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Introducción
El hemograma es una de las pruebas más frecuentemente utilizadas en la práctica clínica diaria,
debido a que es una herramienta diagnóstica que nos proporciona bastante información
principalmente relacionada con la respuesta del sistema hematopoyético a diferentes estímulos
fisiológicos o patológicos. A través del hemograma se puede evaluar la línea roja (eritrocitos,
hematocrito y hemoglobina) para determinar alteraciones como anemia y eritrocitosis, de igual
forma podemos evaluar hemostasia primaria realizando el conteo total de plaquetas cuyas
alteraciones corresponden a trombocitopenia y trombocitosis y la línea blanca en donde se realiza
un conteo total y diferencial de los leucocitos. Una de las partes fundamentales y necesarias
dentro de la elaboración del hemograma es la evaluación del frotis sanguíneo, con el cual se
corroboran o confirman algunos de los datos que proporciona un analizador automatizado o
conteos manuales, y se obtiene información adicional, que resulta necesaria para interpretar los
resultados. El objetivo del siguiente trabajo es dar a conocer la gran utilidad que representa una
simple evaluación del frotis sanguíneo, inclusive sin tener el resto de los valores del hemograma.
Es indispensable una correcta confección del frotis, ya que de esta forma se facilita en gran
medida su observación y evaluación puesto que las células se encontrarán homogéneamente
distribuidas. Para la confección del frotis sanguíneo se requiere únicamente un par de laminillas,
un capilar y la sangre con anticoagulante EDTA y se realiza de las siguiente forma: 1) se coloca una
laminilla horizontalmente sobre la mesa de trabajo la cual va a ser en donde se extiende la sangre
2) Se toma sangre con el capilar y se coloca una gota en el extremo de la laminilla colocada
anteriormente, 3) una segunda laminilla que se utilizará para extender la sangre se posiciona
perpendicular a la primera formando un ángulo aproximado de 35 grados y justo por enfrente de
la gota de sangre, 4) para iniciar a hacer el extendido se hace hacia atrás la segunda laminilla hasta
hacer contacto con la gota de sangre (la cual por capilaridad se distribuirá en la base de la
laminilla) y posteriormente se extiende hacia el extremo opuesto de la primera laminilla.
Consejos: 1) es importante que las laminillas estén perfectamente limpias, 2) la laminilla con la
que se va a hacer el extendido debe tener los extremos esmerilados y lo más lisos posible, de no
ser así se deberá cambiar de laminilla ya que de otro modo será imposible obtener un adecuado
frotis, 3) toda la gota de sangre debe quedar dentro de la laminilla ya que la parte final del frotis
(llamada cola) debe también ser evaluada y debe quedar lo menos rayada posible, 4) si se reduce
el ángulo de la laminilla colocada perpendicularmente obtendremos frotis más delgados, si el
ángulo se aumenta los frotis serán más gruesos y 5) no olvidar marcar cada uno de los frotis con la
identificación del paciente.
Tinción del frotis sanguíneo
Básicamente son dos tipos de tinciones hematológicas que se utilizan para teñir los frotis
sanguíneos: Diff-Quik y Wright.
Tinción de Diff-Quik: Esta tinción es la más recomendada a nivel de clínica, ya que es mucho más
rápida y no se requiere preparar ningún reactivo. Esta tinción consta de un alcohol para fijar la
laminilla y los colorantes de eosina y azul de metileno. La forma de teñir es muy sencilla, ya que
solamente se introduce la laminilla en cada uno de los reactivos por un lapso de 15 a 30 segundos
en el mismo orden antes mencionado, sin enjuagar entre cada pase. Después del último colorante
se enjuaga con agua corriente, se deja secar y está listo para su evaluación.
Tinción de Wright: Esta tinción tiene como ventaja ser más económica que la anterior. La
desventaja es que es ligeramente más tardada y eventualmente si no se utilizan bien los tiempos
pueden quedar las células muy pálidas, sobre teñidas u obtener precipitados en el fondo del frotis
o sobre las células. Para teñir el frotis se coloca una capa de la tinción por un lapso aproximado de
3 minutos (el tiempo va a variar entre cada tinción preparada, así es que los tiempos se tienen que
ajustar cada vez que se cambie de tinción), posteriormente se coloca otra capa de amortiguador,
aproximadamente la misma cantidad que se adicionó de colorante y se deja por 6 minutos. Una
vez transcurrido el tiempo se escurre el colorante y se enjuaga la laminilla con agua corriente y se
deja secar.
Una vez que el frotis sanguíneo ha sido debidamente teñido y montado, se inicia con la
evaluación microscópica. Es fundamental una aproximación sistemática para obtener mejores
resultados. La evaluación se debe iniciar con el objetivo de 10X (100 aumentos), para tratar de
identificar si las células están distribuidas homogéneamente o la presencia de cúmulos de
plaquetas u otro tipo de células. Posteriormente con el objetivo de 40 X se puede hacer una
revisión general de los eritrocitos y leucocitos, en caso de encontrar alguna anormalidad muy
evidente a este aumento deberá anotarse. Por último, se debe hacer la revisión con el objetivo de
100 X en donde se evaluará de forma detallada la línea roja, blanca y plaquetas. Cabe mencionar
que para poder detectar anormalidades morfológicas en las células sanguíneas es necesario
primero conocer características normales de cada una de estas células.
Evaluación de plaquetas
Evaluación de leucocitos
La evaluación de los leucocitos debe realizarse por tres razones: 1) estimar el conteo total y
tratar de detectar alteraciones como leucocitosis o leucopenia, 2) realizar un diferencial e
identificar si existe predominio de alguno de los diferentes tipos de los leucocitos, 3) detectar
alteraciones morfológicas.
El frotis sanguíneo puede representar una herramienta diagnóstica de gran utilidad en la clínica,
debido a la gran cantidad de información que se puede obtener a través de una correcta
evaluación. Si bien no se pretende sustituir un hemograma completo o la experiencia de un
Patólogo Clínico, si es aconsejable que los clínicos conozcan las bases de su interpretación para
poder tomar decisiones adecuados principalmente en casos de urgencias.