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Introducción
Las siguientes líneas buscan problematizar dos áreas de investigación, con la finalidad de
contribuir en el desarrollo de ambas; a saber, las teorías sociológicas de la acción y los
estudios de migración internacional. Así, el objetivo de la conferencia es indagar en torno a
lo que permite conocer el estudio de la migración internacional desde la mirada de la teoría
sociológica. De manera particular me concentro en la mirada de la teoría de la acción. La
hipótesis que guía la conversación se funda en la perspectiva de las socializaciones
múltiples. Junto con Bernard Lahire, postula que los seres humanos para poder construir
nuestra vida, es decir, para desenvolvernos en cuanto seres humanos dentro de grupos
sociales y de diferentes dimensiones sociales, y así reproducir la sociedad en la que
participamos, hacemos uso de variados stocks de conocimiento y de experiencias, que son
actualizados y/o reelaborados de manera cotidiana; de modo que los aprendizajes para
poder actuar ante los diferentes escenarios sociales, son continuos y necesarios. Para
ilustrar esta hipótesis, tomaré como caso el estudio de la migración internacional, pues
desde ese ángulo se puede observar con mayor nitidez esta práctica de incorporación y
generación de aprendizajes necesarios para desenvolvernos en el espacio social.
La sociología es una ciencia social con carácter transdisciplinar, desde su origen. El estudio
de la sociedad implica el reconocimiento de los diferentes niveles que constituyen la
realidad social. La sociología o el estudio de la sociedad precisa de dar cuenta cómo se
articulan los diferentes niveles de la realidad, que, por otra parte, son estudiados de manera
separada por las demás disciplinas.
La perspectiva de la teoría de la acción, pone la mirada en los modos en que los individuos
actúan para producir la realidad social en la que viven. Es decir, desde una mirada micro
sobre las acciones de los individuos, se accede a las estructuras sociales que son producidas
por esas acciones micro. Así, para el sociólogo es fundamental comprender el sentido de la
acción de los individuos; es decir, preguntarse por aquello que posibilita la acción concreta.
En este andar de la sociología por comprender lo que posibilita la acción concreta de los
individuos, se ha llegado a establecer algunas proposiciones. Una de ellas es que la acción
del individuo siempre es social. Esto significa que los modos de actuar ante cualquier
situación están guiados por la socialización a la que están y han estado expuestos todos los
individuos. La socialización significa que el individuo, a través de la enseñanza de otros ya
socializados, incorpora un lenguaje, el cual contiene las directrices para actuar, conducirse
y ver el mundo social. El lenguaje incorporado contiene las formas de actuar en tanto que
hombre o mujer, en tanto que hijo, en tanto que hermano, etc.
El lenguaje contiene las estructuras del mundo social y las reglas para producirlo y
conducirse en él. Por eso es que es a través del lenguaje que el individuo adquiere las pautas
para conducirse en el mundo, para poder desenvolverse en él, para producirlo y
reproducirlo. El lenguaje es incorporado por medio de las interacciones con los otros. En
estas interacciones se aprende a reconocer el Yo, situado socialmente y los otros, también
situados socialmente; así como las formas de interactuar con los otros, que siempre están
situados en posiciones sociales. Las interacciones siempre se dan en situaciones sociales; es
decir, delimitadas por las estructuras sociales.
Los primeros agentes socializadores son los miembros de la familia y del entorno más
inmediato en el que entra en interacción el individuo. La socialización primaria provee de
las directrices básicas y más duraderas para conducirse en el mundo. Sin embargo, no es la
única, pues el individuo, durante el transcurso de su vida, vive en diferentes espacios de
interacción; requiere adquirir nuevos conocimientos, nuevas pautas de interacción. Al
conjunto de las subsecuentes socializaciones se les llama socialización secundaria. Por
medio de ésta el individuo incorpora normas, reglas, valores y pautas de conducta que le
permiten desempeñar los roles donde se desenvuelve su vida. Ahora bien, lo relevante es
que las socializaciones a las que está expuesto el individuo, ocurren en las estructuras
sociales. De modo que lo que incorpora en las socializaciones son las pautas de acción para
conducirse en las estructuras sociales, para producirlas y reproducirlas. Éstas asemejan
subuniversos con sus propias reglas de funcionamiento, sus propios lenguajes, sus propias
definiciones de la naturaleza de las cosas y de los seres humanos. Muchas veces, estos
subuniversos sociales se oponen unos a otros, o son contradictorios entre ellos. Las
soluciones, las conciliaciones entre normas, reglas y valores de subuniversos que se
contradicen, son inciertas.
La emigración internacional ocurre porque existen dos estados nacionales, que en algún
momento histórico mantuvieron algún tipo de interacción que posibilitó un inicial contacto
de poblaciones trabajadoras, bajo desiguales relaciones de poder. Los individuos que
emigraron por primera ocasión contaban con características personales y sociales que les
hacían considerar la opción de emigrar. Las diferencias salariales, más altas en los lugares
de destino y más bajas en los lugares de destino, junto con la oferta de empleos, realizables
para el migrante, en el nuevo país, y la falta de empleos en el país de origen; así como la
disposición de enfrentar nuevas realidades, generaban en algunos, expectativas de mejorar
sus ingresos y condiciones de vida, a través de la emigración. Dadas las transformaciones
de la estructura ocupacional en los países receptores, que generaban un piso laboral para
emigrantes (por su carencia de derechos laborales, salarios por debajo de los legales y por
su baja posición social), quedaba abierto el espacio laboral para migrantes. Esto ha hecho
que la migración internacional se sostenga. El proceso migratorio se fue complejizando
conforme algunos emigrantes se asentaban y posteriormente atraían a sus familias y
familiares. Esto genero el efecto de que, por un lado, se generaran cadenas migratorias y el
proceso continuara; y por otro lado, dado el flujo de remesas, encarecieran las condiciones
de vida en los lugares de origen. Por estas dos vías, la migración se hacía permanente.
Luego, el hecho de que los países receptores reconocieran la necesidad de mano de obra
barata en sus pisos laborales, pero buscaran frenar el flujo de migrantes indocumentados,
dio lugar a procesos de naturalización de las familias nucleares, con la expectativa de que
así se frenaran los flujos migratorios; lo cual no ocurrió debido a que los migrantes
procedían de sociedades donde las relaciones sociales primarias iban más allá de las que
ocurren en las familias nucleares. Para los estados nacionales receptores, el estudio de la
inmigración internacional se volvió una necesidad de organización social. De aquí surgió la
perspectiva de la asimilación. Sin embargo, las inmigraciones no se detuvieron, a pesar de
las políticas asimilacionistas; de modo que se generó una nueva perspectiva teórica: la
perspectiva transnacional.
Así, los desarrollos de los estudios de migración internacional han resultado relevantes para
reconocer que la construcción de lo social obedece a la intersección de diferentes niveles
de realidad como las dinámicas de los mercados laborales globales, las políticas laborales,
de inmigración y de ciudadanía de los estados nacionales, las dinámicas económicas
regionales y locales, las dinámicas sociales locales y las capacidades de los agentes. Sin
embargo, no se ha ahondado en la perspectiva de la acción. Es por eso que ahora quiero
indicar los elementos de la teoría de la acción que contribuirían a comprender de manera
más profunda o a generar preguntas sobre el papel de la acción en la constitución de lo
social en contextos de globalización y de migración internacional.
Más aún no se han estudiado sociológicamente con detalle las experiencias sociales y los
procesos cognitivos y emocionales que desarrollan los individuos para hacer frente a los
nuevos contextos culturales. En este sentido, la perspectiva transnacional ha hecho algunas
aproximaciones, pero sus hallazgos quedan en meras descripciones, que carecen de
mecanismos explicativos. Así, por ejemplo, se ha constatado que los hombres y mujeres
migrantes desarrollan diferentes pautas de conducta o de acción una vez que comienzan
una vida en la sociedad de destino. El hecho más contundente es que las mujeres, por un
lado, tienen menor propensión a retornar a su país de origen, que los hombres. Se sostiene
que esto es así porque las mujeres logran ciertos niveles de libertad, de los que no gozaban
en sus lugares de origen, lo cual logran al incorporarse al mercado de trabajo, y temen
perder esa adquisición al regresar al lugar de origen; mientras que los hombres, dada la
naturaleza feminizada de los trabajos a los que acceden en los lugares de destino, y por la
pérdida de su status que por el hecho de ser hombres, cuentan en sus lugares de origen,
hace que consideren más deseable volver a sus lugares salida. Sin duda, se puede notar que
el vivir en marcos normativos tan contrastantes y hasta contradictorios, genera en el
individuo la necesidad de desarrollar estrategias para incorporarlos en su stock de
conocimientos que guían la acción. Sin embargo, estas experiencias y estrategias no se han
estudiado sistemáticamente. De modo que podemos ver que desde los estudios de
migración internacional podemos ampliar la teoría de la acción, al mismo tiempo que con
el recurso de la teoría de la acción podemos ampliar la comprensión de las consecuencias
sociales de la migración internacional.
Las ampliaciones que pueden desarrollarse están en función de los cambios en las
representaciones que se hacen los migrantes respecto a los roles de género. Se da por
supuesto que el ingreso al mercado de trabajo por parte de las mujeres, actúa como
mecanismo de transformación de los roles de género tradicionales. Sin duda eso ocurre,
pero lo que no se aclara es el trabajo que hacen las migrantes para transformar esas
relaciones de género; si éste es total o se transforman ciertas dimensiones del rol de género.
En este sentido hay investigaciones que han mostrado que después de un tiempo laborando
en otros países, y una vez que se hayan insertas en la sociedad de destino, varias mujeres
vuelven a roles de género tradicionales, como reacción ante un menosprecio por parte de
las mujeres de las sociedades de destino. Esto deja ver que las decisiones y acciones de
mujeres migrantes obedecen a variadas interacciones que se dan en los espacios laborales,
con personas del mismo sexo, en el hogar, en la sociedad más amplia, en los diferentes
espacios de interacción y dados los momentos de la trayectoria biográfica del individuo.
Para el caso de los hombres, ocurren también acomodaciones de los contenidos de
socializaciones contradictorias; por un lado, se ha encontrado que una vez que llegan a los
lugares de destino se ven en la necesidad de realizar actividades que no realizarían en sus
lugares de origen, comenzando por labores de limpieza y de preparación de alimentos;
pasando por realizar actividades laborales también con una detonación femenina. De modo
que tienen que cambiar parte de sus marcos normativos y de valores, pero al mismo tiempo
mantienen sus status masculinos, e incluso los resaltan o los amplían en sus lugares de
origen. Así, por ejemplo, se ha encontrado que son los hombres quienes tienen mayor
actividad transnacional que las mujeres por vía de participación en fiestas patronales o en
actividades políticas a larga distancia. Se han constatado esta ampliación del campo de
actividades en el caso de los hombres, pero no se ha estudiado los mecanismos de
interacción que dan lugar a estas ampliaciones del campo de actividad masculino.
Por otra parte, existe la situación del tránsito de los migrantes por diversos países, antes de
llegar a los países de destino. Al respecto se ha desarrollado la teoría de la
institucionalización de la migración, que sostiene que en torno a los migrantes se generan
instituciones y grupos de ayuda que ofrecen algunos servicios a los migrantes que se
encuentran en tránsito. Al respecto se han estudiado organizaciones no gubernamentales
que tienen una vocación de voluntariado de apoyo para poblaciones marginales. Sin
embargo, también se han ido constituyendo grupos de personas de bajos recursos, que por
medio del trabajo colaborativo consiguen aportaciones para proveer de asistencia a los
migrantes en tránsito. Al respecto se ha encontrado que regularmente son grupos creados
y sostenidos por mujeres, amas de casa, de bajos recursos, que para constituirse han tenido
que enfrentar conflictos al interior de las relaciones del hogar y el estigma de sus localidades
por apoyar a extraños. Lo que no se ha investigado son las experiencias sociales que han
dado lugar a transformaciones de sus marcos normativos y de valores, y que a su vez
generan, a la larga, transformaciones de los esquemas de percepción y calificación de los
migrantes en tránsito por parte de otros miembros de la sociedad.
Sin duda, una óptica de las teorías de la acción, aplicada a los estudios de migración
internacional es sumamente útil porque permite arrojar luz sobre los mecanismos de
interacción entre la acción individual, las interacciones individuales y las estructuras
sociales, que en conjunto dan lugar a la realidad social, a las dinámicas sociales y a la
constitución de la sociedad, más allá de los contenedores de los estados nacionales. La
perspectiva de la acción, como se desprende de lo expuesto, permite profundizar en los
estudios de migración internacional, para conocer mecanismos específicos que permiten
comprender acciones que parecen contradictorias vistas desde un solo ángulo, más estático
y lineal. Además, esta perspectiva analítica de las socializaciones múltiples, permite ampliar
nuestros estudios sobre el curso de vida, que ya se orienta a entender la complejidad de las
trayectorias laborales y migratorias; pero desde la perspectiva de las socializaciones
múltiples, permite, además, estudiar y entender la complejidad de las trayectorias de los
roles de género.
Para finalizar quiero decir que las miradas que posibilita la perspectiva de las socializaciones
múltiples, no puede restringirse a los estudios de migración internacional. Aquí quise
mostrar ese caso porque la complejidad de la migración internacional involucra múltiples
esferas de la realidad: la económica, la política, la familiar, la educativa, la social, la laboral,
entre otras; pero sin duda la perspectiva de las socializaciones múltiples hace aportes
fundamentales precisamente a las dimensiones política, laboral, familiar, educativa,
económica. De hecho, la perspectiva de las socializaciones múltiples, a través de una
aproximación del curso de vida, busca conocer las diferentes socializaciones a las que se ve
expuesto un individuo en el transcurso de su vida; socializaciones que vive un mismo
individuo de manera más o menos simultánea a lo largo de su vida. Y que sólo conociendo
cómo incorpora diferentes elementos de diferentes niveles y esferas de la realidad, es que
podremos entender la complejidad que involucra una vida humana; y de esta manera
podamos incorporar la complejidad a la comprensión de lo humano y de lo social; y
superemos las divisiones del conocimiento disciplinario que no hace más que desgarrar a
los seres humanos.