en las haciendas caucheras durante el boom de este
producto y declarando muchos de estos hacendados que en realidad sus acciones
obedecían a un proyecto de civilización, denominándose guardianes morales y
compatriotas de la nación.

Con la llegada de Juan Velasco Alvarado al poder y la aplicación del plan de reforma
agraria en 1969, se buscó eliminar el sistema gamonalista de carácter similar al feudal
que se desarrollaba en la sierra del Perú y mantenía al indio en un estado de semi-
esclavitud. A pesar de que este plan significo un quiebre en el sistema económico social,
su alcance no llego a la población de manera psicológica, pues la transformación del indio
en campesino no significo un mayor reconocimiento social o disminución de actitudes
discriminatorias ante este sector de la sociedad.

Durante la época del terrorismo en el Perú, el 75% de las victimas producto de este intenso
episodio de violencia fueron quechua-hablantes o poseían otra lengua originaria como
lengua materna, según datos proporcionados por la Comisión de la Verdad y la
Reconciliación durante el periodo comprendido entre 1980 y 1990. La vulnerabilidad de
la población rural, el campesino, el indígena, no era más que la consecuencia de un estado
que trabajaba de espaldas a las necesidades de este sector social, que ha sido, junto con el
afrodescendiente, los más afectados por la indiferencia y el odio en nuestro país.
Episodios como el del terrorismo en el Perú demostraron la gran brecha social y la gran
inequidad que existían en el país.

e) Racismo y discriminación en la actualidad


El racismo en nuestro el Perú no es un concepto que solo incluye a la raza como factor
que genere segregación e indiferencia, sino es un conjunto de factores lingüísticos, socio-
educativos y culturales los que conforman este problema social que persiste hasta nuestros
días con fuerza, pues existe en nuestro contexto más denuncias por casos de racismo y
discriminación. Esto no significa que seamos una sociedad más discriminadora a
comparación de antiguos episodios de nuestra historia, sino se traduce en el hecho de que
las personas son más conscientes y gozan de más derechos en comparación con épocas
anteriores.

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Actualmente este problema aún se encuentra impregnado en las mecánicas sociales, sin
embargo, de manera paralela, se trabaja de manera continua en la ejecución de políticas
que promuevan una sociedad más tolerante, desarrollándose una batalla constante contra
este problema social que, con la participación de todos y todas, culminara cuando menos
lo esperemos.

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CONCLUSIONES
1. Para comprender el fenómeno de la racismo es necesario conocer que para que
exista situaciones de esta índole debería haber un sistema económico – social que respalde
al discriminador que a su vez le otorgará poder convirtiéndole en un ser “superior” en
comparación con el resto.

En ese sentido establecemos que el racismo y la discriminación como un trato excluyente


que se da entre un individuo u otro tiene raíz en un constructo social que generó o devino
en algún sistema clasista.

2. Es importante recalcar que pese a que el racismo no tenga una base semántica que
guarde relación con la realidad humano – sociedad por la imposibilidad de distinción
racial entre nosotros, es su afectación a lo largo de nuestra densa línea de tiempo – historia
la que ha servido para definir, de manera arbitraria, este concepto. Estas concepciones
arbitrarias se proyectan bajo esta misma naturaleza en prácticas sociales denigrantes,
discriminatorias y totalizantes.

Hablamos de situaciones, lamentables y aberrantes claro está, como el Apartheid de


Sudáfrica así como también el Holocausto Nazi cuyo común denominador es el odio
expresado como lo que llamaríamos técnicamente: xenofobia; actitud que se vale de odio
y violencia para lastimar al diferente al débil.

No está demás que reformulemos ¿Qué disposición tomaríamos como personas frente a
lo ya sabido? Se dice que la historia nos sirve para no volver a caer en los mismos errores
¿Cuánta validez aportaremos al aforismo citado?

Sin embargo (y mencionamos la disyunción debido a las pocas iniciativas serias


existentes) ya ha habido destellos de luz, luz que alumbra aunque tenue pero vital para
la lucha contra el racismo y la discriminación, movimientos que han generado cambios
significativos en estos problemas que aquejan nuestra sociedad.

Ahora bien ¿Seremos parte del progreso que ya iniciaron estos grandes movimientos?

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BIBLIOGRAFÍA
Troyano, J. F. (2010). El racismo. Consideraciones sobre su definición conceptual y
operativa.
Del Olmo, J. (2003). Las caras del racismo. Colección filosofía y teoría social.
Ortiz, F. (1975). El engaño de las razas. Editorial de ciencias sociales.
Mbembe, A. (2016). Crítica de la razón negra: Ensayo sobre el racismo contemporáneo.
Ned ediciones.
Callirgos, J. C. (1993). La cuestión del otro (y de uno). DESCO. Lima.
Oboler, S., & Callirgos, J. C. (2015). El racismo peruano.
Segato, R. L. (2011). Racismo, discriminación y acciones afirmativas: herramientas
conceptuales. Observatório da Jurisdição Constitucional, 1(1).
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y trabajo social (pp. 201-226). McGraw-Hill Interamericana de España.
Van Dijk, T. (2006). Discurso de las élites y racismo institucional. Medios de
comunicación e inmigración, 15-36.
Romero, E. (2014). Hispanic American Historical Review. Breve historia del racismo
en el Perú. Recuperado de http://hahr-online.com/breve-historia-del-racismo-en-el-peru/

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